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Tras el confinamiento, estos serían los beneficios de acudir a un campamento para un niño

Por: Carlota Fominaya

Tras unos meses de aislamiento, muchos niños han podido volver atrás en su desarrollo en diferentes aspectos y este recurso podría ser muy beneficioso para ellos, indican los psicólogos.

¿Ir a un campamento este año? La respuesta es que, si se permite su celebración, después de dos meses confinados en casa sin moverse y sin hacer apenas deporte, ni socializar, los niños necesitan salir a jugar, verse con sus iguales, sentirse seguros, arropados, queridos y rodeados de diversión. «Tras unos meses de aislamiento, muchos niños han podido volver atrás en su desarrollo en diferentes aspectos y los campamentos podrían ser un recurso muy necesario para ellos», explica Nuria García Alonso de la Torre, psicóloga infantojuvenil y fundadora de Ayudarte estudio de Psicología.

Para esta experta, estos serían los beneficios para un niño de acudir a un campamento, siempre y cuando se cuenten con las condiciones higiénico sanitarias debidas:

-Mejoran el bienestar físico: Después de tantos meses de aislamiento o salidas limitadas, los niños necesitan volver a correr, saltar y tener la vida activa que no les ha permitido este encierro.

-Incrementan el bienestar mental: Ir a un campamento mejora la salud mental de los niños y logra prevenir o ayudar a mejorar trastornos mentales tanto antes como los que hayan podido venir derivados de este encierro como depresión o ansiedad por estar aislados y encerrados del resto de personas.

 -Potencian la socialización: Los niños necesitan estar cara a cara con otros niños. Las videollamadas nos permite estar en contacto con los demás, sin embargo no todos los niños han podido hablar con sus amigos o no se sienten cómodos o llegan a estar saturados por comunicarse exclusivamente a través de ese medio (por no estar tan acostumbrados).

 -Aumentan la autonomía: Estos meses han podido llegar a generar cierta dependencia del núcleo familiar y es importante ayudarles a que vuelvan a realizar tareas por sí mismos y se sientan preparados para asumir nuevos retos.

-Fortalecer una autoestima sana: Los campamentos permiten que asuman nuevas responsabilidades, tener nuevos logros y sentirse valorados porque alcanzan otros éxitos diferentes a los conseguidos durante estos meses.

-Promueve nuevos aprendizajes: Hasta ahora la formación ha tenido que ser a través de un ordenador, es importante que vuelvan a sentir curiosidad y otra persona que les guíe en su aprendizaje, además de su familia o su tutor. Necesitan nuevos estímulos, metodologías y retos educativos, al margen del curriculum escolar.

-Descubrir nuevos talentos: Estar en un ambiente diferente, permite el autoconocimiento y explorar otras cualidades que pueden no haber aparecido en situaciones ordinarias como verse a uno/a mismo/a más generoso/a, líder etc.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-tras-confinamiento-estos-serian-beneficios-acudir-campamento-para-nino-202005130154_noticia.html

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Libro(PDF) Subjetividades y diversidad en la escuela, en estudiantes de educación media

Reseña: CLACSO

 

Este libro tiene como finalidad presentar los resultados del estudio Subjetividad y diversidad en la escuela, proyecto que hace parte de un conjunto de investigaciones realizadas por el IDEP en 2013 con el ánimo de contribuir a la formulación de recomendaciones de política en temas como educación, convivencia,derechos humanos, ambiente, cultura y otras dinámicas de la vida social, política y económica en los colegios de Bogotá. Coherente con este anhelo de aportar al goce efectivo del derecho a la educación en el Distrito Capital conforme lo establece el Plan de Desarrollo “Bogotá Humana”, aporta recomendaciones a la política pública educativa y al quehacer pedagógico en los colegios públicos del Distrito Capital. El trabajo compilado en la presente publicación reseña los referentes conceptuales y metodológicos que se han desarrollado en diversas disciplinas de las ciencias humanas y sociales alrededor de los temas de subjetividad y diversidad; el proceso investigativo con respecto a las expresiones en la escuela, especialmente con estudiantes de los últimos grados de formación; y las recomendaciones que derivan del proceso, que son útiles para la definición de la política pública educativa y la actividad pedagógica. El estudio identifica las expresiones y la diversidad asociadas a las subjetividades de estudiantes y docentes en 24 colegios públicos. A la vez, analiza sus manifestaciones y el lugar que ocupan en los procesos de enseñanza y aprendizaje, bajo el presupuesto de aportar en la redefinición y en los ajustes de la política pública propuesta en el Plan de Desarrollo de la “Bogotá Humana”.

