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Para repensar y actualizar la educación política

Por: Jorge Díaz Piña

Sin pretensiones de dar lecciones, o de tener la última palabra al respecto, si pretendemos poner en juego reflexivo la pertinencia del uso de algunas pocas significaciones en el terreno de lo político y de la política, valiéndonos para ello de la presentación problematizadora de algunas nociones por autores reconocidos en estos ámbitos, y muy lejos de un enfoque manualesco o dogmático al respecto. Nociones escogidas por el uso disputado frecuentemente en el confrontado espacio político entre la “derecha” y la “izquierda”. Palabras-conceptos desde las que se nos inscribe o sujeta ideológicamente al significar la realidad con ellas, a decir de Juan Carlos Monedero en su texto El gobierno de las palabras (2011), ya que no portan neutralidad u objetividad alguna, como lo indica Rigoberto Lanz en su libro Las palabras no son neutras (2005), poniendo así sobre el tapete la urgencia de elucidar su poder de sentidizar a través de su régimen y lugar o posición semiótica de enunciación, por cuanto el poder circula a través de lo que se hace decir o repetir acríticamente. Sin dejar de considerar que muchos de esos términos o significantes, por agotamiento de su correspondencia instituida de significación con lo que anteriormente  referían o definían hegemónicamente (poder de significación), han quedado a la deriva, sin anclaje sociopolítico en la realidad sociocultural, por lo que han perdido su hegemonía ideológica. Lo que da pié para resignificarlos o reemplazarlos por otros significantes en la lucha por la hegemonía. Y sin confundir con la noción de “significante vacio” propuesta por Ernesto Laclau en su libro Razón populista (2005), con la que quiere referir la generalidad incluyente y unificadora políticamente sentidizadora que puede traducir un significante de modo estratégico, unificando a distintos sectores sociales, al reunir, ampliar y hacer equivalentes trascendentalmente en una cosigna sintetizadora y superadora, por ejemplo, las demandas socioeconómicas populares expresadas con términos reclamantes menos incluyentes o parciales por específicos o particulares respecto de sus necesidades insatisfechas, en su lucha ya no inmediatista, sino estructural, por satisfacerlas.

Incursión ésta que hacemos sin poses ficcionadoras de  erudición, sino desde nuestra implicación en las luchas políticas a favor de la emancipación de nuestro pueblo indoafrolatinoamericano, y más particularmente, venezolano. Asumiendo que no es posible pensar su liberación, sin emancipar previamente al pensamiento de sus ataduras a ideas o concepciones, o a mitos, que reproducen la dominación política. Esta incursión aproximadora  la realizamos a partir de la controversial afirmación de que lo político y la política están en crisis, ocasionando su desfundamentación, y que desde aquí revisamos escuetamente, recurriendo a lo planteado sobre ello por unos cuantos investigadores, en torno a algunas derivaciones para la praxis política. Algunos de ellos europeos pero investigadores internacionalistas impugnadores del eurocentrismo y, por ende,  de la dominación neocolonial capitalista. Revisión que esperamos contribuya en algo a la educación o formación política crítica de los activistas y recién iniciados en el campo de lo político, o al debate fructificador. Hacemos la aclaratoria previa de que con el uso de la variante pronominal “lo”,  precediendo al adjetivo “político”, lo político, no se desea expresar en esta reflexión una orientación filosófica ontológica (caracterización del ser), ni óntica (en tanto ente), de la política, de dichos conceptos.  Aunque no la descartamos, la subsumimos en un intento de aproximación transdisciplinaria y transcompleja.

Lo político y la política pasan por una crisis de fundamentación y de legitimación. Tanto  por la falta de sustentación de lo político debido principalmente a la indecibilidad o inaprehensión de lo social asociado como fundamento en la teoría política, como por el injustificable oportunismo del pragmatismo vulgar y la instrumentalización extrema de la política en su accionar ante la  contigencialidad que rige en la sociedad. Crisis que al parecer, desaconseja la búsqueda de nuevas fundamentaciones y legitimaciones fuertes o sólidas, o ante la cual,  en todo caso,  hay que aceptar las fundamentaciones débiles (Vattimo, 1991) y las legitimaciones líquidas (Bauman, 2006)). Crisis provocada a su vez, por la sobredeterminación de una  crisis de mayor envergadura que  implica y arrastra al imaginario paradigmático de lo político y la política, la crisis de la Modernidad, que se pone en evidencia con la caducidad y el colapso de sus certezas o verdades  incontrovertibles en todos los ámbitos que ficticiamente consolidó (sociales, culturales, económicos, científicos, tecnológicos, educativos, etcétera), y la apertura de las incertidumbres, al fracasar en sus intentos para dar cuenta de la nueva socialidad en constitución imperante (Lanz, 1998)). Modernidad, en tanto modelo epocal civilizatorio agotado y vaciado de sus ideas-fuerza rectoras y hegemónicas en los paradigmas guías construidos histórica y discursivamente desde la Ilustración europea (desarrollo, progreso, emancipación, sujeto,  capitalismo, socialismo, contrato social, democracia, soberanía, representación, ideología, mercado, libertad, revolución, liberalismo, neoliberalismo, igualdad, justicia, fraternidad, autodeterminación de los pueblos, verdad, Estado, república, partidos, sociedad civil, equilibrio de poderes, etcétera). Momento  histórico y socio-cultural éste, que se ha calificado como Posmodernidad.  En un contexto indoafrolatinoamericano en el que se impuso históricamente la modernización política como adaptación funcional a favor de los intereses imperialistas neocoloniales emergentes de entonces, por vía de una fragmentación  desintegradora de la unidad territorial en Estados nacionales no-nacionalistas como remedos de los Estados-Nación europeos. Una neocolonial modernización sin modernidad que nos condujo, después de las luchas anticoloniales o independentistas, debido al ideario o ideología modernista de nuestros independentistas y posteriores dirigentes político-gubernamentales oligárquicos y burgueses, entre otros aspectos, a Estados capitalistas dependientes sin pueblos soberanos; a simulacros jurídicos de los contratos sociales constitucionales por vacios de justicia, igualdad y equidad; a democracias dictatoriales y sin ciudadanos; a  repúblicas sin republicanos, etcétera. Herencia histórica que se instaló como perversa tradición política, y que nos convierte en deudores con la necesidad de repensar críticamente dichas nociones, conceptos y categorías europeriféricas primordialmente, para producir un pensamiento político que nos oriente a superar emancipadoramente esa presente colonialidad atávica, que nos induce a pensar identificadoramente con ella, en contra de nuestras alteridades.

