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Investigación estudiantil en Latinoamérica, expectativas y alcances

Eva Elena Monagas (*)

“¿Qué estamos haciendo con nuestros jóvenes? ¿De cuáles sistemas y dispositivos disponemos para recibirlos, guiarlos e incorporarlos atinadamente a una vida útil para ellos y a una obra de desarrollo correcto del país? ¿Estamos listos para manejar y dirigir ese inmenso capital de juventud, de energía, de esperanza o, por el contrario, no podremos hacer otra cosa que despilfarrarlo, desaprovecharlo o, lo que aún sería peor, convertirlo en factor negativo y en lastre para el avance social y económico de la nación? ¿Tiene nuestra educación una respuesta adecuada que ofrecerle a las ansias y a las premuras con que esa ávida y material muchedumbre surge en el horizonte de nuestro quehacer histórico?

Arturo Uslar Pietri – Universidad de los Andes, 1963

            Muchas preguntas pueden surgir de las interrogantes planteadas en el discurso de Don Arturo Uslar Pietri en la Universidad de los Andes hace más de cincuenta años. Por ejemplo, dando un vistazo regional podríamos preguntarnos ¿Hemos logrado inspirar a los estudiantes a la búsqueda del conocimiento? Esa es una difícil pregunta para los países de la región pero desde Argentina se presenta lo más reciente. Ortega (2016) realiza una interesante reflexión donde afirma que jugar libremente un juego conlleva el peligro de ser absorbido por el juego pero, contrariamente, cuando se trata del juego del conocimiento éste constituye una amenaza a la libertad, donde el esfuerzo se opone a lo que gusta y por lo cual se inhibe ahogando las posibilidades de construcción de conocimiento. El autor plantea una revisión del medio social para los jóvenes, que garantice esa libertad y ofrezca mejor visión y reflexión sobre “los gustos”; en todo caso, Ortega plantea que la inspiración hacia la búsqueda del conocimiento no está lograda.

            Ahora bien ¿Cuál es la verdadera situación regional? Damin, Di Leo, Fuentes y Vázquez (2016) coinciden en que no todo sobre los jóvenes, la juventud y sus asociaciones está estudiado y, aunque ha habido un impulso al estudio de los jóvenes en Argentina, falta análisis comparado y superar la “concepción de la juventud por fuera de la sociedad”. Esto indica que el vistazo regional se complica por la falta de investigaciones.

            Pero si a esto le agregamos visiones encontradas sobre los jóvenes, en los discursos de los funcionarios del Estado, para la aplicación de las políticas públicas de un mismo país tal como lo presenta Chorny (2016), entonces el panorama para Latinoamérica es más oscuro, no solo porque pasa por la necesidad de un diagnóstico sino porque también deben consolidarse las posiciones epistemológicas, axiológicas, metodológicas y praxiológicas para orientar ese inmenso capital de juventud, energía y esperanza contenido en la región y dirigirlo al avance social y económico. Después de cincuenta y tres años de las interrogantes de Don Arturo Uslar parece que seguimos despilfarrando y desaprovechando lo único que podrá agregarle valor a nuestras naciones.

            A pesar de esta situación, en una región llena de contrastes, no significa que se han anulado las iniciativas para la promoción de ideas emprendedoras de la población estudiantil. Se observan esfuerzos en orientar el potencial emprendedor, tratando de articular el apoyo institucional y el financiero con los objetivos de los programas y proyectos de emprendimiento. En este caso, Jirón y Chan (2016) indican que existe interés de los estudiantes por generar ideas de negocios en Costa Rica y, aunque un poco fuera de la región pero unidos por el idioma y la historia: en tal sentido, Gutiérrez, Aja, Redondo y Falcón (2013) propusieron un programa de fomento para el emprendimiento desde la universidad hasta niveles no universitarios en España.

