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Un estudio relaciona la desigualdad de género con el cambio climático

Por: Ecoportal. 10-12-2016

La publicación, coordinada conjuntamente por el CREAF, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Basque Centre for Climate Change (BC3) en el País Vasco, y la Universidad Leuphana de Lüneburg de Alemania, recoge nueve casos de estudio.

Favorecer la incorporación de las mujeres y otros colectivos desfavorecidos a la toma de decisiones sobre la gestión de recursos naturales hace más eficaz afrontar las crisis ecológicas y el cambio climático

Esta es la conclusión de una investigación coordinada por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB) que publica la revista Ambio, que dedica un volumen especial a las mujeres y el cambio ambiental global.

Se trata del primer estudio que relaciona las desigualdades de género con el cambio climático y que refleja que las posibles respuestas al calentamiento global son distintas en función de si las aportan hombres o mujeres.

Empoderar a las mujeres y desfavorecidos

“Para que las sociedades humanas sean capaces de adaptarse mejor al cambio ambiental global será necesario eliminar estas diferencias y empoderar a las mujeres, y a otros colectivos desfavorecidos, en sus comunidades”, ha explicado la investigadora del CREAF y del Insituto de Ciências Agrárias e Ambientais Mediterrânicas (ICAAM) de Portugal, Federica Ravera, coordinadora de los trabajos.

Los investigadores han concluido que hay que considerar la interacción del género con otros elementos de discriminación como la edad, posición social y económica, etnia, educación, sexualidad o las discapacidades.

La publicación, coordinada conjuntamente por el CREAF, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Basque Centre for Climate Change (BC3) en el País Vasco, y la Universidad Leuphana de Lüneburg de Alemania, recoge nueve casos de estudio.

Diferentes casos

Éstos abarcan desde los vaqueros en EEUU hasta la Suecia de los indígenas sami y sus renos; las comunidades ganaderas y agrícolas de África; el conocimiento de plantas medicinales de los indígenas de Amazonia; el estudio de la diversidad de cultivos en la India, o los pescadores de las Islas Salomón.

En los nueve casos, han comprobado que cuanto más equitativa es la división del trabajo y los roles que las mujeres desempeñan en la toma de decisiones, las relaciones de poder en la gestión de recursos naturales y el acceso al conocimiento, mejor responden a los cambios ambientales que están sufriendo.

Por ejemplo, los sami, dedicados al pastoreo de renos en Suecia, o los vaqueros del sur de EEUU, donde las mujeres juegan un rol absolutamente invisible, pero fundamental en sus grupos.

Además de encargarse de varias tareas en la gestión del ganado, en ambos estudios se destaca que son ellas las responsables de transmitir el conocimiento dentro de su grupo y entre generaciones, algo necesario para asegurar su supervivencia.

En comunidades del altiplano de Etiopía destaca que las mujeres suelen tener menor acceso a instituciones locales y que la gestión de los pastos comunales corresponde exclusivamente a los hombres, que en épocas de sequía prefieren vender su ganado.

En cambio, las mujeres aplican estrategias a más largo plazo y priorizan la alimentación de vacas lecheras y ovejas para tener alimento para los niños y los becerros.

La publicación también incluye un estudio liderado desde el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA-UAB) donde se demuestra que las mujeres de la tribu amazónica Tsimane conocen una mayor diversidad de plantas útiles para tratar enfermedades.

Sin embargo, el hecho que ambos géneros conozcan distintas plantas para un mismo tratamiento sugiere que, aunando estos conocimientos, los tsimane pueden ser mucho más capaces de recuperarse y adaptarse a los cambios que sufre la Amazonia.

El estudio que ha liderado Federica Ravera en la India muestra que otros factores, además del género, como la casta, educación, clase social, o el acceso a la tierra, son definitorios a la hora de mitigar y adaptarse a los cambios ambientales.

En las mismas comunidades del Himalaya, sólo las mujeres con mayor acceso a la tierra y a la educación son capaces de conservar la biodiversidad agrícola y la capacidad de respuesta a cambios ambientales.

