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La Relevancia Sociocultural de la Transformación Curricular desde la Afectualidad Infantil en Indoafrolatinoamérica

Iliana Lo Priore (*)

Para nuestros efectos, el currículo puede ser conceptualizado como un dispositivo o mecanismo discursivo agenciador y regulador, reproductor o transformador, que configura la articulación de saberes –significados y sus representaciones (formas imaginarias de realización y contextos evocadores de los significados)–, prácticas y relaciones de poder en las instituciones escolares con el propósito de incidir en la conformación y control disciplinarios o normalizadores (sujeción a normas), u objetivación, de los cuerpos de los  educandos y educadores, según los requerimientos ideológico-culturales o simbólicos establecidos en la retórica discursiva (leyes, reglamentos, normativas, políticas educativas, pedagógicas, didácticas, evaluativas, etcétera) por el poder estatal o estado-docente de una nación o país en un contexto y momento históricos dados de Indoafrolatinoamérica. Por consiguiente, el currículo no es un dispositivo técnico neutral como pretende presentarlo la concepción tecnocrática de la educación.

Al optar por llamar a nuestra región continental Indoafrolatinoamérica (Díaz Piña, 2018), lo hacemos atendiendo a que somos producto principalmente de la procedencia histórico-antropológica de tres etnias y no de una sola: la indígena originaria diezmada genocidamente, la africana cazada, esclavizada, y transplantada forzosamente, ambas indignificadas hasta  en su mixtura todavía hoy, y la latina europea invasora y colonizadora de la primera “globalización”, mejor, globocolonización, como lo sugiere Dussel (1994)  en el texto 1492:El encubrimiento del otro.

La referencia que hacemos de la condición ética de las dos primeras etnias y sus mezclas  resultantes, no es casual, por cuanto de  la resistencia que presentaron a su sojuzgamiento derivaron culturalmente formas de socialidad  afectivas solidarias, fraternas y defensivas entre ellas, y que subyacen hoy como modos de relacionamiento en los sectores populares ante el riesgo disociador del individualismo competitivo invasivo, que son antecedentes histórico-culturales inobviables a la hora de comprender el sentido de la afectualidad educativa que proponemos como forma de resocialidad empática en el presente (Ver artículos al respecto de Lo Priore, 2018).

Apple (1986) en su investigación sobre el origen y difusión del currículo, publicada en su texto Ideología y currículo, da cuenta de la procedencia histórica del dispositivo curricular. Según él, el currículo surgió en los EE.UU. con relación al control social y la reproducción simbólica de una comunidad, entendida ésta socioculturalmente como homogénea respecto de valores ideológicos, ya que la clase media de esa específica comunidad se sentía amenazada por su aparente disgregación y pérdida de poder, ante la inminente migración de nuevos empresarios competitivos y de inmigrantes europeos y afrodescendientes.  Quienes eran portadores de otras ideologías que pudieran desplazarla. Para ello, un grupo de intelectuales de su clase formaron el primer grupo de curriculistas, en el cual destacaron Franklin Bobbitt y W.W. Charters, con el expreso propósito de propiciar medios para reproducir la ideología con la que se identificaban a través de la educación escolar.  Luego el dispositivo curricular se extendió al ámbito nacional, y después, hacia Indoafrolatinoamérica por medio de acciones institucionales de sus organismos internacionales y sus difusores ideológicos como Hilda Taba y otros.

Dicha homogeneidad cohesionadora, nos hace relacionarla paralelamente por su semejanza con las nociones de gubernamentalidad y de tecnologías de gobierno o de seguridad en Foucault (2006).  Para éste la gobernación de la población, no se trata principalmente de dominar a otros de manera abierta y directa por la fuerza o la coacción física del Estado y sus aparatos institucionales de gobierno, sino de dirigir invisiblemente su conducta de una manera eficaz que cuente con su consentimiento, lo cual presupone la “libertad” de quienes deben ser gobernados.  Una gubernamentalidad capaz de crear un ethos a través de técnicas de gobierno, en este caso, el currículo, que presupongan unas condiciones de aceptabilidad en las cuales la población sometida se imagina libre, a pesar de que los fines y medios de su actuación conductual sean definidos por otros, los que tienen el  poder gubernamental.

Para Bernstein (1998), el currículo es configurado con la finalidad de reproducir simbólicamente el tipo de sociedad dominante por medio de principios o reglas de poder y control a los que llama códigos. Estos códigos, regulan y modulan los cambios curriculares en el proceso de transmisión sociocultural de representaciones y significados que las instituciones escolares realizan a través de prácticas discursivas y no discursivas. Define al código como un principio regulador implícito de subjetivación que selecciona e integra significados relevantes y las correspondientes representaciones de las formas de su realización con sus contextos evocadores.

Él propone diferenciar entre dos tipos de códigos condicionados que la división en clases sociales, y  el proceso cultural de socialización inicial  de la familia, los grupos de pares y la comunidad de origen, induce tendencialmente en los niños y niñas: el código elaborado y el código restringido. El primero, da acceso a órdenes de significados y representaciones universalistas o que están menos ligados al contexto, como es el caso prevaleciente en las instituciones escolares, mientras que los segundos, dan acceso a órdenes de significados particularistas o que están más ligados a un contexto específico, como es el caso de las comunidades populares.  Estos códigos se refieren a las reglas subyacentes de interpretación y sentidización que regulan la orientación hacia un orden de significados y representaciones que sustantivan una cultura de conformidad con el contexto sociocultural de clase, étnico, etcétera, que se trate.

La orientación codificada hacia los significados y representaciones considerados relevantes es reproducida de modo prevaleciente en las escuelas por medio del currículo, excluyendo o subordinando a los no-relevantes, coincidiendo éstos últimos, con los populares, ya que la reproducción se hace en términos de relaciones  referenciales privilegiados/privilegiantes, en el sentido de que su acceso es mediado por el poder y el control respectivamente en una escala dominantes/dominados, y en el sentido de que sus contextos están también  jerárquicamente demarcados. Las relaciones de significación y representación  privilegiantes otorgan estatus y  jerarquía  discursiva a quienes las enuncian o textualizan, y quienes no lo hacen, son relegados discursivamente o excluidos, indignificándolos socio-culturalmente de esa manera.

