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Entrevista a Axel Rivas. «La educación pierde frente a la economía y la política fiscal»

Al escuchar el desarrollo apasionado que Axel Rivas hace sobre las posibilidades de mejorar la educación pública en la Argentina y el aporte que podría hacer al respecto, la pregunta se vuelve inevitable: ¿nunca le ofrecieron formar parte del Ministerio de Educación? La respuesta no llega rápido como ha sucedido a lo largo de la conversación. Se le nota cierta incomodidad y una media sonrisa cómplice. «En algunas ocasiones…», dice Rivas, que es una de las voces más autorizadas para hablar de la crisis educativa en el país y la región.

Director de la escuela de Educación de la Universidad de San Andrés e investigador principal de Educación en el Cippec, ha editado diez publicaciones sobre el tema ( Revivir las aulasViajes al futuro de la educación y América Latina después de PISA, entre otros) y fue distinguido con el premio Konex en Educación por la década 2006-2016.

En algunas ocasiones, ha dicho Rivas, pero nunca aceptó puestos de gobierno y dirá por qué: «No me siento cercano a las lógicas políticas de los últimos tiempos, ni del gobierno anterior ni de este. Siento que es necesaria una garantía de visión educativa que acompañe un proyecto de largo plazo». Su análisis de las políticas educativas de ciclos de gobierno si no antagónicos al menos opuestos, es bastante gráfico. «La Argentina venía del modelo que yo llamo de regar y rezar. Mucha inversión sin una posición de teoría del cambio educativo. Un modelo en el cual tiro muchos recursos y ruego que esto haga algún efecto: rezo. Y ahora estamos en un contexto distinto: reformar sin regar. Es decir, proponer reformas muy ambiciosas en un contexto de gran restricción económica. Sin regar quiere decir sin recursos».

¿Hay héroes y villanos en la crisis educativa de la Argentina?

¡Por ahí empezamos! A ver: Yo lo que diría es que tenemos que salir de cierta construcción mediática y política de la discusión educativa que es muy de corto plazo y que está muy agitada por la negociación salarial. Hay inflación y eso obliga a renegociar los salarios cada año, y esto se convierte en una bola de nieve cíclica: vienen caracterizaciones, politización excesiva y siempre una construcción de la mirada educativa de excesivo corto plazo. En este momento estamos en una coyuntura en la que la educación está perdiendo frente a la economía y la política fiscal. Me parece que eso debería generar una reflexión más profunda.

¿Cómo describiría la coyuntura?

Hay dos procesos económicos paralelos. Uno es el déficit fiscal, que claramente está presionando sobre muchas de las políticas del gobierno y, por otro lado, tenemos una leve perspectiva, por segundo año, de crecimiento económico. En general, en la Argentina y en otros países, cuando hay crecimiento económico los salarios no caen en términos reales sino que hasta se esperaría que mejoren. Pero bueno, esta negociación parece estar más prendida a la cuestión de reducir el déficit fiscal que a la de acompañar el crecimiento económico desde los salarios. La masa salarial de los docentes es la gran parte del gasto que se intenta reducir aun a costa de que haya conflictos. Porque es lógico que los docentes expresen su voz, más allá de las medidas de fuerza. No quiero entrar a discutir si está bien hacer un paro porque es una medida muy extrema, pero una negociación en la cual al menos no pierdan frente a la inflación me parece una demanda justa. En este momento casi que se conforman con que haya una cláusula gatillo que ajuste por inflación y listo. Por eso digo que la política fiscal le está ganando a la educación y eso es peligroso. La educación necesita tener una visión que pueda escapar a este ciclo.

Hace poco se conocieron los resultados de las pruebas Aprender y lo que surge es que se invierte la creencia de la escuela pública como nivelador social. Los chicos más vulnerables son los que peor desempeño muestran como alumnos.

Creo que tenemos que aprovechar lo que los resultados de la prueba Aprender nos muestran para alzar más la voz de la búsqueda de igualdad educativa. De la posibilidad de crear una acción contracíclica de las desigualdades sociales. Crear políticas contracíclicas implica, desde ya, políticas económicas y sociales porque la educación se retroalimenta de una sociedad más justa. Pero entrando en la cuestión educativa, hay que tener la capacidad de articular políticas poderosas para los sectores más débiles y eso implica saber trabajar con el sector público; implica saber construir la dinámica de aquello que tiene impacto en las escuelas.

¿Cómo se hace?

Hay tres grandes ejes de la mejora educativa. El primero es el eje de la equidad: garantizar condiciones dignas en las escuelas, sobre todo en las más vulnerables. El nivel dos es el más ignorado y sin embargo para mí el más importante: la acción del Estado que tiene que ver con las políticas pedagógicas y curriculares. Es decir, garantizar buenos diseños curriculares, materiales de apoyo para la enseñanza, compra y distribución de libros de texto gratuitos de calidad que lleguen a tiempo, dispositivos de evaluación de la calidad que estén acoplados y sean convergentes con lo curricular, una plataforma de excelencia y de frontera en la innovación de materiales y recursos, un sistema educativo digital y la capacitación docente correspondiente.

¿Es posible en la Argentina?

Sí, claro que es posible. Hay un tercer eje que son las políticas docentes: las que regulan la formación, la entrada en la profesión, la carrera docente, cuál es la diferencia de tipos de puestos, de salarios, de las condiciones de trabajo. Toda esta cuestión requiere de lo que muchos llamamos el círculo virtuoso de la docencia. Esto implica, al mismo tiempo y durante varios años, mejorar el salario de los docentes y transformar la formación y la carrera docente. A lo largo del tiempo esto generaría la expectativa de que la docencia es una carrera mejor paga, más desafiante, más rigurosa en su formación y entrada profesional.

¿Más atractiva?

Que sea más buscada por los perfiles de mayor compromiso con la transformación social. La mejor forma de anticipar la educación del mañana es saber quién quiere ser docente hoy.

