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México: Amenazan maestros con paro laboral indefinido si autoridades no cumplen pliego petitorio

México/06 de Febrero de 2017/Jorge Castro

Cumplen con su paro escalonado maestros de 14 secundarias generales y amenazan con una huelga indefinida si la autoridad educativa no cumple su pliego petitorio.

César Manuel Frías Gual, director de la secundaria general número 9 “Jesús reyes Heroles”, aseguró que hoy se incrementará a las tres últimas horas de clase la inconformidad, ayer fueron dos, si no se llega a un buen arreglo.

Destacó que lo único que desean es que se regularice el pago a los maestros, ya que hay algunos a los que se les adeuda de cuatro meses a un año de sueldo, a otros sus recursos prejubilatorios y a unos más el concepto de pago a terceros.

En este último rubro, a los profesores se les descuenta vía nómina la adquisición de vehículos o casas, pero que no se refleja en la disminución de la deuda, situación por la que muchos están en buró de crédito o son requeridos para devolver lo comprado.

“Debido a esto, las delegaciones sindicales convocaron a un paro escalonado para dejar de brindar los dos últimos módulos de clase, esperamos que la parte sindicato y la SEyC aclaren los pendientes que se tengan y podamos seguir el curso”, refirió.

A pesar que en las 14 secundarias se hace el paro escalonado y tienen que retirar a los más de 18 mil alumnos, los profesores no pueden abandonar la escuela.

Frías Gual ahondó que han platicado con otros maestros y han coincidido en que es preocupante que algunos no hayan cobrado y, sobre todo, que las autoridades educativas no quieran llegará a un acuerdo.

Alrededor de 250 maestros de secundarias generales enfrentan estos problemas solo en Benito Juárez y que es probable que en otros municipios se de la misma situación, por lo que en caso de no obtener una respuesta hoy, iniciarían con una huelga general la próxima semana.

Fuente: http://www.jorgecastronoriega.com/amenazan-maestros-con-paro-laboral-indefinido-si-autoridades-no-cumplen-pliego-petitorio/

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Conspirar contra los niños y el derecho a estudiar

Lev Moujahid Velázquez Barriga *
José Manuel es un alumno que cursa el primer año en la telesecundaria de La Nopalera, municipio de Apatzingán, en Michoacán, ubicada en la zona conocida como Tierra Caliente. Tiene 13 años de edad, pero no es el mayor en su grupo, su mejor amigo ya cumplió los 16; sin embargo, eso no es raro en los estudiantes matriculados que han sido rechazados, expulsados o reprobados de las secundarias técnicas y generales de la ciudad, sobrepobladas hasta con 60 alumnos por salón.

Desde que inició el ciclo escolar, José Manuel no pudo pagar 14 pesos diarios de transporte urbano y menos podrá ahora que subió a 16, así que los días de escuela tiene que andar a pie varios kilómetros por senderos improvisados de terracería; algunos son viejos caminos que conectan a las comunidades rurales, en los que ya sólo transitan jornaleros y los grupos delincuenciales para el trasiego de droga, evitando las carreteras federales y los retenes militares.

Durante los 30 minutos que hace de su casa a la escuela, reconoce bien las parcelas de limón porque ha estado ahí. Él, junto a otros de sus compañeros, es parte de los 2 millones y medio de menores que entre los cinco y 14 años de edad tienen que trabajar para sobrevivir, de otro modo sería imposible que siguieran estudiando; las ausencias por trabajo que comienzan de uno a dos días a la semana en la escuela, ocasionalmente se vuelven definitivas hasta que se ven obligados a abandonarla por completo.

Hace varios años que José Manuel ya no vive con sus padres, sino con sus tíos, quienes trabajan en la informalidad y residen en una colonia en la que se aprecian multitud de casas hechas de cartón, hule y madera. El asentamiento creció en los márgenes urbanos, entre la carretera federal rumbo a Cuatro Caminos y la zona ejidal de La Nopalera Oriente, ambos han sido escenarios recurrentes de violencia.

En el tramo carretero se han suscitado infinidad de narcobloqueos, tiroteos, robos de autos a mano armada y hasta feminicidios; en las calles aledañas a la escuela, persecuciones, secuestros y ejecuciones. Tan sólo en 2016 fueron asesinadas siete personas de la comunidad, entre ellas el fundador local de las autodefensas, baleado unas horas después de que Silvano Aureoles y José Antonio Meade, entonces secretario de la Sedesol, asistieran a la cabecera municipal el Día del Niño, rodeados de militares y federales, para promocionar programas de ayuda a huérfanos y viudas, víctimas de la violencia.