Asimismo, en las llanuras del Ganges sólo las mujeres de casta más alta son las que pueden acceder a innovaciones agroecológicas, mientras que muchas son relegadas a trabajar exclusivamente como obreras agrarias, supliendo el trabajo de los hombres emigrados.

“Ésta es la primera vez que una colección de estudios aplica una aproximación feminista al estudio sobre el cambio ambiental global”, ha resumido la coordinadora de la publicación.

Ecoportal.net

Efeverde

http://www.efeverde.com/

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Mejorar la resiliencia al cambio climático de las infraestructuras de África: El sector de carreteras y puentes

29 de noviembre de 2016/Fuente: Banco Mundial
Una red vial confiable tiene el potencial de impulsar la economía de África y asegurar que en la región todas las personas tengan acceso a oportunidades y servicios. Sin embargo, la infraestructura vial es particularmente vulnerable frente a los efectos del cambio climático. En África, según la mayoría de las previsiones, el incremento de las temperaturas, el aumento de las precipitaciones y las inundaciones llevarán al límite un sistema vial ya de por sí sometido a gran presión. Ahora que se prepara para realizar cuantiosas inversiones en infraestructura, la región dispone de una ocasión única para anticiparse a las consecuencias de un clima en proceso de cambio mediante la modernización de las carreteras existentes y la adaptación de las nuevas que se construyan. Para promover la resiliencia en el sector de las carreteras, un nuevo estudio del Banco Mundial brinda ayuda a los planificadores en la determinación de cuál puede ser el procedimiento de adaptación más apropiado y con mejor relación costo-eficacia en distintas situaciones de cambio climático.

El futuro de África depende de sus carreteras

  • Una red vial adecuada y fiable será esencial para el desarrollo económico y social de África. Las conexiones de buena calidad por carretera pueden ampliar considerablemente el acceso a empleos, mercados, escuelas y hospitales. En particular, en el caso de las comunidades rurales, una carretera es con frecuencia la arteria vital que conecta poblaciones aisladas con oportunidades económicas y servicios.
  • La baja densidad y el mal estado de la infraestructura vial existente constituyen un grave obstáculo para el crecimiento de la región. Actualmente, solo un tercio de la población rural vive a menos de dos kilómetros de una carretera utilizable durante todo el año, lo que supone el nivel más bajo de accesibilidad de todo el mundo en desarrollo. Además, la escasez de fondos para el mantenimiento habitual de la red acelera su deterioro, por lo cual muchas carreteras acaban en mal estado.
  • Como parte de una iniciativa más amplia para extender y modernizar su red de transporte, África recibirá inversiones considerables en infraestructura vial durante las próximas décadas. Mediante la combinación de iniciativas regionales y planes directores de ámbito nacional, el promedio de la inversión en capital en el sector de carreteras será de aproximadamente USD 4600 millones al año, hasta un total de USD 78 000 millones hasta 2030.

El cambio climático supondrá un elevado costo para el sistema vial de África

  • Para garantizar que el gasto en carreteras proporcione el máximo provecho posible y aporte beneficios duraderos para el desarrollo, es de vital importancia que los planes de inversión tomen en cuenta las consecuencias de un clima en proceso de cambio, puesto que los activos viales son especialmente vulnerables a factores climáticos de estrés, tales como el incremento de las temperaturas, el aumento de las precipitaciones y las inundaciones.
  • Prácticamente todos los modelos muestran que los fenómenos meteorológicos extremos ejercerán un estrés considerable sobre el sistema vial de África. El deterioro y el envejecimiento acelerado de las carreteras causado por el cambio climático exigirán que aumenten las tareas de conservación y que sean más frecuentes las de rehabilitación.
  • Además de los costos de conservación y rehabilitación más elevados, el deterioro de la infraestructura vial derivado del cambio climático también ocasionará interrupciones más frecuentes en la circulación de bienes y personas, lo que tendrá consecuencias directas sobre la productividad económica.
  • Afortunadamente, existen maneras efectivas de adaptar las carreteras nuevas y de modificar las existentes para mejorar la resiliencia al cambio climático.

