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España: Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 de la UNESCO

Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 de la UNESCO

La Tercera Conferencia de Educación Superior de la UNESCO tendrá lugar en Barcelona (España) en 2022

La Tercera Conferencia Mundial sobre Educación Superior-WHEC2022 reunirá a todos los actores con el fin de definir y preparar su hoja de ruta para una nueva era de la educación superior. Esta hoja de ruta responderá a los desafíos enfrentados por la humanidad y el planeta, prestando especial atención a la situación mundial creada por la pandemia COVID-19. Se centrará tanto en los sistemas de educación superior (normas, políticas, estructuras, partes interesadas) como en las instituciones (universidades, entidades especializadas, redes).

La UNESCO organiza la Conferencia para ofrecer nuevos conocimientos, alianzas creativas de ideas innovadoras y producir una coalición amplia y revitalizada de la comunidad mundial de educación superior en apoyo a la Agenda de Desarrollo 2030 y más allá.

La Conferencia está organizada por la UNESCO en colaboración con e Gobierno de Españal, la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona, en alianza con GUNi/ACUP (Global University Network for Innovation / Asociación Catalana de Universidades Públicas).

El encuentro mantendrá un formato híbrido, virtual y presencial, para ampliar las formas de participación.

Para más información: whec2022@unesco.org

Fuente de la Información: https://campusiberoamerica.net/es/conferencia-mundial-de-educaci%C3%B3n-superior-2022-de-la-unesco

 

 

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Los estudiantes de toda España regresarán a las aulas con normalidad el próximo 10 de enero

Salvo sorpresas de última hora, ésta será la principal medida que se adoptará en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en una reunión extraordinaria convocada.

Los estudiantes volverán a las aulas de forma presencial con normalidad el próximo 10 de enero, tras las vacaciones de Navidad, aunque extremando todas las medidas de precaución, ante el avance de la sexta ola del coronavirus que ha provocado una explosión de contagios en el conjunto de España.

Salvo sorpresas de última hora, ésta será la principal medida que se adoptará en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en una reunión extraordinaria convocada para mañana junto con la Conferencia Sectorial de Educación y la Conferencia General de Política Universitaria para analizar la vuelta a las aulas.

Así lo ha podido constatar Efe tras consultar la postura de todas las comunidades autónomas, en la víspera de la reunión, en la que darán cita los ministros de Sanidad, Educación y Universidades y los responsables autonómicos de esas áreas.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, dejó claro la postura del Gobierno: los colegios son «espacios seguros» y, por tanto, el objetivo es que se mantenga la presencialidad, tal y como se ha hecho hasta ahora, ya que, en su opinión, ha sido un «éxito».

De ahí que las fuentes del Ejecutivo consultadas hoy no contemplen retrasar la vuelta a las aulas.

Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Educación, correspondientes al pasado 23 de diciembre, solo el 1,58 % de las aulas estaban confinadas antes de las Navidades, cuando apenas había comenzado a infectar la variante ómicron, que irrumpió tras el puente de la Constitución (en la semana del 13 al 17 de diciembre).

Hasta el momento, más de la cuarta parte de los menores de entre 5 y 12 años están inmunizados y se espera que a lo largo de este mes lo estén todos con la primera dosis.

A continuación la postura y lo que plantearán las comunidades autónomas mañana en el Consejo Interterritorial de Educación:

MADRID

Madrid ha determinado la presencialidad en la vuelta a las clases tras las vacaciones de Navidad desde el lunes 10 de enero en todas las etapas educativas, tras analizar los datos actuales de incidencia de la Covid-19 y las previsiones para las próximas semanas. Los centros educativos deberán mantener las medidas que se pusieron en marcha en el inicio del curso, como el uso obligatorio de mascarilla a partir de los seis años o la figura del coordinador Covid-19. En el caso de la mascarilla, vuelve a ser obligatorio su uso en los recreos tras la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez de retomarlo en exteriores desde el pasado 24 de diciembre.

La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, anunció hace unos días que su Consejería de Educación estudiaba dos planes de cara a la vuelta a los colegios tras la Navidad ante el avance de la variante ómicron: uno, sin cambios, y otro con «semipresencialidad» para los alumnos de los cursos superiores (3º y 4º de ESO y Bachillerato).

ANDALUCÍA

El Gobierno andaluz defenderá la vuelta a las aulas el día 10, siempre de acuerdo con las directrices que vaya marcando la Consejería de Salud y Familias.

ARAGÓN

Aragón no contempla un retraso en la vuelta a los centros educativos porque defiende que la situación es mejor que el curso pasado y que los colegios han demostrado «ser lugares seguros, de detección y no de transmisión».

En esta comunidad, el 31 por ciento de los menores de entre 5 y 11 años ha recibido al menos una dosis.

ASTURIAS

Asturias defiende que las aulas deben ser «los últimos espacios en cerrarse y los primeros en abrirse», ya que, a pesar de la virulencia de la actual ola de infecciones, el ritmo de vacunación de este grupo de edad «va más rápido de lo previsto».

BALEARES

El Gobierno balear pedirá que se inicie el curso escolar con normalidad y siguiendo el calendario previsto, ya que entiende que las escuelas son entornos seguros y que incluso han ayudado a cortar las cadenas de transmisión.

Baleares mantiene que los contagios en las aulas son mínimos y que, si hay positivos, la mayoría se han producido fuera de los centros educativos.

CANTABRIA

Cantabria apuesta por la vuelta a las aulas el 10 de enero para todos los niveles y etapas.

Según datos de la Consejería de Educación, han estado en cuarentena por Covid o contactos estrechos 168 grupos de los 2.721 educación infantil y primaria que hay en esta comunidad, lo que supone el 6,17 por ciento del total.

CASTILLA-LA MANCHA

Castilla-La Mancha defenderá mañana la presencialidad en la educación y no retrasar las fechas de inicio de las clases, aunque su intención es que haya una postura común y que se adopte una decisión conjunta.