Ante esta situación, común en diferentes zonas de Michoacán, pero también de todo el país, la reforma educativa no ha aportado casi nada. Criminalizar a los alumnos a través de mochila segura es un golpe más a su vulnerabilidad, cuando ellos son víctimas del contexto que los rodea y de un currículo carente de calidez humana, centrado en fines desprovistos de sensibilidad y sentido trascendente para la personalidad, como el de alcanzar la calidad empresarial.

No obstante que la falta de recursos económicos y las lejanas distancias se encuentran entre los factores centrales del abandono escolar, la SEP plantea el cierre de centros escolares a través de su programa de reconcentración, cuyo plan piloto inicia este año en zonas urbanas; la amenaza pesa sobre escuelas como la de José Manuel, insertas en pequeñas comunidades que fueron absorbidas por la ciudad, pero que se resisten a los cambios de la vida urbana, también sobre las periferias miserables a donde las familias fueron excluidas y que serían más excluidas aún sin la posibilidad de sus hijos para crecer en el estudio.

Es evidente que el gasolinazo no frenará el cierre de los centros educativos, y que tampoco tendrá algún impacto positivo en el fortalecimiento de la educación pública, como aseguraron Peña Nieto y Aurelio Nuño que lo tendría; al contrario, impactará negativamente, porque la escasa economía familiar golpeada por las constantes y desmedidas alzas de los precios, seguirá siendo un factor cada vez más decisivo en la exclusión de los niños que no ingresan a las aulas y la deserción de otros muchos que las abandonarán por falta de recursos económicos.

Datos sustentados por las investigaciones del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) muestran que con el aumento del salario a 80 pesos, no se alcanza a cubrir ni 40 por ciento de la canasta básica recomendable. Otros estudios indican que antes del gasolinazo y la oleada de aumentos de precios, 40 por ciento de la población vivía en pobreza laboral, lo que significa que este año las personas sin acceso a lo básico para sobrevivir superarán los 50 millones.

En estas circunstancias, para las familias como la de José Manuel pensar en gastos extraordinarios: uniformes, calzado, transporte y completar los útiles escolares, hace de la educación un derecho cada vez más inalcanzable. Alejar los centros escolares de donde los menores de edad más los necesitan, tratarlos como criminales y encarecer la vida con políticas económicas irresponsables, es condenarlos a la miseria, conspirar para expulsarlos del sistema educativo público y abandonarlos, como ya se hizo con los otros 3.8 millones que no van a la escuela.

* Doctor en pedagogía y maestro de telesecundaria

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/02/03/opinion/022a2pol
Imagen: https://3.bp.blogspot.com/-NZjj58rbLMA/WHyfkXFjmAI/AAAAAAAADCY/DK7J1FNT6PoIiUfrv0-HYsGLyrFj553UQCLcB/s1600/aprendizaje-cooperativo-02-Universidad-de-Alcal%25C3%25A1-e1484305637707.jpg
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La otra cara de la deserción

Por: Gloria Esther Trigos Reynoso

“¿Por qué las Universidades nos ven mal si decidimos no concluir estudios de licenciatura?” Esta pregunta, llena de genuina inquietud y, anhelante de encontrar una respuesta clara, me fue planteada por una  persona del sexo masculino de alrededor de 30 años, constituyéndose en el detonador o click que me faltaba para confirmar lo que ya venía identificando en torno al fenómeno de la deserción universitaria. Es una perspectiva centrada en las aspiraciones y convicciones que van construyendo cierto tipo de estudiantes.
Continuó diciendo esta persona: “Yo decidí no concluir mis estudios, no porque no pudiera con las clases, mi promedio era aprobatorio y superior a 8.5. Había algunas materias que yo no les encontraba aplicación práctica y eso me ayudó a entender que esos estudios no eran para mí. Yo soñaba con llegar a tener un taller mecánico bien montado y ya lo logré. Ahora, no solo me autoempleo sino que doy la oportunidad de trabajar a tres familias más. He tomado cursos de actualización en ese ramo en forma periódica. Pienso que soy una persona de bien, no tengo vicios y ayudo en lo que puedo cuando se requiere. Entonces, considero que no es malo no estudiar de manera formal, que no es malo no tener estudios de licenciatura”.

