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Educación de calidad en el ODS 4: sus progresos van por países I

Por: Carmelo Marcén

Nuestra escuela, a un lado y otro del Atlántico, debe proporcionar una visión crítica del mundo, sujeto a múltiples interacciones entre ricos y pobres, presente y futuro. Los escolares de hoy, de cualquier país deberán utilizar criterios de lectura diferentes para entender el complejo y cambiante mundo que se les presenta.

Las escuelas de todo el mundo acogieron con expectación disimulada, dada la experiencia previa tan llena de olvidos, la formulación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), esos que buscan que ninguna persona se quede atrás en el camino hacia una vida digna en relación amistosa con el medioambiente que es el planeta y sus moradores. Algunos actores del mundo educativo, de forma interesada las escuelas que desde Latinoamérica nos siguen, mirarían con más detalle lo que venía a decir el ODS. Núm. 4; en general suelen tener más carencias a la vez que esperanzas. Su mismo enunciado “Educación de calidad” ya dice algo, pero cada una de sus metas merece la lectura e interpretación reposada; diríamos que sacude un poco las adormecidas ilusiones de cambiar el paso errático del mundo a través de la educación. Los ODS están pensados para las personas; la educación también. Este axioma se olvida a menudo. La educación lo es cuando mejora el pensamiento y la vida de las personas, hoy y mañana, cerca y lejos; poca trascendencia adquiere para sí misma como no sea su cordura.

Ahora acaba de conocerse el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, publicado por la UNESCO. Se detiene de forma especial en cinco escenarios fundamentales para conocer qué debemos hacer en nuestro ámbito si queremos mantener la ilusión educativa global: acceso, equidad, aprendizaje, calidad y financiación. Convendría que los departamentos o ministerios de Educación y quienes tienen competencias para mejorar los derechos de la infancia y adolescencia en cada país se lo estudiasen con detalle y pusiesen en marcha lo que falta para conseguir en cada una de las metas del ODS 4. También los equipos directivos de nuestras escuelas, las comunidades escolares de un lado y otro del Atlántico, deberían llevar a cabo un análisis comparado de lo que en él se dice. De todas formas, por si el quehacer diario impide encontrar ahora mismo el tiempo de su consideración, nos permitimos hacer una breve interpretación de algunos aspectos básicos, que continuaremos en el siguiente artículo de esta ecoescuela abierta.

En estos momentos de efervescente opinión educativa, muchas veces contaminante, hay que ocuparse de lo interesante. Hay que hablar de los ODS en los cursos de formación permanente del profesorado, no estaría de más que se dialogase con sentido crítico y reflexión no limitada a lo personal sobre estas metas que acordó la ONU y firmaron muchos países. Pero no porque sea una moda sino porque es una urgente necesidad. Es aventurado decir que los ODS van a cambiar totalmente la vida de las personas en todo el mundo, pero hay que conservar la utopía que supone la satisfacción personal, en este caso del profesorado, por la lucha hacia la mejora social. En primer lugar, hay que tener una idea fundada y compartida, una perspectiva global, del estado de la educación en el mundo, de los progresos habidos en algunos países, de la posible incidencia en la sociedad del futuro, de la influencia en las economías locales y en las dinámicas políticas y sociales, de las repercusiones que puede tener en los movimientos sociales y las migraciones, de si se puede hacer algo para retener el desastre social que se nos anuncia, etc. Pero también, para analizar la situación en la Unión Europea y en España.

Empezamos por el acceso a la educación de calidad. La meta para 2030 decía que el 100 % de los niños y niñas del mundo debería superar el primer ciclo de educación secundaria. Hoy apenas llega al 72 %: lo cual sale de que alcance el 95 % en los países de ingresos altos y el 33 % en los de ingresos bajos. Tres curiosidades: en Guinea-Bissau el 13 %, en España el 87 %; en el mundo, alrededor de 1 de cada 60 niños, más probabilidades si son niñas, nunca irá a la escuela; casi todas-os viven en países de ingresos bajos.

Más cosas de las que hablar en relación con los ODS en su conjunto. Hay una máxima que se repite a menudo: no dejar a nadie atrás, en particular a las niñas y adolescentes. Digamos, de entrada, que se han producido avances, que lo dice el informe, pero también recalca lo mucho que queda por conseguir: “Aunque en la educación preescolar la paridad mujeres/hombres es casi de 1 hasta en los países con ingresos bajos, en el mundo solo dos de cada tres países han logrado la paridad de género en la educación primaria, uno de cada dos en el primer ciclo de secundaria y uno de cada cuatro en el segundo ciclo de secundaria”. Hay que señalar que en este tramo educativo se han dado progresiones importantes, entre 1990 y 2018, que merecen ser analizadas: en los países de ingresos altos la paridad era de 1,02 y ahora es 1; en los de ingresos medios altos (0,95 a 1,05); ingresos medios bajos (0,59 a 0,96); ingresos bajos (0,52 a 0,80). Por regiones, hay que destacar que el Asia central y Meridional ha pasado del 0,44 al 0,96.
Se puede analizar mucho más, como el hecho de ver el porcentaje de escolares en edad superior al curso que les correspondería (Indicador 4.1.6 de los ODS). O que las tasas de no escolarización están estancadas en muchos países de ingresos bajos (Indicador 4.1.5). Así, quienes por circunstancias diversas no están en el curso que les correspondería por su edad a escala mundial suponen el 8,2 % en primaria, el 15,6 % en primer ciclo de secundaria y el 35,25 % en el segundo ciclo de secundaria (datos de 2017). Una afirmación del informe para tener en cuenta: aunque la tasa de niños sin escolarizar se ha reducido en más de la mitad durante este período, su número apenas ha cambiado, especialmente en el África subsahariana; aumentaron mucho los nacimientos.

