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Las Fuerzas Armadas brasileñas, en «riesgo de colapso»

Por: Raul Zibechi

La crisis brasileña y la feroz disputa entre sus elites dominantes está afectando de lleno a las Fuerzas Armadas

En los últimos cinco años, el presupuesto de las Fuerzas Armadas de Brasil se redujo en un 44,5%, de modo que los gastos sólo podrán cubrirse hasta mediados de setiembre.

Los militares presionan para que los proyectos estratégicos no se detengan, pero algunas unidades tienen problemas para pagar las cuentas de luz, en medio de una crisis nacional cada vez más grave que lleva a los militares a reducir el horario de atención de sus oficinas y a dar de baja anticipada a los conscriptos.

La información circula en todos los medios brasileños, con diferente apreciación. Por un lado, «jerarquías del Ejército, Marina y Aeronáutica admiten que existe un riesgo real de colapso». Como ejemplo, la Dirección de Fiscalización de Productos Controlados (DFPC) del Ejército, responsable de monitorear el uso de explosivos, «perdió parte de la capacidad operativa para impedir el acceso a dinamitas a grupos delictivos como Primer Comando de la Capital (PCC) y Comando Vermelho, que roban bancos y cajeros automáticos, estando permanentemente latente la posibilidad de que grupos terroristas locales o extranjeros también accedan a explosivos», según informa el diario O Estado de Sao Paulo.

El mes pasado, la Federación Nacional de Bancos «estuvo en la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados para pedir mayor combate a estos grupos». En sólo un mes, las pandillas destruyeron con dinamita tres agencias bancarias. El informe destaca que «en los últimos meses se han registrado ataques explosivos casi semanales contra cajeros automáticos en Rio Grande do Sul, así como a casas de cambio en la frontera con Uruguay y Paraguay».

El general Eduardo Villas Boas, comandante del Ejército, dijo que los cortes presupuestarios fueron muy elevados y que «la Fuerza Aérea piensa suspender diversos servicios los viernes», mientras la Marina puede verse obligada a reducir servicios relacionados con la seguridad de la navegación, ya que se necesitan 250 millones de dólares adicionales para mantener la escuadra.

El comandante de la Marina, almirante Eduardo Bacellar Leal Ferreira, dijo que si no se resuelven estos problemas, «nuestra escuadra de superficie va a desaparecer en poco tiempo». La Marina acaba de desmovilizar su único portaviones y se esfuerza por mantener el Programa de Obtención de Submarinos (Prosub) de sus sucesivos retrasos, en un país que ya destinaba menos del 2% del PIB a Defensa.

El informe del diario pone como ejemplo de la crisis militar, que a principios de agosto el Cuartel general del Ejército en Brasilia recibió un telegrama del comandante de una unidad de Mato Grosso del Sur, pidiendo ayuda inmediata para pagar la cuenta de luz ante el riesgo de sufrir un corte en un área de frontera con Paraguay, que es una de las principales rutas del narcotráfico y el contrabando de armas. En los ocho primeros meses de este año, las Fuerzas Armadas debieron atender 13 pedidos de intervención en diversos estados para mantener el orden público, con el despliegue de más de 8.500 soldados sólo en Río de Janeiro a fines de julio.

El diario O Globo, muy crítico del Gobierno y que apoya la destitución del presidente Michel Temer, tituló días atrás que el programa de submarinos «puede hundirse antes de ser bautizado». Se refiere a que el primer submarino debe ser botado al mar en el tercer trimestre de 2018 y que, pese a las postergaciones, es muy probable que no se pueda cumplir ese objetivo. Según el diario, el programa tuvo un recorte del 32% este año por los problemas de presupuesto.

En ese sentido, el comandante Leal Bacellar sostiene que el fracaso en la construcción de submarinos será un paso atrás en «el escenario internacional en términos de respeto y credibilidad» de Brasil. El país transporta el 10% del volumen de carga marítima del mundo y es el mayor productor de petróleo de América Latina. «Por eso Brasil debe tener una capacidad mínima de defensa». Los cortes del presupuesto «ya se pasaron del límite», concluye el comandante.

El retroceso que sufren los presupuestos y las inversiones militares es sentido como una afrenta en los cuarteles. Según el comandante de la Marina, en la década de 1950 el presupuesto de Defensa representaba el 25% del presupuesto nacional, cifra que hoy está en apenas el 5%.

