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Argentina: Cambios en la educación: retornan los globales a la primaria y a la secundaria

América del Sur / Argentina / 30 de octubre de 2016 / por Sara González gonzalez.sara@diariouno.net.ar

Desde el 21 de noviembre se tomarán evaluaciones integradoras en todos los niveles y en todas las materias.

Desde la semana próxima el sistema escolar entra en preparación para tomar por primera vez, las Evaluaciones Integradoras Anuales (EIA) en todos los niveles y las modalidades. Estas pruebas son una reedición de los globales que se tomaron entre 2004 y 2008, y que luego se sacaron de los planes de estudio.
Los nuevos exámenes se tomarán a partir del 21 de noviembre; pero en las semanas previas los directivos recibirán capacitaciones para delinear el carácter de las pruebas, los chicos también serán preparados para conocer la modalidad de la evaluación y si las escuelas lo creen conveniente, se harán reuniones con los padres para hacerles entender que estos nuevos globales «no son un cuco, sino una oportunidad para integrar capacidades».
Por estos días, los chicos ya están llegando a sus casas con el cronograma de fechas para las evaluaciones y su correspondiente temario.
Serán obligatorios e individuales y no necesariamente serán una prueba escrita tradicional. Para aprobar deben sacarse como mínimo un 7. La nota del global se promediará con la del último trimestre solamente. Es decir, es una nota más del último trimestre. Por ejemplo, si el chico se sacó un 7 en el último trimestre y en la integradora se sacó un 8. La nota del trimestre quedará en 7,50.
En el esquema anterior, el global tenía peso propio porque se promediaba directamente con la nota de los tres trimestrales. Ahora los trimestrales son optativos: hay instituciones que toman trimestrales para integrar los saberes de cada trimestre y otras que no.
La subsecretaria de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE, Emma Cunietti, explicó a Diario UNO que lo que se busca es evaluar capacidades. «Lo que se debe entender es que con la evaluación integradora se busca evaluar capacidades, no contenidos, es decir que aprendan a relacionar datos, a jerarquizar información, a conectar información nueva con vieja, a resolver problemas en situaciones sencillas y complejas. Eso es lo que el chico tiene que demostrar», explicó Cunietti.
«Para esto no necesariamente hay que tomar una prueba tradicional, pero sí debe ser individual, se puede hacer un trabajo práctico, un ensayo o una representación», remarcó.
Lo que se pretende es que el docente trabaje bajo el concepto de complejidades crecientes, es decir que no se sumen contenidos, sino que se vayan incorporando contenidos con el objetivo puesto en el desarrollo de capacidades.
Las escuelas que lo crean conveniente podrán hacer reuniones con los padres para interiorizarlos sobre las evaluaciones que se tomarán. Los directivos también tendrán reuniones para trabajar sobre el concepto de que las pruebas deben evaluar capacidades.
«La evaluación sólo estresa»
El especialista en educación, Alejandro Castro Santander, fue muy crítico con el sistema de evaluación que hoy se aplica. «Es importante cambiar profundamente el sistema de evaluación en las escuelas. Desde las políticas educativas se habla de que los chicos tienen que aprender competencias o capacidades y que el aprendizaje no puede ser una sumatoria de contenidos», apuntó.
«Pero en la práctica la evaluación sigue siendo la misma que hace 20 años, supone una situación de estrés para el alumno y eso no sirve. La instancia de evaluación es una herramienta para comprobar lo aprendido, no tiene que ser una instancia punitiva. Lamentablemente, eso no cambia porque los docentes han aprendido con ese sistema que repiten los profesorados y las universidades y se sigue repitiendo en las aulas de las escuelas primarias y secundarias», explicó el especialista que ha escrito dos libros sobre el sistema evaluativo y está a punto de sacar el tercero que se titulado Desapruébeme, pero déjeme salir. Evaluación y violencia.
«El chico siente que la evaluación es un castigo o una tortura, la familia también se estresa y no se consigue el verdadero objetivo que tiene que tener la evaluación», redondeó.
«En un modelo educativo donde se quieren evaluar capacidades. La forma de evaluar no cierra por ningún lado» (Alejandro Castro Santander, psicopedagogo)
 
«Hoy los chicos aprenden todo fragmentado y en forma simultánea. Por eso, es necesario tener instancias donde puedan integrar lo aprendido» (Emma Cunietti, de la DGE)
Fuente: http://www.diariouno.com.ar/mendoza/cambios-la-educacion-retornan-los-globales-la-primaria-y-la-secundaria-20161030-n1272990.html
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México: Evaluación docente, ¿obligatoria o voluntaria?

América del Norte / México / 30 de octubre de 2016 / Por: Diana Valdez   México D.F. / @yellikann

La lucha magisterial por la abrogación de la reforma educativa no ha terminado. La evaluación a las maestras y maestros es uno de los temas centrales. ¿En qué quedó?

La evaluación punitiva que la reforma educativa obliga a presentar a las y los maestros en todo el país es parte de la cara laboral de esta reforma impuesta por el gobierno federal.

El carácter obligatorio de la evaluación se mantiene en la redacción de la reforma que hasta hoy se sigue impulsando por las autoridades en las escuelas. Sin embargo, la información sobre esta obligatoriedad es contradictoria aun para los profesores que nos mantenemos en la lucha.

La evaluación que pretende, con estándares alejados de la realidad de las escuelas mexicanas, apartar a los docentes de nuestro trabajo, es uno de los ejes principales de la mal llamada reforma educativa, que al tiempo que cercena nuestros derechos laborales, no abona en nada para lograr lo que las autoridades han llamado “calidad de la educación”. ¿Cómo mejorar la calidad educativa cuando las maestras y maestros tenemos que estar preocupados por no perder nuestro trabajo?

¿Obligatoria o voluntaria?

En la convocatoria lanzada por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en 2016 y en un comunicado emitido por la misma institución, se establece el carácter voluntario de la evaluación para este ciclo escolar, siendo obligatoria únicamente para los profesores que la presentaron ya en 2015 y no obtuvieron una calificación aprobatoria (No idóneos). Pero este texto sobre el carácter voluntario únicamente se puede encontrar en estos documentos, pues no se cambió nada en la redacción de la reforma. Como mínimo, resulta confuso entonces el carácter de la evaluación en el largo plazo.

