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Pedagogía de la Tierra y Cultura de la Sustentabilidad

América del Sur/Brasil/Julio del 2016/Moacir Gadotti/www.uyitskaan.org/

Por primera vez en la historia de la humanidad, no por efecto de armas nucleares, pero por el descontrol de la producción, podemos destruir toda la vida del planeta. Es a esa posibilidad que podemos llamar la era de la exterminación.

Pasamos del modo de producción al modo de la destrucción; tendremos que vivir de ahora en adelante enfrentando el permanente desafío de reconstruir el planeta. Tenemos quizás un poco más de 50 años para decidir si deseamos o no destruir el planeta. Los paradigmas clásicos que orientaron hasta ahora la producción y la reproducción de la existencia en el planeta pusieron en riesgo no solamente la vida del ser humano, sino todas las formas de vida existentes en la Tierra.

Las alertas se han dado durante varias décadas por científicos y filósofos desde los años ’60. Necesitamos de un nuevo paradigma que tenga como fundamento la Tierra. Por otra parte, vivimos en una era de la información próspera en tiempo real, de la globalización de la economía, pero para pocos, de la realidad virtual, de la Internet, de la eliminación de fronteras entre naciones, de educación a distancia, de oficinas virtuales, de robótica y de sistemas de producción automatizados y del entretenimiento. Vivimos el ciberespacio de la formación continuada.

Las nuevas tecnologías de información y de comunicación marcaron todo el siglo XX. Marx sostenía que el cambio en los medios de producción transformaba el modo y las relaciones de producción. Eso mismo sucedió con la invención de la escritura, del alfabeto, de la prensa, de la televisión y hoy está sucediendo con la Internet.

El desarrollo espectacular de la información, ya sea en lo que dice respecto a las fuentes, ya sea la capacidad de difusión, está generando una verdadera revolución que afecta no solamente la producción y el trabajo, pero principalmente la educación y la formación. El escenario está dado: globalización provocada por el avance de la revolución tecnológica, caracterizada por la internacionalización de la producción y por la expansión de los flujos financieros; regionalización caracterizada por la formación de bloques económicos; fragmentación que divide globalizadores y globalizados, centro y periferia, los que mueren de hambre y los que mueren por el excesivo consumo de alimentos, rivalidades regionales, enfrentamientos políticos, étnicos y confesionales, terrorismo.

El término «sustentabilidad» puede no ser muy apropiado para lo que pretendemos exponer a continuación, que es darle a ese concepto un nuevo significado. De hecho, es un término «sustentable» que asociado al desarrollo, sufrió un gran desgaste. Mientras para algunos es solamente un rótulo, para otros se tornó la propia expresión del absurdo lógico: desarrollo y sustentabilidad serian lógicamente incompatibles. Para nosotros es más que un calificativo del desarrollo. Va más allá de la preservación de los recursos naturales y de la viabilidad de un desarrollo sin agresión al medio ambiente. Implica un equilibrio del ser humano con él mismo y con el planeta, más aún, con el universo.

La sustentabilidad que defendemos se refiere al propio sentido de lo que somos, de dónde venimos y para donde vamos, como seres del sentido y donantes de sentido de todo lo que nos rodea.

Ese tema deberá dominar los debates educativos de las próximas décadas. ¿Qué estamos estudiando en las escuelas? ¿No estaremos construyendo una ciencia y una cultura que sirven para la degradación del planeta y de los seres humanos? La categoría de sustentabilidad debe ser asociada a la de planetaridad. La Tierra como un nuevo paradigma. Complejidad, universalidad, y la transdisciplinable aparecen como categorías asociadas al tema de planetaridad. ¿Qué implicaciones tiene esa visión del mundo sobre la educación?

El tema nos transporta a una ciudadanía planetaria, a una civilización planetaria, una conciencia planetaria. Una cultura de la sustentabilidad es también, por tanto, una cultura de planetaridad, o sea, una cultura que parte del principio de que la Tierra es constituida por una sola comunidad de seres humanos, los terráqueos, y que son ciudadanos de una única nación.

1. Sociedad sustentable Nuestra intención es lanzar a continuación el debate a respecto a una Pedagogía de la Tierra, que comprenda la ecopedagogía y la educación sustentable. Ese debate ya tuvo su inicio con el nacimiento del concepto de «desarrollo sustentable» utilizado por primera vez por la ONU en 1979, indicando que el desarrollo podría ser un proceso integral que debería incluir las dimensiones culturales, étnicas, políticas, sociales, y ambientales, y no solamente las dimensiones económicas. Ese concepto fue diseminado mundialmente por los informes del Worldwatch Institute en la década de los 80 y particularmente por el informe «Nuestro Futuro Común» elaborado por la Comisión de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en 1987.

Muchas fueron las críticas hechas a ese concepto posteriormente, en numerosas ocasiones por su uso reducible y trivialización, a pesar de parecer «políticamente correcto» y «moralmente noble». Existen otras expresiones que tienen una base conceptual común y que son complementarias, tales como: «desarrollo humano», «desarrollo humano sustentable» y «transformación productiva con equidad». La expresión «desarrollo humano» tiene la ventaja de situar el ser humano en el centro del desarrollo. El concepto de desarrollo humano, cuyos ejes centrales son «equidad» y «participación», es un concepto aún en fase evolutiva y que se opone a la concepción neoliberal del desarrollo. Concibe la sociedad desarrollada como una sociedad equitativa que será lograda a través de la participación de las personas. Como el concepto de desarrollo sustentable, el concepto de desarrollo humano es mucho más amplio y, algunas veces, aún un poco vago. Las Naciones Unidas, en los últimos años, pasaron a usar la expresión «desarrollo humano» como indicador de calidad de vida basada en índices de salud, longevidad, madurez psicológica, educación, ambiente limpio, espíritu comunitario y entretenimiento creativo, que son también los indicadores de una sociedad sustentable, o sea, una sociedad capaz de satisfacer las necesidades de las generaciones de hoy sin comprometer la capacidad ni las oportunidades de las generaciones futuras.

Las críticas al concepto de desarrollo sustentable y a la propia idea de sustentabilidad parten del hecho que el ambientalismo trata separadamente los asuntos sociales y los asuntos ambientales. El movimiento conservacionista apareció como una tentativa elitista de los países ricos en el sentido de reservar grandes áreas naturales preservadas para su entretenimiento y contemplación, la Amazonía, por ejemplo.

No era una preocupación por la sustentabilidad del planeta, pero sí por la continuidad de sus privilegios, en contraste con las necesidades de la mayoría de la población. Ante esas críticas, el éxito de la lucha ecológica hoy depende mucho de la capacidad de los ecologistas de convencer a la mayoría de la población, al sector más pobre, de que se trata no solamente de limpiar los ríos, descontaminar el aire, reforestar los campos devastados para que podamos vivir en un planeta mejor en un futuro distante. Se trata de dar una solución, simultáneamente, a los problemas ambientales y a los problemas sociales. Los problemas que trata la ecología afectan no sólo al medio ambiente, sino que afectan al ser más complejo de la naturaleza que es el ser humano.

El concepto de «desarrollo» no es un concepto neutro. Tiene un contexto bien definido dentro de una ideología del progreso, que supone una concepción de historia, de economía, de sociedad y del propio ser humano. El concepto fue utilizado en una visión colonizadora, durante muchos años, la cual dividió a los países del globo en «desarrollados», «en desarrollo» y «subdesarrollados»… sujeto siempre a un patrón de industrialización y de consumo. Este concepto supone que todas las sociedades deberán orientarse por una única vía de acceso al bienestar y a la felicidad, alcanzables únicamente por la acumulación de bienes materiales. Se impusieron metas de desarrollo por medio de políticas económicas neo-colonialistas de los países llamados «desarrollados», en muchos casos, con un gran aumento de la miseria, de la violencia y del desempleo.

Conjuntamente con ese modelo económico, con sus ajustes a veces criminosos, fueron trasplantados valores éticos e ideales políticos que condujeron a la falta de estructuración de pueblos y naciones. No es de sorprenderse, por lo tanto, que muchos tengan reservas cuando se habla en desarrollo sustentable.

El tema desarrollo llevó a una «agonía del planeta». Tenemos hoy conciencia de una inminente catástrofe si no traducimos esa conciencia en acciones para retirar del desarrollo esa visión predatoria, concebirlo de una forma más antropológica y menos economista y salvar la Tierra.

Parece claro que entre sustentabilidad y capitalismo existe una incompatibilidad de principios. Esa es una contradicción de base que está incluso en el centro de todos los debates de la Carta de la Tierra y que puede hacerla inviable. Se intenta conciliar dos términos inconciliables. No son inconciliables en sí, metafísicamente. Son inconciliables en el actual contexto de la globalización capitalista. El concepto de desarrollo sustentable es impensable e inaplicable en ese contexto. El fracaso de la Agenda 21 lo demuestra. En ese contexto, el «desarrollo sustentable» es tan inconciliable como la «transformación productiva con equidad» defendida por la CEPAL. ¿Cómo puede existir un crecimiento con equidad, un crecimiento sustentable en una economía volcada hacía la ganancia, por la acumulación ilimitada, por la exploración del trabajo y no por las necesidades de las personas? Llevado a sus últimas consecuencias, la utopía o el proyecto del «desarrollo sustentable», pone en duda no solamente el crecimiento económico ilimitado y predador de la naturaleza, sino las formas de la producción capitalista. Eso solamente tendría sentido en una economía solidaria, una economía volcada a la «compasión» y no a la ganancia

Los graves problemas socio-ambientales y las críticas al modelo de desarrollo fueron generando en la sociedad mayor conciencia ecológica en las últimas décadas. Aunque esa conciencia no haya aún provocado cambios significativos en el modelo económico y en los rumbos de las políticas gubernamentales, algunas experiencias concretas apuntan hacia una creciente sociedad sustentable en marcha, como lo demostró la Conferencia de Asentamientos Humanos Hábitat II, organizada por las Naciones Unidas en Estambul, Turquía, en 1997. En esa Conferencia fueron presentadas experiencias concretas de lucha contra la «crisis urbana», como es la violencia, el desempleo, la falta de vivienda, transporte y salubridad, que viene degradando el medio ambiente y la calidad de vida. Esas experiencias apuntan hacia el nacimiento de una ciudad sustentable. Las políticas de sustentabilidad económica y social, poco a poco, van apareciendo, constituyéndose en una esperanza real de que aún estamos a tiempo para enfrentar «nuestros desafíos globales».

