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Panamá: Contingencia educativa por el coronavirus y su impacto en el plano pedagógico

América Central/Panamá/15-03-2020/Autor y Fuente: Norman Antonio Boscán

 Documentos para la discusión

Por: Norman Antonio Boscán 

con aportes de Jesús Alemancia

2020 Panamá

Este es el primero de una serie de documentos internos que procuran contribuir al debate de ideas entre los compañeros de los gremios docentes, investigadores educativos y estudiantes de postgrado. No están diseñados ni pensados como materiales para “educar”. Sino como textos para alimentar debates en círculos de estudio y colectivos pedagógicos.  Esperamos que sen de utilidad en la tarea compartida de construir otra educación posible.

CONTINGENCIA EDUCATIVA POR EL CORONAVIRUS Y SU IMPACTO EN EL PLANO PEDAGÓGICO

  1. Breve introducción

El Coronavirus ha traído toda una tormenta en el plano educativo. Los anuncios de un Apagón Pedagógico Global (APG) producto del uso de las tecnologías comunicacionales para resolver la emergencia epidemiológica mundial parecieran esconder que ello lleva implícita una mentalidad reduccionista de la enseñanza a transmisión de información, lo cual adquiere unas características singulares en Panamá.

El debate sobre la aceleración de la innovación científico tecnológico y su relación directa con lo educativo ha sido una tarea pendiente del MEDUCA, pero también de los gremios docentes y el magisterio nacional.

La nueva realidad, los desafíos que ella implica generan más preguntas que respuestas. Las más comunes suelen ser ¿Cuál es el sentido que se le quiere dar al uso de la tecnología en los procesos educativos?, ¿Cómo romper la brecha digital y el manejo de las tecnologías entre jóvenes y docentes? ¿Existe la incorporación de este tema en la formación de los futuros docentes en la Faculta de Educación, en los procesos de capacitación y actualización docente de manera integral en los dos espacios? En este breve texto no pretendemos responder todas estas interrogantes, sino aportar elementos para el debate, en la certeza y esperanza que son múltiples las miradas que sobre el particular existen y que urge un consenso educativo nacional al respecto.

Las anteriores son solo algunas de las preguntas generadoras, que seguramente los y las docentes del sistema educativo panameño multiplicarán para posibilitar el surgimiento de respuestas que apùnten a la convergencia de soluciones.

El debate generado a partir de la situación de salud que vive la sociedad panameña nos sirve para pensar y actuar sobre el proceso educativo y la incorporación de las tecnologías más allá de su uso práctico, integrándolas al proceso educativo. El momento exige la necesidad de reflexionar, debatir desde el movimiento magisterial para aportar y plantear propuestas.

  1. Ratificamos nuestra disposición colaborativa:

Tenemos una gran preocupación por la gravedad de la actual situación de contingencia, de avance del coronavirus en nuestro territorio, agravada por la tardía y fragmentada decisión del Ejecutivo Nacional en materia de prevención y abordaje.

La convocatoria de la Ministra de Educación al diálogo y el esfuerzo compartido para minimizar el impacto de la suspensión de actividades educativas presenciales, la entendemos como un intento por superar de manera colegiada esta situación, lo cual valoramos como un gesto que se orienta en la dirección correcta.

Sin embargo, precisamos que no es solo un problema de voluntad, sino que para que esta decisión sea efectiva, se requiere el poder entender el curso profundo de las demandas que esta emergencia coloca de relieve. Solo así, podremos tomar decisiones acertadas en la coyuntura apoyándonos en el pensamiento, la ciencia y en especial en las ciencias pedagógicas, tan desvaloradas por la cultura evaluativa impuesta por las llamadas bancas de desarrollo a nivel global.

Por ello, este documento interno pretende ser un aporte inicial para encontrar las claves que nos permitan develar el horizonte estratégico expresado en la actual coyuntura. Es decir, para poder entender dónde estamos realmente situados y, en consecuencia, comenzar a generar una ruta de propuestas y soluciones de corto plazo, vinculadas a la transformación educativa panameña.

  1. Marco conceptual:

Si bien Panamá se separa de la Gran Colombia en el siglo XX, nuestra educación escolar es heredera de un pensamiento educativo estructurado que se formó en consonancia a las demandas económicas, políticas, sociales, tecnológicas y culturales de la primera y segunda revolución industrial.

El sistema educativo de Panamá arrastró la hegemonía del modelo educativo, primero, de la Gran Colombia y segundo, de Colombia, estructurado bajo la perspectiva Lancasteriana, un hombre con clara posición respecto al vínculo entre educación, trabajo y tecnología, pero también sobre los requerimientos formativos del capitalismo industrial tardío de América Latina.

Los sistemas educativos de la región tiene como común identificador la aspiración de “construir ciudadanía” y el “desarrollo integral de la personalidad”.

Dentro de la construcción de ciudadanía entraban una tardía ilustración republicana, la edificación de gobernabilidad política pretendiendo homologar el relacionamiento de los subordinados con las nuevas formas de poder, mirada influenciada por las nociones liberales y, finalmente la educación para el consumo, elemento inmanente de la educación capitalista.

En la tradición liberal el desarrollo integral de la personalidad procuraba producir las condiciones de posibilidad para que los hombres y mujeres, integrados socialmente, pudieran desarrollar plenamente sus potencialidades, entre ellas las referidas a la ciencia y la tecnología.

Cuando nace Panamá, la preocupación expresada por  Justo Arosemena y otros, señalaban que el eje de lo educativo para la nueva República debería ser la construcción de ciudadanía de la población para poder lograr edificación de la sociedad nacional en 1903. Afirmaba el pensador liberal Guillermo Andreve sobre este aspecto que: “No puede haber sociedad completa allí donde la ignorancia impera. Sus sombras…nivelan al hombre a la bestia” en el año de 1912. Para Andreve no había ciudadanos en el nuevo país sino bestias.

La formulación de la política educativa tuvo en mente la construcción de las “virtudes ciudadanas” y no tuvo claridad sobre la formación de los alumnos para el mercado laboral. Al inicio de la República solo se fundó una sola institución educativa dirigida para cubrir necesidades del mercado urbano en la ciudad de Panamá, el Colegio Artes y Oficios (1907).

Cuando surge la nación panameña la orientación de construcción de ciudadanía queda claramente subrayada y no aparece explicitada una agenda de desarrollo tecnológico, ya que la inversión extranjera fue vista en gran medida como la aportadora de este componente.

Las preocupaciones sobre el “desarrollo” que el país necesitaba no estaban presentes en la élite liberal responsable de la educación nacional.  Esta carencia respondía a la manera como nos incorporamos a la economía internacional. Las primeras inversiones de capital que tuvo el país provenían del exterior. El ferrocarril (1850-1855) su capital y tecnología fue estadounidense. El primer intento de canal (1881-1888) fue iniciativa francesa y el segundo intento, el definitivo, estadounidense (1903-1914). Eso fue lo que condiciono la noción de desarrollo tecnológico.

No sería hasta los años setenta, ochenta que se inicia la reflexión sobre la formación de los bachilleratos industriales y el acceso a la tecnología, que permitiera a los jóvenes ingresar a la educación superior en alguna carrera de ingeniería o técnica.

