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Yayo Herrero: “Debemos reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza”

08 de febrero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Yayo Herrero

¿Qué cuatro puntos clave cree que debería recoger un proyecto educativo para tratar los diferentes retos que vivimos en la actualidad?
En primer lugar, todo lo que tenga que ver con reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza. Esto significa asumir que la naturaleza tiene límites físicos, que el crecimiento, mientras se base en estos bienes físicos, es imposible. En segundo lugar, reconocernos parte de esa naturaleza, y que por tanto su mantenimiento y conservación es clave para la propia existencia humana.

Nos quedan dos…
En tercer lugar, que estos retos hay que resolverlos con criterios de igualdad, es decir, que no puede resolverse sólo para las clases elitizadas. Por último, tener claro que, además de ser seres ecodependientes, somos seres profundamente interdependientes. El cuidado de las personas, de los cuerpos, el cuidado de las personas vulnerables, es un rasgo de la vida y no es un trabajo que deba ser llevado a cabo solamente por mujeres, sino que debe ser compartido.

En FUHEM habéis editado vuestra propia propuesta. A grandes rasgos, ¿en qué consiste este proyecto educativo?
Nuestro proyecto parte de la base de una consideración de la educación sobre todo en la condición de inclusividad. Una educación en la que quepan todas las personas y que su eje central sea, precisamente, la justicia y la inclusividad. También estaba basado en el pensamiento crítico, es decir, educar personas que sean capaces de entender los problemas de nuestro tiempo y sean capaces de actuar con compromiso. La vuelta de tuerca que le hemos dado es colocar la dimensión ecosocial en el centro del proyecto.

¿Y cuál es el resultado?
Hemos elaborado unos ejes centrales y luego lo hemos cruzado con el decreto oficial que establece las enseñanzas mínimas. Para todas las asignaturas y todas las etapas hemos incluido, eliminado, matizado o incorporado aquello que creemos que nos falta en el currículum estándar para formar personas que afronten los retos de la humanidad con compromiso y justicia.

En sus conferencias habla a menudo de cómo abordar el capitalismo. ¿Cree que el capitalismo se refleja de forma evidente en nuestro sistema educativo?
En 2007 participé en un trabajo que llevó a cabo Ecologistas en Acción: El currículum oculto antiecológico en los libros de texto. Lo que hicimos fue revisar libros de texto de todas las asignaturas y lo que confirmamos es que el capitalismo (no solo en la forma de producir y consumir, sino en la propia antropología, el tipo de forma de ser persona) estaba profundamente inoculado en lo que los chicos y chicas estudian en la escuela. El optimismo tecnológico, los mercados como solución a los problemas que ellos mismos crean, la ausencia de cualquier alternativa económica que no pasara por la empresa convencional… El crecimiento económico es condición sine qua non para el bienestar, mientras que se habla poco de las desigualdades y de sus causas estructurales. Nos pareció que en casi todas las asignaturas había una verdadera inyección de neoliberalismo en vena.

Y en cuanto a los roles de género, ¿el sistema actual también los perpetúa?
Aunque ahora mismo hay muchas iniciativas dentro de la escuela llevadas a cabo por profesores y profesoras que trabajan contra estos estereotipos, de forma mayoritaria la oficialidad o el planteamiento hegemónico aún los perpetúa. Es escandaloso ver la ausencia y el poco afán que hay de la recuperación de las genealogías de las mujeres en todos los ámbitos de conocimiento. Pero ya no es que no haya mujeres en todas las disciplinas del conocimiento, sino que tampoco están presentes las tareas cotidianas de cuidado. Son sistemáticamente invisibilizadas, tanto las tareas como las personas que las hacen, lo que hace que no se cuestione su reparto, ni se exija una corresponsabilidad en el cuidado de las personas.

¿Cómo podemos trabajar las contradicciones que se generan en las aulas en este sentido?
Es un planteamiento totalmente incoherente. Por un lado tratamos de educar chicos y chicas en la corresponsabilidad, la tolerancia, el respeto, la colaboración… pero por otro, lo que ven fuera es que la sociedad termina premiando a quién se comporta de forma egoísta, individualista. Igual en el terreno familiar: en casa se educa en la justicia materna del reparto de bienes y tareas dentro del hogar, pero luego lo que se privilegia en la calle es lo contrario.

¿Entonces…?
Es muy difícil encapsular la igualdad en la escuela si todo lo que la rodea va en linea completamente contraria. Sin embargo, no somos conscientes del enorme valor que tiene la acción de un profesor o una profesora en determinados escenarios sobre las personas que educamos. En acciones puntuales, hacemos abrir lo ojos a los alumnos, les damos una mirada distinta. Aunque a veces nos resulte imperceptible, esto puede convertirse en heroico en un entorno de disputa de hegemonía cultural.

Vivimos en un mundo cada vez más urbano. ¿Es posible que la escuela se reencuentre con la naturaleza?
Es complicado. Una amiga profesora les propuso a sus alumnos apuntar durante un día todo lo que habían pisado. El resultado: asfalto, baldosa, terrazo, asfalto, mármol, madera, asfalto. Todo el día habían pisado cosas fabricadas por el ser humano y en ningún momento habían pisado tierra. En un contexto así, ser consciente de la ecodependencia es difícil, pero incluso en el entorno humano hay muchos elementos de vida.

¿Puede poner algún ejemplo?
Si vas a un parque, te das cuenta que en el propio margen urbano hay una enorme biodiversidad. En una ciudad como Madrid, donde ni mirábamos al río Manzanares porque lo considerábamos una tubería más, cuando corre un poco de repente vuelve a brotar las plantas, hay aves… La vida se despliega muy fácilmente. ¡Nosotros somos vida!

¿Qué recomendaría para acercarse a esta vida?
Yo creo que casi es preferible que busquemos y encontremos la vida que brota en la ciudad a ir a una granja-escuela, que es un espacio domesticado donde hay cuatro animales casi museificados. Hay mucha vida en la ciudad que te permite conectar con lo que somos y conocernos como especie.

¿Qué propondría a los profesores que quieran fomentar este reencuentro?
Lo primero es que se reencuentren ellos mismos. Decía María Zambrano que a ella le preocupaba mucho el exilio interior. En una cultura que ha aprendido a mirar la naturaleza desde la exterioridad, desde la superioridad y desde la instrumentalidad, nuestros propios cuerpos son mirados de esa manera. El reencuentro con nosotros mismos, el comprendernos hijos e hijas de la fotosíntesis y de la polinización es importante. La necesidad de respirar un aire que no nos envenene, que no nos de picor de ojos, es un reencuentro estimulante y feliz.

¿Y en segundo lugar?
El segundo consejo es hacerlo con otros y otras. Hay que recuperar lo colectivo y la cooperación como rasgo inherente humano. El tercer consejo pasa por hacer un ejercicio por reconectar con la dignidad de la profesión y de la tarea docente.