Esa es la pregunta: ¿quién quiere ser docente?

Necesitamos que los jóvenes con más deseo de transformar la sociedad y vincularse al mundo del conocimiento sean los que aspiren a la docencia. Y no los que buscan un trabajo seguro, aunque no esté muy bien pago. Para conseguirlo es necesaria una política de muchos años. Si no nos proponemos una visión de largo plazo, no hay ninguna otra forma de lograrlo.

Suena utópico. ¿Lo es?

No es utópico, en el sentido de que lo han hecho algunos países. Pero no es nada fácil.

¿Cuáles son esos ejemplos?

Por un lado, hay ejemplos a nivel de sistemas educativos, países que han logrado mejorar desde muy abajo, como Perú y Chile. Pero más que esos casos, me interesan las experiencias de los niveles subnacionales de gobierno, que en muchos de nuestros países son los que conducen el sistema educativo y que nos muestran caminos de mejora ejemplares. Uno de los casos para mí más destacado es el del estado de Ceará en Brasil, también el de Pernambuco. Dentro de Ceará, en el municipio de Sobral, lograron una mejora en apenas diez años que les permitió pasar del puesto 1300, entre 5500 municipios, al puesto número uno en todo Brasil en calidad educativa. Fue un cambio sistémico. ¿Por qué lo lograron? Primero porque hubo liderazgo político: conocimiento del sistema, legitimidad de los líderes. Segundo, una visión del cambio; saber cuál es tu construcción en el tiempo. Tercero, tener presupuesto. No hay reformas educativas reales sin presupuesto. No alcanza solo con presupuesto, pero sin presupuesto se puede hacer muy poco. Cuarto: hay que construir diálogos con el sistema educativo, legitimar las buenas prácticas, escuchar a los docentes, entenderlos, no imponerles las cosas. No sirven las reformas educativas que van contra los docentes, ellos tienen que ser parte. El caso Sobral, un lugar de mucha pobreza, demuestra la voluntad de hacer reformas verdaderamente sistémicas.

¿Aquí no podemos hacerlo?

La Argentina tiene mucho por construir a nivel de sistema. Hay cosas para aprender de algunas de nuestras provincias como Córdoba, Santa Fe y Río Negro, que han mostrado capacidad para liderar políticas educativas y tener una visión y continuidad en el tiempo. Son las únicas provincias que han sostenido sus equipos de educación.

¿Qué opina de la reforma Secundaria del Futuro impulsada por el Gobierno de la Ciudad?

Creo que las reformas educativas, cuanto más profundos objetivos se proponen más condiciones deben tener para lograrlos. Esas condiciones son las que enumeré antes y creo que esas características no están presentes en la reforma Secundaria del Futuro de la Ciudad de Buenos Aires. Hay instituciones de gobierno que a veces son ejemplares de lo que se puede hacer. Es el caso del plan Ceibal en Uruguay, paradigmático en el tema de las tecnologías y la educación. Nosotros tenemos un ejemplo que no está en el ámbito educativo, pero debería imitarse y es el Invap. Creo que necesitamos un Invap para la educación.

Los argentinos convivimos décadas con la idea de nuestra escuela pública como un posibilidad igualitaria de promoción social. Hoy eso ya es un mito.

El principal quiebre se fue dando por la transformación social que vivió la Argentina. Entre 1975 y la crisis de 2001, el país pasó de tener un 5% de pobreza a un 50. De tener grandes capas medias que construyeron buena parte de la ascendencia de la escuela pública como espacio de integración social, se empezó a agigantar la brecha y eso derivó en una salida de las clases medias de la escuela pública. A medida que la sociedad se volvió más desigual, la escuela fue captando esa nueva estructura social y fue generando menor integración. No solamente entre sector público y privado, sino dentro de la misma escuela pública. Es la principal manifestación de la enorme fragmentación social que ha vivido el país.

Cuando se ven episodios de violencia en las aulas, cabe preguntarse si ser docente en este país no es un trabajo de riesgo.

Ser docente hoy es más difícil que en el pasado, requiere poner el cuerpo de otras maneras y no solo en las escuelas públicas. Pero no quisiera dejar solo esa imagen de la docencia, porque al mismo tiempo es un trabajo que abre desafíos que antes no estaban. Hoy los docentes tienen más libertades para hacer su trabajo, la posibilidad de expandir el conocimiento a través de la tecnología. Y además estamos en una redefinición de lo que entendemos por educación, por aprendizaje.

La revolución cultural de los años 60 activó una demanda de horizontalidad entre alumnos y maestros. Mientras que la revolución digital de hoy trae la amenaza de la autoeducación. ¿Cómo debe replantearse el papel de los docentes?

El autoaprendizaje que pueden tener hoy los alumnos con acceso a Internet y un celular en la mano es uno de los más grandes desafíos que se nos plantean. Tenemos que ser capaces de reimaginar el aprendizaje, de no pensarlo fronteras adentro del aula. Las escuelas tienen que nutrir el vínculo con el aprendizaje y si uno logra conectar a los alumnos con el deseo de búsqueda, tenemos ahora muchos más aliados. Hay que ser mucho más desafiantes hacia la escuela tradicional, sin llegar a ser disruptivos porque eso puede ser como un boomerang.

Hay una serie catalana, Merlí, cuyo epicentro es una escuela pública de Barcelona. Allí, en un lugar rico, los docentes hacen referencia continua a las carencias que padecen. ¿Es una tendencia global que los Estados abandonen su responsabilidad con la educación?

Lo que pasa en la serie nos demuestra que hay problemáticas comunes, más allá de que tengamos más o menos recursos. Esto tiene que ver con cambios culturales profundos. Cambios en las relaciones de autoridad entre adultos y jóvenes, y en las instituciones educativas de la Modernidad, que fueron creadas para una misión, modeladas en base a la norma, la autoridad, los reglamentos, y que arrastran décadas de crisis. Ese sí es un declive global.

