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Libro: Aprendizaje y Desarrollo Profesional Docente

Aprendizaje y Desarrollo Profesional Docente

  • Autoras: Consuelo Vélaz de Medrano , Denise Vaillant
  • Año: 2012
  • Editor: Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura
  • Páginas: 191 páginas
  • Idioma: español
  • Desde: 05/06/2012
  • Tamaño: 10.5 MB

Sinopsis: Los docentes son imprescindibles para mejorar el aprendizaje de los estudiantes, para incrementar la calidad de la educación y para desarrollar la sociedad del conocimiento. Son muchos los elementos que configuran la actividad del docente: su formación inicial y permanente, el proceso de selección y de incorporación a la escuela, las condiciones de trabajo, la organización de la institución escolar, el apoyo de los poderes públicos, las perspectivas profesionales a lo largo de su vida y la valoración social que percibe. Este libro se ha centrado en el desarrollo profesional docente para, a través de él, ofrecer una amplia perspectiva sobre la situación de los docentes en Iberoamérica.

Para descargar: https://openlibra.com/es/book/download/aprendizaje-y-desarrollo-profesional-docente

Fuente de la reseña: https://openlibra.com/es/book/aprendizaje-y-desarrollo-profesional-docente

Fuente de la imagen: https://olcovers2.blob.core.windows.net/coverswp/2012/06/Aprendizaje-y-desarrollo-profesional-docente-OpenLibra-300×464.gif

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Rafael Porlán: “Los alumnos viven en el siglo XXI y la escuela en el XIX”

30 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Rafael Porlán

¿Cómo cree que debe ser el material pedagógico con el que el profesor enseña en clase?
No como los libros de texto actuales, que tienen una concesión única de la tarea, y no tienen en cuenta la diversidad de niños y contextos que se pueden dar en un aula. Los materiales pedagógicos deben estar diseñados por los propios maestros, adaptándolos a las necesidades de sus alumnos.

¿Qué recursos útiles hay para esto?
En internet hay muchas páginas web con material que está experimentado sobre distintos temas, actividades diversas, etc. Hay que combinar el fruto de tu propia experimentación como docente con material elaborado por otros compañeros que diseñan en sus clases y publican en la web. En este sentido, los profesores deben ser como cocineros: cada uno diseña su propio plato, pero pueden coger recetas de otras personas. Lo que no vale es una receta única y universal que sirva para todo el mundo. La investigación científica nos empuja cada vez con más fuerza a huir de las clases magistrales y trabajar según nuestro contexto.

¿Qué prácticas perpetúan el sistema de clase magistral?
Todas aquellas que funcionan como una ortopedia que te pones: tú te apoyas en ella pensando que te facilitará la labor, pero en el fondo lo que hace es eliminar tu profesionalidad. La metodología y el contenido que se transmite, por ejemplo con los libros o con diapositivas, pretende ser el mismo para todos los alumnos cuando está claro que no todos los niños lo absorben. En algunas circunstancias se dan situaciones aberrantes en el estudio.

¿Por ejemplo?
Un día repasando la lección con mi hija, se empeñó en repetirme las palabras en negrita del libro de texto. Palabras que fuera del contexto no tenían sentido alguno, pero ella estaba convencida que lo que debía aprender eran las negritas, aunque no tuviera ninguna lógica. Es una situación absurda.

En las nuevas metodologías en las que el alumno es el centro del aprendizaje, ¿qué papel cree que cumple el material pedagógico?
Es un recurso fundamental, porque todo no se puede improvisar en el aula en el momento. No tenemos conocimiento tan exhaustivo para ser capaces de diseñar en cualquier momento la actividad adecuada para cada circunstancia. Son un apoyo imprescindible, pero siempre y cuando no le quite el papel protagonista al alumno ni al profesor. Debe ser una excusa que ayude a reflexionar, a investigar, a afrontar los problemas que se plantea. Todo depende del material pedagógico de fondo.

¿En qué sentido?
Un enfoque es que el modelo pedagógico esté basado en la mera transmisión de información. Si el modelo lo que pretende es que sea activo, que cree sus propias respuestas, que entre en contradicción y que a través de las informaciones vaya construyendo por sí mismo sus propias ideas, todo material que lo fomente es bienvenido. Lo que define el material pedagógico es el modelo. Esto pasa igual con las TIC, o cualquier recurso basado en las tecnologías, que por sí mismas no cambian la realidad. Si responden a un modelo de repetición mecánicamente de la información, no estamos cambiando nada.