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Arne Hoel/Banco Mundial

Valoración del costo de la inacción frente a la adaptación proactiva

Para ayudar a los planificadores a determinar cuál es el procedimiento de adaptación más apropiado y con mejor relación costo-eficacia, el estudio ha desarrollado un método para comparar el costo de la inacción frente a la adaptación proactiva en el que se analizan tres dimensiones principales:

  • Evaluación del costo de los activos viales durante todo su ciclo vital, incluidas la construcción, la conservación, la reparación y la rehabilitación: La importancia de este análisis estriba en que, si bien las carreteras resilientes al cambio climático suelen tener mayores costos iniciales de construcción, en muchos casos quedan compensados con creces por los menores gastos anuales en mantenimiento, reparación y rehabilitación.
  • Consideración de diversas hipótesis derivadas del cambio climático: La mayoría de las previsiones indican que el clima de África será muy diferente del actual, aunque no existe consenso en lo que respecta al carácter, la intensidad y la distribución geográfica de los cambios. Por este motivo, la metodología utilizada en este estudio se diseñó para que tomara en consideración diversos escenarios  de cambio climático. La integración de una gama completa de hipótesis climáticas posibles en el futuro puede complicar el análisis, pero, de no hacerse así, los planificadores podrían “errar el blanco” y prever inversiones en resiliencia al cambio climático superiores o inferiores a las necesarias.
  • Cuantificación del impacto general de las interrupciones del tránsito derivadas del cambio climático: Cuando una carretera ve anulada o reducida su capacidad a causa de fenómenos climáticos, las consecuencias sobre las cadenas de distribución, la producción económica y el acceso a los servicios varían de manera considerable en función de factores locales, tales como el volumen de tránsito de una carretera en particular o la existencia de rutas alternativas. En vías de alta densidad de tránsito, incluso los cambios relativamente menores en el clima pueden tener un gran impacto en las personas y a la economía, lo que justificaría sobradamente las medidas de adaptación.

No hay soluciones “válidas para todos los casos”

A partir de esta metodología, el estudio concluye lo siguiente:

  • Un adecuado mantenimiento vial es el mejor y más eficiente modo de reducir el impacto de un clima en proceso de cambio sobre el sistema vial.Los daños ocasionados por fenómenos climáticos se agravan si no existe un régimen adecuado de mantenimiento.
  • Prácticamente siempre está justificado invertir de modo proactivo en mejoras de la pavimentación para prevenir los efectos de temperaturas más elevadas, en especial, si se tiene en cuenta que los costos incrementales de esas medidas de adaptación son bastante bajos.
  • En lo que respecta a las precipitaciones y las inundaciones, la justificación de las medidas de adaptación tiene algunos matices: La mejora de la resiliencia frente a factores climáticos de estrés, por lo general, viene acompañada de un elevado costo, y el consiguiente ahorro en mantenimiento y rehabilitación puede no ser suficiente para compensar los mayores costos iniciales. En este contexto, para determinar si las medidas de adaptación tienen lógica desde el punto de vista económico, es fundamental factorizar el impacto general de las interrupciones del tránsito.
  • Al decidir si se desea adaptar la infraestructura vial al cambio climático y cómo hacerlo, los planificadores del transporte deben evaluar sus opciones caso por caso y evitar “recetas generales”.

Para poner en práctica estas recomendaciones y proteger su infraestructura de transporte frente a los efectos del cambio climático, la región tendrá que potenciar la capacidad financiera, técnica e institucional del sector de las carreteras. Para ello, el Banco Mundial ha desarrollado varias iniciativas con las que ayudar a los países a incorporar el cambio climático en la gestión de activos viales. El Banco Mundial colabora también con la Comisión de la Unión Africana y con la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (UNECA) en el establecimiento del nuevo Mecanismo de Inversión para la Resiliencia al Cambio Climático de África (Africa Climate Resilient Investment Facility, AFRI-RES), que desarrollará la capacidad de la región para integrar consideraciones ligadas al cambio climático en la planificación y el diseño de inversiones a largo plazo.

