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Venezuela celebra 119 años del natalicio de Mariano Picón Salas

Por: vicepresidencia.gob.ve.

El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró los 119 años del natalicio de Mariano Picón Salas, considerado como uno de los mejores ensayistas y narradores universales del país, dejando excelentes aportes a la historia de la Patria.

Celebramos junto al pueblo merideño 119 años del natalicio de uno de sus hijos predilectos, Mariano Picón Salas. Recordado por el pueblo como el ensayista y narrador universal que dejó invaluables aportes a la historia de nuestra Patria. ¡Mariano es Orgullo Venezolano!

Mariano Federico Picón Salas, nació el 26 de enero de 1901 en Caracas. Fue un escritor, diplomático y académico venezolano. En su obra destacan los ensayos históricos, de crítica literaria y la historia cultural de América Latina, los cuales lo convierten en uno de los intelectuales venezolanos más universales

Además de su obra como escritor y ensayista, Picón Salas destacó por su labor docente y política. Fue el fundador de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela y su primer decano.

También, ejerció como Director de Cultura y Bellas Artes del Ministerio del Poder Popular para la Educación (1938-1940), Embajador de Venezuela ante Colombia (1947-1949), Embajador de Venezuela ante Brasil (1958-1959), Embajador de Venezuela en la UNESCO (1959-1963) y Secretario de la Presidencia durante el último año del periodo constitucional de Rómulo Betancourt (1963-1964).

Fuente de la reseña: http://www.vicepresidencia.gob.ve/venezuela-celebra-119-anos-del-natalicio-de-mariano-picon-salas/

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La tabla periódica incita a la educación ambiental para la sostenibilidad

Por: Carmelo Marcén

De lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medioambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas.

Así dicho suena raro, pero sí. Pongamos que la naturaleza es una mezcla de elementos diversos, de los cuales solamente reparamos habitualmente en los más nombrados: carbono, oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, oro, plata, hierro y unos pocos más. Estos, como el resto, están por ahí combinados con otros y dan forma y propiedades a todo lo que vemos o utilizamos. Casi seguro que el medio ambiente es eso. De ahí que haya que hablar de ellos, poco a poco, sin grandes aventuras, simplemente leyendo, viendo, oliendo, tocando y, cuando se despierte el interés, investigando. En la vida son omnipresentes (cualquier roca, el agua que se mueve, los animales que podamos encontrar en la naturaleza, las cosas que cada día vemos o utilizamos, el aire que nos trae lluvias y sequía, etc.); en la escuela ya aparecen sin darles importancia, pero a veces sí, inundan en los cursos más altos el mundo de la química, que es el mundo real: las experiencias de cada día.

Dicen quienes saben de esto que un objeto tan corriente ahora como es un móvil puede estar fabricado, contener, más de 30 elementos distintos. También hemos leído por ahí que el cuerpo humano podría llegar casi a 60. Más asombro todavía: por la vida circulan unos 120 elementos diferentes, que se sepa hasta ahora. La lista no ha hecho sino crecer desde que los primitivos humanos apreciaron las propiedades del hierro, cobre u otros metales, allá por la Prehistoria; en el siglo XIX aparecían identificados poco más de 60.

No se trata de organizar una aburrida clase de química. Si los sacamos del medio ambiente y los traemos aquí, a la ecoescuela, es porque son importantes. Además, en este caso, los queremos recordar porque alguien se empeñó en organizarlos en una tabla para que se entendieran mejor y se pudieran enseñar, también en el instituto. El año pasado se cumplían 150 años desde que un científico ruso Dimitri Ivánovich Mendeléiev había “ordenado” su comprensión, con unos criterios que ya aprenderán quienes estudien química en los últimos cursos de Secundaria o en Bachillerato. Como no sabemos si esos estudiantes se manejan con soltura o no por la tabla, se nos ocurre encaminarlos a una tabla periódica muda. Tan importante fue la tarea de Mendeléiev que la Unesco decidió declarar al 2019 como Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. Es posible que no todos los colegios e institutos se habrán hecho eco de la efeméride, aquí está explicada.

