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¿Para qué sirve la ESI?

Por: Sonia Santoro.

Historias de alumnas y alumnos que, después de transitar la experiencia de la ESI en la escuela, modificaron sus conductas y en, algunos casos, sus vidas.

En una escuela media de Balvanera, un alumno de 17 años, que había recibido varios talleres de Educación Sexual Integral (ESI) le contó a su mamá todo lo que había escuchado en el colegio sobre violencia de género y la convenció de irse de la casa, para escaparse de su marido violento. En la clase de Formación Etica y Ciudadana de una escuela de La Boca, en la que se abordaron temas de ESI, un estudiante contó que un tío falleció de una de las enfermedades llamadas “oportunistas” del sida. Le detectaron el virus muy tarde y falleció en muy poco tiempo. “Murió sólo como un perro. Es refeo cómo se estigmatiza a las personas que tienen VIH. Me quedé sin ninguna pertenencia de mi tío, y yo que me llevaba bien, lo requería. Sólo me quedan los recuerdos. Mi tía no es mala, pero pensaba que, quemando sus cosas, mataba el virus. Tenía miedo. Ahora que sé cómo se transmite, voy a hacer que ese prejuicio desaparezca”, reflexionó el alumno. Historias como éstas se suceden todos los días en aulas o pasillos de aquellas escuelas de la ciudad donde la Educación Sexual Integral atraviesa sus contenidos en todas las materias. La ESI, esa sigla tan popular en los últimos tiempos pero que todavía tiene la capacidad de generar temores en algunos padres y autoridades escolares, o confusiones respecto de asociarla directa y unívocamente a “hablar de sexo”, provoca cambios profundos en las vidas de quienes la reciben. Aquí, algunos relatos explican para qué sirve la ESI.

La decisión estaba tomada pero no sabían cómo hacerlo sin exponerse a una reacción violenta del padrastro del alumno de Balvanera. “Le dimos números de teléfono y direcciones de lugares donde podían contener a su mamá y orientarla en cuanto a la manera y el momento en que debían irse. A él lo apoyamos y lo acompañamos durante todo el proceso. También lo felicitamos por su valentía. Y, claro, lloramos de emoción cuando nos contó que finalmente su mamá, su hermanita y él, vivían tranquilos en un lugar sin insultos, amenazas ni golpes”, cuenta Nerina, una de las docentes.

Esta situación no es una rareza. Después de abordar cuestiones de género, estereotipos, violencias contra las mujeres, puede pasar que una chica se angustie y se anime a contar que fue abusada o que está sufriendo algún tipo de violencia. También “es frecuente que una vez terminado el taller de ESI se acerquen lxs jóvenes para hacer preguntas que por alguna razón no hicieron en el transcurso del taller. Preguntan mucho sobre la eficacia de la anticoncepción de emergencia, generalmente llamada ‘pastilla del día después’. Sobre el momento oportuno para tomarla, consecuencias, etc. También consultan sobre situaciones violentas vividas con sus parejas y las pasos a seguir y lugares de consulta y derivación. Muchas veces consultan sobre abuso sexual intrafamiliar”, cuenta Silvia Kurlat, educadora y orientadora en Sexualidad Humana, presidenta hasta hace dos meses de la Asociación Argentina de Educadoras y Educadores Sexuales.

La ley y los cucos

La ley 2110 de Educación Sexual Integral de la ciudad fue sancionada en 2006. Las denuncias y reclamos por la falta de decisión política y financiamiento para su aplicación se vienen sucediendo desde entonces. Durante una importante toma de colegios en 2017, los centros de estudiantes lo plantearon como uno de los reclamos más fuertes, junto con la necesidad de un protocolo de actuación en casos de violencia de género (ver aparte). Desde entonces, la bandera no volvió a bajarse, pero para muchos todavía la sigla ESI sigue siendo un misterio o un cuco. Una parte de la comunidad docente todavía considera al “sexo” como sinónimo de “sexualidad”. “Las autoridades y algunxs docentes temen que los talleres de ESI puedan contribuir a estimular la sexualidad de los alumnos de manera de promover relaciones sexuales precoces. Sabemos que en realidad es al contrario. A mayor información científica, actualizada, en lenguaje claro, más tardíamente se inician las relaciones sexuales y en mejores condiciones”, dice Kurlat.

En el mismo sentido reflexiona Lucía Schiariti, capacitadora docente en Educación Sexual Integral. “Todavía socialmente, en muchas familias (e incluso muchos docentes) siguen siendo pregnantes las ideas de sexualidad asociada a sexo, a relaciones sexuales, a aparatos reproductores. Y entonces no se entiende bien qué y cómo se trabajará. También estamos trabajando para desarmar la idea de que ESI es un taller, una jornada, la ‘clase’ de ESI. Con docentes, lo que trabajamos es que la ESI es una mirada, una perspectiva que se asume, y sirve para encarar todas las prácticas educativas”.

