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Reunión de rectores universitarios del G7 para enfrentar desafíos globales

Europa/Francia/universityworldnews.com

Bajo su presidencia del G7, Francia está lanzando U7, una alianza internacional de universidades de élite comprometidas a enfrentar cinco desafíos globales, como parte de una estrategia para promover el papel multilateral de las universidades. 

Los países que pertenecen al Grupo de las Siete economías avanzadas son Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y los Estados Unidos. La Unión Europea también está representada. 

La U7 Alliance of World Universities es una iniciativa francesa apoyada por 13 instituciones de educación superior. Celebrará su primera reunión cumbre en París en julio, bajo el patrocinio del presidente de Francia, Emmanuel Macron, a la que asistirán presidentes de 46 universidades *.

Además del G7, también se invitó a instituciones de Marruecos, Senegal, Côte d’Ivoire, Kenia, Nigeria, Ghana, Sudáfrica, Australia, India, Corea del Sur, Singapur, México y Argentina. 

En total, los presidentes de 46 universidades asistirán a la cumbre, que representa a más de dos millones de estudiantes en todo el mundo. 

Acción ante los desafíos globales

Los presidentes universitarios comprometen a sus instituciones a mantener discusiones y tomar medidas a nivel local, regional e internacional, en cinco grandes desafíos globales: el papel clave de las universidades en un mundo global; cambio climático y energía más limpia; desigualdad y sociedades polarizadas; transformaciones tecnológicas; y compromiso e impacto de la comunidad.

De acuerdo con una declaración publicada por U7 Alliance, las principales universidades del mundo reconocen que tienen una responsabilidad única como actores globales, en campos más allá de la academia, para tomar acciones concretas juntas y dentro de sus instituciones por un impacto local, regional y global. 

Los cinco grupos de trabajo acordarán las propuestas que se presentarán a Macron para la Cumbre del G7, que tendrá lugar en Biarritz, Francia, a fines de agosto. 

El propio Macron es un firme defensor del multilateralismo, y solo la semana pasada, en las celebraciones del 75 aniversario del Día D, hizo un llamado vehemente a los Estados Unidos para que volvieran a comprometerse con los principios del mulitateralismo.

«La Alianza U7 confirmará que las instituciones de educación superior también tienen cosas que decir sobre asuntos mundiales», dijo Frédérique Vidal, ministro de educación superior, investigación e innovación de Francia. 

Frédéric Mion, director del instituto Sciences Po y presidente del comité directivo de las universidades francesas U7, dijo: «En un contexto geopolítico cambiante, los intercambios académicos y las relaciones entre universidades se han convertido en canales internacionales esenciales para el diálogo». 

Los miembros fundadores de U7 han acordó celebrar una cumbre anual para discutir una agenda común y establecer un espacio para la acción de las universidades en el panorama global de hoy, según un comunicado de la alianza. Su objetivo es crear normas para el sector de la educación superior y más allá.

Para esta cumbre inaugural de 2019, las instituciones de los países del G7 que deben asistir incluyen 13 de Francia, cinco de Canadá, Alemania y el Reino Unido, cuatro de Japón, tres de Italia y una de Estados Unidos. 

La declaración de la U7 Alliance dijo que el foro se estaba creando por tres razones. 

Esto incluyó la necesidad de asegurar que el apoyo del G7 para el acceso universal a la educación primaria sea seguido por una acción para aumentar el acceso a la educación superior para satisfacer la demanda, que ha aumentado durante los últimos 20 años.

Además, en los principales países industrializados, la educación superior se enfrenta a importantes desafíos comunes relacionados con la financiación, la tecnología digital, la capacidad de promover el acceso al empleo en un entorno globalizado, responder a las crecientes demandas de movilidad y respaldar la investigación científica para abordar el problema existente y hasta ahora desconocido. Grandes retos globales. 

Además, se consideró que en un contexto geopolítico cambiante, las discusiones académicas y las relaciones entre las universidades son esenciales para impulsar el diálogo internacional. En este contexto, las universidades se han convertido gradualmente en actores diplomáticos y políticos. 

Avanzando el papel de las universidades como actores globales.

Aunque no es de ninguna manera el primer foro o red de líderes universitarios, afirma ser «la primera alianza de presidentes universitarios con el objetivo de estructurar y promover su papel como actores globales en la agenda multilateral». 

El profesor Stephen J. Toope, vicerrector de la Universidad de Cambridge, uno de los miembros de la alianza del Reino Unido, dijo a University World News : «Esta nueva asociación nos ayudará a compartir recursos y experiencia en investigación con otras organizaciones de investigación globales, permitiéndonos conjuntamente abordar los problemas mundiales, incluidas las enfermedades crónicas, la seguridad alimentaria mundial y el cambio climático «.

El profesor Michael Arthur, presidente y director de University College London o UCL, otro miembro del Reino Unido, agregó: «La U7 Alliance reúne a más de 30 universidades líderes, todas ellas apasionadas por compartir conocimientos, encontrar soluciones y hacer una diferencia positiva en el mundo ”. 

Dijo que las universidades están en una posición única para reunir investigación, experiencia y mejores prácticas, y la colaboración estimulará la discusión y las ideas,“ con el fin de hacer compromisos duraderos y tomar medidas concretas ”. 

Esto “afectaría positivamente a nuestras comunidades locales, nacionales e internacionales” y “demostraría el bien público de las universidades”. 