¿Cómo pueden preparar los profesores su clases teniendo todo esto en cuenta?
Yo doy clase preparando a futuros docentes, y lo que hago con ellos en primer lugar es aprender a diagnosticar a sus estudiantes. Cada uno debe saber en qué contexto está, qué tema va a enseñar y qué necesidades tiene su grupo. Siempre les digo que antes de preparar las clases deben saber qué saben o qué no saben sus alumnos acerca de ello, qué les interesa o motiva respecto al tema.
El conocimiento de los alumnos debe ser el punto de partida. No puedes enseñar sin saber las necesidades previas que tiene el que aprende, ya que un alumno puede tener determinadas concepciones o ideas que dificulten el entendimiento de lo que tú le estás enseñando.

¿Nos puede poner un ejemplo concreto de esto?
En determinados momentos los niños creen que la Tierra es plana, porque su evidencia empírica es esa: lo que ven es plano. No ven la curva de la Tierra. Para que ellos aprendan que la Tierra no es plana, no les vale con que tú se lo digas. Lo que necesitan es que les pongas en crisis esas creencias para que sean capaces de tener otra perspectiva que le dé sentido a esa realidad.

Un enfoque muy interesante.
El diseño de los materiales tiene que empezar por diagnosticar cómo están mis alumnos y a partir de ahí diseñar actividades o recursos que me puedan ayudar a que los alumnos se choquen contra sus propias ideas. La humanidad, de hecho, ha aprendido así, a base de irse dando choques contra la realidad.

¿Cree que los docentes están preparados para hacer esto?
No, la mayoría no. La formación inicial por desgracia reproduce la misma enseñanza tradicional en la que todos hemos sido educados. En mi propia facultad, mis propios compañeros explican que hay que hacer las cosas de otra manera, pero lo explican y lo enseñan “a la antigua”. El mensaje que lanzan es contradictorio. La mayoría de docentes no salen preparados para hacer frente a los retos de la nueva educación. En países que pueden ser referentes para nosotros en este ámbito, los profesores tiene muchísima más autonomía para preparar las clases, diseñar sus materiales, etc.

¿El hecho de tener más autonomía y no ceñirse a un currículum muy estricto les facilita las cosas?
Claro. El hecho de tener un currículum educativo tan pormenorizado en el fondo revela una desconfianza profunda en el docente. Si preparáramos a los profesores como es debido y confiáramos en ellos, no haría falta que el currículum fuera tan específico. Si el Estado hiciese una buena selección de personal, los preparase y confíase en ellos, pasaría igual que con los médicos. Socialmente hay mucha confianza en los médicos, pero no en los profesores.

¿Qué papel debe tener el centro educativo para que el profesor pueda aplicar los cambios que estamos comentando?
El centro educativo es la microsociedad donde se desenvuelve el trabajo profesional. Hay una minoría de profesores que hacen cosas muy novedosas en centros muy difíciles, ¡esto es casi de héroes! Luchar día a día en contextos hostiles no puede ser la tónica del sistema. Los centros deberían ser lugares de innovación y experimentación. Lo que es una paradoja es que una de las instituciones más conservadores y menos abiertas al cambio sea el propio sistema educativo.

¿La escuela está muy alejada del ritmo y el contexto actual?
La escuela está en otro contexto histórico, prácticamente. La escuela debe ser ambiciosa para estar a la última y debe proteger y alentar a sus docentes para que investiguen y avancen. ¡Que sea la punta de lanza de la sociedad! En nuestro país desgraciadamente es una de las instituciones más retrogradas y lentas para cambiar. El abismo que hay entre cómo viven los alumnos de secundaria (su vida social, su vida personal fuera de la escuela) y lo que ocurre en el centro es descomunal. Ellos viven en el siglo XXI y la escuela en el siglo XIX. Es normal que haya muchos alumnos que no sientan apego a la escuela.

¿Cómo cree que debería ser este proceso de cambio?
Yo tengo mi propia teoría al respecto. Un sistema como el escolar no puede cambiar de forma rápida y acelerada, los cambios de cultura y de comportamiento no se pueden forzar si queremos que sean auténticos. No se puede obligar a los profesores a hacer algo que no han asumido, el profesorado se revela cuando no entiende el cambio. Hay que tener una estrategia a largo plazo, de 10 o 15 años. En Finlandia tardaron 20 años en hacer el cambio. Debe haber un consenso político, pero sobretodo social. El cambio debe de ser de calidad, de fondo, auténtico.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/rafael-porlan/

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Nuevas formas de aprender

Centro América/ Puerto Rico/29 de noviembre de 2016/Fuente: elnuevodia.com

Profesionales de la neurociencia presentarán en la Isla sus reflexiones, hallazgos y recomendaciones

Cómo aprendemos, qué estrategias hacen la diferencia a la hora de alcanzar el máximo potencial intelectual, cuál es el mayor reto de la educación en la era de la tecnología.

Estas y otras preguntas encuentran respuesta en el campo de la neurociencia, una rama que estudia los diferentes procesos relacionados al aprendizaje, incluyendo la memoria y la capacidad de atención.

