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Sobre la Enseñanza por Proyectos (6/12)

Por: Julio Mosquera

4. La fundación psicológica y filosófica del método de proyecto

Como hemos visto hasta ahora, el método de proyecto se desarrollo durante un gran número de años como un método de enseñanza sin ninguna fundación psicológica explícita. Este es un producto del nacimiento del capitalismo y se desarrolla, como muchas otras cosas, porque funcionaba. Recordemos que, como señala Boutinet (1996), el concepto de proyecto era extraño al pensamiento medieval. En el campo de la educación pasaron muchos años antes que el método de proyecto fuera dotado una fundación teórica. Es Kilpatrick, en su artículo de 1918, quien elabora por primera vez una fundación, filosófica y psicológica, para el método de proyecto basada el pragmatismo y la psicología del aprendizaje respectivamente.

John Dewey era una de las figuras que dominaba el escenario académico del Teachers College de la Universidad de Columbia. Sus ideas sobre el papel de la educación en una sociedad democrática, la importancia dada a la enseñanza de las ciencias y su método de enseñanza por problemas influyeron sobre muchos educadores dentro y fuera de los Estados Unidos. De manera más general, el pragmatismo, como orientación filosófica para la definición de la educación, sus fines y sus métodos, desarrollado por Dewey todavía sigue influyendo sobre un gran número de pedagogos. Kilpatrick no escaparía de esta influencia, aunque ésta no es revelada explícitamente por él en su artículo de 1918.

Edward L. Thorndike, también profesor en el Teachers College, trabajaba en el desarrollo de una psicología que sirviera de ayuda al aprendizaje en la escuela. Entre otras cosas se interesaba por el estudio de la creatividad y su fomento en una sociedad democrática (Thorndike, 1916). Muchos fueron sus artículos tratando diferentes aspectos de la psicología en la escuela que aparecieron en la revista Teachers College Record. Estos quiere decir que el asociacionismo de Thorndike tuvo mucha influencia sobre sus colegas, entre ellos Kilpatrick. Pero no sólo se trataba de infleuncias personales. Además, y tal vez más importante, tenemos que:

“Para Thorndike, la forma más característica de aprendizaje, tanto en los animales como en el hombre, es el proceso por ensayo y error o, como prefirió nombrarlo más tarde, por selección y conexión. El que está aprendiendo se enfrenta a una situación de problema en la que tiene que alcanzar una meta, como la de salir de una caja-problema o la de alcanzar alimento. Lo hace seleccionando la respuesta adecuada de entre cierto número de respuestas posibles.” (Hilgard y Bower, 1973, p. 29)

Desde esta perspectiva, el aprendizaje se fundamenta en la asociación entre las impresiones sensoriales y los impulsos que llevan a la acción. Esta asociación recibió el nombre de “vínculo” o “conexión”. De allí el nombre de conexionismo o asociacionismo que se le dio a la teoría del aprendizaje de Thorndike, la primera dentro del esquema estímulo-respuesta (Hilgard y Bower, 1973). Estas dos situaciones hicieron que el asociacionismo resultara ser el candidato “natural” para proveer la fundación psicológica del método de proyecto. Kilpatrick (1918) asume íntegramente las leyes del aprendizaje formuladas por Thorndike, entre las que se encuentran: la ley del apresto, la ley del efecto y la ley del ejercicio. Kilpatrick presta especial atención al principio de la disposición o actitud.

Escapa del objetivo de este trabajo entrar en los detalles sobre la fundación del método de proyecto elaborada por Kilpatrick. Este tema será tratado en otro trabajo. Nos interesa resaltar el hecho que pasaron muchos años de uso de proyectos en la enseñanza antes que se le dotara de una fundación psicológica y filosófica.

5. Controversia sobre el origen del método de proyecto

Boutinet (1993/1996) y Knoll (1997) presentan evidencias en apoyo a su afirmación del origen del método de proyecto en el contexto de la profesionalización de la arquitectura en Roma y París durante el Siglo XVI. Knoll (1997) sostiene que dicho método de enseñanza fue trasladado a los Estados Unidos donde sufrió modificaciones y fue dotado de una fundación psicológica. Nosotros apuntamos que el proyecto como artificio de enseñanza fue introducido primero en la Nueva España antes que en los Estados Unidos. Por su parte, Lawry (1985) señala que no hubo continuidad entre el uso de proyectos como técnica de enseñanza en las universidades tecnológicas y su introducción en la educación primaria y secundaria en los Estados Unidos. Es precisamente en ese país donde se plantea una seria controversia sobre quién fue el verdadero creador del método de proyecto.

Como señalamos anteriormente, Knoll (1997) sostiene que el método de proyecto fue introducido en el Colegio de Profesores de la Universidad de Columbia por Charles Richards, quien lo aprendiera de Woodward, a comienzos del Siglo XX. Este método fue puesto en práctica en la Escuela Horace Mann del mencionado Colegio. Por otro lado, Moore (1988a 1988b) afirma que fue Rufus W. Stimson el creador del método de proyecto con sus ideas originales para una nueva enseñanza de la agricultura. Otro elemento que se suma a esta controversia, son los argumentos de von Hofe (1966) quien señala que fue John F. Woodhull, profesor de Ciencias Físicas en el Colegio de Profesores de la Universidad de Columbia, el verdadero creador del método de proyecto. Moore (1988a, 1988b) y von Hofe (1966) llegan separadamente a la conclusión que Kilpatrick conocía tanto el trabajo de Stimson como el de Woodhull antes de publicar su artículo de 1918 titulado El Método de Proyecto. Moore llega al punto de calificar a Kilpatrick de plagiador.

