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Tiene 91 años y fundó la primera escuela inclusiva del mundo

Por:  Cadena3.

Graciela de Peyrano es la creadora de Luz Vieira Méndez de la ciudad de Córdoba, la primera institución educativa en recibir a alumnos con capacidades diferentes.

Graciela de Peyrano tiene 91 años y todos los días se levanta a las 5 de la mañana. Se viste, desayuna y llama a alguien de la escuela Luz Vieyra Méndez  (Obispo Moscoso y Peralta 2772), de la ciudad de Córdoba para que la vengan a buscar.

Esta institución fue fundada por ella misma el 17 de marzo de 1952 con una misión especial: ser la primera escuela que recibiera a niños con capacidades diferentes. De esta manera, se consagró como la primera del mundo en ser inclusiva.

«Todo chico tiene el derecho de educarse con sus pares. Esto es importante porque hacen que se abran puertas a una sociedad que en aquel momento no lo tenía en cuenta. No por algo negativo, sino porque no existía ninguna institución que ayudaran a las familias a educar a sus hijos», dijo De Peyrano a Cadena 3.

En su oficina, tiene libros desde el piso hasta el techo y los pequeños aprovechan ese espacio para ir a leer durante los recreos.

«Antes los chicos no tenían más que lo que el medio familiar les pudiera dar. En ese sentido y con las limitaciones de la sociedad, debían estar siempre en familia», explicó.

Al ser consultada sobre cómo fue tomada la iniciativa de una escuela inclusiva, la mujer afirmó: «Con desconcierto porque no existía una escuela que se abriera así sin categorizarlo. Los que primero aceptaron esto como algo natural fueron los propios niños porque ellos siempre son generosos y abiertos».

Graciela no sólo ha sido reconocida por la comunidad educativa por su labor, sino también fue ganadora del premio Konex en 1986. También coordinadora de la Red de Escuelas asociadas a UNESCO para la Provincia de Córdoba.

Fuente de la reseña: https://www.cadena3.com/noticia/juntos/tiene-91-anos-y-fundo-la-primera-escuela-inclusiva-del-mundo_240394

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¿Hay que evaluar a los profesores?

Por: El país. 

 

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe y responda a la pregunta que esta semana plantea el Foro de Educación de EL PAÍS

España es uno de los países de la OCDE donde el profesorado es menos evaluado. Los partidarios de introducir un sistema de evaluación consideran que la rendición de cuentas mejoraría la calidad educativa. Un sector de los docentes advierte, por su parte, que ya soportan una gran carga burocrática, que un control de este tipo podría aumentar. Y de aplicarlo, ¿cómo debería hacerse? ¿Deben vincularse los resultados a un incentivo salarial? ¿Qué organismo debería encargarse de hacerla? ¿Deberían participar los alumnos en la evaluación?

¿Es miembro de la comunidad educativa? Participe en el Foro de Educación de EL PAÍS respondiendo a la pregunta de esta semana: ¿Hay que evaluar a los profesores? Publicaremos aquí una selección de las respuestas.

¿Estamos preparados?

Antes de responder a si hay que evaluar a los docentes, creemos que hay que dar un paso atrás y preguntarnos qué debemos evaluar, o lo que es lo mismo, qué características tiene un buen profesor. ¿Es aquel que es efectivo en sus clases y genera aprendizaje significativo en sus alumnos? ¿El que colabora con sus compañeros de claustro? ¿El que se implica en el centro y trabaja con las familias? ¿El que es capaz de movilizar todos los recursos a su alcance para proporcionar un apoyo integral a sus alumnos, trabajando y colaborando con la comunidad? En nuestra opinión, la respuesta a todas estas preguntas es que sí, pero… ¿está la comunidad educativa de acuerdo en esto? Y más importante todavía, ¿las estructuras del sistema educativo permitirían a los docentes acercarse a dicho modelo?

Pero, en caso de que tuviéramos claro el modelo profesional docente, ¿estaríamos preparados para evaluarlo? Seguimos anclados en la falsa creencia de que evaluación es lo mismo que calificación y perdemos de vista que la evaluación es una herramienta de aprendizaje. Por tanto, es fundamental que toda la comunidad educativa comparta que la evaluación es una herramienta que permite la reflexión sobre la propia práctica, potenciando el desarrollo profesional y, por ende, el aprendizaje de los alumnos, objetivo principal de todos los docentes.

Cambiar esta cultura no es tarea sencilla y no ocurrirá por ciencia infusa, pero sí mediante el pilotaje y divulgación de experiencias enriquecedoras de aprendizaje docente basadas en rutinas de evaluación que puedan escalarse a todo el sistema. Nuestra propia experiencia nos dice que sólo con este ejercicio estaremos logrando un cambio cultural en torno a la evaluación y avanzando hacia una educación de calidad que mejore el aprendizaje de todos los estudiantes.