Pero otros analistas consideran que el Gobierno Temer está mejorando los traspasos de fondos a las Fuerzas Armadas y sitúan el momento más delicado bajo el Gobierno de Dilma Rousseff, en particular entre 2013 a 2016. Así, el carguero KC-390 que disputa con los Hércules de Estados Unidos, tuvo un retraso de 18 meses en su cronograma por falta de presupuesto, lo que puso en peligro su capacidad de competencia en el mercado militar global.

En realidad, todos los proyectos de inversión sufrían retrasos ya con los Gobiernos del Partido de los Trabajadores, en particular desde la crisis desatada en 2013.

Lo novedoso es el enfrentamiento surgido entre la página militar Defesanet y el diario O Estado de Sao Paulo, ambos cercanos a las Fuerzas Armadas. El diario publicó un artículo destacando los recortes del presupuesto militar en un 44%, lo que fue respondido por Defesanet como una postura «miope» o «deshonesta» que busca debilitar al Gobierno Temer.

En lo que se puede considerar una extraña crítica al comandante del Ejército, general Villas Boas, la página militar sostiene que en las audiencias ante las Comisiones de Defensa del Senado y la Cámara Federal, «lo grave es que fue, como mínimo, tímido en explicitar los números siendo ambiguo al mencionar que los retrasos en los proyectos eran históricos y no mencionando que el actual Gobierno había recompuesto muchos de los fondos hacia finales de 2016».

Parece evidente que la crisis brasileña y la feroz disputa entre sus elites dominantes está afectando de lleno a las Fuerzas Armadas que, en algún momento, supieron tener proyectos estratégicos y hoy parecen navegar sin rumbo, como el propio país. Un reciente informe del diario económico Valor destaca que bajo, el Gobierno Temer, «Brasil sufre aislamiento internacional». Como ejemplo señala que Barack Obama, Angela Merkel y Justin Trudeau hicieron giras por la región «ignorando a Brasil», al igual que Mike Pence, el vicepresidente de EEUU.

Fuente:https://mundo.sputniknews.com

 

 

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Fragmentos de un éxodo invisible

Por: Pablo Gentili- Karina Bidaseca

Después de la última frontera, del último cielo.

¿Dónde deberíamos ir después de la última frontera; dónde debieran volar los pájaros después del último cielo?

     Mahmoud Darwish, poeta palestino.

Lo que llama la atención no es que haya ocurrido. Lo que llama la atención es que casi nadie lo recuerde. El 15 de mayo de 1948 fue un día trágico. Pocas horas después que David Ben Gurión leyera la declaración de la independencia de Israel y el día en que concluía el mandato británico sobre Palestina, se iniciaba la primera guerra entre el nuevo Estado israelí y los países árabes. La guerra de 1948 fue para Israel la gran gesta de su independencia. Pero también fue la guerra que produjo uno de los más brutales éxodos que se hayan conocido en la historia de la humanidad: el del pueblo palestino, despojado de su tierra, desplazado de su nación, amordazado, encarcelado, silenciado. Un pueblo al que, desde entonces, las naciones más poderosas del planeta han tratado de aniquilar, volviéndolo invisible; un pueblo al que han tratado de reinventar, condenándolo a la inexistencia.

Una mujer. Un cuerpo sufriente. Una mujer tapando su boca. Una mujer en un campo de refugiados: Baqa´a, Jordania. Una palabra: nakba. Una ausencia: la tierra. Una nación: Palestina. Un trabajo colectivo: la memoria.

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Éxodo palestino, 1948.  Archivo Fotografico de la UNRWA / Memoria del Mundo, UNESCO

Nakba: catástrofe, desastre. Éxodo: la expulsión palestina que comienza en 1948. 700 mil seres humanos desplazados, empujados al abismo de la incertidumbre, para siempre, sin otra esperanza que la de mantener activa la memoria, para recuperar algún día lo que le han robado y a casi nadie le importa.

La guerra de 1948 que condujo a la creación del Estado de Israel, tuvo como consecuencia la devastación de Palestina. La dialéctica de la muerte y el renacimiento, tan propia del mundo occidental, reunidas en un mismo acontecimiento. En un mismo grito de dolor, en un mismo símbolo de barbarie, silenciado ante el mundo

Fragmentos de un éxodo invisible
Éxodo palestino, 1948.  Archivo Fotografico de la UNRWA / Memoria del Mundo, UNESCO

Cincuenta años después / estoy tratando de contar la historia / de lo que se perdió / antes de mi nacimiento / la historia de lo que estaba allí / antes de que la casa de piedra cayera / el mortero explotó / las rocas sueltas fueron llevadas lejos para nuevos propósitos, o aplastadas / la tierra se declaró limpia, vacía.