Por otro lado, Holt (1994) sostiene que fue David Snedden, experto en eficiencia en la industria, quien concibió el método de proyecto como una extrapolación de un método usado en las escuelas de agricultura a la enseñanza de las ciencias. Como evidencia en apoyo a esta afirmación, Holt (1994) señala que Snedden fundó en 1916 una revista, mencionada anteriormente, dedicada a la promoción de ese método y donde Dewey y Kilpatrick publicaron artículos.

En descargo de Kilpatrick podemos decir que él nunca se auto denominó creador del método de proyecto. Es más, él resalta que “Yo no inventé el término ni inicié su carrera en educación. En efecto, yo no se por cuánto tiempo éste ha estado en uso” (Kilpatrick, 1918, p. 1, Traducción del autor). Más bien son otros autores quienes erróneamente han señalado a Kilpatrick como el creador del método de proyecto.

Otras controversias han surgido alrededor del método de proyecto y sus promotores. Haremos referencias a dos de ellas. Primero, uno de los primeros trabajos de investigación sobre la efectividad del método de proyecto hecho por Collins bajo la dirección de Kilpatrick resultó ser un fraude (Knoll, , 1997). En ese trabajo Collins reportaba que los estudiantes de una determinada escuela hicieron un trabajo de proyecto sobre la fiebre tifoidea. Incluso llegó a reportar que algunos alumnos enfermos resultaron curados después de participar en el proyecto. Luego se descubrió que tal proyecto nunca se realizó en realidad.

La segunda controversia surge en el campo de la educación progresiva. El propio Dewey, junto a otros educadores progresistas, criticaron la propuesta de método de proyecto de Kilpatrick. Dewey pensaba que los proyectos podrían no cumplir lo que prometían en educación si no lograban conectar el interés de los estudiantes con el dominio riguroso del núcleo de la disciplinas (Levine, 2001). Es decir, su uso inadecuado podría llevar a una trivialización de la educación. Otro influyente académico, Boy Bode de la Universidad Estatal de Ohio, criticó duramente a Kilpatrick y ponía en duda que todo el currículo pudiera organizarse efectivamente alrededor de proyectos (Levine, 2001). Estas críticas resultaron devastadoras y llevaron a que se fuera perdiendo el interés en los Estados Unidos por este método.

A manera de resumen podemos decir que el método de proyectos estuvo, desde sus orígenes, ligado a la enseñanza de la tecnología y de las ciencias. Aparece por primera vez en la formación de arquitectos y evoluciona paralelamente con ésta en Europa. Luego es adoptado como método de enseñanza en la formación de ingenieros. De Europa este método es trasladado primero a algunas de las colonias de España en América y luego a los Estados Unidos, donde es adoptado en las instituciones universitarias técnicas. Del nivel de la educación técnica universitaria pasa al entrenamiento de técnicos a nivel de la educación secundaria en ese país. En este proceso el Sistema Ruso de entrenamiento técnico tuvo un enorme impacto. En los años 1920, en el contexto de la enseñanza de la agricultura y de las ciencias en secundaria en los Estados Unidos, el método de proyecto recibe un nuevo impulso. Es precisamente en esos años cuando se le dota por primera vez de una fundación psicológica (Kilpatrick, 1918). Esta fundación la provee el asociacionismo de Thorndike. El método de proyecto decae en estados Unidos y a finales del Siglo XX renace el interés por éste en Europa, principalmente en los países nórdicos (Knoll, 1997). Desde este continente se ha comenzado a diseminar nuevamente el método de proyecto por otras partes del mundo, incluyendo a Venezuela.

Tomado de: http://www.aporrea.org/educacion/a236676.html

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Educar: ¿cuestión de meter o de sacar?

Por: Rosa Maria Torres

 «La verdadera educación consiste en sacar a la luz lo mejor de la persona«. Gandhi

Etimológicamente, EDUCACIÓN deriva de dos voces latinas: educare (criar, nutrir, guiar, conducir, formar, instruir, de afuera hacia adentro) y educere (sacar, extraer, de adentro hacia afuera).

Educar como educare

Educare entiende la educación como una intervención de afuera hacia adentro. Esta es la visión dominante de educación que conocemos. Dentro y fuera de sistema escolar. Desde lo gubernamental y lo no-gubernamental: en la familia, en el trabajo, en las instituciones, en la política. Es la «educación bancaria» de la que hablaba Paulo Freire y a cuyo cuestionamiento y desciframiento dedicó buena parte de su obra y de su vida.

En versión extrema es «la letra con sangre entra». También están el «inculcar valores» o el «llevar la luz del conocimiento». En la cultura escolar de todos los días es el «dar clase», «dictar clase» o «impartir clase» que, en el podio académico, se viste de «conferencia magistral». Entrar, dar, dictar, impartir, llevar, inculcar, son algunos verbos reconocibles.

Esta concepción de educar como afuera ➾ adentro está generalmente detrás de la infraestructura, las aulas, los auditorios, los eventos educativos, el currículo, la formacion y la capacitación docentes, la evaluación educativa, la definición del ‘buen docente’ y del ‘buen alumno’, las pruebas, los puntajes, los ránkings.

Educar como educare es, en última instancia, una cuestión de meter: respuestas ‘correctas’, ideas, datos, fechas, libros, autores, teorías, valores. Los educadores son formados como depositadores, metedores, empujadores, transvasadores.Y ellos mismos, claro, capacitados de ese modo. Educar se entiende básicamente como depositar lo que otros depositan en nosotros vía normas, currículo, formación/capacitación, textos, manuales, etc.