Biografía

Axel Rivas es doctor en Ciencias Sociales (UBA) y máster en Ciencias Sociales y Educación (Flacso). Realizó estudios doctorales en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres. Actualmente dirige la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés y es investigador principal de Cippec.

Fuente de la entrevista: https://www.lanacion.com.ar/2125053-axel-rivas-la-educacion-pierde-frente-a-la-economia-y-la-politica-fisca

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La educación en las series y el cine. Juan Pablo Russo en Todo es Tango por FM La Patriada (Audio)

Argentina / 15 de abril de 2018 / Autor: FM La Patriada / Fuente: Radio Cut

Análisis comparado a través del cine y las series sobre la educación publica en diferentes culturas del planeta por las series y películas que nos ofrece la cartelera cinematográfica y virtual.

Link para escuchar el audio:

https://radiocut.fm/audiocut/la-educacion-en-las-series-y-el-cine-juan-pablo-russo-en-todo-es-tango-por-fm-la-patriada/

Fuente:

https://radiocut.fm/audiocut/la-educacion-en-las-series-y-el-cine-juan-pablo-russo-en-todo-es-tango-por-fm-la-patriada/

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EEUU: Se extiende rebelión del sector educativo por mejoras laborales

Estados Unidos/14 de Abril de 2018/Los Ángeles

La rebelión del personal educativo estadounidense se ha extendido en los últimos días para exigir mejoras en un sector fundamental de la sociedad, y esta vez no se puede decir que el culpable sea el presidente Donald Trump.

En varios estados los profesores, alumnos y personal adjunto de las escuelas públicas se han plantado contra las bajas condiciones laborales de los maestros y la continua reducción de los fondos destinados a la enseñanza por parte de las autoridades estatales.

La rebelión de decenas de miles de docentes se originó en Virginia Occidental a finales de febrero y se ha extendido a Oklahoma, Kentucky y Arizona ante la falta de subidas salariales en el sector en la pasada década y por los persistentes recortes de la educación pública en los presupuestos estatales.

De hecho, el Senado de ese estado aprobó este viernes dos medidas con las que se calcula que se recaudarán aproximadamente 40 millones de dólares al año que se destinarán a financiar las escuelas públicas.

«Este es un paso adelante que proveerá fondos adicionales muy necesarios para los estudiantes», celebró Priest, que auguró que la lucha por los progresos salariales va a continuar en los próximos días.

Entre otras acciones para presionar a los congresistas estatales, un centenar de maestros oklahomenses inició este miércoles una marcha para recorrer los casi 200 kilómetros que separan las ciudades de Tulsa y Oklahoma City, la capital del estado, a la que pretenden llegar el próximo 16 de abril.

Por su parte, la mayoría de los educadores de Kentucky se declaró en huelga esta semana como respuesta a un controvertido proyecto de ley que aprobó la Legislatura estatal que afecta a su sistema de pensiones, al alargar en varios años la edad de jubilación y reducir las prestaciones que reciben.

«(Esta medida) simplemente hará todavía más complicado atraer profesores y retenerlos. Este plan conllevará menores tasas de rendimiento para los docentes, y, por lo tanto, reducirá sus ingresos», detalló Jason Bailey, director ejecutivo del Centro de Política Económica de Kentucky, en un análisis publicado en medios locales.

Gracias a las multitudinarias protestas y huelgas organizadas en Kentucky y Oklahoma, las humildes condiciones laborales de los profesores y la financiación de la escuela pública se colocaron en el centro del debate nacional.

Por otro lado, los maestros de Arizona salieron a la calles para demandar una subida de salario del 20 % y restaurar el nivel de financiación que el sector tenía en 2008, lo que supondría aumentar en mil millones de dólares el presupuesto actual.

El auge de movimientos sindicales en estos tres estados republicanos se debe, en gran parte, al éxito que tuvo la huelga de nueve días que siguieron los profesores de Virginia Occidental a finales de febrero y comienzos de marzo.

En ese caso, los maestros consiguieron un aumento salarial del 5 % tras más de una semana de interrupción de la actividad escolar, un paro que afectó a casi 300,000 estudiantes de las escuelas públicas de ese estado.

Los logros conseguidos hasta ahora por los educadores de Oklahoma y Virginia Occidental, mediante presión sindical, invita a pensar que otros profesionales del mismo sector alcen su voz para pedir mejoras en sus derechos laborales, mayoritariamente perjudicados a partir de la gran recesión del año 2008.

Fuente: http://www.hoylosangeles.com/noticias/educacion/hoyla-eeuu-se-extiende-rebelion-del-sector-educativo-por-mejoras-laborales-20180407-story.html

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La educación privada en tiempos de mala educación pública

Por Juan María Segura

Mientras un nuevo paro docente vuelve a la primera plana de los medios y a la consideración de la población -que suele preocuparse cuando esto ocurre, bajo la creencia de que cuando hay clases todo transcurre con normalida-, los resultados del Operativo Aprender van pasando a un segundo y lejano plano.

Debo confesar que me entusiasmo mucho cuando aparecen datos como los publicados por el gobierno sobre este tema, más allá de lo que muestren y de cómo salga el país en la fotografía. Los dos informes de resultados de primaria y secundaria subidos a la página web del Ministerio de Educación de la Nación días pasados son un recurso analítico de extraordinario valor, no solo por la calidad propiamente dicha de sus datos y observaciones, sino también porque corresponden a una evaluación tomada hace escasos meses. Son muchos datos, y son actuales, aportando una pequeña mirada comparativa, y abriendo la posibilidad de delimitar con mayor precisión el contorno de los problemas a resolver, que son una cantidad y son complejos.

La publicación de los citados informes se suma a estadísticas y análisis que desde otros sectores han comenzado a sistematizarse, sea desde el sector privado (por ejemplo, del Centro de Estudios de Educación Argentina, de la Universidad de Belgrano), desde la sociedad civil (por ejemplo, del Observatorio Argentinos por la Educación) o desde organismos multilaterales (por ejemplo, la OEI y el Diálogo Interamericano acaban de publica un valioso trabajo sobre el estado de las políticas públicas docentes).