Este estudio ha sido elaborado con el apoyo financiero de las siguientes instituciones: Departamento para el Desarrollo Internacional del Reino Unido (UK Department for International Development, DfID), Fondo Nórdico de Desarrollo (Nordic Development Fund, NDF), Institución de Crédito para el Desarrollo (Kredit Anstalt für Entwicklung, KfW), Agencia Francesa de Desarrollo (Agence française de développement, AFD), Programa de Asociación Países Bajos-Banco Mundial (Bank-Netherlands Partnership Program, BNPP) y Fondo Fiduciario para el Desarrollo Ambiental y Socialmente Sostenible(Trust Fund for Environmentally and Socially Sustainable Development, TFESSD).

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/topic/transport/publication/enhancing-the-climate-resilience-of-africas-infrastructure-the-roads-and-bridges-sector

Imagen: www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/may-10/ml-children-walking-on-railtracks.jpg

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Oceanía: Education Ministry: Schools have scope to design their own climate change curriculum stuff nation

Ministerio de Educación: Las escuelas tienen margen para diseñar su propio plan de estudios de cambio climático

Resumen:

Una respuesta del Ministerio de Educación a un (carta educación sobre el cambio climático en el programa de estudios que faltan Nueva Zelanda ), publicado el 22 de noviembre: El plan de estudios de Nueva Zelanda para las escuelas de Inglés medio-Te y Marautanga o Aotearoa para medio Māori es líder en el mundo. Estos dos documentos, que constituyen el plan de estudios nacional, toman como punto de partida una visión de nuestros jóvenes como aprendices de por vida que tienen confianza y creativo, conectado, y participan activamente.

A reply from the Education Ministry to a letter (Climate change education missing in New Zealand curriculum) published on November 22:

The New Zealand Curriculum for English-medium schools and Te Marautanga o Aotearoa for Māori medium are world leading.

These two documents, which make up the National Curriculum, take as their starting points a vision of our young people as lifelong learners who are confident and creative, connected, and actively involved.

Climate change is having a serious effect in the Antarctic.

REUTERS

Climate change is having a serious effect in the Antarctic.

They include a clear set of principles on which to base curriculum decision-making. They set out values that are to be encouraged, modelled, and explored. They define five key competencies that are critical to sustained learning and effective participation in society and that underline the emphasis on lifelong learne

But they are not prescriptive.

They set the direction for teaching and learning in New Zealand schools, but schools have the scope, flexibility, and authority they need to design and shape their local curriculum so that teaching and learning is meaningful and beneficial to their student communities.

This means that while every school curriculum must be clearly aligned with the direction of the National Curriculum, schools have considerable flexibility in how they implement their programmes.

So our schools and kura already have the option to include teaching and learning about climate change in their curriculum. In fact, we know that many are educating their students in this important area.

The principles underpinning our National Curriculum include supporting students to have a focus on issues such as ecological sustainability and globalisation. The theme of climate change can span a number of learning areas from Social Sciences to English, Science, Art or Technology.

Schools can look to incorporate teaching around climate change right across these learning areas. Many learning areas also allow students to research a highly significant current issue at a local, national and international level that engages them and prompts them into taking social action.

For some students their interest will lie in looking at climate change.

There are also opportunities for students to have their learning in this area recognised in NCEA credits through a number of the Education for Sustainability achievement standards.

Education for Sustainability empowers students to connect thinking and actions in ways that will lead to a sustainable future. One theme teachers can use is to look at globalisation to encourage students to examine global action against climate change.

Teachers know their students best. They know how best to engage them and how to inspire our Kiwi kids to become lifelong learners. That’s why the curriculum is not prescriptive. We recognise that subjects such as climate change are of great importance in our modern world. We also know that our schools do too and use their own judgements to frame what they teach about climate change around the curriculum.

As Matthew Schep says himself, many schools are already weaving comprehensive climate change education into their learning experiences.

Fuente:

http://www.stuff.co.nz/national/education/86814987/education-ministry-schools-have-scope-to-design-their-own-climate-change-curriculum

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/5ggqIcFU0NUedfFG-pj3VpJvd4avIPhg2foU9dyZHJ1Q_kAWzCqCA5Fp65Jc6kvuGeo0Sg=s85

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La gestión de paradigmas para hacer frente al cambio climático

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Rodrigo Arce Rojas

La palabra crisis es el signo de los tiempos. Se habla de crisis ambiental, crisis climática, crisis económica, crisis política, crisis de liderazgos. Todo ello refiere a la diversidad de manifestaciones del cambio global. Una de estas expresiones refiere al cambio climático, uno de los más grandes retos que nos corresponde enfrentar como sociedad.

