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Libro: Hacia un sistema de derechos de autor que promueva los derechos culturales

Se publicó la primera edición del libro Propiedad intelectual y derechos humanos. Hacia un sistema de derechos de autor que promueva los derechos culturales (2016), de la autora Beatriz Busaniche y editado por Tren en Movimiento con apoyos de Sentidos del libro, Fundación Vía Libre y Heinrich-Böll-Stiftung. Esta edición se encuentra disponible para su descarga en PDF.

La publicación revisa la historia evolutiva de los derechos de acceso a la cultura y los derechos de autores e inventores en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDDHH) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Posteriormente expone las tensiones que existen entre los sistemas de propiedad intelectual y los tratados de derechos humanos, para concluir con un análisis sobre la viabilidad y consideraciones de la realización de cambios normativos en los derechos autorales.

Beatriz Busaniche es presidenta de la Fundación Vía Libre, líder pública de Creative Commons Argentina y colaboró con Wikimedia Argentina.

Ficha: Busaniche, B. (2016). Propiedad intelectual y derechos humanos. Hacia un sistema de derechos de autor que promueva los derechos culturales. Temperley: Tren en Movimiento.

Fuente: http://www.elcosmografo.net/libro-hacia-un-sistema-de-derechos-de-autor-que-promueva-los-derechos-culturales/

Publicado en OVE el 27Mayo2016

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Presentación de los libros «Derechos Humanos como arma de destrucción masiva» y «Más allá de lo imposible. La dimensión política de los Derechos Humanos en el Siglo XXI» La salud, una necesidad de los pueblos

Este escrito quiere servir de base para la presentación de los dos libros en el título señalados. Puede resultar raro presentar dos libros en el mismo acto, por cierto en un lugar emblemático de Cádiz y en una librería-café amiga “La Clandestina”. Y es que en ambos textos se trata el mismo tema con mayor o menor extensión: La Salud: Una necesidad de los pueblos. Mi participación en el primero es más extensa, junto con un compañero, autor del libro; y en el segundo junto a un colectivo de autoras, de múltiples personas, que participamos en cada uno de sus 19 capítulos.

Es por ello que decidí hacer esta presentación conjunta en un momento decisivo y vital, donde la salud y las necesidades más básicas de los pueblos están siendo pisoteadas, arrastradas por el lodo de la indiferencia y el racismo que aparece sin tapujos en la llamada Europa “de la libertad”. Que bajo eso que llaman democracia, y no lo es, apenas se pueden esconder los abusos, ataques y violencias sobre los pueblos que quieren ser independientes y cuyas riquezas son objeto de su codicia. En las últimas décadas los casos más llamativos, sin considerar los ya crónicos del Sahara occidental y Palestina, son las intervenciones, invasiones abiertas o encubiertas, en Afganistán, Irak, Libia, el horror de la injerencia sobre el pueblo sirio. En otra zona alejada no olvidamos el apoyo del imperialismo estadounidense a los golpes de Estado en Honduras y Paraguay y cuyo goteo de asesinatos llegan a traspasar los gruesos muros de los grandes medios de comunicación gracias a las luchas que están emergiendo con fuerza en esos países1. Los intentos de golpes de estado sobre gobiernos legítimos como el de Venezuela o, cuando estos fallan, sabotajes económicos (las llamadas “guerras económicas”) y campañas mediáticas de difamación. Y es que ahora más que nunca en la actual situación geopolítica mundial EE.UU necesita imperiosamente una América Latina totalmente subordinada a sus intereses imperiales, Argentina y Brasil son los ejemplos más recientes2. Una rápida mirada internacional solo nos muestran que en el mundo la salud brilla por su ausencia.

No se olvidan tampoco los acontecimientos que ocurrieron previos a la Declaración de los Derechos Humanos (DDHH). El final de la II Guerra Mundial, sus terribles consecuencias para las poblaciones de distintos países del mundo, que tuvo su culmen en los más de 30 millones de muertes del pueblo soviético a manos del ejército nazi. El cruel aviso metafórico que representó el bombardeo nuclear sobre dos ciudades japonesas, cuando el ejército japonés ya estaba realmente derrotado. Y las represiones abiertas y ocultas, -manipuladas-, contra los pueblos que habían ganado al fascismo y suponían una amenaza para las burguesías europeas, especialmente para EE.UU, la ya primera potencia imperialista. Francia, Italia, Grecia; entre otros países sufrieron injerencias extranjeras, en connivencia con sus oligarquías, represiones a las organizaciones que más combatieron al nazismo. Se potenciaron las mafias y la introducción de drogas, como la heroína, que sirvieron para el control de los sindicatos que se encontraban “en manos” de los partidos comunistas de la época.

Tratar el tema de los derechos humanos y la Salud es resaltar que ésta es una necesidad de los pueblos, es supervivencia humana y calidad de vida de las personas. No son derechos que se nos da por parte de la clase en el poder, la burguesía, o las monarquías absolutistas y la nobleza daba en el pasado. No, son derechos conquistados que deben formar parte del proceso de construcción de una sociedad nueva, libre de explotadores y saqueadores de recursos, una sociedad para todos y todas, socialista. Porque la sociedad capitalista que sufrimos tiene una historia, un comienzo y, por ello, puede tener un fin; que sigue siendo un sistema patriarcal opresor pese a algunos avances conquistados por las mujeres. Opresión que, igual que la formación de las clases sociales desiguales, se originó en momentos históricos muy antiguos y que por ello no es “natural” ni puede considerarse como inevitable. Que podemos y debemos cambiar las cosas para mejorar en Andalucía y en otros pueblos oprimidos, y que para cambiar debemos analizar y actuar. Que los derechos humanos concretos, comunales, para el pueblo, deben ser abanderados de todas las maneras posibles. Y su conquista, por pequeña que parezca, es un paso más en la mejora de las condiciones de vida, de la salud de las personas.

Hablamos de supervivencia presente y futura, pero también de salud en su acepción positiva y solidaria, de ayuda mutua y cuidados sociales. Pero los análisis deben ser rigurosos y realistas, realizables a corto, medio y largo plazo; y yendo a la raíz de los problemas. Comprender las causas de lo que ocurre a nuestro alrededor de forma profunda e integradora, es difícil porque a este sistema no le interesa, se promueve lo superficial para tener personas adormecidas, pero es que el sistema capitalista es superficial en si mismo. Aunque se cubra de adornos hipócritas y formas diplomáticas. Escuchamos a menudo noticias superficiales donde, por ejemplo, la tragedia, la muerte continua en el mediterráneo de personas que huyen de la guerra y del hambre provocados por el colonialismo y el neocolonialismo, se relaciona con las mafias que permiten meter tantas personas en los botes que tratan de pasar al otro continente. O que la causa del accidente de tren en Santiago de Compostela era el maquinista sin afrontar el cúmulo de causas y circunstancias esenciales que contribuyeron a dicho accidente3.

En uno de los textos que se presenta se ha intentado resaltar la importancia de utilizar el método, el materialismo dialéctico. La necesidad de integrar la dialéctica, o mejor dicho, hacerla emerger de los procesos históricos, económicos, sociales y políticos; pero también de otras ciencias, como las del campo de la biología o de la salud humana, imprescindible para comprender los problemas de salud, las lesiones y enfermedades y sus causas relacionadas. La dialéctica nos ayuda a no caer en el mecanicismo y determinismo ramplón que domina muchas de nuestras disciplinas y en evitar el idealismo místico que surge con facilidad cuando los modelos anteriores son claramente insuficientes para explicar los fenómenos, como los relacionados con la salud. El abismo que separa ambas derivas lo podemos comparar con la división que aún persiste entre las llamadas ciencias “sociales” y “naturales”. Tejer su conexión en los análisis concretos no es tarea fácil pero es esencial para todos los aspectos de nuestras vidas militantes, profesionales y personales.

Analizar la salud desde un prisma dialéctico implica relacionar lo biológico, los procesos íntimos que se producen en nuestro organismo, con los determinantes sociales y políticos, limitarnos a los determinantes biológicos es tan insuficiente como quedarnos solo en los sociales o políticos. Lo que ocurre es que lo habitual es conocer más como se producen los mecanismos internos; en unos casos; y en otros, conocemos más los mecanismos externos. Pero es más difícil “rellenar” las lagunas, la falta de conocimiento, en esas zonas que enlazan ambos tipos de procesos. Teniendo en cuenta esto y que ese espectro de condicionantes, que a su vez tienen niveles y contextos de mayor o menor amplitud, según de que problema o enfermedad hablemos puede “pesar” más un tipo de causas u otras. Desde una enfermedad que ya se tiene al nacer y cuyo origen en una alteración genética de los progenitores o una alteración en el proceso de la embriogénesis; hasta una asbestosis o un cáncer de pulmón adquirida en la edad adulta por exposición al amianto, o asbesto, en el medio laboral. Pero también las malformaciones congénitas y las enfermedades hereditarias pueden ser producidas por causas externas o agresiones medioambientales. Por ejemplo, algunos tipos de cánceres hereditarios son producidos por mutaciones genéticas que, a su vez, fueron originados por factores ambientales que actuaron sobre las células germinales de sus progenitores. Vamos a desarrollar un poco más estos procesos.

En los últimos años está siendo muy útil para la medicina el entendimiento y las aplicaciones de las células madres, embrionarias y adultas, su capacidad de crear tejidos que abre puertas muy interesantes para reparar órganos lesionados por muchos tipos de enfermedades. También está ayudando a entender como una célula sana se transforma en cancerígena. Se sabe que las células madres adultas ya especializadas en determinados tejidos tienen menos capacidad de replicación (duplicación del ADN antes de la división celular) que en edades más precoces de mayor crecimiento general4. Y que según el tipo de tejido, sus células madres necesitan dividirse más o menos a lo largo de la vida de las personas. Capacidad replicativa que es controlada por los genes supresores del crecimiento. Este equilibrio entre replicación y supresión de la división celular se puede romper y provocar un crecimiento “descontrolado” de las células. De tal forma que la replicación celular que tiene una beneficiosa función de regeneración celular tiene como contrapartida la posibilidad de que se desarrollen células cancerosas5.