* Las 46 universidades que asistirán a la cumbre inaugural de U7 Alliance son:

 

  • • Comité directivo francés: Aix-Marsella; Burdeos; Costa Azul; École Polytechnique; Grenoble Alpes; HEC Paris; Lyon; París Diderot; Paris Saclay; París Sciences et Lettres; Ciencias po; Sorbonne; Estrasburgo.
  • • Canadá: Columbia Británica; McGill; Montreal; Ottawa; Toronto
  • • Alemania: Freie Universität Berlin; Heidelberg; Universidad Ludwig Maximilian de Munich; Mannheim; Universidad Técnica de Munich.
  • • Reino Unido: Cambridge; Colegio Imperial de Londres; University College London; Edimburgo; Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres.
  • • Japón: Hitotsubashi; Keio; Osaka; Tokio
  • • Italia: Universita Bocconi; Nápoles Federico II; Sapienza de Roma.
  • • EE. UU .: Columbia, Nueva York.
  • • Australia: Universidad Nacional de Australia.
  • • Costa de Marfil: Instituto Politécnico Nacional Félix Houphouët-Boigny.
  • • Ghana: Ashesi.
  • • México: Universidad Nacional Autónoma de México.
  • • Marruecos: Mohammed VI Polytechnique.
  • • Nigeria: Ibadan.
  • • Senegal: Cheikh Anta Diop.
  • • Sudáfrica: Ciudad del Cabo.
  • • Corea del Sur: Universidad Nacional de Seúl.
  • • Singapur: Universidad Nacional de Singapur.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20190608063131641

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«Invertir en la educación infantil es la mejor estrategia contra el crimen»: James Heckman, nobel de Economía

Presenta: BBC

 

 

James Heckman ya había ganado el Premio Nobel de Economía cuando empezó a dedicarse al tema por el que pasaría a ser realmente conocido.

Se trata de la primera infancia —de 0 a 5 años de edad—, la relación de esta con la desigualdad social y el potencial que hay en esta fase de la vida para lograr cambios capaces de sacar a la gente de la pobreza.

Heckman llegó a la conclusión de que invertir en la primera infancia es una estrategia eficaz para el crecimiento económico. Él calcula que el retorno financiero de cada dólar gastado es de los más altos.

Esto se debe a que, en la etapa entre el nacimiento y los 5 años de edad, el cerebro se desarrolla rápidamente y es más maleable. (más…)

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¿La diversidad (sexual) es revolucionaria? Reflexiones a 50 años de Stonewall

Por: Roberto Jara

El 28 de junio de 2019 se cumplirán 50 años de la Revuelta de Stonewall, que marca la fecha del Orgullo LGBTI desde entonces. El aniversario de una revuelta callejera de tres días contra la policía y sus abusos será celebrado en manifestaciones, pero también en “desfiles” con presencia policial, carrozas de empresas precarizadoras y actos de políticos de partidos capitalistas. ¿Qué ha pasado aquí?

¿La diversidad sexual (que en 75 países sigue siendo ilegal) ha perdido su potencial revolucionario? ¿Se ha convertido en una marca, a pesar de la creciente persecución con el auge de la extrema derecha? Trataremos de abordar estas cuestiones formulando una pregunta a la historia de las luchas de la diversidad sexual: ¿Cómo alcanzar una sociedad sin opresión ni explotación?

La respuesta te sorprenderá. O quizá no, ya que en la historia del marxismo revolucionario existe una tradición que busca poner en práctica formas de unir a distintos sectores oprimidos con la clase trabajadora, la clase que crea y sobre la que se sostiene el sistema capitalista. ¿Pero, qué tiene que ver la explotación asalariada con la moral sexual dominante?

El sistema capitalista encuentra múltiples beneficios en la familia patriarcal, donde reproducen nuevas generaciones de explotados, haciendo aparecer como “natural” que las mujeres sean quienes realicen de forma gratuita el trabajo doméstico y reproductivo. También en la familia patriarcal es donde las nuevas generaciones “aprenden” el respeto a la autoridad y la existencia de jerarquías como un “orden natural” que debe ser aceptado; una tarea que continuarán la Iglesia, la escuela y otras instituciones como el ejército.

Pero la familia patriarcal no se mantiene ni estática, ni por sí misma. En su continua evolución histórica, necesita una ideología que abarque otros aspectos de la vida y que no sólo imponga este modelo de familia como “natural”. Y ahí es donde entra en escena el rechazo sistémico a la diversidad sexual como parte del patriarcado. El capitalismo fortalece, reproduce y reinventa opresiones como el patriarcado y el racismo, o las implanta mediante la colonización allá donde no se dan.

La forma en la que se entrecruzan estas opresiones viene siendo un debate particularmente intenso en las últimas décadas en torno a la idea de interseccionalidad [1], especialmente desde las elaboraciones de feministas antirracistas, analizando como se complementan dobles o triples sistemas de opresión, aunque ha existido a lo largo de toda la historia del pensamiento marxista.

La cuestión de clase atraviesa todas estas opresiones. ¿Tienen los mismos intereses Ana Botín que las mujeres desahuciadas por el Banco Santander? ¿Tienen los mismos intereses Barack Obama que las clases populares de los países que ordenó bombardear? ¿Tienen los mismos intereses una joven lesbiana que aguanta burlas en un trabajo precario o una trans rechazada en el mundo laboral entrevista tras entrevista que los miembros de la Asociación de Empresas para Gays y Lesbianas (AEGAL) que organiza los World Pride en Madrid? Entendemos que no, y es en este punto donde aparece una vieja idea: la lucha de clases.

Es en este campo de batalla donde la articulación de un movimiento LGBTI en los marcos que impone el sistema capitalista conquista cada vez más derechos (siempre provisorios, hay que decirlo), pero a la medida del sistema. Éstos no sólo se dan para una parte de la población mundial relativamente pequeña, adaptándose a la impotencia del derecho burgués, sino que se convierten en un peón a sacrificar para el Estado capitalista “moderno” ante el auge de la extrema derecha. Dicho de otra manera, la (frágil) igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida.

En este sentido apunta Daniel Bernabé en su libro La trampa de la diversidad, que: “así la consecución de los derechos LGBT se concibe como una cuestión de acceso a los bienes y el respeto que la sociedad tributa de manera meritocrática. De esta manera, se está transmitiendo el mensaje de que los problemas que encuentra un homosexual no son sistémicos, sino derivados de la actitud del individuo.” [2]

Esto es lucha de clases, concretamente, un caballo de Troya de una clase capitalista que lleva 40 años de restauración neoliberal ensayando el equilibrio entre cooptación y represión para neutralizar las luchas que apunten contra la explotación de la clase trabajadora o contra los sistemas de opresión patriarcal y racista que se usan para fragmentarla y mantener su situación. Porque si las luchas contra las opresiones se escinden de la lucha contra la explotación de clase, el sistema logra mantenerse y reconvertirse”.