Autores (as): Peña Sánchez, Javier Adolfo. Talero Córdoba, Luz Stella. Escobar Hernández, Jorge Enrique. Acosta Sánchez, Fabián.

Editorial/Editor: Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico, IDEP

Año de publicación: 2015

País (es):  Colombia

Idioma: Español.

ISBN: 978-958-8780-38-2

Descarga:  Subjetividades y diversidad en la escuela, en estudiantes de educación media

Fuente e imagen: http://biblioteca.clacso.edu.ar/colecciones/saladelectura/index.php?a=q&r=1&hs=1&t=1&q=Pedagog%EDa&j=dl&c=general&fqf=TX&Submit=buscar+en+CLACSO

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Educar para reconstruir a Venezuela

Por: Antonio Pérez Esclarin.

Si es bien evidente que para salir del abismo en que estamos y empezar a construir una Venezuela  reconciliada y próspera, se necesitan  cambios radicales en la economía y la política, lo más difícil e importante va a ser cambiar la mentalidad y la cultura, lo que va a suponer emprender una  cruzada por una  educación verdaderamente humanizadora, que enseñe el respeto, la  honestidad, la solidaridad, la convivencia y el  valor del trabajo. Resulta evidente que la profunda crisis  que vivimos tiene  su origen, su sustento y razón  en la  profunda crisis moral que ha corrompido vidas y conductas,  ha exacerbado la ambición, la deshonestidad y la inmoralidad, y ha hecho de la ley y de la constitución algo inútil porque no se cumplen. Somos un país sin principios ni leyes, donde impera el vivismo, la especulación, la deshonestidad, la violencia. El fin justifica los medios. Todo parece lícito si produce poder o si produce dinero, que son los valores esenciales. Para obtenerlos se sacrifican vidas y personas, se especula y engaña sin el menor pudor y  se recurre a la violencia.

Por ello, cada  día ganan más y más terreno las llamadas economías subterráneas como el sicariato (de lo único que no hay inflación en Venezuela es del valor de la vida que cada día vale menos),  la corrupción, la delincuencia, el secuestro, la prostitución de adultos y de niños, la pornografía, el bachaqueo, la especulación abierta y descarada,   el tráfico de drogas, de  armas, de medicinas, de gasolina, y hasta de personas. El llamado de Jesús “Amaos los unos a los otros”, lo estamos traduciendo por “Armaos los unos contra los otros”. Por otra parte,   propuestas moralizantes y discursos con fervientes llamados a la ética, ocultan con frecuencia, la manipulación, el ansia de poder,  la corrupción, el engaño, la  mentira. Hoy se miente tan descaradamente que ya no sabemos qué es verdad y qué es mentira, pues hemos matado el valor de las palabras, y todas son válidas para lograr los objetivos,

Ante esta realidad, urge una educación  que se oriente a gestar personas respetuosas y ciudadanos honestos, responsables y solidarios, preocupados por el bien común, defensores de los derechos y cumplidores de sus deberes y obligaciones. Y esta  debe ser la principal tarea no sólo de los educadores, sino  también de las familias, del Estado y de la sociedad. Resulta de un gran cinismo pedir a los educadores que eduquen en unos valores que son pisoteados abiertamente. ¿Cómo es posible que algunos gobernantes o connotados políticos que deberían dar ejemplo de probidad,  respeto y honestidad,  traicionan sus principios por dinero,  llevan vida de opulones frente a la miseria de los innumerables lázaros, ofenden, mienten descaradamente, amenazan  a cada rato y no pase nada?

Para ello,  es urgente que  la política se cimente sobre la ética,  y que  la educación recupere su importancia, vuelva a ser una verdadera prioridad nacional, tarea y compromiso de  todos… Padres y maestros deben  reencontrarse y proponerse vivir tanto en la casa como en la escuela  aquellos valores que consideran esenciales para el pleno desarrollo personal y la sana convivencia. Los políticos deben ser, parecer y actuar como ciudadanos ejemplares, y apoyar decididamente la educación, entendiendo que es el medio esencial para  lograr la convivencia, la prosperidad y la paz. No olvidemos que la educación es  tarea de  todos pues todos  educamos o deseducamos  con nuestra conducta y  nuestra vida.