Además, los genes se pueden alterar, sufren mutaciones que pueden afectar a otros genes como los activadores del crecimiento celular. Dichas mutaciones se producen por fallos en el delicado proceso de división celular, especialmente en el proceso de división de los cromosomas del núcleo de la célula y sus genes correspondientes. O por agresiones externas, como las radiaciones (que alteran a los cromosomas o sus genes); los oncovirus6 y otras muchas como el alquitrán, la contaminación atmosférica o los compuestos químicos del humo del tabaco7; aumentando todas ellas la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón o vejiga urinaria, entre otros cánceres. Pero como decíamos, las células se reponen a partir de las células madre, pero en cada división celular y separación de cromosomas hay siempre más riesgo de que ocurra un error, por ello las células tienen un control de las replicaciones para que estas no sean excesivas8.

En resumen, en el origen del cáncer, que se caracteriza por un trastorno en el control del ciclo o división celular que las hace multiplicarse progresivamente de forma anormal, se encuentran lesiones internas genéticas, por ejemplo las mutaciones que surgen por errores aleatorios, bien en el proceso de formación de nuestro organismo –en la fase embrionaria-, bien en etapas posteriores de la vida. Y, a su vez, esas mutaciones genéticas también son producidas por agresiones externas o ambientales, en un proceso de relaciones hacia el interior y exterior del organismo9. Que este grupo de enfermedades, como muchas otras, está amenazado continuamente por procesos internos y externos. Las células madre hacen posible que se mantengan nuestros órganos, y sin las mutaciones en los cromosomas no hubiera sido posible el desarrollo de los seres vivos, su evolución, al predominar los cambios que se adaptan mejor al medio dinámico. Nuestros sistemas de vigilancia y reparación celular son producto de miles de años de evolución y adaptación a las agresiones externas pero la situación cambia radicalmente si superamos los límites, forzamos a nuestro organismo y a su capacidad de reparación celular.

Con estos ejemplos se trata de ilustrar como la comprensión de las enfermedades en las poblaciones requiere de una posición materialista, penetrando en la estructura de nuestro organismo y en sus procesos internos biológicos, pero también dialéctica, considerando dichos procesos en estrecha relación con las causas externas que alteran estas dinámicas internas de contrarios a lo largo de nuestras vidas. Causas externas que actúan de forma más o menos cercana y directa a las personas, pero relacionadas entre ellas como cascadas que van desde las situaciones sociales y políticas hasta las más puramente biológicas; o viceversa, en sentido contrario.

Aunar el análisis materialista con la dialéctica es, también, considerar los procesos históricos que nos han llevado a esta situación que afecta gravemente a los seres humanos junto al resto de seres vivos, a la naturaleza en general. Utilizamos, por tanto, el análisis marxista -el materialismo histórico- para comprender el tema que nos ocupa: la salud de los pueblos y sus condicionantes. Las ciencias de la salud y cualquier otra ciencia se relacionan profundamente, porque el conocimiento es un todo único y se trata de explicitar y extraer un hilo conductor en su interior que trascienda a lo social y político para lograr nuestra soberanía como pueblo y su mejora en todos los terrenos. Que el conocimiento del ámbito que sea debe servir a las personas y al conjunto de la naturaleza, no a una minoría capitalista que se apropia de riquezas y racionalidad popular, y que por ello también tener como meta transformar este sistema hacia una sociedad nueva, para todas las personas.

En este sentido reivindicamos el análisis de las causas, los determinantes que provocan la pérdida de salud, para actuar y transformar. Para señalar cuales son los problemas que nos aquejan y dirigir nuestras acciones para evitarlas, eliminarlas o cambiarlas. Lo nuevo que queremos surge de lo viejo, no se trata de desterrar lo mucho que hemos conquistado durante milenios, la cultura andaluza, por ejemplo, es rica en conocimientos y saberes ancestrales que se ha nutrido de lo mejor de los múltiples pueblos que se han mezclado en nuestra tierra. Si algo caracteriza, y enriquece, a lo andaluz, es su mestizaje que es precisamente lo que le da su idiosincrasia más genuina y profunda. Y esta dialéctica de transformar y aspirar a una nueva sociedad que incorpore “lo viejo”, lo bueno acumulado y conquistado a lo largo de los tiempos es nuestra aspiración más profunda.

Mientras tanto debemos seguir luchando por unas adecuadas condiciones de vida para toda la población analizando los principales condicionantes de la salud que destacamos a continuación:

Hemos comenzado con el derecho a una alimentación saludable que pasa por reclamar algo tan elemental como que los pueblos alcancen una auténtica soberanía alimentaria10. Frente al derecho mercantil de los alimentos para los beneficios de grandes propietarios, hay que proclamar la necesidad de una alimentación de calidad, libre de transgénicos, pesticidas y monocultivos, para todas las personas y para todos los pueblos. Las muertes por desnutrición aguda, por hambre y las enfermedades producidas por la desnutrición crónica de los países más pobres se acompañan de muertes por enfermedades del sistema circulatorio en los países más enriquecidos por excesos alimentarios pero de baja calidad.

El sinsentido de un sistema dominado por las transnacionales del sector alimentario a nivel mundial, donde los alimentos más básicos para la alimentación humana cotizan en bolsa y muchos de ellos son utilizados como biocombustibles o para alimentación animal terrestre. Mientras, el consumo de carne crece de forma imparable pese a que una alimentación nutritiva y equilibrada debe contener una pequeña proporción de proteínas animales. La esquilmación pesquera, el oligopolio de las semillas y agrotóxicos con el agravante del uso de transgénicos cierran el círculo de un sistema capitalista irracional que solo mira sus ganancias monetarias a costa del empobrecimiento y de las muertes de una cada vez mayor parte de la población mundial. La lucha por la soberanía alimentaria es la lucha de la gente del mar, de la clase campesina, jornalera y ganadera del mundo contra las grandes corporaciones transnacionales del sector, y de otros sectores como la minería, que solo se podrá lograr totalmente cuando el capitalismo, en esta fase decadente imperialista, sea eliminado11.

 Íntimamente relacionado con el tema alimentario hemos dedicado otro apartado a la necesidad de un medio ambiente cuidado para toda la humanidad. Es conocido que los países capitalistas más enriquecidos no solo explotan laboralmente a su propia clase trabajadora y a la de los países que ha empobrecido, sino también esquilman la naturaleza. Desde Marx, los análisis marxistas más dialécticos, menos dogmáticos, son los que históricamente han comprendido la íntima conexión entre la fractura metabólica del trabajo y de la naturaleza. Lo que implica la necesidad de unir la lucha por la liberación de la explotación laboral y de la naturaleza. Y en este sentido el ecologismo en abstracto tampoco nos sirve, debemos analizar el conjunto del problema para intervenir en todos los aspectos en una sociedad donde se supere la explotación laboral de la propiedad privada, con la explotación de la naturaleza. Porque esta última es consustancial con la existencia del gran capital.

Fue Marx, el que, entre otras muchas aportaciones a este tema, avisó del empobrecimiento de la naturaleza y su relación con la salud y la vida de los pueblos, analizando uno de las primeros monocultivos, el del trigo, que provocó el colonialismo inglés sobre la Irlanda anexionada, para la exportación a su burguesía; y la patata, como alimento de subsistencia a la población local. La plaga que azotó a este último cultivo, a mediados del siglo XIX, provocó terribles hambrunas para la población irlandesa y su emigración masiva. F. Engels, por su parte, anticipó los problemas ambientales de la reciente revolución industrial en las ciudades inglesas y las múltiples enfermedades que provocaban en el naciente proletariado de la época. Proletariado que provenía de la clase campesina que fue expulsada de sus tierras y sus medios de subsistencia debido, entre otros, a los cercamientos de las tierras comunales. Tierras que fueron puesta a la venta y acrecentó el latifundismo, grandes extensiones de terreno en manos de pocos propietarios y potenció las industrias manufactureras, que quedaron en propiedad de la burguesía inglesa.

Los problemas medioambientales actuales se han acrecentado. La contaminación y accidentes en suelos y ríos de la minería, que sigue fomentándose en Andalucía y otros lugares del mundo, nos ha hecho recordar los detalles del desastre de la mina de Aznalcollar y sus causas. De como se quiere reabrir esta y otras peligrosas minas en aras de unos puestos de trabajo que no se priorizan en economías sociales y limpias. Tampoco se habla de los problemas de salud que provoca la contaminación que padecemos: el cáncer, las enfermedades respiratorias y las enfermedades cardiovasculares. Que existiendo soluciones técnicas, se continúa con más de lo mismo, favorecer a las industrias contaminantes: las petroquímicas, la minería, la peligrosa energía nuclear, el fracking o el almacenamiento de gas12. Industrias todas que pueden sustituirse por energías renovables, agricultura y ganadería ecológica que aproveche los ciclos de la economía local y los ecosistemas y de la vida en general. Porque estas soluciones técnicas chocan, son incompatibles, con los intereses de las grandes empresas capitalistas.

El Cambio Climático supone la síntesis de mayor gravedad de los problemas de contaminación ambiental en el mundo. Igualmente, se saben las causas, pero no se ponen las soluciones, porque entran en contradicción frontal con la esencia de su sistema, sin tasas de ganancias el sistema capitalista no podría seguir manteniéndose. El tema es tan sumamente importante que es reconocido en foros internacionales que proponen la reducción urgente de CO 2 , uno de los responsables principales del calentamiento del planeta. La avaricia mercantilista llega hasta tal extremo que las emisiones de CO 2 ha sido objeto de compra-venta. Si mi país sobrepasa la cuota de emisión pago a otro país que emite menos y seguimos con esas empresas contaminantes. Las grandes explotaciones agropecuarias y las industrias del sector energético ya comentadas, son las principales causantes del cambio climático por la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente el metano en el primer caso y el CO 2 en el segundo.

Las políticas saludables que miren más allá del corto plazo, que aboguen por la salud de las generaciones venideras no tienen cabida en unos intereses que solo les importa las ganancias económicas rápidas y fáciles. Son los intereses de la propiedad privada, de las empresas transnacionales que continuamente nos demuestran que su prioridad son los beneficios monetarios y no la vida y seguridad de las personas. Terminamos este apartado recalcando que hay alternativas. Que se puede trabajar y potenciar energías renovables e investigar en ciencia o tecnología al servicio de todas las personas, que es una prioridad para nuestro planeta y el futuro de las poblaciones. Una economía planificada desde abajo que tienda al mínimo consumo y despilfarro y al máximo reciclaje; una economía basada en el derecho socialista de distribuir a toda la población los recursos naturales de forma respetuosa con nuestro medio ambiente.