Josefina Martínez señalaba en un artículo anterior de Contrapunto: [3] “Desde una perspectiva emancipatoria se busca que ninguna diferencia en el color de la piel, en el lugar de nacimiento, el sexo biológico o la elección sexual puedan ser la base de una opresión, un agravio o una desigualdad […] Pero en el caso de la diferencia de clase, se trata de eliminarla como tal, que no exista más. La clase trabajadora, mediante la lucha contra las relaciones sociales capitalistas, busca la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción, lo que implica la eliminación de la burguesía como clase y la posibilidad de terminar con toda sociedad de clases.”

La historia de la lucha por la diversidad sexual ha sido en cierta medida, también la historia de la lucha de clases, ambas en una encrucijada que ha tenido un largo recorrido histórico. A través de esa encrucijada queremos preguntarnos un par de cosas sobre la interseccionalidad: ¿cuáles son las causas de las opresiones que se cruzan? y, sobre todo ¿cómo liberarnos de las mismas? Retrocedemos 50 años frente al Stonewall Inn para reflexionar sobre esta historia.

Una revolución sexual en medio de la lucha de clases

El 28 de junio de 1969 la policía se hizo presente en el Stonewall Inn, de Nueva York, para humillar y detener a quienes estaban en el bar en una redada, la cual fue respondida con una revuelta callejera que duró tres noches.

La etapa que arrancaría tras el Stonewall en el movimiento por la liberación sexual encuentra un nuevo centro de gravedad: la transformación de las relaciones sociales. En la década del ’60 los movimientos de mujeres y por la liberación sexual comenzaron a desarrollarse significativamente, en gran parte del planeta, conquistando importantes reformas, arrancando leyes a los parlamentos, desterrando prejuicios y ganando en visibilización y reconocimiento.

Un extendido proceso de radicalización atravesó los continentes desde mediados de los ’60 hasta inicios de los ‘80. Durante este período, Estados Unidos era derrotado en la guerra de Vietnam, millares de obreros iban a la huelga general junto a los estudiantes protagonizando el Mayo Francés, la clase trabajadora chilena se organizaba en los cordones industriales, el pueblo checo enfrentaba a los tanques de la burocracia estalinista en la Primavera de Praga, obreros y estudiantes herían de muerte a la dictadura argentina en el Cordobazo, el pueblo de Portugal tiraba abajo la dictadura con la Revolución de los Claveles, etc.

Entonces, ¿cómo se pasó de aquel momento de radicalidad política a concebir la cuestión de la “diversidad” solo como una cuestión identitaria? ¿Por qué se dejó de cuestionar las bases del sistema capitalista de conjunto? Para entender las derivas de la diversidad sexual en este sentido, hay que tomar en cuenta, entre otros factores importantes, cuál era la posición de las organizaciones tradicionales de la izquierda y los sindicatos sobre estos temas.]

Es un hecho que, con el auge del neoliberalismo, las luchas por la diversidad se encuentran muy limitadas por las aspiraciones de reconocimiento y visibilización, sin cuestionar mayoritariamente la explotación capitalista. Entran en juego aquí elementos sociales de magnitud, como la ofensiva neoliberal y los ataques a conquistas sociales en todos los terrenos, que acompañaron un reflujo de la lucha de clases.

Sin embargo sería equivocado explicar el devenir de la diversidad solo como “trampa”, sin contextualizar que cuando un sector significativo de la juventud y la clase trabajadora tendía hacia posiciones abiertamente anticapitalista durante los años 60 y 70, las grandes organizaciones obreras, es decir, los partidos socialdemócratas y comunistas, conservaron en buena parte sus tradicionales posiciones LGBTIfóbicas, considerando aquello que no era heterosexual como una “desviación” impropia de la clase trabajadora, dando la espalda a los movimientos de liberación de la mujer y LGBTI, que experimentaban un auge y radicalización en numerosos países.

Por ejemplo, en el caso del Partido Comunista Francés (PCF), su rol burocrático y conciliador con la burguesía a través de la firma de los acuerdos de Grenelle después del 68 y la desconvocatoria de huelgas, se sumará a la calificación de la diversidad sexual como “pederastas” a través de su candidato presidencial, Jacques Duclos en 1971. La República Democrática Alemana siguió aplicando el artículo 175 que permitía encarcelar personas LGBTI (también la Alemania capitalista). Y la Cuba castrista respondía a las esperanzas de miles de personas LGBTI que apoyaron la revolución, encerrándoles en los campos de la UMAP entre 1965 y 1968 o siendo expulsados del Partido Comunista en 1971.

De esta forma, la situación de la diversidad sexual en los países socialistas no era muy diferente a la que había en los países capitalistas, donde también muchas personas sufrían persecución judicial, policial, social y psiquiátrica. Algo que gran parte de la izquierda tradicional no cuestionaba al Estado burgués y patriarcal. En la URSS también se había vivido una contrarrevolución social de este tipo: gran parte de las revolucionarias y revolucionarios que vivió la Revolución Rusa y la despenalización de la homosexualidad en la URSS tuvo que enfrentarse al encarcelamiento en 1934 por parte del aparato estalinista.

Este terrible historial, junto con múltiples derivas ideológicas, es una de las razones por las que estos movimientos por la diversidad sexual iniciaron un efecto rebote y buena parte se desligaron de las organizaciones que aglutinaban a la clase trabajadora en los partidos comunistas o los sindicatos burocratizados. Por lo general, y especialmente en el contexto del Mayo Francés, se dividieron en tres grandes sectores: los que seguían de forma semioculta en los partidos maoístas y estalinistas; los que rompieron con las organizaciones obreras y sus estrategias, enfocando sus derivas ideológicas hacia el autonomismo y el posmodernismo; y una tercera parte minoritaria, que trataba de combinar las reivindicaciones y estrategias revolucionarias de la clase obrera, feministas y LGBTI, en buena parte promovidas por pequeños grupos de extrema izquierda trotskistas.

A pesar de ello, los años 70 verían nacer los Frentes de Liberación Homosexual (FLH) en toda Europa y América. Estas combativas organizaciones son en buena parte descendientes del “espíritu del Stonewall” y eclosionan como una de las alas más revolucionarias de los movimientos de liberación sexual, desde una óptica de alianza con el movimiento obrero y con los movimientos antirracistas, antiimperialistas y de emancipación de la mujer, peleando así por los derechos de las personas LGBTI con un discurso que ataca también a la sociedad capitalista como culpable de esas diversas opresiones.

