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Opinión: Una Libreta Para La Vida, Para Cambiar Nuestra Mirada Y La De Nuestros Alumnos

Por: Jonquera Arnó y Xavier Aragay

Escribir, una práctica sencilla pero profunda, es una herramienta poderosa que se hace imprescindible en estos momentos de incertidumbre.

Ya llevamos bastantes días confinados en casa observando cómo somos capaces de vivir sin hacer tantas cosas fuera de ella. Las escuelas están cerradas y todos los docentes y directivos, con un gran espíritu de generosidad y compromiso, hemos ido buscando maneras de asegurar el ritmo de aprendizaje de nuestros alumnos. Hemos querido trasladar la escuela que teníamos y vivíamos, a cada casa, con nuestros alumnos y sus familias. Está siendo un esfuerzo épico.

Casi sin quererlo, hemos creado una nueva vía para educar. Y junto a esa nueva manifestación de ser educador, mayoritariamente desconocida para muchos y muy poco entrenada, hay que gestionar el ritmo de la familia, la preocupación por los seres queridos, por la salud y por el futuro. Nadie nos avisó de este viaje. No estábamos preparados, ni como escuela, ni como educadores, ni como directivos. Creíamos que la escuela era casi inamovible, estática, siempre ha estado allí y justo ahora se para y no precisamente para irnos de vacaciones, sino para situarnos en otra perspectiva, en otra mirada, en la tesitura de rescatar lo esencial, acompañar, ayudar a crecer, ayudar a pensar y quizá menos a hacer o solamente a transmitir contenidos. La realidad nos ha obligado a frenar. Y sabemos que aunque tarde, volverá aquella escuela presencial que dejamos, volverá la “normalidad”. ¿Cómo anticipamos y nos preparamos desde ahora para que sea distinta? ¿Cómo aprovechamos este tiempo para transformarnos para transformar?

Para nosotros, una de las herramientas que nos puede ayudar es la Libreta del Itinerario Personal, que también podemos llamar, el cuaderno de la vida. En Reimagine Education Lab iniciamos todos los seminarios entregando un cuaderno para este cometido. Invitamos a directivos y docentes a incorporar esta poderosa herramienta a su vivir diario, como un aliado, un amigo…un confidente que nos acompaña a encontrarnos con nosotros mismos, con lo esencial, con la incertidumbre, con la gratitud, con la inspiración. Una herramienta que nos ayuda a tomar perspectiva de las situaciones que vivimos. En definitiva, como dice Otto Scharmer, para conectar con nuestra fuente interior y dejar fluir, sin ponernos freno alguno, como quien deja fluir la corriente de un río. Así de simple y así de complejo.

El proceso de cambio que estamos viviendo, tanto nosotros como nuestros alumnos y familias, pide caminar y adoptar maneras de hacer diferentes. Requiere tiempo, tiempo para transformar marcos mentales, para conocernos y para hacernos preguntas: ¿Qué deseo? ¿Qué persona quiero ser? ¿Qué educador? ¿Qué directivo? ¿Qué quiero dejar porque, en esta nueva realidad que está surgiendo, ya no me será útil? ¿Qué es aquello que voy a necesitar y quiero que nazca en mí? Cuando termine todo, ¿imagino y quiero la misma escuela?

Así pues, ahora que todo se ha parado (sí, ¡ahora!), te invito a que cojas una libreta, la que tú quieras, la personalices con colores, frases, imágenes y cuando ya te hayáis conocido, párate y piensa qué quieres compartir con ella. ¿Quizás aquellos aprendizajes sobre tu ser educador que estás haciendo estos días? ¿Quizás qué líder van a necesitar nuestros equipos y nuestra escuela? ¿Qué es lo que me da sentido como educador? ¿Cuál es a la semilla que quiero que nazca en mí cuando vuelva a la escuela? ¿Voy a ser igual? ¿Qué mirada quiero tener hacia mis compañeros y alumnos? Elige un camino, una recorrido, deja fluir y disfruta. Es en estos momentos donde se hace imprescindible MI LIBRETA, un lápiz y un espacio/tiempo para escribir cada día. El valor de escribir estriba en dejar fluir para anclar, vislumbrar, descubrir patrones, esquemas, agradecer, amarte, perdonarte y permanecer en tu esencia real, en aquello que eres y vives. Y esta práctica sencilla pero profunda, unida a un tiempo de meditación, se convierte en el anclaje más poderoso de nuestro ser.

