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Los niños amados se convierten en adultos que saben amar

Por: Raquel Aldana

Nuestras primeras experiencias con el mundo marcan nuestro desarrollo emocional. En los niños se entreteje una red que conectará su mente y su cuerpo, lo que determinará en gran parte el desarrollo de la capacidad de sentir y de amar.

En este sentido, nuestro crecimiento emocional dependerá de nuestros primeros intercambios emocionales, los cuales no enseñarán qué ver y qué no ver en el mundo emocional y social en el que nos encontramos.

Así, el campo de nuestra infancia nos permite sembrar las semillas del amor de manera natural, lo que determinará que la capacidad de amar y ser amados crezca de manera saludable y nos ayude a desarrollarnos.

“Somos seres emocionales que aprendimos a pensar, no máquinas pensantes que aprendimos a sentir”

-Stanisla Bachrach-

El significado de la nostalgia

Si alimentamos a los niños de amor, los miedos morirán de hambre

Las muestras de cariño y afecto elevan la autoestima en los niños y les ayudan a construir una personalidad emocionalmente adaptada e inteligente. Es decir, nuestro amor les ayuda a manejar los miedos naturales que surgen en las diferentes edades, fomentando un grado de sensibilidad saludable.

Los niños tienen una confianza natural en sí mismos. De hecho, nos asombra que ante desventajas insuperables y fracasos repetidos no se rindan. O sea, que la persistencia, el optimismo, la automotivación y el entusiasmo amistoso son cualidades innatas.

En este sentido, es el mundo o, mejor dicho, los adultos, los que vamos mermando esa inteligencia emocional con la que todos nacemos.

Darnos cuenta de esto nos ayuda a ser conscientes del papel tan relevante que tiene amar a nuestros hijos y educarlos desde el respeto, la empatía, la expresión y la comprensión de sentimiento, el control del enfado, la capacidad de adaptación, la amabilidad y la independencia.

el mundo azul

¿Qué podemos hacer para criar niños felices y saludables?

El temperamento de un niño refleja un sistema de circuitos emocionales innatos específicos en el cerebro, un esquema de su expresión emocional presente y futura, y de su comportamiento. Estos pueden ser o no adecuadas, por lo que la educación debe convertirse en apoyo y guía para ellos.

Para lograr una salud emocional óptima, debemos cambiar la forma en la que se desarrolla su cerebro. La idea es que a través del amor y de la educación emocional fomentemos ciertas conexiones neuronales saludables en los niños.

O sea, todos los niños y todos los adultos parten de unas características determinadas que tienen que gestionar juntos para lograr su bienestar físico y emocional.

Por ejemplo, el hecho de que un niño sea tímido por naturaleza, suele provocar que los adultos que nos encontramos a su alrededor lo sobreprotejamos, haciendo que se vuelva ansioso y perturbable con el paso del tiempo.

En este sentido, con lo que hoy en día conocemos, la educación emocional requiere de cierto desaprendizaje adulto. Un niño tímido debe aprender a poner nombre a sus emociones y a enfrentar lo que le perturba, no debe sentir que le cortamos las alas porque es vulnerable.

Un adulto tiene que mostrarse empático sin reforzar sus llantos y sus preocupaciones, proponiéndole a su vez nuevos desafíos socio-emocionales que le permitan evolucionar. Es decir, hay que proteger su salud emocional a través del desarrollo de sus características naturales.

que te importe quien te aporte (2)

Las claves básicas de una educación emocional saludable

Algunas de las claves básicas de una educación emocional saludable son:

  • Los especialistas suelen recomendar ayudar a los niños a hablar de sus emociones como una manera de comprender a sí mismos y a los demás. Sin embargo, las palabras solo dan cuenta de una pequeña parte (un 10%) del verdadero significado que obtenemos a través de la comunicación emocional.

Por esta razón, no podemos quedarnos solo en la verbalización, sino que tenemos que enseñarles a comprender el significado de la postura, de las expresiones faciales, del tono de voz y de cualquier tipo de lenguaje corporal. Esto resultará mucho más efectivo y completo para su desarrollo.