La consejera de Educación, Rosa María Rodríguez, insiste en que la formación presencial es prioritaria y en que la digital solo debe ser un complemento ante determinadas situaciones puntuales que se produzca en algún aula.

CASTILLA Y LÉON

Castilla y León aboga por la presencialidad y mantiene la fecha de regreso prevista, a la vez que apuesta por las medidas preventivas, entre ellas por los medidores de CO2 en las aulas, la distancia física de un metro y ventilación.

CATALUÑA

Pese a las cifras récord de 128.000 contagios semanales, Cataluña tiene la voluntad de mantener la máxima normalidad posible en la vuelta a las clases y, por tanto, descarta un aplazamiento de la fecha de inicio del segundo trimestre, como habían pedido algunos sindicatos del sector de la educación.

En Cataluña, el 23% de los niños de 5 a 11 años ya tiene la primera dosis de la vacuna y la mitad de los de 12 a 15 la pauta completa, mientras que el 34% de los trabajadores esenciales (entre los que se encuentran los docentes) ha recibido la tercera dosis.

COMUNIDAD VALENCIANA

La Comunidad Valenciana hará lo que digan las autoridades, como hasta ahora, por lo que de momento no hay cambios respecto a la vuelta a las aulas, según el conseller de Educación, Vicent Marzà.

En esta comunidad se está reforzando la inmunización del personal docente, con terceras dosis.

EXTREMADURA

El Gobierno extremeño es partidario también de que se mantenga el calendario actual y que se vuelva a las clases de forma presencial, porque es un derecho y por la importancia de la socialización del alumnado en su etapa educativa.

Por ello, las consejería de Educación y Sanidad trabajan conjuntamente para hacer «una vuelta al cole» con el formato de presencialidad segura.

GALICIA

El Ejecutivo gallego apuesta por mantener la fecha prevista y no ve problemas con los datos actuales de contagios ni con los calendarios de vacunación pediátricos, ya que cree que la semana del comienzo del curso podrían estar vacunados con la primera dosis el 90 por ciento de los niños entre 5 y 11 años.

LA RIOJA

La idea del Gobierno de La Rioja es que regresen todos los alumnos a las aulas en la fecha prevista, el 10 de enero.

MURCIA

Murcia planteará regresar a las clases de forma presencial en todas las etapas y niveles durante la reunión.

NAVARRA

Navarra, la comunidad más afectada por la sexta ola del coronavirus, defenderá la vuelta a las clases al cien por cien en todos ciclos formativos.

Su consejero de Educación, Carlos Gimeno, asistirá a la reunión, aunque de forma telemática ya que se encuentra confinado en su domicilio tras dar positivo por covid-19.

PAÍS VASCO

El Gobierno vasco apuesta por la vuelta presencial en las aulas manteniendo las medidas de seguridad vigentes antes del parón derivado de las vacaciones navideñas.

Sin embargo, fuentes consultadas han precisado que escucharán las posiciones que se planteen mañana y que a lo largo de la semana analizarán con la consejería de Salud los datos sobre la evolución de la pandemia para abordar la vuelta a las clases.

Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2022/01/03/61d2dd08fc6c83a91b8b4585.html

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El (des)ánimo colectivo y la pertinencia de reflexionar

Por: Belén Cansino Romero

Estamos a tiempo de mirarnos a nosotros mismos y a quienes elegimos para timonearnos. Urge desplegar un examen serio y en conjunto de lo que nos parece inaceptable, elegir compañeros de viaje y atenuar el efecto reactivo de la pandemia con propuestas, perdiendo el miedo a comprometernos, mediante la acción, con quienes comparten los valores que sustentan el proyecto de vida al que tenemos derecho. Necesitamos impulsar una renovación intelectual y moral de la esfera pública, y merece la pena, porque otro mundo es posible

Tras casi dos años de pandemia, con improvisación, desabastecimiento y miles de muertos mediante, parecería lógico pensar que es hora de que los distintos gobiernos estén al fin a la altura de sus sanitarios. También que el Gobierno tendría que haber aprovechado la oportunidad que suponía la irrupción del virus en nuestras vidas para reformular y disputar, con cierta posibilidad de triunfo, el concepto mismo de «libertad». Por muy feroz y desleal que sea la oposición de la derecha mediática y política, al menos deberían haberlo intentado.

En todo caso, con dicha oposición, no resulta nada sorprendente asistir a un escenario en el que hay quien cree firmemente haberlo ofrecido todo, dicen, «¡a cambio de nada!», como si salvar la vida de miles de conciudadanos —al tiempo que, por cierto, salvaguardaban la propia— requiriese una recompensa, una contraprestación en forma de devolución directa al también calamitoso estado anterior de las cosas. Y si bien es cierto que, a día de hoy, las restricciones parecen ser —salvo excepciones— una opción ya caducada en la gestión europea de la pandemia, lo pertinente sería más bien comenzar a reflexionar sobre la asunción y normalización de tal pérdida diaria de vidas, ya que esta nos llevaría a pensar sobre los límites de la acción individual y sobre la ausencia del tiempo necesario en nuestras vidas para comprender y asimilar sucesos tan traumáticos como los ya ocurridos.

Sin embargo, estas cuestiones, unidas a la falta de previsión mostrada por las distintas autoridades, a la toma de decisiones políticas inútiles —a la par que desgastantes— y a otras tantas críticas que podríamos desplegar sobre la gestión de la pandemia, no debería conducirnos, a mi juicio, a esa venenosa y adictiva autocomplacencia que genera el mal hacer propio cuando se justifica en el mal hacer ajeno. ¿No cabría preguntarse qué tipo de ciudadanos somos si, contando con unas pautas de actuación preventiva eficaces, optamos por convertir una actuación reprochable y desacertada de los gobiernos en el salvoconducto perfecto para excusar nuestra propia irresponsabilidad?