Y esta herramienta también podemos utilizarla con nuestros alumnos, en nuestra tutoría. Tenemos una gran oportunidad de compartir esta acción-reflexión con ellos. Que escriban su diario del confinamiento. En casa. Escribiendo lo que piensan, lo que hacen, lo que sienten. Y después, lo compartimos, juntos.

El viaje hacia nuestro interior es una aventura a la vez arriesgada y apasionante para toda persona —educador, directivo, alumno— que quiera vivir a fondo su vida, su vocación en conexión consigo mismo, con el otro y con el universo. Esta es una experiencia que hacemos y practicamos y que deseamos compartir: un viaje en solitario al interior de uno mismo en barco de papel y pluma.

La vida va de caminos. Ahora tenemos uno por recorrer, pero esta vez es en solitario, a la profundidad de uno mismo. Necesitamos poco equipaje, simplemente una LIBRETA y un lápiz. ¡Atrevámonos! ¡Nuestros alumnos y la escuela lo necesitan!

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cuaderno-de-vida-educacion-reflexion

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Curso interrumpido

Por: El País.

La comunidad educativa está pendiente de la decisión que adopten las autoridades académicas sobre el futuro del curso escolar tras el cierre de los colegios, hace ya un mes, por la crisis del coronavirus. El Consejo Escolar del Estado, máximo órgano consultivo del Gobierno en la materia pero cuyas decisiones no son vinculantes, es partidario de que el conjunto de actividades que los alumnos han venido realizando en sus domicilios a través de herramientas telemáticas sean evaluables. Mantiene, no obstante, una excepción para aquellas familias que no dispongan de los medios tecnológicos apropiados para que sus hijos puedan seguir las clases on line,pero no da instrucciones sobre cómo llevar a cabo esta función. Proponer que el profesorado realice seguimientos personalizados para valorar las tareas realizadas por los alumnos es poco realista y totalmente incomprensible ante las dificultades derivadas del confinamiento.

Frente a los problemas para completar el curso, algunos países han optado por plantear un aprobado general, obviando las calificaciones obtenidas antes del aislamiento. Esta posibilidad, por la que se inclina Italia, ha sido rechazada de plano por el Consejo Escolar que, además, es partidario de que los alumnos puedan repetir curso en casos extraordinarios. La cuestión es cómo discernir en qué situaciones han quedado rezagados por decisión propia o si lo han hecho por carecer de los instrumentos necesarios para engancharse a las clases virtuales. Es preciso tener en cuenta que al menos el 10% de los 8,2 millones de alumnos de las enseñanzas regladas no universitarias carecen de Internet en sus hogares. Aplicar un rasero único sin valorar los desequilibrios tecnológicos a la hora de evaluar el aprendizaje durante la cuarentena sería una medida injusta que perjudicaría a los sectores menos favorecidos.

Especial relevancia adquiere la situación de los estudiantes convocados a Selectividad. Algunas voces reclaman que los exámenes solo contemplen la materia que se ha impartido hasta marzo. La decisión sobre los contenidos de la prueba de acceso a la Universidad está todavía pendiente y se espera que próximamente haya un pronunciamiento por parte del Ministerio de Educación y de las comunidades, pero parecería razonable que para garantizar la igualdad de oportunidades el examen se circunscribiera al temario anterior a la declaración del estado de alarma. Sería la mejor manera de no perjudicar al colectivo de estudiantes más vulnerable, aquellos que han quedado desconectados de las clases on line por falta de equipamiento. Ante un curso alterado abruptamente en todas las etapas escolares por la emergencia sanitaria, las autoridades educativas deberían aplicar criterios acordes a las circunstancias.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/04/09/opinion/1586448633_568887.html

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Educación a distancia en tiempos de pandemia

Por: Juan González.