            Pero si las iniciativas, ya sean dispersas o concentradas, se han mantenido, además del emprendimiento ¿Qué realmente se ha aplicado para desarrollar las competencias investigativas? En respuesta, se observan varias estrategias: en Chile, Sánchez (2009), presenta la propuesta de aprendizaje significativo a través de resolución de problemas por investigación en alumnos de Ingeniería en la Universidad de Bio Bio donde aplica la metodología de Aprendizaje Basado en un Problema Integrador (ABPI) que además de valorar el aprendizaje, el rendimiento académico y la aceptación de la metodología en el aula, aborda aspectos de motivación y autogestión del conocimiento; más recientemente, con parecidos resultados Moraga y Soto (2016) presentan la aplicación de la estrategia aprendizaje basado en equipos (TBL) donde los estudiantes se motivan y mejoran sus indicadores académicos. En Perú, Díaz y López (2016) aplicaron la estrategia de enseñanza-aprendizaje basada en problemas (ABP) para el logro de la competencia del proyecto tuning en estudiantes universitarios. En Cuba Gutiérrez, Reyes, Labrada, Tamayo y Benítez (2015), indican que un cambio propuesto de estrategia pedagógica aumentó el número de participantes en la Jornada Científica estudiantil.

            Pero hay una debilidad, de acuerdo con Perales y Ayerbe (2016), aplicar las estrategias de aprendizaje basado en problemas, trabajo sobre proyectos, aprendizaje por indagación y aprendizaje cooperativo aún requiere mejor fundamentación ya que algunos trabajos analizados por ellos tienen dificultades en la presentación de sus referentes teóricos.

            Ahora bien, si ha habido la preocupación de aplicar modelos pedagógicos emergentes, ya sea con sólidos referentes teóricos o sin ellos, ¿Cuál ha sido la producción de la investigación estudiantil en Latinoamérica? ¿Cuáles sus alcances y limitantes? El seguimiento a las trayectorias estudiantiles ha empezado a organizarse en este siglo y los primeros avances conceptuales los presenta Argentina, de acuerdo a Ros, Benito, Germain y Justianovich (2016), pero aún se limita a la vida estudiantil y no al seguimiento del talento y sus aportes posterior al grado, lo cual pone en duda la sostenibilidad de la actitud investigativa.

            De acuerdo a Castro, Sihuay y Pérez (2016), la producción científica de los estudiantes de odontología de Perú aún se mantiene baja, lo cual podría tener relación directa con las estrategias de estímulo a la investigación estudiantil. Otras publicaciones de Cuba, Colombia, Chile, Ecuador y Guatemala, informan que los estudiantes de las carreras de Ciencias de la Salud reconocen la importancia de realizar investigaciones pero son pocos los que consolidan sus investigaciones en congresos o revistas científicas. Según Rojas (2007), en Venezuela, la investigación estudiantil en la universidad venezolana comienza a aparecer en el siglo XXI, promovidas por sociedades de conocimiento, y ya se observa la conformación en redes de investigación estudiantil; de acuerdo a Reyes, Aular, Palencia y Muñoz (2010), quienes presentan la red de investigación estudiantil en el marco de la gestión académica de la Universidad del Zulia, para desarrollar la investigación científica, humanística y tecnológica en el estudiante y fortalecer su perfil investigador en su área de interés. Por su parte, Gutierrez y Maita (2003) presentan los aspectos involucrados en la publicación estudiantil donde también explica las limitaciones en los hábitos de publicación.

            En todo caso, Don Arturo, no todo está perdido, solo que aún seguimos siendo lentos y cómodos para proponer e instrumentar nuevos modelos pedagógicos basados en sólidas posiciones epistemológicas, axiológicas y metodológicas latinoamericanas que saquen rendimientos al inmenso capital de juventud, energía y esperanza que impulsen la investigación estudiantil y el crecimiento gnoseológico de la región para su avance social y económico. Pero ahora, además está claro que esos nuevos límites de conocimiento del potencial de los jóvenes también deben acompañarse de nuevos límites en las ciencias sociales y las sociotécnicas para que nos convierta en líderes en la praxiología requerida para el logro de un cambio en nuestro quehacer histórico.

