Academias asediadas efectúa una reflexión punzante sobre los ataques sistemáticos lanzados por el neoliberalismo contra los campos académicos, científicos e intelectuales en América Latina.
Este libro compone una mirada colectiva que ausculta las tramas de las ciencias sociales partiendo de sus condiciones de posibilidad, de sus materialidades precarizadas, sus angustias cotidianas y sus arrinconamientos interiores. Los trabajos reunidos indagan tanto las dinámicas que modulan los marcos institucionales -habilitadores o no del quehacer de los científicos sociales-, como las directrices que propician o no la innovación, la creatividad y la socialización académica tan necesarias para la reproducción de comunidades académicas y la producción de conocimientos.
«Los autores y las autoras buscamos cuestionar cómo se ha naturalizado y normalizado en las situaciones reales de vida un modelo dominante de ciencia, de filtrado o colado de las prácticas académicas, que ha generado más inseguridades, incertidumbres y exclusiones que las seguridades, certidumbres e inclusiones pretendidas discursivamente bajo los imperativos de los ideales empresariales de ‘calidad’ y ‘excelencia'».
Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=1814&orden=&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1364
Hemos entrevistado a uno de los referentes educativos de la Universidad Nebrija. Leopoldo Callealta, profesor del Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanza de Idiomas, nominado en la categoría de Universidad, al galardón de Mejor Docente de España en los Premios EDUCA ABANCA 2019.
Leopoldo Callealta, profesor de Educación Física y de Educación, Sociedad y Política Educativa y tutor académico de Prácticas y de Trabajos Fin de Máster, habla de su vocación y del futuro de su profesión, entre otros temas.
¿Cuál es su localidad de origen y qué estudios ha cursado?
Nací en Málaga capital, pero he crecido en Cádiz. Toda mi infancia y adolescencia estuve en el pueblo donde ahora residen mis padres: Puerto Real. Mis estudios han seguido siempre el camino de la docencia. Primero me diplomé en Magisterio de Educación Física (Universidad de Cádiz), donde me otorgaron el Premio Ilustración por mi trayectoria personal y académica en el Ateneo de Cádiz y El Casino Gaditano. Después me licencié en Pedagogía, obteniendo el premio extraordinario por el mejor expediente académico de Sevilla. Obtuve mención de excelente en los dos másteres de Resolución de Conflictos (Mediación Educativa, familiar y comunitaria). Cuando finalizo mis estudios del máster, comienzo a realizar un programa de doctorado en la Universidad de Sevilla, finalizando la tesina con calificación sobresaliente. No obstante, no acabé la tesis doctoral con este programa. Por motivos personales tuve que alejarme varios años del mundo universitario, hasta que hace un año retomé los estudios de doctorado en la Universidad Camilo José Cela, dirigiéndome la tesis Nuria Camuñas Sánchez-Paulete (directora del departamento de Educación de Nebrija).
¿Qué supone para usted estar entre los nominados al Premio de Mejor Docente de España 2019?
Supone un gran reconocimiento a mi proceso metodológico. El premio te lo otorgan los propios alumnos/as que cursan mis asignaturas. Ellos son la clave del éxito docente, el motor del proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuando me entero de que he sido nominado, y me dan el permiso de contarlo, los primeros en saberlo son ellos. La ilusión de pertenecer a la prestigiosa lista de nominados para otorgarte el título de Mejor Docente del Año 2019 es desorbitante.
¿Cómo surge su vocación de pedagogo? ¿Qué hecho en su vida es fundamental a la hora de dedicarse a la enseñanza?
La vocación docente ha estado en mi vida desde que supe agarrar un bolígrafo con solo un año. Siempre me ha gustado enseñar y ver como otros adquieren conocimientos gracias a tu constancia. La vocación es algo que viene de manera intrínseca y que con el paso de los años se afianza mucho más a tus sentimientos y creencias. Unos de los hechos en mi vida que me hace acercarme más a la docencia son los propios docentes que te han impartido clases durante tu proceso académico. Tengo dos profesores de referencia que han sacado de mí lo mejor que podía dar en ese momento, convirtiéndome en los que soy a nivel profesional. Otra parte muy importante ha sido mi familia. Vengo de una familia hostelera por excelencia, donde todos los miembros directos trabajan allí. Yo he sido el único que ha querido seguir con los estudios e intentar terminar el tercer nivel académico (doctorado). Ellos, con sus trabas y su constancia han conseguido también que mi esfuerzo valiese la pena. Por último, mi mujer fue la clave para volver a confiar en mí y regresar a la docencia universitaria. Cuando no podía, estaba presente; cuando me ausentaba por trabajo, ella era mi motor y mi conciencia. Es por ello que esta nominación ha sido por su cuidado y su emoción por llegar a ser un profesor universitario.
¿Qué rasgos, habilidades y destrezas debe reunir un buen profesor en la actualidad? ¿Y el “mejor” docente?
Para ser un buen profesor solo debes tener tres cosas: saber escuchar a tu alumnado, creer en la constancia académica y sobre todo explotar los recursos didácticos que nos pueden dar todos los agentes educativos. Si resalto esto último, es importante saber que uno de los recursos más importantes que hay en el mundo de la docencia, y no suele utilizarse mucho, son los propios alumnos/as. Ellos, sin duda, son el mayor aprendizaje que un docente puede tener. El mejor docente debe tener lo mismo que lo anterior, a diferencia de un título o un premio. No hay mejores docentes, solo docentes que hacen bien su trabajo y aman lo que hacen.
¿Y un buen alumno?
El buen alumno debe poseer primero habilidad y valores como la empatía, la solidaridad, el saber estar y el ser compañero. A nivel académico, el buen alumno se rodea de constancia, de intriga por conocer y saber más de una materia, de escuchar a los demás y de experimentar por el avance educativo.
¿Por lo general qué déficits y qué aciertos cree que tiene la educación en España?
Por norma general, mi pensamiento sobre la educación en España es la comparativa constante con otros países europeos. Los desajustes políticos hacen que nuestra ley orgánica sobre educación nunca esté fijada, ocasionando una inestabilidad académica en todas las instituciones. Pienso que tienen que mirar mucho más las competencias profesionales docentes para la formación de los maestros y profesores de secundaria. Es la clave para la mejora de la calidad educativa.
Los aciertos que tiene la educación en España son muy significativos: Tenemos educación gratuita hasta los 18 años y cada día hay más oferta educativa para el desarrollo profesional, como la gran variedad de becas y remuneraciones en el acceso al estudio universitario. A pesar del desajuste en los pensamientos con las competencias profesionales docentes, el profesorado que tenemos en los centros e instituciones educativos cada vez se implica más en mejorarse y evolucionar sus metodologías en la praxis.
