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Guatemala con programa de educación inicial sin precedentes

Centro América/ Guatemala/ 11.12.2018/ Fuente: agn.com.gt.

Por primera vez, Guatemala cuenta con un programa de educación inicial orientado a niños de cero a cuatro años, para garantizar el desarrollo integral y temprano de la niñez guatemalteca.

En su portal electrónico, el Ministerio de Educación (Mineduc) también califica este período como “una etapa crucial” para el desarrollo de los niños, “porque en estas edades se establecen las bases del comportamiento humano y de los primeros aprendizajes”, explicó.

Con anterioridad, el Estado de Guatemala brindaba educación desde el nivel preprimario, el cual se da desde los cuatro a seis años, por lo que el programa creado incluirá a la población que no era tomada en cuenta en el sistema educativo.

Bajo el Acuerdo Ministerial No. 3512-2018, el Gobierno de Guatemala, liderado por el presidente Jimmy Morales, dio luz verde al proyecto “Acompáñame a crecer”, del cual uno de los ejes principales es el involucramiento de la comunidad, especialmente de los padres de familia, en el desarrollo integral de los niños.

La experta en educación, Gabriela Castro de Búrbano, analista de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies), destacó los beneficios del “aprestamiento inicial y temprano” en la niñez guatemalteca, que consiste en la enseñanza y estimulación a través de técnicas y actividades específicas que permiten el desarrollo de los menores.

Además, mencionó que, debido a la edad de los niños, que es de cero a cuatro años, el programa logrará que el país obtenga, a largo plazo, mejores resultados en educación, esto a través de la identificación y corrección de problemas de aprendizaje.

El nuevo programa será implementado en Centros Comunitarios de Desarrollo Infantil Temprano (Cecodit) y educadoras comunitarias serán las encargadas de atender a los menores.

Sin embargo, Castro también apreció el papel de los gestores educativos comunitarios en el proyecto.

Según el acuerdo, ellos serán los encargados de “capacitar a las educadoras comunitarias en temáticas relacionadas con desarrollo infantil temprano, aplicación de los tipos de atención, uso y manejo del material de apoyo para las visitas domiciliarias y actividades conjuntas”.

El proyecto educativo “Acompáñame a crecer” responde a las líneas de acción trazadas por el Plan Estratégico de Educación 2016-2020, que promueve la creación de programas orientados a la educación inicial.

Fuente de la noticia: https://agn.com.gt/guatemala-con-programa-de-educacion-inicial-sin-precedentes/

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Sobre educación e infancia

Por: Renato Opertti.

La propuesta de cambio educativo impulsada por Eduy21 (www.eduy21.org) considera a la primera infancia como una de las áreas estratégicas de la transformación educativa.

El objetivo fundamental es fortalecer los avances que en primera infancia y educación inicial el país ha realizado desde el retorno al régimen democrático de gobierno en 1985. Destacamos seis avances.

En primer lugar, la universalización de la cobertura en la edad de cinco años, próxima a lograrla en cuatro, y mayor al 70% en tres. En segundo lugar, la obligatoriedad de asistencia a los centros educativos desde los cuatro años establecida por la Ley General de Educación 18.437 (2008).

En tercer lugar, los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), que atienden a los niños de 0 a 3 años priorizando poblaciones en situaciones de pobreza y/o vulnerabilidad social (INAU, 2017). En cuarto lugar, la incorporación de la primera infancia al Sistema Nacional de Cuidados como un intento de fortalecer las prestaciones sociales en los grupos de edades más vulnerables. En quinto lugar, la elaboración de un “Marco curricular para la atención y educación de niñas y niños uruguayos. Desde el nacimiento a los seis años”, liderado por el Ministerio de Educación y Cultura (2014). En sexto lugar, el proyecto de ley de Garantías para el Desarrollo, Educación, Atención y Protección Integral de la Primera Infancia, que impulsa la diputada Cristina Lustemberg, y que tiene por finalidad optimizar la coordinación y los recursos de las políticas con foco en mujeres embarazadas y en población infantil de hasta 6 años.

Entendemos la necesidad de apuntalar estos avances bajo el marco de una política social de infancia de 0 a 6 años, y de una educación unitaria y compacta de 3 a 18 años. Cinco son los aspectos que singularizan la propuesta de Eduy21: compromiso intergeneracional, integralidad, especificidad, diversidad y jerarquización del educador. Veamos cada uno de ellos.

El primer aspecto, compromiso intergeneracional, tiene que ver con la necesidad de agendar como prioridad combatir la infantilización de la pobreza. Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, la pobreza, medida por insuficiencia de ingresos, alcanza, en el 2017, al 17.4% entre los menores de 6 años, más de dos veces superior a la registrada entre la población total (7.9%) y más de trece veces superior a la constatada entre los de 65 años y más (1.3%). Por otra parte, los quintiles de menores ingresos con población entre 0 y 6 años, son los que menos acceden a la educación inicial. Mientras que solamente uno de cada dos, de la franja más baja de ingresos (Quintil 1), en la edad de 3 años, accede a la educación inicial, esta relación es más de nueve de cada diez en el quintil de mayores ingresos.

Estos datos son reveladores de profundas brechas sociales entre generaciones. Se señala que desde el nacimiento hasta los 5 años, los niños desarrollan capacidades fundacionales para el resto de la vida. Esas capacidades son claramente cognitivas y lingüísticas, pero también emocionales, sociales y morales. Por otra parte, la apoyatura familiar, esto es, la capacidad de cuidar, sostener y estimular al niño o la niña, puede marcar una diferencia decisiva en su bienestar y desarrollo a presente y a futuro.

A la luz de esta situación, Eduy21 plantea universalizar la cobertura en la edad de tres al 2022, con foco en los dos quintiles de más bajos ingresos que concentran la mayoría absoluta de los niños y que son una vía crítica de la reproducción biológica y social de la pobreza.

