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África: La herencia judía mizrají se incorpora en los programas escolares.

www.aurora-israel.co.il/11-07-2016

En una decisión sin precedentes, el ministerio de Educación ha incorporado el legado cultural judío mizrají (oriental proveniente de los países musulmanes, sefardí y del Norte de África) a la currícula escolar.

El ministro de Educación Naftali Bennett expresó: «Después de 68 años, estamos corrigiendo un error histórico y voy a procurar que cada estudiante aprenda acerca de su herencia familiar y se enorgullezca de ella.» Los estudiantes de todas las edades aprenderán acerca del patrimonio sefardí y mizrají.

Bennett recibió las sugerencias de un comité encargado de la introducción de la cultura e historia mizrají y sefardí en el programa escolar israelí, coordinado por el poeta Erez Bitón. Entre ellas, se cuentan viajes de patrimonio histórico para los jóvenes a los Balcanes, la región del Magreb y España, visitas en las ciudades periféricas de Israel, y preguntas acerca de la historia judía mizrají en los exámenes de matriculación de la escuela secundaria.

Los judíos mizrajíes (orientales) provienen de Oriente Medio y los judíos sefardíes de la Península Ibérica, mientras que judíos ashkenazíes provienen típicamente de Europa Central y Oriental.

Bitón agradeció a Bennett, diciendo: «Este es un momento emocionante. Este trabajo es resultado de la dedicación de 100 personas que se sentaron juntas durante cinco meses.»

El comité recomienda que la promoción de la herencia judía sefardí y mizrají debe convertirse en una misión nacional y debe comenzar en el jardín de infantes y continuar a través de los institutos de educación superior.

Sobre el tema de la enseñanza del Holocausto, el comité recomendó que, junto con el foco central en la comunidad judía ashkenazí, las lecciones deban incluir también las experiencias y testimonios de judíos que vivían en el norte de África y en Tesalónica, Grecia, durante ese tiempo.

El comité también recomendó lecturas de las obras de Biton, así como las obras de los escritores Sami Michael, Dan Benaya Seri, Amira Hess y los poetas jóvenes Roy Hasan y Adi Kaisar en el plan de estudios de literatura.

También recomendó que todos los estudiantes universitarios en los programas de educación y todos los profesores de historia cursen estudios obligatorios en la historia de la comunidad judía sefardí – mizrají desde el siglo XVII hasta el siglo XX como condición para recibir una licencia de enseñanza.

Para las clases de educación cívica, el comité recomendó la inclusión del «caso de los niños judíos yemenitas» (la desaparición de cientos de bebés y niños pequeños de familias de inmigrantes de Yemen, países árabes y los Balcanes desde 1948 hasta 1954), el movimiento de justicia social mizrají Panteras Negras, los disturbios de Wadi Salib, entre otros temas.

«Incluso si implican sentimientos de confrontación y debate, es importante promoverlos, ya que son parte integral del tejido social dinámico», dice el informe.

Cada año, alrededor de 30 de noviembre, el día que marca la expulsión de los judíos mizrajíes de los países árabes, debe ser una semana de estudios dedicada al tema, incluyendo viajes de estudios pertinentes, recomienda el informe.

Los estudiantes también deben aprender sobre el fallecido presidente Itzjak Navón, que era de origen sefardí, así como sobre el fallecido Rabino sefardí de Israel Ovadia Yosef.

El comité ha ampliado sus recomendaciones a la esfera académica, sugiriendo que el Consejo de Educación Superior en Israel debe comprender 50% de representantes mizrajíes-sefardíes. El consejo pidió además establecer una nueva facultad de estudios del patrimonio mizrají-sefardí bajo el área de humanidades e incrementar la investigación en el campo.

El coste global de las recomendaciones del comité sería de 250 millones de shekels (unos 64,3 millones de dólares) por año.

La ministra de Cultura Miri Regev, ella misma de origen marroquí y conocida defensora de la cultura mizrají y sefardí, alabó a Bennett y declaró: «estoy feliz e incluso emocionada de ver concretadas las recomendaciones del Comité Bitón y que el Ministerio de Educación sea una parte de la revolución por la justicia cultural. 2016 es el año en que comienza la edad de oro de la cultura mizrají en Israel».

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La Universidad latinoamericana: ¿tiene falla de origen?

 

La Universidad es una conquista social de singular importancia para la democratización del saber y su relación con la transformación social.  Sin embargo, no es osado señalar que en el presente, presta un limitado aporte a los cambios sociales en su conjunto y mucho menos a los proyectos emancipatorios en América Latina y el Caribe.  Más allá de destacadas, honorables y admirables figuras que trabajan desde sus espacios, la universidad comienza a ser percibida socialmente como una institución de titulación para acceder al campo laboral, distante del imaginario que había construido décadas atrás de espacio para soñar y pensar lo social, lo humano y el contrapoder.

Este no es un fenómeno atribuible sólo a las instituciones universitarias. En muchos lugares de la región, los Estados nacionales y sus instituciones parecieran mirar en sentido opuesto al horizonte que están dibujando sus pueblos.  Este desencuentro es dramático y puede traer en el mediano plazo severos problemas de gobernabilidad en la región. Las dinámicas del pasado, los discursos de ayer, las respuestas que fueron efectivas cada día tienen mayores dificultades para empalmar con la agenda mínima ciudadana del presente. Es hora de pensar políticamente (con P mayúscula) sobre estos fenómenos, desde una perspectiva descolonial.

Y es que el proceso de colonización logró apropiarse del firmamento de espacios ciudadanos ocupando hasta las rutas de emancipación.  La colonización cultural –la peor de todas porque domina las ideas y con ellas el mundo-  pretendió y en muchos casos lo lograron,  enseñarnos cómo es que era permitido y posible ser libres; es decir, han pretendido enseñarnos los límites y fronteras de la propia libertad. Lo académico no fue ajeno a ello, por el contrario fue y es aún hoy en día, epicentro de ese sostenimiento del orden colonial en las estructuras de pensamiento.

Cuando el esclavo libre, ahora colonizado –neo esclavitud-  se atreve a pensar por sí mismo, atreviéndose a explorar, conocer, indagar, construir  nuevos caminos para concretar su libertad, suele encontrarse en el peor de los mundos. Por un lado la más feroz rabia del colonizador y por el otro la burla/temor/incredulidad de los iguales, quienes colonizados culturalmente, quieren que otro les muestre como cambiar los cosas, pero no creen posible ser protagonistas del cambio, es decir de la nueva historia.