¿Cree que la figura del profesor está reconocida en nuestro país?
Cuando la LOGSE entró en vigor en los años 90, la figura del profesor tuvo uno de los picos más altos de la historia. Visualizando la evolución educativa y los cambios sociales existentes, el profesorado ha ido en descenso hasta la actualidad. El empoderamiento de los padres, los alumnos, los cambios de roles, los cambios políticos y el pensamiento erróneo de la globalización son muchos de los signos que ocasiona el no reconocimiento de la figura del profesor en nuestro país. No obstante, siempre juega la esperanza y los pequeños avances que forja la sociedad para obtener un pensamiento unánime con la figura del maestro y de los profesores.
¿Por qué los maestros no terminan de aprender nunca?
El maestro, al igual que el médico, siempre tiene que estar pendiente de los grandes y pequeños avances que se originan en su ámbito. Nunca debe de dejar de estudiar o de aprender. El pensamiento de “docente estancado” tiene su origen en su falta de reciclaje, en su formación continua. Personalmente, siempre estoy realizando nuevos cursos o asistiendo a diferentes congresos para poder llevar a cabo mi formación permanente.
¿Cuáles son los caminos de la enseñanza universitaria por los que le gusta transitar?
Sobre todo, el impartir clases en la rama de la educación. El camino más importante para mí es la docencia, aunque a nivel universitario, esto último viene unido al camino de la investigación. Ser docente e investigador genera una adrenalina que muchos comparan con los deportes extremos o con recibir una gran noticia. Mi experiencia se forma para estos dos caminos o trabajos profesionales, destacando, como ya he mencionado, la vocación por la docencia.
¿Qué significa para usted formar a docentes que formarán en el futuro a los alumnos?
Es una pregunta que suelo hacerme cada día. Cuando era alumno universitario, y sobre todo con la formación que recibí, descubrí el déficit que había en la formación inicial para ser maestros y profesor. Por esto, desde el comienzo de mis estudios universitarios, comencé a colaborar y a investigar en el departamento de didáctica y teoría de la educación. En la actualidad, formar a futuros profesores es una gran responsabilidad, dado que uno mismo se reflejará en la respuesta o impactos que proyectará el nuevo profesor a la próxima generación de alumnos de secundaria. Es un gran orgullo formar parte del proceso de formación de los futuros profesores.
¿Puede contar algún “secreto de cocina” a la hora de apasionar o despertar la curiosidad a un estudiante
Por ejemplo, en mis clases online del Máster del Profesorado que imparto en la Universidad Nebrija, uno de los contratiempos que nos encontramos es la falta de atención del propio alumnado cuando se conectan a las clases. Al detectarlo, en muchas ocasiones, quise ponerle remedio de inmediato. Les propuse crear un apartado en el foro de la asignatura donde colocaran un enlace sobre una música que les pudiera motivar en su día a día. Con esta fórmula, y de manera aleatoria, se escoge una canción tanto al inicio como al final de la clase. De esta manera, el alumnado es partícipe de su propia emoción, aumentando de manera significativa la atención mostrada en la clase. Un “secreto de cocina” es escuchar al propio alumnado e implicarse en potenciar las emociones y sentimientos que ellos tienen.
El mentor deportivo Álvaro Merino precisamente explicaba en una masterclass de la Universidad Nebrija que hoy en día hay muchos distractores de la atención, que desvían el foco de lo importante… ¿está de acuerdo con su apreciación?
Estoy totalmente de acuerdo con el mentor Álvaro Merino. Existen muchos distractores que ocasionan una distorsión en la atención de los propios estudiantes, desviando temas o focos importantes a un segundo plano. La tecnología, los móviles, y los roles sociales son unos de los distractores más potentes que tenemos en la sociedad, aunque personalmente pienso que son proyectores de conocimiento e innovación socioeducativa, ayudando a los estudiantes y al ciudadano de a pie a comunicarse, aprender y sociabilizarse con el mundo. Lo importante de estas reflexiones no son los distractores, sino más bien, el exceso de tiempo o la dedicación que le prestan.
¿Qué papel deberían desempeñar los teléfonos móviles en una educación más humana?
El papel que desempeñan los móviles en el sistema educativo español cada vez se hace más latente, utilizándolo dentro de las metodologías activas e incluso como sustitutivo de los cuadernos convencionales y ordenadores de mesa. Solo he de destacar el uso y el tiempo dentro de un aula para que el papel de los móviles sea fundamental en una sociedad educativa innovadora. Ese tiempo no se debe de alargar más de 25 minutos por clase, evitando la desconexión de los alumnos ante los conocimientos y las propias palabras del docente.
Usted es docente del Máster Universitario en Formación del Profesorado de ESO y Bachillerato, FP y Enseñanza de idiomas, de la Universidad Nebrija… ¿Cuáles son los puntos fuertes de este posgrado?
Es un posgrado lleno de sabiduría, de conocimiento y de grandes profesionales. Sus puntos fuertes son los grandes profesores y profesoras que tiene en su plantilla. Los alumnos/as aprenden desde las bases teóricas que formulan la historia de la educación hasta las diferentes metodologías innovadoras que pueden utilizarse en un aula convencional. Existe mucho trabajo práctico y grandes grupos de debate para asistir y participar. Eso es lo que me gusta de este gran Máster, el dinamismo y la facilidad de conocer el conocimiento a través de las plataformas online y tutorizaciones por videoconferencia.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-vocacion-docente-estado-vida-desde-supe-agarrar-boligrafo-solo-201911280213_noticia.html
Este ejercicio de invisibilización sutil refuerza estereotipos y dificulta las condiciones sociales para minorías en la academia.
Aspen, 2012. Rebecca Solnit, escritora prolífica desde 1988, asiste a una fiesta en la que un hombre mayor le recomienda leer un libro recién publicado que él consideraba uno de los mejores temporada, Solnit era la autora del libro.
La astronauta Jessica Meir, una de las participantes de la primera caminata femenina fuera de una estación espacial en octubre de este año, relata en Twitter su entrada a la zona equivalente al espacio en 2016, donde menciona que ahí el agua hierve espontáneamente; un usuario masculino se apresura a corregir su argumento con los conocimientos que adquirió de una simulación en un campamento espacial.