Otra afirmación que incluye el informe y puede estar detrás de muchas de las rémoras sociales, económicas y de todo tipo que sufren los habitantes de algunos países: “Los más pobres no tienen prácticamente ninguna oportunidad de recibir educación terciaria en los países de ingresos bajos y medianos” (Indicador 4.5.1. de los ODS).

¿Acaso alguien se opone a que se hable de esto en la comunidad educativa? ¿Por qué? Las escuelas no deberían encerrase en sí mismas; mucho menos las de los países con ingresos altos que disfrutan de privilegios lejanos a las de los países con ingresos bajos. Son unos convenientes espejos donde mirarse. Hay que saber cómo están las de fuera; ayuda a conocerse a sí mismas. Esto de las diferencias educativas por países o regiones del mundo también debería trabajarse de forma especial en algunas materias de los currículos de secundaria y bachillerato; para nosotros es mucho más importante que buena parte de lo que mandan los currículos. Nos preguntamos si no serían estos unos buenos temas de diálogo para el profesorado que quiere transitar hacia la Educación Ambiental o para la Sostenibilidad, o que tienen en marcha ya proyectos de este tipo.

A modo de conclusión, copia textual del informe: “Existen niveles inaceptables de desigualdad en la educación entre países y entre grupos dentro de un mismo país. Es indispensable contar con datos desglosados de alta calidad para formular estrategias apropiadas que permitan reducir estas desigualdades y, en última instancia, no dejar a nadie atrás en el empeño por alcanzar el ODS 4”. Nuestra escuela, a un lado y otro del Atlántico, debe proporcionar una visión crítica del mundo, sujeto a múltiples interacciones entre ricos y pobres, presente y futuro. Los escolares de hoy, de cualquier país deberán utilizar criterios de lectura diferentes para entender el complejo y cambiante mundo que se les presenta.

Y hasta ahora solamente hemos anotado cuatro cosas de lo que en el Informe se dice con respecto al acceso a la educación, que por lo que parece todavía no es un derecho humano universal. Hay mucho más en el Informe. No dejen de leerlo detenidamente.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/01/31/educacion-de-calidad-en-el-ods-4-sus-progresos-van-por-paises-i/

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Analía Villagrán: “La Educación Ambiental busca lograr el equilibrio entre la sociedad y la naturaleza”

Por: Analía Villagrán.

 

En el Día Mundial de la Educación Ambiental El Tribuno entrevistó a la docente Analía Villagrán, quien hizo de la especialidad su modo de vida.

¿Por qué se celebra el Día de la Educación Ambiental?

Asignar un día para celebrar la Educación Ambiental tiene que ver con la necesidad de visibilizar la importancia y la urgencia de la toma de conciencia individual y colectiva respecto de las problemáticas ambientales. Uno de los grandes propósitos que se plantea la EA es provocar en la sociedad la construcción de miradas críticas, preocupadas y comprometidas con la realidad ambiental, orientando todos sus esfuerzos a la construcción de formas de vida que garanticen el equilibrio entre sociedad y naturaleza. Esta fecha toma como antecedente al Seminario Internacional de Educación Ambiental celebrado en Belgrado, Yugoslavia en el año 1975. Allí se redacta el documento donde se establece un marco global para la educación ambiental. Quedan plasmados allí lineamientos referidos a la necesidad de generar nuevos conocimientos teóricos y prácticos capaces de hacer frente a la situación de crisis ambiental que se comienza a desvelar a partir de los años 60. Esta década fue testigo de un crecimiento tecnológico exponencial, sin precedentes, y que, aun reportando amplios beneficios a la sociedad, tuvo graves consecuencias sociales y ambientales. En definitiva, el Día Mundial de la EA es una fecha que pone en agenda la importancia de trabajar concienzudamente en la defensa de la vida, en el respeto de nuestra Madre Tierra, en el cuidado de nuestra casa común.

Para conocer un poco más sobre esta disciplina ¿cuándo surge la EA y cuáles son las razones que dieron origen a su surgimiento?