Existen diferentes perspectivas para hacer frente al cambio climático, algunos prefieren las soluciones de mercado, otros privilegian las soluciones tecnológicas, mientras que otros enfatizan las soluciones de tipo institucional o legal. Es claro que abordar un tema complejo e incierto como el sistema climático y sus alteraciones producto de las emisiones de gases de efecto invernadero requiere también respuestas complejas e integradoras.

El cambio climático pone de manifiesto la forma cómo la humanidad ha ido construyendo histórica, cultural y simbólicamente un sentido a lo que se ha dado en llamar desarrollo. No existe un único modelo (si es que cabe el término) económico, un único modelo de desarrollo, ni un único modelo civilizatorio, no obstante, es innegable desconocer el peso específico que ha ganado el proyecto económico de acumulación, del triunfo del consumismo, materialismo, hedonismo, de valoración del éxito personal.

El sur, especialmente los países de las zonas tropicales, se caracterizan por una alta diversidad en todos los planos. Esta diversidad se presenta como de manera ambigua como una oportunidad de negocios pero también como un obstáculo de crecimiento del mercado que busca uniformizar a los consumidores o cuando es posible segmentarlos en estratos de consumidores.

Históricamente occidente se ha desarrollado con un enfoque de fragmentación. Así, hemos separado el hombre, de la naturaleza; hemos fragmentado las ciencias en ciencias naturales y sociales; la razón, de la emoción; el sujeto que estudia, del objeto estudiado. Así mismo simplificamos la naturaleza humana y la reducimos al éxito individual, la conducta humana a su orientación al egoísmo, al materialismo, al hedonismo.

Separamos también lo urbano de lo rural que lo sentimos tan lejos y tan distante afectivamente. Olvidamos que lo que pasa en los bosques y en los glaciares también nos afectan y las emisiones de GEI desde las ciudades también afectan los bosques y los glaciares. Estamos fuertemente entrelazados por los ciclos biogeoquímicos, por el ciclo hidrológico. Todos somos parte de la trama de la vida y de la naturaleza.

También nos hemos propuesto simplificar los ecosistemas y agroecosistemas. De esta manera prosperan las plantaciones y las ganaderías por facilidad de manejo tecnológico y para producir grandes cantidades de materias primas a economías de escala que demandan los mercados.

La pretensión de dominio del ser humano sobre la naturaleza nos ha llevado a verla únicamente como proveedora de recursos y depósito de desechos. Así, las dimensiones sociales y ambientales son considerados como barreras o limitantes al desarrollo y por tanto hay que eliminarlos o maquillarlos.

En todo este proceso hemos ido olvidando que formamos parte indesligable de la naturaleza; que el altruismo, la solidaridad, la compasión, la empatía forman parte del acervo de la humanidad; que somos parte de la trama de la naturaleza y el cosmos y que las relaciones, vínculos y afectos forman parte intrínseca de nuestra naturaleza social.

Por todo ello, para hacer frente al cambio climático, necesitamos no solo más mercado o más tecnología, necesitamos, sobre todo cambiar nuestras creencias más profundas y nuestra manera de pensar y actuar. Por ello se sustenta que abordar seriamente el cambio climático implica un cambio del modelo civilizatorio. Revisar la forma cómo pensamos y actuamos, la forma cómo producimos y consumimos.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/rodrigo-arce-la-gestion-paradigmas-frente-al-cambio-climatico/

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De París a Marrakech: el calentamiento global tiene fecha de expiración

Europa/22 de noviembre de 2016/Fuenete: Banco Mundial

Este 4 de noviembre entra en vigor el Acuerdo de París sobre el cambio climático, aquel que más de 190 países del mundo firmaron – incluyendo una mayoría de latinoamericanos – y que se comprometen a contener el aumento de la temperatura media “muy por debajo de los dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales”, con el convencimiento de que ésta acción “reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático”.