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Entrevista a Stefania Giannini: “No todos han entendido que la convivencia nace en los pupitres”

Entrevista/Autora: Patricia Peiró/Fuente: El país

Stefania Giannini, directora general adjunta de Educación de la Unesco, asegura que cuando se ataca a las escuelas en los conflictos, en realidad se está agrediendo a la indentidad de un pueblo

Stefania Giannini (Lucca, Italia, 1960) es la número uno del sector de la Educación en las Naciones Unidas. En 2018 fue nombrada directora general adjunta de esta área de la Unesco y antes ocupó el cargo de ministra de Instrucción en su país. Giannini, lingüista de formación, se convirtió en 2004 en la segunda rectora mujer de Italia, en la Universidad de Perugia. Acaba de visitar España para participar en la tercera Conferencia Internacional de Escuelas Seguras, un encuentro para abordar la problemática de los ataques a instituciones académicas en situaciones de conflicto y emergencia.

Pregunta. ¿Se ataca más en los conflictos actuales a los colegios y universidades que antes?

Respuesta. Los datos muestran un incremento, ahora mismo hay agresiones en al menos 18 países a instituciones educativas. La idea de dañar una escuela, biblioteca o universidad es un signo de agresión directa a la identidad y a una civilización. Este fenómeno se ha reforzado en los últimos años.

¿Por qué ahora?

Parafraseando al Papa Francisco parece que ahora vivimos una guerra por etapas. Ya no hay grandes conflictos mundiales en los que todo se destruye por bombardeos masivos. El tipo de enfrentamientos que hay ahora son puntuales, a veces ligados a grupos terroristas informales. Esto da lugar a situaciones imprevisibles.

En esta conferencia se ha hablado de que muchas veces los colegios se convierten en búnkeres o cuarteles por parte de milicias ¿Da la sensación de que ya no existen reglas en los conflictos?

La guerra ya de por sí es una ausencia de reglas, es un ataque a la vida. Pero sí, está claro que organizaciones como Daesh o Boko Haram obviamente no respetan ningún estatuto, por así decirlo.

¿Qué marcó el antes y el después a la hora de fijarnos en la protección de los centros educativos en los conflictos?

No sé si hubo un hecho en concreto que pusiera este tema en la agenda, pero creo que el primer avance se produjo precisamente cuando se realizó el primer recuento de escuelas atacadas y qué tipo de agresiones sufrían, algo que hizo la Unesco en 2007. Otro hito importante se dio cuando en 2015 el reto de conseguir una educación de calidad se incluyó en la hoja de ruta de la ONU.

¿Qué se puede hacer para proteger las escuelas y universidades?

Para empezar, la comunidad internacional pone a la educación como uno de los elementos fundamentales en la agenda. La educación inclusiva y de calidad es parte de la agenda 2030 (hoja de ruta de desarrollo marcada por la ONU en 2015) y el ataque a las escuelas es un obstáculo tangible. La recogida de datos, la monitorización y la denuncia son otras de las acciones. Un ejemplo práctico es el programa que hemos puesto en marcha en el norte de Nigeria (donde más actúa Boko Haram) en el que ya participan más de 50.000 chicas. Hemos dado dispositivos digitales para que las alumnas que no pueden desplazarse a la escuela, sean capaces de completar su educación en casa. Los motivos por los que dejan su educación son los matrimonios y embarazos precoces. Creo que esta puede ser una buena solución no solo en situación de conflicto sino también durante las emergencias.

¿Hay un esfuerzo real por parte de todos los países para proteger la educación?

No de todos y no todos del mismo modo. Cuando la situación no es democrática y no tiene determinados valores de base no es tan fácil actuar. En estos lugares se hace más difícil la recolección de información. Pero lo cierto es que cuántos más datos tenemos, más presión externa se puede ejercer a estos Gobiernos.

En su intervención ha hablado de la reconstrucción de Mosul en la que está participando la Unesco como un símbolo.

Mosul llegó a tal grado de destrucción que se acabó con el sentimiento de comunidad. Más allá de la acción humanitaria, que es la inmediata, cuando la población regresa a sus casas no existen las condiciones para que vuelva a haber un ritmo de vida normal. Por eso digo que volver a la escuela es el primer signo de la vida que continúa. En un paso más para reconstruir el sistema, tanto la parte psicológica como la propia actividad diaria.

Y para aquellos niños que no pueden volver a sus aulas porque están destruidas o no es seguro. ¿Se está haciendo un esfuerzo para su integración en el sistema europeo?

