Conozca cinco pasos fundamentales que Estados, centros educativos y sociedad en general deben adoptar para promover un mundo sin violencia y con equidad e igualdad de género.
1. Desarrollar políticas públicas sobre igualdad de género y superación de la violencia, desde enfoques intersectoriales y en base a los marcos internacionales, regionales y nacionales de derechos humanos.
2. Aumentar los esfuerzos para una mayor sensibilización alrededor de la igualdad de género a la ciudadanía en general, incluyendo campañas y materiales en lenguajes.
3. Promover la desnaturalización de la violencia de género y la reconstrucción de modelos de feminidad y masculinidad en condiciones de igualdad, hacia la superación de estereotipos sexistas y heteronormados.
4. Cuestionar los contenidos y las malas prácticas mediáticas, proponiendo reglamentaciones para que las violaciones de derechos tengan respuestas y reparaciones, y a la vez se promueva el debate plural y la reflexión sobre la igualdad de género.
5. Promover la igualdad de género y la superación de la violencia de género en y desde la educación, desde la primera infancia hasta la universidad.
Fuente de la reseña: https://redclade.org/noticias/igualdad-de-genero-y-superacion-de-la-violencia-5-puntos-claves-para-la-transformacion/
América del Norte/ Estados Unidos/ 02.06.2019/ Fuente: redclade.org.
En esta fecha simbólica para las personas LGBTI, subrayamos la importancia de abordar la igualdad, la orientación sexual y la identidad de género en la educación, para que los centros educativos sean espacios pacíficos y seguros, donde se realicen los derechos humanos
Hoy, 50 años después que travestis, lesbianas y gays protestaron por primera vez en contra de la violencia y opresión que sufrían, la población LGBTI de América Latina y el Caribe conmemora el día con orgullo y algunos avances: la descriminalización de las personas LGBTI, el reconocimiento por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que las travestis y personas transexuales no poseen trastornos mentales o comportamentales, la legalización de la unión LGBTI en algunos países, y la criminalización de la homofobia en Brasil, entre otros. En la madrugada del 28 de junio de 1969, fue iniciada una protesta en Nueva York que duró seis días, la cual quedó conocida como “Disturbios de Stonewall”. En aquella ocasión, por primera vez en la historia de Estados Unidos, la comunidad LGBTI [Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgénero, Intersexuales] luchó contra un sistema que perseguía a las personas homosexuales, con el beneplácito del gobierno. Desde entonces, el evento ocurrido en el bar gay de nombre “Stonewall Inn”, se considera un marco del movimiento de liberación LGBTI, a partir del cual el activismo por los derechos de esta comunidad ganó repercusión en el debate público y las calles.
Mujeres lesbianas y bisexuales protestan en las calles de São Paulo (Brasil) por derechos, libertad y en contra de las políticas de odio del gobierno brasileño. Foto: Ceia Gomes.
Sin embargo, todavía hay muchos desafíos para la conquista plena de igualdad de derechos. Brasil y México, respectivamente, son los países de la región que más matan personas LGBTI, y en ellos la lucha es por la vida. En lo que se refiere al campo educativo, el avance de grupos ultraconservadores en la región, se ha caracterizado por la acción de movimientos que defienden la prohibición del abordaje de temas relacionados a la educación sexual integral en los centros educativos, tales como la orientación sexual, la igualdad de género y la identidad de género.
En el marco de la conmemoración de los 50 años de Stonewall, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) destaca la importancia de abordar estos temas en los programas pedagógicos, los currículos, los materiales educativos y las políticas públicas, para que los centros educativos sean espacios pacíficos y seguros, donde se realicen y promuevan los derechos humanos de todas las personas.
La orientación sexual y la identidad de género integran aspectos esenciales de la vida de una persona y los marcos de los derechos humanos consagran su protección, así como el deber de eliminar todas las formas de discriminación y violencia contra las personas LGBTI y de velar para que todas las personas puedan disfrutar de sus derechos en condiciones de igualdad.
A pesar de estos desarrollos, en nuestras sociedades la diversidad sexual se presenta todavía como motivo de exclusión, marginalización, violencia y persecución, debido a la persistencia de construcciones sociales, culturales e ideológicas que alimentan estereotipos y prejuicios negativos contra las personas LGBTI. Es así que muchas de ellas experimentan graves limitaciones, restricciones o exclusiones en el goce de sus derechos, entre otros, el derecho a la libertad, a la igualdad, a la integridad, a la personalidad, a la salud, el derecho a la educación, los derechos de reunión y de expresión.
Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/stonewall-la-importancia-de-luchar-por-una-educacion-que-fortalezca-la-diversidad/
Luego de las acciones de incidencia que ha realizado de cara a la Cumbre de Líderes del G20 en el 2018, para defender una educación pública, gratuita e inclusiva, con financiamiento justo y adecuado, la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) sigue actuando para demandar un compromiso de los países más ricos del mundo con la realización de dicho derecho.
Este año, la presidencia del G20, que reúne a las mayores economías del planeta, incluyendo a Argentina, Brasil y México, es de Japón. En este marco, Marcela Browne, integrante de la Fundación SES y de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE), miembro de la CLADE, fue nombrada para, en el año 2019, asumir la coordinación internacional del Grupo de Trabajo (GT) de Educación del Civil 20 (C20), mecanismo integrado por organizaciones no gubernamentales que lidera la relación de este sector con los gobiernos del G20. Marcela Browne coordinó el GT local sobre Educación, Empleo e Inclusión del C20 en el 2018, llevando a este espacio los planteamientos de CADE, CLADE y Campaña Mundial por la Educación (CME).
Ahora, la coordinación local del GT de Educación del C20 está a cargo de Naoko Shiroya, de Plan Internacional Japón, y cuenta con la participación activa de ASPBAE (Asia South Pacific Association for Basic and Adult Education), red regional hermana de la CLADE y miembro de la CME.
La Cumbre de Líderes del G20 este año se realizó los días 28 y 29 de junio en Osaka, Japón. En preparación para el evento, fueron realizados encuentros oficiales temáticos y debates con la participación de la sociedad civil. En este contexto, CADE, CLADE y ASPBAE han participado en una plataforma virtual de diálogos y dos encuentros presenciales, uno realizado en febrero y otro en abril de este año, siendo ese último la Cumbre del C20, que contó con 9 plenarias, 17 oficinas y 160 exposiciones, además de la participación de 830 organizaciones de sociedad civil de 40 países.
“Participamos en distintos diálogos con líderes del G20 de los grupos temáticos anticorrupción, desarrollo e infraestructura financiera, presentando nuestras recomendaciones sobre financiamiento educativo y señalando la importancia de fortalecer sistemas educativos públicos e inclusivos. Durante la Cumbre del C20, también denunciamos el proceso de privatización y mercantilización de la educación en América Latina y el Caribe, con foco en Argentina”, afirmó Marcela Browne.
En estos documentos, se exponen como principales demandas y recomendaciones:
La garantía de una educación de calidad y a lo largo de la vida, desde la primera infancia, que asegure alfabetización e inclusión digital para todas y todos, así como la promoción de paz, justicia y derechos humanos, desde el respeto a la diversidad de culturas y contextos sociales y la formación, el desarrollo profesional y condiciones laborales adecuadas para las y los docentes.
Una educación para la innovación, que garantice el acceso de poblaciones marginadas y las niñas y adolescentes a campos de la ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemática; el fortalecimiento de la participación de actores clave, especialmente estudiantes y docentes, en el desarrollo de currículos y en la toma de decisiones; y la aplicación de tecnologías accesibles a la educación desde que sean pertinentes a los currículos y contextos de diferentes comunidades y países.
Una educación inclusiva, que supere la violencia y discriminación, y priorice la igualdad de género, especialmente desde currículos que incluyan a los diferentes sexos, orientaciones sexuales e identidades de género, y garanticen una educación sexual integral; que asegure infraestructura, materiales, formación docente y currículos adecuados para la inclusión y participación de personas con discapacidad; y que genere oportunidades educativas para niñas, niños y adolescentes en situación de conflictos, crisis y desastres, sometidas/os a trabajo forzado o en conflicto con la ley.
El aumento de inversiones en los sistemas educativos públicos y la regulación de la actuación del sector privado en la educación, poniendo fin al lucro en este campo y garantizándose al menos 12 años de educación pre-primaria, primaria y secundaria gratuita. Asimismo, el cumplimiento de los compromisos asumidos por los Estados en la Agenda de Educación 2030, con la inversión mínima de 4 a 6% del Producto Interno Bruto (PIB) o de 15 a 20% de sus presupuestos públicos en educación.
