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“La educación inclusiva es el único camino para que se reconozcan los derechos de las personas con diversidad”. Entrevista a Mónica Sumay

Entrevista/07 junio 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la educación

Hablamos con Mónica Sumay, responsable de la denuncia que ha terminado con el informe de la ONU que acusa a España de incumplir sistemáticamente con el derecho a la educación inclusiva.

Mónica Sumay es la madre de una joven con discapacidad intelectual. Hace unos años se hizo famosa, con apariciones en televisión, después de comenzar una pelea de años contra la Xunta de Galicia para que su hija siguiera escolarizada en un centro ordinaria como lo estuvo hasta sus 15 años. En aquel curso, obtuvo un dictamen de escolarización que apuntaba a quela niña tuviera que ir a un centro de educación especial. Mónica no estuvo de acuerdo, y después de cinco meses consiguió que un juez devolviese a la niña a su colegio.

Tras este caso, relata, fue una de las personas que montó la asociación SOLCOM. “Quería devolver la ayuda que había recibido”, relata, mediante la asociación. Fuera del ámbito de las familias de niñas y niños, de personas con discapacidad, es posible que no tenga mucha publicidad. Pero ha sido la “causante” del informe de Naciones Unidas sobre la sistemática vulneración que España hace en relación a la escolarización en el sistema ordinario de educación de personas con diversidad funcional.

Fue en 2014 cuando la organización decidió que dado el volumen de casos que estaban manejando por todo el país, era buen momento de denunciar al Estado por esta dejación de sus responsabilidades. “Debería suponer (el dictamen de la ONU) unos importantes cambios normativos, así como una importante inversión”, espera Mónica.

En 2006 se firmó la Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad. Texto que España ratificó dos años después y que hoy por hoy sigue sin tener un desarrollo legislativo, y menos aún real. En 2011 el comité que vela por el cumplimiento de la Convención, recibió a una delegación española. Ya en su informe avisó a España de que era responsabilida de la administración el que los centros educativos tuvieran los apoyos necesarios para hacer posible la educación inclusiva de todo el alumnado. Poco o nada se ha llegado a realizar desde entonces.

Esa denuncia, la presentada por SOLCOM en 2014, es una de las solo seis que se han aceptado por parte de la Comisión. Es la única, hasta ahora, relacionada con la educación, según cuenta Mónica Sumay. Para ella, hechos como estos tendrán repercusiones mayores que las sentencias que venimos viendo en relación con la escolarización inclusiva en los últimos años.

Hace dos años, de hecho, ya el Comité emitió un informe en el que se  hablaba de la necesidad de los ajustes razonables para las escuelas ordinarias. Un informe que ha acabado pesando en sentencias como la del Tribunal Supremo de hace unos meses. También en otras habidas en La Rioja o Galicia, por ejemplo.

Entre las muchas cosas que afirma el informe de la ONU, una de las más sonrojantes y contundentes es que: “El Comité destaca que la denegación de la igualdad de derechos para las personas con discapacidad puede producirse deliberadamente, es decir, con la intención del Estado parte de cometer tales actos, o como resultado de leyes o políticas discriminatorias, con dicho propósito o sin él”.

Cambios legislativos

Parece claro que el Estado, tanto en el Gobierno central como en los autonómicos, ha de reflejar lo que ratificó en la Convención. Hasta ahora, poco ha sido el traslado que se ha hecho en la normativa. El Comité de Naciones Unidas recoge en su informe que en 2017 ha habido algunos cambios en los decretos autonómicos en relación a la escuela inclusiva.

Para Sumay, sin embargo, “los nuevos decretos refuerzan ahora las aulas específicas dentro de los centros ordinarios”, incidiendo en la integración, no en la inclusión. Critica esta madre y activista que, además, estas aulas se convierten en el lugar en el que los menores con diversidad funcional acaban pasando la mayor parte del tiempo que están en los centros educativos. Se convierten en una forma de segregación.

A esto se suma algo que también constata la ONU y es el hecho de que el sistema de evaluación y desición en torno a la escolarización hace mucho hincapié en lo sanitario. “Un sistema educativo que continua excluyendo de la educación general, particularmente a personas con discapacidad intelectual o psicosocial y discapacidades múltiples, con base en una evaluación anclada en un modelo médico de la discapacidad y que resulta en la segregación educativa y en la denegación de los ajustes razonables necesarios para la inclusión sin discriminación en el sistema educativo general”.

Sumay, como tantas otras personas y organizaciones que trabajan con el sector de la discapacidad, reclaman un importante esfuerzo en la formación inicial y continua del profesorado, piedra de toque para cambiar la situación actual. En este sentido, la ONU constata que “la inclusión se entiende entre una gran mayoría del personal docente como un principio, una tendencia o un método pedagógico y no como un derecho”. De ahí la importancia de la formación.

Segregación a pesar de todo

El Comité de la ONU viajó en 2017 a España para visitar centros educativos, hacer 165 entrevista y visitar diferentes comunidades autónomas para poder elaborar su informe tras la denuncia.

El texto no hace demasiadas concesiones y además de asegurar que una vez que un menor es sacado del sistema ordinario es prácticamente imposible que regrese a pesar de que haya revisiones posteriores de su caso, también resalta que la inclusión no se está garantizando en todos los ámbitos de la vida escolar.