Resulta difícil reconocer una fecha precisa para señalar el inicio de la EA. Probablemente el surgimiento del Council for Environmental Education (Consejo de Educación Ambiental) en la Universidad de Reading, Inglaterra, sea un punto de referencia en la década del 60. Desde este espacio se reunieron e impulsaron trabajos sobre el cuidado del ambiente fundamentalmente aquellos que se venían desarrollando en instituciones educativas del Reino Unido. Quiero detenerme aquí para señalar la relación poco casual que existe entre el lugar de surgimiento de la EA con el lugar que alumbró a la revolución industrial. En este contexto podemos afirmar que la EA nace como respuesta al impacto ambiental por la producción en serie y a gran escala, provocando una transformación de la matriz económica. En las décadas del 60 y 70 las tareas vinculadas a EA en Europa denotan un sesgo marcadamente conservacionista y anclado sobre las bases de las estructuras educativas formales. Son los y las docentes quienes realizan las primeras experiencias en EA, muchas de las veces dentro de la planificación de los trabajos de campo de asignaturas como las Ciencias Naturales. Con el correr de los años y ante escenarios que demandaban el establecimiento de políticas ambientales comprometidas fueron arraigando grupos comprometidos con el ambiente y que se fueron nucleando en organizaciones sociales, saliendo la EA del plano exclusivo de las instituciones educativas.

¿Y fuera de las escuelas?

Desde las organizaciones sociales se promovieron discusiones orientadas a complejizar el concepto de educación ambiental, lo que requirió de largos debates. El interés estaba dado en desvincular la relación casi exclusiva que se había establecido con la ecología y las ciencias naturales, para abrir paso a interpretaciones más amplias y abarcativas, que aborden la educación ambiental desde una dimensión compleja en la que confluyen múltiples disciplinas. En el contexto actual, hablar de EA es referirse a una disciplina orientada a la formación de ciudadanía, una disciplina garante de la solidaridad intergeneracional, que aporta a la construcción de una sociedad más justa y democrática.

¿Cuáles son las limitaciones con las que se encuentra la EA?

La EA es un campo de intervención político y pedagógico que nos desafía a replantear el vínculo sociedad – naturaleza y el lugar que en ello ocupa la educación. Una educación entendida como medio para la transformación social, promotora de aprendizajes inscriptos en la re-valorización de la vida en todas sus expresiones, donde el espacio cotidiano se constituye en ámbito de praxis pedagógica. Pensar la EA en este contexto implica trascender los formatos pedagógicos reduccionistas que hacen de la EA una práctica abocada casi exclusivamente a llevar adelante campañas como “limpiar la escuela” para citar solo un ejemplo. No digo que esté mal trabajar la problemática de los residuos, al contrario, creo que es muy importante, tanto como complejizar la problemática de los residuos a través de propuestas pedagógicas que inviten a reflexionar acerca de las prácticas dominantes de producción, distribución y consumo responsable, abordar los residuos desde una dimensión social también abre un camino interesante para la reflexión y la sensibilización ambiental.

Los argumentos para el estudio

En su trayectoria la docente recordó a dos grandes profesores.

Analía Villagrán es ante todo licenciada en Ciencias de la Educación egresada de la Universidad Nacional de Salta. Apasionada por la defensa del medio ambiente, en 2014 obtuvo el título de Máster Internacional en Educación Ambiental otorgado por el Instituto Internacional de Formación Ambiental en Valladolid, España.

“Si hay algo que determinó mi incursión por las problemáticas socioambientales fue el profesor Eduardo Bellavilla. De él tengo la sensibilidad por la temática. También tengo que recordar a mi profesor Sergio Carbajal quien en su cátedra de Pedagogía Social incluía a los temas que hoy estamos conmemorando. Fueron dos enormes personas que me habilitaron al ingreso a la Educación Ambiental”, dijo con inmensa emoción Analía.

Esas “cuestiones ambientales” de las que habla la docente son precisamente las inequidades y las diferentes formas de la pobreza que existen en Latinoamérica y que constituyen el ámbito de estudio de las problemáticas ambientales.

Analía luego cursó la Especialización en Derechos Humanos en la Universidad Nacional de Salta, encontrándose en la etapa de realización de las Prácticas Profesionales Supervisadas.

Desde el año 2018 es estudiante regular del Programa del Doctorado en Educación que ofrece la Facultad de Filosofía y Letras dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán, siguiendo la línea de investigación en Educación Ambiental. Desde el 2012 se desempeña como docente regular en la Cátedra de Educación Ambiental de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Salta, realiza extensión de funciones en la Cátedra de Pedagogía Social correspondiente a la Carrera de Ciencias de la Educación de la mencionada facultad. Es representante titular por la Universidad Nacional de Salta ante la Red de Universidades Argentinas para la Gestión Ambiental y la Inclusión Social (Uagais).

Dirigió proyectos de voluntariado universitario y actualmente coordina Proyectos de Extensión Universitaria. Dirige tesis de grado sobre Educación Ambiental y coordina espacios de formación en el mismo campo temático.