Ahora culminaremos el año escolar a distancia, según lo anunciado por el Ministro de Educación. Claro, todo ello previa encuesta, en la cual por supuesto que más del 99% de los encuestados afirmarán que es la decisión más acertada que se haya tomado en estos últimos 20 años.

Honestamente no creo que esta pandemia deje para mucho campo en esta materia. Ya la educación venezolana venía de sufrir los estragos de un prolongado bloqueo y un estrangulamiento de la economía que llevó los salarios de los docentes al subsuelo y por tanto a la decadencia en esta materia apenas levemente superada por los últimos años de la cuarta república, cuando el neoliberalismo casi por poco desaparece la educación pública.

La semana pasada una maestra me contó que con su última quincena de marzo, incluido cesta tickets, logró comprar 5 canillas y kilo y medio de queso. Esta semana, cuando el queso ya supera los 550.000 Bs, supongo que si compró un kilo no le alcanzó para las canillas.

Pero el Ministerio dentro de poco declarará como todo un éxito el plan de educación a distancia. Quizás el próximo año escolar se instrumente esta modalidad de manera definitiva, quizás como un incentivo para las maestras y maestros que ya no tendrían que pagar pasaje.

Con ese plan de «educación a distancia», el ministro y sus asesores dejan de lado la cuestión de cómo abarcar a la población, numerosísima, de niños y niñas que no tienen equipos (computadoras, teléfonos inteligentes) y/o servicio de internet, sin dejar por fuera a las maestras y maestros que carecen de estos soportes tecnológicos.

Quizás en esta coyuntura tan difícil que vive, con la amenaza de una intervención de parte de los Estados Unidos, nada disimulada y más real que ficticia, no parece propicio ni oportuno señalar las equivocaciones de un Ministro, que no ha dejado de equivocarse desde que llegó por segunda vez a Salas, pero la verdad verdadera es que lo menos que debemos hacer es atender con seriedad los asuntos nacionales ante una Patria amenazada.

Si ha sido acertada la estrategia de imponer una cuarentena preventiva por parte del Gobierno nacional para evitar los riesgos de la pandemia, contando con la asesoría y el apoyo de China, Cuba, Rusia y entes como la OMS y OPS, vale la pena que a la educación se le dedique tiempo y esfuerzos para, una vez superado lo de la pandemia, tomar el toro por los cachos en esta materia.

Aristóbulo, por los años vividos deberías tener un mínimo de vergüenza y poner tu cargo a la orden, renuncia y dale paso a otros, ya has cometido suficientes fracasos en esta segunda gestión.

Fuente del artículo: https://www.aporrea.org/educacion/a289141.html

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Paraguay: Educación virtual es inviable a nivel nacional, sostienen

América del Sur/ Paraguay/ 14.04.2020/ Fuente: www.lanacion.com.py.

 

Mientras se desata la crisis por la llegada del coronavirus a Paraguay, desde el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) impulsan una improvisada educación virtual, cuyo enfoque está en el aprendizaje desde casa, con ayuda de un tutor. Esta idea puede ser plasmada en un contexto con recursos óptimos, pero bajemos a la realidad social paraguaya, donde muchos estudiantes ni siquiera tienen acceso a un teléfono móvil.

Desde que cerraron las instituciones educativas, padres y maestros viven la peor de las zozobras porque no está claro lo que quiere implementar el MEC. La plataforma busca ayudar a 1.200.000 estudiantes de instituciones públicas, pero ¿se tuvo en cuenta la conexión a internet, el nivel del servicio y la realidad que viven los niños y niñas del país, sobre todo del interior?

Para Luis Fernando Ramírez, director del Centro para el Desarrollo de la Inteligencia (CDI), no existe norte en la educación paraguaya. “Primero tenemos que entender la educación paraguaya completa, que tiene la educación pública y privada. Para la educación digital se requieren de tres factores: tecnología, maestros y alumnos. Lo tecnológico es lo más simple y lo más fácil. Lo más difícil es el maestro y el alumno, y eso no se consigue en 15 días. Difícil creer que porque se tiene una plataforma, por muy completa que sea se va a dar la educación digital, eso no va a ocurrir”, dijo a La Nación.

