Según una investigación del Ministerio de Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología sobre conductas problemáticas y absentismo entre escolares, ha aumentado por cuarto año consecutivo el número de estudiantes que faltan a clase más de treinta días al año. Cuanto más se avanza en el sistema educativo, mayor es el número de ausentes.
El Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología (MEXT, por sus siglas en inglés) publicó en febrero de 2018 un estudio bajo el nombre “Investigación sobre las conductas problemáticas de los estudiantes menores de edad y el absentismo escolar”, según el cual el número de niños ausentes durante más de 30 días al año en escuelas públicas y privadas ha aumentado un 6,1 % con respecto al año anterior, alcanzando los 133.683 estudiantes, una tendencia que se mantiene por cuarto año consecutivo. Entre ellos, los estudiantes de escuela primaria han ascendido hasta los 30.448 (un aumento del 10,4 %), y los de secundaria hasta los 103.235 (un aumento del 4,9 %). Estas cifras significan que un 1 % del número total de estudiantes de primaria y un 4,1 % de los estudiantes de secundaria se ausentan de sus escuelas.
Si nos fijamos en la cantidad de ausentes por año cursado, veremos una tendencia al aumento desde el primer curso de primaria hasta el tercero de secundaria: el mayor número de estudiantes ausentes en primaria -9.794- pertenecían al sexto curso, y el mayor número de ausentes en secundaria -39.580- al tercero.
En cuanto a los motivos para las ausencias, entre los estudiantes de primaria el principal son los problemas familiares (53,3 %). El abuso por parte de compañeros, o bullying, es solo de un 0,7 %, pero los problemas con compañeros aparte del abuso ascienden a un 18,8 %. Al llegar a secundaria los problemas familiares descienden hasta un 28,9 % de los casos y los abusos a un 0,5 %, pero los otros tipos de problemas con compañeros ascienden a un 27,2 %; al parecer, las relaciones interpersonales en la escuela se convierten, a partir de estas edades, en una gran carga para los estudiantes.
De entre los niños que se han ausentado de sus clases, 13.736 estudiantes de primaria y 63.706 de secundaria llevan sin ir a la escuela más de 90 días. Más de la mitad de los ausentes faltan durante largos periodos de tiempo.
Portugal / 5 de agosto de 2018 / Autor: Aula Planeta / Fuente: Aula Planeta
Tras nuestro artículo sobre el sistema educativo de Francia nos queda por analizar el de nuestro otro vecino, Portugal. Si bien, en muchas ocasiones asociamos a nuestro vecino luso peores indicadores (sociales, económicos, políticos), haríamos bien en tomar nota de los educativos ya que Portugal es el único país que ha mejorado en cada informe PISA. Para muestra, el caso de la escuela Carcavelos. Y para mayor detalle, os dejamos con este artículo.
Los resultados PISA
Tal y como decíamos más arriba, Portugal es el único país que ha tenido una mejora continua en las pruebas PISA situándose en todas las pruebas por encima de la media OCDE. En el 2015 en ciencias se situó en el puesto 17 en ciencias (7 puestos por encima de España), en el 18 en comprensión lectora (3 por encima) y en el 22 en matemáticas (también 3 por encima de España). De hecho, si no tuviéramos en cuenta a los alumnos repetidores, sus resultados serían aún mejores.
El sistema
Como curiosidad, el sistema portugués tiene 12 años de escolaridad obligatoria (uno de los más altos de la OCDE), de los 6 a los 18 años. La educación básica tiene tres ciclos (4, 2 y 3 años) y la secundaria consiste en tres años. Si bien, la crisis tuvo efectos en el presupuesto en educación (cayendo al 3,8 % del PIB en 2015), actualmente la inversión en educación está en el 5,1% (la de España es del 4,1%). También, en contraposición con el caso español, la Ley del Sistema Educativo que se promulgó el año 1986 se ha mantenido sin grandes modificaciones en sus ideas esenciales.
