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Salud, educación, institución y alternativas al modelo médico de salud agotado

Por: Jorge Díaz Piña e Iliana Lo Priore.

Favorecer una política de salud que se defina como  defensa y cuidado de la autonomía, tanto física, orgánica y biológicamente como intelectual, cultural y espiritualmente, ante el rotundo fracaso del modelo médico o clínico de salud que impuso la modernidad, –fracaso reconocido hasta por las mismas Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de Salud (OPS) y lo evidencian sus tendencias estadísticas de los incrementos sufridos y proyecciones de morbilidad y mortalidad a niveles internacionales o globales–, para garantizar el derecho a la participación y realización social de todos en  los más diversos ámbitos de la convivencia social y de calidad de vida, es una tarea que nos concierne éticamente con prioridad  desde el punto de vista individual y colectivo.  Para comprender esta prioridad, hay que desechar la idea de que la salud consiste en no-estar-enfermo, y de estarlo no hay que asumir ser-paciente-clínicamente y depender únicamente de la atención médica o clínica para intentar restaurarla terapéuticamente.

Esta dependencia anula la autonomía, esto es, el autocontrol individual y colectivo de la vida.  Esa dependencia es lo que ha sido instituido y enseñado educativa y culturalmente, mejor dicho, contraculturalmente, porque todo lo que atente contra la autonomía es opuesto a la cultura y a la libertad deseada como auto-co-determinación de los modos de satisfacer equitativamente y con justicia las necesidades y los deseos vitales, por cuanto la libertad responsable depende paradójica y relativamente de la autonomía. Sin embargo, la autonomía puede intervenir reflexivamente sobre las condiciones de poder y subordinación que alienan y hacen depender la libertad, e incidir contrarrestando  su control heterónomo (por otros con poder que dominan y manipulan mediáticamente) a través de instituir contrapoderes emancipadores de la alienación para defender la calidad de vida e impedir su progresiva degradación por la depredación de la naturaleza y la corporeidad humana debidas al neoliberalismo que entre otras aspectos, induce  las enfermedades endémicas,  la contaminación y calentamiento global, el individualismo competitivo y su estresamiento correlativo, sobreexplotación de la fuerza de trabajo, la falta del cuidado de sí (y de los(as) demás), la producción y el consumo antiecológicos, condiciones antiergonómicas en el campo laboral, etc.

De allí la relevancia de saber articular la salud con la educación y lo instituido al respecto para indagar sobre las opciones alternativas.  Para empezar, habría que recuperar concepciones sobre la salud que han sido solapadas.  Entre estas, nos parece importante la definición dada por George Calguilhem en su famoso texto Lo normal y lo patológico (2005), al definir la enfermedad como la incapacidad de un cuerpo para instituir normas y transformarlas (lo patológico); lo contrario, su capacidad para normar o normarse (lo normal), sería lo saludable. Canguilhem  lo expresó así:

“estar sano no es sólo ser normal en una situación dada, sino también ser normativo en esa situación y en otras situaciones eventuales.  Lo característico de la salud es la posibilidad de superar la norma que define lo momentáneamente normal, la posibilidad de tolerar infracciones a la norma habitual e instituir normas nuevas en situaciones nuevas” (pp.149-150)

Por lo tanto, lo normal o saludable se correspondería con la condición autónoma de los cuerpos. Así mismo, lo opuesto seria lo alienante, la limitación de la autonomía y de su libertad relativa o plena. En consecuencia, la opción alternativa a la terapéutica médica que transforma al presunto enfermo en paciente (alienado por carecer de capacidad para normarse o normalizarse por cuenta propia), radicaría en aquella que restaure su capacidad de normar con autonomía y lo desaliene de su sujeción o dependencia.

Lo expuesto hasta ahora, advierte en torno a los obstáculos que se le interpondrían a la realización de una política pública de salud orientada a propiciar y favorecer la autonomía porque tanto la lógica del discurso educativo como la dinámica de lo institucional prevaleciente, así como el modelo médico, conspiran contra ello, ya que su naturaleza sociocultural es reproductora de la dependencia heterónoma, de la sujeción de los individuos al biopoder (el poder ejercido sobre la vida).  No obstante, al ser lo institucional un mecanismo social para estabilizar el sentido y las condiciones de realización del discurso hegemónico sobre la salud y la enfermedad, la estabilidad así conseguida, está condicionada por la entropía (tendencia a la degradación o disfuncionalidad de un cuerpo, organización o sistema, -es la segunda ley de la termodinámica-, y que, por ello, tiende a producir una reestructuración interna alternativa o superadora denominada neguentropía, también llamada, estructura disipativa), por la inercia que genera y que, al mismo tiempo, demanda su transformación a través de la dialéctica de lo instituido y lo instituyente o contrainstitucional, como el análisis institucional de René Loureau (1991), en su obra El análisis institucional, y otros, nos lo han hecho comprender.  Ellos han puesto en evidencia la acción de sujeción y entropía de lo instituido en las organizaciones y la potencial acción alternativa de lo instituyente o estructura disipativa que se le contrapone mediante analizadores o dispositivos de análisis que lo hacen manifestar.