 

Referencias bibliográficas.

Analítica.com (2006,5,31). Uslar Pietri y la educación [en línea]. Analítica.com. Recuperado en: http://www.analitica.com/entretenimiento/uslar-pietri-y-la-educacion/. Fecha de consulta: 09/01/2017.

Castro-Rodríguez, Y.; Sihuay-Torres, K.; Pérez-Jiménez, V. (2016). Producción científica y percepción de la investigación por estudiantes de odontología. Educ Med. Recuperado en: http://dx.doi.org/10.1016/j.edumed.2016.11.001. Fecha de consulta: 08/01/2017.

Chorny, V. (2016). El discurso de los funcionarios sobre los jóvenes y las políticas públicas. Representaciones encontradas entre la ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Santa Fe. Argumentos, Dossier. Nº 18, pp. 207-230.

Damin, N.; Di Leo, P.; Fuentes, S.; Vázquez, M. (2016). Jóvenes, juvenil, juventudes. Hacia la búsqueda de nuevos debates. En Blanco y Natalucci (Mod). Argumentos, Conversaciones. Nº 18, p. 1-38.

Díaz Camacho, C. y López Regalado, O. (2016). Estrategia de enseñanza-aprendizaje basado en problemas (ABP) para el logro de la competencia del proyecto tuning: Desarrollo de un planteamiento estratégico, táctico y operativo en los estudiantes universitarios. Revista DIM: Didáctica, Innovación y Multimedia, Nº 34.

Gutiérrez-Solana, F.; Aja, A.; Redondo, M. y Falcón, C. (2013). Programa E2 creación de un modelo de fomento del emprendimiento basado en un estudiante por emprendedor. La Cuestión Universitaria. 8, pp. 40-49.

Gutiérrez Santisteban, E.; Reyes Núñez, M.; Labrada Estrada, H.; Tamayo Oliva, Y; Benítez Díaz, M. (2015). Estrategia pedagógica para el desarrollo de investigaciones estudiantiles en las filiales universitarias municipales de salud. Multimed; 19(2)

Jirón-Fajardo, E.; Chan-Castillo, H. (2016). Jornadas emprendedoras: generando espacios para ideas emprendedoras de la población estudiantil de UNED. Revista Calidad en la Educación Superior. 7(2), pp. 203-230.

Moraga, D.; Soto, J. (2016). TBL – Aprendizaje Basado en Equipos. Estudios Pedagógicos XLII, N° 2, pp. 437-447.

Ortega, F. (2016). Las relaciones de los estudiantes con el conocimiento en el proceso de construcción de la identidad estudiantil. Trayectorias Universitarias. 2(3), p. 26-32.

Perales-Palacios, F. y Ayerbe, J. (2016). El trabajo por proyectos y por resolución de problemas en Educación Ambiental: análisis y tendencias. Encuentros de Didáctica de las Ciencias Experimentales. Badajoz (7-9 Septiembre 2016). Actas, pp. 593-602.

Rojas-Revoredo, V. (2007). Las publicaciones en revistas indexadas, único indicador de la producción de las sociedades científicas estudiantiles. Cimel, 12(1), 5-6.

Ros, M.; Benito, L.; Germain, L.; Justianovich, S. (2016). Las trayectorias estudiantiles en la UNLP. Aportes para pensar los desafíos a las experiencias pedagógicas. Trayectorias Universitarias. 2(3), p. 33-39.

Reyes, L.; Aular, J.; Palencia, J. y Muñoz, D. (2010). Una visión integradora de la investigación estudiantil en pregrado. Revista de Ciencias Sociales, 16(2), 250-259. Disponible en: http://www.scielo.org.ve/scielo.php? script=sci_arttext&pid=S1315-95182010000200006&lng=es&tlng=es [Fecha de la consulta: 21/12/2016].

