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Libro: Desarrollo y aprendizaje en el ciclo inicial. Valoración y abordaje pedagógico. Una reflexión a partir de la experiencia (PDF)

Colombia / Autores: Yolanda Blanco Carrillo. Liced Angélica Zea Silva. Geidy Maritza Ortiz Espitia. Jenny Rocío León Canro. Luz Clemencia Albarracín Lizcano. Gladys María Amaya Rosario. Andrea Josefina Bustamante Ramírez. Luisa Fernanda Acuña Beltrán / Fuente: CLACSO

Esta publicación da cuenta del proceso de formación y acompañamiento desplegada por el IDEP en los últimos años con el fin de contribuir al mejoramiento de los procesos pedagógicos del ciclo inicial. Dada la incidencia de este período educativo, se desarrolló el estudio centrado en la valoración y el abordaje pedagógico de los procesos de aprendizaje y sus dificultades en el ciclo inicial, cuyos resultados se dan conocer en este libro. El proyecto vinculó a más de 4.400 personas, entre docentes, directivos docentes, orientadoras y estudiantes de 37 colegios distritales.

Link para la descarga: Desarrollo y Aprendizaje

Fuente de la Reseña:

https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?id_libro=1325&pageNum_rs_libros=28&totalRows_rs_libros=1553

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Davos pide a gritos una nueva educación

España / 3 de febrero de 2019 / Autor: Iñaki Ortega / Fuente: La Información

Un enero más Davos se ha convertido por unos días en la capital del mundo. La reunión anual del Foro Económico Mundial – y ya van 28 años- ha convocado a jefes de estado, presidentes de grandes corporaciones y los expertos con las mentes más privilegiadas. El tema más comentado este año ha sido como luchar contra las crecientes desigualdades en el mundo; los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU han estado en boca de todos los ponentes, pero también la propia organización ha querido darle todo el protagonismo con paneles y stands dedicados a los ODS en los diferentes espacios del foro.

Además, los informes presentados estos días también han coincidido en señalar que la cuarta revolución industrial -tan pregonada por el fundador del WEF, el profesor Klaus Schwab- ha de venir acompañada de actuaciones para que no solo las grandes corporaciones se beneficien de ella sino también trabajadores de todo el mundo que ven amenazados sus empleos y por ende las sociedades en las que viven que asisten impertérritas al crecimiento del populismo fruto de ese descontento.

Uno de esos objetivos de Naciones Unidas es la educación de calidad que en uno de esos estudios presentados en Suiza ha sido rebautizada como re-trainingVolver a educarse o formación continua será una de las claves para conseguir frenar las desigualdades y socializar las externalidades positivas de la cuarta revolución industrial.

Para el filósofo José Antonio Marina vivimos en una «sociedad del aprendizaje» regida por una ley impecable: «Para sobrevivir, las personas, las empresas y las instituciones deben aprender al menos a la misma velocidad con la que cambia el entorno; además, si quieren progresar, habrán de hacerlo a más velocidad». Es por ello por lo que muchos autores, entre ellos Jeffrey Selingo, defienden que estamos viviendo la tercera revolución de la educación.

La primera ola, a principios del siglo pasado, tuvo que ver con la llegada de la enseñanza obligatoria que propició una educación masiva que brindó una capacitación para la vida a millones de personas en todo el mundo. Por ejemplo, en 1910, sólo el 9 por ciento de los jóvenes estadounidenses obtuvieron un diploma de escuela secundaria, en 1935 eran ya el 40 por ciento. La segunda revolución surgió en el último tercio del siglo XX en Estados Unidos, pero también en otros países como España (en este caso a raíz de la llegada de la democracia y la «universidad para todos»). En el año 1965 se matricularon en primer curso 75.000 personas en España, que han pasado a ser 1,5 millones en la actualidad. En 1970, en Estados Unidos había sólo 8 millones de universitarios matriculados y hoy día superan los 20 millones.

Ahora, debido al fenómeno de la longevidad, pero también a las exigencias de la evolución tecnológica y su impacto en el mundo del trabajo, estamos en la tercera gran revolución de la educación. El nivel de preparación que funcionó en las dos primeras oleadas no parece suficiente en la economía del siglo XXI. En cambio, esta tercera ola estará marcada por la formación a lo largo de la vida para poder mantenerse al día en una profesión y adquirir habilidades para los nuevos trabajos que llegarán.