Se intenta, pero no todos han entendido que la convivencia nace en los pupitres. Hemos visto que los terroristas jóvenes que han atentado en Europa tienen pasaporte local. Han sido educados en nuestras escuelas así que claramente algo no ha funcionado en el proceso integrador. No quiero decir que la educación es la solución, eso es muy simplista, pero por ejemplo cuestiones que parecen tan prácticas como enseñar la lengua a los niños que llegan es fundamental.

¿El panorama político actual favorece esta convivencia?

Como ciudadana europea e italiana y ahora como representante de la Unesco solo puedo tener la esperanza de que se entienda que, más allá de las ideologías, la integración favorece a la comunidad

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/05/28/planeta_futuro/1559070864_975742_1559071325_noticia_normal.jpg

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/05/28/planeta_futuro/1559070864_975742.html

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«La escuela es la burbuja ‘edadistas’ por excelencia». Entrevista a Carl Honoré

Entrevista/27 Junio 2019/Autora: Eva Cervera/Fuente: El diario la Educación

Al periodista Carl Honoré se le describe como analista social y cazador de tendencias. Su primer libro lo convirtió en el gurú del movimiento de la lentitud (slow), que invitaba a reducir el ritmo vital para disfrutar más de cada momento. Con su nuevo libro bajo el brazo, rompe una lanza a favor de la experiencia y defiende la vejez libre de complejos y prejuicios.

La promoción de un libro -con presentaciones, comidas, entrevistas y viajes de ciudad en ciudad sin mucho tiempo para digerir nada-, no debe de ser el mejor ecosistema para Carl Honoré. Pero este periodista escocés de nacimiento y canadiense de adopción llega a la entrevista caminando lentamente, con un sombrero en la mano, y se toma su tiempo antes de empezar a hablar.

Saltó a la fama con su libro In Praise of Slow (‘Elogio de la lentitud’, en castellano), que se ha convertido en un bestseller y el erigió como gurú del movimiento social que predica pisar el freno del ritmo vital para disfrutar más, conocernos a fondo y poner el foco donde realmente interesa. Para vivir mejor, en definitiva.

Con este mismo objetivo, Honoré ha escrito un nuevo libro: (B) Older. Making the most of our longer lives. En España acaba de salir con el título Elogio de la experiencia (RBA Libros). A través de historias, estudios, informes y datos, el periodista muestra que se puede ser feliz siendo viejo, dignifica el paso del tiempo y rompe los prejuicios asociados a la vejez. En esta entrevista nos cuenta cómo acabar con la discriminación por razones de edad en diversos ámbitos de la sociedad.

Un día oí una frase impresionante: «La experiencia es lo que te llega cuando ya no te sirve para nada». Usted argumenta, por el contrario, que la vejez tiene muchos aspectos positivos que hay que potenciar individual y socialmente. ¿Cuáles?

Pensamos en el envejecimiento como una época desagradable, pero vale la pena vivirla de la mejor manera posible. Es evidente que no tendremos la misma salud y agilidad que cuando éramos más jóvenes, pero muchos otros aspectos mejoran con la edad, como la creatividad, la productividad en el trabajo, la experiencia, la agilidad social … Hay estudios que dicen que la madurez aporta, incluso, ¡más felicidad!

Sus ‘reglas de oro’ para que cada uno acepte el paso del tiempo y lo viva con naturalidad son, entre otras, mantener el cerebro y el cuerpo activos, salir con amigos, aprender continuamente … ¿Qué consejo es el más importante para acabar, además, con la discriminación por la edad?

La convivencia entre gente de diversas edades en todos los ámbitos sociales es esencial para luchar contra la discriminación por la edad. Rodearnos siempre de personas de nuestra misma edad hace que vivamos en una burbuja donde surgen los prejuicios, pero si varias generaciones comparten tiempo, espacio y conocimientos, las mentes se abren y el edadismo se reduce. Sobre todo entre los jóvenes, que empiezan a forjar una visión más optimista de la gente mayor y de su propio proceso de envejecimiento.

¿Cree que nuestra sociedad incentiva esta convivencia entre generaciones?

Lo va haciendo poco a poco. Si ponemos el foco en el ámbito educativo, por ejemplo, ya hay centros que realizan actividades mezclando alumnos de diversos cursos para que aprendan unos de los otros. Esta decisión debería ser, sin embargo, transversal.

¿La escuela ha sido, pues, un caldo de cultivo para los prejuicios contra las personas mayores?