Sánchez, I. (2009). Propuesta de aprendizaje significativo a través de resolución de problemas por investigación. Educere, investigación arbitrada, volumen 47, año 13, pp. 947-959.

(*) Eva Elena Monagas

contacto: evamonagas@gmail.com

La autora forma parte del  Doctorado Latinoamericano en Educación Políticas Públicas y Profesión Docente.

El presente es un artículo inedito, publicado con el consentimiento de la autora.

 

Fuente de la imagen: http://bit.ly/2sxPA0m

 

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El sabor dulce y amargo de la calidad en las universidades públicas

Por: Ignacio Mantilla

El nivel de cualificación de los miembros de una sociedad y su capacidad de investigación y desarrollo están fuertemente asociados con la disposición de los recursos financieros necesarios para poder competir en «igualdad de condiciones” en un mundo globalizado y exigente.

Cimentar una cultura de investigación significa formar profesionales integrales, capaces de abordar de manera autónoma tareas que conduzcan a la solución de los problemas que retan sus propias capacidades y su imaginación. Si bien, las disciplinas pueden fomentar algunos islotes de la comunidad científica, con un alto nivel de especialización, son los nuevos problemas los que reúnen a las comunidades académicas, de diversas áreas del conocimiento, con el objetivo común de encontrarles solución.

La calidad de la investigación en nuestras universidades está también estrechamente ligada a los programas de posgrado y muy especialmente a los de doctorado. Los actuales profesores universitarios deben entonces aceptar y realizar su trabajo, equilibrando la indisoluble relación entre la docencia y la investigación.

De la misma manera, hoy en día a la universidad no le basta con solamente formar nuevos profesionales, también debe formar nuevos investigadores. Por lo tanto, la contratación de nuevos profesores, que se dediquen en forma exclusiva a la universidad y que tengan la capacidad para realizar una buena docencia y, además, integren grupos de investigación es una tarea que exige gran responsabilidad. Lamentablemente, tras la búsqueda exitosa de los mejores candidatos y después de la enorme satisfacción que produce la vinculación de un gran profesor, llega la amarga realidad que enfrentan las directivas de las universidades públicas: a saber, el de ir poco a poco profundizando la desfinanciación institucional.

Y es que el actual sistema que regula los salarios de profesores universitarios de las instituciones públicas, los clasifica en categorías acordes con su hoja de vida, pero además establece una base salarial que depende especialmente de su formación (títulos) y su productividad. Es deseable que los profesores tengan una formación al más alto nivel y una gran productividad, y que ésta no disminuya tras su vinculación en la universidad. Pero, también es cierto que el relevo generacional que obliga la sustitución de un profesor que se pensiona después de 30 años, normalmente implica un costo mayor para la institución -debido a los requisitos de formación más exigentes de los actuales concursos docentes en todas las áreas- que no se reconoce en la fórmula inercial de financiación estatal que ordena la Ley 30 de 1992. En relación con este mismo desequilibrio presupuestal está el mecanismo que establece el Decreto 1279 de 2002 según el cual, durante todo el tiempo de vinculación, la productividad académica de los profesores y las direcciones de tesis deben reconocerse con un estímulo económico adicional, que en el caso de las publicaciones de calidad representan un aumento en la base salarial para toda su vida laboral restante. Aun cuando, gracias a estos estímulos la productividad y la investigación en las universidades han mostrado un crecimiento significativo, también es cierto que en ausencia del financiamiento estatal de estos nuevos elementos no incluidos en los presupuestos, se ha propiciado un desfinanciamiento crónico de las universidades públicas.