Con base en ello, propondremos una estrategia interpretativa y de promoción transformadora de las relaciones complejas e incompletas por su incertidumbre, entre las acciones educativas y la dinámica institucional en el campo de las políticas de salud.  Una estrategia de naturaleza tensional y no causal, que permita construirle viabilidad teórica y metodológica a las políticas públicas en salud a través de la educación permanente de los trabajadores de la salud y de toda la población, que contribuyan al desarrollo de su autonomía social para defender y construir calidad de vida.

La estrategia consiste en representar y dinamizar las relaciones a manera de cruzamientos entre el eje de los dispositivos  lo-institucional y lo-educativo, y el eje continuo y diferenciador de los estados dependencia-heterónoma y autonomía.  A tal efecto lo ilustraremos con un diagrama en el que se interceptan los ejes para lograr representar y dinamizar los cruces.

En el plano inferior al eje horizontal, ubicamos los cuadrantes correspondientes a los cruzamientos entre lo-institucional y lo-educativo con la dependencia-heterónoma, bajo el dominio de la racionalidad instrumental (o lógica de pensamiento y acción que inviste o concibe a todos los aspectos como medio, recurso o instrumento para lograr un objetivo).

El cuadrante de lo educativo/dependencia-heterónoma ubica el proceso de normalización social que se da por medio de las acciones educativas de poder-saber a escala masiva o gestión-de-gubernamentalidad sobre la población y de la subjetivación individual o “gobierno-de-sí-mismo(a)”: como se debe ser.

El cuadrante de lo institucional/dependencia-heterónoma activa la construcción de lo instituido como norma por el poder que, de acuerdo a lo expuesto con anterioridad, corresponde a lo establecido como lo normal y lo patológico para el campo de la salud, y como lo normal y lo no-normal para otros campos (por ejemplo, el educativo).

Como ya señalamos, estos dos cuadrantes interactúan retroactivamente reforzándose entre sí, ya que lo educativo institucionaliza y lo institucional educa; conformando una barrera que a modo de eje-pared, salvaguarda a la dependencia-heterónoma y bloquea las acciones que tiendan a favorecer la autonomía; es su dinámica institucional inmanente, lo instituido y la normalización operan con ese horizonte de sentido. Entre las posibles acciones de autonomía bloqueadas, reprimidas o subordinadas ubicamos, por ejemplo, a las terapias alternativas a las alopáticas: saberes terapéuticos populares o ancestrales que son acervos culturales de las comunidades originarias, étnicos, etc.

El plano superior del eje lo-institucional/lo-educativo, localiza su articulación con respecto a la autonomía bajo el horizonte de sentido que produce la racionalidad comunicativa-afectual, o razón sensible-empática, es decir, el consenso crítico que induce la afectación identificadora de sentir y sentirse juntos entre los(as)   involucrados(as), (los(as) presuntos(as) enfermos(as) o pacientes, familiares, amistades, trabajadores(as) de la salud, etc. principalmente) que se comunican por afectualidad (resonancia empática entre los cuerpos que, a diferencia de la afectividad  que es intersubjetiva, es trascendente por ser trans-subjetiva).  Este plano es dinamizado por la búsqueda de autonomía como factor atractor y convertidor de las acciones de lo institucional/autonomía. Orienta la reinterpretación de lo instituido como lo normal y lo-patológico/no-normal, a través de su crítica y replanteo como patología-de-lo-normal, propiciando con ello la emergencia de una nueva y relativizada normatividad de lo instituyente, una nueva institucionalidad que late virtualmente como proyecto en el cuadrante de lo-institucional/dependencia-heterónoma.