Participa del proyecto de investigación “Interculturalidad, reconocimiento y subjetivación. Un estudio sobre relatos biográficos de estudiantes y docentes en una zona andina de Salta”, del Consejo de Investigación de la Universidad Nacional de Salta (Ciunsa). Integra el Comité Editorial de la Revista científica “Tramas/Maepova” de la Facultad de Humanidades de Universidad Nacional de Salta. ISSN 2344-9594.
Integró el Proyecto Genderct, Género y Ciudadanía, del Programa People (Marie Curie Actions), perteneciente al Programa Marco de la Unión Europea (P7/2007-2013). También realizó estancias de investigación en las Universidades Pablo de Olavide de Sevilla y Universidad de Santiago de Compostela en España y en la Universidad de Firenze, Italia.

Fuente de la entrevista: https://www.eltribuno.com/salta/nota/2020-1-25-22-19-0–la-educacion-ambiental-busca-lograr-el-equilibrio-entre-la-sociedad-y-la-naturaleza

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Cambio climático: de las calles a las aulas

Por: dw.com.

Un viernes más la joven activista sueca Greta Thunberg protestó acompañada de un grupo de jóvenes activistas del movimiento ‘Viernes por el Futuro’, que aparca las clases escolares ese día para presionar a los gobiernos y reclamar una mayor acción climática. Esta demanda se llevó a cabo un par de días antes del Día Mundial de la Educación Ambiental que se celebra este domingo (26.01.2020).

Unicef aboga por invertir en educación ambiental y cambio climático para «brindar a los niños y jóvenes las habilidades necesarias para contribuir a un futuro sostenible», tal y como se recoge en la ‘Declaración intergubernamental sobre los niños, niñas y jóvenes y la acción climática’. Promovida por la organización internacional, se dio a conocer en la pasada cumbre sobre el clima COP25 y fue suscrita por España, Chile, Perú y Costa Rica, entre otros países.

En el marco de la misma, se lanzó la iniciativa ‘Educación Ambiental Mundial’, que pretende «la educación ambiental sea obligatoria en todos los niveles educativos, enfocándose específicamente en la educación y conocimiento sobre cambio climático», dijo a DW Tiahoga Ruge, portavoz de Earth Day Network Mexico, una de las organizaciones detrás de esta iniciativa, que «nace para asegurar que la educación ambiental sea obligatoria en México y los países del Acuerdo de París».

Además de la iniciativa de Unicef (foto), la COP25 fue el escenario de la presentación de 'Educación Ambiental Mundial', cuyo objetivo es que durante la próxima cumbre en Glasgow, todos los países firmen un Acuerdo Global de Educación Climática y Ambiental para el Desarrollo Sostenible.Además de la iniciativa de Unicef (foto), la COP25 fue el escenario de la presentación de ‘Educación Ambiental Mundial’, cuyo objetivo es que durante la próxima cumbre en Glasgow, todos los países firmen un Acuerdo Global de Educación Climática y Ambiental para el Desarrollo Sostenible.

Un derecho reconocido

El año pasado, México dio un paso adelante en esta cuestión con la modificación de su Constitución para incorporar la comprensión y el respeto del mundo natural como un requisito básico de la educación. Se trata de un hecho que, en América Latina, solo se había producido en Colombia, cuyo artículo 67 de la Carta Magna determina que «la educación formará al colombiano en el respeto a los derechos humanos, a la paz y a la democracia, y en la práctica del trabajo y la recreación para el mejoramiento cultural, científico, tecnológico y para la protección del ambiente», recordó a DW Adriana Valenzuela, punto focal de jóvenes y educación de ONU Cambio Climático, con sede en Bonn (Alemania).

No obstante, «la educación ambiental en México tiene una larga tradición», aseguró Ruge. «Fue uno de los primeros países en desarrollar la Estrategia Nacional de Educación Ambiental para el Desarrollo Sustentable, en el marco del Decenio de la Educación para el Desarrollo Sustentable convocado por Unesco (2005-2014)», recordó.

Para Jorge Martínez Pérez Tejada, portavoz de ‘Viernes por el Futuro’, «México normalmente tiene bien la parte teórica en sus leyes. El problema es llevarlo a la práctica». Así, aunque el movimiento juvenil ve con buenos ojos la iniciativa mexicana, «consideramos que urge un cambio en los currículos en diversos niveles educativos y que se incluya el tema ambiental, con un énfasis en particular a la crisis climática y a la Agenda 2030». Para ello, consideran que se necesitan alianzas con expertos, así como financiamiento.

Igualmente, «los primeros que necesitan capacitaciones en materia ambiental son los directores de escuelas y el cuerpo docente», dijo a DW el joven mexicano, que dejó su puesto de trabajo como profesor en una escuela para dedicarse plenamente al activismo.

Desde este mes se están capacitando a los profesores en Italia, donde la educación climática se llevará a cabo semanalmente en todas las escuelas del país, a partir de septiembre de este año.Desde este mes se están capacitando a los profesores en Italia, donde la educación climática se llevará a cabo semanalmente en todas las escuelas del país, a partir de septiembre de este año.