También sucede que más allá de los sectores más progresistas que siguen el impulso del feminismo y la “marea verde” que inunda las aulas e instala sus debates, en otros adolescentes “sigue habiendo confusión, y si no trabajás temas de salud sexual y/o género (sean estereotipos o violencia) entonces no parece ESI. Trabajar vínculos, la afectividad en general, no termina de asociarse con la sexualidad. Y no se visibiliza parte de lo que sí se está haciendo”, agrega Schiariti.

Por ejemplo, cuenta Valeria, una docente, que un día la clase de inglés en segundo año giró en torno al análisis de publicidades y los estereotipos de belleza instalados en la sociedad. Al principio muchos repitieron belleza y perfección como sinónimos. También hablaban de ojos claros, cabellos despampanantes, alturas llamativas, extrema delgadez, entre otras descripciones. Luego eso se fue poniendo en cuestión. Para ir cerrando, les contó que esa clase estaba enmarcada dentro de la Ley de Educación Sexual Integral. Justamente, al decirlo, un alumno respondió “pero no hablamos de sexo”. “Y tenía razón, claro. Pero seguiremos trabajando en ESI para que dejen de pensar que es sólo hablar de sexo. Ese día tocó el timbre y en vez de estar desesperadxs por ir al recreo, un clima de profunda introspección reinó en el curso”, agrega Valeria.

Es que la ESI incorpora la perspectiva de género en las aulas, una categoría por la que todos, todas y todes estamos atravesados y de la que no se puede permanecer inmutable.

Las reacciones

Las reacciones de la clase, sin embargo, no siempre es la esperada. Suele haber algunas chicas o chicos más informados o familiarizados con la problemática y otros que siguen anclados en figuras tradicionales y conservadoras en relación a los roles de género, por ejemplo. “La ESI también irrumpe en las aulas sorpresivamente y nos obliga a tomar decisiones y no omitir lo que surge”, apunta Leticia, docente de una escuela media de Lugano. Ese fue el caso frente a una discusión entre un chico y una chica, que se agredían verbalmente con comentarios ofensivos que visibilizaban la concepción estereotipada de la mujer. “Ante el intento de mediar y favorecer la reflexión acerca de cómo se estaba tratando a una compañera, la interpretación del estudiante involucrado fue: ‘Profe ella me provoca ahora que está usted porque sabe que defiende a las mujeres'», cuenta.

Cuando se trata de capacitar a docentes en los contenidos de la ESI, las respuestas y predisposiciones no son homogéneas. “En instancias de capacitación, una docente de primaria relató que estaban ingresando sus estudiantes al aula, pero venían con ‘demasiada’ energía. Les pidió que se detuvieran, y estuvo a punto de decirles ‘entren primero las nenas’. Pero recordó lo que veníamos trabajando en encuentros anteriores y entonces dijo: ‘Entren primero quienes tienen algo rojo… Ahora quienes tienen zapatillas blancas…’ y así siguió. Haberse dado cuenta de que la primera forme de organización volvía sobre formas binarias habilitó la posibilidad de empezar a desarmar prácticas que suelen repetirse en las escuelas sin cuestionamientos, y refuerzan modelos cisnormativos y sexistas”, cuenta Schiariti.

Otro docente de Taller de una escuela técnica comentó que una alumna, a quien él quería “ayudar” a mover un motor, le dijo “gracias profe, pero yo puedo”. A partir de ese comentario, se dio cuenta de cómo solía hacer diferencias entre chicas y chicos en sus clases, y está empezando a modificarlo.

De eso se trata, de mover, modificar, movilizar; de empezar a forzar la máquina al punto de que haya transformaciones, como dijo alguna vez una feminista.

Fuente del artículo: https://www.pagina12.com.ar/214238-para-que-sirve-la-esi

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Brigitte Baptiste: “No saldremos de la crisis ambiental con pañitos de agua tibia”

Por: Natalia Roldán Rueda.

La bióloga se traslada del Instituto Humboldt a la rectoría de la Universidad EAN, con la esperanza de salvar el planeta desde la raíz: a través del fortalecimiento de la educación ambiental.