El segundo aspecto, la integralidad, supone la intersección y las sinergias entre política social y educativa de infancia. Se trata de priorizar el bienestar y el desarrollo integral y balanceado del pequeño o pequeña. En una etapa de cambios acelerados, lo que se logre o no, dependerá de los intercambios que el niño o la niña tenga con su medio. Una adecuada higiene y alimentación son básicas, por supuesto, pero de ningún modo suficientes: hay un sistema nervioso inmaduro que deberá alcanzar hitos como la marcha, la prensión, la atención y el lenguaje. Todos estos hitos deberán estar en relación con otros tantos, como las acciones de compartir, aceptar límites y aprender a confiar.

El tercer aspecto, la especificidad, implica que la propuesta educativa en la infancia no debe ser reducida a un rol de aprestamiento para la educación primaria atendiendo precisamente al enfoque de integralidad que se mencionara en el párrafo anterior.

El cuarto aspecto, la diversidad, que resulta de enfoques y propuestas para las edades de 0 a 6 años, generadas desde el estado, la sociedad civil, las comunidades y el sector privado, y que permiten llegar a poblaciones con puntos de partidas, expectativas y necesidades diferentes. La diversidad se fortalece y se ampara con la clara e insustituible presencia de un estado garante en orientar, observar y evaluar la calidad de las prestaciones y su alineamiento con una concepción integral del desarrollo en las edades de 0 a 6 años.

El quinto aspecto, la jerarquización del educador, es clave para universalizar una atención de calidad para las edades de 0 a 6 años. Con un atraso en el tiempo considerable, recién se reconoce en el 2017 la necesidad de una formación para los menores de tres años con la oferta de Maestro en Primera Infancia en el ámbito del Consejo de Formación en Educación (CFE). Sin embargo, existen en el país formaciones profesionales y técnicas privadas para el trabajo con primera infancia. Estas propuestas son variadas, y van desde formación de auxiliares y educadores que llegan hasta los dos años de duración, hasta una oferta universitaria de cuatro años con la formación de licenciados.

Quienes egresan como docentes de formaciones privadas no pueden acceder al circuito de ANEP. En un panorama de escasos recursos, desaprovechar aquellos en los que la sociedad en su conjunto invierte, resulta un despropósito. Sería posible y deseable establecer un único formato de ingreso al trabajo como docente para primera infancia, valorando el tipo de formación recibido (técnica o profesional), indistintamente del prestador de la misma, estableciendo estándares que estos deberán cumplir, con base a los cuales puedan acceder a la carrera.

En síntesis, Eduy21 propone fortalecer avances significativos en primera infancia como un rutero posible para que en una década se logre que las poblaciones más vulnerables estén cubiertas por diversas modalidades de atención integral y de tiempo extendido. De esta forma contribuiremos decididamente a revertir los efectos regresivos de la infantilización de la pobreza.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.uy/opinion/columnistas/renato-opertti/educacion-infancia.html

 

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República Dominicana: Docentes son la clave en mejora educativa

República Dominicana / 28 de octubre de 2018 / Autor: María Teresa Morel / Fuente: El Caribe

La efectividad del docente ha demostrado ser el factor más importante en el aprendizaje estudiantil por lo que se requiere atraer y retener a los mejores profesionales y conjuntamente fortalecer el rol de los directores de escuela y de las redes de apoyo escolar.

Así lo manifestó ayer el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Miguel Coronado, durante el seminario “La Educación Dominicana en el Contexto Mundial: Resultados de Evaluaciones Internacionales”, presentado por el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), donde se analizaron los resultados de las pruebas PISA, el Tercer Estudio Regional y Comparativo y Explicativo (TERCE) y el estudio internacional de Cívica y Formación Ciudadana (ICSS), realizados en 2015, 2013 y 2016, respectivamente que evidenciaron un pésimo desempeño de los estudiantes dominicanos en lectura, escritura, matemáticas, ciencias, democracia y ciudadanía, cuyo promedio se situó por debajo de los estudiantes de la región.

Según Coronado, además de la formación docente, los sistemas que buscan mejorar la enseñanza deben enfocarse en establecer expectativas altas y precisas para determinar qué saben y qué pueden hacer los estudiantes al finalizar cada grado escolar y al mismo tiempo, promueven programas de educación inicial y de primera infancia.

Por su parte, el ministro de Educación, Andrés Navarro, manifestó que un gran aporte de todas estas investigaciones es que permiten actuar sobre la base de evidencias y no de especulaciones, en la transformación del sistema educativo.

“El sentido fundamental de estas pruebas es mover a la práctica, al cambio y a la mejora de la educación; por eso me da gusto la presencia de los directores regionales y distritales en este evento, porque son ustedes los llamados a sensibilizarse y garantizar que las políticas implementadas en el Ministerio de Educación sean una realidad en las escuelas”.

El funcionario dijo que se hará un cruce de las evaluaciones estudiantiles con los resultados de la evaluación docente que permita establecer medidas correctivas como son programas de formación.

Durante el seminario se ofrecieron algunas recomendaciones para revertir estos resultados, entre ellas, centrar el foco de las políticas en los aprendizajes y desarrollo de competencias de los estudiantes, fortalecer la formación docente, expandir el nivel inicial, promover activamente el involucramiento de las familias, y garantizar una distribución equitativa de recursos para apoyar a los estudiantes más vulnerables.

74%
Bajo desempeño El 74% de los estudiantes de tercer grado se ubican en el nivel más bajo en comprensión lectora.

Fuente de la Noticia:

Docentes son la clave en mejora educativa

ove/mahv

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Los grandes desafíos en Educación

Por Elías Jaua Milano

Inició el año escolar en nuestra Patria. Venezuela es hoy uno de los pocos países del mundo que cuenta con un extendido sistema de educación pública de acceso universal y gratuito, desde la educación inicial hasta la universitaria. Una conquista del pueblo venezolano consagrada, como derecho humano, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que debemos valorar en su justa dimensión, en un contexto mundial donde la tendencia es a la privatización de este derecho.