Las pruebas miden «cuánto saben» educadores y educandos, qué tan eficaz ha sido la acción de meter, de unos, y de guardar, de otros. Las evaluaciones docentes miden qué tanto los educadores han sido capaces de almacenar informaciones y conocimientos que alguien considera esenciales para educar. Las evaluaciones estudiantiles miden qué tanto los educandos han sido capaces de almacenar lo transmitido por los educadores, y de recordarlo cuando y como se les requiere. Educadores y educandos reciben buenos puntajes y buena valoración social dentro de esos parámetros.

La educación como educare, en definitiva, es un acto y un proceso unilateral de transvasamiento. Y hasta de alquimia. Se mete información y se pretende sacar conocimiento: imposible. Se mete información para sacar calificaciones y puntajes dados por conocimiento. Desconociendo que el conocimiento implica proceso, tiempo para procesarlo, descubrimiento y elaboración propios, interés y esfuerzo de quien aprende. Sus rutas son únicas e impredecibles en cada campo del saber, en cada proceso educativo, en cada persona. Igual que su uso y destino.

El objetivo de la educación no es la prueba ni la calificación sino el aprender a aprender, el aprender a ser, el aprender a hacer y el aprender a convivir con otros; el amor por la lectura y la escritura; el desarrollo de la conciencia y del pensamiento crítico; la empatía, la preocupación por el bienestar de los demás y por la preservación del medio ambiente; el impulso hacia la acción transformadora.

Educar como educere

Educere, a diferencia de educare, entiende educar como un proceso de adentro hacia afuera. La clave y el sentido de la educación no están en el meter, sino en el sacar. Intervenir para sacar lo que es, sabe y es capaz de hacer el educando, a fin de ayudarle a desarrollarlo. Intervenir no solo para asegurar aprendizajes prescritos, sino sobre todo para crear nuevas necesidades de aprendizaje y para estimular el gusto por aprender – solo y con otros – y por descubrir.

Las pedagogías críticas, progresistas, alternativas, se han alineado históricamente con el educere. Más allá de las diferencias entre ellas, éste es un punto en común y una marca de su espíritu alternativo, de ruptura con la educación tradicional, con las pedagogías reproductoras.

Una educación entendida como educere:
– reconoce que los educandos – de toda edad: niños, jóvenes, adultos – no son tabula rasa sino seres inteligentes, pensantes, portadores de experiencias y conocimientos significativos;
– sabe que, para poder educar, es preciso partir siempre del conocimiento, las experiencias y los intereses de los educandos;
– se esmera en «sacar» de los educandos lo que saben, lo que les gusta, lo que les apasiona, lo que les inquieta;
– entiende que no existe una sino múltiples inteligencias, todas ellas importantes y válidas (inteligencia espacial, social, matemática, artística, musical, deportiva, etc.), y que cada persona tiene más desarrolladas algunas y menos desarrolladas otras;
– conoce la importancia de la motivación, del descubrimiento, del propio esfuerzo, en el proceso de aprender;
– adopta una postura positiva respecto del aprendizaje: todos podemos aprender, todos somos constructores activos de conocimiento;
– observa y escucha, y cultiva esas capacidades en los educandos;
– concibe al docente no como reproductor de un currículo prescrito sino como facilitador, forjador, habilitador de situaciones y procesos de aprendizaje;
– entiende la formación y la capacitación docentes también como educere (partir de lo que son, saben y saben hacer los docentes), y les prepara no para meter sino para aprender a sacar y desplegar lo mejor de sus alumnos.

Una educación entendida como educere se planta frente a la evaluación y se pregunta qué tan eficaz fue la intervención educativa en:
– identificar saberes y talentos de los educandos;
– contribuir a fortalecerlos y ampliarlos;
– desarrollar el gusto por aprender, el gusto por la lectura y la escritura, la capacidad para el autoaprendizaje, tanto de educandos como de educadores;
– aumentar la autoestima, la autoconfianza, la autovaloración de educandos y educadores;
– favorecer el aprendizaje profundo (aprender a transferir los conocimientos a diferentes áreas y problemas);
– ayudarles a imaginar y construir futuros posibles, a partir de sus saberes, talentos y sueños.

Meter (afuera hacia adentro) sin sacar (adentro hacia afuera) es antipedagógico e ineficaz. Sacar sin meter no es posible. Educar es, por definición, una intervención, una transacción – necesariamente democrática y respetuosa – entre enseñar y aprender. En la dialéctica del sacar/meter se juega uno de los desafíos más grandes y creativos del arte de educar. «Enseñar menos y aprender más».

La buena educación sabe qué, cuándo y cómo sacar y qué, cuándo y cómo meter. El buen educador sabe que el objetivo es sacar, sacar lo mejor de los educandos y de sí mismo. Y que eso implica meter: compromiso, empatía, esfuerzo, perseverancia, paciencia, entusiasmo, aprendizaje permanente, investigación, lectura, capacidad de observar y de escuchar, altas expectativas respecto de sí mismo y de sus educandos, certeza de que no existen verdades inobjetables o eternas, seguridad de que todos tenemos saberes y talentos a descubrir, confianza en que todos tenemos algo para enseñar y que todos podemos aprender.

Fuente: http://otra-educacion.blogspot.com/2014/07/educar-cuestion-de-meter-o-de-sacar.html

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Educando para formar hijos independientes y autónomos

Por: Bertrand Regader

Varias claves para acompañar a los niños en la búsqueda de su propio camino.

Hacer que niños, niñas y adolescentes lleguen a ser personas independientes y autónomas es uno de los principales objetivos que los padres y madres se han fijado en algún momento de su vida.

Y lo cierto es que aunque este proceso de educar a jóvenes para que sean más libres suena muy bien, no es un camino de rosas, y muchas veces presenta grandes dificultades: adolescentes rebeldes que prefieren no esforzarse, padres y madres que sabotean de manera inconsciente las tentativas de sus hijos de hacer las cosas de manera autónoma, falta de pautas a seguir, etc.