Es fácil dejarse hechizar por Brigitte Baptiste. Ocurre de inmediato, con el saludo. Ella sonríe y parece que todo su cuerpo se entregara con amabilidad desbordada a ese momento, a uno, a pesar de que uno es solo un periodista más con las preguntas de siempre. Y su interés por dar todo en esa hora de conversación no es una pose, su generosidad hace parte de su naturaleza, está relacionada con su gentileza y da la impresión de que también se vincula con unas ganas secretas de compartir el conocimiento que ha reunido a lo largo de su vida y que considera que puede ayudar a iluminar, despertar y abrir otras mentes.

Brigitte es, antes que nada, una maestra. Y ha transitado por ámbitos tan variados y diversos que le han dado herramientas valiosas para abordar la enseñanza desde un punto de vista muy humano, que tiene como base la empatía, la creatividad y la necesidad de conexión. Por esta razón, y por todos los años que se ha dedicado a estudiar el medioambiente y la economía, desde septiembre será la nueva rectora de la Universidad EAN.

Después de una década como directora del Instituto Humboldt, decidió asumir este nuevo reto con el impulso de una institución cuyo pilar fundamental es el emprendimiento sostenible y con el interés de fortalecer las educación ambiental en el país, que tiene que ser una prioridad mundial, si queremos superar la crisis climática.

¿Por qué decide  volver a la academia? 
Porque creo que hace falta a hablar con más rigor de ecología y de medioambiente en la formación de la gente. Por la angustia con el tiempo en que vivimos, todo el mundo habla de estos temas y eso ha ido vaciando de contenido y de cuidado el debate. Sobre todo en las discusiones de las redes sociales, pero también en los movimientos políticos en las regiones. Por ejemplo, me preocupa mucho que el país crea que hay una disyuntiva entre petróleo y agua, o entre minería bien hecha y conservación. Eso proviene de la popularización de prejuicios y del oportunismo de ciertos líderes de opinión. Si a un candidato se le pregunta cuáles son  sus causas, y vuelve a hablar del control de la corrupción y el acceso a los servicios públicos, ya no le creemos. En cambio, si habla de la protección de la fauna y de la flora, y de la recuperación de las fuentes de agua, ya tiene los votos asegurados. Pero sus propuestas ambientales son todas idénticas y no las hacen con una perspectiva cuidadosa y operativa.

¿Y por qué llega a la EAN, una institución que uno relaciona con los negocios y el emprendimiento? 
Porque es una universidad que ha manifestado un compromiso con el emprendimiento sostenible, con la búsqueda de soluciones a los problemas que representa la crisis ambiental. Reconoce que no nos podemos quedar en el diagnóstico, en la crónica del desastre, sino que hay que utilizar las herramientas del conocimiento para afrontar los problemas contemporáneos. ¡Eso me encanta! Durante diez años en el instituto estuvimos generando conocimiento, pero el Humboldt no es una entidad que pueda actuar a fondo.

Su hoja de vida está llena de títulos académicos, ¿qué le ha a aportado la educación?
¡Uy! Sin mi acceso a la educación mi capacidad de conectar las diferentes dimensiones de la realidad sería mínima. Esa capacidad de conectar es la que me ha permitido ser creativa, y con esa creatividad ha sido más fácil tener resonancia en ámbitos completamente extraños. Así he modelado mi manera de aproximarme a los problemas, he vencido muchos prejuicios, me he convertido en una interlocutora más amable y más dispuesta a ver la perspectiva de otros. Eso, sumado a ser una persona transgénero, configura un espacio distinto de conocimiento.

¿Qué falencias considera que tiene la educación en Colombia?
¡Todas! Creo que es un sistema demasiado rígido y, por lo mismo, muy poco adaptativo y muy poco sensible a las diferencias regionales, tanto biológicas como culturales. Colombia es un país muy centralista y su modelo educativo está muy basado en una perspectiva nacionalista, integradora y poco sensible a la diversidad. Eso está impidiendo reconocer la naturaleza de la crisis ambiental por la que cruzamos. Todas las regiones parecen resistirse al modelo central, pero con unos mensajes muy simplistas: “no a la agroindustria”, “no a la minería”, “no al desarrollo de infraestructura”. Son eslóganes que no tienen sentido en todas partes. Además, la educación genera mucha frustración, porque es un modelo de promesas que no se cumplen. Te prometen que si estudias vas a tener más oportunidades, vas a vivir mejor, vas a acceder a más empleo y, a menudo, ocurre todo lo contrario: entre más te educas, más dificultades tienes de acceder a todo. Por último, nuestra educación aún no considera que vivimos en Colombia. Eso hace que siempre nos sintamos incómodos en nuestro propio país.