A partir de los años noventa se presentan las primeras preocupaciones institucionales sobre la relación procesos educativos y tecnología en el marco de la aceleración de la innovación. Sin embargo, la reflexión más profunda y punto de debate de la política educativa nacional se inició en estos últimos veinte años, es decir, las dos primeras décadas del siglo XXI. La modernización de la plataforma de servicios financieros del país. a través  de la incorporación de los últimos avances de la tecnología de comunicaciones y la estrategia de desarrollo logístico nacional desafiaron la política educativa.

Es decir, el impulso de la tercera revolución industrial y los anuncios de una cuarta revolución industrial, fundamentalmente en las área de comercio, producción y servicios comenzaron a traer al suelo patrio el debate sobre la relación de educación y tecnología con el mundo del trabajo.

Estos hechos generaron que la formación docente, responsabilidad del Estado panameño, desde un principio se estructurara sobre la lógica de disciplinas y un currículo por objetivos/perfil de egreso/competencias, propios de la primera y segunda revolución industrial. Era la lógica de la producción fabril de la primera mitad del siglo XX. Los y las maestras y profesores fuimos formados para esa dinámica. La dirección escolar y la supervisión también se concibieron según esta lógica.

El problema surge cuando en la segunda mitad del siglo XX llega la tercera revolución industrial y nuestras autoridades entienden erróneamente que su impacto en lo educativo se limita al acceso a computadoras y en algunos casos a la conexión a internet.

El resto del sistema educativo y el enfoque pedagógico del sistema educativo panameño queda intacto, en la lógica de la máquina newtoniana, especialmente los procesos de formación docente. El significante vacío en el que se convirtieron los llamados a reformas educativas, se expresaron en discursos y narrativas que hablaban de una “crisis educativa”, que pretendía ser resuelta con “evaluaciones estandarizadas”, especialmente sobre algunos aprendizajes y en torno a la llamada calidad de los docentes. Este caos se sostiene en las últimas décadas, porque es más fácil culpar a los docentes, que emprender un cambio estructural en el sistema educativo que implicaría “movernos todos”, incluida la formación docente y la estructura funcional del MEDUCA.

La aceleración de la innovación científico tecnológica creo una brecha cultural entre el discurso y praxis de la formación docente y del MEDUCA, respecto a los imaginarios y nuevas necesidades de aprendizaje de niños y jóvenes, abismo que ha pretendido ser responsabilizado y colocado sobre los hombros de los y las docentes. La gran reforma educativa pendiente es la de la formación docente y del funcionamiento estructural del MEDUCA.

La tercera revolución industrial fue dejando progresivamente atrás la utilidad del enfoque disciplinar y de enseñanza por objetivos. La transdisciplinariedad y el enfoque por competencias se convirtieron en los grandes hitos conceptuales a través de los cuales se trató de generar un cambio, pero quedaron como simples apelaciones de buenas intenciones, formuladas en escritos.

Nuevamente la incapacidad para avanzar se ocultó en críticas a los y las maestros(as), porque ni la formación docente (inicial y continua) ni el MEDUCA adoptaron un enfoque transdisciplinario en su funcionamiento y perspectiva pedagógica. Al contrario, el MEDUCA se ha convertido en un centro de despedagogización que rinde culto a las pruebas estandarizadas, ya sean del LLECE-UNESCO o de PISA.

En el ocaso de la tercera y los albores de la cuarta revolución industrial, la virtualidad surgió como la nueva quimera para desvalorar el trabajo docente. Mientras tanto, a nadie se le enseña a enseñar en entornos digitales, a usar las redes sociales y los teléfonos celulares como herramientas educativas. Peor aún, se construye la cultura del celular como “intruso” o “enemigo del aula”, porque la formación docente, envejecida paradigmáticamente no sabe que hacer con la nueva tecnología. Es urgente, repensar la formación docente para que los y las educadores adquieran de manera oportuna los conocimientos que demanda la nueva realidad histórica; los docentes tenemos la disposición y los deseos, lamentablemente no es lo que, históricamente hablando, hemos visto en el MEDUCA.

La actual situación de pandemia del Coronavirus en Panamá ha puesto en evidencia este abismo en la praxis educativa de la cual los responsables son fundamentalmente el MEDUCA y las instancias encargadas de la formación docente (inicial y continua).

Preocupa la forma como se trasmite, en el año 2020, el salto que implica usar de manera casi universal la innovación digital en los procesos de enseñanza-aprendizaje, generando  la sensación de estar en presencia de un dejavú pedagógico, como si estuviéramos en la época del desembarco de la televisión educativa y el video tape.

Nuestro punto de vista es que aprovechemos la contingencia para iniciar un debate profundo sobre la estructuración estratégica del sistema educativo panameño en el marco de la tercera y cuarta revolución industrial, donde los estudiantes y los docentes tengan la palabra.

Las preguntas correctas y el inicio de las respuestas oportunas no están en el MEDUCA ni en los centros de formación docente, están en las aulas de las escuelas panameñas. El desafío de los decisores está en abrir paso a un proceso de Constituyente Educativa en la cual todos y todas pensemos la educación que tenemos y la educación que queremos.

No es lo mismo trabajar con entornos virtuales para adultos que para niños, niñas y adolescentes. La actual propuesta de uso de la virtualidad educativa en el marco de la crisis generada por la pandemia, tiene aspectos positivos que resaltamos, puntos oscuros y elementos que es urgente corregir. Algunos de ellos los desarrollaremos en los siguientes puntos.

  1. Plano afectivo-emocional

En casi todas las comunicaciones e intervenciones en los medios de comunicación social y las propias circulares internas, generadas durante los últimos días, se ha expresado la preocupación porque los niños y niñas, jóvenes y adolescentes, continúen aprendiendo en medio de la contingencia de la pandemia.

Compartimos esta preocupación e iniciativa, sin embargo, el proceso de enseñanza aprendizaje demanda unas condiciones mínimas de partida, de carácter socio afectivo, que el docente desarrolla con los estudiantes y que no puede ser generadas por la virtualidad a “secas”.

Esto no es un elemento menor, porque esta comprobada la influencia de lo emocional, de lo socio afectivo en los aprendizajes.  Por ello, a nadie se le ocurre dar materia los primeros días de clase, por el contrario, los y las docentes, generan en un primer momento un encuentro afectivo que posibilita el máximo desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

La sonrisa del educador, la mirada permisiva, la pregunta sobre la cotidianidad, abren paso al hermoso camino del aprendizaje. El docente no es solo un dador de contenidos, en un profesional formado para ello que promueve y estimula el encuentro con otros y otras.

Este aspecto se ve limitado seriamente por el uso de tecnología sin acompañamiento de un profesional de la docencia, y mucho más si es despersonalizada, es decir formulada como si todos los estudiantes fueran iguales y tuvieran un mismo capital cultural, desconociendo la diversidad humana.

La virtualidad, tanto en edades tempranas como en la adolescencia, tiene que tener un gran componente socio afectivo o los logros de aprendizaje serán limitados y pueden generar frustraciones en los estudiantes.

Este vínculo afectivo no puede ser generado por un video elaborado, por alguien que no ha tenido contacto con los niños y niñas, jóvenes y adolescentes. Es muy diferente si la virtualidad es mediada y cumplimentada por pedagogos.

Por ello, consideramos que el primer curso rápido debe ser para los y las docentes, para que ellas y ellos desarrollen lo más personalizado posible, en entornos virtuales, las clases con sus estudiantes. Descuidar lo socio afectivo puede convertirse en un error estratégico en la actual iniciativa de mundo digital para los aprendizajes.