El profesorado
Uno de los factores de éxito del sistema portugués es la formación docente. Los docentes portugueses han visto como las condiciones de acceso a la docencia se hacían más estrictas: ahora, tienen una formación inicial de cinco años, prácticum y formación continua obligatoria, refuerzo específico en los currículos de ciencias y formación específica en metodologías de carácter innovador. En primaria pasan más horas con sus alumnos, mientras que secundaria pasan menos horas (siempre en relación con la media de la OCDE).
En el caso de los directores de centro se ha pasado de un modelo de elección mediante el claustro a un modelo con formación específica obligatoria y con una mejor definición de las atribuciones de dirección.
Evaluación de la calidad
Recientemente se han introducido diferentes formas progresivas de evaluación del profesorado. Además, se han establecido evaluaciones externas y autoevaluaciones.
La atención a la igualdad
Parte del éxito de nuestro vecino se debe a los intentos que han llevado a cabo para paliar las desigualdades educativas. La educación pública es mayoritaria (y muy bien considerada) en Portugal con un 82,6% y existe un gran énfasis en la educación democrática y ciudadana (aspecto muy vinculado a la Revolución de los Claveles).
Uno de los programas con mayor éxito es el que se lleva a cabo en los Territorios Educativos de Intervención Prioritaria (un 16%) que busca mejorar los modelos de aprendizaje, paliar el abandono y el absentismo, fomentar la disciplina o facilitar la transición al mercado laboral. Estos territorios son regiones con una mayor desventaja social, mayor necesidad de atención a la diversidad y mayores tasas de abandono. Por último, remarcar que las diferencias entre alumnos inmigrantes y nativos han pasado de 59 a 17 puntos siendo la media de la OCDE de 43.
Combatiendo el fracaso y el abandono escolar
Algunas de las grandes problemáticas del sistema portugués eran la alta tasa de abandono escolar, la baja finalización en la educación terciaria o el alto paro juvenil. Viendo la necesidad de atajar estos problemas desde abajo, en 2012 se puso en marcha el Programa para Combatir el Fracaso y el Abandono Escolar. Este programa se ha centrado en los estudiantes con mayor riesgo gracias a programas individualizados para, posteriormente, vincularlos con la Formación Profesional como alternativa al abandono que, a su vez, ha sido reformulada y ha contado con nuevos programas. En 2008 la tasa de abandono era del 34%, el 2016 era del 14% y, viendo este avance, no parece una locura pronosticar que el objetivo del 10% para el 2020 se podría conseguir. Como último dato, la tasa de abandono en España es del 19%.
La gestión
Si bien, uno de los puntos flacos del sistema luso es el bajo nivel de autonomía local en relación con la gestión curricular, la evaluación o la asignación de recursos, se está produciendo una evolución hacia la descentralización y un aumento de la autonomía. Como ejemplo, se ha reforzado el poder de decisión de los directores y de los ayuntamientos.
En 2016 hubo 170 mil alumnos menos en primaria que en 2002: un descenso del 4%. Si bien una parte de la caída se explica por factores demográficos, el fin de la repitencia en primer grado contribuyó a que los chicos avancen a secundaria
Entre 2002 y 2016, la matrícula en las escuelas primarias argentinas cayó casi un 4%: pasó de 4.719.335 estudiantes a 4.549.467, lo que supone una disminución de 169.868 alumnos. Este descenso se mantiene de manera sostenida desde el año 2008, aunque la magnitud de la caída se moderó en los últimos años: entre 2014 y 2016, las escuelas primarias perdieron 1.456 alumnos.
El informe “Baja la matrícula en primaria: ¿una mala noticia?” del Observatorio Argentinos por la Educación indaga en los factores que podrían explicar estos datos, llamativos en el contexto de un sistema educativo que logró tempranamente la cobertura universal en primaria. El informe analiza tres explicaciones posibles: que haya menos niños y niñas en edad escolar (factor demográfico); que haya aumentado el abandono (factor de exclusión) y que se hayan producido mejoras en las trayectorias escolares (factor de promoción).
Al observar el factor demográfico, el Observatorio encontró que entre 2004 y 2016 decreció un 2,7% la cantidad de niños y niñas de 6 a 11 años, lo que equivale a 113 mil niños menos. En otras palabras, parte de la caída en la matrícula de primaria se explica por la disminución de la cantidad de niños y niñas en edad de asistir a ese nivel educativo.