Gartner pronostica, por ejemplo, que la inteligencia artificial destruirá en los próximos cuatro años 1,8 millones de empleos a nivel global, pero generará 2,3 millones de nuevos puestos de trabajo. Es probable que los trabajadores consuman este aprendizaje de por vida cuando lo necesiten y a corto plazo, en lugar de durante largos períodos como lo hacen ahora, que cuesta meses o años completar certificados y títulos. También, con esta tercera ola, vendrá un cambio en cómo los trabajadores perciben la formación, que es como una maldición por la que hay que pasar por exigencias de la empresa o, peor aún, algo a lo que se recurre tras un despido. Estamos entrando en una etapa en la que el reentrenamiento será parte de la vida cotidiana puesto que con vidas laborales tan largas y variadas, reinventarse y volver a capacitarse será muy normal. Por ello nos tenemos que ir quitando de la cabeza la idea de que la formación y el mundo del trabajo son etapas de la vida o espejos de nuestra identidad.

Hasta ahora, uno no sólo estudiaba, sino que era un estudiante. Concluir la formación superior significaba acceder a la identidad adulta, marcada por la independencia económica. En los próximos lustros, será habitual volver con cuarenta, cincuenta o sesenta años a la universidad para estudiar un grado, programa o curso completamente diferente de la primera carrera. En general, el mundo laboral y el formativo estarán mucho más conectados: cruzar del uno al otro será bastante habitual.

A su vez, la incertidumbre y la velocidad de los cambios tecnológicos exigirán planes de estudios flexibles, ya que lo que podría parecer un trabajo o habilidades de gran demanda hoy día podría no serlo para cuando alguien termine de capacitarse para un nuevo trabajo. Uno de los rasgos característicos de nuestra época es la aceleración del tiempo histórico. Todo sucede tan deprisa que, a menudo, cuando aún se está desarrollando una tecnología, ya ha aparecido la siguiente, que convierte la anterior en obsoleta.

En este contexto de inmediatez, la educación, que por su propia naturaleza requiere planificación y tiempo, asume un gran reto. Los grados dobles, las titulaciones mixtas, los programas executive, blended, cursos de foco y experienciales, son algunas de las herramientas para obtener una formación de calidad, muy especializada y situar a los estudiantes de todas las edades ante problemas reales para que aprendan a tomar decisiones y solucionar problemas. Al respecto de estas nuevas habilidades que se requerirán, no todo será tecnología.

La capacitación laboral deberá centrarse en varias disciplinas técnicas, pero también en las habilidades clave que la complementan, como la resolución de problemas, el trabajo en equipo, la comunicación y sobre todo la empatía. En definitiva, como afirmó esta semana pasada el astrónomo español Rafael Bachiller, solo será útil Davos (y nuestros gobiernos, digo yo) en cuanto se centren en lograr que la tecnología mediante la educación nos haga más humanos.

Fuente del Artículo:

https://www.lainformacion.com/opinion/inaki-ortega/davos-pide-a-gritos-una-nueva-educacion/6490967

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Libro: El aula diversificada (PDF)

Estados Unidos / 3 de febrero de 2019 / Autor: Carol Ann Tomlinson / Fuente: Google Books

La autora propone en su libro una estrategia general, el think versus sink aproach, que plantea al profesor pensar en lugar de hundir. Sus planteamientos y estrategias de organización y planificación de clases, resultado de una dilatada experiencia docente vivida en aulas de primaria y de secundaria, suponen una gran aportación al nuevo panorama educativo. Por primera vez, la educación ofrece respuesta a los miles de niños que, con escaso apoyo familiar, porque ni sus padres ni sus abuelos estuvieron escolarizados, se incorporan por primera vez a las escuelas, y considera la influencia de los compañeros un estímulo que mejora la calidad del aprendizaje.
Links para la descarga:
https://drive.google.com/file/d/1QeYv11kcYOq-Tt3cRiVGTscDgRN0I4qL/view?fbclid=IwAR1A7BX1thxN3wwd4-aVcrK7v99Wagaf5xfdW8UqTwYUqmqbu4rAKWhORKs
ó
https://es.scribd.com/document/256642603/EL-AULA-DIVERSIFICADA-TOMLINSON-PDF
Fuente de la Reseña:
https://books.google.com.mx/books/about/El_aula_diversificada_Ed_Bolsillo.html?id=gicWPwAACAAJ&source=kp_book_description&redir_esc=y
ove/mahv
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Podcast nº13 – Cita Educacional – Formación de profesores (Audio)