Desde la aprobación de la Ley 30 la fuente de financiación estatal crece anualmente con el porcentaje del IPC del año inmediatamente anterior, pero los gastos, sólo debidos a lo señalado anteriormente, crecen aproximadamente 4 puntos por encima de este indicador. Como consecuencia, las universidades públicas se ven obligadas a cubrir con recursos propios estas diferencias y a aumentar las tareas que les permitan obtener recursos adicionales para financiar su funcionamiento. Así, podemos afirmar que hoy en día estamos obligados a financiar buena parte de la calidad con recursos propios y que el dulce de la calidad contrasta con el amargo de su desfinanciación.

El pasado 12 de febrero el Gobierno Nacional expidió los decretos correspondientes al reajuste salarial de los empleados públicos para 2016. Este ajuste es del 7.77%; un punto por encima del IPC del año 2015. Esta noticia, que es buena para los servidores públicos, tiene también el amargo reto que nos impone cubrir ese punto adicional con recursos propios. Otro factor que en años anteriores ha sido también una causa más de la desfinanciación de las universidades públicas.

Como se deduce, es urgente llevar a cabo la modificación de la Ley 30 y, en especial, de la fórmula del IPC para el presupuesto de funcionamiento de las universidades públicas, reconociendo factores como los expuestos. Una propuesta en tal sentido, originada desde las universidades, viene discutiéndose actualmente con el Ministerio de Educación Nacional.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/opinion/el-sabor-dulce-y-amargo-de-la-calidad-en-las-universidades-publicas-columna-617673

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¿Para qué construir indicadores de investigación educativa?

Pluma Invitada

En los distintos ámbitos de la vida, los indicadores son útiles. Si usted quiere saber si salud avanza o retrocede, hágase un estudio clínico y tendrá un referente de algunos componentes (azúcar, colesterol) que indican si está sano o enfermo.

En el ámbito económico, también existen indicadores que muestran si vamos por mal o buen camino. Por ejemplo, si hay un aumento generalizado y continuo de los precios en bienes y servicios, decimos que la inflación es alta. Para resolver esta situación se elevan las tasas de interés con lo que se pretende desincentivar el consumo y equilibrar la demanda de productos con la oferta. Los indicadores, por lo tanto, sirven para tomar algunas decisiones de política.

En el sector educativo también contamos con referentes para saber si estamos acercándonos a los umbrales de calidad planteados. Aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) genera sus propios indicadores (deserción, cobertura y reprobación), es el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) el encargado de publicar, desde 2004, el denso y útil Panorama Educativo de México. 

El Panorama contiene indicadores sobre la estructura del sistema educativo, sus actores y recursos, el acceso y trayectorias de los estudiantes, los procesos educativos y de gestión, los resultados educativos y del contexto social donde operan las escuelas. Al realizarlo un organismo autónomo e independiente como el INEE, se espera que la información presentada coincida – o no – con la reportada por la SEP. No olvidemos que siempre hay la tentación de presentar cuentas alegres desde el gobierno. El INEE está entonces para combatir la “verdad oficial” con fundamento técnico.

La actividad científica, por otro lado, no está exenta de la medición. El Foro Consultivo Científico y Tecnológico de México ha expresado que uno de los insumos más importantes para monitorear las actividades de investigación y para formular políticas en esta materia es construir indicadores sobre el gasto en investigación, número de investigadores o número de artículos publicados y patentes, entre otros (Guadarrama y Manzano, 2016).

Por algunas iniciativas de organismos internacionales, pareciera que a la investigación educativa (IE) le llegó la hora de su monitoreo. En el marco de la reunión anual de la Asociación Americana de Investigación Educativa (AERA), nos reunimos varios colegas a discutir la pertinencia de tener indicadores científicos que pudieran dar cuenta del avance de la IE a nivel mundial. Se partió del supuesto de que, a la fecha, es poca la información que se ha recolectado de manera sistemática en algunos países. Además, se dijo, los indicadores de investigación educativa varían considerablemente entre países y no se sabe qué miden.