En 2017, la doctora en física y la profesora Veronika Hubeny, participa en un panel. Es la única mujer entre otros colegas expertos en ciencias exactas; el moderador la interrumpe tantas veces para repetir lo que ella dice que, un miembro de la audiencia se desespera y grita “¡déjala hablar por favor!”, el público aplaude, ninguno de los otros académicos que la acompañaban en el panel reaccionó ante la incidencia de interrupciones hasta ese momento.
Estos eventos no representan instancias aisladas, son parte de un problema que denota una desigualdad sistémica en el acceso al conocimiento y la validación del mismo dentro de la comunidad académica, o lo que también se conoce como mansplaining.
¿En qué consiste el Mansplaining?
Mansplaining es un término inspirado por Rebecca Solnit, quien usó su ensayo “Los hombres me explican cosas”, para describir sus experiencias como escritora en espacios públicos, donde hombres intentaban alecccionarla sobre temas que ella dominaba, algunas veces sobre su propio trabajo, que no asociaban con ella hasta que se les aclaraba su identidad y autoría.
La obra de Solnit resonó con fuerza en los sectores femeninos de la comunidad académica y científica. Tan solo un año después de la publicación del ensayo, la palabra mansplaning ya aparecía en el diccionario urbano de lengua inglesa. Tras ver la tracción del término en internet, Solnit aclaró que no se trataba de una práctica totalmente inclinada a un género. Así como no todos los hombres presentaban conductas arrogantes, condescendientes e ignorantes, también hay mujeres que realizan esta práctica.
La definición ofrecida por Lili Rothman, colaboradora del Atlantic, presenta un concepto más neutro y amplio para abarcar el concepto de mansplaining. Rothman define el mansplaining como el acto de explicar sin tener en cuenta el hecho de que la persona que está recibiendo la explicación sabe igual o más sobre el tema que la persona que lo está explicando. A pesar de mantener neutra la base de su definición, Rothman puntualiza que este comportamiento es más común por parte de los hombres hacia las mujeres. Esta perspectiva es debatible, y ha sido discutida ampliamente.
“Hay muchos casos de personal educativo senior, gente que ha llegado a rector, gente que ha ganado premios de trayectoria después de años de carrera. Todos tienen estas historias, de llegar al final de su carrera y decir que están agotados por tratar de superar siempre la norma, para contrarrestar la narrativa dominante”.
El mismo diccionario urbano que publicó por primera vez la acepción del término, ha actualizado la definición por la más popular que define el mansplaining como un término inventado por feministas radicales para desarmar automáticamente cualquier argumento expuesto por un miembro el género masculino; también ha sido definida como la forma más eficiente de explicar algo basándose en hechos. Independientemente de la significancia reaccionaria que surgió de la incomodidad del sector masculino con poner en palabras la experiencia de muchas mujeres en la academia y la comunidad científica, es difícil discutir con la realidad de una comunidad académica en la que las mujeres carecen de representación en varios campos del conocimiento, especialmente los de ciencias exactas como matemáticas, física, química y computación, entre otros.
En Estados Unidos, solo 6.6.% de los profesionales que trabajan tiempo completo en campos del conocimiento dominados por el género masculino son mujeres; en la India, las mujeres representan solo el 28 % de la fuerza de trabajo general, sin entrar siquiera en los trabajos que involucran conocimientos de educación superior, o del campo STEM.
Tomando en cuenta este serio desbalance se podría de decir que, por aproximación matemática, habría más hombres en la posición de hacer uso de una explicación privilegiada o mansplaining, así como de asumir que las mujeres con las que entablan conversación no conocen del campo de conocimiento en que han estudiado o trabajado, por la enorme disparidad numérica con respecto a sus colegas masculinos.
Simplemente no nos imaginamos que una mujer podría ser una astronauta de carrera como Meir o una escritora prolífica como Solnit. Sus campos son tan dominados por la percepción de una mayoría masculina que se refuerza un estereotipo que le da a esa profesión o rubro epistemológico una cara masculina. Las mujeres que rompen este estereotipo son casos aislados, anomalías fáciles de pasar por alto apenas olvidamos esa noticia que leímos sobre ellas o ese encuentro en el que las vimos y nos informaron en qué trabajaban. Este es el peligro de una disparidad de género normalizada y reforzada por la percepción.
Bajo este contexto, hay muchas instancias de mansplaining que no vienen de una intención consciente de minimizar ni agredir a mujeres que se desarrollan en determinado campo de conocimiento o trabajo, pero sí son producto de una realidad normalizada que favorece la perspectiva y la auto-confianza masculina por encima del conocimiento y trabajo de las mujeres, respaldado por la superioridad numérica masculina en estos campos, o la percepción de que esa superioridad numérica existe, sea real o no.
¿Cómo afecta el mansplaining a las mujeres en las comunidades académicas y científicas?
El mansplaining como fenómeno aislado no tendría porqué tener tanto peso en la experiencia de las mujeres que trabajan en la academia y en la comunidad científica, a fin de cuentas, son solo palabras desatinadas de personas, en su mayoría hombres, con exceso de confianza y un sentido de mérito que no se han ganado.
El problema no es que un anfitrión arrogante confunda a una autora prolífica con una escritora amateur y le recomiende el libro que acaba de publicar, o que un usuario de Twitter quiera corregir a una astronauta consumada porque cree que ir una vez a un campamento espacial lo hace más experto, o que un moderador ignore completamente lo que dice una profesora de física en un panel y repita el mismo contenido que dijo ella como si fuera suyo. El problema es que no registramos el ejercicio de invisibilización que esto representa, y que es solo un síntoma de un serio desbalance en la forma en que recopilamos el conocimiento, lo publicamos y damos crédito a las personas involucradas.
Nuestra empatía, memoria y capacidad de valorización son cortos, como explica la Dra Janet Bultitude, catedrática senior de investigación del dolor en la Universidad de Bath. “Es más fácil catalogar mentalmente un trabajo de investigación en términos de personas famosas y no poner atención a las demás nombres involucrados en el proyecto, que usualmente aportan más o al menos una buena parte del trabajo, y esta es una forma en que la gente es invisibilizada”, explica la catedrática. Esta práctica refuerza la narrativa de que solo cierto perfil o sector de la comunidad académica es el que realmente participa y dicta un conjunto de criterios con los que visualizamos a toda la comunidad.