Agregó que las mismas autoridades del MEC no comprenden la complejidad de este modelo educativo. “Hay gente que confunde que porque usa medios tecnológicos, está haciendo una capacitación digital. Eso no tiene nada que ver. La educación digital es autodidacta, una educación donde el usuario recibe una serie de insumos y va trabajando desde otra perspectiva, la del descubrimiento”, detalló.

Refirió que los colegios privados “de alto nivel” no son más de 10 en el país y existen 1.000 colegios privados y otros 6.990 colegios que tienen otro ritmo, otra realidad. “Colegios de Ñemby, Luque, Lambaré, Limpio, que son privados, pero son los más afectados porque la gente trabajadora consigue todos los meses pagar esa cuotita. Pero hace un mes no trabaja. No son ofertas hechas desde el punto de vista de la realidad educativa del Paraguay”, aseveró.

A su criterio, el modelo de educación virtual es viable en territorios reducidos e inviable a nivel nacional. “Te parece que un niño de San Juan Nepomuceno de 8 años, en YouTube, va a hacer la educación a distancia, te parece que va a tener wifi en su casa”, sostuvo y afirmó que se necesita una previa capacitación para la implementación del modelo virtual.

“Las salidas son gestionar modelos regionales, que cada departamento establezca una estrategia acorde a la realidad. Eso se construye con la gente y hay que poner en marcha otro tipo de trabajo”, evaluó.

Futuro de la educación

Ramírez resaltó la necesidad de un liderazgo pedagógico, que permita tener en cuenta la realidad de cada institución. “No podemos seguir pensando en un Paraguay único que termina en Calle Última. El Paraguay es diverso así como la realidad de las escuelas”, manifestó.

Señaló que esto solo va a generar caos social y económico, y advirtió que varios colegios y escuelas privadas cerrarán debido a que las familias ya no tendrán los recursos para continuar pagando las cuotas.

“Es una realidad que las familias no van a pagar el colegio, porque se quedaron sin trabajo, porque son vendedores, de pequeñas y medianas empresas. Y es una realidad que los colegios no van a poder recaudar. Por lo tanto, es una realidad que las escuelas van a cerrar y los maestros se van a quedar en la calle. Eso ya está ocurriendo. Esta semana, varios colegios se van a cerrar. Acá a dos meses vamos a tener una crisis social, económica y de salud”, puntualizó.

Fuente de la noticia: https://www.lanacion.com.py/pais/2020/04/12/educacion-virtual-es-inviable-a-nivel-nacional-sostienen/

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El coronavirus y la sociedad de la mentira global

Por: Pedro Luis Angosto.

 

Durante el año pasado se registraron en España 277.000 casos de cáncer. La mitad de los enfermos morirán en un plazo inferior a cinco años, sufriendo durante el resto de su vida un calvario indecible de idas y venidas al hospital, de quimio y radioterapia, de dolor y sufrimiento y de miedo indescriptible. En una sociedad avanzada y civilizada, las investigaciones para curar o paliar el cáncer, las enfermedades cardíacas y las degenerativas deberían ocupar un lugar preeminente, dedicándoles todos los medios económicos posibles. Del mismo modo, en un mundo civilizado y justo, la Organización Mundial de la Salud, en vez de callar, debería denunciar los precios altísimos de los tratamientos para esas enfermedades que están arruinando a los sistemas estatales de salud, declarar la libertad de todos los países copiar cualquier medicamento que sirva para mejorar la vida de los enfermos y condenar el reparto mafioso y monopolístico de los nuevos tratamientos por parte de los grandes laboratorios. No lo hace, mira para otro lado, y la curación de esas enfermedades que tanto dolor causan a tantísima gente se pospone hasta que la mafia quiera.