¡La escuela es la burbuja edadista por excelencia! Allí, en una clase, sólo conviven niños de la misma edad.

¿Qué otros cambios debería llevar a cabo el sistema educativo para contribuir a crear una sociedad más inclusiva con estas personas?

El sistema educativo debería implantar dos ideas. La primera idea consiste en transmitir que el aprendizaje no es sólo apto para jóvenes, sino una capacidad que se puede desarrollar a cualquier edad. La segunda idea radica en inspirar a los niños y niñas a ‘visualizar’ cómo será su verdadero ‘yo’ futuro, a imaginar cómo serán dentro de 30, 40, 50 años. Sólo así tomarán conciencia sobre la muerte y la vejez y respetarán todo lo que se asocia con estas etapas. Además, la educación superior debería ser más flexible, con centros y universidades que faciliten más -e incluso potencien- la entrada y la salida de estudiantes a cualquier edad.

En España, el 30% de la gente con más de 45 años afirma haber sufrido discriminación por la edad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). ¿Cómo se puede garantizar la protección de sus derechos?

Existen leyes para proteger jurídicamente a las personas mayores, pero en la práctica no se cumplen. Por eso hemos de iniciar un movimiento social épico, una revolución para hacer ver el edadismo como un acto vergonzoso y socialmente inaceptable, a la altura de los peores actos sexistas o racistas. Tenemos muchos flancos donde se discrimina las personas mayores: el ámbito educativo, el jurídico, el mercado laboral … Incluso el lenguaje que utilizan los medios de comunicación es a menudo edadista, con expresiones como: ‘a pesar de su edad, todavía puede saltar en paracaídas’; o ‘tener 80 años no le ha impedido sacarse la carrera de ingeniero’.

Debemos reinventar el discurso y descartar el lenguaje con sentido peyorativo que transmita la idea de que, a partir de los 35, todo va de capa caída, y que la madurez es el camino hacia la decrepitud, el deterioro, la depresión, la demencia, la pobreza, la soledad… En realidad, esto no es así; diversos estudios y muchas estadísticas contradicen esta idea. La única salida para acabar con los prejuicios contra las personas mayores es difundir estos datos para generar conciencia. Hemos de poner en marcha una potente campaña publicitaria para que todo el mundo se dé cuenta de lo que están pasando las personas mayores y para acabar con su discriminación.

Se habla mucho de las redes sociales y la tecnología como terrenos que fomentan las diferencias entre la gente mayor y la gente joven y promueven los prejuicios. ¿Son, en parte, responsables de esta brecha generacional?

No. Yo soy muy optimista respecto a las redes sociales, porque están rompiendo los fundamentos de la cultura edadista. Como devuelven la autonomía y el poder comunicativo al individuo y democratizan la tecnología, consiguen que todo el mundo muestre en fotos y vídeos la versión más alegre de tener 35 años, 40, 50, 60, 80 … Son fotos y vídeos de usuarios de todas las edades haciendo un abanico de actividades interesantes y positivas. La mejor manera de luchar contra los estereotipos negativos de la edad es crear un paisaje visual que muestre lo contrario y que provoque al espectador sentimientos de felicidad. ¡Evitemos las series, las películas y los anuncios que difundan estereotipos sombríos y tristes de la vejez! La vida no termina a los 35 o 40, por mucho que nuestra cultura nos intente vender esta idea.

¿A quién beneficia la existencia del edadismo?

A una potente industria anti-envejecimiento que mueve mucho dinero al año y saca provecho de nuestro miedo a hacernos mayores. Es verdad que, cada vez más, las revistas femeninas, por ejemplo, evitan utilizar expresiones peyorativas contra la edad y, por lo contrario, incluyen en sus páginas fotos de cuerpos diferentes y mujeres de edades avanzadas. Paso a paso.

¿Como hemos llegado a esta visión negativa del envejecimiento en nuestra cultura? Hay otras donde las personas mayores son las más sabias y más importantes del grupo.

Todas las culturas rechazan y han rechazado a lo largo de los tiempos ciertos aspectos de la madurez. ¡Incluso en el Imperio Romano hacían burla de su gente mayor! Este sentimiento tiene raíces profundamente humanas y naturales: nos da miedo la muerte, no queremos perder fuerza física … Además, la fertilidad nos atrae genética, orgánica y naturalmente, y este es un aspecto clave de la juventud. Por lo tanto, siempre, en todas las culturas, ha habido edadismo; pero desde los años 60 del siglo pasado, hemos puesto la juventud sobre un pedestal. La veneramos, es la época vital a la que todos aspiramos, tengamos la edad que tengamos. La juventud es una etapa de culto. Siempre está presente la idea de que, cuanto más joven, mejor.