La universidad latinoamericana debe construir una nueva historia, que le permita romper con el velo cultural del colonizado atreviéndose colectivamente a repensarse en todos los planos, desde la forma de crearse y actuar en ella misma, pero también atreviéndose a cuestionar sus orígenes y pensar una nueva forma de parir y nacer. Revisar sus prácticas y procesos desde ese ejerció descolonizador,  puede contribuir con el surgimiento de ese otro mundo no colonizado, alterno, donde pensar el mundo patas arriba sea sinónimo de cordura libertaria.

Al respeto Quijano, A. (2014) afirma que “al formular sus cuestiones en un espacio social abstracto, históricamente indeterminado, quienes así proceden no pueden evitar identificar a piori a esta cultura (o a esta sociedad y a este Estado) con la cultura (o la sociedad o el Estado). El contexto histórico social concreto se asume, pues, como dado, no cómo algo a cuestionar en el punto mismo de partida” (p.667).

Desde ese lugar de enunciación, me atrevo a plantear respecto a las universidades que los problemas que se evidencian y nos hacen siempre pedirle una y otra vez a ella: transformación … transformación … transformación universitaria tienen como punto de partida una falla de origen. Esta falla de origen, desde mi punto de vista, tiene que ver con el código genético con el cual se edifica la vida y el que hacer universitario. Falla de origen que se inicia en el propio momento de la fundación de las universidades.  Falla de origen que  se expresa en su concepción práctica, más allá de la definiciones teoréticas, al auto asumirse y ser aceptada por la mayoría de la gente, como una institución fundamentalmente para la docencia.  El gen problemático de la estructura de vida universitaria se desarrolla por una perspectiva colonial de su existencia.

De hecho, las universidades en América Latina y el Caribe tienen sus orígenes en procesos coloniales, asignándosele desde sus comienzos la tarea de formar a la burocracia y los funcionarios que demandaba el orden imperial de dominación. Para Tünnermann (1996) la universidad colonial en América Latina y el Caribe procura resolver:

  1. La necesidad de proveer localmente de instrucción a los novicios de las órdenes religiosas que acompañaron al conquistador español, a fin de satisfacer la creciente demanda de personal eclesiástico creada por la ampliación de las tareas de evangelización;
  2. La conveniencia de proporcionar oportunidades de educación, más o menos similares a las que se ofrecían en la metrópoli, a los hijos de los peninsulares y criollos, a fin de vincularlos culturalmente al imperio y, a la vez, preparar el personal necesario para llenar los puestos secundarios de la burocracia colonial, civil y eclesiástica. Por otro lado, las dificultades de las comunicaciones, arriesgadas y costosas, aconsejaban impartir esa instrucción en las mismas colonias;
  3. La presencia, en los primeros años del periodo colonial, en los colegios y seminarios del Nuevo Mundo, de religiosos formados en las aulas de las universidades españolas, principalmente Salamanca, deseosos de elevar el nivel de los estudios y de obtener autorización para conferir grados mayores. De ahí que las gestiones para conseguir los privilegios universitarios fueron con frecuencia iniciadas por estos religiosos de alta preparación académica (p.122)

Es decir, las Universidades en la región no fueron pensadas para el desarrollo de las naciones dominadas, ni para la formación de sus ciudadanos, mucho menos para el desarrollo de un conocimiento, ciencia y tecnología que les permitiera ser independientes.  Las universidades  en América Latina y el Caribe fueron arietes conceptuales de un conocimiento que reproducía el orden de dominación.  No fueron universidades desarrolladas a partir de las necesidades de la gente y los requerimientos de sus sociedades, sino implantadas desde las naciones que se asumían conquistadoras y por lo tanto dueñas de los nuevos territorios.

El propio Tünnermann (1996) distingue dos modelos en las universidades implantadas: la de Salamanca y la de Alcalá de Henares, ambas de origen español. El modelo de Salamanca respondió a “la idea de una universidad al servicio de un “estado-nación”, concepto que recién surgía en España (siglo XIV)… Todo el edificio de la transmisión del conocimiento descansaba sobre la cátedra” (pp-124-125).  Por su parte, la preocupación central de la universidad alcalaína fue la teología, material que sólo en épocas posteriores ocupó un lugar relevante  entre los estudios salamantinos. Su organización correspondió más bien a la de un convento-universidad” (pp-124-125).  Los modelos de Salamanca y Alcalá se desarrollaron sobre la base de la docencia, es decir como instituciones para impartir conocimiento.

Para Morles, Medina Rubio y Álvarez Bedoya (2002) en el proceso de construcción de la República, luego de alcanzar independencia nacional, la llamada universidad Republicana reemplazaría el modelo elitesco y eclesiástico imperante por uno más “dinámico, tolerante y científico (…) incorporando nuevas cátedras y laboratorios” (p.20), haciendo que las estructuras académicas[i] se asemejarán bastante al modelo Napoleónico. Continúan estos autores señalando que “con el modelo napoleónico de universidad se afirma en Venezuela, desde el último cuarto del siglo XIX, el pensamiento positivista y evolucionista. El modelo napoleónico se basa también en la docencia, con un carácter más científico contribuyendo a la ruptura con el dogmatismo religioso.

Autores Galo Gómez, citado por D’Andrea, R. E, Zubiría, A y Sastre Vázquez, (2012) precisan respecto a la concepción Napoleónica de la universidad:

La Universidad Imperial creada en 1808 y organizada dos años más tarde, es algo muy distinto de lo que tradicionalmente se había entendido como Universidad. Es un organismo estatal, al servicio del Estado que la financia y organiza y que fija no sólo sus planes de estudios, su administración y el nombramiento de profesores, sino hasta la moral pública que ha de inculcar a sus discípulos: «Mi fin principal – declara el mismo Napoleón- al establecer un cuerpo docente es tener un medio de dirigir las opiniones políticas y morales». Una Universidad centralizada, burocrática y jerárquica. Es difícil encontrar algo más opuesto a lo que había sido la Universidad desde su origen» (Galo Gómez O., 1976, p.7)

 

Esta implantación no pasa desapercibida por parte de quienes se resisten a la dominación.  Propuestas y modelos alternativos comienzan a surgir en todo el continente en el siglo XX, los cuales tienen una expresión clara y firme en El Manifiesto Liminar (1918) que fundamentó la reforma de Córdoba, en el cual se plantea

Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vital de los organismos universitarios no es el fruto del desarrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolucionaria.