Bernstein (ob. cit.) agrupa a los distintos componentes o factores intervinientes en el proceso de reproducción escolar con el término genérico de categorías (agencias, agentes, discursos, sujetos, contextos y otros).  La relación entre categorías la define bajo la noción de clasificación, haciendo referencia a su jerarquización y a los nexos entre ellas, y a las relaciones dentro de las categorías, las denomina con el término enmarcación, refiriéndose a los factores posicionados en cada una de las categorías y a las vinculaciones entre sí.  Agrega el señalamiento de que la clasificación regula las relaciones de poder entre discursos y entre sujetos, manteniendo distintos grados de distanciamiento entre ellos; mientras que la enmarcación regula las prácticas comunicativas entre las categorías.

Ambos conceptos, clasificación y enmarcación,  regulan las jerarquías y las interacciones en los currículos, tanto dentro de las categorías que lo componen como entre ellas de modo fuerte o débil.  Si la clasificación es fuerte o rígida, existe un aislamiento muy marcado entre categorías. Si la enmarcación es fuerte o rígida, hay un acentuado posicionamiento en cada categoría.  Pasa inversamente cuando la clasificación y la enmarcación son débiles o flexibles.  Cuando ocurre lo primero, Bernstein (1994) califica al currículo como agregado, y cuando es lo segundo, lo denomina, integrado.  Desde esta perspectiva queda evidenciado que la intersubjetividad y el favorecimiento de un clima relacional afectivo  docente-niño/niña-estudiante y entre estudiantes es propiciado por una clasificación y un enmarcamiento débil o flexible, o currículo integrado, pese a su posible instrumentalización funcional curricular desnaturalizadora por la prevalencia de las semióticas pedagogizadas de la significación y de las representaciones correspondientes en el proceso educativo escolar.

La semiotización en el desarrollo infantil es analizada por Guattari (1996). Él utiliza las categorías de semiótica asignificante y semiótica significante para tratar los componentes semióticos que contribuyen a producir la subjetividad, teniendo en cuenta la obra de Stern (2005), El mundo interpersonal del infante. Es de aclarar que las semióticas asignificantes no significan o representan, pero inducen en los cuerpos resonancias sintientes y sentidizadoras dentro de sí,  por ejemplo, los casos de las experiencias vivificadoras individuales o colectivas con la música o la danza; siendo un caso-tipo la fiestas populares, donde se fusionan los cuerpos  animados por los deseos de expresarse libremente de manera placentera junto con los otros, así lo describe Joan Manuel Serrat en su famosa canción Fiesta, en la que “gentes de cien mil raleas” comparten su pan y su vino, y bailan,  donde transitoriamente “se olvidan que cada uno es cada cual”.  En esa obra de Stern (ob. cit), la subjetividad pre-verbal se expresa a través de semióticas simbólicas asignificantes en una relación problemática y complicada con la máquina social lingüística o semiótica significante.  Esa subjetividad pre-verbal, pre-cognitiva o pre-individual, que subyace a todos los modos de subjetivación, es encubierta e ignorada.  Antes de la adquisición del lenguaje, los niños y niñas construyen activamente formas de percibir, de expresarse y de experimentarse a sí mismos en el mundo por medio de una semiotización no verbal diversificada y diferenciada.

El texto de Stern (ob. cit.),  socava la supuesta unidad del sujeto al enumerar la multiplicidad de “sís” o “yoes”, de relaciones y de afectos pre-verbales que lo constituyen.  Él distingue tres sentidos de sí.  Un sentido de sí emergente, de sí nuclear y de sí intersubjetivo que preceden la aparición del sentido de sí verbal.  El sentido de sí, en los tres primeros casos, no significa un concepto de sí, ni un conocimiento de sí, ni una conciencia de sí ya que esas experiencias no son traducidas o expresadas por el lenguaje, la consciencia o la representación.  Los distintos sentidos de sí, anteriores al sentido lingüístico de sí, no constituyen etapas pero si son niveles de subjetivación o vectores de subjetivación no verbales que se manifiestan en el transcurrir de la vida de manera paralela con el habla y la conciencia.

La relación consigo mismo presupone un posicionamiento ante los otros y lo otro que es existencial o afectivo antes de ser lingüístico o cognitivo, y que es el centro de la subjetividad. Más aún, es a partir de ese núcleo asignificante que podrá haber significación y lenguaje.  Este asunto tiene implicaciones importantes  ya que sobre esa subjetividad asignificadora que perdura a lo largo de la vida, actúa el emplazamiento del poder-saber instrumentalizador o razón funcional; por ejemplo, el poder mediático, que trata de manipular para producir efectos virtuales digitalizados de dependencia consumista de un saber informacional instrumentalizado (semióticas significantes reductoras) que no implica sabiduría informativa, al contrario, paradójicamente, puede sr desinformación, constituyendo alienadamente lo que hemos denominado en otros textos, el sujeto informacional, –sujeto, por sujetado–, a través de los afectos, las percepciones,  los ritmos, los movimientos, las duraciones, las intensidades y otras semióticas asignificantes.  Aquí se trata de la neutralización del agenciamiento de un acontecimiento frente a lo contingente  (la posible creación de lo impensado o no-significado desde la semiótica asignificante por un colectivo de enunciación autopoiético que lo significa o resignifica), por vía de imponer lo establecido o ya significado (Ver Agenciamiento autopoiético y colectivos de enunciación en educación en Lo Priore y Díaz Piña publicado en OVE).

Asimismo ocurre con la imposición de la lógica  que regula la economía política mercantil del tiempo y del espacio implicados en la comunicación instrumental a través de plataformas digitales fijas o móviles, se impide la comunicación real entre “emisores y receptores” al restringir los intercambios de los interlocutores a envíos y reenvíos de textos-mensajes de emisión rápida y breves o cortos codificados primordialmente, ya que la auténtica comunicación implica la recreación de los significados y representaciones emitidos con mayor duración y más extensión por los comunicantes en su interacción enunciativa (Maturana y Varela, 2003), porque  potencialmente de ese modo se resignifica y rehace al nombrar o renombrar imaginariamente, el acontecimiento de otro mundo posible, y de su realización (Freire, 1985) . Se actúa tratando de  controlar y modular los efectos de subjetivación y des-subjetivación de las semióticas asignificantes o afectivas por parte del poder-saber tecnologizado bajo el control de la gramática del lenguaje digital y los nodos transnacionales  del tráfico infocomunicacional instrumental.