El cuadrante de la autonomía/lo-educativo, como manifestación reproductora y reforzadora de lo instituyente, activa las acciones auto-co-educativas intersubjetivas afectuales o empáticas, y de reconocimiento de las alteridades u otredades entre sí de los(as) involucrados(as), y de la puesta en escena de la experiencia-de-sí (lo que cada quien ha acumulado reflexivamente individual y comunitariamente como acervo vivido de su tránsito en la condición de enfermo o paciente, familiar, etc.) en la construcción de su autonomía, que se encuentran contrarrestadas, resistiendo, en los cuadrantes de la dependencia-heterónoma/lo-educativo y dependencia-heterónoma/lo-instituido. El reconocimiento de la afectualidad entre pacientes, familiares, amistades, etc., puede llegar incluso a formar grupos o movimientos sociales en defensa de la calidad de vida y contra el neoliberalismo.

La representación gráfica no contrapone excluyentemente a los dos planos que configuran los ejes de manera horizontal.  Si bien los distingue, los relaciona también sistémicamente, de modo que la entropía provocada por la inercia de la dependencia-heterónoma, sea superada por su negación o energía neguentrópica reconfiguradora del atractor autonomía, que la toma de la conversión ecológica de los efectos “residuales” (resistencias contrainstitucionales: por malestares, decepciones, ineficacia, malas praxis, rebeldía, etc.) propiciadas por la misma entropía de la dependencia-heterónoma del modelo médico de salud.

Es una relación compleja, auto-eco-reorganizadora, en términos del pensamiento complejo de Edgar Morin expresado en sus diversos textos publicados.  Con esta perspectiva nos inscribimos en una nueva racionalidad política, una biopolítica como la definió Antonio Negri en su Del retorno. Abecedario biopolítico (2002), que responde a una analítica de la resistencia al biopoder, y en un proyecto ético que para Paul Ricoeur en el texto El sí mismo como otro (1996), orienta “a vivir-bien con y para los otros en instituciones justas y a estimarse a sí mismo en cuanto portador de este deseo” (p. 393), en fin, en la lucha por una “estética de la existencia”.

Correos: diazjorge47@gmail.com  /   ilianalopriore11@gmail.com

Autor Imagen: Luis Tinoco.

 

 

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Autonomía no es soberanía: de la Universidad Colonial a una Universidad Revolucionaria

Por: Ángel Tortolero Leal*

Las viejas universidades venezolanas, ULA, LUZ, UCV, UC y algunas otras, cuyas autoridades están impregnadas de un heredado sectarismo colonial que les atrapa en la preservación de valores ajenos a la democracia participativa, protagónica y bolivariana; insisten en posicionar como verdad incuestionable, una deformada teoría de la autonomía como sinónimo de soberanía que se expresa en la prepotencia supremacista de las y los escogidos por la providencia para gobernarla.

En esos espacios, por lo general, la academia es vista y sentida como endemia, y las «autoridades» que la conducen, imponen toda su carga de odio a lo colectivo, popular, revolucionario y universal, a través de lineamiento, ordenes, directrices. In consultas medidas, domesticadoras de la conciencia y demás dogmáticas posturas, que rayan en el ridículo de pretender posicionar como ciertas, válidas y de perfecta normalidad, conductas psicóticas de rectores advenidos semidioses, omnipresentes, omniscientes, imbatible e incuestionables en su accionar.

En conjunto o por separado, tales individuos dicen ser democráticos, pero no quieren elecciones, también aseguran luchar por la igualdad, pero jamás se ligarían con compañero obrero o empleado, expresan como ideario la libertad de pensamiento, pero quienes osen contradecirlos, son exterminado por las fuerzas del poder que le consagra y por quienes les sirven de cancerberos de sus infiernos.

Ahora bien, el tema no es solo un relato discursivo; un formato colonial o la expresión correspondiente a la división de clase que les es inherente a los convencimientos hegemónicos de esas autoridades abyectas, sino el desconocimiento del debate sustantivo DESDE el pueblo que EN dichas instituciones hacen vida activa y participativa.

En ese sentido, en los predios de muchas universidades públicas, pululan enconados ultra derechista, autoritarios, reformistas y seudo revolucionarios, que se alimentan de las lisonjas y halagos de sus catervas de interesados y circunstanciales sirviente, para obviar, la crítica y el trabajo que implica la construcción del hombre nuevo.

Por eso, en enero de este año que pronto terminará, vimos como las «académicas autoridades de las universidades antes nombradas» apoyaban a Juan Guido como presidente interino y ante el vacío que eso implicó, ahora retan al Estado Bolivariano y a sus instituciones, declarándose en desobediencia ante cualquier decisión de justicia que afecte su estatus «Autonómico» mal digerido.