Quienes aducen el manido runrún del «cumplimos con las restricciones, «merecemos la normalidad» recuerdan a esos niños que se muestran reacios a comprender que la realización de determinadas labores domésticas no constituye solo una ayuda a sus padres, sino que se trata del cumplimiento de su responsabilidad en tanto que poseedores de agencia. La diferencia es que los adultos carecen de la dulzura típica de la picardía infantil, y escucharlos hablar en estos términos, además de producir cierto rubor, suscita dudas sobre qué es exactamente lo que extrañan. Ni decir tiene que la probabilidad de que «lo extrañado» coincida en alto grado con lo ofrecido por cierta presidenta de cierta comunidad, y poco o nada con un nuevo marco de «agitación de la «realidad», es alta. Esta forma de actuar merecería un reproche porque constituye un ejercicio de egocentrismo malsano e insensato basado en la necesidad de que se nos reconozca que estamos actuando bien; además de porque contiene fuertes dosis de infantilismo y egoísmo convenientemente disfrazadas de civismo.

Para construir, imaginar, avanzar y sentir que otro mundo es posible, sería de gran ayuda ignorar deliberadamente a quienes se dedican en cuerpo y alma a allanar el trayecto a todo tipo de indeseables basándose, únicamente, en el augurio de la derrota de cualquier proyecto de futuro que resulte mínimamente ilusionante.

Lo dicho con anterioridad no es, en modo alguno, un llamado a restar importancia a nuestros males, nuestros dolores y nuestras preocupaciones, pero sí una invitación a no contribuir a los excesos verbales a los que estamos ya acostumbrados y que no hacen más que entorpecer la crítica honesta.

Deberíamos considerar, antes de demonizar cualquier mínimo «sacrificio» en aras del bien común, si nos encontramos en mejor situación que, por ejemplo, aquellos sanitarios que tuvieron que escoger quién ocuparía una cama en la UCI o que no tuvieron más remedio que dejar fallecer en soledad a miles de personas, que quienes afrontaron sin compañía el confinamiento, que aquellos otros que teletrabajaron y teletrabajan diez horas al día en un piso de 40m², que quienes viven en lugares marcados no solo por una fuerte brecha social sino también digital, o, por supuesto, que los que ni poseían ni poseen un lugar en el que sentirse mínimamente arropados por el leve manto de dignidad que nos otorga el habitar un espacio en el que nos reconocemos con nuestra intimidad.

Ser conscientes de la posición desde la que uno batalla es, en última instancia, un modo hermoso de sentirse concernido y de comprometerse sin copar el reconocimiento que pertenece al común, un acto de honradez que, de algún modo, contrarresta la hipocresía.

Y, en efecto, tampoco se trata de baremar las desgracias y ocultar las dolencias, sino de llevar a cabo una reflexión desde la empatía y la voluntad de comprensión, que nos aleje del cinismo, la frivolidad y la estupidez, que nos ayude a interiorizar que la exageración de un problema puede llegar a desbordar fácilmente los límites de lo dramático, tornarlo todo grotesco y hacerlo caer, finalmente, en la irrelevancia.

Tomar distancia del relato catastrofista, al tiempo que analizamos con mesura lo que acontece, pero sin caer en un seguidismo acrítico, podría permitirnos obtener una impresión más certera del estado de las cosas, animándonos incluso a participar en la construcción del proyecto emancipador que deseamos, desde un lugar en el que nos sintamos reconocidos, escuchados y apoyados. Es cierto que es posible participar en la política desde el resentimiento, pero ello no debería arrebatarnos la oportunidad de hacerlo desde el entusiasmo y la convicción, desde la alegría; con moral victoriosa.

Quisiera concluir compartiendo una idea recurrente que me llena de esperanza. Y lo hace porque ahuyenta, aunque sea fugazmente, esa incapacidad de celebrar, emocionarnos y creer que sentimos con frecuencia: me gusta fantasear con que, por escaso que sea nuestro tiempo, todos nos dedicamos en algún momento a navegar entre las distintas concepciones de democracia, que nos perdemos en ellas, deteniéndonos a disfrutar del antojo que alguna nos provoca. Con que no tenemos que ir deprisa, porque logramos redistribuir el tiempo; porque fuimos capaces de organizarnos, de convencernos mutuamente y de convencer a los demás acerca de cómo las prisas siempre acababan recayendo sobre los mismos hombros, envejecían las mismas manos y enmudecían las mismas bocas. Y me convenzo a mí misma de que la fantasía no puede acabar porque este ha de ser, única, exclusiva y necesariamente, el principio.

Fuente de la información e imagen:  https://www.elsaltodiario.com

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Este es el triángulo amoroso infalible para crear futuros lectores

Por: Carlota Fominaya

Si vinculan la lectura con alguien cercano, alguien a quien quieren, querrán leer cada vez más

Si hay un regalo que no debería faltar en niguna carta a los Reyes Magos ese es, sin duda, un libro. Los beneficios son incalculables. De hecho, tal y como explica el catedrático de Psicobiología e investigador del Instituto de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ignacio Morgado, para ejercitar el cerebro, no hay nada comparable a la lectura: «Leyendo ponemos en juego todas las partes de nuestro cerebro: la racional, la emocional, la receptiva… Pocas cosas estimulan más la mente que esto».

No hay que perder de vista, continúa Maribel Martín de Rosales, de Kumon, « el hecho de que por medio de la lectura construimos vocabulario y aumentamos nuestro conocimiento. Cuando reflexionamos, utilizamos palabras; por lo tanto, cuando los niños leen, desarrollan al mismo tiempo la capacidad de reflexionar, de tomar decisiones y resolver problemas».

Así lo corrobora también José Ramón Ubieto, profesor de Psicología de la UOC, psicólogo clínico y psicoanalista, para quién quedan fuera de toda duda las bondades de incluir una obra en la carta porque, «siguiendo esa visión instrumental y utilitarista, sabemos que la lectura permite aprender mejor a leer y a escribir, ayuda a reconocer y memorizar visualmente las palabras, mejora la ortografía… Y, por tanto, produce un aumento del aprendizaje».