  1. Cultura tecnológica

Hasta hace unos días en muchas escuelas de Panamá se prohibía el uso de celulares.  Es decir, la ecuación aprendizaje + tecnología cotidiana estaba disociada. Este giro, producto de la contingencia, crea las condiciones de posibilidad para iniciar un debate que permita el ingreso de celulares, tabletas, computadoras y video juegos al aula, no como elementos distractores, sino como dinamizadores de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Por otra parte, es inocultable que las escuelas no cuentan con un inventario reciente de los celulares, computadoras y conexión a internet que disponen los estudiantes y docentes, ya sean de manera habitual o en sus casas. Esto debe ser resuelto a la mayor brevedad posible para dar impulso al desembarco de los procesos virtuales como acompañamiento de la actividad de los las maestras(os).

Pero, ¿qué pasará con aquellos estudiantes y docentes que no dispongan de dispositivos ni conexión a internet?  ¿Quedarán excluidos de la estrategia contingente de aprendizaje, es decir, estaríamos negándole el derecho a la educación?  ¿O le diríamos que vayan a otras casas o centros de internet donde existen computadores? En este caso, romperíamos con la estrategia de contención de la pandemia y además ello impactaría en la economía de los padres y madres de familia, en su mayoría asalariados que tienen sus quincenas ya comprometidos.

Una estrategia masiva disruptiva como esta obligaría a tomar medidas extraordinarias por parte del Ejecutivo Nacional, en alianza con el sector privado, que no sabemos si ambos están dispuestos a hacerlo. Estas medidas mínimas serían: a) liberar el internet para todo el público durante el periodo de contingencia; b) generar un plan de financiamiento con cero inicial para el acceso a equipos, fundamentalmente para aquellos que no dispongan de los mismos; c) generar una campaña publicitaria con rostros de docentes donde se señale que ahora las y los maestros estarán comunicándose virtualmente, pero que pronto se volverá al contacto personal en las aulas. Eso generaría empatía y disminuiría el estrés negativo de los estudiantes.

  1. Plano cognitivo

Aprender es un proceso mental que implica un encuentro humano. Nadie aprende solo, todos aprendemos juntos, junto a los otros decía Paulo Freire. El ritmo de los aprendizajes individuales suele estar mediado por lo colectivo, por el aprendizaje grupal.

No se trata de reeditar a la acostumbrada escuela-máquina educativa newtoniana, cuyas rutinas, por ejemplo, consistían en facilitar el objetivo 6.2 el día martes, correlacionándolo con el objetivo 6.3 para el jueves. El aprendizaje virtual requiere un modelo más flexible y personalizado de enseñanza, que implicaría toda una crisis paradigmática para el sistema acostumbrado a la vieja lógica, al menos que estemos pensando en el añejo modelo de telesecundaria de los años 60 en un contexto de uso arcaico del mundo digital.

Además, debemos tener presente que el niño y niña, el joven y adolescente de hoy, no van a la escuela solo a aprender, también lo hacen para compartir saberes y conocimientos. Hoy en cada aula es posible encontrar “noveles especialistas” en biología, arqueología o antropología, en sociología y biología digital, es decir en distintos campos, que deben emerger e hibridarse creativamente con los saberes de los otros y las otras; el aula presencial es el jardín donde florecen estos injertos conceptuales y paradigmáticos que expresan la nueva sociedad, algo que no se puede resolver con una aproximación desenfocada de las posibilidades de lo digital. Este proceso de resocialización se rompe y reconfigura con la separación inherente a la virtualidad plana, pensada como Betamax y televisor. Pero hacer esta ruptura mental, pasar el suich a lo nuevo, demandará un proceso de adecuación que exigirá flexibilidad y personalización algo que hay que trabajar y no confiar en que surgirá por generación espontánea.

Unos irán más lentos, otros querrán ir más rápido, otros se desmotivarán ante lo nuevo. ¿Cuál será el espacio docente para discutir eso?  Evidentemente se requiere de la generación de colectivos pedagógicos virtuales por escuelas para trabajar estos temas, con vinculo con los equipos centrales del MEDUCA. Gremios como ASOPROF pueden convertirse en un dinamizador de estos procesos.

  1. Plano volitivo

Aprender implica actos y fenómenos de la voluntad, es decir praxis concretas. Aprender no es solo recibir información, sino que implica actuar, ejercitar.  Por ello, nos preocupa el enfoque de la virtualidad como simple trasmisión de información cuando el trabajo docente en el aula es esencialmente de aprendizaje dialogado y de encuentro entre coincidencias y diferencias.

En la actualidad hay elementos como la inteligencia artificial vinculada al campo de los metadatos, que permiten vincular el pensar con el hacer, lo lúdico y lo significativo, en aprendizajes realmente integrales. Eso lo saben muchos de nuestros estudiantes, por ello, no confundamos un modelo de telesecundaria o de dinámicas asociadas al paradigma de los recursos instruccionales, con las posibilidades del mundo digital en el aula.

El niño, la niña, el adolescente los jóvenes, tratan de encontrar sentido a la información recibida, lo cual en buena medida se logra en la interacción con los otros y las otras.  Aquello a lo que no se le encuentran sentido se olvidado rápidamente.  Es lo que ocurre por ejemplo con materias como la física, más vinculadas a la resolución de ecuaciones y no a sus expresiones en la cotidianidad, por ejemplo, bicicletas, arcos de puertas, etc.

Los estudiantes en el diálogo intersubjetivo con los docentes y sus compañeros en las aulas encuentran sentido a lo que aprenden y eso es lo que permanece. Si esto no se resuelve en el plano digital, la mera trasmisión de información no garantiza aprendizaje, así se cumpla con las tareas de los módulos. Por ello insistimos que usar las potencialidades de la virtualidad no es solo un tema de voluntad, se requiere estudio y apelar al saber pedagógico construido por los docentes en sus experiencias educativas.

Cuando sen estos días se escuchan muchas de las afirmaciones sobre la emergencia educativa y eso de la virtualidad, pareciera que no estamos preparados para ello y creemos que con trasmitir información basta.

  1. Docentes

Los docentes, golpeados por una campaña sistemática durante los últimos años, que pretende hacerlos ver ante la sociedad como desactualizados, sufren el impacto directo de los problemas existentes en la formación docente (inicial y continua). Son los mismos docentes a quienes no se les ha formado para ello y ahora se ven tensionados a dar un giro drástico. Existe una plena disposición de los y las educadores para entrar en este proceso, pero ello demanda un programa masivo de formación para los docentes respecto al mundo digital en el aula. Ello debe ser paralelo a lo que se puede iniciar con los estudiantes.

 A nivel paradigmático, será necesario comenzar a transitar el cambio de paradigma del trabajo educativo, del docente como depositario del saber, al docente como un sabio que sabe mucho de los contenidos de partida, que reconoce que los niños y niñas incorporan saberes específicos, pero que entiende que su rol es integrarlos al conocimiento que se imparte y darle direccionalidad.  Entonces volvemos a lo mismo, necesitamos una formación docente (inicial y continua) que enseñe a los docentes a hacer eso.

Sin embargo, existen limitaciones materiales para ello. Una evidencia de problemas estructurales en el MEDUCA reside en el hecho que no dispone de un censo actualizado de la infraestructura tecnológica (computadoras, conexión, software, consolas de video juegos) con las que cuenta el docente en su casa, en su entorno familiar, ni respecto a su experticia tecnológica.