  • Desde hace años se viene promocionando el desarrollo de la autoestima de un niño a través del elogio y los refuerzos constantes. Sin embargo, esto puede hacer mucho más daño que bien. Los elogios solo ayudarán a nuestros niños a sentirse bien consigo mismos si están relacionados con logros específicos y con el dominio de nuevas aptitudes.
  • El estrés es uno de los grandes enemigos de la niñez. Sin embargo, es un inconveniente con el que tienen que vivir, por lo que protegerlos en exceso es una de las peores cosas que podemos hacer. Ellos tienen que aprender a enfrentar estas dificultades naturales de tal forma que desarrollen nuevos caminos neurales que les permitan adaptarse al medio en el que viven.

No podemos tratar de criar a nuestros niños en un mundo Disney de inocencia e ingenuidad. El estrés y la inquietud forman parte del mundo real y de la experiencia humana tanto como el amor y el cuidado.

Si tratamos de eliminar estos obstáculos, impediremos que tengan la oportunidad de aprender y desarrollar capacidades realmente importantes que les ayuden a enfrentar desafíos y decepciones que son inevitables en la vida.

Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/los-ninos-amados-se-convierten-adultos-saben-amar/

 

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7 entrevistas sobre educación emocional que no pueden faltar en tus lecturas de verano

Cada vez son más los docentes y centros educativos que se deciden a incorporar la educación emocional dentro de sus horas lectivas: la adquisición de recursos para la identificación, gestión y autorregulación de emociones contribuye a que los niños incrementen su autoconfianza y autoconocimiento, lo que sin duda repercute en su desarrollo personal y su aprendizaje.

A continuación recopilamos diversas entrevistas a expertos para profundizar en los variados aspectos de la educación emocional.

La escritora y psicóloga experta en inteligencias múltiples y emocionales cree que “educar en las emociones es clave para favorecer el aprendizaje”. Además, para ella  “aprender a ser uno mismo y también a convivir son dos aprendizajes válidos para toda una vida”. Bajo su punto de vista hay que incluir la educación emocional en todo el proceso educativo para frenar la tasa de abandono escolar.

Luis López

Este doctor en Psicopedagogía es autor del libro “Meditación para niños: en paz me levanto, en paz me acuesto” y está a favor de la práctica del mindfulness en la etapa infantil. Para ello, hace hincapié en los múltiples beneficios de esta herramienta, entre los que se encuentran la mejora en la gestión de las emociones de los más pequeños.

Pilar Martín Lobo

Pilar Martín Lobo es investigadora, profesora y directora del Máster Oficial de Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de la Rioja. Cree que “las áreas cerebrales específicas para el aprendizaje se activan mejor si existe un buen desarrollo emocional y existe autoestima y seguridad personal.” Además, considera de vital importancia “suprimir la tensión y aplicar métodos de aprendizaje donde el alumno sea el protagonista, haya tiempo para comunicarse, para reflexionar, para disfrutar aprendiendo a través de actividades variadas y apropiadas para todo tipo de inteligencias y de talentos”.

Anna Carpena

Esta maestra especializada en el desarrollo de la inteligencia emocional y asesora en contenidos de educación emocionalcree que para que un niño reciba una buena educación en emociones, es necesario que la persona que educa también esté educada en ello. Y para conseguirlo, afirma que “es necesario haber vivido experiencias de introspección”. “La comprensión y gestión de uno mismo favorecerá el encuentro armónico con el otro, con los demás”, añade..

Mar Romera

Es experta en inteligencia emocional y presidenta de la Asociación pedagógica Francesco Tonucci. Y afirma que “son las emociones las que mueven el mundo” y que es necesario garantizar “el equilibrio emocional de los docentes” ya que es clave para la educación emocional de los niños y jóvenes.”

Antonio Sánchez

Este pionero de la Educación Emocional como asignatura curricular obligatoria en un centro público de Jerez cree que «es necesario un cambio de paradigma educativo en el que tengan cabida las emociones a lo largo del proceso de aprendizaje». Según él, esto hace que “los alumnos vivencien la alegría de comprender y ponerse en el lugar de los otros, desarrollen la compasión y se sientan responsables de su propia vida”.