Beneficios creativos

Además, añade Ubieto, «tiene incalculables beneficios de tipo creativo. Es cierto que las tablets también descubren nuevos mundos, porque los juegos tienen una gran capacidad visual y de transporte a escenarios desconocidos, pero los libros obligan un poco más a imaginar esos escenarios, puesto que solo hay palabras que los niños tienen que traducir en su imaginación. ¡Y funcionan sin batería!», bromea.

El papel de la familia

Pero para crear ese amor por la literatura, recomienda Martín de Rosales, «es imprescincible que la lectura sea una actividad agradable, sobre todo para los más pequeños. Si queremos lograrlo, lo primero es encontrar el libro perfecto para que se enganchen a la lectura y, para que eso ocurra, es muy importante que este sea acorde a su competencia lectora y a sus gustos».

Por último, no podemos olvidar el papel de la familia en todo este proceso (ya sea leyendo con ellos o delante de ellos), tal y como indican desde la editorial Flamboyant: «La implicación de la familia es tan importante que existe lo que se llama “el triángulo amoroso más poderoso para crear futuros lectores”. En la primera infancia, los libros son un medio ideal para crear vínculos afectivos. Gracias a ellos, los más pequeños pueden acercarse a la lectura, interactuar, jugar… Y lo disfrutarán mucho más en compañía de un adulto. Si vinculan la lectura con alguien cercano, alguien a quien quieren, querrán leer cada vez más. Este triángulo amoroso (niño, libro y adulto) es infalible, lo prometemos: solo así crearemos futuros lectores».

La lectura es una herramienta que aporta un sinfín de beneficios para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Toru Kumon, fundador del método Kumon, decía que cuando los niños leen diversos tipos de libros, desarrollan su personalidad, definen sus perspectivas de futuro y se convierten en personas capaces de contribuir a la sociedad. No hay que perder de vista, prosigue Martín de Rosales, de Kumon, «de que por medio de la lectura construimos vocabulario y aumentamos nuestro conocimiento. Cuando reflexionamos, utilizamos palabras; por lo tanto, cuando los niños aprenden a leer, desarrollan al mismo tiempo la capacidad de reflexionar, tomar decisiones y resolver problemas».

Así lo corrobora también José Ramón Ubieto, profesor de Psicología de la UOC, psicólogo clínico y psicoanalista, para quién quedan fuera de toda duda las bondades de incluir una obra en la carta porque, «siguiendo esa visión instrumental y utilitarista, sabemos que la lectura permite aprender mejor a leer y a escribir, ayuda a reconocer y memorizar visualmente las palabras, mejora la ortografía… Y, por tanto, produce un aumento del aprendizaje». Además, añade Ubieto, «tiene incalculables beneficios de tipo creativo. Es cierto que las tablets también descubren nuevos mundos, porque los juegos tienen una gran capacidad visual y de transporte a escenarios desconocidos, pero los libros obligan un poco más a imaginar esos escenarios, puesto que solo hay palabras que los niños tienen que traducir en su imaginación. ¡Y funcionan sin batería!», bromea.

Fuente de la información e imagen: https://www.abc.es

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España: La nueva reforma laboral en España: un gran paso adelante para la clase trabajadora

La nueva reforma laboral en España: un gran paso adelante para la clase trabajadora

Daniel Bernabé

En la víspera de Nochebuena, tras largos meses de negociaciones, se ha anunciado un acuerdo para una nueva legislación laboral en España, que sustituya a la vigente desde la reforma del año 2012 impulsada por el Gobierno de Rajoy en los momentos más duros de la Gran Recesión. Haciendo memoria aquel fue un año de una conflictividad social durísima, con 26.000 millones de euros en recortes, el derrumbe de Bankia, el rescate condicionado de la UE y dos huelgas generales, que junto con centenares de protestas, contestaron desde la calle y el mundo del trabajo a la política austeritaria y regresiva del Gobierno de la derecha. Una década después se produce un importante cambio de rumbo.

Esta reforma es la primera pactada desde el año 2006 entre el Gobierno y los agentes sociales, incluyendo a los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT y también a la CEOE, la organización de empresarios. La ya citada del 2012, junto a las del 2010 y 2002, dejaron fuera a los sindicatos. En esta ocasión, con el Gobierno de coalición progresista representado en la cartera de Trabajo por Yolanda Díaz, se esperaba que los empresarios no firmaran el acuerdo. No sólo porque fuera el primero en décadas notablemente favorable a la clase trabajadora, sino porque la derecha política ha presionado hasta el último momento para descabalgar a los empresarios.

De hecho, la patronal agrícola, automovilística y la madrileña y catalana se han abstenido en su votación interna aunque al final hayan triunfado las tesis posibilistas. La primera lectura es que es un triunfo político para el Gobierno, pero sobre todo un varapalo para el PP y Vox, que se quedan sin su principal argumento para desdeñar esta nueva legislación laboral: el discurso extremista que pretende ilegitimar a la izquierda se queda en fuera de juego con el calado de este acuerdo. Lo sustancial es que una vez que la CEOE ha sido consciente del cambio de rumbo ha tenido que decidir si quedarse al margen, no sólo de esta reforma sino de un proceso de cambio que puede echar raíces en esta década en Europa. Hay determinadas fotos en las que la historia penaliza duramente las ausencias.

La primera lectura es que es un triunfo político para el Gobierno, pero sobre todo un varapalo para el PP y Vox: el discurso extremista que pretende ilegitimar a la izquierda se queda en fuera de juego con el calado de este acuerdo.

Pero, ¿qué hay de sustancial en esta nueva legislación? Pues fundamentalmente la recuperación de la negociación colectiva mediante los sindicatos como pilar de las relaciones laborales, una que había quedado dañada desde la anterior reforma. Hasta el momento los convenios de empresa se imponían sobre los sectoriales, tirando siempre a la baja salarios y jornadas, elementos en los que ahora primará el acuerdo general. Además se recupera la ultractividad, es decir, que los convenios sigan siendo válidos aunque finalice su tiempo de vigencia. Por otro lado, se pone coto a la subcontratación precaria al obligar a que esta se rija por el convenio de la actividad desarrollada.