Educar para proteger

En Colombia, «la necesidad de vincular la educación como estrategia para el manejo y conservación de los recursos naturales se concibe desde 1974», explicó a DW Santiago Aldana, asesor ambiental en el Congreso. No obstante, no es hasta 2002 que se establece la Política Nacional de Educación Ambiental, que «entiende que la educación ambiental debe tratarse de forma integral y paralela a todas las asignaturas», recalcó.

Así, se desarrolla a través de Programas Ambientales Escolares (PRAE), que se aplican desde la etapa preescolar hasta la universidad y «buscan incentivar la sensibilización en temas de sostenibilidad ambiental, donde se centran en promover programas de manejo de residuos, creación de semilleros de investigación y cátedras ambientales para enfrentar los retos de lograr un desarrollo sostenible en el país», detalló.

El joven colombiano aseguró que se dedica a temas medioambientales gracias a la educación que recibió en su colegio público, uno de los 13.400 centros existentes en el país. «Desde el Congreso se sigue trabajando y hay dos propuestas de proyectos de ley que buscan volver la educación ambiental más vinculante, como la réplica de la propuesta de Italia de crear la Cátedra de Cambio Climático», avanzó.

«Colombia es un modelo para los países de América Latina», consideró Valenzuela, recalcando los avances de la región en dicha cuestión. «En República Dominicana está incluida en las políticas públicas», subrayó, agregando que Cuba cuenta con «un modelo de prevención de desastres». No obstante, reconoció la falta de «coordinación a nivel interinstitucional de los ministerios de Educación con los de Medio Ambiente, Agricultura y Energía». Igualmente, lamentó que, si bien «hay conocimiento, no se traduce en cambios en los comportamientos». «El reto es pasar del conocimiento a la acción», concluyó. (dzc)

Fuente de la reseña: https://www.dw.com/es/cambio-clim%C3%A1tico-de-las-calles-a-las-aulas/a-52150167

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La conciencia ambiental penetra poco a poco en el campo y las ciudades de México

Por: Miguel Muñoz.

Aproximadamente 15.000 personas mueren cada año en México a causa de la contaminación, según la OMS, mientras el éxodo a las ciudades sigue imparable.

Aproximadamente 15.000 personas mueren cada año en México a causa de la contaminación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras el éxodo a las ciudades, reconoce el Gobierno, sigue imparable, un escenario en el que la educación ambiental se abre paso a ritmo lento.

“Necesitamos mucho trabajo para que todos nos hagamos cargo de nuestra basura, nuestros desechos y nuestro impacto, y seamos más conscientes del daño a la naturaleza”, explicó a Efe la investigadora de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) Patricia Escalante con motivo del Día Mundial de la Educación Ambiental.

Escalante advirtió de la necesidad de hacer pedagogía para convencer de “actuar ya”, sobre todo en materia de reforestación, para evitar vivir en el país situaciones parecidas a la de los incendios reciente en Australia. Para la representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl, el problema en México no es tanto de percepción, sino de la carencia de estructuras que permitan actuar a la gente.

“La educación ambiental va mucho más allá del tema de conciencia. Supone, sobre todo ahora, con el aumento de la población mundial, con el deterioro de los recursos naturales, con la creciente urbanización, con el cambio climático, cambiar el enfoque de producción y consumo para hacerlo más sostenible”, opinó Pohl.

NUEVAS TÉCNICAS EN AGRICULTURA

La representante de la FAO lamentó en entrevista con Efe la lenta transformación de la agricultura en todo el mundo, pese a empezar a ver “algunos cambios reales en la forma de producir y de consumir”. “México en particular ha tenido avances extraordinarios, aunque no suficientes. Por ejemplo, un elemento esencial en el tema de la educación ambiental es el etiquetado frontal de alimentos. Que la gente sepa qué está consumiendo”, aseguró.

Pohl auguró que los etiquetados, en su siguiente avance, contendrán información de cómo se producen los alimentos y de qué recursos naturales se usaron para elaborarlos. Un primer paso para rediseñar la manera de generar comida en México, decimoprimer país en producción mundial de alimentos según el Gobierno, es el proyecto federal Sembrando Vida, un plan que otorga subsidios a pequeños campesinos que trabajen cultivos tradicionales y árboles frutales y maderales. “El programa Sembrando Vida es interesante pero no es suficiente. Se requiere también una campaña educativa en la que participe la sociedad”, reclamó Escalante.

Pohl también pidió más medidas de este tipo, aunque valoró el proyecto positivamente por lo sustentable de las prácticas que promueve y celebró que dependa de la Secretaría de Bienestar, en vez de estar coordinado por otro organismo centrado en la producción. “El centro es el ser humano. Cómo generamos condiciones en los productores para que logren hacer esa transformación y pueda haber productividad y modo de vida pero que sea sostenible”, destacó.

Ese programa es el paradigma del lento despertar ambiental que está viviendo el mundo en general y México en particular, ya que los expertos consultados coinciden en señalar un cambio de actitud. “A pesar de que nos falta mucho por avanzar en el tema de educación ambiental, sí creo que estamos ya tomando mayor conciencia. Y los jóvenes, las nuevas generaciones, están también avanzando en ello”, argumentó el director general de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), Alfredo Díaz.