     Lisa Suhair Majaj, poeta palestina.

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Escuela en un campo de refugiados palestinos.  Archivo Fotografico de la UNRWA / Memoria del Mundo, UNESCO

Cada una de las distintas generaciones que han sobrevivido a la catástrofe puede armar un rompecabezas de piezas que se han astillado, convirtiendo las casas de las aldeas en millones de partículas de piedras dispersas por el desierto. Una montaña de escombros que más tarde serviría para edificar el muro que sigue separando, aislando, deportando a los palestinos de su historia. El muro que pretende silenciarlos y mantenerlos invisibles.

“La visión más desgarradora fueron los gatos y los perros ladrando y haciendo jaleo, tratando de seguir a sus dueños. Yo escuché a un hombre gritarle a su perro: Vuelve. ¡Tú al menos puedes quedarte!”

(Citado en: Ahmad H. Sa´di & Lila Abu-Lughod. Nakba. Palestina, 1948 y los reclamos de la memoria. Editorial Canaán, Buenos Aires, 2017)

Fragmentos de un éxodo invisible ampliar foto
Éxodo palestino, 1948.  Archivo Fotografico de la UNRWA / Memoria del Mundo, UNESCO

Después de la Nakba, no todos abandonaron Palestina. Algunos quedaron bajo el control territorial del Estado de Israel. Palestina fue confiscada, dividida en Cisjordania y la Franja de Gaza, en territorios controlados colonialmente, infectados por check points que bloquean o autorizan ocasionalmente el tránsito de los palestinos, transformados así en refugiados en su propia tierra. Los palestinos, aquellos cuya presencia fue sustituida por la ausencia, como alguna vez sostuvo Edward Said.

Palestina y los palestinos viven bajo la constante amenaza del desvanecimiento de la memoria. Viven una carrera contra el tiempo, tratando de transmitir la experiencia del despojo a las jóvenes generaciones, las cuales han nacido lejos de su propia patria y han crecido envueltas en narrativas que silencian o niegan la opresión colonial de su pueblo. La “generación de la Nakba” se vuelve anciana, se cansa, se vuelve un verdadero “cuerpo archivo”, vital para el ejercicio de la transmutación de la memoria oral a las palabras escritas. Una carrera contra el tiempo, como la del sujeto colonizado que describe Frantz Fanon: “Llega usted demasiado tarde, tardísimo. Entre ustedes y nosotros habrá siempre un mundo.»

Fragmentos de un éxodo invisible
Familia palestina, 1948.  Archivo Fotografico de la UNRWA / Memoria del Mundo, UNESCO
عودة

Él retornó, dijo, para plantar en ella el árbol del conocimiento / y él era ese árbol. / Él nació en Jaffa y a Jaffa retornó, para permanecer / allí por la eternidad, cerca del árbol del paraíso.

     Mahmoud Darwish, poeta palestino

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Escuela en un campo de refugiados palestinos.  Archivo Fotografico de la UNRWA / Memoria del Mundo, UNESCO

El poder de una potencia colonial no reside en disminuir o maquillar las evidencias de su prepotencia invasora, sino, fundamentalmente, en borrar las marcas, los trazos y las filigranas en las que puede leerse la memoria, la narrativa, el relato que cuenta la historia de quien está siendo colonizado. Por eso, los poderes coloniales matan, destierran y silencian a los intelectuales, despedazan sus bibliotecas, incineran sus libros, silencian las voces que cantan y cuentan otra historia, aniquilan a quienes representan el pasado y, justamente por eso, pueden edificar un camino de esperanza hacia el futuro. En Palestina, el Estado de Israel hizo todo esto. Pero hizo mucho más. Arrancó los olivos, los desmembró, atravesándolos con un muro. En su lugar, ocasionalmente, plantó abetos europeos. El poder colonial se imprime en el paisaje, se diluye en el horizonte como parte de una nueva geografía, con una implacable transformación del ambiente, creando, más bien, inventando la tierra misma, sus ríos, sus plantas, sus montañas y praderas, el aroma, el color y los sonidos que brotan de ese espacio desconocido, que alguna vez fue nuestro hogar. El ejército de Israel siempre supo que además de protegerse de las piedras que surcan el cielo de Palestina, había que protegerse de la sombre de los olivos, esos sitios insurgentes en los que habita encarnada la memoria de los desplazados. Los olivos fueron un objetivo militar, porque allí sobrevivía la historia de los que alguna vez volverán.