La crisis ha defenestrado y desfondado también el intento progresista de fundar éticamente la orientación de lo político, y de apoyar la política en la normatividad moral, obstaculizando o  paralizando la articulación entre el “sujeto” y el proyecto ético-político transformador que  direccionaría su actuación transformadora. Entrecomillamos el término sujeto por cuanto ha sido  impugnado en su formulación moderna, ya que se considera que su concepción como voluntad histórica predestinada  y como fundamento sociopolítico último trascendente en el caso del sujeto proletario, en tanto garante de la revolución socialista, se ha evidenciado inconsistente; metaforizando posmodernamente esta apreciación, en la frase “muerte del sujeto”); y, por otra parte, a partir de estimar la adscripción acrítica de los individuos a los imaginarios políticos impuestos que lo alienan (a la ideología reproductora, al poder imperialista, al Estado, al partido, etcétera), se advierte que el concepto de sujeto es sinónimo de sujeción, de sujetado).

Bastaría para evidenciar la falta de  fundamentación ética, más allá de la retórica demagógica, la falta de  reconocimiento de la otredad o la alteridad (el compromiso con los otros, el pueblo, con su dignidad, tarea primordial,–desde nuestro punto de    vista-, de la recreación y recontextualización de lo político y de la política);  y la corrupción generalizada de los políticos de oficio o profesionales, como ejemplo de la inmoralidad campeante.  Lo que ha contribuido a la apoliticidad, o a la antipolítica, de extensos sectores sociales en las diferentes sociedades, cuando no a la “transfiguración de lo político” (Maffesoli, 2005), en la que paradójicamente lo público redefinido muestra signos de su  reconfiguración en las denominadas neotribalizaciones (reagrupamientos empáticos y emotivos transitorios pero recurrentes de expresión y manifestación colectivas contra lo instituido), pese a las mediatizaciones massmediáticas que virtualizan digitalmente lo público espectacularizadamente, y que convierten al público  en pasivos espectadores y comentaristas superficiales y efímeros,  banalizando así, los asuntos públicos.  Aspectos diversos de la crisis de lo político y de la política, que han conducido a que se emplee como término descriptivo y metafórico por sus efectos, el de “fin de la política”.

Lo político como noción distinta de la política, surgió como aporte de Carl Schmitt con su texto El concepto de lo político (1999).  En este, plantea como especificidad definitoria de lo político el  par categorial, amigo-enemigo, resaltando, por ende, el antagonismo. Dicho antagonismo, en tanto fundamento, lo autonomiza o independiza de los contextos en que empíricamente pueden producirse conflictos sociales entre actores, grupos o gobiernos antagonistas en un momento dado, así como  de los asuntos prácticos respecto al  Estado o el gobierno, o de relaciones entre estos últimos con otros Estados o gobiernos, para los cuales reserva la denominación de la política. No obstante la diferenciación y autonomización de lo político con relación a la política, esta debe someterse referencialmente a los criterios de lo político, para actualizarse en su despliegue. Es de observar, ante lo expuesto, que el criterio amigo-enemigo schmittiano, conlleva su  inactualidad o inaplicabilidad conceptual de lo político cuando las sociedades o los Estados transitan una relativa estabilidad u orden sin antagonismos o fuertes contradicciones de resolución dialéctica, lo que no quiere decir que dejen de  existir rivalidades o confrontaciones políticas, seguramente existirán como inherentes a lo social, pero de baja intensidad, sin antagonizar.  Sin embargo, para algunos analistas, entre los que se encuentra Chantal Mouffe con su texto La paradoja democrática (2012), de los planteamientos de Schmitt, en torno al antagonismo amigo-enemigo, entre el “nosotros” y el “ellos”, que tiende siempre al desarrollo de la violencia política contra “los otros”, o entre ambos, se puede derivar una consideración crítica  para la posición socialdemócrata de Mouffe, quien reivindica, junto a Ernesto Laclau (ob. cit.), la democracia liberal en tanto defensora e instituyente de los derechos humanos, al transfigurar el término antagonismo en “agonismo” como forma de manifestación de aquél, que implica una relación entre “adversarios” y no entre enemigos, o de “enemigos amistosos”. Siendo también, para Mouffe, la categoría de adversarios, una conceptualización clave para definir la política pluralista y democrática moderna que suscribe, y a la cual  le atribuye el atributo de significante central para la comprensión cabal de la democracia posible en tanto “pluralismo agonista” o  “democracia agonística”. Con estos argumentos, Mouffe cree descartar los planteamientos de Schmitt sobre la imposible conciliación de la democracia igualitaria colectiva,  con el liberalismo disociador de la libertad mercantil individualista, entre lo colectivo y lo individualista, por ser aspectos contradictorios, uno niega la posibilidad de existencia del otro, en el régimen de la democracia liberal, al defender lo que considera como la paradoja democrática, la condición de posibilidad de su coexistencia pese a su contradictoriedad. Libertad individualista calificada por los renombrados filósofos, G.W.F. Hegel y Paul Ricoeur (Ricoeur, 1986), como libertad salvaje por incitadora de la competencia o rivalidad antagonista y de la violencia destructiva, y contraria a la libertad sensata, de aceptación de la diferencialidad igualitaria con los otros y de la necesaria institucionalidad estatal para regularla justicieramente. Asimismo, con esa categoría que asume la imposibilidad de una política sin adversario, Mouffe critica a quienes quieren hacer creer desde posiciones liberales y neoliberales, que el ciclo de la confrontación política, iniciado con la Revolución Francesa (“revolución de los iguales”) en Occidente, culminó en un mundo globalizado sin igualdad, y que, por tanto, la separación y conflictividad entre izquierda y derecha, o entre democracia social radical y fundamentalismo neoliberal capitalista de mercado, es una herencia negativa de un pasado remoto, que debe ser superada y dar paso al dialogismo de una “democracia de las emociones”, fundamentada en el individualismo, como lo planteó Anthony Giddens (Mouffe, 2012). De igual modo, como formuló el neoliberal, John Rawls (ob. cit.), con su noción de “sociedad bien ordenada”, se quiso desdibujar la presencia de un adversario como expresión legítima en los ámbitos de la esfera pública democrática.  De la misma manera, critica a quienes pretenden evacuar neoliberalmente la dimensión del antagonismo o agonismo del plano constitutivo de lo político, al invocar la sobreposición del ilusorio “interés general”, por invisibilizador ideológico de las injustas diferencias y desigualdades existentes.