«Me sorprende lo poco que las direcciones saben cómo enseñan sus profesores en España»

Soy inglesa, y he notado la gran diferencia entre Inglaterra y España en cuanto al tema de evaluación del profesorado. En Inglaterra los evaluamos demasiado, con mucho papeleo, y se evalúan las cosas que son fáciles de evaluar, y no las cosas más importantes. Sin embargo, en España me sorprende cómo los otros profesores y aun la dirección no saben cómo enseñan sus colegas, cuando con un poco de buena evaluación podrían saber cómo mejorar, y hacer unos pequeños cambios para enseñar mucho mejor. Con las plazas definitivas y ningún tipo de evaluación, hay profesores que ya no se esfuerzan, y no enseñan bien. Pero la evaluación debe diseñarse para ayudar a los colegas, no para pillarlos.

KIRA BROWNE | Auxiliar de conversación, Castellón.

La evaluación es clave para la mejora educativa

Si queremos ofrecer la mejor educación a los alumnos, la clave es tener buenos profesores: profesores que inspiran, despiertan sueños, abren caminos y hacen crecer… además de desempeñar toda la envergadura de tareas y responsabilidades que también asumen. Para desarrollar las competencias docentes que requiere el panorama educativo, es imprescindible no solo poner en práctica modelos de formación permanente basados en competencias, sino además complementarlos con un eficaz acompañamiento y evaluación de la práctica docente. Pero no de cualquier manera.

Entendemos que el proceso de evaluación del desempeño docente que se establezca, tanto de cada profesor como de los equipos de trabajo, ha de dejar claro: para qué se evalúa (como sistema que ayuda a la reflexión sobre la práctica educativa, no solo como control jerárquico, ni instrumento sancionador, o para establecer un ranking entre profesores); qué se evalúa (el desempeño docente para mejorar en clave de proceso, no solo de resultados, con indicadores y evidencias de cómo se trabaja el currículo, la gestión de aula, la evaluación de los alumnos, el clima emocional de las clases…); cómo se evalúa (con instrumentos objetivos y variados que incluyan protocolos de observación de clases, mentorización, coaching, porfolios, entrevistas, encuestas, hermanamientos…).

Las consecuencias del proceso en la carrera profesional de los docentes también han de estar definidas previamente, sobre todo si se considera incluir alicientes económicos y profesionales para los profesores evaluados positivamente. Animamos a los responsables políticos, sociales y sindicales, así como al conjunto de la comunidad educativa, a alcanzar un acuerdo sobre esta materia y así contribuir a mejorar la calidad de la educación, a consolidar el compromiso profesional de los docentes y a incrementar su reconocimiento social.

IRENE ARRIMADAS | Directora de Innovación Pedagógica en Escuelas Católicas

«Hay que evaluar respetando la diversidad del profesorado»

En mi opinión, por supuesto que hay que evaluar a los profesores. Respecto al cómo hacerlo, tengo dudas, pero hay algunos puntos que sí considero imprescindibles. Entre ellos que el organismo encargado de su diseño ha de ser la Inspección de Educación, y la elaboración ha de realizarse por los verdaderos expertos en el tema: los profesores, o en su caso, inspectores o miembros de la comunidad educativa con varios años de aula a sus espaldas. Por supuesto, abiertos a consideraciones y consejos de otros gremios como la Psicología, Pedagogía, etcétera, pero el timón del barco y la toma final de decisiones han de ser competencia de los expertos antes mencionados.

Y ha de tratarse al profesor con el respeto que merece su puesto. Es decir, igual que tanto se repite que hay que atender a la diversidad del alumnado (cosa con la que estoy de acuerdo), lo mismo debe ocurrir con la diversidad del profesorado. Por ejemplo, si un profesor «A» ofrece su mayor calidad de enseñanza utilizando la tecnología en el 80% de sus clases, ha de respetarse de la misma manera que al profesor «B», que demuestra que dicha calidad la alcanza si invierte ese 80% en la exposición oral y la pizarra.

Ha de focalizarse en la labor que pienso que es la que un profesor ha de desempeñar: la transmisión de conocimientos. La intervención de los alumnos en la evaluación, no la termino de ver. Una cosa es que el profesor les pase evaluaciones para que él mismo saque conclusiones sobre cómo puede mejorar el desempeño de su tarea. Eso es sano y recomendable. Pero para un adolescente, los criterios por los que un profesor es bueno o malo, son bastante personales y en muchos casos viscerales.

PEDRO JOSÉ MARTÍNEZ FAJARDO | Profesor de Secundaria, Murcia.

«¿Por qué no se habla constantemente de evaluar a los médicos, jueces y guardias?»

Somos profesionales como cualquier otro gremio. ¿Se habla constantemente de evaluar a los médicos, los guardias municipales o los jueces? Claro que cometemos errores, y hay malos profesores. Posiblemente, los malos obtendrían muy buena nota en la evaluación.

CATALINA ROIG TUR | Profesora de Secundaria, Ibiza.

«La calidad con la que el profesorado hace su labor no tiene consecuencias»

Es de las pocas áreas en que la labor del profesional no tiene consecuencias, sobre todo en la enseñanza pública. Motivo: el cliente (niño) no sabe ni es capaz de exigir. Hasta ahora, cuando los resultados son malos los alumnos son los culpables. Si algunas familias hablamos con la dirección del centro sobre como enseña algún profesor, se escudan en la libertad de cátedra. Otro problema es que Inspección educativa no inspecciona, sino que responden a sucesos que a través de denuncias han aflorado, pero no tiene iniciativa propia, es un órgano de despacho. De igual manera, los compañeros con gran dedicación y profesionalidad no ven reconocida su labor por la sociedad. Se les da el mismo valor que al resto, se valora en conjunto, mal. Así no se motiva, más bien se desmotiva al conjunto.