Esta predisposición socio-visual nos presenta a los líderes de campos de conocimiento académicos y científicos como hombres adultos y blancos, en la mayoría de los casos. El público no espera que un profesor sea una mujer chicana con rastras. La Dra. Nicole González Van Cleve, profesora asociada en la Universidad de Brown, sostiene que esta visión sesgada puede traer serias consecuencias en la carrera y salud mental de académicos que no compaginan con la imagen del académico o científico tradicional.
“Hay muchos casos de personal educativo senior, gente que ha llegado a rector, gente que ha ganado premios de trayectoria después de años de carrera. Todos tienen estas historias, de llegar al final de su carrera y decir que están agotados por tratar de superar siempre la norma, para contrarrestar la narrativa dominante”, comenta González. Es esta narrativa la que presenta a un tipo específico de personas como el experto modelo, y cualquier persona que no encaje en esta imagen prefabricada está expuesta a ser el receptor de una conducta condescendiente y anulación dentro de su propia comunidad. El mansplaining y otras formas de explicaciones privilegiadas como el whitesplaining o el straightsplaining son solo mecanismos de un aparato más grande diseñado para marcar una línea entre las minorías y el grupo dominante.
“Es más fácil catalogar mentalmente un trabajo de investigación en términos de personas famosas y no poner atención a las demás nombres involucrados en el proyecto, que usualmente aportan más o al menos una buena parte del trabajo, y esta es una forma en que la gente es invisibilizada”.
Las personas pertenecientes las minorías sociales, como mujeres, personas de color o de la comunidad LGBT, son especialmente propensas recibir este y otros ejercicios de condescendencia y exclusión sutil. El impacto de estas prácticas puede ser significativo a largo plazo porque desalienta a estas personas a formar parte de la comunidad científica y académica.
“El daño real es que estamos creando estas situaciones donde frecuentemente esto le ocurre mucho más a gente joven, a mujeres, a personas de color… generamos situaciones en las que se van porque no se sienten cómodos, eso no es correcto”, comenta la Dra. Tasha Stanton, profesora asociada de la Universidad del Sur de Australia. La Dra. Stanton, se refiere a la creación de una narrativa en la que las minorías sociales no tienen acceso al crédito y al reconocimiento en la misma medida que el grupo dominante de la comunidad científica y académica.
En cualquier comunidad, este crédito que visibiliza a los individuos con base en sus logros, habilidades y talentos es crucial para construir un sentido pertenencia y auto-confianza, que a su vez es necesario para continuar una labor productiva en la comunidad a la que se pertenece. Esto es lo que estamos perdiendo cuando hacemos uso de una explicación o dinámica privilegiada que denomina a otros como personas inferiores en cuanto a conocimiento, habilidades y valor.
La búsqueda y divulgación del conocimiento se trata de comunicar nuevos descubrimientos y aprendizajes, de acuerdo a la Dra. Stanton, conectar con otras personas es clave para establecer diálogo y cimentar la colaboración necesaria para producir ese conocimiento por el que las comunidades académicas y científicas existen en primer lugar. “No pierdas esa oportunidad, no seas esa persona”, concluye Stanton.
Redacción: Leonardo Fabio Martínez Pérez/ El Espectador
Como consecuencia de la gran movilización social por la financiación digna de la educación superior pública de calidad, se llevó a cabo la reunión realizada el pasado 26 de octubre entre los rectores del Sistema Universitario Estatal (SUE) y el presidente Iván Duque, a partir de la cual se abrió una primera puerta para empezar a enfrentar la crisis estructural de financiación de las universidades públicas. El documento firmado por gran parte de los rectores hace alusión a la destinación de recursos de la nación a la base presupuestal de las universidades públicas para el 2019 equivalente al IPC más tres puntos y para el período 2020-2022, al IPC más cuatro puntos, además de proveer recursos de inversión por $300.000 millones, con adición de los recursos de excedentes de cooperativas a la base presupuestal desde el 2019 y gestionar recursos para infraestructura por $1 billón a partir de las regalías existentes en los departamentos. Aunque el acuerdo constituyó un primer paso, no resultó suficiente; los estudiantes continuaron en el paro nacional y junto con profesores y trabajadores impulsaron nuevas movilizaciones orientadas a la conformación de una mesa de concertación que permitiera discutir y acordar soluciones estructurales a la crisis de financiación.
La movilización estudiantil continuó y para el 31 de octubre se expresó creativamente con la marcha zombie, a través de la cual miles de universitarios se disfrazaron representando la probable muerte de las universidades públicas de no atenderse su sostenibilidad financiera a mediano y largo plazo por parte del Estado. Rostros pintados, grupos musicales y miles de colores cargados de esperanza vistieron las calles de las principales ciudades del país e hicieron contraste con la noche de Halloween en la que niños y adultos salen a pedir dulces.
Como rector de la educadora de educadores, decidí acompañar las expresiones artísticas de los estudiantes personificando al gran educador Paulo Freire; esta decisión no fue casual o improvisada, sino que por el contrario representaba un homenaje al pedagogo quizás más destacado del siglo XX, en un momento histórico crucial en el que Colombia vive una coyuntura centrada en la defensa de la educación superior pública como derecho fundamental y el vecino Brasil enfrenta un controvertido cambio de gobierno. Este acto resultó significativo.
Además, el 19 de septiembre del presente año conmemorábamos el 97º aniversario del nacimiento de Freire, cuya obra marcó el origen de un método efectivo para superar el analfabetismo de miles de adultos en Brasil y constituyó el origen de una educación crítica y transformadora de envergadura mundial.
Su obra representa un valioso tesoro educativo para orientar la formación de las futuras generaciones, basado en la investigación temática, a través de la cual los sujetos pueden problematizar y comprender la realidad estableciendo temas generadores y ejercicios de codificación y decodificación llevados a cabo por círculos de cultura que articulan distintos saberes y conocimientos especializados en función de obtener mayores niveles de comprensión y concienciación.
En los libros de Freire los educadores y profesores podemos encontrar una pedagogía de la esperanza, del amor, de los sueños posibles, de la ética y la estética del cuidado; así la educación constituye un motor esencial de empoderamiento de sujetos comprometidos con la construcción de sociedades justas e incluyentes.