Chile / 3 de febrero de 2019 / Autor: Cristian Orozco V. / Fuente: Spreaker

 

 

Hola a todos. En este episodio número 13 del podcast leo una cita del libro «Escuelas Creativas» de Ken Robinson sobre cómo deberían ser formados los futuros profesores.

Como siempre, les dejo los enlaces a mis redes sociales:

Twitter:
www.twitter.com/profe_cristian

Email:
cristian.orozco@gmail.com

Instagram:
profe_cristian

 

Fuente:

https://www.spreaker.com/user/profe_cristian/13-cita-educacional-formacion-de-profeso

ove/mahv

 

 

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Libro: Aprendizaje activo, diversidad e inclusión. Enfoque, metodologías y recomendaciones para su implementación (PDF)

Chile / 3 de febrero de 2019 / Autor: Oscar Jerez Yáñez / Fuente: Repositorio Universidad de Chile

Este libro es producto del Proyecto MECESUP UCH 0703 “Profundización de la convergencia de los procesos de renovación de pregrado de la Universidad de Chile y de Valparaíso implementando la formación basada en competencias vinculada al Sistema de Créditos Transferibles (SCT-Chile)”, desarrollado por el Departamento de Pregrado de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile.
Links para la descarga:
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/136742/Aprendizaje-activo-diversidad-e-inclusion.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ó
https://drive.google.com/file/d/10Kx62LG3kVJWv3MTtVjpi290rEmFtPLk/view?fbclid=IwAR0o9mrXdFyqS5T0fgH9WLzmQ5zoE3I1pVsfDOH4I14vyx3iTTGTVcoXiu4
Fuente de la Reseña:
http://repositorio.uchile.cl/handle/2250/136742
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La agenda 2030: un marco global para la privatización y el comercio educativo

América Latina / 3 de febrero de 2019 / Autor: Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas / Fuente: observatorioeducacion.org

El proceso de avance de la privatización y comercialización de la educación pública en todos los niveles está amparado en un marco legal e institucional de carácter global y con aplicabilidad regional. Este marco legal incluye la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, firmada por 193 países, así como las agendas de préstamos para la educación impulsadas por el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo en conjunto con las autoridades educativas de los países.

Esta praxis de las instituciones internacionales responde a un modelo y a una mirada del desarrollo que termina por naturalizar la participación del sector empresarial privado en las diferentes etapas de la política educativa, priorizando el cumplimiento de metas e indicadores. Esta naturalización brinda las condiciones para que la comercialización y la privatización de la educación continúen avanzando. Así, expresiones como las escuelas privadas de bajo costo y la compra por parte del Estado de diversos servicios educativos a grupos privados, son únicamente una consecuencia, y no un fin, de un enfoque mundial y regional sobre la educación con énfasis en resultados medibles.

En los diferentes documentos revisados se habla de la sociedad civil como un espacio donde el sector sindical es un actor más, junto las ONG´ s y las burocracias de la cooperación internacional. Las diferentes estructuras globales (ONU y sus agencias, Banco Mundial) insisten en posicionar a los diversos grupos de la sociedad civil como actores con legitimidad de participación y representación, intentando relativizar el papel político del sector sindical, su poder de representación y movilización real. Los documentos de la Agenda 2030 repiten ese mecanismo mediante el cual parece establecerse un nuevo contrato social que otorga a las ONG´ s y a la burbuja filantrópica con la misma capacidad de participación y de toma de decisiones que el sector sindical.

La comercialización de la educación en América Latina no ocurre como un fenómeno comercial aislado de las autoridades educativas. En muchas ocasiones, las dinámicas de los Ministerios de Educación los hacen apoyar, impulsar e incluso protagonizar procesos privatizadores (incluyendo el out-sourcing).