A continuación mostraré claves para entender cómo debe ser el proceso de aprendizaje y de educación para formar a niños y jóvenes más independientes.

Claves para educar en autonomía centradas en los padres

Parte de los cambios a realizar para impulsar la independencia de los pequeños deben realizarse en la manera de pensar y en el comportamiento de los adultos que los cuidan. Estas son las pautas que hay que tener en cuenta.

1. Creer en su capacidad

El primer paso a la hora de facilitar el proceso de aprendizaje autónomo de los niños y adolescentes es creer que son capaces de llevarlo a cabo. Algo que escrito parece muy simple pero que, en realidad, no lo es tanto; supone ver con otros ojos tanto el comportamiento de los hijos como el rol de uno mismo como padre, madre o tutor legal.

Una persona joven no empezará a actuar de manera autónoma si el mensaje implícito que le comunica quien le anima a ello es que esa es una tarea que otro debe hacer por él, dándole órdenes o decidiendo lo que debe ser hecho.

2. Perderle el miedo a la situación

Muchos padres y madres frenan el aprendizaje autónomo de sus hijos de manera inconsciente porque tienen miedo de lo que pueda ocurrir. Como la existencia de una hija o un hijo independiente supone que uno mismo pierde el control sobre lo que esta persona hace, ideas pesimistas acerca de lo que puede ocurrir pueden asaltar nuestra imaginación con frecuencia. Por ejemplo, se piensa en las amistades peligrosas que puede realizar, el consumo de drogas al que se puede exponer, los accidentes que puede sufrir por no andar con cuidado, etc.

Estas ideas tienen un impacto emocional tan fuerte que, cuando los padres ven que sus hijos o hijas empiezan a ganar independencia, su atención se centra en estos pensamientos catastrofistas, como si su existencia fuese en sí un peligro real. De ahí se pasa a la rumiación, es decir, el pensamiento en bucle acerca de aquello que produce estrés: en este caso, los peligros (relativos) de tener hijos o hijas más independientes que antes. Los adultos se sienten mal porque imaginan esas situaciones, e imagina esas situaciones porque se sienten mal.

Para solucionar esto, es necesario pasar por dos fases:

Reestructuración de ideas

Hay que tener claro que los peligros ante los que se enfrentan las personas autónomas por el hecho de no contar con la vigilancia constante de una figura protectora son muy relativos, y que las posibilidades reales de que se cumplan esos presagios son muy bajas. Por el otro lado, hay que recordar que el peligro mucho más probable es criar a una hija o un hijo que permanezca desvalido incluso cuando ya hace tiempo que ha entrado a la adultez, si no se cambia de actitud.

Romper con la rumiación

Gestionar el estrés inicial que en algunos casos puede suponer eder más autonomía a los niños y adolescentes se vuelve necesario en algunos casos. Para ello, puedes leer este artículo sobre lo que es la rumiación y cómo puede neutralizarse.

3. Admitir la necesidad de esforzarse más

Educar a hijos e hijas independientes es una tarea más dentro de la serie de actividades que supone la educación de las nuevas generaciones y, por lo tanto, requiere un esfuerzo extra. Aunque pueda parecer que controlar constantemente a los pequeños y a los adolescentes sea una molestia mayor, en realidad no lo es: ayudar a que los hijos se empoderen supone enseñarles las herramientas para hacerlo, y eso es algo que cuesta, especialmente al principio.

Por otro lado, la impaciencia y las ganas de no dedicarle mucho tiempo a una actividad que se está aprendiendo hace que muchos padres impidan la posibilidad de que se aprendan tareas fundamentales como vestirse o bañarse, en los niños más pequeños, o salir a comprar y mantener unos ahorros, en los adolescentes. Por eso hay que tener en mente que las primeras veces siempre son lentas y cuestan, y que «acelerar» esos momentos interviniendo uno mismo sobre lo que debería estar haciendo el joven es una manera de sabotear el aprendizaje, por muy conveniente que pueda resultar de cara a la propia comodidad.

 Por eso, los padres y los cuidadores deben tener en cuenta que muchas veces la falta de iniciativa y de autonomía de sus hijos nace del hecho de que ellos mismos prefieren seguir ejerciendo el control, porque eso es más cómodo y sencillo, y que esa actitud hace que los intentos de comportarse de manera independiente sean rechazados y castigados.

4. Saber detectar las peticiones de independencia

En su posición de personas que realmente saben lo que está pasando mejor que los niñas y niños a los que educan, los padres y tutores muchas veces minusvaloran el criterio propio y las peticiones de los pequeños, creyendo que saben interpretar mejor que ellos lo que realmente quieren. Este razonamiento es falaz y, además, es una manera de crear una serie de ideas sobre la propia relación con los hijos que nunca se verá retada ni será forzada a adaptarse al ritmo de su crecimiento.

Cuando un niño dice «yo solo» al realizar una tarea que está aprendiendo, es necesario que el cuidador o cuidadora dedique al menos unos segundos a pensar si oponerse a esta petición es realmente razonable o no lo es. Del mismo modo, hay que tener en mente que las peticiones de autonomía por parte de los más pequeños son muy diversas y, en algunos casos, sutiles, y que es necesario desarrollar una cierta sensibilidad para saber detectarlas.

Estrategias para educar en independencia centradas en los jóvenes

Ahora que hemos visto qué actitud deberían adoptar las personas adultas a la hora de educar a jóvenes y niños para que sean independientes, veamos cómo se puede promover el cambio en estos últimos.