Uno de los puntos más fuertes de estos grupos será precisamente el intento de tejer alianzas con el antirracismo. Así como habían participado en las marchas a las cárceles por la liberación de Panteras Negras, uno de sus fundadores, Huey Newton, expresaría en un discurso en 1970 que “a los homosexuales nadie les está regalando ninguna libertad. Tal vez estemos unidos, siendo los más oprimidos en esta sociedad. […] Más allá de los prejuicios, un homosexual puede ser un revolucionario. Deberíamos intentar una coalición con la liberación gay y los grupos de liberación de la mujer.” [4]

Este ejemplo de alianzas sucede mientras la persecución policial era brutal y la mayor parte de la población, incluida gran parte de la clase trabajadora consideraba la diversidad sexual como algo que condenar y de lo que alejar a sus hijos.

Las Panteras Negras aportaron ideas y métodos sobre autodefensa al movimiento LGBTI y así mismo pudieron discutir las ideas en el seno de la propia organización acerca de que la diversidad sexual y el aborto eran un invento de la supremacía blanca para disminuir el número de niños negros. Por otro lado, también sectores obreros pudieron rebatir los prejuicios sobre la diversidad sexual. Y esto se consiguió al calor de la lucha y la solidaridad entre sectores oprimidos.

Los FLH también crearían alianzas en conflictos obreros, como apoyando a los transportistas de San Francisco en huelga en 1971, recibiendo el apoyo de los trabajadores de la construcción en Sidney, que pararon la construcción de la universidad hasta que los alumnos LGBTI fueran readmitidos en 1978 o por parte de la sección francesa, el FHAR, que marchaba los días 1 de mayo desde 1971 con la consigna “Abajo con la dictadura de la normalidad”. Esta era su argumentación:

“Para nosotras, la lucha de clases también atraviesa nuestros cuerpos. Lo cual significa que nuestro rechazo a la dictadura burguesa también lo es por liberar el cuerpo de esta prisión en la que ha sido sistemáticamente encerrado por 2.000 años de represión sexual, de trabajo alienado, de opresión económica. Por tanto, no hay posibilidad de separar nuestra lucha por la libertad sexual, por la liberación del deseo, de nuestra lucha anticapitalista, por una sociedad sin clases, sin amos ni esclavos” [5]

Uno de los mayores episodios de esta solidaridad sería la creación de Lesbians and Gays Support the Miners en apoyo a la huelga minera de 1984-1985 en Gran Bretaña, logrando recaudar más de 20.000 libras para entregarlo en metálico a la caja de resistencia, ya que el gobierno de Thatcher había confiscado las cuentas bancarias del Sindicato Nacional de Mineros (NUM). En 1988 los mineros estuvieron entre los principales aliados de la comunidad LGBTI durante la campaña contra la Enmienda 28, que prohibía “promocionar intencionadamente la homosexualidad, publicar material con la intención de promocionar la homosexualidad”, participando en las marchas del Orgullo LGBTI de los años posteriores, y forzando el apoyo del Partido Laborista a la campaña gracias a la presión del Sindicato Nacional de Mineros.

Desde hace 35 años se puede observar cambios de orientación en las luchas de la diversidad sexual, retrocediendo de la ofensiva por transformar radicalmente el mundo a la resistencia ante la agenda neoliberal, la aparición del VIH y la restauración conservadora de mediados de los años 1980. Sin embargo, la tradición de transformación radical de la sociedad no termina aquí. En la segunda parte de este artículo abordaremos estos cambios, llegando hasta las perspectivas actuales.

NOTAS AL PIE

[1Martínez, Josefina; Feminismo, interseccionalidad y marxismo: debates sobre género, raza y clase , Contrapunto nº1, febrero 2019 en https://www.izquierdadiario.es/Feminismo-interseccionalidad-y-marxismo-debates-sobre-genero-raza-y-clase-124548
[2Bernabé D., (2018) La trampa de la diversidad: cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora, Madrid, Akal, p.133
[3Martínez, Josefina; Feminismo, interseccionalidad y marxismo: debates sobre género, raza y clase , Contrapunto nº1, febrero 2019 en https://www.izquierdadiario.es/Feminismo-interseccionalidad-y-marxismo-debates-sobre-genero-raza-y-clase-124548
[4Newton, H. (1970) The women’s liberation and gay liberation movements, Nueva York, www.blackpast.org/speeches, traducción del autor
[54FHAR, (1971) Rapport contre la normalité, París, Champ libre, traducción del autor.
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/La-diversidad-sexual-es-revolucionaria-Reflexiones-a-50-anos-de-Stonewall
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Expansión de la educación superior y desigualdad social

México / 19 de mayo de 2019 / Autor: Rodolfo Tuirán / Fuente: Campus Milenio

Es sabido que la distribución de las oportunidades de acceso a la educación superior está fuertemente condicionada por el origen social de los estudiantes. Se estima que en México la tasa de cobertura de los alumnos de ese nivel educativo provenientes de familias situadas en el primer quintil de ingresos era de aproximadamente 19.6 por ciento en 2016, en contraste con 89.5 por ciento de quienes pertenecen al quintil más alto; es decir, una diferencia de casi 70 puntos entre el grupo más pobre y el más rico. Esto significa que un estudiante del segmento más próspero registraba en 2016 una probabilidad 4.6 veces mayor de participar en la educación superior que un joven de escasos recursos. Esta brecha, aunque aún elevada, se ha venido reduciendo de manera significativa en el último cuarto de siglo, gracias al creciente acceso a la educación superior de los estudiantes en situación de desventaja. La envergadura de este cambio puede advertirse en el hecho de que en 1992 un joven del quintil más rico tenía una probabilidad casi 16 veces mayor de asistir a la educación superior que uno del quintil más pobre.