A continuación se comentan un conjunto de documentos que han sido revisados y analizados y que facilitan la comprensión de este escenario de naturalización institucional para la participación privada en la política educativa.

 

Agenda 2030 y el ODS 4 naturalizan y promueven la participación privada en la educación.

Se han revisado un conjunto de documentos publicados por las agencias de Naciones Unidas que tienen a su cargo agendas educativas como la Organización de Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia-UNICEF, en las que se expresa su apoyo a las alianzas público privadas en educación y a la participación del sector educación en las diferentes etapas de la política educativa.

En el 2006 la UNESCO publica el documento “Alianzas con el sector privado: haciendo la diferencia” en el que recomendaba a los países en desarrollo promover un acompañamiento entre gobiernos y sector empresarial privado para conseguir avances en la educación (p.5).

En el año 2013, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio,  la UNICEF y UNESCO elaboraron de forma conjunta el documento “La inversión más inteligente: Marco para la participación del mundo empresarial en la educación”.

Este es un documento elaborado por UNESCO, UNICEF y el Pacto Global de las Naciones Unidas, que orienta a la articulación del sector privado para convertirse en actores claves en la política educativa (p.11), ya sea para apoyar la cobertura, la infraestructura, la elaboración de contenidos o el acceso y uso de las TIC ´s. El documento brinda estrategias para que las empresas se vinculen al mundo educativo (p.6). y promueven que estas se organicen y se articulen en el marco de la Coalición Mundial de empresas por la Educación.

La publicación señala que las empresas tienen un “peso político” (p.11) que puede estar dirigido a participar en las políticas educativas y generando alianzas con los gobiernos para aportar tecnología, contenidos innovadores y conocimientos para mejorar la gestión en educación (p. 13). También se propone el acompañamiento del diseño de contenidos educativos para que estos sean pertinentes con las exigencias del mercado y garantizar que el proceso educativo brinde habilidades para el empleo (p.29).

La IEAL ha advertido cómo los marcos legales están normando y naturalizando la participación del sector privado en diferentes fases de la política educativa a nivel mundial.

El Plan de Acción de la Agenda 2030 (2015) lanzado en el marco de la Declaración de Incheon con la presencia de sindicatos afiliados a Internacional de la Educación llama a que se garanticen más recursos, incluyendo de fondos de cooperación y de “fuentes emergentes” para financiar la educación, (p.vi). La Declaración establece que el sector privado juegue un rol para otorgar un carácter pertinente a los contenidos educativos (p.14).

Con el establecimiento de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS , las agencias de las Naciones Unidas han reiterado el llamado para que el sector privado sea un actor central en lograr el cumplimiento de los ODS, partiendo de que las soluciones a los desafíos de desarrollo global no pueden venir exclusivamente de los gobiernos. La Adenda de Acción de Addis Adeba de la Tercera Conferencia Internacional de la Financiación del Desarrollo (2015) brinda a su vez el marco de implementación y de financiación para la  Agenda 2030 y llama a los gobiernos, sector empresarial y sociedad civil a buscar acuerdos para financiar el desarrollo (ONU, 2015).

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible parten de que los Estados no son autosuficientes para cumplir con la agenda 2030. Por ello designan al sector privado como un actor clave en el proceso de cumplimiento de estas metas y por tanto en la política pública.  Cumplir con las metas educativas que suponen los ODS, implica entonces naturalizar e incluso promover la participación del sector privado.

Los ODS se constituyen en una hoja de ruta global y, a diferencia de los Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM, plantean metas que también deben ser cumplidas por los países ricos. Otra diferencia con relación a los ODM, es que los ODS abren la puerta al sector privado y a la cooperación para acompañar la financiación de la agenda pública. Las metas de desarrollo de los países se guiarán por los ODS, y con ello se normaliza, se institucionaliza la participación del sector privado en la toma de decisiones para los procesos del desarrollo.

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, enfocado en Educación, que establece metas claras en cuanto a finalizar los estudios (meta 4.1), (meta 4.1), cuido y educación en la primera infancia (meta 4.2), educación para el empleo (meta 4.4), acceso en igualdad de condiciones (meta 4.5) alfabetización (meta 4.6) y la formación de docentes, entre otros.