Una afectividad asignificante y no-reprepresentacional, que por el contrario, es necesario liberar de su reductora y manipulada privacidad o privatización, potenciando su publicidad (en términos de lo público, lo que a todos concierne) y redefiniéndola como afectualidad, estado de resonancia inter y transubjetivo en tanto apertura corporal a la capacidad de afectar y ser afectados, alterados y transformados intensamente  por los flujos  relacionales o empáticos de otros cuerpos, para fundamentar nuevas relaciones sociales de convivencia. Con la finalidad de transformar la predominante sociedad mundializada por la implacable “globalización”, mejor globorrecolonización, en crisis estructural por su modelo (contra)civilizatorio vigente  industrialista-extractivo-depredador consolidado por vía de la acumulación-desposeedora   de los indebidamente llamados recursos naturales y humanos (¿bienes y seres  convertidos en “recursos” para beneficio de quienes?) y la  decadente humanidad actual donde impera el temor y la desconfianza disociadores, inducidos por los poderes interesados en la desunión, ante el otro, los otros y lo otro.

Una estrategia para neutralizar, ordenar y normalizar o disciplinar la acción de las semióticas  asignificantes de la inquietud de sí por saber de niños y niñas (deseo de experienciar sobre sí mismos individual y grupalmente para vivir los saberes-otros bajo nuevas y diversas formas instituyentes, no convencionales o instituidas, para convivir sensiblemente o sentir-ser y no tan solo “para saber”, con base en sus diferenciadas infancias), que exceden las significaciones dominantes en la escuela ya que no son saberes referenciales  exteriores para sí, esto es, los significados y sus representaciones instituidos como “legítimos”, pero ajenos a las infancias, por ser de quienes tienen poder de significación curricular, consiste en jerarquizar estos últimos privilegiadamente en el currículo explícito o en el currículo oculto (Torres, 1998). Ajenidad de los saberes debida principalmente a su falta de sintonía afectiva o energética con las inquietudes de sí por saber, o con las disposiciones inmanentes a su habitus (Bourdieu y Passeron, 2008),–esquemas perceptivos, de pensamiento y acción–, y códigos socioculturales bernsteinianos de las diferenciadas infancias, heredados y adquiridos por su condición de clase social, étnica, género, etcétera; y que no se resuelve con tan solo instrumentalizar estrategias didácticas o de aprendizaje que provocan aprendizajes mecánicos o memorísticos-repetitivos ya que exige la sintonización con las semióticas asignificativas para lograr realmente aprendizajes significativos, por paradójico que pueda parecer.

Relación con los saberes legitimados como privilegiados-privilegiantes, que debe ser invertida por la trans-formación curricular desplazando las reglas de clasificación invisibilizadas u ocultas en la retórica discursiva y haciendo prevalecer las reglas de enmarcación débil y flexible bernsteineanas, para favorecer las resonancias afectuales inter o transcorporales, encuentros o agenciamientos de afectación de alta intensidad de los cuerpos por los flujos energéticos o vibratorios densos de empatía que los hacen reconocerse y fusionarse en planos trascendentes más allá de las convergencias afectivas o desafectivas de baja intensidad, al salir de sí para ser junto con otros cuerpos.  La subjetivación asignificante o afectual funciona fuera de la conciencia y  expresa la matriz existencial de la corporeidad (todo lo que el cuerpo puede hacer desde su inmanencia energética trascendente) desde la que se asimilan las experiencias a partir de las cuales surgen  pensamientos, formas percibidas, actos identificativos y sentimientos verbalizados.  Es un reservorio en el cual toda experiencia creativa puede prosperar.  Reivindicando que todo acto de aprendizaje de los cuerpos en última instancia, depende de los sentidos de sí que se forman en la niñez.

Guattari (ob. cit.) indica que es desde estas subjetividades de sí articuladas como universo protosocial, de carácter pre-verbal, que son  adquiridos los caracteres familiares, étnicos, de clase, etcétera, a modo de inconsciente cultural por medio de la comunicación contigua o intersubjetiva. Comunicación por contigüidad que se da primordialmente activando los “sís” o “yoes” preverbales asignificantes para establecer sintonía afectiva. No hay que olvidar que la intersubjetividad es condición básica para la supervivencia socializada y la transubjetividad o transcorporalidad es determinante para la afectualidad vitalista con/ por los otros.

Para resumir y concluir, hemos considerado la relevancia que puede tener la trans-formación curricular si se revierten  las reglas de clasificación y de enmarcación  del currículo agregado o de relaciones de poder y de saber (significados y representaciones dominantes escolarmente en los currículos explícitos y ocultos) sobre las semióticas asignificantes o afectivas reprimidas o contenidas que constituyen energéticamente la corporeidad trascendente de los niños y niñas. Semióticas corporales que pueden ser potenciadas por medio del currículo integral para desarrollar las condiciones favorecedoras del despliegue de la afectualidad en cuanto potenciación trascendente del modo de relacionamiento afectivo, por medio de propiciar pedagógicamente estados de resonancia intersubjetivas o transubjetivas de afectación empática de/por el otro-los otros-lo otro.

Con el propósito sociocultural que debe dar horizonte de sentido  a la educación infantil, consistente en incidir favorablemente en el cambio social de las naciones indoafrolatinoamericanas a través de impulsar los tipos de relaciones de carácter convivencial o vivificadoras, frente a la decadencia agónica  que expresan significativamente en la crisis estructural que atraviesan. Participando en la emergencia de una socialidad que se anuncia como empatía posmoderna ante el agotamiento y crisis disociadora de la Modernidad, y que puede servir a la  refundación  de nuevos vínculos  de la vida en común.

Referencias

Apple, M.  (1986).  Ideología y currículo.  Madrid: Editorial Akal.

Bernstein, B.  (1994).  La estructura del discurso pedagógico. Clases, códigos y control. Vol. 1.Madrid: Editorial Morata-Paideia.

—————-  (1998).  Pedagogía, control simbólico e identidad. Madrid: Ediciones Morata.

Bourdieu, P. y Passeron, J-C.  (2008).  La reproducción. Madrid: Editorial Popular.