Stéphan Vincent-Lacrin, del Centro sobre Investigación Educativa e Innovación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (CERI-OCDE), hizo una espléndida presentación donde mostró datos por país sobre el gasto en investigación educativa – y donde, por cierto, no apareció México – y sobre el número de artículos científicos publicados en este campo. Ahí nos enteramos que la tasa de crecimiento anual en el número de artículos publicados de 1996 a 2003 en nuestro país fue de 15, lo que nos coloca cinco puntos por arriba del promedio de la OCDE. Parece entonces que va en ascenso la publicación del artículo científico en México.

Pero el número de artículos publicados en revistas científicas no debe ser el único referente para valorar el avance de la investigación educativa. Los participantes en el panel fueron enfáticos y sugirieron analizar de manera sistemática la formación de nuevos doctores aunque aquí apareció una salvedad. Dadas las recientes políticas de profesionalización docente, en algunos de nuestros países no es raro hallar un número creciente de maestros de educación básica buscando ser doctores. La pregunta es cuántos de ellos pasan a ser investigadores y cuántos permanecen al frente de un grupo o en la escuela. Habrá entonces que detectar y reconocer las distintas trayectorias de los nuevos doctores en investigación educativa.

Otro comentario fue tener más claro para qué queremos construir indicadores de investigación educativa (IE), es decir, cuál es el referente normativo o conceptual al desarrollar estas mediciones. ¿Acaso lo que queremos con estos indicadores es reflexionar sobre lo realizado en el campo de la IE? En este sentido, ¿será verdad que está directamente relacionado un mayor nivel de inversión pública con un desarrollo científico prominente? ¿Entre más dinero más y mejor pensamiento? ¿O mas bien lo que queremos es valorar y cuestionar la calidad de la IE de México? ¿Será esto posible por medio de los indicadores?

Gracias a la estimulante discusión en el panel, quedo flotando una pregunta que habrá que retomar en encuentros futuros: ¿será posible capturar una dimensión cualitativa del avance científico en nuestros países por medio de referentes cuantitativos? Creo que éste es precisamente el reto. Para enfrentarlo, el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie) podría tomar una posición más clara al respecto y proponer la elaboración de un informe sobre la calidad de la IE en el país con datos válidos y actuales que generen discusiones colectivas sobre nuestro quehacer científico. Un documento de este tipo podría contribuir a tener una interlocución más abierta y fundamentada con la SEP, con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con los gobiernos de los estados y con la amplia comunidad científica del país.

Así como en el campo de la salud personal y de la economía, en el campo de la investigación educativa se requiere tomar mejores decisiones con base en los datos, el razonamiento y la reflexión.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/para-que-construir-indicadores-de-investigacion-educativa/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/02/escuela-morena.jpg

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Libro: Construyendo la investigación social

Construyendo la investigación social
Artículos seleccionados de las V Jornadas de Jóvenes Investigadores del Instituto de Investigaciones Gino Germani

Diego Domínguez. Gerardo Halpern. Gabriela Rodríguez. Sergio Tonkonoff. [Compiladores]

Luciano Nosetto. Victoria Haidar. Francisco J. Reyes. Daniela Slipak. Santiago Poy Piñeiro. Laura Inés Rovelli. Lucía Gerszenzon. Rosa Maria Rodrigues de Oliveira. María Belén Demo. Nicolás Dino Ferme. Mauro G. Vázquez. [Autores de Capítulo]

Colección Red de Posgrados en Ciencias Sociales.
ISBN 978-987-1543-72-4
CLACSO. Instituto de Investigaciones Gino Germani/ UBA.
Buenos Aires.
Mayo de 2011

