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Las incesantes fábricas de odio, miedo y mentiras

Por:  Boaventura de Sousa Santos

Cuando el respetado alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, renunció al cargo en 2018, la opinión pública mundial fue manipulada para no prestar atención al hecho y mucho menos evaluar su verdadero significado.

Su nombramiento para el cargo en 2014 fue un hito en las relaciones internacionales. Era el primer asiático, árabe y musulmán que ocupaba el cargo y lo desempeñó de manera brillante hasta el momento en que decidió dar un portazo por no querer ceder a las presiones que desfiguraban su cargo, desviándolo de su misión de defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos para volverlo cómplice de violaciones perpetradas por estados con peso en el sistema mundial. En su discurso y entrevistas de despedida se mostraba indignado con el modo en que los derechos humanos se venían transformando en parias de las relaciones internacionales, obstaculizados por las estrategias autoritarias y unilaterales de dominio geoestratégico. Reconocía que el ejercicio de su cargo le obligaba a oponerse a la mayoría de los países que habían aprobado su nombramiento bajo pena de traicionar su misión. También llamaba la atención sobre el hecho de que el perfil de la ONU reflejaba fielmente el tipo dominante de relaciones internacionales y que, por ello, tanto podía ser una organización brillante como una patética, dando a entender que este último perfil era el que empezaba a regir. Era un grito de alerta sobre los peligros que el mundo corría con el avance de populismos nacionalistas de derecha y de extrema derecha que hace mucho venía señalando. Al denunciar la creciente vulnerabilidad de una buena parte de la población mundial sujeta a graves violaciones de los derechos humanos, él mismo se volvió vulnerable y tuvo que abandonar el cargo. El grito de alerta cayó en el silencio de la diplomacia, de los alineamientos y de las conveniencias típicas del internacionalismo patético que había denunciado.

Todo esto ocurrió en el año en que se celebraban los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en el que muchos, incluido yo mismo, defendían la necesidad de una nueva declaración, más sólida y más verdaderamente universal. Esta necesidad se mantiene, pero en este momento lo más importante es identificar las fuerzas y los procesos que están bloqueando la declaración actual y la convierten en un documento tan desechable como las poblaciones vulnerables sometidas a violaciones de los derechos humanos que la declaración pretendía defender.

Cabe recordar que esta declaración pretendía mostrar la superioridad moral del capitalismo frente al comunismo. El capitalismo prometía, al igual que el comunismo, el creciente bienestar de poblaciones cada vez mayores, pero lo hacía con respeto a los principios de la Revolución francesa: igualdad, libertad y fraternidad. Era el único sistema compatible con la democracia y los derechos humanos.

Sin embargo, la ola conservadora y reaccionaria que asola al mundo es totalmente opuesta a la filosofía que presidió la elaboración de la declaración y constituye una seria amenaza para la democracia. Se basa en la exigencia de una doble disciplina autoritaria y radical, que no se puede imponer por procesos democráticos dignos del nombre. Se trata de la disciplina económica y de la disciplina ideológica. La disciplina económica consiste en la imposición de un capitalismo autorregulado, movido exclusivamente por su lógica de incesante acumulación y concentración de la riqueza, libre de restricciones políticas o éticas; en síntesis, el capitalismo que suele designarse como capitalismo salvaje. La disciplina ideológica consiste en la inculcación de una percepción o mentalidad colectiva dominada por la existencia de peligros inminentes e imprevisibles que alcanzan a todos por igual y particularmente a los colectivos más cercanos, ya sean la familia, la comunidad o la nación. Tales peligros crean un miedo inquebrantable del extraño y el futuro, una inseguridad total ante un desconocido avasallador. En tales condiciones, no resta más seguridad que la de regresar al pasado glorioso, el refugio en la abundancia de lo que supuestamente fuimos y tuvimos.

Ambas disciplinas son tan autoritarias que configuran dos guerras no declaradas contra la gran mayoría de la población mundial, las clases populares miserabilizadas y las clases medias empobrecidas. Esta doble guerra exige un vastísimo complejo ideológico-mental propagado por todo el mundo, incluyendo nuestros barrios, nuestras casas y nuestra intimidad. Son tres las fábricas principales de este complejo: la fábrica del odio, la fábrica del miedo y la fábrica de la mentira.