Díaz insistió en la importancia de “profundizar en la educación ambiental” en los jóvenes y puso su mirada en la tendencia migratoria hacia las ciudades. “Si educamos ambientalmente a los jóvenes en las zonas rurales, ya llevarán una conciencia a las ciudades si emigran”, pronosticó. El Consejo Nacional de Población (CONAPO) de México estima que el país tendrá en el 2050 25,5 millones de nuevos ciudadanos, de los cuales el 12,5 % vivirán en el céntricado Estado de México, colindante con la capital. Por ello, Pohl planteó como “el mayor reto” actual la sinergia entre el mundo rural y el urbano, sobre todo al contar también con la amenaza del cambio climático.

“Sembrando Vida tiene respuestas para la agricultura urbana y periurbana integrada en estos nuevos conceptos. Creo que eso es muy importante porque realmente la agricultura se está transformando y tiene que transformarse más a nivel mundial, pero tiene que hacerlo con mucha innovación, con mucha tecnología”, concluyó

Fuente de la reseña: https://www.efeagro.com/microsite/la-conciencia-ambiental-penetra-poco-poco-en-el-campo-y-las-ciudades-de-mexico/

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La tabla periódica incita a la educación ambiental para la sostenibilidad

Por: Carmelo Marcén

De lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medioambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas.

Así dicho suena raro, pero sí. Pongamos que la naturaleza es una mezcla de elementos diversos, de los cuales solamente reparamos habitualmente en los más nombrados: carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, oro, plata, hierro y unos pocos más. Estos, como el resto, están por ahí combinados con otros y dan forma y propiedades a todo lo que vemos o utilizamos. Casi seguro que el medio ambiente es eso. De ahí que haya que hablar de ellos, poco a poco, sin grandes aventuras, simplemente leyendo, viendo, oliendo, tocando y, cuando se despierte el interés, investigando. En la vida son omnipresentes (cualquier roca, el agua que se mueve, los animales que podamos encontrar en la naturaleza, las cosas que cada día vemos o utilizamos, el aire que nos trae lluvias y sequía, etc.); en la escuela ya aparecen sin darles importancia, pero a veces sí, inundan en los cursos más altos el mundo de la química, que es el mundo real: las experiencias de cada día.

Dicen quienes saben de esto que un objeto tan corriente ahora como es un móvil puede estar fabricado, contener, más de 30 elementos distintos. También hemos leído por ahí que el cuerpo humano podría llegar casi a 60. Más asombro todavía: por la vida circulan unos 120 elementos diferentes, que se sepa hasta ahora. La lista no ha hecho sino crecer desde que los primitivos humanos apreciaron las propiedades del hierro, cobre u otros metales, allá por la Prehistoria; en el siglo XIX aparecían identificados poco más de 60.

No se trata de organizar una aburrida clase de química. Si los sacamos del medio ambiente y los traemos aquí, a la ecoescuela, es porque son importantes. Además, en este caso, los queremos recordar porque alguien se empeñó en organizarlos en una tabla para que se entendieran mejor y se pudieran enseñar, también en el instituto. El año pasado se cumplían 150 años desde que un científico ruso Dimitri Ivánovich Mendeléiev había “ordenado” su comprensión, con unos criterios que ya aprenderán quienes estudien química en los últimos cursos de Secundaria o en Bachillerato. Como no sabemos si esos estudiantes se manejan con soltura o no por la tabla, se nos ocurre encaminarlos a una tabla periódica muda. Tan importante fue la tarea de Mendeléiev que la Unesco decidió declarar al 2019 como Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. Es posible que no todos los colegios e institutos se habrán hecho eco de la efeméride, aquí está explicada.

Entender esto de los elementos presentes en el medio ambiente requiere tiempo y dedicación. Una manera de abordarlos es buscando su relación con la vida diaria, por ejemplo, en los aparatos electrónicos que empleamos. Para entender el asunto merece la pena leer con detenimiento el artículo “Tres tablas periódicas que explican el irracional consumo de muchos aparatos eléctricos” que publicaba Clemente Álvarez en Ballena Blanca de eldiario.es, cuando empezaba el año de la tabla periódica. En primer lugar hay que fijarse en la “Tabla periódica de la escasez”, con 98 elementos no sintéticos, que ha propuesto la Sociedad Química Europea (EuChems). En ella se aprecian cuestiones tan importantes para la vida económica y social, tal como la entendemos ahora, como su abundancia o no en el medio ambiente –algunos tienen su disponibilidad limitada, otros están en riesgo por su uso creciente, y los hay en grave riesgo en los próximos 100 años). Alguno, como el caso del litio, aparece en color amarillo, que indica riesgo futuro de abastecimiento. Este supuesto se podría aprovechar para hablar de las baterías de los coches eléctricos, de lo que podría suceder si todos los coches funcionasen con ellas. Seguro que el debate traería ideas para fortalecer el uso del transporte público, para hablar de dónde se concentran los pocos “yacimientos” de litio; incluso en Cáceres provocará opiniones encontradas acerca de la pretendida explotación de litio que supondría ser la segunda de Europa. Como vemos, medioambiente y tabla periódica van de la mano en la vida aunque no nos lo propongamos.