La tasa de asistencia a la primaria se ha mantenido cercana al 100% desde la década de 1990. En otras palabras, el factor de exclusión resulta improbable para explicar la caída de la matrícula: los datos no muestran un incremento del abandono.
En tercer lugar, el informe señala que en los años recientes hubo una mejora en las trayectorias de los estudiantes que cursan la primaria: el factor de promoción también explica la caída de la matrícula. A partir de las políticas provinciales y nacionales ‒en particular, la Resolución 174 del Consejo Federal de Educación aprobada en 2012‒ que establecieron la unidad pedagógica del primer ciclo y eliminaron la repitencia en primer grado, se pasó de una pendiente (más estudiantes en los primeros grados y menos en los últimos) a una meseta (todos los grados tienen similar cantidad de estudiantes).
La mayor fluidez en la primaria coincidió con un descenso de la sobreedad y un aumento en la matrícula de secundaria. Irene Kit, presidenta de la Asociación Civil Educación para Todos, plantea: “Este informe muestra una mejora relativa, aun cuando ésta sea insuficiente. Estamos aún lejos de la plena calidad con equidad en la escuela primaria, pero hemos avanzado. A menor ritmo que otros países, a menor ritmo que nuestros deseos. Pero ¿es igual de grave tener que aumentar el ritmo de mejora que cambiar una tendencia en deterioro?”.
“Hay tres grandes decisiones políticas que se vinculan con la mejora: los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios, que dieron una orientación curricular centrada en las prioridades fundamentales; la unidad pedagógica para el primer ciclo, que protege el proceso de construcción de la alfabetización inicial; y la disponibilidad de recursos, tanto para cargos docentes como para infraestructura, capacitación y material didáctico”, señala Sergio España.
La variación de la matrícula de primaria en los años recientes ha sido muy dispar entre las provincias. Mientras algunas (Catamarca, Corrientes y Formosa) tuvieron caídas de matrícula superiores al 10%, en otras (Tierra del Fuego, Neuquén, Santa Cruz y Mendoza) hubo incrementos por encima del 5% entre 2011 y 2016. En ese período, CABA y la provincia de Buenos Aires registraron aumentos en torno al 4% y 2%, respectivamente; mientras que en Córdoba y Santa Fe hubo caídas de alrededor del 2%.
Uruguay / 8 de julio de 2018 / Autor: Magdalena Cabrera / Fuente: El Observador
Benjamín aprendió a leer y escribir a los dos años y medio y a los cinco tenía la capacidad de un niño de tercero de escuela
Benjamín (8 años) empezó a leer y escribir con dos años y medio. En aquel momento sus padres quedaron perplejos. No entendían cómo eso era posible. «Empezamos a averiguar qué era lo que pasaba y fuimos a consultar a un especialista, que lo evaluó y confirmó que tenía alta capacidad», comentó Victoria Suárez, madre de Benjamín, a El Observador.Según contó su madre, Benjamín aprendió las letras de forma autodidacta con un juego de encastre y continuó su proceso con videos de Youtube. A los cinco años cuando se lo volvió a evaluar tenía la capacidad propia de un niño de tercer año de escuela, año que cursa actualmente.
«Como padre es todo un desafío. Te desespera porque no sabés cómo hacer para atenderlo. Tu hijo te demanda y no estás preparado», dijo Suárez.
La alta capacidad que presenta Benjamín no se ha manifestado en ninguna disciplina específica, si no que ha ido variando con el paso de los años. Hoy sus mayores intereses son el fútbol, la estrategia, el inglés y la historia.
Cuando llegó la edad de ingresar a la escuela, sus padres averiguaron en varios colegios que trabajaban con la inclusión, pero en muchos de ellos le dijeron que no se sentían preparados para aceptar a un niño de esas características. Finalmente dieron con uno que lo aceptó y además cumplió con las expectativas de la familia. Lo que más le gustó a Suárez fue que la institución ofrecía una educación personalizada. Además, contaba con un equipo de psicólogo y psicopedadogo.