Este caso nos lleva a preguntarnos ¿es bueno o malo pensar así?, ¿para quién?, ¿en función de qué?  Y, lo que es más importante, ¿en las Universidades estamos conscientes de esta realidad o solo seguimos informando que la deserción aumentó o disminuyó, en algún porcentaje?
Esta reflexión empezó a tomar forma cuando, mediante un estudio longitudinal realizado en 2012 a 1153 becarios Pronabes, en el que se obtuvo un egreso de 78.8 por ciento y una deserción de 21.2 por ciento, pude identificar que un buen número de los alumnos que desertan lo hacen, a pesar de que les falta cursar de una a cinco asignaturas para concluir el total de su plan de estudios y, a pesar también, de que su promedio es superior a ocho.

Para acercarnos con más elementos a este análisis conviene señalar que en la población de 21.2 por ciento, apenas un 5.4 por ciento corresponde a baja por sistema cuya causa se asocia a la falta de definición de sus intereses vocacionales, que a su vez se refleja en cambios de facultad, carrera y desconocimiento de la normatividad vigente, lo cual propicia que agoten las oportunidades de examen o de inscripción desembocando todo esto en su baja definitiva;  y, el restante 15.8 por ciento corresponde a baja voluntaria, que equivale a dejar de estudiar aun teniendo las condiciones académicas para continuar.

En cuanto al grupo que compone el 5.4 por ciento valdría la pena identificarlos de manera oportuna para ayudarlos mediante alguna batería de test u otros medios, a encontrar la carrera de su interés y que puedan realizar sus estudios en ella. Esta práctica ayudaría a disminuir ese porcentaje de deserción en alguna medida.

Respecto al 15.8 por ciento relativo a baja voluntaria, existen por lo menos dos subgrupos: uno formado por alumnos que desertan por causas extrínsecas a su voluntad, es decir, anhelan seguir estudiando pero las necesidades familiares les orillan a suspender sus estudios para trabajar y contribuir al sustento familiar; y otro, formado por alumnos que, teniendo también las condiciones necesarias para continuar estudiando, desertan por causas intrínsecas, es decir, por voluntad propia. Cabe señalar que en ambos casos está presente una condición de traslado de los estudiantes, ya que tienen que salir de su domicilio familiar para ir a otra ciudad a continuar sus estudios.

Conocer estos datos, implica un gran compromiso como Universidad que nos lleva a plantearnos otra pregunta ¿qué hacer en beneficio de estos estudiantes? Sobre todo, los del primer subgrupo de deserción voluntaria que deseaban seguir estudiando pero sus condiciones familiares no se lo permitieron, ¿qué podemos hacer por estos estudiantes?.

Considero que conocer en su momento a los que constituyen el segundo subgrupo, de alguna manera ayudaría a vislumbrar algo a favor de la propia institución. Es decir, se deslindarían ciertas responsabilidades, ya que se comprobaría que no es falta de atención o desconocimiento de la situación que prevalece en este sentido. Este fenómeno queda fuera del área de influencia de la Universidad en virtud de que los alumnos deciden ir por la concreción de su proyecto de vida en el que es evidente que prevalece una racionalidad distinta al resto de alumnos que ven los estudios profesionales desde una perspectiva eminentemente aspiracional.

Lo que sí podría hacer la Universidad en estos casos, es brindar algún tipo de certificaciones según el nivel en el que decidan dejar la carrera a efectos de respaldarlos en su formación. Desde luego que esto estaría sujeto a algunas bases previamente definidas.
Al incorporar este elemento de análisis para entender de mejor manera la deserción presente en nuestras aulas (recordemos que venimos hablando de un 21.2 por ciento de deserción) y reconocer los tres grupos mencionados (baja por sistema, baja por causas extrínsecas, baja por causas intrínsecas), el panorama podría reflejar una mejora muy significativa, si la Institución logra identificar de manera oportuna los casos en los que realmente tiene oportunidad de incidir, aunque pudiera intentar atenderlos a todos.

Entonces, el área de oportunidad real para intervenir institucionalmente es el grupo de alumnos que académicamente tiene las condiciones para proseguir pero que deserta por causas extrínsecas a él, como puede ser la economía familiar aunado a que proceden de municipios diferentes al lugar en que estudian (traslado).