Isabel Carrión

Es psicóloga, profesora de Pedagogía Terapéutica en el CEIP Jaime Balmes de Murcia y formadora en ecología emocional. La aplica desde hace seis años en sus clases, considerándolo algo clave dentro de la educación ya que, según dice, “la canalización correcta de la energía emocional debe realizarse desde la infancia” porque es algo básico para el conocimiento de uno mismo.

Fuente de las entrevistas: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/entrevistas-sobre-educacion-emocional/88141.html
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Luis Rojas Marcos: “Hay que decir más ‘cuéntame’, ‘perdona’ y ‘te quiero”

El veterano psiquiatra confiesa que habla mucho solo y recomienda seguir su ejemplo para mantenerse cuerdo

Son las siete de una gélida tarde de primavera. Este señor que aparenta una década menos de sus 75 años lleva todo el día hablando de su libro y, con la excusa de que esta es su última entrevista y me ve llegar destemplada, me arrastra al bar del hotel Palace de Madrid para invitarme a un café y, de paso, regalarse un “cubalibre como está mandado» como premio de fin de jornada. Se lo sirve, solícito, su camarero, un profesional que, a base de atenderle en sus cuatro o cinco visitas anuales a España desde Nueva York, donde reside desde hace medio siglo, se ha convertido en un amigo. Barman y psiquiatra. Difícil encontrar dos oficios donde se escuche más al otro. Estoy de suerte.

Hablador. Me hablo mucho a mí mismo, a veces en voz alta, a veces en voz baja, pero me ayuda a gestionarme, a animarme, a ponerme límites. Hablarme es fundamental en mi día a día. Todos deberíamos hablar más solos.

¿No era eso cosa de locos?

Ese es el problema. Se ha estigmatizado. Los niños, desde los 2 o 3 años, se hablan a sí mismos, se animan, se acunan, se consuelan. Luego, nos da vergüenza, porque se identifica a la persona que habla sola con el enfermo que oye voces. Nos reprimimos, y es un gran error. Igual que nos enseñan a hablar, y a pedir las cosas por favor, deberían enseñarnos a hablar con nosotros mismos.

Hoy se ve a mucha gente hablando sola, pero al móvil.

Si están hablando con alguien, bien. Lo malo de la tecnología es cuando interfiere en tu capacidad de hablarte a ti mismo, o hablar con los demás, o tener relaciones reales: es un problema muy serio.

Canarias va a hacer obligatoria la educación emocional en los colegios. ¿Qué le parece la idea?

MEDIO SIGLO A LA ESCUCHA

Luis Rojas-Marcos (Sevilla, 75 años), adquirió notoriedad mundial como jefe de Salud Mental de Nueva York durante los atentados del 11-S. Ahora, quien lleva medio siglo escuchando al prójimo, presenta un libro defendiendo el valor terapéutico de hablar a los demás y a uno mismo. Y predica con el ejemplo.

Una maravilla. Ponerle palabras a lo que sientes. Hablar. Si tienes ganas de llorar, saber que eso se llama estar triste. Si tienes ganas de insultar a alguien, es estar enfadado. Es una educación muy útil para la vida y la salud de los niños, que luego serán adultos.

Le van a quitar el trabajo.

Has dado en el clavo. Pero no hacerlo sería antihumano. Esa sería una buena causa, buscar otro trabajo, con la satisfacción de haber podido ayudar al grupo.

O sea, que «charlatán» para usted no es ningún insulto.

Si te lo dicen como insulto, tendrán que explicártelo, porque, en general, las personas parlanchinas tienen mucha suerte de serlo.

¿Por qué?

Las personas extrovertidas, que hablan más, que conectan con los demás, están más satisfechas de su vida en general. La razón es sencilla: al conectar con los demás, tenemos relaciones afectivas, nos ayudamos, compartimos y nos apoyamos en situaciones difíciles, y también nos quejamos y pedimos ayuda si la necesitamos…

¿Las mujeres hablamos más o es una puyita de los hombres?

La mayoría de los estudios demuestran que las mujeres hablan de promedio 15.000 palabras más que los hombres. Y eso es porque tienen la parte del cerebro que controla el lenguaje más desarrollada. Y porque los padres les hablan más a las hijas que a los hijos, sobre todo de temas emocionales. Estoy convencido de que las mujeres viven más porque hablan más. Y las españolas, más.