Incidencia por mecanismos de financiamiento educativo que fortalezcan los sistemas públicos
Como forma de asegurar recursos para la educación pública y gratuita, las organizaciones de la sociedad civil plantean: que a nivel mundial y en los países se promuevan reformas fiscales hacia sistemas tributarios justos, equitativos y progresivos; y que se amplíe el financiamiento educativo a través de la cooperación bilateral y multilateral, especialmente a través de la Alianza Mundial por la Educación (AME), del fondo “La Educación no Puede Esperar” y del fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur, sin que esto implique en el endeudamiento de los países en desarrollo, ni afecte su soberanía o promueva la privatización de la educación.
“Al G20 y en la AME, defendemos que los recursos de la cooperación internacional no deben ser usados de ninguna manera para apoyar las escuelas privadas o cualquier tipo de mercado lucrativo en la educación”, afirma Camilla Croso, coordinadora general de la CLADE y actualmente una de las representantes de la sociedad civil de países en desarrollo en el Comité Directivo de la AME, al lado de Maria Khan, de ASPBAE.
Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/cumbre-del-g20-clade-incide-por-compromisos-de-estos-estados-con-el-fortalecimiento-de-los-sistemas-publicos-de-educacion/
Este 28 de junio se llevará acabo la 41 marcha que busca el reconocimiento de los derechos humanos de la comunidad LGBT+ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, travesti, queer, asexual, pansexual, antrosexual, demisexual) en la Ciudad de México. Por ello, te traemos estos documentales que te ayudarán a concientizar acerca de la lucha y la conflictiva por la que ha tenido que enfrentar las personas pertenecientes a esta comunidad.
McKellen: Playing the Part (2017)
Dr. Joe Stephenson
El reconocido actor McKellen cuenta su historia, desde su infancia hasta sus primeros pinitos en el mundo de la actuación, donde sobresalió enseguida en el mundo del teatro. De igual forma, el actor aprovecha para narrar cómo se convirtió en el líder de la campaña por la igualdad, además de comentar dos de sus grandes papeles en el mundo del cine, como son el de Magneto en la saga ‘X-Men’ y el de Gandalf en ‘El señor de los anillos’.
Las ventanas abiertas (2014)
Dr. Michell Massé
En España y en Francia; en Madrid y en Paris, Boti, Empar, Micheline y Jocelyne, cuatro mujeres lesbianas en torno a los 70 años, cuentan sus miedos, sus deseos, sus diferencias…Son activas o activistas y no se resignan frente al paso del tiempo, no quieren dejarse poner de lado en razón de su edad. Mas allá de los tabúes, evocan sus amores pasados y presentes, porque sus vidas amorosas y sexuales aún no están terminadas…
¿Sueño gay? (Do I Sound Gay?-2014)
Dr. David Thorpe
El documental explora la existencia de estereotipos sobre los patrones de habla de los hombres homosexuales y el grado en el que estos estereotipos puede fomentar la homofobia interiorizada de las personas gais.
Tengo una familia(2012)
El documental narra las historias y vivencias de varias familias homoparentales. Además de los testimonios de los padres y madres, también podemos ver lo que piensan los hijos e hijas de estas familias de gays y lesbianas.
A Family is a Family is a Family (2010)
Dr. Amy Schatz
Un diverso grupo de niños cuentan con sus propias palabras su visión de la familia, a menudo mucho más amplia de lo que lo es para los adultos, en este documental producido por la actriz Rosie O’Donnell. Como si se tratara de un vídeo de YouTube o del programa de Juego de niños, los pequeños invitados explican a la cámara los distintos modelos de familia posibles. Su candidez demuestra que ser adoptado o nacer por fecundación artificial y criarse con dos padres o con una madre soltera es igualmente válido.
La rebelión de Stonewall (2010)
Dr.Kate Davis
El documental explora la chispa que encendió la lucha por los derechos civiles de las personas LGTB, relatado por quienes tomaron parte en los disturbios después de la invasión policial en el bar Stonewall Inn, en el Greenwich, en la madrugada del 28 de junio de 1969.