Como consecuencia de la gran movilización social por la financiación digna de la educación superior pública de calidad, se llevó a cabo la reunión realizada el pasado 26 de octubre entre los rectores del Sistema Universitario Estatal (SUE) y el presidente Iván Duque, a partir de la cual se abrió una primera puerta para empezar a enfrentar la crisis estructural de financiación de las universidades públicas. El documento firmado por gran parte de los rectores hace alusión a la destinación de recursos de la nación a la base presupuestal de las universidades públicas para el 2019 equivalente al IPC más tres puntos y para el período 2020-2022, al IPC más cuatro puntos, además de proveer recursos de inversión por $300.000 millones, con adición de los recursos de excedentes de cooperativas a la base presupuestal desde el 2019 y gestionar recursos para infraestructura por $1 billón a partir de las regalías existentes en los departamentos. Aunque el acuerdo constituyó un primer paso, no resultó suficiente; los estudiantes continuaron en el paro nacional y junto con profesores y trabajadores impulsaron nuevas movilizaciones orientadas a la conformación de una mesa de concertación que permitiera discutir y acordar soluciones estructurales a la crisis de financiación.
La movilización estudiantil continuó y para el 31 de octubre se expresó creativamente con la marcha zombie, a través de la cual miles de universitarios se disfrazaron representando la probable muerte de las universidades públicas de no atenderse su sostenibilidad financiera a mediano y largo plazo por parte del Estado. Rostros pintados, grupos musicales y miles de colores cargados de esperanza vistieron las calles de las principales ciudades del país e hicieron contraste con la noche de Halloween en la que niños y adultos salen a pedir dulces.
Como rector de la educadora de educadores, decidí acompañar las expresiones artísticas de los estudiantes personificando al gran educador Paulo Freire; esta decisión no fue casual o improvisada, sino que por el contrario representaba un homenaje al pedagogo quizás más destacado del siglo XX, en un momento histórico crucial en el que Colombia vive una coyuntura centrada en la defensa de la educación superior pública como derecho fundamental y el vecino Brasil enfrenta un controvertido cambio de gobierno. Este acto resultó significativo.
Además, el 19 de septiembre del presente año conmemorábamos el 97º aniversario del nacimiento de Freire, cuya obra marcó el origen de un método efectivo para superar el analfabetismo de miles de adultos en Brasil y constituyó el origen de una educación crítica y transformadora de envergadura mundial.
Su obra representa un valioso tesoro educativo para orientar la formación de las futuras generaciones, basado en la investigación temática, a través de la cual los sujetos pueden problematizar y comprender la realidad estableciendo temas generadores y ejercicios de codificación y decodificación llevados a cabo por círculos de cultura que articulan distintos saberes y conocimientos especializados en función de obtener mayores niveles de comprensión y concienciación.
En los libros de Freire los educadores y profesores podemos encontrar una pedagogía de la esperanza, del amor, de los sueños posibles, de la ética y la estética del cuidado; así la educación constituye un motor esencial de empoderamiento de sujetos comprometidos con la construcción de sociedades justas e incluyentes.
Aunque el valor académico y formativo de la obra de Freire goza de importante reconocimiento mundial, es paradójico que en Brasil exista un movimiento de personas liderado por algunos abogados, denominado Escola sem Partido, que busca materializar una ley que prohíba el desarrollo de las ideas del pedagogo por parte de los profesores en las instituciones educativas, haciendo alusión a que éstas constituirían un mecanismo de adoctrinamiento ideológico y político, lo cual resulta muy distante del sentido y contenido de las tesis del educador que se relacionan con una enseñanza basada en la libertad, el respeto de los diversos saberes y la construcción de conocimiento a través de la curiosidad epistemológica presente en el acto de conocer.
Lo más preocupante de este tema consiste en que el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, expresó en entrevistas públicas la necesidad de extirpar el pensamiento de Paulo Freire de la educación brasileña por considerarlo un instrumento de manipulación ideológica; en lugar de ello, dijo Bolsonaro antes de ser presidente electo, es necesario rescatar la disciplina y acabar con la permisividad en las escuelas. Estas apreciaciones desconocen en rigor el contenido académico de las tesis de Freire basadas en reconocer la educación como un proceso humano creativo, ético y estético a través del cual educadores y educandos superan las situaciones límite y se realizan en comunión por medio del diálogo.
En Colombia la Universidad Pedagógica Nacional ha sido la precursora de la cátedra Paulo Freire como un espacio formativo relevante para maestros y comunidades que en distintos territorios de la geografía colombiana buscan construir un mejor país basado en la solidaridad y la dignidad humana. Esta cátedra ha fortalecido diversos procesos formativos con organizaciones y comunidades sociales que buscan la paz, la justicia y la equidad. Incluso ha impulsado la creación de otros espacios formativos como los existentes en la Universidad del Atlántico, en donde estudiantes del programa de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Educación constituyeron en el año 2016 un movimiento social y pedagógico denominado Paulo Freire.
En un escenario político tan convulsionado como el que enfrenta Colombia, expresado en el paro de los estudiantes de las universidades públicas y ahora con la movilización social frente a las implicaciones de la reforma tributaria del Gobierno del presidente Duque, que pretende gravar varios alimentos de la canasta familia con IVA y a su vez aumentar las contribuciones de impuestos especialmente de la clase media, como es el caso del incremento de la retención en la fuente para los salarios de empleados como los profesores universitarios, es fundamental rescatar el método freireano de problematizar profundamente esta realidad con el propósito de construir alternativas de solución que contribuyan con una sociedad más justa y equitativa. En palabras del propio Freire, “cuanto más crítico es un grupo humano, tanto más democrático y permeable”.
“La ciencia, la tecnología y la innovación son indispensables para el crecimiento económico”.
Siempre hablamos de la importancia de invertir más y mejor en ciencia, tecnología e innovación (CTI). Pero ¿cómo plasmamos esto en acciones? Desde el Consejo Peruano de Competitividad (CPC) proponemos tres propuestas concretas que se pueden realizar en el corto y mediano plazo.
La ciencia, la tecnología y la innovación son indispensables para el crecimiento económico, el desarrollo y el bienestar de un país. Tristemente, no es novedad saber que el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial del 2018 califica al Perú en el puesto 89 de 140 países en el pilar de innovación, y es en el que tenemos el puntaje más bajo.
Hoy los recursos que invierte el Estado en CTI son pocos; pero, además, casi no se ha evaluado su impacto. En una de las pocas evaluaciones realizadas, la del Fincyt I, se concluye que si bien se han cumplido los objetivos como programa, las mejoras no se trasladaron a la productividad de las instituciones ni al país en su conjunto (Innovos Group, 2012).
Desde el CPC proponemos tres medidas para resolver parte del problema: (1) actualizar el Plan Nacional de CTI en el marco de la rectoría de Concytec y el programa presupuestal único para CTI, (2) crear un portal único de información, (3) incorporar incentivos para fomentar la vinculación de la academia y la empresa.