Durante el Primer Congreso de Neurociencia Aplicada a la Educación, a celebrarse del 1 al 3 de diciembre en el Conservatorio de Puerto Rico en Santurce, profesionales de diferentes países compartirán con el público el conocimiento más reciente acerca del tema.

Las sesiones que forman parte de la actividad parten de una premisa: que aprendemos de forma integral, es decir, utilizando tanto el intelecto como la emoción.

“No se puede atender una parte y desatender la otra”, destaca Mauricio Conejo, neurocientífico y director del congreso.

Lo anterior explica el auge del mindfulness (conciencia plena) en los salones de clase alrededor del mundo. Este entrenamiento mental ayuda al manejo de las emociones y de la ansiedad y a desarrollar destrezas para la solución de conflictos, entre otros beneficios. Más allá de todo esto, contribuye a enfocar al estudiante en la tarea de aprender.

“El mindfulness se está viendo como un pilar importante de la educación desde la niñez para ayudar a los alumnos a mirar los pensamientos como lo que son: ideas pasajeras que a veces atrapan tu atención y te hacen vivir ansioso por el futuro o en el pasado añorando lo que ya sucedió, incluso reviviendo experiencias negativas en lugar de vivir en el presente”, explica Conejo.

Esta capacidad de “estar presente” es importante porque sin atención no hay memoria y si no hay memoria no hay aprendizaje.

La genética y el medio ambiente también son factores muy importantes para determinar la efectividad de la educación. Aunque nacemos con una predisposición hacia las artes o la matemática, el espacio que habitamos, los hábitos que mantenemos y los estímulos que nos rodean también afectan directamente la calidad y profundidad de lo que aprendemos y cuánto aprendemos.

Conejo destaca que la neurociencia se interesa, además, por la discusión en torno a las inteligencias múltiples. Este concepto explica que hay quienes quizás no demuestran un desempeño académico sobresaliente, pero tienen talento natural para el diseño, las artes o el deporte, áreas en las cuales sí tienen el potencial de destacarse.

Pero claro, para desarrollarlo necesitan de metodos de enseñanza no tradicionales. Un ejemplo de este tipo de modelo se encuentra en instituciones como la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico, una de las auspiciadoras del congreso.

“El arte y el diseño se aprenden en el quehacer, al exponerse y trabajar. Existe el aprendizaje colaborativo y el margen de error, donde nadie tiene que señalarte nada porque el mismo proceso de crear te da la oportunidad de corregir”, destaca Conejo.

De acuerdo a todo lo que sabemos hoy acerca del funcionamiento del cerebro, los sistemas educativos tradicionales, diseñados para satisfacer las necesidades de la Revolución Industrial, ya no son tan efectivos.

“El ser humano evolucionó en el exterior, corriendo, saltando, huyendo de los depredadores, enfrentando peligros”, señala Conejo, al afirmar que aprender en un medio ambiente cerrado como el salón de clases tradicional es “contraintuitivo”.

Hace falta, entonces, transformar el entorno escolar para convertirlo en un sitio que promueva la experiencia del juego, ideal para aprender muchísimas destrezas, desde la solución de problemas al manejo de relaciones, entre muchas otras.

El reto más grande que enfrenta la educación actualmente es cómo utilizar la tecnología de forma eficiente para fortalecer conocimientos relevantes que están quedando relegados, opina Conejo. Entre ellos menciona el pensamiento crítico, el análisis y la comprensión de la lectura.

Otro desafío es la orientación a los educadores para derrumbar mitos acerca de cómo funciona el cerebro y aplicar esos conocimiento científicamente probados a la forma de enseñar las materias a las nuevas generaciones.

El congreso de neurociencia, auspiciado por Agenda Ciudadana, contará con siete conferenciantes reconocidos en sus áreas de especialidad, provenientes de República Dominicana, Cuba, Colombia, Argentina y España, además de profesionales locales.

Los temas son variados e incluyen la neurociencia del juego, el cerebro del adolescente y el impacto de las emociones en el salón de clases. Las conferencias magistrales incluyen: “¿Cómo la neurociencia cognitiva puede ayudar a la educación?” y estará a cargo del doctor Fabián Román.

Para detalles accese aquí.

Fuente: http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/hogar/nota/nuevasformasdeaprender-2260856/

Imagen: rec-end.gfrcdn.net/images/tn/120/21/2076/2629/473/618/2016/11/09/t2sdata45202785.jpg

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Trabajar con pequeños grupos en el aula

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.isep.es/

Por: Maribí Pereira

La organización de los alumnos en el aula tiene que facilitar el aprendizaje en pequeños grupos. En relación al aprendizaje del alumnado se pueden considerar tres posibilidades básicas en la interacción entre los alumnos (Johnson y Johnson, 1997): a) Competir para ver quién es el mejor, lo que se caracteriza por una interdependencia negativa donde uno “gana y otros pierden”, b) Trabajar de manera individual para alcanzar un objetivo sin tener en cuenta a los compañeros, donde cada alumno es independiente y su éxito depende del su rendimiento y c) Trabajar cooperativamente con gran interés en el propio aprendizaje y el de los demás, lo que se conoce como aprendizaje cooperativo, a partir del cual, los alumnos trabajan juntos y sienten que “nadan o se hunden juntos” (Bonals, 2000).