Por ejemplo, pone el dedo sobre cuestiones como el transporte escolar o el comedor. Tiempos y espacios en los que en muchos casos, las personas con necesidades especiales están separadas del resto de compañeros y compañeras. O que los comités de evaluación de cada alumno hacen recomendaciones que “no incluyen medidas en relación al desarrollo y la adaptación del currículo para ajustarlo a progresos individuales del alumno en el aula ordinaria”, por ejemplo.

La mayor parte del alumnado que acaba yendo a un centro de educación especial, según el Comité, se compone de personas con discapacidad intelectual o psicosocial, con trastornos del espectro autista, hiperactividad y décifit de atención o con discapacidad múltiple. Y cuando no acaban en uno de estos centros, lo hacen en “proyectos que los separan de sus compañeros, con escasas oportunidades de salir de este sistema que los segrega de la sociedad”, asegura el texto.

El gobierno aseguró a la ONU que el 99,6% de los niños con necesidades están en centros ordinarios, pero el “Comité observó que estas cifras disimulan un patrón de casos” en los que se segrega, en un sistema que “asume que la educación de ciertos alumnos con determinadas discapacidades solamente es posible en centros de educación segregada”.

“El Gobierno, claro, habla de que el 99% de los menores con discapacidad están en el sistema ordinario, pero la realidad de las aulas en muy diferentes”, afirma Sumay. “Falta voluntad política, no hablo de partidos porque la discriminación está en todos los ámbitos”.

Naciones Unidas, de hecho, ejemplifica esta segregación dentro de los centros ordinarios asegurando, por ejemplo,  que las estadísticas, en Cataluña dicen “el 88% de los alumnos con discapacidad pasaría el 100% del tiempo en un centro de educación especial; el 6% más de un 50%; el 4% menos del 50%; y tan solo el 2% pasaría el 100% del tiempo en un centro ordinario”.

Y a pesar de que se han detectado algunos centros con “proyectos muy alentadores” son “de frágil sostenibilidad”, “el sistema de exclusión discriminatoria se perpetúa”.

Imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2018/06/sumay-monica.jpeg

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/06/04/la-educacion-inclusiva-es-el-unico-camino-para-que-se-reconozcan-los-derechos-de-las-personas-con-diversidad/

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España: El programa de la Agenda Escolar 21 optará a un premio de la UNESCO de educación para el desarrollo sostenible

España/ 22 de mayo de 2018/Por: Albacete/ Fuente: http://www.masquealba.com

El Programa Agenda 21 Escolar de la provincia de Albacete ha sido propuesto por parte de la Comisión Nacional Española de Cooperación con la UNESCO a la obtención del Premio Internacional UNESCO-Japón de Educación para el Desarrollo Sostenible. Se trata de un galardón establecido por el Consejo Ejecutivo de la Unesco en su 195ª reunión, en el marco del Programa de Acción Mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible, que pide que se incrementen las actividades de educación para el desarrollo sostenible en todos los planos y tratar de hacer realidad los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Este es un premio internacional financiado por el gobierno de Japón, consistente en tres galardones anuales, cada uno dotado con 50.000 dólares estadounidenses.

Se trata de la cuarta edición de un premio que nunca ha tenido un ganador español y para el que el Grupo de Trabajo Provincial de Agenda 21 Escolar decide presentar la candidatura al considerar que se cumplían los requisitos exigidos y que el proyecto está teniendo una repercusión muy importante en los centros educativos que participan en él.

Serán los días 28 y 29 de junio cuando se reúna el jurado internacional, compuesto por cinco expertos, para evaluar todas las candidaturas presentadas por los diferentes estados, dándose a conocer en septiembre los ganadores.

Las candidaturas han sido seleccionadas en base a tres criterios fundamentales: la transformación, entendida como que el proyecto postulado debe dotar a los estudiantes para que propicien cambios en pro de un mundo más justo, pacífico y sostenible; la integración, puesto que el programa debe promover el desarrollo sostenible desde la integración de las dimensiones social, económica y medioambiental; y, finalmente, la innovación, como un enfoque innovador en la materia.

Hay que recordar al respecto que el programa Agenda 21 Escolar de la provincia de Albacete fue creado hace 10 años por la Diputación, y que en él participan diferentes administraciones (principalmente la propia institución provincial y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha) a través de un grupo de trabajo que da apoyo continuado a los colegios e institutos implicados.

El objetivo principal del Programa Agenda 21 Escolar es trabajar para acercar a los centros educativos no universitarios de la provincia a un desarrollo sostenible, buscando la mejora continua en aspectos como la participación del conjunto de la comunidad educativa, las mejoras en la sostenibilidad del centro educativo con la puesta en marcha de medidas concretas, o la innovación educativa que supone que los alumnos adquieran los contenidos curriculares obligatorios en las diferentes materias pero trabajadas en un contexto educativo real.

En la actualidad son 39 centros educativos de toda la provincia de Albacete los que están desarrollando su Agenda 21 Escolar, implicando a más de 11.482 alumnos/as y 1.112 docentes.