Agregando:

Nuestro régimen universitario -aún el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie del derecho divino: el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes. El concepto de Autoridad que corresponde y acompaña a un director o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios, no solo puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a la substancia misma de los estudios. La autoridad en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino sugiriendo y amando: Enseñando. Si no existe una vinculación espiritual entre el que enseña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen cuartelario, pero no a una labor de Ciencia. Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de Ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.
Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad que en estas Casas es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa-dignidad y la falsa-competencia.

 

El grito de Córdoba es el más importante cuestionamiento hecho a la universidad desde la perspectiva de sus estudiantes.  Los reclamos centrales se refieren a la forma y mecanismos de gobierno interno y de una u otra manera a la desconexión de la universidad con su entorno.  En buena medida, el Manifiesto Liminar impulsa un modelo de universidad para un nuevo ciclo de proyectos de independencia nacional.

En el siglo XX la idea de investigación universitaria se fue deslizando progresivamente hacia los posgrados. Para Lucas Luchilo (2010), “en América Latina, el fomento de la formación de posgrado fue y es una de las funciones básicas asignadas a los Consejos de Ciencia y Tecnología, que se crearon a partir de la década de 1950. Desde esta perspectiva, se trata de instrumentos de política con alta legitimidad y en los que los países de la región han acumulado experiencia, tanto en el nivel de promoción como en el de ejecución” (p.14).  Este auge se produce en medio del creciente influencia de las ideas de desarrollo nacional y regional, así como de la planificación auspiciadas, entre otras por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).  Sus resultados en términos de crecimiento sectorial (posgrados) y de impacto se mostraron limitados.  Posteriormente el neoliberalismo, en los ochenta y noventa del siglo XX,  se encargaría de generar un proceso de vaciamiento de la investigación y los investigadores universitarios promoviendo su migración hacia centros independientes de investigación con fuerte financiamiento privado y ubicados en los países del centro capitalista.

El Mayo francés con sus críticas iniciales al Libro Blanco del Ministro Francés de Juventud y deporte François Missoffe, abren un capítulo especial que lleva a la juventud mundial a repensar el compromiso de la universidad con los más altos ideales de la humanidad.  Pero la universidad siguió siendo una institución centrada en la docencia.  Los movimientos de profesores universitarios planteando la urgente necesidad de una reforma de la educación superior se multiplicaron en el mundo en las décadas de los setenta y los ochenta del siglo XX.

Es importante detenernos brevemente sobre los resultados alcanzados en materia de investigación en la región. Lemasson&Chiapee (1999) señalan respecto a la investigación universitaria que “los resultados obtenidos no permiten hoy, con los desafíos contemporáneos que conocemos, concluir que están listos para enfrentar el porvenir de manera constructiva. Si el camino pasado, aunque con muchas diferencias nacionales, fue positivo, la necesidad de continuar con el cambio es imperativa y va a exigir una visión y una voluntad resueltas” (p.315). Más adelante, estos mismos autores afirman:

Es fácil concluir que la única vía para asegurar la independencia a largo plazo, el desarrollo económico endógeno en nuevas esferas con un alto valor agregado y sistemas sociales más justos, es promover con urgencia las actividades de ciencia y tecnología como prioridades nacionales. Responder a esta urgencia significa que el momento de decisiones radicales ha llegado, particularmente respecto del papel de las universidades, las que constituyen en términos de recursos humanos actuales y futuros las instituciones claves del porvenir colectivo” (p.317).

 

Autores como Didriksson (2000) siguen apostando por el binomio clásico docencia-investigación. Seguramente Axel argumentará en defensa de esta direccionalidad –que no es una cuestión menor- que “la parte más dinámica del proceso [producción y transferencia de conocimientos[ii]] se ubica en la relación entre la docencia y la investigación, y el curriculum desde la perspectiva de la creación de un valor económico: el conocimiento, y de un valor social: los trabajadores del conocimiento“ (pp. 32-33). En consecuencia, la universidad latinoamericana sigue pensándose desde la docencia como epicentro sobre el cual gravita el grueso de su actividad general, pero también particular de cada profesor(a).  Es el círculo propio de una universidad pensada para aportar al papel asignado por el centro a la periferia, en el campo de la producción y transferencia de conocimientos.  En este sentido, la llamada producción del conocimiento universitaria, no es otra cosa que la adaptación de premisas generales al contexto de países dependientes y neocoloniales.

El emerger del neoliberalismo en el mundo, en el marco de la globalización económica y la mundialización cultural,  retan el pensamiento respecto a qué modelo de universidad demandan las nuevas formas de acumulación y producción capitalista puestas en marcha.  Desde los discursos de resistencia y alternativos se concentraron fuerzas contra la privatización de la educación y fue precario el debate a nivel del público en general.  Las polémicas respecto al presente y futuro de las universidades, sin neutralidad pero mucho más allá de la diatriba ideológica, fueron impulsadas en buena medida por instancias internacionales como la CRESALC, hoy convertido en IESALC UNESCO.

En los noventa del siglo XX la UNESCO plantea la necesidad de convocar a una Conferencia Mundial sobre la Educación Superior que repensara la universidad a escala planetaria, pero también como un espacio de reencuentro con la academia de la recién desmantelada URSS. Los documentos que circularon con carácter previo y las propias conclusiones de la I Conferencia señalaron preocupaciones muy especiales respecto a la eficacia de la universidad existente, la calidad de sus dinámicas y procesos de aprendizajes, el impacto de las NTIC y la cultura global en las dinámicas universitarias.  Esta conferencia, al igual que la segunda (2008) fueron precedidas por sendas Conferencias Regionales (CRES).  En cada uno de estos espacios se evidenció la urgencia de repensar a la propia universidad y los límites de los procesos de reforma interna.