A partir de este documento se han repetido las exhortaciones hechas por la UNESCO y la UNICEF para que el sector privado juegue un rol en proponer estrategias innovadoras para lograr el acceso y la cobertura, especialmente colaborando con plataformas en línea para la educación virtual y

La meta 4.1 fija “para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces”. Para el cumplimiento de esta meta, la Declaración de Incheon propone dar seguimiento a los aprendizajes mediante mecanismos de medición estandarizados y la creación de bases de datos, de manera que se orienten las decisiones en materia de política educativa con base en la perspectiva de “costo-beneficio” (p.11).

Otras iniciativas de las Naciones Unidas como la Alianza Global por la Alfabetización lanzada en septiembre del 2016 también señalan que sin el sector privado no se podrá avanzar hacia la meta 4.6 que fija “para 2030, garantizar que todos los jóvenes y al menos una proporción sustancial de los adultos, tanto hombres como mujeres, tengan competencias de lectura, escritura y aritmética”.

La burocracia internacional continuará avanzando en la dirección de las alianzas público privadas para el cumplimiento de las metas de los ODS. En materia educativa, las agencias de la ONU también continuarán apoyando la participación privada en las diferentes facetas de la política educativa. Esa participación del sector privado en la financiación, en el apoyo para la innovación, en la generación de estrategias de gestión, en la recolección de datos, en la propuesta de contenidos, etc., es el nuevo mandato global dado por la Agenda 2030. El financiamiento internacional se pondrá a disposición de proyectos educativos que no riñan con ese mandato. Un ejemplo de esto es la propuesta del banco Mundial para la creación de la Unidad Internacional de Financiamiento Educativo, que se analiza a continuación.

 

Elaboración con base en revisión de:

Naciones Unidas (2015) Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (Agenda de Acción de Addis Abeba).

UNESCO (2015) Declaración de Incheon. Educación 2030.

UNESCO &UNICEF (2013) La inversión más inteligente: Marco para la participación del mundo empresarial en la educación.

UNESCO (2006) UNESCO-Private Sector Partnerships: Making a Difference.

 

La Agenda 2030 en educación: una agenda para el endeudamiento

Durante las denominadas “Reuniones de primavera” del Banco Mundial en el mes de abril de 2017, la Comisión de la Educación presentó una propuesta para generar la Unidad Internacional para el Financiamiento Educativo  (International Finance Facility for Education). Esta unidad centralizaría las gestiones de préstamos para la educación del Banco Mundial, BID e incluso UNICEF.

La Comisión Internacional para el Financiamiento de Oportunidades Educativas Globales  (Education Comission en inglés) se conformó con el objetivo de reunir evidencia para presentar una agenda de acción para el financiamiento educativo global. En noviembre del 2016 esa Comisión presentó el informe “La Generación del aprendizaje. Invertir en educación para un mundo en proceso de cambio”. Ya en ese reporte la Comisión recomendaba “movilizar nuevos financiamientos de una amplia gama de recursos, incluso mediante el establecimiento de un nuevo mecanismo de inversión educativa que ayude a adaptar el financiamiento de bancos multilaterales de desarrollo” (p.9).

Durante la presentación del mes de abril de 2017, la Comisión propuso ante el Banco Mundial la creación de una Unidad Internacional para el Financiamiento Educativo. La comisión identificó que para cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 relativo a la educación de calidad, los países deberían destinar al menos del 6% al 8.5% de su PIB a la Educación. Para la mayoría de países de América Latina, esto implicaría mayor endeudamiento.

La comisión ha identificado que esta inversión en educación implica movilizar al menos US$13 billones de dólares anuales hasta el 2020, por ejemplo en el caso de los países de renta baja y media, las necesidades de financiamiento pasarían de los US$23 billones de dólares en el año 2020 a los 71 billones en el 2030.

La Comisión propone que la Unidad Internacional de Financiamiento Educativo sea un ente que potencie la capacidad de endeudamiento entre los países, estableciendo menores cuotas de interés (buy-downs) como estrategia de atracción para el endeudamiento. Además, la propuesta señala que se condicionaría la entrega de préstamos a los países dispuestos a “reformar sus sistemas educativos en función de resultados” (p.2), así como la “mejor distribución de recursos” en la educación.