En síntesis, el Acuerdo de París prevé que cada país revise cada cinco años sus compromisos para disminuir sus emisiones de gases de efecto de invernadero (GEI). Y hasta ahora ya ha sido ratificado por más de 95 estados que dan cuenta de más del 60% de los GEI en el mundo. Misión cumplida.

Esto se da tan solo unos días antes de que comience la ahora célebre COP22 de Marrakech. Y tal como expresaron desde el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), si la #COP21 fue la cumbre de la negociación, la #COP22 es la cumbre de la acción.

En definitiva, son acciones concretas (contribuciones) que los países deben llevar a cabo en su agenda post 2020 para intensificar su lucha contra el cambio climático, ya sea para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero o para adaptarse a los impactos producidos por ese fenómeno.

Una plataforma web creada por el Banco Mundial permite conocer en detalle las contribuciones de cada país y sus áreas de influencia – agricultura, deforestación, suministro de agua, entre otras.

Latinos en tierra marroquí

América Latina y Caribe es de las regiones que menos contaminan en el mundo pero sus países figuran entre los más ambiciosos en términos de lucha contra el cambio climático con estrategias como los mercados de carbono y las energías renovables.

De hecho, más de dos tercios de los planes de acción climática de las naciones latinoamericanas se refieren al precio del carbono y utilizan cada vez más los mercados de carbono para reducir las emisiones de GEI y para proteger sus economías. El esquema es simple: en este mercado se establece un precio para el gas, que se le “compra” a los emisores, los cuales a su vez usan ese dinero para hacer inversiones en la reducción de esas emisiones.

Por otra parte, es muy probable que el nivel de inversión en energía limpia en América Latina y el Caribe llegue a un billón de dólares para el 2040, según datos del IFC, institución del Banco Mundial que se enfoca en el sector privado.

Para la región y para el mundo es crucial mantener la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados. Antes del Acuerdo de París, la tendencia de calentamiento actual indicaba que se llegaría a un mundo cuatro grados más caluroso para el 2100 con consecuencias catastróficas para el planeta, según el estudio “Bajemos la temperatura”.

En concreto, estas son las metas de algunos países latinoamericanos frente al cambio climático:

Argentina: mejorará su contribución al año 2030 bajando sus emisiones de 570 a 488 millones de toneladas de dióxido de carbono. Según una investigación, el costo de la degradación del medio ambiente equivale a un valor económico de aproximadamente el 8% del PBI del país.

Brasil: asumió el compromiso de limitar sus emisiones contaminantes anuales a 1.300 millones toneladas de dióxido de carbono para 2025, lo que supondría una reducción del 36,1 % respecto a 2005.

Colombia: entre sus contribuciones se destacan reducir las emisiones de GEI del país 20% en relación a las emisiones proyectadas para 2030 y aumentar la resiliencia y la capacidad adaptativa del país a través de 10 acciones sectoriales y territoriales.

México: se compromete a reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en un 25% para 2030, generar 35% de energía limpia para el 2024 y 43% para el 2030. Además, en noviembre se lanza un esquema piloto de comercio de derechos de emisiones que durará 12 meses, con anticipación a la completa implementación del mercado nacional de carbono en 2018.

Pero no solo son los gobiernos quienes están comprometidos en la lucha. Hoy por hoy, se registran más de 11.000 compromisos de acción climática por parte de organizaciones de la sociedad civil, empresas privadas, ciudades y hasta cooperativas, lo que contribuirá sustantivamente al compromiso global de ponerle una fecha de “expiración” a la dinámica actual del calentamiento global.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/11/04/de-paris-a-marrakech-el-calentamiento-global-tiene-fecha-de-expiracion

Imagen: www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/nov/MX-energia-solar.jpg

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Cambio climático: África despierta