 En el siguiente apartado, se plantean algunos detalles y contradicciones en relación con los servicios sanitarios y sociales. De como pese a tener determinados servicios públicos, como sanidad o educación, al estar insertos en un sistema político privado como el nuestro, están continuamente sufriendo privatizaciones en mayor o menor intensidad. La necesidad de apoyar y defender los servicios públicos y reclamar los que aún no son públicos, como la vivienda, el cuidado de las personas dependientes, el agua o la energía. Conquistar estas necesidades básicas es acercarnos a un sistema que en su conjunto prime unas condiciones de vida fundamentales para la salud y la seguridad de la gente frente al beneficio, privado, de unos pocos. Siendo conscientes que llegar a alcanzar estos servicios requiere eliminar la propiedad privada, esto es, la propiedad de las grandes empresas de la alimentación, del ladrillo o del sector energético.

  Los sistemas sanitarios en el Estado español y en Andalucía, pese al logro, las conquistas, de sus mejoras precisamente por su carácter público, universal y equitativo, han estado continuamente salpicados de “mordidas” privatizadoras. Una que resulta más invisible pero igualmente dañina es la privatización de la gestión: el servicio sanitario es de titularidad pública y pagado por todas (de forma no suficientemente progresiva), pero la gestión, si es privada, supone quitar una parte del dinero público para dársela a la empresa concesionaria, lo que merma en la calidad del servicio y aumenta la precariedad de sus trabajadores. Empresas privadas que, además, han obtenido la concesión envuelta en muchos ocasiones por la corrupción y las famosas “puertas giratorias” entre políticos y empresarios. La Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, o en Alicante y Valencia, los casos han sido ampliamente conocidos y denunciados. Llamativo ha sido también el escándalo de hospitales públicos británicos gestionados por empresas privadas, donde la desatención a las personas ingresadas ha llegado a producir hasta 20.000 muertes de pacientes de edad en 14 hospitales. Hospitales públicos que comenzó a privatizar su gestión el gobierno de Margaret Thatcher y que ha continuado hasta la actualidad.

Hablamos de la lucha unánime y tenaz, especialmente del pueblo de Madrid, que ha impedido muchos de los intentos privatizadores del gobierno del PP. También del Real Decreto ley (RD-ley), aprobado por vía de urgencia en Abril de 2012, por el gobierno de Mariano Rajoy, que ha supuesto para muchas una verdadera contrarreforma sanitaria. Dos elementos muy importantes se tocan en este RD-ley,: En primer lugar la universalidad, la atención sanitaria, excepto las urgencias, maternidad y cuidados a menores, no será para todas las personas. Deja fuera a la población migrante que no tenga su situación administrativa regularizada y a la población autóctona que no esté inscrita en el paro, éstas últimas deberán antes demostrar que son pobres para ser considerados asegurados.

La universalidad, junto a la equidad, -dar más a los que menos tienen-, son, o deberían ser, las señales de identidad de un Sistema Nacional de Salud, porque suponen la base fundamental para una adecuada prestación sanitaria y promoción de la salud para toda la población. No es casualidad que el primer Sistema Nacional de Salud (S.N.S.) se creara en la U.R.S.S., tras la revolución bolchevique. Henry Sigerist, prestigioso historiador de la medicina de la época estuvo tres veranos conociendo las aportaciones de la revolución soviética en la medicina mundial y fue el que apoyó con fuerza la constitución del primer S.N.S. en un país capitalista como fue Gran Bretaña. Sistema sanitario que posteriormente fue imitado por otros países capitalistas y socialistas. Destaca el prestigio del Sistema sanitario y educativo, y sus avances científicos, de Cuba, que pese a ser un pequeño país sin grandes riquezas y sometido a un bloqueo injusto y cruel, son de una calidad internacionalmente reconocida.

Pero como decíamos los sistemas sanitarios públicos sustentados en sistemas privados, de propiedad privada, tiene muchos problemas. Uno de ellos que hemos explicado en el texto es el de los medicamentos y sus patentes. El problema de los desorbitados precios de los medicamentos que está suponiendo demandas de dimensiones escandalosas por sus implicaciones para la vida de muchas personas, como ocurre con los antirretrovirales frente al Sida o los medicamentos contra la hepatitis C. Porque todo el entramado privado del sector sanitario, de los medicamentos, las tecnologías sanitarias y otros productos sanitarios, supone unos costes insostenibles para el mantenimiento del sistema público. Pese a que la contribución de los fondos públicos para la investigación e innovación en este como en otros sectores sigue siendo muchísimo más alta que la aportación de los fondos privados. Bajo este tipo de sociedad que tenemos, la crisis será continua y cada vez más profunda donde se recortan los apoyos sociales de la población más desfavorecida, siguiendo con la burda y bárbara teoría malthusiana, q ue proponía dejar morir de hambre a esa población “excedente”. O que huyan de sus países empobrecidos y mueran en el mar. La teoría de Malthus continua en la actualidad pero de forma hipócrita, él decía que los pobres eran elementos superfluos de la sociedad que no debían ser protegidos. Ahora no se dice, o se dice lo contrario, pero se sigue practicando la tesis reaccionaria del clérigo inglés.

 En relación con las condiciones laborales y salud, hemos tratado de ir más allá de los problemas de salud que provocan el desempleo y las condiciones de explotación, precariedad e inseguridad laboral, ampliamente reconocido por la comunidad científica. Al modo de producción capitalista le interesa, necesita, un excedente de población sin empleo para que, como decía Marx, el empresario pueda disponer de fuerzas productivas en variadas y precarias formas. El hecho es que tanto el desempleo como la precarización laboral o la necesidad de emigrar para encontrar trabajo remunerado, no digamos de l trabajo de cuidados feminizado y no remunerado, son profundamente dañinos para la salud de las personas. El endurecimiento de las leyes laborales, el recorte de salarios ante bajas laborales, el alargamiento de la edad de jubilación, entre otras, están provocando una grave pérdida de salud y un aumento de las enfermedades profesionales y accidentes de trabajo.

La labor de un sindicato combativo que defienda realmente a la clase trabajadora y evite las pérdidas de vidas y de puestos de trabajo, es esencial, mejorar las condiciones laborales es un paso más en el objetivo de conseguir un trabajo libre y creativo. Esa fue, y sigue siendo consciente e inconscientemente, la tendencia natural humana, porque tuvo un papel fundamental en la “femo-hominización”. En una sociedad donde los derechos y la cultura sea colectiva, universal, que se acompañe del apoyo mutuo donde se alcancen los deseos materiales y emocionales, subjetivos, estará apoyando y será apoyada por ese trabajo rico y creativo, libidinoso en palabras de Freud.

 Hemos dejado para casi el final del texto la situación de opresión patriarcal que sufren las mujeres, la relación con su salud y la necesidad de nuestra liberación. Y es que la batalla contra el terror patriarcal es imprescindible para alcanzar la emancipación humana. La opresión contra las mujeres ha sido la más duradera y la más extendida y por ello hemos analizado la obra fundamental de Gerda Lerner, La Creación del Patriarcado, que da mucha luz y conocimientos sobre sus orígenes. Igualmente nos hemos detenido en el riguroso texto de Silvia Federici, El Calibán y la Bruja, donde analiza el recrudecimiento de la represión patriarcal en los orígenes del capitalismo.

Estudiar el proceso histórico es analizar las causas de esta dominación y los sufrimientos de las mujeres, pero también sus luchas y resistencias. En el ámbito occidental los movimientos feministas más radicales logran avances que tuvieron su máxima expresión en la revolución bolchevique de 1917. Hablar de la opresión de la mujer es hablar de la opresión sobre su cuerpo, sobre su vida y sus decisiones. Y es hablar de una sexualidad libre y creativa que nuevamente las mujeres han abanderado y deben seguir abanderando. Íntimamente unido a la sexualidad es imprescindible luchar por una vida afectiva plena y gratificante que mejore la salud física y psíquica a nivel individual pero sobre todo social. La lucha por la liberación de las mujeres empieza por nosotras, en todos los ámbitos, laborales, familiares y psicológicos porque el sistema capitalista patriarcal sigue promoviendo una ideología que perpetúa los roles y los estereotipos femeninos relacionados con la sumisión, emotividad, pasividad e inferioridad en las tareas sociales de cuidados, que siguen siendo predominantemente femeninos.

Es por ello que también analizamos brevemente, en el primero de los libros citados en el título, el apasionante texto “El papel de la mujer en la evolución humana” de Carolina Martínez Pulido, desmontando el mito del hombre cazador y destacando las contribuciones inestimables de investigadoras que desde diversas disciplinas muestran todo lo contrario, la importancia que tuvo la mujer en la alimentación vegetal y de pequeños animales, el carroñeo y la necesidad de una larga crianza para el desarrollo del cerebro, por lo que tuvieron que ser decisivas en la alimentación, mejora de la comunicación oral y en la creación de utensilios para el transporte de los pequeños. Igualmente se desmonta otro mito, el de la monoandria frente a la poliandria, con pruebas contundentes sobre una mujer recolectora y activa en la elección de su pareja o parejas y la flexibilidad de los roles sexuales.

Se insiste que son las mujeres las que con mayor valentía y ahínco luchan contra el machismo en todos los aspectos de sus vidas. Y de la importancia de la pedagogía teórica y práctica para transformarnos, que son las mujeres las que dan el primer paso en los momentos más duros y decisivos. Como es la clase trabajadora, también en momentos históricos muy determinantes, la que debe luchar contra la opresión empresarial. La historia y los hechos así lo muestran: son las mujeres, al igual que las clases populares, las que toman la iniciativa y actúan con valor y arrojo en las reivindicaciones personales y políticas. Desde separarse de su pareja a encabezar huelgas y luchas de liberación nacional, pese a que ese protagonismo sigue siendo invisible.