CELESTINO SALINAS DACAL | Padre, A Coruña.

«Hay que hacerlo; el problema es decidir qué está bien y mal en la docencia»

Creo que una evaluación puede ser positiva en todos los trabajos, no solo para los docentes, porque a veces nos acomodamos y no viene mal una llamada de atención, el punto de vista de otros compañeros o una crítica constructiva desde fuera. A nadie le gusta que le evalúen, tal y como está concebido. Las connotaciones de la palabra «evaluación» son muchas y todas negativas. Aunque sea un eufemismo, podría ser mejor hablar de observación entre docentes o de retroalimentación, por ejemplo. Proponer hablar de observación y de retroalimentación no implica una falta de sistematización. Aunque ahí radicaría el mayor de los problemas: ¿Qué es lo que está bien en la docencia y qué es lo que está mal? ¿Quién lo decide? ¿Qué hay que evaluar y cómo?

No hay recetas educativas milagrosas para todos los profesores ni para todos los estudiantes. Preparar una rúbrica o un cuestionario que pueda servir de apoyo al conjunto del cuerpo docente no es labor sencilla cuando no nos ponemos de acuerdo ni tan siquiera en cómo debe ser la educación, vilipendiándonos constantemente unos a otros en redes. Pero algo hay que hacer, todos tenemos la amarga experiencia de profesores que han hecho de sus aulas su cortijo particular en el que se creen amos y señores. Ahí es difícil que la buena onda de la observación y una suave retroalimentación puedan tener algún tipo de efecto.

INGRID MOSQUERA GENDE | Profesora de Didáctica. Universidad Internacional de La Rioja

«Evaluar al profesorado es otro paso hacia el pensamiento único»

¿Evaluar qué, exactamente? La «productividad», entendida como grado de satisfacción del «cliente» (padres) o como nivel alcanzado por el «producto» (alumnado). La lógica del pensamiento liberal-capitalista aplicada a la enseñanza se materializa, en los países del sur de Europa, en rankings que miden «resultados» (¿a quién le importa el proceso, ya?), en la doctrina de la «excelencia» empresarial aplicada a contextos educativos y en una burocratización llevada al paroxismo como norma general. Evaluar al profesorado es, sencillamente, otro paso más hacia la afirmación del pensamiento único.

SERGIO BARCELLONA | Docente

«Trabajo en el extranjero y soy evaluada dos veces al año»

Todos los profesores deben ser evaluados de manera permanente o caemos en la rutina, y la excelencia se pierde o diluye en el tiempo. Donde yo trabajo soy observada dos veces al año (una por mi director y otra por un colega). Además, en septiembre hemos de presentar una cosa nueva a añadir (no tiene que ser contenido, puede ser el método, a un grupo o varios —yo este año voy a incluir una clase de Tai-Chi—), que es revisable en febrero y en junio.

BEATRIZ MAGRO LUCAS | Profesora de español en el extranjero, Roma.

«Sí hace falta; parte de nuestros colegas no tiene las aptitudes necesarias para el trabajo»

La importancia de nuestra labor en la sociedad bien merece una evaluación de quien la desempeña. Todas y todos los que formamos parte de este colectivo sabemos muy bien que parte de nuestros y nuestras colegas están atendiendo al alumnado sin tener las aptitudes que se requieren para un trabajo de tamaña responsabilidad. Tal y como exigimos mejoras para nuestro colectivo y para nuestro alumnado, no podemos dejar de exigírnoslas a nosotros mismos. Recibiría con gusto esa evaluación, siempre hecha con sentido y con el apoyo que tendría que llegar después. Creo que saldrían a la luz muchas de las carencias de nuestro sistema educativo.

ESTEFANÍA LAMAS | Maestra, Santiago de Compostela.

«No; primero deberían formarnos mejor»

No. Primero deberían ofrecer cursos de formación gratuitos y dentro del horario lectivo de todo lo que se dice que debe saber hacer un profesor: Word, Excel, PowerPoint, Powtoon, Kubbu, Kahoot, detección de la dislexia, disgrafía y discalculia, mediación, evaluar por competencias, programar por competencias, gestión del aula con alumnos con necesidades especiales, gestión del aula con alumnos disruptivos, Google Classroom, Moodle, cómo gestionar la tutoría, actividades para hacer en la tutoría en cada curso… Yo hice el CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) en el 98. Nadie me enseñó todo eso y nunca di informática durante la carrera ni en la escuela. ¿Cuándo debería haber aprendido a hacer todo eso? Lo he hecho, claro, gastando un montón de dinero e invirtiendo tiempo, mucho, mucho tiempo cuando ya ejercía. Y me queda mucho por aprender, la lista está incompleta.

NOEMI ARNAU | Profesora, Barcelona.