Al principio necesitaron del apoyo de una especialista para la adecuación del currículum, de forma que el niño sintiera el desafío de ir a la escuela. Sin embargo, Suárez comentó que no fue necesario adelantarlo para que compartiera la clase con niños más grandes.
«Hoy Benjamín está contento en el colegio. Lo que más le gusta son las actividades extracurriculares, como taekwondo y ajedrez», señaló su madre, aliviada.
Según manifestó, conoce otros casos donde el niño presenta «fobia escolar» porque sienten que la escuela no los desafía. «Muchos de estos casos terminan en deserción o repetición y el niño se convierte en una molestia para la clase y el maestro. Su cabeza va mucho más rápido y se aburren», explicó.
Actualmente, Suárez se encuentra trabajando para crear una asociación de padres con hijos con altas capacidades, para ofrecerse apoyo mutuamente y movilizarse de forma conjunta. La asociación, sin fines de lucro, se reunirá por primera vez el próximo 11 de agosto e invita a participar a todos los que estén interesados (asociacionahstu@gmail.com).
Lo que más le preocupa a Suárez es la fuga de talentos que tiene Uruguay por no ofrecer posibilidades y apoyos a este tipo de jóvenes. «Se terminan yendo porque acá no encuentran oportunidades, por eso, tenemos que hacer algo», apuntó, al tiempo que celebró la voluntad del Ministerio de Educación de comenzar a trabajar en este sentido.
España / 8 de julio de 2018 / Autor: Marta Maldonado / Fuente: La Razón
La mitad de los andaluces entre 25 y 64 años se estancó en la educación obligatoria
La huella del abandono escolar histórico en Andalucía se vislumbra en los casi dos millones de adultos que no tienen más estudios que la educación obligatoria, ya sea la ESO o la extinta EGB. Son la mitad de los andaluces entre 24 y 64 años y muchos de ellos ni siquiera poseen esos estudios mínimos. Los escasos índices de formación que arrastra la comunidad se concentran en las edades más avanzadas (62,3% en la franja de 55 a 64 años), pero son elevadísimas también en los jóvenes. Entre los menores de 35 años, más de un 43% dejó de estudiar en la etapa básica. Las últimas cifras de fracaso escolar ofrecen la cara más positiva de Andalucía, con una rebaja constante hasta el 23,5% actual. Nada que celebrar porque continúa siendo alarmante que uno de cada cuatro adolescentes abandone los estudios, pasando a engrosar la lista de jóvenes que ni estudian ni trabajan, castigados con una tasa de paro cercana al 60%.
Continuamente se alude a «la generación mejor formada de la historia», pero son todavía una inmensa minoría que no alcanza el 35% los que acceden a estudios superiores. Si se compara con España, los adultos andaluces sin estudios suponen un diez por ciento más. La media europea es de menos de la mitad (22%).
Todos estos datos se reflejan en las publicaciones periódicas del Instituto Nacional de Estadística (INE) y permiten observar la evolución del otro extremo de esta balanza, la de las personas que han ido a la universidad. Un 30% de esos adultos tienen estudios superiores. Sin embargo, hay un dato alarmante: el estancamiento con las nuevas generaciones. Entre los menores de 35 años aumentó ligeramente el fracaso escolar respecto a la generación inmediatamente anterior y han disminuido los titulados universitarios –solo uno de cada tres lo son–.
El análisis de los factores que están desencadenando ese retroceso hay que buscarlo una década atrás, cuando quienes tienen ahora esa edad estaban acabando la ESO y decidiendo si continuar su formación.
A esos 1,8 millones de adultos se sumarían otros doscientos mil menores de 24 años, calculado en función del porcentaje de fracaso actual. No obstante, la mejora en la última década –en parte debida a la vuelta a las aulas por la falta de ofertas laborales– es palpable pese a ese mínimo retroceso: desde 2007 la tasa de abandono ha bajado casi catorce puntos, a mayor velocidad que el resto de España. En nuestra comunidad permanece estancada la brecha entre hombres y mujeres, con una mayoritaria presencia de ellas en las universidades y un 10% menos de fracaso educativo. Andalucía destaca en España, a su vez el país de la Unión Europea con peores resultados, aunque su media (20%) se acerca lentamente al objetivo del 10% para 2020.