El año 2018 se cumplen 20 años de la primera Conferencia Mundial de educación Superior y coincide con los cien años del grito de Córdoba. Pensamos que es un excelente momento para reanimar, retomar y reimpulsar el debate sobre la educación universitaria.  En esta dirección recibimos con alegría el anuncio hecho este 15 de Junio de 2016, en la propia ciudad y universidad de Córdoba, respecto al lanzamiento de la Tercera Conferencia regional de educación Superior (CRES) en la ruta –aún no anunciada por UNESCO- de la III Conferencia Mundial del sector. En hora buena celebramos este anuncio como oportunidad de oro para reabrir y relanzar los debates por esa otra universidad posible.

La Universidad para los proyectos de desarrollo nacional, de independencia y para la construcción de sociedades libres, democráticas, justas, igualitarias y, en permanente cambio tiene que ser una universidad pensada desde una perspectiva del Sur.  Boaventura de Sousa Santos (2008) nos habla de pensar lo nuevo con lo nuevo, porque

no puede enfrentarse lo nuevo contraponiendo lo que existía antes. En primer lugar, porque los cambios son irreversibles y en segundo lugar, porque lo que existió antes no fue una edad de oro, o si lo fue, lo fue solamente para la universidad y no para el resto de la sociedad, y en el seno de la propia universidad, lo fue solamente para algunos y no para otros. La resistencia debe involucrar la promoción de alternativas de investigación, de formación, de extensión y de organización que apunten hacia la democratización del bien público universitario, es decir, para la contribución específica de la universidad en la definición y solución colectiva de los problemas sociales, nacionales y globales” (p.30)

Para Aboites. H. (2011) “este cambio requiere una transformación de la mentalidad universitaria, las estructuras de gobierno, los mecanismos de acceso, la reglamentación y la organización académica, que deben ajustarse a las nuevas demandas y necesidades de acceso, formación y profesionalización que tiene la actual población joven y estructuralmente excluida, pero también a las necesidades de un momento de tránsito al posneoliberalismo como es el actual”. (p.273, en Bonilla, L y Segrera, F. [2011]. Educación universitaria para el siglo XXI. Ediciones CIM/OPSU, Caracas. Venezuela)

En la perspectiva que invitan Boaventura y Aboites, nos atrevemos a pensar la universidad del siglo XXI, el presente y el futuro inmediato, en tres momentos: el primero las universidades que se están creando o se van a crear, segundo las universidades que inician procesos de transformación y tercero, las universidades que permanecen inamovibles. En este artículo me referiré sólo a las primeras, esperando poder abordar los otros dos casos en próximos trabajos.

Estoy convencido que crear universidades sobre la lógica estructurante de la docencia con complementos de investigación y extensión –independientemente que se digan vinculadas- es un ejercicio colonial, que reproduce el modelo de conocimiento, formación, indagación y acción en lo social, propio, desde y para la dominación. Trataremos pedagógicamente de ir explicando paso por paso esta afirmación.

La universidad fundada en cátedras, escuelas, facultades está pensada en buena medida para reproducir el llamado “conocimiento de punta” en las distintas áreas. En esa orientación, por ejemplo, en la sociología, la medicina o la química surgen textos, contenidos curriculares, paradigmas, discursos, resultados que pasan a ser de uso común en los países de la periferia capitalista. A estos se les suele asociar al llamado “conocimiento de punta”; cuando lo cierto es que estas producciones son sólo  el “conocimiento liberado para consumo académico masivo” por parte del modo de producción[iii].  Desarrollos de ello, lo constituye el tan cotidiano internet de hoy, que pasó décadas siendo utilizado por el llamado complejo industrial-militar antes de que fuera conocido por todos nosotros; evidentemente la tecnología comunicacional “de punta” que debe estar usando ese mismo complejo hoy en día debe ser revolucionariamente distinta a la que usamos cotidianamente. Muchos otros ejemplos surgen en el campo de la genética, la medicina o la neurociencia. De hecho, la mayoría de las investigaciones más importantes realizadas en el 2015 –como en años anteriores-  se refieren al cerebro humano, sus usos y potencialidades las cuales aún no forman parte de  ese “conocimiento liberado para consumo académico masivo”. Entonces lo que se enseña en el modelo basado en la docencia es solo el cascarón del conocimiento de vanguardia.

Argumentaran los defensores de este modelo que la investigación autóctona esta llamada a reducir esta brecha. Esto tal vez sea cierto en términos teórico-conceptuales pero la realidad o la empírea nos dice a diario que la inmensa mayoría de la investigación que se realiza en las universidades está asociada a trabajos de ascenso en el escalafón universitario o de interés muy particular.  Con ello no pretende solapar o desconocer la meritoria labor que realizan algunos investigadores en casi todos los campos de las ciencias, pero a decir verdad esta es por lo general una labor muy particular y excepcional y no característica del sistema.

Los neoliberales usan esta verdad y realidad para asignarle la mayor cuota de responsabilidad al respecto, al personal docente universitario, eximiendo de culpas al sistema, los gobiernos nacionales, los mecanismos de conducción de la educación superior  y mucho más a la propia concepción universitaria.  El neoliberalismo educativo, interesado en la privatización educativa a inventado ranking, modelos de evaluación de eficiencia docente, sistemas de clasificación de la investigación, protocolos de reconocimiento de resultados de pesquisas, etc. que sólo terminan certificando los procesos de adaptación del conocimiento liberado por los centros de investigación que sustentan el modelo de producción del capitalismo del siglo XXI.

Pero lo que ya resulta inocultable, es que la universidad basada en la docencia con sus complementos de “investigación” y “extensión”, no le resultan útil ni al capitalismo, ni al socialismo en el siglo XXI  -desde una perspectiva “neutra” de carácter nacionalista-  pero si al modelo de globalización económica y mundialización cultural que impulsa a escala planetaria el neoliberalismo que implica una nueva ruina de las naciones de la periferia en beneficio de las del centro.  Es decir, el modelo de universidad, basada en la docencia se ha convertido en un mecanismo de perpetuación de la dominación.

No es la primera vez que este debate se abre y las propuestas de solución han sido variadas, desde cacarear una reforma universitaria que se elabore por todos democráticamente –lo cual no ha sido garantía alguna de romper el círculo de la dominación-  pasando por modelos organizacionales que terminan queriendo convertir a las universidades en Ministerios, altamente burocratizadas antes que en centros de generación de conocimiento. Pero nadie se atreve a cuestionar los paradigmas, conceptos y procesos sobre los cuales se crean nuevas universidades; por el contrario todos los dispositivos legales y de trámites están montados para repetir una y otra vez el modelo. Área de conocimiento de la nueva universidad a crear, facultades, carreras, programas de formación, cátedras y/o unidades curriculares con variados diseños funcionales terminan pareciéndose cada vez más las unas a las otras.