En definitiva, para Mouffe, son las relaciones disimétricas de poder o de fuerza, la lucha por hegemonía (dirección intelectual y moral de la sociedad en la constitución de las identidades colectivas), y el inevitable antagonismo de lo social (producido estructuralmente por la desigualdades que genera el modo de producción capitalista), devenido éste en agonismo democrático, lo esencial constitutivo de lo político. Aquí, además, habría que agregar en relación con el referido concepto de democracia liberal, lo indicado por Rigoberto Lanz críticamente en torno al discurso democrático en el texto El malestar de la política (1994), al señalar que es una operación ideológica ocultadora de la inseparable relación existente entre toda forma democrática y el poder, cuando se descontextualiza, universaliza o neutraliza  la noción de democracia. Los grados de respeto por las libertades públicas, los márgenes de tolerancia, y los escalones interpuestos institucionalmente entre el ciudadano y el Estado (procedimientos y métodos administrativos “democráticos”), son siempre la resultante de relaciones de fuerza.  Lo que se tendría por democracia, tanto en los países capitalistas hegemónicos, como en los periféricos hegemonizados, al margen de toda mistificación de la democrática “libertad”  vigilada por el Estado imperialista y el dependiente, es un inestable compromiso político de gobernabilidad entre intereses contradictorios.

Será Paul Ricoeur quien posteriormente, con su ensayo La paradoja política (1990), y otros textos, continúe con la diferenciación entre lo político y la política. El establece una distinción entre la autonomía de  lo político respecto de la política pero asumiendo a ambos como aspectos relacionados paradójicamente. Mientras que lo político se corresponde con la racionalidad organizacional de la sociedad, junto con los criterios para la toma de decisiones estatales y la regulación de las relaciones  de poder, con base ideológica en la identidad narrativa que proporciona la interpretación hermenéutica prevaleciente de las tradiciones histórico-políticas asumidas; la política sería  la toma efectiva de las decisiones en el ejercicio práctico del poder pero en el marco de las luchas sociales por éste. La paradoja política, radicaría entonces, en la conflictividad de la racionalidad de lo político y en la inevitabilidad de la lucha por el poder político, en la contradicción entre el ideal racional y la contingencia sociopolítica. Lucha social antagonista que puede violentarse al incidir el residual de violencia que queda luego de luchas previas, y que reaparecería posteriormente, produciendo nuevamente violencia, según Ricoeur. Para él,  la relación de lo político y de la política se manifestaría  en la representación figurativa de una estructura ortogonal compuesta de un plano horizontal y otro vertical. El plano primero, está formado por el querer-vivir-en-conjunto de modo jurídico-racional por medio de la regulación del Estado a través de una constitución, y, el segundo plano, por la distinción jerárquica de tipo institucional entre gobernantes y gobernados, siendo estos últimos, quienes eligen y revocan a los gobernantes. La paradoja política, se evidenciaría  en el desequilibrio de la estructura ortogonal cuando se aspira que el poder proceda del querer-vivir-en-conjunto, sin que la relación jerárquica institucional de poder se debilite o diluya para efectos de la toma de decisiones.  En otros términos, que la tendencia democrática radical igualadora y justiciera del plano horizontal de poder, no obstaculice o impida el plano vertical jerárquico institucional decisional del  poder de Estado.  Un señalamiento crítico a tener en cuenta en las formulaciones de lo político en Ricoeur, sería la de ubicarlo en una esfera demasiado ideal y separada con relación a otros ámbitos de la realidad social, lo que le imposibilitaría  considerar la presencia y actuación, por ejemplo,  de las existentes relaciones sociales de poder en campos como el de las prácticas económicas.  Además, no tiene en cuenta la anticipación estratégica de la trascendental  perspectiva histórica emancipadora futurista posible, de la reabsorción de lo político-estatal y de la política-gubernamental por el pueblo, que al asumirlos reconvertidamente, administrativa y funcionalmente en su cotidianidad, neutralizaría las relaciones de poder dominante del Estado-gobierno sobre la sociedad, en el marco de su extinción, formulación ésta hecha por  Karl Marx.