¿Los profesores se quieren poco?
En este tiempo de recortes, a veces no acabamos de ser conscientes de la importancia que tiene acompañar a una persona que se está formando, enseñarle lo que es importante para sobrevivir. Hay profesiones que son dignas por su mero propósito y la de docente es una de ellas. Hay que fortalecer esta autoestima, la de las personas que enseñan y que acompañan en los procesos.

Bajo el paraguas de la innovación educativa cada vez hay más materiales propuestos y recomendados. ¿Qué consecuencias puede tener esto?
Malas en cualquier caso. Parte de lo que se está llamando innovación es una excusa de las grandes empresas para introducirse en el marco de la escuela. La economía, en su faceta de producción de bienes y recursos, está en una fase de estancamiento: no crece o crece de forma limitada. Lo que hace el neoliberalismo es entrar a saco en mercados donde antes no entraba: sanidad, educación, dependencia, etc. Estos espacios pueden abrir una oportunidad de crecimiento de estos interesados, y la escuela es un espacio clarísimo que pretende ser mercantilizado.

Pero, ¿hay alternativas?
En este momento en el que la mentira se llama postverdad, tenemos que pensar en que hay que disputar todos los espacios. La innovación que nos vale es aquella que conduzca a formar personas críticas, capaces de cooperar, elegir y comprometerse ante los retos reales que tenemos. Desde mi punto de vista, estos retos no es hacer crecer cuentas de resultados de empresas, sino hacer que la mayoría de personas puedan vivir vidas que merezcan la pena vivirse en un planeta que tiene límites físicos.

¿Cómo cree que podemos fomentar el espíritu crítico de los niños y las niñas?
Creemos que formular preguntas es un método bastante adecuado. Hay un trabajo que se hizo entre Ecologistas en Acción y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica que se llama 99 preguntas y 99 experiencias, que propone hacer preguntas y que sean los alumnos los que tengan que responder.

¿Nos puede hacer un adelanto?
Puedes, por ejemplo, pedir a los niños y niñas que hagan una comparativa sobre la esperanza de vida en diferentes barrios de Madrid, e investigar sus diferencias. No estás ofreciendo respuestas, pero obligas a dirigir la mirada a una problemática para que ellos saquen sus propias conclusiones a partir de la información que recaban. O, si en lugar de hablar del crecimiento económico, les preguntas cuánta energía cuesta generar la energía. O que investiguen la historia de los bosques, para que vayan aprendiendo y entendiendo cómo ha evolucionado. Adquirirán herramientas para posicionarse y tener su propia opinión.

Interesante…
No queremos que de la educación salgan personas uniformes que quieran y deseen las mismas cosas, pero sí que hayan tenido la oportunidad para preguntarse sobre los problemas que les va a tocar afrontar. Los chicos y chicas deben tener conciencia del mundo en el que les va a tocar vivir y tener la oportunidad de transformarlo. No hacerlo es hipotecar la vida de nuestros hijos al servicio de intereses que no ponen su vida en el centro.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/yayo-herrero-debemos-reconocer-la-dependencia-tenemos-la-naturaleza/

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José Navalpotro: “No se puede enseñar sin aprender”

01 de noviembre de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

José Navalpotro

Lleva muchos años involucrado en iniciativas para la mejora de la educación a través del cambio y el aporte de valor. ¿Qué le llevó a ello?
Me gustaba la educación y no me veía solamente en el aula, quería aportar algo más. Para mí, el cambio en la educación viene desde la organización: por eso me dediqué al cambio en el entorno organizativo.

Según su experiencia, ¿qué competencias debe tener un buen director de centro?
Es algo que ha ido variando con el tiempo. Pasamos desde capacidad de organización, control y capacidad de gestión, a que en la actualidad, y con el escenario de disrupción en que vivimos, un director de escuela debe tener visión, gestionar bien el cambio e intentar involucrar a su gente en el proyecto. Tengo muy claro que sin el equipo de trabajo es imposible llegar al cambio organizacional que requieren los colegios para el siglo XXI.

Con un proyecto compartido y un equipo docente cohesionado podemos conseguir grandes cambios en educación. ¿Cómo lo logramos? 
Con personas que vivan para la educación y con un proyecto pedagógico diseñado de forma estratégica. Son las grandes claves, creo que de siempre: profesores que quieran aprender y un proyecto sobre el que apoyarse. Cuando los profesores realmente sienten su profesión, aprenden para enseñar, y si tienen un proyecto sobre el que crecer, mejor. Es el punto del cambio, uno de los grandes problemas de la escuela actual es que los profesores están aprendiendo de forma autónoma, la celeridad de los cambios han propiciado este modelo de aprendizaje. Creo que nos ha pillado el toro en el modelo de cambio de escuela.

¿Qué consejos le daría a un director de centro que quiera mejorar la educación?
¿Consejo? No soy hombre de consejos, y sí de ideas personales. Yo hablaría de que haría yo… y definitivamente la clave es no tener miedo al fracaso. Estamos en un momento en el que hay que arriesgar, buscar, proponer. El riesgo, el cambio, y también el fracaso, suponen parte del crecimiento y el avance en la escuela.

¿Qué labor lleva a cabo desde el proyecto Maecenas?
Llevo más de 20 años en entidades sin ánimo de lucro. He dirigido varias fundaciones y en este momento, MAECENAS supone definir un proyecto que acumula mi experiencia en la educación de hace ya un par de décadas. La Fundación pretende ayudar e impulsar proyectos que ayuden a la escuela a su cambio, a la adaptación a este siglo XXI, que será el siglo de la velocidad y de la disrupción. Poner orden y aportar valor en esto es una labor apasionante.

Para aportar este valor que comenta, ¿qué proyectos llevan a cabo?
Hemos ido avanzando a lo largo de los años. Nuestro objetivo fundacional siempre ha sido la innovación y gestión del cambio. Cambio en la escuela, en los directores, en la formación del profesorado… Ahora hemos iniciado un proyecto importante en Estados Unidos y Latinoamérica con la formación y seguimiento de escuelas innovadoras.

¿Cuáles son las claves para conseguir que las personas que tienen menos recursos accedan a la educación?
Hoy tenemos acceso a la educación, eso no me cabe la menor duda, sobretodo en los países civilizados. Otra cosa es acceder a una buena educación, que es más complicado. Y una buena educación pasa porque haya buenos administradores, buenos directores que gestionan y buenos profesores que son capaces de personalizar y adaptarse a la diversidad de este alumnado.