Pero se nos dice que calladitas estamos más monas. ¿Cuándo hay que morderse la lengua?

Cuando vayamos a desbarrar. Cuando sabemos que lo que diremos va a crear un conflicto o a herir a alguien, mejor callarse.

¿Merece la pena insultar?

No. El insulto ataca la autoestima, la identidad y el valor de la persona. No aporta nada. Las palabras no se las lleva el viento.

Lleva medio siglo escuchando penas. ¿Son siempre las mismas?

Lo que nos pasa, lo que oigo en consulta es básicamente lo mismo. O miedo, o tristeza, o angustia, o necesidad de que nos orienten en un momento de la vida.

¿Y tenemos remedio?

Muchos, para empezar, hablar, contar lo que nos pasa. Hablar es fundamental para entender lo que nos pasa y pedir ayuda.

¿Qué palabras hay en su botiquín?

Para mí la palabra más importante, profesional y personalmente, es “cuéntame”, pero para eso, tienes que estar dispuesto a escuchar, y eso no siempre sucede. Otra es “perdona”: pedir perdón es fundamental, porque sin perdón no hay futuro en la vida.

¿Y si no perdonas?

Enfermas. El perdón es fundamental para sobrevivir. Para reinventarse. La víctima perpetua es una persona muy limitada por su herida abierta. El duelo no se puede eternizar. Pasar más de tres años de víctima no es saludable. Te encierra en el papel de traumatizado. Evita abrir otro capítulo de tu vida con ilusión, esperanza y creatividad.

¿El dolor nos alcanza a todos?

Sin excepción. Pérdidas, traumas, divorcios. Según los epidemiólogos tocamos a dos adversidades serias por persona y vida. Unos tienen 4; otros, 1. Pero las horas bajas nos llegan a todos.

En lo de las palabras mágicas se ha olvidado de “te quiero”.

Decir te quiero es fantástico, sobre todo si es verdad y tienes a alguien a quién decírselo. Lo decimos, pero lo decimos por dentro. Y es bueno verbalizarlo. Pero no solo al otro, sino a nosotros mismos. Decirte: “mira, Luis, te quiero mucho” es muy útil, sé que no se nos enseña de pequeños, pero yo lo recomiendo.

Fuente; https://elpais.com/sociedad/2019/04/26/actualidad/1556281200_834373.html?id_externo_rsoc=TW_CC

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4 libros infantiles para trabajar los miedos

Por: ayudaparamaestros.

El miedo convierte en extraños a aquellos que de otra manera podrían ser amigos. Estos cuatro libros nos ayudan y animan a enfrentarnos a nuestros miedos para vencerlos, sean cuales sean.
1. TENGO UN DRAGÓN EN LA TRIPA: más que un libro es un verdadero tesoro. Cuando llegó a mis manos rápidamente me di cuenta de que era un libro fantástico para niños y extraordinario para adultos. Todos tenemos dragones en la tripa, tanto los niños como los no tan niños. Nos enseña donde está la fuerza que todos necesitamos para vencer a esos dragones (miedos) que se esconden dentro de nuestra tripa. El protagonista acaba venciendo a su dragón que le roba y come las palabras que tiene que decir en una función escolar. ¿Cómo lo hace? Sacando el escudo y haciendo frente a sus miedos. Al final se da cuenta de que tal vez eso que parecía imposible de superar e invencible no lo era tanto.  Es un libro imprescindible para trabajar los miedos con niños, jóvenes o adultos.
Ilustradora: Lucía Serrano.
Editorial: Everest.
2. YO MATARÉ MONSTRUOS POR TI: Martina tiene miedo por las noches. Cree que bajo el suelo de su habitación se esconde un mundo habitado por monstruos que caminan con la cabeza hacia abajo. ¿Qué pasaría si la frontera entre ambos mundos se rompiera? A veces tenemos miedo de algo o de alguien simplemente porque no lo conocemos en profundidad.
Autor: Santi Balmes.
Ilustradora: Lyona.
Editorial: Principal de los libros.
3. A TODOS LOS MONSTRUOS LES DA MIEDO LA OSCURIDAD: un libro ideal para los pequeños que tienen miedo a la hora de irse a dormir, que ven seres amenazadores moviéndose en las sombras y que están absolutamente convencidos de que hay monstruos rondando por el cuarto. Los niños se partirán de risa al ver a los monstruos más asustados que ellos, corriendo de aquí para allá con la boca abierta, página tras página. Un álbum muy divertido, presentado en exquisitos tonos oscuros y un moderno texto blanco. Este libro será como dejarles una lucecita encendida en la mesilla de noche.
Autor: Michäel Escoffier.
Ilustradora: Kris Di Giacomo.
Editorial: Kókinos.
4. DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS: publicado por primera vez en el año 1963 fue un libro polémico y controvertido; sin embargo un año más tarde ganó un premio y cautivó a todos los lectores. Un libro de múltiples lecturas: la aventura del viaje, la búsqueda de uno mismo, la necesidad y el placer de regresar donde nos quieren y nos esperan, la importancia de enfrentarse a los miedos para vencerlos, etc. En el año 2009 se estrenó  la película inspirada en el libro.
Autor e ilustrador: Maurice Sendak.
Editorial: Kalandraka.
Fuente de la reseña: http://www.ayudaparamaestros.com/2016/05/4-libros-infantiles-para-trabajar-los.html
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Begoña Ibarrola: «Cuando los niños ponen nombre a sus emociones, empiezan a poderlas manejar»