El Operativo Aprender durante 2017 hizo foco en la medición de los aprendizajes de ciencias sociales y naturales en grado 6, y de lengua y matemática en grado 12. La información es abundante, ya que se procesaron 900 mil exámenes (casi el doble de evaluaciones que se completan en las pruebas PISA) provenientes de 30 mil establecimientos educativos, y casi toda la discusión pública giró en torno a si había o no progresos en algunas mediciones en comparación con el año o la medición anterior.

Más allá del poco progreso mostrado en los aprendizajes entre Operativos (a mi juicio, dentro de lo esperable), me interesó especialmente la mirada comparativa entre la educación de gestión estatal y aquella de gestión privada. Ahora sabemos con contundencia que los alumnos aprenden mejor en las escuelas de gestión privada en todos los contenidos evaluados. Se vuelve a dejar en evidencia la gran brecha que separa ambos niveles de aprendizajes, agregando ahora el dato de que en el nivel socioeconómico (NSE) bajo solo el 4% del alumnado de primaria asiste a escuelas privadas, mientras que en el NSE alto lo hacen el 64% de los alumnos del mismo segmento educativo. En la escuela secundaria pasa algo parecido, con 10% del NSE bajo en escuela privada, contra un 67% en el NSE alto. El dato novedoso, sin embargo, es que en las escuelas de gestión privada los alumnos miden mejor aún cuando se hace la apertura por NSE. El NSE bajo de la privada mide mejor que el propio de la pública, y lo mismo con los NSE medio y alto. Eso significa que la escuela de gestión privada, para un mismo NSE, ofrece mejores oportunidades de aprendizaje en todos los campos curriculares medidos. No podemos enojarnos con el Presidente cuando habla de «caer a la escuela pública», pues estos informes lo están dejando planteado con claridad.

Estos datos son inquietantes, pues hablan a nivel sistema de la falla estructural que está teniendo el funcionamiento de la escuela pública en todo el país. Por supuesto que no toda escuela pública funciona mal, pero a nivel sistema tenemos un problema de gran magnitud y complejidad, que en parte explica que Argentina ya posea el 29% de sus alumnos escolares en escuela de gestión privada, con o sin subsidio estatal.

Los padres saben que los chicos aprenden mejor en instituciones en donde se falta menos, en donde la infraestructura es mejor, en donde se repite menos de grado, en donde hay más materiales didácticos y recursos pedagógicos, y en donde estos se cuidan como propios. Existe en los informes una gran cantidad de información sobre clima escolar, alimentada por la opinión de los alumnos y los docentes. Una pena que no se haya respetado la misma apertura realizada en la medición de aprendizajes (publica y privada, rural y urbana), pues estoy seguro se hubiese verificado con claridad lo anterior.

No tenemos que enojarnos con aquellos que huyen hacia la escuela privada. Todo lo contrario, en especial para los que pertenecen a los NSE más bajos. La escuela privada es un mecanismo de protección, caro y no apto para todos, pero de resguardo al fin, para evitar que las malas políticas y los dirigentes gremiales egoístas exploten a nuestros hijos.

Mire que interesante lo que pasó con la provincia de Neuquén en el Operativo Aprender. Del total de los establecimientos educativos de la provincia propuestos para realizar la medición, solo funcionaron un 52% en primaria (versus un promedio nacional del 91%) y un 64% en la escuela secundaria (versus un promedio nacional del 95%). Es la provincia que presentó valores más bajos de adhesión al operativo, tanto a nivel de establecimiento como a nivel de alumnos (32% vs 75% de promedio nacional en primaria, y 33% vs 66% de promedio nacional en secundaria – solo mejor que Santa Cruz, con apenas el 31% de los alumnos completando el operativo). Ahora, cuando uno hace la apertura de las escuelas por tipo de gestión, en la primaria pública completaron el operativo apenas el 25% de los alumnos, en comparación con el 75% de la privada. En la escuela secundaria pasó lo mismo, con 29% de la pública versus un 55% de la privada. ¿Por qué esta provincia tuvo niveles tan bajos de adhesión a un operativo tan importante de medición de la calidad de los aprendizajes? Pues porque los gremios locales llamaron a un paro ese día, y la fotografía de los aprendizajes casi no se pudo sacar…. salvo para los que lograron escapar hacia la escuela privada.

En casi todas las mediciones provinciales se recabaron más datos (y por lo tanto se logró mayor confianza en los resultados) en los establecimientos de gestión privada, tanto a nivel de escuela primaria (+14% de promedio nacional) como secundaria (+21% de promedio nacional).

Por lo tanto, cuidado con la forma en la que hacemos referencia hacia la escuela de gestión privada, pues para muchos padres y madres está resultado una forma de liberarse de la esclavitud de los malos dirigentes educativos y de las políticas públicas conniventes pensadas más para los grandes que para los chicos.

Nuevamente, celebro tener tantos datos, celebro que podamos arriesgar miradas e hipótesis, y celebro el ocaso de los opinólogos y engatusadores de siempre. El país necesita acordar la forma en la cual dará respuesta a estos graves problemas de aprendizaje con los cuales estamos condenando a nuestros pequeños.

Fuente: https://www.infobae.com/opinion/2018/04/10/la-educacion-privada-en-tiempos-de-mala-educacion-publica/

Imagen tomada de: http://www.elsoldenayarit.mx/site/images/notas/58434_17_2018022700724_117privada.jpg

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Reformas educativas en Latinoamérica. Derecho a la educación en Argentina

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ)

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente

La tensión entre la lógica de la educación como derecho o como servicio a ser intercambiado en el mercado, atraviesa la historia reciente en la Argentina. La matriz fundacional de la educación moderna que priorizaba la formación del ciudadano y del trabajador, está muy arraigada en este país de fuerte inmigración, que encontró en la escuela uno de los principales lugares de inserción y movilidad social.

