Entrevista realizada por Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina
En esta oportunidad entrevistamos a Silvana Sáez Valladares de Chile- Valparaíso, quien lleva una lucha por la autonomía y el protagonismo de las y los docentes en su país.
Es directora de Educación Valparaiso, profesora de Estado en Inglés. Magíster en Dirección y Gestión Escolar de calidad, diplomado English for Law, Nashville State Community College. Asignación Excelencia Pedagógica 2006, miembro de la Red Maestros de Maestros del Mineduc 2007, profesora Supervisor de la Universidad de Minnesota. Supervising teacher of the English Language Teaching Assistant Program of the University of Minnesota, Morris.
Silvana, cuéntanos un poco tu historia de vida y como llegaste a sindicalismo magisterial
Nací en una familia de condición de pobreza extrema, en una comuna del interior de la región de Valparaíso. La precariedad de mi vida sumado a la experiencia bestial de la dictadura de Pinochet me llevó a la militancia política con apenas 14 años, iniciando así un camino de resistencia al tirano sin mirar los riesgos que eso suponía, sólo me movilizaba hasta hoy la convicción que la democracia debía ser parte de mi experiencia de vida para la transformación política para un país con mayor justicia social.
Por estas razones fui parte de la organización estudiantil y poblacional durante esos años de dictadura. La tarea gremial la inicie luego de egresar de la Universidad como profesora de Inglés, siempre en lógicas no sólo de reivindicación como trabajadora sino al mismo tiempo me inicié en la profundización del trabajo político técnico buscando disputar modelos o formas de hacer educación pública, razón por la cual desde la convicción del protagonismo y autonomía que nos debe el sistema a los docentes, he insistido en la apropiación de la institucionalidad educativa para su transformación.
¿Y a la gestión en la dirección de educación como llegas? ¿Como parte de un proyecto político de transformación? ¿Cuáles son las ideas centrales de ese proyecto?
Valparaíso genera el 2016 un movimiento político amplio que lleva a la elección de Jorge Sharp como alcalde de Valparaíso, este movimiento ciudadano surge como organización fuera de los partidos o movimientos políticos existentes. La definición de la alcaldía ciudadana emerge entonces como necesidad de una nueva gobernanza que establezca identidad y vinculación con los que habitan la ciudad para la mejora de condiciones globales como ciudad.
Dentro de las atribuciones del nuevo alcalde está nombrar direcciones que puedan materializar lo propuesto a la ciudad en su campaña electoral, es así como dejo la Dirección de la escuela que gestionaba hasta entonces ,para hacerme cargo de levantar un equipo de profesionales que concrete el desafío de hacer de otra manera educación pública en Valparaíso.
Este proyecto político de transformación del gobierno local busca una gestión transparente, con mayor grado de democratización con vinculación y desarrollo hacía los territorios de la ciudad.
El programa abierto de la Alcaldía ciudadana pone al centro los ejes que deben sostener el trabajo de educación pública para la ciudad, siendo éstos el punto de partida de una gestión educativa que busca el co diseño de un modelo de educación pública que pone al centro la trayectoria de vida y escolar de nuestros estudiantes, eliminando lógicas de fracaso escolar.
¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en Chile?
Nuestro sistema educativo es altamente gerencial, se orienta sólo a resultados estándares levantados desde la aplicación de una prueba de medición censal que cuesta al Estado chileno US$ 22.561.000. La prueba Simce ha destruido el sentido de la educación promoviendo la presión, tensión, agobio y castigo a quienes no logran los estándares definidos por ley, amenazando con cierre de escuelas por esta razón. Nuestro sistema público de educación posee una de las segregaciones más altas, incluso es mayor que la segregación habitacional, primera política pública de la dictadura para concentrar a la clase trabajadora en barrios segregados por condición de clase.
La Educación pública o Municipal en Chile representa sólo el 35% de la matrícula, dejando todo el resto de estudiantes en establecimientos escolares pertenecientes a privados, quienes reciben dineros del Estado en forma de subsidio o voucher, fomentando así la competencia por estudiantes, pues cada uno representa un aporte fiscal a un privado quien levanta un establecimiento educacional como cualquier negocio.
Silvana, ¿consideras que la formación docente se corresponde a los actuales retos que enfrentan los y las docentes? ¿Cuáles deberían ser las reelaboraciones en materia de formación inicial y continua de les educadores?
Reafirmo las definiciones de Naomi Klein, no podemos volver a la normalidad pues estábamos en crisis. Eso es muy cierto en educación pública, hemos estado por décadas en una profunda crisis de los sistemas educativos, agudizada por las orientaciones de la banca internacional que propicia las reformas educativas desde los ’80. En Chile coincide con la instalación de una de las Dictaduras más sangrientas de América Latina, la que impone restricciones al magisterio en la función docente, dejando atrás la libertad de cátedra y creando roles de supervisión y control de los docentes. Sumado a la desaparición, tortura, exoneración y encarcelamiento de cientos de maestros y maestras.