Entender esto de los elementos presentes en el medio ambiente requiere tiempo y dedicación. Una manera de abordarlos es buscando su relación con la vida diaria, por ejemplo, en los aparatos electrónicos que empleamos. Para entender el asunto merece la pena leer con detenimiento el artículo “Tres tablas periódicas que explican el irracional consumo de muchos aparatos eléctricos” que publicaba Clemente Álvarez en Ballena Blanca de eldiario.es, cuando empezaba el año de la tabla periódica. En primer lugar hay que fijarse en la “Tabla periódica de la escasez”, con 98 elementos no sintéticos, que ha propuesto la Sociedad Química Europea (EuChems). En ella se aprecian cuestiones tan importantes para la vida económica y social, tal como la entendemos ahora, como su abundancia o no en el medio ambiente –algunos tienen su disponibilidad limitada, otros están en riesgo por su uso creciente, y los hay en grave riesgo en los próximos 100 años). Alguno, como el caso del litio, aparece en color amarillo, que indica riesgo futuro de abastecimiento. Este supuesto se podría aprovechar para hablar de las baterías de los coches eléctricos, de lo que podría suceder si todos los coches funcionasen con ellas. Seguro que el debate traería ideas para fortalecer el uso del transporte público, para hablar de dónde se concentran los pocos “yacimientos” de litio; incluso en Cáceres provocará opiniones encontradas acerca de la pretendida explotación de litio que supondría ser la segunda de Europa. Como vemos, medioambiente y tabla periódica van de la mano en la vida aunque no nos lo propongamos.

En el mismo gráfico, la EuChems ilustra sobre aquellos elementos químicos que están presentes en nuestros móviles. Este asunto también es aprovechable en clase. Puede emplearse para ver sin son muchos o pocos, para revisar si alguno de ellos está marcado en rojo o amarillo, pero, sobre todo, para cuestionar si la tendencia compulsiva a cambiar de móvil beneficia al medio ambiente o a nosotros; el artículo alude a que en la Unión Europea se tiran o reemplazan 10 millones de estos dispositivos todos los meses. Es indudable que merecerá la pena hablar de la recuperación de sus componentes, elementos de la tabla una buena parte de ellos.

Los elementos químicos nombrados se obtienen del medio ambiente, la naturaleza para quien así lo prefiera. Para extraerlos se utilizan complejos procesos de minería, que tienen más o menos repercusión ambiental. En otra tabla del artículo se señalan los elementos cuya extracción tiene un impacto bajo, medio o alto (cuidado con el oro, el mercurio o el platino). El asunto daría para hablar largo y tendido con el alumnado de determinados cursos de las huellas que conlleva en la naturaleza disponer de unos cuantos elementos implicados en la fabricación de los aparatos electrónicos, que hoy mismo mandan en nuestras vidas.

Finalmente, la tercera tabla se pregunta por el porcentaje de reciclaje de los distintos elementos. Su recuperación o no tiene una alta repercusión en nuestras vidas, en su disposición posterior o no, en el medio ambiente próximo y global, en el resto de los seres que forman la ecosfera. Aquí se podría reconocer de dónde, cómo y en qué países se “recuperan” parte de esos elementos químicos tan valiosos, de si hay riesgos ambientales en la recuperación. Hay muchos portales de Internet que lo abordan.

Habría más cosas de las que hablar: Por ahí está el paladio, un metal que instalado en los tubos de escape de los nuevos coches híbridos y a gasolina reduce la emisión de gases contaminantes. O ese arsénico que viaja en pinturas e insecticidas hacia las corrientes de agua en donde encuentra cadmio y otros metales pesados, que hacen casi imposible la vida de los peces, entro otros seres acuáticos. Y cómo olvidar a las tierras raras, esos 17 materiales que provocan conflictos bélicos o económicos, ambientales y sociales también, a cualquiera que tiene relación con ellos. Para quienes sean curiosos, hay una tabla que identifica los elementos químicos en los objetos de usos cotidianos.

Al final, de lo que se trata con esta propuesta es hablar de cosas cotidianas en las aulas; de hacer una verdadera ecoescuela que se pregunte dónde estamos en relación con el medio ambiente global a través de la consideración de cosas pequeñas. Se quiere proporcionar una visión general de lo que suponen algunos elementos químicos, en este caso contextualizados en la vida, utilizando como escusa una efemérides científica para hablar de un contenido escolar que, si bien servirá más en unos niveles que en otros, seguro que al profesorado le vendrá bien refrescar lo que en su formación aprendió sobre la tabla periódica para exponer al alumnado la complejidad ambiental de ciertas maniobras productivas o comerciales, al fin y al cabo el consumo, que en principio nos hacen más cómoda la vida. Esto es un avance de la Educación Ambiental para la Sostenibilidad, que tanta falta nos hace.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2020/01/24/la-tabla-periodica-incita-a-la-educacion-ambiental-para-la-sostenibilidad/

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Nuevos propósitos de 2020, el año de la educación en valores

Por: Educación 3.0

Elaborar una lista de buenos propósitos para trabajar valores como la igualdad, el compromiso social o el fomento de la lectura con el objetivo de incentivar el pensamiento crítico es un buen plan para comenzar el año. Para ello, te invitamos a participar en diversas iniciativas promovidas por distintas organizaciones para concienciar a tu alumnado.