La Ley del Servicio Profesional Docente no ha sido modificada, y en su capítulo octavo, en el apartado sobre “La permanencia en el servicio” queda claro el carácter obligatorio y punitivo de la evaluación “Las Autoridades Educativas y los Organismos Descentralizados deberán evaluar el desempeño docente y de quienes ejerzan funciones de dirección o de supervisión en la Educación Básica y Media Superior que imparta el Estado.

La evaluación a que se refiere el párrafo anterior será obligatoria. El Instituto determinará su periodicidad, considerando por lo menos una evaluación cada cuatro años y vigilará su cumplimiento”.

Cabe mencionar que dicha evaluación ya fue reconocida por el mismo INEE como una evaluación que no responde a las necesidades del Servicio Profesional Docente y mucho menos a la realidad de las escuelas en México.

Ante lo que se nos ha presentado como un triunfo a las maestras y maestros de base que no dejamos la lucha, saltan las contradicciones y las dudas sobre cómo garantizar el carácter voluntario de la evaluación.

La realidad es que los educadores estamos siendo hostigados por las autoridades en las escuelas, incluso por los representantes sindicales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para que nos inscribamos a la evaluación. Ya que, ante la poca o nula participación voluntaria por parte de los docentes (a pesar de las promesas de aumento de salario), buscan legitimar su evaluación presionando a profesores para que de manera “voluntaria” se evalúen, como ocurrió con los que ostentan códigos interinos 95 y 97.

Sin embargo, ante la nula claridad que tenemos los profesores sobre el carácter voluntario de la evaluación y las demás afectaciones que contiene esta reforma sobre nuestro trabajo y sobre la educación pública, las maestras y maestros de base debemos buscar una estrategia de lucha que nos lleve a la abrogación total de la reforma, la única manera de hacer definitiva la eliminación de la evaluación punitiva. Puesto que no debemos tener ninguna confianza en las autoridades ya que sabemos que actúan defendiendo los intereses de los grandes empresarios, entre los cuales se encuentra la evaluación docente para mantener controlados a los maestros.

No nos dejemos engañar, la lucha en contra de la reforma educativa debe continuar, y será en las calles donde ganemos la batalla, de la mano de otros sectores de trabajadores que salgan a defender la educación pública, uno de los derechos más importantes para nuestras niñas, niños y adolescentes.

Sólo la solidaridad y la lucha unificada de maestras, maestros, padres de familia, sectores populares y trabajadores que pertenecen a otros sindicatos, como los agrupados en la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la Nueva Central de Trabajadores (NCT), nos permitirá llevar la reforma a su abrogación, imponiendo los intereses de millones sobre los de unos cuantos.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.mx/Evaluacion-docente-obligatoria-o-voluntaria?id_rubrique=1714

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Evaluando la evaluación

Por Liliana Sanjurjo 

Sobre el Operativo Aprender que se aplicará en todas las escuelas del país. Un modelo de la educación mercantilista.

Si bien la preocupación por la evaluación no es nueva —la escuela siempre evaluó y fue evaluada—, la obsesión por la misma ha caracterizado a las propuestas educativas tecnicistas desde mediados del siglo pasado. Mucho se ha hablado, se ha escrito y se ha investigado acerca de la falta de fundamentos pedagógicos y de los mecanismos perversos que originan las evaluaciones estandarizadas que pretenden medir procesos complejos, como la adquisición de conocimientos y habilidades, desde concepciones e instrumentos simplificados y simplificadores. No obstante, ante el asombro y la perplejidad paralizante de la comunidad educativa, el gobierno nacional anuncia, de buenas a primeras, que el 18 de octubre se llevará a cabo un plan nacional de evaluación de los aprendizajes, denominado «Aprender», a aplicar a alumnos de escuelas primarias y secundarias, basado en pruebas estandarizadas. Y los gobiernos provinciales se han mantenido en silencio frente a este anuncio.

Se trata de un operativo cuanto menos sin finalidades claras, que profundiza todos los errores ampliamente analizados en operativos similares anteriores, implementados en nuestro país y en países donde la educación está regulada por el mercado (el caso de Chile es un claro ejemplo, ver artículo «Una educación gobernada por el mercado», LaCapital, 22/08/15). En relación a los fundamentos, no se explicita nada al respecto. Sólo se trata de instructivos, acompañados de un video en el que se explicita, muy genéricamente, que el plan tiene como finalidad recabar información para tomar decisiones (video elaborado por la Secretaría de Evaluación Educativa del Ministerio de Educación y Deportes de Nación, ver en Aprender en Educ.ar). El problema es qué información se recabará, la validez y confiabilidad de los instrumentos que se utilizarán y qué decisiones se tomarán luego. El problema no es el acto de evaluar, sino que es imprescindible conocer con anterioridad cuáles son él/los propósitos que se persiguen con la evaluación propuesta: ¿para qué se evalúa? ¿qué se hará con la información recabada.

No es posible recabar información de procesos complejos, como lo es el aprendizaje, a través de pruebas estandarizadas que no tienen en cuenta las diferencias entre los contextos y la multiplicidad de factores que inciden en los resultados, hacerlo: ¿Es desconocimiento de parte del gobierno nacional o responde a las políticas que viene aplicando? Más aún que, en este caso, se prevé la utilización de las tan cuestionadas pruebas objetivas. Evaluar no es medir, es comprender para mejorar, por ende, requiere de investigaciones cualitativas de las que participen la comunidad educativa y de la decisión política de invertir. Comunidad educativa que en este plan ha sido reducida a las figuras de «veedores» (los directivos) y «aplicadores» (los docentes).

Exitos y fracasos

Autores como Alvarez Méndez (2001), Brown y Glasner (2003) definen la evaluación como una actividad crítica, promotora de la comprensión que contribuye a la emancipación. Margalef (2007) añade la idea de que la evaluación formativa colabora con el desarrollo del pensamiento moral, académico y social. En cambio, la evaluación reducida al examen transforma el problema social en pedagógico y contribuye a crear el éxito y el fracaso, agudizando las diferencias que tienen su origen en lo económico. Además, provoca perversiones que llevan a priorizar el interés por aprobar por sobre el interés por conocer, por aprender. Sabemos también de otra perversión: cuando el proceso de evaluación se separa del proceso de enseñanza y de aprendizaje es porque se pretende controlar desde fuera para responsabilizar a los sujetos implicados en dichos procesos y desresponsabilizar al Estado, generalmente para justificar ajustes.