La crisis ha sido un contratiempo para las perspectivas de educación y futuro de muchos jóvenes. ¿Puede ser, sin embargo, una oportunidad?
Las crisis son momentos de cambio y de inestabilidad: en ella radica el cambio. Hay un dicho que dice que cuando aparecen las dificultades, las grandes personas se ponen de pie y empiezan a andar. Así lo he concebido siempre, y ahora, desde hace unos años, los grandes se han puesto ya a andar. Impresionante ver el esfuerzo que están haciendo muchos jóvenes por seguir adelante y enfrentarse a una sociedad tan cambiante como exigente. Una exigencia sin precedentes.

¿Qué cambiaría de las aulas?
A estas alturas, muchas cosas. Sobre todo cambiaría tres grandes aspectos: cómo aprender, cómo evaluar lo que se aprende y el concepto del espacio de aprendizaje. Grandes retos para una nueva educación. Y si a esto le añades la tecnología y los recursos del Mobile Learning…

Hablando de cambios, ¿cómo mejora la tecnología la educación?
La tecnología es un instrumento de trabajo. Lo importante es lo que está debajo de la tecnología, es decir, cómo optimizar esa tecnología. Ya tenemos bastante avanzado todo este concepto, te diría que para mí ya es obsoleto. Ahora mismo tenemos otros retos por delante.

¿Cómo contribuyen plataformas educativas como Tiching a mejorar la educación?
En una época de red e intercambio como la que vivimos, iniciativas como Tiching son un crisol de encuentro que promueve la educación y el conocimiento del profesorado y de los alumnos, y eso es algo muy importante y necesario. Tiching aporta un valor fundamental hoy en día, y es que permite compartir y gestionar el conocimiento de manera abierta y plural.

¿Cómo ve la educación del futuro?
Incierta y apasionante, porque que en la incertidumbre hay también una parte de pasión. Me preocupa como la tecnología va entrando en nuestras vidas, y se van perdiendo aspectos humanistas y de carácter emocional. Por eso es importante, como comentábamos al principio, desarrollar bien la estrategia en un centro escolar. En nuestras manos está el futuro de la humanidad, y ahora más que nunca.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/jose-navalpotro-se-puede-ensenar-sin-aprender/

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Entrevista a Sonia Gaya: “En el Parlamento andaluz se habla de aulas prefabricadas, de política educativa muy poco”

15 octubre 2017/Fuente:eldiariodelaeducacion /Autor:Daniel Cela

A Sonia Gaya, nueva consejera de Educación y exportavoz de FETE-UGT le quedan por delante 18 meses para poner en marcha su propia política educativa. Un plazo muy corto para los tiempos educativos y parlamentarios.

Sonia Gaya sabe de educación. Les puede parecer de perogrullo tratándose de la actual consejera de Educación de Andalucía, pero créanme: no es tan sencillo. Este departamento ha tenido nueve titulares desde 2007, ninguna otra área del Gobierno ha experimentado tal baile de consejeros y ninguna otra comunidad tuvo tantos en tan poco tiempo. Gaya (Huelva, 1969) tiene un requisito especialmente complejo para estar aquí: durante muchos años se sentó al otro lado de la mesa sectorial de Educación, como portavoz de FETE-UGT, y ahora ocupa el puesto de quienes antes fueron sus interlocutores. Dicen que es consejera “en virtud de la paz sindical”, y ella apunta que ha metido en la cartera la lista de reivindicaciones que dejó pendiente al otro lado de la mesa de negociación. Claro que su nombramiento tiene truco: apenas cuenta con 18 meses para cambiar o impulsar todo lo que siempre quiso hacer estando fuera. ¿Por dónde empezar?

En Primaria recomiendan mantener a un tutor con el mismo grupo toda la etapa. El Gobierno andaluz ha tenido nueve consejeros de Educación en 10 años. ¿Cómo afecta esto a la hora de definir una política educativa a largo plazo?

Creo que sí afecta, efectivamente. Porque cada consejero ha tenido una impronta especial en su mandato. También es cierto que es muy difícil gestionar la educación en una comunidad como Andalucía [1,8 millones de alumnos, unos 4.500 centros y 98.091 profesores]. La educación siempre está en el punto de mira, porque la sociedad demanda mucho de ella. A veces el perfil bueno de un consejero no acompaña a la demanda de político y social ese momento, quizá eso es lo que ha provocado tantos cambios de titular. Pero no es porque la cartera de Educación nos queme, no debe hablarse de quemarnos. Los que asumimos esta responsabilidad sabemos lo que implica. Es un reto bonito, pero fácil no es.

Usted estuvo fue portavoz de FETE-UGT. ¿Se ha traído sus reivindicaciones sindicales a la agenda de la consejería?

Como FETE-UGT, nosotros nunca hemos hecho reivindicaciones ilógicas. Siempre nos hemos preocupado tanto por los trabajadores como por la educación en sí. Ese discurso educativo lo interiorizamos en el sindicato y no lo puedes abandonar cuando llegas a la Consejería. Pero es cierto que hay cosas que ahora te gustaría hacer y no puedes…

¿Por ejemplo?

No puedes porque los recursos son limitados, tienes que gestionar y medir mucho los equilibrios. Y además eres parte de un Gobierno que también toma decisiones, pero sigo pensando que la mayoría de mis prioridades antes, lo siguen siendo ahora.

Su situación es peculiar. Se ha pasado muchos años vigilando, cuestionando y proponiendo mejoras. Ahora está en su mano. ¿Cuál es su prioridad?

Verá, no sólo tengo un tiempo muy limitado por delante, apenas 18 meses. Es que lo normal es diseñar un programa de Gobierno en educación, y yo he llegado en mitad de ese programa. Siempre he pensado que hay que empezar a arreglar cosas por la parte de abajo. Tanto cambio de modelo educativo, al final nos hace perder el rumbo sobre qué es la política educativa. Y hay que hablar de política educativa, con sensibilidad y con sensatez. Lo primero para nosotros es reabrir el debate sobre cómo organizar las etapas de Infantil y de Primaria.

¿En qué sentido?

Hemos visto cómo la Lomce ha ido secundarizando la Primaria. Ha traído un montón de especialidades y opciones, un horario muy diversificado, tienen muchísimos maestros para un alumnado tan pequeño. Tampoco sé si funcionan las distribuciones horarias entre troncales y específicas… ese debate queremos abrirlo. Hay que empezar por los más pequeños e ir comprobando hasta dónde dura el éxito y en el momento que se produzca el fallo, ahí es donde tendremos que actuar.

Los resultados de la prueba Escala (2º de Primaria) son buenos, los del PISA están por debajo de la media nacional.

Creo que será en las transiciones de curso donde hay que intervenir: entre Infantil y Primaria y entre Primaria y la ESO, pero no sólo. A veces me planteo si hay que normativizar tanto la educación, porque al ser una comunidad tan grande, las casuísticas son tremendas. Hay que regular para garantizar la igualdad, la transparencia, la objetividad… pero a veces me cuestiono si tantísima regulación impide mayor innovación o autonomía por parte de los maestros.