Cuando Hillary Clinton se presentó a la carrera por la presidencia de EEUU, un locutor preguntó a la audiencia si quería ver envejecer una mujer, día tras día, en la televisión. Hay quien criticó duramente que la pareja de Emmanuel Macron, el presidente de Francia, tuviera 24 años más que él. El edadismo está muy presente en nuestra cultura, pero parece que todavía no hemos alcanzado los objetivos del movimiento feminista. ¿Estamos preparados para la revolución de la longevidad?

Ahora es el momento. La lucha contra el edadismo encaja perfectamente con la del feminismo, con la del racismo, con los movimientos a favor de nuevas normas de género y sexualidad… Mucha gente de todas las edades está cuestionando el modelo socioeconómico imperante hasta ahora y es consciente de que debe haber otro camino, una re-definición en diferentes ámbitos. Los cambios son necesarios y reivindicar la vejez contribuirá a hacer tambalear y derribar estructuras obsoletas sobre las que se sustentaba, hasta ahora, nuestra cultura.

¿Puede describir cómo debería ser el mercado laboral en un mundo de respeto a la vejez?

Actualmente, la ruta de vida laboral es muy rígida, dividida claramente en tres etapas: la primera es la del aprendizaje; la segunda es la del trabajo, las ganancias y, muchas veces, el planteamiento familiar; y la tercera es la del descanso, que a menudo va asociado a algún voluntariado. Este modelo funcionó cuando la gente moría a los 70, pero actualmente no tiene ningún sentido, porque después de la jubilación todavía pueden quedar 25 años con bastante calidad de vida y capacidades físicas y cognitivas para producir incluso más que antes. Por lo tanto, creo que el mercado laboral debe ser más fluido y debe ofrecer la posibilidad de tomarse años sabáticos para fomentar el aprendizaje continuo. La vida es como un libro de varios capítulos en los que cada uno debe definir qué quiere hacer.

Tal vez, en lugar de jubilarme, yo quiera seguir trabajando, pero solo un día a la semana. El sistema laboral debería garantizar y facilitar esta libertad para aprovechar mi productividad-ya hemos dicho que ésta aumenta con la edad-y para que yo me sienta más útil y sea más feliz en la madurez. Saquémonos el yugo de las tres etapas laborales cerradas y para todos iguales. ¡Reinventémonos la vida!

LAS REGLAS DE ORO PARA VIVIR UN ENVEJECIMIENTO FELIZ

  • Seguir aprendiendo y experimentando.
  • Cultivar las relaciones sociales.
  • Tener referentes que de mayores han hecho grandes cosas: la actriz Helen Mirren, el naturalista David Attenborough o incluso Michelangelo, que reconstruyó la Basílica de San Pedro con más de 80 años.
  • Mantener el cerebro y el cuerpo en forma y comer bien
  • Hacer que cada momento sea especial y evitar cualquier aspecto vital que no aporte alegría.
  • Encontrar un propósito que sea importante en tu vida
  • Ser honesto con tu edad. Dar una cifra inferior da al número de años un poder que realmente no tiene y enfatiza la idea de que la juventud es mejor.
  • Ser flexible y abierto al cambio, el crecimiento y la evolución.
  • Ignorar a quien dice que sexo y amor son sentimientos de juventud. No es cierto.
  • Ser positivo y prestar atención a las ventajas de envejecer: más felicidad, altruismo, creatividad, conocimiento, experiencia.
  • Cultivar el sentido del humor. Reír mejora la salud y alarga la vida.
  • Pensar en la muerte como un acto natural. Tomar conciencia da forma y significado a la vida y hace que cada segundo se viva con toda la intensidad.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/06/27/la-escuela-es-la-burbuja-edadistas-por-excelencia/

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Cortometraje: Igualdad y No Discriminación

Por: DIF Nacional.

El gobierno mexicano ha puesto en marcha una serie de cortometrajes para educar sobre igualdad y rechazar la discriminación por raza, cultura o género. En uno de ellos, por ejemplo, un estudiante no quiere jugar al fútbol con sus compañeras, que le recuerdan que siempre han sido amigos y que ese tipo de comportamientos no aportan nada positivo a la convivencia. Cada vídeo finaliza con un discurso sobre estos valores para que los estudiantes reflexionen en el aula.