El sistema financiero global, ávido de dinero para tapar los agujeros de la burbuja financiera que ha creado, ha puesto su mira en la educación, así como lo hizo con los inmuebles de millones de familias en la primera década de este siglo, para hipotecar mediante créditos estudiantiles a centenares de millones de jóvenes estudiantes en el mundo. En Venezuela eso no será posible, mientras haya Constitución Bolivariana.

La juventud venezolana cuenta con educación pública y gratuita, que cada día tiene que ser de mayor calidad, como garantía de capacitación, de formación para su porvenir. Son muchas las cosas que hay que perfeccionar e innovar en materia de acceso pleno a la educación, infraestructura, servicios de alimentación, acceso a las tecnologías de información, entre otras.

Pero más allá de estos temas, en el cual los gobiernos bolivarianos de nuestro Comandante Chávez y del Presidente Nicolás Maduro han hecho extraordinarios esfuerzos de inversión. Quisiera en este artículo puntualizar tres desafíos que como sociedad tenemos en materia educativa.

En primer lugar, debemos comprender y valorar el rol fundamental del educador, de la educadora, en especial del Maestro y la Maestra de educación inicial y primaria. Durante mi gestión como Ministro de Educación, tomé plena conciencia de que no se debe escatimar esfuerzos y recursos en garantizar las máximas condiciones laborales y sociales, en brindar todas las condiciones necesarias para la formación y toda la dedicación que haga falta para la transformación educativa al hombre, a la mujer que, dotado de una metodología para el proceso de aprendizaje, se presenta frente a 30 o más niños, niñas y jóvenes, la mayoría de los días del año.

La inmensa mayoría de nuestros educadores y educadoras, posee una vocación y una mística que debemos acompañar. No es cierto que el magisterio venezolano sea contrarrevolucionario, el educador y la educadora venezolana tienen un pensamiento y un accionar crítico, que con compresión amorosa puede ser canalizado para un gran cambio cultural en nuestro país. Yo, hoy, me siento más orgulloso de los maestros y las maestras de mi Patria.

El segundo gran desafío es avanzar definitivamente hacia una educación para la liberación, para la definitiva descolonización de la sociedad. Nunca más, en un libro escolar, la imagen de un indio arrodillado ante el invasor.

De nuestro sistema educativo debe egresar, generación, tras generación, un joven, una joven con identidad con nuestra historia de resistencia y lucha por la libertad; con reconocimiento y respeto por nuestra diversidad étnica cultural; con conciencia de clase; con capacidad de rebelarse frente a lo injusto, frente a la exclusión; con vocación para construir una sociedad amante de la paz, de la diversidad, de la igualdad social, donde el éxito individual, sí, el éxito individual, sea parte y sume a la prosperidad colectiva de todo el pueblo.

En tercer lugar, si queremos de verdad diversificar nuestra economía y superar la cultura rentística petrolera, hablo de cultura porque considero que la economía nacional tendrá siempre base en la renta petrolera y minera, dado los inmensos yacimientos de hidrocarburos y materiales preciosos y estratégicos sobre los cuales tenemos que preservar nuestra soberanía nacional, debemos comenzar por educar a una generación en una nueva cultura de la honestidad, del trabajo productivo, de la innovación científico tecnológica.

En tal sentido considero inaplazable iniciar un proceso, que debe ser paulatino, de incorporación de la formación técnico productiva, no sólo en las valiosas Escuelas Técnicas con las que contamos, sino a lo largo de todos los niveles y modalidades de nuestro sistema educativo. En cada Escuela, en cada Liceo se debe educar para la producción de alimentos, para el mantenimiento y la reparación (mecánica, carpintería, plomería, herrería, etc.); para la producción de contenidos informáticos, para las telecomunicaciones, para la robótica, en general para el trabajo no alienado, para el trabajo liberado y liberador.

El programa Todas las Manos a la Siembra, que ha llenado de conucos escolares nuestras escuelas, idea de nuestro Comandante Chávez inspirado en el Maestro Simón Rodríguez, impulsado con decisión por el Presidente Maduro y hecho realidad con la constancia y método del Profesor Carlos Lanz y de centenares de miles educadores, educadoras, estudiantes, cocineras, obreros y obreras, padres y madres, es el preludio de lo que tenemos que hacer en todas las áreas del saber hacer.

Superar estos tres grandes desafíos, que me atrevo a identificar, será la clave para despejar el camino hacia un buen porvenir, para sentar las bases de una sociedad democrática, educada, honesta, innovadora, productiva que conviva en paz a partir del reconocimiento de nuestra diversidad. Ya se visualiza en el horizonte. Será el sueño de nuestro Padre Bolívar realizado. Rumbo al 2030.

Fuente del artículo: https://www.aporrea.org/educacion/a269629.html

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Educación inicial: La realidad de los niños en El Salvador

El Salvador / 16 de septiembre de 2018 / Autor: Edmé Aguilar / Fuente: InformaTVX

La educación inicial o en primera infancia es la que ocurre desde los 0 años hasta los 9 según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Busca la estimulación temprana de los niños para que desarrollen sus capacidades al máximo de acuerdo a su edad.  

En El Salvador, según el ministerio de Educación (MINED) el trabajo pedagógico para los más pequeños data desde 1832, donde eran familias o las municipalidades que buscaban educar desde el área de parvularia. Pero no existían programas como tal, ya que las clases dependían de una lista de contenidos por parte de la Subsecretaría de Instrucción Pública del Ministerio de Relaciones Exteriores y de Justicia de esa época.

Con la creación del MINED en 1841, se dio la formación del sistema educativo nacional compuesto los niveles de primaria, media y superior. Es hasta 100 años después, en 1940 con la primera reforma educativa en el país, se crean los programas de educación parvularia que iniciaban a los 4 o 5 años.