El neurocientífico Rodolfo Llinás siempre ha hablado de la importancia de una educación basada en entender, no en memorizar,  ¿qué opina sobre esto?
Estoy totalmente de acuerdo. La educación siempre debe ser entendida como la formación de espíritu crítico, la formación de proyectos colectivos con una perspectiva intergeneracional. No soy experto en temas de educación, pero en mi experiencia el tema ‘memorístico’ era frustrante. Yo me resistía a estudiar Biología porque tenía la imagen de que la ciencia era un ejercicio de la memoria. Estamos atados a reverenciar la sabiduría de los antiguos en vez de gozarnos el conocimiento como los pueblos indígenas. Tengo una memoria absolutamente inútil, salvo que implique un ejercicio interpretativo, ahí sí me acuerdo de las cosas más absurdas. ¿Por qué? Porque es conocimiento relacional. He compartido esta discusión con muchos académicos, quienes aseguran que los estudiantes llegan a la universidad en unas condiciones realmente deplorables en este sentido. Cada vez los estudiantes son menos capaces de argumentar y tienen toda clase de limitaciones para participar activamente en la construcción de conocimiento. Si pensamos que con esas capacidades vamos a afrontar el cambio climático, estamos fritos. Tenemos que hablar del papel de la educación ambiental. La conciencia ambiental de los jóvenes es evidente, pero una cosa es el compromiso moral que tienen los muchachos y la chicas con estos temas, y otra cosa es que haya mejorado su capacidad crítica para contribuir.  Yo creo que la preocupación por el medio ambiente es bastante retórica y emocional, y eso acaba, por ejemplo, en los animalismos sin fundamento, en recetas que se comparten en redes sociales, pero que no son verdaderas soluciones, o en movimientos sociales indignados que no tienen una perspectiva autónoma de la problemática ambiental. Ahora, hay mucha gente haciendo cosas muy interesantes, pero siempre es la sociedad civil o proyectos muy particulares. Y hay muchas discusiones que no se están dando. Si para construir una sociedad sostenible debemos reconvertirnos en todos los sectores, cómo vamos a pagar la reconversión. Nos quedamos en el comercial que nos dice que cerremos la llave del agua, un consejo que puede detonar discusiones más amplias, pero que requieren un nivel de conciencia y de discusión crítica que no está pasando por las redes, y que no está pasando por los medios. Si la crisis ambiental se profundiza, no vamos a lograr salir adelante con pañitos de agua tibia.

Necesitamos medidas estatales… 
Necesitamos un Ministerio de Agricultura que se comprometa con la producción sostenible de alimentos y con una economía agraria sostenible, de eso no hay indicios… Eso no quiere decir que no haya gente trabajando en sostenibilidad, pero necesitamos un sector completo con un ánimo de modernidad. ¿Y cómo lo vamos a lograr? ¿Con qué recursos? ¿Con qué capacidades humanas estamos formando a los jóvenes para hacerlo? Necesitamos llegar a políticas estatales, necesitamos políticas educativas… Venimos hablando de sostenibilidad desde hace 35 años y cada vez pierde más sentido la palabra y se fortalecen los estereotipos de lo que significa ser ambientalista, como vestir al perrito o discutir si el oso Chucho estaba encarcelado o no.

¿Cómo va la investigación en el país?    
Indudablemente, ha mejorado muchísimo y hemos formado miles de investigadores en estos últimos veinte años. Se ha organizado mejor la investigación en las universidades, hay cada vez más laboratorios… Colombia se ha convertido en una potencia en construcción de conocimiento y eso es chévere. La paradoja es que ha crecido dentro de un ambiente muy hostil a la innovación. Esto tiene mucho que ver con la miopía del modelo de desarrollo, que siempre privilegia al corto plazo, no la sostenibilidad. Yo creo que la frustración de la academia colombiana es el poco uso del conocimiento que se produce, pero también hay una complicidad perversa de sectores de la academia que están muy tranquilos, construyendo conocimiento inútil, que requieren un sacudoncito para que se comprometan un poco más en la construcción de discursos críticos. ¡Es que la universidad está muy callada!