El año pasado murieron en España por accidente laboral casi setecientas personas, resultando heridos de gravedad o enfermos debido al trabajo varios miles de personas. Las causas están claras, precariedad laboral, jornadas interminables, destajo, escasas medidas de seguridad y explotación. Ningún organismo estatal ni mundial alerta sobre el deterioro de las condiciones de trabajo ni esas víctimas, que podrían haberse evitado con muy poca inversión, abren los telediarios ni ocupan más de su tiempo.

No creo que nada de lo que pasa en el mundo sea por casualidad, ni que los informativos ignoren inocentemente el número de muertos por guerras absurdas que cada año asolan al mundo de los pobres

En 2019, seis mil españoles murieron de gripe, una enfermedad tan común como el sarampión que  mata todos los años a miles de personas en África sin que la OMS exija a los Estados miembros que aporten las vacunas necesarias -que valen cuatro perras- para evitar ese genocidio silencioso. Al fin y al cabo, la mayoría son negros.

En 2018, más de cuarenta mil personas murieron en España por la contaminación ambiental, siendo directamente atribuibles a esa misma causa el fallecimiento de ochocientas mil personas en la Unión Europea y casi nueve millones en el mundo, aparte de los millones y millones que padecen enfermedades crónicas que disminuyen drásticamente su calidad de vida.

En 2017 más de seis millones de niños murieron de puta hambre en el mundo mientras en los países occidentales se tiran a la basura toneladas y toneladas de alimentos. Ese mismo año, más de dos mil millones de personas trabajaron jornadas superiores a 15 horas por menos de 10 euros al día. Ningún informativo, ningún periódico, ninguna radio lleva días y días insistiendo machaconamente en esa tragedia que martiriza a diario a media humanidad y amenaza con llevarnos a todos a condiciones de vida insufribles.

La suspensión del Congreso Internacional de Móviles de Barcelona -Congreso que probablemente no se vuelva a celebrar tal como lo hemos conocido en años sucesivos- no se debió al coronavirus, sino a la exhibición que las grandes tecnológicas chinas iban a hacer sobre sus avances en el 5G

Hace unas semanas surgió en una región de China un virus que causa neumonía y tiene una indicencia mortal menor al uno por ciento. Los medios de comunicación de todo el mundo, acompañados con las redes sociales de la mentira global, decidieron que ese era el problema más terrible que había azotado al mundo desde los tiempos de la peste bubónica del siglo XIV que diezmó la población de Europa en casi un tercio. No hay telediario, portada de periódico por serio que sea o red social en la que el coronavirus no ocupe un lugar preferente y reiterativo hasta la saciedad, como si no tuviésemos bastante con las enfermedades ya conocidas que matan de verdad a muchísima gente después de largos periodos de sufrimiento y tortura vital. No sé como surgió ese nuevo virus, tampoco si es nuevo, carezco de conocimientos científicos para ello, lo único que sé es lo que cuentan los especialistas, y es que apenas mata ni deja secuelas importantes. Pese a ello, a que lo saben, los informativos siguen creando alarma a nivel mundial. ¿Por qué?

No creo que nada de lo que pasa en el mundo sea por casualidad, ni que los informativos ignoren inocentemente el número de muertos por guerras absurdas que cada año asolan al mundo de los pobres. Vivimos un tiempo de relevos, la potencia hegemónica –Estados Unidos– tiene por primera vez desde el final de la Guerra Fría un serio competidor que se llama China. Ese competidor fue alimentado desde los años ochenta por las potencias occidentales debido a su enorme población, a su pobreza y a los salarios bajísimos de sus trabajadores. Han pasado cuarenta años y lo que entonces pareció una decisión magnífica para acabar con los Estados del Bienestar, abaratar costes e incrementar riquezas de modo exponencial, ha tomado otro cariz y ahora esa potencia pobre produce casi el 18% de todo lo que se fabrica en el mundo y está en disposición de dar el gran salto que la coloque en como primera potencia mundial, algo que será inevitable haga lo que haga Trump y sus amigos porque tienen el capital, la tecnología y la mano de obra necesaria. La suspensión del Congreso Internacional de Móviles de Barcelona -Congreso que probablemente no se vuelva a celebrar tal como lo hemos conocido en años sucesivos- no se debió al coronavirus, sino a la exhibición que las grandes tecnológicas chinas iban a hacer sobre sus avances en el 5G. Se trataba de impedir de cualquier manera que los chinos pudiesen demostrar que hay campos en los que ya están por delante de Estados Unidos y, por supuesto, de Europa. No hay otra explicación ni otra razón. Con la cancelación del congreso de Barcelona y la información apocalíptica sobre las consecuencias de la expansión del coronavirus se daba un paso más en la nueva guerra fría que se ha inventado Donald Trump, dejando claro a China que todo vale en la guerra y que su ascenso al primer puesto les va -nos va- a costar sangre, sudor y lágrimas.