Preservar los derechos de niñas, niños y adolescentes es una prioridad para el gobierno federal. DIF Nacional te invita a conocer la serie de cortometrajes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y descubrir de forma divertida en qué consiste el derecho a la igualdad y no discriminación.

Fuente del documento: https://www.youtube.com/watch?v=-4o6tQkJdwo

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¿Cómo abordamos el acoso y el maltrato entre iguales?

Por: Pedro Uruñuela

Sólo si se toma conciencia de la necesidad de priorizar el trabajo y desarrollo de la convivencia es posible abordar con éxito la prevención y la erradicación del acoso.

El pasado día dos de mayo se celebró el “Día contra el acoso escolar”; la prensa escrita y demás medios de comunicación se hicieron eco de ello, publicando noticias, comentarios y análisis sobre este fenómeno.

Conscientemente, he querido dejar pasar unos días antes de volver sobre este tema, abrumado por la cantidad de informaciones incompletas y análisis poco fundamentados que han aparecido sobre el maltrato entre iguales.

Llama la atención, en primer lugar, la proliferación de estudios y ofertas de tratamiento del acoso que aparecen y se hacen llegar a los centros educativos. Algunos, presentados por organizaciones de larga tradición en este campo, están bien fundamentados; otros, por el contrario, son ofrecidos por organizaciones sin experiencia previa ni trabajo en el ámbito educativo, aprovechando la preocupación social existente ante este tema. De la misma forma, aparecen datos contradictorios, con porcentajes de incidencia alarmantes y exagerados, frente a estudios más consistentes que presentan abiertamente las bases de su estudio y de la recogida de datos.

Si se consultan las propuestas y planteamientos de muchos de estos estudios, se echa en falta una definición precisa de lo que es el acoso, delimitando bien su alcance respecto de otros problemas de convivencia. Desequilibrio de poder, intencionalidad y duración en el tiempo son las tres características necesarias para poder hablar de acoso. No puede considerarse que “un empujón” es ya acoso, o que un acto de violencia puntual por parte de niños en la etapa de infantil ya debe considerarse maltrato. Evidentemente, hay que tratar estas situaciones, pero no pueden ni deben confundirse con el acoso y, si queremos erradicarlo, debemos tener muy claro a qué nos estamos refiriendo al hablar de maltrato entre iguales.

En segundo lugar, deben ponerse en marcha procedimientos de recogida de información sobre el acoso que sean aceptados por todas las personas, concretando la forma de realización y los mínimos criterios de calidad que deben tener. Un teléfono de denuncia de las situaciones de acoso puede ser un estímulo para investigar lo que está sucediendo y un indicativo de la preocupación existente, pero nunca puede ser la fuente de datos sobre la incidencia del acoso. Hay que ser más serios y rigurosos, y establecer procedimientos contrastados para conocer su incidencia. La Administración educativa no puede mirar hacia otro lado en este punto.

De hecho, pienso que ha habido una dejación por parte de la Administración que, desde el año 2009 paralizó el Observatorio Estatal de la Convivencia y renunció a los estudios sistemáticos longitudinales sobre la incidencia del acoso en los distintos niveles educativos. Es imprescindible que recupere la iniciativa y el liderazgo en este campo, coordinando las diversas iniciativas y marcando los objetivos y principales líneas de intervención.

Con todo, lo más preocupante en el tratamiento del acoso, en mi opinión, sigue siendo el enfoque parcial que se hace de él. Revisando los artículos y noticias que han aparecido con motivo del “Día contra el acoso”, hay quienes se centran en quienes sufren la agresión y en las consecuencias de esta; otros ponen el acento en quienes la cometen pidiendo mayores sanciones y más mano dura con ellos, pero pocos lo hacen en quienes contemplan como espectadores/as lo que está sucediendo. Se echa en falta un análisis más sistemático de lo que es el acoso, subrayando ante todo su carácter grupal.

En efecto, el acoso es un problema grupal y pone de manifiesto una “patología” en la relación dentro del grupo. El acoso se sustenta en una relación basada en el dominio-sumisión, en la que aquella parte que tiene más poder y fuerza se impone sobre la parte que no tiene recursos, que está en situación de inferioridad y que no sabe cómo defenderse. Y esta situación suele ser conocida por otros compañeros y compañeras que la viven desde una cierta indiferencia, con miedo a ser considerados chivatos si lo denuncian o a convertirse en víctimas por parte de quienes están llevando a cabo estos actos.