¿Eso es lo que le dicen los docentes? ¿Que el exceso de normativa encorseta su capacidad para educar con más imaginación?

Ellos siempre plantean que hay demasiada burocracia, que les agobia y les impide dedicar su tiempo a otras cosas más productivas. Imagínate que un maestro quiere hacer cambios en el horario de las materias curriculares, las tutorías o los talleres… no se puede porque todo está muy tasado. Difícilmente pueden abordar otro tipo de proyectos más innovadores, pero ese exceso normativo a algunos no les impide innovar. Quienes lo consiguen son precisamente los colegios que hacen un sobreesfuerzo porque están en zonas muy deprimidas social y económicamente. Esas prácticas se pueden trasladar y hacer experiencias piloto en la mayoría de las escuelas.

La crisis ha hecho involucionar el paradigma con el que pensamos la escuela. Se vuelve a hablar más desde la perspectiva asistencial que pedagógica, seguramente porque a la escuela pública le está tocando cubrir los huecos de muchas familias: comedores, aula matinal, transporte, gratuidad de libros… ¿Este debate no ha desplazado el peso de una verdadera política educativa?

Si usted lo que me está diciendo es que el profesorado cree que ponemos el acento en estas cuestiones y no en la labor docente, yo le digo que nuestro discurso compatibiliza las dos cosas. El Gobierno andaluz lucha por la igualdad de oportunidades y para ello hay que garantizar que el punto de partida de todas las familias sea el mismo. Otra cosa es que en la actividad parlamentaria, lo que nos demandan los otros grupos políticos sean cuestiones muy concretas: climatización, aulas prefabricadas… De política educativa se habla poco en el Parlamento.

¿Y centrar ahí el debate no es tramposo?

Pero yo de eso no tengo la culpa. He intentado llevar a la comisión de Educación y al pleno el debate educativo, pero al final la respuesta que encuentro es una lucha de cifras y datos. Tengo que responder a lo que me demandan legítimamente los grupos parlamentarios. Cuando se habla de inversión en educación, esto también entra y es importante. De nada sirve tener planes maravillosos, si las familias no tienen dinero para acceder a ellos.

La Consejería vendía cifras en época de bonanza, cuando se podían comprar ordenadores y pizarras digitales. El problema, quizá, es si se ha apostado por un proyecto concreto a largo plazo.

Yo creo que el problema no está en decidir una política educativa concreta. Si el pacto educativo saliera adelante, sería bueno, porque recogería aspectos en los que todos coinciden. El pacto habla de la no segregación del alumnado, de la atención a la diversidad, de la modernización de la escuela, de la Formación Profesional, del bilingüismo, de la carrera docente… Si se logra na nivel estatal 10, 15 o 20 puntos importantes que han funcionado, eso sería fundamental.

Por ahora el Pacto es una entelequia. Además, no evita el gran fantasma de este departamento: la dificultad de concreción de sus políticas… Le pongo un ejemplo: la Junta acaba de abrir la puerta a la semigratuidad de las matrículas universitarias. Es una medida concreta y fácil de cuantificar pero, sobre todo, es pionera y que distingue políticamente a este gobierno. ¿Cuál fue la última apuesta política innovadora que se adoptó en enseñanzas medias?

Hombre, empezando por la Ley de Educación de Andalucía (LEA, 2007), que fue una buena ley con gran consenso político, social y sindical. En su desarrollo de la se lograron cosas hasta la crisis. Había, por ejemplo, paz sindical. La crisis supuso un retroceso. Cuando tienes que atender a una población escolar tan grande y a una plantilla docente tan amplia, la crisis y los cambios normativos del Gobierno central obligaron a la Junta a paliar, en la medida de lo posible, lo que quedaba. Dese cuenta del triángulo: crisis, Lomce y un Real Decreto que nos ha afectado muchísimo… Es una situación en la que intentas ir sobreviviendo para que el perjuicio sea el menor posible. En ese marco, es difícil plantear una medida educativa maravillosa y exitosa. Ahora estamos en vías de recuperación, en noviembre de 2016, el Consejo de Gobierno aprobó el Plan de Éxito educativo, que introduce algunas iniciativas buenas, y debemos ir cumpliéndolas en tiempo y forma.

El presupuesto de Educación ronda los 7.000 millones. Más del 80% es plantilla docente. ¿Se puede hacer política con el dinero restante o nos confiamos a la labor docente?

Se puede hacer política con el dinero restante y se hace mucha política con la labor del profesorado.

Tienen unos 98.000 docentes. Si hay algo que usted sabe más como representante sindical que como consejera es sobre sus necesidades. ¿Están contentos con la escuela?

Una pregunta complicada. Es difícil que todos entiendan que la educación es un sistema vivo, en permanente movimiento, y que las necesidades en un periodo no son las mismas en otro. Y no por parte de la Administración, sino del propio sistema educativo. A veces en Twitter me dicen: “Parece mentira que no lo entiendas”. Yo sí lo entiendo, pero uno tiene que gestionar racionalizando los recursos públicos, haciendo un esfuerzo por afectar lo menos posible a determinados colectivos.
El otro día un interino en Twitter me decía en un privado: “Esto era muy fácil: un interino de Primaria sólo da clases de Primaria y nadie más entra a dar clases de Primaria”. Y yo le ponía el ejemplo de Secundaria: Si tú tienes seis horas de Geografía e Historia y diez de Inglés en la ESO, ¿el director qué perfil va a pedir? Y él respondía: el de Inglés. Claro, y por el Real Decreto de atribución docente, va a dar las seis horas de Historia. ¿Tú contratarías a dos profesores para las diez horas de Inglés y otro para las seis horas de Historia? Son recursos públicos, eso no puedes hacerlo.

Entiendo que se refiere al enfado de los muchos interinos que este año se han quedado fuera del sistema…

Sí, en efecto. Estos son los encajes que hay que hacer a veces, porque son horas sueltas y no todo el mundo tiene los horarios completos de su especialidad. Por eso unas listas de interinos en bolsa van más rápido y otras menos. Yo entiendo que es muy difícil esperar, sobre todo si ya han trabajado antes. El que ha dado clases un año no entiende que al siguiente no le llamen. En Primaria e Infantil además nos encontramos con el descenso de la natalidad. Si analizamos la colocación este año de la ESO, hay especialidades en que ha empezado a trabajar gente con muy muy poco tiempo de servicio (con una sola vacante), porque ahora el pico de escolarización lo tenemos en Secundaria. Hay recursos que tienes que mover dentro del sistema inevitablemente, por mucho esfuerzo que hagas por mantener a los maestros de apoyo en Primaria, aunque pasen normativamente el límite que tenemos establecido para esos recursos. Estamos trabajando con los sindicatos sobre las sustituciones, porque es verdad que lo que no puede ocurrir es que un profesor asignado a refuerzo educativo se lleve todo el año cubriendo una sustitución, eso es imposible. Los maestros de apoyo deben estar para el apoyo, y puntualmente deben cubrir una baja, y nunca de larga duración.