Fuente de la Noticia:

http://www.masquealba.com/noticias/albacete/item/30716-el-programa-de-la-agenda-escolar-21-optara-a-un-premio-de-la-unesco-de-educacion-para-el-desarrollo-sostenible.html

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Aprendizaje-servicio, personas refugiadas y Formación Profesional Básica, claves para el éxito

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

Muchas ganas es lo que hay que poner para que algunas iniciativas se pongan en marcha y continúen hasta el final previsto. También, a veces, es cuestión de la suerte juntar a determinadas personas en un momento muy concreto.
Este ha sido el caso en la pequeña iniciativa (por la escala) del proyecto de aprendizaje-servicio que han puesto en marcha, de la mano, el centro privado concertado de FP Nelson, en el barrio de Moncloa, en Madrid, y la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR).

Nos acercamos a la última de las tres sesiones que han tenido el alumnado del Nelson con las migrantes y refugiadas de CEAR, todas ellas en muy diferentes etapas de su periplo como migrantes en España. Provenientes de muy diferentes países y realidades.

Un cúmulo de buenas casualidades

Por un lado tenemos a Ana Soriano, técnica de Educación para el Desarrollo de CEAR Madrid que desde hace tiempo está empeñada en conseguir una mayor incidencia en centros educativos con la que alcanzar una “transformación de imaginarios sobre ese ‘otro’ que tememos”, en sus palabras, “generar un impacto social que a su vez genere convivencia intercultural en positivo”. Desde hace años, la Comisión organiza charlas en colegios e institutos. Generalmente a petición de estos, durante una o dos horas, para un grupo clase, más o menos. Pero es necesario conseguir más tiempo y a más gente si se quiere hacer una auténtica incidencia, si se pretende enseñar en este lado del mundo cuál es la realidad a la que se enfrentan cientos de miles de personas.

Por el otro tenemos a Bárbara Álvarez, orientadora (entre otras muchas cosas) en el Nelson. Lleva poco tiempo pero ha llegado con ganas de cambiar e innovar la metodología y el impacto con sus alumnos. Ha intentado y propuesto muy diferentes tipos de trabajos y en sus clases se vuelve loca para plantearles retos a unos chicos (el centro ofrece enseñanzas relacionadas con la informática y está copado prácticamente al 100% por chicos) que vienen muy desgastados de la ESO. Además, uno de sus intereses es el trabajo de la parte social con su alumnado.

Con estos mimbres, Bárbara contactó con Ana en junio del año pasado para ver si era posible, y cómo, una colaboración entre el Nelson y CEAR. La oportunidad apareció clara: dar los talleres habituales de CEAR relacionados con rumores y medios de comuncación y con género y migración y asilo y, además, montar un proyecto de aprendizaje servicio para que los chicos del Nelson pudieran enseñar algunas claves sobre la informática a los participantes de CEAR. Por un lado, aquellos comprenderían de primera mano de qué hablamos cuando hablamos de personas refugiadas, y por el otro, estos podrían mejorar algunas de las competencias informáticas para así tener mejores oportunidades a la hora de encontrar un trabajo en España. Condición indispensable para tener algún futuro.

Cuatro sesiones y una evaluación

Ni Bárbara ni Ana reniegan de las dificultades que encontraron en los primeros momentos del proyecto. Aunque tenían pensado hacerlo principalmente en uno de los segundos de la FP Básica del centro, pronto chocaron con la realidad de una clase en la que faltaba cohesión entre el alumnado y surgían muchas reticencias con algunos de los temas tratados.

Por eso decidieron llevar el proyecto de aprendizaje-servicio al curso de 1º de FPB, más cohesionado y más receptivo.

A estas conclusiones llegaron después de dos talleres, el de rumores y el de género (a los que siguieron dos sesiones más sobre activismo), que se desarrollaron en dos sesiones distintas. Ahí ya vieron algunas de las dificultades, principalmente en lo relacionado con las relaciones y la igualdad de género.

Entonces llegó la primera sesión, pensada para rebajar los nervios y las tensiones. Consistió en un desayuno en el Nelson para que sus alumnos pudieran conocer a las personas refugiadas con las que tendrían que trabajar en las sesiones siguientes. Durante una hora hablaron e intercambiaron, principalmente, los intereses de cada cual, sobre todo en relación a lo que unos necesitaban aprender de los otros.

Tras esta toma de contacto se siguieron tres sesiones más, tres martes diferentes, en las que, a trompicones, los participantes de CEAR han pasado por las manos de los chicos del Nelson, que han tenido que hacer de profesores.
A trompicones porque la situación de las personas participantes de CEAR es muy diversa. Hay quien en este tiempo consiguió trabajo y estuvo en una o dos sesiones; personas que difícilmente tienen trabajo y los desplazamientos en transporte son un problema; otras que viven en los centros de acogida, en muchos casos a varios kilómetros de distancia.

Tanto Ana como Bárbara son conscientes de este problema con la asistencia. Pero si algo han aprendido ellas después de meses de duro trabajo y de organización de todo lo necesario, es que están obligadas a ser muy flexibles con sus planteamientos, para cambiarlos a última hora. En tiempo récord. “Hay que ser flexibles, afirma Bárbara. Como tenemos experiencia, podemos organizar las cosas sobre la marcha. La flexibilidad me la da la experiencia.”