*Johnny and Lyman: A Life Together (2010)
Drs.Paul Detwiler, Michael Chen
Dos hombres, 65 años juntos. ¿Qué pueden decirnos sobre superar los desafíos, mantener una relación viva y fuerte a largo plazo y con gracia?
La bisexualidad, todo un arte (2009)
Dr. Laure Michel y Eric Wastiaux
El documental indaga en un tema que sigue siendo tabú en nuestra sociedad, la bisexualidad. ¿Podemos ser homosexuales y heterosexuales a la vez? Cuarenta años después de la revolución sexual, la bisexualidad sería el último tabú. Femenino, masculino, estrictamente homosexual o heterosexual, el documental escudriña las premisas de una tendencia.
El documental narra las experiencias de seis familias homoparentales, tres compuestas por gays y tres por lesbianas, y aborda los problemas y situaciones que han tenido que solventar para poder tener hijos, cómo llevan el día a día y también vemos la opinión de algunos hijos que ya son mayores.
El suplemento mensual de la organización encargada de la difusión sobre VIH/sida, derechos humanos, sexuales y reproductivos, LetraeSe, reportó que, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, al menos 473 personas LGBT+ fueron asesinadas en México por motivos relacionados con el odio, a causa de la orientación sexual o a la identidad y expresión de género percibida de las víctimas.
A pesar de los avances en cuestión del reconocimiento de los derechos de personas LGBT+ en la última década, en promedio la cifra que representa 473 asesinatos por odio en México, equivale a 79 personas LGBT+ asesinadas por año, lo que da un total de 6.5 homicidios por mes. Además, en los últimos años 2017 y 2018 fueron los más violentos para dicha comunidad, pues muestran un aumento de 30 por ciento del número de homicidios con relación al promedio de los años anteriores.
La ONU denuncia la pasividad política y la indiferencia del sector privado
El cambio climático afecta especialmente a los países más pobres, además de poner en peligro la democracia y los derechos humanos. Crea una discriminación social similar al apartheid ante la pasividad política y la indiferencia del sector privado.
a inacción global sobre el cambio climático está creando un catastrófico «apartheid climático» en el que los derechos humanos, tal como los conocemos, especialmente los de las personas más vulnerables del mundo, están amenazados de extinción, advierte un funcionario de las Naciones Unidas (ONU).
Philip Alston, el Relator Especial de la ONU sobre la pobreza extrema y los derechos humanos, es un experto independiente encargado de evaluar la situación de los derechos humanos en todos los lugares más pobres del mundo.
Para Philip Alston, el cambio climático no sólo tendrá el mayor impacto sobre quienes viven en la pobreza, sino que también amenaza hasta la propia democracia y los derechos humanos.
El relator expone muchas de las consecuencias que estamos sufriendo en este momento debido al cambio climático, desde las temperaturas récord hasta el derretimiento de los glaciares, los incendios sin precedentes, las peores inundaciones de los últimos mil años, los millones de personas que están malnutridas debido a las sequías que acaban con las cosechas, el aumento del nivel del mar, la desaparición de los ecosistemas marinos, sustento de millones de personas, y las amenazas a la economía y al orden social en general.
Más pobreza y desigualdad
A continuación, destaca las previsiones científicas sobre el aumento de la temperatura, que se intenta limitar a 1,5 a través del Acuerdo de París, pero que si no se logra subirá por encima de los dos grados, umbral que señala la diferencia entre la muerte y la vida.
Según el Banco Mundial, con 2°C grados de calentamiento, entre 100 y 400 millones de personas más estarán en riesgo de pasar hambre y entre 1.000 y 2.000 millones ya no tendrán suficiente agua. El cambio climático podría dar lugar a pérdidas en el rendimiento mundial de los cultivos del 30 por ciento para 2080, incluso si se toman medidas para adaptarse a él.
Además, entre 2030 y 2050, se espera que cause aproximadamente 250.000 muertes adicionales por año a causa de la desnutrición, la malaria, la diarrea y el estrés por calor. Dado que las personas en situación de pobreza en gran parte no tienen seguro médico, el cambio climático exacerbará las crisis de salud que ya empuja a 100 millones de personas a la pobreza cada año.