La primera propuesta implica fortalecer la institucionalidad del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sinacyt). El Perú ha avanzado en materia institucional con la publicación de la Ley 30806 en julio del 2018, la cual busca reforzar el rol rector de Concytec. Bajo este marco, es fundamental robustecer las herramientas para que los actores del Sinacyt diseñen sus intervenciones estructuradamente sobre un mismo esquema de prioridades y dar predictibilidad a los actores involucrados. Una de las herramientas para lograrlo es el Plan Nacional de CTI. La publicación del último plan se hizo en el 2006, originando el PNCTI 2006-2021; sin embargo, no se ha logrado a cabalidad su articulación con las estrategias de desarrollo del país y la asignación de recursos. Es fundamental actualizarlo para articular eficientemente las distintas intervenciones del sector público. Su ejecución debe evidenciarse en un solo programa presupuestal. Para ello, será fundamental que se ejerza la rectoría del Concytec. Será clave el apoyo del MEF para articular y ejecutar el programa presupuestal único, y utilizar eficientemente los espacios establecidos para el diseño, implementación y seguimiento a la ejecución del plan.
La segunda propuesta busca facilitar el acceso a información y crear oportunidades de vinculación para desarrollar proyectos en CTI. En la última encuesta sobre innovación realizada, solo el 29% de las empresas manifiestan conocer programas y servicios públicos de apoyo a las actividades de innovación (INEI, 2017). Se propone algo simple pero poderoso: crear un solo portal del Estado que articule y consolide datos relevantes sobre fondos y alternativas de financiamiento nacionales e internacionales; bases de datos de capital humano; infraestructura y equipamiento disponible; datos abiertos para la innovación; eventos, foros y espacios de comunidad; consultorías y proyectos realizados con recursos públicos; desafíos de las empresas, entre otros.
La tercera propuesta busca generar mayores incentivos para la vinculación academia-empresa a fin de generar conocimiento de valor social y económico. En el Perú, solo el 26% de los centros de investigación están vinculados con empresas (Concytec, 2016). Concytec y Produce están implementando iniciativas para vincularse más. Concytec, por ejemplo, ha lanzado recientemente las IVAI (Iniciativas de Vinculación Academia-Industria). Produce, por otro lado, está diseñando hojas de ruta tecnológicas de la mano con el sector privado y la academia, entre otros esfuerzos. Para complementarlo, se propone incorporar como condición transversal en todas las bases de los concursos de fondos públicos en CTI que sea aplicable, otorgar mayor porcentaje de cofinanciamiento cuando exista asociación academia-empresa.
Sin un entendimiento claro de las necesidades del sector privado, estaremos desaprovechando grandes oportunidades para poner en valor nuestro conocimiento. En este sentido, estas propuestas buscan mejorar la asignación y uso de los recursos, facilitar el acceso a información para incrementar el uso de los instrumentos de CTI, y generar incentivos para aumentar la vinculación academia-empresa, con el objetivo de obtener conocimiento útil para la sociedad y las empresas.
La ciencia, la tecnología y la innovación escriben nuestro futuro. Más vale que lo escribamos bien.
La agenda semanal de Jack está completamente llena y seguirá así por todo el mes.
El lunes, su despertador suena a las seis de la mañana.
A las 7:30 am, el niño de 12 años ya está resolviendo problemas de matemáticas.
Los martes, después de las clases de mandarín, tiene tiempo para una siesta cronometrada de 45 minutos.
Otro de sus momentos libres es el viernes, entre 16:50 y 17:15.
Incluso el sábado, Jack tiene tareas y clases de ciencias, matemáticas, mandarín e inglés, pero ese es el día menos ocupado de todos y en el que se puede relajar por cerca de dos horas.
El domingo, la jornada se reanuda y, como todos los días, se extiende hasta las nueva de la noche, cuando se va a dormir.
Dura preparación
La rutina de Jack y otros miles de alumnos como él es parte de la preparación para el examen final de la primaria en Singapur, ciudad-estado habitada por poco más de 5,8 millones de personas.
«En general, no se queja porque su cronograma no es tan intenso como el de otros», dice la madre de Jack, una trabajadora bancaria de 42 años llamada Sheryl Iow.
«Siempre que hablo con otros padres, siento que tengo que comprar aún más libros de pruebas para mi hijo», afirma.
Singapur tiene uno de los sistemas educativos más admirados del mundo.
Encabeza la lista de resultados de la influyente prueba PISA, aplicada por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en 75 países para evaluar el desempeño de los estudiantes en ciencias, matemática y lectura.
El buen desempeño del país se debe a varios factores, como el tener una burocracia gubernamental formada en las mejores universidades del mundo, con una misión bien definida: transformar Singapur, excolonia británica, en uno de los países más ricos, desarrollados y educados del mundo.
Bien pagados
Otra pieza del éxito de Singapur es la alta calificación de los profesores, según Clive Dimmock, de la Universidad de Glasgow, en Reino Unido, invitado a Singapur por el Instituto Nacional de Educación (NIE, por sus siglas en inglés) de ese país para guiar un programa de liderazgo.
Los salarios en el sector educativo de Singapur equivalentes a los de los rubros industrial y bancario, y atraen a los mejores alumnos recién graduados en las universidades.
El sueldo promedio inicial varía entre 1.600 dólares de Singapur y 3.000 (US$1.800-US$3.300). Además, los maestros reciben bonos por desempeño en el aula y pagos por trabajar horas extra.
Cada profesor debe participar en al menos 100 horas de actividades adicionales de formación.
Alrededor del 20% del presupuesto total del estado se destina a la educación.
«No se ahorra en las instalaciones de preparación, así que tienen tecnología, laboratorios y excelentes libros», afirma Dimmock.
Pasado de pobreza y analfabetismo
Pero antes de ser una potencia económica y educativa, Singapur estaba entre los países más pobres de Asia.
En 1965, cuando Singapur se independizó, sólo la élite tenía acceso a la educación.
Para levantarse,lo que el país podía hacer era invertir en su población, su único «recurso natural».
Ahora tiene un gobierno autoritario que limita las libertades individuales y de prensa, y un sistema en el que la obediencia es una garantía de seguridad social y bienestar, y un elemento central en el engranaje de la educación del país.
Escuelas de élite
La sensación de siempre estar perdiendo algo —llamada kiasu— forma parte de la psique de la población.
Para la exprofesora Dawn Fung, «la vida es muy difícil para los niños cuya familia tiene terror de que estos fracasen o no alcancen buenas notas», afirma.