África/Noviembre 2016/ Noticias/http://www.laregion.es/

La gran esperanza de que el COP22 (Conference of the Parties 22 – ONU y la Agencia Mundial de Meteorología) en Marrakech fuese la puesta en marcha de lo aprobado la reunión de París se ha queda en eso, esperanza, que se mantuvo hasta el final ya que después de China (con 26 centrales nucleares nuevas) y USA con un plan de Obama muy ambicioso apoyado por las palabras de Ernest Moniz (USA Secretary of Energy) «la reunión del Cambio Climático pide respuestas globales, incluyendo el amplio empleo de poder nuclear»), ratificaron el plan que seguirían para la reducción del CO2, también lo presentaron otros países: Canadá, Francia, México e incluso Chile. No nos debemos quedar en eso, hay materias en las que sí se ha hablado y presentan novedades que se han puesto de manifiesto en el COP22 en Marrakech, la primera que aunque han firmado la mayor parte de los países la resolución adoptada en París, uniéndose China y USA (tiene el inconveniente que tropieza con el Presidente electo Trump), aún nadie se ha comprometido a donar el dinero acordado a partir del año 2020, de hecho en esta conferencia se está hablando más de lo que hay que hacer para el 2050,

El segundo hecho muy importante es que los países africanos quieren su lugar en la toma de decisiones en estas reuniones, el anfitrión el rey Mohamed VI puso en de manifiesto la desigualdad entre los países del norte y del sur y ha dicho: “La crisis climática es la última injusticia que golpea a los más vulnerables. Además, los efectos del cambio climático conciernen de igual modo, o quizá en mayor medida, a los países en desarrollo, sobre todo a los estados africanos y latinoamericanos menos desarrollados.

¿Sería pertinente calificar de sostenible un desarrollo que deja sumergida en la pobreza a una mayoría de seres humanos? ¿Es acaso legítimo que las prescripciones para la protección del clima sean dictadas precisamente por los principales responsables del calentamiento atmosférico?”. A lo cual no le falta razón ya que África es responsable de sólo el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero, y añadamos lo dicho por Melanie Kermarc, directora del proyecto Woods Hole Research Center, y responsable de los procesos de reducción de emisiones derivadas de la deforestación y degradación de los bosques (REDD) en la República del Congo, que señaló que es necesario mejorar las condiciones de vida de la población local y optimizar las acciones a tomar frente a la deforestación, un pequeño, ejemplo de lo que está sucediendo es África.

Para poder salir airosos de la reunión la directora de la Fundación Empresa & Clima en calidad de observadora de la ONU dice: “Es una cumbre más técnica que la de París, pero importante porque, demuestra la voluntad de los países de convertir sus compromisos políticos en acciones y, porque se ha mantenido el clima de entendimiento conseguido en la pasada cita, pese a los temores por la victoria de Trump”, seguido de lo dicho por el Secretario de la ONU Ban Ki-moon “Espero que Trump comprenda la seriedad y la urgencia del fenómeno del cambio climático (…) Confío en que va a escuchar y evaluar esto y tomar las decisiones más acertadas”. Trump sigue presente en todo los actos del mundo.

Una novedad en una cumbre del Cambio Climático es la repercusión que ha tenido sobre leas mujeres, haciendo hincapié en las más afectadas durante los desastres naturales, muchos de ellos producidos por el Cambio Climático, donde por primera vez tienden a ser las principales responsables del uso de energía en el hogar. En los países en desarrollo, el acceso a la energía es importante para ellas no sólo para cocinar, sino también para la educación y la salud. Las mujeres de África lo han puesto de manifiesto, y el rey Mohamed VI ha reclamado que el mundo mire hacia ese continente y se ha erigido en el “paladín” de la defensa del mismo (África es responsable de sólo el 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero), Marrakech y sus cerca de 10 siglos de existencia quiere seguir haciendo historia en este milenio con un acuerdo, que sabemos que es de mínimos, con compromisos de algunos países hacía en año más lejano que el de París, el 2050, que es el que en los estudios científicos se baraja cómo más posible para poder introducir nuevos medios de producción de energía, incluso el periódico The Economist escribió “el que ha sido más fuerte de lo normal en esta ocasión fue el Niño, lo que ayuda a explicar las temperaturas de 2016 que han batido récords en 2016. Y futuros Niños pueden sostener sorpresas mayores”, un golpe muy duro para los que atribuían a causas humanas el calentamiento sufrido.