Llinás también ha dicho que cuando le daban un juguete lo primero que hacía era desbaratarlo, para entender cómo funcionaba. ¿Cuál es la importancia de experimentar?
La experimentación es fundamental en la construcción de sostenibilidad. Los seres humanos somos constructores de cultura y la experimentación es la condición natural de la experiencia humana. Por eso no comparto la perspectiva conservadora de algunos movimientos ambientales que dicen no a la tecnología o a ciertas innovaciones. No soy una optimista tecnológica, en el sentido de que crea que la tecnología nos salvará, pero sí creo que la respuesta está en la combinación de la innovación social, la innovación tecnológica y la innovación  económica. Hay personas que experimentan en su casa… ¡Yo hago experimentos todo el día para reducir mi huella ecológica! La ciudad de Medellín lleva unos buenos lustros experimentando esquemas de biodiversidad humana y tiene ahora áreas protegidas urbanas, un experimento urgente para encontrar soluciones a la contaminación del aire, a las enfermedades mentales de la gente o a la violencia callejera. Pero hay que aprender a documentar y hay que garantizar que los experimentos están bien hechos y son replicables. Hoy en día, la gente ha olvidado cómo se construye conocimiento robusto y comprobado. De ahí que haya tantas noticias falsas y esa debilidad para contrarrestar muchos prejuicios que se remontan a ideas de la edad media, como decir “El poder de la Luna te sanará”. No somos muy racionales, estamos llenos de supersticiones, y la mayoría son inocuas. Como decir: “Podemos curarnos del cáncer con un cambio de dieta”. ¡No! Uno no se cura de un cáncer con un cambio de dieta. Apenas la gente lea esto, 200 personas van a escribir a la revista diciendo: “Yo sí me curé con jugo de gulupa en ayunas”. Pero, ¿dónde está la evidencia? Lo que quiero decir es que tenemos problemas epistemológicos, no sabemos interpretar las estadísticas. En una columna,  el profesor Armando Montenegro llamaba la atención sobre la ignorancia matemática básica: a todos nos enseñaron aritmética, matemáticas, geometría y cálculo, pero no somos capaces de interpretar un promedio.

Ha dicho que en las ciudades nos desconectamos de lo que nos rodea y que es necesario reconectarnos  si queremos cambiar el planeta. ¿Cómo lo logramos?
Primero tenemos que preguntarnos en qué mundo estamos. No es lo mismo estar en Bogotá que en Lima. Son las cualidades de un lugar las que nos permiten aprovecharlo al máximo. Eso es clave entenderlo para tomar decisiones sobre el arbolado bogotano o  el destino de la Van Der Hammen. ¿Vamos a seguir consumiendo un urbanismo genérico? ¿O vamos a experimentar con nuestras condiciones biológicas, climáticas y geológicas? Siempre tratamos de  implantar cosas maravillosas que vimos afuera, y eso lo único que hace es expandir una homogenización y una globalización que simplifican todo.

Fuente de la entrevista: https://www.elespectador.com/cromos/estilo-de-vida/brigitte-baptiste-no-saldremos-de-la-crisis-ambiental-con-panitos-de-agua-tibia-articulo-878644

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Argentina: Los estudiantes marchan en defensa del TEG y de la educación pública

América del Sur/ Argentina/ 31.08.2019/ Fuente: www.elpatagonico.com.

Los estudiantes universitarios y secundarios de Comodoro Rivadavia marcharán hoy en defensa de la educación pública, a partir de la crisis que se vive a nivel nacional y provincial, y en reclamo de que el Gobierno de Chubut vuelva a implementar el Transporte Educativo Gratuito (TEG). Habrá concentraciones en la Ciudad Universitaria y el CERET, a partir de las 9.30, para marchar hacia el Centro y concluir a las 11 en la plaza San Martín donde se desarrollará un acto.

La manifestación contará con la adhesión de diversos sectores como los trabajadores no docentes de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y también de la propia Asociación de Docentes Universitarios (ADU). Este último gremio, que integra a nivel nacional la confederación docente CONADU Histórica, protagoniza un plan de lucha en reclamo de una recomposición salarial después de que el Gobierno de Mauricio Macri excluyera a los trabajadores de la educación del pago del bono compensatorio de 5.000 pesos anunciado para los empleados estatales nacionales tras la reciente megadevaluación.

Fuente de la noticia: https://www.elpatagonico.com/los-estudiantes-marchan-defensa-del-teg-y-la-educacion-publica-n5051625

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Cinco consejos para una educación con inteligencia emocional

Por: el economista. 

Un diagnóstico y una medicina es lo que necesita la educación emocional en Chile, según las organizaciones «Liderazgo Chile» y «Relaciones Inteligentes». Ya que a pesar de que todos las campañas al respecto, los expertos indican que no se le ha dado la importancia suficiente.

Según la Fundación Liderazgo Chile «tenemos una sociedad donde los liderazgo están basados en un 80% rasgos psicopáticos, donde el miedo y la desconfianza son los pilares fundamentales que movilizan a los líderes en el país».

Según la entidad, «estamos en una sociedad que está enferma, y que al estar todos los aspectos de la vida vinculados a relaciones, el desarrollar educación emocional y vincular la inteligencia relacional en la educación y el liderazgo son parte esencial de la educación del siglo XXI».