Cuanto mejor es el desempeño de los niños en las escuelas, mayores son sus posibilidades de conseguir una vacante en una «escuela de élite» y luego en una buena universidad.
Para alcanzar estos objetivos, los niños se preparan desde pequeños para pasar el examen de final de la primaria (PSLE, por sus siglas en inglés), que determina en qué tipo de escuela los alumnos cursarán la secundaria.
«Esa carrera empieza a los dos años de edad», afirma Fung.
Es por esta razón que la mayoría de los niños de Singapur reciben clases particulares.
Sheryl Iow, madre de Jack, paga más de 1.000 dólares de Singapur al mes en clases particulares para su hijo.
La industria de la enseñanza privada extracurricular es bastante lucrativa. De acuerdo con un reportaje del periódico local StraitTimes, llega a mover 1.000 millones de dólares de Singapur al año.
«Algunos padres gastan cientos o miles de dólares cada mes, aunque saben que las clases puede no elevar significativamente las notas de los hijos», dice el artículo.
Por el contrario, Clive Dimmock reconoce que las clases particulares son un motor importante para que los hijos salgan mejor en los exámenes de la escuela.
Sin embargo, a pesar de la agenda apretada con clases adicionales y del esfuerzo, Jack no alcanzó el puntaje necesario en el PSLE para estudiar en la escuela de élite que él deseaba.
Enseñanza en casa
Para Dawn Fung, la industria de las clases extras muestra que los exámenes son muy difíciles para los niños.
«¿Por qué no hacerlos más fáciles? ¿Por qué nuestros hijos no hacen pruebas apropiadas para sus edades?», se pregunta la exprofesora.
Cuando se convirtió en madre, Fung decidió salirse del sistema tradicional de escolarización y optó por el modelo de educación en casa.
«Creo que es incorrecto formar parte de un sistema que nos hace infelices. Es cruel insertar a los niños en un sistema educativo que no se comprometa con un resultado de aprendizaje positivo», afirma la madre de dos niñas de 6 y 8 años, y de un bebé de ocho meses.
Como todas las familias que optan por la educación en casa en Singapur, Fung está obligada a aplicar el currículo nacional y sus hijas tienen que tomar la PSLE.
El puntaje que obtengan no puede estar por debajo del promedio nacional.
Estigma, ansiedad y suicidios
A Sheryl Iow, madre de Jack, le preocupa que su hijo sea estigmatizado por no obtener el puntaje que necesitaba en el PSLE.
«Está triste», cuenta la mujer. El pequeño, que sueña con ser piloto aeronáutico, se está preparando para dar una nueva prueba, a ver si esta vez consigue quedar entre los «mejores».
Un efecto secundario de la búsqueda de excelencia es el aumento del número de jóvenes afectados por ansiedad y estrés.
Además, es común encontrar reportajes que relacionan el suicidio juvenil con un mal desempeño en el colegio.
De acuerdo con Samaritanos de Singapur (SOS, por sus siglas en inglés), un centro de prevención de suicidios, el número de jóvenes que buscan ayuda ha aumentado en los últimos años.
El creciente número de suicidios llamó la atención de las autoridades.
Hace algunos meses, el ministro de Comunicación, Ong Ye Kung, admitió que el sistema presiona a los alumnos, y pidió reducir el estrés en la vida académica.
«(El ministerio) garantizará que el sistema educativo evolucione para ayudarlos a no ser muy duro con ustedes mismos», afirmó al pedir a los alumnos que cuidaran la salud mental unos de otros.
Ahora se aplica una nueva política de «escuelas pensantes, nación aprendiz», que ve al alumno como parte de un proceso de aprendizaje, y no como una máquina de repetición de esquemas.
El lema «enseñar menos, aprender más» que se usa actualmente en las escuelas «es un estímulo para que los niños hagan las cosas a su manera, trabajen en grupo y piensen por sí mismos», afirma Dimmock.
Los alumnos «rezagados»
Pero los alumnos que no son incluidos entre los «mejores» reciben un tratamiento diferenciado.
El investigador Mattew Atencio, profesor Asociado y Codirector del Centro de Deporte y Justicia Social de la Universidad Estatal de California estuvo en Singapur en 2011 para investigar el papel de los profesores en el desempeño de alumnos que no eran considerados «brillantes».
Atencio reconoce que la educación del país es indiscutiblemente exitosa, pero cuestiona la creciente desigualdad generada por la meritocracia.
«Algunas familias no tienen altos ingresos económicos o recursos para pagar clases privadas, lo que impacta (el desarrollo de los alumnos) en futuras redes educativas, sociales y laborales», sostiene.
«Muchas veces (los padres) trabajan turnos seguidos, sin dormir (para financiar la educación de los hijos)», cuenta Atencio.
«Los sistemas educativos deben responder a las necesidades de los históricamente marginados y desfavorecidos, desde una perspectiva de justicia social», opina el investigador.
«Hay muchas contribuciones maravillosas para la sociedad que vienen de todos los sectores», señala el académico. «La educación no debería ser simplemente para reproducir los beneficios de y para la clase de élite».
El campus parece una realidad colmada de excelencias académicas, de importantes investigaciones científicas, organiza congresos sobre cómo organizar congresos, obtiene certificaciones internacionales, exige revisiones periódicas del plan operativo, sofisticados desarrollos curriculares con énfasis en las competencias, terminología sobre didáctica de asignaturas que no tocan lo esencial del asunto, pero es la moda y lo importante es adherirse a ella; tiene innecesarias entidades de vinculación universidad-sociedad como si nunca ha existido tal cuestión; muestra gran entusiasmo por ofrecer clases y carreras en línea ignorando experiencias internacionales; instala congresos pedagógicos de profundo nivel teórico en donde presentan la palabra INNOVACION como el más actual y logrado concepto educativo; nos llenan de auditorías sobre bienes nacionales; una reforma que destaca por la avanzada infraestructura, espacios climatizados con el solemne aspecto de las antesalas de bancos y catedrales renacentistas, pero con oficinas y escritorios vacíos; las novedades arquitectónicas están físicamente cerca de las aulas pero alejadas de la realidad en que conviven estudiantes y profesores, cuando entre estos y sólo entre ellos, se establece la relación fundamental dentro de la universidad. Lo demás es derivado y auxiliar de esa relación.