Y a estas dificultades se une una de las principales: algunas y algunos participantes de CEAR prácticamente no hablan español, o no lo hacen en absoluto. “Teníamos que repetir muchas veces, pero nos hemos acabado entendiendo”, explica Pablo, uno de los alumnos del Nelson sobre tu trabajo con Oleg, de CEAR. La mímica y los traductores de internet también han ayudado a salvar algunas barreras.

Las necesidades formativas de algunos de los participantes han hecho que los chicos del Nelson hayan tenido que estudiar para prepararse las clases. Muchas de ellas relacionadas con la ofimática, algo que ellos mismos utilizan poco, como los procesadores de texto, las hojas de cálculo o los programas de bases de datos.

Han hecho de todo. Desde buscar programas para mejorar la mecanografía, pasando por la edición de fotografía y vídeo y, sobre todo, la puesta a punto del Curriculum Vitae, la creación y gestión de correos electrónicos o la apertura de perfiles en portales de búsqueda de empleo. Mano a mano alumnos-profesores y personas refugiadas. Y más. Incluso han llegado a consultar qué trámites son necesarios en España para hacerse autónomo porque alguno de los participantes tenía este como uno de sus objetivos.

Bárbara, entre el orgullo y la sorpresa, explica cómo “sus chicos” pasaron de ver la iniciativa como un castigo que les obligaba a “salir de su zona de confort” al hecho de que han tomado la iniciativa en varios momentos para alcanzar las expectativas de las y los participantes de CEAR: “Ha sido maravilloso verles a ellos, solos. Yo no les dije lo que tenían que hacer”.

Las sesiones de formación duraron 2 horas cada una. Y han sido desiguales, entre otras cosas, por la dispersión de las personas de CEAR. Una duración que todos los colectivos aumentarían pero que las horas de clase y el currículo oficial no han permitido alargar.

A las personas que iban de CEAR les pareció, desde siempre, poco tiempo para aprender todo lo que querían. Para los alumnos del Nelson, después de la experiencia, también ha sabido a poco. “Yo, comenta Pablo, lo pondría alguna sesión más, sobre todo porque cuanto más enseñamos nosotros más aprendemos también”.

Aprender más allá del currículo

Esta es para Bárbara, una de las claves del proyecto de aprendizaje servicio. Su alumnado ha estado muy dispuesto desde el primer momento a realizar un esfuerzo extra para poder estar a la altura de lo que las personas refugiadas esperaban de ellos. Han estudiado fuera de su horario lectivo cómo poder atender a sus demandas. Se han esforzado mucho en hacerse entender y en enseñar a otras personas.

Y no solo han mejorado sus conocimientos académicos. La otra pata está relacionada con la vivencia de conocer a personas de diferentes edades, sexos y condiciones que han tenido que huir de sus países de origen y han acabado en España.

Persecuciones por razones ideológicas o de género. Huidas de zonas de conflicto por miedo a morir en una guerra en sus casa. Gracias a la cercanía de estas personas saben mirar de otra manera lo que se dice en los medios de comunicación sobre ellas y ellos.

También han cambiado su mirada, por ejemplo, en relación a cuestiones de género cuando han conocido a una joven de su edad, venida de Afganistán, y han sabido que ella no ha podido ir a la escuela porque los talibanes prohíben la educación de niñas y mujeres jóvenes. “Me ha gustado mucho porque he aprendido sobre su vida”, comenta Pablo sobre la experiencia.

“Trabajar, explica Ana, con una chica joven, que no ha podido ir al colegio en su país, que ha tenido que hacer todo desde cero, con unas ganas de superación personal increíbles… eso puede resultar inspirador para estos chicos. Y que le den un poco la vuelta a esos estereotipos de género que tienen”.

“Lo vieron, conectaron con algo con lo que no habían conectado. Fue solo el desayunar y jugar -comenta Bárbara en la sesión de evaluación del trabajo con Ana-. Aunque solo hubiéramos hecho el desayuno, tiene mucho valor personal impresionante”.

Pero es que, además de esto, explica Bárbara, “hemos visto que se ha reducido el absentismo”. En las sesiones con CEAR no ha faltado ningún alumno sin una causa justificada. Incluso uno de ellos que no se comprometió con el proyecto no ha dejado de asistir a las sesiones. “Han tenido un compromiso y responsabilidad que normalmente no tienen. Ya no te digo de los contenidos curriculares”, comenta Bárbara durante la evaluación con Ana. “ Muchos de ellos se vieron mejor en autoestima, por ejemplo, porque les gustaba ser importantes para alguien y que alguien les necesitara, que es algo a lo que no están acostumbrados”.

“Lo que me gustó, comenta Ana, es que a los chicos les gustara. Intenté trasmitírselo a las personas participantes de CEAR en la primera sesión, para que se comprometieran porque vuestros chavales se lo estaban trabajando mucho”.

El aprendizaje no solo ha sido para los chicos del Nelson. Desde CEAR también se llevan cosas de la experiencia. “Una participante nos ha dicho que lo que ha aprendido no se va a quedar en ella, que en su casa todo el mundo va a aprender”, comenta Ana. Se lo han dicho al chaval que la enseñó. “”hora entienden todo lo que hemos estado trabajando”.