En general, en Andalucía, hay poco movimiento en bolsas entre especialidades…

Muy poco o ninguno. Se está trabajando con los sindicatos para permitir más movilidad y flexibilidad, por ejemplo cuando adquieran formación en idiomas. Si tú eres de Primaria y en tres o cuatro años que no se ha modificado la bolsa logras una acreditación de idiomas, ¿por qué no te vamos a permitir pasar a una bolsa bilingüe si ya tienes el título? Aquí en Andalucía las bolsas no son abiertas, como ocurre en el resto de comunidades, son bolsas anuales o plurianuales, en las que van aportando méritos. El movimiento en las bolsas es lo que aquí se pretendió con el decreto 302, y hubo un rechazo rotundo…

¿Por qué?

Porque aquí siempre ha primado el tiempo de servicio como criterio único para la ordenación en bolsa. El decreto 302 buscó más movilidad, combinando la experiencia con la formación. Si yo hago X cursos de formación, pero tengo menos tiempo de servicio, y tú tienes más experiencia, pero no haces formación, puede llegar un momento en que yo me ponga por delante en la bolsa. Eso no gustó a los interinos y se paralizó. No me atrevo a asegurarlo al 100%, pero creo que somos la única comunidad que tiene el tiempo de servicio como criterio único de ordenación en las bolsas de interinos.

Y a usted no le parece mejor que la experiencia sea el único criterio…

A ver… Yo creo que este tipo de cambios se pueden hacer cuando el porcentaje de interinos es muy pequeño. Si los interinos tienen muy poco tiempo de servicio, a lo mejor se puede ponderar más la formación… yo no lo voy a hacer, ¿eh? Porque ya tengo claro el rechazo que tuvo el decreto 302, y es un debate que no voy a abordar. Pero cuando hay pocos interinos en bolsa y con poco tiempo, es fácil introducir el debate, porque la gente entiende que el que ha aprobado las oposiciones, pero no ha conseguido una plaza, puede tener más opciones de trabajar. Es ese movimiento permanente de la bolsa el que crea expectativas laborales. No coincido con que este sistema sea bueno cuando el porcentaje de interinos sea muy alto…

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Como ahora.

Como hora, efectivamente.

Ahora el porcentaje de interinidad está disparado, en parte por el tope a la tasa de reposición. Pero muchos interinos que trabajaron el año pasado se quejan de que este no han logrado plaza por errores de planificación del currículum. ¿Esto es así?

Yo no entiendo que haya habido problemas en la planificación del curso. La planificación es algo escrupuloso, otra cosa es que haya gente a la que no le gustan las asignaturas que dan. ¿Usted recuerda cuando empezó la especialidad de Primaria en 2007? Hubo una protesta general de los profesores de Educación Física y Música, porque se había creado la especialidad de Primaria, con el derecho exclusivo de impartir las materias troncales. Hasta entonces, eran los de Educación Física y Música quienes estaban habilitados para dar Primaria. Muchos de ellos se vieron desplazados y se quedaron sin trabajo. Ahora ha ocurrido algo similar cuando el Gobierno andaluz ha decidido implantar una segunda lengua extranjera obligatoria en Primaria (Francés). Por supuesto que tiene su efecto en la plantilla, pero eso no es una mala planificación. Se puede estar o no de acuerdo con las medidas de la Consejería, pero eso no es mala planificación. Y pasa lo que pasa siempre: si el maestro de Francés no tiene el horario completo y le faltan dos horas, probablemente dé dos horas de generalista. Y no ocurre al revés, porque no puedes tener al de generalista dando Francés. Eso pasa constantemente en educación. Es de sentido común.

Consejera, ¿se pueden alcanzar los objetivos de una etapa como la ESO terminando con dos suspensos?

Ese debate…yo puedo tener mi opinión personal. Lo que estamos evaluando es una etapa completa, con muchas asignaturas. El alumno puede haber cursado de primero a tercero de ESO sin problemas, y que al final de 4º le queden dos materias. Al evaluar la etapa, yo creo que no hay problema en que lo haga en junio o en una convocatoria extraordinaria. Verá, cuando oigo hablar de la cultura del esfuerzo a gente que tiene el examen dos semanas después de que acabe el curso, sinceramente, no me parece tampoco muy coherente. En la reunión con el ministro hace tres semanas estuvimos hablando de este tema, y él aludía a que debería ser uniforme lo que hiciéramos respecto a la evaluación. Yo lo entiendo pero quien tiene las competencias para regular la evaluación es el Ministerio. El ministro quiere llevar este tema a la conferencia sectorial de Educación y yo le dije que deberíamos llevar la evaluación global: si hay pruebas extraordinarias, cuándo, cómo deben ser…y partiendo de que nosotros creemos que la evaluación debe ser continua y sobre competencias adquiridas al final.

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A principios de año, Andalucía decidió no renovar los conciertos a colegios que segregan por sexo. Susana Díaz dijo: “Quien quiera una escuela exclusiva de niños que se la pague”. Pero la Junta sigue financiandolos, porque los tribunales les dan la razón. ¿No sería más útil impulsar una iniciativa en el Congreso para derogar ese apartado de la ley? ¿O es que esto es una línea roja en la negociación del pacto?

No. No es una línea roja para nada. El PP, hace un mes, presentó una PNL sobre la libre elección de centros en el Congreso para reforzar ese aspecto de la Lomce que blinda los colegios con educación diferenciada. Y la respuesta del PSOE ha sido presentar tres PNL, una de ellas sobre la no segregación, no sólo por sexo, sino para evitar por ejemplo que el alumno que elija Religión no pueda escoger también Valores Éticos, porque ahora la ley le obliga a seleccionar una de las dos. La postura del PSOE andaluz es clara: no queremos la segregación ni a nivel estatal ni autonómica…

¿Cuál va a ser su impronta como consejera en estos 18 meses?

Mi impronta en un año y medio, no lo sé. Lo primero que me gustaría es que no exista tanta crispación y desconfianza en el mundo educativo, que todo el mundo tenga claro que juntos podremos hacer más cosas que por separado. Y que si estoy dispuesta a escuchar como consejera, que los demás también estén dispuestos a escuchar. Que no simplemente por ser de la Administración siempre debe haber un enfrentamiento continuo. ¿Y qué me gustaría y no está en mi mano? Pues que la educación no estuviera tan politizada.

El expresidente José Antonio Griñán solía decir que “la verdadera política es la educación”.