Ahora resulta pertinente, por la contextualización indoafrolatinoamericana de la teoría política que realiza,  exponer sucintamente la contribución de Enrique Dussel formulada en sus textos 20 tesis de política (2010) y Política de la liberación II (2011), sobre lo político y la política.  Para él, la recreación de la teoría política tiene que trascender los criterios liberales burgueses y los del socialismo real (o “capitalismo de Estado”), porque han devenido en concepciones que favorecen la corrupción política por la fetichización del poder, y la administración burocrática de la dominación del pueblo. La nueva concepción de la teoría política, contraria a la  creada por el imaginario de la Modernidad, que se originaría desde el reconocimiento primario y socialmente trascendente de la voluntad-de-vivir de las comunidades, ha de inscribirse en su revolucionaria teoría de la ética liberadora del pueblo-víctima de la explotación económica, de la dominación política y de la hegemonía ideológico-cultural de las clases sociales oligárquicas y burguesas imperialistas neocolonizadoras y las nativas aliadas, por consiguiente, debe formularse desde la Transmodernidad (negación y superación decolonial del imaginario de la Modernidad eurocéntrica).  Para estudiar lo político y la política, utiliza el concepto de campo político con antecedentes teóricos en las concepciones del sociólogo francés Pierre Bourdieau.  Concibe el campo político como un espacio  ocupado por sujetos  y fuerzas políticas cooperantes, coincidentes y en conflicto porque se disputan el poder político del Estado. Lucha por el poder político que se especifica en dos vertientes: la potentia que siempre refiere al poder potencial y realizador por instituyente, del pueblo,–concebido como comunidad política soberana en su intersubjetividad–, que precede al poder constituyente, y la potestas, que hace referencia a la fundamentación y legitimación del poder instituido y al tipo de interacción  del  pueblo con los que gobiernan por delegación. Quienes tienden a fetichizar al poder al identificarse burocráticamente con él, autoafirmándose despóticamente respecto del pueblo, por la alienación que produce la representación del mismo que poseen (asumen que ellos son el poder soberano), y por la falta de contraloría popular directa sobre ellos y su gestión. Envileciendo así, su relación con el pueblo, el “demos”, al desobedecer el mandato que les confirió, o corrompiéndose por ello (situación ésta que ayudaría en la explicación y superación de la crisis de dirección revolucionaria que atraviesa en la actualidad el bloque de las fuerzas populares socialistas, democrático-radicales y progresistas en Indoafrolatinoamérica, debido al tipo de conducción política neoliberal y neopopulista, o reformista burgués,  que ejercieron y ejercen sus dirigentes desde posiciones alcanzadas en el gobierno de algunas naciones sin propiciar cambios estructurales, en nombre de los sectores populares pero escamoteando la edificación de su poder popular autónomo, de su potentia y potestas).

Interacción conflictual gobernantes-gobernados, ante la que Dussel  opta comprometidamente por favorecer la interacción del tipo democrático radical de “gobernar obedeciendo al pueblo” o “poder obedencial”, que se puede concretar por vía de lograr el consenso en las decisiones y acciones a tomar con base en la simetría de poderes y en argumentos discursivos dados, y no por medio de la usurpación de la participación decisional del pueblo, ni de la violencia o coacción  ilegítimas; de ese modo la razón práctica discursiva otorgaría la legitimidad a la combinación política imbricadora de la potestas con la potentia, de la representación gubernamental con la responsable participación popular fiscalizadora.  Participación popular contralora que se desplegaría y actualizaría a través de mediaciones instrumentales institucionalizadas no burocráticas, en la perspectiva estratégica dialéctica de la transformación revolucionaria de un nuevo momento instituyente del pueblo, de la praxis liberadora o política de la liberación, del paso de la potentia a la potestas, y no de su inclusión en el sistema instituido de la dominación política burguesa; por tanto, no se trata de inclusión, sino de transformación.  Atendiendo además, según Dussel, a la “disolución del Estado” en la sociedad civil, tendencia hacia el gobierno autogestionario al propiciar la identificación progresiva entre representación instituida y representados como factibilidad estratégica (quizás sea ésta, la única posibilidad de superar la recurrente o persistente “crisis de representatividad”, que pone de manifiesto la endeblez, la imposibilidad histórica o la ficción política de tal noción de representación), en la que el Estado es subjetivado por la compartida asunción responsable  de los ciudadanos de las funciones objetivadas en instituciones estatales, que de esa manera, irán  decreciendo. De aquí que Dussel conciba lo político como el despliegue del poder político fundamentalmente como potentia; y la política, como la disyunción necesaria, inevitable y ambigua entre potentia y potestas, expresada esta última, en su determinación institucional por la potentia principalmente.

Para concluir estas anotaciones en torno a lo político y la política, deseamos enfatizar la necesidad de autoemplazarnos intersubjetivamente para repensar críticamente los discursos que regulan nuestras prácticas políticas.  Exigencia que se nos impone frente a la prevaleciente disociación de pensamiento y política, que conduce al practicismo ciego o a su justificación por el pragmatismo teórico estéril (aplicación mecánica de nociones codificadas dogmáticamente en manuales o similares, para interpretar la realidad a cambiar). Estéril por infecundo analíticamente para recrear una teoría que guie la acción política transformadora, que es la exigencia histórica planteada con urgencia, y superar de ese modo, la crisis de dirección o conducción revolucionaria que atraviesa el movimiento popular indoafrolatinoamericano, y que ha ocasionado, junto con el fetichismo del poder denunciado, reveses con retrógrados y trágicos efectos prácticos para la construcción del poder popular autónomo e independiente, único garante de la transformación revolucionaria. Construcción del poder popular autónomo e independiente (“lo político”), que debe ser asumida como un acontecimiento producto del antagonismo social (“lo social”), en un contexto o momento signado por la contingencia de lo estructural-coyuntural. Siendo entonces, el acontecimiento, resultado del agenciamiento (“la política”) entre las condiciones socio-económicas emergentes y la manifiesta  multiplicidad de la multitud subversiva del pueblo, que se expresa como contingencialidad de la crisis estructural capitalista. Contingencia que no es accidental, ni azarosa, por ser emergente coyuntural de condiciones favorables para el agenciamiento del acontecimiento.

REFERENCIAS

Bauman, Z.  (2006)  Modernidad líquida. México: Edit. FCE.

Dussel, E.  (2009)  Política de la liberación II.  Caracas: Edit. El perro y la rana.

_______  (2010)  20 tesis de política. Caracas: Edit. El perro y la rana.

Lanz, R.  (1994)  El malestar de la política.  Mérida: Edit. ULA.

______  (1998)  Esa incómoda posmodernidad. En Follari, R. y Lanz, R. (Comp.), Enfoques Sobre la posmodernidad en América Latina. Caracas: Edit. Sentido.

______ (2005)  Las palabras no son neutras.  Caracas: Monte Avila Edit.

Maffesoli, M.  (2005)  La transfiguración de lo político, la tribalización de la sociedad. México: Herder Edit.

Monedero, J.C.  (2012)  El gobierno de las palabras. Caracas: Edit. FCE-MPPEU/CIM.