La importancia de recuperar para los convenios colectivos sectoriales la exclusividad del salario y la jornada es una mejora potencial de las condiciones de trabajo, ya que en los grandes acuerdos sectoriales los sindicatos tienen mayor capacidad de presión que asumiendo las batallas por separado, de empresa en empresa. No se verán obligados a negociar a la baja ni a partir de cero cuando el convenio finalice. Pero además de estas cuestiones, se recupera la idea de lo laboral como un bien colectivo, no como materia a libre disposición del empresariado para depreciarlo. En 2012 hubo la intencionalidad política de, tomando como coartada a la crisis, reducir el poder de los sindicatos y los trabajadores.

El otro gran pilar de esta nueva reforma es la lucha contra la temporalidad, un problema endémico del país donde las sucesivas nuevas leyes, que se solían basar tan sólo en incentivos fiscales para los empresarios, no han dado resultados. Se elimina el contrato por obra o servicio, considerando por norma general todos por tiempo indefinido. Excepto aquellos que se acojan a sustituciones o circunstancias de la producción, debiendo justificar la causa de su temporalidad y bajando su máxima duración de los cuatro años actuales a los seis meses prorrogables hasta doce mediante convenio. Los trabajadores temporales pasarán a ser fijos si no se cumplen las circunstancias que establece la ley.

Y es aquí donde entra en juego la inspección de Trabajo del ministerio, departamento que en los años que llevamos de legislatura, y con la antigua reforma, había conseguido transformar 345.000 puestos temporales en indefinidos, no sólo con la presencia física de inspectores, sino mediante técnicas de inteligencia artificial que vigilarán que los contratos se adecuen a lo establecido por la ley. En lo que queda de legislatura es posible que el vuelco sea aún mayor con la nueva reforma. La clave, como en el anterior apartado, es entender que además de los resultados se varía el modelo, de uno donde primaba la incertidumbre a uno donde se busca la estabilidad.

Quedar atrapados en la trampa retórica de si esto es o no una derogación de la antigua reforma, es no entender ni el calado de la misma, ni en qué circunstancias se ha producido, ni en qué consiste una negociación con el poder económico del país.

¿Cuál es el aspecto que ha quedado pendiente de esta reforma? Sin duda la vuelta a los 45 días de indemnización por año trabajado, actualmente en 33 para todos los contratos posteriores al 2012. La CEOE se cerró en banda desde el principio a variar esta cantidad, los sindicatos entendieron que en la actual situación pandémica, donde movilizaciones masivas son difíciles de llevar a cabo, iba a ser difícil arrancar este aspecto. Pero también, y sobre esto las lecturas más superficiales no han insistido, que el aumento del SMI y la mayor duración de los contratos encarecerán el despido evitando que sea la principal manera de abaratar costes. O cómo ceder para lograr acuerdos estables, pero a la vez avanzar en lo que pretendes de otras maneras.

Además, la otra medida que incluye la nueva legislación es el sistema Red, es decir, la adecuación de los exitosos ERTE a un futuro contexto sin pandemia, una herramienta que como ya se ha demostrado frena los despidos. Reducir casi dos años de negociación, con el factor de desestabilización del coronavirus, a un fracaso por este hecho, más allá, quedar atrapados en la trampa retórica de si esto es o no una derogación de la antigua reforma, es no entender ni el calado de la misma, ni en qué circunstancias se ha producido, ni en qué consiste una negociación con el poder económico del país. Pero sobre todo no entender el giro que supone respecto a la inercia neoliberal desde al menos las crisis industriales de los años 90. Confundir avances y retrocesos al no obtener tus posiciones de partida en una negociación sólo conduce al derrotismo.

Este acuerdo aún tiene que llevarse al Congreso para su aprobación. Y ahí, además de PSOE y UP, entrarán en juego los votos de PNV y Bildu, cercanos a los sindicatos ELA y LAB, así como los de ERC, de gran influencia en la UGT de Cataluña. Se espera que sus enmiendas sean al alza, estando, a pesar de las lógicas declaraciones distanciándose del acuerdo, avanzadas las negociaciones para incluir sus propuestas. La soledad de la derecha va a ser palpable, al tener que votar en contra una reforma que, además de contar con la firma del empresariado, está despertando una notable expectación. Los ultras, por su parte, como ya han ensayado en el conflicto de Cádiz, es probable que adopten un populismo obrerista que las posiciones derrotistas les pondrán en bandeja.

Esta reforma no es el mal menor, ni siquiera lo mejor que se podía conseguir, es una vuelta a aquello que nunca se debía haber abandonado: el trabajo como un bien estratégico nacional y un valor que pertenece a la sociedad, no sólo a quien puede pagarlo.

La cuestión fundamental no será el debate digital, cargado de trampas y elipsis, tampoco ni siquiera el debate parlamentario, mucho menos los comentarios en prensa al respecto. Todo eso será importante porque configura una primera impresión de la reforma en la que se cruzan todo tipo de intereses para minusvalorarla. La cuestión esencial de la nueva legislación laboral será si consigue cumplir sus dos objetivos prioritarios, mejorar las condiciones y otorgar certezas en el trabajo, algo que constituye una parte central en la vida de las personas. Si ahí funciona no sólo será un tanto para sus impulsores, será la constatación de que se abre una tendencia económica que contesta al neoliberalismo con hechos: demasiadas décadas reduciendo el interés general a los intereses de las grandes empresas.

Si los empresarios e incluso la parte socioliberal del PSOE han firmado este pacto es porque entienden que puede ser un bálsamo para la paz social. Si los sindicatos y UP lo avalan es porque se amplían las posibilidades reales de que los derechos se hagan efectivos, también porque abre el camino a mejoras sustanciales mediante la movilización. Si todos estos sectores lo han hecho suyo es porque la reforma era una pieza clave para recibir 15-000 millones de fondos Next Generation. En toda negociación, por definición, hay cesiones. En esta las que han arrancado los sindicatos decantan la balanza hacia los trabajadores por la potencialidad de las mejoras: se trata de ver dónde puedes llegar, pero también de la posición de donde partes.