Begoña Ibarrola estará el próximo 25 de mayo en el evento Gestionando Hijos para hablar de la gestión de las emociones

Ana Nieto 15.05.2019 | 04:15

Begoña Ibarrola es muy conocida por sus cuentos infantiles para educar.

Begoña Ibarrola es Licenciada en Psicología, ha trabajado en centros educativos durante veinte años y es muy conocida por sus cuentos infantiles. Su primer libro, Cuentos para sentir: educar las emociones (que lleva ya 22 ediciones) incluye 46 cuentos que, como dice la autora, «de alguna manera ayudaron a muchos niños a superar situaciones personales difíciles y a manejar mejor su mundo emocional».

El 25 de mayo estará también en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA), en el evento de Gestionando hijos, para hablar de la gestión de las emociones.

– Begoña, se habla mucho de inteligencia emocional. ¿En qué consiste exactamente educar las emociones de nuestros hijos?

La educación emocional es fundamental para preparar a nuestros hijos a enfrentarse a los retos que la vida les depare. Educar las emociones significa enseñar lo que es la conciencia emocional para que los hijos se den cuenta de lo que sienten y aprendan a descubrir las causas de sus emociones.

Se trata también de ayudarles a desarrollar una sana autoestima. Comprender y mejorar su autocontrol o la regulación emocional para hacer frente a problemas y situaciones emocionalmente intensas y aprender a transformar estados emocionales negativos en positivos. Pero educar las emociones de los hijos implica también desarrollar en ellos la conciencia social y la empatía para comprender los sentimientos de los demás y tener relaciones interpersonales satisfactorias.

– ¿Sabemos enseñar a nuestros hijos a gestionar las emociones?

En general no hemos recibido una buena educación emocional, ya que el mundo de las emociones era dejado de lado, tanto en la familia como en la escuela. Pero los descubrimientos de la neurociencia sobre el cerebro nos aportan herramientas muy valiosas ahora a las familias para poder educar las emociones de nuestros hijos a la vez que los adultos aprendemos también a gestionarlas.

A medida que enseñamos a nuestros hijos a manejar su mundo emocional, les estamos dando recursos y estrategias para saber qué pueden hacer cuando se sientan enfadados o tristes o sientan miedo, qué potencial tiene esa tristeza, ese miedo o ese enfado, qué mensajes nos quieren dar esas emociones pero también cómo ayudarles a salir de esas emociones, que son legítimas pero que deben aprender a manejar.

– ¿Consideras que le damos la importancia suficiente a la gestión de las emociones?

Todavía no se conoce de forma generalizada la influencia que tienen las emociones sobre la conducta, el aprendizaje, incluso la salud. Poco a poco se publican libros, investigaciones y ya existe suficientes argumentos que apoyan la necesidad de una buena gestión emocional para potenciar el bienestar personal y social. Pienso que dentro de unos años nadie podrá comprender cómo en la escuela no se enseñaban esas habilidades tan importantes para la vida y el bienestar, pero estamos en el camino.