La educación en valores debe estar presente en la vida de niños y jóvenes de todas las edades y en todos los ámbitos. En el aula puede transformarse en una serie de propósitos con los que comenzar un nuevo año profundizando y concienciando acerca de diversos aspectos.

La solidaridad, la empatía o el compromiso social son valores con los que los estudiantes del presente pueden llevar a cabo cambios que transformen su futuro. Así lo muestran los distintos movimientos sociales a favor del planeta y la conciencia medioambiental, como Fridays For Future encabezado por la activista Greta Thunberg, o las manifestaciones a favor del feminismo en muchos países del mundo.

De este modo, y desde clase, se pueden seguir los siguientes propósitos para alcanzar una mayor inclusión, igualdad o conciencia medioambiental entre el alumnado:

1.   Trabajar la sostenibilidad medioambiental

Mision #plasticfree

El comienzo del año significa seguir preocupándose por la responsabilidad ambiental como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En su necesidad de atravesar todos los ámbitos, tiene que estar presente en las escuelas para lograr un impacto positivo y permanente en la comunidad educativa y cívica. Esta concienciación se puede ver en iniciativas como la de Leroy Merlin, que por cuarto año consecutivo pone en marcha su programa de educación ambiental. En esta edición, Misión #plasticfree, el programa se ha propuesto que alumnado y profesorado reflexionen sobre su patrón de consumo hacia posturas más sostenibles y responsables con el medioambiente.

2.   Fomentar la inclusión

Once Upon a time

No sólo hay que centrarse en el entorno que nos rodea. Para que los propósitos de este año sean verdaderamente responsables también hay que enfocarse en las personas, en todas y cada una de ellas. Aquí es donde entran en juego conceptos como el de inclusión y solidaridad que concursos como el del Grupo Social ONCE quieren desarrollar. Este año, su 36 edición “ONCE Upon a time: La mirada de tod@s” pretende romper con el modelo que trata de forzar a las personas a encajar de manera rígida y sin profundizar en su contexto personal, emocional y social. ¿Cómo? A través de la innovación pedagógica que permite que los estudiantes sean protagonistas de su propia educación.

3.   Poner la responsabilidad en el centro

Abanca propósitos educación en valores

La característica común de estos valores es la responsabilidad. Desarrollar este concepto en los centros es otro de los objetivos a conseguir y para ello se deberían abordar todas sus dimensiones. La educación debe fomentar tanto la responsabilidad social como la económica e introducirlas en el aula es muy sencillo si se cuenta con la ayuda de programas de sensibilización. El que lleva a cabo la Fundación CASER “La Misión, por la inclusión ¡pasa a la acción!, quiere fomentar a través de la investigación una mayor conciencia social en clase. Por su parte, la 2ª ed Segura-Mente de Abanca es una iniciativa sobre educación financiera pensada para ayudar a que los estudiantes adquieran una capacidad crítica en cuanto a la asunción de responsabilidades y toma de decisiones. En este punto, se habla del fomento de la cultura de la prevención, necesaria en los futuros adultos.

4.   Trabajar la igualdad en los centros educativos

Tú puedes ser lo que quieras Barbie propósitos educación en valores

Uno de los propósitos más claros es trabajar por la igualdad de todas las personas: incluso las más pequeñas reivindican su lugar en el mundo y reclaman tener más referentes femeninos, escasos en los libros de texto. Una injusticia histórica con la que ha querido romper por ejemplo la 2º edición del programa educativo de Barbie. Bajo el lema “Tú Puedes Ser lo Que Quieras”, recupera a las profesionales olvidadas y ayuda a que el alumnado se plantee sin límites su futuro, trabaje en colaborativo y reflexione sobre lo que quiere ser.

5.   Leer más y fomentar la lectura en el alumnado

Agus& Monsters propósitos educación en valores

Es necesario fomentar la lectura en los más pequeños. En los libros también encontramos un altavoz social que se dirige directamente a la generación que transformará el futuro como se muestra en concursos editoriales como el de Casals, que presentó el año pasado la 5ª edición del concurso educativo de dibujo Agus& Monsters, una iniciativa para fomentar la creatividad y la animación entre niños y niñas.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/nuevos-propositos-2020-ano-educacion-valores/122327.html

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Entrevista a Eva Millet. Periodista y autora: La ansiedad en niños y adolescentes: «Los niños del siglo XXI no juegan, sus agendas de ministro no lo permiten»

Por: Èlia Pons

La periodista Eva Millet acaba de publicar el libro ‘Niños, adolescentes y ansiedad: ¿Un asunto de los hijos o de los padres?’, En el que hace una radiografía de cómo la ansiedad se manifiesta en los niños y jóvenes y destaca su relación con una crianza sobreprotectora.