Esta es una evidencia de cómo, la agenda 2030, puede guiar hacia mayor endeudamiento y mayor participación de actores privados en la agenda educativa.

Como ya se mencionó, en noviembre del año 2016 la Comisión había publicado el Informe “La Generación del aprendizaje. Invertir en educación para un mundo en proceso de cambio”. En este documento resalta que el mandato que había recibido fue identificar formas para “movilizar y poner en marcha recursos para” garantizar la educación. La Comisión recomienda que la inversión en educación se guíe según los resultados en educación y los procesos de reforma y propone “el establecimiento de un nuevo mecanismo de inversión educativa que ayude a adaptar el financiamiento de bancos multilaterales de desarrollo” (p.5).

Elaboración con base en revisión de:

Education Comission (2017) A Proposal to Create the International Finance Facility for Education.

Education Comission (2016) La Generación del aprendizaje. Invertir en educación para un mundo en proceso de cambio.

Fuente del Artículo:

http://www.observatorioeducacion.org/content/la-agenda-2030%3A-un-marco-global-para-la-privatizaci%C3%B3n-y-el-comercio-educativo

Fuente de la Imagen:

https://www.compartirpalabramaestra.org/etiqueta/tecnologia?page=5

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Colombia: Sobre la incidencia del Banco Mundial en las políticas de educación superior

Colombia / 3 de febrero de 2019 / Autor: UN Periódico / Fuente: Observatorio de la Universidad de Colombia

El académico de la U. Nacional, Gabriel Misas Arango, evalúa cómo este organismo incidide en la forma como los gobienos asumen su compromiso con la ed. superior.

Desde hace seis décadas las políticas sobre financiación y expansión de la educación en América Latina variaron según las visiones irrigadas por el Banco Mundial. En entrevista con el economista y académico Gabriel Misas Arango, el experto explica cómo esos vaivenes afectaron gravemente el sistema educativo en la región, hasta llegar a la coyuntura actual, sobre todo en países como Colombia y Chile.

En los años sesenta la directriz del Banco Mundial (BM) era que el Estado no debía financiar la educación superior porque a ella solo accedían las élites; a mediados de los ochenta fijó que era necesario responder a las lógicas del modelo economicista de rentabilidad (la educación como servicio, que aún se mantiene), y en los noventa –hasta la fecha– estableció que el gasto público para el sector no podía superar el 20 %, algo que los países de la región acataron, sobre todo Colombia, donde no supera el 10 %.

El profesor e investigador Gabriel Misas Arango, exdecano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UN), explica que si bien América Latina siguió la mayoría de esas políticas, en algunos aspectos no cedió por completo. Por ejemplo, los Gobiernos no dejaron de financiar la educación superior pública para evitar problemas políticos internos, pero sí redujeron recursos drásticamente. Colombia y Chile fueron los más aplicados en seguir esta regla, y, en la orilla contraria, Cuba y Uruguay la ignoraron.

Según el experto, en Colombia los lineamientos del BM modificaron la estructura de todo el sistema educativo más que en otras naciones. Por un lado, para las décadas de los ochenta y noventa el país tuvo una sobrerrepresentación en el BM, debido a que altos funcionarios nacionales en el campo educativo llegaron a posiciones influyentes en la división de educación de la entidad. Y ¿cómo llegaban allá?, “portándose bien en aplicar las reglas impartidas”, afirma.

Por otro lado, desde los años treinta el país tuvo una mayor participación del sector privado en el manejo de la educación que en el resto de la región, una tendencia que, de la mano de ese organismo multilateral, se agudizó a partir de los años sesenta e influyó en el marchitamiento de la educación pública superior y en que la básica primaria y secundaria públicas se masificaran, pero con bajísimos indicadores de calidad.

El exdecano afirma que “hace más de cincuenta años, por su experiencia en África, el Banco Mundial difundió la idea de que la calidad en la educación primaria en los países en desarrollo, fuera buena o mala, era indiferente frente a la reducción de las tasas de fertilidad en las mujeres y la optimización de la productividad agrícola en los hombres. Ese enfoque, además de equivocado, no permitió ver las particularidades para el caso de Latinoamérica, donde existía una profunda estratificación social tras siete décadas de desarrollo capitalista”.