Ahora bien, que en esas universidades dirigidas por la reconocida derecha fascista, actúen en función de sus intereses supremacistas, no nos extraña; pero que en algunas universidades revolucionarias, se emule tan detestable conducta, no es admisible.

No voy a nombrar por ahora a ninguna universidad en particular, pero seguro estoy que en que entendió, entendió y podrá detectar rápidamente de quien o quienes se trata.

Como universitario y revolucionario, tengo el deber de advertir, sin más pretensión que coadyuvar en la corrección del rumbo y el debate necesario, que los lisonjeros de oficio, adversarios de la revolución, siempre celebran los errores de aquellos, que envestidos de autoridad por mandato de Estado, imitan las costumbres ególatras de quienes deben combatir.

Cuidado, la Universidad Revolucionaria es Debate y Acción, No domesticación, tradición y propiedad individual de nadie. La Universidad de la «V República», debe ser el espacio para la praxis social revolucionaria, colectiva y protagónica de todos sus miembros.

Esa es su verdadera fortaleza y de allí emana su única conducción. Siempre colectiva, comunitaria y en corresponsabilidad indisoluble con el todo.

*El autor escribe para el portal de los y las maestras Otras Voces en Educación

Imagen: caim72 en Pixabay

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Michael Fullan: «La colaboración mejora todos los resultados, de los docentes y el alumnado»

Por: Diario de la Educación

La colaboración entre docentes, con las familias, entre centros educativos y entre las propias regiones es la mejor manera de mejorar el sistema educativo. Este, según el canadiense, debe proveer a sus integrantes, la condiciones necesarias para poder realizar este cambio.

Michael Fullan es un hombre de 79 años lleno de energía. Ha estado en España un par de días en los que ha impartido sendas conferencias sobre la reforma educativa en la que trabajó, a partir de 2003, en Ontario (Canadá). Una reforma que mejoró sustancialmente los resultados en comprensión lectora y matemáticas y en la tasa de graduación en secundaria.

Una cosa está clara, tras escuchar a este investigador dedicado hoy a la puesta en práctica de sus métodos en ocho países diferentes. La colaboración entre docentes es un factor decisivo en la mejora de los resultados, tanto de estos (así como su satisfacción profesional) como del alumnado y de todo el sistema. Una colaboración basada en la comunicación entre las diferentes partes; también en la comunicación, pues ambas consiguen dar coherencia a las actuaciones que se llevan a cabo.

Para incidir en el sistema educativo, según Fullan, hay una serie de impulsores, de palancas, que resultan inadecuados y que suelen ser habituales en muchos países. Entre ellos se encuentran los exámenes, o ligar los salarios docentes a los resultados del alumnado, o el trabajo individual de cada profesor.

En cuanto al salario docente, Fullan explicó que «hay que pagar bien, pero hay que ir más allá, al desarrollo de sus capacidades, puesto que el salario no es una motivación suficiente».

Frente a esto, Fullan defiende la necesidad de que el profesorado trabaje de manera conjunta, colaborando unos con otros para que así el conjunto aprenda. Según explicó, es importante la formación inicial docente, pero lo es más la continua, trabajar con grupos pequeños de profesores que colaboran entre sí para mejorar su acción.

El objetivo es que el profesorado trabaje junto, en red, dentro de los centros y que estos, a su vez, puedan trabajar con otros colegios e institutos para crear redes de centros.

Fullan explicó los ocho pasos que realizaron en Canadá de 2003 a 2013 para conseguir que el país saliera de su estancamiento en comprensión lectora, matemática y en la tasa de graduación. Lo primero fue elegir un número pequeño de objetivos ambiciosos; poner el foco en el liderazgo y el desarrollo de las capacidades docentes; se estableció una Oficina de Lecto-escritura y Matemáticas; se movilizó la evidencia entre los docentes de maneras no punitivas; realizaron acciones estratégicas para involucrar a todos los niveles del sistema educativo; fueron aprendiendo del propio sistema (de sus protagonistas) según se implementaban las políticas; en buena medida, durante el proceso fue surgiendo un liderazgo intermedio (entre docentes y direcciones escolares), y, finalmente, hubo inversión de recursos. Tras este tiempo, la mejora de los resultados fue evidente, por ejemplo, en la tasa de graduación,que pasó de un 68% del alumnado a un 88%.