Eva Millet es periodista y comenzó a escribir sobre educación en el momento en que se convirtió en madre. En 2016 publicó Hiperpaternidad, que es el término utilizado en Estados Unidos para definir una crianza intensiva y obsesiva basada en la sobreprotección de los hijos y la saturación de sus vidas con múltiples actividades. Más adelante, publicó Hiperniños: ¿hijos perfectos o hipohijos? (2018), donde analizaba el impacto de este tipo de crianza sobreprotectora en el desarrollo de los hijos. Ahora acaba de sacar Niños, adolescentes y ansiedad: ¿Un asunto de los hijos o de los padres? (Plataforma), libro en el que hace una radiografía de cómo la ansiedad se manifiesta en los niños y adolescentes y las causas que la pueden propiciar.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de doscientos setenta millones de personas en el mundo sufren trastornos de ansiedad. La misma organización calcula que entre un 10% y un 20% de niños y adolescentes en todo el mundo experimentan trastornos mentales, el más común es la ansiedad. Según Millet, se trata de un trastorno especialmente alimentado por las vidas frenéticas que llevan. Considera que la hiperpaternidad y la ansiedad van de la mano y, por ello, este último libro que publica supone, en cierto modo, el cierre de una trilogía.

Vivimos en un entorno ansioso. ¿Esto ha hecho aumentar la ansiedad?

La ansiedad es una emoción muy humana, primaria. Siempre ha estado allí. Hay dos corrientes, una que dice que ahora hay más ansiedad que nunca y otra que dice que siempre ha habido, pero que lo que pasa es que ahora se habla más, se diagnostica más y, en definitiva, hay más noción de la ansiedad. Yo creo que es una suma de las dos visiones, pero sí es cierto que hay un ingrediente fundamental que hace que haya más ansiedad, que es el ritmo frenético en el que vivimos. Este no parar, esta híper estimulación, genera mucha ansiedad.

En el libro explicas que la ansiedad, en cierto modo, puede ser positiva. ¿Cuándo esta «ansiedad aliada» se convierte en negativa y se debe tratar?

Bien llevada y en las dosis adecuadas, la ansiedad es importantísima. La necesitamos para alcanzar nuestros objetivos. Pero cuando se desborda te hace la vida imposible. El problema llega cuando no te deja vivir bien. Cuando se convierte en un obstáculo en tu vida y tú ya no funcionas. Puedes tener ansiedad una semana antes de los exámenes, pero cuando ya han pasado los exámenes y sigues sin dormir, con taquicardias, con sudores o dolor de estómago, entonces, esta ansiedad se debe empezar a tratar. La máxima expresión de la ansiedad ocurre cuando se produce un ataque de pánico, esto es un aviso de que algo no va bien.

¿Crees que la precariedad laboral también influye en la ansiedad?

Sí, la idea de que el mundo se acaba y que todo es muy difícil nos crea mucha ansiedad. Estamos en tiempos particularmente ansiógenos, y por este motivo es importante aprender a lidiar con esta ansiedad y tenerla a raya, así como poner en marcha herramientas para no caer en ella. Porque la ansiedad siempre está. Y, además, es muy subjetiva. Lo que a ti te puede crear ansiedad a mí me puede parecer algo sin importancia, y viceversa. Por tanto, no sólo influye el entorno, sino también las características de la persona y la educación que ha recibido. Es una emoción muy misteriosa, muy difícil de definir, es aquello de «no sé qué me pasa, pero no estoy bien». El miedo es causado por una cosa concreta, tangible. Pero, en cambio, la ansiedad es el miedo al miedo. Es mucho más abstracto.
Foto: Èlia Pons

En tus anteriores libros hablas de la hiperpaternidad, los padres que protegen demasiado a sus hijos. ¿Qué relación hay entre hiperpaternidad y ansiedad? ¿Un niño sobreprotegido tiene más posibilidades de tener un comportamiento ansioso?