Si se logra identificar de manera oportuna estos casos y se atienden en tiempo real de forma institucional, se estaría contribuyendo a incrementar el índice de permanencia a través de estrategias diversas de retención. Así, el egreso tentativamente, se elevaría de 78.8 a 86.5 por ciento al concederle por lo menos el 50 por ciento de presencia a cada uno de los subgrupos de desertores voluntarios.

Visto así, el estar informando que no egresan 13 alumnos de cada 100 que ingresan a la Universidad, es algo realmente alentador, si consideramos que el fenómeno comentado es multifactorial, además de que con este tipo de intervención, la responsabilidad social de cada Institución de Educación Superior (IES) tendría la visibilidad tan anhelada por la sociedad.

Esta práctica implicaría poner nuestra mirada y esfuerzos en conocer a nuestros alumnos y acompañarlos en su paso por la Universidad, para identificar oportunamente casos de riesgo y apoyarlos institucionalmente a que concluyan sus estudios de licenciatura e ir un poco más allá, creando estrategias para que egresen ya titulados y con ello se incorporen al mercado laboral contando con las mismas credenciales como punto de partida para su desarrollo profesional.

Lo anterior es algo absolutamente posible, además de necesario para el crecimiento de las Instituciones de Educación Superior. Crecimiento basado en la atención comprometida con la diversidad presente en nuestras aulas.

Fuente: http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=4328:la-otra-cara-de-la-desercion&Itemid=346

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Venezuela: Deserción en educación media cerró en 70%

Venezuela / www.diariolosandes.com / 27 de Diciembre de 2016

El presidente del Colegio de Profesores en Táchira aseguró que el abandono a la educación se está presentando en todos los niveles, incluyendo la profesionalización

En un 70% cerró este año escolar la deserción en el nivel medio según las estadísticas que maneja el presidente del colegio de profesores en el estado Táchira, Javier Tarazona quien lamentó que cada día más los niños y jóvenes venezolanos, se retiren de las aulas de clases para dedicarse al comercio informal y en algunas ocasiones hasta a la delincuencia.

Indicó además que los indicies de abandono escolar en la primaria también son preocupantes “sobre todo en los municipios fronterizos comienza a crecer; pero la más escalofriante es la media y las universidades porque en Táchira las diferentes casas de estudio tenían las aulas con 35 estudiantes generalmente, y hoy tenemos aulas con 5, 7 o 10 estudiantes, esa es la triste realidad que estamos viviendo en la educación universitaria en el Táchira”.

Considera que este es uno de los años más oscuros que ha tenido la educación del estado y en sí del país, ya que se está hablando de una sociedad que no se está preparando y está desprofesionalizada y poco podrá competir.

“Las escuelas parecen cárceles y las cárceles cementerios, nosotros anhelamos que la educación sea  prioridad porque este año escolar cierra con una deserción impresionante, con una infraestructura precaria y con  unas condiciones de vida para los maestros que ni siquiera les permite alcanzar a los más básicos elementos”, lamento.

Señaló que el panorama es poco alentador para el regreso a clases ya que los cambios que se pretenden realizar solo ayudaran a fomentar en la mente de los niños del estado ignorancia y adoctrinamiento hacia una corriente política que sólo ha llevado al país al fracaso.

Ante esto invitó a la colectividad a preocuparse por la educación de todos los niños y jóvenes venezolanos, y para que alcen su voz de protesta ante un nuevo sistema curricular que solo traerá

“Hemos visto en los últimos días las protestas que han terminado en saqueo, pero yo no hablo de ese tipo de manifestaciones hablo de firmeza cuando se hacen este tipo de cambios drásticos en la educación, hay que priorizar yo no llamo vandalismo sólo a tomar conciencia y a ser libres para liberar (…) estos cambios profundiza la ignorancia, la economía paralela y vemos como preocupación que todos estos cambios que se dan en los liceos, como por ejemplo quitar las meterías como la geografía, la física, la química, entre otras, sólo va a generar deserción y no vamos a poder competir porque si hoy estamos improductivos como nación, me pregunto qué pensará el premio nobel de la Física”, señaló.