2. Educación sustentable La sensación de pertenencia al universo no comienza en la edad adulta, ni tampoco por un acto razonable. Desde la infancia, nos sentimos unidos con algo que es mucho mayor que nosotros. Desde niños nos sentimos profundamente unidos al universo y nos colocamos delante de él con una expresión mixta de respeto y asombro. A través de nuestra vida, buscamos respuestas a lo que somos, de dónde vinimos, para dónde vamos, en fin, cual es el sentido de nuestra existencia. Es una búsqueda incesante que jamás termina. La educación puede jugar un papel preponderante en ese proceso si nos enseña a valorar muchos asuntos filosóficas fundamentales, pero también, se logra explorar al lado del conocimiento esa capacidad que todos tenemos de encantarnos con nuestro universo. Hoy, tomamos conciencia de que el sentido de nuestras vidas no está separado del sentido del propio planeta. Frente a la degradación de nuestras vidas en el planeta llegamos a una verdadera encrucijada entre un caminoTecnozoico, que pone toda la fe en la capacidad de la tecnología de sacarnos de la crisis sin cambiar nuestro estilo contaminador y consumista de vida, y un camino Ecozoico, basado en una nueva relación saludable con el planeta, reconociendo que somos parte de un mundo natural, viviendo en armonía con el universo, caracterizado por las actuales preocupaciones ecológicas. Tenemos que escoger. Esto definirá nuestro futuro. Realmente, no me parece que sean caminos totalmente opuestos. La tecnología y el humanismo no se contraponen. Pero, claro está, hubo excesos en nuestro estilo contaminador y consumista de vida que no es producto de la tecnología, sino del modelo económico. Esto es lo que debe ser visto como la causa, y constituye uno de los roles en el que deberá orientarnos la educación sustentable o ecológica.

El desarrollo sustentable, visto de una forma crítica, tiene un componente educativo formidable: la preservación del medio ambiente depende de una conciencia ecológica y la formación de la conciencia depende de la educación. Aquí entra en escena la Pedagogía de la Tierra, la ecopedagogía. Ésta constituye una pedagogía para la promoción del aprendizaje del «sentido de las cosas a partir de la vida cotidiana», como dicen Francisco Gutiérrez y Cruz Prado en su libro ecopedagogía y ciudadanía planetaria (São Paulo, IPF/Cortez, 1998). Encontramos el sentido al caminar, viviendo el contexto y el proceso de abrir nuevos caminos; no solamente observando el camino.

Es, por consiguiente, una pedagogía democrática y solidaria. La investigación de Francisco Gutiérrez y Cruz Prado sobre la ecopedagogía se originó en la preocupación en el sentido de la vida cotidiana. La formación está ligada al espacio/tiempo en el cual se realizan concretamente las relaciones entre el ser humano y el medio ambiente. Éstas se encuentran sobre todo a nivel de sensibilidad del individuo, mucho más que en a nivel de la conciencia. Por lo tanto, se encuentran mucho más al nivel de la subconciencia: no las percibimos y, muchas veces, no sabemos cómo suceden. Es necesaria una ecoformación para volverlas conscientes. Y la ecoformación necesita de una ecopedagogía. Como destaca Gastón Pineau en su libro De l’air: essai sur l’écoformation (París, Païdeia, 1992) una serie de referencias se asocian para eso:

la inspiración bachelardiana, los estudios del imaginario, el abordaje de la transversalidad, de la transdisciplinalidad y de la interculturalidad, el constructivismo y la pedagogía de la alternancia. Necesitamos una ecopedagogía y una ecoformación hoy, necesitamos de una Pedagogía de la Tierra, justamente

Necesitamos una ecopedagogía y una ecoformación hoy, necesitamos de una Pedagogía de la Tierra, justamente porque sin esa pedagogía para la reeducación del hombre o la mujer, principalmente del hombre occidental, prisionero de una cultura cristiana predatoria, no podremos hablar más de la Tierra como un hogar, como un abrigo, para el «bicho-hombre», como lo dice Paulo Freire. Sin una educación sustentable, la Tierra continuará solamente siendo considerada como el espacio de nuestro sustento y del dominio técnico-tecnológico, objeto de nuestras investigaciones, ensayos, y, algunas veces, de nuestra contemplación. Pero no será el espacio de vida, el espacio de nuestro abrigo, del «cuidado» (Leonardo Boff, Saber cuidar, Petrópolis, Vozes, 1999). No aprendemos a amar la Tierra leyendo libros sobre esa materia, ni tampoco en libros de ecología integral. La experiencia propia es lo que cuenta. Sembrar y acompañar el crecimiento de un árbol o de una plantita, caminando por las calles de la ciudad o aventurándose en una floresta, escuchando el canto de los pájaros en las mañanas asoleadas o quien sabe, observando como el viento mueve las hojas, sintiendo la arena caliente de nuestras playas, mirando las estrellas en una noche oscura.

Existen muchas formas de encantamiento y de emoción frente a las maravillas que la naturaleza nos brinda. Es lógico que exista la polución, la degradación ambiental para recordarnos que podemos destruir esa maravilla y para formar nuestra conciencia ecológica y movernos hacia la acción.

Acariciar una planta, contemplar con ternura una puesta del sol, oler el perfume de una hoja de pitanga (frutilla), de guayaba, de naranja o de ciprés, del eucalipto… son múltiples formas de vivir en relación permanente con este planeta generoso y compartir la vida con todos los que en él habitan o lo componen. La vida tiene sentido, pero ella sólo existe cuando existe en relación. Como dice el poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade: «Soy un hombre disuelto en la naturaleza. Estoy floreciendo en todos los robles». Eso Drummond sólo podría decirlo aquí en la Tierra. Se estuviese en otro planeta del sistema solar, no diría lo mismo. Solamente la Tierra es amigable con el ser humano. Los demás planetas son, honestamente, hostiles a él, aunque hayan sido originados por el mismo polvo cósmico. ¿Existirán otros planetas fuera del sistema solar que alberguen vida, quizás una vida inteligente? Si tomamos en consideración que la materia de la cual se originó el universo es la misma, es muy probable que así sea. Pero, por ahora, solo contamos con uno que es indudablemente nuestro amigo.

Tenemos que aprender a amarlo. ¿Cómo se traduce en la educación el principio de la sustentabilidad? Se traduce por preguntas como: ¿Hasta qué punto hay sentido en lo que hacemos? ¿Hasta qué punto nuestras acciones contribuyen con la calidad de vida de los pueblos y con su felicidad? ¿Es la sustentabilidad un principio reorientador de la educación y principalmente de los currículos, objetivos y métodos? Es en ese contexto de evolución de la propia ecología que aparece, y que aún gatea, lo que llamamos «ecopedagogía», inicialmente llamada de «pedagogía del desarrollo sustentable» y que hoy ultrapasó ese sentido.

La ecopedagogía se está desarrollando sea como un movimiento pedagógico, sea como un abordaje curricularComo la ecología, la ecopedagogía también puede ser entendida como un movimiento social y político. Como todo movimiento nuevo, en proceso, en evolución, él es complejo y, puede tomar diferentes direcciones, y algunas veces contradictorias. Él puede ser entendido diferentemente como lo son las expresiones «desarrollo sustentable» y «medio ambiente». Existe una visión capitalista del desarrollo sustentable y del medio ambiente que, por ser anti-ecológica, debe ser considerada como una «trampa», como viene argumentando Leonardo Boff.

La ecopedagogía también implica una reorientación de los currículos para que incorporen ciertos principios defendidos por ella. Estos principios deberían, por ejemplo, orientar la concepción de los contenidos y la elaboración de los libros didácticos. Jean Piaget nos enseñó que los currículos deben contemplar lo que es significativo para el alumno. Sabemos que eso es correcto, pero incompleto. Los contenidos curriculares tienen que ser significativos para el alumno, y solo serán significativos para él, si esos contenidos son significativos también para la salud del planeta, para un contexto más amplio.

Colocada en este sentido, la ecopedagogía no es una pedagogía a más, al lado de otras pedagogías. Ella solo tiene sentido como proyecto alternativo global donde la preocupación no está apenas en la preservación de la naturaleza (Ecología Natural) o en el impacto de las sociedades humanas sobre los ambientes naturales (Ecología Social), pero en un nuevo modelo de civilización sustentable desde el punto de vista ecológico (Ecología Integral) que implica un cambio en las estructuras económicas, sociales y culturales. Ella está unida, por lo tanto, a un proyecto utópico: cambiar las relaciones humanas, sociales y ambientales que tenemos hoy. Aquí está el sentido profundo de la ecopedagogía, el de una Pedagogía de la Tierra, como la llamamos.

La ecopedagogía no se opone a la educación ambiental. Todo lo contrario, para la ecopedagogía la educación ambiental es una conjetura. La ecopedagogía la incorpora y ofrece estrategias, propuestas y medios para su realización concreta. Fue justamente durante la realización del Foro Global 92, en el cual se discutió mucho la educación ambiental, que se percibió la importancia de una pedagogía del desarrollo sustentable o de una ecopedagogía. Hoy, sin embargo, la ecopedagogía se ha convertido en un movimiento y en una perspectiva de educación mayor que una pedagogía del desarrollo sustentable. Ésta se inclina más hacia la educación sustentable, hacia una ecoeducación, que es mucho más amplia que la educación ambiental. La educación sustentable no se preocupa solamente por una relación saludable con el medio ambiente, sino también con el sentido más profundo de lo que hacemos con nuestra existencia, a partir de nuestra vida cotidiana.

Conciencia planetaria, ciudadanía planetaria, civilización planetaria La globalización, impulsada sobre todo por la tecnología, parece determinar cada vez más nuestras vidas. Las decisiones sobre lo que nos pasa en nuestro día a día parece que se nos escapa, por tomarlas lejos de nosotros mismos, comprometiendo nuestro papel de sujetos de la historia. Pero esto no está bien. Como fenómeno y como proceso, la globalización se volvió irreversible, pero no ese tipo de globalización. el globalismo. al cual estamos sometidos hoy: la globalización capitalista. Sus efectos más inmediatos son el desempleo, la profundización de las diferencias entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco, la pérdida de poder y autonomía de muchos Estados y de muchas Naciones.