El coronavirus es una enfermedad que no arroja datos alarmantes, primero porque no se expande al ritmo de las grandes epidemias que ha sufrido el mundo, segundo porque tampoco los porcentajes de mortandad son equiparables a los de otras plagas como la “gripe española”. Sin embargo, y dentro de un lenguaje medieval, se está intentando crear pánico a escala global y por eso cada día nos cuentan el nuevo caso que se ha descubierto en Italia, Croacia, Malasia o Torrelodones, uno por uno, haya dado muestras de quebranto o no. Se trata de alimentar el bicho del miedo a escala global con fines estrictamente políticos y económicos, y nunca antes como hoy, en la sociedad de la desinformación, han existido tantos medios para imponer las mentiras como verdades absolutas al servicio de intereses bastardos. El coronavirus no es el fin del mundo ni nada que se le parezca, es una enfermedad normal, como tantas y con poca mortandad, pero la manipulación mediática interesada puede llevarnos a una crisis de consecuencias devastadoras.

Fuente del artículo: https://rebelion.org/el-coronavirus-y-la-sociedad-de-la-mentira-global/

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Panamá: Meduca implementará nueva plataforma virtual para escuelas oficiales

Centro América/ Panamá/ 11.04.2020/ Fuente: ensegundos.com.pa.

 

Se trata de una plataforma virtual denominada Titán by Educaline. la cuál incluye contenidos digitales que ya están avalados por el Meduca

El Ministerio de Educación (Meduca) pondrá en marcha otra alternativa educativa en las escuelas oficiales del país, durante la suspensión de clases, por la pandemia Covid-19.

La nueva modalidad consiste en la implementación de la plataforma virtual Titán by Educaline’, que posee libros digitales de ciencias exactas y ciencias naturales alineados con el currículo nacional.

La entidad dio a conocer que la multinacional de origen español, Edaline donará 50 mil licencias para beneficiar a los estudiantes de los centros educativos oficiales, que tendrán sus libros digitales y un medio de comunicación con el docente.

El proyecto se basa en todo lo que es el requerimiento de una plataforma virtual y los requisitos mínimos que esta incluye,como por ejemplo, contenidos digitales que ya están avalados por el Meduca, que reúne las características para la educación primaria, premedia y media, sobre todo en las asignaturas de matemáticas,biología, física y química.

Esta plataforma virtual incorpora  libros digitales en un formato estándar cuya tecnología permite su visualización en los principales navegadores del mercado (Firefox, Chrome, Edge, Safari) y permite al usuario trabajar de forma individual y colaborativa, además posee las actividades académicas habituales.

El gerente de Operaciones de Educaline para Centroamérica y el Caribe,  Octavio Martínez, señaló esta plataforma es adaptable a cualquier dispositivo que tenga el alumno ya sea tabletas, computadoras, celulares y pueden acceder con una conexión a internet, la licencia también incluye capacitación docente a través de videos tutoriales y vía webinars.

‘Titán by Educaline’ está disponible en varios idiomas, se puede evaluar de manera formativa y sumativa, lleva un seguimiento de las calificaciones, y el producto ha sido probado internacionalmente y con una amplia experiencia en su implementación en algunos colegios particulares en Panamá.