Díaz Piña, J. (2018). Indoafrolatinoamérica: La educación entre los muros erigidos y el eterno retorno de la voluntad trágica para derribarlos. En: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269081.

Dussel, E.   (1994).   1492: El encubrimiento del otro.  La Paz: Plural editores-CID.

Foucault, M.  (2006).  Seguridad, territorio, población: Curso en el Collége de France (1977-1978). Buenos Aires: Editorial FCE.

Freire, P.  (1985).  La importancia de leer y el proceso de liberación. México: Siglo XXI Editores.

Guattari, F.  (1996).  Caosmosis. Buenos Aires: Editorial Manantial.

Lo Priore, I. (2018).  La afectualidad como potencia social de los cuerpos para educarlos en una convivencia alternativa. En: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269983.

Lo Priore, I. (2018). Resignificación de la afectividad infantil en la educación como base de sustentación y expansión de la socialidad empática. En: http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/269074.

Maturana H. y Varela, F.  (2003). El árbol del conocimiento.  Buenos Aires: Editorial Universitaria.

Stern, D.  (2005).  El mundo interpersonal del infante. Buenos Aires: Editorial México Paidós.

Torres, J.  (1998).  El currículo oculto. Madrid: Ediciones Morata.

 

* OMEP, Capítulo Venezuela / Red Global-Glocal por la Calidad Educativa  / Universidad de Carabobo.

Correo: ilianalopriore11@gmail.com

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Según estudio, Uruguay tiene un déficit en materia de cobertura educativa “inconsistente con su nivel de desarrollo”

América del sur/Uruguay/12 Abril 2018/Fuente: La Diaria

Informe del Ineed evalúa la situación educativa de Uruguay en relación con las metas de los ODS.

Un trabajo elaborado por Juan Bogliaccini, sociólogo y doctor en ciencia política, analiza la educación en Uruguay desde la mirada de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por la Organización de las Naciones Unidas. Son 17 los objetivos, y en materia de educación se incluyen diez metas, cada una con distintos componentes. En el informe elaborado para el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), Bogliaccini marca las tensiones que existen entre tres “macrometas” educativas: cobertura, equidad y calidad. “Lograr una educación de calidad sostenible tiene como condición necesaria avanzar hacia niveles altos de cobertura. No obstante, velar por la calidad educativa debe ser una constante preocupación de los gobiernos. El avance cualitativo en esta dimensión cobra relevancia en sistemas con altos niveles de cobertura, dado que de lo contrario la segmentación en el acceso y desafiliación tornará los avances en calidad únicamente en beneficio de los sectores más favorecidos de una sociedad. Dejaríamos entonces de referirnos a educación de masas para pasar a referirnos a educación de elites, incluso en contextos de oferta gratuita en los diferentes niveles educativos”, asegura en la introducción del estudio.

Desde esta óptica, afirma el autor, “Uruguay necesita de forma prioritaria alcanzar metas de cobertura. Las metas de los ODS asociadas a dicha dimensión son de gran importancia porque es precisamente el acceso a la educación el que genera el mayor impacto en el bienestar de los ciudadanos, así como en las posibilidades de desarrollo sostenible de las naciones”, y recuerda que Uruguay es unos de los países de la región que “mayor proporción de desarrollo humano resigna por esta causa” en relación con el Índice de Desarrollo Humano.

El propósito del informe es evaluar el avance de Uruguay en relación con estas metas, pero se aclara que la disponibilidad de datos “es limitada para el caso de algunas metas, tanto en Uruguay como en términos comparados”. Esto, considera Bogliaccini, es “razonable, dado que las metas de los ODS suponen una nueva agenda y, como tal, invita a los países a reflexionar sobre la relevancia de las dimensiones privilegiadas en ellas y a adaptar tanto metas nacionales como las fuentes de información para incluirlas”.

Meta a meta

En términos generales, el análisis concluye que si bien en relación con las metas sobre primera infancia y sobre la incorporación de tecnologías para el uso pedagógico Uruguay “ha logrado notables avances en las últimas dos décadas, el logro de las restantes metas plantea un gran desafío”.

La meta 4.1 plantea que, a 2030, se debe “asegurar que todas las niñas y todos los niños terminen la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad, y producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos”. En particular respecto de los datos de la tasa de culminación de la educación media, Bogliaccini afirma que la situación de Uruguay respecto del cumplimiento de esta meta es “precaria”. Con respecto a los aprendizajes, el autor menciona como valor de referencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para esta meta alcanzar 80% de los jóvenes de 15 años de edad con competencias en matemática nivel 2 o superior, mientras que en Uruguay 44,2% de los jóvenes que participan en las pruebas PISA de 2012 alcanzan ese nivel.

La meta 4.2 es la que apunta a que los niños tengan acceso a “servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad”, aspecto en el que Uruguay “se encuentra en una posición de privilegio, incluso en términos comparados con los países de la OCDE”, ya que ha universalizado la cobertura de educación inicial para la edad de cinco años y se acerca a 90% de cobertura neta para los niveles de tres y cuatro años.

La meta 4.3 promueve el acceso igualitario de hombres y mujeres a la formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria. Para evaluar esto, Bogliaccini toma datos de la Encuesta Continua de Hogares de 2015, según los cuales la tasa de entrada por primera vez a la educación técnica, profesional y superior para la cohorte de 18 años “sería del entorno del 16%”, y, a la vez que aclara que el dato es una “aproximación gruesa”, afirma que es “consistente con la tasa de egreso de educación secundaria”. En función de estos datos, señala que Uruguay “presentaría niveles de eficiencia altos en ingreso a educación terciaria –77% de quienes terminan secundaria ingresarían a un programa de educación terciaria a los 18 años–”.

Hay metas para las que no existen indicadores, por ejemplo la 4.4, que plantea “aumentar considerablemente el número de jóvenes y adultos que tienen las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento”.