Esta reforma es el producto de aquellos que la han negociado, con caras visibles cuyo capital político puede aumentar en la decidida apuesta. Pero, más allá, es el resultado de una década de lucha, de ciudadanos anónimos, de sindicalistas sobre los que pesó pena de cárcel. Esta reforma no es el mal menor, ni siquiera lo mejor que se podía conseguir, es una vuelta a aquello que nunca se debía haber abandonado: el trabajo como un bien estratégico nacional y un valor que pertenece a la sociedad, no sólo a quien puede pagarlo.

Fuente de la Información: https://actualidad.rt.com/opinion/daniel-bernabe/414774-nueva-reforma-laboral-espana-clase-trabajadora

 

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Afganistán, la última encrucijada de un sistema de asilo insuficiente

Por: Sarah Babiker

El verano del 2021 se vio marcado por el conflicto en Afganistán y el intento desesperado de abandonar el país de miles de personas. El trasfondo: la usencia de vías seguras para quienes necesitan protección internacional y un sistema de acogida insuficiente.

Era agosto de 2021 y la palabra talibanes volvía a la centralidad de la agenda internacional. Los fundamentalistas afganos que habían sido primer objeto de la proclamada Guerra contra el Terror, que marcó el inicio del siglo XXI tras el atentado del 11S, con una invasión que involucró a la OTAN, tomaban Kabul. 176.000 víctimas después  —entre las cuales se calculan al menos 46.000 civiles —,  tras dejar a cientos de miles de desplazados —sobre todo a los vecinos Pakistán e Irán, las tropas extranjeras se retiraban tras la decisión estadounidense de abandonar el país, tras una ocupación de casi dos décadas, y con un coste de dos billones de dólares.

“Nosotros lo que queremos es que de alguna forma se garantice la salida de quienes han quedado atrapados en Afganistán, que aquellas personas cuya vida corre peligro pudieran seguir saliendo de forma segura”, Mónica López, CEAR

En las dos décadas de ocupación, las potencias extranjeras han empleado a miles de personas: con la vuelta de los talibanes su vida estaba en peligro. En agosto, ante la salida de las fuerzas extranjeras del país, los estados pusieron en marcha operaciones para evacuar a sus colaboradores. En España, aquella iniciativa fue llamada operación Antígona. “Fue una operación rápida y efectiva”, considera Mónica López, directora de programas de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), “pero nosotros lo que queremos es que de alguna forma se garantice la salida de quienes han quedado atrapados en Afganistán, que aquellas personas cuya vida corre peligro pudieran seguir saliendo de forma segura”.

Ya en agosto CEAR lanzó la campaña #SalidaSeguradeAfganistán, en la que instaba al gobierno a presionar para conseguir vías seguras y corredores humanitarios para quienes tenían que abandonar el país. “La campaña sigue vigente, pues no se ha habilitado ningún mecanismo internacional para que esas personas puedan salir”, la ausencia de estos dispositivos obliga a quienes ven su vida en peligro a recurrir a las mafias para poder abandonar el país, algo que no todo el mundo se puede permitir, recuerda López, pues se trata de un camino costoso y largo.

Cuando no hay vías seguras

Si bien la salida de exiliados por la guerra se intensificó a raiz del anuncio de la salida de las tropas extranjeras del país, el conflicto ha expulsado población durante todos estos años, y la ausencia de vías seguras ha empujado a millones de afganos a buscar su supervivencia en el exterior. Es el caso de Safura y su familia, que llegaron a España hace cinco años.

Como se ha afirmado numerosas veces, si bien la guerra contra los talibanes y su expulsión del poder se tradujo en un cambio para las sociedades urbanas, particularmente Kabul, en el interior del país, en los pueblos, los talibanes mantuvieron su influencia. “Desde que nací recuerdo a los talibanes. Una vez hicimos una pequeña fiesta para mi hermana que tenía solo 11 años, pusimos una canción. Los talibanes entraron en casa sin permiso, pegaron a mi abuela, rompieron su mano, y se llevaron a mi hermano”, relata Safura.  Aquella vez, después de muchos ruegos y la intervención de otras personas, consiguieron recuperar a su hermano. “Lo dejaron después de pegarle mucho, siempre pegan a la gente”, evoca.

Fuertemente armados y con buenas conexiones económicas, la llegada de las tropas extranjeras no alteró el poder de los talibanes en su pueblo, relata Safura desde un parque de Leganés, donde reside con su familia actualmente. “Hablan con los chicos y les dicen que trabajen para ellos, si no lo haces molestan a la familia, no te dejan en paz”, apunta. Cuenta que esto le pasó a su sobrino el año pasado, que al negarse a trabajar para ellos tuvo que marchar a Irán. Volvió después ante las represalias que estaba sufriendo su familia. Le mataron.

El terror que nunca se fue de los pueblos, llegó a las ciudades con la toma de Kabul. “La hermana de mi marido está ahora allí, desde que vinieron los talibanes no salen de su casa, tiene mucho miedo”, explica Safura, quien señala que niñas y viudas son forzadas a casarse con ellos. “Yo siempre pensaba, como tengo niñas, que si salíamos de Afganistán, mis hijas no tenían que pasar mi vida”. Al temor por el futuro de sus hijas se sumaba la amenaza más concreta sobre su marido, a quien quisieron extorsionar para trabajar con los talibanes. “No quería que mi marido trabajase con talibanes, si tu entras con ellos, al final es la muerte, por eso escapamos de Afganistán”.