Esto se debe a que la genética epistémica de uno u otro intento tiene una misma raíz: la universidad basada en la docencia. Más allá de cualquier meta discurso innovador, en la mayoría de los casos cualquier iniciativa fenece cuando se concreta en carga de docencia en el aula, de actividades administrativas, de planeación de clases, de asesoría de tesis, etc.  del profesor universitario; allí mueren las ilusiones.

El desafío doble entonces reside en desarrollar investigaciones nacionales, regionales y locales que permitan ir rompiendo el círculo de la dependencia mediante conocimiento necesario para el desarrollo nacional a la par de ir disminuyendo la brecha de varias décadas existente entre conocimiento de vanguardia y conocimiento reproductor que se suele trasmitir en las universidades de los países de la periferia.  Todo ello a la par que se forman los ciudadanos calificados para los proyectos nacionales de independencia económica, tecnológica y cultural.

Las universidades son parte integral de un país de una región geopolítica, no son islas a la deriva en un mar abierto, ni un Estado dentro del Estado.  La necesaria autonomía universitaria en ningún momento puede significar una desconexión orgánica de las casas de estudios superiores con los proyectos nacionales de país. Por ello considero que el primer pensamiento proto universitario es el de identificar cuáles son los problemas centrales de un país; una vez identificado los 10 o 20 problemas prioritarios para el desarrollo nacional, verificar si alguna universidad de las existentes tiene el perfil para abordar su estudio, análisis y propuestas de solución.

De no existir, por ejemplo, en el área del petróleo, pensar primero en el diseño de un Centro Nacional de Investigaciones Petroleras –siguiendo con el ejemplo- que se dedique a estudiar los temas vinculados a esta campo,  desde una perspectiva transdiciplinaria, es decir desde los procesos técnicos de producción hasta los operativos de comercialización, pasando por la geopolítica del petróleo hasta la arquitectura financiera para la estabilización de los ingresos producto de las fluctuaciones de precios.  Y aquí el pragmatismo de gestión puede no siempre coincidir con las premisas ontológicas, epistemológicas o conceptuales del debate académico, porque se van a requerir estudios disciplinares, multidisciplinares y transdiciplinares en cada caso.

Centros de Investigaciones de este tipo, con una plantilla de investigadores con salarios equivalentes al promedio internacional mínimo estándar o más, pueden ser acusados por los conservadores o por los radicales del igualitarismo a ultranza, de elitescos.  Pero en ciertas etapas de la historia de las naciones libres y de avanzada se ha requerido y requiere conformar una élite generadora de conocimiento, cuya teleología de constitución es la democratización del mismo y el mejor uso con fines sociales.

Centros de investigación de este corte, produciendo resultados concretos luego de cinco, diez o quince años de investigación según sea el caso y la complejidad de los estudios que abordan debieran abrir estudios de postgrado, Doctorados, post doctorados, maestrías, especializaciones y cursos de alto nivel donde se socialice los procesos y resultados de investigación a la par de ir formando, mediante la lógica de equipos de investigación abiertos, el personal docente que trabajaría en el pregrado.  Se trataría de invertir la ruta de los procesos de docencia desde el posgrado hacia el pregrado, entendiendo los posgrados no como profesionalizantes, sino como dinámicas de investigación y construcción / validación de discurso científico alternativo. En consecuencia, las nuevas universidades deberían ser paridas por centros de investigación y desde ellos.

En consecuencia, serían investigadores con treinta horas mínimas de trabajo semanal investigativo quienes darían un máximo de 8 horas de docencia en la futura universidad.  Esta integración investigación-docencia asociada a la validación del impacto social del conocimiento emergente haría posible dar un salto en tecnología, ciencias, conocimientos, técnicas y procedimientos que posibilitarían avanzar en desarrollos nacionales que fundamenten económica, tecnológica y políticamente procesos de autentica independencia nacional.

Esto crearía otra serie de problemas, propios de lo nuevo que se crea a los cuales no hay que temerles, sino por el contrario abordarlos dado el impacto de lo nuevo que se construye.  Algunos de ellos, como el reconfigurar el concepto de la carrera docente universitaria, el tamaño de la universidad, su vinculación con contextos, el financiamiento, la cobertura, entre otros.  En los próximos artículos intentaremos abordar nuestra perspectiva sobre cada uno de ellos, además de plantearnos la reflexión y el debate respecto a cómo alinear las universidades existentes en un esfuerzo tan dialécticamente distinto a la génesis de las mismas, como el que estamos planteando.

A cualquier colega que diga que es posible hacer lo mismo con la universidad fundada sobre la docencia, tendríamos que pedirle que -no como excepción sino como generalidad- muestre donde se está dando esta haciendo lo mismo con el modo colonial viejo, basado en la docencia como epicentro. A los innovadores que han logrado muy buenas definiciones en reglamentos y estatutos universitarios sobre el papel de la investigación deberíamos pedirles que después de por lo menos una década, necesario seria tener resultados de gran impacto para mostrar.

La única forma de eliminar la falla de origen de la universidad es generando una nueva forma de creación del mundo universitario, ya no desde el conocimiento reproductor sino del creador, no desde la dominación sino de la liberación.  Se trata de atrevernos a romper con el molde colonial respecto a cómo se construye una universidad.  Eso implica dejar de pensar como los dominados que tienen temor de explorar una nueva ruta que no sea la que el amo les enseñó.  Creemos pues una universidad a partir de los procesos de investigación, sepultemos la vieja universidad atrapada en la camisa de fuerza de la docencia, construyamos una pedagogía desde el aprendizaje por descubrimiento.