En la fábrica del odio se produce la necesidad de crear enemigos y de producir las armas que los eliminen eficazmente. Los enemigos no son aquellos poderes que el pensamiento crítico izquierdista satanizó: el capitalismo, el colonialismo y el heteropatriarcado; los verdaderos enemigos son aquellos que hasta ahora se disfrazaron de amigos, todos aquellos que inventaron la idea de opresión y movilizaron a los ingenuos (por desgracia, una buena parte de la población mundial) para la lucha contra esa opresión. Se disfrazaron de demócratas, de defensores de los derechos humanos, del Estado de derecho, de acceso al derecho, de diversidad cultural, de igualdad racial y sexual. Por eso son tan peligrosos. El odio implica el rechazo a discutir con los enemigos. A los enemigos se los elimina.

En la fábrica del miedo se produce la inseguridad y los artefactos ideológico-mentales que producen seguridad, la cual, para ser infalible, necesita vigilancia permanente y constante renovación de las tecnologías de la seguridad. El objetivo de la fábrica del miedo es erradicar la esperanza. Busca convertir el actual estado de cosas en el único posible y legítimo, contra el cual sólo por locura o utopía disparatada se puede luchar. No se trata de validar todo lo que existe; se trata de limpiar, de lo que existe, todo lo que impidió la perpetuación del pasado glorioso.

Por su parte, en la fábrica de la mentira se producen los hechos y las ideas alternativas a todo lo que pasó por verdad o búsqueda de verdad, como las ideas de igualdad, de libertad negativa (libertad de coerciones) y positiva (libertad para realizar objetivos propios, no impuestos ni teledirigidos), de Estado social de derecho, de violencia como negación de la democracia, de diálogo y reconocimiento del otro como alternativa a la guerra, de los bienes comunes como el agua, la educación, la salud, el medioambiente saludable. Esta fábrica es la más estratégica de todas, porque es aquella en la cual los artefactos ideológico-mentales tienen que empaquetarse y disfrazarse de no ideológicos. Su mayor eficacia reside en no decir la verdad respecto de sí misma.

La proliferación de estas tres fábricas es el motor de la ola reaccionaria que vivimos. La proliferación tiene que ser la mayor posible para que nosotros mismos nos volvamos emprendedores del odio, el miedo y la mentira; para que deje de haber diferencia entre producción, distribución y consumo en la propagación de esta vasta disciplina ideológica. Los medios de comunicación hegemónicos, la “comentariología”, las redes sociales y sus algoritmos y las iglesias seguidoras de la teología de la prosperidad son poderosas líneas de montaje. Pero esto no significa que las piezas que circulan en las líneas de montaje se produzcan de manera anárquica en todo el mundo. Hay centros de innovación y renovación tecnológica para la producción masiva de artefactos ideológico-mentales cada vez más sofisticados. Esos centros son los silicon valleys del odio, el miedo y la mentira. Las tecnologías se desarrollaron originalmente para servir a dos grandes clientes: los militares y sus guerras, y el consumo de masas, pero hoy los clientes son mucho más diversificados e incluyen la manipulación sicológica, la opinión pública, el marketing político, el disciplinamiento moral y religioso. La sofisticación tecnológica está orientada a colapsar la distancia con la proximidad (tuits y sound bites), la institucionalidad con lo subliminal (mediante la producción en masa de máxima personalización), la verdad con la mentira o la media verdad (hipersimplificaciones, banalización del horror, transmisión selectiva de conflictos sociales).

En un momento en que se dice que estamos en vísperas de una nueva revolución tecnológica dominada por la inteligencia artificial, la automatización y la robótica, queda la idea de que las incesantes fábricas de odio, miedo y mentira están queriendo orientar la revolución tecnológica en el sentido de la mayor concentración posible de poder económico, social, político y cultural y, por tanto, en el sentido de crear una sociedad de tal manera injusta que la justicia se transforme en una monstruosidad repugnante. Es como si antes de la llegada masiva de la inteligencia artificial, la inteligencia natural se fuese artificializando y automatizando para coincidir y confundirse con ella.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/2/las-incesantes-fabricas-de-odio-miedo-y-mentiras/

 

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Libro: Discriminación de género. Las inconsecuencias de la democracia

América del Norte/ México/ 11.02.2019/ Fuente: www.conapred.org.mx

Discriminación de género. Las inconsecuencias de la democracia.