Sabemos, incluso, cuáles serán los resultados: en las escuelas privadas serán algo superiores (¿porque los docentes son mejores? ¿porque no hacen paros? o ¿porque las condiciones materiales y culturales están garantizadas?); los resultados en las escuelas urbano-marginales serán más bajos que en otras donde las condiciones materiales y culturales están garantizadas. Entonces, si ya sabemos los resultados ¿cuál es la finalidad de este costoso operativo en tiempos de recortes? Si es evidente que los resultados mostrarán que hay falencias y que, por ende, hay que invertir más, ¿a qué responde un operativo de evaluación cuando ya se ha decidido recortar el presupuesto educativo?(1)

Hay poco margen para ensayar algunas posibles respuestas: Se ha comprado un paquete armado, ya en desuso en otros países, y hay que justificar el gasto aplicándolo, tal como se hizo con la reforma educativa que se instrumentó durante el gobierno de Carlos Saúl Menen o… Se siguen lineamientos de organismos internacionales prestamistas que aconsejan que el operativo de evaluación permitirá justificar el ajuste, como se hizo también durante el gobierno de Menen, o… Se intentará demostrar la nefasta situación del sistema educativo argentino (pues malos operativos e instrumentos de evaluación no llevan a otro camino que no sean malos resultados) para en futuras evaluaciones intentar demostrar cuánto se ha mejorado, tal como se está perfilando que se pretende hacer con los índices de pobreza.

Modelos de mercado

Paradójicamente el plan se titula «Aprender», cuando se trata de un operativo y de instrumentos que no soportan el más mínimo análisis desde lo pedagógico-didáctico. Tampoco se justifica, en el material difundido, por qué esas áreas, por qué esos grados y años, por qué esos instrumentos.

Con este operativo, claramente la política educativa actual anhela asimilarse a modelos basados en la educación de mercado, como el chileno (en varias oportunidades, tanto el ministro de Educación y Deportes, Esteban Bullrich, como funcionarios de su gabinete lo han alabado) en donde, sobre salarios devaluados se aplica un sistema de premios para los docentes que superen las evaluaciones estandarizadas. El Sistema de Medición de la Calidad Educativa Chileno (Simce) es un claro ejemplo de esto. A través del mismo se busca medir la «calidad educativa» de las escuelas para rankearlas: las mejores escalafonadas reciben mayor cantidad de estudiantes, lo que supone más vouchers, dado que cada alumno recibe una cantidad de dinero que entrega a la institución donde asiste, dependiendo el presupuesto escolar de este perverso mecanismo. Esto, sin lugar a dudas, genera una cultura de la competencia y de la segregación que poco tiene que ver con la calidad educativa y empobrece la experiencia educativa, atentando contra una escuela inclusiva, creativa, que fomente la curiosidad y la criticidad, que apunte a la construcción de valores como la cooperación, el bien común, la democracia. Este sistema de medición no sólo atenta contra la escuela, sino que ocasiona malestar y agobio en la comunidad educativa que debe prepararse para una instancia de evaluación descontextualiza y estandarizada para ser clasificados y estigmatizados. Este tipo de evaluación va en detrimento de la educación pública —que siempre ha sido y es la más inclusiva— como un derecho social, integral y justo.

Desde lo político, hay valiosos aportes que señalan que «la obsesión por los resultados es un sistema de rendición de cuentas que enfatiza lo externo, observable, medible y cuantificable y que la actual fiebre por tasar, indexar y cuantificar todo lo que vale: las organizaciones y las personas reducidas a datos, a indicadores, a méritos reglados y selectivos, a comparaciones y ránking, sometidos al imperio de lo útil, práctico, efectivo y rentable» (Ball, 2003; Escudero Muñoz y Trillo, 2015; citados por Trillo, 2016) es una característica de los proyectos neoliberales que buscan «la descentralización de tareas y de responsabilidades (¿o culpabilidades?), pero también la estandarización de modos de hacer y la sanción de resultados… Modelo de gestión empresarial, vertebrado sobre los principios de la productividad, la competitividad, la calidad y la excelencia. Y pese a que ha generado una crisis (económica, ecológica, de valores) de dramáticas consecuencias, el modelo no está siendo puesto en cuestión». (Trillo, 2016)

Para poner en cuestión este hecho puntual se podrían delinear diversas alternativas: que los intelectuales críticos se expidan por los medios masivos de comunicación; que los gobiernos y ministerios provinciales analicen críticamente la intromisión del Ministerio de la Nación en las jurisdicciones y tomen medidas al respecto; que los gremios no sólo se expidan a través de comunicados sino con medidas concretas. Al respecto, es interesante analizar una situación similar producida en España. Cuando la controvertida ley del Partido Popular impuso las «pruebas externas» o «reválidas» se produjo, por parte de las autonomías y hasta de los ciudadanos, una resistencia activa. Por ejemplo, cuando se aplicaron en la enseñanza primaria dichas pruebas, los padres no enviaron a sus hijos a los colegios (hasta un 80 por ciento en los colegios públicos, no así en los privados). El desafío no es menor pero la gravedad del tema merece esfuerzos.

(*) Escrito en forma conjunta con Alicia Caporossi, Norma Placci y María Soledad López, profesoras del equipo coordinador de la maestría en práctica docente de la Facultad de Humanidades y Artes (UNR).

(1) Informe de la Secretaría de Educación de Ctera sobre el proyecto de ley de presupuesto presentado por el oficialismo. Ctera.org.ar, 06/10/16.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/evaluando-la-evaluacion-n1263388.html

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La culpa es de los maestros

Lev Moujahid Velázquez Barriga

Hyderabad Chávez Medina proviene de una familia de maestros con gran vocación; estudió la licenciatura en educación primaria en el Centro Regional de Educación Normal de Arteaga, Michoacán; maestría en interculturalidad en la Universidad Pedagógica Nacional; doctorado en pedagogía crítica en el Instituto McLaren y, además, los fines de semana participa de talleres y otros espacios para su formación continua. Sin duda, es un profesor con una alta preparación profesional y responsabilidad como docente.

Cada semana se traslada de Nueva Italia, su lugar de origen, a la comunidad  El Rincón, en la sierra del Occidente michoacano. Demora 3 horas de camino en auto particular hasta Aguililla, la cabecera municipal, y de ahí otros 40 minutos más en motocicleta por senderos de terracería para llegar finalmente a su escuela. Su situación ha mejorado indudablemente, porque en su anterior centro de trabajo tenía que viajar 3 horas adentrándose en la zona serrana para cumplir con su labor.