 

Lista de referencias:

Bonilla-Molina, L (2001). Gerencia, investigación y Universidad. Ediciones Iesalc. Caracas Venezuela

Bonilla-Molina, L (2015). Calidad de la educación: ideas para seguir transformando el sistema educativo.  Ediciones Fonacit MPPE. Venezuela

Bonilla, L y Segrera, F. [2011]. Educación universitaria para el siglo XXI. Ediciones CIM/OPSU, Caracas. Venezuela

D’Andrea, R. E, Zubiría, A y Sastre Vázquez, (2012). Reseña histórica de la extensión universitaria.  Mimeografiado

Dridiksson, A. (2000). La universidad de la innovación: una estrategia de transformación para la construcción de universidades de futuro. Ediciones IESALC UNESCO. Caracas Venezuela

Lemasson, J.P y Chiapee, M. (1999). La investigación universitarias en América Latina. Colección respuestas. Ediciones IESALC UNESCO. Caracas. Venezuela.

Lucilo, L. (2019) Formación de posgrado en América Latina: políticas de apoyo, resultados e impactos.  Ediciones EUDEBA, Buenos Aires, Argentina.

Manifiesto Liminar: disponible en  http://www.unc.edu.ar/sobre-la-unc/historia/reforma/manifiesto

Morles, V., Medina R., E. y Alvarez B., N. (2002). La Educación Superior en Venezuela. Ediciones IESALC. Caracas, Venezuela.

Quijano, A. (2014). Cuestiones y Horizontes: Antología esencial de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder. Colección Antologías. Clacso. Buenos Aires. Argentina

Sousa Santos, Boaventura (2008). La universidad del siglo XXI. Ediciones CIM. Caracas. Venezuela.

Tünnermann Bernheim, C. (1996) Breve historia del desarrollo de la universidad en América Latina, publicado en La Educación superior en el umbral del siglo XXI, Caracas: Ed. CRESALC, 1996, pp-11-38

 

[i] Especialmente en casas de estudios superiores como la Universidad Central de Venezuela a mediados del siglo XIX.

[ii] Contenido de los corchetes es mío para contextuar adecuadamente la cita

[iii] En este trabajo partimos del principio que todo conocimiento es primero usado, probado, implementado o desechado por las diferentes expresiones del modelo capitalista globalizado, previamente a su liberación en el mercado de consumo académico.

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EEUU: Clinton Embraces Sanders’ Plan for Tuition Free College

América del Norte/EEUU/Julio 2016/Autor: Harper Neidig / Fuente: The Hill

Resumen:  Hillary Clinton propuso el miércoles un plan para eliminar la matrícula universitaria para la mayoría de las familias, un tema empujado por Democrática presidencial principal rival Bernie Sanders.

Hillary Clinton on Wednesday proposed a plan to eliminate college tuition for most families, a topic pushed by Democratic presidential primary rival Bernie Sanders.

Under the plan, families making $125,000 or less will pay no tuition at public, in-state universities and colleges.

“The plan will be phased in over five years, but families earning $85,000 or less will immediately be able to attend an in-state college or university without paying any tuition,” reads an announcement on Clinton’s website.

The presumptive Democratic presidential nominee also unveiled a plan to use executive actions to offer a three-month moratorium on payments for those with federal student loans.

«American families are drowning in debt caused by ever-rising college costs, and it is imperative that the next president put forward a bold plan to make debt-free college available to all,» Clinton said in a statement. «My New College Compact will do just that — by making sure that working families can send a child or loved one to college tuition-free and by giving student debt-holders immediate relief.

“While [presumptive GOP presidential nominee] Donald Trump offers little more than broken promises to get rich quick, I remain committed to ensuring that a college degree is attainable for anyone in this country with the desire and determination to earn one.»

The new Clinton plan does not go as far as one proposed by Sanders, who has not yet endorsed her and is continuing to pressure the party to adopt some of his proposals.

The Vermont senator has made universal, tuition-free public college and university a major platform of his campaign. Clinton’s plan, according to the announcement, would relieve about 80 percent of students from the burden of tuition.

Shortly after the announcement, Sanders lauded Clinton for the proposal, saying the compromise «will have a profound impact on the future of our country.”

“I want to take this opportunity to applaud Secretary Clinton for the very bold initiative she has just brought forth today for the financing of higher education. This proposal combines some of the strongest ideas she fought for during the campaign with some of the principles that I fought for. The final product is a result of the work of both campaigns,» he said in a statement.

“Let me be very clear. This proposal, when implemented, will revolutionize the funding of higher education in America, improve the economic future of our country and make life immediately better for tens of millions of people stuck with high levels of student debt.»

Sanders refused to offer a timeline for endorsing Clinton during a meeting with House Democrats on Wednesday.

Even so, lawmakers viewed the coordination between the two campaigns Wednesday as a positive step toward party unity ahead of the convention later this month.

“Today is evidence that Sen. Sanders and Secretary Clinton are working together,” said Rep. Ben Ray Luján (D-N.M.), the chairman of the House Democrats’ campaign arm.

«He’s very committed to making sure that our message of doing something for the middle class is going to resonate,» said Rep. Jackie Speier (D-Calif.).

Fuente de la noticia: http://readersupportednews.org/news-section2/318-66/37864-clinton-embraces-sanders-plan-for-tuition-free-college

Fuente de la imagen: http://readersupportednews.org/images/stories/article_imgs21/021735-hillary-070616.jpg

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La educación superior colombiana, muy rezagada en Latinoamérica

Colombia/09 Julio 2016/Fuente: Semana

Estos son los resultados de la clasificación de universidades elaborado por The World University Rankings, en el que a varias instituciones del país se rajaron.

La Universidad de los Andes es la única colombiana entre las diez primeras. Foto: SEMANA.

El balance es preocupante, solo cuatro instituciones de educación superior colombianas se encuentran en el ranking de las cincuenta mejores de América Latina, según The World University Rankings. La Universidad de los Andes es la única que aparece entre las diez primeras, la Universidad de Antioquia está en el lugar número 15, la Universidad del Norte de 44, y la Pontificia Universidad Bolivariana de 45.

Preocupa, además, que el país esté en la cola de una de las regiones más rezagada en los estándares internacionales. Mientras que Brasil ha posicionado a sus universidades públicas entre las mejores; en Colombia, la Universidad de Antioquia es la única institución financiada por el Estado que se encuentra entre las cincuenta primeras.

Brasil lidera la clasificación con una amplia ventaja, le sigue Chile. Y en tercer lugar está México que ha descendido, a pesar del tamaño de su economía, de su población, y de su importancia cultural para la región.