Uno de los temas que debe tratarse para trabajar en pequeños grupos en el aula es el de las agrupaciones del alumnado y sus características. Por ejemplo, la pregunta de cuál es la cantidad idónea de integrantes por cada grupo suele ser muy habitual. Sin embargo, no existe un número que se pueda catalogar como ideal, sino que esto depende de un conjunto de factores como por ejemplo el tipo de actividad y el objetivo que pretendemos con la misma (Bonals, 2000).

Criterios para formar grupos

Cantidad de integrantes:

Por parejas > puede ser enriquecedor para momentos puntuales; es una agrupación fácil de hacer y eficaz para algunas actividades, al lindar entre el trabajo individual y el grupal. Útil para trabajar con el ordenador o formular preguntas sobre un tema de interés para el grupo (Bonals, 2000).

En grupos de tres > posibilita una dinámica ágil y productiva y permite al grupo trabajar con un clima adecuado. Algunos estudios advierten el riesgo de exclusión del tercero, sin embargo, a nivel práctico se ha demostrado que no es un motivo de riesgo considerable para evitar estos grupos. Útil para elaborar textos, hacer resúmenes o resolver problemas de matemáticas (Bonals, 2000).

De cuatro componentes > son las más frecuentes y son adecuadas para la mayoría de tareas que se plantean en pequeños grupos. La dinámica continúa siendo fácil y se reduce el número de grupos que el profesor debe dinamizar. Pueden realizar las actividades que se han citado en los dos grupos anteriores (Bonals, 2000).

De cinco componentes > son los que se forman con mayor frecuencia, luego de los grupos de cuatro componentes (Bonals, 2000).

De seis alumnos > comportan dificultades en lo que respecta a la participación equilibrada. Las tareas suelen hacerse más lentas. Generalmente se prefiere hacer dos grupos de tres personas (Bonals, 2000).

De siete u ocho alumnos > se opta por estos grupos en algunas actividades que se dirigen a trabajar justamente la relación o autoimagen de los alumnos a través de técnicas dinamizadoras (Bonals, 2000).

Heterogeneidad u homogeneidad:

Habitualmente se opta por trabajar con grupos heterogéneos, lo que requiere consideraciones previas. Como la necesidad de flexibilidad en el criterio de agrupaciones heterogéneas, es decir, si bien en la organización básica se ponen grupos con alumnado de diferentes niveles, a veces se ve claramente la necesidad de realizar un trabajo en dos niveles de dificultad: uno para los alumnos de ritmos rápidos y otro para aquellos que avanzan más lentamente. En este punto, el docente puede optar por agrupar al alumnado de niveles más altos o más bajos; así, mientras una parte lleva a cabo un trabajo determinado, la otra parte realiza una actividad diferente (Bonals, 2000).

También la distancia conceptual o procedimental entre alumnos. A veces conviene que los niveles de alumnado que compone al grupo sean ligeramente heterogéneos, pero que la distancia entre ellos no sobrepase el nivel en que los menos evolucionados no pueden entender las producciones de sus compañeros de grupo. La experiencia ha constatado que los alumnos más evolucionados ofrecen una ayuda muy valiosa a sus compañeros y, además, desarrollan la habilidad de explicar a otros, por lo que en la práctica se obvia esa ligera heterogeneidad, juntado a los alumnos de distintos niveles (Bonals, 2000).

Concretamente, el docente se plantea la formación de grupos teniendo en cuenta:

– Niveles y ritmos de cada alumno, intentando que los niveles entre ellos sean diferentes pero cercanos (Bonals, 2000).

– Alumnos buenos “informadores”, que son los que tienen habilidades para comunicar saberes, maneras de hacer los trabajos o actitudes dispuestas para abordarlos. En muchas ocasiones, los líderes son buenos informadores para los componentes del grupo sobre los que ejercen liderazgo (Bonals, 2000).

– Los alumnos más necesitados, que pueden tener las siguientes características: a) provenir de un entorno poco estimulante que genera unos niveles más bajos, un ritmo más lento y una escasa disponibilidad a trabajar, b) con dificultades de relación, ya que tienden a inhibirse y aislarse por lo que suelen sentarse con aquellos compañeros que favorecen la resolución de esos obstáculos, c) con dificultades lingüísticas debido a que no dominan la lengua utilizada en el aula, d) los menos aceptados o que el grupo tienden a tener menos en cuenta, por lo que se intenta unir a estos alumnos con los buenos informadores para que puedan ayudarles, e) alumnos repetidores, que tienen alto riesgo de encontrarse de nuevo con dificultades ya que deben adaptarse al nuevo grupo y f) los alumnos nuevos que deben ser ubicados con aquellos compañeros que más los puedan ayudar a integrarse (Bonals, 2000).