Pero la opresión sobre la mujer tiene su corolario en la violencia machista, desde la más sutil y psicológica hasta la más brutal que mata a la mujer. Y como en ese espectro de agresiones machistas, debemos desmenuzar causas e intervenciones. La violencia contra la mujer es un continuo donde es difícil poner fronteras tanto personales, sociales o políticas. Condicionantes que actúan, a diferentes niveles relacionados, sobre la pérdida de su salud. Desde el sufrimiento incomprendido hasta la crueldad de la pérdida de su vida o la de sus hijos o hijas. Son motivos más que suficientes para que las mujeres sigamos encabezando la lucha de nuestra propia liberación; solas, o acompañadas, en grupos más o menos organizados, pero que anticipen su liberación en esa nueva sociedad que está por llegar.

 Terminamos ambos libros con el tema de la represión porque representa la síntesis, la cara más visible de la ausencia real de verdaderos derechos humanos. El problema de la represión es que se intenta volver del revés. El imperialismo, sus servicios secretos, y los grandes medios de comunicación a su servicio, planifican campañas de intoxicación y manipulación mediática para liquidar gobiernos, y países, importándoles bien poco la desestructuración social y las muertes que provocan. A los ejemplos del pasado: Vietnam, Indochina, Centroamérica se añaden otros más recientes como Afganistán, Irak o Libia. Invasiones directas o solapadas, guerras cubiertas o encubiertas, apoyo a golpes de estados. Tenemos reciente el caso de Ucrania con el nuevo gobierno neonazi que está teniendo una resistencia tenaz en el este del país. Lo que en muchos medios de comunicación occidentales llaman de forma pretendidamente peyorativa “pro-rusos”. Y el “monstruo” desatado en el próximo oriente, especialmente en Siria, que está provocando una guerra cruel ante la resistencia de convertirse en otro satélite de Arabia Saudí, Qatar e Israel que también actúa en la sombra, amigos todos de las potencias occidentales que quieren parte del “pastel” de sus enormes recursos naturales, sin olvidarnos del negocio en sí de la guerra, y el control sobre esa zona geoestratégica 13 .

El “bombardeo” mediático es impresionante y se acompaña, como suele ser habitual, de falta de rigor y profundidad en los análisis de las noticias con una finalidad muy clara y consciente, que las personas no sepan toda la verdad que les rodea. Finalidad que, por suerte, no siempre lo consiguen. El pretendido secretismo de la “alta política” de los Tratados de “Libre Comercio” como el Acuerdo Trasatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP) negociado entre Estados Unidos y el euroimperialismo que no solo destruirá conquistas sociales básicas como las ya comentadas en salud, trabajo, protección medioambiental o la información, sino que ampliará los sistemas de control, vigilancia y represión de las Estados de la Unión Europea bajo los intereses de Estados Unidos. Y también se ha destapado el TISA, Acuerdo Global para la Liberación de los Servicios, un acuerdo todavía más antidemocrático de intercambio de servicios entre medio centenar de países, incluido el Estado español y en el mayor de los secretismos, condicionando el 68,2% del comercio mundial de servicios. Que cubren todos los campos, desde telecomunicaciones y comercio electrónico hasta servicios financieros, seguros y transportes. Ni que decir tiene que a los blindajes de las grandes transnacionales sus objetivos son de control político, ideológico y represivo.

Y es que la represión puede aplicarse de muchas formas, también la represión que sufre la población por sus propios Estados. Las muertes de población pobre negra por la policía de Estados Unidos han podido constatarse gracias a los vídeos caseros. El uso de concertinas para la población migrante en Melilla. Las porras y pelotas de gomas, las palizas y torturas. La represión económica, las detenciones y multas por movilizaciones a militantes de organizaciones que defienden a los más necesitados. Y, cuando es necesario, el uso de la violencia pura y dura. En el Estado español no es casualidad que el gobierno del PP haya aprobado el proyecto de ley orgánica para la “Protección de la Seguridad Ciudadana”, la llamada por muchos ley mordaza. Y el objetivo es claro impedir a toda costa las movilizaciones y las luchas de personas y colectivos más o menos organizados para mejorar sus condiciones de vida, que es mejorar su salud en su acepción más global y profunda de la palabra.

Las medidas represivas persiguen el miedo, incluso antes de llevarlas a cabo, y la sumisión y la pasividad. A los que nos debemos enfrentar en todos los aspectos de la vida, porque no solo es política sino también es muy personal. Vencer el miedo nos da soberanía, primero en lo personal, nos hace libres y coherentes con lo que pensamos y sentimos, y también política que incorpora otras imprescindibles soberanías. Ser mujeres y hombres libres que deciden y viven sus vidas con coherencia y dignidad, aunque ello suponga sacrificios y algunas penurias. Pero compensa, poder vivir una vida verdadera y libre. Aunque seamos pocos, ya iremos creciendo más y más. Mientras luchemos y sigamos intentando construir los cimientos de una vida colectiva nueva y mejor. Acorde a los tiempos que vivimos, que sea definida y perfilada por las propias personas y colectivos sociales, por y para el pueblo, que es el verdadero protagonista de su historia.

Notas

1 Petras J. «50 años de guerras imperiales: resultados y perspectivas», 22 de enero de 2016.

En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=196229

2 Borón, A. «¿Estancamiento, retroceso, involución?», 3 de marzo de 2016.

En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=209555

3 Cruz C. «Accidente ferroviario ¿se señalan todas las causas», 1 de agosto de 2013.

En: https://www.boltxe.eus/2013/08/01/accidente-ferroviario-%C2%BFse-senalan-todas-las-causas-concepcion-cruz-rojo/

4 Las células de los diferentes tejidos son renovadas y reparadas a través de la células madre propias de cada tejido, las células madre adulta está programada para dicha replicación durante toda la vida. Regeneran células para hacer la función propia del tejido correspondiente y para su autoregeneración. De las dos células hijas una mantiene su identidad de célula madre y la otra se especializa.

5 Si un gen supresor se reduce al tener dos copias de cromosomas, la otra copia normalmente sigue realizando su labor. Nuestro organismo tiene múltiples barreras, incluidas la doble hélice del ADN (o copias iguales de los cromosomas), para que cualquier mutación en los genes de la célula no termine haciéndola cancerígena. Otra barrera al cáncer es el “suicidio” de la célula, la apoptosis, cuando la mutación se perpetua. Y la apoptosis se produce porque nuestro organismo tiene un sistema que equilibra la división celular con su muerte y nos quedemos con el máximo de células necesarias para funcionar. Esa capacidad de regeneración celular producto de la división y muerte de las células tiene también su “reloj biológico” que se muestra en la longitud de los telómeros, extremos de los cromosomas que descubrió la científica Barbara McClintock, longitud que se van acortando con el tiempo y la mayor o menor necesidad de replicación celular.

6 Los oncogenes son genes anormales, mutados, que en el caso de infección por virus se pueden producir y activan a los protooncogenes (genes que promueven la división celular) en la célula humana afectada por el virus. A los oncogenes producidos por virus se les llama oncovirus.

7 Las partículas del humo del tabaco además de infiltrarse en los pulmones, se pueden distribuir por todas las células del cuerpo y unirse al ADN, alterándolo.

8 Una longitud crítica puede significar una parada continua del ciclo celular, envejecimiento, ”senescencia”, que junto con la “apoptosis” forman una de las barreras antitumorales de nuestras células.

9 Nuestros cromosomas se ven a menudo amenazados por influencias externas o internas, no solo las agresiones externas sino también la propia replicación de las células madre dan lugar a alteraciones genéticas que desencadenan el cáncer.

10 Vía campesina y otros movimientos en la declaración final del foro mundial sobre soberanía alimentaria celebrado en La Habana en 2001 expresan que: «La soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y en materia de alimentación, a proteger y reglamentar la producción agropecuaria nacional y el mercado doméstico a fin de alcanzar metas de desarrollo sustentable, a decidir en qué medida quieren ser auto- suficientes, a impedir que sus mercados se vean inundados por productos excedentarios de otros países que los vuelcan al mercado internacional mediante la práctica del ‘dumping’… La soberanía alimentaria no niega el comercio internacional, más bien defiende la opción de formular aquellas políticas y prácticas comerciales que mejor sirvan a los derechos de la población a disponer de métodos y productos alimentarios inocuos, nutritivos y ecológicamente sustentables». Cruz C. «La soberanía alimentaria: base para un poder real de los pueblos», 9 de septiembre de 2014.

En: www. rebelion .org/docs/187075.pdf

11 El 17 de abril de 2012, la asociación internacional «La Vía Campesina» que proclamó este día como «Día global de la lucha campesina», 15.000 campesinos hondureños ocuparon unas 12.000 hectáreas de tierras pública usurpadas por propietarios privados. Recordamos que Honduras sufrió un golpe militar contra el dirigente democrático, Zelaya, con la decisiva participación de Estados Unidos. Gobierno militar cuyos crímenes son continuos. En: Fontana, J. El futuro es un país extraño. Una reflexión sobre la crisis social de comienzos del siglo XXI. 2013.

12 Jurado Rota, J y Morros Pinilla J. «Almacenamiento de gas en cavidades salinas. El proyecto Bages», primavera 2016. Ecologista, nº 88.

13Pérez Guerra, O. «En Siria no hay una guerra civil, sino una guerra de rapiña de la OTAN», 3 de noviembre de 2015.

Tomado de: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=212715Andalucía: Cádiz, 22 de Mayo de 2016

Imagen tomada de: https://borrokagaraia.files.wordpress.com/2015/10/derechos_humanos_como_arma_de_destruccion.jpg?w=450

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Édouard Louis: “Mi libro es una lucha contra la invisibilidad”

Una charla con el autor francés durante la Feria Internacional del Libro de Bogotá 2016.

 Alessandra Miyagi /Redactora

«Una es más auténtica, mientras más se parece a lo que soñó de sí misma”, dijo Agrado frente a miles de espectadores en una escena memorable de «Todo sobre mi madre» (2000), de Pedro Almodóvar. Esta frase resuena como un mantra en la cabeza de un joven francés, mientras cumple cada uno de los engorrosos trámites para oficializar su cambio de identidad y acercarse por fin a la libertad, a sí mismo. Era el 2013 y tras 21 años de lucha, Eddy Bellegueule quedaba relegado al cajón de los recuerdos infantiles, para darle paso a Édouard Louis (Hallencourt, 1992), un nombre compuesto por dos nombres y ningún apellido, ningún vínculo familiar, ninguna imposición.
Hoy, Louis es uno de los escritores jóvenes más importantes del momento. Su primer libro «Para acabar con Eddy Bellegueule», una novela autobiográfica, se convirtió rápidamente en un éxito de ventas mundial y en todo un fenómeno de masas. Prueba de ello es la interminable fila de lectores de todas las edades y condiciones que espera pacientemente bajo la lluvia bogotana para obtener un autógrafo y una fotografía junto a este joven autor que retrata con lucidez la intolerancia y un primitivismo insospechado en la sociedad francesa.