La dinámica indicada sugiere que transitamos desde hace varias décadas de un modelo elitista, en el cual los estudiantes del nivel superior provienen principalmente de las clases ubicadas en la cúspide de la pirámide social, a un modelo en el que el origen social de la matrícula es crecientemente heterogéneo, con un peso cada vez mayor de los jóvenes de familias de menores ingresos y de otros segmentos tradicionalmente excluidos.
Desde el punto de vista de la desigualdad en el ingreso, los rasgos de esta transición se han dibujado en el país con cierta nitidez en las últimas décadas. De acuerdo con los datos de las encuestas de ingresos y gastos de los hogares de 1992 y 2016:
• La proporción de la matrícula total de educación superior representada por estudiantes de los dos primeros quintiles de ingreso aumentó de 10.3 a 23.8 por ciento.
• A su vez, el peso relativo del tercero y cuarto quintil (que integran los segmentos intermedios) se elevó de 43.8 a 48.6 por ciento de la matrícula total.
• Finalmente, el peso relativo del último quintil disminuyó de 46 a 27.6 por ciento de la matrícula total en ese periodo.
Esta presencia creciente de los segmentos de menores ingresos en la educación superior probablemente se verá acentuada en los años por venir. Los mandatos de obligatoriedad y gratuidad —derivados de la reforma a los artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos— podrían convertirse, de ser aprobados en fecha próxima, en un poderoso impulso de la masificación de la educación terciaria, al tiempo que favorecerían la presencia de un alumnado más heterogéneo y con mayor diversidad de orígenes sociales y culturales.

Los desafíos en puerta
Para valorar la profundidad y alcances de esta eventual transformación, en un estudio reciente sostengo que un escenario de ampliación de las oportunidades educativas de tipo superior, congruente con las promesas de campaña y los mandatos de obligatoriedad y gratuidad, es el que propone alcanzar una cobertura de al menos 56 por ciento en 2024 (con una matrícula de 6 millones 122 mil estudiantes) y de 70 por ciento en 2030 (con 7 millones 580 mil alumnos). La trayectoria que sigue este escenario, que podríamos denominar de obligatoriedad, implicaría llevar a cabo un esfuerzo inédito en la historia de la educación superior mexicana.
La evolución de la matrícula y la cobertura marcada por este escenario trae necesariamente aparejado un esfuerzo por corregir el desbalance de oportunidades educativas entre ricos y pobres por un imperativo de justicia social. Con esta idea en mente, se asume que la tasa de cobertura de los dos primeros quintiles de ingreso se elevaría rápidamente: de 25.1 por ciento en 2018 a 40.2 por ciento en 2024 y a 57.6 por ciento en 2030, propiciando una reducción significativa de la brecha que separa al quintil más rico del más pobre desde el punto de vista de la probabilidad de acceso a la educación superior.
Como resultado de esta dinámica, los jóvenes provenientes de los dos primeros quintiles de ingreso aumentarían de casi 1 millón 100 mil en 2018 a 1 millón 778 mil en 2024, en tanto que en el futuro más distante, en 2030, la cifra se elevaría a 2 millones 500 mil. Como se puede advertir, el escenario de obligatoriedad no podría ser viable sin incorporar en forma masiva a los jóvenes en desventaja. De hecho, ellos aportarían en el periodo 2018-2024 alrededor de 40 por ciento del aumento de la matrícula y cerca de 56 por ciento en 2024-2030.
Esta dinámica sería suficiente para incrementar de manera significativa el peso relativo de los grupos desfavorecidos en la matrícula total (de 25 en 2018 a 33 por ciento en 2030), en contraste con la reducción en la proporción representada por los jóvenes provenientes de familias provenientes del último quintil (de 26.4 a 19.9 por ciento en ese mismo periodo) y la leve caída —en términos relativos— prevista para los quintiles intermedios (de 48.4 a 47.1 por ciento). Bajo el escenario de obligatoriedad, para el 2039, año en el que se prevé que el país alcanzaría una cobertura en el nivel superior de 85 por ciento e ingresaría a la etapa de “acceso universal”, la proporción de la matrícula total representada por los jóvenes de los dos primeros dos quintiles de ingreso se elevaría a casi 40 por ciento. Las cifras enunciadas sugieren pues que, en el futuro, el perfil de los estudiantes mexicanos de educación superior no sería el mismo de aquel que las universidades suelen atender en la actualidad.