En cuanto al papel del docente para la formación de grupos, la experiencia señala que lo mejor es que sea este el encargado de tomar las decisiones sobre las agrupaciones y vigile la dinámica de clase, ya que es más consciente sobre las condiciones óptimas del aula para favorecer el despliegue de capacidades del alumnado (Bonals, 2000). Además, si el profesor cuenta con formación en intervención en dificultades del aprendizaje, contará con mayores conocimientos para asegurar la creación de grupos compensados.

Esto no quiere decir que no se tenga en cuenta la voluntad de los alumnos. Se trata de formar grupos que, además de ser eficaces en las tareas, los componentes se sientan cómodos. Por tanto, uno de los criterios a considerar en la formación de grupos, es la previsión de si los alumnos y alumnas se llegarán a sentir bien. Por otro lado, para decidir las agrupaciones del alumnado, es preciso que el profesor conozca la información referente a los niveles, ritmos e intereses de cada uno, de los alumnos con capacidad para informar, de los más necesitados, etc. (Bonals, 2000).

Para ello se sugiere que exista la figura del asesor quien tiene un papel significativo para ayudar a establecer los criterios que se emplearán para las agrupaciones en la valoración previa de niveles, ritmos e intereses de loa alumnos y alumnas, en la detección que aquellos que requerirán de más ayuda, etc. Con ello, el asesor puede colaborar en la decisión sobre el lugar de cada uno (Bonals, 2000).

Además de hacer un trabajo de observación en el aula, esta figura (asesor) puede estar alerta del funcionamiento de cada grupo y de cada alumno para complementar la percepción que el docente tiene del aula, valorando los aciertos y errores en la formación de los pequeños grupos (Bonals, 2000).

Fuente artículo: http://www.isep.es/actualidad-educacion/trabajar-con-pequenos-grupos-en-el-aula/#more-8294

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Angélica Sátiro: “Si el aprendizaje no es atrevido, no podrá ser creativo”

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Angélica Sátiro

¿Cree que se puede enseñar a pensar? ¿Como?
Yo pienso que enseñar a pensar no es posible, lo que sí es posible es crear las condiciones para que los niños, jóvenes o adultos interesados puedan desarrollar su capacidad de pensar mejor. Pensar pensamos todos. No se puede enseñar algo que ya sabemos hacer, pero el hecho de que todo ser humano piense no significa que lo sepamos hacer bien. Aquí entra el método, el proceso.

¿Pero qué significa “pensar bien”?
En primer lugar, tenemos que pensar mejor por nosotros mismos, es decir, aprender a pensar de forma autónoma, a tener criterio propio, a tomar decisiones y, en definitiva, a hacer un conjunto de actos mentales pero desde la perspectiva de la autonomía intelectual. Cada niño, niña o adolescente debe ser capaz de pensar mejor de forma autónoma. Esto, en la línea que yo trabajo, ocurre simultáneamente en tres situaciones.

¿En cuáles?
Se trata de pensar mejor por uno mismo de forma crítica, de forma creativa y de forma ética, y todo esto se debe dar a la vez. El hecho de estar vivo conlleva el hecho de pensar. El pensar no es una cosa apartada de la vida misma, y los diversos actos mentales que conlleva pensar tampoco están separados.

¿Qué implica pensar mejor críticamente?
Implica desde estructurar y organizar el pensamiento, a aprender a razonar, aprender a tener criterios para evaluar, aprender a emitir juicios y no solo opiniones, aprender a elaborar opiniones, matizarlas…

¿Y creativamente?
Significa aprender a generar nuevas ideas, a imaginar, buscar ideas alternativas, razonar de forma analógica o hipotética.

Y por último, ¿qué es pensar éticamente?
Pensar y tener en cuenta la perspectiva del otro, tratando de ver las consecuencias de cada causa, relacionar las partes y los todos. Para ser un pensador que piensa mejor éticamente hay que llevar a cabo un conjunto bastante extenso de actos mentales. Es muy importante que se entienda que nuestra perspectiva de trabajo entiende el pensar de una forma muy amplia. Desde la perspectiva que trabajamos, pensar no es una acción apartada del sentir y del actuar, al contrario. El pensamiento ético es el que va conectado con la acción y el pensamiento creativo va de la mano de la emoción, de la experimentación.

¿A partir de qué edad se puede empezar a trabajar en este sentido?
Yo dirijo un proyecto que se llama Noria que trabaja en el desarrollo del pensamiento crítico del niño y está planteado para edades comprendidas entre los 2 a los 11 años, se puede aplicar a partir del momento en que el uso del lenguaje oral empieza a estructurarse de una forma diferenciada. Nuestro método tiene que ver con utilizar juegos de arte, narrativa, cuentos, leyendas, etc.