Por ello, se debería pensar en el corto plazo, en un programa nacional de dotación a los y las docentes en materia de infraestructura tecnológica de partida (hardware, software y conectividad), no solo para atender la contingencia, sino para apuntalar el salto del sistema educativo, de las prácticas de la segunda revolución industrial a la cuarta revolución industrial.

  1. Estructura pedagógica:

En este breve documento no pretendemos desarrollar nuestro punto de vista sobre el nuevo enfoque pedagógico del siglo XXI para un sistema educativo público, gratuito, de calidad, incluyente y popular en el marco de la cuarta revolución industrial. Solo señalaremos algunos tips para motivar un debate. Nos comprometemos en las próximas semanas a presentar un documento más completo sobre el particular.

En este punto, nos interesa destacar la necesidad de generar un giro constructivo en cada uno de los componentes de la pedagogía para poder desarrollar iniciativas como las que hoy nos genera la contingencia, pero también otras creativas, no necesariamente vinculadas a una pandemia. Estos son solo algunos de los elementos:

  • Materia curricular
  • El modelo curricular actual esta caduco y no sirve para un enfoque de mundo digital en el aula;
  • Pareciera que la nueva perspectiva curricular es por estándares movibles y cambiantes como producto del consenso institucional y social;
  • El actual enfoque curricular no cuenta con la flexibilidad sistémica necesaria para desarrollar un modelo de aprendizaje virtual propio de los entornos digitales 
  • Materia didáctica
  • Son tiempos de hibridación y convergencia
  • Las pedagogías críticas y las educaciones populares construyen un camino compartido de aprender haciendo y actuando
  • Se requiere un modelo didáctico pragmático para el trabajo contingente en entornos virtuales
  • Materia Evaluativa
  • El modelo evaluativo punitivo está obsoleto
  • Los enfoques evaluativos por procesos y en entornos virtuales es un debate pendiente en la educación panameña
  • No existe claridad sobre el modelo evaluativo a desarrollar en esta etapa
  • Materia de Infraestructura
  • El tener que apelar a “externos” evidencia los problemas estructurales de infraestructura tecnológica y en todos los sentidos, que tiene la educación panameña
  • Ceder el control de la educación virtual en las aulas a fundaciones y empresas privadas, constituye un serio golpe al derecho a la educación pública;
  • Materia de Planeación
  • El modelo de planeación por resultados y por proyectos resulta insuficiente para el actual abordaje;
  • Se requiere un modelo planeativo situacional y multinivel
  • Materia de Gestión y Supervisión
  • No está claro quien supervisará las plataformas digitales, a quienes se les está cediendo el derecho público a educar;
  • No existen parámetros nacionales de monitoreo, gestión y supervisión de una operación de esta escala;
  • Proponemos sumar a la supervisión de la educación virtual de esta etapa de contingencia a los delegados gremiales de centro educativo;
  • Materia de financiamiento
  • Hoy más que nunca queda en evidencia la necesidad de contar con un mínimo del 6% de PIB para la educación
  1. Elementos funcionales-operativos

En este punto nos basaremos en dos documentos que han circulado ampliamente y que consideramos sirven de referencia al respecto, lo cual completaremos con una rápida mirada a algunos de los videos de la fundación ayudinga disponibles en su plataforma. Veamos

  • Esquema de propuesta Plan B de Ayudinga

El día 11 de marzo de 2020, la Fundación privada Ayudinga presentó lo que se denomina Plan B, donde desarrolla su propuesta educativa

                        – Puntos positivos:

Constituye una expresión concreta de preocupación social por la agenda educativa

                        – Puntos preocupantes

Uso de la contingencia nacional como elemento de propaganda para su propuesta privada, al señalar: “ante la medida de suspensión de clases presenciales en la mayoría de colegios de la ciudad de Panamá, la fundación ayudinga no detendrá sus operaciones ya que, aunque no abran las escuelas, La educación no para”, como si las escuelas no recibieran alumnos por una decisión autónoma, cuando en realidad el hecho es expresión de responsabilidad social ante una pandemia. Este discurso invita a ser usado en otros momentos (ayudinga), espcialmente de conflictividad laboral como alternativa ante las presiones huelgarias de los docentes;

En el mismo documento señalan: “concepto: mediante trasmisiones en vivo, brindar clases” Nuestra pregunta es ¿en que momento se decidió que no se requiere ser docente para dar clases?, pues ellos señalan: “las clases serán impartidas por chicos del equipo de ayudinga.  ¿Por qué no prestan su plataforma y que sean docentes calificados quienes impartan las clases?  Esto podría comprenderse como el inicio del sueño dorado neoliberal de sustituir a los docentes por cualquier profesionista “calificado”, como si educar fuera trasmitir conocimientos;

¿Qué garantía tiene el MEDUCA que los contenidos que previamente elabore sean desarrollados como tal por esos “chicos” cuando trasmiten en vivo?;

¿Tiene capacidad el MEDUCA para evaluar el impacto de sesenta horas semanales de grabación de contenidos educativos en áreas como física, química y matemáticas?  ¿Por qué no se convocó a los gremios para postular especialistas que monitorearan esta labor?

¿Quién decidió que niños con horarios de aprendizaje acostumbrados de la noche a la mañana pasen todos a horarios vespertinos como ellos lo señalan ¿

¿El Estado panameño cede la potestad a un privado de información sensible de la matrícula de niños, niñas y adolescentes?  Ellos señalan “se les pedirá a los estudiantes que accedan por medio de nuestra plataforma (la de ayudinga) y registren sus datos: escuela, grado. Sexo, cédula

   Ayudinga, tal vez sin tener conciencia de ello, construye con su modelo de pruebas estandarizadas un nuevo ciclo de la cultura evaluativa en Panamá, en perjuicio de la educación pública transformadora

  • Videos de ayudinga

Al estudiar los videos de la fundación ayudinga encontramos que:

Los facilitadores hablan muy rápido, eso puede ser perjudicial para los estudiantes. La única manera de resolver las dudas es viendo una y otra vez los videos, lo cual pareciera desconocer la poca disposición que tienen los jóvenes hoy para hacer algo semejante.  No se trata solo de dar una clase “Chic” sino de tomar en cuenta los procesos pedagógicos de la enseñanza-aprendizaje

Las exposiciones parten de la premisa que todos tienen el mismo punto de partida, de conocimiento, lo cual es errado

Existen interrogantes, por ejemplo, respecto a como pueden entender alumnos con recorridos distintos, formulaciones como las que se hacen en los videos de matemáticas, en temas como las causas sobre los cambios de signo en una operación

El modelo de pizarra usado es muy chico, evidenciando limitaciones para comprender el uso en espacios digitales, además de no usar animaciones u otras herramientas.  Termina siendo una especie de grabado en VHS, pero dado en computadora;

Se usan muchos modismos en las clases, producto de que no son profesionales de la docencia;

Sin embargo, el estilo informal de las clases puede facilitar una apertura mental para los docentes más rígidos

  • Guía del módulo

La Guía de Módulo presenta una gran duda: ¿el docente va a dar la clase o solo va a evaluar lo que ayudinga hace?;

Por otro lado, es evidente que el formato de evaluación por módulos se corresponde a una cultura evaluativa distinta a la del mundo digital en el aula.

  1. Pensamiento crítico en la nueva dinámica

Uno de los elementos sustantivos de un sistema educativo que promueva el desarrollo integral de sus estudiantes consiste en generar procesos de construcción de pensamiento crítico. El pensamiento crítico requiere una cultura del debate, de la aceptación de la diversidad y de construcción de identidad con paradigmas flexibles y de justicia social.