«La evaluación la deben hacer docentes con experiencia»

Se debe evaluar a los docentes. Debe existir una rúbrica clara. Lo deben hacer docentes con experiencia y con años de implicación en proyectos, en innovación y en re ovación educativa. Una evaluación debe ser vista como una oportunidad para mejorar, para guiar a los profesores nuevos y para conducir a los que no sean nuevos. Los evaluadores deben dejar clara su tarea. Nunca se debe ver como una amenaza. Pero si se desoye los consejos, entonces deberá hacerse un seguimiento más serio del profesor. Si se ve una trayectoria exitosa, se le debe recompensar de alguna forma.

VALENTÍN VELASCO GEMIO | Profesor de Secundaria, Badajoz

«Las buenas prácticas deberían premiarse con una subida salarial»

Los maestros y profesores sí deberían ser evaluados con el fin de mejorar la calidad educativa. Se podría incentivar a aquellos que trabajen bien mediante una subida salarial. Mientras, los que presenten una práctica profesional deficiente, deberían tener de nuevo un año de prácticas o mayor número de evaluaciones. Asimismo, creo que la evaluación debería ser llevada a cabo por personal externo a cada centro. No obstante, la evaluación debería realizarse como ayuda hacia el docente y, por lo tanto, los alumnos. El fin no debe ser la búsqueda de errores sin más.

SANDRA RUIZ TORRECILLAS | Maestra.

«La evaluación debe ser habitual y servir al profesor para mejorar»

Sí, hay que evaluar a los docentes con el principal objetivo de ayudarles a crecer y asegurar consistencia en las prácticas llevadas a cabo en el centro educativo a lo largo de todos los niveles. También es necesario analizar los datos obtenidos por cursos y a escala de toda la escuela para hallar las fortalezas del centro y las áreas de mejora. En ningún caso debería utilizarse para que los docentes se sientan amenazados por la presencia de un superior en las aulas, sino que debería ser una práctica habitual y algo que celebrar, porque ayuda a crecer al profesorado, al centro y a los estudiantes que, en definitiva, son los principales beneficiarios.

HÉCTOR VALENCIA | Maestro, Lexington, Kentucky (EE UU).

«La evaluación por parte de los alumnos puede ser un problema»

La evaluación al profesorado es una herramienta muy útil para mejorar la calidad de la enseñanza. El problema está en cómo se realiza, ya que la única herramienta que se utiliza es la calificación unilateral del alumnado. Este poder otorgado a los estudiantes no sólo no es suficiente para saber si un profesor es adecuado o no, sino que puede generar en el docente, sobre todo de la enseñanza privada al tener un puesto de trabajo del que puede ser cesado, temor a confrontar al alumno con sus deberes. Evaluación sí, pero con criterios objetivos.

JOSÉ MARIA URETA | Profesor, Madrid.

«¿Evaluación?, sí, pero también a la gestión de las escuelas»

Toda evaluación es buena cuando está bien planificada, es transparente y realista pues muchas veces, aunque la intención es buena, las evaluaciones no son bienvenidas a menos que impliquen un sustantivo reconocimiento de su desempeño por lo cual es motivador participar. No es una exageración cuando mencionamos que los maestros están infravalorados en la sociedad y son víctimas potenciales del burnout [síndrome del trabajador quemado] por la labor que realizan. Atender las causas de este peligro implica evaluar también el sistema y la gerencia de las escuelas que tienen la facultad de organizar y exigir con sabiduría mayor calidad. Para ello hay que dar mayor confianza a la labor del maestro, permitirle ejercer su creatividad y no abrumarlo con documentos burocráticos y no funcionales. Premiar la innovación, permitir el descanso en espacios apropiados, promover sus capacidades con cursos elegidos por los maestros según su necesidad y no imponer las que otros consideren apropiadas. Todo esto beneficiaria sobre todo al estudiante.

No solo una evaluación al docente es necesaria evaluemos las gestiones de las escuelas, evaluemos el mismo sistema educativo que cada año nos sorprende con novedades que parecen lo mismo pero con otros nombres. Examen, sí. Pero reglas claras, exigencias realistas, honestidad, gente profesional que las aplique, transparencia y premios más que castigos.

SUSANA TERRAZAS | Profesora, Lima.

«¿A qué tienen miedo?»

La evaluación es santísima. A nosotros nos evalúan los alumnos cada año como docentes. Como investigadores, estamos continuamente evaluados. Y esto te ayuda a mejorar. Lo que no se evalúa se devalúa. ¿A qué tienen miedo?

CARLOS MARCELO | Profesor de universidad, Sevilla.

«Nos quitaría tiempo para hacer nuestro trabajo»

«Nos obligaría a estar más dedicados a superar esas evaluaciones (sea lo que fuere lo que estás nos exigieran) que a nuestro trabajo: contenidos de diferentes materias y niveles, procedimientos, TIC, legislación, innovación, resultadismo… La evaluación distorsionaría todo. Si se quiere mejorar el sistema educativo es simple: más dinero, menos ratio, menos horas lectivas, más consideración a nuestro trabajo, más respeto, centros menos obsoletos y viejos, dotación de instalaciones deportivas e informáticas, menos cambios de leyes educativas, más confianza y más atención a todos aquellos profesores y profesoras que no están en condiciones de estar trabajando por salud mental u otras circunstancias (que se dan más de lo que nos pensamos).

MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ SUÁREZ | Profesora, Melilla.