¿Y con qué objetivo utilizáis todas estas historias?
Desde pequeñitos a lo niños y niñas les encanta los cuentos. A partir de ellos podemos entrar en todo el proceso de estimulación de pensamiento. Hay actos mentales que, si son estimulados correctamente, consiguen desarrollar esa capacidad de pensamiento crítico y creativo. Por ejemplo, los juegos los utilizamos como recurso porque sabemos que se trata de una manera directa de implicar todo el cuerpo.

¿Por qué es importante implicar el cuerpo en un proceso como éste?
Al no manejar una idea acotada de pensamiento, debemos poner en práctica todo lo que se implica en la acción: quien piensa, piensa desde un cuerpo que está en el mundo interactuando con su entorno, ambiental y social. Los juegos los utilizamos para involucrar el pensamiento con todo el movimiento corporal y su experiencia sensorial. Así conseguimos un pensamiento más holístico.

¿Qué papel puede jugar lo artístico?
El arte, la pintura y la escultura, la música… son manifestaciones que utilizamos porque, entre otras cosas, tocan directamente a la fibra, a la emoción, a la percepción. Todo esto va conectado al sentir y al actuar.

¿Y antes de que los niños y niñas tengan dos años?
He dedicado mucho tiempo a estudiar niños y niñas preverbales, pero todavía no he aprendido a proponer un desarrollo de esa línea de trabajo para ellos. Sin embargo, estoy convencida de que piensan, de que hay esquemas mentales en ellos. Pero nosotros manejamos una metodología reflexiva, no una parte mecánica, sino más bien la otra dimensión, que es la que permite aprender a aprender y aprender a convivir. Al no ser algo mecánico, no me atrevo a proponer. Yo estoy segura que desde la vida intrauterina hay procesos mentales, pero claro, una cosa es que existan y otra que tú plantees una pedagogía para ellos coherente con lo que estas diciendo que haces.

Cuando en clase se trabaja el pensamiento crítico, ¿el aprendizaje es bidireccional? Es decir, ¿los profesores también aprenden?
Nosotros manejamos una metodología basada en el diálogo: el docente debe aprender un conjunto de estrategias para dinamizar el pensamiento social, la inteligencia colectiva. Uno aprende a pensar mejor de forma autónoma en compañía de los demás. Cada individuo aprende a pensar mejor por sí mismo cuando no está solo. El profesor tiene que dominar la metodología para hacer esto bien. Así que sí, siempre aprendemos, y esto es lo que a mí me tiene personalmente enganchada.

¿Por qué?
Sabemos cómo son las estrategias o cómo conducir el pensamiento colectivo, pero nunca sabemos qué es lo que cada niño va a decir, siempre hay sorpresas. Es una dimensión que a mí me sigue provocando asombro. Empecé a trabajar en esto en los años 80 y aún hoy me asombran los pensamientos humanos desde tan pequeños. Son tan originales y frescos, no solo lo que dicen, sino cómo lo dicen. Además en el proceso de formación lo que descubrimos como maestros es que nosotros también aprendemos a pensar mejor. El pensamiento se desarrolla siempre cuando el paradigma es el aprendizaje.

Pero, ¿cómo se encuadra la creatividad en un sistema educativo que se basa en la memorización de datos?
Yo viajo mucho y hay problemas comunes en muchas partes del mundo. Todavía funciona en el sistema educativo a nivel global el paradigma en el que la enseñanza es repetitiva, memorística.  Con un profesor que explica, que repite, que quiere que los alumnos repitan, y los alumnos reproducen todo esto en exámenes. Un sistema educativo así no tiene apertura ninguna para el desarrollo creativo. El estímulo del pensamiento creativo no existe.

Es un contexto complicado entonces…
Pero que predomine esta línea no significa que no haya alternativas o iniciativas que se alejen de esto. Lo que sí veo cada vez más es que, por demanda social, por la complejidad del siglo XXI, la sociedad elige personas más creativas, más capaces de dar respuesta a la complejidad. A estas necesidades solo se les puede dar respuesta con pensamiento creativo crítico y ético. En función de esto lo que veo cada vez más es que hay una masa importante de centros de individuos que vienen tratando de desarrollar su capacidad de pensar creativamente y de estimular esto en el aula. Pero creo que falta a nivel masivo bastante trabajo.

¿Qué tres consejos daría a docentes que quieran poner en práctica el pensamiento creativo en el aula?
Lo primero, es que creo que es fundamental atreverse, no tener miedo del error. Tenemos auténtico pánico a la equivocación. Nuestro sistema educativo está montado de forma cuadrada y el error está muy mal visto,porque no hay margen de maniobra. Lo que les propongo a los maestros es que pierdan el miedo, que no sufran por equivocarse, al contrario, que lo celebren y lo superen.