La clave, o parte de ella, se encuentra en la autonomía docente. Pero no una autonomía entendida como trabajo aislado del docente, sino una «autonomía conectada» que tiene en cuenta al grupo de profesores, que habla entre sí, que se comunica y tiene coherencia en sus acciones. «La colaboración mejora todos los resultados», asegura Fullan. «La autonomía no es aislamiento; si estás aislado como docente, te deterioras. Los neurocientíficos lo saben: las personas solas no viven tanto como el resto. Los mismo ocurre con los docentes. Los que trabajan solos se marchitan».

Fullan insistió en que es necesario establecer alianzas entre docentes y familias; pero que también las escuelas deben colaborar entre sí y, por encima, la colaboración debe extenderse a las diferentes regiones del país (los 72 distritos de Canadá o las 17 comunidades autónomas en España). «Y finalmente todo el sistema; un sistema que debe proveer las condiciones necesarias para que la colaboración tenga lugar».

Además de un trabajo conjunto y colaborativo entre el profesorado, parte del esfuerzo pedagógico del proyecto puesto en marcha en Ontario en su momento y, ahora, en otros ocho países por parte del grupo de Michael Fullan, pasa porque buena parte del trabajo que realiza el alumnado en su proceso de aprendizaje, sea con metodologías más activas, investigativas, con más trabajo por proyectos, en definitiva. Proyectos, además, que tienen un impacto directo en la comunidad escolar. Muy similar, en cierta forma, a lo que se desarrolla en los proyectos de aprendizaje-servicio.

Es lo que Fullan y su grupo ha llamado deep learning, aprendizaje profundo. «Que sea atractivo, que utilice la tecnología y que esté centrado en la resolución de un problema», explica.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/27/michael-fullan-la-colaboracion-mejora-todos-los-resultados-de-los-docentes-y-el-alumnado/

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¿Sociedad o sociedades?

Por: UAM.

Partiendo de una indicación de Althusser y recogida recientemente por Álvaro García Linera, el seminario “Figuras de la exclusión” pensó este año la temática del “Intersticio”. El francés primero, y el boliviano después, asentaron que el capitalismo no puede ser pensado sin fracturas. En las sociedades capitalistas conviven ya, como en las sociedades feudales, formas que anticipan nuevas sociedades, nuevas formas de comunidad. Detenernos en estas formas de organización nos llevó a pensar en la necesidad de construir un nuevo vocabulario que no asumiera a la “sociedad” como algo cerrado sino como conjuntos de relaciones, tanto de dominación como de resistencia.
Acceso abierto.
Consulta el libro en el siguiente enlace:
[27/10 3:19 PM] Iliana: Venezuela: Tablas  Salariales de Educación Universitaria para Octubre 2019.
Fuente de los documentos: http://libros.uaem.mx/?product=figuras-del-discurso-ii-temas-contemporaneos-de-politica-y-exclusion
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Venezuela: Líderes estudiantiles oficializan el Frente Estudiantil Nacional de AD

América del Sur/Venezuela/06-10-2019/Autor y Fuente: elpitazo.net

Líderes estudiantiles de varias universidades oficializaron este viernes, 4 de octubre, el lanzamiento del Frente Estudiantil Nacional de Acción Democrática como otro avance en la búsqueda de la unión de todos los ciudadanos.

Marianis Zarraga, dirigente estudiantil de la ULA, aseguró: “Estas caras jóvenes que estamos aquí defendemos la autonomía, la libertad de pensamiento y político, y la pluralidad. Aquí tenemos gente de todo el país”.
Fuente: https://elpitazo.net/gran-caracas/lideres-estudiantiles-oficializan-el-frente-estudiantil-nacional-de-ad/
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España: 10 ideas urgentes para mejorar la enseñanza (propuestas por los profesores)

Europa/España/29-09-2019/Autor: Ignacio Zafra/Fuente: elpais.com

Cientos de docentes proponen soluciones en el nuevo Foro de Educación de EL PAÍS.

La comunidad educativa está preocupada por el funcionamiento de la enseñanza en España y tiene, a la vez, abundantes ideas para mejorarla. La primera pregunta planteada por el nuevo Foro de Educación de EL PAÍS¿cuál es la mayor urgencia del sistema educativo?, ha recibido esta semana 750 respuestas, casi todas de docentes, a través de la web del diario. Estas son las 10 propuestas que más apoyos suscitan.

1. Dejar de dar bandazos. Centenares de docentes, como Teresa Simonet, maestra de Música y Primaria en Cádiz, reclaman un pacto educativo que dé estabilidad normativa al sistema, que ha tenido ocho leyes desde la restauración de la democracia.