¿Pero cómo solucionarlo?

La Fundación Relaciones Inteligentes indicó que estos avances se deben llevar a cabo por medio de la educación, ya que no solo trascienden nuestras relaciones sociales y laborales, sino también son determinantes en la salud física, mental y capacidad de aprender. «Si queremos otorgar a nuestros hijos e hijas las herramientas esenciales para una vida plena y exitosa es esencial la Educación Socioemocional ya que a través de éstas podrán aprender a relacionarse positivamente con ellos mismos y los demás y saber cómo hacer uso de su potencial para afrontar desafíos y alcanzar sus objetivos y sueños».

Juan Pablo Díaz, psicólogo clínico y encargado de Formación y Desarrollo Organizacional en la empresa de innovación y tecnología educativa, Colegium, explicó que sin educación emocional, es muy difícil afrontar los desafíos del siglo XXI, y además, brindó cinco consejos para enseñar la inteligencia emocional:

– Distingan las emociones juntos: es importante que desde pequeños los padres ayuden y desarrollen junto a su hijo/a la capacidad de verbalizar y reconocer las diferentes emociones y afectos que va sintiendo, este trabajo es fundamental para que a lo largo de su vida logre tramitar de mejor manera lo que le afecte, y así pueda reaccionar de forma más asertiva y tomar mejores decisiones. Es aconsejable trabajar en esto de forma cotidiana, ayudándolo a identificar lo que le pasa, explicando por qué se siente así, y qué hacer con eso, y para esto es útil ocupar el juego como medio. Por ejemplo: «¿Qué te hizo enojar? Tú estás enojado, sientes impotencia y tristeza, pero conversamos de lo que pasó, de lo que sientes tal vez te sientas mejor».

– Evita la crítica destructiva hacia los niños y niñas: las críticas del padre o la madre hacia los hijos e hijas perjudican el proceso de construcción de identidad del niño/a, puede generar que el niño se haga una imagen negativa de sí mismo y tenga problemas de inseguridad.

Afortunadamente, si ya has cometido este error antes, hoy puedes hacerlo distinto, reelaborando la forma en que expresas la conducta inapropiada, siempre planteando una forma de mejorar. Por ejemplo: «Sabes que no te he visto estudiar, ¿te pasa algo? Busquemos la manera de comenzar a hacerlo».

– No atribuir características intrínsecas por un comportamiento determinado: es fundamental tener claro que para desarrollar la capacidad de cambio y la tolerancia al error en un niño/a, es importante que no se le defina por sus comportamientos. Por ejemplo que su hijo/a se haya puesto a llorar por alguna razón no lo convierte en un llorón/a, o bien si se peleó con alguien no lo convierte en un niño/a agresivo o violento.

– Enseña a tu hijo a defenderse por sí mismo: es indiscutible que todo padre o madre va a buscar proteger y ahorrar malos ratos a sus hijos/as, para que no sufran. Esto es muy difícil de evitar, pero lo que sí se puede hacer, es dar herramientas para que puedan manejar mejor las situaciones que enfrentarán. Es acá donde toma un papel importante el aprender a reconocer las propias emociones y saber distinguir las de los demás. Este es el primer paso para que una persona pueda enfrentar de mejor forma las situaciones conflictivas, con mayor claridad y asertividad.

– Demos ejemplo de cómo reaccionar adecuadamente: además de enseñar, debemos como adultos mostrar con el ejemplo cómo se puede reaccionar de la mejor forma posible ante situaciones desfavorables. Cuando los niños o niñas hagan algo que nos haga sentir molestos, expliquemos la situación: «Lo que dices no corresponde, debemos tratarnos bien porque somos familia, y me hace sentir muy triste que hables con palabras ofensivas».

Fuente de la reseña: https://www.eleconomistaamerica.cl/sociedad-eAm-chile/noticias/10060236/08/19/Cinco-consejos-para-una-educacion-con-inteligencia-emocional.html

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Las voces de Penélope: De dónde vienen los “bachilleres” #30Ago

Por: Marisela Gonzalo Febres.