Autor: Serret Bravo, Estela
Año: 2006
Clasificacion: Ediciones Conapred
Grupo en Situación de Discriminación: Mujeres
Colección: Cuadernos de la Igualdad 06.
Edición: Primera Reimpresión 2008. México, D.F., México: Conapred, 2008, p. 59. ISBN: 970-9833-31-6.
Archivo: CI006.pdf abre en nueva ventana
Sinopsis: 
En todas las sociedades con historia -como documenta con fina erudición la autora de este libro- la mitad de la especie humana ha sido sometida sistemáticamente a todo tipo de vejaciones, sólo en razón de su sexo.

Link para la descarga: https://www.conapred.org.mx/documentos_cedoc/CI006.pdf

Fuente de la reseña: https://www.conapred.org.mx/index.php?contenido=documento&id=110&id_opcion=147&op=147

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CONTRA LA INTERVENCIÓN GOLPISTA EN VENEZUELA POR UNA SALIDA DEMOCRÁTICA A LA CRISIS

La IV Internacional se pronuncia abiertamente en contra del nuevo intento de golpe de Estado e intervención imperialista contra Venezuela cínicamente orquestada y convocada por el vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence (dado el descrédito de Trump ante Latinoamérica). En un vídeo circulado durante la noche del 22 de enero se daba el banderazo de salida a una estrategia que pasó, en cuestión de horas, de la autoproclamación, sin que nadie le votase, del verdadero usurpador Juan Guaidó como “presidente” de Venezuela. Seguida esta autoproclamación, se dio pie a la avalancha de “reconocimientos” del supuesto nuevo gobierno por parte de presidentes y gobiernos neoconservadores, derechistas o hasta neofascistas de la región y de todo el mundo.  También la OEA y los países de la región que suscribieron la “Declaración de Lima” se subordinaron de inmediato a los planes imperialistas, reconociendo la ilegítima presidencia de Gualdió, implementando un bloqueo de Venezuela y contribuyendo a buscar alguna provocación que justifique una intervención armada.

Nos sumamos decididamente a las campañas de condena de este intento de golpe de Estado e intervención imperialista, que viola los mínimos marcos de soberanía nacional. Llamamos a la más amplia movilización popular, unitaria, internacionalista y democrática en contra del golpe, lo que significa que, independientemente de nuestras diferencias y nuestras críticas al gobierno Maduro y al régimen que implantó en Venezuela,  no vemos salida por la vía de un golpe imperialista. Que sea el pueblo venezolano, libre, soberana y democráticamente quien decida su futuro.

Los innegables problemas políticos, sociales y económicos de Venezuela sólo pueden resolverse democráticamente sin intervenciones imperialistas que no tienen ninguna credibilidad en su proclamada defensa de la “democracia y los derechos humanos”. Es cierto que importantes sectores populares, exasperados por la gravísima situación económica del país,  por las dificultades, las contradicciones y las opciones equivocadas del gobierno, han salido a las calles en apoyo al golpe. La tragedia es que no es  poniéndose bajo las órdenes de la oligarquía nacional y de las fuerzas imperialistas, reaccionarias y hasta neofascistas internacionales que van a mejorar la situación económica, social y de Derechos Humanos en Venezuela.

En estos momentos todo parece indicar que los protagonistas del golpe están intentando forzar una guerra civil y/o una intervención directa de potencias extranjeras, lo cual tan sólo puede agravar los problemas del país y sólo redundaría en una profundización de la ofensiva política de la derecha y la extrema derecha en América y en todo el mundo. Un conflicto armado supondría un escenario catastrófico para la región y permitiría una nueva cruzada por el control de los recursos petroleros del país por parte de los grandes oligopolios internacionales. La catástrofe de la ocupación de Iraq por Estados Unidos nos da una idea de lo que podría suceder en Venezuela y toda la región si los golpistas no deponen su actitud.

Llamamos a todas las fuerzas revolucionarias, progresistas y democráticas a movilizarse contra esta nueva intervención imperialista y a defender la soberanía del pueblo venezolano para resolver sus problemas políticos, sociales y económicos democrática y pacíficamente, sin sabotajes a su economía, sin amenazas de intervención armada y respetando la voluntad mayoritaria expresada en las urnas.

 ¡No al golpe de estado en Venezuela!

 ¡Por una salida antiimperialista y soberana a la crisis venezolana!