La meta 4.5 propone “eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional para las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situaciones de vulnerabilidad”. El informe de Bogliaccini señala: “El aspecto más importante para comprender las disparidades en términos de cobertura, desafiliación e incluso logro en Uruguay es el socioeconómico”. “En algunos grupos de edad Uruguay ha avanzado más lentamente que la región hacia una mayor igualdad, mientras que en otros segmentos se ha estancado en el avance. Para el conjunto de grupos de edades entre 7 y 24 años, Uruguay aumenta la desigualdad de acceso entre quintiles 1 y 5 durante la década de 1990, y comienza a revertir la tendencia a partir de la década de 2000”, señala el autor, a la vez que marca que para la población de entre 13 y 19 años, Uruguay “presenta los menores niveles de acceso en la región así como el mayor nivel de desigualdad entre los quintiles 1 y 5, muy por sobre el promedio regional”, mientras que entre los de 20 y 24 años, sólo Brasil presenta “avances menores a los de Uruguay”, en la región.

En tanto, la meta 4.a, que refiere a las instalaciones educativas adecuadas y accesibles, el documento destaca que el acceso a condiciones sanitarias básicas está universalizado en los edificios escolares y que “existe un proceso continuo de adaptación de los edificios escolares ya existentes en materia de accesibilidad”, aunque no hay datos sobre esto. El informe también da cuenta del Plan Ceibal, que “ha revolucionado el acceso a ordenadores con fines pedagógicos”.

Por último, la meta 4.c pone en foco la necesidad de aumentar la oferta de docentes calificados. El trabajo destaca que en educación inicial y primaria 100% de los maestros son titulados, mientras que en secundaria dos de cada tres profesores lo son. También menciona como importante en este punto la asignación de tiempo completo que tienen los docentes en el centro educativo, y señala que mientras que en Uruguay en educación media 8,4% de los docentes están tiempo completo en el centro según datos de PISA, en Brasil son 45%, en Argentina 48%, en Costa Rica 61% y en Chile 76%.

En su estudio, Bogliaccini afirma: “Exceptuando la educación inicial y primaria, Uruguay tiene un déficit en materia de cobertura que es inconsistente con su nivel de desarrollo relativo. El núcleo duro del problema educativo sigue estando asociado a la cobertura y, en particular, a su estructura particular de desigualdad de acceso”. Añade que en educación secundaria el problema de cobertura se genera a partir de la desafiliación, y en educación terciaria, “por un problema de acceso asociado a la no culminación del ciclo de educación secundaria”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2018/4/segun-estudio-uruguay-tiene-un-deficit-en-materia-de-cobertura-educativa-inconsistente-con-su-nivel-de-desarrollo/

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Orwell y la corrupción del concepto de “derecho a la educación” en Uruguay

La imposición del «doble pensamiento» en la educación uruguaya.

Con su novela distópica titulada “1984”, George Orwell demostró ser un perspicaz observador de las estrategias utilizadas por los déspotas para subyugar a la población. Destaca que la corrupción del lenguaje para desnaturalizar valores ampliamente compartidos, es una de las más utilizadas. Indica que si las autoridades machacan lo suficiente, podrían llegar a convencer a la gente de que “la Guerra es Paz, la Libertad es Esclavitud y la Ignorancia es la Fuerza”.

Orwell lo denomina la imposición del “doble pensamiento”, que consiste en lograr que las personas acepten simultáneamente dos conceptos contradictorios como lo más natural. Mediante el último de los eslóganes mencionados, se busca anular al espíritu crítico racional para que los habitantes acepten sin más todo lo que les dicen los gobernantes.

En Uruguay, se están realizando escandalosos intentos por corromper el significado de “derecho a la educación”.

Según la UNESCO, ese término ha de entenderse como un derecho habilitante, porque constituye un poderoso instrumento que permite a los individuos social y económicamente desfavorecidos salir de la pobreza, dejar de estar marginados y que participen activamente de la vida comunitaria.

Mediante la educación, se busca formar personas en el más cabal de los sentidos. Es decir, que adquieran conocimientos que les serán provechosos y económicamente redituables, y simultáneamente, vayan adiestrándose en los rigores de la vida adulta contemporánea. Que aprendan a ser tenaces, de que nada se logra sin esfuerzo, que disfruten las mieles de los pequeños triunfos pero que también aprendan a superar las frustraciones.

Una buena educación es clave, porque en gran medida va a determinar los logros futuros de esa persona.

Desde el punto de vista de la personalidad, el período estudiantil va forjando el carácter. Un tema nada menor porque ello repercutirá en la clase de sociedad que tendremos: una conformada por sujetos indolentes o emprendedores; holgazanes o industriosos; que se rinden ante la primera dificultad o perseverantes; por personas fácilmente manipulables o con independencia de espíritu…

Por eso alarma que en Uruguay estén surgiendo iniciativas que corrompen el sentido de la expresión “derecho a la educación”.

Según la Real Academia, “corromper” significa “alterar y trastrocar la forma de algo”, “hacer que algo se deteriore, principalmente cosas inmateriales”.

Esas propuestas pueden ser interpretadas desde diferentes puntos de vista: por un lado, que se está desnaturalizando ese derecho mediante la práctica del doble pensamiento. Y por el otro, que las autoridades educativas ante el fracaso rotundo de su labor, pretendan maquillar las estadísticas al mejor estilo kirchnerista.

Repasemos la trayectoria uruguaya con respecto a este asunto:

Hasta mediados del siglo XX, la educación que se brindaba en los institutos públicos era de buena calidad. Eso hacía que los uruguayos se destacaran en el exterior. Pero paulatinamente, desde la década de 1970 ha venido decayendo, hasta llegar a los paupérrimos niveles de la actualidad.

El sistema educativo –tanto público como privado- es controlado por un organismo estatal centralizado y burocratizado, la ANEP. Debido a ese rasgo, el tipo de formación brindada a los estudiantes está desactualizado y cada vez más alejado del mundo real contemporáneo. En adición, la calidad de la educación va descendiendo en forma vertiginosa. Por ejemplo, aparecieron textos escolares con faltas de ortografía y por experiencia ciudadana se sabe que hay maestros y profesores que incurren en la misma falla.

Las autoridades vienen haciendo diferentes “piruetas” para impedir que los niños con rendimiento insuficiente repitan el año. Por ejemplo, el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) aprobó el acta 119, donde se les “sugiere” a las escuelas limitar la repetición exclusivamente a tercero y sexto año. Además, ofreció a los institutos que acepten esa práctica, recompensarlos con un aporte económico.