«Es imprescindible para establecer un sistema retributivo basado en incentivos»

Si no se realizan evaluaciones, ¿cómo determinar el desempeño de los profesores? La evaluación es imprescindible para implementar mejoras y establecer un sistema retributivo basado en incentivos.

DIEGO FERREÑO | Profesor de universidad, Santander

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/10/06/actualidad/1570387662_005104.html

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Evento en Italia a favor de la relación escuela, familia y comunidad

Europa/Italia/10 Octubre 2019/Prensa Latina

El Consejo Nacional de Investigaciones (CNR) propicia hoy aquí una reflexión sobre la relación escuela, familia comunidad a favor de prevenir y detener la privación sociocultural en la cual vive un número creciente de menores.
Dentro del proyecto ‘Nuestra buena estrella’, el Instituto de Investigación sobre Población y Políticas Sociales del CNR, realizó en estudio, cuyos resultados serán presentados en la conferencia: ‘+ Comunidad educativa – Pobreza educativa = ¿Nuestra buena estrella? Derecho al crecimiento: construimos nuestro futuro’.

La investigación comprendió más de 600 cuestionarios entregados a los alumnos, maestros y padres de las cinco escuelas primarias y secundarias asociadas al proyecto, tres grupos focales y 250 estudiantes, los que participan también en el evento de hoy que se realiza en la sede del CNR.

Asisten también expertos de la empresa social ‘Con i Bambini’, financista de la iniciativa dentro del fondo para la lucha contra la pobreza educativa infantil; representantes de otros cuatro proyectos, profesores universitarios, expertos en educación y en desviaciones juveniles.

La iniciativa busca integrar la relación formativa de la familia y la escuela con la capacitación para la ciudadanía social que la comunidad puede ofrecer, a través de un proceso educativo continuo.

El objetivo, acorde con nota del CNR es construir una propuesta educativa integrada, con la institución educativa al centro y auxiliada por profesionales, capaz de detener los fenómenos de dispersión derivados de la condición familiar y personal de los estudiantes.

‘Derecho al crecimiento: construyamos nuestro futuro’, da título a la conferencia de la cual también son partes la asociación Arianna Onlus, enfocada en promover un modelo social diferente en el que el individuo desarrolle a plenitud sus potencialidades y ‘Con i Bambini’, las cuales mostrarán sus experiencias en proyectos realizados en campo.

Para los expertos la pobreza económica a menudo es causada de la pobreza educativa: se alimentan una a la otra y se transmiten de generación en generación.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=311763&SEO=evento-en-italia-a-favor-de-la-relacion-escuela-familia-y-comunidad
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Entregan videolibros para educación especial en Nicaragua

Centroamérica/Nicaragua/10 Octubre 2019/Prensa Latina

 El Ministerio de Educación de Nicaragua (Mined) entregó hoy audiolibros a las 25 escuelas de la Educación Especial del país, que beneficiará a unos tres mil niños con discapacidad auditiva.
Con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los nuevos materiales a disposición de los estudiantes son considerados por especialistas y profesores incentivos para mejorar las capacidades de aprendizaje de los niños a los que están dirigidos.

‘Hoy estamos lanzando tres videolibros que desde ya estarán en manos de nuestros estudiantes y en noviembre vamos a tener la otra etapa para concluir los 10 que nos hemos propuesto’, explicó el director general de Educación Primaria, Luis Hernández.

La colección incluye títulos del genio nicaragüense Rubén Darío dedicados al público infantil, entre ellos Las albóndigas del coronen, El barco Negro, Margarita, y Sonatina, y la narración de cada una de las obras es mediante el lenguaje de señas.

La entrega debe estar completa en noviembre, y no quedará solo en los centros educativos, pues según especialistas del Minde, estará disponible para el resto de la comunidad educativa y familias en la página web de la institución.

El representante de Unicef en Nicaragua, Iván Yerovi, destacó la importancia de la iniciativa por ser un paso sólido hacia la inclusividad, al permitir que niños con discapacidad auditiva puedan tener acceso a las obras de ese grande la literatura universal que es Darío.

Desde el retorno del sandinismo al poder en 2007 con Daniel Ortega en la presidencia ha sido una prioridad de la agenda doméstica proyectos que permitan una integración efectiva de las personas discapacitadas a la sociedad.

La educación ha sido una de las principales direcciones en que más se avanza en ese sentido, con resultados reconocidos por instancias internacionales como Unicef, organización asesora en la capacitación de personal especializado como el que produjo los videolibros.

‘Es importante tener claridad de hacia dónde hay que apuntar cuando estamos hablando [?] de inclusividad, que tiene que ver mucho también con el aprendizaje que hacen los niños y niñas a través de un maestro debidamente capacitado’, apunto el representante del organismo internacional.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=311402&SEO=entregan-audiolibros-para-educacion-especial-en-nicaragua
Imagen tomada de: https://i0.wp.com/www.julianmarquina.es/wp-content/uploads/La-venta-de-audiolibros-crece-mientas-la-de-libros-electr%C3%B3nicos-desciende.jpg?fit=1000%2C750&ssl=1
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Lo que falta para educación

Por: Ricardo Braginski.

En los últimos 10 años casi nunca se llegó al 6% del PBI en educación, como establece la ley. Es una deuda con toda la comunidad educativa.