Durante los siguientes años, los menores a esa edad no tenían un currículum educativo el cual se apegara a sus necesidades. Ya que es en 1990, al reformarse la Ley General de Educación que la idea de educación inicial aparece. Pero se concretiza con una política de estado hasta 2016.

Actualmente en El Salvador, la cobertura en la educación inicial ha pasado de 1.8 % a 5.8 % según el MINED. Los niños desde su nacimiento, independientemente el nivel económico en que se encuentren sus familias, tienen el derecho a recibir las atenciones y cuidados por parte de todas las personas que les rodean para que ellos puedan desarrollarse en cada año de vida.

Uno de los problemas más grandes es la falta de financiamiento que se el estado le puede brindar en este momento a la primera infancia. Ya que para el presupuesto del 2018 que le fue aprobado al MINED, este tipo de educación es el que menos posee recursos.

Monto presupuestado
Primera infancia $ 2 millones 170 mil
Parvularia $ 63 millones 216 mil
Básica $ 488 millones 384 mil

*Fuente: Portal de transparencia del MINED

El asesor nacional de educación para Plan Internacional en El Salvador, Salomón Cruz aseguró que las inversiones deben hacerse para los niños más pequeños ya que la tasa de retorno será alta.

“Hay estudios que dicen que esa es la edad donde se pueden lograr cambios en el futuro donde pueden convertirse en inversiones muy fuertes que los gobiernos deberían de hacer. Si tu inviertes un dólar en estas edades, tienes una tasa de retorno como de 7 dólares.  Entre más va creciendo el niño y la niña esas inversiones son menos eficientes” afirmó Cruz.

UNICEF y Plan Internacional afirmaron que la clave en los niños es comprender que la interacción es lo que les ayuda a desarrollar sus habilidades motrices, la inteligencia y retención de conocimientos, entre otras.

La realidad de los niños

“Jorgito”, como le dicen en su casa, es un niño de 4 años que vive en Soyapango. Le gusta jugar a la pelota y quiere ser futbolista profesional cuando crezca. Mide un poco más del medio metro  y es el menor de tres hermanos.

Al igual que sus hermanos, Jorgito se quedó al cuidado de su abuela desde recién nacido. Ya que su mamá sale desde muy temprano a trabajar y su papá se ausentó desde el momento de su gestación.

La abuela del pequeño, doña Ana, como la conocen en el pasaje, tiene la fuerte creencia que si al niño se le pone demasiada atención cuando está pequeño se volverá malcriado y va a ser difícil quitar esa actitud. Por eso, él y sus hermanos han vivido con castigo físico y psicológico cuando se comportan de mala manera.

Jorgito se siente emocionado ya que el otro año espera ir al kinder así como fueron sus hermanos. Ya que quiere aprender a leer y escribir. Pero hasta el momento no ha recibido mayor educación y atención que la que le da su abuela.

Para un niño en pleno desarrollo de sus habilidades, como es Jorgito, según Marina Morales, especialista en educación de UNICEF en El Salvador, necesita una pedagogía a esa edad que le permita aprender jugando. Siendo no tan importante el recurso de un juguete en sí, sino la compañía de un adulto para mejorar la interacción del infante y ayudarle a descubrir el mundo.

Esa interacción necesaria para el crecimiento, es la que Jorge y sus hermanos están perdiendo. La de un adulto que les ayude a comprender y a socializar lo que piensan y lo que sienten.

Para la especialista de UNICEF, la cultura en el país es un factor importante para determinar  cómo será la enseñanza en estos años de vida de un niño. Ya que los papás o quienes se encargan de criarlos son más propensos a evitar acompañarlos en estos años de vida.

El asesor de Plan Internacional opinó que la familia es un factor importante en el desarrollo de los niños de 0 a 3 años.

“Los niños a esas edades es en dónde crean todas las conexiones cerebrales y hay estudios de la neurociencia donde se plantean que es ahí donde hay que aprovechar y hacer todas las estimulaciones oportunas para que estos niños puedan desarrollarse. Aquí es importante la participación  de la familia. Pero generalmente, la familia no tiene mucho conocimiento de las buenas prácticas de crianza”, afirmó Cruz.

Otras debilidades que el país posee en materia de acceso a la educación inicial que Morales detectó, se encuentran la poca articulación de programas similares conectados a nivel nacional para formar una sola red. Ya que tampoco existe monitoreo y evaluación de de los trabajos realizados.

De igual manera, el uso indiscriminado de la tecnología por parte de los adultos crea una barrera. Lo cual afecta de manera inconsciente al infante en su vocabulario y habilidad para interactuar con otras personas.

Propuestas para las familias

Desde el 2017, el MINED ha desarrollado los Círculos de Familia en los municipios priorizados por el Plan El Salvador Seguro. El programa funciona con más de 100 educadores voluntarios.

Estos consisten en reuniones de entre 5 a 15 familias, representadas por madre, padre o adulto encargado, acompañado por sus niños. Donde se busca orientar sobre buenas prácticas de crianza y atención a niños menores de 6 años; además dicho programa brinda asistencia a las mujeres en etapas de embarazo.

La ventaja de estos círculos, es que mientras el niño no entre a una educación formal, puede ser asistente con su familia dentro del programa. Para que sus encargados no pierdan la idea de la formación en valores que deben de tener. También de los contenidos que el niño puede desarrollar junto con su ayuda para su aprendizaje.

En una entrevista realizada en el programa “Encuentro con Julio Villagrán” de TVX al viceministro de Educación, Francisco Castaneda aseguró que la estimulación temprana en los primeros 1000 días de vida de un niño determinan y se puede corregir todas las debilidades que los jóvenes tienen cuando salen de bachillerato.