 

Carl Jung afirmaba que uno “…recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos. Aludía a la enorme importancia que en la infancia y la juventud, tiene la relación del conocimiento con la afectividad, puesto que de acuerdo a la relación e impacto del maestro con lo intangible del ser humano, será su efectividad y trascendencia. Esto explica por qué los recordamos individualmente, en general con afecto y en otros, con rechazo. Dependerá del tamaño del recuerdo o del olvido -una forma de castigo-, de su paso por nuestras vidas, puesto que, a la larga, será más importante lo que dicho maestro es o ha sido, que lo que enseña…

La docencia no es una carrera sino una vocación que se mantiene a lo largo de la vida, incluso si ya no se ejerce formalmente, puesto que implica una continua transformación vital, resumida en la necesidad de aprender y enseñar más allá de las aulas. Proceso profundamente humano, dada su condición esencial de dar y recibir simultáneamente: aprendes mientras enseñas lo aprendido; enseñas mientras aprendes que aun cuando no puedas volver atrás, al menos tienes la posibilidad de retomar lo que en un momento dado dejaste en el camino de las elecciones y decisiones personales.

Los maestros, cuando lo son, juegan un rol tan importante como el de los libros en la vida de niños y adolescentes, por iluminar el mundo, mientras les lleva de la mano en los primeros vericuetos vitales. La culturas preocupadas por su devenir, le dan a los maestros un lugar privilegiado en la sociedad, cónsono con la responsabilidad de formar valores y trazar los caminos del conocimiento compartido, del saber con el hacer, de lo que Confucio parecía valorar más por ser consustancial al aprendizaje: “Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí; lo hice y lo aprendí.”El secreto está en enseñar haciendo, como decía también Don Simón Rodríguez.

A mediados del siglo XX se formalizaron e institucionalizaron en Venezuela los estudios magisteriales y su reconocimiento legal, abrió los caminos de centros de formación pedagógica y universitaria, al reconocernos como un país, cuyo complejo desarrollo ameritaba formación académica en todos los niveles. Incluyendo el preescolar, cuyo pensum de estudio exigió a los educadores, formación que incluía la psicología e historia de la pedagogía y corrientes educativas universales. La educación gratuita fortaleció el acceso y formación de todos los involucrados en las diversas instancias educativas. Desde el preescolar hasta los diversos posgrados universitarios, fueron ofrecidos, sin sospechar que bastó menos de un cuarto de siglo para echar todo por tierra, al punto de que hoy se habla de “docencia express”, como si se tratara de un taxi que llega más rápido a su destino: las 450 horas serían la versión del “kilometraje del conocimiento” adquirido.

Las cosas no venían por buen camino desde hace tiempo. Muchos  estudiantes de la Licenciatura en Educación, al constatar que en las Zonas Educativas publicaban los cargos sólo para los egresados de  las llamadas universidades bolivarianas, entendieron el mensaje implícito de abstenerse los provenientes de las universidades públicas autónomas, así que decidieron inscribirse en estas últimas para prepararse bien y paralelamente en la gubernamental, con el fin de encontrar trabajo, dadas las características político partidistas del acceso al empleo docente. Las cosas se complicaron por las consecuencias de vivir en un país en situación de Emergencia Humanitaria Compleja y el éxodo masivo de venezolanos profesionalizados, muchos con postgrados y salarios de hambreque, en el caso de los educadores de cualquiera de las tres instancias educativas, primaria, secundaria o universitaria, dan pena propia y ajena. El salario de un docente VI de educación secundaria, con postgrado, equivale hoy a $0,14 diarios, muy por debajo de la clasificación 2015 de “pobreza extrema” del Banco Mundial de las personas que devengan 1,90 $ al día.

Einstein insistía en que no se trataba sólo de enseñar alumnos, sino de proporcionarles las condiciones en las que pudieran aprender, asunto que pareciera ignorar el ministro de Educación, de ser cierta la propuesta de “formar” bachilleres como docentes de los próximos bachilleres. Ignorancia que incluye para quien fuera docente alguna vez y dirigente sindical, el hecho de que la educación es un acontecimiento de elaboración lingüística simbólica, que requiere ser alimentada de diversas fuentes que incluyen la experiencia vital, el discernimiento y la relación creadora con el conocimiento compartido.

La prensa regional dio a conocer la opinión de quien en el pasado fuera una destacada y dedicada docente de química en bachillerato, la diputada Bolivia Suárez quien denunció la aparición de los docentes “express”. Informó sobre la realización de inscripciones de estas personas que se van a formar en 450 horas, bachilleres, a quienes, dijo, les exigen únicamente el carnet de la patria y la cédula de identidad. Es obvio que el otrora dirigente sindical devenido hoy en ministro, se limpia la cara con el articulo 40 de la Ley de Educación, que considera “profesionales de la docencia”, a quienes posean títulos otorgados por las instituciones de formación docente creadas para ello, mediante un mínimo de cuatro años de estudios, sin contar las diferentes especializaciones que haya realizado después de haberse graduado”.