Con la dictadura militar iniciada en 1976 comenzó a instalarse el mercado educativo, que luego se profundizó en los gobiernos democráticos especialmente en la década de 1990. Una nueva etapa se inició en el 2003 durante los gobiernos nacional populares de Néstor Kirchner (desde el 25 de mayo de 2003) al que siguió el de Cristina Fernández de Kirchner (10-12-2007-09-12-2015).

Durante esos años el sector educativo, en el marco de las políticas sociales, estuvo orientado a la ampliación de derechos e inclusión. Se realizaron transformaciones muy importantes, pero también quedaron muchos aspectos pendientes. Sobre esas debilidades se asienta el discurso educativo de esta nueva derecha, a partir de la asunción del presidente Macri en diciembre del 2015.

Dos leyes fundamentales marcaron la gestión kirchnerista en el terreno educativo. En el 2006, con la sanción de la Ley de Educación Nacional No. 26.206 se derogó la Ley Federal de Educación N° 24195 de 1993, de inspiración neoliberal. La educación pasó a ser considerada como un “bien social y responsabilidad común” (Art.1), “bien público y un derecho personal y social” y se estableció que ese derecho “está garantizado por el Estado nacional” (Art. 2). Una segunda Ley fundamental promulgada también en el 2006 fue la Nº 26075, conocida como Ley de Financiamiento Educativo, que estableció la aplicación del 6% del PBI al sector, y el apoyo nacional a las jurisdicciones para garantizar un piso salarial común. [1]

Ese proceso democratizador caducó con la llegada al gobierno nacional de la Alianza Cambiemos en diciembre del 2015. El modelo educativo de mercado nuevamente pasó a ser asumido por la política nacional, pero a diferencia de las décadas del setenta y noventa, está ahora mucho más afinado, y ha mejorado su forma de ser comunicado al conjunto de la sociedad. Las declaraciones y documentos formales son cuidadosos en las formas teniendo en cuenta la fuerte tradición de la cultura argentina de defensa de la escuela pública, respeto al trabajo docente y a la creencia en la movilidad social por los créditos escolares. Pero en algunos momentos, quizás por descuido o porque también representa parte de lo que somos como sociedad, los principales funcionarios deslizan frases o ideas que causan estupor y a veces escándalo, y suelen ser rápidamente reproducidas en las redes sociales. Por ejemplo: “esta es la nueva Campaña del Desierto, pero sin espadas con educación”, dijo el que fuera primer ministro de Educación de este gobierno – Esteban Bullrich -, en setiembre del 2016, al inaugurar el Hospital Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Negro, haciendo alusión, en el propio territorio de la Patagonia Argentina, a la masacre a los pueblos originarios ocurrida a fines del siglo XIX, que la historia oficial y conservadora enalteció con esa denominación.

En marzo del 2017, a tres semanas de inicio de paros docentes en varias provincias, el presidente Macri presentó los resultados de las ya conocidas pruebas estandarizadas de resultados escolares, ahora llamadas Operativo Aprender. Señaló los resultados como “dolorosos”, y acuñó una expresión que se hizo histórica, descubriendo que existe una: “terrible inequidad entre aquel que puede ir a una escuela privada y aquel que tiene que caeren la escuela pública”. Con esta frase, el presidente inauguró el discurso oficial de desprestigio de la escuela pública y a sus docentes, dando cuenta de su posicionamiento privatizador de la educación.

Sin embargo, no les está resultando tan fácil imponer su proyecto. Han encontrado, como ellos dicen, una “pesada herencia”. La gestión kirchnerista produjo avances en el derecho a la educación que no son fáciles de remover, sobre todo cuando son ancladas en bases normativas o institucionales, o en la conciencia social. Por ello, el nuevo gobierno debió enfrentar una cultura de valorización de la escuela y los maestros, cuyo arraigo en la historia nacional se fortaleció en esos años.

La primera medida que generó malestar fue un cambio de nombre. El que fuera Ministerio de Educación pasó a llamarse Ministerio de Educación y Deportes. Al poco tiempo, nos fuimos dando cuenta que la propuesta de supuesta ampliación de la jornada escolar tan prometida, se realizaría por fuera de la escuela, en algún tipo de articulación con instituciones deportivas y extra escolares. A dos años de gobierno no se formularon precisiones ni se produjeron avances al respecto.

Lo más grave de esos primeros días de comienzo de gestión fue que en Ley de Ministerios,  a través del DNU No 13/2015, -en algo que luego se aclaró que se había tratado de un “error”- se hizo referencia a un conjunto de normas sancionadas durante los años noventa, ya caducas (Ley Federal de Educación No 24.195 ya mencionada, la Ley de Educación Superior No 24.521 y el Pacto Federal Educativo, Ley N° 24.856), y desconociendo abiertamente las leyes de Educación Nacional, de Educación Técnica, de Educación Sexual y de Financiamiento Educativo, sancionadas durante la gestión precedente.

Apenas asumidas las funciones, en el 2016, comenzó la desarticulación de programas. A pesar de las luchas y la conflictividad gremial y social, el gobierno desarmó los equipos nacionales del Plan Nacional de Lectura, los programas de Memoria, Educación Sexual Integral, Comunidad y Convivencia Escolar y Políticas Universitarias. Otros importantes programas, como el de Finalización de la Estudios Secundarios (FinEs) fueron vaciados de financiamiento del Ministerio de Educación de la Nación, quedando su suerte en manos de las decisiones provinciales, perdiendo el status de proyecto nacional. Otro tanto ocurrió luego con los diversos proyectos del Instituto Nacional de Formación Docente que, de a poco fueron cerrando, y dejaron un vacío que apenas comienza a ser completado con propuestas y mucha incertidumbre.