Las personas en situación de pobreza enfrentan además una amenaza muy real de perder sus hogares: para el año 2050, el cambio climático podría desplazar a 140 millones de personas en África subsahariana, el sur de Asia y América Latina solamente.
Las inundaciones y los derrumbes pueden debilitar las infraestructuras y viviendas ya degradadas, especialmente para las personas que viven en asentamientos no planificados o sin servicios. En 2017, 18,8 millones de personas fueron desplazadas debido a desastres en 135 países, casi el doble del número de desplazados por el conflicto.
Desde el año 2000, las personas que viven en los países pobres han muerto a causa de desastres a una tasa siete veces mayor que las personas afectadas en los países ricos. Además, las autoridades tienen una estrategia de priorizar las áreas más ricas para la protección frente al cambio climático, poniendo en peligro a las personas que viven en la pobreza.
Injusticia
Alston destaca un hecho en su informe: Los pobres son los que se llevan a llevar la peor parte del cambio climático, pese a ser los que menos han contribuido a él.
“La mitad más pobre de la población mundial, 3.500 millones de personas, es responsable de solo el 10 por ciento de las emisiones de carbono, mientras que el 10 por ciento más rico es responsable de la mitad de esas emisiones. Una persona situada en el 1 por ciento más rico del mundo, usa 175 veces más carbono que una persona en el 10 por ciento inferior”, resalta.
El relator añade: “perversamente, los más ricos, que tienen la mayor capacidad de adaptación y son responsables de la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero y se han beneficiado de ellos, serán los mejor situados para hacer frente al cambio climático, mientras que los más pobres, que son los que menos han contribuido a las emisiones y tienen la menor capacidad de reacción, serán los más perjudicados.”
Voz en el desierto
“No faltan las voces de alarma sobre el cambio climático, pero parece que hasta ahora no se han escuchado”, asegura el experto.
En este sentido, cita a William Nordhaus quien, al aceptar el Premio Nobel de Economía de 2018, describió el cambio climático como un “coloso que amenaza nuestro mundo” y “el último desafío para la economía”.
También menciona al ganador del mismo premio en 2001, Joseph Stiglitz, quien se refirió al cambio climático como el advenimiento de la Tercera Guerra Mundial.
Y también recuerda que el Papa Francisco ha declarado una «emergencia climática» mundial y ha advertido que si no se toman medidas urgentes habrá «un acto brutal de injusticia hacia los pobres y las generaciones futuras».
Para dar una idea de la escala del desastre que supone el cambio climático, recuerda las palabras del periodista estadounidense especializado en el cambio climático David Wallace-Wells, quien en su libro Uninhabitable Earth (La tierra inhabitable) señala que el carbono se agrega a la atmósfera cien veces más rápido que en cualquier momento de la historia humana preindustrial y que desde 1988, cuando Naciones Unidas estableció el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, se ha sumado más carbono a la atmósfera que en toda la historia de la humanidad.
Tampoco el sector privado
El informe también advierte que, ante la pasividad oficial, confiar al sector privado la lucha contra la crisis del clima puede conducir a una nueva segregación entre ricos y pobres que permita a los primeros escapar a los peores efectos del calentamiento global y a los segundos sufrir esos efectos hasta las últimas consecuencias.
“Un exceso de confianza en el sector privado podría llevar a un escenario de apartheid climático en el que los ricos pagan para escapar del sobrecalentamiento, el hambre y los conflictos, mientras que el resto del mundo tiene que sufrir”, declara Alston, quien añade: “en lugar de ayudar al mundo a adaptarse al cambio climático, privatizar los servicios básicos y la protección social puede ser una forma de mala adaptación”.
El cambio climático es, entre otras cosas, un asalto desmedido a los pobres, concluye el informe.
África/Nigeria/27 Junio 2019/Fuente: La vanguardia
El Ejército de Nigeria liberó a más de un centenar de mujeres y niños secuestrados por el grupo yihadista Boko Haram en su bastión en Mafa, estado de Borno, localizado en el noreste del país, informaron este miércoles fuentes castrenses.
Según un comunicado del portavoz del Ejército, Sagir Musa, los rehenes fueron liberados durante «fuertes y agresivas operaciones de limpieza» perpetradas en los últimos días en este enclave, donde son constantes las incursiones y ataques terroristas.