Fuente de la noticia: https://ensegundos.com.pa/2020/04/11/meduca-implementara-nueva-plataforma-virtual-para-escuelas-oficiales/

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Hacer de la necesidad virtud (II): Bibliotecas públicas y equidad educativa

Odian leer -así lo dicen algunos de ellos-, pero hay tres condiciones que, bien combinadas, pueden abrir espacios para la lectura: la prescripción escolar, el aburrimiento y el acierto en la elección. Estamos ante una oportunidad única para impulsar el hábito lector pero, para ello, necesitamos el concurso de las bibliotecas públicas.

¿Por qué, en tiempos de pandemia y coronavirus, se habla tan poco de libros? Vengo dándole vueltas a esta pregunta desde que iniciamos la cuarentena. ¿Por qué, si el principal problema educativo que hemos detectado es la exclusión escolar, las bibliotecas no se consideran un servicio de primera necesidad, como las tiendas de alimentación o las farmacias?

En tiempos de brecha digital -de brecha social y escolar-, los libros son el amortiguador más sencillo y más inmediato contra la inequidad educativa. Hubiera bastado que los profes nos hubiéramos puesto de acuerdo en recomendar un puñado de buenos libros -libros informativos y libros de ficción, libros cuya lectura acompañaríamos y libros de los que no habría que rendir cuentas- para que el tránsito entre la educación en la escuela y la formación en casa no hubiera sido ni tan brusco ni tan injusto. Tendremos que darle una vuelta a nuestra lentitud de reflejos, a por qué los libros han desaparecido, incluso, de nuestro imaginario docente. Del hegemónico, al menos.

Ni siquiera la brecha digital hubiera sido tan abrupta con buenas bibliotecas escolares. Estas, allá donde funcionan, se ocupan también de la alfabetización mediática de estudiantes y docentes y tienen, cuando menos, detectados los problemas: quiénes disponen de dispositivos móviles y quiénes no, quiénes disponen de conexión en casa y quiénes no; qué aplicaciones y plataformas son fiables y cuáles no. Eso, tan solo, como punto de partida. Porque las bibliotecas escolares hace tiempo que dejaron de ser tan solo un espacio físico donde se alojan los libros, y son el verdadero agente dinamizador -que impulsa y coordina- todas aquellas prácticas vinculadas a la alfabetización del siglo XXI: desde cómo distinguir noticias fiables de fake news a cómo seleccionar, elaborar y comunicar información, entre otras muchas cosas. Claro que estos contenidos conciernen al profesorado de todas las áreas, pero mientras las rutinas docentes y las evaluaciones externas miren hacia otro lado pocos parecen darse por aludidos.

Necesitamos responsables en nuestras bibliotecas escolares -con formación y recursos, lo hemos dicho ya muchas veces- que vertebren iniciativas, especialmente aquellas medulares y que, sin embargo, el currículo disciplinar orilla o desdeña.

Pero hoy quisiera centrarme en la lectura de libros: de papel o electrónicos, pero en los libros. Y en por qué creo que, cuando se atenúen las condiciones de nuestro confinamiento, las bibliotecas públicas podrían y aun deberían ocupar un papel central en el tramo final del curso. Hablaré de secundaria, que es lo que conozco de primera mano, pero la tesis de fondo de estas líneas es aún más pertinente si cabe para los tramos de infantil y primaria.

Todos los años, al empezar las clases, dedico una o varias sesiones a hablar con mis alumnas y alumnos acerca de sus hábitos lectores y sus libros favoritos. Y todos los años me encuentro con tres perfiles diferenciados, aunque enormemente porosos entre sí.

En primer lugar, los refractarios a la lectura: «No leo nada. Nunca he leído nada que me guste». «Una vez leí un libro. Y no me gustó». «Yo no leo nada. Y si me mandan leer algo en el instituto o me veo la peli o me leo un resumen». «Antes leía. Ya no». «Me tiene que llamar mucho la atención el libro; si no, no me lo leo. He intentado leer algún libro, pero no». «Profe, yo solo leo el Marca«.