 Buró Ejecutivo de la IV Internacional

24 de enero de 2019

Fuente: http://socialistarevolucionaria.org/contra-la-intervencion-golpista-en-venezuela-por-una-salida-democratica-a-la-crisis/

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Pensamiento crítico, agotamiento social

Por: José Yorg

“Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa su comportamiento «
Albert Einstein

 

Innumerables e importantes artículos es posible leer sobre la percepción de los acontecimientos relevantes en el mundo, entre ellos, el avance de la cultura autoritaria, vía neoliberalismo financiero.

Otro factor relevante es el fracaso de los gobiernos denominados “progresistas” en América Latina, dado por agotamiento, por sus límites y fatiga de su estructura orgánica funcional carente de mecanismos de ruptura de lo vetusto, que permita inaugurar lo nuevo.

Mientras tanto, la ciudad de Buenos Aires como escenario del Primer foro mundial del pensamiento crítico, convocado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales-CLACSO-con la consigna “Las luchas por la igualdad, la justicia social y la democracia en un mundo turbulento”, contando con el aporte intelectual de muchas personalidades.

Tal vez sea el agotamiento social sobre un modelo de vida ya irremisiblemente insustentable o quizás la ausencia de nuevos y vigorosos pensamientos que cautiven y encausen la energía contenida del pueblo, lo cierto es, como dijo el sabio, “Sin embargo se mueve”.

El pensamiento transformador

Es interesante en este punto lo que canta José Larralde “Como Pa’ echarse a opinar”… “ A veces duele el cerebro por razón de razonar, y a veces el alma duele y uno ni sabe ande está”.

Así, de este modo campechano, y por la ilación que tiene la temática, rememoramos nuestra presentación de ponencia en los “Foros por una nueva independencia” Foros impulsados desde la Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, organismo dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación Argentina en el año de 2014.

Anunciábamos en nuestra ponencia “Pensamiento cooperativo nacional y Latinoamericano. Persuadir o dejar hacer, dejar pasar”, que “Nos proponemos, más que cualquier otra cosa, reflexionar sobre la pertinencia de exponer- a nuestro juicio-la necesidad de abrir el debate sobre qué tipo de cooperativismo requiere la Argentina y Latinoamérica, es decir, cuáles deberían ser las actualizadas y vinculadas concepciones sobre la sociedad, el hombre y la empresa que reanimaran a estas entidades. Asumimos que el Primer Foro por la Nueva Independencia es un ámbito propicio”.

En este entendimiento, el pensamiento crítico provee de suficientes argumentos a favor de la vida, del buen vivir, de la preservación de la naturaleza en la urgente necesidad de reconstituir el dañado tejido social, las condiciones óptimas de un mundo sustentables. Un mundo basado en una organización socio-económica de coexistencia amigable. Pero esos argumentos sólidos chocan con la constitución de poderes que poseen otros proyectos absolutamente diferentes. ¿Entonces?

Es de esta manera que encontramos que el pensamiento crítico es deudor del agotamiento social. Nos preguntamos ¿Cuánto más soportará la situación de sufrimiento el pueblo? Un funcionario gubernamental ha dicho sobre el ajuste “Esto nunca se había hecho en Argentina sin que caiga el Gobierno”.

¿Cuánto más se agravará la situación de penuria social? No podemos responder certeramente, mientras tanto, el pueblo es seducido por ideas neofascistas, son experiencias ya vividas por la humanidad.

Como siempre, de lo que se trata es de aportar a develar los currículum ocultos de la educación capitalista, ahora en su etapa financiera. El pensamiento transformador puede explicar con amplitud y profundidad lo que nos pasa y porqué nos pasa, y de tal modo, enamorar el despertar de la conciencia de que un mundo mejor es posible e imperativo, en este preciso punto, los ideales cooperativos y su práctica se presentan imprescindibles para la subjetividad que habrá de objetivar ese mundo.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=249341&titular=pensamiento-cr%EDtico-agotamiento-social-

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Carta abierta a los intelectuales del mundo

Por: Manuel Castells

Brasil está en peligro, puede elegir presidente a un fascista, defensor de la dictadura militar, misógino, sexista, racista y xenófobo

Amigos intelectuales comprometidos con la democracia:

Brasil está en peligro. Y con Brasil el mundo. Porque después de la elección de Trump, de la toma del poder por un Gobierno neofascista en Italia y del ascenso del neonazismo en Europa, Brasil puede elegir como presidente a un fascista, defensor de la dictadura militar, misógino, sexista, racista y xenófobo, que ha obtenido un 46% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Poco importa quién sea su oponente. Fernando Haddad, la única alternativa posible, es un académico respetable y moderado, candidato por el PT, un partido hoy desprestigiado por haber participado en la corrupción generalizada del sistema político brasileño. Pero la cuestión no es el PT, sino una presidencia de un Bolsonaro capaz de decir a una diputada, en público, que “no merece ser violada por él”. O que el problema con la dictadura no fue la tortura sino que no matara en lugar de torturar. En una situación así, ningún intelectual, ningún demócrata, ninguna persona responsable del mundo en que vivimos, podemos quedarnos indiferentes. Yo no represento a nadie más que a mí mismo. Ni apoyo a ningún partido. Simplemente, creo que es un caso de defensa de la humanidad, porque si Brasil, el país decisivo de América Latina, cae en manos de este deleznable y peligroso personaje, y de los poderes fácticos que lo apoyan, los hermanos Koch entre otros, nos habremos precipitado aún más bajo en la desintegración del orden moral y social del planeta a la que estamos asistiendo.

Por eso escribo a todos ustedes, a los que conozco y a los que me gustaría conocer. No para que suscriban esta carta como si fuera un manifiesto al dictado de políticos. Sino para pedirles que cada uno haga conocer públicamente y en términos personales su petición para una activa participación en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 28 de octubre, y nuestro apoyo a un voto contra Bolsonaro, argumentándolo según lo que cada uno piense, y difundiendo su carta por sus canales personales, redes sociales, medios de comunicación, contactos políticos, cualquier formato que difunda nuestra protesta contra la elección del fascismo en Brasil. Muchos de nosotros tenemos contactos en Brasil, o tenemos contactos que tienen contactos. Contactémoslos. Un mensaje por WhatsApp es suficiente, o una llamada telefónica personal. No nos hace falta un hashtag. Somos personas, miles, potencialmente hablando a millones, en el mundo y en Brasil. Y porque a lo largo de nuestra vida hemos adquirido con nuestra lucha e integridad una cierta autoridad moral, utilicémosla en este momento antes de que sea demasiado tarde. Yo lo voy a hacer, lo estoy haciendo. Y simplemente ruego que cada una/uno haga lo que pueda.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/10/10/opinion/1539160088_843725.html

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Ideología y Educación: Alfabetizaciones Obligatorias

Por: Estella Acosta Pérez

Nada es aséptico en educación. En los conocimientos, comportamientos, normas y valores va latente una ideología.

Vigencia de la ideología neoliberal

La batalla ideológica, puede ser irrelevante para algunos modelos de análisis, pero en mi humilde opinión constituye, al menos, una de las mayores dificultades para combatir el neoliberalismo imperante

Después de unos años de sequía en ciertos debates, se percibe una cierta recuperación de algunas ideas claves para la batalla ideológica contra el neoliberalismo. En particular, son muy interesantes los análisis sobre la clase social, la base material o las manifestaciones culturales, las expresiones políticas o las reflexiones críticas sobre el poder autoritario o las perspectivas de la democracia y la justicia social. Desde mi punto de vista, desde el área a la que me dedico, y en particular por la relación trabajo–educación, me parece relevante incorporar la influencia y el poder de la ideología dominante, hegemónica sin lugar a dudas, reproducida a través de poderosos medios audiovisuales e instrumentos masivamente utilizados por la población.

La batalla ideológica, puede ser irrelevante para algunos modelos de análisis, pero en mi humilde opinión constituye, al menos, una de las mayores dificultades para combatir el neoliberalismo imperante. En estos momentos confluyen algunas variables, determinismos aparte, cuya influencia en última instancia va definiendo comportamientos favorables a las pautas básicas de la ideología dominante: individualismo, excesivo valor de una falsa libertad o falso poder de decisión (para consumir), importancia excesiva de posesiones valoradas con jerarquías irrelevantes para el desarrollo humano y social (éxito, fama, moda, imagen, tipos de placeres, etc.)  Si a eso le sumamos la ignorancia absoluta sobre aspectos prioritarios para la vida o la sociedad, despreocupación máxima por los verdaderos problemas que sufren los seres humanos o desconocimiento total de los orígenes de las peores situaciones vividas, la reproducción del modelo hegemónico está garantizada.