Igualdad de oportunidades
Para atraer y retener a los jóvenes de los segmentos de menores ingresos en las universidades, sería necesario, como primera condición, fortalecer los programas de becas. Una intervención de esta naturaleza constituye una herramienta poderosa para impedir que el origen social de los estudiantes condicione su destino educativo.
Si bien la gratuidad en las instituciones públicas de educación superior resolvería parte del problema, pues eliminaría colegiaturas y cuotas, resulta necesario, para asegurar igualdad de oportunidades, contar con programas sólidos de becas que ofrezcan financiamiento adecuado y suficiente a los jóvenes en desventaja para cubrir diversos costos directos e indirectos de la educación (como materiales escolares, libros, transporte o cambios de residencia, entre otros). De no contar con este tipo de apoyos, el esfuerzo financiero recaería sobre sus familias, quienes en muchos casos, por su propia condición, difícilmente podrían sostenerlo, lo que tarde o temprano haría inevitable el abandono escolar.
Afortunadamente, los programas de becas en el nivel superior han experimentado un gradual fortalecimiento en los últimos años. En el periodo 2006-2012 se otorgaron un promedio de 402 mil becas por año a estudiantes en situación de desventaja. La cifra se elevó a cerca de 600 mil becas por año en el periodo 2012-2018, lo que significó una cobertura de más de 6 de cada 10 jóvenes pertenecientes a los dos primeros quintiles de ingreso. Además de universalizar estos apoyos a los estudiantes de escasos recursos, se requiere aumentar de manera significativa el monto de estas becas.
El énfasis en los propósitos de equidad de la iniciativa de reforma constitucional que se debate aún en el Congreso de la Unión haría imprescindible continuar avanzando en la configuración de un sólido y generoso programa de becas para que los jóvenes en desventaja no encuentren barreras financieras que les impidan continuar con su educación en el nivel superior.
Entre sus promesas de campaña, el ahora Presidente López Obrador (AMLO) dijo originalmente que todos los estudiantes en situación de desventaja que cursaran estudios de nivel superior tendrían acceso a una beca (véase por ejemplo los 10 compromisos que presentó al magisterio en Oaxaca el 12 de mayo de 2018). Más recientemente, AMLO al parecer abandonó esa idea y en su lugar anunció la creación del programa Jóvenes escribiendo el futuro, que contempla inicialmente hasta 300 mil becas a jóvenes de escasos recursos por un monto de 4,800 pesos bimestrales, sin que hasta la fecha se haya dado a conocer las metas de este programa. Conviene precisar que, para financiar las 300 mil becas, el programa debería tener previsto un monto aproximado de 8,600 millones de pesos. Sin embargo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 sólo están contemplados alrededor de la mitad de los recursos, los cuales alcanzarían para apoyar a 150 mil jóvenes durante todo el año. Surge pues la duda: ¿300 mil becas otorgadas a los beneficiarios los doce meses del año? ¿150 mil becas asignadas en el mismo periodo? o ¿300 mil becas o más por unos cuantos meses del año?
Además, la SEP ha informado que seguirá asignando —al parecer temporalmente hasta concluir el ciclo escolar 2018-2019— un total de 290 mil becas adicionales de manutención, consistentes en un apoyo económico por un monto de 9 mil pesos distribuidos en 5 pagos bimestrales por la cantidad de 1,800 pesos cada uno, lo que apunta a una disponibilidad del orden de 2 mil 600 millones de pesos. Sin embargo, esta decisión plantea algunos dilemas: ¿Qué sucederá con el resto de los jóvenes en desventaja que estudian en las universidades y no cuentan con una beca? ¿El nuevo gobierno tiene entre sus prioridades cubrir con el nuevo (o el viejo) programa de becas a los segmentos que se encuentran en situación de desventaja? De ser el caso, ¿En qué plazos se buscaría alcanzar esta meta? ¿Cómo se prevé resolver el problema de contar con un programa nuevo que coexiste con otro ya antiguo que otorga a los beneficiarios becas por un monto casi tres veces menor?
Sobre las becas y la importancia de reforzar el papel de la educación terciaria en la movilidad social, el gobierno federal deberá adoptar definiciones precisas de política pública consistentes con el escenario emergente de obligatoriedad y gratuidad. Aquí, en este renglón, no cabe “hacer más con menos”. La opción es simple: se apoya a los jóvenes con becas para intentar, junto con otras acciones complementarias, retenerlos en la educación o se corre el riesgo de que la abandonen, con los enormes costos sociales que eso implica.
En el nivel medio superior ya se instrumenta el programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez, el cual aspira a beneficiar a 4.2 millones de estudiantes de instituciones públicas (con 1,600 pesos bimestrales). De estar acompañado de medidas orientadas a fortalecer la oferta educativa y a dar un acompañamiento integral a los beneficiarios, el programa podría contribuir a favorecer la transición del bachillerato a la educación superior y ejercer cada vez mayor presión sobre el ingreso a este nivel educativo.
A su vez, en el nivel superior, si con el programa Jóvenes escribiendo el futuro se optara por alcanzar en 2024 cobertura universal de los estudiantes en desventaja, incorporando 300 mil nuevos becarios por año (con un monto de 4,800 pesos bimestrales, como aparentemente se está haciendo en 2019), la presión presupuestal sería muy significativa. Sería necesario adicionar alrededor de 8,600 millones de pesos por año, hasta acumular, en el escenario de obligatoriedad, un monto total de 51 mil millones de pesos en 2024 para financiar las becas de casi un millón 800 mil potenciales beneficiarios.
Como se podrá advertir, el componente de becas es estratégico y debe ser definido por el nuevo gobierno como un asunto prioritario. Implicaría una inversión cuantiosa de recursos adicionales por año, equivalente a un tercio del impacto financiero de la obligatoriedad (estimado de manera preliminar en alrededor de 25 mil millones de pesos adicionales por año, sin considerar la previsión correspondiente debido a la gratuidad).

Reformas pendientes
La cambiante composición social de la matrícula de educación superior y el creciente peso relativo de los jóvenes de escasos recursos y en situación de vulnerabilidad (personas con discapacidades, estudiantes procedentes de las poblaciones originarias, afro-descendientes y de otros orígenes) constituirían, como se puede advertir, desafíos clave para la política educativa y para el funcionamiento adecuado de las instituciones del sector en los años por venir. En particular, las  instituciones públicas, que si bien han albergado hasta ahora a la mayoría de los alumnos en situación de desventaja y con menores capitales culturales, verían en el futuro transitar por sus aulas a un flujo inédito de jóvenes con este perfil.
La experiencia internacional enseña que todos los sistemas que atraviesan por procesos de masificación y recomposición social de su alumnado suelen verse  obligados a impulsar reformas dirigidas a transformar la arquitectura institucional de la educación superior, articular el sistema educativo entre tipos y modalidades, transformar las políticas y prácticas de las instituciones educativas, fortalecer los mecanismos de inclusión e igualdad de género, y revisar el modelo de financiamiento, el andamiaje normativo y las pautas regulatorias de la educación superior para adaptarlos a las nuevas realidades.
El nuevo contexto obligaría a las instituciones de educación superior a hacer un esfuerzo sistemático, con nuevos y más eficientes modelos de organización, gestión y administración de las instituciones educativas, con el fin de atender y dar respuesta, sin distinción de ningún tipo, a la diversidad de necesidades educativas de los jóvenes pertenecientes a diversos colectivos. Sería necesario, por ejemplo, llevar a cabo desde adecuaciones a las instalaciones universitarias para facilitar la accesibilidad hasta cambios significativos en el modelo educativo para darle una orientación inclusiva e intercultural, y evitar altas tasas de abandono, reprobación y repetición. Con esa finalidad, constituiría un imperativo acercar a los jóvenes cursos propedéuticos, de nivelación, tutorías y otros apoyos, porque crecientemente se reconoce que estas acciones son necesarias para acompañar los programas de becas, que no son suficientes por sí mismos para mejorar el desempeño escolar de los jóvenes y contener el problema del abandono. Además, se necesita adecuar la oferta educativa a una demanda crecientemente heterogénea, y fortalecer la capacitación y actualización docente, a través de modelos de formación que les permitan construir, en los procesos de aprendizaje, interacciones sustantivas con los alumnos.
Desde el punto de vista social, la creciente incorporación al ámbito universitario de segmentos tradicionalmente excluidos podría constituir una oportunidad extraordinaria para activar y “aceitar” los procesos de movilidad social en el país. Recuérdese que, de acuerdo con el estudio Desigualdades en México 2018, publicado por el Colegio de México, los mexicanos que provienen de hogares situados en el quintil más bajo de la distribución del ingreso registran una probabilidad de alrededor de 76 por ciento de mantenerse, de una generación a la siguiente, en éste o en el siguiente quintil más desfavorecido. Con miras a superar este obstáculo invisible, Savater nos recuerda que la educación es quizá el camino más eficaz para “luchar contra la fatalidad social que hace que los hijos de los pobres sean siempre pobres”.
Para lograr que la educación superior sea motor de una mayor movilidad social en México, será preciso impedir a toda costa que el avance de la masificación redunde en una oferta educativa de baja calidad y poco pertinente para los jóvenes de escasos recursos. Una precaria asignación presupuestal a las universidades no dejaría margen alguno para evitarlo. Todos sabemos lo que está en juego: ofrecer una educación de baja calidad a los jóvenes de escasos recursos no haría más que reproducir un círculo vicioso que acentúa e incluso profundiza la desigualdad. Si la educación que recibirían estos jóvenes no conduce a una formación sólida, difícilmente podrían superar más tarde la fatalidad social a la que se refiere Savater.