Priorizar y señalar el carácter grupal del acoso implica analizar el lugar que ocupa el trabajo de la convivencia en un determinado centro. ¿Es realmente algo principal y fundamental o, por el contrario, apenas se le dedica tiempo a su desarrollo, más preocupados por el tratamiento de los contenidos estrictamente académicos y curriculares? Sólo si se toma conciencia de la necesidad de priorizar el trabajo y desarrollo de la convivencia es posible abordar con éxito la prevención y la erradicación del acoso.

A la vez, en las situaciones de acoso se pone también de manifiesto la no aceptación de la persona que es considerada diferente, a quien se le hace la vida imposible precisamente por ser distinto. Y se puede ser diferente de muchas maneras, desde el color de la piel a los hábitos de estudio, pasando por la pertenencia a otra cultura o etnia distinta. Aceptar la diferencia y a las personas diversas es uno de los ejes fundamentales del trabajo de la convivencia, puesto claramente de manifiesto por las situaciones de acoso.

Se ha insistido estos días mucho en la necesidad de protocolos de actuación, en su ejecución inmediata, etc. Pero se ha echado de menos poner el énfasis en la prevención, en adelantarse a las situaciones de maltrato, en un enfoque proactivo que trate de evitar la aparición de estas situaciones de maltrato. En las acciones contra el acoso entre iguales el 90-95% del tiempo debe dedicarse a la prevención, a trabajar las capacidades y valores que favorecen la convivencia en positivo. No hay que olvidar que los protocolos son útiles cuando ya ha aparecido el problema, que llegan tarde, que el esfuerzo principal debe centrarse en la prevención y la capacitación para la convivencia.

Como he señalado, esto sólo es posible si el trabajo de la convivencia ocupa el lugar que le corresponde en la acción educativa, si se acepta que, junto a los aprendizajes más académicos, convivir es también uno de los aprendizajes básicos y fundamentales que deben llevar a cabo todos los alumnos y alumnas. Es necesario tener en cuenta que la convivencia es bastante más que la disciplina, que no puede reducirse a su valor instrumental de servir para poder dar las clases, que se trata de un aprendizaje imprescindible no sólo para generar un buen clima en el centro, sino también para contribuir a la calidad de la vida futura de nuestro alumnado y de toda la sociedad.

De la lectura de lo publicado estos días se deduce también una impresión: el acoso es un problema de los centros educativos, y es en ellos donde debemos centrarnos. Creo que, con este planteamiento, se olvida que los centros son el reflejo de la sociedad en la que vivimos, que la violencia presente entre los iguales tiene mucha relación con la que viven el alumnado fuera del centro. No puede responsabilizarse sólo a los centros educativos de la violencia entre iguales que pueda darse en su interior.

Desde colegios e institutos se quiere educar en el buen trato, en el respeto de los diferentes, en el diálogo y la escucha de la otra persona, en el rechazo de todo tipo de violencia, en el cuidado de todas las personas y especialmente de quienes más lo necesitan… Sin embargo, nuestros alumnos y alumnas ven continuamente ejemplos contrarios a lo que buscamos, situaciones de violencia, descalificaciones continuas de quien piensa de otra manera, competitividad, querer vencer a toda costa y por los medios que sea, y otras muchas situaciones de la vida cotidiana. Tras la contemplación, aunque haya sido esporádica, de la campaña electoral recientemente celebrada, ¿qué conclusiones, qué modelo de relación han podido aprender y asimilar nuestros alumnos y alumnas? ¿No hemos visto ejemplos clarísimos de acoso y maltrato, por encima del respeto y de la aceptación de las diferencias?

Vivimos en una sociedad violenta, basada en valores de competitividad, exclusión, lucha por ser los primeros, por ser los mejores y, en el mundo educativo, todo ello asegurado por las leyes educativas vigentes, la LOMCE y su desarrollo. Pongamos la convivencia positiva y sus valores en el centro de la acción educativa, denunciemos y rechacemos toda forma de violencia y trabajemos por la capacitación de nuestro alumnado y del profesorado para hacer posible una convivencia positiva. Y, también, exijamos esto mismo a las nuevas autoridades que se van a hacer cargo de la educación en el nuevo gobierno.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2019/05/21/como-abordamos-el-acoso-y-el-maltrato-entre-iguales/

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