La ironía es que casi no hay repetidores de sexto de escuela, porque Primaria exige que todo alumno al cumplir 15 años, obligatoriamente sea aprobado.

Basados en esas “recomendaciones” de Primaria, unos padres presentaron un recurso de amparo ante la Justicia porque la maestra de su hija la hizo repetir “cuarto año”. El juez que atendió la causa le dio la razón a los progenitores, dejó sin efecto la decisión del colegio y “la promovió de grado” mediante sentencia judicial.

En el fallo, el juez Gerardo Álvarez dictaminó que el colegio al hacer recursar a esa alumna, “afectó un derecho intrínseco esencial de todo niño o adolescente que es la razonable expectativa de seguir avanzando en su educación y preparación”. Afirma que la repetición fue un “castigo”, “vulnerando su derecho a la educación”. Además, calificó la decisión de no pasarla de grado como “inaceptable y discriminatoria” porque sugiere que la niña no estaba en condiciones de cursar quinto año.

Al leer esta sentencia, uno se pregunta qué traumas ocultos tendrá ese juez, así como qué entiende por “derecho a la educación”. Lo que sí es claro, es que su forma de considerar el asunto es típica del “doble pensamiento”.

También las autoridades de Secundaria razonan en forma parecida. Los resultados arrojados por las pruebas PISA demuestran que la adquisición de conocimientos por parte de nuestros liceales es un desastre. Y eso no es lo peor sino la deserción estudiantil: tan solo el 38,9% logra finalizar el nivel medio (sexto de liceo).

Frente a ese panorama, Andreas Schleicher -director de Educación en la OCDE- recalcó que “el elevado nivel de repetición es claramente uno de los problemas de Uruguay, que muchos estudiantes tengan que repetir genera problemas. Es algo en lo que se deberían tomar medidas”.

Ante ese lapidario diagnóstico, ¿cuál “remedio” están considerando las autoridades educativas?

En un documento elaborado en 2017 por Antonio Romano –subdirector de Planificación Educativa de la ANEP- titulado “Regímenes de pasaje de grado en el marco de una educación para todos”, califica peyorativamente a la repetición como un “vestigio del viejo régimen académico”. En consecuencia, aconseja eliminar la repetición, crear grupos multigrado y sustituir los exámenes por otro tipo de “instancia reparatoria”.

Romano señala que las decisiones sobre recursar un grado, que afectan la continuidad de la trayectoria educativa de un alumno, deben ser abordadas considerando no sólo el nivel de conocimiento alcanzado, sino “principalmente, cuál es la mejor opción para asegurar la continuidad de una trayectoria educativa de calidad”. Expresa que estudios recientes establecen que la repetición es uno de los principales predictores de desvinculación del sistema educativo.

Afirma que si se quiere ir hacia una educación que garantice el derecho de todos, “es necesario rever los regímenes académicos en educación media para poder generar oportunidades de conclusión del ciclo sin retención (repetición) de estudiantes por grado”.

Las ideas de Romano y de Primaria están siendo seriamente analizadas por la ANEP, como “solución” para “mejorar” el pasaje de los estudiantes por el sistema educativo.

Los argumentos con los cuales la ANEP pretende mejorar las estadísticas con la excusa del “derecho a la educación para todos”, encuadran perfectamente en el eslogan “la Ignorancia es la Fuerza”…

O sea, que no importa si los chicos efectivamente han adquirido los conocimientos y habilidades necesarios para desempeñarse exitosamente en el mundo sino que “parezca” que así fue. Alegría momentánea que seguramente pagarán con creces al precio de futuros fracasos. Campo orégano para inclinarlos hacia la delincuencia.

Pero lo peor es que estaremos construyendo una nación de seres fácilmente manipulables por los gobernantes…

Fuente del Artículo:

https://es.panampost.com/hana-fischer/2018/03/31/orwell-corrupcion-concepto-derecho-educacion-uruguay/

 

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Libro: El juego en la educación inicial

Serie de orientaciones pedagógicas para la educación inicial en el marco de la atención integral

Esta serie de orientaciones pedagógicas para la educación inicial retoma elementos del documento base para la construcción del lineamiento pedagógico de educación inicial del Ministerio de Educación Nacional, 2012. Así mismo, desarrolla lo expuesto en el documento “Estrategia de
Atención Integral a la Primera Infancia. Fundamentos Políticos, Técnicos y de Gestión” elaborado por la Comisión Intersectorial de Primera Infancia, 2013.
Autor: Ministerio de Educación de Colombia:
*Fuente: http://www.omep.org.uy/wp-content/uploads/2015/09/el-juego-en-la-ed-inicial.pdf
Imagen tomada de archivo OVE
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Entrevista a Blejmar: «La inclusión es el principal desafío que tiene el nivel inicial»

El educador Bernardo Blejmar reflexiona acerca de la gestión escolar, la relación con las familias y los espacios de juegos.

«El principal desafío que tiene hoy la educación inicial es la inclusión de aquellos sectores más vulnerables y con menos acceso a los bienes públicos», remarca Bernardo Blejmar, licenciado en ciencias de la educación y profesor en la Universidad de San Andrés. «El nivel inicial es la base del sistema educativo, y por lo tanto la calidad y la inclusión en esta etapa son clave en el proyecto educativo», afirma el educador.

Para Blejmar, repensar la formación y el entrenamiento de los directivos y docentes frente a las nuevas realidades es la clave para mantener vivo el espíritu de liderazgo en las escuelas. «Aunque el escenario sea complejo y haya dificultades en el contexto social y económico, cambios de paradigmas, otros modelos familiares y escasa preparación para jugarle a esta complejidad; por otro lado también tenemos un escenario interesante, porque existe la libertad para crear nuevas narrativas», dice el autor del libro «Gestionar es hacer que las cosas sucedan». Entre otras publicaciones referidas al tema también participó junto a otros especialistas de «La gestión escolar, el desafío de crear contextos para hacer y estar bien».

El educador participará en Rosario del congreso nacional de nivel inicial, en el que también disertarán María de los Angeles «Chiqui» González, Laura Pitluk, Mónica Fernández Pais, Gabriela Valiño, Sonia Brunstein y Cristina Kirianovic. Organizado por Homo Sapiens Ediciones, el encuentro será el próximo 19 de mayo en el Centro de Convenciones Metropolitano (Alto Rosario).