Tenemos entonces que distinguir los países que hoy comandan la globalización, los globalizadores (países ricos), de los países que sufren la globalización, los países globalizados (pobres). Dentro de este complejo fenómeno podemos distinguir también la globalización económica, realizada por las transnacionales, de la globalización de la ciudadanía. Ambas se utilizan de la misma base tecnológica, pero con lógicas opuestas. La primera, sometiendo Estados y Naciones, es comandada por el interés capitalista; la segunda globalización es la realizada a través de la Organización de la Sociedad Civil. La Sociedad Civil globalizada es la respuesta que la Sociedad Civil como un todo y las ONGs están dando hoy a la globalización capitalista. En este sentido, el Foro Global 92 se constituyó en un evento de los más significativos del final del siglo XX: dio gran impulso a la globalización de la ciudadanía. Hoy, el debate con relación a la Carta de la Tierra se está constituyendo en un factor importante de construcción de esta ciudadanía planetaria. Cualquier pedagogía, pensada fuera de la globalización y del movimiento ecológico, tiene hoy serios problemas de contextualización.

«Extranjero yo no voy a ser. Ciudadano del mundo yo soy», dice una de las letras de una música cantada por el cantante brasileño Milton Nascimento. Si los niños de nuestras escuelas entendiesen con profundidad el significado de las palabras de esta canción, estarían iniciando una verdadera revolución pedagógica y curricular. ¿Cómo puedo sentirme extranjero en cualquier territorio del planeta si pertenezco a un único territorio, la Tierra? ¡No hay lugar para extranjero entre los terráqueos, en la Tierra! Si soy ciudadano del mundo, no pueden existir para mí las fronteras. Las diferencias culturales, geográficas, raciales y todas las demás diferencias se debilitan, frente de mi sentimiento de pertenencia a la Humanidad.

La noción de ciudadanía planetaria (mundial) se sustenta en la visión unificadora del planeta y de una sociedad mundial. Ella se manifiesta en diferentes expresiones: «nuestra humanidad común», «unidad en la diversidad», «nuestro futuro común», «nuestra patria común», «ciudadanía planetaria». Ciudadanía Planetaria es una expresión adoptada para expresar un conjunto de principios, valores, actitudes y comportamientos que demuestra una nueva percepción de la Tierra como una única comunidad, con frecuencia asociada al «desarrollo sustentable», mucho más amplia de lo que esa relación con la economía. Se trata de un punto de referencia ético indisociable de la civilización planetaria y de la ecología. La Tierra es «Gaia», un súper organismo vivo y en evolución, todo lo que sea hecho en ella se verá reflejado en todos sus hijos.

La cultura de la sustentabilidad supone una pedagogía de sustentabilidad que tome conciencia de la gran tarea de formar la ciudadanía planetaria. Ese es un proceso ya en marcha. La educación para la ciudadanía planetaria está comenzando a través de numerosas experiencias que, aunque muchas de ellas sean locales, apuntan hacia una educación para sentirnos miembros mucho más allá de la Tierra, para vivir una ciudadanía cósmica. Los desafíos son enormes tanto para los educadores como para los responsables de los sistemas educativos. Pero ya existen ciertas señales, en la propia sociedad, que apuntan hacia una creciente búsqueda no solamente de temas espirituales y de autoayuda, sino de un conocimiento científico más profundo del universo.

Movimiento por la ecopedagogía Esa travesía del milenio se caracteriza por un gran avance tecnológico y también por una enorme inmadurez política: mientras que la Internet nos pone en el centro de la Era de la Información, el gobierno humano sigue siendo muy pobre, generando miserias y deterioración. Podemos destruir toda la vida del planeta. Quinientas (500) empresas transnacionales controlan un 25% de la actividad económica mundial y un 80% de las innovaciones tecnológicas. La globalización económica capitalista debilitó los Estados Nacionales imponiendo límites para su autonomía, subordinándolos a la lógica económica de las transnacionales. Gigantescas deudas externas gobiernan algunos países e impiden la implantación de políticas sociales ecualizadores.

Las empresas transnacionales trabajan para 10% de la población mundial que se sitúa en los países más ricos, generando una tremenda exclusión. Ese es el escenario de la travesía, un escenario aún más problemático por la falta de alternativas. Los paradigmas clásicos están agotando sus posibilidades de responder adecuadamente a ese nuevo contexto. No logran explicar esa travesía, mucho menos, pasar por ella.

Muchos falsos profetas y charlatanes ofrecen soluciones mágicas. Una nueva espiritualidad surge muy bien aprovechada por las merco-religiones. La respuesta dada por el estatismo burocrático y autoritario es tan deficiente como el neoliberalismo del dios mercado. El neoliberalismo propone más poder para las transnacionales y los estadistas proponen más poder para el Estado, reforzando sus estructuras. En el medio de todo eso está el ciudadano común que no es, ni empresario, ni Estado. La respuesta parece estar más allá de estos dos modelos clásicos, pero seguramente no en una supuesta «tercera vía» que desea solamente dar sobrevida al capitalismo sofisticando la dominación política, la exploración económica y provocando una enorme exclusión social. La respuesta parece venir hoy del fortalecimiento del control ciudadano frente al Estado y al Mercado, a la Sociedad Civil fortaleciendo su capacidad de gobernarse y controlar el desarrollo. Aquí entra el papel importante de la educación, de la formación para la ciudadanía activa.

Podemos decir que hay una comunidad sustentable que vive en armonía con su medio ambiente, no provocando daños a otras comunidades, ni para la comunidad de hoy, y ni para la de mañana. Y eso no puede constituirse solamente en un compromiso ecológico, pero ético-político, alimentado por una pedagogía, o sea, por una ciencia de la educación y una práctica social definida. En ese sentido, la ecopedagogía, inserta en ese movimiento socio-histórico, formando ciudadanos capaces de escoger los indicadores de calidad de su futuro, se constituye en una pedagogía completamente nueva e intensamente democrática.

Las pedagogías clásicas eran antropocéntricas. La ecopedagogía parte de una conciencia planetaria (géneros, especies, reinos, educación formal, informal y no-formal…). Ampliemos nuestro punto de vista. Del hombre para el planeta, por encima de géneros, especies y reinos. De una visión antropocéntrica para una conciencia planetaria, para una práctica de ciudadanía planetaria y para una nueva referencia ética y social: la civilización planetaria. No se puede decir que la ecopedagogía representa ya una tendencia concreta y notable en la práctica de la educación contemporánea. Si ella ya tuviera sus categorías definidas y elaboradas, ella estaría totalmente equivocada, pues una perspectiva pedagógica no puede nacer de un discurso elaborado por especialistas. Al contrario, el discurso pedagógico elaborado es el que nace de una práctica concreta, probada y comprobada.

Laecopedagogía está aún en formación y en formulación como teoría de la educación. Ella está manifestándose en muchas prácticas educativas que el «Movimiento por la ecopedagogía», liderado por el Instituto Paulo Freire, intenta congregar. El Movimiento por la ecopedagogía, nacido en el seno de la iniciativa de la Carta de la Tierra, está dando apoyo al proceso de discusión de la Carta de la Tierra, indicando justamente una metodología apropiada que no sea la metodología de la simple «proclamación» gubernamental, de una declaración formal, pero la traducción de un proceso vivido y por la participación crítica de la «demanda», como lo dice Francisco Gutiérrez. La Carta de la Tierra debe ser entendida sobretodo como un movimiento ético global para llegarse a un código de ética planetario, sosteniendo un núcleo de principios y valores que hacen frente a la injusticia social e a la falta de equidad reinante en el planeta. Cinco cimientos sostienen a ese núcleo: a) derechos humanos; b) democracia y participación; c) equidad; d) protección de la minoría; e) resolución pacífica de los conflictos. Esos cimientos son frutos de una visión del mundo solidaria y respetuosa de la diferencia (conciencia planetaria). El intercambio planetario que ocurre hoy en función de la expansión de las oportunidades de acceso a la comunicación, notablemente a través de la Internet, deberá facilitar el diálogo ínter y transcultural y el desarrollo de esta nueva ética planetaria. La campaña de la Carta de la Tierra agrega un nuevo valor y ofrece un nuevo impulso a ese movimiento por la ética en la política, en la economía, en la educación, etc. Ella se hará realmente fuerte y, quizás, decisiva, en el momento en que representar un proyecto de futuro un contra proyecto global y local al proyecto político-pedagógico, social y económico neoliberal, que no solamente es intrínsecamente insostenible, como también esencialmente injusto y deshumano.

La Tierra como paradigma Gaia, igual vida. Muchos entienden que es ilegítimo considerar la Tierra como un organismo vivo. Esta calidad la Tierra no tendría. Miremos la vida solamente por la percepción que tenemos de la nuestra y de la vida de los animales y de las plantas. Es verdad, no tenemos el distanciamiento que tienen, en el espacio, los astronautas, pero podemos tener el mismo distanciamiento de los astronautas en el tiempo, mucho más dilatado que el nuestro propio tiempo de vida. La «hipótesis Gaia» que concibe la Tierra como un súper organismo complejo, vivo y en evolución, encuentra respaldo en su historia de billones de años. La primera célula apareció hace ya 4 billones de años. De ese tiempo hacia ahora el proceso evolucionado de la vida no ha cesado de presentar complejidad, formando ecosistemas interdependientes dentro del macrosistema Tierra que, por su vez, es un microsistema, si comparado con el macrosistema del Universo. Solamente logramos entender la Tierra como un ser vivo distanciándonos de ella en el tiempo y en el espacio.

La visión que los astronautas tuvieron «de lejos» los cambió muchísimo a ellos y también a nosotros mismos que no vivimos directamente esa fantástica experiencia. No solo ella fue vista como una bola azul en el medio de la oscuridad del universo, pero fue percibida como una sola unidad. Por lo tanto interfirió también en la visión que tenemos de nosotros mismos, como una «única comunidad» (Leonardo Boff), como un «sistema vivo» (Fritjop Capra). Esa visión cambió nuestra conciencia, con el paradigma que nos orientaba hasta entonces. Con la conciencia planetaria nació nuestra conciencia de ciudadanía planetaria.