Construyendo la investigación social presenta una atractiva muestra de la producción de las nuevas generaciones de investigadores en el ámbito de las Ciencias Sociales. Esta compilación es resultado de las √ Jornadas de Jóvenes Investigadores del Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, realizadas en noviembre de 2009 y auspiciadas por la Red de Posgrados del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO). Estas Jornadas bienales, con el paso del tiempo se han transformado en uno de los más importantes eventos académicos de debate intelectual de las nuevas generaciones en la región. Signadas por los mejores atributos de la universidad pública, representan espacios abiertos, masivos y pluralistas de discusión, que no por ello reniegan del rigo académico, sino que tienen el objeto de intercambiar diversas experiencias de producción científica y de intervención política y social con una impronta democrática y autogestiva. Invitamos a los lectores a disfrutar de este panorama del creativo trabajo de los jóvenes investigadores que renueva la construcción de objetos de estudio y la formulación de interrogantes.
Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=594&campo=titulo&texto=investigacion
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Libro: Universidad e investigación científica. Convergencias y tensiones

Universidad e investigación científica
Convergencias y tensiones

Hebe Vessuri. [Compiladora]

Luiz Antônio Cunha. Leonardo Silvio Vaccarezza. Edson Nunes. Enrico Martignoni. Leandro Molhano Ribeiro. Manuel Gil Antón. Marcela Mollis. Valdemar Sguissardi. Carmen García Guadilla. José Dias Sobrinho. José Luis Villaveces Cardoso. Fidel Castro Díaz Balart. Hugo Aboites. [Autores de Capítulo]

Secretaría Ejecutiva.
ISBN 987-1183-62-3
CLACSO.
Buenos Aires.
Noviembre de 2006

En esta obra, producto de la Primera Conferencia Regional del Foro Mundial de Educación Superior, Investigación y Conocimiento de la UNESCO, realizada en Porto Alegre, Brasil, en septiembre de 2004, especialistas de una amplia gama de campos de estudio y países analizan las principales convergencias y tensiones en la educación superior y la investigación científica en América Latina hoy. Las fronteras temáticas se diluyen y fusionan, mientras que algunas ideas-fuerza que aparecen reiteradamente revelan la profundidad de las reivindicaciones y los problemas no resueltos que arrastra la región, así como el caudal de novedad y potencial de transformación que se percibe en el aire. El libro demuestra la necesidad de incursionar por nuevas sendas en la gestión de la producción del conocimiento, para asegurar que se satisfagan las aspiraciones de equidad y se reduzcan las asimetrías en las sociedades de la región, en un mundo en el que, como consecuencia de la globalización, surgen nuevas demandas sobre el conocimiento experto y las conductas éticas. Los temas planteados son de fundamental importancia, y los capítulos del libro contribuyen con rigor y fuerza a un debate largamente necesario.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=115&campo=titulo&texto=universidad

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Colombia: Icfes abre convocatoria a investigadores para diseño de políticas públicas

Colombia/Marzo de 2017/Fuente: Radio Nacional de Colombia

Estudiantes de posgrado de todas las universidades del país y grupos de investigación consolidados o en proceso de consolidación podrán presentar, hasta el 3 de mayo, proyectos enfocados en el mejoramiento de la calidad de la educación o que aporten al mejoramiento de las pruebas aplicadas por el ICFES.

El requisito principal de esta convocatoria es que los investigadores participantes enfoquen sus proyectos de investigación haciendo uso de los resultados de las evaluaciones Saber 3°, 5°, 9°, Saber 11°, Saber Pro, Saber T y T, Pre Saber, que podrán servir como un insumo valioso para el desarrollo de investigaciones sobre calidad de la educación, que permiten generar conocimiento sobre aspectos relevantes para la agenda educativa, y que puedan aportar al diseño de las políticas públicas y las prácticas escolares.

El director de investigación del ICFES, Luis Eduardo Jaramillo Flechas, asegura que desde el año pasado se empezó a pensar en como reformar las convocatorias para llegar a las universidades de todo el país “porque cuando vemos históricamente quienes aplican a las convocatorias, vemos que está muy concentrado en algunas universidades de Bogotá, tanto así que ya son aliados estratégicos del ICFES, pero queremos llegar a más personas, en especial de las regiones”.