Cambiar oficialmente tu nombre fue un acto simbólico muy importante, pues rompiste con tu pasado, pero también con tu familia. ¿Este fue un paso natural o fue una decisión que debiste evaluar durante mucho tiempo?
Me cambié el nombre y el apellido porque me di cuenta de que ese nombre no era simplemente una serie de letras, sino una historia, un pasado. Cada vez que oía a alguien decir “Eddy Bellegueule”, escuchaba “maricón”, “cabro”, “afeminado”… Me di cuenta de que para cambiar mi identidad, tenía también que cambiar mi nombre porque este simbolizaba la infancia que odié tan profundamente.
Y bueno, diría que sí fue un paso necesario y natural, pero también fue algo que tuve que pensar mucho. Quería cambiar mi nombre, pero al mismo tiempo es una decisión difícil, y tienes que pasar por un proceso largo: tienes que ir a la corte, justificar tu decisión… Y, por supuesto, mis padres se volvieron locos cuando les conté porque lo sintieron como un acto muy violento. Para mi padre, el nombre que me había puesto, ‘Eddy’, era una fuente de orgullo, porque fue el que escogió para su primer hijo, y cuando lo cambié, él entendió que yo estaba cambiando mi vida, que yo mismo estaba cambiando.

¿Y ahora tu familia te llama Èdouard?
Al principio se negaban a hacerlo, fue algo muy complicado para todos. Por ejemplo, cada vez que intentaba hablar con mis padres, no funcionaba porque ellos me llamaban ‘Eddy’, así que yo les decía “Si me llaman ‘Eddy’, no hablaré con ustedes”, y colgaba el teléfono o me quedaba callado. Les dije “Hablaré con ustedes el día en que me llamen ‘Èdouard’ porque es quien yo escogí ser ahora”. Del mismo modo en que si me hubiera cambiado el sexo, querría y esperaría que los demás me considerasen una mujer, que acepten lo que yo quiero ser, lo que soy.
Al principio, mi nombre fue una fuente de conflicto constante con mi familia. Pero luego de que publiqué «Para acabar con Eddy Bellegueule», mi padre me dijo que estaba muy orgulloso de mí, fue la primera vez que me lo dijo, y empezó a llamarme ‘Èdouard’.

Tu madre, por otro lado, no tomó muy bien la publicación de tu novela…
No, para nada. Se volvió loca, se puso en mi contra; me atacaba y le decía a todo el mundo, incluso a la prensa, que yo era un mentiroso.

¿Y por qué crees que su reacción fue tan distinta a la de tu padre?
Es muy difícil de saber, pero puede que haya sido porque, como mujer, mi madre aprendió a pelear para poder sobrevivir en ese mundo machista que describo en la novela. La dominación masculina es muy fuerte ahí. Aunque no me gustó la manera en la que reaccionó cuando publiqué el libro, al mismo tiempo entendí por qué: porque ella debía luchar, como luchó durante toda su vida.

En el imaginario latinoamericano, pensamos a Europa como un lugar mucho más progresista, tolerante y abierto que el nuestro. Y cuando pensamos específicamente en Francia, las ideas de igualdad, fraternidad y libertad son las primeras que nos vienen a la cabeza. Sin embargo, tu novela retrata una realidad que cuestiona esta concepción del mundo. ¿Cómo reaccionó la sociedad francesa, los grupos de poder al leer tu libro?
Precisamente, cuando se habla de Europa o de Francia, solo se piensa en una determinada clase social. Sin embargo, existen muchas otras personas, muchos grupos minoritarios que no incluimos en la idea de estos lugares, porque simplemente somos invisibles, nadie habla de nosotros. Hay una realidad que es olvidada, y nos hemos acostumbrado a no saber de ella ni por los medios de comunicación o la literatura o el arte… Es por eso que empecé a escribir «Para acabar con Eddy Bellegueule», porque tenía la impresión de que el mundo de mi infancia, el mundo de muchas personas de las clases populares, no existía en la literatura ni en el discurso político. Escribí el libro en contra del hecho de que cuando hablamos de Francia, solo lo hacemos sobre una pequeña parte. Mi libro es una lucha contra la invisibilidad a la que son sometidas estas minorías sociales en mi país.

La invisibilidad y la marginación son también maneras de ejercer la violencia sobre los demás…
Exactamente. La invisibilidad es una de las herramientas más poderosas de la violencia. Es lo que se hace, por ejemplo, contra los homosexuales, los transexuales… Los movimientos LGTB surgen para darles visibilidad a estas personas, para poder existir políticamente, porque si no hablamos de sus realidades, no podemos cambiarlas. Tenemos que hacer un diagnóstico de la realidad para poder incidir en ella.

Tuviste problemas para publicar tu novela justamente por este asunto: muchos editores te dijeron que la realidad que describes no existe. ¿Crees que hay discriminación en el mundo de las letras?
Sí, por supuesto que la hay. Nadie quería publicar mi novela; los editores me decían que era totalmente inverosímil y que nadie lo iba a creer; pero el que no podía creer esa reacción era yo. Cuando empecé a escribir el libro en París, vi una vez a una mujer muy rica, vestida de pies a cabeza con ropa Chanel… yo no podía creer que esa realidad existiera. En ese momento, me di cuenta de que todos tenemos en la mente la caricatura de alguien más. Así que cuando me reuní con aquellos editores y me dijeron “Esto que tú nos muestras es una caricatura”, yo les respondí “Pero esa es una cuestión de perspectiva. Tú eres una caricatura para mí porque estás tan lejos de esta realidad que yo conozco, porque creciste en París, porque tus padres fueron periodistas o académicos como tú, y crees que las demás realidades no existen. Tú eres tanto una caricatura para mis padres, como mis padres lo son para ti”.

La mirada del otro es un factor que muchas veces determina la identidad de uno mismo…
Exactamente, ese es uno de los temas principales de la novela. Al comienzo del libro, aparecen estos dos adolescentes que atacan a Eddy por ser diferente, lo humillan y le escupen en la cara. Y este estallido de desprecio y de violencia actúa en el inconsciente de Eddy; es decir, él es definido por ellos, por sus palabras y por el discurso que manejan. Y esta es la historia de la mayoría de los desfavorecidos socialmente: eres negro, eres marica, eres pobre, eres musulmán. La mayoría de nosotros hemos sido definidos violentamente por el lenguaje de los otros.

¿Y es por eso, quizá, que la novela está estructurada a partir del retrato de las personas que rodean a Eddy, de sus visiones del mundo?
Así es. Porque si yo quería contar la historia de mi infancia, tenía que contar lo que yo quería ser, pero también lo que los demás querían que yo fuera, tenía que hablar sobre las identidades y las vidas que me impusieron porque todas ellas forman parte de la misma realidad.
La realidad de Eddy estaba determinada de antemano por su entorno: por la idea de masculinidad que ahí se maneja, por la escuela, por lo que los demás piensan de él… Eddy es el resultado de todas estas realidades.

Otro de los temas fundamentales del libro es la búsqueda del origen de aquella violencia. ¿Cuál es?
Creo que el origen de la violencia es la dominación. Pierre Bordieu ha desarrollado un concepto muy hermoso sobre el principio de conservación de la violencia, dice que cuando estás rodeado de violencia todo el tiempo, todos los días, la terminas reproduciendo en tu propio comportamiento con las demás personas.
La violencia que mis padres demuestran es una consecuencia de la dominación social a la que están sometidos. De eso habla el libro, de la violencia como un producto de la dominación social.

¿Cómo crees que se puede romper con el determinismo social?
Creo que para romper con el determinismo, tenemos que crear más determinismo, pero uno positivo, evidentemente. Esperar que la gente escape de las imposiciones sociales sería tomar una posición pasiva; pero si creamos más determinismo, es decir, más estructuras, más programas en la escuela, más plataformas para que los oprimidos salgan de los entornos hostiles, estaríamos dándole a la gente mejores posibilidades de alcanzar la libertad. Eddy, por ejemplo, estaba sobredeterminado por su clase social y su identidad sexual, por estos dos elementos que se encuentran en oposición; es por eso que escapa, porque su vida ahí es imposible.

¿Y qué crees que hubiera pasado con Eddy si no hubiera escapado?
Se habría suicidado, sin ninguna duda. Cuando era niño, estaba obsesionado con el suicidio, pensaba en eso todos los días. Es algo bizarro pensar que a los seis o siete años, mi mente estuviera tan enfocada en esa idea. No pasaba un solo día en el que no fantaseara con esta idea porque simplemente no encontraba ninguna otra salida para lidiar con esa vida que me tocó. Esto sucede mucho entre los homosexuales.

¿Cómo alcanzaste el equilibrio entre la necesidad de olvidar y la de recordar?

Cuando me encontraba escribiendo la novela, me dije que a través de este libro yo podría perdonar todo, perdonar la violencia de mis padres, perdonar a los chicos que me escupían y golpeaban todos los días en el colegio, a la gente que me insultaba sin motivo… Porque pensé que esta gente que me rodeó en la infancia —incluso si los odiaba o si no los quería, incluso si no quiero a mis padres—también es víctima de esta violencia. Pero perdonar no significa amar. Traté de entender, lo hice y me di cuenta de que ellos no son responsables por esta violencia que reproducen o generan, sino que son las condiciones de sus vidas las que les imponen vivir inmersos en ella.