Sí, pero está politizada hasta el punto de que cualquier cosa que se haga está cuestionada por razones ideológicas… o lo que hablábamos antes del Parlamento, que se trate de conseguir el titular de escándalo para que la gente se alarme o piensen que las cosas no funcionan. Y entiendo que los grupos tienen su estrategia de oposición, pero ojalá los debates estuvieran en las cosas importantes de la educación.

¿Eso es una crítica o una autocrítica?

Estamos intentando marcar nuestra propia agenda política, pero a veces tengo la sensación de que la línea política no interesa. Es un poco árido moverse en este terreno. Si políticamente no puedo conseguir cierto compromiso o complicidad en una serie de cuestiones, desde luego lo voy a intentar con los padres, madres y docentes…

 

Fuente de la entrevista: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/10/en-el-parlamento-andaluz-se-habla-de-aulas-prefabricadas-de-politica-educativa-muy-poco/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/10/EDU_Sonia_Gaya_CG-_03-10-17-GC_062.jp

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El valor de ingresar a una universidad: más allá de las aulas

07 de octubre de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Andrés Manrique León

El interés de las personas por ingresar a la universidad radica en gran medida en la posibilidad de cursar un estudio que les permita generar conocimientos sólidos acerca de un área específica, ya sea, en ciencias exactas, leyes, ciencias naturales, ciencias sociales, áreas de la salud, uso de conocimientos científicos a la invención, como lo es el caso de las ingenierías y otras especialidades como la música o las artes.

Sin duda, desarrollar competencias, habilidades y aptitudes para desenvolverse de la mejor manera durante el desarrollo de la formación profesional, y posterior a la misma, debe ser el punto con mayor relevancia de un proceso de formación universitaria. Sin embargo existe una gran variedad de espacios extracurriculares, y de oportunidades, al interior de las universidades que permiten que los estudiantes fortalezcan y/o consoliden su identidad dando con ello un complemento a esa formación integral a la cual la mayoría de las personas aspiran.

En la mayor parte de universidades de nuestro país se ofrecen espacios de bienestar universitario o acompañamiento integral; las universidades cuentan con espacios de cultura que permiten ahondar en situaciones que comúnmente no se presentan en las aulas de clase. De esta manera, se han consolidado espacios como: conversatorios de música, proyección de documentales, obras de teatro, talleres de baile, enseñanza de dibujo, pintura o fotografía.

Sumado a esto hay otros escenarios para generar un aprendizaje más profundo, este es el caso de aquellos estudiantes que se vinculan de manera directa con grupos o semilleros de investigación a partir de sus intereses particulares. Igualmente, hay una alta posibilidad ya sea de asistir a convocatorias o concursos académicos; presentar ponencias de adelantos científicos; realizar cursos de extensión dentro del campus universitario; asistir a charlas informativas sobre métodos de estudio o poner en práctica estilos de vida saludables, a partir de una sana alimentación y nutrición.

En igual medida, la universidad alberga la posibilidad de brindar o asistir a charlas informativas sobre experiencias de intercambio académico en diferentes lugares del mundo y realizar publicaciones académicas, literarias, ensayos o reseñas. También se encuentra la posibilidad de asistir a reuniones interdisciplinares donde existe la posibilidad de conocer sobre un tema específico desde diversas perspectivas pues allí convergen estudiantes de múltiples carreras y universidades que exponen sus ideas a partir de su formación y de sus experiencias propias.

Lo anterior es tan solo una pequeña muestra de la diversidad de oportunidades extracurriculares que ofrecen las instituciones de educación superior. Precisamente, es ahí donde se vuelve a resaltar la importancia y el valor que se da cuando una persona inicia un proceso de formación universitario, su aprendizaje va más allá de las aulas de las clases de cálculo, física, historia, geografía, introducción o fundamentos de alguna asignatura de la malla curricular.

Así, al final del proceso, la persona logra darse cuenta que su paso por la universidad no sólo estuvo marcado por la vida académica sino también por esa diversidad de espacios extracurriculares de los que pudo haber participado.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/andres-manrique-el-valor-de-ingresar-a-una-universidad-mas-alla-de-las-aulas/

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La violencia en las aulas: del acoso al ciberacoso