En la actual coyuntura esto se dificulta, por lo cual se debe construir mecanismos de intercambio en las plataformas que se establezcan, tanto de los docentes con sus estudiantes en colectivo, así como entre los estudiantes entre sí.  Esto asociado a los temas pedagógicos de enseñanza–aprendizaje vinculados a la generación de pensamiento crítico.

Ello implica la construcción de una cultura de la sistematización de la experiencia pedagógica que el modelo de pedagogía newtoniana, mecánica y estructurada no posibilita.

Sin embargo, el entorno digital posibilitaría el encuentro más allá de la territorialidad, tanto de docentes con otros docentes de municipios distantes, como de docentes con estudiantes de diversas territorialidades, así como de estos últimos entre sí. Estas dinámicas integradas a los procesos de aprendizaje y sus contextos posibilitaría, si sabe usar pedagógicamente, el emerger de pensamiento crítico.

  1. Contexto familiar

Es imposible construir una experiencia de aprendizaje exitoso sin contar con el apoyo de las familias.  Pero el apoyo no es un tema solo de disposición. Se requiere generar un plan de información y educación mínima a las familias sobre el uso de las herramientas digitales en el aula y su correlato actual en casa.  Esto debe ser hecho de manera urgente

  1. Plano gremial

Los gremios docentes tienen que dar el salto y formar parte también de la integración entre aceleración de la innovación y posibilidades de lucha y defensa de nuestras condiciones de trabajo.  Esta reestructuración se convertiría a su vez en una escuela taller que posibilitaría acompañar el salto que requiere la educación panameña.  No solo estamos ganados para eso, sino que ya estamos trabajando en este sentido.

  1. El compromiso de la escuela con la sociedad:

La escuela ha vivido distintos momentos, de ser un referente de la construcción de ciudadanía, a un enclave descontextualizado y en los últimos años, con un gran esfuerzo de los docentes, ha girado hacia la pertinencia educativa.  Esfuerzo que por lo general se hace desde los docentes, en muchos casos en oposición a autoridades del MEDUCA que consideran que el trabajo docente se limita a trasmitir contenidos.

Este papel transformador de la escuela no puede ser perdido en esta etapa, producto de la contingencia. Por ello, un componente sustancial de la actual labor educativa debe estar orientado a la enseñanza de la prevención y combate del coronavirus a las comunidades, desde las propias plataformas digitales.  Ello implica la construcción de un espacio dentro de la plataforma digital para el trabajo comunitario.

  1. ¿Y entonces, Que hacer?

No se trata de paralizarnos, ni de asumir una posición de crítica sin propuestas. Por ello, consideramos

  1. La coyuntura nos toma si el necesario desarrollo de las competencias institucionales y las habilidades personales para partir, pero como siempre, los y las maestras(os) lo hemos resuelto con creatividad, apelando a lo que tenemos y aprendiendo rápido. Por la educación panameña vamos a afrontar la contingencia, pendientes que tenemos un debate estratégico en marcha;
  2. El magisterio panameño debe dar el salto, convirtiéndose en factor generador de contenidos digitales. Ello, implica, hacer un esfuerzo extraordinario de apoyo y nivelación para aquellos docentes con más de cuarenta años que tengan dificultades para trabajar el mundo digital en el aula;
  3. Generar videos tutoriales y guías instruccionales respecto a como usar el celular para dar clase, como trabajar contenidos con las redes digitales, como sacarle el mayor provecho pedagógico a la computadora. Ello implica vincular el mundo del texto al de la imagen y la estética digital;
  4. Como nos enseñan las educaciones populares y las pedagogías críticas vamos a aprender haciendo, como forma correcta de evitar el apagón pedagógico global Si nosotres no participamos en esta contingencia puede crecer la falsa hegemonía que “enseñar es solo cuestión de tecnologias”. Aprovechemos los desarrollos tecnológicos, especialmente los digitales, seguros que son solo apoyos a los reales procesos de enseñanza-aprendizaje

Ciudad de Panamá. 12 de marzo de 2020.

Fuente e Imagen: LA ASOCIACIÓN DE PROFESORES DE LA REPÚBLICA DE PANAMÁ (ASOPROF)

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Perú: Pronabec publica lista de 4,002 talentos seleccionados de Beca 18

América del Sur/Perú/14-03-2020/Autor(a) y Fuente: www.andina.pe

El Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación publicó este viernes la relación de 4,002 talentos seleccionados del concurso Beca 18, convocatoria 2020-I para estudios superiores en universidades e institutos pedagógicos del país.

En la página web institucional el postulante podrá verificar si fue seleccionado o no, ingresando su número de documento de identidad y fecha de nacimiento. También lo puede hacer desde su casilla electrónica del Sistema Integrado de Becas (SIBEC).

De acuerdo con las bases del concurso, todos los seleccionados deberán realizar y completar el proceso de aceptación y formalización de la beca, que se llevará a cabo entre el 16 de marzo y el 6 de abril próximos.

Para aceptar la beca, deberán ingresar a sus casillas electrónicas del SIBEC desde cualquier computadora o dispositivo electrónico con acceso a Internet. En tanto, para formalizar la aceptación, deberán acudir con su documento de identidad original a los lugares designados por el Pronabec, los cuales han sido notificados a sus casillas electrónicas, para entregar en físico los documentos que cargaron al sistema durante el proceso de postulación.

Si el talento seleccionado es menor de edad, deberá cumplir con el proceso de formalización de la beca acompañado de su representante (madre, padre o apoderado). Si su representante no es el mismo de las fases anteriores, deberá actualizar el Anexo 3 (carta poder para nombrar apoderado) o 4 (declaración jurada de persona encargada del cuidado del menor) que figura en las bases del concurso, escanearlo y cargarlo en el módulo de aceptación de la beca.
Concluida esta etapa, la relación de becarios adjudicados de la convocatoria 2020-I de Beca 18 será publicada hasta el 8 de abril próximo.

Más igualdad de oportunidades

Esta convocatoria logró un récord de participación, al registrar a más de 74 mil adolescentes y jóvenes de todo el Perú, inscritos para rendir el Examen Nacional del Pronabec (ENP), que sirvió para la preselección.
La cifra supera en 34% al total de inscritos registrado en la convocatoria anterior.  Asimismo, participaron estudiantes provenientes del 96% de los distritos del país.
El concurso 2020 de Beca 18 está dividido en dos momentos: la convocatoria 2020-I, que otorgó 4,002 becas para estudios en universidades e institutos pedagógicos; y la convocatoria 2020-II, con 1,000 becas para institutos técnicos.
A los ganadores de Beca 18, convocatoria 2020-I, el Estado peruano les cubrirá los costos de la carrera universitaria o pedagógica completa, además de una laptop, alimentación, movilidad local, transporte interprovincial (cuando corresponda), útiles de escritorio, alojamiento (cuando corresponda), entre otros beneficios.
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(FIN) NDP/RRC
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-pronabec-publica-lista-4002-talentos-seleccionados-beca-18-788239.aspx
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Kenia: Universidad asegura que las mujeres estudiantes son violadas por ser “imprudentes”

África/Kenia/12 Marzo 2020/https://rpp.pe/

«En las tres violaciones reportadas el año pasado, se puede dibujar un caso claro de imprudencia por parte de nuestras alumnas», señaló la Universidad de Nairobi.