Más difícil les está resultando avanzar sobre aspectos afianzados en la Legislación, y sobre todo desarticular los sujetos políticos con capacidad de plantear una oposición y construir alternativas. Este último punto parece ser en el que más energías han puesto en estos dos años, a costa de producir avances significativos en el plano de la gestión. La conflictividad gremial a nivel nacional y jurisdiccional ha acompañado al gobierno de modo constante, pero un punto central ha sido el cierre del espacio nacional para la discusión paritaria. Con esa medida el gobierno no sólo debilita a los trabajadores de la educación, sino que contribuye a una desarticulación del sistema educativo, y genera las condiciones para el desarrollo de un escenario que permita una apertura al mercado educativo internacional. Queda a la vista que no desperdicia espacios internacionales de encuentro para avanzar en esa dirección.

Por ello se ha dado una estrategia progresiva de diseño de políticas en fuerte acuerdo con los gobernadores, incluso de diversas líneas políticas.[2] En febrero del 2016, en el marco del Consejo Federal, se firmó la llamada Declaración de Purmamarca, nombre de la ciudad donde se realizó la reunión. No obstante la diversidad de colores políticos de los gobernadores, los documentos que se produjeron en su seno fueron muy negociados, y no pudieron sino basarse en la legislación heredada, que, recordemos, sostiene que “la educación y el conocimiento como un bien público y un derecho personal y social que deben ser garantizados por el Estado, acorde a lo establecido por las leyes nacionales vigentes.”
[3]

Los lineamientos de política que plantea son también de corte democratizador, aunque, al igual que la declaración de principios, no dejan de ser una expresión de deseos en la medida en que no expone los mecanismos de gestión ni los recursos para su concreción. Posiblemente sea por eso que se han realizado muy pocos avances a la fecha, bastante lejos de la Revolución Educativa que se proponía.

En julio de ese primer año de gobierno, nuevamente se acordaron una serie de líneas de política conocida como “Compromiso por la educación”, el cual se define como la creación de un ámbito de debate, con participación de los individuos, a nivel sobre todo jurisdiccional. Sin embargo, no parece haber tenido trascendencia en instalar territorialmente un movimiento de apoyo al sector.

En septiembre del 2016 se acordó en el mismo ámbito interprovincial el Plan Estratégico Nacional 2016-2021 “Argentina Enseña y Aprende”. En éste se reafirman nuevamente los principios de la ley Nacional de Educación, sosteniendo la responsabilidad indelegable del Estado y se reconoce a la educación como bien público y como derecho personal y social.

Al inicio del ciclo lectivo del año siguiente, en el marco de una fuerte conflictividad, sobre todo por la negativa del gobierno de convocar a una paritaria nacional docente y, como se mencionó antes, en el marco de la presentación de resultados del Operativo Aprender, el presidente de la Nación anunció que enviaría al congreso un proyecto de ley para el decenio 2016-2026. Eso produjo muchas críticas, tanto por el modo completamente inconsulto de su elaboración, su escasa articulación con la normativa vigente, como por los errores diversos en su formulación. Plantea seis dimensiones estratégicas y áreas prioritarias de acción, pero, como en los documentos anteriores, no establece el modo en que esas metas se lograrían, cuál sería el grado de participación provincial y nacional, ni la inversión que suponen. Parecería que se trató únicamente de una estrategia para lograr impacto mediático.

En fin, ha habido producción de documentos y firma de acuerdos con los gobiernos jurisdiccionales, que no se han traducido en un plan de trabajo que especifique mecanismos de gestión y asignación de recursos.

A pesar de los escasos avances realizados en la ampliación del derecho a la educación, no se trata de una improvisación ni la ausencia de una prospectiva de mediano plazo. Se busca generar una transformación profunda de la tradición escolar Argentina, en la valoración del espacio público y en el respeto al cuerpo docente. En el marco de un plan más general de mediano plazo, se pueden ubicar cinco puntos que se han formulado como lineamientos de política que resultan los más significativos.

El primero es la obligatoriedad del nivel inicial a partir de los tres años de edad, sobre el que prácticamente no se ha avanzado en estos dos años, ya que requiere una importantísima inversión en infraestructura sobre la que poco se ha hecho. El segundo es la propuesta de Jornada extendida, que es parte del modo confuso en que formulan sus propuestas. Se trata, como dicen, de que la “escuela salga de la escuela”, a partir de articular trabajos con otras instancias vinculadas al deporte o la recreación, pero tampoco se han realizado avances de articulación institucional o de algún apoyo de gestión, hay apenas algunas experiencias organizadas a partir de iniciativas locales.

El tercer punto es el de la transformación de la escuela secundaria. Recién en marzo del 2018 el Consejo Federal aprobó el proyecto “Secundaria 2030”, se trata de una serie de lineamientos sobre los cuales cada provincia realizará sus planes. Lo más preocupante es la tendencia a vincularla fuertemente con las necesidades empresariales. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, donde comenzó a implementarse en algunas escuelas públicas, el 50% del último año está destinado a trabajar en empresas y organizaciones.

Los documentos establecen un fuerte impulso a las pruebas estandarizadas, especialmente a través de la propuesta de Creación del Instituto de Evaluación de la Calidad y Equidad. Se trata nuevamente de mecanismos de control, que ligan la mejora en la calidad con ese tipo de pruebas, más que con inversión y planificación estratégica.

El tema de la formación y capacitación docente es sin duda un capitulo central. Se ha desarticulado el Instituto Nacional de Capacitación Docente. En la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires se propuso la transformación de la carrera docente en nivel universitario, desarticulando los tradicionales Institutos Terciarios[4] sin claridad respecto a los mecanismos para su implementación, ni formulación del Plan de Estudios.

Respecto de las políticas universitarias, la Alianza Cambiemos ha recortado el presupuesto universitario en tres mil millones de pesos y comenzó el 2018 con un congelamiento de varias obras de infraestructura en las Universidades. Así también, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, de quien dependen los organismos de investigación como el prestigioso CONICET, redujeron de manera sustancial las becas y el acceso a la carrera de investigador.