Uno de los combustibles de la hiperpaternidad es la ansiedad. Esta idea de estar muy encima del niño para que no le pase nada y que triunfe y llegue donde yo quiero es un gran generador de ansiedad. Y esta ansiedad de las familias para que su hijo sea el mejor es transmitida a los hijos. Por un lado, se traduce en unas grandes expectativas. Si tus padres están súper pendientes de ti, lo dan todo y esperan mucho de ti, tienes un peso y una presión importante. Y todo ello genera inseguridad a los hijos. Por otro lado, tenemos el estilo de vida frenético que estos niños llevan, y que es una consecuencia de esta hiperpaternidad. Este no parar, haciendo muchas actividades extraescolares, genera estrés al niño. Porque no paran, igual que no paran los adultos. Los hay que están haciendo vidas de miniadultos y tienen una agenda de ministro. Si gestionar mi estrés ya me cuesta, imagínate un niño de seis años que está todo el día arriba y abajo. La tarea de los padres es criar personas bien educadas, pero si como padre quieres tener un Einstein, esto es imposible.

También es muy interesante ver cómo la ansiedad se está convirtiendo también en un signo de cierto status. En el mundo académico anglosajón, por ejemplo, un niño o adolescente con ansiedad tiene más tiempo para hacer un examen. Hay padres locos porque diagnostiquen a sus hijos con trastornos de ansiedad, porque así tienen ciertas ventajas. Es surrealista. La ansiedad se está convirtiendo en un «bien». Se está convirtiendo casi en un producto capitalista.

¿Cómo debería cambiar la educación que reciben los niños?

Como dice el pedagogo Gregorio Luri, todos los niños tienen derecho a tener unos padres relajados. Estamos en un momento muy ansioso, y lo que yo reivindico es que paremos un poquito, que esto no es una carrera de obstáculos, que la infancia es un momento casi sagrado de la vida de cada uno y que los niños tienen derecho a vivir como niños. Tienen derecho a tener tiempo para hacer las cosas que hacen los niños, como jugar. Jugar es importantísimo y los niños del siglo XXI, del primer mundo, no juegan. No tienen tiempo, sus agendas de ministros no lo permiten.

¿Cómo gestionar y prevenir la ansiedad en los niños y adolescentes? ¿Cuál debería ser el ambiente adecuado para que crezcan?

Hay varias formas. Dormir, por ejemplo, es una manera natural de pulsar el botón reset. También ayuda llevar una buena alimentación, ya que hay una vinculación entre lo que comemos y cómo funcionan nuestro cerebro y nuestras emociones. Y, sobre todo, llevar una vida más relajada, más en contacto con la naturaleza, con unos ‘tempos’ menos enloquecidos. También se puede hacer un trabajo desde las escuelas. Hay algunas que están incorporando la educación emocional, y es una buena manera de prevenir la ansiedad. Está muy bien que se eduque en las emociones, que se explique qué es la ansiedad, pero yo pienso que esto es un trabajo básicamente de las familias. Como familias debemos arriesgarnos a que nuestros hijos se equivoquen, que sufran un poquito de vez en cuando, y educarlos en la responsabilidad, que sepan que son responsables de sus actos. Nosotros hemos de soltar esta ansiedad que llevamos encima y que transmitimos a nuestros hijos. Como no nos repensamos el modelo actual, no vamos bien.

Foto: Èli Pons

A los niños habitualmente les cuesta más expresar lo que sienten y, por tanto, puede ser más difícil detectar la ansiedad. ¿Cuáles pueden ser las señales de alerta más habituales?

Si a los adultos ya nos cuesta explicar que tenemos ansiedad, para los niños es aún más difícil. No la saben expresar; entonces debemos estar alerta a una serie de síntomas como, por ejemplo, pequeñas enfermedades o molestias continuadas, como padecer dolor de estómago o dolor de cabeza constantemente. Cosas que no tienen una explicación médica clara, pero de la que los niños siempre se quejan. La reticencia de ir a lugares a los que les gustaba ir, por ejemplo, a la escuela o a una fiesta de cumpleaños, son pequeños signos de alerta que como padres debemos tener en cuenta. También el mutismo, dejar de hablar. Esto está relacionado con la fobia social, uno de los trastornos de ansiedad más comunes en los adolescentes. No dormir bien o tener muchos pesadillas también puede ser un síntoma. También puede ser la falta de apetito o, al revés, tener mucha hambre, las exageraciones. En los adolescentes los síntomas ya son más claros, son fobias específicas: tener mucho miedo a equivocarse, a hacer el ridículo… ya se manifiestan de una manera más madura. En definitiva, las señales de alerta pueden ser cualquier cosa que como padres detectamos que no se corresponden con cómo son nuestros hijos. Todo lo que nos haga formular la frase: «No reconozco mi hijo».

¿De qué manera las pantallas y las redes sociales influyen en la ansiedad de los jóvenes?