“Hemos contratado 218 asistentes técnicos en primera infancia y estamos trabajando con los doctorados en educación y tenemos las maestrías en primera infancia”, afirmó Castaneda con respecto al trabajo realizado en el MINED.

Por parte de Plan Internacional, se han creado el Círculo de Atención Integral a la Primera Infancia (CAIPI) que consiste en sesiones de trabajo de las mamás con sus niños.

“Orientamos la forma en cómo estas madres puede mejorar  su comunicación, atención con estos niños para que lo que aprendan pueden rehacerlo cuando regresen a su casa. Son talleres de reflexion, motivacion y talleres de práctica que se desarrollan y se hacen en un lugar comunitario” comentó Cruz.

El Salvador ha comenzado a trabajar por establecer un marco legal que protege el derecho de educación de los niños desde los cero años. Los siguientes pasos que debe tomar el país son la consolidación de las estrategias para mejorar el acceso a la educación en primera infancia, la sensibilización a la población para establecer la prioridad de involurar este tema en la familia, ampliar el financiamiento y evitar empezar de nuevo algo que ha avanzado en los últimos 10 años.

Fuente de la Noticia:

Educación inicial: La realidad de los niños en El Salvador

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OCDE publica Education at a Glance 2018 y enfatiza la necesidad de focalizarse en la primera infancia

Informe/13 Septiembre 2018/OCDE

Este martes, la OCDE publicó su informe Education at a Glance 2018, que contiene interesantes datos comparativos relativos a los sistemas educativos de sus países miembros. Durante esta mañana, el investigador de la OCDE, Daniel Serra se encuentra en el Ministerio de Educación presentando los resultados para nuestro país. No obstante, anticipándonos a ello, a continuación revisamos dos de los principales puntos que fueron resaltados por Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, durante la presentación del informe completo que se llevó a cabo en Paris. En la instancia, éste enfatizó la relevancia de la educación inicial y el desafío de lograr una mayor equidad tanto en el acceso como en la calidad de la educación en todos los niveles, partiendo por el preescolar.

La importancia de una educación inicial de calidad

El recién lanzado informa verifica que la educación preescolar de alta calidad es capaz de mejorar las habilidades cognitivas y el desarrollo socioemocional de los niños, permitiéndoles una mayor movilidad social y contribuyendo con la reducción de la pobreza. En ese contexto, la tasa niño/educadora de párvulo, así como la formación de éstas, es clave a la hora de explicar el éxito de este nivel educativo, especialmente en el caso de niños provenientes de contextos más desfavorecidos. No obstante, se señala que los países del conglomerado todavía destinan una proporción menor de recursos públicos a este nivel en comparación con la educación superior.

Ahondando en los datos que proporciona el informe al respecto, se encuentra que la cobertura de la educación parvularia en el caso de Chile es similar al promedio de la OCDE en niños de 4, 5 y 6 años, no obstante, es sustancialmente inferior en niños de 3 años y menos (Tabla Nº 1). Asimismo, es interesante constatar el importante incremento que experimentó la cobertura de este nivel educativo en nuestro país durante la última década: mientras el año 2005, la cobertura entre niños de 3 a 5 años alcanzaba apenas el 39% (versus 76% promedio OCDE), en 2015 y 2016 ésta se ubicó en 79%, reduciendo considerablemente la brecha –aunque manteniéndose aún por debajo- del promedio de la cobertura promedio en los países de la OCDE (86%).

“Lo anterior muestra que el desafío que persiste en términos de cobertura de educación parvularia se concentra en los niños de 3 años, diagnóstico que es coincidente con los recientes anuncios del Gobierno respecto al pronto envío de un proyecto de ley para crear un financiamiento vía subvención para este nivel”, señala María Paz Arzola, Coordinadora del Programa Social de LyD. En ese contexto, si bien el mismo informa indica que el gasto promedio por niño en Chile es todavía bajo en comparación con el promedio de la OCDE (US$ 5.910 versus 8.759 PPP), es importante mirar ese dato en contexto, pues nuestros ingresos son todavía comparativamente bajos respecto al conglomerado, de manera que el menor gasto no sólo en educación parvularia, sino también en el resto de los niveles, es esperable (Tabla Nº 2). Así, al comparar el gasto como porcentaje del PIB (Tabla Nº 3), se encuentra que en realidad el esfuerzo que realiza nuestro país dada nuestra realidad de ingresos es bastante alto y que la mayor brecha respecto a los países de la OCDE se produce en la enseñanza media.

De esta forma, es importante que más allá del financiamiento, se avance en el aseguramiento de la calidad en este nivel educativo, tarea para la cual nuestro país ya cuenta con una institucionalidad dentro del Ministerio de Educación. La tarea pendiente, sin embargo, es avanzar en la implementación de dicho sistema.

Empoderamiento de los docentes y directivos escolares

Un segundo tema abordado en la presentación de este extenso informe en Paris, fue la relevancia de empoderar a directores y profesores, involucrándolos en la toma de decisiones. Si bien se señala que es complejo determinar la mejor forma de distribuirse tareas entre el Ministerio de Educación y las autoridades locales, y los directivos, profesores y la comunidad escolar, el informe plantea que el centralismo en las decisiones no asegura una asignación equitativa de recursos. “Esta conclusión es sumamente relevante para el contexto nacionalen que se está implementando en forma gradual la Carrera Docente promulgada por el gobierno de la Presidenta Bachelet, la cual concentrará en el Ministerio de Educación la evaluación y remuneración de más del 90% de los profesores del país –los que ejercen en establecimientos municipales, particulares subvencionados y de administración delegada-“, dice María Paz Arzola. En lugar de avanzar hacia la entrega de mayor autonomía a los directivos escolares en la administración de los recursos humanos, nuestro país extenderá parte de las rigideces que ya existen en el sector municipal hacia el particular subvencionado.