Es verdad, el paradigma de la razón instrumental nos condujo a la violencia y a la negación de valores humanos fundamentales como la intuición, la emoción, la sensibilidad. Somos humanos porque sentimos, percibimos, amamos, soñamos. Pero hay también un peligro o una trampa en ese nuevo paradigma: él puede llevarnos a la contemplación de la naturaleza y hasta a la mistificación de la realidad, a una espiritualidad canalizada por una religiosidad basada en la pasividad. En vez de la solidaridad y de la lucha por la justicia, estaríamos esperando por un mundo mejor sin trabajo, sin esfuerzo, sin conquista, sin sacrificios. Nuevos valores humanos que no toman en cuenta la complejidad y la contradicción inherente a todos los seres, objetos y procesos destruye la posibilidad de un cambio cualitativo en dirección de un nuevo y necesario proyecto civilizacional. Para dimensionarnos como miembros de un inmenso cosmos, para que asumamos nuevos valores, basados en la solidaridad, en la afectividad, en la trascendencia y en la espiritualidad, para superar la lógica de la competitividad y de la acumulación capitalista, debemos abrir un difícil camino. Ningún cambio es pacífico.

Pero él no se hará realidad, orando, rezando, solamente por nuestro puro y sincero deseo de cambiar el mundo. Como nos enseñó Paulo Freire, cambiar el mundo es urgente, difícil y necesario. Pero para cambiar el mundo es necesario conocer, leer el mundo, entender el mundo, también científicamente, no solamente emocionalmente, y, sobretodo, intervenir en él, organizacionalmente. El racionalismo debe ser condenado sin condenar el uso de la razón. La lógica racionalista nos llevó a saquear la naturaleza, nos llevó a la muerte en nombre del progreso. Pero la razón también nos llevó a la descubierta de la planetarización. La poética y emocionante afirmación de los astronautas de que la Tierra era azul fue posible después de millones de años de dominio racional de las leyes de la propia naturaleza.

Debemos condenar la racionalización sin condenar la racionalidad. Al llegar a la Luna por primera vez, el astronauta Neil Amstrong afirmó: «un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad». Eso fue posible a través de un descomunal esfuerzo humano colectivo que tomó en consideración todo el conocimiento técnico, científico y tecnológico acumulado hasta entonces por la humanidad.

Eso no es nada despreciable. Si hoy formamos redes de redes en el enmarañado mundo de la comunicación planetaria por la Internet, eso fue posible gracias al uso tanto de la imaginación, de la intuición, de la emoción, cuanto de la razón, por el gigantesco y sufrido esfuerzo humano para descubrir cómo podremos vivir mejor en este planeta, como podremos interactuar con él. Es cierto que lo hemos hecho de manera equivocada. Nos consideramos «superiores» gracias a nuestra racionalidad y exploramos la naturaleza sin cuidado, sin respecto por ella. No nos relacionamos con la Tierra ni con la vida con emoción, con afecto, con sensibilidad. En ese campo estamos apenas gateando. Pero, estamos aprendiendo. Estamos presenciando el nacimiento del ciudadano planetario.

Aún no logramos imaginarnos todas las consecuencias de ese singular evento. En ese momento sentimos, percibimos, nos emocionamos con ese hecho, pero no conseguimos adecuar nuestras mentes y nuestras formas de vida a ese acontecimiento espectacular en la historia de la humanidad. Percibimos, como Edgar Morin, que es necesario ecologizar todo, y así, ensayaremos la vida en este nuestro planeta cuyos habitantes descubrirán la planetarización. ¿Qué podemos hacer desde ya? Podemos interrogarnos profundamente sobre los paradigmas que nos orientaron hasta hoy y ensayar la vivencia de un nuevo paradigma que es la Tierra vista como una única comunidad. Y continuar caminando, juntos, para que logremos llegar «allá» aún a tiempo. Moacir Gadotti es profesor titular de la Universidad de São Paulo, Director del Instituto Paulo Freire y autor de varias obras, entre ellas: La educación contra la educación (Paz y Tierra, 1979: Francés y Portugués), Invitación a la lectura de Paulo Freire (Scipione, 1988: Portugués, Español, Inglés, Japonés e Italiano), Historia de las ideas pedagógicas (Ática, 1993: Portugués y Español), Pedagogía de praxis (Cortes, 1994: Portugués, Español e Inglés), Perspectivas actuales de la educación (Artes Médicas, 2000) y Pedagogía de la Tierra (Petrópolis, 2000). Este artículo es el resultado de diversos debates en encuentros y en congresos y especialmente en la Conferencia Continental de las Américas, en diciembre de 1998, en Cuiabá (MT) y durante el Primer Encuentro Internacional de la Carta de la Tierra en la Perspectiva de la Educación, organizado por el Instituto Paulo, con el apoyo del Consejo de la Tierra y de la UNESCO, del 23 al 26 de Agosto de 1999, en São Paulo y del I Foro Internacional sobre Ecopedagogía, realizado en la Facultad de Sicología y Ciencias de la Educación de la Universidad del Porto, Portugal, del 24 al 26 de marzo de 2000. El autor viene acompañando ese tema desde 1992 cuando representó la ICEA (Internacional Community Education Association) en la Rio-92 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo), llamada de «Cúpula de la Tierra», que elaboró y aprobó la Agenda 21. En el Foro Global-92, en la misma época, coordinó, al lado de Moema Viezer, Fabio Cascino, Nilo Diniz y Marcos Sorrentino, la «Jornada Internacional de Educación Ambiental» que elaboró el «Tratado de Educación Ambiental para Sociedades Sustentables y Responsabilidad Global». Este texto retoma ideas tratadas en el libro Pedagogía de la Tierra publicado por la Editora Petrópolis de São Paulo.

Fuente:http://www.uyitskaan.org/wp-content/uploads/2015/06/Pedagog%C3%ADa-de-la-Tierra-y-Cultura-de-la-Sustentabilidad.pdf

Fuente imagen : https://quintacohorte2013.files.wordpress.com/2015/05/environmental-protection-326923_1280.jpg?w=551&h=367

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Influencias transnacionales en las políticas educativas: los modelos de evaluación del sistema escolar en México y España

Por: Inmaculada Egido Gálvez

Resumen.

En el momento actual, existe un debate abierto acerca de las consecuencias que la globalización tiene en el terreno educativo. Algunos expertos defienden la existencia de influencias de carácter trasnacional, que conducen a una armonización progresiva de las políticas educativas a nivel mundial, mientras otros consideran que el peso de los Estados nacionales sigue siendo determinante en la configuración de los sistemas educativos. El objetivo de este artículo es contribuir a dicho debate, analizando los modelos de evaluación del sistema escolar vigentes en dos países con características bien diferenciadas, como son México y España. Para ello, se lleva a cabo un estudio realizado con una metodología comparativa que permite constatar los rasgos comunes y las discrepancias existentes entre los modelos de ambos países. Los resultados apuntan a una convergencia entre México y España que, a pesar de sus distintos contextos y problemáticas educativas, han adoptado modelos de evaluación del sistema escolar prácticamente homogéneos. Aunque dichos resultados se circunscriben a los dos países estudiados y no es posible generalizarlos a otros lugares, las analogías encontradas parecen avalar la existencia de un proceso de estandarización educativa a escala global. Se refuerza, por tanto, la idea de quienes defienden la primacía de la influencia internacional sobre los niveles nacionales en las políticas educativas de nuestros días-

En la actualidad, resulta un hecho ampliamente constatado que los planteamientos que inspiran las políticas educativas desbordan los planos nacionales y circulan cada vez más de manera global, influidos por corrientes de alcance trasnacional. En realidad, ello no es sino un reflejo de los fenómenos que hemos dado en llamar “globalización” o “internacionalización”. Estos términos, con diferentes matices, describen la intensificación de las relaciones globales de interacción e intercambio, el aumento de la interconexión mundial y la armonización de modelos y estructuras sociales (Luzón y Torres, 2013). De hecho, muchos de los análisis que profundizan en las implicaciones de la globalización en el terreno educativo coinciden en señalar que el papel que los Estados jugaban tradicionalmente en la definición e implementación de las políticas nacionales de educación se ha redefinido en nuestros días, como consecuencia de la existencia de modelos y orientaciones propagados a escala internacional (Dale, 2009; Puelles, 2012; Torres, 2009). De igual modo, en ellos se pone de manifiesto la importancia que han adquirido los Organismos Internacionales vinculados a la educación en la elaboración de las líneas orientadoras de las reformas escolares en todo el mundo y en la legitimación de la ideología que subyace a las mismas (Leibfried y Martens, 2009; Lingard, 2000; Meyer y Benavot, 2013; Ramírez, Meyer y Lerch, 2016). En la práctica, estos organismos, que pueden considerarse simultáneamente como manifestaciones de los procesos de globalización y como agentes institucionalizadores de los mismos, han cobrado en las últimas décadas un protagonismo cada vez mayor en la definición de las prioridades de cambio en la educación. Así, en opinión de algunos expertos, en ningún otro ámbito de las políticas públicas se encuentra una convergencia tan clara de las reformas hacia ejes comunes a escala mundial como la que existe en las políticas educativas, lo que conlleva la estandarización creciente de los sistemas escolares (Schriewer, 2011). Se argumenta que la dinámica de alineamiento global conduce, como ya plantearon los postulados del institucionalismo sociológico, a una suerte de isomorfismo ideológico y organizativo en el terreno educativo, que se produce a través de procesos miméticos, por imitación de los modelos que se consideran exitosos (Di Maggio y Powel, 1999).

De hecho, la comparación es uno de los procedimientos más ampliamente utilizados en el análisis de la formación e implementación de las políticas pú- blicas en sus diferentes ámbitos, ya que permite la identificación de similitudes y diferencias entre modelos nacionales de organización política (Landman, 2011). En el ámbito concreto de la educación, el uso de la comparación ha sido también una estrategia de análisis comúnmente empleada desde hace tiempo para identificar la existencia de corrientes internacionales que afectan a sistemas educativos de diferentes lugares (Roselló, 2008). Con este planteamiento, se presenta a continuación un estudio comparativo entre los modelos nacionales de evaluación del sistema escolar de México y España. La selección de estos dos países, pertenecientes ambos al ámbito iberoamericano, pero con sistemas escolares claramente distintos en cuanto a dimensión, situación y problemática, otorga a la comparación el necesario grado de heterogeneidad entre los casos de estudio para plantear las semejanzas y diferencias en relación al objeto de análisis. Obviamente, el hecho de limitar el estudio a estos dos países concretos impide la extrapolación de los resultados a otros contextos, pero puede servir al objetivo de realizar una aproximación a la posible existencia de convergencias en los sistemas educativos a escala internacional (Bieber et al., 2015).