¿Podríamos decir, entonces, que la escritura de esta novela te ayudó a sublimar estos sentimientos y recuerdos negativos?
Sí, fue una suerte de sublimación, pero no fue un ejercicio de catarsis o de olvido. Luego de mi infancia, luego de que salí de mi casa, no me sentí traumatizado. Tan pronto como escapé de ahí, me sentí automáticamente bien… De chico, no sentí realmente la violencia de muchos de los episodios que cuento en la novela, para mí simplemente era la vida, por ejemplo, cuando no teníamos comida o leña para calentarnos en el invierno, porque todo el mundo vivía bajo estas mismas condiciones en mi pueblo. Escribir la novela fue una actividad muy racional, donde fui descubriendo esta violencia que no identifiqué como tal en su momento, con el fin de cambiarla.

Woody Allen dijo que la comedia es tragedia más tiempo. Evidentemente, no creo que al mirar hacia atrás puedas reírte de aquello, pero sí puedes hacerlo y sentirte tranquilo gracias a la distancia.
Estoy de acuerdo con Woody Allen [risas]. Sí, me siento bastante tranquilo con el pasado. De hecho, hay ciertas partes de la novela que son divertidas o graciosas. Aunque suene terrible, a veces la violencia resulta graciosa, cuando hacemos bromas, por ejemplo. Pero yo no quería hacer de la violencia algo bello, una estética, sino que lo que quería era escapar de ello.
Me siento tranquilo ahora que ha pasado el tiempo; si siento rabia o tristeza, no es por mí, sino por la vida que lleva mi familia. Mientras escribía el libro, eso me afectaba, así que traté de manejarlo lo mejor que pude para sentir menos rabia posible, porque sabía que no sería justo, no sería legítimo sentir rencor contra ellos.

Cuando publicaste la novela, les enviaste una copia a Almodóvar y a Penélope Cruz. ¿Alguna vez recibiste respuesta de ellos?
[Risas] ¡¿Cómo sabes eso?! También le envié una copia a Javier Barden porque me encanta [risas]. Almodóvar me escribió diciendo que le había encantado mi novela. ¡Fue uno de los momentos más hermosos e inspiradores de mi vida! Aún sigo esperando que Penélope y Javier me respondan, así que si están leyendo esta entrevista, por favor, escríbanme… [risas].
Claro, mucha gente me pregunta qué autores me han influido, pero el que me dedique a escribir no significa que solamente me inspire la literatura; me siento inspirado tan por Faulkner como por Penélope Cruz. Cuando la veo, me encanta porque es tan fuerte, y pienso que me gustaría escribir algo tan poderoso como ella.

Hablando de temas fuertes, en tu segunda novela «Histoire de la violence», hablas sobre la violación y el intento de asesinato que sufriste…
Sentí que no existe una verdadera literatura que aborde el tema de la violación desde el punto de vista del hombre. La mayor parte de estos testimonios son de mujeres porque la mayor parte de las veces son ellas las víctimas. Quería dar una nueva perspectiva sobre este asunto tan importante y dejado de lado.
La historia sucede en un ambiente cerrado, en el pequeño cuarto que alquilaba en París. La noche de navidad del 2012 conocí a un chico con quien sentí una conexión muy especial; de hecho, la novela empieza como una historia de amor apasionada. Luego, él me cuenta su pasado, la historia de su vida y, de pronto, entra en un estado como psicótico; es ahí cuando me ataca. Este libro es un intento de entender lo que pasó aquella noche, entender por qué esta violencia apareció tan abruptamente. Aunque «Para acabar con Eddy Bellegueule» e «Histoire de la violence» son libros muy distintos entre sí, forman parte del mismo proyecto.

Y ahora estás trabajando en una nueva novela. ¿En esta también abordas el tema de la violencia desde un registro autobiográfico?
Precisamente, en este libro trato de encontrar una manera de eliminar las fronteras entre la ficción y la realidad. Estoy buscando una nueva forma de narrar que me permita contar la historia de todo lo que vi, de mis experiencias, de lo que aprendí, pero de una manera genuina. Por ejemplo, en la mi segunda novela, hay un capítulo donde hablo sobre unos chicos que conocí, cuyo pasado desconozco; así que recurrí a los recuerdos, a la infancia de mis amigos o de mi familia y me imagino a estos chicos viviendo sus experiencias, porque ellos tuvieron una infancia parecida a la mis padres, mis abuelos, mis amigos del pueblo. Así que es como una manera sociológica y literaria de escribir de una manera diferente y no quedar atascado en la oposición entre la ficción y la realidad.
De todas formas, quiero mantener la línea de la realidad porque me parece que es muy potente escribir sobre hechos reales; por ejemplo, cuando Alexievich publica un libro, podemos leer la historia de personas que existen realmente, de modo que el texto nos interpela, nos demuestra que no tenemos tiempo que perder, que debemos cambiar las cosas ahora. Y siento que así, mostrando la realidad, uno puede alcanzar esos cambios más rápidamente. Lo cual no quiere decir que esté en contra de la ficción; todo lo contrario, yo leo mucha ficción y muchos de mis autores favoritos escriben ficción; solo que mi proyecto personal va por otro lado.

¿Y cuándo crees que terminarás esta tercera novela?
Me gustaría terminarla antes de cumplir los 25 años, porque André Gide publicó tres novelas antes de los 25 años, y me da mucha envidia, yo también quiero hacer lo mismo [risas].

Fuente de la entrevista: http://elcomercio.pe/eldominical/entrevista/edouard-louis-mi-libro-lucha-contra-invisibilidad-noticia-1902877

Fecha de la publicación en OVE: 23 Mayo 2015

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Guía ¿Qué es y cómo hacer periodismo ambiental?

periodismociudadano/ 

Probablemente alguna vez te escandalizaste por un derrame de petróleo. Quizás te preocupaste por decenas de cadáveres de delfines varados en una playa. Tal vez quedaste maravillado ante un remolino de rojos, azules, amarillos y verdes cuando cientos de loros y guacamayos se asentaron en un acantilado de arcilla con vista a un río amazónico. Acaso observaste a un reciclador hurgando una noche entre tu basura y te preguntaste dónde terminarían esas botellas vacías. O tal vez te has preguntado en qué forma cualquiera de estos hechos, o todos ellos, afectan nuestra salud y la de nuestras comunidades, así como el agua y el aire.

Hay muchas razones diferentes por las cuales nos hacemos periodistas ambientales, pero nuestra misión es muy similar: contar historias que ayuden a las personas a entender mejor cómo es que los seres humanos nos relacionamos con el mundo natural que nos rodea, la forma en que este afecta nuestras vidas y el impacto que tenemos en él. Como periodistas ambientales, tenemos la oportunidad de plantear temas que otras personas no tienen en cuenta, o preguntar sobre prácticas que son muy buenas (y pueden servir de ejemplo) o muy malas (y deben ser cambiadas). Podemos abogar por justicia cuando los derechos de las personas se ven transgredidos o amenazados, y podemos educar a la gente para que puedan convertirse en sus propios mejores defensores.

A medida que aumenta la conciencia pública sobre cuestiones medioambientales —desde el uso de pesticidas, pasando por el cambio climático, hasta el deslizamiento de relaves mineros, por ejemplo—, también lo hace la necesidad de que haya periodistas que puedan investigar y explicar las causas, consecuencias y posibles soluciones. Si bien el periodismo ambiental es una especialidad, esta no existe de forma aislada.

Así, si bien te ayuda el conocer un poco sobre la ciencia medioambiental, probablemente también te encontrarás abordando temas de política, economía, salud, aspectos sociales y puntos de vista culturales: cómo es que el mercurio en los peces afecta a la salud humana, por ejemplo, o los datos económicos de cómo el oro proveniente de la minería ilegal en la Amazonía termina en los mercados internacionales, o cómo la construcción de una hidroeléctrica afecta a las tradiciones culturales de las comunidades indígenas aledañas, y puede estar relacionada con la corrupción.

Te encontrarás analizando la relación entre los temas ambientales y otros temas: cómo es que cambios en las leyes del sector forestal y de los derechos de tierras condujeron a enfrentamientos violentos en el norte de la Amazonía peruana en 20094, por ejemplo, o las consecuencias a largo plazo del deslave de barro por la rotura de diques de contención de una minera en Brasil.

Probablemente encontrarás que muchas de las comunidades más afectadas por la contaminación y otros problemas ambientales son barrios pobres de la periferia de las ciudades, o comunidades indígenas rurales que están alejadas de los servicios públicos y su situación es desconocida para el público en general.

Debido a que esos barrios y pueblos tienden a carecer de la influencia política o económica que necesitan para llamar la atención sobre sus problemas, Robert Bullard, quien popularizó el término “justicia ambiental” en los Estados Unidos, las llama “comunidades invisibles”.

Otros, sin embargo, dicen que esas comunidades son en realidad “invisibilizadas”, porque la mayoría de personas no se molestan en prestarles atención. Como periodista ambiental, las buscarás y ayudarás a dar a conocer sus problemas.

Al hacer tus reportajes, puedes conocer a personas que arriesgan sus vidas por agua limpia, un lugar seguro y saludable para vivir o por el derecho a la tierra que les provee su sustento. El grupo sin fines de lucro Global Witness documentó los asesinatos de 116 activistas ambientales en 2014. El 40% de ellos eran indígenas, y tres cuartas partes de los asesinatos tuvieron lugar en Centroamérica y Sudamérica. Contar sus historias es una tarea importante para periodistas ambientales.

Ese tipo de reportajes, sin embargo, también pueden poner en riesgo a los periodistas. La Federación Latinoamericana de Periodistas señala que entre 2006 y 2015 fueron asesinados 342 periodistas (en general, no sólo ambientales), de los cuales 43 ocurrieron en 20158. Es bueno pensar en esto de antemano y estar preparado(a).

Por último, reportamos sobre el medio ambiente debido a que el bienestar de todas las especies depende de la salud de nuestro planeta. Como seres humanos, tenemos más poder que cualquier otra especie para determinar el futuro de la Tierra, y las decisiones que tomemos hoy tendrán consecuencias durante años y décadas, y siglos venideros. Como periodista ambiental, es tu trabajo investigar, informar y educar, para ayudar a tu audiencia a entender las consecuencias de los productos o servicios que fabrican, eligen o compran. Es un trabajo que nunca es aburrido; que te llevará a lugares recónditos y te dará la oportunidad de conocer a gente fascinante.

Es un privilegio y una responsabilidad, y puede ser muy divertido.

Clic aquí para descargar y compartir la Guía ¿Qué es y cómo hacer periodismo ambiental?

