María Figueredo*
RESUMEN
El proceso de inflexión-acción que se presenta es una primera aproximación a sintetizar la crónica ética de los adolescentes de Ciudad Caribia, conceptualizada como las situaciones reales narradas por sus protagonistas, en el marco de los compromisos adquiridos consigo mismo y con los demás, saliéndonos de las definiciones Pedagógicas escolásticas tradicionales, pues tiene que ver nuestro enfoque con otra mirada, una que valora, cómo desde la cotidianidad en su quehacer diario los adolescentes de Ciudad Caribia construyen una nueva objetividad, que promueve permanentemente niveles de conciencias que les permite colocarse frente al Otro con reglas claras, para actuar responsablemente, desde la autonomía y reconocimientos mutuos. El propósito del artículo es socializar los procesos desarrollados en los encuentros del Grupo Estable de primeros auxilios “Ayudando a salvar vidas”, acciones que desde el Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local” (Nigel) venimos ejecutando con los estudiantes del Liceo Gran Cacique Guaicaipuro, donde abrigados por la Pedagogía de Contexto hemos tejido una urdimbre que trenza una cronología que hace posible presentar cómo las interacciones entre los diferentes y diversos sujetos que confluyen en el grupo se hilvana una ética-política quien en sus dimensiones entraña el trabajo colectivo por un bien tangible común. Los elementos presentados son producto de la investigación en curso que desarrollamos en la Ciudad socialista, ecológica, sustentable Caribia, hay en ellos la óptica de una hermenéutica interactiva crítica, un enfoque etnográfico colectivo desde el contexto local. Entre los hallazgos podemos resaltar que los adolescentes que confluyen y hacen vida en el grupo estables de primeros auxilios “Ayudando a salvar vida” construyen una eticidad-política basada en autodisciplina, la dignidad, reciprocidad, transparencia, el respeto, valoración de sí mismos, y reconocimiento del Otro, servicialidad y la convivencia armónica en el marco de la construcción común de las reglas que norman al grupo, además de la aceptación de los compañeros que se van sumando de manera voluntaria, emergiendo la cultura de la solidaridad y comunicatividad.
Palabras clave: Crónica ética, adolescentes, Ciudad Caribia.
A MODO DE INTRODUCCIÓN
El artículo proporciona un acercamiento a la crónica ética de los adolescentes de Ciudad Caribia, a partir de las relaciones e interacciones que se construyen desde la cotidianidad en los encuentros del grupo estable de primeros auxilios “Ayudando a salvar vidas”, cimentando una objetividad que desde la pedagogía de contexto1 permite colocarse frente al Otro con niveles de conciencia y reglas claras, que emergen del trabajo colectivo por el bien común, partiendo de las situaciones reales narradas por sus protagonistas.
En el marco de los procesos desarrollados2 los adolescentes estudiantes del Liceo “Gran Cacique Guaicaipuro” son el centro en torno al cual giran los esfuerzos del proceso de transformación educativa, curricular y pedagógica.
La crónica ética que se presenta narra desde la voz viva de sus protagonistas3 los compromisos adquiridos consigo mismo, con sus pares, con los diversos y diferentes agentes, actores y sujetos4 que participan desde la vida cotidiana en su proceso formativo y de aprendizaje.
En este sentido, la primera parte dibuja un boceto de la cronología de la objetividad de los adolescentes caribianos que emerge de las situaciones reales de su vida cotidiana, que promueve una ética
Un segundo instante en el punto de inflexión se presenta la dimensión ética-política del grupo estable que entraña el trabajo colectivo por el bien común.
Y en la tercera parte, se esboza los valores que transversalizan la eticidad-política del grupo estable, que define cómo se relacionan e interaccionan con sus pares, con los diversos y diferentes sujetos, agentes y actores de su entorno que actúan y participan en los procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que genera la siembra de los principios y valores que se hacen en conjunto mediante la comunicatividad y el compromiso de los protagonistas que accionan para materializar los objetivos del grupo.