«Decenas de combatientes de Boko Haram y de la (escisión) Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP) fueron aniquilados», añadió Musa, que informó también de la confiscación de armas de fuego, munición y diversos vehículos de combate.
Boko Haram (que significa «la educación occidental es pecado» en lengua hausa) usa de forma habitual a mujeres y niños para cometer ataques bomba en espacios sensibles como mercados o mezquitas, cobrándose por igual la vida de musulmanes y no musulmanes.
El pasado 21 de junio, efectivos nigerianos y chadianos, integrantes de una fuerza conjunta multinacional que combate la amenaza yihadista -en la que también participan Níger y Camerún-, abatieron a 42 miembros de Boko Haram en los alrededores del lago Chad, según fuentes militares de Nigeria.
Mientras que una semana antes, ISWAP tendió una emboscada al Batallón de Fuerza 158 en Kareto, en el estado de Borno, en la que murió el comandante de esta unidad y al menos otros 19 soldados, de acuerdo con los yihadistas.
El grupo Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP), muy activo en esta zona, se formó en 2016 cuando una facción del grupo islamista nigeriano Boko Haram prometió lealtad al Estado Islámico.
Por su parte, Boko Haram lucha desde 2009 por imponer un Estado de corte radical en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y cristiana en el sur, y desde donde ha expandido sus ataques a naciones vecinas como Chad, Níger y Camerún.
En la última década, a causa de esta insurgencia, más de 27.000 personas han muerto y la cifra de desplazados casi alcanza los dos millones, según las Naciones Unidas.
Meritxell Relaño, representante de UNICEF en Yemen, nos cuenta su experiencia en la mayor crisis humanitaria del mundo.
Han pasado cuatro años desde que comenzó la guerra de Yemen; cuatro años de bombardeos y ataques sobre la población civil que apenas aparecen en los medios de comunicación y han provocado la mayor crisis humanitaria del mundo. Las cifras son demoledoras: más de 70.200 víctimas directas han muerto por un conflicto interno que se ha internacionalizado con la coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes, que cuenta con apoyo indirecto de otras potencias internacionales. Además, según datos del «contador de la vergüenza» que han puesto en marcha ONG como Save the Children, Amnistía Internacional y Oxfam, se han realizado más de 19.000 ataques aéreos (uno cada dos horas de media) y 24 millones de personas necesitan ayuda para sobrevivir (un 80% de la población). Además, 85.000 menores de cinco años podrían haber muerto por hambre u otras enfermedades.
En octubre de 2015, Meritxell Relaño (Durango, Vizcaya, 1972), doctora en Ciencias Políticas y Sociología, llegó a Yemen como representante de Unicef. Había trabajado en países como Timor Oriental, Colombia, Mozambique o Gambia, pero era su primer destino en un país en guerra. «Nada te prepara para esta experiencia -explica-. Es imposible transmitir lo que es una guerra. Tal vez solo los ancianos que vivieron la Guerra Civil puedan entenderlo».
Esperando una paz que parece encallada tras las conversaciones de Estocolmo -de las que ha salido una frágil tregua-, Relaño ha pasado a ser directora de la Oficina de Programas de Emergencia en Ginebra, pero tiene muy presente el conflicto yemení. Cuando llevaba tres meses en el país, se quedó impresionada al ver a los niños y niñas por primera vez en la calle. Fue en Saná, la capital. «Un día de sol, salimos a la calle para ver cómo se repartía el agua. Parecía una jornada tranquila, sin ruido de aviones. Me llamó la atención la palidez de los niños que salieron por fin de sus casas a intentar recoger agua con unos cubos». Esos pequeños, «de tez blanquecina, con ojeras, muy delgados», vivían encerrados en sus pequeñas casas. Verlos en la calle le produjo una mezcla de emociones: «Era una escena bonita porque estaban jugando con el agua; y, a la vez, resultaba impactante por la expresión de sus rostros. Esos niños rompían su encierro durante unos minutos, los que permanecía abierto el grifo en aquel barrio». Desde aquel día, en todas sus comparecencias públicas, entrevistas en medios o reuniones de altas instancias, Meritxell repite una frase: «Que paren ya la guerra«.