Los criterios de clasificación del World University Rankings se dividen en: 36% entorno de aprendizaje, medido por el prestigio de enseñanza de la institución y programas de doctorado, entre otros; 34% en volumen y reputación de las publicaciones;  20% en la influencia de las investigaciones, medida por el número de veces que estas se citan; 7.5% en el reconocimiento internacional; y 2.5% en transferencia de conocimientos hacia los sectores productivos.

Esta es la clasificación de las 50 mejores universidades de América Latina, según The World University Rankings:

1. Universidad de Sao Paulo
2. Universidad Estatal de Campinas
3. Pontificia Universidad Católica de Chile
4. Universidad de Chile
5. Universidad Federal de Río de Janeiro
6. Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro
7. Universidad Federal de Minas Gerais
8. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
9. Universidad Nacional Autónoma de México
10. Universidad de los Andes
11. Universidad Estatal de Sao Paulo
12. Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil)
13. Universidad Técnica Federico Santa María (Chile)
14. Universidad de Concepción (Chile)
15. Universidad de Antioquia
16. Universidad Federal de Vicosa (Brasil)
17. Universidad Austral de Chile
18. Universidad Federal de ABC (Brasil)
19. Universidad de Santiago (Chile)
20. Universidad Estatal de Río de Janeiro
21. Universidad Federal de Pernambuco (Brasil)
22. Universidad Federal de Lavras (Brasil)
23. Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur (Brasil)
24. Universidad de Talca (Chile)
25. Pontificia Universidad Católica de Perú
26. Universidad de Costa Rica
27. Universidad Federal de Goiás (Brasil)
28. Universidad Federal Fluminense (Brasil)
29. Universidad de la Frontera (Chile)
30. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile)
31. Universidad Autónoma del Estado de México
32. Universidad Federal de Paraná (Brasil)
33. Universidad Federal de Río Grande del Norte (Brasil)
34. Pontificia Universidad Católica de Paraná (Brasil)
35. Universidad Simón Bolívar (Venezuela)
36. Universidad Diego Portales (Chile)
37. Universidad de Guadalajara (México)
38. Universidad Estatal de Londrina (Brasil)
39. Universidad Estatal de Maringá (Brasil)
40. Universidad Autónoma de Yucatán (México)
41. Universidad de los Andes (Venezuela)
42. Universidad Autónoma de Puebla (México)
43. Universidad del Desarrollo (Chile)
44. Universidad del Norte (Colombia)
45. Pontificia Universidad Bolivariana (Colombia)
46. Universidad de Colima (México)
47. Universidad Autónoma Estatal de Hidalgo (México)
48. Universidad 9 de Julio (Brasil)
49. Universidad Federal de Ouro Preto (Brasil)
50. Universidad de Vale de Sinos (Brasil)

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/ranking-de-universidades/480923

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Privadas vs. públicas: las universidades pagas casi duplican la tasa de graduación de sus alumnos

Argentina/09 Julio 2016/ Fuente: Entorno Inteligente

El sistema universitario público argentino es quizás el más inclusivo de América Latina. Pero, según el último informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina, también es uno de los más «ineficaces» . Según datos oficiales analizados por el CEA, en el período 2009-2013 se graduó solo uno de cada cuatro alumnos que habían ingresado en el período 2003-2007: la tasa de eficacia de las universidades públicas es de apenas el 25,5% . En las privadas, en cambio, el porcentaje de graduación es casi el doble: 42,9% .

En términos absolutos, las universidades privadas representan solo el 22% de la matrícula universitaria . En 2014 las privadas tenían 403.373 alumnos; las públicas, 1.468.072. Sin embargo, ese mismo año las privadas aportaron un tercio de los graduados : 39.079, contra 81.552 en las públicas. ¿Qué factores explican esta diferencia?

«En el sistema público, al no tener un proceso de selección externo a través de un examen de ingreso, la selección de alumnos se realiza dentro de la propia universidad. Esto provoca una mayor tasa de deserción;  es una particularidad intrínseca del modelo «, señala Marcelo Rabossi, investigador de la Universidad Di Tella. En esto coincide con Alieto Guadagni, director del CEA, quien subraya que en los países con examen de ingreso los estudiantes «llegan mejor preparados a la universidad porque estudian más en la secundaria».

Para Rabossi, además, hay una influencia del factor económico : «En el sector público, permanecer como alumno por encima del tiempo teórico de finalización de la carrera, o cambiar de carrera una y otra vez, no tiene un costo monetario . En el privado, sí».

Rabossi también menciona diferencias organizacionales: «Se percibe un mayor control y un seguimiento más personalizado en las privadas. Resulta lógico: ahí perder un alumno es costoso en términos monetarios, mientras que este aspecto no afecta mayormente a las públicas». Además, el especialista sostiene que la » mayor conflictividad » de las públicas, sea por reclamos docentes o conflictos administrativos, también puede funcionar como un factor de «expulsión» para ciertos alumnos.

Mónica Marquina, investigadora y directora del programa de Calidad de la Secretaría de Políticas Universitarias, disiente: «Prefiero hablar de calidad y no de eficacia , lo que permite dar lugar a un amplio espectro de acciones que vienen realizando las universidades, y que deben ser acompañadas por políticas de Estado».

Para Marquina, «la universidad puede colaborar en hacer más fluida la brecha que hay entre la secundaria y el nivel superior , y trabajar con ayuda del Estado en acciones como tutorías, enseñanza por medio de resolución de problemas o nuevas tecnologías». Marquina sostiene que, aunque aún son bajos, los indicadores de graduación se incrementaron en los últimos años. Y afirma que la educación universitaria debe concebirse » como un derecho, y no como un privilegio y un cálculo de costo-beneficio «.

Por su parte, Julieta Claverie, investigadora de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, advierte que el problema de la baja graduación no demuestra mejoras significativas en los últimos años: » La universidad debe cuestionarse a sí misma , en cuanto a las prácticas de enseñanza que reproduce y las estrategias que aplica para favorecer la permanencia y la graduación». De todas formas, para Claverie » hay que darles tiempo a las universidades creadas en las últimas décadas , que pueden facilitar el éxito a los estudiantes que hasta ahora debían movilizarse para acceder a estudios superiores».