LA OBJETIVIDAD DE LOS ADOLESCENTES CARIBIANOS
El presentar la crónica ética de los adolescentes de Ciudad Caribia que se dibuja en el horizonte de sus acciones diaria, nos invita a reflexionar la experiencia vivida, la cronología que hace posible socializar lo que es la cimentación de una objetividad que rompe con los esquemas tradicionales de un orden pedagógico cultural establecido en donde todo está determinado de antemano.
De aquí, con esta mirada, se conceptualiza la crónica ética como método para enunciar las situaciones reales narradas por sus protagonistas, en el marco de los compromisos adquiridos consigo mismo y con los demás, saliéndonos de las definiciones escolásticas tradicionales, pues tiene que ver con otros ojos, los nuestros, cuando nos preguntamos ¿cómo desde la cotidianidad en su quehacer diario, los adolescentes de Ciudad Caribia construyen una nueva objetividad?, esta que al observarla críticamente promueve permanentemente niveles de conciencias distintos, que les permite colocarse frente al Otro con reglas claras, para actuar con responsabilidad, autonomía y reconocimiento mutuo, tal como lo plantea Maturana: “Convivir en la aceptación del otro como un legítimo otro es fácil. Allí encontramos en la experiencia5, ¿Cómo? Aceptando la legitimidad del otro6, los conduce a convivir consigo mismo y a transformarse en la convivencia con el Otro y los demás.
En este sentido, la crónica ética que nos presenta en su narrativa las acciones de los estudiantes del Liceo “Gran Cacique Guaicaipuro”, que forman parte del colectivo del grupo estable de primeros auxilios “Ayudando a salvar vida”, que en su accionar promueven reglas que construyen colectivamente y que son consensuadas, normando su vida. Como plantea Natasha “en los primeros encuentros echábamos mucha broma, ahora hemos comprendido que esto es un trabajo serio, que la vida de la persona depende de la atención que le brindemos”7.
Durante la construcción colectiva de su proyecto de aprendizaje servicio, donde definen sus objetivos de aprendizaje, investigación y servicio, entretejen una urdimbre que les permite llegar a acuerdos respetando las ideas del Otro, y formulan su papel de trabajo que materializan a partir de los aportes de cada uno como señalan Scarlett y Enyerbet: “todo fue poco a poco, a su tiempo, hablando y conociendo un poco más a nuestros compañeros, en un grupo siempre hay una amistad y respeto, si no lo hay, no podemos trabajar como tal”8.
Si analizamos unos u otros de los elementos planteados, podemos darnos cuenta que los mismos son piezas claves en la edificación de una objetividad que emerge de la cotidianidad del aprender a trabajar con los pares, en igualdad de oportunidades y equidad, donde todos tienen el derecho a elegir como dice Maturana y a equivocarse9, sin el temor de ser cuestionado, si no aportando a partir de su caja de herramienta en la construcción colectiva de otra mirada, de lo que representa el proceso de enseñanza y aprendizaje participativo, desarrollando capacidades que le permiten comprender la fuerza de los valores que emergen del trabajo colectivo por el bien común.
Por otra parte, el materializar el proyecto de aprendizaje servicio comunitario planteado por Figueredo como:
Estrategia experiencial de múltiples desempeños, que se anclan en situaciones reales y emergen en el marco de los intereses y necesidades de los estudiantes, permitiéndoles aprender hacer, reflexionar, y sistematizar, las prácticas situadas en el contexto, con sentido holístico e intercultural, promoviendo la construcción colectiva de conocimiento, la participación común y entre comunes, así como alcanzar aprendizajes, comunicación y empatía, que han de evaluarse por las actividades desarrolladas de carácter vivencial o inmerso en los procesos de la toma de conciencia desde la reflexión constante10.
Todo ello le permite actuar desde el trabajo colectivo al ejecutar su plan de acción, integrando los elementos que desde la pedagogía de contexto se caracterizan por potenciar las capacidades cognitivas, afectivas y creativas en que se encuentra inscrito el proceso de aprendizaje, que les permite construir y consolidar valores, estableciendo formas de actuar en redes de conocimiento y solidaridad entre distintos sujetos pedagógicos de la ciudad.