Fuente: http://www.comunicacionesaliadas.com/guia-que-es-y-como-hacer-periodismo-ambiental/

Fecha de publicación en OVE: 22 Mayo 2016

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Huelgas y organización docente en los orígenes del movimiento obrero argentino

PRÓXIMO LIBRO DE EDICIONES IPS-CEIP

El equipo de edición del libro Historia del movimiento obrero argentino desde sus orígenes hasta la Resistencia reflexiona, en esta entrega, sobre las primeras huelgas y organizaciones docentes.

Lorena Rebella /Domingo 22 de mayo de 2016 |

 

Historia del Movimiento Obrero argentino desde sus orígenes hasta la Resistencia es una obra que, desde Ediciones IPS-CEIP, un equipo de militantes del PTS estamos preparando a cargo de Alicia Rojo quien es una de sus autoras. Trabajadores, mujeres y estudiantes podrán recrear en su lectura la historia de la clase obrera argentina de esos años, desde una perspectiva marxista. El caudal de sus experiencias políticas y de lucha, la influencia de las corrientes anarquistas, socialista y posteriormente comunista, que dejaron impronta en sus primeras tradiciones. A su vez, realiza un balance histórico y un debate con estos grupos acerca de las posibilidades que tuvo el movimiento obrero de abrirse un camino de independencia política, además de un profundo análisis del peronismo hasta 1955 y el posterior proceso de la Resistencia.

En esta entrega nos detenemos en los orígenes y presentamos algunas reflexiones acerca de las primeras luchas y organizaciones docentes cruzadas por importantes debates ideológicos. Las traemos al presente en momentos donde la Argentina está atravesando un intento de avanzada sobre la educación pública y un debate sobre qué educación queremos.

Orígenes

En los orígenes del movimiento obrero los trabajadores fundan sus primeros sindicatos y federaciones nacionales, ponen en práctica sus métodos de clase –movilizaciones, asambleas, huelgas generales– e inauguran sus enfrentamientos con carneros y la policía. Los orígenes llevan la marca indeleble de la inmigración masiva y de las corrientes anarquistas y socialista que vinieron con ella desde el viejo continente.

En el capítulo dedicado a esta etapa nos vamos a topar con el momento en el que las docentes dieron sus primeras peleas y pusieron en pie sus primeros sindicatos. Decimos “las” docentes pues el sistema educativo obligatorio que comenzaba a ponerse en pie hacia fines del siglo XIX era, desde el punto de vista de quienes ejercían la enseñanza, un espacio casi estrictamente femenino, el de las educadoras “naturales”, la “segunda madre”, pero solteras, las “señoritas”.

En el trazado de las primeras luchas dadas por las maestras nos enteramos en el libro que la huelga que abre la historia se remonta al 20 de noviembre de 1881, que ocurre en San Luis por la falta de cobro de los salarios durante ocho meses.

Estas primeras luchas estuvieron cruzadas por grandes debates ideológicos. El de la laicidad y gratuidad es el más recordado.

Un año más tarde, en 1882, dicen que fueron las maestras delegadas las que se quedaron y garantizaron el debate acerca de la educación laica cuando la Iglesia quiso levantar el primer Congreso Pedagógico. Por su parte, Sarmiento se había negado a presidirlo y desde el diario El Nacional despotricaba contra la participación de las maestras.

También encontramos que diez años después, en 1892, surge la primera organización gremial, esta vez en San Juan. Hacia 1910 –contemporáneos al primer ascenso de la lucha de clases que vivió la Argentina en la década del Centenario– tienen lugar los primeros intentos de constituir federaciones nacionales. Ya en 1912 se produce la primera huelga en Buenos Aires.

Como señalamos, la impronta de los anarquistas, socialistas y –desde 1921 que es cuando se funda el PC argentino– de los comunistas, fue de un peso considerable en estas primeras experiencias. Como en la huelga mendocina de principios del siglo XX, que es considerada la primera de alcance nacional en la que interviene la FORA (la central sindical que era dirigida por los anarquistas).

Pero hay que señalar que estas experiencias de lucha y organización tenían un carácter más bien aislado en la docencia y que ocurrían allí donde la influencia de las corrientes de izquierda, con sus mujeres militantes anarquistas, socialistas y comunistas, estaba presente. Mujeres como Angélica Mendoza, detenida en esta huelga, o la prestigiosa pedagoga Florencia Fosatti, que sería reincorporada a su cargo recién en los años 70 para su jubilación, fueron militantes de izquierda en esa época. La primera ese mismo año ingresaba al Partido Comunista y la segunda se afiliaba años más tarde.

 Se trató de huelgas y procesos de organización que cuestionaron varios aspectos de la situación laboral como los nombramientos a dedo, el sistema disciplinario o los cambios de tareas y que señalaban, a la distancia, una pertenencia al mundo de la clase trabajadora.

Aunque ese (auto) reconocimiento llevará más de medio siglo y llegará con la extensión de la organización sindical en la docencia (como respuesta y a la vez motivo de haber cambiado las condiciones sociales y económicas más generales de los asalariados y las suyas propias) y con el primer paro a escala nacional en 1960.

Traer la historia como herramienta para el presente

En esta actualidad de ajuste y de debate acerca de qué vía necesitamos para resistirlo, tiene mucho valor recuperar las lecciones de nuestra propia historia como clase. De eso se trata el libro en cuestión y también parte de nuestra labor militante en la editorial.

Hablamos de los orígenes y sin embargo mucho se vuelve a repetir. El Estado, administrado por familias que continúan siendo los dueños del país, cambiaron sus “vacas atadas” por “paraísos fiscales”. A más de 100 años persisten muchos debates.

Funcionarias del Estado, profesionales, trabajadoras. Hasta el día de hoy se discute qué somos los docentes como si esos años y la proletarización del maestro, que dista entre un momento y otro, no hubiera existido jamás. La naturalización del rol docente como función de las mujeres; la injerencia de la Iglesia; la represión y persecución en las luchas. Bajo una mirada crítica, aspectos tan progresivos como la laicidad que surgió de las conclusiones del Congreso Pedagógico de 1882 no pueden dejar de insertarse en el marco más general de los límites e intereses con los que convivió: el aval a la influencia de la Iglesia, la legitimidad a una educación en valores conservadores y racistas, la justificación de una educación sexista o la continuidad de la exclusión de la naciente clase obrera ¿Sin embargo hoy se consideran como «cosas del pasado”?

Lo mismo el modelo de escuela. El modelo escolar burgués con sus distintos matices, con sus manuales de historia, de ciudadanía o cívica, sus actos escolares y valores que solo muestran la historia desde la visión de las clases dominantes, de la “nación”, sean éstas más conservadoras, se permitan momentos de mayor progresismo o vuelvan a acariciar el sueño tecnócrata.

No es menor la vigencia de problematizar por qué las clases dominantes no conformes con golpear materialmente a la clase obrera, esconden permanentemente su historia o a lo sumo la presentan de a girones o retazos, y por lo general distorsionados. O dicho de otra manera, ¿por qué buscan borrar de la memoria de los trabajadores toda huella de experiencias pasadas que cifren caminos de independencia de clase de las que poder asirse?

Cuando hay vientos de crisis, éstas necesitan descargarlas (el resto ya lo conocemos, un capitalismo todos los días un poco más salvaje). Cuando esto ocurre puede que con esos vientos y en esos enfrentamientos no siempre los dados caigan hacia el mismo lado.Desafiar el poder de los capitalistas, ellos lo saben, no es cosa ligera. Y los trabajadores lo han hecho una y otra vez.

“Necesitamos de la historia, pero de otra manera de como la necesita el ocioso exquisito en los jardines del saber”, dice Walter Benjamin en sus célebres tesis sobre el concepto de historia, en un epígrafe que no es de su autoría, pero que es suyo también. De lo que se trata es de nutrirnos de experiencias y tradiciones y con una mirada crítica recrearlas en base a nuestra experiencia, para llevarlas más lejos aún, de cara al futuro.

Fuente:  http://laizquierdadiario.com/Huelgas-y-organizacion-docente-en-los-origenes-del-movimiento-obrero-argentino

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Libro:Técnicas para el aprendizaje grupal. Grupos numerosos

Técnicas para el aprendizaje grupal. Grupos numerosos
  • Autores: Edith Chehaybar y Kuri
  • Cuarta edición: 19 junio de 2012 /172 p. – – (Colección educación)
  • Coordinación editorial : Dolores Latapí Ortega
  • Edición :Martha Irene Díaz Cañas
  • DR © Universidad Nacional Autónoma de México.Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación. Centro Cultural Universitario, Ciudad Universitaria,Coyoacán, 04510, México,D. f.
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Sinopsis: Este libro es producto de varios años de experiencia de la doctora Edith Chehaybar, en el que reúne un conjunto de técnicas y reflexiones para el aprendizaje grupal, especialmente en el contexto de grupos numerosos. A través de variadas técnicas probadas por ella misma pretende propiciar que los estudiantes se conozcan a sí mismos y a sus compañeros, que compartan sus conocimientos con otros y que, a su vez, aprendan de ellos. Además, busca que los profesores, a partir de la reflexión de su práctica docente, asuman la necesidad de continuar su formación para que por medio de ellos los estudiantes se responsabilicen de su propio aprendizaje, rechacen el individualismo y la dependencia para formarse como seres creativos y críticos, solidarios y con espíritu democrático.

 

Descargar el libro en: http://132.248.192.241/~editorial/wp-content/uploads/2014/10/T%C3%A9cnicas-de-aprendizaje-PDF.pdf

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¡Viva la diferencia!