 “Hyder” como le dicen sus compañeros, es el único profesor de su escuela, de hecho el único trabajador de la educación que hay para atender la diversidad de funciones que ésta demanda. Además de sus labores administrativas, directivas y de intendencia, atiende alumnos desde primero hasta sexto grado de primaria y eventualmente los padres de familia le envían a sus hijos en edad preescolar como oyentes, porque no existe un jardín de niños en la comunidad.

La escuela de El Rincón sólo tiene un aula de 25 metros cuadrados para atender a los alumnos de todos los grados, no cuenta con luz eléctrica, mucho menos con aula de medios, no hay biblioteca, tampoco existen canchas deportivas, ni material didáctico alguno que le haya proporcionado la Secretaría de Educación Pública (SEP); sólo tiene unas cuantas butacas, un pintarrón, una silla y una mesa para el maestro.

Se podría pensar que las condiciones de Hyder para impartir clases son una cuestión excepcional entre el magisterio, pero no es así; son la regla en muchas escuelas mexicanas. Alrededor del 40 por ciento de las primarias son multigrado; es decir, no cuentan con los maestros necesarios para que cada grado sea atendido por un sólo docente. En esta condición están prácticamente el ciento por ciento de las escuelas comunitarias en todo el país.

Del informe 2016 del Instituto Nacional para Evaluación Educativa (INEE) La Educación obligatoria en México, se desprende que no hay docentes suficientes para cumplir con la formación integral de los alumnos; por consecuencia, los que existen enfrentan tareas pedagógicas multifacéticas, de suerte que la promesa de Escuela al Centro con su programa de organización completa que Aurelio Nuño anunció en este año, se descompone rápidamente  en el inmenso basurero de los incumplimientos.

Los datos arrojados por el informe dicen que a pesar de que el 67 por ciento de las escuelas reportan al menos un alumno con alguna discapacidad, únicamente son atendidas con apoyo de personal especializado el 33.8 por ciento de ellas; ahora, siendo la obesidad uno de los mayores problemas de salud infantil en México, sólo 54.7 por ciento de las escuelas cuentan con maestros de educación física; en tanto que el 85.8 por ciento no tienen maestro de artísticas, 85.7 por ciento carecen de maestro de computación y 76.4 por ciento de inglés.

Entonces, los maestros mexicanos no sólo deben coberturar las carencias pedagógicas que dejan los vacíos de personal en los centros escolares, también tienen que realizar otras funciones directivas y de carácter administrativo, todo a un mismo tiempo; según el mismo informe: 45.5 por ciento de los directores son, a su vez, maestros frente a grupo. Evidentemente, la carga laboral y horaria se incrementa considerablemente, pero no así su salario, porque no existen incentivos por hacer funciones adicionales.

Sin embargo, el  gobierno, los empresarios y los organismos de la globalización económica se han empeñado en hacer responsables a los maestros como factor único de cualquier deterioro educativo. A partir de esa tesis se les presenta de manera tendenciosa como un sector privilegiado laboral y salarialmente, pero que no está cumpliendo adecuadamente con su labor.

Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentó suPanorama Educativo 2016 referente a México, en él se informó que los maestros, pese a que están por debajo de la media mundial, son los profesionistas mejor pagados del país y los medios masivos de comunicación no tuvieron ninguna duda en replicar como cierta tal afirmación, aun cuando no coincide con lo que se ha dicho en los últimos años.

Por ejemplo, en el informe 2015 del INEE Los Docentes en México se dijo textualmente que: “Más de la mitad de los docentes de educación preescolar y primaria tienen niveles salariales inferiores a los de otros profesionales con contratos de medio tiempo o más. En 2012, la mediana del salario real de las educadoras representó menos de la mitad de la mediana del salario de otros profesionistas con ese nivel de escolaridad y con jornadas de medio tiempo o más”.

Otra referencia que contradice a la OCDE es el estudio elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), llamado Compara Carreras 2016. Una herramienta sobre las consecuencias económicas de escoger una carrera, en el cual, al igual que el año anterior, coloca entre las 10 profesiones peor pagadas del país a 5 relacionadas con la docencia: formación docente para primaria; preescolar; por asignatura; física, artística y tecnología; así como orientación y asesoría educativa.

La falacia de los mentores con salarios de reyes se acompaña de otra que los presenta como profesionistas con baja preparación y con poca disponibilidad a seguir estudiando; pero las estadísticas de los propios organismos empresariales de la globalización OCDE-Mexicanos Primero, reconocen que cerca del 90 por ciento de los docentes en funciones participan en trayectos de formación continua, una taza muy alta con respecto de otros países.

Los Empresarios Primero intentan demeritar esta cualidad del magisterio diciendo que más del 70 por ciento no se sienten preparados. Las razones son más que lógicas porque las condiciones para asegurar una educación integral son precarias: ningún maestro que atienda necesidades pedagógicas específicas sin el apoyo de otros docentes especializados, que realice múltiples funciones adicionales teniendo una sobre carga laboral, que sea sometido a evaluaciones punitivas y sin espacios adecuados para el aprendizaje, tendrá la sensación de tener una formación completa, por más que se prepare, siempre le quedará la necesidad de seguir actualizándose.

Efectivamente la culpa es de los maestros, por su incapacidad para escindirse; no obstante, más allá de esa imagen distorsionada que dibujan los enemigos de la educación pública, habrá que rescatar las muestras cotidianas de gratitud que motivan a miles de educadores como Hyder a seguir adelante en las condiciones adversas que enfrentan en sus escuelas, las cuales se resumen en las conclusiones del Informe 2016 del INEE cuando dicen que: “los alumnos en general, consideran que tienen buenos maestros”.

Lev Moujahid Velázquez Barriga*

*Doctor en pedagogía crítica y educación popular; integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Michoacán

Fuente del articulo: http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/index.php/2016/10/16/la-culpa-es-de-los-maestros/

Fuente de la imagen:http://www.contralinea.com.mx/archivo-revista/wp-content/uploads/2016/10/lev-velazquez-510-a.jpg

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Entrevista: Pablo Gentili “La OCDE imbeciliza el concepto de conocimiento»

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Pablo Gentili (Buenos Aires, 1963) es una de las personas que más sabe de educación y desigualdades sociales de América Latina y, seguramente, de España. Es secretario genral de CLACSO. Recientemente ha hecho una visita a Madrid para participar en el XV Forum de la Federación de Enseñanza de CCOO. Aprovechamos para hablar con él sobre educación, PISA, pactos y la importancia de la escuela en nuestras sociedades.