Las nuevas estructuras parecen de Dubái pero los auténticos espacios académicos nos ponen la realidad del tercer mundo en la cara; nos dicen que la precariedad de la enseñanza universitaria es cotidiana y que la reforma algo ha de ser. Además, el centro del conocimiento superior se encuentra totalmente en silencio frente a las circunstancias hondureñas. Claramente lo han dicho sus autoridades: el aumento al combustible, el alza a la canasta básica, el desempleo, las amenazas a la educación pública, la corrupción de los funcionarios y las protestas estudiantiles por esos temas no son asuntos que competen a la academia.
El repunte tecnológico se nota en oficios on line generados desde gabinetes en donde se ordena ahorrar papel, marcadores y tinta, con copias triplicadas que desdicen del ahorro indicado. Todo eso parece mera banalidad pero cuando los oficios se convierten en peticiones para proceder judicialmente contra estudiantes que reclaman derechos, el asunto cambia. Y la academia se vuelve parte de la seguridad del Estado. Pero hace suyas y divulga las buenas nuevas de los tiempos de la globalización y la internacionalización. Y, por supuesto, no explica los fundamentos ni consecuencias de esas primicias. Se asumen porque sí o porque ocultos pares externos lo proponen. Es muy curioso que a certificadores, pares y similares les llamen gurús en vez de científicos, aceptando tácitamente que esos “conocimientos” son parecidos a sofismas y pseudoteorías.
Siendo parte de los aparatos ideológicos del Estado, los representantes de la autoridad universitaria, proponen la globalización como proceso natural que debe ser aceptado o terminamos aplastados por ella. No dicen que existen zonas puntuales en donde anidan las grandes corporaciones, zonas que pueden ser físicas o extenderse virtualmente desde páginas web y redes sociales; allí concurren grupos financieros encargados de hacer circular capitales provenientes de la explotación del trabajo humano, del tráfico de armas, drogas y personas; también acaparan el poder político y hacen mucho mayor la diferencia entre riqueza y pobreza. Incluso, dentro de los lugares que concentran las ganancias y riquezas de la globalización las desigualdades también se presentan con dureza en forma de desempleo, exclusión social, desprecio a los migrantes y frágiles políticas públicas que intentan disminuir las diferencias. Basta comparar Detroit con Viena. Tegucigalpa y Choloma no admiten comparación con otras ciudades. Tal vez con Puerto Príncipe o Mogadiscio.
Uno de los impactos de ese movimiento del sistema puede verse en los capitales inyectados a los países atrasados que transforman personas en migrantes forzados, que pone inversión en la industria extractiva hasta fomentar atentados contra las culturas tradicionales, más desigualdad, desplazamiento de la población y represión contra quien se oponga a esa situación. En la educación y en los trabajos se exige ser competitivo y los salarios se deprimen cada día. De estas cosas no se ocupa la autoridad universitaria, tal vez crean que no son asuntos académicos. Pero, a tono con supuestas exigencias mundiales y de la mítica sociedad del conocimiento, cada año instala solemnes congresos de investigación científica con importantes ponencias locales e internacionales; en este año fueron centenares; una minúscula muestra es la siguiente:
La memoria colectiva del pueblo hondureño en la letra C del diccionario de americanismos (2010).
La publicación de artículos científicos y registro de patentes en la UNAH; procedencia, procesos e impacto.
El ranqueo de la UNAH según SCIMAGO.
Flora y fauna en el aeropuerto internacional Juan Manuel Gálvez, Roatán.
Sentido de la vida.
Innovación en la gestión curricular de la UNAH.
Primera fase: el burnout laboral como factor determinante en el desempeño universitario en Francisco Morazán HN, periodo 2018-2019.
Análisis de frecuencia de entidades nombradas en periódicos digitales de Honduras en los años 2009-2016.
Parecen ponencias curiosas e intrigantes, con ellas sabemos que hay esperanzas para generar más ciencia y pensamiento crítico desde la Aldea de Suyapa. Son bases para grandes desarrollos científicos y educativos nacionales, para el país en donde la clase política se ha desentendido de estas cuestiones.
Desde 1883 cuando el Estado hondureño toma rasgos modernos, hasta inicios de la década de 1980, los códigos, la educación, las políticas de desarrollo, las instituciones, los registros aduaneros y sanitarios, tenían un relativo sentido nacional y los gobernantes parecían trabajar para el bien común.
Después de algo más de un siglo y con el gobierno de Callejas Romero y subsiguientes se perfeccionan las políticas entreguistas de los recursos, se efectúan algunas privatizaciones y en empresas estatales, en sectores del Estado se pone a los peores administradores, a verdaderos saqueadores extraídos de la clientela política para demostrar que el Estado no tiene capacidad de gerenciar y provocan quiebras financieras, pidiendo a gritos técnicos y expertos de la empresa privada que sabrán salvar el dinero público y hacerlo eficiente gracias a las manos de gerentes calificados. Desde Callejas hacia adelante los que gobiernan imponen ajustes estructurales, se apegan a las fracasadas recetas del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, reducen políticas de beneficio social, crean alianzas que son menos públicas y más privadas a favor de inversores foráneos y locales, concesionan ríos, bosques, playas y cualquier bien común e imponen el trabajo tercerizado. El impacto es tan severo que la idea de representatividad se pulveriza, la institucionalidad queda fracturada y las personas ven al Estado como objeto extraño y agresor que no interpreta sus intereses.
En ese sistema de contradicciones la universidad pretende acreditarse, edita publicaciones de buen nivel que se esconden en bodegas, bajo las mesas, se arrinconan y por misteriosos designios burocráticos no salen a luz pública. Fantasmales entidades evaluadoras exigen investigaciones y documentos indexados y apegados a una especie de santo grial que llaman APA, como algo incomparable al que sujetarse para estar en los umbrales de la moda mundial o se corre peligro de no salir en la foto. Y eso si es delicado, necesario, para supuestos investigadores científicos, y se la creen, tan comprometidos con la academia que tiene escritos sometidos al fetiche, perdón al APA, sin lectores ni editores. Es algo similar cuando desde el Estado se pregona que Moody’s ha certificado el buen manejo de las cuentas nacionales y sólo los funcionarios aceptan religiosamente tal cuestión.
El peligro que se sigue corriendo es que con la sabia e impuesta certificación internacional y estandarización del currículo universitario, de esa falsa neutralidad, de todos sus resultados en forma de ponencias, conferencias, coloquios, grados y postgrados, todo el mar y sus conchas, la vanidosa y supuesta academia seguirá siendo una entidad acrítica, temerosa del debate, fiel a la triunfal tonada de Shakira: ciega, sorda y muda, para felicidad de los grupos en el poder.
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!