La colonización de la memoria supuso el exterminio de los trazos que marcaron la presencia de los palestinos en su propia tierra. Unos y otros, colonizadores y abetos, extranjeros en esa tierra de dolor y desamparo. “Solo los árboles de olivo – sostendrá Darwish – permanecerán como un sustituto viviente, fragmentado de la experiencia colectiva en Palestina.”

 

Somos las víctimas de las víctimas –lo cual es bastante inusual (…) estamos sujetos a un colonialismo único. Nos quieren muertos o exiliados. (…) Las vidas de los israelíes y palestinos están desesperadamente entrelazadas. No hay modo de separarlas. Ustedes pueden tener una fantasía y negar o poner al pueblo en guetos. Pero en realidad hay una historia en común. Tenemos que encontrar el modo de vivir juntos. (…) Nosotros nos mantenemos firmes en el tema de la identidad como algo mucho más significante y políticamente democrático que la mera residencia y servidumbre que Israel nos ofrece. Lo que nosotros pedimos como palestinos es el derecho a ser ciudadanos (…) Elegir esa identidad es hacer historia, no elegirla es desaparecer.

 

Edward Said, intelectual palestino.

Nakba: catástrofe, desastre. Quizás también: persistencia de la memoria, retorno, dignidad, verdad, justicia.


Las fotografías corresponden al Archivo Fotográfico de la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo), incluido en la Memoria del Mundo de la UNESCO.

Fuente del Artículo:

https://elpais.com/elpais/2017/05/16/contrapuntos/1494954151_475437.html

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Afganistán: Las ONG piden el fin de los ataques a los trabajadores humanitarios

Afganistán/21 de Agosto de 2017/Telemadrid

Las ONG han pedido hoy, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el fin de los ataques contra los trabajadores humanitarios en conflictos, catástrofes y crisis.

Médicos del Mundo precisa que, en el primer semestre de este año, 62 miembros del colectivo sanitario han sido asesinados, han desaparecido, han resultado heridos o han sido asaltados en trece países como Siria, Pakistán, Afganistán, El Salvador, Ucrania, México o Nigeria.

«No solo queremos denunciar lo que se incumple, sino también proponer caminos alternativos a través de nuestra experiencia, como el refuerzo de los sistemas preventivos de seguridad», señala el presidente de Médicos del Mundo en España, José Félix Hoyo.

Desde su punto de vista, «el personal sanitario local debe estar amparado por el mismo sistema de protección que los equipos internacionales».

Médicos del Mundo ha puesto en marcha una campaña consistente en distorsionar su logotipo para mostrar que aquello en lo que no quiere convertirse: «Objetivos del Mundo».

«Las instalaciones sanitarias deben ser protegidas y, en ningún caso, atacadas deliberadamente. Hoy en día, el derecho humanitario no se respeta en absoluto: curar no debe ser considerado como un acto de guerra», indica la vocal de Programas Internacionales de Médicos del Mundo, Iria Galván.

Desde Acción contra el Hambre, su director general, Olivier Longué, subraya que los países donde los trabajadores humanitarios están más amenazados por la violencia y los ataques son los que necesitan ayuda humanitaria de manera más urgente.

«En 2016, cinco países afectados por conflictos concentraron la mayor parte de los principales ataques contra actores humanitarios, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen, zonas de guerra donde el derecho internacional humanitario ha quedado relegado», resalta Longué.

De Afganistán a Ucrania, de Nigeria a Yemen, de Sudán del Sur a Siria, «a pesar de los riesgos por falta de seguridad en estos países, nuestros equipos se han movilizado para desplegar la respuesta humanitaria necesaria», precisa Longué.

Acción contra el Hambre no solo pide el fin de estos conflictos, sino el respeto del derecho internacional humanitario para que las personas tengan acceso a los servicios básicos mínimos para tener una vida digna.

World Vision se ha unido a la campaña «No son un objetivo» para invitar a los líderes mundiales a garantizar la protección de civiles y trabajadores humanitarios.