También Ana y Bárbara se llevan aprendizajes. “Esta pequeña experiencia nos sirve para hacerlo mucho mejor”, comenta Ana.

“La valoración, continúa, es que ha servido de test, hemos visto lo que funciona y lo que no, sabemos en qué tendremos que incidir más en la próxima: animar más a la participación y la asistencia, trabajar más con las compañeras de empleo de CEAR para hacer seguimiento y que pueda haber más gente y en lugar de tres sesiones, que sean 4 intercalando contenidos; y en la medida de lo posible haciendo un intercambio más allá de aprender informática”.

“El espíritu de centro veo que puede aumentar porque hay más gente mirando a lo social, que es lo que empezamos a transmitir”. Esta es una de las otras lecturas que hace Bárbara. Cómo el proyecto, aunque pequeño, ha llamado la atención de otros compañeros del claustro, que se han acercado a las clases con CEAR para ver qué estaba ocurriendo. También alumnado de otros ciclos formativos, incluso del inicial curso de FP Básica que finalmente no hizo el proyecto.

Y en el futuro, “la idea, comenta Ana, es replicarlo”. Y hacerlo más cerca de los centros de acogida de CEAR en donde explica Soriano “tienen trabajo mucho más comunitario, muy relacional, no solo con centros escolares sino con servicios del barrio”. Lo primero, hacer un diagnóstico de necesidades para cruzarlo con la oferta formativa de Leganés, Getafe y Carabanchel, en donde se encuentran los centros de acogida de Madrid. La idea, dice Ana, es que “no sea una propuesta de CEAR para los centros, si no de estos con CEAR, para la comunidad; romper los muros de los centros escolares”.

Y no solo desde la Comisión de Ayuda al Refugiado están por la labor de volver a hacerlo. “Me gustaría repetir alguna experiencia parecida”, cierra Pablo.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/17/aprendizaje-servicio-personas-refugiadas-y-formacion-profesional-basica-claves-para-el-exito/

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La escuela de Jordania que salva el futuro de los niños sirios

Por: Marta Valls

En mitad del desierto jordano, un centro educativo impulsado por una mujer canadiense enseña a leer y a escribir a niñas y niños que han pasado años sin escolarizar por la guerra

Diez niñas y niños repiten en voz alta el nombre de las letras del alfabeto áramen mientras la maestra señala cada una de las grafías correspondientes, escritas en la pizarra. En mitad del desierto jordano, junto a la base aérea de Muwaffaq Salti, que sirve como punto de lanzamiento contra el Estado Islámico, el alumnado del aula de alfabetización de la escuela de Azraq, todos refugiados sirios, aprender a leer y escribir.

El centro educativo nació en 2013 por iniciativa de la canadiense Martine Stilwell, que quería ofrecer un futuro a la infancia siria, que ha huído de su casa y que, a causa del éxodo, podría convertirse en la generación perdida de adultos poco instruidos. Cada mañana, unos 110 niños y niñas sirios de entre 6 y 14 años de la localidad de Azraq acuden a aprender árabe, matemáticas, inglés, música y nuevas tecnologías. La población cuenta con uno d elos porcentajes más elevados de refugiados de Jordania: el número de habitantes se ha doblado desde el comienzo de la guerra de Siria.

“Cuando abrimos la escuela ninguno de los estudiantes sabía leer o escribir. Ninguno. Comenzaron de cero para que aprendieran, también los que ya eran mayores. Ahora, los únicos que no saben son los que han entrado nuevos”, expone el encargado del proyecto educativo, Owais Omari sentado en una de las sillas de la biblioteca de la escuela, rodeado de libros infantiles, paredes de colores y alfombras en el suelo. “Mira este espacio. A mí me encanta que en mi escuela tengamos una biblioteca así, pensada por los niños y solo con cuatro libros de adultos. Queremos crear un espacio acogedor y seguro, donde niñas y niños se sientan cómodos y con ganas de aprender”, reflexiona.

La biblioteca de la escuela es uno de los lugares más importantes. | MARTA VALLS

La escuela de Azraq aparece para contrarrestar las preocupantes cifras relacionadas con la educación: un tercio de las y los niños refugiados sirios no gozan de una escolarización en Jordania, según la organización Human Rights Watch. Este porcentaje sube hasta la mitad si se tiene en cuenta el millón y medio de refugiados en edad escolar en Turquía, Jordania y Líbano en conjunto. Los años perdidos sin ir a la escuela con una de las principales dificultades para los niños y las niñas refugiadas. El éxodo no les ha permitido seguir una escolarización regular, en algunos, incluso, no han recibido ninguna, lo que hace que cuando llegan a la escolarización ordinaria no puedan seguir el ritmo de los compañeros. “Tenemos niños con problemas de concentración o con desórdenes postraumáticos, con un nivel académico inferior al del resto, unas aulas superpobladas y unos profesores si herramientas pedagógicas ni recursos para atenderlos como deberían; el resultado son unos niveles altos de abandono y fracaso escolar”, relata Catherine Ashcroft, directora de la organización Helping Refugees en Jordania, encargada de la gestión de la escuela.