Mouffe, Ch.  (2012)  La paradoja democrática.  Barcelona: Edit. Gedisa.

Ricoeur, P.  (1990)  La paradoja política.  En Historia y Verdad. Madrid: Edit. Encuentro.

________  (2012)  Política, sociedad e historicidad. Buenos Aires: Edit. Prometeo.

Vattimo, G.  (1991)  Posmodernidad: ¿Una sociedad transparente? En Vattimo y otros, En Torno a la posmodernidad. Madrid: Edit. Anthropos.

 

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Paraguay: Hay universidades pro lucro pero sin ciencia, lamenta Ovelar

Paraguay / 24 de mayo de 2017 / Fuente: http://www.paraguay.com

VIDEO. La exministra de Educación, Blanca Ovelar, habló sobre la situación educacional que están atravesando las universidades intervenidas por el Cones. «Vinimos advirtiendo sobre esta crisis», afirmó.

“La educación superior está sumida en la más profunda crisis institucional. El desorden que hay es de tal magnitud que se requiere enorme capacidad y fuerza política para corregir las distorsiones que existen”, afirmó la senadora.

Ejemplificó la situación con una anécdota de una estudiante que le dijo que su universidad no es de garage porque tiene equipamientos. También compartió la historia de una casa de estudios que enseñaba Odontología de lunes a jueves de 19:00 a 21:00 horas, sin embargo, sus equipos eran los más modernos.

«Estas instituciones pro-lucro no tienen Ciencia y no apuntan al fin máximo de las universidades que es el de formar un conocimiento riguroso del progreso humano en cada área», alegó Ovelar para el programa Bajo la Lupa de Noticias Paraguay.

Así también se desligó de poseer o estar como autoridad en una institución de educación terciaria y «ni siquiera de un jardín de infantes». De tal forma, manifestó que no está en contra de las universidades privadas, si no más bien que estas deben administrar el bien colectivo para posteriormente retribuir a la sociedad.

Como solución para salir de este problema, sugirió que se debe invertir en la educación, modificar ciertas leyes para ajustar su rigurosidad y crear una legislación donde en las propias universidades formen a su plantel docente.

Asimismo, Blanca Ovelar planteó la situación de muchos alumnos que al reclamar sus derechos, se les entrega su certificado de estudio y se lo echa. «El Estado debe también asistir a estos jóvenes».

Concluyó de que no habrá una solución mágica a este problema porque es un déficit educacional y científico instalado en este rubro.

Fuente noticia: http://www.paraguay.com/nacionales/universidades-pro-lucro-sin-ciencia-163032

Foto: https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTWuta5A9DUmcHjv26HT5MFXeAR6Ko1Q6O_sPrSQ1G5c3TR24crFA

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Kenia: Varsities risk closure if they don’t pay debts

Kenia / 22 de abril de 2017 / Por: OUMA WANZALA / Fuente: http://www.nation.co.ke

A crisis looms in the higher education sector after the regulator threatened to stop any engagement with universities that have not paid service charge since 2015.

The Commission for University Education (CUE) said it will halt processing applications for programmes or campus accreditation for such universities.

“Further, the concerned institution and its programmes will be removed from CUE’s list of accredited and chartered universities,” warned the CUE at a meeting with university council members in Naivasha last week.

The row involves hundreds of millions of shillings supposed to have been paid by universities after the charges were raised in 2014 by the then commission chaired by Professor Henry Thairu.

The increase caused a protest by the institutions, which expressed their fear that it could led to an increase in school fees. The charges were revised in July last year.

There are 70 universities with 539,997 students but CUE did not indicate how many have defaulted.

REMUNERATE EXPERTS

CUE is demanding payment of 2015/16 debts, which were based on the previous gazetted service charge, and new service charges for 2016/17, based on the current revised charges.

On Wednesday, CUE’s acting chief executive officer, Professor Walter Oyawa, did not respond to queries on how much the universities owe the regulator.

Explaining the increase, however, CUE said it needed money to remunerate experts involved in quality assurance in institutions of higher learning. It also cited the government’s move towards cost-sharing and reduction of capitation to public institutions.

In the 2014 charges that were to be implemented in the 2015/16 academic year CUE had demanded Sh1,000 for quality assurance per year for every student enrolled for a bachelor’s degree, Sh1,500 for master’s and Sh2,000 for PhD while a post-graduate diploma was to cost Sh800. However, the new charge agreed upon last year is Sh1,000.

INTERIM AUTHORITY

Annual accreditation charges per academic programme was Sh640,000 but was reduced to Sh320,000 while establishment for grant of letter of interim authority or new constituent college is Sh405,000 from Sh810,000.

CUE was demanding Sh960,000 for a charter award but has reduced that to Sh480,000 and cut quality audit from Sh1.8million to Sh900,000 with e-academic programme costing Sh320,000 from Sh640,000. Campus accreditation cost Sh300,000 but is now Sh150,000.

Authority to collaborate was charged Sh810,000 per degree programme but it is now Sh405,000 with a local university and Sh385,000 a foreign one.

CUE said the charges were last revised in 2002 — except those for recognition and equation of qualifications, which was done in 2008.

It noted that, subsequently, major policy decisions such as establishment of campuses had been made and implemented by university management arbitrarily.

Fuente noticia: http://www.nation.co.ke/news/education/Universities-risk-closure-over-debts/2643604-3895932-b3n4ivz/index.html

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La universidad británica, tambaleada por el ‘brexit’

19 Marzo 2017/Fuente:cincodias /Autor: PABLO SEMPERE

La financiación y la movilidad de personas preocupan a los centros académicos británicos

El pasado miércoles, una carta hecha pública por los responsables de 35 colegios de la Universidad de Oxford instaba a los diputados británicos a proteger los derechos de los comunitarios que residen en Reino Unido una vez que se active el brexit. En la misiva, los directivos exigen a los congresistas de todos los partidos que respalden las enmiendas y les alertan de que la Universidad de Oxford, una de las más prestigiosas del mundo, “sufriría un enorme daño si sus docentes, investigadores, alumnos y personal académico comunitario perdiesen su derecho a trabajar y estudiar en el país”.