Todo este escenario construye un contexto de subordinación del ejercicio docente que se manifiesta en una formación inicial que solo entrega herramientas para la reproducción del sistema, sin validación profesional, dejando fuera al docente de la política que debe implementar, invisibilizando su protagonismo.
En tiempos de crisis cuando se juegan las concepciones de la vida y el mundo, donde la ideología entonces polariza las acciones, los vacíos políticos en la formación inicial docente, toda vez que el acto de generar conocimiento en sí mismo es una acto político, son claramente visibles, pues la cultura escolar vuelve rápidamente al miedo por la falta de contenidos y control de los estudiantes mediante normas y evaluaciones objetivas, sin poner a centro la vida y su reafirmación.
Desde Chile, un modelo de profundización del capitalismo, inhumano por cierto, las urgencias en la formación inicial como continua deben poner al centro la discusión sobre el rol profundamente social de la institución escolar. Se necesita reconocer, elaborar y construir política docente que garantice el derecho a la educación, con una educación que nazca desde los niños y niñas, que esté a su alcance y que posibilite una trayectoria educativa sin fracaso como experiencia de vida.
Recuperar la autonomía profesional supone entonces que seamos co protagonistas en la formación docente, quienes hacen educación pública deben ser parte de la formación, el ir y venir de la academia y el gremio docente es un imperativo, se deben bajar los límites entre la escuela y la universidad, el propósito es el mismo, mayor justicia social para los nuestros.
¿Qué ha significado la crisis del COVID-19 para el magisterio chileno? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?
Siguiendo mi comentario anterior, la crisis de la educación pública, ya la estábamos viviendo y hoy con una pandemia estamos profundizándola. Nuestras autoridades han generado políticas de improvisación sanitaria generando una masificación del contagio del virus, agudizando con actuaciones mediáticas que hacen creer que se mejora la condición para luego volver a la alarma pública y a la instalación del miedo por la falta de seguridad sanitaria y de la violencia y desesperación por alimentación. Mejor escenario para ir intentando borrar la experiencia de revuelta social del año anterior que tuvo al país y al gobierno ad portas de cambio político que necesitamos.
Este escenario pone al magisterio en un punto de inflexión, reproduce la política curricular que busca cobertura de contenidos o se reinventa y genera acciones que mantengan el vínculo y demuestran que la escuela no tiene muros que la confinen si la tarea es aprender o acercarse al conocimiento. En la mayoría de las experiencias, lo segundo se empieza a manifestar con más fuerza, a los docentes nos importa más la vida que un resultado, este año nunca será perdido si sobrevivimos cuidándonos entre todos.
En esta misma línea nuestros profesores han comenzado a generar acciones de solidaridad para ayudar a los estudiantes y sus familias, comienzas las ollas comunes, los bancos de alimentos, las campañas de dinero para pagar arriendo de las casas de los estudiantes, medicamentos etc pero sin olvidar que la solidaridad es una acción que busca reducir el sufrimiento y la carencia, pero no se olvida que estas condiciones mínimas de humanidad son responsabilidad de los Estados y son ellos quienes deben responder.
En tanto no estén resueltas las necesidades básicas como derecho, no existen condiciones de derecho a la educación ni antes ni menos hoy. Que todos tengan acceso a una educación no es equivalente a tener el derecho garantizado, pues ningún estudiante puede fracasar en el trayecto de vida que se juega en la escuela, las condiciones de apoyo, acompañamiento de esa trayectoria deben ser expresión de ese derecho, esas condiciones no han estado nunca. Para nuestros estudiantes, todo.
De más está decir que en Chile la constitución de Pinochet garantiza la libre elección de la educación, no el derecho a la misma. Este marco institucional explica la lógica de responsabilidad individual de ese ejercicio de la elección, como si los pobres alguna vez han podido elegir como vivir sus vidas.
A partir de su experiencia docente y gremial cuales serían algunas de las propuestas alternativas en la actual coyuntura del magisterio americano.
Creo profundamente que erradicar la estandarización como eje de la política de educación en el mundo y en particular en América, puede dar pie al resurgimiento de la autonomía docente. Identificar todas las pruebas estandarizadas que provocan la alteridad de las comunidades fracturando la vida de nuestras escuelas para generar un plan de activismo permanente contra la estandarización brutal e inhumana. Denunciar como el mercado simplifica la acción educativa para hacer creer que si el aprendizaje no se mide no existe, generando grandes negocios de transnacionales como Santillana, Pearson, Oxford, SM etc. gastando millones de dólares que se niegan a las escuelas para diseñar sus proyectos contextualizados, dialógicos y transformadores.
Son estos momentos donde se enfrentan dos maneras radicalmente opuestas de mirar la educación, una que busca cuidar, acompañar y garantizar la vida de nuestros estudiantes, y otra que busca su fracaso, su exposición y su muerte.
Tenemos la esperanza intacta y cada día sigue siendo, Continuar.