En los cinco meses posteriores a los acuerdos de Estocolmo al menos 80 menores han muerto o resultado heridos. Relaño ha colaborado con distintas ONG desde que era muy joven, pero, afirma, la misión de Unicef es única. «Me motiva el mandato de la organización. Que todas las niñas y niños vean sus derechos cumplidos. El derecho a la vida, a la educación, a la protección…», reconoce.
«La situación empeora por momentos. Cuando llegué aún había esperanza. Luego se perdió por muchos meses. Ahora, con la tregua, vuelve a haber una pequeña luz en el horizonte». Las cifras, aun así, son aterradoras: «Mientras estuve allí murieron más de 2.500 niños por las bombas o las minas antipersona y más de 3.000 fueron heridos o mutilados. Yemen es ya la mayor catástrofe humanitaria del siglo, con 24 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria». El verano de 2018 fue particularmente sangriento: más de 100 niñas y niños murieron como consecuencia directa del conflicto. Además, muchos menores fallecen por enfermedades como diarreas, neumonías, malnutrición… «Estos niños no saben si podrán ir a la escuela este mes, o si les van a reclutar y a llevar al frente. Todo está peor, a pesar de los esfuerzos de la ayuda humanitaria, que impide que mueran muchos más. Imagina la situación de millones de familias, que llevan ya casi cuatro años sin ingresos, sin trabajo, que han vendido ya todo lo que tenían para alimentar a sus hijos, que se han endeudado para pagar los gastos mas básicos».
En el país, 11 millones de menores necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir. Unos dos millones de niños en edad escolar no asisten a la escuela. Otros tantos sufren malnutrición y hay 400.000 con desnutrición aguda severa, lo que les sitúa al borde de la muerte. Al menos 56.000 menores de cinco años fallecen cada año por causas totalmente prevenibles. Hoy, además de pálidos, sus rostros están demacrados. Se les ven los huesos, apenas recubiertos de piel. Si se les da un juguete, lo miran sin saber qué hacer porque nunca habían visto uno.
Mujerhoy Usted que ha sido representante de Unicef, ¿qué les diría a los gobiernos?
Meritxell Relaño Que paren la guerra. Y si no pueden, que las partes en conflicto respeten el Derecho Internacional Humanitario y las reglas de la guerra. Que no mueran más civiles, que no ataquen escuelas ni hospitales, que no usen a los niños como soldados.
M.H. ¿Cómo ha podido resistirlo?
M.R. Precisas de paciencia infinita, cabeza fría y resiliencia, saber cómo decir las cosas para que no se ofenda nadie y la fortaleza mental. Aprendes a negociar con Dios y con el diablo.
M.H. ¿Cómo es el trabajo de Unicef allí?
M.R. No hay un Estado que invierta en salud, alimentación o educación, así que tenemos cinco programas. A través del de salud, el más importante, tratamos a más de 400.000 niños con malnutrición severa aguda. También traemos medicinas para los menores de cinco años y pagamos todos los gastos de los hospitales, desde el combustible hasta los salarios. Igual rehabilitamos un colegio destruido por las bombas que entregamos material escolar o imprimimos libros. Distribuimos agua potable y combustible para que se pueda bombear agua a las ciudades. Trabajamos en la prevención de matrimonios prematuros, la denuncia de los casos de niños reclutados para el frente… El país está al borde del colapso.
M.H. ¿Cómo lo viven los yemeníes?
M.R. Con resignación, esperando que acabe todo. Yemen era uno de los países más pobres de la región pero este conflicto ha hecho retroceder sus indicadores más de 10 años, sobre todo en mortalidad infantil.
M.H. ¿Hasta qué punto es dura la situación?
M.R. Hay historias terribles. Alí, de ocho años, llegó, en los huesos y con cólera, al hospital en Aden. Estuvo a punto de morir porque su madre no lograba reunir los 10 euros que necesitaba para llegar al hospital. Ahmed tiene terror al ruido de los aviones y las bombas. Solo puede dormir abrazado a su padre. A Fatouma la casaron con 13 años; su familia necesitaba la dote para alimentar a sus hermanos. Y he oído historias de padres que se han suicidado por no poder alimentar a sus hijos, de familias que comen hierbas porque no hay nada más, de embarazadas tan desnutridas que pierden a sus hijos, de niños de 13 y 14 años que se alistan para traer dinero a casa y mueren en el frente o vuelven heridos en cuerpo y alma… Demasiadas historias, demasiado horror.