Esto es como si fuera un enorme container repleto de útiles escolares, pizarrones, dinero para sueldos docentes y para arreglar las escuelas, y otros tantos recursos educativos. Imaginemos que cada año llega al país un nuevo container, pero resulta que trae menos de lo que indica en los registros. Trae menos un año, trae menos el otro… Y así, lo mismo, durante diez años.

La figura hace referencia a las leyes nacionales que obligan al Estado a invertir el 6% de la suma del valor de todos los bienes y servicios que se producen cada 365 días en el país (el famoso PBI) en educación. Un reciente trabajo, realizado por el economista Agustín Claus, mostró que desde 2010 (año desde el que rige esto del 6%) prácticamente nunca se llegó a esa cifra.

Otro economista, Juan José Llach, hizo la cuenta y estimó que en estos 10 años lo que dejó de invertirse en educación fue el equivalente al 4,38% de un PBI. Visto de otro modo, la deuda que tiene el Estado con la comunidad educativa es tres cuartas partes de lo que corresponde a un año. Casi, casi, nos está faltando un container entero.

¿Cómo estaría la calidad educativa argentina hoy si esa “encomienda” hubiera llegado a destino? Difícil saberlo. Está visto, a partir de diferentes experiencias internacionales, que mayor inversión no necesariamente se refleja más adelante en mejores aprendizajes. Pero esa plata, por ley, es para los pibes, para los maestros, para las familias. Y sería bueno que alguien cuide que el destino de ese dinero sea respetado.

Flojos también con las metas

La ley de Financiamiento Educativo –la que estableció el 6% del PBI- ya tiene más de 10 años. Además de inversión hablaba de metas que debían cumplirse con ese dinero.

Desde llegar al 30% de alumnos primarios de escuelas públicas con jornada extendida, hasta la universalización de la secundaria, incorporación creciente de chicos de 3 y 4 al jardín – priorizando los sectores sociales más desfavorecidos-, mejorar la infraestructura de las escuelas y las condiciones laborales y salariales de los docentes.

Parece que no fue sólo en el financiamiento donde nos quedamos cortos.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/opinion/falta-educacion_0_cUCCdHRr.html

 

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Unas aulas llenas de urgencias

Por: Ignacio Zafra y Ana Torres Menárguez. 

Expertos, profesores y padres reclaman una ley consensuada e inversión como punto de inicio de amplias reformas

Más de ocho millones de alumnos acaban de empezar el curso en enseñanzas no universitarias en España, un sistema educativo que emite múltiples señales de necesitar reformas. ¿Cuál es la más urgente? EL PAÍS ha trasladado a una decena de expertos y miembros de la comunidad educativa la cuestión —que constituirá también la primera pregunta del Foro de Educación que este periódico abre para los lectores hoy en su web—. Casi todos los entrevistados coinciden en dos elementos que consideran capitales: el sistema necesita estabilidad normativa con una nueva ley consensuada y un aumento del gasto que repare las heridas que los años de recortes dejaron en las plantillas e instalaciones escolares.

¿Cuánto dinero hace falta? Los responsables de enseñanza de los sindicatos CC OO y UGT, Francisco García y Maribel Loranca, creen que el objetivo de llegar al 5% del PIB anunciado por el Gobierno en funciones (actualmente España destina el 4,3%) es adecuado a corto plazo, para una legislatura. Pero a medio y largo plazo estiman que el gasto conjunto del Ejecutivo, comunidades y Ayuntamientos debe alcanzar el 7% del PIB, unos 24.800 millones más de la cantidad actual.

Unos fondos que servirían, afirman, para reducir las ratios de alumnos por aula y la carga lectiva del profesorado, aumentar las ayudas escolares, ampliar las plazas de Formación Profesional, desarrollar la carrera profesional docente y acortar la distancia en materia de abandono educativo temprano que separa a España (donde el 17,9% de los jóvenes de 18 a 24 años solo acaba la Educación Secundaria Obligatoria) de la media de la UE (10,6%).

Después de décadas de vaivenes, los consultados coinciden en que la estabilidad normativa debe ser producto de un gran acuerdo. Pero la dificultad para alcanzarlo es fácil de comprobar: buena parte de los entrevistados consideran que el primer paso debe ser derogar la LOMCE, la norma que el PP aprobó en solitario hace seis años. Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA) afirma que la nueva ley debe elaborarse “con la comunidad educativa” y con el objetivo de que en esta ocasión resista los cambios de color político en el Gobierno. Se trataría de la octava norma educativa de la democracia.

Ni medios ni preparación

La situación política hace altamente improbable que el pacto educativo y el aumento del gasto vayan a concretarse de momento. Por debajo de esas dos urgencias, Antonio Solano, director del instituto Bovalar de Castellón y autor del blog Re(paso) de Lengua, señala otras. “La escolarización obligatoria no ha solucionado problemas de exclusión social que se siguen manteniendo, sobre todo porque educación y bienestar social no trabajan conjuntamente para evitar el abandono o fracaso escolar ligados a sectores sociales desfavorecidos. Muchos centros educativos asumen la función de asistencia social, sin medios ni preparación para ello”, lamenta.