2. Mayor autonomía. Muchos, como Antonio Solano, director del instituto Bovalar de Castellón, son partidarios de que sean los “profesionales de la educación” los encargados de diseñar los currículos. Y son numerosas las peticiones de más autonomía para los centros, siguiendo el camino tomado por Portugal.

3. Prestigiar la evaluación. Una parte del profesorado considera imprescindible revalorizar las notas de evaluación. Tanto las individuales —“sin evaluación, la escuela se convierte en un parque de atracciones”, dice el donostiarra Elías Goñi— como las colectivas —mediante pruebas de nivel comparables que permitan contrastar la eficacia de los métodos, señala José Luis Barba, jefe del departamento de Biología en un instituto canario.

4. Bajar las ratios. Una petición común es reducir el número de alumnos en las aulas. O, como alternativa, poner dos profesores en la misma clase. Después de 34 años dedicados a la docencia, parte de ellos en programas específicos para estudiantes con problemas para superar los ciclos, la profesora madrileña Mar Fernández concluye que los grupos pequeños “son el único modo de garantizar enseñanza personalizada y afrontar variadas dificultades de aprendizaje”.

5. Mejorar la formación del profesorado. Son muchos quienes, como Luis Carlos Contreras, catedrático de universidad en Huelva, creen que el sistema solo mejorará si lo hace la formación y selección de entrada de los docentes. Entre las medidas que proponen figuran establecer carreras —o especialidades en las titulaciones actuales— para ser profesor de Secundaria, aumentar la exigencia para ingresar en Magisterio, implantar un sistema de incorporación a la docencia mediante una residencia similar al modelo MIR de los médicos, y mejorar la formación continua.

6. Renovar la docencia. Un sector de los profesores —y también de padres y alumnos— creen urgente actualizar la práctica docente que, en palabras de Francesc Bosch, orientador en el instituto de Premià de Dalt (Baleares), abusa de “clases magistrales poco motivantes” y no conectadas con la realidad. “Por ejemplo”, afirma, “se está librando una batalla social, política, humana y económica sobre el cambio climático y se hace muy poco por abordar el tema y trabajarlo en profundidad en las clases”. Los docentes, por su parte, se quejan de que la creciente carga burocrática les resta tiempo y energía para preparar clases y atender a estudiantes.

7. Asistentes sociales. Diversas propuestas apuntan en la misma dirección: la enseñanza reglada es una herramienta clave para reducir la desigualdad social, pero con frecuencia no funciona porque el sistema no dispone de suficientes recursos específicos para compensar la gran desventaja con la que parten los alumnos de familias pobres, como ha constatado Ana Isabel Peltzer, profesora de Secundaria en Logroño. “Desde Infantil se puede percibir la brecha entre los niños con padres con formación que pueden prestarles atención y los que no. Tenemos que darles apoyo extra con especialistas”, afirma. Otras voces, como la de María Jávega, maestra en Sevilla, sugieren que los centros educativos cuenten de forma estable con asistentes sociales para afrontar, de forma conjunta a la educativa, las situaciones graves.

8. Diagnosticar las dificultades. En torno al 10% de los alumnos son disléxicos, y la falta de normas en la mayoría de comunidades para detectar pronto el problema conduce a menudo al fracaso. “Estamos diagnosticando tarde, cuando los problemas de autoestima y salud mental ya están creados. Dejamos sufrir a miles de niños, haciéndoles pensar que son tontos o vagos, por nuestra inacción”, lamenta Matilde Sánchez, que se presenta como madre y médica.

9. Repensar el espacio. La vertiente física del sistema también es una fuente de preocupación. No solo allí donde las instalaciones están deterioradas o consisten en barracones. Varias propuestas plantean cambios en el diseño de clases y patios. “Las aulas tendrían que ofrecer espacios diversos para distintas formas de agrupamiento: un ambiente para leer, una mesa de grupo para trabajar, un rincón tecnológico y de investigación, y un lugar donde estar cuando te apetezca estar solo”, opina Beatriz Serrano, maestra de Infantil en Las Palmas de Gran Canaria.

10. Más fondos. Prácticamente nadie reclama subir el salario de los profesores —aunque varios proponen vincular aumentos a resultados—. Pero la necesidad de una mayor inversión, sobre todo en la red pública, es la urgencia más señalada por la comunidad educativa.

El Foro de Educación de EL PAÍS planteará el lunes una nueva pregunta en su web: ¿Por qué es España líder en abandono escolar y cómo afrontarlo?

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/09/26/actualidad/1569522809_943817.html

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