Uno de los principales centros de educación superior en Kenia, la Universidad de Nairobi, culpó a las estudiantes por ser violadas, al considerar que su comportamiento “imprudente” motivó los abusos sexuales. Asimismo, el centro de estudios señaló que el número de violaciones y robos en la capital de Nairobi a estudiantes se ha incrementado en los últimos años.

“En los tres casos de violaciones reportados el año pasado, se observa una clara imprudencia por parte de nuestras estudiantes mujeres”, señalaba el comunicado que fue enviado a todos los alumnos.

El documento también abordó un caso en particular, y aseguró que la víctima “se entretenía en varios lugares de la ciudad y decidió caminar sola y en estado de ebriedad”, cuando fue asaltada y violada en grupo por tres hombres.

El documento también aconsejó a los estudiantes a recordar los números de teléfono más importantes de su entorno, en caso de que extravíen su teléfono celular y les recomendó permanecer con amigos conocidos durante sus salidas nocturnas.

Fuente: https://rpp.pe/mundo/actualidad/kenia-universidad-asegura-que-las-mujeres-estudiantes-son-violadas-por-ser-imprudentes-noticia-1248245?ref=rpp

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México: Las mujeres indígenas tienen menos acceso a educación superior, reconoce Añorve

América del norte/12 Marzo 2020/https://news.culturacolectiva.com/

El senador Manuel Añorve reiteró su compromiso legislativo por mejorar las condiciones de vida de las mujeres, principalmente las indígenas que tienen menos acceso a la educación

En México, las mujeres representan poco más de la mitad de la población total en el país, sin embargo, son también el grupo más discriminado de la estructura social.

En ese contexto, el grupo de mujeres más desfavorecido dentro de la sociedad mexicana es el de las mujeres indígenas, sólo el 12% alcanza al menos un grado de educación superior, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis).

Lee también: Añorve propone reducir el IVA a la mitad en Guerrero para fomentar el turismo

El reporte señala que la diferencia entre el acceso a la educación de las jóvenes indígenas es menor frente a las mujeres no indígenas, cuyo porcentaje escala hasta el 30%; en tanto, frente a los hombres indígenas la diferencia es de 14 puntos porcentuales.

Por lo anterior, el senador Manuel Añorve Baños manifestó su compromiso por seguir trabajando en la creación de leyes que ayuden a mejorar las condiciones de vida de las mujeres, principalmente las indígenas, quienes se enfrentan a la falta de empleo y de recursos para cubrir sus necesidades básicas.

Así viven la discriminación las mujeres en México

Según datos de un estudio realizado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), la existencia de altos indices de desigualdad de género y violencia contra mujeres se desprenden principalmente de los estereotipos sociales, su normalización y su reproducción.

Las mujeres presentan mayores índices de pobreza, jornadas laborales más largas, menores niveles de contribución social, ingresos más bajos y menos representatividad en los puestos directivos y cargan con más del 90% de las actividades domésticas y de cuidados aun las mujeres que trabajan fuera de casa.

Fuente: https://news.culturacolectiva.com/mexico/mujeres-indigenas-tienen-menos-acceso-educacion-superior-reconoce-manuel-anorve/

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Los cambios que se avecinan para acreditar la alta calidad de las universidades

Por: Semana Educación

El Ministerio de Educación presentó los lineamientos de actualización del Modelo de Acreditación en Alta Calidad. Rectores de instituciones de educación superior le explicaron a Semana Educación cuáles son los beneficios y retos de este acuerdo.

El Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES) indica que hay 302 instituciones de educación superior (IES) en Colombia, pero solo 66 están acreditadas. De estas, 56 son universidades, siete son instituciones universitarias o escuelas de tecnología y tres son instituciones tecnológicas. Además, de 12.789 programas académicos con registro calificado vigente, solo el 27 por ciento (3348) están acreditados y cuentan con al menos una renovación.

Esta acreditación evalúa el cumplimiento de los objetivos y la pertinencia de la oferta académica, el bienestar, el desarrollo de la investigación, la innovación y la creación artística y cultural. Con el fin de actualizar la manera como se ha medido la actividad en su nivel superior, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) convocó en 2018 y 2019 a 29 talleres en los que participaron al menos 600 representantes de 247 IES del país. A dichos encuentros también asistieron el Consejo Nacional de Educación Superior (Cesu), el Consejo Nacional de Acreditación (CNA) y la Comisión Nacional Intersectorial de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Conaces).

Como resultado, la ministra de Educación, María Victoria Angulo, en calidad de presidente del Cesu, presentó ante más de 500 rectores y directivos los lineamientos que actualizan el Modelo de Acreditación en Alta Calidad para las instituciones de educación superior en Colombia.

El cambio más significativo, de acuerdo con la jefe de la cartera educativa, es que las IES que decidan iniciar el proceso de acreditación, que es de carácter voluntario, contarán con un concepto de calidad que reconoce la diversidad de instituciones, su naturaleza jurídica, así como los diferentes niveles y modalidades de formación académica.

“En el proceso de actualización se introdujeron temas claves entre los que figuran los resultados del aprendizaje como indicador del logro de la alta calidad; la inclusión de dimensiones como el seguimiento, evaluación, autoevaluación y la promoción de los sistemas internos de aseguramiento de la calidad, de forma que atiendan, de manera articulada, los procesos del registro calificado y de la acreditación de alta calidad y se fomente el mejoramiento continuo al interior de las instituciones de educación superior”, explica Angulo.

Para reconocer la acreditación, también se incluyen nuevos factores de evaluación tales como la identidad; gobierno institucional y transparencia; los indicadores de permanencia y graduación y aspectos académicos y resultados de aprendizaje.

«No podemos limitarnos a formar mano de obra, tenemos que formar ciudadanos críticos y capaces»

A propósito, el padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita S.J., rector de la universidad Javeriana, considera que este paso es fundamental para que todos los estamentos de la educación superior se articulen y tengan en cuenta las diferencias geográficas, culturales y poblacionales del país.

“En esta articulación los rectores expresamos sinsabores y descontentos, por ejemplo, que los diferentes organismos como el Cesu y el CNA exigían diferentes cosas a las universidades. Con el acuerdo, vamos hacia un mismo rumbo y se establece una calidad modulada, que reconoce las diferencias de las IES y de las regiones. Antes, estábamos completamente fuera de la realidad”, afirma Peláez, quien también se desempeña como representante de los rectores ante de las universidades privadas antes el Cesu.

Lorenzo Portocarrero Sierra, rector del Tecnológico de Antioquia y representante de los rectores de las Instituciones universitarias o escuelas tecnológicas estatales u oficiales ante el Cesu, recuerda que “214 instituciones de las 302 no tienen categoría de universidad”, por lo que aplaude que ahora existan criterios de acreditación para valorarlas a todas las IES.

“Era casi obligatorio tener que parecerse a un solo modelo, al de la universidad, pero era ilógico que en un país diverso no se reconociera la singularidad de las IES. Estos lineamientos dan cuenta de que cada institución puede definir cuáles son sus intereses y su enfoque de investigación”, apunta por su parte José Consuegra Bolívar, rector de la universidad Simón Bolívar de Barranquilla.

Otro cambio sustancial presentado por el MEN es que solo podrán someterse al proceso de acreditación los programas que cuenten con funcionamiento continuo de por lo menos ocho años. Se modifica también el tiempo de vigencia de la acreditación de alta calidad, que ahora será de 6, 8 o 10 años, según el grado de consolidación y sostenibilidad que demuestren las IES y sus programas.