En el mismo gráfico, la EuChems ilustra sobre aquellos elementos químicos que están presentes en nuestros móviles. Este asunto también es aprovechable en clase. Puede emplearse para ver sin son muchos o pocos, para revisar si alguno de ellos está marcado en rojo o amarillo, pero, sobre todo, para cuestionar si la tendencia compulsiva a cambiar de móvil beneficia al medio ambiente o a nosotros; el artículo alude a que en la Unión Europea se tiran o reemplazan 10 millones de estos dispositivos todos los meses. Es indudable que merecerá la pena hablar de la recuperación de sus componentes, elementos de la tabla una buena parte de ellos.

Los elementos químicos nombrados se obtienen del medio ambiente, la naturaleza para quien así lo prefiera. Para extraerlos se utilizan complejos procesos de minería, que tienen más o menos repercusión ambiental. En otra tabla del artículo se señalan los elementos cuya extracción tiene un impacto bajo, medio o alto (cuidado con el oro, el mercurio o el platino). El asunto daría para hablar largo y tendido con el alumnado de determinados cursos de las huellas que conlleva en la naturaleza disponer de unos cuantos elementos implicados en la fabricación de los aparatos electrónicos, que hoy mismo mandan en nuestras vidas.

Finalmente, la tercera tabla se pregunta por el porcentaje de reciclaje de los distintos elementos. Su recuperación o no tiene una alta repercusión en nuestras vidas, en su disposición posterior o no, en el medio ambiente próximo y global, en el resto de los seres que forman la ecosfera. Aquí se podría reconocer de dónde, cómo y en qué países se “recuperan” parte de esos elementos químicos tan valiosos, de si hay riesgos ambientales en la recuperación. Hay muchos portales de Internet que lo abordan.

Habría más cosas de las que hablar: Por ahí está el paladio, un metal que instalado en los tubos de escape de los nuevos coches híbridos y a gasolina reduce la emisión de gases contaminantes. O ese arsénico que viaja en pinturas e insecticidas hacia las corrientes de agua en donde encuentra cadmio y otros metales pesados, que hacen casi imposible la vida de los peces, entro otros seres acuáticos. Y cómo olvidar a las tierras raras, esos 17 materiales que provocan conflictos bélicos o económicos, ambientales y sociales también, a cualquiera que tiene relación con ellos. Para quienes sean curiosos, hay una tabla que identifica los elementos químicos en los objetos de usos cotidianos.

Al final, de lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medio ambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas. Se quiere proporcionar una visión general de lo que suponen algunos elementos químicos, en este caso contextualizados en la vida, utilizando como escusa una efemérides científica para hablar de un contenido escolar que, si bien servirá más en unos niveles que en otros, seguro que al profesorado le vendrá bien refrescar lo que en su formación aprendió sobre la tabla periódica para exponer al alumnado la complejidad ambiental de ciertas maniobras productivas o comerciales, al fin y al cabo el consumo, que en principio nos hacen más cómoda la vida. Esto es un avance de la Educación Ambiental para la Sostenibilidad, que tanta falta nos hace.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/01/24/la-tabla-periodica-incita-a-la-educacion-ambiental-para-la-sostenibilidad/

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Italia será el primer país del mundo que incluya el cambio climático como asignatura escolar obligatoria

Redacción: Cambio 16

A partir del próximo mes de septiembre, Italia se convertirá en el primer país del mundo en el que su programa de estudios incluya la asignatura de cambio climático y desarrollo sustentable.

La medida fue anunciada por el ministro de Educación, Lorenzo Fioramonti, que ha explicado que la duración será de una hora semanal y que será obligatoria para todos los alumnos.

El proyecto educativo además pretende que otras asignaturas como geografía, física o matemáticas se estudien desde el punto de vista del desarrollo sostenible.

Combatir la pobreza y la injusticia

“Esta materia se impartirá desde escolares de los 6 hasta los 19 años”, precisó el ministro, quien agregó que el programa se basará en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Explicó que también se añadirá “cómo combatir la pobreza y la injusticia social”.

“Se está cambiando todo el Ministerio, para que la sostenibilidad y el clima sean el centro del modelo educativo”.

El ministro de Educación italiano, de 42 años y perteneciente al Movimiento 5 Estrellas, ha sido un estudioso del cambio climático y el desarrollo sostenible.

Fioramonti ha sido propulsor de otras iniciativas como impuestos a los billetes de avión, al plástico o a los alimentos con exceso de azúcar.

Quiero hacer del sistema educativo italiano el primer sistema educativo que ponga el medio ambiente y la sociedad en el centro de todo lo que aprendemos en la escuela“, añadió.