– ¿Qué consejos les darías a las madres y padres para tratar las emociones en casa?

En primer lugar, es necesario legitimar todas las emociones que sienten, tanto adultos como niños, acompañar a nuestros hijos en su alegría, consolarles cuando están tristes, entender sus enfados y aportarles herramientas para entrar en calma, comprender sus miedos y protegerles, a la vez que les animamos a enfrentarse a ellos. Nunca debemos ridiculizar ni reprimir sus emociones.

En definitiva, para ayudar a nuestros hijos a tener una buena gestión emocional, primero deben aprender a nombrar las emociones. Cuando ponen nombre a sus emociones, empiezan a poderlas manejar. Deben aprender a regular su expresión, es decir, a expresarlas de manera adecuada, sin reprimirlas pero tampoco haciendo daño a otros con su expresión.

Les tenemos que enseñar a entrar en calma y a manejar la frustración, un aspecto muy importante para el bienestar y que cada vez está menos presente en los niños, porque se la van a encontrar en su día a día y no la podemos evitar. Y por último, aprender a pensar en positivo y a ser resilientes. Todas las oportunidades de la vida, del día a día, pueden ser oportunidades para una buena educación emocional.

– ¿Las emociones se «contagian»? ¿Cómo afectan las emociones de los padres a las emociones de los hijos?

Sí, las emociones se contagian pero depende de la influencia y el poder personal, unas personas pueden tener más facilidad para contagiar a otras o dejarse contagiar por otras, en parte depende del nivel de conciencia que una persona tenga y de su atención. Los padres si ven con naturalidad las emociones y las expresan de forma adecuada están dando dos lecciones a sus hijos: por un lado, ven que es algo natural sentir emociones, adultos y niños, todo el mundo; por otro lado, se dan cuenta de cómo las expresan sus padres, y así ellos aprenden.

El problema surge cuando en la familia no se tienen en cuenta o se expresan de forma inadecuada. Entonces el aprendizaje más directo, que es a través del ejemplo, no se realiza correctamente. Por otra parte, si los padres disimulan constantemente o reprimen sus emociones le mandan un mensaje al hijo de que las emociones no se deben expresar o son algo molesto e inadecuado, promoviendo su represión y las consecuencias que de ello se derivan.

– ¿Cómo gestionamos nuestras emociones cuando el niño está en una rabieta monumental?

Una rabieta puede tener diferentes orígenes o ser la expresión de diferentes emociones, incluso es diferente y tiene diferente objetivo dependiendo del entorno donde se produzca. Hay que tener en cuenta que nuestro hijo lo está pasando mal y por tanto nuestra primera actitud debe ser de empatíapara descubrir qué la está provocando. A veces está causada por una frustración, otras veces simplemente como reacción a una orden en un momento en el que el niño quiere demostrar a sus padres que no tiene por qué hacer lo que le digan, que es un signo, por otro lado, de su proceso de autonomía, perfectamente comprensible entre 2 y 3 años.

Pero en ocasiones está motivada por los celos, la frustración o incluso por el cansancio, o puede ser también una forma de llamar la atención del adulto. Por eso no se puede simplificar su abordaje, aunque hay unas claves importantes para los padres: la primera ya la he comentado, empatía; la segunda, no unirse a su caos, no dejarse llevar por las emociones de su hijo, sino mantener la calma, tranquilizarle y después ofrecerle contención, protección o atención, lo que necesite en ese momento, pero siempre con cariño.

Pero hay ocasiones en las que la rabieta está planificada y dirigida a llamar la atención o a conseguir algo. En este caso, debemos ignorar su conducta, dejar que se calme solo y después hablar con él para que comprenda que ese nunca va a ser el método para conseguir lo que quiere, o que así no va a conseguir nuestra atención.

Otra clave importante es aprender a gestionar nuestra vergüenza cuando la rabieta se produce en público, lo que suele ser muy a menudo, dado que piensan que así tendrán más oportunidades de tener éxito con su «actuación».