Durante su intervención lanza una idea que tal vez hayamos dejado aparcada en los debates sobre profesión docente: los docentes que tienen más dificultades deben recibir más apoyo, frente a quienes defienden que quienes lo tienen mejor, sean ensalzados.

Se habla mucho de incentivar a los docentes que van bien. Tú hablas de apoyar a quienes no van tan bien. Esto no es muy habitual

Este es el sistema de evaluación que premia a los mejores, que supone que las personas funcionan mediante un estímulo de premio y castigo. Trata de imponer en la escuela un modelo empresarial en donde si tú reúnes ciertas características, ganas más. Características que no necesariamente están ligadas al conocimiento ni a la profesionalidad sino a justificaciones de discriminación social: si eres mujer ganas menos, si eres negro ganas menos, si eres inmigrante ganas menos… el mercado de trabajo no premia a los mejores por su inteligencia, los premia por otros atributos. Y ese modelo se intenta imponer en el sistema educativo.

Esto genera desigualdad y una profunda injusticia y una dinámica de trabajo profundamente individualista en los centros.

¿Cómo?

Si de lo que se trata es de ser premiado por mi capacidad de destacar y diferenciarme, necesito ganarte a ti y que tú no te destaques. Estimulo un trabajo muy poco solidario, individualista. Y el desinterés por la socialización y la posibilidad de compartir las buenas experiencias.

Cuando se discuten los incentivos o de cómo mejorar el profesorado, de lo que se trata es de generar estrategias que potencien lo que tiene de bueno como colectivo, no solo los atributos individuales… Lo que ocurre en las instituciones educativas es producto de un trabajo colectivo. Hay una serie de virtudes y cualidades que es necesario estimular y que no tienen que ver solo con la nota de PISA.

¿Qué características colectivas son esas?

En América Latina se ha producido una expansión muy grande de la escolaridad. Tenemos escuelas en las que los chicos no tienen un buen rendimiento como en los mejores centros. Pero tienen por primera vez acceso los alumnos y todas las familias. La escuela es un factor de promoción de acceso a la cultura muy importante. La posibilidad de que una familia que nunca tuvo un libro en la casa, tenga uno, es un actor positivo.

Si yo solo evalúo al niño y a ese docente según PISA, me da una visión muy distorsionada. Si lo comparo con un chico de un barrio de clase media de Buenos Aires, puedo llegar a la conclusión de que esa escuela es pésima, y estoy desconsiderando el enorme valor que tiene en esa comunidad.

Si solo premio al que se saca la nota más alta en matemáticas, genero un modelo de productividad que desestimula a los propios docentes porque quienes trabajan en las áreas más pobres son sistemáticamente humillados, descalificados, criminalizados y ofendidos por, supuestamente, su pésimo desempeño pedagógico. Hace que ellos, o sus directores o los propios padres les empiecen a exigir que trabajen en lo que se supone que es un buen padrón de desempeño: sacarse una buena nota.

Pablo Gentili durante su intervención en la FREM-CCOO

Pablo Gentili durante su intervención en la FREM-CCOO

Decías en tu intervención que esta homogeneización que es PISA supone la pérdida en Brasil de materias como Sociología. Aquí, el exministro Wert hablaba de asignaturas que distraen.

Es una visión reduccionista de la educación impuesta por la capacidad de orientación de la política de la OCDE. ¿Qué hacen PISA y la OCDE? Determinan, con un criterio arbitrario y que no se pone nunca en discusión, qué necesita aprender un joven para tener éxito. Esto debería ser motivo de un gran debate público: qué es necesario saber.

No se puede tomar como dato el mercado, porque supone cristalizar un modelo de desarrollo social profundamente injusto que vemos que genera miseria, exclusión. Cómo hacer un manual de sobrevivencia en la selva.

La primera pregunta es ¿queremos vivir en la selva? Si respondiéramos que queremos, en ese caso, discutamos qué conocimientos o competencias son necesarias.

Haciendo esto y asumiéndolo como lo hacía el ministro Wert, que tenía una visión bastante particular de la educación y del desarrollo, te sobran un montón de disciplinas. Si para triunfar en la vida hay que hacer lo que dice la OCDE, ¿para qué necesitas la música? ¿Para qué sirve el arte, la sociología, la filosofía? ¿Para qué sirve pensar, inclusive, en la matemática como una herramienta de transformación? La matemática que se aprende, es una matemática para los negocios, para la empresa, para la gestión, para el management. No es una matemática humana. Es una visión totalmente limitada, primitiva de la educación.

La OCDE no es que sea tan mala, pero imbeciliza el concepto de conocimiento en una sociedad, que, a su vez, imbeciliza lo que dice la OCDE. Cuando Wert entiende lo que dice la OCDE, lo trivializa mucho más, lo estupidiza mucho más.

Y esto va bajando hasta la directora de escuela. Es una escalera descendente de degradación del concepto de conocimiento que nos lleva no solo a la dramática evidencia de que el ministro quiere suprimir la sociología, si no de que los propios alumnos no saben para qué sirve la sociología y les molesta la sociología, les molesta la filosofía.

¿Por qué aceptamos tan fácilmente que el diagnóstico lo haga la OCDE?

En el caso de la izquierda, el pragmatismo político. En América Latina tenemos muchos gobiernos progresistas, no es solo un problema del socialismo aquí. La necesidad de responder a los medios, a los grupo de poder, te lleva a una cierta real politik a partir de la cual aceptás la regla del juego creyendo que la vas a poder dominar, y ella te termina dominando a ti.

En el caso del Partido Popular o las derechas en América, es por convicción. Creen que la educación es así. Tienen una visión segmentada, clasista de la sociedad. Es una concepción del mundo, de la sociedad, de educación. Y creo que la OCDE les muestra un camino.

Las ventajas de estos modelos perdagógicos empresariales es que simplifican mucho. Transmiten un mensaje muy claro que, por un lado, desresponsabiliza al estado y, por otro, atribuye a las familias o a las escuelas los problemas de la educación.

Si cada uno elige el centro que quiere, el resultado del centro también es parte de tu responsabilidad, porque tú lo elegiste. Como si alguien eligiera realmente. Las investigaciones en política educativa son claras, han demostrado que son mucho más los centros que eligen a los padres que los padres que eligen centros.