ÉTICA-POLÍTICA DEL GRUPO ESTABLE
Al plantear la ética-política del grupo estable de primeros auxilios “Ayudando a salvar vidas”, nos coloca en la dimensión que entraña el trabajo colectivo por un bien común, en la búsqueda de dibujar la ruta que los adolescentes de Ciudad Caribia en estos tiempos han construido; que se traduce en los principios y códigos que envuelven sus acciones en la convivencia diaria, influyendo en sus relaciones e interacciones con los diversos y diferentes sujetos, agentes y actores que asumen parte de su proceso formativo, vectores que podemos observar en los planteamientos realizados por la adolescente Sujeidys:
En el grupo todo tiene su tiempo, hay momentos para el “chalequeo y bochinche”, pero cuando estamos trabajando, aquí todos nos ponemos serios, porque la vida de las personas depende de la atención que le podamos brindar y si no nos enseriamos ponemos en riesgo a la persona que queremos ayudar y eso queda en nuestra consciencia11.
Si navegamos en la ética-política de los adolescentes descubrimos que su valoración significa el sentido común que se adquiere en la construcción colectiva, acción que ha demandado el encontrarse y convivir en grupos de estudiantes de diferentes edades y años de estudio, que en su dinámica diaria demanda asumir posturas orientadas al logro de los objetivos comunes, a partir del respeto y reconocimiento del Otro que es su par, que como sujeto de derecho y conocimiento ejerce su libertad para participar y tomar decisiones en beneficio de su colectivo, siendo la base gnoseológica de la convivencia cotidiana.
En atención al contexto que implica el trabajo en el grupo estable, donde confluyen adolescentes de diferentes edades, como se destacó en otro apartado, los aspectos de orden ético que han emergido se relacionan con el respeto, la honradez, el sentido del deber y la justicia, la solidaridad, el espíritu de servicio, la consideración, valoración y reconocimiento del Otro. Ello se manifiesta en el respeto como dice Natasha: “Hasta el momento he aprendido a respetar más la opinión de otros, a escuchar y aceptar su manera de pensar…12”.
Se trata entonces, de que en la interacción cotidiana de los adolescentes construyen un nuevo modelo de interpretación de la convivencia, en donde sus códigos les permiten compartir e intercambiar saberes, ser solidario, respetuoso, interesarse en el Otro y asumir la responsabilidad de sus acciones, así como aceptar racionalmente sus efectos negativos, edificando dominios cognitivos que explican su praxis de vivir ético propio de la coexistencia social, como plantea Maturana:
En fin, la responsabilidad se da cuando nos hacemos cargo de si queremos o no las consecuencias de nuestras acciones; y la libertad se da cuando nos hacemos cargo de si queremos o no nuestro querer o no querer las consecuencias de nuestras acciones. Es decir, responsabilidad y libertad surgen en la reflexión que expone nuestro quehacer en el ámbito de las emociones a nuestro quererlas o no quererlas en un proceso en el cual no podemos sino darnos cuenta de que el mundo en que vivimos depende de nuestro deseo13.
Todo ello, sobre la base del reconocimiento de todos los integrantes del grupo como sujeto de derecho participativo; su interlocutor que actúa con libertad, dignidad e igualdad, que respeta su entorno, la diversidad de pensamiento, la paz, la democracia, la responsabilidad mutua en su accionar, como dice Giorvi:
Mi relación con el grupo estable es un poco loca, a veces pienso que puedo hacer, cómo lo puedo hacer y mi posición en el grupo como compañero y creo que lo más importante es la comunicación y el compañerismo, para mí son las bases fundamentales en este proceso de adaptación, relación y aprendizaje14.