Por: Fausto Segovia Baus

Desde 2012 al 2016, las autoridades han reportado 343 denuncias por delitos sexuales perpetrados en las aulas o detectados allí, en todo el país. Esta noticia y otras del mismo talante causan incredulidad, sobresalto y desconfianza en ciertos planteles, que tienen la obligación de velar por la integridad de los educandos y por su salud física, social, moral y espiritual. Reflexiones críticas frente al acoso y ciberacoso, y las alternativas de “mínimos morales” ante un fenómeno que está fuera de control.
El problema de la violencia es estructural, dicen los expertos. Pero esta declaración –aunque valedera- no alude a las causas de este fenómeno que se expande en la familia y la escuela, dos instituciones básicas de la sociedad donde se forman y practican valores humanos. ¿Qué está sucediendo con la Ética? ¿Está secuestrada o ‘domesticada’? ¿O hay un vacío ético? ·
Relativismo
La violencia en las aulas es un efecto, y al mismo tiempo una causa de un conflicto global, que delata el síntoma de una enfermedad mayor: el relativismo moral o anarquismo ético, que asuela el mundo por la caída creciente de los referentes que consiste en el ‘decaimiento’ de los valores que antes se consideraban inmutables o inamovibles, y que ahora impactan en los hábitos y comportamientos en todos los escenarios de la vida humana.
Padres, profesores y estudiantes somos partes constitutivas de una misma sociedad, que vemos con preocupación el ascenso vertiginoso de diversos tipos de violencia, en las propias familias y en las aulas escolares. Los casos que atiende el sistema de justicia del Ecuador, en relación a la conflictividad familiar solo son comparables con los del narcotráfico, los cuales revelan la gravedad del problema y la urgencia de políticas públicas y programas específicos, de carácter multidisciplinario, que permitan un cambio radical de la matriz educativa, que ayuden a personas concretas a desarrollar conductas prosociales.
Los dogmas en decadencia
Frente al derrumbe –no de los valores humanos sino de sus prácticas-, caben nuevas visiones de sociedad y de educación, que perfilen una transformación integral del sistema educativo. Porque –en realidad- el tema del acoso escolar –que es una forma sutil de corrupción-, ha rebasado las fronteras del currículo o del marco de la escuela y las familias. O como una cuestión exclusiva de los profesores de psicología o religiosos.
Los malos tratos entre iguales y la exclusión social en las escuelas son inaceptables, desde todo punto de vista, y tienen ahora nuevas fachadas y contenidos diferentes, y a veces divergentes de los cánones o normas instaladas otrora por los dogmas, o por el laicismo difundido en la retórica, pero no en las actitudes y comportamientos.
El caos ético es entonces caldo de cultivo que se incuba en las familias –donde se han descubierto casos de abuso sexual-, y en los espacios escolares centrados en enseñar contenidos y no a pensar, sentir y actuar como iguales, y a respetar la integridad de niños y jóvenes. Causa grima constatar la existencia de ciertos docentes –muy poco decentes- acusados de abusos sexuales en las aulas escolares. Ante lo cual un proceso de depuración –no solo reglamentario- es urgente.
Educación de las emociones
Una carencia enorme en la formación de los seres humanos es la educación emocional. Y esta carencia no se cura con cursos, diplomas o posgrados. Adela Cortina, investigadora española, autora de “La Ética de los Mínimos”, reconoce “la existencia de una dimensión ética en el ser humano, a la que ninguno puede renunciar. Esto es innegable. Pero algunos neuro científicos aseguran que se puede fundamentar una ética universal desde el cerebro. Y eso es lo que está por ver”.
Ella sostiene -junto con Apel y Habermas- “la racionalidad del ámbito práctico, el carácter necesariamente universalista de la ética, la diferenciación entre lo justo y lo bueno, la presentación de un procedimiento legitimador de las normas y la fundamentación de la universalización de las normas correctas mediante el diálogo”.
Mínimos morales
Un punto de partida para sostener una propuesta viable –según Cortina- serían los derechos humanos (el ámbito ético de tales derechos), como marco de la promulgación de los códigos jurídicos vigentes. Al respecto, un criterio válido para promulgar dichas normas sería contemplar la variedad de creencias que se encuentran en las distintas culturas a las que los hombres pertenecen. “Así –dice la escritora- los derechos humanos son un tipo de exigencias cuya satisfacción debe ser obligada legalmente, y por tanto protegida por los organismos correspondientes, y el respeto por estos derechos es la condición de posibilidad para poder hablar de hombres y mujeres con sentido”.
El tema de fondo es ‘que en una sociedad democrática y pluralista tiene sentido no inculcar en los jóvenes la imagen o modelo del hombre ideal, pero tampoco la sociedad debe renunciar a transmitirles actitudes sin las que es imposible la convivencia democrática. De allí la importancia de explicitar los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir: los principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se pueden renunciar, pues hacerlo sería renunciar a la vez a la propia humanidad. Tal vez no responde o no puede responder a todas las aspiraciones que compondría una moral de máximos, pero es el precio que hay que pagar por pretender ser transmitida a todos”, afirma Cortina.
El acoso y el ciberacoso
Las preguntas son, en este contexto, más numerosas que las respuestas. Frente al acoso frecuente –amplificado ahora por las redes sociales y la Internet- no caben recetas ni dogmas, sino “puentes de diálogo tendientes a dilucidar cuál es el bien, ya que es un error pensar a los hombres como individuos capaces de acceder en solitario, a la verdad y al bien. El diálogo permite a la ética situarse a medio camino entre el absolutismo, que defiende unilateralmente una moral determinada y el relativismo que disuelve la moralidad, entre el utopismo, que asegura la llegada inminente de un mundo perfecto y el pragmatismo, que elimina toda utopía perdiéndose en la inmoralidad”.
La disolución del sujeto y la sociedad, en los términos de Zygmunt Bauman, al parecer no es la alternativa práctica, pero si explica razones que el intelectualismo, el utopismo y el pragmatismo, no lo pueden resolver. Por eso, el tema de la violencia –acoso y ciberacoso incluidos- ingresa necesariamente en el territorio de la ética, del mismo ser humano que es esencialmente –nos guste o no- violento.
Y frente a aquello no hay otra alternativa que seguir conociendo a las personas, aprender a manejar sus derechos, comunicarnos más y realizar –si cabe el término- un clic a nuestras conciencias, para compadecer, conmoverse e impresionarse. Y buscar, comunitariamente, salidas originales, con mínimos morales y muchas, muchísimas prácticas sociales, con enfoques más contextuales, más ecológicos y participativos, que insistan en acciones pedagógicas que viabilicen la gestión democrática de la convivencia, la educación de las emociones, los modelos colaborativos, la coeducación, la formación de actitudes y valores, con nuevos supuestos teóricos y nuevas metodologías. La tarea no será fácil.
Fuente de la Noticia:

 https://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/violencia-aulas-acoso-ciberacoso-faustosegovia.html.

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Mercè Gisbert: “El cambio implicará ampliar los escenarios educativos”

España / 10 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Tiching

En los últimos 15 años el rol del profesorado en clase ha cambiado mucho. ¿Cree que el cambio continuará produciéndose? ¿Se convierte la figura del profesor en una profesión dinámica en constante evolución?
Sí, claro, el mundo cambia a gran velocidad y también debe hacerlo la educación. Pero una educación en mayúsculas que va mucho más allá de la escuela, propiamente dicha. Hemos de pensar en una comunidad escolar (sociedad, instituciones, familia, centros escolares, profesores y los propios estudiantes). Pienso que, a diferencia de otros cambios educativos, el cambio actual tendrá mucho que ver con la ampliación de los escenarios educativos en los que la escuela solo será uno de ellos.
En este contexto, evidentemente, el papel del profesor será fundamental pero más como “líder” del proceso educativo, como facilitador del aprendizaje, como experto en contenidos y también como estratega en el uso de los recursos tecnológicos. Para poder asumir todas estas responsabilidades en un mundo digital en continuo cambio, hemos de definir un perfil del profesor versátil, flexible, emprendedor y capaz de asumir que debe preparar a los estudiantes para un mundo en continuo cambio del que ya nunca tendrá todas las claves. En definitiva, todo un reto.

¿Cuáles diría que son las 5 cualidades o competencias con las que un docente debe entrar hoy en día a un aula?
Necesitamos  especialista en contenidos y en educación, profesionales que sean competentes digitales, que sean líderes educativos, que sepan colaborar y trabajar en grupo, y que sean flexibles y versátiles para saber gestionar los cambios que se avecinan. Competencias para las que tendremos que formar a las nuevas generaciones de profesionales y para las que deberemos diseñar acciones de formación permanente que ayuden a todo el profesorado en ejercicio a asumir los retos de la educación actual.

Preparar una clase hace 15 años no suponía el mismo esfuerzo que supone ahora. Tampoco los resultados que se obtienen ahora son los mismos. ¿Cree que esto produce reticencias importantes por parte de los profesores para incorporar las nuevas tecnologías?
Sí, la verdad es que la situación del profesorado es diferente a la que era hace 15 años, pero su formación y su preparación también lo es. Desde hace más de una década en la formación inicial del profesorado se trabaja la incorporación y el uso de las tecnologías en los procesos educativos. Que estén preparados no significa que lo asuman como una responsabilidad profesional ineludible y que utilicen las tecnologías de manera natural. También es verdad que el sistema escolar tiene los mecanismos necesarios para poder supervisar el desarrollo de la labor docente.
Dicho esto, yo no utilizaría la palabra ‘reticencia’. Yo creo que si como sistema educativo se instaurara la exigencia de utilizar las tecnologías de manera “natural”, no se encontrarían en la disyuntiva de tener que decidir si se utilizan o no. También es cierto que, si bien en Cataluña hace muchos años que existen iniciativas para la incorporación de las tecnologías en el ámbito educativo, no todos los centros tienen los mismos recursos, no todos los entornos sociales son igual de ricos digitalmente ni todos los entornos educativos son igual de ricos en este sentido. Es imprescindible considerar el hecho educativo siempre de manera contextualizada y huir de las generalizaciones innecesarias.