Las pantallas son grandes generadores de ansiedad. Por un lado, debido a su componente adictivo. Las redes sociales, los juegos de ordenador… están diseñados para enganchar, y cuando no puedes consultar el móvil o no puedes jugar a un juego porque no tienes batería, esto hace que se genere estrés y ansiedad. Hay esta parte puramente biológica, física, y luego está la parte que sobre todo afecta más a los adolescentes, que es la ansiedad por la necesidad de agradar, que te acepten, de no hacer el ridículo, de conseguir más likes. También existe la ansiedad que te provoca ver que los otros se están divirtiendo y tú no, que se lo están pasando mejor que tú. Y es todo mentira, pero claro, para llegar a esta conclusión debes tener una cierta madurez.

¿Qué papel juega la clase social?

Para escribir el libro hablé, por un lado, con adolescentes de una escuela de Barcelona para familias más bien acomodadas, y estaban todos poseídos por la ansiedad. Tenían mucha angustia a la hora de tomar decisiones, por miedo a equivocarse. A una chica con la que hablé, por ejemplo, elegir el tema del trabajo de investigación le provocaba una ansiedad brutal. Estos niños eran un reflejo muy claro de esta crianza fruto de la hiperpaternitat. Por otra parte, también hablé con unos adolescentes tutelados, y estos tenían una concepción muy diferente de la ansiedad. Muchos no sabían qué era exactamente. Pero esto no quiere decir que no tuvieran. De hecho, un entorno socioeconómico complicado genera más ansiedad. Lo que pasa es que esos chicos tenían tantas otras cosas por las que preocuparse, por ejemplo, qué harán cuando cumplan 18 años, que no se podían permitir tener ansiedad. Para ellos, la ansiedad era un lujo. En cambio, los niños de clases más acomodadas podían expresarse sin ningún problema. De hecho, era su principal problema, porque las otras necesidades ya las tienen cubiertas.

¿Es adecuado tratar la ansiedad infantil y juvenil con fármacos? ¿Cuál es el tratamiento más efectivo?

La terapia es mucho mejor que los fármacos, lo que pasa es que es más cara y más larga y, además, supone exponer a tu hijo. La manera más efectiva de superar la ansiedad es enfrentarte lo que te genera ansiedad y ver que eres capaz de superar este miedo al miedo. Las pastillas no se recomiendan para menores, pero se utilizan cada vez más. De hecho, según un estudio del Plan Nacional sobre Drogas de 2018, el ansiolítico es la primera droga de uso de los jóvenes españoles de 12 a 16 años, por encima del tabaco y el alcohol. Es decir, los jóvenes se han tomado antes un diazepam que una cerveza. Los ansiolíticos funcionan bien, actúan directamente sobre el sistema nervioso y te calman, pero son una ayuda puntual. Como tratamiento no es adecuado, es más recomendable hacer terapia, del tipo que sea. También hay ansiolíticos naturales. Por ejemplo, una chica con la que hablé me ​​dijo que cuando tuvo su primer ataque de pánico la ayudó más el abrazo de su madre que cualquier medicamento.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2020/01/22/la-ansiedad-en-ninos-y-adolescentes-los-ninos-del-siglo-xxi-no-juegan-sus-agendas-de-ministro-no-lo-permiten/

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Cuentos para trabajar la inclusión en casa y en los centros

Por: ABC Sociedad

La maestra Pilu Hernández Dopico ofrece algunas ideas para progenitores y docentes.

La inclusión educativa es un tema muy recurrente en los últimos tiempos. Pero, ¿sabemos lo que significa realmente? Pilu Hernández Dopico, maestra, asegura que a menudo se confunde inclusión con integración. «La inclusión educativa significa incorporar a todos los alumnos en la comunidad educativa, independientemente de su condición, raza, género o religión», añade la responsable del blog «El Pupitre de Pilu». Es que todos los que pertenecen a una misma aula, trabajen lo mismo independientemente de sus características físicas, psíquicas, psicológicas, sociales y/o culturales.

Para ello, propone cuentos dónde trabajar la inclusión en casa y en los centros:

1. «¿De qué color lo ves?», de Laia Membrive: Manuel es un niño que tiene daltonismo. No entiende por qué el otoño le gusta tanto a la gente. A él no le parece tan bonito, todas las hojas tienen el mismo color. Este libro ayuda a comprender que todo es especial para cada persona, aunque sea diferente.

2. «El curioso incidente del perro a medianoche», de Mark Haddon: Christopher Boone es un joven de 15 años con Síndrome de Asperger y conoce las capitales de todos los países del mundo. También es capaz de recitar los números primos hasta el 7.507, pero no tiene habilidades sociales. El libro relata en primera persona la historia de cuando Christopher intenta resolver un crimen.