CONCLUSIONES: LA CONVERGENCIA DE LOS MODELOS DE EVALUACIÓN DEL SISTEMA ESCOLAR EN MÉXICO Y ESPAÑA

A la luz de la comparación presentada en el apartado anterior, el paralelismo entre los modelos de evaluación de la calidad educativa vigentes en México y España resulta evidente. El estudio comparativo permite constatar que la preocupaciónpor la calidad educativa se ha plasmado en ambos casos en el establecimiento de un modelo de evaluación que adopta un enfoque abiertamente similar, a pesar de las diferencias que existen entre los dos países.

Así, tanto la finalidad genérica asignada a la evaluación como los objetivos que la concretan son coincidentes en los dos casos. Se espera, de acuerdo con los postulados de la nueva gestión pública a los que antes se ha hecho referencia, que la evaluación sea un instrumento de utilidad para identificar necesidades y áreas de mejora en el terreno educativo y para desarrollar acciones basadas en evidencias empíricas. Para realizar la evaluación, en los dos países se han creado organismos especializados, que comparten el mismo acrónimo en su denominación (INEE) y que tienen asignadas atribuciones muy similares, si bien en el caso de México su autonomía de funcionamiento puede considerarse superior a la de España. Ambos organismos privilegian en sus acciones el conocimiento experto de los evaluadores, por lo que en buena medida los docentes y directivos escolares son considerados “receptores” de la información producida. Además, los procedimientos de evaluación desarrollados en ambos países tienen como eje fundamental las pruebas censales y muestrales de rendimiento de los estudiantes, que son el foco central de los sistemas de indicadores utilizados en los dos casos. Dichos sistemas de indicadores siguen una estructura equivalente en los dos países que, en términos generales, es la misma que utilizan la OCDE y otros organismos internacionales (OECD, 2012; Tröhler, 2013). Por otra parte, la difusión del conocimiento derivado de las evaluaciones se lleva a cabo mediante procedimientos afines en los dos países.

Sin embargo, como se ha mencionado, el objetivo de la comparación no es tanto señalar semejanzas y diferencias concretas entre los dos países como contribuir a profundizar en el debate acerca de la posible existencia de corrientes políticas de alcance supranacional en el terreno de la educación que conducen a la convergencia entre países o, por el contrario, la concepción de las políticas educativas como ámbitos en el que siguen pesando fundamentalmente las tradiciones y las dinámicas propias de cada país. A este respecto, si entendemos como convergencia el hecho de que países con características claramente diferenciadas produzcan respuestas políticas similares y similares procesos de implementación de las mismas (Bieber y Martens, 2011), es innegable que dicha convergencia existe en los modelos de evaluación adoptados en México y España. Los resultados de la comparación vendrían a reforzar, por tanto, la idea de quienes defienden la primacía de la influencia internacional sobre los niveles nacionales en las políticas educativas de nuestros días.

En este sentido, y aunque las inferencias que pueden realizarse a partir de un estudio restringido a dos países son claramente limitadas, la analogía que se ha observado en los modelos de evaluación de México y España apunta a la existencia de planteamientos compartidos y agendas de reforma comunes en la esfera internacional. Las similitudes detectadas en los dos países apoyan, por tanto, las tesis sobre los procesos de alineamiento global y la estandarización como fruto de la internacionalización y la globalización de la política educativa a escala mundial (Vega, 2013).

En este sentido, y aunque las inferencias que pueden realizarse a partir de un estudio restringido a dos países son claramente limitadas, la analogía que se ha observado en los modelos de evaluación de México y España apunta a la existencia de planteamientos compartidos y agendas de reforma comunes en la esfera internacional. Las similitudes detectadas en los dos países apoyan, por tanto, las tesis sobre los procesos de alineamiento global y la estandarización como fruto de la internacionalización y la globalización de la política educativa a escala mundial (Vega, 2013).

Se contradice, por tanto, al menos en relación con la concreta temática de la evaluación, la visión de quienes afirman que los sistemas educativos permanecen como entidades esencialmente nacionales a pesar del impacto de las fuerzas internacionales. Por el contrario, se refuerza la hipótesis de que diferentes países emprenden políticas que obedecen a un mismo dictado, adoptando los nuevos valores sociales a los que las organizaciones internacionales dan legitimidad y que alcanzan una amplia difusión en todo el mundo (Jiménez Moreno, 2016).

De hecho, la fuerza de la interconexión global en relación a la temática de los sistemas nacionales de evaluación de la calidad educativa resulta palpable no solo en la homogeneidad de las reformas adoptadas en los dos países, sino también en la coincidencia que en el plano temporal se constata entre las mismas. Como se ha comentado, en México y España las políticas de evaluación han seguido una evolución prácticamente paralela, lo que pone de manifiesto la rapidez con la que circulan las ideas educativas en el mundo actual. Esto supone una diferencia respecto a lo que sucedía en el pasado, cuando las influencias internacionales, producto del préstamo o del aprendizaje de unos países a otros (Dale, 1989; Phillips, 1989), perfilaban procesos de cambio más dilatados en el tiempo. En estos momentos, la intensidad de las relaciones entre los niveles nacionales y supranacionales y la existencia de nuevos mecanismos de influencia para los Estados hacen que los cambios se adopten de manera prácticamente simultánea en diferentes regiones del mundo.

En este sentido, el examen de los modelos de evaluación de los dos países analizados en este artículo, México y España, ilustra la existencia de un desarrollo convergente que se orienta, en lo sustancial, a las directrices propagadas por los Organismos Internacionales, especialmente la OCDE. Los responsables de la toma de decisiones en ambos sistemas, inmersos en el “poder blando” de las redes globales de intercambio de información, así como en la presión no siempre percibida que implica la diseminación de una particular visión del desarrollo educativo (Meyer y Benavot, 2013; Schriewer, 2011), parecen haber adoptado un modelo de evaluación que ha alcanzado una amplia difusión internacional, independientemente de las diferencias que pueden encontrarse en sus contextos educativos.

Aunque el peso de las corrientes trasnacionales en los sistemas educativos actuales ha sido ya objeto de reflexión tanto desde las perspectivas politológicas como sociológicas que analizan el cambio en la educación (Bieber et al., 2015; Dale, 1989; Landman, 2011), lo cierto es que a partir del estudio realizado cabe enfatizar la necesidad de seguir profundizando en esta temática para comprender los procesos que guían la configuración de los sistemas educativos en nuestros días. Específicamente la Educación Comparada debe prestar una atención cada vez mayor a esta dimensión, ya que la influencia de los planos supranacionales plantea un reto de primer orden a los supuestos clásicos de esta disciplina, que tradicionalmente privilegió el Estado-nación como unidad de análisis (Carney, 2014; Cowen, 2009, Lingard y Rawolle, 2014). De hecho, la comprensión de la educación en estos momentos requiere superar la “insoportable estrechez de la visión nacional” (Dale, 2009: 124), ya que si bien la misma pudo servir en el pasado como marco de referencia para el análisis de las políticas educativas, en el momento actual ha perdido su validez. La existencia de corrientes de pensamiento, agendas políticas e incluso instrumentos de cambio orientados por los procesos de globalización, como el que se ha reflejado en estas páginas, pone de manifiesto la necesidad de integrar diferentes niveles de análisis, lo que implica tanto la necesidad de adoptar nuevos planteamientos en la investigación comparativa como la búsqueda de nuevos métodos de indagación, capaces de captar la complejidad del diseño y la implementación de las políticas educativas en la actualidad.

Arnove, R.F. (2011). La perspectiva del “Análisis del Sistema Mundial” y la Educación Comparada en la era de la Globalización. Revista Latinoamericana de Educación Comparada, 2, 51-62. Recuperado de: http://www.saece.org.ar/ relec/revistas/2/art6.pdf.

Bieber, T., Martens, K., Niemann, D. y Teltemann, J. (2015). Towards a Global Model in Education? International Student Literacy Assessments and their Impact on Policies and Institutions. En N. Hamilton, B. Maddox y C. Addey (Eds.), Literacy as Numbers: Researching the Politics and Practices of International Literacy Assessment Regimes (pp. 165-186). Cambrigde: Cambridge University Press.

Bonilla, J. (2003). Encuentros y desencuentros con los procesos de evaluación de la calidad educativa en América Latina. En G. Iaies et al. (Eds.), Evaluar las evaluaciones. Una mirada política acerca de las evaluaciones de la calidad educativa (pp. 37-66). Buenos Aires: IIPE-UNESCO.

Coraggio, J.L. y Torres, R.M. (1997). La educación según el Banco Mundial. Un análisis de sus propuestas y métodos. Buenos Aires: Miño y Dávila.

García Garrido, J.L., García Ruiz, M. J. y Gavari, E. (2012). La Educación Comparada en tiempos de globalización. Madrid: UNED.

 Fuente http:///rie_contenedor.php?numero=boletin71_2&titulo=Numero%20Especial%2071/2

Fuente imagen http://www.sergioweb.es/wp-content/uploads/2015/05/Mapa_Mundi_Detalle_Max_2008.png

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Pizarra, docente y planos secuenciales

Agripina, Jesusa y Kiko fueron maestras(os) egresados de una normal en la década de los cincuenta del siglo XX. Los tres trabajaron en la misma escuela de la cordillera andina. Ellos, como la mayoría de docentes de ese momento, compartían rutinas y protocolos, eso que Peter McLaren llama ahora el performance del aula. Una de las primeras actividades que realizaban consistía en revisar la pizarra. Verificaban si estaba limpia, lista para iniciar las clases. Los pizarrones pasaron del fondo color negro al verde.  El borrador de madera y tela era una herramienta indispensable en el aula, que apenas conocía la tiza de color blanco. Años después llegaría la tiza anti alérgica para prevenir los malestares respiratorios de los educadores y luego, las tizas de colores.  Eran tiempos de las famosas “planas” cuando se cometía un error ortográfico o alguien se expresaba verbalmente de manera incorrecta.