Como podemos apreciar la ética resulta de una práctica social construida sobre bases axiológicas15, que tiene que ver con el carácter y actitud de los adolescentes en el marco de la aceptación y respeto de sí mismo y del Otro, como explica Maturana que “sin aceptación y respeto por sí mismo uno no puede aceptar y respetar al otro, y sin aceptar al otro como un legítimo otro en la convivencia, no hay fenómeno social16”.
Lo que hace de manera consciente o inconsciente el fluir de la convivencia social, de la conducta individual y colectiva en el quehacer cotidiano, como miembro del grupo estable donde se está de manera voluntaria según sus intereses y necesidades. Al construir en el diálogo la realidad con el Otro, creando un modo particular de vivir juntos en coordinación del ser y hacer en el bienestar estético de una convivencia armónica signada por el respeto y reconocimiento mutuo.
VALORES QUE TRANSVESALIZAN LA ETICIDAD-POLÍTICA DEL GRUPO ESTABLE
En el ámbito de acción del grupo estable ha emergido una cultura que representa la eticidad-política que allanan la frontera del individualismo. En donde se combinan los sueños, los deseos humanos, la pasión y el creer en lo que se hace, donde los valores que se manifiestan en su accionar cotidiano potencian la capacidad del trabajo colectivo por el bien común, en un ambiente de respeto, justicia, equidad, reconocimiento del Otro y su valoración17.
Las normas que estructuran los encuentros de aprendizaje rompen con el disciplinamiento de la mente y el cuerpo como señala Castro-Gómez18 que el comportamiento de los niños era reglamentado, vigilado y sometido a la imposición de conocimientos, hábitos, valores y modelos culturales que le permitieran asumir su rol productivo en la sociedad. A lo que Figueredo refiere:
El quebrantar está lógica genera una cultura del respeto, una ética de valoración del Otro, del trabajo en colectivo por bien común, distinguiendo una formación donde cada uno de los sujetos, agentes y actores aportan elementos significativos en la producción de conocimiento, abiertos a una disertación permanente, impactado las acciones reales19.
Todo ello conduce a la construcción de un enfoque alternativo de la eticidad-política que emerge del trabajo colectivo, otorgando una identidad propia construida con el Otro, en el marco de la libertad planteando transformaciones permanentes; siendo la pedagogía de contexto la clave de una racionalidad diferente, que considera la praxis del grupo como acción-reflexión-acción que edifica relaciones e interacciones bajo la lógica del respeto, compromiso, comunicatividad, ejerciendo su libertad y el derecho a equivocarse, como dice Maturana: “Pienso que el derecho a equivocarse es fundamental, porque si uno no tiene derecho a equivocarse no tiene cómo corregir los errores porque no tiene cómo verlos”20.
Lo que nos permite plantear que la eticidad-política del grupo estable como estética está permeada por valores que la transversaliza como la autodisciplina, la dignidad, reciprocidad, transparencia, el respeto, valoración y reconocimiento del Otro, servicialidad y la convivencia armónica en el marco de la construcción colectiva de las reglas que norman al grupo, además de la aceptación de los compañeros que se van sumando de manera voluntaria emergiendo la cultura de la solidaridad y comunicatividad.
Estamos frente a la urdimbre de la realidad Caribiana, donde están naciendo nuevos tejidos con tramas de diversos colores, que expresan la voz de los adolescentes, que brotan desde abajo hacia arriba y de adentro hacia afuera, poniendo en hombro una objetividad nutrida por la participación protagónica, la convivencia armónica, el respeto a sí mismo, al Otro como dignidad, la humildad y servicialidad con su comunidad. Estos entramados que se tejen desde la vida cotidiana (son una artesanía de conocimiento y aprendizaje) en donde la solidaridad es horizontal y se ejerce en relaciones e intercambios de igual a igual, siendo un rasgo distintivo que caracteriza la eticidad-política que anima el encuentro entre pares (adolescentes), que creen en ellos, reconocen al Otro y lo valoran, lo que supone de acuerdo con Figueredo:
… capacidad para establecer relación e interacción armónica en una sociabilidad que avanza hacia la consciencia de sí mismo y la del Otro, como seres con quienes se comparten algunos intereses, pero que a su vez tienen su propia individualidad que tributa hacer el grupo heterogéneo y enriquece el debate y la reflexión al expresar y exponer su punto de vista, potenciando el diálogo y la producción de conocimiento21.