1. Pasar más tiempo juntos

Algo tan sencillo como pasar más tiempo junto a los jóvenes es un ingrediente que promueve el aprendizaje de manera exponencial. Por supuesto, deben ser ratos en el que el tiempo compartido sea de calidad: estar en la misma habitación viendo dos pantallas diferentes con cuenta, porque no hay diálogo.

Las conversaciones y los juegos que aparecen de manera espontánea en esos contextos son una fuente de conocimiento que hacen que los más jóvenes vean el mundo con otros ojos, se planteen nuevas incógnitas y se interesen por más temas. Esto último es lo fundamental, ya que la curiosidad es el motor del aprendizaje.

2. Indagar en sus gustos e intereses

La manera más eficaz para hacer que los niños y jóvenes tengan interés por aprender nuevas actividades que les brinden más autonomía es relacionarlas con los temas que les interesan, ya sea creando narraciones en las que se encuadren los temas de interés y aquellos que deban ser aprendidos, como ejercicios en los que se encuentren ambos elementos.

3. Experimentar con sistemas de recompensas

En algunos casos, sistemas de incentivos similares a la economía de fichas pueden ser útiles para impulsar el aprendizaje y la independencia: cada vez que se hace un progreso lo suficientemente significativo, se da una recompensa que no debe ser demorada.

Lo ideal es que las recompensas sean escasas y más simbólicas que materiales, ya que de esta manera simbolizan la obtención de una serie de competencias y capacidades que son consecuencia del aprendizaje en sí mismo, en vez de ser una cosa totalmente ajena a esto y, por eso, están más relacionadas con la motivación intrínseca.

Esta estrategia, sumada a la anterior, puede hacer que los incentivos sean más atractivos. Por ejemplo, si el niño o niña tiene mucho interés en las ficciones basadas en un mundo mágico, las recompensas pueden ser medallas relacionadas con esos universos ficticios.

Fuente: https://psicologiaymente.net/desarrollo/educando-formar-hijos-independientes-autonomos

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Lourdes Guàrdia: “Las TIC tienen que provocar un efecto amplificador”

14 de diciembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Lourdes Guàrdia

Ya hace unos cuantos años que las TIC han llegado a las aulas, ¿cómo valora la integración inicial de estas herramientas en las escuelas?
Más que de integración, yo hablaría de “adopción”. Podemos tenerlas integradas, pero no manejarlas de forma adecuada. No está siendo un proceso fácil, pero en los últimos años ya se han hecho progresos importantes y algunas escuelas empiezan a destacar por este tema convirtiéndose en prescriptoras para las demás, y no sólo porque estén más tecnificadas que otras, sino porque han sabido aprovechar el potencial de las TIC provocando cambios metodológicos sustanciales.

¿Cuál debería ser el objetivo principal al integrar las TIC en la educación?
Las TIC tienen que provocar un efecto amplificador, ayudándonos a romper el concepto de aula tradicional, ampliando los mecanismos de comunicación y de colaboración, generando nuevas oportunidades de aprendizaje que nos permitan conocer diferentes enfoques del conocimiento y diferentes fuentes de información. Solo así podremos fomentar el pensamiento crítico y la reflexión.

¿Cómo cree que pueden ayudar las TIC en un nuevo modelo de aprendizaje?
La diversidad de medios y canales que nos brindan las TIC pueden multiplicar enormemente la eficacia de las metodologías de enseñanza y aprendizaje, pero hay que saber cómo. No podemos integrar la tecnología por el mero hecho de modernizar la escuela, porque está de moda o porque vamos a ser competitivos respecto las demás, sino porque estamos convencidos que con ellas vamos a cambiar el modelo educativo y con ello cubriremos mejor las necesidades sociales y demandas laborales.

¿Cómo han contribuido las TIC en la mejora del aprendizaje a lo largo de estos años?
Seguramente podríamos hablar de bastantes contribuciones, pero quizás algunas están teniendo más impacto que otras, y algunas todavía están por llegar. Ahora bien, la mayor contribución en mi opinión, que más bien es indirecta (o mejor dicho, no intencionada), es que ha puesto encima de la mesa la necesidad de renovar la educación.

¿Por qué cree que sucede esto?
El sistema educativo actual está resultando obsoleto, no se ajusta a las demandas sociales. La escuela debe ser un reflejo de lo que ocurre fuera de las aulas, y las TIC están siendo una revolución en todos los ámbitos, incluso en los territorios y sectores más desfavorecidos.

¿A qué achaca los cambios tan rápidos de los últimos años?
Nuestros alumnos pueden acceder a mucha información y en diferentes formatos, el conocimiento no se circunscribe sólo al entorno escolar ni se aloja, únicamente, en los docentes. Quizás tampoco lo estaba antes de la llegada de las tecnologías, porque también aprendíamos fuera y dentro de la escuela, pero las TIC están rompiendo fronteras, están ampliando posibilidades y de manera muy inmediata. Todo resulta mucho más instantáneo, más acelerado. Podemos saciar necesidades de forma mucho más rápida. Pero si bien todo tiene sus pros, también tiene sus contras, y no todo puede considerarse una contribución. Como apunta el filósofo Zygmunt Bauman, es una etapa en la cual todo lo que era sólido se ha licuado, en la cual “nuestros acuerdos son temporales, pasajeros, válidos solo hasta nuevo aviso”. Quizás es una advertencia a saber controlar los avances y no considerar los cambios revoluciones per se, porque hasta dentro de unos años no podremos valorar si las contribuciones de las TIC han supuesto verdaderas mejoras.