Las aulas como espacios de aprendizaje también han cambiado, han traspasado las cuatro paredes físicas del centro para involucrarse telemáticamente en entornos de aprendizaje virtuales. ¿Qué supone esto para el trabajo del profesor?
A mí hace tiempo que me parece más adecuado hablar de escenarios para el aprendizaje para referirme a todos aquellos espacios (analógicos y digitales) que favorecen el proceso de construcción el conocimiento y, por tanto, de aprendizaje.
Si la realidad es esta quiere decir, no solo que el los aprendizajes traspasan los límites de las aulas analógicas, sino que el profesor debe imaginar, entender y poder planificar diferentes situaciones educativas en las que los estudiantes desarrollan su proceso de aprendizaje de manera autónoma, con recursos y herramientas que ellos seleccionan a su ritmo y gestionando ellos mismos su tiempo. Ya no hay horarios iguales cada día, no se puede controlar el proceso de aprendizaje en grupo y en tiempo real y nos encontramos con una realidad que es la que Bauman predijo hace unos años cuando habló de la realidad y de la educación líquida para referirse al cambio constante y a la imposibilidad de tener unos referentes constantes y para siempre.

¿Qué beneficio obtiene el alumno de esta abertura?
Cualquier proceso formativo que favorezca el respeto del ritmo y los estilos de aprendizajes de las personas que aprenden siempre tiene un valor añadido. Hemos de tener en cuenta, cuando hablamos de abertura, que no a todas las edades el alumnado tendrá la misma cantidad de recursos profesionales para poder asumir el reto de gestionar su propio proceso de formación y asegurar el aprendizaje permanente.
Sí es cierto que los entornos digitales, los recursos electrónicos y el acceso a la tecnología cada vez en edades más tempranas favorece, por un lado, que el estudiante tenga que asumir más responsabilidades en cuanto a su proceso de aprendizaje y esto siempre es interesante puesto que asume, de paso, la responsabilidad de la construcción de su conocimiento. Por otro lado, el hecho de poder acceder a mucha información y recursos diversos le permite, también, tener una visión mucho más amplia del mundo en el que deberá desarrollarse como persona y como profesional.

Con el cambio del rol del profesor, ¿no deberíamos plantearnos cambios en las dinámicas de las aulas como, por ejemplo, que haya más de un profesor en el aula?
Seguramente sí, aunque yo creo que la pregunta clave es: ¿realmente necesitamos aulas entendidas como un habitáculo con cuatro paredes?
Si por aula entendemos un “espacio” (analógico o digital), perfectamente nos las deberíamos plantear como espacios abiertos y diáfanos. Sin ninguna duda las características del espacio condicionan, en gran medida, los procesos de construcción del conocimiento.

Para hacer frente a todos estos cambios y a los que seguramente vendrán, ¿Los profesores requieren de una formación continua?
Claro, ésta es imprescindible. Especialmente en el ámbito de la actualización de la competencia digital. El nivel de desarrollo de ésta debería someterse a revisión, al menos, cada cinco años.
Si tenemos en cuenta también el contexto multiracial y multicultural en el que trabajan muchos profesores, también deberían existir recursos de formación y de asesoría pedagógica para poder garantizar que el profesorado en ejercicio tenga suficientes herramientas y estrategias para poder gestionar su realidad profesional.

La formación inicial del profesorado, ¿qué requisitos debería cumplir? ¿Con qué herramientas deben salir los profesores de las facultades de educación?
En la segunda pregunta he mencionado las competencias que deberían tener los profesores y por tanto me remito a ellas para considerarlas como los ejes de este proyecto de formación inicial. Por añadir alguna a las ya apuntadas, deberíamos tener en cuenta la necesidad de garantizar la competencia lingüística en lengua extranjera así como una materia transversal que podría denominarse algo similar a “cultura contemporánea y que fuera la que le da una visión general de la realidad del contexto social, político y económico en el que vive y para el que tendrá que preparar al alumnado. Sin ninguna duda, no debería salir de la facultad sin tener un certificado de competencia digital, imprescindible para abordar los retos de la sociedad digital, como ciudadano, como profesional y como aprendiz permanente.

¿Qué espacios cree que son los más interesantes para el profesorado para intercambiar opiniones, experiencias, inquietudes, etc?
Creo que hemos de plantearnos tres tipos de espacios: el propio centro (sería la comunidad educativa próxima), el contexto del centro educativo en el que desarrolla su tarea profesional (barrio, ciudad), y los espacios digitales (colaboración y cooperación interescolar e internacional). Por último, su propio espacio personal de aprendizaje en el que puede organizar todos sus recursos, herramientas y estrategias que él o ella gestiona a su ritmo y en función de sus necesidades, intereses e incluso retos.

Fuente de la Entrevista:

Mercè Gisbert: “El cambio implicará ampliar los escenarios educativos”

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México: Google destina 2.1 millones de dólares para apoyar educación en México

México / 09 de septiembre de 2017 / Fuente: http://yucatan.com.mx

A través de la organización Unete, Google.org donará 2.1 millones de dólares para incorporar el uso de la tecnología en aulas mexicanas, a fin de brindar a los docentes acceso a nuevos contenidos y prácticas para su enseñanza.

De acuerdo con un comunicado, el modelo de intervención contempla el equipamiento de aulas y la capacitación de los docentes con contenidos educativos en español, todos alineados a los planes de estudio vigentes.

La plataforma offline que se empleará en el programa será Kolibrí, con la que se espera alcanzar 750 profesores y más de 24 mil alumnos, en 59 escuelas primarias pertenecientes a diez estados de la República.

Google anunció en marzo recursos por 50 millones de dólares en capacitación tecnológica, para que los alumnos y profesores puedan acceder a materiales de calidad, sin que la falta de acceso a internet sea un obstáculo para ello.

“La tecnología ha traído muchos cambios positivos relacionados con la generación y el acceso a contenidos. Pero también el peligro de que se acentúan las brechas entre los que tienen acceso a Internet y los que no”, puntualizó la firma.

Fuente noticia: http://yucatan.com.mx/tecnologia/google-destina-2-1-millones-de-dolares-para-apoyar-educacion-en-mexico

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