Esta entidad pone de relieve el valor de los trabajadores humanitarios y reclama el fin de la violencia contra los niños, así como de la destrucción intencionada de los servicios médicos y educativos.

El Programa Mundial de Alimentos, la mayor agencia humanitaria que lucha contra el hambre en el mundo, expresa su apoyo a las personas que se encuentran atrapadas en conflictos y rinde homenaje a los trabajadores humanitarios que se preocupan por ellas.

Destaca el compromiso de los que trabajan para aliviar el sufrimiento y cubrir las necesidades de los más vulnerables en todos los rincones del mundo, con frecuencia, poniendo en peligro su propia seguridad.

 Fuente: http://www.telemadrid.es/noticias/sociedad/noticia/las-ong-piden-el-fin-de-los-ataques-los-trabajadores-humanitarios
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La paz depende de los docentes

19 de abril de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Rafael Orduz

Decenas de miles de maestros, por fuerza del conflicto, han venido trabajando desde el aula en construir valores para la convivencia en paz.

Las guerras empiezan de muchas maneras y por diferentes razones.  Quienes las terminan son los políticos. Sin embargo, la firma de acuerdos de paz, trátese de conflictos a escala internacional o de guerras locales, es solo un hito en un difícil proceso que puede tomar generaciones. Tiene que ver, principalmente, con el reconocimiento del otro, con la memoria. Puede ocurrir en Bosnia, Irlanda o Colombia.

Un actor clave en contribuir a voltear paradigmas, derribar prejuicios, reconstruir valores, aprender a convivir con los demás, particularmente los “enemigos”, sus descendientes o relacionados, es el maestro.

La polarización alrededor del acuerdo de paz, el resultado del plebiscito, las marchas del 1 de abril, al lado del silenciamiento de las armas y la reducción de muertes por el conflicto, son paradojas que ilustran los enormes retos que hay en adelante, que no son otros que los de construir valores compartidos para la convivencia en paz. Decenas de miles de docentes, por fuerza del conflicto, han venido trabajando en ello desde el aula.

Construir convivencia, recuperar la memoria ha tomado mucho tiempo en todas partes. La Segunda Guerra Mundial, al menos en Europa, terminó, oficialmente, en mayo del 45. Cesaron las actividades bélicas, unos se rindieron, otros vencieron. Alemania, además de la derrota y la destrucción, tuvo que lidiar con una culpa terrible, la del Holocausto. Los nacidos en los años siguientes a la terminación de la guerra, a pesar del “milagro alemán”, no tuvieron la oportunidad de hablar en casa o en el colegio acerca de lo sucedido. ¿Dónde estuvieron mi padre, mis tíos, mis abuelos? ¿Apoyaron a Hitler? Si era malo, ¿por qué le caminaron a la discriminación y el asesinato masivo? Preguntas imposibles de tratar debido a un mecanismo de supresión de la memoria. “De eso no se habla”, parecía un acuerdo tácito en los hogares.

Otra guerra, la fría, terminó con la caída del muro en el 89. Pasada la euforia inmediata, tuvo que pasar una generación para superar enormes prejuicios entre los alemanes occidentales y los orientales.

Treinta años nos demoramos en comenzar a hablar sobre lo ocurrido en Alemania entre el 33 y el 45, recuerda Ilse Schimpf- Herker, nacida en 1947, fundadora y directora del Instituto Paulo Freire de Berlín, dedicado, entre otras, a la pedagogía de la memoria. En el marco de un apasionante foro en el que docentes colombianos fueron los protagonistas*, me quedó claro que ellos han sido actores de primera línea, desde hace rato, de la reconstrucción de valores de convivencia en contextos de violencia.

Lea el contenido completo en Las2Orillas.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-paz-depende-de-los-docentes

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Cómo gestionar los conflictos con tus hijos sin castigarles

Por: Olga Carmona

Dejarnos llevar por el impulso, es lo fácil. Eso no es educar, es reaccionar

Tras mi artículo Educar sin castigos, de ninguna clase, os ofrezco varias pautas para conseguir negociar con tus hijos sin necesidad de recurrir a ellos. A la hora de valorar qué hacer frente a un “mal comportamiento” de un niño o niña, invito a una primera reflexión sobre si lo ocurrido es un mal comportamiento y para quién. Después planteo que no nos quedemos solo en cómo intervenir para enseñarles la forma adecuada de resolver un conflicto, sino ir más allá y tratar de entender por qué se provocó y qué está detrás de un mal comportamiento.