¿Las TIC han suplido una necesidad educativa o han creado nuevas?
Cualquier cambio puede suponer una mejora o suplir una necesidad, pero está claro que se crean otras. Pero esto no ocurre sólo en la educación, también sucede en otros ámbitos. No tienen nada que ver los televisores de ahora con los de hace 50 años. Y es que cuando vemos que algo funciona y nos resuelve un problema, pedimos más.

¿Qué cree que vendrá ahora?
Si solicitamos a docentes y alumnos que utilicen dispositivos móviles, tendremos que crear las infraestructuras que soportan las conexiones para poder trabajar en las mejores condiciones y no perjudicar los procesos de aprendizaje. Tendremos, además, que formar a los usuarios, pero no sólo en el uso instrumental, sino también en el uso metodológico, en cómo darle un valor añadido al uso de la herramienta. Y a su vez pediremos más y más prestaciones a las herramientas porque queremos diseñar nuevas interacciones educativas para potenciar nuevas habilidades, y así sucesivamente.

¿Cree que el sistema educativo actual puede aprovechar todo el potencial de las TIC?
Rotundamente sí. Si algunas ventajas nos brindan las TIC son precisamente la flexibilidad espacio-temporal, la adaptación a los distintos ritmos, la posibilidad de seguir itinerarios distintos en función de las necesidades y los niveles de partida. La personalización es un aspecto clave para el éxito educativo y las TIC aquí son fundamentales. Cuanto más capaces seamos de atender las necesidades específicas mediante planes de formación más personalizados, más crecerá la motivación y mejores resultados obtendremos.

¿En qué aspecto pondría más énfasis para sacar jugo a las TIC?
La evaluación es otro pilar del sistema educativo y las tecnologías están ayudando muchísimo a repensar nuevas fórmulas evaluativas, proponiendo un seguimiento más permanente y monitorizado, potenciando la evaluación continua y el uso de portafolios electrónicos como estrategia de recogida de evidencias de aprendizaje y reflexión de los procesos seguidos.

En general, ¿las TIC se utilizan bien dentro de aula?
Depende, no me atrevo a generalizar. Como he dicho antes, a pesar que muchas escuelas están avanzando y consiguiendo cambios importantes gracias a un buen uso de estas, queda todavía mucho por hacer. Yo veo todavía un uso irregular, y en algunos casos casi inexistente.

¿Dónde cree que se observan mejores resultados?
Se ven progresos, y las escuelas que pueden invertir recursos en ello y disponen de una buena planificación estratégica compartida por el claustro, quizás sean las que están un paso por delante. Son referentes porque implementan metodologías como el aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje basado en problemas, el uso de portafolios, actividades ludificadas, actividades grupales y en red, y el planteamiento de retos con webquest, entre otras muchas, todas ellas mediadas por las TIC y con el uso cada vez más de dispositivos móviles. Con este tipo de actividades la motivación e implicación de los alumnos es muy distinta. Sienten que buscar información, aprender a procesarla, tener que construir algo nuevo con ella y utilizar múltiples mecanismos de comunicación y de elaboración de productos con diferentes herramientas y formatos es mucho más enriquecedor que una actividad de escuchar o leer y luego intentar reproducir lo que uno recuerda para ser evaluado.

¿Cuales son los errores más comunes que se cometen?
Querer reproducir exactamente lo que ya hacemos presencialmente en una clase tradicional. La tecnología tiene que servir para complementar, para ampliar, para usar otros medios que nos den alcance a cosas que no podríamos tener de otra manera, o que tardaríamos mucho más en obtenerlas. La tecnología nos puede permitir simular la realidad, estimular otros sentidos usando variedad de medios (audios, vídeos, imágenes, simulaciones, animaciones, etc.). En educación, nos hemos basado y todavía nos estamos basando en un mundo demasiado textual. Quizás antes era más complejo y caro el uso de otros códigos, pero hoy en día las TIC nos están facilitando ese paso a un mundo más multimedia, multiformato, multicanal. En definitiva, con un efecto multiplicador apasionante.

¿Qué tres pautas daría a los profesores para escoger aplicaciones útiles en clase?
Que seleccionen aquellas que les ayuden a motivar y hacer disfrutar del aprendizaje, que les permitan también hacer un seguimiento del progreso de sus estudiantes y a personalizar su formación, que fomenten la colaboración y construcción de nuevos conocimientos, y que les faciliten la contextualización o escenificación de las actividades educativas para dar un mayor significado al aprendizaje.

Algunos profesores son reacios aún a la utilización de las TIC, ¿Por qué cree que esto sucede?
Es natural, cualquier cambio provoca entusiasmo en algunos y reticencias en otros. A veces se debe al propio desconocimiento y al temor a no saber cómo utilizarlas, y en otras ocasiones es una simple resistencia al cambio, quizás escepticismo, o incluso comodidad, nos cuesta salir de nuestra zona de confort: “si siempre lo he hecho así y me funciona, ¿por qué tengo que cambiarlo?”. No nos engañemos, un buen dominio de la tecnología requiere tiempo, formación y práctica, y no siempre estamos dispuestos ni abiertos a invertir nuestro preciado tiempo en ello.

¿Y cómo se puede solucionar esto?
Para empezar, involucremos a los alumnos a responsabilizarse de la formación y acompañamiento tanto de sus docentes como de sus colegas. Conozco iniciativas muy interesantes de escuelas que crean un grupo de alumnos expertos en el uso de las TIC: reciben formación específica, se ocupan de elaborar tutoriales para todos cuando una nueva aplicación se pone en marcha, buscan nuevas aplicaciones que los maestros solicitan para resolver problemas concretos, actúan como tutores apoyando tanto docentes como compañeros, y se responsabilizan de difundir entre toda la comunidad educativa, incluyendo a las familias, las metodologías y las estrategias de aprendizaje que usan en la escuela, así como los resultados obtenidos con el uso de las tecnologías. Los resultados obtenidos son excelentes.