La OCED simplifica y explica el por qué algunos triufan y algunos fracasan. Se trata de que las escuelas se adapten. Y como decía, la mejor forma que creen que hay es que los docentes sientan el estímulo para mejorar ganando beneficios económicos. Si muestro que los que funcionan bien ganan más, los docentes se esforzarán.

Todo esto me da una narrativa. PISA es una narrativa de cómo funciona la escuela, no es solo una prueba. Me dice lo que está bien y mal. Plantea una meta, una salvación: el camino para llegar a Corea, es claro: hacer lo que hizo Corea. Lo cual es una simplificación total.

Igual que la religión me ofrece personas virtuosas, la OCDE me ofrece países virtuosos, una mística.

Pero las lecturas de PISA son muy particulares.

PISA simplifica pero después está la simplificación de la simplificación. Tú puedes usarlo para mostrar algunas cosas. Por ejemplo, Uruguay es un país con bajo resultado en PISA, pero en donde la diferencia entre los más altos puntajes y los más bajos es equilibrado. No tenés una curva enorme como en Chile.

Tenés unos puntajes altísimos en las élites chilenas que se educan en escuelas de super elite, privadas, y después el resto, que se sacan notas malísimas. El promedio te da más alto que Uruguay. Ahora ¿qué sistema educativo preferís?

Si yo aplicara el concepto PISA en Uruguay, haría más desigual el sistema educativo. Los que mejorarían no serían todos sino unos pocos, que subirían la nota final pero harían del sistema educativo mucho más desigual.

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Pablo Gentili durante su intervención en el Forum de la FREM-CCOO

Hace unos días Save the Children publicó un estudio en el que decía que los más pobres fracasan y abandonan más.

Esa es una cosa que habría que estimular en las esccuelas, la retención. Si vos estimulas la competitividad, para la escuela puede ser un buen negocio la deserción. Porque se libera de los peores alumnos.

La deserción tiene que ver muchas veces con mecanismos asociados a la desigualdad, a la pobreza y con mecanismos que la institución genera para expulsar a los peores, para sacárselos de encima. Nos hemos acostumbrado a que en el sistema educativo, los que tienen problemas entorpecen, molestan.

La mejor escuela es en la que se forman los mejores alumnos. Pero me tienes que decir cuál fue la tasa de retención y a cuántos alumnos se expulsó. Porque no es un campeonato de fútbol, es el ejercicio de un derecho humano lo que está en juego.

¿Tiene que ver con recursos económicos?

Tiene que ver con que los recursos económicos no funcionen como un mecanismo de chantaje, pero también con una cultura, una visión de la escuela. Es una cuestión simbólica también.

Está en juego el prestigio, el reconocimiento. Como PISA se trata de un ranking, de un campeonato de fútbol, estar en las primeras posiciones te da prestigio. Te da reconocimiento y eso, creo, desintegra también comunidad educativa. Porque impone un ethos, un modelo ético que es profundamente desintegrador.

Volviendo a la retención, ¿se consigue con más dinero, con más docentes por aula?

Si uno hace diagnóstico y ve que hay unos problemas que son políticos y otros económicos, de recursos, y otros que son culturales, tiene que operar en los tres frentes.

En las cuestiones políticas creo que hay que definir cuáles son las prioridades de una nación en lo escolar. Para qué quiere España un sistema educativo. Para qué le sirve. Hay una clara diferenciación entre el modelo que quiere Podemos o el PSOE o IU… hablando de la construcción de la ciudadanía, de derechos, igualdad, compensación… Por otro lado, en las otras visiones, hay un papel menos enfático en el reconocimiento de la diversidad, y más en la dimensión competitiva, de resultados, de programas especiales, de acciones, más despolitizado.

La primera cuestión es esa, la política. Y esto tiene que ver con los docentes. Qué tienen que ser, que saber, para qué sirve su trabajo. Si queremos que sean meros transmisores de competencias que capacitan a nuestros chicos para unas pruebas que los habiliten como supuestos seres humanos inteligentes, o si queremos que sean productores de sentidos culturales, transmisores y constructores de conocimiento, promoteores de la justicia social. Significa asignarle al docente un papel político fundamental.

Si esto es así, tengo que ver dónde gasto los recursos. Por ejemplo, es un despropósito que si estoy en una crisis le regale 29 millones de euros a los más ricos para que vistan a sus chicos para ir a la escuela (como sucede en Madrid). Es absurdo.

Como lo es que tengamos la estructura tributaria tan regresiva en todos los países en donde los ricos no pagan impuestos o donde tienen paraísos fiscales. Tengo que ajustar mucho más el sistema fiscal, porque nos están robando la plata.

Y tengo que cambiar la cultura también. Crear un nuevo ethos de la educación que no la limite al mercado de trabajo. Que valorice lo que nos da. ¿Qué es lo que nos da? La educación me enseña e indignarme frente a la injusticia. En ella voy a aprender que es inaceptable que vivamos en una sociedad donde haya gente que se muera de hambre, donde haya gente que no tenga sus derechos más fundamentales, donde las mujeres ganen un 30% menos que los hombres, donde miles de personas mueran en el Mediterráneo. La discriminación racial, la violencia de género. Todo eso lo aprenden en la escuela.

Tenemos que hacer que la sociedad, colectivamente, reconozca esto. Es importante que la sociedad entienda que sus hijos están en la escuela no solo para aprender a manejar una computadora y así ser millonario. Está en la escuela para volverse una buena persona, un buen ciudadano, para involucrarse en los asuntos públicos.

¿Qué podemos aprender aquí de América Latina?

Cada país vive su experiencia política y construye su trayectoria. Pensar en una lógica de lecciones es complicado. Más que lo que se puede aprender, es lo que se puede reflexionar.

América aprendió mucho de la pedagogía crítica de España en los 80 y 90. Hay que politizar el debate educativo. La dificultad de un pacto es que lo que está por detrás es un modelo de sociedad. Hay ese mito de que la educación ha de ser una política de estado, pero si no estamos de acuerdo con el modelo de sociedad es difícil una política de estado.

Yo creo que una cosa que España tuvo y que veo que ahora está relativamente debilitado es este debate más político. No es un problema de métodos, es un problema político.

Ahora el PP gana todas las elecciones, pero en algún momento puede cambiar. Y cuando cambie, ¿qué va a pasar? Que si la izquierda no se une y comienza a construir una perspectiva de la política educativa más consensuada, ahí sí, si no se hace un pacto, si no se piensa en estos sectores que defienden los mismos intetreses aunque con caminos diferentes, quizá cuando la izquierda llegue al poder lo hará muy fragmentada. Esta es otra enseñanza que nos deja America Latina.