— ¿Qué tan difícil es hoy gestionar y, así como titula uno de sus libros, «hacer que las cosas sucedan»?

—Hace un tiempo un director o un docente hacía lo que un currículum, un mandato legal e institucional definía como tal. Hoy tenemos que salir de ese tipo de corsé e investigar, probar y equivocarnos. Aunque el escenario sea complejo y haya dificultades en el contexto social y económico, cambios de paradigmas, otros modelos familiares y escasa preparación para jugarle a esta complejidad; por otro lado también tenemos un escenario interesante, porque existe la libertad de crear nuevos guiones y narrativas. Se acabaron los manuales, este es el momento para hacer que las cosas sucedan.

—¿Cómo pensar en esto y plantear nuevos objetivos, cuando la mirada está puesta siempre en los resultados?

—Los congresos y los encuentros sirven para poner en discusión algunas cuestiones culturales que no están en la agenda real. Cada político que habla dice que la educación es lo más importante pero los resultados de las encuestas no dicen eso, entonces tenemos el desafío de reinstalar el tema y ponerlo en discusión. Otro aspecto es cuidar al docente y directivo pero no sólo en la formación sino en su trayecto de vida profesional. La tarea docente desgasta y tenemos que evitar que luego de diez o quince años de ejercer la profesión, el educador se encuentre cansado y con dificultades para jugar este partido. Esto no es responsabilidad sólo del docente y directivo, también lo es de las políticas públicas y de la sociedad, los frentes de discusión y movilización son muchos, pero el ámbito de trabajo continúa siendo la escuela.

—¿Cuáles son hoy las prioridades en la gestión escolar, cómo es la relación con los docentes?

—El gran tema de la gestión hoy es transformar ideas, deseos y desafíos en actos concretos que incluyan resultados, es decir impactos transformacionales, por eso la gestión es clave porque habla del cómo y cuándo, y en eso influyen las culturas y las políticas públicas. Sin embargo, sucede que la formación, el perfil y el entrenamiento del director no tienen aun —pese a los avances—, el interés y el espacio que se le ha dado a la formación docente. Para formarse como docente son necesarios cuatro o cinco años, en cambio lo que define a un director en el sistema oficial es que tenga una cantidad de años de servicio y puntaje en algunos cursos. Esto lo habilita para dirigir, aunque este término se parece más a gobernar que a estar frente a una clase o escuela. La importancia del director en el espacio de la educación inicial radica en generar condiciones y contextos para que las cosas ocurran, no se lo puede pensar alejado del grupo y el trabajo en equipo.

—Hoy aparecen nuevos modelos de familia, quizás otro desafío para el docente dentro del jardín.

—Estas nuevas configuraciones salieron a la luz, son en general mucho más aceptadas que en otro momento, y celebro que así sea. Pero eso no quiere decir que se estemos preparados para dialogar y articularse con ellas, por lo tanto ahí tenemos un espacio desierto en la formación docente y directiva. También cambió la autoridad, porque en algún momento toda la razón estaba en la escuela, y los padres y madres sólo aceptaban las decisiones escolares. Hoy el proceso se invirtió: se sospecha de la escuela pública y en algunos espacios tienen más incidencia las familias. Ninguna de las dos cosas es buena, de todas maneras tenemos que recuperar la autoridad especialmente en el jardín, para que no haya tensión entre docentes y padres, y se recupere el diálogo.

—¿Cómo se adapta hoy el educador respecto de las prácticas lúdicas para mantener el interés y la curiosidad de los más chicos?

—La educación inicial es la etapa que mejor comprende el lugar del juego y de las emociones como parte del proceso de enseñanza y aprendizaje, con espacios y tiempos que sean lo suficientemente flexibles. El juego tiene un contexto y un significado en función de la escena que quiero plantear y quiénes estén del otro lado. En la educación es clave la experiencia de las sensaciones, las emociones y los pensamientos, algo que no está muy presente en la escuela primaria y secundaria, pero sí en el jardín. El desafío ahora es cómo recurrir a estas prácticas y en qué condiciones.

—Los juegos ahora son otros, desde muy temprana edad se respira tecnología en todos los espacios…

—El desafío es cómo entramar esas propuestas tecnológicas y al mismo tiempo lograr salir del corsé de la tecnología para disfrutar de otros tipos de juegos. La tecnología tiene esa doble vertiente: por un lado genera un alto nivel de conectividad y de conocimiento sumamente importantes, pero también es una pantalla que sirve como ocultamiento o desplazamiento de los vínculos y las relaciones entre las personas. En este sentido la tarea del docente consiste en jugar con esa tecnología, y al mismo tiempo separarla para incorporar el contacto directo.

—En el inicio escolar, el período de adaptación suele ser bastante cuestionado por los padres, ¿por qué continúa siendo necesaria esta progresiva forma de empezar?

—Es casi una condición humana, institucional y de espacios, porque uno nunca ingresa del todo y con todo a cualquier experiencia, siempre hay un intento de aclimatamiento y aprestamiento. Es bueno que exista ese transcurrir previo de entrar en la tarea concretamente, por supuesto que dependerá del contexto. No es lo mismo en la ciudad que en el campo, o lo que ocurre en una escuela en Jujuy que en Belgrano, hay distintas circunstancias de tiempo y singularidades de cada espacio e institución. Este aprendizaje de formar parte de la comunidad educativa y al mismo tiempo respetar la autonomía docente es clave para establecer ese contacto que tiene que durar mucho tiempo. Cuando algo se mantiene simplemente porque está arraigado en el sistema como la norma a cumplir, se empieza a generar una situación de descreimiento y de rechazo, eso es lo que también requerimos de un docente o director del siglo XXI: la posibilidad de tener palabra propia, proyecto propio y al mismo tiempo la flexibilidad para ir jugando con las situaciones emergentes en cada momento y particularidad.

Elogio del cuidado

Bernardo Blejmar es también licenciado en ciencias de la educación (UBA) y asesor de diferentes organismos internacionales. Junto a Laura Pitluk, Gabriel Brener y otros educadores, Blejmar participa del libro «La gestión escolar. El desafío de crear contextos para hacer y estar bien». Será uno de los disertantes invitados al congreso de nivel inicial que se realizará en Rosario en mayo próximo. El tema de su conferencia es «Elogio del cuidado como valor cotidiano».