En la escuela Azraq entienden del desorden emocional que pueden sufrir los niños y niñas que han huido de la guerra, sobre todo los mayores, que eran más conscientes de lo que pasaba cuando abandonaron su casa. Por eso, la escuela, con las clases, las actividades y los docentes, ha de funcionar como una terapia en sí misma. “No hablamos de la guerra, simplemente intentamos construir un espacio donde se los valore, se sientan protegiddos y aprendan nuevas competencias. También creemos que las actividades que no se imparten en el currículo jordano de primaria, como la música, el teatro, el arte o las excursiones al aire libre sobre una manera de gestionar las emociones y de aprender”, argumenta la directora del centro, Israa Shishani.

Con todo, no todos los niños de la población están escolarizados; la falta de transporte para llegar a los centros, la necesidad de trabajar para aportar dinero a la familia, los matrimonios infantiles, las dificultades para conseguir una plaza en un centro público o la falta de conciencia de las familias sobre la importancia de la educación de sus hijas e hijos son otras de las razones que alejan, cada día más, a los niños de la educación.

La ubicación de la escuela, así como la situación de muchas familias dificulta que todos los menores estén escolarizados. | MARTA VALLS

Mientras el alumnado del aula de alfabetización se concentra en escribir las nuevas grafías dentro de la caravana prefabricada que hace de aula, al otro lado del patio, las y los mayores aprenden a tocar la canción de Cumpleaños Feliz con una flauta y los más pequeños recogen el bocadillo y el zumo que la escuela reparte a todo el alumnado cada día. “Comer, obviamente, es esencial, si no tienen hambre están más calmados, no se pelean tanto y su rendimiento académico sube”, dice convencida Ashcroft.

Cuanto se acaba la mañana, algunos cogerán el autobús para volver a sus casas, a las tierras donde viven con sus padre. Otros se quedarán en el pueblo e irán a las clases que la escuela pública ofrece a los refugiados sirios cada tarde, una vez que los jordanos han acabado las clases. Hoy, el alumnado que ha tenido clase de música llevan su vídeo tocando la flauta para enseñárselo a sus familias. “A las familias les parece un milagro; no se habrían imaginado que sus hijas e hijos llegaran a tocar un instrumento”, reflexiona Omari. El milagro de la educación en medio del desierto jordano.

Las actividades al aire libre son también consideradas educativas en esta escuela en mitad del desierto jordano. | MARTA VALLS

Fuente:http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/05/09/la-escuela-de-jordania-que-salva-el-futuro-de-los-ninos-sirios/

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Convivencia positiva o disciplina

Por: Pedro Uruñuela

¿Qué conductas ejemplifican y son muestra de la convivencia positiva? ¿qué competencias, habilidades y valores hacen posible la convivencia? ¿cómo potenciar y reforzar estas conductas? La respuesta a estas preguntas cambiará nuestro enfoque y nos centrará en lo que realmente nos importa.

“Si nos preocupa la convivencia escolar y queremos mejorarla, así como ayudar a que existan los menos problemas posibles, y que los que haya se solucionen de forma pacífica y no violenta, ¿por qué focalizamos nuestra atención sobre todo en las conductas que dificultan la convivencia y en cómo sancionarlas, y apenas nos fijamos en las conductas que la favorecen y en cómo fomentarlas?”. Esta era la pregunta que se hacía el profesor Sebastián Sánchez en el primer número de nuestra revista digital CONVIVES. A mi juicio, plantea un diagnóstico muy acertado de lo que está sucediendo en los centros educativos, señalando uno de sus principales problemas en relación con el trabajo de la convivencia.

La situación que se puede vivir en los centros preocupa al profesorado. El incremento de conductas disruptivas, las dificultades para dar clase, sobre todo en determinados cursos de primaria y secundaria, las faltas de respeto y los enfrentamientos con y entre el alumnado, son situaciones que dificultan la tarea docente, causando una gran insatisfacción profesional e incidiendo en los resultados académicos del alumnado. Son las denominadas “conductas violentas de baja intensidad”. Hay acuerdo en la necesidad de evitarlas y hacer que disminuyan lo más posible en su frecuencia.

Muchos profesores y profesoras, alarmados por la incidencia y consecuencias de estas conductas, exigen que se tomen medidas contra ellas, reforzando la autoridad del profesorado y estableciendo normas más duras con sanciones inmediatas y eficaces contra estos comportamientos. De esta forma, se exige y quiere poner en vigor un modelo de respuesta que podemos caracterizar como “modelo reactivo”, ya que ‘reacciona’ ante las conductas del alumnado y propone actuaciones sobre ellas una vez que han tenido lugar. Su objetivo principal es impedir las conductas negativas estableciendo un control del alumnado a través de normas estrictas y sanciones inmediatas para la corrección de los incumplimientos.

En este modelo es muy importante que esté establecido un buen reglamento que concrete las normas que deben seguir todos los alumnos y alumnas, así como las sanciones que se deben aplicar en caso de incumplimiento. Es el planteamiento previsto en el artículo 124 de la LOMCE que, tras sólo enumerar y pasar rápidamente sobre la necesidad de un plan de convivencia, se centra y desarrolla ampliamente las características de las normas, los tipos de conducta contrarias a la convivencia, las sanciones que se deben imponer y el refuerzo del poder del profesorado para ello, disfrazado de refuerzo de la autoridad.