Jaramillo explica que esta octava convocatoria tiene intereses diferentes a las anteriores versiones. “Las investigaciones habían estado orientadas a entregar como producto final un artículo publicable, ahora lo que nos interesa es generar un documento de política pública con base en las cifras de los resultados de las pruebas de Estado”.

El monto a financiar por propuesta, para la categoría de estudiantes, es hasta por diez millones de pesos, y para los grupos de investigación la financiación será desde 40 hasta 60 millones de pesos, dependiendo de los productos a entregar por cada uno de los ganadores.

A hoy se han financiado 64 proyectos, entregando recursos aproximados por 1900 millones de pesos a estudiantes y grupos de investigación de universidades como la Javeriana, Eafit, Nacional, Sergio Arboleda, los Andes, el Externado y el Rosario, entre otras.

Tématicas pasadas

Un grupo de investigadores se concentró en evaluar el impacto de las políticas públicas ‘Ser Pilo Paga’ y al ‘Plan de Alimentación Escolar’ (PAE) en la educación colombiana, por medio del análisis de los resultados de las pruebas de Estado aplicadas a estos sectores específicos.

Estudiantes de la Javeriana, por su parte, le apostaron al enfoque de género. Se preguntaron cómo les va a las mujeres en comparación a los hombres, en pruebas como razonamiento cuantitativo en Saber 11 y lectura crítica.

Fabio Sánchez, estudiante de la Universidad de los Andes, analizó los factores asociados que inciden en el rendimiento en las pruebas de los estudiantes. Por ejemplo: exposición ante docentes del mismo género y raza, conformación del salón de clase, la condición socio- económica y el carácter público o privado de la educación.

En la Universidad Eafit de Medellín, un grupo de investigación de la facultad de economía se ha preguntado la pertinencia de la educación superior contrastándola con el mercado laboral, es decir, correlaciona el puntaje obtenido en la Prueba Saber Pro, con salario de enganche laboral y otros determinantes.

¿Cómo aplicar?

Los interesados en participar deberán realizar su inscripción vía internet, en la sección de Investigadores y Estudiantes de Posgrado en la página oficial del ICFES.

Fuente: https://www.radionacional.co/noticia/politicas-publicas/icfes-abre-convocatoria-a-investigadores-diseno-politicas-publicas

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México: Seduma fomenta educación ecológica y compromiso ambiental

México/Marzo de 2017/Fuente: La Jornada Maya

A fin de fomentar la educación ecológica y el compromiso con el medio ambiente, este sábado iniciará la sexta edición del Festival Alas de Yucatán en el puerto de Sisal, bajo el lema Migración sin muros, que tendrá a las aves como abanderadas por su contribución al patrimonio biológico de las zonas costeras.

El evento, a cargo de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), coordina los esfuerzos para la sensibilización en el tema del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), la Unidad Académica Sisal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Colegio Mesoamericano.

En rueda de prensa, el titular de la Seduma, Eduardo Batllori Sampedro, indicó que “las aves son uno de los grupos más notables y representativos de la diversidad que se tiene en la entidad, al contar Yucatán con 453 especies, de las cuales 14 son endémicas, característica que aumenta sus posibilidades de extinción”.

Externó que se espera la participación de estudiantes de todos los niveles educativos, aficionados a la avifauna, expertos en ornitología, así como de los pobladores de este puerto de Hunucmá, quienes en años anteriores han sido proactivos.

El Festival arrancará mañana 11 de marzo con una campaña de limpieza de la playa sede y abarcará hasta el sábado 18, día que cerrará con una verbena popular y una función de cine en la ex aduana de Sisal, eventos que serán abiertos al público en general.

Entre las actividades programadas se encuentran diversos talleres educativos, exposición de carteles y concurso de fotografía sobre las aves, así como un espacio lúdico y otro destinado a la observación de diversas especies.

Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/2017-03-11/Seduma-fomenta-educacion-ecologica-y-compromiso-ambiental

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