Para Ivaldo Torres Chávez, rector de la universidad de Pamplona y representante de las instituciones públicas ante el CESU, con estas directrices ganan todos los sectores. “Ganan los estudiantes y familias porque las universidades estamos armándonos para entregar la mejor educación; también gana el sector empresarial porque van a tener profesionales más idóneos y enfocados en el desarrollo del país”, dice.

¿Cómo evaluar, por ejemplo, los resultados de aprendizaje y potenciar esa calidad de las IES? El rector de la universidad Javeriana propone reforzar el diálogo con el sector empresarial, que se ha venido realizando, para cuestionar si el capital humano sí responde a la misión de las universidades y genera transformación e innovación.

“En estos diálogos puede haber tensión entre la visión inmediatista del empresario, que busca egresados con ciertas competencias útiles para el mercado, pero desde las universidades tendremos que completar ese discurso, porque no podemos limitarnos a formar mano de obra, tenemos que formar ciudadanos críticos y capaces. No podemos caer en la trampa de una función instrumental de la educación superior, debemos centrarnos en el aporte de valor para transformar las regiones a partir de la misión de cada institución”, puntualiza Peláez.

Se debe subrayar que la apuesta por asegurar la calidad resulta ambiciosa si se tienen en cuenta otros aspectos. Entre estos, la tasa de cobertura en educación superior –que se ubica en 53 por ciento– y la tasa de desocupación en América Latina, que fue de casi 20 por ciento en el tercer trimestre de 2019, lo que significa que uno de cada cinco jóvenes no consigue empleo en la región. Este es el porcentaje más alto registrado en la última década, según la Organización Internacional del Trabajo.

A propósito, Javier Duván Amado Acosta, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Instituciones de Educación Superior con Formación Técnica Profesional, Tecnológica o Universitaria (Aciet), hace énfasis en apoyar la vida laboral de los estudiantes mediante la integración del Servicio Público de Empleo con el trabajo de las IES.

“Las vacantes no llegan a las universidades, y las universidades tienen sus propias bolsas de empleo, es decir que no dialogan entre sí. Los jóvenes deben vincularse a una vacante desde que son estudiantes, pero, mientras estemos dispersos, no lo vamos a lograr”, añade Javier Amado.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/universidades-alta-calidad-colombia-proceso-de-acreditacion-educacion-superior/655169

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Alejandro Gaviria: “Hay que mantener cierta capacidad de rebeldía y no resignarse con la situación del país”

Por: Luis Carlos Vélez.

 

Luis Carlos Vélez: ¿Cuáles son los principales retos de las universidades hoy? 

Alejandro Gaviria: Yo diría que son tres. Primero, las universidades son demasiado ofertistas. Tenemos que adaptarnos a las demandas de la sociedad que están cambiando, hay que conectarse con la gente y con las necesidades del mundo global. Segundo, tienen que seguir siendo factores de movilidad social. Y, finalmente, tienen que ser un actor preponderante en esta búsqueda de producción y consumo sostenible. Cuando un periódico como The Financial Times redacta un titular diciendo que hay que resetear el capitalismo, esas nuevas ideas tienen que surgir de las universidades.

L.C.V.: ¿Hoy sigue siendo verdad que en Los Andes estudia la élite del país?

A.G.: El 40 por ciento de nuestros estudiantes tienen algún tipo de ayuda financiera. La universidad beca directamente a 120 o 130 cada año. Vienen otros 200 o 300 como consecuencia de los programas estatales de becas. Eso fue verdad hace 15 años, hoy en día no es cierto. Esta es una universidad mucho más diversa socioeconómicamente que lo que la gente cree. Y tiene estudiantes de todos los estratos, con excepción tal vez del estrato uno; también, una gran diversidad regional. Esa era una universidad que ya no existe hoy afortunadamente.

L.C.V.: ¿La cancelación del programa Ser Pilo Paga afectó las finanzas de la universidad?

A.G.: No. Ese programa fue reemplazado por Generación E, que en algunos elementos a mí me parece más justo. La universidad tiene que poner una parte de la matrícula, por ejemplo. Pero la educación superior en Colombia está en un momento difícil. Hay algunos programas en otras universidades en donde hay disminuciones del 30 o 40 por ciento. Nuestro número de estudiantes de primer semestre para este año aumentó en 300. Nosotros todavía no tenemos ese problema.

L.C.V.: En los Gobiernos anteriores se acostumbraba que los miembros del gabinete eran siempre de Los Andes o la Javeriana, y en este no. ¿Cómo ve ese cambio?

A.G.: Los tiempos cambian. Yo creo que hay un tema de capital social. El actual presidente tenía un grupo con el que había crecido y trabajado siempre. No veo que eso sea un problema. Yo dije tal vez de manera provocadora en mi discurso de posesión que la Universidad de los Andes quería ser la universidad donde se educaran los líderes de Colombia, pero también la universidad para criticar a esos líderes. No está bien para un país que los ministros sean siempre de la misma universidad. Celebro ese cambio.

L.C.V.: ¿En dónde está parada la universidad ideológicamente? 

A.G.: La universidad no puede tener una posición ideológica porque aquí hay 800 profesores, muchas facultades. Lo que yo quiero es que sea un lugar plural. Eso no significa necesariamente que sea neutral. Plural significa que estemos comprometidos con los debates y que las posiciones puedan moverse hacia un lado o hacia otro. Cuando se creó Los Andes en 1948, en medio de los conflictos políticos que estaban acabando con este país, se dijo que este lugar no iba a tener dogma ni camiseta ideológica, pero eso no significa que no íbamos a tener compromiso con el país.

L.C.V.: Usted tomó una postura política favorable frente al paro. ¿Esa era una posición suya o de la universidad?

A.G.: Lo que yo hice fue acompañar a los estudiantes en ciertas manifestaciones que hicieron aquí como forma de pedagogía democrática. Me parecía importante combatir una narrativa que sugería que nosotros estábamos desconectados de la realidad. Esta es una universidad que trabaja en muchos ámbitos varios temas con el Estado. Yo no tomé una posición contra el Gobierno, sino diciendo que en eso íbamos a participar. Cuando cancelamos clases el 21 de noviembre, invité a una reflexión sobre cómo construir una sociedad mejor. No podíamos cerrar las puertas y hacer como si nada estuviera pasando. 

L.C.V.: Hoy, en retrospectiva, ¿piensa que estuvo bien acompañar el paro?

A.G.: Yo no sé qué es acompañar el paro. Nosotros simplemente tomamos una serie de medidas para proteger a nuestros estudiantes. Por ahí nos pidieron que desmontáramos una página y decidimos no hacerlo en aras de la libertad de expresión. Abrimos las puertas para que algunos estudiantes pudieran quedarse porque no podían llegar a la casa. Yo presenté esto al Consejo Superior porque había inquietudes, y casi que al unísono los miembros apoyaron lo que habíamos hecho.

«Cuando un periódico como The Financial Times propone resetear el capitalismo, estas nuevas ideas tienen que surgir de las universidades».

L.C.V.: Antes, hace unos 20 años, se decía que los estudiantes de la universidad siempre estaban completamente alineados con el Gobierno. ¿Cómo ha cambiado eso? 

A.G.: Estamos viviendo un momento en el país y en el mundo en el que hay una mayor conciencia crítica de los estudiantesHay un rompimiento generacional y un poco más de desazón sobre el futuro; incluso, sobre el futuro laboral, y un poco más de escepticismo y de desconfianza en todas las instituciones públicas. No creo que sea sobre el Gobierno, pero hay un poco más de lejanía y escepticismo sobre el Estado y sus instituciones.