La publicación recordaba a su vez que los profesores de la institución consideran insuficientes las indicaciones dadas hasta ahora por el Gobierno de Theresa May, que apuntan, pero no confirman, que probablemente los derechos de estos ciudadanos europeos se mantengan. Precisamente, hace un mes, una noticia del diario inglés The Daily Telegraph aseguraba que la Universidad de Oxford abrirá a finales de 2018 su primer campus fuera de Reino Unido, en París, para hacer frente a la más que posible pérdida de financiación europea una vez se consume la salida de la Unión.

La citada institución, pese a que no ha confirmado la noticia, tampoco la ha desmentido, y ha reconocido al mismo diario que la alternativa no sería tan descabellada llegado ese supuesto. De una forma u otra, el sistema educativo británico, sobre todo sus universidades, está moviéndose. El objetivo es minimizar lo máximo posible el impacto de la salida de la UE.

La campaña contra el brexit encontró durante los meses previos al referéndum un importante aliado en la universidad. No es para menos: “El prestigio de los centros académicos británicos está íntimamente ligado a su internacionalización. Hoy, más de 125.000 estudiantes de las universidades de Reino Unido son de otros países de la UE y cerca de un 15% del profesorado es europeo. Además, la investigación ya no se hace por países, sino que es internacional”, resume la directora de educación del British Council, Carolina Jiménez. No es de extrañar, por lo tanto, que el sistema académico británico esté en vilo.

“Tenemos contacto diario con las mejores universidades del país y es el gran tema de conversación de los últimos meses. Más ahora, que está a punto de activarse el artículo 50, que comenzará a materializar la salida definitiva”, prosigue el orientador para el acceso a la universidad de los estudiantes de King’s College Madrid, Paul McNally. Para la economía de Reino Unido es fundamental poder recibir a los europeos y que los británicos puedan estudiar en otros países de la unión. Este es el principal miedo: “Uno de los requisitos del Gobierno es el fin de la libre circulación de personas, un choque catastrófico para todo el sistema”, añade Michael Harris, vicepresidente de la asociación de ciudadanos británicos asentados en España, EuroCitizens.

Sirva como ejemplo, ilustra Harris, que a día de hoy todos los estudiantes comunitarios tienen los mismos derechos en cuanto a tasas que los universitarios británicos, “y si no hay un acuerdo bilateral, esto podría acabar llevando a que los matriculados de la UE tengan que pagar las mismas cantidades que los extracomunitarios desembolsan hoy, lo que supone, de media, triplicar la cuota, pasando de los 10.000 a los 30.000 euros por año académico”. No es la única ventaja que los comunitarios tienen a día de hoy. También cuentan con más facilidades a la hora de acceder a posibles préstamos con los que hacer frente a sus estudios, entre otras razones “gracias al menor impacto burocrático que supone estar dentro de la UE”, recuerda Adrian Massam, presidente de la Asociación Nacional de Colegios Británicos en España (NABSS, por sus siglas en inglés), aunque, matiza, este punto no sería de los más críticos porque los bancos y empresas, posiblemente, seguirían manteniéndolos. “Es, en definitiva, negocio”.

El impacto también se haría notar en lo que respecta al personal docente y al alumnado allende Gran Bretaña. “En el caso de los colegios británicos de España, hay más de 50.000 estudiantes y más de la mitad son de aquí. El brexit casi seguro que no va a afectar a la homologación de titulaciones, pero quizá sí a la facilidad de acceso directo a la universidad”, continúa Massam. El riesgo no está en que las facultades no llenen el aforo, “sino en que se pierda calidad y talento”, insiste. La última encuesta Hobson, realizada a 44.000 estudiantes de la UE antes de la votación, confirmó el riesgo: más del 80% verían Reino Unido menos atractivo para estudiar. “Hoy hay 18 universidades británicas entre las 100 mejores del mundo; si estos asuntos no se solucionan, tememos que la cifra baje en pocos años”, reconoce Harris. El temor también llega al profesorado, “porque en el caso de que las negociaciones no lleguen a buen puerto, se contratará a los profesores no en base a su calidad, sino a lo que cueste mantenerlos”, recuerda Massam.

Por el momento, señala Carolina Jiménez, “los estudiantes que entren durante 2017 mantendrán las mismas condiciones hasta el fin de sus estudios”. “También se ha garantizado que los que están en los colegios británicos en el último curso de bachillerato, o sistemas equivalentes en otros países de la UE, puedan terminar sus estudios. Lo que queremos es que esto se extienda a los años venideros”, recalca McNally.

Sin embargo, no es la movilidad lo único que puede trastocar el sistema universitario británico. La investigación es otro de los puntos calientes. Según explica Vivienne Stern, directora de Universities UK (organización que representa a los directores de las universidades británicas), “nuestros centros recibieron en el último curso casi 850 millones de libras [unos 980 millones de euros] de la UE, destinados en su mayoría a becas o contratos de investigación, que fueron a parar a cerca de 20.000 trabajadores, predoctorados y doctorados”. La sospecha de muchos es que el Gobierno de Theresa May quiera llenar ese vacío: “Sabemos que van a seguir buscando colaboración internacional con otros organismos. Lo que parece claro es que ese gasto no podría asumirlo solo el país”, recuerda McNally.

La situación también trastocaría por completo los planes de muchos investigadores españoles. “Reino Unido también es un país receptor de investigadores nuestros que se han ido al país con becas de la UE”, explica el presidente de la comisión sectorial CRUE-Internacionalización y Cooperación y rector de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez. “En los últimos años se han generado relaciones bilaterales entre universidades británicas y españolas. La salida de la UE genera, realmente, muchas incertidumbres y una dinámica muy complicada que puede dificultar la colaboración”, insiste.

“Existen programas de ayudas comunitarias que Reino Unido perdería si abandona la Unión al uso”, explica el socio de Cuatrecasas, Fernando Mínguez. Lo que no se descarta, prosigue, es que del mismo modo que cualquier país tercero puede llegar a posibles acuerdos, Gran Bretaña haga lo propio. “El punto de partida realmente es diferente al de otros países terceros, por lo que el nuevo estatus también podría serlo”. El principal inconveniente que ve Mínguez es la duración del periodo de negociaciones: “Dos años de acuerdos, discusiones y reuniones pasan muy rápido para todos los temas que hay que tocar. No sé qué calado tendrá la educación en esto”.