España y América son un territorio que deber ser internacionalizado más allá del comercio, por las movilizaciones, por las utopías que son comunes.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/2016/10/03/pablo-gentili-la-ocde-imbeciliza-concepto-conocimiento/

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Ghana: Focus on quality education; not more schools

África/Ghana/Octubre de 2016/Autor: Jonas Nyabor/Fuente: Citifmonline

RESUMEN: Un ex director del Servicio de Educación de Ghana (GES), Michael Kenneth Nsowah, dijo que los gobiernos deben centrarse en garantizar una educación de calidad en el país en lugar de construir más instalaciones educativas. Según él, es preocupante tener más escuelas sin embargo, la mayoría de los graduados son incapaces de seguir una educación superior.«Los sucesivos gobiernos desde la independencia han hecho grandes inversiones en la ampliación de plazas en las escuelas, sin embargo, con el aumento de la matrícula no han visto la expansión de la oferta de maestros capacitados y el suministro de los recursos necesarios correspondientes para habilitar las escuelas para funcionar de manera eficiente,» Un investigador en ISSER en la Universidad de Ghana, el profesor Jonathan Fletcher al tiempo que presenta el informe del Instituto en el sector de la educación indica que los gobiernos no han sido capaces de equilibrar la mejora del acceso a la financiación. Profesor Fletcher reconoció que, la idea de mejorar el acceso era loable y necesaria, pero también señaló que «no estamos en condiciones de proporcionar suficientes fondos para mejorar la infraestructura.»

A former director of the Ghana Education Service (GES), Michael Kenneth Nsowah, says governments must focus on ensuring quality education in the country rather than building more educational facilities.

According to him, it is worrying to have more schools yet majority of the graduates are unable to pursue higher education.

“Successive governments since independence have invested heavily in the expansion of places in schools, however, the increase in enrollment have not seen corresponding expansion in the supply of trained teachers and the supply of the needed resources to enable the schools to function efficiently,” he said.

He expressed worry that successive governments continue to credit their achievements in quality educational delivery in the number of schools built; rather than achievements on performance.

Michael Kenneth Nsowah was speaking at the first national conference of the University Teachers’ Association of Ghana (UTAG) at the University of Ghana on the theme, “The Quality of Manpower and Teaching at the Pre-Tertiary Level: Its Impact on University Education.”

He noted that, such qualitative assessment of education “is a phenomenon that was reminiscent of the emerging stage of colonialism” used to measure the level of development.

“…and this thing is continuing, we are fighting over ‘I built 20 schools, you built one school’ and this is taking us no where, because at the core of the whole educational enterprise is quality.”

Michael Nsowah opined that, the low investment and interest in qualitative issues in the primary education may be attributed to the fact that most research findings and reports that expose weaknesses in the educational system, are often ignored or defended to avoid embarrassment or criticism.

“Each year, when we talk about the failure of the candidates; BECE or WASSCE we sweep it under the carpet,” he said.

He said it was worrying that most Basic Education Certificate Examination (BECE) and West African Senior School Certificate Examination (WASSCE) graduates fail in the core subjects, making it difficult for them to gain admission into secondary and tertiary institutions respectively.

‘Imbalance in infrastructure eroding quality education’

The Institute of Statistical, Social and Economic Research (ISSER), recently cited inadequate funding as one of the main reasons for the erosion of quality education at all levels in Ghana.

A researcher at ISSER at the University of Ghana, Professor Jonathan Fletcher while presenting the institute’s report on the education sector indicated that governments have not been able to balance improved access with funding.

Professor Fletcher acknowledged that, the idea of improving access was commendable and necessary, but he also noted that, “we are not able to provide enough funding to improve infrastructure.”

Fuente: http://citifmonline.com/2016/10/12/focus-on-quality-education-not-more-schools-nsowah/

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«Estos tiempos de la economía en el mundo necesitan excluidos»

4 de octubre de 2016/Fuente: UNOSANTAFE

Resignificar. La pedagoga Graciela Frigerio se refirió a los desafíos de la escuela en el difícil contexto actual. Habló de la jornada extendida y de la necesidad de reflexionar sobre las políticas educativas que se proponen.