4. «Los zapatos de Marta», de Meritxell Margarit y Marta Montañá: Marta, una niña con espina bífida, tiene dificultades para andar y se ve en la necesidad de utilizar unos zapatos especiales y bastones. El cuento descubre características de esta discapacidad y hará partícipes a los lectores de los valores que vive Marta junto con su hermano Lucas y su amigo Nico.

5. «María cumple 20 años», de Miguel Gallardo: es un libro en el que el autor muestra la relación de María, que tiene TEA, con el mundo. Relata el mes y medio de veraneo padre-hija.

6. «¡Alex, basta ya!», de Lidia Arroyo: un niño inquieto se enfada cuando no consigue lo que quiere y nunca acaba lo que empieza. Interesante relato de esta familia a la hora de salir de casa.

7. «Mi hermana Lola», de Miguel Gallardo: Javier habla de su relación con su hermana Lola que tiene discapacidad intelectual.

8. «Un bicho raro», de Emilio Urberuaga y Paz Rodero: un cuento interesante para reflexionar sobre las rarezas que nos atribuyen los demás. También para aceptar y explicar nuestras diferencias.

9. «Mis amigos especiales», de Francisco Capdevila Blanco: este cuento habla sobre descubrir nuevos amigos, de niños con discapacidades físicas y psíquicas, y cómo ellos pueden enseñarnos muchas cosas.

10. «Piedras en los bolsillos», de Marta Brule: narra la historia de superación de una madre a la que su hijo le han diagnosticado cáncer. Marta cuenta en primera persona su positividad y amor hacia su hijo.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cuentos-para-trabajar-inclusion-casa-y-centros-202001130048_noticia.html

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Aprendizaje conectivo: un nuevo camino al conocimiento

Por: Sofía García-Bullé

Las interconexiones entre lo que pasa dentro y fuera de la escuela son la clave para mantener a los alumnos motivados.

La Dra. Mizuko Ito comenzó su conferencia magistral en el CIIE 2019 con una anécdota muy peculiar. Relató una experiencia con su hijo en la que el joven jugaba Starcraft justo antes de la hora de dormir. Al momento de terminar la sesión de juego, él imprimió un texto que se llevó para leer. Cuando Ito le preguntó de qué se trataba el contenido impreso, su hijo respondió que era un cuento de fan fiction dentro de la universo ficcional de Starcraft. Al preguntar esto, la profesora de antropología de la Universidad de California, en Irvin, descubrió algo crucial que jugaría un papel importante en el futuro educativo de su hijo: sus aficiones.

La teoría del aprendizaje conectivo sostiene que la educación no es un proceso lineal, es un conjunto de interconexiones que construyen la estructura cognitiva en la que los estudiantes se apoyan para absorber y entender información nueva. Como tejidos de un organismo, los intereses y pasiones de los alumnos trazan el camino hacia las áreas que más desean aprender y en las que muy posiblemente se desarrollarán profesionalmente en el futuro. Bajo este contexto, es necesaria no solo una transferencia de conocimiento, sino la vivencia educacional que los mantenga motivados, activos y prestos a aprender.

La Dra. Ito argumentó que el involucramiento de los estudiantes es un asunto crítico para mantener la calidad de la experiencia educativa, y explicó que este involucramiento va en descenso a medida que los estudiantes avanzan a través de los grados en su carrera académica. Para cuando llegan a la universidad, el 45 % de los estudiantes reportan aprender poco durante los primeros dos años de formación universitaria, simplemente porque no están involucrados. Sus intereses personales y lo que los motiva no está conectado con lo que aprenden en la educación formal.

Como punto de partida para compartir esta apatía, Ito propone hacernos una serie de preguntas: ¿Dónde están los jóvenes? ¿Qué les gusta hacer? ¿Qué podemos hallar en común entre lo que les gusta hacer y lo que necesitamos enseñarles para convertirse en lo que quieren ser? Estas son los cuestionamientos base del aprendizaje conectivo.

“No es suficiente que tu hijo palomee un par de criterios en la lista de lo que aprenden en la escuela, tienen que tener intereses, tienen que salvar el mundo un par de veces, tienen que tener unos cuantos miles de seguidores en YouTube o Facebook”.

De acuerdo a un reporte de Common Sense Media, los adolescentes de 13 a 18 años pasan 7 horas y 22 minutos al día detrás de una pantalla, solo para entretenimiento, ya que este tiempo no incluye actividades como deberes escolares o comunicaciones del día a día. Interactuar en línea y consumir contenidos digitales ya no es solo algo que los jóvenes hacen, es lo que los hace a ellos. Es en internet donde comienzan a recibir sus primeras instancias de información; esta información les ayuda a definir sus intereses y estos intereses a elegir los pares con los que van a convivir  y aprender en conjunto.