Fuente del Artículo:

http://campusmilenio.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=16088:expansion-de-la-educacion-superior-y-desigualdad-social&Itemid=140

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 19 de mayo de 2019: hora tras hora (24×24)

19 de mayo de 2019 / Autor: Editores OVE

 

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 19 de mayo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Miles de brasileños protestan en defensa de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309665

01:00:00 – II Simposio Internacional de Inteligencia Artificial Educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309668

02:00:00 – Universidades de Chile se comprometen contra el cambio climático y firman convenio de colaboración a nivel nacional

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309693

03:00:00 – Ya sé que la personalización del aprendizaje mejora los resultados pero ¿cómo se hace sin morir en el intento?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309674

04:00:00 – Argentina: En 90 escuelas de Moreno no hay gas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309706

05:00:00 – Conferencia de Henry Giroux en el CCCB

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309671

06:00:00 – Libro: Educaciones y pedagogías Críticas desde el Sur (Cartografía de la Educación Popular). PDF.

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309715

07:00:00 – Expansión de la educación superior y desigualdad social

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309681

08:00:00 – Libro de Paulo Freire: Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa. (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309718

09:00:00 – El fraude de la Reforma Educativa de la 4T – A Contracorriente (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309703

10:00:00 – Libro de Oscar Jara-La sistematización de experiencias: práctica y teoría para otros mundos posibles (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309721

11:00:00 – Usar las series en clase, ¡es posible!

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309684

12:00:00 – Uno de cada quince estudiantes estadounidenses han pensado en suicidarse por elevado endeudamiento

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309724

13:00:00 – Philippe Meirieu: “La escuela debe asumirse como un espacio de desaceleración”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309690

14:00:00 – ¿Por qué ha disminuido el ingreso a la educación superior en Colombia? Esto dicen los expertos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309730

15:00:00 – Con este juego, tus alumnos aprenderán geografía con estudiantes de todo el mundo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309687

16:00:00 – México: Inauguran Seminario Internacional sobre Reformas Educativas en América Latina

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309736

17:00:00 – Entrevista a Pep Aparicio: “Las profesoras y profesores de educación creo que han sido incapaces de leer a Paulo Freire”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309696

18:00:00 – Estudio proyecta que al 2025 faltarán 32 mil profesores idóneos en Chile

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309727

19:00:00 – De la escuela sola no puede a la escuela sola no quiere

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309677

20:00:00 – México: Publican en el Diario Oficial de la Federación nueva reforma educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309712

21:00:00 – La UNESCO apoya a Ecuador para asegurar la educación a personas en situación movilidad humana

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309733

22:00:00 – Cuba: Universidad de Cienfuegos, eje transformador de la sociedad

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309709

23:00:00 – David Calle: «Los chicos, a veces, ven mis videos durante el examen. Son chuletas tecnológicamente avanzadas» (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/309700

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

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La trampa de la ‘cultura del esfuerzo’

Por: Julio Rogero

La escuela oculta que la desigualdad social de partida cuando se accede a ella determina en gran medida tu futuro, y que no existe la igualdad de oportunidades, sino una falsa meritocracia en la que suelen perder los mismos.

El reciente informe de Intermon Oxfam Desigualdad 1 – Igualdad de oportunidades 0: la inmovilidad social y la condena de la pobreza nos dice que esta y la desigualdad son hoy mayores que hace once años, cuando comenzó la crisis económica. La recuperación económica solo ha sido para algunos y el riesgo de pobreza ha aumentado notablemente. Los ricos son más ricos (aumentó su riqueza un 12% en el último año) y los pobres son cada vez más y más pobres. Además, el informe constata que la pobreza se hereda, algo que también indicaba el último informe FOESSA, elaborado por Cáritas: más del 80% de los hijos de familias pobres serán también pobres. Además, se ha producido un efecto de desclasamiento de parte de la población: una de cada seis familias de clase media, que con la crisis cayó en situación de paro y exclusión social, no ha sido capaz de salir de esa situación.

Según El Confidencial (20-1-19), el 18% de la población en España sufre exclusión social y, aproximadamente, 8,6 millones de personas tienen dificultades serias para, por ejemplo, llevar a los niños al cine o comer ternera en lugar de pollo. La realidad es aún más dura para los 4,5 millones que están en situación de pobreza severa, un 40% más que hace diez años.

Estos datos nos llevan a pensar seriamente en muchos de los discursos dominantes sobre el sistema escolar y en la función que juega en la reproducción de las desigualdades o en la apertura de vías para combatirlas. En la dinámica de la sociedad del rendimiento en que nos encontramos, cuando se analizan las causas del fracaso escolar, es frecuente escuchar la misma cantinela que culpabiliza al alumnado por no esforzarse lo suficiente en la escuela o por no ser lo suficientemente inteligentes para alcanzar el éxito. El problema añadido es que muchos de quienes no fracasan escolarmente logran títulos universitarios, saben idiomas, etc. pero también han entrado a formar parte de la clase precaria, con frecuencia, haciendo trabajos de mucha menor cualificación a la que poseen y con sueldos de miseria. A estos también se les acusa de no esforzarse lo suficiente en el mercado laboral para buscar un mejor trabajo, aunque se esforzaron en su paso por el sistema educativo. Eso no contradice los datos que nos indican que quienes tienen estudios universitarios encuentran trabajo antes y en mejores condiciones que quienes se quedaron a medio camino en su paso por el sistema educativo.