– ¿Qué mensaje les quieres dejar a los padres con tu ponencia?

Educar es siempre emocionante y generar un apego seguro y amoroso va a garantizar que el camino que se crea cuando son pequeños entre el corazón del niño y el del adulto, va a permanecer siempre abierto, a pesar de que pasen momentos de incomunicación o cierto alejamiento emocional.

La educación emocional de vuestros hijos es además un factor de protección contra muchos de los problemas de nuestro tiempo: estrés, ansiedad, depresión, consumo de drogas, suicidio, fracaso escolar, violencia, etc. Ya existen muchas investigaciones que lo demuestran, por eso merece la pena ayudarles a gestionar sus emociones mientras nosotros también aprendemos con ellos.

Fuente; https://www.diarioinformacion.com/crecer-y-aprender/2019/05/15/ninos-ponen-nombre-emociones-empiezan/2148435.html

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Marc Masip: “Cuando priman las relaciones digitales por encima de las humanas perdemos muchas habilidades sociales”

Por: Tiching/08-05-2019

¿Cree que el móvil es una herramienta útil dentro de las aulas?
Yo creo que no es nada útil. De hecho pienso que debería estar prohibido y en todo caso, regulado por ley a qué edad los niños y jóvenes pueden llevar dispositivos móviles a la escuela, pero nunca dentro de las aulas como herramienta. No tiene ningún sentido como herramienta educativa, no creo en ella. No veo qué utilidad puede tener, qué puede sustituir.
Puedo creer que el móvil puede ser una herramienta tecnológica que ayuda a muchas cosas, pero en la escuela en absoluto.

¿En las escuelas se educa en el uso de las tecnologías?
En absoluto. Hay una necesidad evidente de tener una asignatura obligatoria, en primaria, secundaria o bachillerato, o en las tres etapas, en las que se trabajarán las herramientas. Esta educación debe abordarse desde una perspectiva emocional donde las inseguridades, la autoestima, etc. puedan tener su cabida. ¡Esto sería realmente útil!

¿Pero los adultos estamos preparados para formar a los jóvenes en estos aspectos?
Tampoco. De hecho, los adultos somos los que deberíamos formarnos primero para ser capaces de explicar a los pequeños qué consecuencias tiene un uso inadecuado o abusivo de un dispositivo.

Es un poco difícil mantener a los niños y niñas de hoy en día a una distancia prudencial de las pantallas. 
Yo creo que entre los 0 y los 6 años no es tan difícil mantener esta distancia de seguridad. Hay un montón de recursos que los niños y niñas tienen a su alcance para aprender, divertirse, y para aburrirse también. Cuando empiezan a tener más edad ellos harán lo que hagan sus referentes. Si ven que en casa el uso es abusivo, seguramente sigan esta misma pauta de relación con los dispositivos cuando los tengan a su alcance.
Es evidente que trabajaran con pantallas o, como mínimo, que convivirán con ellas. Mantenerles alejados permanentemente no es fácil, pero sí deseable.

¿Los adultos somos ejemplares para ellos?
¡Deberíamos serlo! En este y en muchísimos otros aspectos, ¿no? Como en todo, si nuestros hijos o alumnos no nos ven interactuar con otras personas, disfrutar de entornos no digitales, conversar con personas de carne y hueso, no esperemos que ellos lo hagan. Si nos ven permanentemente distraídos con dispositivos, mirando series, conversando por mensajería, o colgando fotos en las redes, lo más seguro es que ellos se refugien también en el mundo digital.

¿Los niños y niñas o jóvenes son nativos digitales? ¿Por qué?
Los nativos digitales no existen. Para ser nativo en algo tienes que nacer sabiendo o estando predispuesto a saber o tener una habilidad. No nacemos sabiendo usar una tablet, pero es fácil que aprendamos rápidamente a pasar de pantalla deslizando el dedo, igual que aprenden a pasar páginas de un cuento y no por ello saben leer.
A los niños y niñas hay que enseñarles a relacionarse con la tecnología igual que deberíamos aprender nosotros mismos, para utilizarla como una herramienta que puede ser útil o facilitar muchas tareas, pero no para sustituir las relaciones humanas, por ejemplo.