La cuestión presupuestaria no es el único golpe que resiste el sector: la apertura de convocatorias a proyectos con financiamiento del Estado a las Universidades Privadas da cuenta de la lógica de este gobierno. A su vez, una batería de artículos y notas en los medios de comunicación afines a Cambiemos propone el arancelamiento de la Universidad Pública y diferentes mecanismos de limitación del acceso a carreras de grado.

La sanción, hacia finales de 2015, de una modificatoria propuesta por la entonces diputada Adriana Puiggrós a la Ley de Educación Superior les obstaculiza por el momento una avanzada privatizadora de la Universidad Pública, sin embargo, la mercantilización de la educación superior avanza en nuestro país de la mano de convenios con privados en diferentes modalidades: plataformas virtuales, equipamiento de laboratorios, compra/venta de patentes, bancarización de trabajadores, etc.

A dos años de iniciado este gobierno, parece haber más declaraciones que logros; y parecería también que las energías más importantes han sido el debilitamiento de los sectores sindicales y las organizaciones sociales.

En fin, si bien los documentos oficiales no pueden sino basarse en la legislación heredada y reconocer la educación como derecho, las formulaciones de política concreta en general sólo son, en el mejor de los casos, expresiones de deseos que no establecen ni mecanismos de gestión ni administración de recursos para su implementación. Mientras tanto, las políticas educativas efectivamente implementadas en algunas jurisdicciones, están marcadas por el desfinanciamiento, argumentadas en el progreso individual, y en lógicas de inserción en el nuevo mundo empresarial. No hay una preocupación por la formación del ciudadano, la consolidación del lazo social, y están lejos de sostenerse en el principio del derecho.

[1] La República Argentina está organizada de modo federal, en veintitrés provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que es además la capital de la República. Tanto las provincias como la Ciudad son jurisdicciones autónomas con poderes políticos, económicos y administrativos propios. Por lo tanto, existen leyes nacionales que regulan el sistema educativo, pero también cada provincia tiene su propia normativa y sus propias estructuras para el sector.

[2] El espacio común para la concertación de políticas es el Consejo Federal de Cultura y Educación, creado por Ley Nº 22.047 del año 1979, conformado por los 24 ministros de educación, y presidido por el Ministro Nacional. El sistema educativo argentino está conformado aproximadamente por 40.000 establecimientos de los niveles inicial, primario, secundario y/o superior no universitario y más de 100 instituciones universitarias, con un total de más de 10.000.000 de alumnos.

[3] Consejo Federal de Educación (Argentina). (2017). Declaración de Purmamarca. Buenos Aires: [Ministerio de Educación y Deportes].

[4] Los Institutos terciarios o Institutos Superiores de Formación Docente o Técnica son las instituciones que dictan las carreras docentes.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reformas-educativas-en-latinoamerica-derecho-a-la-educacion-en-argentina/

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Venezuela: Educación pasó de ser mercancía a un derecho en Revolución

Venezuela/07 de Abril de 2018/Vicepresidencia.gob.ve

El secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Derechos Humanos, Larry Devoe, destacó este jueves que la Revolución Bolivariana hizo posible que la educación dejara de ser una mercancía y se convirtiera en un derecho al alcance de todos los venezolanos.

Durante su programa radial “Derechos Humanos en Revolución”, transmitido por Radio Miraflores, refirió que desde la llegada del Proceso Bolivariano se destina 7,5% del Producto Interno Bruto (PIB) a la formación del pueblo, permitiendo la masificación de este sector.

Destacó que 76% de la educación en Venezuela es pública y gratuita, y que más del 80% de los planteles educativos son igualmente públicos. “Esto, sin contar con las Misiones Ribas, Robinson y Sucre, que incorporan a los sectores tradicionalmente excluidos del acceso a la educación y que busca la inclusión de aquellos grupos en condición especial y vulnerable”, sostuvo.

Por otro lado, Devoe recordó que desde 2005, Venezuela fue declarada como territorio libre de analfabetismo y que actualmente ocupa el quinto lugar en el mundo y el segundo en América Latina con la mayor matrícula universitaria, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

“La Revolución permitió que la educación dejara de ser vista como negocio y esté al alcance de la mayoría”, dijo, tras resaltar que aún el Gobierno Bolivariano, a través de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), busca seguir fortaleciendo el proceso formativo de los venezolanos, incluso, discutiendo la gratuidad de estudios de postgrado para favorecer la especialización de profesionales.

Cabe destacar que los derechos educativos en la actual Constitución Bolivariana de Venezuela, se encuentran ajustados a las corrientes más avanzadas y que se han establecido términos y condiciones para garantizar su ejercicio.

Cada 1 de abril se celebra el Día Mundial de la Educación, decretado por la ONU y la Unesco, para impulsar una educación de calidad para todas las personas, como Derecho Humano que protege y respeta la identidad cultural de las naciones, la autodeterminación de los pueblos, el derecho al libre pensamiento y la inclusión social.

T: Natalie Rosales

F: Ender Anaya

P: Jeferson Sánchez

Fuente: http://www.vicepresidencia.gob.ve/index.php/2018/04/05/educacion-paso-de-ser-mercancia-a-un-derecho-en-revolucion/

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«Rita» y «Merlí»: bullying, recortes y conflictos en la educación pública del Primer Mundo

España – Dinamarca/ Autor: Guillermo E. Pintos / Fuente: Infobae

Dos series de Netflix sobre carismáticos y transgresores docentes en Cataluña y Dinamarca, revelan que no todo lo que brilla es oro en la educación europea

Dos series sobre carismáticos y transgresores docentes en Cataluña y Dinamarca, revelan que no todo lo que brilla es oro en la educación pública del Primer Mundo. Como se suele creer en esta parte del mundo, vale decir. Televisión online global mediante, Merlí y Rita se convirtieron en pequeños sucesos
también en estas latitudes, porque plantean algunas complejidades comunes al sistema educativo occidental en la acelerada segunda década del siglo XXI.