Obras inconclusas

Por otra parte Javier Tarazona, denunció que  hay más de 12 instituciones escolares tienen más de 3 años esperando que realicen las labores de reparación que iniciaron y nunca concluyeron; afectando a una población escolar bastante importante contribuyendo a la deserción.

Algunas de estas instituciones son: municipio Jáuregui,  Ángel María Duque de la Grita; municipio Junín San Diego, Gervasio Rubio y Biblioteca  de la localidad de  Rubio; en el municipio San Cristóbal, el Centro de Educación Inicial Cuesta del Trapiche; Liceo Francisco Alvarado; Liceo J.A. Román Valecillo, Liceo Pedro María Morantes, Gonzalo Méndez, liceo Emilio Constantino Guerrero; infraestructura del Simón Bolívar; en Cárdenas el Luis López Méndez de Táriba; en el municipio Fernández Feo, el Liceo 27 de Febrero en el Piñal; entre otros.

Fuente: http://www.diariodelosandes.com/index.php?r=site/noticiasecundaria&id=36812#sthash.efDnuZLs.dpuf

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Europa abronca a España por su tasa de abandono escolar pese a ser la mejor cifra de la historia.

Por: Joaquin Vera.

El Gobierno saca pecho de los datos porque dice que el descenso se debe a la Lomce, mientras que los expertos apuntan al «miedo» al paro.

La Unión Europea vuelve a sacarle los colores a España en materia educativa. Un nuevo varapalo a través de un informe publicado por Bruselas este lunes que coloca a nuestro país en la lista de los países europeos que menos gasta en educación y de una forma más ineficaz, ya que somos los líderes en abandono escolar. Sin embargo, este indicador lleva varios años mostrando unas mejoras notables: del 26,6% de 2011 al 19,4% del tercer trimestre de 2016. “La mejor cifra de la historia”, según el Ministerio de Educación.

Desde hace cuatro años, cada trimestre en el que se conoce la Encuesta de Población Activa, el Ministerio dirigido por Íñigo Méndez de Vigo saca pecho de la bajada de la tasa de abandono escolar. Son seis puntos menos desde que el Partido Popular sustenta al Gobierno y se ha bajado la barrera psicológica del 20%, pese a que estamos aún -muy- lejos del 15% con el que Mariano Rajoy se ha comprometido antes de 2020.

La tendencia a conseguir lo fijado es evidente, pero ¿a qué se debe este descenso tan pronunciado de esta cifra que señala la población de 18 a 24 años que ha logrado como máximo título el de Educación Secundaria Obligatoria (ESO)?

En primer lugar cabe aclarar dos términos que, si bien están íntimamente ligados, no son lo mismo: fracaso escolar y abandono escolar temprano. El primero hace referencia a aquellos estudiantes que abandonan las aulas sin haber obtenido una titulación que acredite haber finalizado satisfactoriamente la ESO. El segundo, el que nos ocupa, y está a la baja, se refiere a aquellos chavales que si bien consiguen el título de ESO no prosiguen estudiando -ni Bachillerato, ni Formación Profesional-

Desde el Ministerio de Alcalá 34 justificaron la reforma de la ley educativa como instrumento para hacer frente al abandono escolar. Así, el ex ministro José Ignacio Wert apostó por introducir en el sistema la nueva Formación Profesional Básica pero, según Europa, “tras dos años de funcionamiento, las tasas de matriculación y de transición son bajas, lo que cuestiona la eficacia del programa”.

No obstante, el titular de Educación en entrevistas e intervenciones parlamentarias, siguiendo el argumentario monclovita, insiste en que este logro “histórico” se debe a la ley para la mejora de la calidad educativa (Lomce). Así lo expresó Méndez de Vigo recientemente, y además se mostró convencido de que la Formación Profesional “ha sido un instrumento decisivo en la mejora del empleo” y ha servido para “favorecer la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, reduciendo el abandono escolar temprano e impidiendo la exclusión social”.

“Podemos afirmar con gran satisfacción que nuestro país se ha dotado de un marco jurídico que permite un desarrollo flexible de estas enseñanzas y las hace más atractivas a nuestros jóvenes”, concluyó el ministro.

NO ES LA LOMCE

Que la Lomce y la supuesta apuesta por la Formación Profesional sean los elementos que hayan reducido el abandono temprano en las aulas es algo que no comparte la mayoría de agentes sociales. “Cómo va a ser gracias a la Lomce si ésta ni tan siquiera se ha terminado de implantar”, exclaman a este diario desde Comisiones Obreras.