Ito comentó que ser simplemente el “portero” de este mundo digital y limitar el tiempo en línea de nuestros hijos y alumnos, coarta la oportunidad de conocer la manera en que estas interacciones y contenidos los ayudan a formar las estructuras cognitivas que podrían aprovechar al momento de aproximarse a la educación formal. Se pierde la conexión entre aquello que motiva a los jóvenes a aprender y los conocimientos, que nos toca a nosotros enseñar.

Quizás la parte más poderosa de la conferencia magistral a cargo de Ito no fueron las estadísticas ni los datos contundentes que usó para mostrar el impacto de esta desconexión entre lo que los estudiantes quieren aprender y lo que nosotros necesitamos enseñarles; sino los testimonios  que ejemplificaron lo que pasa cuando existe una relación directa entre lo que el estudiante ama hacer y lo que necesita aprender para desarrollarse.

Tal testimonio era el de una estudiante de la escuela Quest to Learn, quien cursaba secundaria y amaba Minecraft. Ella y su primo pidieron a su escuela formar un club extra curricular del videojuego. Fue en este club donde la alumna aprendió a hacer videos de Minecraft y utilizó las habilidades técnicas y sociales aprendidas para mejorar en la esfera de la educación formal.

Otro ejemplo es el de Manjit, de 18 años, quien no consideraba que podría tener un futuro como escritor hasta que conoció el trabajo de jóvenes como él que escribían fan fiction. También presentó el caso de  Katie, de 14 años, a quien no le emocionaba la lectura ni la redacción, hasta que encontró una comunidad de fans de One Direction que escribían en la plataforma Wattpad.

“No es suficiente que tu hijo palomee un par de criterios en la lista de lo que aprenden en la escuela, tienen que tener intereses, tienen que salvar el mundo un par de veces, tienen que tener unos cuantos miles de seguidores en YouTube o Facebook”, dice Ito, y explica que hay un sin fin de eventos que suceden fuera de la escuela y que son cruciales para el desarrollo cognitivo y emocional de los estudiantes. La profesora agregó que maestros y expertos en educación aún están descubriendo cómo conectar los intereses, interacciones y comunidades que motivan a los estudiantes a aprender con la educación formal.

Sin duda, un trabajo complejo, pero podemos empezar preguntando a nuestros alumnos qué les gusta hacer fuera de la escuela y descubrir junto con ellos lo que aprenden haciendo lo que aman.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/aprendizaje-conectivo-mizuko-ito

Imagen: fancycrave1 en Pixabay

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España: Educadores infantiles exigen actualizar el currículo de esa etapa de la enseñanza

Europa/España/26-01-2020/Autor(a) y Fuente: www.abc.es

«Hay que revisar el curriculum de infantil porque está obsoleto. Por fortuna, la educación de la primera infancia está cobrando una importancia muy grande debido a los estudios de las neurociencias que demostran que los primeros años de la vida van a ser fundamentales en la vida adulta del niño», ha advertido a Servimedia el presidente de la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (Amei-Waece), Juan Sánchez Muliterno.

Según Amei-Waece, en España, la totalidad de los partidos políticos se han comprometido con la escolaridad en la etapa 0-3 y han anunciado la universalización de la educación desde el mismo momento de su nacimiento. Pero los educadores infantiles alertan de que «no solo hay que universalizar la educación infantil, sino hay que «revisar” como llevarla a cabo».

Para esta asociación, «uno de los puntos fundamentales a revisar son los currículos ya que los currículos oficiales que regulan la educación están totalmente obsoletos al tener sus orígenes en la promulgación de la Logse en el año 1990. La última «ligera modificación”, a nivel estatal, data del 2006».

Su objetivo es elaborar un documento que proponer a las administraciones educativas de cara a la ya anunciada Reforma Educativa basado en la opinión de expertos y maestros que trabajan cada día en sus aulas.

Según Sánchez Muliterno, «la primera infancia es una de las fases más importantes e influyentes en la vida de cualquier niño, especialmente durante los primeros 1.000 días» y en esta etapa se instauran las bases fundamentales del desarrollo de la personalidad, se conforman los hábitos, habilidades, conocimientos y capacidades que se desarrollarán y perfeccionarán en las sucesivas fases de la vida de cada niño.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-educadores-infantiles-exigen-actualizar-curriculo-etapa-ensenanza-202001241602_noticia.html

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