Porque, precisamente, el papel de la ideología dominante es ocultar las deficiencias del sistema, reducir en apariencia el origen de los problemas sociales en el poder económico, oscureciendo las contradicciones de clase, encumbrar los valores que determinan la acción para contrarrestar las opciones alternativas. Con unos procedimientos nada conscientes, que llevan implícita una carta de naturaleza, lo “normal”, lo “natural”, “siempre ha sido así”, para que se vean como positivas todas las acciones que favorecen la reproducción de la cultura, la forma de vida, los modelos de empleo, etc. Algunas de esas manifestaciones de la ideología dominante son vitales para el desarrollo del modelo capitalista que promueve el neoliberalismo.

Si a todo ello le sumamos unas condiciones de vida y de trabajo sepultadas en la incertidumbre, en la precariedad, en las escasas perspectivas de futuro, la fuerza de trabajo se convierte en presa fácil para implantar modelos del sálvese quien pueda característicos del neo-taylorismo imperante. Si desde muchas manifestaciones culturales, programas televisivos, desde el deporte o las noticias, se ensalzan las acciones individuales, se realizan cerrojazos informativos sobre las acciones colectivas organizadas, se premian los éxitos en temas irrelevantes, se da excesiva cobertura a las acciones espontáneas y espectaculares, las formas y las reacciones se corresponderán con esas pautas. Si la inmediatez es la norma, la política se transforma en espectáculo, con debates crispados, artificiales, maniqueos, no es posible una mínima reflexión crítica con matices, que obliguen a repensar, a profundizar.

Alfabetizaciones

La alfabetización de la población ha sido un objetivo clave en muchas sociedades para asumir cambios y desarrollo económico y social

No pretendo dar ninguna receta, ni pienso que lo que voy a exponer sea la única alternativa, pero creo que puede contribuir en parte a neutralizar el poder de la ideología neoliberal. Al menos considerar alguna opción de contrarrestar ese poder, como muchas otras veces en la historia de la humanidad, a través de la educación.  No pienso que se pueda cambiar el mundo ni hacer la revolución desde la educación, pero tampoco comparto el determinismo de la estructura económica o la jurídico-política ni el dominio absoluto de la ideología dominante. Además, pienso en la educación como práctica social, no sólo en su variante institucional del sistema educativo. (1)

En muchos momentos se ha considerado la importancia de formar a la ciudadanía para sostener los modelos sociales democráticos, no vamos a citar ni a hacer academia, porque es fácil reconocer la necesidad de disponer de un cierto nivel de conocimientos o como mínimo salir de la ignorancia, para participar de alguna forma en la vida social. La alfabetización de la población ha sido un objetivo clave en muchas sociedades para asumir cambios y desarrollo económico y social, desde el mismo capitalismo industrial incipiente en Gran Bretaña o desde la Revolución burguesa en Francia, hasta la Revolución cubana se plantearon la necesidad de universalizar las herramientas básicas de lectoescritura o matemática.

Desde hace tiempo, algunos pensadores de las ciencias de la educación, como J.C. Tedesco (2) proponen objetivos educativos que abarcan otras alfabetizaciones. La alfabetización digital ya está de moda, incluso como demanda empresarial o visualizada como relevante para evitar la exclusión por razones de edad o nivel de estudios. No deja de ser formar en una herramienta, evidentemente imprescindible para funcionar en las sociedades actuales, superar la segmentación de la población, pero que no garantiza una ciudadanía crítica que pretendemos. La alfabetización científica comienza a entreverse, aunque como cantera de futuras “vocaciones” hacia las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). En nuestro caso, la alfabetización científica debería cumplir una función específica que permita a la población menos formada no ser caldo de cultivo de manipulaciones, consumo irresponsable, o mantenimiento de “creencias” o falsedades sobre nuestro mundo. La educación científica ha sido siempre una aspiración de las fuerzas progresistas, contra la ignorancia que facilita el sostenimiento del poder religioso, político o simplemente comercial. En este caso sería muy importante la reflexión sobre el sentido de determinados conocimientos (qué hace falta saber), sobre la influencia del método de aprendizaje (no es lo mismo memorizar datos que experimentar) o sobre los modelos de difusión para la población adulta (¿soporíficos documentales?).