Efectivamente, como se ha señalado anteriormente, esta tasa se refiere a la población de 18 a 24 años, y teniendo en cuenta que este curso 2016-2017 es el primer año en el que la Lomce está vigente en 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, son pocos los alumnos de este tramo que han abandonado las aulas sólo con el título de educación secundaria.

“La tasa de abandono escolar temprano mide indicadores sociolaborales -por eso se publica en la EPA-. En ningún caso responde a medidas educativas. Por eso, cuando el desempleo no sea tan sangrante, volverá a subir”, explica Miguel Recio, responsable de Estudios de CCOO.

A su juicio, los alumnos que han hecho que esta estadística disminuya son aquellos que no salen del instituto “por miedo” a la elevada tasa de paro -cuatro de cada diez jóvenes españoles es desempleado- o vuelven a las aulas nocturas para lograr otro título que les permita encontrar un trabajo. “No hay alternativa, no hay alternativa”, repite Recio. En el caso de haberla, matiza, es durante “campañas puntuales” como en Navidad o los meses de verano.

“MEJOR ECONOMÍA, PEORES RESULTADOS”

La crisis económica ha contribuido “paradójicamente” a la disminución de dicha tasa. Esto es, en opinión del inspector de Educación, Francisco Javier Fernández, debido a la “escasa importancia que la sociedad concede a la Educación”:  “Cuando mejor marcha la economía, peores resultados académicos arroja el sistema educativa y más prescindibles se perciben los efectos del mismo y viceversa”.

Para Fernández, la crisis ha hecho regresar a las aulas a muchos alumnos que en plena burbuja del ladrillo abandonaron las clases buscando “dinero inmediato en vez de postergar los premios en base a una adecuada formación”.

En la misma línea, una investigación del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona -firmado por Aina Tarabini y Alejandro Montes, asegura que la política educativa que establece la Lomce para luchar contra el abandono “es claramente limitada”. “Se trata de una estrategia de maquillaje estadístico que si bien conseguirá acercar a España a las metas europeas establecidas en este campo lo hará a costa de la exclusión de miles de estudiantes del sistema ordinario”, analizan.

“El resultado, sin duda, será un aumento de la desigualdad y la consolidación de un sistema educativo dual para diferentes perfiles de estudiantes”, concluyen Tarabini y Montes.

Fuente: http://www.elespanol.com/espana/sociedad/20161107/168983515_0.html

Imagen:http://s2.eestatic.com/2016/11/07/espana/sociedad/Educacion-LOMCE-Estudiantes-CC-OO-_Comisiones_Obreras-Sociedad_168994073_20818252_1706x1280.jpg

 

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Conocer al alumno, estrategia contra la deserción

Por: Gloria Esther Trigos Reynoso

Es preocupante la posibilidad de  que el presupuesto para la educación superior se reduzca para el año próximo y que esto impactará directamente en la expansión del sistema para seguir atendiendo a los jóvenes en edad de cursar estudios universitarios, generando a su vez otro tipo de impactos de orden social y económico propios de personas desocupadas: ocio, falta de esperanza de un cambio en su calidad de vida, etcétera.

Sin embargo, esta situación también permite preguntarnos, ¿sólo es necesario educar a más personas? Con los recursos que tenemos ¿podemos mejorar la formación que ofrecemos en nuestras instituciones?, ¿podemos trabajar para retener a nuestros estudiantes para que culminen sus estudios?, ¿podemos facilitarles cerrar su ciclo de estudiante y prepararlos para su inserción laboral? A intentar dar respuesta a estos cuestionamientos nos invita la desafortunada situación financiera del país.

Desde esta perspectiva, ¿nos hemos detenido a reflexionar sobre el tiempo que permanece la influencia de la formación recibida en tal o cual institución educativa, tanto en el que culmina sus estudios superiores como en el que los abandona?, ¿Será acaso que permanece para siempre? Si es así ¿lo tenemos presente en los planteamientos existentes en el modelo académico que se ofrece y en la práctica docente que se imparte?, ¿existe articulación entre estos dos conceptos desde su etapa de diseño hasta su desarrollo?, ¿realmente se conoce al alumno y se trabaja en función de él?
Entonces, si aceptamos que la influencia de la formación ofrecida por una Institución Educativa permanece para siempre ¿qué hacer, desde ahora, para potenciar esa influencia en la vida de un exuniversitario?