La repetición acompañaba en muchos casos la construcción del saber. Para comenzar las clases, el docente tomaba la tiza y encaraba el pizarrón de espaldas a los estudiantes, colocando el nombre de la institución, la ciudad, la fecha y el objetivo a desarrollar. Esa labor le tomaba entre un minuto y un minuto treinta segundo. Luego volvía a colocarse de cara al grupo de estudiantes; la operación se repetía cada vez que era necesario colocar contenidos en la pizarra.  Los estudiantes tomaban apuntes de lo colocado en el pizarrón, así como de los dictados de los maestros(as). Muchas otras actividades se hacían en el salón; con dinamismo se descubría a Newton, Lavoisier, Rómulo Gallegos o Pasteur.

En casa la Maestra y el Maestro eran autoridades morales a quienes se les pedía casi la castidad y, el “decoro” era un criterio de evaluación de la calidad de la docencia.  Eran tiempos de radio, prensa escrita y telégrafo; el televisor se sabía que existía pero no se conocía. Todos los mediodías los alumnos llegaban corriendo a casa para escuchar cada uno de los capítulos en la radio AM de la novela  “Martín valiente: El ahijado de la muerte” (https://www.youtube.com/watch?v=wrPhDFdEa-4 ); al llegar nuevamente al plantel las peripecias de “frijolito” solían ser tema de comentarios en el receso escolar.

Cuando llegó el televisor a las casas del pueblo, la pantalla en blanco y negro fue el común denominador. La TV transmitía 12 horas, los programas infantiles eran parte de la parrilla del mediodía y, entre 4:00 pm y 7:00 pm. El programa de adultos que inauguraba la noche de los miércoles tenía una sección con el “Topo Gigio” (https://www.youtube.com/watch?v=CrbTQ00QhTM ) que mandaba a los niños “a la camita” bien temprano.

Uno de los programas más populares en la pionera televisión era “El llanero Solitario” (https://www.youtube.com/watch?v=8FG3A_HWjJk ). Los planos secuenciales de las conversaciones entre villanos, Kimosabi y Toro, o entre los diversos personajes tenían una duración que oscilaba entre 30 segundos y un minuto.

María, Karla y Roberto son jóvenes maestros recién egresados de la Universidad Pedagógica. Hoy en pleno siglo XXI, las pizarras acrílicas hegemonizan el aula, con marcadores de tinta que se diluyen con el nuevo borrador o con algún trapito húmedo; aunque son amenazadas por pizarras digitales que no terminamos de ver en esta región del mundo.

Ahora, los marcadores para texturas acrílicas vienen en múltiples colores que permiten hacer más vistosos los contenidos que coloca el docente en el pizarrón. Como ayer, los profesores(as) y maestras(os)  escriben en la pizarra ahora acrílica, dándoles la espalda a sus alumnos brevemente, por un minuto máximo minuto y medio.

En la actualidad, en muchos casos, cuando el maestro voltea, varios alumnos suelen estar de pie, otros conversan y uno que otro lanza un borrador de goma a uno de sus compañeros.  Los(as) maestros(as) deben llamar la atención para que todo vuelva a la normalidad.

En la segunda década del siglo XXI cuando los alumnos llegan a casa, la vorágine de contenidos que reciben por internet, whatsap, twiter, facebook, instagram, snapchat, televisión por cable, video juegos, películas, entre otros, compiten con lo aprendido en el plantel. Esto suele variar según la clase social y el nivel de ingreso familiar, el lugar geográfico donde se vive (ciudad-campo/barrio-urbanización) y las expectativas sociales del grupo social al cual pertenecen los alumnos.

Los valores más liberales tienen que competir con los contenidos de series y video juegos como “Family Guy” (https://www.youtube.com/watch?v=bmi2KaH5pGs ) o los psicoanalizables diálogos de Batman Versus Súperman (https://www.youtube.com/watch?v=rXAZyzrMiM8 ). La radio es fundamentalmente usada en vehículos y zonas alejadas de las grandes ciudades, las FM superan las AM y la radio por internet es un boom.

En tanto, la televisión, ahora por cable y/o satelital, trae centenares de canales con programaciones muy variadas. Tres de las series más vistas por los niños y niñas son “Dragón Ball Z” (   https://www.youtube.com/watch?v=XyTFYQ1yXwE ),  “Jake y los piratas del país de Nunca Jamás” (https://www.youtube.com/watch?v=Xq62a1qWLYk )  y “Peppa la cerdita” (https://www.youtube.com/watch?v=O1jBm7HaUI4 ); series trabajadas a más de dieciséis colores y fusiones cromáticas, con argumentos movidos y planos secuenciales que oscilan entre los dos y lo diez segundos, es decir, una décima del tiempo que tardaban en hacer lo propio las series de décadas atrás.  Hoy un niño ve en promedio diario unas 4 horas de televisión, además de video juegos y películas.

El tiempo que usaban Agripina, Jesusa y Kiko en los cincuenta, sesenta y parte de los setenta cuando se colocaba de espaldas a sus alumnos para colocar la información básica de la clase en la pizarra, era equivalente a dos o tres planos secuenciales de la TV de ese momento. Hoy cuando María, Karla y Roberto hacen lo propio, el tiempo usado por ellos en esa tarea  es equivalente a 15 planos secuenciales de las series que ven sus estudiantes. Pequeña diferencia en la velocidad de observar y procesar la información.

Para ti  ¿ello influye en la concentración para el aprendizaje?  ¿Tendrán identificada esta realidad las universidades que forman maestros? ¿Producto de la vorágine tecnológica y el choque generacional entre los llamados nativos e inmigrantes digitales se estará produciendo un desfase en la velocidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje?  ¿Cuál es el propósito de no abordar estas nuevas realidades en los procesos de formación de docentes?  Se suele decir que los muchachos ahora son más inquietos, ¿no será acaso que el sistema escolar no está al ritmo de los nuevos tiempos?  La tendencia al analizar esto es culpar a los maestros cuando en realidad es un tema del sistema escolar en conjunto  ¿Por qué crees que ocurre esta tergiversación?   Tú ¿Qué piensas que se debe hacer al respecto?

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Argentina: Comienzan las Escuelas Internacionales de Invierno

Argentina/23 julio 2016/Fuente: Notifé

La Universidad Nacional del Litoral (UNL) pone en marcha sus Escuelas Internacionales de Invierno. Será del 25 de julio al 5 de agosto.

A partir del 25 de julio se pondrán en marcha los programas formativos Escuelas Internacionales de Invierno de la UNL. Para esta edición se espera la participación de 60 estudiantes de -además de Argentina- Brasil, México, Ecuador, Paraguay, Uruguay, España e Italia. El rector, junto a autoridades de la Secretaría de Relaciones Internacionales, del Instituto Superior de Música y de la Secretaría de Extensión, dará apertura al ciclo el lunes a las 10 en el salón de actos FADU-FHUC de Ciudad Universitaria.

Estas Escuelas son instancias de corta duración a desarrollarse en forma simultánea y basan sus contenidos en tres campos diferentes: Problemáticas latinoamericanas, Música y Extensión Universitaria.

Están dirigidas a estudiantes de carreras de grado y músicos provenientes de diferentes países del mundo y alumnos de grado de la UNL. Además de las respectivas propuestas académicas, los asistentes disfrutarán de diversas actividades culturales y recreativas.

“Nuestras Escuelas constituyen un avance significativo en el proceso de internacionalización integral que la Universidad ha iniciado en el marco de su Plan de Desarrollo Institucional 2010-2019. Durante 15 días los estudiantes comparten un curso intensivo y se genera una interesante integración entre ellos”, expresó el secretario de Relaciones Internacionales, Julio Theiler.

Escuela de Problemáticas Latinoamericanas: “Problemáticas y desafíos contemporáneos para América Latina”

El objetivo de la Escuela es abarcar una amplia gama de temas contemporáneos acerca de Latinoamérica desde variadas perspectivas y disciplinas. Se centrará en el análisis y debate de los aspectos políticos, económicos, alimentarios, ambientales y vinculados a los recursos naturales, entre otros. Profesores e investigadores de diferentes ámbitos científicos estarán a cargo de los seminarios y actividades grupales, donde se fomentará la participación de los estudiantes, promoviendo un pensamiento crítico.

Escuela de Música: “Tango y música popular latinoamericana”

La Escuela está pensada para que los participantes puedan lograr en breve tiempo una inmersión cultural en músicas argentinas y latinoamericanas. En esta primera experiencia, se optó por introducir a los participantes en las ricas rítmicas argentinas y brasileñas, sumergirse en el mundo del Tango y contar con un panorama de las características particulares de la música para guitarra de Argentina y Brasil a través de repertorios canónicos aunque poco abordados.

Escuela de Extensión Universitaria: “Fundamentos y desafíos de la misión social de las universidades en América Latina y el Caribe”

La Extensión encarna en las universidades latinoamericanas y caribeñas una de las funciones sustantivas que, conjuntamente con la docencia y la investigación, han cimentado el crecimiento y proyección de las instituciones en toda la región. La metodología de trabajo será teórico-práctica, ofreciendo a los estudiantes experiencias de inserción en acciones integrales en territorio a través de la participación en determinados programas y proyectos de Extensión de la UNL.

Fuente: http://notife.com/493076-comienzan-las-escuelas-internacionales-de-invierno/

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Colombia: Ya llega la Cumbre Líderes por la Educación

Colombia/21 julio 2016/Fuente: Semana

El 14 y 15 de septiembre se realizará el evento más importante de educación en Colombia en el que se discutirán temas como reescribir Colombia, competencias socioemocionales, cierre de brechas de capital humano, entre otros.

¿Qué más importante que hablar de educación? Colombia está en un momento histórico en el que la educación juega un papel fundamental y es enseñar a los colombianos a vivir en paz. Bajo esa premisa, Semana Educación realizará la tercera edición de la Cumbre Líderes por la Educación  con un eje central y es, reescribiendo Colombia.

Este será el evento más importante del país en el sector educativo. El año pasado se realizó en la Cámara de Comercio de Bogotá y contó con más de 900 asistentes, además de 52 conferencistas nacionales e internacionales organizados en tres plenarias y catorce paneles. Para la versión de este año se profundizarán los temas con conferencistas de gran trayectoria como Marc Prensky, Gina Parody, Zulia Mena, Koji Miyamoto, Luisa Pizano, David Bish, Graeme Harrison, entre otros. La Temática distribuida de la siguiente manera:

Se hablará sobre las competencias socioemocionales como motor de desarrollo de una sociedad. Y es que quienes se enfrentan al reto de crear una sociedad próspera deben ser, en primer lugar, conscientes de que son las personas las que construyen el país y es por eso que durante el evento se hablará sobre competencias como la comunicación, la resiliencia, el respeto, entre otras.