Descargar informe aquí: https://www.oecd-ilibrary.org/docserver/eag-2018-en.pdf?expires=1536847155&id=id&accname=guest&checksum=4125A1BD63FC3E6C3D12E2F096DF9F7F

Fuente: https://lyd.org/centro-de-prensa/noticias/2018/09/ocde-publica-education-at-a-glance-2018-y-enfatiza-la-necesidad-de-focalizarse-en-la-primera-infancia/

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La investigación, un nuevo paradigma de enseñanza: educar en la incertidumbre

España / 9 de septiembre de 2018 / Autor: Jesús Parra Montero / Fuente: Nueva Tribuna

Decía Cicerón con inteligencia pedagógica que “una cosa es saber y otra saber enseñar”. Si el profesorado quiere indicar a sus alumnos hacia dónde va la educación del futuro y formarles en ella, ante las dudas y su incertidumbre, gran parte del éxito estará en enseñarles a buscar y encontrar los datos necesarios para conseguirlo. El objetivo consiste en proporcionarles aquellas cuestiones y herramientas necesarias que les sitúen en la dirección correcta y descubrir con su ayuda la solución a los problemas planteados y la confianza de que serán capaces de alcanzarlo. En su educación, los jóvenes, tienen claras sus expectativas y aquellas habilidades que necesitan para obtener éxito en su futuro profesional y en su vida personal, pero hay que saber orientarlos.

Desde estas premisas es poco comprensible que en el gobierno de Pedro Sánchez se hayan separado dos ministerios cuyas finalidades son totalmente coincidentes: educación, ciencia, investigación y universidad, y que se hayan unido en un solo ministerio profesiones e intereses dispares como son cultura y deporte. Separar educación, ciencia, investigación y universidad es un despropósito, como es unir cultura y deporte. Con simpática ironía lo expresó Elvira Lindo en el programa “La Sexta noche” cuando confesó que Sánchez le había propuesto dirigir el Ministerio de Cultura y Deporte: “Con ‘cultura’ me atrevería, pero el ‘deporte’ ni me gusta ni veo que tenga nada que ver”. La pregunta es obvia: ¿cómo se ha podido separar la educación de la ciencia, la investigación y la universidad, que son realidades que se necesitan?; ¿a quién se le ha ocurrido tal disparate?

Se suele decir: innovar para educar y educar para innovar; es decir, diseñar una metodología didáctica e investigar para brindar a los alumnos formas creativas y atractivas de aprender. La clase magistral, que gira en torno al monólogo del profesor, está ya desfasada en todas las etapas educativas, desde la infantil hasta la universitaria. Está demostrado que el cerebro no aprende a base de discursos; la media de atención del ser humano no supera los 20 minutos; su atención se para, pero con las herramientas interactivas y la investigación creativa adecuada el reloj se puede reiniciar.

Los valores de la educación, alcanzables a través de o concretados en las enseñanzas, se encuentran relacionados con la promoción de actividades y procedimientos intrínsecamente significativos. Contenidos y procedimientos son, a su vez, fines y medios de la educación. Corresponde al educador establecer el mejor procedimiento para relacionarlos, de forma que juntos constituyan un modelo práctico de actuación dotado de coherencia propia.

El fin de la acción educativa se obtiene, como logro humano, en la misma acción que profesor y alumno realizan. Las finalidades de la educación no son simplemente el término o resultado de la actividad, sino principios de acción o logros que constituyen bienes internos para el sujeto, en tanto que persona, y que configuran hábitos de formación y aprendizaje, sin los cuales no sería posible establecer aprendizajes ulteriores. Las decisiones pedagógicas son en parte decisiones técnicas, pero sobre todo decisiones prácticas. Estas decisiones deben estar al servicio de los logros educativos, que lo son en la medida en que permiten al alumno a orientarse en la realidad en la que vive. El resultado pretende incrementar su aprendizaje; es decir, “aprende a aprender”.

La investigación apunta a un momento crucial en la educación, al cambiar el enfoque descendente del profesor sobre el alumno por una educación inicial centrada en la capacidad creativa e investigadora del alumno. Los centros educativos y el profesorado se enfrentan a nuevos e interesantes desafíos para ayudar al alumnado a desarrollar aquellas habilidades y competencias necesarias para navegar en una sociedad cada vez más compleja, impulsada por las nuevas tecnologías. Para logarlo, se requiere que los estudiantes sean participantes activos en su educación, con la ayuda y orientación del profesorado, con el fin de desarrollar en ellos habilidades tales como el pensamiento crítico, la colaboración y la creatividad en la resolución de los problemas ante diversas situaciones.

Estamos en medio de una transformación singular y necesaria en la educación. Este cambio es crítico e importante para nuestros centros educativos, el profesorado y los estudiantes, como también lo es para nuestras sociedades, incluso, para el planeta. ¿Se puede educar sin saber adónde va la sociedad en cuyo nombre y por la que se educa?; ¿cómo se pueden determinar las necesidades educativas de nuestros actuales alumnos cuyo mundo es tan abierto que ni siquiera acertamos a imaginarlo? Muchos profesores y alumnos, creativos e investigadores, se sienten cómodos imaginando futuros diversos. Ilusionar creativamente y empoderar a los estudiantes, para que tengan ese éxito al que aspiran, debería ser el mayor reto y una oportunidad imprescindible para los responsables de las administraciones educativas y para aquellos profesores que reconocen el talento de sus alumnos, aman responsablemente su trabajo e intentan hacer realidad sus sueños, desarrollando su potencial de investigación.