Una de tantas respuestas, puede ser: Facilitarle su proceso de re – conocimiento  así como el desarrollo de su potencial para construir y concretar su proyecto de vida.
Derivado de lo anterior, obligadamente nos debemos preguntar: ¿Cómo hacer esto?

Reconocer al alumno como persona

Sin pretender dar una receta infalible, sino más bien guiada por el sentido común, considero que se debe pensar en introducir varios criterios para imprimirle calidad al Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA):

• Tratar al joven estudiante como persona, con aspiraciones y necesidades específicas, no sólo como un sujeto a escolarizar.
• Transitar del concepto de grupo al de individuo en el PEA; es decir, dejar de tratar de manera uniforme a los alumnos que forman un grupo de clase. Cada vez es más urgente entender que cada uno tiene características diferentes por lo que se debe buscar la manera de conciliar y aprovechar la riqueza de dichas diferencias en su desempeño académico, en favor del cumplimiento de cada programa de estudios.
• Conocer la forma en que aprenden, procesan y aplican la información que reciben los estudiantes para diseñar y utilizar, en forma combinada y proporcional, las estrategias de aprendizaje idóneas para cada grupo.
• Identificar puntos de riesgo en tiempo real, para su atención inmediata. Por ejemplo, uno de los casos más frecuentes es que el alumno no pone atención en el número de ocasiones que reprueba la misma materia, o que se inscribe en ella. Cuando llega al límite permitido por reglamento y no aprueba dicha materia, simplemente causa baja del sistema. En este caso, el docente o tutor pueden orientar oportunamente, de manera preventiva, para evitar que por esa causa pierda la oportunidad de seguir estudiando.

Otro caso, puede ser cuando un alumno que lleva buen promedio, inclusive destacado, tiene que dejar sus estudios debido a que procede de una ciudad distinta y sus padres ya no pueden sostener su estancia en esa ciudad, o bien, casos que proceden de un medio rural y no logran adaptarse en el primer semestre o año al ambiente universitario y aunque tengan buen promedio, deciden dejar los estudios.

Indudablemente que hay muchas formas de abordar este tema, pero
algunas acciones específicas que ayudarían a construir una plataforma adecuada para atender las situaciones que se presentan durante los estudios, podrían ser:

Seguimiento de los individuos

• Realizar sistemáticamente un seguimiento de cada cohorte o generación original de estudiantes. Esto tiene que ver con realizar, de manera permanente, estudios longitudinales que permitan ver con claridad las transiciones académicas de cada estudiante así como identificar áreas de oportunidad. Pero, ¿por qué original? Porque se considera que es la forma idónea de ver con toda transparencia el egreso oportuno, el egreso con rezago, la discontinuidad y la propia movilidad del estudiante (cambios de carrera o institución).

Asimismo, se podrían realizar comparaciones del tiempo y circunstancias en que logra cerrarse una generación; es decir, en qué momento podemos decir que ya no habrá reactivaciones o reingresos de estudiantes que iniciaron sus estudios en un ciclo determinado. Hay generaciones que después de 16 años siguen activas, cuando el tiempo esperado oscila entre cinco y seis años. Conocer estos datos nos debe imponer como reto imaginar e implementar diferentes alternativas para atender y disminuir esta problemática.

• Diseñar y ejecutar Programas de Intervención ad hoc. Un caso clásico que requiere este tipo de apoyo es cuando el estudiante se da cuenta de que la carrera que eligió no es la que realmente le interesaba.

Se enfrenta entonces, al dilema de desconocimiento de las implicaciones que tiene un cambio de carrera y además, a lo que opinarán sus padres que son quienes, generalmente, cubren sus gastos. Siente amenazada la continuación de sus estudios. Ante situaciones así, hay quienes solos resuelven este conflicto con éxito, pero también hay quienes se quedan atrapados y toman una decisión quizá errónea y que a la postre les hará sentirse frustrados.

También está el caso de los que están próximos a egresar y que empiezan a ser conscientes de que su papel en la vida será muy distinto ya que tendrán que buscar trabajo y poner en práctica lo aprendido. Están llenos de temor ante la inminencia de su inserción laboral y se dan cuenta de que carecen de ciertas habilidades para iniciar esa nueva etapa de su vida.