Relacionado a la anterior, el progreso de un país depende en gran medida de su desarrollo tecnológico y económico, factores que impactan directamente en la erradicación y cierre del ciclo de la pobreza. Ante esa premisa, uno de los paneles será sobre el desarrollo de competencias Stem (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y se debatirá sobre la necesidad que tiene el país de apostarle a la capacitación en estas habilidades.

Uno de los roles fundamentales de la educación en una sociedad es precisamente generar equidad, y eso se logra, entre muchas otras razones, si hay igualdad de oportunidades en cuanto al acceso a la educación. Este año, el país se comprometió a equiparar la educación técnica al nivel de la universitaria para que un técnico o tecnólogo tenga la misma capacidad de acceder a un trabajo que un profesional. Por eso es esencial que se hable sobre la articulación y formación para el trabajo: cierre de brechas de capital humano.

Por esa misma relación de formación para el trabajo, Semana Educación decidió que es fundamental poner al sector privado en la balanza. Porque así como existe un compromiso del sector público con la educación, también lo hay del privado, que juega un papel fundamental porque existen importantes propuestas y programas que han nacido en las empresas y que han impactado de manera positiva en la calidad educativa.

Pero entonces si Colombia tiene como meta convertirse en un país desarrollado, como lo demuestra con las intenciones de pertenecer a la OCDE, el bilingüismo es fundamental para lograrlo. Y en este campo, el reto es enorme. Hoy en día, tan solo uno de cada diez colombianos habla inglés, pero entonces, ¿qué se debe hacer para aumentar esa cifra? ¿qué estrategia se debe tomar?, ¿qué se está haciendo? Estas son algunas de las preguntas que se resolverán en la Cumbre Líderes por la Educación 2016.

Hasta el momento se ha hablado de competencias socioemocionales, Stem y bilingüismo, pero ¿qué significa todo eso sin una formación de calidad desde la base de la educación? Colombia debe tener claro el objetivo de sus políticas educativas, y cuestionarse si debe o no tener un currículo nacional que responda a las necesidades regionales y a las particularidades sociales.

Si se habla de la base de la educación, es imperativo tener en cuenta a los que serán la generación de la paz, aquellos que construirán y desarrollarán la Colombia del futuro: la primera infancia.

En la Cumbre Líderes por la Educación 2016. no se puede dejar de hablar de los docentes.  En esta versión se planteará un panorama del sistema de evaluación docente en Latinoamérica y se responderá a preguntas como si es necesaria la evaluación, cuáles son las mejores formas de evaluar y qué herramientas se deben usar.

Pero así como no se puede dejar de hablar de los docentes, tampoco se puede dejar de lado un tema fundamental: la revolución que está viviendo la educación con la tecnología. En esta ocasión, durante la Cumbre  se tratará un tema fundamental, que la virtualidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se darán a conocer programas y propuestas que hacen una apuesta por lo digital y están transformando la forma de enseñar y aprender en la sociedad del siglo XXI.

Con esta amplia agenda, Semana Educación pondrá a hablar a los colombianos sobre aquello que construye a una sociedad en paz: la educación.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/cumbre-lideres-por-la-educacion-semana-semana-educacion/482531

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Marcela Momberg: Los problemas tecnológicos que enfrentamos en el aula

21 julio 2016/Por: EligeEducar/Fuente: Marcelamomberg

Los problemas tecnológicos que enfrentamos en el aula.”!Backstage” de la Entrevista con EligeEducar

¿Cuál es su diagnóstico sobre la educación digital en Chile? ¿En qué hemos avanzado en estos años?

Mi percepción no es muy esperanzadora, la motivación y grado de avance en la educación pública es casi nulo, mismo diagnostico para la educación privada, muy pocos colegios están adaptando sus métodos y recursos a la realidad educacional, si nos comparamos con países con educación avanzada, estamos en el punto de largada de una carrera sin ni siquiera hacer el pre-calentamiento.

Son muy pocas las instituciones educativas encarando el cambio.

– ¿Cuáles son los siguientes pasos en este sentido? ¿Qué falta por desarrollar?

El primer paso fundamental para el cambio es entender el problema,  entender como los jóvenes han mutado su forma de comunicarse, investigar, y la utilización de la tecnología. Darse cuenta que estamos educando a niños que transitan en carreteras de la información totalmente distinta a los métodos tradicionales. La educación debe tomar en cuenta la disrupción que Internet provocó en nuestra juventud y adaptar nuestros métodos y nuestro rol como educadores. Bloquear Internet en colegios, prohibir el uso de tecnología es un viaje en contra del tránsito.

– ¿Cuáles son los desafíos que implica para los profesores educar digitalmente a los nativos digitales? ¿Cuál es el papel que deberían cumplir los directivos, padres y apoderados en esta tarea?

Para un profesor no es desafío adaptarse a lo que todos hacemos en la vida privada, todos nos comunicamos por mail, todos entramos a buscadores a diario, todos nos preocupamos de mantener contacto a través de las redes sociales permanente con nuestro entorno como amigos, entorno laboral, parientes. Nuestra problemática pasa por que no hay políticas públicas para trabajar bajo nuevos métodos, la gran mayoría de los profes no conocen nuevos procesos porque las instituciones no los han adaptados, no nos mandamos solos, obedecemos a planes académicos arcaicos,  cerrados, sin espacio para la innovación.

El paso siguiente es incorporar nuevos métodos y procesos de apoyo para y con los alumnos. El mercado no está ayudando al profesorado,  estigmatizan el peligro de estar conectado y los accesos a la tecnología a nivel pedagógico. Internet no es distinto a la vida misma, nos comportamos igual que en la vida diaria, el que entre a un callejón lleno de peligros se está exponiendo irresponsablemente.

Nuestro papel como educadores, padres y profesores es acompañar nuestra juventud, ser parte del proceso, primero que nada entendiendo el proceso y siendo parte activa de el.

No le vas a enseñar a un joven el uso de la tecnología, al contrario, el te puede enseñar a ti, pero vas a ser un gran aporte poniendo a su disposición tu experiencia para discriminar la fuente de información que estos usan.

– ¿Cómo se integra a aquellos que no están capacitados? ¿Cómo se les incorpora de manera significativa a un mundo que está en constante desarrollo?

Estamos tan atrasados que intentar una comunicación masiva, cambio de paradigmas, entrenamientos y adaptarse a nuevos métodos no se logran con un “Road Show”, se requieren políticas públicas y recursos mayúsculos, este cambio parte por una decisión de cambio, un involucramiento total del profesorado y una buena comunicación con los padres y evidentemente una planificación fundamental. El que piense que requiere de servidores, software y fierros galácticos está delirando. Pasar de educar relatando hechos, fechas y nombres a un método colaborativo  en talleres o estudio de casos no es un tema ni de hardware ni de software. El profesorado necesita capacitación.

– ¿Cuáles son los principales beneficios y potencialidades que entrega la tecnología a la hora de educar? ¿Cómo se traduce en un mejor aprendizaje?

Basaré mi respuesta en la sensación que recibo de mis alumnos, llevo 5 años liderando alumnos utilizando estos métodos y puedo garantizar que tengo mejores alumnos, mejores personas, colaborativos y genialmente entusiastas, sin dejar de mencionar que subieron su rendimiento en al menos 30%.

– En algunos de sus vídeos recomienda utilizar herramientas como Google Earth y Google Street View como forma de aplicar la tecnología, ¿qué otras herramientas pueden servir para mejorar el aprendizaje?

Mi involucramiento en el uso de tecnología en su inicio fue espontaneo y ha ido sufriendo modificaciones, sin duda ue las aplicaciones mencionadas son muy buenas pero tengo suerte de formar parte de un grupo de especialistas que inició este cambio en distintos países por lo que hoy mi respuesta es distinta, no basen su cambio en aplicaciones, estas cambian, creo necesario insistir en que sin duda lo mas valioso es ser parte de comunidades de aprendizaje e ir adaptando la experiencia de otros a sus particulares necesidades. Lo que es bueno para un alumno no es bueno para otro, recuerden que un estudio de caso es una completa adaptabilidad con tus alumnos, tus recursos y el logro está íntimamente relacionado a la colaboratividad que logres con tu grupo de trabajo,

Esta misma pregunta es vital para la comunidad educativa. El cambio y desarrollo necesario parte por la decisión, continua con entender y conocer el modelo y por adecuar una estructura.

Si tuviera que partir de cero comenzaría por incorporar clases de “coding” (programación) a partir del mismo Kinder, Los Coreanos lo hicieron y el resultado ha sido brutal. En mi taller digital lo puedo certificar, los alumnos hacen maravillas cuando saben programar. Coding es sin duda un paso que la educación primaria debe incorporar con urgencia.

– Además de estas herramientas, ¿cómo se puede incorporar la tecnología al trabajo diario de los colegios, profesores y estudiantes?

Un proceso importante es la temprana incorporación a la investigación como parte del proceso de estudio a partir de 5 básico y hasta completar la educción primaria, el estudio de casos o talleres en el método de estudio es uno de los cambios más significativos en este nuevo proceso, incorporar este método introduce cambios fundamentales en el proceso de aprendizaje y en la participación del alumno. Este es el cambio más fundamental que requiere este nuevo proceso, el que mejor se adapta a la forma, tecnología y forma de comunicación que nuestros nativos digitales han desarrollado espontáneamente con aciertos y errores.

También es importante Incorporar en nuestras escuelas es el concepto “Alumni”. La base de datos que congrega la vida académica de nuestros alumnos, base de datos que almacena los trabajos y avance académicos. Esto sin duda es un gran avance, ¡Quien guarda hoy el trabajo de un alumno aparte de un registro de notas? Al no guardar el rastro del trabajo de un alumno estamos botando la materia gris fundamental de un niño, un aporte para otros colegios con menores recursos, un soporte para el alumno que esta imposibilitado de asistir y un recurso valioso de la escuela que no puede cuantificar sus avances.

– Uno de los temores de padres y apoderados con la tecnología son el ciberbullying y el grooming, ¿de qué manera se puede evitar un mal uso de la tecnología? ¿Cómo se puede enfrentar en caso de que suceda?

El trabajar en talleres, con la colaboración del tutor en clases y los padres en su casa es poco probable que  eso altere la prioridad de un alumno. Impulsar la creatividad, trabajo en grupo y tener líderes con espíritu motivacional  incrementa el interés por participar de un alumno y disminuye considerablemente el riesgo a la desviación.