Educativamente la investigación facilita los cambios necesarios para pasar de un modelo educativo con aprendizajes pasivos y memorísticos a un enfoque creativo centrado en el alumno; ante la duda y la incertidumbre, la investigación enriquece las habilidades sociales y las competencias emocionales, refuerza las habilidades cognitivas, identificando las prioridades personalizadas entre el profesor y el alumno; da importancia a la imaginación y la creatividad y retroalimenta las habilidades sociales y emocionales, a la vez que potencia la resolución de problemas complejos y el pensamiento crítico. No en vano, la mayor parte de los profesionales en selección de personal advierten que en el futuro un alto porcentaje de los empleos requerirán de estas habilidades; de hecho, los estudiantes con visión de futuro no se contentan con ser receptores pasivos de la educación; intentan resolver problemas imaginativamente, ser creativos y tener opciones, opiniones e influencia sobre su propia educación: quieren aprender a ser resueltos y conducir su aprendizaje de forma activa viendo en las nuevas tecnologías una herramienta útil para dar sentido a su mundo y contribuir a conseguirlo.

La investigación educativa debe ser un trabajo en equipo, es decir, un grupo de compañeros relacionados a través de actividades educativas concretas propuestas por el profesor, cuya interacción influye en el rendimiento de los demás, enriquece su actividad y se ven a sí mismos como una sola unidad para la gestión integral de un proyecto concreto; para ello son indispensables los siguientes elementos: actividad interdependiente, visión de un objetivo común y que su interdependencia tenga un impacto en el resultado global del equipo, enriqueciendo la actividad propuesta, trabajando en resolver los problemas y ejercicios planteados, pidiendo ayuda y consejo al profesor para que intervenga cuando sea necesario; pero siempre, para proporcionarles las herramientas necesarias y, finalmente, como evaluador crítico del trabajo realizado por ellos.

En este proceso no se trata de eliminar al profesor, sino de fortalecer el proceso de aprendizaje del alumno, despejando sus incertidumbres y dudas a través de la investigación y la creatividad, mirando el mundo a través de una lente plural y global y ofreciendo al alumno propuestas y competencias interactivas y creativas que le permitan resolver problemas del mundo real. Decía Pablo Freire que “la investigación, la indagación, la búsqueda deben formar parte de la naturaleza de la práctica docente. Lo que se necesita es que el profesor, en su formación permanente, se perciba a sí mismo y asuma que, por ser profesor, es también investigador.”

Para los buenos educadores la investigación educativa deber ser constante. ¿Cómo?: involucrando a sus alumnos en experiencias ricas y significativas que los ayuden a ver y entender su mundo y ofreciéndoles la posibilidad y la capacidad de dirigir su propio aprendizaje. Que imaginen la respuesta en lugar de aprender de memoria la solución que les ha proporcionado el profesor; sin miedo al fracaso, porque sólo fracasa aquel que no lo intenta: ¡fracasar es no intentarlo! Cuando se es capaz de eliminar el miedo a los fracasos, el alumno se empodera de una herramienta increíble para su éxito futuro. Mediante la investigación, el aprendizaje por proyectos y resolución de retos se estimula la actividad de los alumnos y se arrinconan las clases magistrales.

Se trata de hacer que la educación se convierta en un factor de orientación, en una brújula, para navegar por un mar extraordinariamente abierto y sin caminos previamente trazados. Se trata de que la educación proporcione los puntos de referencia necesarios para poder asumir los riesgos que exige un nuevo modelo de progreso que ya no se apoya solamente en el crecimiento y en la abundancia. Se trata, en definitiva, de que la educación sea el acicate para desarrollar la capacidad de proponer y construir modelos alternativos de sociedad en un futuro y un mundo que se ofrecen abiertos, llenos de posibilidades, para imaginar e investigar cómo puedo hacer mejor las cosas de modo distinto al que a mí se me han presentado.

El reconocimiento de la existencia de la incertidumbre ha sido una de las grandes aportaciones a la hora de determinar los límites de las expectativas habituales de la ciencia; de ahí que referirse al principio de incertidumbre en la educación es sumamente pertinente para un adecuado tratamiento de la actividad educativa. Sostenía Hannah Arendt, en su obra “La condición humana”, que no podemos aspirar a ser tan diferentes que no podamos aceptar lo que otros hacen, ni tampoco tan semejantes que no podamos hacerlas de forma diferente. La bondad de nuestra opinión personal -decía- consiste en incorporar las visiones de otros que comparten nuestro mundo, que lo habitan y atraviesan de otros modos y que, de paso, ratifican la objetividad de aquello que observamos como algo que existe al margen de nuestras percepciones. Con otra expresión lo dijo Alexis Tocqueville, el jurista e historiador francés: “Las discrepancias no solo no son incompatibles con ‘los otros’, sino que son, además, su sustento y su aliciente. Quien me lleva la contraria despierta mi atención, no mi enojo”.

Nadie duda, es más, se exige, que la investigación es un requisito indispensable para el alumno y el docente universitarios; ¿por qué, entonces, la investigación está tan desligada del papel del profesor y alumno de la educación en las etapas no universitarias? Cada vez es más necesario aprender a vivir sin certezas. La investigación, en términos generales, supone dar respuesta a las preguntas que nos surgen ante la admiración que nos produce la realidad. Aristóteles, en su Metafísica, argumentaba que lo que descubre uno solo por su cuenta es parcial, pero lo que se reúne entre varios es ya de apreciable magnitud; de modo que “nadie yerra por completo” y ningún punto de vista es irrelevante. Cada planteamiento recoge una respuesta individual, pero aporta algo que sin llegar a serlo todo se suma al “todo”. Esta finitud explica la constante mutabilidad de las creencias y conocimientos humanos. La ciencia es temporal, sujeta a los medios y circunstancias del que “busca” y “va encontrando”. El error del profesor sería satisfacer al alumno solo con la parcela hallada; debe enseñarle que dicha parcela solo supone un logro parcial en la resolución y explicación de un hecho que resultaba problemático pero que nunca es definitiva: en eso consiste el avance de las ciencias y el conocimiento: investigar. Ni el profesor ni los alumnos se pueden conformar con “vender su propia mercancía (sus conocimientos)” sino estimularse en “adquirir una nueva”.