¿Y en segundo lugar?
Sin duda, abordaría el tema del ridículo en el aula. El ridículo es una forma de dar la bienvenida al atrevimiento. No hay que evitarlo, ni tenerle miedo tampoco. Si el aprendizaje no es atrevido no hay manera de que sea creativo.

¿Y por último?
Algo muy importante, y es que los maestros tienen que atreverse con la propia creatividad: hace falta trabajarse a uno mismo. La persona debe atreverse, aunque el producto no sea el esperado. En la escuela nos preocupamos demasiado por el producto final y muy poco por el proceso, pero el aprendizaje tiene más que ver con el proceso que con el producto final.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/angelica-satiro/

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Gamificación: el aprendizaje es experiencia

16 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Oscar Recio

Lo que pretendemos es desarrollar las herramientas de transferencia de conocimientos y estrategias de aplicación que encontramos en las situaciones lúdicas. A través de la práctica de diversos juegos, ya sea tablero o Rol, lo que practicamos y experimentamos son habilidades y herramientas que se basan en buena parte en las situaciones de ABP (Aprendizaje Basado en Problemas) y que, dependiendo del contexto de desarrollo, necesitará de una estructuración y construcción de puentes entre conocimiento-práctica-feedback-aplicación y post-feedback.

Usar los juegos de Rol y tablero como potenciador de la socialización y de aprovechamiento de las diferentes mecánicas que los integran parcial o totalmente adecuándolos a las necesidades del grupo-clase, del momento madurativo del objetivo para el que lo queremos aplicar, además de reducir la ansiedad de test. Motivar, dinamizar y presentar alternativas didácticas y metodológicas más atractivas y ágiles para nuestro alumnado, que proporcionen entornos de aprendizaje interactivos y que ejerzan una influencia efectiva en nuestros alumnos y alumnas.

Hay múltiples ejemplos de evidencia de uso de Competencias a través de los juegos: explicar unas reglas a un grupo de compañeros tras haberlas leído/escuchado, llevar la puntuación correcta en un juego, aceptar las habilidades y fortalezas de otros integrantes del grupo para conseguir un objetivo común, mejorar en un juego gracias a la práctica continuada… y un largo etcétera.

¿Cómo llevo un juego al aula? ¿Para qué?

  1. Piensa en qué puede ser lúdico, divertido y dinámico.
  2. Empieza por juegos que sean atractivos y no uses el juego en sí mismo, usa el juego como herramienta para cualquier otra cosa. Que sean los alumnos los descubran, exploren o den pasos en la dirección que les sugiera lo que ven y tocan.
  3. Montar un Lego o una maqueta es jugar: orientación espacial, interpretación de instrucciones, reconocimiento de partes y herramientas, comprobación (evaluación) del progreso y verificación del avance… Así que, en ocasiones, jugar es simplemente no hacer lo que es evidente en un libro, pero sí en un aprendizaje. Mecánicas tan sencillas como éstas son una evidencia de la necesidad de conocimientos concretos y de integración de habilidades, así como de ABP (Aprendizaje Basado en Problemas).
  4. Equivócate y acéptalo con tus alumnos: ellos lo agradecerán y tú establecerás vínculos de confianza y seguridad ante el error. Pierde alguna partida a propósito si hace falta.
  5. Prueba muchos juegos, diles a cuáles juegas tú.
  6. Descubre un juego con ellos/as. Que vean que son parte de ello. Este proceso inclusivo crea la atmósfera de participación que estamos buscando.
  7. Evidencia que todos aportan o son protagonistas en algo. En especial en los juegos de Rol, en los qué cada uno de los jugadores/personajes tiene habilidades y capacidades particulares y únicas.
  8. Explica la razón de porqué se usa ese juego DESPUÉS de haberlo jugado. Desafía a tus alumnos y alumnas a ver qué tiene de “aprender” ese juego con clase y con lo que hay fuera del cole. De igual manera que el baloncesto enseña a moverse antes de que un balón llegue a un lugar, trayectorias y espacio-tiempo, ese aprendizaje es vital para conducir o circular en bici, monopatín, etc.

Objetivos

  • Usar juegos de tablero/rol en su totalidad o elementos propios y/o asociados para motivar, desarrollar, mejorar y evaluar los aprendizajes y sus transferencias.
  • Establecer puentes entre mecánicas necesarias en los juegos y las necesarias para el desarrollo de competencias o en la resolución de problemas-tareas-actividades.
  • Alejar la ansiedad de test. Vivenciar el fracaso-éxito-error-logro-estategia-planificación-evaluación-rediseño de herramientas y acciones antes-durante-después de las acciones.
  • Prever-aceptar-gestionar consecuencias a corto-medio-largo plazo..
  • Poder evaluar los progresos en conocimientos y su aplicación en entornos y situaciones alejadas del libro de texto y de las situaciones más “formales” de aprendizaje comúnmente encontradas en el aula.