La brecha entre la realidad de los profesores y la de los alumnos es otro gran reto que debe afrontarse de forma urgente, opina María Acaso, jefa del área de Educación del Museo Reina Sofía. “Hay un nuevo lenguaje en las herramientas que usan los alumnos, como Instagram, que los profesores desconocen. Son dos culturas que no se reconocen y deben convivir ocho horas en un aula”. Cree que esa falta de entendimiento en los códigos, consecuencia de la falta de programas de formación para los docentes, genera que los alumnos entren en un espacio en el que no se sienten interpelados.

La necesidad de reformar la carrera profesional docente es uno de los grandes retos del sistema. El informe Talis 2018, de la OCDE, reflejó que España está a la cola en formación del profesorado. Solo el 26% de los docentes afirmaron haber participado en algún proyecto de tutoría con otros colegas profesores, cuando la media en la OCDE fue del 38%. Participar en esos programas es importante, según la organización, tanto para el desarrollo de su trabajo como para el rendimiento de los estudiantes. “Este tema no se ha abordado en ninguna de las leyes educativas de las últimas décadas; no hay una formación sólida del profesorado”, lamenta Lucas Gortázar, impulsor de REDE, una red de expertos para elaborar propuestas “consensuadas” para después elevarlas a los gobernantes.

Currículum más moderno

Ainara Zubillaga, directora de educación y formación de la Fundación Cotec, destaca la necesidad de reformar el currículum escolar: “Tiene que reflejar la cultura actual, y los programas están anticuados tanto en contenidos como en competencias, no les preparan para la sociedad actual: la convivencia con las máquinas y las aptitudes que nos diferencian de ellas, como el trabajo en equipo o la capacidad de innovar”.

Carles López, presidente de la confederación de estudiantes Canae, cree que el mayor problema es de índole social. “Hoy, demasiados alumnos se quedan atrás”, critica. Considera urgente invertir en programas de refuerzo y potenciar la Formación Profesional (que en España solo cursan el 12% de los estudiantes frente al 26% de la OCDE). “La ESO es demasiado academicista, muy teórica y memorística, por eso muchos alumnos se quedan ahí. Está concebida para acceder al bachillerato y eso nos limita como país; hay muchos alumnos que quieren otra vía más práctica”. Conseguir que se sientan cómodos y no abandonen el sistema. “Ahí es donde tenemos que ir”, opina.

Fuente del artículo: https://elpais.com/sociedad/2019/09/21/actualidad/1569091688_303897.html

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20 libros de Pedagogía imprescindibles (manuales, textos y guías)

Por: Arturo Torres. 

La comunidad educativa es numerosa y tan activa como decisiva. Del trabajo de maestros, psicopedagogos y otros especialistas depende que exista o no la posibilidad de que una generación de jóvenes o no tan jóvenes puedan llegar a ser personas bien informadas y con facilidad para el pensamiento crítico.

Esta selección de libros de pedagogía puede ser de utilidad para afrontar los retos de la educación y los cambios que se han producido en este ámbito del mejor modo posible.

Los mejores libros para educadores

Aquí puedes ver una serie de obras especialmente indicadas para profesionales del ámbito de la educación.

1. Cómo enseñar mejor (M. Ponce)

Desde una perspectiva constructivista, en este libro se realizan propuestas sobre formas de facilitar la aparición de dinámicas de aprendizaje autónomo por parte del alumnado: reforzar los puntos fuertes de los alumnos, saber reconocer de manera adecuada el feedback de las medidas de enseñanza, etc.

2. Dispositivos digitales móviles en Educación (E. Vázquez-Cano y M. Luisa Sevillano)

La aparición de los dispositivos digitales móviles ha llegado con fuerza al mundo de la educación, y en este libro se exploran tanto sus riesgos como sus oportunidades asociadas. Uno de los libros de pedagogía más recomendables para estar al día en estos temas.

  • Para ver más información sobre el libro, consulta aquí.

3. Pedagogía de la autonomía (P. Freire)

Paulo Freire fue uno de los educadores más influyentes de la historia, y en este libro expresa buena parte de los principios que estructuraron su obra. Especialmente importante es el modo en el que Freire define la buena educación, entendida no como una transmisión de conocimientos que deben ser memorizados sino como una ayuda para que los estudiantes puedan llegar a desarrollar áreas de interés y la capacidad para educarse por su cuenta.

4. Psicología y Pedagogía (J. Piaget)

Uno de los grandes clásicos de la Psicología Educativa a cargo del padre de la Psicología Evolutiva. Una pequeña joya que, a pesar de no estar al día sobre los avances en esta materia (se publicó en el año 1970), sienta las bases teóricas y apunta a las principales problemáticas a las que se han ido enfrentando los sistemas educativos a finales del siglo XX y principios del XX.

  • Lo puedes encargar aquí.

5. Las altas capacidades en la escuela inclusiva (M. Sánchez Dauder)

En este libro se explican, en forma de cuento, diferentes propuestas para hacer que las necesidades educativas de los alumnos con altas capacidades y las del resto del alumnado puedan llegar a encajar sin romper la armonía en el aula.

  • Si te interesa el libro, lo puedes conseguir aquí.

6. Educar con co-razón (J. M. Toro Ales)

Un libro cuya función principal es inspirar. En sus páginas se habla sobre lo que es la educación, lo que podría ser, y el modo en el que los docentes y los estudiantes habitan el aula. Uno de los libros de pedagogía más literarios.