La explosión migratoria acentuó un problema que venía presentándose desde hace unos cuantos años: los jóvenes de bachillerato ya no tenían docentes de las áreas científicas ni suplentes. Muchos se “graduaron” de bachilleres en liceos públicos sin haber cursado materias como química, matemática, física, geografía, inglés ni castellano salvo una que otra “investigación” ayudada por “papá Google”. Confirmada o no la propuesta, es verosímil en nuestra experiencia de gobernados. Así mismo, que es evidente que todos sabemos de dónde vienen los jóvenes llamados a realizar los cursos “express”.

Los efectos de la corrupción pican y se extienden a lo largo del país incidiendo en el tema educativo. Según los datos ofrecidos por ENCOVI, se redujo la esperanza de vida en niños menores de 5 años y se pronostica para este año en 20.000, el excedente de muertes infantiles asociadas a la crisis. Según la investigación citada, la pérdida de cobertura educativa para los niños alcanza el 60% de deserción escolar y el 70 %, de ausentismo generado por el abrumador descenso de calidad de vida. El rezago escolar para los adolescentes de edades entre 12 y 17 años es de 26% para niños y 23% para niñas. El estudio determinó también que un 28% de los estudiantes, faltan a clases por problemas con el suministro de agua, 22% a la falta de comida y 15% por falta de electricidad.

Los gremios educativos han de hacer lo que les corresponde como educadores: informar, debatir, decidir y actuar. Un bachiller es una especie de “estudiante en tránsito” y si está mal preparado, está en el limbo. El gobierno tiene el deber de cumplir con lo establecido en la tan citada aunque maltratada Constitución: garantizar el acceso a la educación como parte del deber del Estado, tal como lo consagran los derechos fundamentales, especialmente si la educación está perdiendo su condición de patrimonio cultural y factor de desarrollo económico y social. Mercedes de Freitas, Directora Ejecutiva de Transparencia, resumió en una demoledora frase el origen de nuestra debacle: “La corrupción en Venezuela mata”. Y en materia educativa, añadiríamos, mata afectiva, literal y simbólicamente nuestra esencia y espíritu. Incluyendo el porvenir.

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Docentes y alumnos paraguayos continúan protesta por reivindicaciones

América del Sur/ Paraguay/ 31.08.2019/ Fuente: www.prensa-latina.cu.

Estudiantes secundarios, universitarios y distintos gremios de docentes paraguayos mantienen hoy su protesta en esta capital en reclamo de una serie de reivindicaciones para ambos sectores
Fuentes de la organización de la movilización ‘Yo marcho por la Educación’, comenzada la víspera, señalaron que la convocatoria está prevista para la Plaza Uruguaya y de allí se dirigirán primero, hasta el Ministerio de Hacienda y luego hasta el Ministerio de Educación y Ciencias.

El reclamo de los estudiantes tiene que ver con el aumento de la inversión en la Educación y proponen que ese incremento suba del 3,5 por ciento al 7 en el Producto Interno Bruto.

Los de nivel medio igualmente exigen el aumento del número de colegios de la Enseñanza Media, beneficiarios de la alimentación escolar y la triplicación de los fondos de gratuidad para todo ese sistema, subrayaron las fuentes

Por su parte, los profesores de los principales gremios del sector exigen que el incremento salarial del 16 por ciento se aplique a partir de febrero del 20200, pero el gobierno propone como fecha el mes de julio.

Ese pico de por ciento ?señalaron los docentes-, se gestionó durante el gobierno de Horacio Cartes y se acordó un ajuste gradual hasta el 2021 para alcanzar un salario base de tres millones de guaraníes (más de 470 dólares) para los docentes.

La titular de la Organización de Trabajadores de la Educación de Paraguay-SN, Blanca Ávalos, argumentó que el Ejecutivo quiere condicionar a los docentes para acceder al aumento y ‘nos piden que nos capacitemos, pero el Ministerio de Educación y Ciencias ni siquiera cumple con la capacitación pedagógica’, expresó.

Refirió que desde el Gobierno se dice que no hay dinero por eso quieren cambiar el pago del reajuste para julio.

‘Pero igual se aumentan las contrataciones de personal en otras instituciones. Además el presidente continúa sin cumplir su promesa de aumentar el presupuesto para la educación’ señaló.

En la movilización participan la Federación de Estudiantes Secundarios, la Organización de Trabajadores de la Educación de Paraguay Auténtica y de la Organización de Trabajadores de la Educación de Paraguy-SN.

También la Unión Nacional de Educadores, el gremio de los directores y el de los funcionarios y trabajadores del Ministerio de Educación y Ciencias.

Fuente de la noticia: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=301986&SEO=docentes-y-alumnos-paraguayos-continuan-protesta-por-reivindicaciones
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