Es frecuente que detrás de algunas conductas inadecuadas lo que hay es simplemente una falta de herramientas y/o de información que hubieran permitido al niño actuar de otra manera.

Otras veces, las “malas” conductas encierran emociones dolorosas a situaciones para las que no tienen otra forma de gestionar ni de expresar, ni siquiera de identificar.

Por eso, como padres, como educadores, tenemos que trabajar en las dos direcciones paralelamente: la reflexión y la intervención.

Está sobradamente demostrado que el castigo no sirve para crear aprendizajes a largo plazo, no cambia las causas que provocan la conducta inapropiada y conduce a emociones negativas hacia quien lo impone, luego tenemos que habilitar otras maneras de enseñar a nuestros hijos a manejarse de formas más constructivas, tanto para ellos como para los demás. Esto exige, el empleo de una gran dosis de inteligencia emocional por nuestra parte y también de creatividad. Dejarnos llevar por el impulso, por el castigo cargado de impotencia, por la falta de alternativas, por la agresividad que algunas situaciones nos generan, es lo fácil, lo automático, para lo que estamos programados. Pero eso no es educar. Eso es reaccionar.

Educar requiere un máximo de paciencia, empatía y de creatividad. Requiere una intención voluntaria de desprogramarnos, requiere muchas veces una “silla de pensar” para nosotros. Un lugar donde, a solas y apartado de nuestro hijo, seamos capaces de calmarnos y recuperar cierta serenidad. A partir de ahí, podremos “accionar” en lugar de “reaccionar”, podremos conectarnos con la situación objetiva y valorar con suficiente distancia lo que de verdad ocurrió y hasta qué punto era tan importante. Podremos ejercer como educadores, no como parte del problema.

Así pues, este sería el primer paso ante un conflicto que nos provoca emociones intensas de ira o agresividad: no actuar. Si se trata de una agresión entre hermanos, poner a salvo al agredido y tratar de hacer lo posible por no formar parte del círculo vicioso y añadir más agresividad y tensión. El siguiente paso sería neutralizar también la intensa emoción que tiene tanto el agresor, como el agredido, priorizando a este último.

Si se trata de otro tipo de mal comportamiento, también suele desatar emociones muy fuertes en ellos y cuando su cerebro está inundado de cortisol (hormona del estrés) no escucha, no ve, no aprende. Está literalmente borracho de negatividad y nuestras palabras serán incluso contraproducentes, aún en el caso de que remotamente sean escuchadas.

El abrazo, si se deja, el acompañamiento tranquilo y silencioso, las palabras calmadas que no buscan culpables ni respuestas, ayudan a ir recuperando un estado donde sí será posible entenderse y tal vez, aprender algo.

Una vez sea posible iniciar un diálogo hay un lenguaje tóxico a evitar:

  • Las etiquetas: eres… (eres agresivo, eres lento).
  • Los absolutismos: siempre, nunca.
  • Las generalizaciones: No hay una sola vez que te diga que hagas los deberes y te pongas a la primera.
  • Las ironías.
  • Las metáforas, que a determinadas edades no entienden y te alejan de ser escuchado.

Las frases hechas.

  • Una comunicación efectiva, tras un conflicto requiere pautas muy sencillas pero que solo fluyen desde un estado de ánimo sereno y con ganas de construir:
  • Pedir al niño que describa lo ocurrido y escuchar sin corregirle, sin juzgarle.
  • Si no es capaz de hacerlo (por edad, por falta de recursos lingüísticos, etc), ayudarle a la reconstrucción de lo que ocurrió, tratando de bajar el lenguaje de forma que nos podamos entender.
  • Que intente identificar la emoción que le llevó a hacerlo y la que sintió después de haberlo hecho: “me enfadé tanto con mi hermano que le di con la caja”.
  • Reconocer la emoción y darle importancia. No queremos inhibir el sentir, sino enseñarles a identificar sus emociones para poderlas manejar. No está mal sentir cualquier cosa, es parte de la naturaleza humana y juzgarlas como malas o buenas invita a la culpa e impide su canalización.
  • Explicarle cómo nos hemos sentido nosotros frente a su mal comportamiento, con palabras certeras, llamando a cada emoción por su nombre: frustrado, enfadado, triste… Desde el “yo me he sentido”, jamás utilizaremos “me has hecho sentir”. Debes hacerte cargo de tus emociones, son tuyas, no suyas. Bastante tiene él o ella con empezar a conocerlas como para además ocuparse de las tuyas. Se supone que eres el que tiene la mayor cantidad de información.
  • Ayudarle a empatizar, buscando ejemplos muy cercanos, cotidianos, que le conecten con una emoción parecida. Sirven las pelis, los dibujos animados, los cuentos, algún incidente en clase… Recordemos que para educar necesitamos altas dosis de creatividad.
  • Recuerda lo hablado o vuelve a hablarlo las veces que hagan falta, cada vez que lo necesite. Sin caer en el hastío, en el “ya te lo he dicho” o peor, en el “te lo dije”.
  • El sentido el humor es un maravilloso comodín a la hora de educar. La risa desbloquea y sustituye el cortisol por endorfinas, creando un cerebro abonado para el aprendizaje, el que perdura. Solo aprendemos aquello que está asociado a una emoción. Entonces, tratemos de hacerlo en positivo