Desarrollo sostenible para todos

El funcionario fue muy criticado por la oposición a su Gobierno, por animar a los estudiantes a no asistir a las clases con el fin de participar en las protestas y luchas contra el cambio climático.

Se le recuerda por haber apoyado la huelga mundial por el clima, impulsada por la activista sueca Greta Thunberg.

Fioramonti aseguró que maneja encuestas según las cuales más del 70 por ciento de los italianos aprueban los impuestos sobre el azúcar y los vuelos.

Explicó que esos impuestos específicos son “una forma de desalentar un tipo de consumo que es perjudicial para el medio ambiente o las personas”. Al mismo tiempo, se conseguirán nuevos ingresos que se pueden destinar a la educación, a reducir el impuesto sobre la renta o a otras partidas presupuestarias.

Fioramonti quiere que toda la política italiana gire alrededor del desarrollo sostenible y la primera pata de ese banco pasa porque los escolares se conciencien del problema del cambio climático. Pero no esconde otras medidas que tienen en previsión como nuevos impuestos sobre el juego o las perforaciones petroleras.

Fuente: https://www.cambio16.com/italia-sera-el-primer-pais-del-mundo-que-incluya-el-cambio-climatico-como-asignatura-escolar-obligatoria/

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España: Madrid premia un vídeo de educación ambiental que fomenta el compostaje

Madrid premia un vídeo de educación ambiental que fomenta el compostaje

Madrid Agrocomposta’ es un proyecto municipal del departamento de Educación Ambiental que impulsa la correcta separación de la materia orgánica para obtener un compost de calidad que se utilice como abono en huertos agroecológicos de Madrid.

En el mundo rural se ha compostado desde tiempos inmemoriales siguiendo la vieja receta de la abuela, cuando se separaban los restos orgánicos para conseguir abono que se utilizaba en el campo.

Ahora, se ha vuelto a aplicar la tecnología biológica para que las mondas de las naranjas o la piel de las patatas que se depositan en el cubo marrón vuelvan a ser materia prima útil.

Madrid Agrocomposta’ es un proyecto municipal del departamento de Educación Ambiental que está impulsando la correcta separación de la materia orgánica para obtener un compost de calidad y su utilización como abono en huertos agroecológicos de Madrid.

Una de las herramientas más utilizadas para educar en colegios y asociaciaciones es la realización de vídeos divulgativos. Y este trabajo se ha visto recompensado con el galardón concedido por “Composta en Red” en el marco del IX Seminario sobre Compostaje Doméstico y Comunitario celebrado en Valladolid.

‘Composta en Red’ es la asociación de entidades locales que apuestan por el agrocompostaje y el premio se ha concedido en la categoría “Didáctico-Informativa Videocomposta”.

Alfredo Morilla, uno de los técnicos que han partipado en el vídeo galardonado comentó que “los hábitos antiguos los estamos recuperando mediante nuevas técnicas».

«El bioresiduo que nos llega se mezcla con materia vegetal (hongos, bacterias o actinomicetos) y tras un proceso de varias fases que incluyen un calentamiento de 70 grados se descompone la materia orgánica que crea una estructura seis u 12 meses y el restulado es el compost”.

Implicación de colegios, empresas y mercados

‘Madrid Agrocomposta’ se inspira en el modelo de gestión de residuos orgánicos que se realiza en Austria, Bélgica y Holanda. Está basado en una red de recogida de los residuos orgánicos generados en colegios, mercados, empresas y otros nodos colaboradores para transformar esa materia orgánica en un compost ecológico de calidad, con el menor porcentaje posible de impropios, es decir, los elementos que hay que retirar antes del compostaje, como las etiquetas en peladuras de fruta, plásticos, aluminio o papel.

Ha recogido de media en dos años de actividad más de 19 toneladas de residuo orgánico al mes, provenientes de los 22 nodos colaboradores: mercados, colegios o comedores de empresas, entre otros.

8 centros escolares, 3 mercados municipales, varios comedores de empresas, un huerto urbano y un área de compostaje comunitario, entre otros agentes. Desde los puntos de recogida la materia orgánica se transporta hasta las huertas agrocompostadoras periurbanas –en Rivas Vaciamadrid, Paracuellos del Jarama, etc.- donde el residuo se composta para su  posterior uso en explotaciones agrícolas.

El agrocompostaje de este proyecto, el compostaje comunitario, el compostaje en huertos urbanos comunitarios o en la red de huertos escolares sostenibles, junto con la campaña de recogida selectiva Acierta con la orgánica, son una apuesta clara por la reducción de residuos y el fomento de la economía circular en la ciudad de Madrid, acorde con la normativa europea que determina como objetivo reducir a un mínimo del 50 % el volumen de residuos de procedencia doméstica y comercial, incluida la fracción orgánica, en 2020.

Fuente: Diario de Madrid

Fuente de la Información: https://www.ecoticias.com/residuos-reciclaje/198475/madrid-educacion-ambiental-compostaje

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