  • Para más información sobre el libro, consulta esta página.

7. Pedagogía del oprimido (P. Freire)

Otro de los grandes clásicos de este educador brasileño. En «Pedagogía del oprimido», Freire propone una pedagogía crítica que permita hacer más fácil el cambio social hacia un sociedad más igualitaria, potenciando el pensamiento crítico de los estudiantes y dándoles las herramientas para combatir la manipulación confundida como aculturación.

  • Si te interesa esta obra, aquí verás más información.

8. Educar Hoy (P. Bronson y A. Merryman)

Un libro basado en descubrimientos sorprendentes acerca de cómo piensan y actúan los más jóvenes. En sus páginas se habla sobre temas tan importantes como la agresividad en niños y niñas, cuándo empiezan a mentir y por qué lo hacen, las riñas entre hermanos, etc. Puede ser útil tanto para padres y madres como para profesionales de la educación.

  • Puedes hacerte con él aquí

9. Sé un maestro (S. Travieso y Teniente)

Este no es un libro teórico sobre cómo llegar al mundo de la educación, sino un pequeño y sencillo manual de emergencia para aquellas personas que han empezado a dar clases en un aula. El subtitulo del libro dice todo: «lo que querría que me hubiesen contado cuando comencé a dar clases».

10. Crear hoy la escuela del mañana (R. Gerver)

Propuestas y fundamentos teóricos y prácticos sobre el cambio de paradigma en la educación. Uno de los libros para maestros que apuntan al desarrollo de modelos de enseñanza basados en la innovación.

11. rEDUvolution (M. Acaso)

María acaso, la autora de este libro, es profesora de Educación Artística en la Universidad Complutense de Madrid, y en esta obra muestra varios de los retos que deben afrontar los docentes si quieren transformar la educación en una herramienta de cambio personal y social.

  • Aquí hay más información sobre el libro.

12. La pedagogía contra Frankenstein (M. A. Santos Guerra)

Una selección de textos acerca de la necesidad de entender los contenido impartidos en clase de manera global, como un sistema que, en su conjunto, de una base para que los alumnos se formen en todas las áreas.

13. Aprendizaje cooperativo en las aulas (J. C. Torrego y A. Negro)

El aprendizaje cooperativo es uno de los grandes potenciales sin explotar de los sistemas de educación, a menudo totalmente centrados en un ambiente de estudio individualista y competitivo. En este libro se recogen información extraída de la teorización y la puesta en práctica de programas de aprendizaje cooperativo a lo largo de los últimos años.

14. La alegría de educar (J. M. Marrasé)

Claves y estrategias para transformar el aula en el que la enseñanza pueda fluir a través de la creatividad y, por qué no, también la diversión. Uno de esos libros para maestros en los que el objetivo se centra no solo en la necesidad de transmitir conocimientos, sino también en hacer esto de manera que esas lecciones signifiquen algo para los alumnos.

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15. Recursos para educar las emociones (R. González y L. Villanueva)

En este libro se plantean las principales preguntas sobre las emociones que deben ser abordadas desde la educación y se proponen métodos para reconocerlas eficazmente y ayudar a otros a saber gestionarlas en el ámbito del aula.

  • Si te interesa, puedes informarte más sobre el libro clicando aquí.

16. The Well-trained mind: a guide to classical education at home (Susan Wise Bauer)

Una guía repleta de pautas a seguir para educar niños y niñas en casa, darles el trato personalizado que necesitan y aprender a dar respuesta a sus necesidades.

  • Puedes leer más sobre esta obra aquí.

17. Teaching community: a pedagogy of hope (Bell Hooks)

¿Cómo conjugar educación y libertad para elegir qué sendas de conocimiento seguir y cuáles no tomar o dejar para más adelante? Aquí se habla sobre qué estrategias educativas funcionan y cuáles no, cómo evitar la discriminación en las aulas cómo motivar al alumnado… Todo ello, bajo el punto de vista personal y experimentado de la autora.

18. Pedagogía y política de la esperanza (Henry A. Giroux)

Este excelente libro explora las relaciones de poder que se establecen en el aula y el modo en el que los conflictos que se pueden dar en ella son dirimidos y, por otro lado, cómo deberían ser dirimidos. Las escuelas son microcosmos en los que se pueden reproducir formas de opresión, racismo, etc. Saber comprender este hecho y actuar en consecuencia es necesario.

19. La educación en el siglo XXI (L. Bartolomé y otros autores)

Una interesante propuesta para aprender acerca de los retos y las posibilidades que van apareciendo en materia de educación durante los últimos años.

  • Si te interesa conseguir este libro o saber más sobre él, haz clic aquí.

20. Igualdad educativa y diferencia cultural (Henry A. Giroux)

¿Cómo fomentar la igualdad y ofrecer un trato ecuánime a un conjunto de alumnos en el que hay personas provenientes de culturas diferentes? Ante esta aparente paradoja, Henry A. Giroux ofrece uno de sus libros de pedagogía más agudos.

  • En este enlace encontrarás más información sobre el libro

Fuente de los documentos: https://psicologiaymente.com/cultura/libros-de-pedagogia

 

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