No obstante, lo más complejo sería incorporar la alfabetización subjetiva. Empieza a despuntar la importancia de la educación emocional, en algunos casos ligada a la inteligencia que le da una apariencia menos peligrosa. Hasta ahora estos ámbitos se limitaban a enseñar pautas de conducta, normas, valores, algunas veces en determinados temas como mera información. Pero es evidente la influencia de internet y la televisión para la mayoría de las emociones y valores. El feminismo ya ha advertido de la educación sexual por medio de la producción de imágenes pornográficas, como la única educación recibida en la adolescencia masculina. Todavía habría dificultades para una educación sexual más allá del funcionamiento del aparato reproductor, la prevención de embarazos o de enfermedades de transmisión sexual. Porque ligada a las emociones implicaría incluir temas más conflictivos: aborto, mundo LGTBI, etc. Tampoco significa que toda la responsabilidad se deposite en la escuela, pero pueden aparecer dudas sobre la idoneidad de algunos programas o  las posibilidades de la familia para llevar adelante algunas cuestiones o sobre las prioridades, que estarán teñidas de ideología (religiosa muchas veces).

La educación emocional que se desarrolla en la familia sería la base clave, por lo cual las diferentes instituciones sociales y los medios de comunicación deberían ejercer un mayor compromiso, una mayor complicidad con el sistema educativo para conseguir una alfabetización subjetiva alejada de los valores que transmiten el cine, internet o la televisión con programaciones ligadas a la competitividad, la fama, el consumo, en suma el individualismo y la libertad sin principios. Pero, sobre todo, la publicidad apela a emociones y valores porque pretende influir precisamente sobre los deseos. Algunas parecen neutrales, apelando a las bondades del objeto que venden, pero hay otras que sin ningún rubor reproducen emociones o valores denigrantes o perniciosos. Una empieza diciendo “hago lo que me da la gana”, otra corrompe a un árbitro de fútbol infantil con un jamón y demasiadas siguen reproduciendo el modelo femenino que combatimos. Sería toda una investigación desmenuzar otras, pero es indudable el modelo que proponen.

Ni la alfabetización subjetiva ni la científica están entre las prioridades intencionadas de las instituciones, incluida la familia. Se educa de hecho en las emociones, se reciben de hecho las influencias de los medios, en algunos casos existen algunos propósitos al respecto. Todo ello sin reflexión crítica para saber qué sentido le damos a algunas experiencias educativas, sin plantearse seriamente un cambio de modelo de interacciones personales o sociales. Porque el otro riesgo, muchas veces con medidas bien intencionadas, es la psicologización de los problemas sociales que vuelve a transformar en individuales los conflictos de origen social. Al menos, elijamos la duda ante ciertas propuestas de competencias “personales” o interpersonales que están planteando ciertos gurús de recursos humanos, para el futuro del empleo. (3)

Nada es aséptico en educación o formación, en los conocimientos, en los comportamientos o en las normas y valores, va latente una ideología. Habría que comprometerse a la reflexión crítica y a proponer alternativas que puedan contrarrestar el dominio de la ideología del poder. Es necesario profundizar, detenerse a fundamentar las propuestas, con visión estratégica, sin urgencias ni consignas. Son urgentes la financiación, la derogación de las barbaridades de la LOMCE, conseguir un sistema educativo de calidad con equidad, y tantas otras medidas eficaces. Pero si no se realiza en paralelo la apuesta por una fundamentación pausada de las prioridades ideológicas, el futuro seguirá siendo neoliberal, desigual y precario, para las clases trabajadoras.


(1) “Si bien la educación es fundamental para la movilidad social, los jóvenes no necesariamente logran superar el grado de educación de sus padres. Un análisis de 32 países en el marco de la encuesta de la OIT sobre la transición de la escuela al trabajo (encuesta SWTS) mostró que solo el 37 por ciento de los jóvenes trabajadores alcanzaron un grado de educación superior al de sus padres, mientras que aproximadamente el 48 por ciento alcanzó el mismo nivel” Informe inicial El futuro del trabajo.OIT

(2) Directo de la Oficina de educación de la UNESCO con Mayor Zaragoza en los noventa, Ministro de educación de Argentina, Director del Instituto de la UNESCO, asesor de múltiples ministerio en Aca. Latina y África y profesor universitario hasta su fallecimiento en 2017

(3) Acosta Pérez, E (2017): Una digitalización justa y equitativa. www.asociacionisegoria.org Documentos.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/ideologia-educacion-alfabetizaciones-obligatorias/20181005173937156254.html

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