Otra cosa a tener en cuenta cuando educamos es saber que nuestro cerebro tiene serias dificultades para procesar el “No”. Por tanto, tengo muchas más opciones de ser escuchado cuando enuncio frases en positivo que en negativo: “no debes pegar a tu hermano” es mucho menos eficaz que “me gustaría que cuidaras a tu hermano un poco más”… hay mil ejemplos.

Reconoceremos cada éxito, pero mucho más cada intento.

Confía, confía, confía… si mandas el mensaje emocional de que no crees que será capaz de cambiar, de hacerlo mejor, no lo hará. Y lo peor, esa sensación le acompañará el resto de su vida. Te necesita para construirse. CONFÍA, con el corazón, con honestidad. Tiene todo el potencial para hacerlo, solo necesita tu mirada positiva.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/03/06/mamas_papas/1488792799_854703.html

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Según informe, los países más pobres albergan a la mayor cantidad de desplazados a la fuerza

28 de febrero de 2017/Fuente: ACNUR

De acuerdo con un nuevo estudio del ACNUR, la mayoría de los 3,2 millones de personas que se vieron obligadas a huir de sus hogares en el primer semestre de 2016, encontraron la seguridad en países con ingreso medio o bajo.

Los conflictos, la persecución y la violencia desplazaron a por lo menos 3,2 millones de personas durante el primer semestre de 2016, donde los países de ingreso medio jugaron un papel fundamental en brindarle albergue a los desplazados, según un nuevo informe del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados.

1,7 millones de personas se desplazaron por primera vez dentro de sus propios países, mientras que 1,5 millones cruzaron una frontera internacional, demostró el informe de Tendencias de Mitad de Año 2016 del ACNUR.

Mientras que el número de nuevos desplazados fue un tercio menor que durante el mismo periodo en 2015, cuando 5 millones de personas se desplazaron por primera vez, el total global continúa aumentando. Para las personas refugiadas, los prospectos de retornar a sus hogares continúan escasos a medida que los conflictos se intensificaron.

Más de la mitad de los nuevos refugiados de la primera mitad de 2016 huyeron del conflicto en Siria, y la mayoría de ellos se quedó en países de la región: Turquía, Jordania, Líbano y Egipto. Otros grupos de importante tamaño huyeron de Irak, Burundi, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Eritrea, Somalia, Sudán y Sudán del Sur.

A pesar de ser de menor escala que la crisis en Siria, la situación de refugiados en Sudán del Sur continúa creciendo y afecta a algunos de los países menos desarrollados del mundo: incluyendo a Sudán, Uganda, Kenia, RDC, la RCA y Etiopía. A mediados de 2016, había un total de 854.200 refugiados de Sudán del Sur, un aumento de más de ocho veces en tres años. Las cifras crecieron aún más durante el segundo semestre de 2016.

De todos los países, Turquía acogió a la mayor cantidad de refugiados, albergando a 2,8 millones para mediados de 2016. Seguido por Pakistán (1,6 millones), Líbano (1 millón), Irán (978.000), Etiopía (742.700), Jordania (691.800), Kenia (523.500), Uganda (512.600), Alemania (478.600) y Chad (386.100).

“Actualmente enfrentamos una crisis no tanto de números, sino de cooperación y solidaridad, especialmente debido a que los refugiados se quedan en los países vecinos a sus patrias destruidas por la guerra”, dijo el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi.