El viaje no fue nada fácil. Tras pagar para llegar a Irán, Safura y su marido encontraron a alguien que les llevó a Turquía. Era 2015 y entre los afganos se extendía el rumor de que las fronteras europeas “estaban abiertas” y que pagando se podían traspasar, narra Safura. “Turquía parecía Afganistán”. Tras casi un mes esperando en el país, se unen a un grupo de personas que intenta pasar a Bulgaria tras una larga marcha. “Muchas personas tienen miedo y no quieren pasar, pero nosotros no podemos volver. Por eso seguimos adelante”.

Entre la dureza de las fronteras, el trato indigno en los campos, las detenciones, el camino duró meses. La gente estaba desesperada por avanzar, y no era fácil encontrar solidaridad. Perdieron las medicinas que necesitaba una de sus hijas, y durante horas, tras un ataque de la policía en la frontera con Bulgaria, extraviaron a su hijo. También hubo quienes les ayudaron, pasó en Serbia donde les dieron comida y abrigo, pasó también con otros afganos, como el hombre que les explicó cómo atravesar la frontera francesa después de casi un mes intentándolo sin éxito, un compatriota que cobraba por pasar a gente de un lado a otro, pero que les ayudó desinteresadamente por viajar con tres niños pequeñosy ya sin dinero. O quien, una vez llegaron a Madrid, les llevó a la Cruz Roja donde pudieron solicitar asilo. Atrás quedaban las marchas por el bosque, el miedo, y el frío, dormir los cinco debajo de una manta sin saber qué pasaría el día después.

Una vez en España

Cuenta López que ya ha nacido la primera bebé cuya familia llegó por la operación Antígona. Se llama Sofía y nació en noviembre, en el centro de acogida que tiene CEAR en Catalunya. “Quienes llegaron en agosto al país solicitaron protección internacional. Esto tiene que pasar por una comisión interministerial, que es donde se decide la solicitud de asilo, ya entre los meses de noviembre, diciembre, están empezando a resolver”, unos tiempos que no son habituales y que suponen una rapidez “récord”. López estima que irán reslviendo el resto de solicitudes en enero o febrero, obteniendo las personas solicitantes  su condición de refugiadas y con ello la autonomía residencial y el permiso de trabajo.

El contingente llegado con la operación Antígona tiene características particulares que facilitarán su adaptación en el país, si bien, recuerda la trabajadora de CEAR, su conformación es heterogénea. Si bien muchos hablan español al haber trabajado para las fuerzas españolas, no es el caso de todas las personas, incluyendo a los familiares que las acampañan.

Y es que llegar a un país “seguro” no es sinónimo de poder alcanzar la tranquilidad, es algo que ya saben quienes llegaron antes al país. Algunos ni siquiera tienen España como destino y se desplazan a otros países europeos donde ya tienen redes, otros, como el caso de dos refugiados afganos que trabajan para CEAR consiguen asentarse. “Sí conocemos casos de éxitos, que han podido estudiar, tener un trabajo, que tienen redes en España y les va bien, y luego hay casos, como pasa con todas las nacionalidades, o que van sobreviviendo como pueden, o que han tenido que marcharse porque tampoco han encontrado aquí la vida que buscaban”.

Después de cinco años en el país, Safura y su familia han ido sobreviviendo, y de momento no han encontrado lo que buscaban, pero saben que “nadie puede volver a Afganistán ahora”

Después de cinco años en el país, Safura y su familia han ido sobreviviendo, y de momento no han encontrado lo que buscaban, pero saben que “nadie puede volver a Afganistán ahora”. Ellos pasaron 9 meses en un centro de la Cruz Roja en Cantabria, otros 9 meses los pasaron en un piso de Madrid, pero acabados los 18 de meses, la ayuda se terminó: tenían que sobrevivir de manera autónoma. Ella algo de español había aprendido con los libros de sus hijos, su marido apenas lo hablaba. En esa situación, encontrar un trabajo o un techo era imposible, si han tenido dónde vivir hasta ahora ha sido gracias a personas que se han encontrado por el camino y las han ayudado. Pero es una vida muy difícil y sin certezas. Cuando por fin su marido encontró un trabajo a media jornada, el 2020 empezó la pandemia y lo perdió. Han pedido la renta mínima autonómica y el ingreso mínimo vital sin resultado.

El problema del refugio

Hace justo un año, en enero de 2021, se aprobó una reforma en el sistema de acogida que impide que se pase de fase 1 a fase 2 hasta que no se resuelva la solicitud de asilo. Esto, explica Tania Vilkhova, responsable de Acción Social de la Red Acoge, “supone una menor autonomía porque durante todo ese periodo tienen que quedarse en el centro gestionado por las entidades sociales o el ministerio de inclusión en el caso de los CAR (centros de acogida de refugiados)”. Si bien la nueva instrucción apuntaba a una reducción de los plazos a seis meses, esto no se estaría cumpliendo.

Un significativo descenso en las peticiones de asilo respecto a 2019 —en los últimos años la mayoría de solicitantes provenían de América Latina— , y el bloqueo durante meses de las personas solicitantes de asilo llegadas a Canarias, ha permitido, explica Vilkhova, que aún no se haya notado una de las posibles consecuencias del cambio: “como no salen personas de los centros de primera fase no pueden entrar otras nuevas personas solicitantes”, sin embargo teme que esto solo sea temporal, y que una recuperación en las solicitudes de asilo pueda suponer de nuevo un colapso. “En algún momento, el sistema probablemente se atasque. Estamos en un momento medio crítico, de hecho, con las personas solicitantes de asilo afganas se llenaron las plazas. Esta semana se aprobó el nuevo programa de reasentamiento por parte del Ministerio para acoger a 1200 personas más. A ver dónde llegan”.

Vilkhova critica que, tras tanto hablar de vías seguras en el Pacto Mundial de Migraciones o el más reciente Pacto Europeo de Migración y Asilo, la comunidad internacional no ha avanzado nada en este sentido. Aún sin vías seguras ni corredores humanitarios, la gente sigue huyendo de sus países. “Viendo todo lo que está pasando, no solamente en Afganistán, hay muchísimos conflictos en África —Etiopía, Mozambique…— de los que nadie está hablando, todas estas personas son potenciales solicitantes de protección internacional”. Vilkhova considera que muchas de estas personas llegarán a España, y que el gobierno debe de ser capaz, implicando al tercer sector, de dar una respuesta “rápida, ágil y adecuada”.