Para Claverie, la solución no pasa por restringir el acceso , lo que implicaría dejar fuera a los sectores sociales desfavorecidos. El desafío, sostiene, es repensar la universidad y  poner el foco en los aspectos curriculares y didácticos . Algunas propuestas: «Redefinir los planes de estudio, ordenar los horarios de cursada, incentivar el mantenimiento de cohortes para favorecer el intercambio grupal entre alumnos, cuestionar las prácticas didácticas y los dispositivos de apoyo a la enseñanza como tutorías y becas».

Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8663750/Privadas-vs-puacute;blicas-las-universidades-pagas-casi-duplican-la-tasa-de-graduacioacute;n-de-sus-alumnos-07072016

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Baccalauréat: résultats provisoires du premier groupe en France métropolitaine et DOM – Session de juin 2016 Communiqué de presse – Najat Vallaud-Belkacem

Ministerio de Educación de Francia/08 de julio de 2016/Comunicado de Prensa por Najat Vallaud-Belkacem

Resumen: 683,300 candidatos estuvieron presentes en junio el año 2016 Licenciatura: 52% en series generales, el 20% de las series tecnológica y el 28% en forma profesional. El número de solicitantes aumentó en 11.200 en el bachillerato general y 1700 series en la tecnología mientras que disminuye de 400 en la vía profesional. Un total de 543 700 solicitantes (79,6%) se reciben al final del primer grupo (+0,8 puntos respecto a junio de 2015), casi ocho de cada diez candidatos. 49.500 se difieren (7,2%), 90 100 se interpondrá en el segundo grupo de pruebas del 6 de julio. La tasa de admitidos después de que el primer grupo de pruebas de carácter general es de 81, 6% idéntica a la de 2015. El admitido el primer grupo de tasa de pruebas es estable en serie ES y S, mientras que el aumento de L (+ 0,6 puntos). Después de que el primer grupo de pruebas, el 80,3% de los candidatos de L, el 80,5% de los de ES y el 82,7% de S obtener el grado. La tasa de admitidos después de que el primer grupo de pruebas de bachillerato tecnológico * es 79,9%, sin cambios desde el período de sesiones de 2015. STL serie pierde 4,3 puntos. La disminución fue menos importante en el STD2A serie (-1,1 puntos) y en la serie MGT (- 0,9), que pesa más en el resultado de bachillerato tecnológico debido a su fuerza de trabajo. La serie de hospitalidad, con una tasa permitida de 79,4% en el primer grupo, ganando 6,7 puntos. El incremento es ligeramente inferior en serie DTM (punto 1.9). La tasa de admitidos después de que el primer grupo de pruebas de licenciatura profesional * alcanzó el 75,5%, un aumento de 2, 9 puntos de la sesión 2015 del admitido el primer grupo de los tipos de pruebas de aumentos tanto en los ámbitos de la vía profesional: +3,7 puntos en el sector servicios, con el 77,6% de los candidatos admitidos; . + 1,9 en el campo de la producción con el 73,0% de los solicitantes admitidos

683 300 candidats étaient présents à la session de juin 2016 du baccalauréat : 52 % en séries générales, 20 % en séries technologiques et 28 % en voie professionnelle. Le nombre de candidats augmente de 11 200 au baccalauréat général et de 1 700 dans les séries technologiques tandis qu’il diminue de 400 dans la voie professionnelle.

Au total, 543 700 candidats (79,6 %) sont reçus à l’issue du premier groupe (+0.8 point par rapport à juin 2015), soit près de huit candidats sur dix. 49 500 sont ajournés (7,2 %), 90 100 pourront se présenter au second groupe d’épreuves à partir du 6 juillet.

Le taux d’admis à l’issue du premier groupe d’épreuves au baccalauréat général est de 81,6 % identique à celui de 2015.

Le taux d’admis au premier groupe d’épreuves est stable dans les séries ES et S tandis qu’il augmente en L (+ 0,6 point). A l’issue du premier groupe d’épreuves, 80,3 % des candidats de L, 80,5 % de ceux de ES et 82,7 % de ceux de S obtiennent le baccalauréat.

Le taux d’admis à l’issue du premier groupe d’épreuves du baccalauréat technologique* est de 79,9 %, stable par rapport à la session 2015.

La série STL perd 4,3 points. Le recul est moins important dans la série STD2A (-1,1 point), ainsi que dans la série STMG (- 0,9 point) qui pèse plus fortement dans le résultat du baccalauréat technologique en raison de ses effectifs. La série Hôtellerie, avec un taux d’admis de 79,4 % au premier groupe, gagne 6,7 points. La progression est un peu plus faible dans la série TMD (+ 1,9 point).

Le taux d’admis à l’issue du premier groupe d’épreuves du baccalauréat professionnel* atteint 75,5 %, soit une augmentation de 2,9 points par rapport à la session 2015.

Le taux d’admis au premier groupe d’épreuves augmente dans les deux domaines de la voie professionnelle : + 3,7 points dans le domaine des services avec 77,6 % des candidats admis ; + 1,9 point dans le domaine de la production avec 73,0 % de candidats admis.

Tomado de: http://www.education.gouv.fr/cid104527/baccalaureat-resultats-provisoires-du-premier-groupe-en-france-metropolitaine-et-dom-%C2%96-session-de-juin-2016.html

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Colombia: Del 6 al 8 de julio se realizará la Cumbre latinoamericana de universidades

Colombia/ 07 julio 2016/ Fuente: El Diario

La Universidad Antonio Nariño, en asocio con la Revista Times Higher Education (THE), realizará por primera vez en el país La Cumbre Latinoamericana de Universidades en la ciudad de Bogotá entre los días 6 y 8 de julio.

 La sede de la Nariño en Pereira participará de este encuentro que reúne  a educandos de Brasil, Chile, Estados Unidos, Korea, México, Nueva Zelanda, Suráfrica y Turquía.

La revista Times Higher Education (THE), es una autoridad mundial sobre la educación superior e investigación de más de 40 años y editora del ranking mundial de universidades.

En la cumbre, la anfitriona será Marta Losada Falk, rectora de la Universidad Antonio Nariño. Se contará con ponentes de más de 10 países de cuatro continentes y la participación de 150 rectores de América Latina y Colombia, el Ministro de Educación de Perú y representantes del sector educativo. 

Fuente: http://www.eldiario.com.co/seccion/RISARALDA/del-6-al-8-de-julio-se-realizar-la-cumbre-latinoamericana-de-universidades1607.html

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