“Los principales contribuyentes que le brindan un lugar seguro a las personas desplazadas en el mundo son las comunidades más pobres”.

Al comparar el número de refugiados con el tamaño de la población de un país o su economía, el informe del ACNUR pone la contribución de las naciones anfitrionas en un fuerte contexto. Por ejemplo, en relación con el tamaño de sus poblaciones, el Líbano y Jordania acogen al mayor número de refugiados, mientras que en términos de situación económica, la mayor carga la llevan Sudán del Sur y Chad.

De acuerdo con la última medida económica, ocho de cada diez de los principales países que albergan a refugiados están en África, con los dos restantes en el Medio Oriente. Líbano y Jordania se encuentran entre los principales diez países de acogida en todas las categorías: números absolutos, contribución económica y per cápita.

A mediados de 2016, los sirios continuaron siendo el mayor grupo de refugiados en el mundo, representando el 32 por ciento (5,3 de los 16,5 millones) del total global bajo el mandato del ACNUR.

Otro hallazgo clave del informe del ACNUR es que las solicitudes de reasentamiento aumentaron, lo que refleja un aumento de los espacios asignados al programa por un grupo cada vez mayor de países. Más de 81.100 personas fueron sometidas a 34 estados en la primera mitad de 2016, con la cifra final anual superando los 160.000, una cifra máxima en 20 años, y que representa más del doble del número de solicitudes de 2012.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/segun-informe-los-paises-mas-pobres-albergan-a-la-mayor-cantidad-de-desplazados-a-la-fuerza/

Imagen: www.acnur.org/fileadmin/_processed_/csm_02.2017.27_Estad_isticas_26c043af70.jpg

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Un millón de niños necesita ayuda en Ucrania

Kiev / 22 de febrero de 2017 / Fuente: https://www.unicef.org

Se cumple el tercer aniversario del conflicto en el este del país

Un millón de niños necesita asistencia humanitaria urgente en Ucrania, casi el doble que el año pasado por estas fechas, debido al conflicto en el este del país, que entra en su cuarto año.

Este aumento de unos 420.000 niños y niñas se debe a los constantes combates y al continuo deterioro de las condiciones de vida de la población en esta zona de Ucrania, donde 1,7 millones de personas están desplazadas. Muchas familias han perdido sus ingresos, sus beneficios sociales y el acceso a atención sanitaria, mientras los precios han aumentado considerablemente. Además más de 740 escuelas, 1 de cada 5, han sido dañadas o destruidas.

“Esta es una emergencia invisible, una crisis que la mayor parte del mundo ha olvidado”, explica Giovanna Barberis, representante de UNICEF en Ucrania. “Los niños en el este del país llevan tres años viviendo bajo la constante amenaza de combates y bombardeos impredecibles. Sus escuelas han sido destruidas, se han visto obligados a dejar sus hogares, y se les ha cortado servicios básicos como la calefacción y el agua”.

Las violaciones diarias del alto el fuego ponen en riesgo el bienestar de los niños y su seguridad física y psicológica. La situación es especialmente grave para los aproximadamente 200.000 niños y niñas que viven en un radio de 15 kilómetros a ambos lados de la “línea de contacto” que separa las zonas – tanto las que controla el gobierno como las que no- donde los combates son más intensos.

En esta área, 19.000 niños se enfrentan al peligro constante de las minas y otros artefactos explosivos sin detonar. Además, 12.000 niños viven en comunidades que sufren bombardeos al menos una vez al mes. Miles de niños se ven obligados de manera habitual a protegerse en refugios antiaéreos.

Los profesores, los psicólogos y los propios padres confirman que los niños muestran síntomas de una grave angustia psicosocial, como pesadillas, agresividad, aislamiento social y pánico causado por ruidos fuertes.

UNICEF exige una vez más a ambos bandos que se comprometan inmediatamente de nuevo al alto el fuego firmado en Minsk en agosto de 2015, que respeten el Derecho Internacional Humanitario y que permitan el acceso humanitario ilimitado.

UNICEF está haciendo un llamamiento por valor de 31,3 millones de dólares para proporcionar a los niños afectados por el conflicto y sus familias apoyo sanitario y nutricional, educación, agua potable, higiene y saneamiento y protección. Hasta ahora, solo el 10% del llamamiento ha recibido fondos.

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Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94886.html

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