Conozco a muchas personas que viven estas situaciones con una gran frustración, sentimiento de culpabilidad y con la profunda impresión de haber sido engañados. Las promesas de “estudia para ser algo en la vida”, “si no te esfuerzas no serás nada” o “te servirá en el futuro” forman parte del gran engaño de una sociedad profundamente clasista, que nos oculta la realidad creada para que unos triunfen siempre y otros sean los grandes perdedores del sistema. Esta es una realidad de la que es difícil salir. Según los informes citados, es como una maldición el nacer en una u otra clase social, en una situación de riqueza económica y cultural o en un mundo de marginación, precariedad o exclusión.

La escuela, ¿qué dice de todo esto? Nada. Bueno, no. Sí te dice que la escuela te ofrece las mismas oportunidades que a los demás si te esfuerzas lo suficiente. Es el elemento más utilizado por el poder para seguir ocultando y reproduciendo la realidad de injusticia social radical de esta sociedad. El mensaje es que sigas esforzándote porque, si no lo haces, no llegarás a ninguna parte. Además, te dice que lo hagas tú solo porque, si lo haces con otros, es posible que se aprovechen de tu esfuerzo y te quiten las oportunidades. Si te esfuerzas y no funciona, siempre puedes buscarte la vida en otros países que te ofrezcan nuevas oportunidades. Del mismo modo, debes esforzarte para ser un buen emprendedor y empresario de ti mismo y explotarte al máximo para poder salir adelante en una economía de buitres carroñeros que compiten, también, en la explotación de otros. La escuela oculta que la desigualdad social de partida cuando se accede a ella determina en gran medida tu futuro, y que no existe la igualdad de oportunidades, sino una falsa meritocracia en la que suelen perder los mismos, porque parten de posiciones de desventaja que el sistema no logra superar. Por eso es también necesario desmitificar la tan vendida “igualdad de oportunidades “ que la escuela dice ofrecer. Esta es imposible mientras no se dé un profundo cambio social en el que se cubran todas las necesidades de todas las familias que hoy se encuentran en situación de desventaja social. Por eso, hablar de este tema con la frivolidad que se suele hacer es cargar en las espadas de la escuela algo imposible de cumplir.

Entonces, esforzarte ¿para qué? ¿Para quién? A la primera pregunta podemos decir, dentro de la lógica dominante, que es necesario esforzarse para adquirir el máximo valor en el mercado laboral; para que, con una mayor formación, puedas competir en una mejor posición en la que el capital saque más plusvalía en la sociedad del rendimiento; para ser más útil al sistema, sobre todo si has aprendido y te has esforzado en ser creativo e innovador. A la segunda pregunta no solemos responder porque nos han hecho creer que el esfuerzo revierte en nosotros mismos, en nuestro propio beneficio. Se nos suele ocultar que el máximo beneficio de nuestro esfuerzo en la economía de mercado capitalista es para los dueños de los medios de producción y consumo. Nos esforzamos para servir a un poder cada vez más difuso, donde los ricos y los explotadores están cada vez más lejos y ocultos de los pobres y los oprimidos, que son los que rentabilizan a su servicio el trabajo individual y colectivo de la mayoría de la humanidad. Son ellos los que dicen con los hechos que cada vez hay una parte mayor de personas descartables, sobrantes e inútiles para el sistema. Son los que se quedan fuera del mercado laboral, fuera de la producción y el consumo porque son insolventes, no aportan “utilidad” y son un lastre para el crecimiento económico y al desarrollo de la sociedad.

Por todo ello, me parece necesario cambiar radicalmente el discurso dominante de la “cultura del esfuerzo” en el sistema educativo. Dicha cultura nos prepara para ser esclavos sumisos al poder, haciéndonos creer que nos esforzamos para nosotros mismos. Por eso crea tanta frustración, culpabilidad y sufrimiento. Nadie dice que no sea necesario esforzarse en el vivir cotidiano, y por supuesto también en la escuela. Pero hay un esfuerzo que nos lleva a ser dominados, es el que nos predican y nos imponen, y otro para ser libres con los demás siendo y viviendo lo que queremos vivir, en una sociedad radicalmente diferente a ésta. Si es un esfuerzo para poder ser nosotras mismas, para desarrollar nuestras capacidades al máximo, nuestra curiosidad insaciable, nuestras inquietudes, nuestra dimensión crítica y creativa, para aprender a convivir, a cooperar, a compartir, a salir de nuestro ego, a cuidar la vida y cuidarnos, a empatizar, a apasionarnos por saber y conocer, por ser justos, igualitarios y fraternos, entonces sí vale la pena ese trabajo, porque nos producirá una gran satisfacción personal y colectiva. No estará basado en el triunfo sobre los demás, sino en la búsqueda colectiva de la equidad, la justicia y la vida buena para todos y todas.

Ese es el esfuerzo que hay que pedir a todos los que formamos parte de la comunidad educativa, no solo al alumnado, como se suele hacer. Nos queda mucho camino por recorrer, pero podemos hacerlo si nos lo proponemos. Es el esfuerzo inclusivo, individual y colectivo, para caminar hacia el cumplimiento del derecho a la educación buscando el éxito de todos. Es el cambio de mirada que a todos nos vendría bien hacer sobre la tan manoseada “cultura del esfuerzo” en la escuela.

Ese esfuerzo, profundamente motivado en cada persona, vale la pena. Lleva consigo grandes desvelos y una sólida voluntad de conseguir metas que nos hagan crecer con los demás en los procesos de humanización progresiva de todas y cada una de las personas. Es el esfuerzo que la escuela pública que queremos debería promover. Esa es la “cultura del esfuerzo” que proponemos, porque queremos vivir de otra manera radicalmente diferente a la que nos imponen. Es el esfuerzo de los que queremos ser libres, para poder desarrollar todas nuestras potencialidades y capacidades en la incertidumbre compartida del vivir cotidiano.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/04/08/la-trampa-de-la-cultura-del-esfuerzo/

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