Uno de los rasgos centrales de una práctica inteligente lo constituye la capacidad de anticipación. O dicho con otros términos, la capacidad para salir airoso de situaciones imprevistas. En el caso de la práctica educativa, este punto es bien claro. Como sistema, la educación es un sistema muy complejo, y en cuanto tal, un sistema necesario. De ahí que los educadores, en su condición reflexiva, necesita ser iniciado y a su vez iniciar en un aprendizaje anticipatorio y en una preparación para lo impredecible. Educar es provocar el entusiasmo; es una actitud que sabe aunar el interés, la atención y el esfuerzo en el ejercicio del aprendizaje cuyo desarrollo implica la aplicación de determinadas estrategias cognitivas con el objeto de mejorar la habilidad de su ejecución.

En su trabajo sobre Michel de Montaigne: una crítica de la modernidad, el escritor Víctor Palacios, nos muestra a Montaigne, el filósofo francés, en su obra Ensayos, preñado de incertidumbres y con escepticismo derivado de la quiebra del sistema de valores y de conocimientos en su época. En sus Ensayos, intenta descubrir la interrelación entre la subjetividad y la comprensión del mundo a partir de “los otros”, pues ambos mundos se complementan. Definió su trabajo como un “pensar sin certezas”. Sus Ensayos contienen el germen de un cierto escepticismo, consciente de que la incertidumbre nunca podrá ser despejada, pero sin dejar nunca de intentarlo (he señalado más arriba que sólo fracasa el que no lo intenta). Sostenía Montaigne que no se debe rendir pleitesía al propio juicio, pero tampoco desestimarlo tajantemente. Es decir, el profesor debe enseñar al alumno que, cuando investiga, no agota las posibilidades que tiene, pero nadie más vivirá y experimentará lo que él ha vivido y experimentado durante el tiempo dedicado a la búsqueda. Esa es su gran y personal recompensa: la satisfacción por lo parcialmente encontrado. Con inteligente, restringida y algo escéptica mirada, precavido ante sus incertidumbres, decía Montaigne: “Cuando juego con mi gata, quién sabe si es ella la que pasa el tiempo conmigo más que yo con ella”. Aunque más que escepticismo o relativismo, lo que quiso decir, anticipándose a Ortega, es “perspectivismo”, porque el mundo es poliédrico, ninguna posición lo abarca entero. O como intuía Todorov, toda opinión empieza necesariamente alentada por una expectativa de verdad. Su escepticismo no era una embestida contra la confianza en la verdad, sino que, como diría Machado, la verdad sólo se encuentra si se busca con los demás. Pensar que uno solo posee toda la sabiduría, resulta no solo un despropósito, sino una fatua pretensión. Es imposible, pues, que una sola visión pueda resolver todas las incógnitas que al hombre le suscita contemplar la plural realidad del “inabarcable cosmos”. No en vano para explicarlo, la historia de la filosofía ha explosionado en innumerables sistemas.

De siempre, y más en los actuales tiempos expansivos que vivimos, la realidad viene cargada de más preguntas que respuestas. Escribía Juan Cruz en El País que, en Quito, el poeta ecuatoriano Jorge Enrique Adoum se encontró con una maravillosa inscripción, mezcla de sarcasmo y melancolía, que Mario Benedetti convirtió en una especie de tuit que recorre el mundo como reflejo de la perplejidad e incertidumbre que experimenta el alma: “Cuando creíamos que sabíamos todas las respuestas nos cambiaron las preguntas”. Se diseñan programas para estudiantes que están iniciando su vida y van a permanecer dieciséis años en la educación formal, cuando es casi imposible saber lo que va a ocurrir cuando se incorporen al mundo del trabajo en un mundo incierto. La enorme contradicción es que les hacemos creer que, con lo que les estamos enseñando, van a tener resuelto su futuro, mientras que lo importante sería ayudarles a construirlo. También en la educación, las ciencias y el conocimiento se replantean sus paradigmas y las teorías se tambalean ante nuevas hipótesis. Es el tiempo de la imaginación. Es decir, es tiempo de abordar el conocimiento desde sus diferentes ópticas, desde las más formales hasta las más imaginativas.

En 1999 la UNESCO solicitó a Edgar Morin, sociólogo e investigador francés que expresara sus ideas en torno a la educación de cara al futuro. Era un proyecto de compromiso con las últimas propuestas de desarrollo sostenible y situado dentro del marco del Pensamiento complejo. Morin quiso contar con sus contemporáneos y convocó a decenas de pensadores de todo el mundo para que el proyecto fuese verdaderamente global y multidisciplinar. ¿Qué tendría que cambiar en nuestra forma de aprender y de educar para que nuestro sistema educativo deje de ser anacrónico y esté en armonía con los espacios y los tiempos en los que los alumnos van a vivir su futuro?, se preguntaba. El resultado de dicho trabajo lo recogió en un extraordinario texto conocido como “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, editado en España por Santillana. El capítulo V trata de saber “Enfrentar las incertidumbres”, pues la incertidumbre es parte de la vida y debemos aprender que el conocimiento no es más que nuestra idea de la realidad: navegamos en un océano de incertidumbre a través del archipiélago de las certezas. Morín lo inicia con una frase de Eurípides: “Los dioses nos dan muchas sorpresas: lo esperado no se cumple y para lo inesperado un dios abre la puerta”.

Finalizo con el mensaje de Eurípides, “el dios” que debe abrir puertas y ventanas a los alumnos para marcarles el incierto futuro que van a vivir son: un renovado sistema educativo y un profesorado que les sepa educar en la investigación y en la incertidumbre.

Fuente del Artículo:

https://www.nuevatribuna.es/opinion/jesus-parra-montero/investigacion-nuevo-paradigma-ensenanza-educar-incertidumbre/20180904173143155371.html

ove/mahv

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