Por y para los niños.

Fuente noticia: https://marcelamomberg.wordpress.com/category/educacion/

Fuente imagen: https://marcelamomberg.files.wordpress.com/2012/10/smart-aula-interactiva-2010.jpg?w=523&h=354

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Coral Regí: «Si el niño crea lenguaje y pensamiento propio, es que ha aprendido»

21 julio 2016/ Autor: Pablo Rodríguez/Fuente: El Diari de l´Educació

Coral Regí es inquieta y salta de un tema a otro: cambio educativo, nuevas tecnologías, creatividad, trabajo por proyectos … Esta inquietud, asegura, está también en el ADN del centro educativo que dirige, el Virolai, situado en el Cerro del Carmel, mirador privilegiado de la ciudad de Barcelona. Esta escuela concertada hace doce años que puso en marcha un proceso de transformación con el objetivo de que lo que aprenden sus alumnos en la escuela les sea útil para el día de mañana. Tan fácil de decir y tan complejo de llevar a la práctica. Por el camino han decidido potenciar el trabajo globalizado -en esta entrevista nos explicará en qué consisteix- y las competencias sociales, comunicativas y digitales.

¿En qué ha consistido el replanteamiento educativo de su escuela?

De entrada hay que decir que nuestra escuela tiene la inquietud en su ADN. El proyecto educativo, que tiene más de 40 años, ya contempla que no menos del 40% de las actividades las hacemos en equipo. Pero sí, nos planteamos que las estructuras del centro no se correspondían al momento actual, y desarrollamos tres estrategias para alcanzar en 15 años los cambios educativos necesarios: buscar nuevas metodologías -trabajo cooperativo, proyectos, webquest … – con mucha formación del claustro , abandonar el marco de los contenidos y trabajar por competencias, y plantear un enfoque globalizado del aprendizaje. El cambio educativo pasa por una transformación de todo el equipo, y nunca es de hoy para mañana. Nosotros llevamos 12 años y te diría que no hemos llegado a ninguna parte, y nunca llegaremos.

¿A qué te refieres?

A que la escuela debe educar por el mañana, y como el mañana es tan variable, el formato de la educación debe ser muy adaptable, poco rígido. Me estremezco de pensar que el Diario Oficial de la Generalidad de Cataluña se publique algún día como debemos trabajar por proyectos, por ejemplo. Los centros deben tener autonomía para poder adaptar los aprendizajes.

Pero siempre tienes que partir de un tronco común, unos objetivos a partir de los cuales adaptar los aprendizajes. ¿Cuáles crees que serían?

En primer lugar garantizar una formación en valores sólida, que prepare ciudadanos resilientes, solidarios, con competencias sociales, con cultura emprendedora -no en el sentido de negocio, sino de saber conducir tu vida- … Personas con capacidad de empoderamiento. Y sí, tiene que haber un tronco de competencias comunes para alcanzar. Para mí las comunicativas en todos los lenguajes son clave: leer, escribir, hablar bien, conocer los registros, capacidad de razonamiento … Y a partir de ahí abrirlos al mundo para que no pierdan nunca la ilusión por aprender. También trabajar a partir del fracaso. La cultura Mediterráneo no sólo el penaliza, sino que lo esconde! A los alumnos les tenemos que decir: «Te ha salido mal? Qué bien! ¿Cómo es? Analicemos lo! «. El fracaso no te ha de herir la autoestima, te ha de ofrecer retos para mejorar. En resumen: pies arraigados en el entorno, fortaleza interior ya partir de ahí herramientas para seguir aprendiendo.

Aprender a aprender, es esto?

Sí, y eso hoy implica sobre todo saber gestionar información. El papel del maestro no desaparece, como se suele decir, sino que sube de registro. El profesor debe enseñar a buscar diferentes fuentes de información -nadie aprende de una única fuente-, a analizar con sentido crítico, a resumir, a verbalizar. Todo el proceso de curación de la información hasta llegar al punto sublime del aprendizaje: que el niño sea capaz de formularlo con sus propias palabras. Si el niño crea lenguaje y pensamiento propio, es que ha aprendido. Si llega a casa y explica Gaudí a sus padres, ha aprendido. Aprendemos lo que utilizamos inmediatamente y lo que sabemos enseñar.

Como se traslada esto a la práctica diaria del aula?

Los alumnos, cuando ya han aprendido algo, lo explican a sus compañeros. Un ejemplo: el otro día los niños de P-5 fueron a Quinto y Sexto a explicar algo que habían aprendido. Y no es un juego, ¿eh? Es importantísimo. A veces cuando se habla de cambio educativo la gente cree que es una moda o una diversión, que nos gusta el novisme … y no! Lleva mucho trabajo tanto para el alumno como para el profesor. Para el alumno es más fácil llegar a clase, que le hagan un esquema en la pizarra y que al día siguiente se lo pregunten.

 Has mencionado que en su transformación ha apostado por el trabajo globalizado. ¿En qué consiste?

En un enfoque educativo que va más allá de una materia en concreto o del contenido de un libro de texto. No siempre significa trabajar todas las materias a la vez, a veces puede significar no trabajar ninguno de concreta. No es sinónimo de interdisciplinariedad. Podemos abordar en clase la cumbre de París, si a los chavales les afecta, o el big data. Si queremos que la escuela sirva para aprobar exámenes, el sistema de asignaturas funciona perfectamente. Si queremos que sirva para la vida, debemos partir de problemas reales. Tu generación, por ejemplo, ha aprendido inglés, informática y comunicación fuera de la escuela, y eso es seguramente lo más importante en tu vida laboral.

Hombre, visto así, sí.

Perdemos el tiempo! El aprendizaje globalizado debe introducir las competencias para la vida en el día a día de la escuela.

Pero no todo puede ser trabajo por proyectos. Algún día los alumnos deberán aprender las conjugaciones verbales, o las escalas musicales. ¿O no?

Sí, nosotros dividimos el tiempo escolar en una parte donde hacemos este teball, más instrumental, y luego una parte de trabajo globalizada y otra de expresiones como la música o la plástica.

El trabajo globalizado puede ser útil para aprender cualquier disciplina?

Mi opinión es que debe venir de natural. Si hacemos un proyecto sobre la cumbre de París podremos aprender geografía, estadística, ecología, ética … Pero no todas las materias, tampoco hay que forzar. Lo que hace falta es equilibrar los proyectos. La ciudad, por ejemplo, da mucho juego: se puede trabajar desde la perspectiva tecnológica, literaria, social, ecológica … También trabajamos con periodos interprojectes, durante los cuales los niños hacen preguntas.

Cualquier proyecto es bueno si parte del interés del niño?

No. Hay que intentar conjugar. Algunos vienen ya dados por los docentes para que requieren coordinación por parte de todos los profesores. No todo se puede trabajar de forma globalizada ni todo puede ser planteado por los alumnos. Pero sí a menudo partimos de preguntas. El otro día un niño se preguntaba por qué se hundió el Titanic y sus maestros utilizarlo para trabajar la densidad del agua. Se trata de incorporar proyectos del mundo real, que aprendan cosas trascendentes. Centrar la escuela en el alumno, una frase que puede parecer obvia, pero es que el día a día es muy perverso. A veces parece que la escuela esté hecha para que los profesores enseñen. «Tanto bien que explico, tan bonito que es el tema, y los alumnos no han aprendido nada», se preguntan algunos docentes. Es que tu misión no es hacer una clase muy buena, ni contarte como los ángeles, sino que los niños aprendan!

Potenciar competencias sociales o emocionales puede generar cierta incertidumbre entre los maestros: como saben si los alumnos las están adquiriendo?

Valorar cuestiones cualitativas siempre es complejo. Como medimos la competencia de colaboración? Y los valores sostenibles? No tenemos indicadores, pero los tenemos que buscar. Debemos tener elementos que nos digan si vamos por el buen camino. De momento lo que nos va muy bien a nosotros es el feedback de los antiguos alumnos y los actuales, claro.

No hemos hablado de otra competencia que me consta que le preocupa como centro: la digital. ¿Qué papel juega en el sistema educativo actual?

Nosotros estamos en un programa que se llama de los usuarios digitales a los creadores digitales. No creo en los nativos digitales, nadie nace enseñado, sólo que accede antes a la tecnología. Si queremos educar personas libres deben tener herramientas de control sobre la tecnología: saber programar es crucial conocer el software libre … La capacidad de creación que permiten las TIC es muy potente. En nuestros proyectos intentamos que los productos finales puedan ser vídeos, infografías, pósters, webs … Las posibilidades de creación amplían.

No os da miedo que aumenten las conductas de riesgo como el ciberacoso o el abuso de las redes sociales?

Hay dos principios, que ya les marca el Consejo Escolar. Uno de ellos es la autoridad del profesor, que marca cuando se puede usar y cuando no una herramienta digital. El otro tema es el de las relaciones personales y la convivencia: no uses el móvil para molestar. La incorporación de las TIC debe ser inherente. Como le puedes decir a un niño que no haga una foto en la pizarra en vez de copiarla? Pero si lo hacemos todos! Lo que tenemos que enseñarle es a hacerlo bien. Las TIC deben pasar a ser invisibles.

Me decías que las TIC tienen más potencial creador, pero como se crea un clima escolar de creatividad?

No diciendo nunca que no. Nunca diciendo que algo está mal hecha, aceptando que hay varias formas de hacer. Y también demostrar que el proceso de creación es cansado. A menudo pensamos que el niño creativo es el que tiene ideas. No, el niño creativo es el que tiene ideas buenas y las acaba plasmando. Ser creativo requiere un esfuerzo, no es un juego. A menudo asociamos la escuela antigua en el esfuerzo y la nueva a la filosofía happy flowers. Y no, esta conlleva mucho esfuerzo! Y el profesor debe facilitar, orientar, avisar … Pero nunca descabezar.

La curiosidad se mata fácilmente.

Exacto! Y requiere un esfuerzo, tiene un punto de sufrimiento, de reto. No tener curiosidad es más cómodo, es más conformista.

Fuente: https://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=search&rurl=translate.google.co.ve&sl=ca&u=http://diarieducacio.cat/coral-regi-si-el-nen-crea-llenguatge-i-pensament-propi-es-que-ha-apres/

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