“Viendo todo lo que está pasando, no solamente en Afganistán, hay muchísimos conflictos en África —Etiopía, Mozambique…— de los que nadie está hablando, todas estas personas son potenciales solicitantes de protección internacional”

En este sentido López señala que, en muchos casos, la respuesta política “funciona a reacción de los medios de comunicación, de que los conflictos sean noticia. Y es verdad que Afganistán en agosto era noticia, ahora ya no es tanta noticia. No somos muy  optimistas de que se vaya a tomar ninguna iniciativa a nivel europeo ni a nivel español para poder paliar un poco la situación de las personas que están siendo perseguidas ahí”. Desde Cear demandan que existan vías seguras para que puedan pedir asilo aquellas personas cuya vida esté en peligro.

Safura recuerda las imágenes que ha visto en los últimos meses desde su precaria existencia de refugiada sin recursos: “No se cuida a la gente que sale del país, hemos visto en los aeropuertos a miles de personas esperando con los niños, piensan que se los van a llevar a los países en Europa, pero solo se llevan a al gente que trabaja para ellos, muchos aviones vienen vacíos, hay mucha muerte en el aeropuerto, pero a nadie le importa”.

Fuente de la información e imagen: https://www.elsaltodiario.com

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España: La covid persistente y sus más de 200 secuelas ya tienen definición oficial

La falta de una descripción médica aceptada por la OMS complicaba la vida a millones de personas que aún sufren por el coronavirus meses después de curarse

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya tiene una definición para una de las caras más intrigantes y de mayor impacto del coronavirus: la de aquellos millones de personas que una vez superada la covid siguen sufriendo sus secuelas durante meses. Un grupo de expertos liderado por investigadores españoles ha logrado, con la participación de enfermos y sus médicos, un acuerdo para describir la covid persistente. La cuestión del nombre tiene su relevancia. Además de saber qué es lo que tienen, los afectados podrán ver reconocidas bajas por esta nueva condición, los facultativos acelerar su diagnóstico y los científicos afinar en sus estudios sobre la covid persistente.

En el verano de 2020 empezaron a conocerse extraños casos de personas que habían superado la covid, pero arrastraban secuelas diversas. Unos seguían con anosmia, la pérdida de olfato. Algunos relataban dolores musculares y un cansancio casi infinito. Y en otros casos contaban cómo olvidaban el párrafo que acababan de leer. Lo más intrigante es que, como decía entonces un experto, allí donde pudieron hacerles pruebas cognitivas, “no vemos ni rastro de la enfermedad”. Con el paso del tiempo, a este conjunto de síntomas lo llamaron covid de larga duración, long covid o, especialmente en Estados Unidos, PACS, acrónimo en inglés de síndrome poscovid. En España se fue imponiendo covid persistente. Pero faltaba definir esta nueva condición clínica.

Joan Soriano, médico epidemiólogo del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, ha liderado un grupo de expertos internacionales que han consensuado la primera definición de covid persistente. El panel está impulsado y respaldado por la OMS y ha publicado las conclusiones de su trabajo en la revista The Lancet Infectious Diseases. La descripción oficial a partir de ahora, traducida del inglés, establece que la covid persistente es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo.

“La definición no incluye un listado de secuelas, porque tenemos ya más de 200 síntomas diferentes”, dice Soriano, investigador del Ciberes (Centro de Investigación Biomédica en Red en enfermedades respiratorias). No habría sido fácil decidir cuáles incluir y cuáles dejar fuera. Y no se puede descartar que aparezcan nuevas. En la definición mencionan los síntomas más comunes que incluyen, entre otros, fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva. El texto también recoge que pueden ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de un episodio agudo de covid o persistir desde la enfermedad inicial. Es decir, pueden ser secuelas o síntomas en sí, una distinción que el coronavirus ha complicado.

Soriano recuerda que la cuestión del nombre y de tener una buena definición no es banal. “Es importante para la cobertura de los seguros o para una baja por enfermedad”, comenta. Es clave desde el punto de vista estadístico. Según lo que contenga esa definición clínica, la prevalencia de la covid persistente será una u otra. Por ejemplo, algunos estudios han estimado que entre el 10% y el 20% de los hospitalizados por covid salieron con el alta del hospital, pero también con secuelas que les duraron meses o incluso aún las tienen. Y también es fundamental para enfocar la investigación.

Como dice la vicepresidenta y responsable de investigación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Pilar Rodríguez-Ledo, “a día de hoy no sabemos la causa ni hay una prueba diagnóstica que identifique quién tiene covid persistente y quién no”. Esto ha complicado el proceso de designación de la enfermedad, pero también su propio diagnóstico por parte de los médicos. Para lo primero, la OMS ha recurrido al método que llaman Delphi. Aquí se busca una definición por consenso mediante una serie de rondas en la que participan tanto expertos como pacientes o sus médicos que van estrechando el cerco hasta lograr una descripción médica que convenza a todos. La intervención de los afectados aquí es clave, estando ante un nuevo síndrome sin origen claro y formas objetivas de medir la cantidad, variedad e intensidad de los síntomas o secuelas. En el caso de la covid persistente han participado 265 personas, entre afectados, facultativos, científicos y personal técnico de la OMS.

Esta definición oficial no incluye los casos de covid persistente en niños. Aunque raros, también existen, pero como dice Soriano, “que un niño no pueda ir al colegio o jugar es de otra categoría; es tan diferente a la covid persistente de los adultos que los hemos dejado fuera”.

Fuente. https://elpais.com/ciencia/2021-12-28/la-covid-persistente-y-sus-mas-de-200-secuelas-ya-tienen-definicion-oficial.html

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