Pero incluso estos nos dejan un resquicio abierto: «No me gusta nada leer, pero una vez me leí un libro por mi cuenta y me gustó. Se llamaba El niño del pijama de rayas«. «No leo mucho, pero me gustan las curiosidades que leo en Instagram. Lo de ¿Sabías que…? Eso sí me lo leo». «No leo nada. Y ya. Pero me gustaría tener disciplina. Dormirme leyendo un libro». «A veces sí que leo, depende de lo que me aburra». «Leo cuando tengo tiempo». «No es que no me guste leer, me gusta algún tipo de libros, como Juego de Tronos». «Leer no es que me emocione, pero los libros que me mandan en el instituto sí que me los leo». «Con los libros del instituto al principio no me gustan, pero luego me voy enganchando». «Me gusta mucho leer, pero no libros. Revistas, moda, cosas de actualidad».

Odian leer -así lo dicen algunos de ellos-, pero hay tres condiciones que, bien combinadas, pueden abrir espacios para la lectura: la prescripción escolar, el aburrimiento, y el acierto en la elección.

Luego están los lectores ocasionales, aquellos que leen a rachas. «No me gusta mucho leer. Mi libro favorito es El señor de los anillos«. «No es que no me guste leer, pero no suelo hacerlo». «Me gusta leer, pero no leo mucho». Añoran los tiempos en que sí eran ávidos lectores. «Cada vez leo menos». «Antes leía un montón». Son quienes sí leen lo prescrito en el instituto, pero poco más. Este grupo aumenta según nos adentramos en la adolescencia. Porque es entre los más pequeños del instituto donde encontramos los lectores más fervientes.

Y ahí están los lectores compulsivos: quienes se han leído todo Roald Dahl, Laura Gallego, Harry PotterPercy Jackson, John Green. Fans de un título, un autor, un género, cuesta sacarlos de ahí. Se nos perderán en cuanto no acertemos a establecer el tránsito entre las tramas fantásticas o adolescentes y otros géneros que los saquen de la espiral en que andan confinados. No podemos pretender que salten sin red de ahí al Poema del CidEl Lazarillo de Tormes o San Manuel Bueno Mártir. Hay literatura juvenil para la segunda adolescencia y hay clásicos universales para los jóvenes lectores. Solo hay que ir a buscarlos.

Pero es que, además, están los refractarios a la narrativa de ficción (aunque a lo mejor sí se atreven con la novela gráfica) pero sí son lectores ocasionales de poesía. Están también quienes no quieren saber nada de literatura pero les entusiasman las biografías; quienes, puestos a leer, prefieren hacerlo con un libro de historia o de ciencia o hasta con un título de economía. Están -y estos son lectores en auge- quienes buscan en los estantes lo que haya de feminismo o ecología, y lo devoran con fruición y no hacen sino recomendarlo.

Todos ellos, lectores y no lectores, lectores de literatura y de libros informativos, necesitan de la escuela para impulsar sus hábitos y ampliar sus itinerarios de lectura. Muchos -si no todos- dependen de las prescripciones de la escuela, tan denostadas -y es verdad que tantas veces hechas con muy poco acierto-. Contamos ahora con un momento excepcional para aprovecharlo. La lectura sostenida y continuada, la lectura por placer, es también factor determinante en la mejora de la competencia lectora, esa que luego tanto echamos en falta.

Pero para que ello sea posible, y para no abrir más brechas en la equidad entre quienes pueden acceder al préstamo electrónico de libros -porque tienen dispositivo, conexión, y carnet de la biblioteca municipal- y quienes no pueden hacerlo, necesitamos que las bibliotecas públicas vuelvan a abrirse cuando el cese el estado de alarma, puesto que los centros escolares seguirán probablemente cerrados mucho más tiempo. Abrirlas siquiera exclusivamente al préstamo; con ventanilla y distancia social, con guantes y mascarillas, pero abrirlas.

Y necesitamos -profes, esto va por nosotros- volver a poner los libros en el centro de nuestro imaginario pedagógico y pensar -¡colectivamente!- qué puñado de libros podrían conformar ese plan lector de urgencia para una cuarentena.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/04/07/hacer-de-la-necesidad-virtud-ii-bibliotecas-publicas-y-equidad-educativa/

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