Ayuda en la transición

En ambos casos, el acompañamiento que tengan de un tutor o de un orientador, mediante pláticas o talleres, les permitirá transitar esas etapas con mayor claridad y por ende, con mayor seguridad y éxito.

• Incorporándolos a actividades institucionales y no escolares.
• Apoyando el proceso de titulación. Se ha detectado que alrededor de un 40 por ciento de los que concluyen sus estudios no tramita su título y cédula profesional correspondiente. Ello se debe en la mayoría de los casos, a cuestiones de tipo económico y a desinformación sobre las opciones de titulación que ofrece cada institución. Este hecho pone en desventaja a los egresados que no tienen el documento que los acredite oficialmente como profesionistas en determinada carrera, respecto a los que sí realizan su trámite.
• Por otra parte, también se ha detectado que hay quienes han obtenido su título y cédula profesional después de hasta once años, quizá debido a que en su trabajo se les requiere para algún ascenso. ¿Por qué sucede esto? ¿Acaso no se podrían establecer acciones para que nuestros egresados se titulen en un periodo máximo de uno a dos años después de concluir sus estudios, incluyendo en ellas quitar barreras burocráticas que sólo sirven para ampliar el poder secretarial?
• Manteniendo el contacto con los estudiantes de cada cohorte; para ello es necesario realizar el seguimiento de egresados por generación, no cada cinco o diez años. Esta práctica permitiría analizar comparativamente su comportamiento y con los resultados obtenidos, mejorar el plan de estudios correspondiente; asimismo, resultaría familiar tanto para el egresado como para el que abandona sus estudios, seguir colaborando con la Universidad en estudios de naturaleza académica.

Todo esto es posible lograrlo si se involucran los docentes más experimentados y que les falta poco tiempo para jubilarse, ya que son profesionistas que han acumulado mucha experiencia con el paso de los años y que bien valdría la pena, que la reflejaran en sugerir e implementar acciones en beneficio de los estudiantes. Con ello se contaría, de manera natural, con un gran equipo multidisciplinario, lo que enriquecería sustancialmente el trabajo realizado en torno al desarrollo educativo institucional, permitiéndonos estar más cerca de lograr comunidades universitarias muy potentes.

Esto se puede lograr sin tener que hacer grandes gastos o inversiones, sino organizándonos mejor al interior de las instituciones de educación superior públicas, reconociendo y aprovechando las capacidades de su recurso humano en beneficio de las nuevas generaciones.

Fuente noticia: http://www.educacionfutura.org/conocer-al-alumno-estrategia-contra-la-desercion/

 

 

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Panamá: Decenas de miles de estudiantes han dejado las aulas en seis años en Panamá

Panamá / 02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.tvn-2.com/

Casi cien mil estudiantes han dejado las aulas antes de tiempo en los últimos seis años. La cifra no la ha contenido ni siquiera el subsidio de la Beca Universal, aumentado hace dos años.

El Ministerio de Educación cree que hay problemas mayores detrás: los núcleos familiares son débiles, hay pobreza y embarazos precoces. La mayor parte de las niñas que tienen un hijo no vuelve a pisar un salón de clases.

“Muchas veces ese querer aprender se nos torna cuesta arriba cuando hay elementos como esos. En el caso de los embarazos precoces han ido en aumento en Panamá Oeste, Colón y David”, dice Mario Rodríguez, director de Educación del Meduca.

El mayor nivel de deserción ocurre en la premedia, y las áreas con más bajas son Panamá Centro, Panamá Oeste, Chiriquí y Veraguas, aseguran informes del Meduca.

En 2014, 19,621 niños no fueron más a clases y en 2015 20,653 hizo lo mismo.

Pero el Meduca espera, de todos modos, que la Beca Universal tarde que temprano se convierta en un aliciente.

“Ojalá que este año impacte y se pueda decir que uno de sus beneficios ha sido bajar la deserción escolar”, se esperanza Rodríguez.

El Instituto de Formación y Aprovechamiento de los Recursos Humanos (Ifarhu) destina $170 millones para el pago de este subsidio.

Fuente noticia: http://www.tvn-2.com/nacionales/educacion/Decenas-estudiantes-dejado-aulas-Desercion-escolar-Educacion-Panama_0_4610538993.html

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