M.H. ¿Hay también historias de esperanza?
M.R. Trabajando con niños siempre las hay. En Saná organizamos una sesión TEDx con jóvenes de todo el país. Fue emocionante oír sus historias de superación. Niñas y niños que, a pesar de todo, acababan sus estudios, tocaban música, publicaban blogs y se reían de la vida como solo los jóvenes pueden hacer. El que más me impresionó fue Abdulrahman, que con medio cuerpo casi paralizado corre maratones.
Meritxell Relaño en su misión en Yemen: reunida con mujeres y autoridades locales.
M.H. ¿Cuál es la situación de las mujeres y niñas?
M.R. De mayor vulnerabilidad, si cabe. La mayoría de las mujeres no tiene ingresos propios; se dedican al cuidado de los hijos, unos seis por cada una. Está aumentado la violencia contra las mujeres y las niñas y a muchas pequeñas las casan cuanto antes para tener una boca menos que alimentar y ganar la dote.
M.H. ¿Cómo salen adelante los yemeníes?
M.R. Más de ocho millones de personas dependen de la ayuda alimentaria. Su pensamiento principal es sobrevivir un día más. Luego están los que no cobran un sueldo desde hace meses: maestros, enfermeros… Y los que han perdido su trabajo: los comercios han cerrado, no se cultiva por falta de agua, no hay pesca porque se han militarizado los puertos… Las mujeres que trabajan en nuestras oficinas, médicas o ingenieras, mantienen con su sueldo, a veces, a más de 40 personas.
M.H. ¿Cómo es vivir en estado de guerra?
M.R. En Yemen hay bombardeos continuos en muchas partes del país, sobre todo en la zona de Hodeida y en Saada, al norte. En Saná me tocó dormir muchas veces en el pasillo, lejos de las ventanas. En diciembre, cuando mataron al presidente Ali Abdullah Saleh, hubo un conflicto muy cerca de donde vivía y estuve 10 días sin poder salir del apartamento. No te puedes imaginar cómo es el sonido que hacen las bombas, tremendo. Oyes el avión y luego llega el misil. Nunca sabes cuándo va a ser, no hay avisos… Si escuchas un avión, ya entras en tensión.
M.H. ¿Qué hace la población civil cuando hay bombardeos?
M.R. Las instrucciones son bajar al primer piso y si tienen sótano, mejor. No hay refugios en las ciudades. Imagina el estrés. Para los niños es aún peor, porque no entienden qué pasa. Algunos iban andando por la calle con un amiguito y lo han visto morir en una explosión. Hay muchísimos niños con traumas. Por eso también tenemos un programa de apoyo psicosocial.
M.H. ¿Qué ha aprendido allí?
M.R. Muchas cosas, pero solo hablaré de las buenas: la solidaridad entre la gente que tiene poco y la sonrisa de las niñas y niños cuando van a la escuela, que es su tabla de salvación. Sin educación no hay futuro y ellos lo saben.
M.H. ¿Y qué es lo que más le ha marcado?
M.R. Los niños que llegan al hospital a punto de morir por malnutrición.
M.H. ¿Cómo lograba mantener el optimismo en esta situación?
M.R. Era muy difícil y había días muy complicados, pero hay un día siguiente y hay que salir adelante. Si no hubiera podido liderar a mi equipo con optimismo, imagínate. Debes liderar con el ejemplo, no se te puede ver decaída o con moral baja, es mucha responsabilidad. Eso me lo guardaba para mí para por la noche. También hablaba con mi familia a diario. Y cada seis semanas pasaba en España una semana. Es algo obligatorio, además de necesario por tu propia salud mental.
M.H. ¿Qué ha sentido al tener que dejar Yemen, qué vínculo le queda con la gente con la que ha trabajado allí
M.R. Fue doloroso dejar el país porque la experiencia ha sido intensa. Yemen y su gente estarán siempre conmigo, no solo porque sigo trabajando en emergencias y Yemen es una de las mas grandes y complejas del mundo, sino también porque una vivencia tan enriquecedora no se olvida fácilmente y sigo en contacto con mucha gente que sigue allí.
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