“Se sigue repitiendo lo que pasaba hace cien años”
Más de diez mil personas respondieron el día 16 a la oportunidad de reengancharse a los estudios y abrir sus opciones profesionales. Esta era una de las dos convocatorias anuales que la Junta realiza para facilitar la obtención del título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) a mayores de 18 años. España es el único país europeo donde se «corta» a los alumnos impidiéndoles avanzar en el sistema educativo sin ese título imprescindible, como señalan los expertos en diversos artículos. Esta peculiaridad provoca que en la práctica se unifiquen los conceptos de fracaso escolar y abandono temprano, que Andalucía trata de revertir. «En Inglaterra supera la educación obligatoria el cien por cien de los estudiantes, a todo el mundo se le da el título. ¿Quién va a contratar a alguien que no tiene ni la ESO?», razona Francisco Martín Zúñiga, profesor de la Universidad de Málaga.
«Tendría que haber un currículum diseñado para motivar y quien quiera dedicarse al comercio u otro tipo de actividad que no implique seguir estudiando. Eso falla», lamenta. En su opinión, la Lomce y sus reválidas –actualmen suspendidas– «van a provocar un mayor fracaso porque expulsan a los alumnos del sistema educativo y a ese porcentaje de entre el 25 y el 30% se le acaban las posibilidades de hacer otra formación. Están condenados a vivir sin recursos».
«Mis investigaciones corroboran que lo que pasaba hace cien años en la educación se sigue repitiendo en muchos aspectos», dice Martín Zúñiga tras haber ahondado en las consecuencias del analfabetismo a principios del siglo pasado y en la historia de la educación de adultos.
Rechaza el concepto de una Andalucía lastrada aún por la desigualdad histórica y ofrece un par de soluciones básicas al fracaso escolar: «atajarlo en Primaria, antes de que empiece» y «establecer currículums flexibles, como hizo la Logse».
España / 1 de julio de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Europa Press
Un total de 16 universidades de ocho comunidades autónomas participan en la séptima edición del programa ‘Campus Inclusivos, Campus Sin Límites’ organizados por Fundación ONCE, Fundación Repsol y el Ministerio de Educación y Formación Profesional para reducir el abandono escolar temprano de los estudiantes con discapacidad.
El primer campus estival comienza este próximo domingo 1 de julio en la Universidad Complutense de Madrid. También durante el mes de julio se celebrarán en las universidades de Alcalá de Henares (Madrid), Jaén, Almería, Granada, Murcia, Politécnica de Cartagena, Burgos, León, Salamanca, Valladolid, San Jorge de Zaragoza y Extremadura, mientas la universidades de Málaga, Castilla-La Mancha y Navarra los preparan para el mes de septiembre.
Según ha informado Fundación ONCE, estos campus ofrecen a los participantes «la posibilidad de vivir y conocer la experiencia universitaria de primera mano en estancias de hasta diez días» durante el verano con actividades de divulgación académica y oferta cultural y de ocio, así como orientación académica.
En el programa participan jóvenes con discapacidad del último curso de Educación Secundaria Obligatoria, de Bachillerato y del Ciclo Medio de Formación Profesional, aunque también está abierto a estudiantes que tengan necesidad de apoyo educativo o que se encuentren en riesgo de exclusión social, aunque no tengan discapacidad.
«Con este programa se pretende favorecer una educación inclusiva para todos y contribuir a que las universidades puedan dar respuesta a la diversidad del alumnado», apuntan desde Fundación ONCE. Además, la iniciativa sirve también para ayudar a que las universidades participantes comprueben su grado de adecuación a las necesidades de estudiantes con discapacidad.
En las últimas seis ediciones de ‘Campus Inclusivos, Campus Sin Límites’ han participado 22 universidades españolas y más de 600 alumnos con y sin discapacidad. Los jóvenes interesados en participar pueden enviar un correo electrónico a Inmaculada Requena (irequena@fundaciononce.es) para recibir más información.
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