¿Cómo cree que deberían formarse los profesores para estar actualizados respecto a las TIC?
Es necesario que se formen en el ámbito de la educación y las TIC, que participen en investigaciones lideradas desde las universidades y las administraciones para mostrar los beneficios e impacto de éstas en el aprendizaje, y que construyan mecanismos de colaboración y trabajo en equipo internos, pero también entre distintos centros.
Algunas iniciativas y asociaciones que se iniciaron hace pocos años en este sentido están cada vez tomando más protagonismo, en las que son los propios profesores que han experimentado primero con las tecnologías y han obtenido buenos resultados los que forman a otros docentes y compañeros de profesión.
A estas iniciativas hay que añadir la formación informal que se establece mediante las redes sociales, un fenómeno emergente, el de las ecologías de aprendizaje. Cada vez más los docentes están buscando establecer conexiones en red, con el objetivo de compartir buenas prácticas, de establecer contactos con otros colegas con similares problemáticas y organizar debates sobre temas de común interés. Todo ello enriquece su desarrollo profesional docente y es el detonante de que configuren poco a poco su propia ecología, incluso a veces sin ser conscientes.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/lourdes-guardia-las-tic-tienen-que-provocar-un-efecto-amplificador/

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Cuba presenta en foro global red social educativa que enlaza estudiantes y docentes

Cuba/12 de Diciembre de 2016/spanish.peopledaily.com

El ministerio de Educación de Cuba desarrolló una red social para que estudiantes y profesores de distintas escuelas de la isla caribeña aprovechen internet para compartirse contenidos y aprendizajes, dijo hoy en México un funcionario cubano.

La red social educativa «Ula Ula» se creó el año pasado y actualmente conecta alumnos y docentes de 1.600 planteles para que puedan intercambiar información, imágenes, videos y conversar sobre su aprendizaje, señaló el director de la Informática Educativa del ministerio de Educación, Fernando Ortega.

El funcionario presentó el proyecto que forma parte de los esfuerzos del gobierno cubano para integrar las tecnologías de la información en el sistema educativo dentro del 11º Foro para la Gobernanza de Internet 2016 (IGF), que reunió por tres días a más de 3.000 representantes de 80 países en la ciudad de Zapopan, estado de Jalisco (este).

Ortega expuso que «Ula Ula» ha permitido que estudiantes de educación básica de diferentes provincias se conozcan, platiquen sobre su vida y puedan interactuar con profesores de otras escuelas para plantearles dudas o comentarios.

Los alumnos tienen libertad de publicar cualquier comentario o tema relacionado dentro del contexto educativo porque el objeto de la red es que socialicen al tiempo que aprenden en una dinámica de colaboración, señaló el funcionario en la mesa «Cuba».

Ortega aseguró que actualmente 22.000 estudiantes y 40.000 docentes cubanos tienen acceso pleno a internet en los laboratorios escolares, a pesar de que apenas hace unos dos años la isla pudo comenzar a introducir fibra óptica para ampliar el uso de la red.

«Es una muestra de la política de nuestro país. No hay limitaciones, lo que pasa es que las condiciones tecnológicas a veces nos impiden poder llegar a más, en eso estamos trabajando», apuntó.

Expuso que, como consecuencia del bloqueo impuesto por Estados Unidos desde 1960, Cuba accedía a internet hasta hace un par de años mediante satélite y con limitaciones que obligaban a enfocar la red hacia los servicios médicos, universitarios y empresariales.

No obstante, el ministerio de Educación se las ha ingeniado para incorporar las tecnologías de la información en las aulas a través de programas para formar docentes, estudiantes y padres de familia, indicó Ortega.

Ejemplificó que la isla no importa contenidos educativos pero sus maestros y programadores han desarrollado 86 softwares para la enseñanza, además de emprender proyectos digitales como el portal «Cuba Educa» y «Juntando Aulas», que enlaza a escuelas de su país con planteles de Colombia, Costa Rica y Nicaragua.

La red «Ula Ula», que ha tenido aceptación y demanda entre los estudiantes, se desarrolló a partir de la propuesta de pedagogos de la provincia de Cienfuegos para crear una red social educativa, abundó.

Destacó que el desafío que las autoridades enfrentan es lograr que la totalidad del sistema educativo cuente con tecnologías de la información, lo que implica una cobertura para casi 2 millones de alumnos y 125.000 maestros.

«Es voluntad del partido, del gobierno, lograr la informatización del sistema de educación y para eso se trabaja. En la medida en que las posibilidades económicas nos lo permitan iremos conectando centros y centros», afirmó Ortega.

La edición del IGF, un espacio convocado por Naciones Unidas para que los gobiernos, expertos, empresarios y activistas deliberan sobre las políticas de internet, concluyó la tarde de hoy sus trabajos después de 200 sesiones realizadas por tres días.

Fuente: http://spanish.peopledaily.com.cn/n3/2016/1210/c31617-9153364.html

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5 maneras de asegurar que su aprendizaje sea relevante y útil

09 de diciembre de 2016 / Fuente: https://revistaeducacionvirtual.com

Por: Claudia García

Asegúrese de que su empresa está cumpliendo con el aprendizaje de las necesidades el alumno y de negocios, dando a su producción un buen comienzo. En este artículo hay cinco consejos para ayudarle a llegar a la raíz del problema del que se trata de fijar y asegurar que sus proyectos de aprendizaje, mantengan su relevancia.

Consejo 1: Dar un paso atrás.