Fuente entrevista: https://www.lacapital.com.ar/educacion/la-inclusion-es-el-principal-desafio-que-tiene-el-nivel-inicial-n1581603.html.

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España: La Junta pone en marcha 22 actuaciones para la mejora de infraestructuras educativas en la provincia

España/27 de marzo de 2018/Por: Europa Press/Fuente: https://www.20minutos.es

La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, a través de la Agencia Pública de Educación (APAE), ha licitado y contratado 22 actuaciones para la mejora de infraestructuras escolares de la provincia de Huelva en el primer trimestre del año en curso.

A las importantes licitaciones de las obras en los institutos San José de Cortegana, Fuentepiña de Huelva, El Sur de Lepe y el colegio Manuel Siurot de La Palma del Condado, se unen una serie de contratos menores para la realización de obras y reformas en distintos centros educativos que, en conjunto, suponen una inversión de 8,3 millones de euros, según ha informado la Junta en una nota de prensa.

Estas últimas tendrán lugar en los institutos Diego Angulo de Valverde del Camino, La Palma de La Palma del Condado, Padre José Miravent de Isla Cristina, La Marisma de Huelva, San Miguel de Jabugo, así como en los colegios Los Llanos de Almonte, Triana de Trigueros, San Matías de Villanueva de los Castillejos, Juan Ramón Jiménez de Beas, Lora Tamayo de Bonares, Miguel de Cervantes de Gibraleón, Prácticas, Profesora Pilar Martínez Cruz de Huelva, Tartessos y Juan Ramón Jiménez de Huelva, Los Perales de Rociana del Condado y Argantonio de Tharsis.

Nuevas construcciones y ampliaciones para adaptar los centros a sus necesidades de escolarización, mejora de talleres de formación profesional, retirada de últimas estructuras con fibrocemento, sustitución de sistemas eléctricos, mejora de condiciones térmicas con medidas sostenibles y eficientes desde el punto de vista energético, reparación de aseos y filtraciones en cubiertas, sustitución y reparación de redes de abastecimiento de agua, así como obras de urbanización de patio, constituyen el grueso de las actuaciones puestas en marcha en estos primeros meses del 2018, en el marco del Plan de Infraestructuras y Equipamientos de la enseñanza no universitaria de la Consejería de Educación.

Se trata de un plan en el que la Junta de Andalucía va a invertir más de 34 millones de euros en la mejora de las infraestructuras escolares de la provincia, fruto de una rigurosa evaluación de las necesidades y del cual, se van a ejecutar casi 11 millones de euros en esta anualidad.

Dicho programa contempla importantes trabajos como la reforma integral y adecuación del IES La Rábida de Huelva, (7.454.700 euros), la construcción del nuevo Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) del Ensanche en la capital (4.787.000 euros), la ampliación y reforma de la Escuela de Arte León Ortega (2.700.000 euros), adecuación de espacios docentes en CEIP Pedro de Lope de La Redondela, (1.600.000. euros), la construcción de aulario de segundo ciclo de Educación Infantil en CEIP San Walabonso de Niebla (1.375.000 euros), la ampliación del IES Alto Conquero (1.320.000 euros) y del CEIP Virgen del Carmen de El Rompido (1.200.000 euros).

Fuente de la Noticia:

Ver más en: https://www.20minutos.es/noticia/3295122/0/educacion-la-junta-pone-marcha-22-actuaciones-para-mejora-infraestructuras-educativas-provincia/#xtor=AD-15&xts=467263

 

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México: Se debe poner en el centro del sistema educativo del Estado, urge atender educación inicial

América del Norte / México/ 05.02.2018 / Fuente: lavozdgo.com/

Es urgente atender el rezago que se tiene en Educación Inicial para cerrar la brecha

de la desigualdad social, ampliando el servicio, creando nuevos espacios y contar con personal profesional, señaló la diputada Adriana Villa Huizar al presentar la iniciativa de reformas a la Ley de Educación del Estado.

De esta manera, consideró fundamental ampliar este servicio a las niñas y a los niños de Durango, en virtud de las transformaciones en la familia donde las madres de familia han ingresado de manera creciente al mundo laboral y la dinámica migratoria ha generado nuevos desafíos.

Además, afirmó que es inaplazable crear nuevos espacios con dispositivos pedagógicos y psicológicos modernos; renovar, ampliar y rehabilitar la infraestructura existente para garantizar la seguridad nuestras niñas y niños; ampliar la oferta de servicios al medio rural y a las zonas más vulnerables del ámbito urbano y fortalecer la formación, superación y actualización del personal que atiende esta especial encomienda.

“En Durango es fundamental promover el desarrollo integral-físico, cognitivo, social y emocional de los niños y las niñas en la primera infancia, creando los espacios adecuados para ofrecer una atención profesional con estándares acreditados de calidad”, precisó la presidenta de la Comisión de Educación Pública.

Consideró que poner la Educación Inicial en el centro del sistema educativo del Estado, ayuda a disminuir futuros problemas sociales, contribuye a generar mayores oportunidades con el fin de mejorar su vida en diferentes aspectos; además se puede identificar una discapacidad a temprana edad y así reducir las desigualdades y contribuir a la integración social.

De esta manera, la propuesta de reformas busca ofrecer a los niños y las niñas oportunidades adaptadas a su entorno, para que accedan de manera efectiva y en igualdad de condiciones al siguiente nivel educativo, en respeto absoluto a sus derechos consignados en la Ley General del Estado de Durango.

Así como vincular la participación organizada y sistematizada de los padres de familia y tutores en la atención adecuada de los niños y las niñas; proporcionar, con una perspectiva interdisciplinaria, servicios médicos, pedagógicos, psicológicos, de trabajo social y de nutrición que permitan un desarrollo integral de los niños y las niñas.

De esta manera, el personal que preste sus servicios profesionales en la Educación Inicial, deberá acreditar el perfil correspondiente con la función asignada, de acuerdo a los lineamientos establecidos por la Secretaría de Educación Pública.

Fuente de la noticia: http://lavozdgo.com/2018/03/05/se-debe-poner-en-el-centro-del-sistema-educativo-del-estado-urge-atender-educacion-inicia

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