Revista Nueva

descarga (3)“No hay más vacantes” o “No estamos preparados para su hijo” son las respuestas que reciben los padres de niños con alguna discapacidad al querer inscribirlos en una institución educativa. Historias y experiencias inspiradoras.
“Nosotros no elegimos las escuelas, ellas nos eligen”, afirma con tristeza Silvana Corso (45). Se refiere al momento en el que las instituciones educativas ponen trabas para inscribir a alumnos con alguna discapacidad (o, directamente, esa posibilidad la desestiman). Como directora de una escuela secundaria de la Ciudad de Buenos Aires, está convencida de que toda casa de estudios debe y puede ser inclusiva, ya que los beneficios impactan no solo en los niños, sino en la sociedad en general.
Corso conoce muy bien lo que predica. Catalina, su hija mayor, nació con parálisis cerebral severa. “Al principio, nos habíamos alejado del mundo para ocuparnos de ella. Todo se trataba de terapias y médicos. Ella era una ‘paciente’ en vez de una niña. Un día hice un ‘clic’ y me replanteé la vida que estaba llevando. Empecé a salir más a la calle, a la plaza, y me di cuenta de que nadie se le acercaba, que su única socialización se daba en las salas de espera”, recuerda. Y decidió llevarla a un jardín de infantes común, sin sospechar que allí empezaría toda una odisea: “Nadie aceptaba a Catalina. Los mismos médicos y hasta familiares no entendían por qué insistía. Y yo me preguntaba: ‘¿Por qué no?’”. Finalmente, un jardín les abrió las puertas, y les cambió la vida para siempre. A partir de ese instante, aquel se convirtió en su modelo de escuela: “Una institución que guíe, valore, entienda y atienda a todos y a cada uno de sus niños”, reza. Con la propuesta de dirigir una escuela secundaria, a esta profesora de Historia le llegó la oportunidad de poner en práctica toda su experiencia. Catalina, quien falleció a los nueve años, imprimió una huella profunda en su mirada sobre la tarea educativa. Así es como decidió aceptar a todos los alumnos para demostrar los beneficios que la educación especial tiene dentro de una institución normal. Ella explica: “Mi propuesta fue derribar algunos mitos, capacitar a los docentes y recibir a otros actores. Así, en equipo, refundamos la escuela. Una escuela inclusiva que se ocupa de atender la singularidad de cada alumno, diseña estrategias diversificadas o específicas de intervención”.
Quien no subestima la capacidad de aprendizaje de ninguno de sus alumnos, aloja en su establecimiento a niños con parálisis cerebral, espina bífida e hidrocefalia, autismo, psicosis, retraso madurativo, síndrome de Down y más. “La presencia de estos chicos en el aula es la garantía de que sus pares valoren y reconozcan la diversidad humana. Así también reconocerán y lidiarán con sus propias limitaciones –esboza Corso. Y sentencia tajante–: Una institución educativa que no da respuesta y espacio a estos chicos es una institución que está muerta”.
Luciano fue su primer alumno con discapacidad. Hoy cursa en la facultad, y es uno de los mejores promedios en la carrera de Abogacía de la Universidad de la Matanza. “Su ingreso generó mucho ruido porque tiene una parálisis cerebral, pero la cultura escolar fue cambiando de a poco. Hubo que trabajar con la representación social de la discapacidad. La principal barrera no son los edificios que no están preparados para recibir a todos los chicos ni los recursos económicos, sino cómo nos posicionamos ante lo distinto. No nos damos cuenta de que, en rigor, todos somos diferentes”, define Silvana. Para lograr ese nivel de integración, la escuela, que cuenta con un espacio de permanente capacitación, trabaja en red con profesionales del exterior, fundaciones y hospitales.
El caso de Ignacio es emblemático: al ingresar, se estaba quedando ciego. Tras un trabajo en conjunto con una escuela para ciegos, el niño pudo integrarse al grupo. Corso ahonda en cómo se benefician unos y otros con la convivencia: “Aquí vinieron chicos que recibieron todas las terapias y tratamientos, y tienen incorporado el oficio de ser estudiantes. Ellos se lo transmiten a los que no han recibido tanto. Como trabajamos con contextos de pobreza, hay chicos que llegan a primer año y no saben escribir. A veces, un compañero con discapacidad tiene más recursos y lo ayuda”.
Otro caso representativo fue el de Tomás que sufría trastorno del espectro autista. Su presencia en el aula hizo que nadie repitiera ni se llevara materias. “En primer año siempre tuvimos un alto nivel de repitencia. Gracias a la propuesta didáctica del curso de Tomás, todos pasaron de año. El trabajo que teníamos que hacer era tan organizado, con tantos recursos, que terminó beneficiando a todo el grupo –se enorgullece Silvana. Y reflexiona–: La educación no puede ser pensada como algo estático: no se trata de querer encajar personas en un mismo molde. Cada chico es diferente y es dueño de una creatividad que lo hace singular. Una única propuesta educativa no llega ni impacta de la misma manera; por eso, el docente tiene que estar permanentemente formándose, innovando”.
Recreo loco e ideal*
Miro el patio y veo llegar a Carolina del brazo de dos compañeros, que la ayudan a subir o bajar las escaleras, mientras un auxiliar le alcanza el andador. Pasa muy rápido Franco, descontrolado en su silla de ruedas. Ezequiel agita sus brazos, ensayando acercamientos a este mundo adverso para su estructura. Podría nombrar a tantos… Ellos se juntan y conviven en un recreo tan loco como ideal. Y más importante aún, es que sobran voluntarios para ayudar a superar las barreras de accesibilidad… Esos mismos voluntarios, cuando caminen por la calle, no van a ser indiferentes a las necesidades de las personas, ya que aprendieron en la escuela algo fundamental: la empatía.
*Silvana Corso, directora de una escuela secundaria.
Fronteras afuera
Un ómnibus escolar amarillo se detiene frente a una típica casa norteamericana. Son las ocho de la mañana en Naperville, una ciudad de Illinois, en el medio oeste de los Estados Unidos. Del emblemático micro desciende una rampa y su conductor baja para recibir a Inés (15) quien llega acompañada por Verónica (51), su madre. A pesar del frío y la nieve que cae en su cara, la niña está contenta: sabe que la espera un nuevo día en la escuela. La madre la despide y la rampa sube con ella. El micro se dirige a Waubonsie Valley High School, una escuela secundaria común y pública. Es la que le corresponde por cercanía a su casa, como al resto de los niños de ese mismo barrio.
Inés es estadounidense, aunque toda su familia es argentina. Fernando y Verónica, junto a sus dos hijas Martina y Bianca, se mudaron a este país hace dieciséis años. En aquel entonces, Verónica llevaba a la bebé en su vientre: “Cuando llegamos, yo estaba embarazada de tres meses. Vivimos en Michigan y después nos mudamos a Illinois. La experiencia escolar y de estimulación con Inés fue muy temprana: a los dos meses, debido a que su cabecita no crecía, nos enteramos de que tenía microcefalia. Así que se pusieron en contacto conmigo los servicios de estimulación y protección que el Estado provee. Y empezamos su terapia física”.
“Early Intervention” (Estimulación temprana) es el nombre del programa que beneficia a los niños con alguna necesidad especial, que se extiende hasta los tres años, edad en la que empiezan el jardín de infantes. “Los terapistas vienen a tu casa, así no tenés la necesidad de salir con el bebé –explica Verónica–. Ellos me asignaron una mentora que se ocupaba de Inés: me ayudaba con todo, desde la referencia de un médico, hasta conseguirme voluntarios de la secundaria para que me dieran una mano con los ejercicios que teníamos que hacerle. Siempre me sentí superacompañada, a pesar de que escuchar el diagnóstico fue muy shockeante. El programa no solo se ocupa del niño, sino también de los padres”.
A medida que crecía, además de la terapia física, la niña recibió terapia ocupacional y fonoaudiológica. Y con los tres años recién cumplidos, ingresó al jardín de infantes, algo no solo especial para ella porque conocería a sus nuevos amigos, sino para su madre, que la dejaría sola por primera vez. “Las maestras fueron excelentes, cariñosas, siempre se ocuparon de demostrarme que, a pesar de mis miedos, ella iba a estar muy bien cuidada y acompañada. Me dieron toda la seguridad”, recuerda Verónica. Y relata cómo Inés pasó su infancia en una sala normal, junto al resto de sus compañeros: “Fue superaceptada. Los chicos son más sabios que los adultos y se acercaron a ella despojados de cualquier tipo de prejuicio o etiqueta. Me acuerdo que la maestra tuvo que poner turnos, ya que todos se peleaban por empujar su sillita de ruedas”.
En el mismo jardín, Inés recibió sus terapias a través de un equipo interno, y la visita de profesionales externos que hacían todo lo que estuviera a su alcance para mejorar su calidad de vida. “Aquí se hacen muchos esfuerzos para incluir a todos. Una anécdota: fui al jardín para encontrarme con quien iba a medir la silla de ruedas. Estacioné justo al lado de otro auto, del cual se baja una persona también en una silla así. Era el señor que se ocuparía de hacerle los arreglos a la de mi hija. Me impresionó la integración que existe. ¿Quién mejor que él para ocuparse de ella?”, revela Verónica.
Con respecto al futuro de la jóven, ya se está pensando qué pude hacer cuando termine la escuela. Y ya pusieron manos a la obra: “El otro día, recibimos del colegio un cheque por cincuenta y pico de dólares. Le mandé un mensajito a la maestra preguntando qué era, y me respondió que era el pago por el trabajo de Inés. Hay una compañía que contrata a los chicos para hacer algunas cuestiones simples, pero efectivas para la empresa. Ella fue a ese taller y se ganó su propio sueldo”.
Un día cualquiera, a eso de las 14.30, Verónica sale a recibir a su hija, que llega cansada, pero feliz después de un día intenso. Tuvo educación física adaptada, escuchó cantar al coro de niñas y almorzó en la cafetería con el resto de los alumnos. ¿Qué es lo que más le gusta? Su mamá responde: “Es muy musical, pero lo que más disfruta es estar rodeada de gente. Me pasa de encontrarme con chicas adolescentes de su edad que se acercan y la saludan de forma muy afectuosa. ¡Y ella se pone loca de contenta! Siempre va muy feliz a la escuela. Y eso es lo que más la estimula: sin ese espacio, su calidad de vida sería muy diferente”.
Para saber más
 
La que tiene fuerza es el libro que escribieron los padres de Catalina. Es un relato que honra la vida y que invita a reflexio-nar sobre la deuda pendiente que tiene la sociedad con respecto a la inclusión. Se puede descargar de manera gratuita: http://cataediciones.com.ar/laque tienefuerza/laquetienefuerzadigital.pdf 
Fuente de la reseña: http://www.revistanueva.com/portal/verNota/1263
Fuente de la imagen: https://tiempodeavivamiento.files.wordpress.com/2013/12/ser-distinto.jpg
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