L.C.V.: ¿Cómo ve al país?

A.G.: Yo creo que no hay una narrativa esperanzadora, veo una deriva o inercia preocupante, nos hace falta una agenda reformista ambiciosa. Veo un país muy paralizado sin capacidad de generar consensos. Yo no veo una situación de crisis, pero sí una cierta quietud que no me gusta. Por ejemplo, sobre el Congreso, creo que no tiene capacidad para aprobar casi ninguna ley importante. Es una incapacidad de reformarse que me parece preocupante y la consolidación de este modelo centro-periferia que ha caracterizado a Colombia durante tanto tiempo. Yo pensé que ese modelo de centro-periferia iba a cambiar con el proceso de paz y no lo veo cambiando.

L.C.V.: ¿Su postura política como individuo es cercana al progresismo?

A.G.: Yo me considero un liberal, una persona que ha defendido la dignidad humana, las libertades individuales. Desde mis primeras investigaciones académicas siempre estuve muy preocupado por la movilidad social. A mí me gusta repetir una frase y es ‘trabajar todos los días por un país un poco más justo, un poco más digno y un poco más decente’. Hoy, también luego de mi paso por el Estado, creo que uno tiene que celebrar lo bueno, pero mantener cierta capacidad de rebeldía y no resignarse con la situación del país. Hay otra frase que define mi postura política general y es ‘no resignación, pero tampoco desmesura’.

L.C.V.: ¿Eso es ser de oposición?

A.G.: Mis posturas y mis opiniones centrales sobre el país han sido casi las mismas desde hace tiempo, antes de que este Gobierno empezara. En algunos temas, sin embargo, puede haber coincidencias.

L.C.V.: ¿Hará política en el futuro?

A.G.: A mí no me gusta la política electoral, no me veo en ese mundo, tengo muchos defectos para ese mundo, incluido uno, y es que ni siquiera nací en Colombia. He sido demasiado franco y cándido en algunas de mis observaciones como mis no creencias religiosas. Yo me siento en este momento contento en la universidad, tengo un compromiso con este cargo y quisiera que me dejaran tranquilo en mi papel de educador.

L.C.V.: Su respuesta descarta la presidencia, pero ¿y otros cargos?

A.G.: Yo fui ministro de Salud por seis años y sufrí una enfermedad grave. En estas cosas uno no puede decir que no porque las coyunturas cambian, pero por ahora mi compromiso está con la universidad. Cuando veo la labor difícil de los funcionarios de tratar de construir algo en medio de esa suspicacia generalizada, de la veleidad en las redes sociales, digo mejor estar tranquilo. 

L.C.V.: Usted dio un discurso en el Hay Festival sobre populismo. Según su mirada, ¿quién es el político más populista en el país? 

A.G.: En general en el mundo, el populismo está por todos lados. La sociedad quiere cambiar y hay que responder a esa impaciencia colectiva de alguna forma. Lo que yo he tratado de decir es que esa respuesta a esa impaciencia tiene que tener algo de pensamiento y tenemos que tener entre todos contratos sociales coherentes. Yo veo que desde la derecha y la izquierda hay un rechazo a la coherencia. ¿Quién lo es más? No sé. Yo tengo una visión resignada porque es muy difícil, cuando uno está en el poder, no ser populista. Algo de eso hay que tener, pero mi llamado es a la responsabilidad en esa búsqueda permanente de la legitimidad. Hay una frase que me gusta repetir de un comentarista norteamericano que decía “las glorias fáciles de la oposición”. Criticarlo todo por Twitter no tiene ningún mérito y no tiene ningún tipo de ponderación.

L.C.V.: ¿Petro es populista? 

A.G.: Sí, en muchas de sus posturas.

L.C.V.: ¿Uribe es populista? 

A.G.: Los dos lo son. Muchas veces sobresimplifican la realidad. Se les olvidó que, cuando ellos eran gobernantes, las cosas eran un poco más difíciles y son demasiado facilistas a la hora de criticar a los otros. El populismo tiene como característica evadir la complejidad del mundo y olvidarse de las dificultades a la hora de transformar la sociedad.

L.C.V.: ¿Duque es populista?

A.G.: Algunas de sus propuestas lo son, un poco más de lo que yo me imaginaba. Pero no lo calificaría de esa manera.

Fuente de la entrevista: https://www.semana.com/nacion/articulo/alejandro-gaviria-hay-que-mantener-cierta-capacidad-de-rebeldia/655378

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Millones de niñas nunca irán a la escuela: Unesco

Por: Laura Poy Solano.

A pesar de los avances en décadas recientes en la igualdad de género en el acceso a la educación, al menos 16 millones de niñas y adolescentes en el mundo nunca asistirán a la escuela, revela la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la cual señala, entre otras disparidades, que sólo 17 mujeres han ganado el Premio Nobel de física, química o medicina, desde que le fue otorgado a la científica Marie Curie en 1903, frente a 572 hombres que han recibido este galardón.

En México, como en el resto de América Latina, el organismo multinacional reporta incremento en el número de niñas que logran matricularse en la educación y concluir sus estudios. Sin embargo, también advierte que la escuela es reproductora de roles y prejuicios culturales de género que van formando la percepción de éxito en determinados campos del saber, donde las niñas y adolescentes se mantienen en desventaja frente a los varones, como en ciencias y matemáticas.

Sociedad y familia, espacios determinantes

Pero no sólo es la escuela. La sociedad y la familia tienen un papel preponderante en el logro académico desde prescolar hasta educación superior, alerta.

De acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en el ciclo escolar 2018-2019, de los 36.6 millones de alumnos del Sistema Educativo Nacional, 18 millones 373 mil 677 son mujeres, es decir, poco más de 50 por ciento.

No obstante, por subsistema educativo se detectan diferencias. En educación básica, de los 25 millones 493 mil 702 alumnos matriculados, 12 millones 566 mil 924 son niñas en prescolar, primaria o secundaria, cifra menor en 359 mil 854, en comparación con la matrícula varonil.

En educación inicial (menores de 3 años) las niñas incritas son 129 mil 914 espacios, frente a 137 mil 89 de varones. En prescolar hay 2 millones 370 mil 790 alumnas, y 2 millones 409 mil 997 niños matriculados.

En primaria la diferencia aún es mayor, pues de los 13 millones 972 mil estudiantes que acuden a las aulas, 6 millones 865 mil son niñas y 7 millones 107 mil son niños. En secundaria, se reportaron 3 millones 200 alumnas, y 3 millones 272 mil estudiantes varones.

Por lo que respecta al bachillerato, las mujeres representan 50.7 por ciento de la matrícula (2 millones 660 mil), mientras que en Educación Superior son 50.2 por ciento (un millón 980 mil), y en estudios de posgrado representan 52 por ciento (125 mil 441) del alumnado. En el caso de la capacitación para el trabajo, las mujeres representan 59.4 por ciento del total de quienes buscan una formación que les garantice un empleo.

Falta de representación

Las diferencias en el acceso entre niñas y niños aún persisten. Al respecto, la Unesco destaca en su informe Descifrar el código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, que actualmente sólo 28 por ciento de los investigadores en el mundo son mujeres, lo que es una muestra de la falta de representación que aún existe para garantizar que el camino al conocimiento sea igualitario.

Fuente del artículo: https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/03/08/millones-de-ninas-nunca-iran-a-la-escuela-unesco-656.html

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