“Tememos que asuntos como este, con aparentemente menos impacto directo en la economía que otros, pasen desapercibidos”, coincide Michael Harris. Porque todos los sectores están intentando asegurar que su ámbito sea prioritario en las negociaciones. “Desde la comunidad educativa presionamos, pero parece que otros sectores, como la industria o el turismo, van a tener más peso”, dice Massam. Algo más optimista se muestra Paul McNally, quien no cree que el Gobierno busque batalla con las universidades. “Las británicas son marcas muy fuertes. Nadie quiere problemas con Oxford o Cambridge”. Lo que está claro es que, por primera vez en la historia, los centros británicos están unidos, “y eso es difícil porque no suelen ponerse de acuerdo”.

Fuente de la noticia: http://cincodias.com/cincodias/2017/03/17/sentidos/1489771005_958116.html

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Educación ecocentrada

Leonardo Boff

Hay dos puertas de entrada a la educación y la socialización de la vida humana: la familia y la escuela. De la familia heredamos o no el sentido de la acogida y de la autoconfianza (de la madre), y el sentido de los límites y la percepción de valores éticos (del padre). La escuela, además de transmitir informaciones, se propone el objetivo de crear las condiciones para la formación de personas autónomas, con competencia para plasmar el propio destino y para aprender a convivir como ciudadanos participativos. En esta perspectiva, la educación se centraba en el ser humano y en la sociedad.

Ese propósito correcto es hoy insuficiente. Desde que irrumpió el paradigma ecológico, nos hemos concientizado del hecho de que todos somos ecodependientes. No podemos vivir sin el medio ambiente -con sus ecosistemas- que incluido el ser humano forman el medio ambiente entero. Somos un eslabón de la comunidad biótica. La humanidad no está frente a la naturaleza, ni por encima de ella, como su dueña, sino dentro de ella, como parte integrante y esencial. Participamos de una comunidad de intereses con los demás seres vivos, que comparten con nosotros la biosfera. El interés básico común es mantener las condiciones para la continuidad de la vida y de la propia Tierra, considerada como un superorganismo vivo, Gaia.

El hecho nuevo, hasta hace poco ausente de la conciencia colectiva de la gran mayoría y también de los científicos, es que todo el sistema de vida corre peligro. Es consecuencia de la civilización productivista/consumista/materialista que ha predominado en los últimos siglos, hoy globalizada. Ella hizo que la Tierra perdiese su frágil equilibrio y su capacidad de autorregeneración. Tenemos que impedir que Gaia entre en un proceso de caos, buscando a través de él un nuevo equilibrio, pero a costa de grandes sacrificios ecológicos, como la desaparición de millares de especies, cataclismos, sequías, inundaciones, inseguridad alimentaria de vastas proporciones y, eventualmente, de la desaparición de un número incalculable de seres humanos.

A partir de ahora, la educación debe incluir inaplazablemente las cuatro grandes tendencias de la ecología: la ambiental, la social, la mental y la integral o profunda (aquella que discute nuestro lugar en la naturaleza y nuestra inserción en todo el entramado de las energías cósmicas). Entre los educadores ambientales se impone cada vez más esta perspectiva: educar para el arte de vivir en armonía con la naturaleza, y proponerse repartir equitativamente con los demás seres los recursos de la cultura y del desarrollo sostenible.

Necesitamos estar conscientes de que no se trata solamente de introducir correcciones al sistema que creó la actual crisis ecológica, sino de educar para su transformación. Esto implica superar la visión reduccionista y mecanicista imperante todavía y asumir la cultura de la complejidad. Esta nos permite ver las interrelaciones del mundo vivo y las ecodependencias del ser humano. Tal verificación exige tratar las cuestiones ambientales de forma global e integrada.

De este tipo de educación se deriva la dimensión ética de responsabilidad y de cuidado por el futuro común de la Tierra y de la humanidad. Nos hace descubrir al ser humano como el cuidador del jardín del Edén que es nuestra Casa Común, y el guardián de todos los seres. La democracia, además de ser «sin fin», como lo quiere con razón Boaventura de Souza Santos, será también una democracia «socioecológica». Junto a la ciudadanía (que viene de ciudad) estará la florestanía (que viene de floresta), ensayada por el gobierno petista (PT) en el Estado de Acre, Brasil. Ser humano y naturaleza se pertenecen mutuamente, y, juntos, deben construir un camino de convivencia no destructiva.

Fuente del articulo: http://espiritualidadypolitica.blogspot.com/2008/04/educacin-ecocentrada-por-leonardo-boff.html

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España: La reducción del abandono escolar temprano, a punto de estancarse

Europa/España/23 Octubre 2016/Fuente: republica/Autor: Sara Gómez

La tasa de abandono escolar temprano en España podría estar cerca de su estancamiento, según destaca un informe. Expertos han señalado que el fin de la crisis económica podría incentivar una marcha del sistema educativo al haber disponible más trabajo de baja cualificación.

a tasa de abandono escolar temprano en España podría estar llegando a su límite de reducción, de tal modo que no se conseguiría mejorar la permanencia en el sistema educativo de no rebajar la dificultad del título. Los expertos que han participado en el informe ‘Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2016’ de la Fundación Sociedad y Educación, creen que se estancará la tasa de abandono escolar temprano de no rebajarse los estándares académicos.

El catedrático de sociología de la Universidad Complutense de Madrid Julio Carabaña, uno de los expertos que han participado en el estudio, ha explicado que el índice de Abandono Educativo Temprano se valora en función de las personas jóvenes que no han obtenido la titulación de Educación Secundaria Superior ni están cursando estudios para obtenerlo. Una tasa que, según los datos del Ministerio de Educación, se sitúa actualmente por debajo del 20%.