Si un líder de negocios dice que sus gerentes necesitan formación, usted entiende por qué. No tenga miedo de cavar en la raíz del problema y ayudar a los líderes empresariales a articular las soluciones a un problema: ¿Qué pruebas hay en la falta de competencias o problemas de rendimiento? ¿Qué otros factores podrían estar a la mano?

Consejo 2: Pregunte si el aprendizaje es  la respuesta.

Hacer las preguntas correctas le ayudará a descubrir lo que necesita para cerrar la brecha. Sea honesto: ¿Está aprendiendo? Tenga en cuenta que si se trata de una brecha de comunicación, concientización o habilidades hay que saber si es un problema sobre el proceso, un problema de soporte, de rendimiento o algo más profundo (es decir, de comportamiento o cultural).

Hay que hacer recomendaciones si el problema no se solucionará mediante el aprendizaje por sí solo. Hay elementos que necesitan unidades de sensibilización, educación, desarrollo o soporte de rendimiento; tenga claro cuáles son sus indicadores claves de rendimiento para que demuestren su éxito.

Consejo 3: Acercarse al contexto – hablar con la gente.

Hable con las personas que viven y respiran las funciones y tareas. Averigüe cuáles son sus puntos débiles y qué cree que les ayudaría. Separe las correcciones instantáneas (de apoyo) el rendimiento de largo plazo o las preventivas, que se pueden resumir en más capacitación y entrenamiento relacionado.

Esto debería ayudar a determinar qué tipo de contenido de la mejora del rendimiento se necesita o si es necesario invertir en la habilidad de aprendizaje o de comportamiento, el contenido justo o un poco de ambos.

Consejo 4: Encontrar líderes de rendimiento.

Descubra modelos reales que ejemplifiquen las mejores prácticas y averigüe lo que hacen. Observe su rendimiento, averigüe lo que utilizan para ayudarles a aprender y realizar un marco de actuación, basado en lo que se encuentre. Capture sus consejos.

Consejo 5: Saber lo que está funcionando bien.

Antes de saltar a una solución, asegúrese de que tiene un buen sentido de lo que el aprendizaje y el apoyo, brindan al desempeño de funciones específicas. Esto incluye soporte para gestionar, entrenar, colaborar y para elementos más formales como el aprendizaje social y móvil.

Fuente noticia: https://revistaeducacionvirtual.com/archives/2511

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La educación a distancia, elegida incluso por los que están cerca

07 de diciembre de 2016 / Fuente: http://www.entornointeligente.com/

El E-learning es una opción cada vez más elegida a la hora de capacitarse, y los motivos que llevan a los alumnos a optar por un aula virtual exceden el de la distancia, que de todos modos no es menor: es sabido que estudiando online no se pierde tiempo ni se gasta dinero trasladándose y teniendo que comer o tomar algo fuera de casa, pero hoy hay otras ventajas de la educación a distancia que atraen incluso a quienes tienen fácil acceso a los centros de estudio.

Una encuesta realizada por CENEDI -el Centro Nacional de Educación a Distancia que ofrece más de 70 cursos con garantía de aprendizaje, por ser la única institución de Educación y Capacitación a Distancia de América cuyo sistema de gestión de servicios de aprendizaje está certificado por norma UNIT/ISO 29990 – 2010-, y que muestra las ciudades de donde provienen sus alumnos basta como ejemplo: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene el mayor porcentaje de alumnos de CENEDI; el 33% de su matrícula y la provincia de Buenos Aires, un 27, 13%. Otras provincias componen la matrícula entre un 7,18% (Córdoba) y 1,78% (Salta). Entre las provincias del interior, Córdoba es la que más inscriptos tiene, cuando cuenta con una prestigiosa universidad y distintos centros de estudio.

Sin duda, a la hora de decidirse por el E-learning, son muchas las variables que entran en juego, más allá de la accesibilidad con respecto al centro de estudio. Y estas variables pueden dividirse en dos grandes grupos:

Las que están relacionadas con la flexibilidad que implica la educación online: poder estudiar cuando queremos, desde donde queremos y hasta con un dispositivo móvil, sin depender de una computadora de escritorio. Hasta el Smartphone en la sala de espera del médico puede ser efectivo para ver un video, leer un texto o participar de foros y tutorías.
Las que se vinculan con la posibilidad de implementar metodologías de vanguardia y estilos de acercamiento a los contenidos que resultan más atractivos, accesibles y significativos para los estudiantes: la gamificación –el juego aplicado, en este caso, al aprendizaje-, hace más atractivos los contenidos y le permite al alumno un abordaje renovado que pone en juego la creatividad; la inmediatez, la posibilidad de co-crear contenidos en foros y las formaciones puntuales tipo «How to» hacen más ágil y atractivo el aprendizaje a distancia.

Y no son solo los más jóvenes y los más habituados a las tecnologías quienes eligen la educación a distancia: a partir de la encuesta realizada por CENEDI, también surge que el 32% de los estudiantes se encuentran entre los 25 a 34 años y que son hombres en su mayoría (55,8 %).

Los cursos relacionados con educación, oficios y tecnología son los más solicitados y muchos de los egresados incrementaron sus ingresos (40,88 %), mientras que el resto valoró el conocimiento adquirido. De hecho, la mayoría (84,78 %) de los estudiantes que se recibieron, volverían a realizar un curso en el Centro.

Así, el E-learning se vuelve una opción cada vez más adecuada para los tiempos y los modos de vida actual, aprovecha las ventajas del aprendizaje informal y se vuelve «amigable», permitiendo que personas que por distintos motivos no lograban adaptarse a modalidades más tradicionales tengan ahora la oportunidad de capacitarse.

Fuente noticia: http://www.entornointeligente.com/articulo/9354043/La-educacion-a-distancia-elegida-incluso-por-los-que-estan-cerca-06122016

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