Desde este planteamiento de trabajo se busca, sobre todo, identificar y detectar a los alumnos y alumnas “conflictivos”, que no se adaptan a las normas establecidas, y poner en práctica esas medidas sancionadoras y ejemplarizantes, convencidos de que, de esa forma, cambiarán su forma de comportarse. Desde este modelo suele responsabilizarse a los padres y madres de las conductas de sus hijos en el centro, ya que es en casa donde debían haber aprendido la forma adecuada de comportarse. El centro lo que debe hacer es centrarse en los temas académicos que son de su competencia, olvidando la responsabilidad y oportunidad de entender la escuela en doble dimensión, como centro de aprendizaje y de convivencia.

También, en este planteamiento se suele olvidar al resto del alumnado “no conflictivo”, dando por hecho que, al comportarse como buenos alumnos y alumnas desde el punto de vista académico no tienen necesidad de trabajar la educación emocional y moral ni de adquirir las competencias necesarias para la convivencia, dando por hecho que son aspectos ya adquiridos y desarrollados. No es difícil que, ante situaciones diferentes de la vida, estos alumnos y alumnas muestren claramente sus carencias, al no saber hacer frente a dichas situaciones de una manera adecuada. Y es que no sólo los chicos y chicas disruptivos, todo el alumnado necesita trabajar también su competencia emocional, social y ética.

Con todo, el principal problema que plantea este modelo reactivo radica en su ineficacia para dar respuesta a las conductas disruptivas y otros comportamientos de indisciplina, ya que olvida y deja de lado factores importantes en la aparición de estas conductas. He comparado en numerosas ocasiones este tipo de conductas con la imagen de un iceberg: la parte más pequeña es la parte visible que flota por encima del agua; la parte más importante, la que mantiene y apoya a la visible, es la más voluminosa, la que está hundida y no se ve, pero que es la que realmente mantiene la punta visible del iceberg. Así, las conductas disruptivas son esa punta visible, pero hay que profundizar en la parte oculta, donde se encuentran los factores causantes y sustentadores de dichas conductas.

No se puede olvidar que la violencia surge de las contradicciones existentes en el sistema y que sólo puede hablarse de convivencia pacífica cuando se ha conseguido erradicar y poner fin a esas situaciones basadas en la injusticia. En los centros se manifiesta una contradicción fundamental, el desajuste que existe entre una educación básica y obligatoria para todos el alumnado y los resultados que se obtienen, ya que uno de cada cuatro no consigue adquirir los conocimientos y competencias necesarias para vivir en el siglo XXI y no logran el título correspondiente.

Para dar una respuesta adecuada a estas conductas es preciso analizar y atender todos los factores personales, escolares, familiares y del entorno que están presentes en el aula y en el centro, como son los contenidos de la enseñanza, las metodologías empleadas, la organización de los grupos y del centro o las formas de evaluar al alumnado y los procesos educativos, así como los elementos externos, propios de la familia y el entorno socioeconómico. Sólo desde una perspectiva ecológico-sistémica, que valore y tenga en cuenta todos los factores, puede darse una respuesta adecuada. No sólo es responsabilidad del alumno/a y es éste quien debe cambiar. Son muchos los factores que debemos atender y modificar para conseguir la disminución de las conductas de indisciplina.

Existe una alternativa a este modelo reactivo, el modelo proactivo. Éste busca adelantarse a los problemas trabajando básicamente la prevención y desarrollando en todo el alumnado las competencias, habilidades y valores necesarios para una convivencia positiva. Parte de la necesidad de trabajar por la eliminación de las conductas disruptivas, pero lo hace desde planteamientos muy diferentes.

Desde este modelo proactivo, más allá de enfoques puramente disciplinarios, surgen nuevas preguntas y nuevos enfoques para la convivencia: ¿qué conductas ejemplifican y son muestra de la convivencia positiva? ¿qué competencias, habilidades y valores hacen posible la convivencia? ¿cómo potenciar y reforzar estas conductas? ¿cómo trabajar las competencias, habilidades y valores necesarios para esta convivencia positiva?

La respuesta a estas preguntas cambiará nuestro enfoque y nos centrará en lo que realmente nos importa. Algo que iremos concretando en sucesivos trabajos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/05/16/convivencia-positiva-o-disciplina/

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Enseñanza secundaria de Uruguay en paro por agresión a docentes

América del sur/Uruguay/10 Mayo 2018/Fuente: Prensa Latina

La Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (ADES) de Uruguay convocó hoy a un paro de 24 horas por la agresión de dos trabajadoras de una escuela pública en rincón de Melilla, en el noroeste de esta capital.
El hecho ocurrió la víspera cuando la directora del centro y una maestra fueron agredidas física y verbalmente por personal ajeno al liceo.

En un comunicado divulgado ADES manifestó su ‘preocupación y malestar’ porque una vez más estudiantes y docentes ‘somos rehenes de la profunda crisis por la que atraviesa el país’.