Si bien España ha experimentado una reducción en esta tasa, Carabaña defiende que si bien propicia una mayor permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, no se garantiza que consigan superar la dificultad de los estudios elegidos y así conseguir la titulación. A pesar de que se produzca un incremento parcial del número de titulados, el experto advierte que no se logrará que más jóvenes completen sus estudios aunque permanezcan más tiempo en el sistema.

El catedrático ha afirmado que las tasas de escolarización en España están muy cercanas a la media de los países europeos. No obstante, el problema reside en la obtención de una titulación que corrobore todo este esfuerzo, puesto que los jóvenes españoles pasan la misma media de tiempo formándose peroconsiguen menos títulos que sus compañeros europeos; lo cual demuestra que no hay un verdadero avance en el abandono escolar temprano.

Más escolarizados, pero sin más titulados

El informe ‘Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2016’ subraya que la escolarización de los jóvenes de 18 a 24 años en España era del 53,6%, unos 0,4 puntos superior a la media europea. No obstante, la tasa de titulados se encontraba 13 puntos por debajo de la media, en un 59%. Por otro lado, del 41% de jóvenes sin título en Educación Secundaria Superior, el 23,6% no contabilizaba como abandono escolar y el 17,4% eran escolarizados sin titular.

El incremento de casi 13 puntos en estudios de Educación Superior producido entre 2004 y 2013 no vino acompañado de un incremento similar en el número de personas con una titulación de este tipo, sino que sólo se aumento en 3,7 puntos. Por ello, los expertos del informe apuntan que es un crecimiento “muy lento” en comparación con el aumento en la matriculación de estos estudios.

Con el fin de la crisis aumentará la tasa

El catedrático Carabaña ha afirmado que la reducción de la tasa de abandono escolar en España que se ha registrado durante los años de crisis ha sido consecuencia de un reenganche al sistema educativo por parte de aquellos jóvenes sin titulación que no han podido acceder a un empleo por culpa de la crisis económica y su impacto negativo en el mercado laboral. Por ello, es probable que una vez finalice la crisis económica y sea más fácil acceder a puestos de trabajo de “baja productividad”, vuelva a aumentar esta tasa.

Asimismo, el experto ha indicado que el objetivo que debe buscar España para aumentar el porcentaje de población con estudios de Educación Secundaria Superior requiere que los jóvenes pasen más años dentro del sistema educativo para formarse, pero también aumentando las tasas de titulación. No sólo consiguiendo su vuelta a las aulas se garantiza la obtención de un título, hito que marca el éxito de su permanencia al sistema educativo.

Para eso hay algunos que dicen que la única vía es mejorar la calidad de la educación. Sin embargo, lo que están haciendo otros países es otra cosa. Sospecho que lo que están haciendo en países como Croacia o Eslovenia, que son los campeones en porcentaje de titulados, es que los títulos son más fáciles.

Según ha explicado, la rebaja de la exigencia académica para obtener una titulación superior es la estrategia que podrían estar aplicando “muchos países europeos” para conseguir cumplir con los objetivos de reducción del índice de Abandono Escolar Temprano impuestos por la UE. Con todo, Carabaña ha reconocido que unos pocos estados como Alemania no siguen este camino y aún así abogan por una permanencia en el sistema educativo aún mayor.

Fuente de la noticia: http://buscarempleo.republica.com/formacion/la-reduccion-del-abandono-escolar-temprano-a-punto-de-estancarse.html

Fuente de la imagen: http://buscarempleo.republica.com/files/2016/09/abandono1-680×454.jpg

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Libro: Crisis, Estados Unidos y América Latina

América del Sur/Argentina/09 de Septiembre de 2016/Fuente: CLACSO

Emir Sader. Pablo Gentili. [Editores]
Guillermo Almeyra. [Director]
John Saxe-Fernández. Claudio Katz. Ramón Fogel. Simona Violetta Yagenova. Rocio Garcia. Julio Peña y Lillo. Armando Chaguaceda Noriega. Carlos Walter Porto Gonçalves. Guillermo Almeyra. Adolfo Gilly. Maristella Svampa. José G. Gandarilla Salgado. Carlos Abel Suárez. [Autores de Artículo]

Revista. Colección OSAL.
ISSN 1515-3282
CLACSO.
Buenos Aires.
Abril de 2009

Sumario
Editorial
Debates: La Crisis, Estados Unidos y América Latina
• América Latina: ¿reserva estratégica de Estados Unidos? – John Saxe-Fernández
• Codicia, regulación o capitalismo – Claudio Katz
Análisis de casos
• Paraguay: el gobierno de Lugo, el Parlamento y los movimientos sociales – Ramón Fogel
• Guatemala: el pueblo de Sipakapa versus la empresa minera Goldcorps – Simona Yagenova y Rocío García
• Procesos constituyentes en el mundo andino: Bolivia y Ecuador en perspectiva comparada – Julio Peña y Lillo

Aportes del pensamiento crítico latinoamericano
• Cuba: Coexistencia o Revolución (Extractos) – Adolfo Gilly
• Cuba: ¿Vientos de cambio o coyunturas huracanadas? – Armando Chaguaceda Noriega
• Chico Mendes, um ecossocialista – Carlos Walter Porto-Gonçalves
• Quince años del EZLN y la autonomía en Chiapas – Guillermo Almeyra
• De la racionalidad económica a la crisis y de allí a las alternativas. Entrevista con Enrique Leff – Guillermo Almeyra y Efraín Cruz Marín

Reseñas
• A nova toupeira – Carlos A. Suárez
• Movimientos sociales en tiempos de poder – Emir Sader
• Derivas del mundo en el que caben todos los mundos – José Guadalupe Gandarilla Salgado
• La empresa de la autonomía – Maristella Svampa

Documentos
• Carta de Maputo – V Conferencia Internacional de Vía Campesina
• Declaración de Caracas – Conferencia Internacional de Economía Política
• Declaración de la Sociedad de Economía Política y Pensamiento Crítico Latinoamericano
• Declaración de la Asamblea de los Movimientos Sociales – III Foro Social de las Américas
• Declaración de Guerrero

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=112&campo=autor&texto=gentili
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