¿Cómo se evidenció esa visión africana en Colombia? En primer lugar en una decisión en la época del Frente Nacional que, en opinión del profesor Misas, fue fatal para la educación del país: la implementación de la doble jornada. Esta medida, que se suponía era excepcional y por corto tiempo ante la alta demanda y la poca infraestructura en Bogotá, aún se mantiene después de sesenta años y se generalizó en todo el país. Se añadieron otras reformas, como tener un mayor número de niños por curso y, en los años ochenta, eliminar paulatinamente las materias relacionadas con las artes (música, apreciación estética, etc.).

Ley 30 nunca fijó techos para invertir en la educación superior

Para el investigador, los eventos antes mencionados propinaron un duro golpe a todos los niveles del sistema educativo hasta llegar a la actual crisis. Y aunque con la Ley 30 de 1992 se trató de resolver muchos conflictos relacionados con la educación superior, tanto la falta de voluntad política como nuevas imposiciones del BM no ayudaron a redirigir y a situar a la educación como eje central del desarrollo del país.

Debido a la falta de reglamentación, asegura el académico, todos los ministros de Educación aprovecharon para argumentar que si asignaban recursos más arriba del IPC estarían violando las normas, lo que en su opinión es una mentira, porque la Ley 30 nunca fijó techos para invertir en la educación superior. A ese difícil contexto se sumaron las presiones del BM, que condicionó el otorgamiento de créditos a la aplicación de sus políticas; por ejemplo, que el financiamiento de la educación superior no podía sobrepasar el 20 % del gasto público total y que había que promover a las instituciones privadas como protagonistas en el manejo de la educación.

“De la noche a la mañana, y sin explicar el porqué, en los años noventa el organismo definió que ahora sí los Gobiernos debían financiar la educación superior, pero más la privada que la pública. De ahí que se hayan instaurado programas como Ser Pilo Paga, que es una copia del sistema chileno, donde los mejores 27.000 alumnos en las pruebas estatales de conocimiento (lo que aquí se llama Pruebas Saber) reciben una beca para acceder a universidades acreditadas privadas. ¿Eso qué significa?, que con recursos públicos se ayuda a financiar la educación de los más ricos. Y hay algo grave que casi nadie se atreve a decir, y es que en estos programas el nivel de deserción es casi nulo, porque hay órdenes de no reprobar a los beneficiados, ya que si esos jóvenes salen, se afectan las finanzas”, manifiesta el exdecano.

La tendencia a privilegiar la educación privada en Colombia también se evidencia en el papel que ha cumplido el Icetex en las últimas décadas: ser una entidad de otorgamiento de créditos para que las clases menos pudientes accedan a la educación superior, sobre todo a decenas de instituciones de dudosa calidad. Este y otros graves problemas estructurales del sistema educativo colombiano “hacen necesario que el país llegue a unos acuerdos fundamentales sobre qué queremos para nuestros niños y jóvenes”, expone el profesor Misas.

En primaria, por ejemplo, aceptar que los retornos económicos y sociales son mayores que otras formas de inversión en educación, como lo muestra la evidencia teórica y la experiencia en los países desarrollados; que la educación secundaria debe tener una única jornada, con un currículo mucho más amplio que permita desarrollar el sentido crítico de los estudiantes; y en la formación superior es indudable la necesidad de destinar más recursos económicos, claro está, dice el experto: con el compromiso de las instituciones de mejorar las metas de calidad y eficiencia.

“Es imposible que la universidad, como quiere el Gobierno, se sostenga con el arancel (lo que en Colombia se llama matrícula) que pagan los estudiantes, eso no sucede en ningún país serio; además es ilógico, porque las inversiones en adquisición de nueva tecnología de cómputo, las revistas electrónicas indexadas y los laboratorios, entre otras herramientas necesarias para hacer investigación en los niveles de maestría y doctorado, no deben ser costeados con los aportes de quienes ingresan al pregrado. Ni siquiera Harvard, que es privada, se financia de esta forma”, concluye el profesor Misas.

Fuente de la Noticia:

Sobre la incidencia del Banco Mundial en las políticas de educación superior

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