Ciertos asuntos conflictivos de la escuela pública contemporánea, de aquí y de allá, emergen por peso propio dentro de historias protagonizadas por los profesores, sus alumnos y familias, y el
Estado, es decir la comunidad educativa. Recortes presupuestarios, acosos de toda clase, presiones de los padres, conflictos hogareños, consumo de drogas, sexo adolescente y cyberbullyng en redes sociales asoman a la superficie e incluso por encima de las vidas de Rita y Merlí. El tono general de comedia que tienen ambas series deja paso, en ocasiones, a numerosas situaciones dramáticas. Que están ahí pese a que se quiera mirar para otro lado.

En una perspectiva de resumen que elude, al menos aquí, brindar detalles argumentales de las varias temporadas de cada una de las series, la cosa es así. Rita da literatura en una escuela de Copenhague y luego vuelve a su ciudad natal; Merlí es profesor de filosofía en un bachillerato de Barcelona. Ambos son mejores docentes que padres, o al menos eso es lo que se va conociendo de sus historias personales y conflictos familiares. No siempre cuentan con la simpatía de sus colegas, la mayoría de las veces se enfrentan al poder establecido en cada escuela, actúan como «lobos solitarios» en la puesta en marcha de los planes académicos e inevitablemente terminan involucrados en las vidas de sus alumnos, con quienes
mantienen un dinámica permanente de amor-odio.

Rita, originalmente emitida por el canal público danés TV2, da un giro de 180 grados a lo que se ha visto sobre series «de escuela». Sus quehaceres diarios con los alumnos y cómo aborda su vida personal de mujer divorciada a los 42 años y con tres hijos, son apenas la punta de un iceberg. Interpretada por Mille Dinesen, muy conocida en su país por un papel muy parecido al de Reneé Zellweger en Bridget Jones, es una mujer desprejuiciada, que fuma en la puerta del colegio (y la sala de profesores con la ventana abierta: ¿desde cuándo no se veía fumar a un profesor en una serie?), que toma la iniciativa para relacionarse con el hombre que le gusta, y que se enfrenta a la autoridad —el director y la orientadora del colegio— si cree que se está cometiendo una injusticia con algún alumno. Y, además de eso, cuida (como puede) a su hijo más pequeño, el único que vive con ella.

Su autor Christian Torpe, pone el acento en la cuestión individual antes que en el contexto de la historia. «Rita es, primero, el retrato de una mujer no convencional. Después, cuando aborda temas como el sistema educativo, puede nacer un aspecto político. Pero no fue mi primer deseo. Rita no es una persona politizada. Ella siempre actúa de acuerdo a lo que parece correcto para ella». Su explosiva protagonista, Mille Dinesen, dice que «las escuelas danesas aprenden de Rita y en los episodios se destacan temas que son relevantes para padres, maestros y estudiantes. El enfoque de Rita se usa para resolver conflictos, por ejemplo».

Merlí, interpretado por Francesc Orella, es un atípico profesor de Filosofía. Amado y odiado acusado de machista y prepotente, casi no tiene amigos y lidia en casa con su hijo recién salido del closet, y una madre actriz de teatro de otro tiempo. Misántropo, un poco salvaje, lúcido y con la ironía a flor de labios, intenta transmitir el conocimiento frente a un alumnado poco interesado, a veces hostil, casi siempre «en otra», con ejemplos prácticos de cómo se aplica la filosofía a la vida cotidiana. Los chicos recurren a él para conversar de sus conflictos, sus dilemas amorosos, familiares, vitales. Cada capítulo está contextualizado por un filósofo –Nietzsche, Schopenhauer, Guy Debord– que de algún modo genera el marco teórico en el que rebotarán los asuntos de ese día.

La repercusión pública de la serie en Argentina se refleja entre otras cosas, en el reciente raid mediático de su protagonista Francesc Orella. Allí habló de todo, incluso de la situación del gremio docente. Y fue más bien explícito: «Adelante compañeros con la lucha de los docentes y de los alumnos también. Todos juntos es la misma lucha. Adelante, todos por la filosofía, por los derechos de los profesores y por salarios justos. Estoy absolutamente con vosotros en esta lucha», fue su mensaje en una entrevista concedida a una radio marplatense.

Declamaciones del tipo «Macri-oligarquía» que sembraron titulares al margen a partir de las palabras del actor, el autor Héctor Lozano fue más sutil con respecto a la relación ficción-realidad de la serie. «La semana pasada fui al teatro y precisamente una señora me felicitó y me dio las gracias. Era maestra y estaba entusiasmada. A Francesc Orella le comentaron, por ejemplo, que hay alumnos que ahora quieren tener conversaciones con los profesores en la cocina del colegio. Pero también sé que los hay que critican que no es realista. Pero esto es una serie y las series no son igual que la realidad: siempre son mejores. No puedes tomarte Merlí como si fuera un documental sobre la educación pública».

Más allá de las particularidades que rodean a los educadores (y sus mundos privados), la escenografía es más o menos la misma. Un instituto público donde resuenan los conflictos sociales tanto subjetivos como familiares: el presente se cuela por la puerta del aula y es integrado por el profesor/a. En eso no difieren, aún dentro de la idealizada construcción socialigualitaria de los países escandinavos o la agitada realidad política catalana. En ese punto surge la inevitable comparación con la realidad de la comunidad educativa regional y, variables idiosincráticas al margen, afloran las mismas cuestiones. Ese es el punto desde donde disfrutar (y pensar) ambas series.

Fuente de la Reseña:

https://www.infobae.com/america/cultura-america/2018/03/21/rita-y-merli-bullying-recortes-y-conflictos-en-la-educacion-publica-del-primer-mundo/

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