Gamificación | TichingEl valor intrínseco de las situaciones lúdicas es bien conocido, especialmente a través del área de Ed. Física y todo su currículum al trabajar las capacidades estratégicas, socializadoras así como las habilidades intrapersonales-interpersonales  de nuestro alumnado.

La corriente de la “gamificación” fortalece esta percepción.  Lo más importante hablando de juegos de tablero y Rol es, sin duda, evidenciar cuánto del juego hay en las situaciones cotidianas como primer paso. Usar ese gancho de lo real con lo lúdico y, posteriormente, dar el enfoque académico o de formación reglada asociada al centro educativo.

El salto metodológico y didáctico es accesible si hay voluntad por parte de los docentes implicados y, sin duda, el resultado es más que positivo.

No es un salto al vacío…es un paso hacia adelante, es una aventura que merece la pena vivir. 

¿Todavía hay dudas? Atrévanse, merece la pena.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/gamificacion-el-aprendizaje-es-experiencia/

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Enseñar a pensar: el aprendizaje del futuro

16 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Rosa Vásquez

Probablemente, todos los educadores coincidiríamos en el hecho que los contenidos que transmitimos con afán a nuestros alumnos son cada vez más inciertos. Nos enfrentamos a un cambio económico, tecnológico y, por supuesto, social. Las profesiones y oficios de antaño desaparecen eclipsados por nuevos perfiles profesionales que no podíamos ni soñar. En este contexto debemos preguntarnos: ¿qué tenemos que enseñar?, ¿qué necesita saber un alumno para incorporarse con éxito a la sociedad?

Nuestro fin debería ser formar personas competentes, capaces de movilizar conjuntamente“habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones y otros componentes sociales y de comportamiento” (OCDE, 2000). Un reto formidable. Podemos observar que los conocimientos solo son una pequeña porción de este objetivo, por tanto, debemos de fijarnos unas metas encaminadas a consolidar facultades como la atención, la memoria o la concentración, es decir, proporcionar estrategias facilitadoras del estudio.

El aprendizaje fundamental debe ser enseñar a aprender, es decir, enseñar a pensar de forma estructurada: qué tenemos que aprender, cómo tenemos que hacerlo y en qué fase de este proceso nos encontramos. Quizás alguno de nuestros lectores puede estar preguntándose: ¿enseñar a pensar? ¿Pensar no es una actividad natural? Les propongo que resuelvan este sencillo problema: Un bate de beisbol y una pelota  valen 1,10 euros. Si el bate cuesta un euro más que la pelota, ¿cuál es el precio de la pelota? Un 50% de los alumnos de Harvard fallaron la respuesta. ¿Y ustedes? Les sugiero que se aseguren en este enlace.

Habrán observado que el pensamiento automático no es siempre el más eficaz. Por tanto, es un valor de futuro enseñar a pensar de forma estructurada, instruir en la importancia de la  autoregulación para conseguir un aprendizaje más eficaz y duradero.

Vamos a detallar algunas sencillas estrategias:

  1. Fomentar la autoestima del alumnado: solo si el alumno cree que puede desarrollarse académicamente y alcanzar los objetivos marcados, será capaz de enfrentarse al aprendizaje con garantías de éxito.
  2. La motivación (a poder ser intrínseca): los alumnos tienen que desear aprender, tienen que estar dispuestos a esforzarse para conseguir un objetivo.
  3. La emoción: solo si hay emoción puede haber aprendizaje, según nos demuestran los últimos avances de la neurociencia.
  4. La clarificación terminológica: asegurarnos que las palabras que usamos en clase tienen para los alumnos el mismo significado que para nosotros.
  5. La metacognición: es la reflexión sobre el proceso de aprendizaje y la mejor forma de aprender. Se basa en la capacidad de reconocer el objetivo (qué aprender), planificar el método necesario (como hacerlo), aplicarlo, comprobar su eficacia, y validarlo como estrategia útil. Algunos métodos para desarrollar esta competencia pueden ser:
    1. Bases de orientación: resumen de los pasos que tenemos que seguir para resolver un problema o actividad.
    2. Rúbrica: tabla con doble entrada que permite pautar la tarea a resolver y, por otra parte, graduar el nivel de aprendizaje. Podemos acceder fácilmente a bancos o  a generadores de rúbricas, como Rubistar.
    3. La autoevaluación y coevaluación, mediante las cuales los alumnos toman conciencia de sus aciertos y de sus errores.

Construir un sólido esquema cognitivo es la mejor destreza que podemos proporcionar a nuestros alumnos. El conocimiento no tiene fin, debemos entrenarles para que no desfallezcan en este largo trayecto.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/ensenar-a-pensar-el-aprendizaje-del-futuro/

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