¿Cómo afectan las nuevas tecnologías precisamente a esto, a las relaciones entre personas?
Cuando primamos nuestras relaciones digitales por encima de las humanas estamos perdiendo un montón de habilidades sociales por el camino. Aquí vemos como muchos adolescentes que están realmente enganchados a las redes, son muy valientes y muy seguros cuando tienen una pantalla delante, pero son incapaces de trasladar esta seguridad o valentía a la relación física. Vemos que tienen dificultades serias para tener amigos, para tener pareja, hasta el punto que no saben cómo relacionarse físicamente con otras personas.

¿Son conscientes los adolescentes de las consecuencias que tienen muchas de las prácticas que tienen en internet, y sobre la huella digital que dejan?
De esto no somos conscientes ni los adultos y es muy peligroso porque es infinitamente complicado eliminar este rastro. Cuando les explicamos a los chicos y chicas las consecuencias que tiene un uso excesivo de los dispositivos son mucho más receptivos que los adultos.

¿Y sobre la intimidad y la privacidad, tienen conciencia?
Sí, sí que tienen conciencia de esto, pero no la valoran suficientemente. Saben muy bien qué consecuencias tiene pero vemos que no estiman suficientemente este valor y que a menudo, por ser poco cuidadosos dejan al descubierto cosas que luego les pueden incomodar. Es importante que hablemos de los riesgos que esto tiene, pero también es importante que los adultos, de nuevo, demos ejemplos.

Hablemos de adicciones, ¿qué es la nomofobia?
Este término lo acuñaron en Reino Unido para poner nombre a ese pánico irracional que empezaban a sufrir algunas personas a estar sin teléfono móvil, a estar sin conexión. Es una patología que vemos que va en aumento y que además afecta a personas de edades muy distintas, también a los más jóvenes.

Para frenar esto, usted propone la dieta digital.
La dieta digital no es más que una etiqueta a unas pautas de comportamiento o unos hábitos saludables para relacionarse con la tecnología. Igual que con la comida, por ejemplo, la dieta digital restringe aquellas conductas inadecuadas y propone otras que no afectan o afectan menos a nuestra salud.

¿El uso del móvil, por ejemplo, afecta al rendimiento escolar?
Por supuesto, y está demostradísimo porque es una distracción constante. Incluso cuando tienen el aparato lejos físicamente les cuesta concentrarse porque piensan constantemente en ello, en si les llega un mensaje, en sí se están perdiendo algo…

Esto último también tiene un nombre
Si, el síndrome de FOMO, por sus siglas en inglés, Fear Of Missing Out, que es este miedo o esta creencia a que están pasando cosas en el ámbito digital y que nosotros nos estamos quedando fuera por no estar conectado. Las personas que sufren este síndrome no pueden evitar consultar de forma obsesiva y constante todas sus redes sociales cada poco rato.

¿Hay otros trastornos de este tipo?
Sí, y van en aumento. El Phubbing por ejemplo, que lo practican, a menudo inconscientemente, estas personas que, estando con otras, están pendientes de sus redes o apps. Es una falta grave de respeto y la pérdida de oportunidades constantes de socialización con los que tienes más cerca.

¿Como podemos poner límites a las TIC para evitar llegar a estos extremos?
Es curioso como herramientas que llamamos “sociales” nos acercan a los que están lejos y nos alejan de los que están cerca. Se trata de poner sentido común a nuestra práctica diaria. Por parte de los adultos, hay que dar ejemplo y enseñar, enseñar y enseñar, que los niños no vienen con el manejo de la tecnología de serie. Hay que explicarles las virtudes, pero también los límites y las consecuencias.

Fuente: http://blog.tiching.com/marc-masip/

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126 dinámicas de Educación Emocional

Por: recursosep.

 

Hace unos días descubrí una página que me dejó boquiabierto. Se trata del blog de Fernando Navarro, orientador, que propone más de 100 dinámicas para el aula para trabajar con los alumnos la educación emocional.

Espero que os gusten tanto como a mí. Yo ya estoy haciendo algunas de ellas en mis sesiones de tutoría 🙂

Fuente de la reseña: https://www.recursosep.com/2019/01/20/126-dinamicas-de-educacion-emocional/

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