Se han realizado previsiones para 2040, de modo que estemos preparados en 2050, así se pasará del 23% de energía consumida de las renovables al 37%, lo que indica que aún seguiremos dependiendo del petróleo cuyo consumo aumentará en 12 millones de barriles diarios, con lo que continuará el 0,5% de incremento anual del CO2 en el sector industrial. El consumo del gas natural (industria, producción de energía, calefacción y hogar) será un 50% mayor. Simplemente recordar que su uso genera entre otros gases CO2 y NO2 que son tan perjudiciales para las personas cómo para los gases de efecto invernadero. Los dos conjuntamente con el SO2 fueron los causantes de la mortífera niebla de 1952 en Londres, y la de este año en China que causó miles de muertos.

Con anterioridad hubo escritos donde se decía que había estudios sobre el calentamiento global, de los que se desconozco cuáles son y qué grado de certidumbre científica tienen, y que dicen que demuestra que animales y plantas desarrollan mutaciones genéticas, cambios en la forma o patrones de conducta, aquí comprobamos que se sigue dando datos que producen “miedo” entre la población. Claro que en ocasiones se “olvidan” de datos y hablan de reducción del agujero de ozono en la Antártida, cuando es conocido por los estudios de la NASA que ha realizado a lo largo de este siglo que la razón por la que existe y se abre y cierra es función de las necesidades del planeta.

No deja de ser curioso que Renault-Nissan fuese el patrocinador oficial del COP22 que proporcionó una flota de 50 vehículos eléctricos, sin entrar en lo que son y la no emisión que tanto proclaman, sólo decir que utilizan energía y hasta el día de hoy no hay ninguna energía limpia, ni tampoco es momento para hablar del reciclaje de los “acumuladores de de energía” que mueven su motor. Mejor no hacerlo, ya hemos visto cómo se aplazan los temas, ¿quizás por qué aun no se quiere asumir el dinero aprobado el París que los países industrializados tiene que dar? Lo cierto que es que aunque no ha sido, cómo esperábamos una gran mayoría, sí que podemos decir que ha sido la mejor despedida de todas las Cumbres sobre el Cambio Climático, dignas de las 1.000 y una noche dado el hermoso lugar que se ha celebrado.

Para finalizar África tiene líder y reclama un puesto en la toma de decisiones, veremos el futuro y cuantos lo siguen, tienen claro que los han explotado, lo siguen haciendo y están pagando las consecuencias del “buen vivir” de Occidente, quieren agua, energía y salir del secular atraso en el que se encuentran.

Fuente

http://www.laregion.es/articulo/mundo/cambio-climatico-africa-despierta/20161120125752665221.html

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/zPyyEQqvo9hxrJlLxgMI6yu5PWNWnz1Bmot9Wl-xqhi3DuTgG2DrlUIrNbYY2NY4JD8_uQ=s85

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Etiopía: Más de 75 millones de niños se quedan sin educación por el cambio climático

Etiopía/21 de Noviembre de 2016/http://www.corresponsables.com/

Más de 75 millones de niños y adolescentes en todo el mundo ven hoy interrumpido su proceso educativo por emergencias y crisis prolongadas debidas en gran parte a problemas climáticos, según datos de la UNESCO recogidos por Entreculturas.

 En Etiopía, la sequía ha afectado a la escolarización de cerca de 6 millones de niños y niñas, apuntó la ONG con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Infancia que se conmemora el 20 de noviembre.

En un comunicado, llamó la atención sobre los efectos que el cambio climático puede tener sobre el derecho a la educación, pero también sobre el poder del conocimiento para combatir el deterioro medioambiental.

En el mundo hay 160 millones de niños y niñas que viven en áreas de sequías severas o muy severas y 530 millones en zonas de alto riesgo de inundaciones, según cifras recogidas en el informe La Tierra es Nuestra Mejor Escuela.

Muchos de estos niños se ven obligados a desplazarse, con lo que su formación queda interrumpida y, en ocasiones, totalmente destruida, advirtió la ONG. Además, señaló que a principios de siglo había 25 millones de refugiados medioambientales, y se calcula que en los próximos 50 años, entre 250 millones y 1.000 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus hogares.

«La educación es fundamental de cara a un planeta sano, y un planeta sano es fundamental para que se cumpla el derecho a la educación», recalcó.

Fuente: http://www.corresponsables.com/actualidad/internacional/ninos-afectados-por-cambio-climatico

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