pedagoga Graciela Frigerio llamó a pensar por qué hay escuela y cuál es el objetivo de la educación como una instancia necesaria para definir qué políticas públicas se necesitan para combatir la desigualdad. Además se refirió al operativo de evaluación nacional Aprender y a las dificultades que presentan las propuestas actuales de jornada ampliada. También hizo hincapié en que se debe crear condiciones económicas que acompañen los procesos educativos.
«Estos tiempos de la economía en el mundo necesitan excluidos, marginales, vulnerables, esclavos para que un puñadito de gente se quede con casi todo», alertó.
Frigerio estuvo en Santa Fe para brindar la conferencia «Resignificar la educación, resignificar la escuela», organizada por el diputado Paco Garibaldi (FPCyS). Durante su visita a la capital provincial dialogó con Diario UNO sobre el impacto de la crisis en la escuela y reconoció: «No soy muy optimista».
—¿Qué se necesita para hacer frente a la desigualdad?
—En un país que se proponga que haya menos desigualdad, la gente tendría que poder trabajar. Habría que crear condiciones para el trabajo. Eso no es menor porque todo el discurso de igualdad de oportunidades es, salvando las intenciones de quienes lo sostienen, falso. Si yo pongo a 10 personas en la misma línea de salida para una carrera donde en la meta hay solo tres lugares, hay siete que corran como corran y salgan o no a la vez, no van a tener lugar. Entonces hay que pensar a quiénes no se está dando lugar. Los nuevos, los que llegan a la escuela, tienen derecho a reclamar un lugar que no sea cualquier lugar. Y me parece que la cuestión del desgranamiento, la repitencia y el mal llamado fracaso escolar, también lo tenemos que reinterpretar o resignificar desde una perspectiva diferente.
—¿De qué manera?
—Por lo general lo pensamos como algo que pone en evidencia un efecto no deseado. Pero la hipótesis que estamos sosteniendo es que la sobreedad, la repitencia y el desgranamiento son efectos no confesados pero deseados y buscados por un sistema que necesita que el 86 por ciento de la riqueza esté en mano del 10 por ciento de la población y que necesita mantener, por lo menos, al 50 por ciento de la población sin nada. Creo que si queremos, de verdad, empezar a intentar ofrecer algunas oportunidades hay que empezar a dar vuelta las hipótesis.
—Se suelen hacer muchos análisis y evaluaciones sobre lo que pasa en las aulas, ¿qué opinión tiene del nuevo operativo Aprender?
—Yo he sido, históricamente, muy crítica con esos operativos y con la nueva regla que mide a todo el mundo, Pisa (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de Ocde, por sus siglas en inglés). Me parece que hay una cuestión a atender que es el modo en que algunas políticas conllevan, sugieren o dan a entender, un desprecio hacia lo que hacían en la escuela. Cualquier maestro evalúa, la escuela está llena de evaluaciones. ¿Qué es lo que hace que esas pruebas no sean creíbles y necesitemos otras? Cuando sacás del educador lo que forma parte de todo trabajo pedagógico que es, en algún momento, hacer un balance de cómo están las cosas; y decís que en él no podés confiar y te vas a la globalización de la evaluación, estás despreciando lo que pasa en la escuela. Es como todos los programas que agregan prótesis a la escuela. Un contraturno, una jornada extendida o un par de horas más pero con un discurso en el que dicen que los alumnos van a hacer ahí lo que la escuela no puede dar ¿qué está construyendo sobre la escuela? Lo que se está diciendo es que en esa escuela no puede pasar nada, es inmodificable y hay que inventarle una prótesis donde ahí podría pasar lo bueno. En el fondo hay una desvalorización, desjerarquización, que atenta contra aquello mismo que se dice querer proteger: la escuela.
—¿Entonces qué se puede hacer?
—Si queremos escuela, hay que hacer una apuesta sobre ella, una apuesta de confianza. No desvalorizar todo el tiempo a la institución y a sus actores. Si se quiere hacer algo por la escuela, se tiene que hacer con y en la escuela. Hay unos efectos paradojales que se pueden llegar a producir en nombre de evaluar. No hace falta una nueva cifra sobre las matemáticas para darnos por enterados de lo que ya sabemos. Evaluar no está mal, el problema es cuando la propuesta a nivel general es que lo que hay que hacer es evaluar. El control no reemplaza al imaginario motor. Y acá hemos perdido capacidad de imaginario motor, estamos plegados a un orden de globalización totalmente injusto que criticamos pero no estamos dispuestos sino a formar parte. ¿Por qué hay que formar parte de un mundo injusto? ¿Por qué tengo que formar para un mundo globalizado? ¿Por qué tengo que preocuparme por las competencias?
En su comienzo la palabra escuela venía de skholè, daba cuenta de un tiempo libre de urgencias y de presiones para poder pensar urgencias y presiones del tiempo. No soy nostálgica, no digo que eso existió efectivamente, sino que las palabras conservan la traza, la huella, de unos significados y sentidos que, a lo mejor, hay que volver a recordar, no restituir como eran. Porque esa restitución es nostálgica, inútil e imposible.

El valor de las palabras

La educadora hizo hincapié en que este es un momento en el que están dadas las condiciones para repensar la escuela y su objetivo. «Creo que, como en todo momento donde está todo patas para arriba, sería la ocasión para ver si se nos ocurre algo distinto», indicó.
Y agregó: «No soy muy optimista, a pesar de que no desconozco, homenajeo, honro y me conmuevo frente a pilas de maestros emancipadores, que ponen cabeza y cuerpo para evitar que la desigualdad aterradora arrase con los pibes que tienen en sus clases. Ellos lo intentan tantas veces como sea necesario, creen en la igualdad y no adjetivan».
—¿Por qué es un problema adjetivar?
—Cuando las políticas empiezan a adjetivar estamos fritos porque el adjetivo te lleva a la acción de la política. Te anula. Si decís «Voy a hacer una educación inclusiva» ¿qué estás diciendo? ¿Que la que tenés no lo es? La educación es la educación.
En relación a la política de jornada extendida, la experta en educación analizó: «Tampoco podés ampliarles la jornada a unos porque son pobres. Porque entonces más que un beneficio o un derecho parece una condena. Es como decirles: «Como además sos pobre y desconfío tantísimo de vos prefiero que estés más tiempo en una parte de la escuela que no va a funcionar como la escuela porque la escuela no podría hacer de vos nada bueno». Ese es el problema de la adjetivación. No creo que la gente que piensa estas cosas sea malvada sino que, a veces, no nos detenemos a pensar lo que construimos discursivamente y el discurso es una práctica, una marca política».
Y siguió: «Cuando decís que tenés que incluir es porque excluiste. Entonces la pregunta es cómo hago para no excluir. Cuando te ponés en un adjetivo omitís pensar qué produjo lo otro. Entonces corrés el fuerte riesgo de reproducir más de lo mismo».
—¿Cuál es el mensaje y el impacto que ese tipo de adjetivación genera en los sectores más vulnerables?
—Si formás parte de cierto sector social ya la sociedad te vienen diciendo que el problema es el sector social al que pertenecés y que vos, pobre, no vas a poder hacer nada. Pero la política te dice que va a hacer un esfuerzo por vos y te la va a hacer un poco más sencilla. Cuando el sujeto va y no logra encontrar un sentido a su experiencia, la desesperación es terrible porque el sujeto dice: «Me la hicieron fácil y ni siquiera puedo esto». Es una humillación agotadora, que arrastra una decepción profunda.
De todas maneras, aclaró: «En la escuela conviven la reproducción y la emancipación; las prácticas que tienen menos en cuenta al sujeto y las más atentas y protectoras».
—¿Es un tema que se debe abordar solo desde la educación?
—No. La responsabilidad de las políticas consiste en ver cómo se las ingenia para que la escuela haga lo que tiene que hacer pero si la economía no hace lo suyo, la desigualdad no cambia. Habrá algunos meritocráticos, término que vuelve a estar de moda. Ahora si sos pobre pero meritocrático podrás convertirte en un mutante y funcionar como si fueras de clase media. Pero la política no puede sugerir la meritocracia, tiene que ofrecer las condiciones para que la desigualdad no construya vidas dañadas. Es otra historia.
Fuente: http://www.unosantafe.com.ar/estos-tiempos-la-economia-el-mundo-necesitan-excluidos-n1254828.html
Imagen: www.lanueva.com/upload/news/mdeckerdiaz/2015/06/558fd825b9b24_large.jpg
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