Apuntó que el nuevo suceso deja en evidencia la vulnerabilidad de los centros educativos.

El gremio señaló que ‘no es con más represión ni indiferencia’ que se puede abordar y resolver estas situaciones, sino dotando a los centros educativos de los recursos humanos y materiales imprescindibles para llevar adelante la labor educativa.

Javier Iglesias, dirigente de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria, declaró a una radio local que la escuela donde sucedió la agresión es casi rural y no son ‘a priori los más conflictivos’.

Expresó que los episodios de violencia son generales y no solo se dan en determinados barrios.

El presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Wilson Netto, aseveró por su parte que estos hechos ‘no son los deseables en nuestra sociedad’.

Expresó que este es un tema que no solo se resuelve desde la educación e indicó que desde la institución que dirige se diseñan distintas estrategias de trabajo interinstitucional.

Al referirse a la agresión de las docentes, Netto comentó que hay que clarificar en cada caso para ver cómo ocurrieron las cosas y apuntó que se debe tener mucha capacidad ‘para abordar estas situaciones como corresponden’.

Reflexionó que en términos de inclusión Uruguay está en ‘puntos históricos’, por lo que muchos sectores de la sociedad estaban preteridos de los circuitos sociales y educativos.

En ese sentido planteó la necesidad de encontrar distintas estrategias y acompañamientos para manejar estas situaciones.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=177473&SEO=ensenanza-secundaria-de-uruguay-en-paro-por-agresion-a-docentes
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Centros educativos reabren sus puertas en Nicaragua

Centro América/Nicaragua/26 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

Los centros educativos de Nicaragua reabrieron sus puertas en todos los niveles y modalidades de enseñanzas, en una clara señal de retorno a la normalidad en el país tras varias jornadas de elevada tensión social.
El Ministerio de Educación dispuso la víspera el reinicio de las clases para este miércoles, en cumplimiento de las instrucciones de la Presidencia de la República y tomando en cuenta la paz y tranquilidad que reina por voluntad de los nicaragüenses.

Las clases habían sido suspendidas el lunes hasta nuevo aviso, con el objetivo de garantizar la seguridad y tranquilidad de las familias.

El pasado miércoles se desató una ola de violencia en varias ciudades de esta nación que se extendió por varios días, producto de las maniobras políticas de la derecha en contra de nuevas reformas al seguro social, según denuncias.

Las tensiones calaron a tal punto que las autoridades reportaron el asesinato de al menos 10 personas, entre ellas adolescentes, jóvenes, civiles, policías y un periodista, mientras fuentes no confirmadas cifraron en una veintena los decesos.

En tanto, la Conferencia Episcopal aceptó este martes el papel de mediador y testigo del diálogo propuesto por el presidente de la República, Daniel Ortega, frente a la situación de violencia vivida recientemente en este país.

‘Para facilitar el clima de diálogo consideramos esencial e imperativo que tanto el gobierno como cada miembro de la sociedad civil evite todo acto de violencia, irrespeto a la propiedad pública y privada y prevalezca un clima sereno y de absoluto respeto a la vida humana’, expresó el cardenal Leopoldo Brenes.

Al leer un comunicado, el también presidente de la Conferencia dijo que esperan que con un sincero espíritu y voluntad de hacer patria y encontrar los senderos de la paz, los nicaragüenses enfrentados dolorosamente y la sociedad civil los acepten en carácter de mediadores y testigos.

Ese gesto fue inmediatamente agradecido por el gobierno sandinista a través de un mensaje enviado a Brenes.

‘Agradecemos profundamente esa disposición del cardenal Leopoldo Brenes y de todos los señores obispos, de continuar aportando al encuentro, la tolerancia y la convivencia pacífica en nuestro país’, expresa la carta dada a conocer por Ortega en una comparecencia en cadena nacional.

El texto, leído por la vicemandataria, Rosario Murillo, también comparte plenamente la propuesta de sectores que podrían participar en las sesiones del diálogo nacional, al cual se sumarían otros.

Asimismo, la Policía Nacional informó la víspera que puso en libertad a las personas detenidas por las graves alteraciones del orden público ocurridas en los últimos días.

‘La Policía Nacional hace del conocimiento del pueblo de Nicaragua que a partir del día lunes 23 de abril del año 2018 nuestra institución inició la puesta en libertad de las personas detenidas’, expresó el comisionado general Francisco Díaz, subdirector de la entidad.

Díaz sostuvo ante medios de comunicación que dichos ciudadanos ya fueron entregadas a sus familiares y a las comisiones de sacerdotes, proceso que ya finalizó.

A su vez reiteró el compromiso de la Policía Nacional de continuar trabajando para fortalecer la tranquilidad y seguridad de las personas, familias y comunidades.

Por otra parte, Murillo afirmó que las familias nicaragüenses quieren paz frente a los eventos de violencia de los últimos días.

La normalidad que empezamos a ver en todas partes, la disposición de los trabajadores de acudir a sus centros y la actividad económica en mercados es una señal que emiten los nicaragüenses de su voluntad de vivir tranquilos, trabajar y prosperar, aseguró.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=173301&SEO=centros-educativos-reabren-sus-puertas-en-nicaragua
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