La eticidad-política arraigada en una práctica de libertad, en el ejercicio de la autonomía y emancipación del pensamiento que se revela y enfrenta contra las imposiciones, haciendo uso de su conciencia crítica.
De aquí, que podamos señalar que la eticidad-política de los adolescentes de Ciudad Caribia rompe con los parámetros tradicionales, al generar una identidad que les permite construir su sentido de pertenencia con su grupo estable, que lo asumen como nuestro, legitimando su accionar a partir de la edificación colectiva de sus normas y reglas de convivencia por consenso; con la convicción de que sus acciones individuales tienen incidencias en el grupo.
La eticidad-política que promueve una objetividad enmarcada en una reflexión crítica y dialógica que se generan en los encuentros de aprendizajes del grupo estable primeros auxilios “Ayudando a salvar vidas”, que demanda el respeto por las diferencias en la convivencia cotidiana, que crean prácticas solidarias, respetuosas y coherentes en su accionar.
A MODO DE REFLEXIÓN FINAL
La crónica ética de los adolescentes de Ciudad Caribia nos coloca en un proceso reflexivo que invita a pensar, repensar e impensar el surgimiento de la eticidad-política como estética que emerge del quehacer cotidiano de los estudiantes que voluntariamente se integran al grupo estable de primeros auxilios “Ayudando a salvar vidas”, eticidad que tiene su génesis en el sistema de interacciones y relaciones que se construyen en los encuentros de aprendizaje donde la dinámica del reconocimiento mutuo genera una cultura del trabajo solidario, respetuoso y por el bien común.
Por otra parte, permite construir la identidad con el grupo y su sentido de pertenencia, al navegar en los procesos de transformación interna que los hace consciente de su realidad.
Finalmente ayuda a comprender estas crónicas el tránsito entre la enseñanza secular, escolásticas, impuesta, muchas veces, o vaciada en vasijas vacías de contenidos, frente a una visión agitadora, en movimiento, apoyada en la experiencia y las vivencias que asumen cuando deciden las y los adolescentes valorarse y comprenderse como sujetos cognitivos, quienes se afirman en la trasformación de sus apreciaciones, actitudes, habilidades, a partir de la construcción común de valores y posturas ante la realidad en ejercicio pleno de la libertad cognoscitiva y política.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Castro-Gómez, Santiago (2000). Ciencias Sociales, violencia epistémica y el problema de la “invención del otro”. En: La colonialidad del saber eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas Edgardo Lander (Comp.) CLACSO-UNESCO: Caracas: Ediciones FACES/UCV.
Figueredo, María (2016). Grupos Estables. Acción Científica, social y comunitaria. Presentación elaborada por el grupo de Investigadores del Núcleo de Investigación “Gestión Educativa Local”. Mimeografiado. Caracas: UBV-Nigel.
Figueredo, María (2017). Las prácticas de los grupos estables en Ciudad Caribia. Mimeografiado. Caracas: UBV-NIGEL. Disponible en: otrasvoceseneducacion.org/archivos/195992.
Maturana, Humberto (1992). Emociones y lenguaje en Educación y política. Chile: Hachette/CED.
Maturana, Humberto (2010). El sentido de lo humano. Buenos Aires: Granica.
Maturana, Humberto (2015). 3 nuevos derechos humanos. Disponibles en: http//: www.conversandoenpositivo.cl › Home › Psicología › Relaciones Humanas. Consultado el 15-01-2017.
Romero, Lenin (2016). Un acercamiento al estudio de las insuficiencias en el metabolismo del “Buen vivir” en ciudad Caribia desde la investigación, acción, participación del grupo consolidado (2016-2018). Mimeografiado. Caracas: Nigel-UBV.