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Entrevista a Salman Khan: “La escuela tradicional no responde al funcionamiento del cerebro”

Entrevista /17 octubre 2019/Autora: Ana Torres Menárguez

El matemático Salman Khan, fundador de la Academia Khan, es el nuevo premio Princesa de Asturias de Cooperación

Si algo tiene claro Salman Khan (Nueva Orleans, 43 años) es que no hay que limitar a los niños con nuestro propio aprendizaje. Han nacido en otro tiempo. Khan, matemático, ingeniero eléctrico e informático formado en Harvard y el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) se estrujó el cerebro para dar con una nueva pedagogía que ayudara a una de sus sobrinasprimas de 12 años a entender las matemáticas. Lo consiguió. “Sin prejuicios ni hábitos adquiridos”, cuenta, porque él nunca había sido docente. Descubrió que la clave era buscar las conexiones con otras áreas, todo eso día tras día en conversaciones desde Boston —donde él residía— a Nueva Orleans. Así identificó el “gran fallo” de la escuela tradicional: el contenido se imparte fragmentado, en temas autoconclusivos. Con todas las conexiones cortadas.

Khan, que ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación 2019, ha conseguido convulsionar el panorama educativo. Desde que creó en 2009 la Academia Khan, una plataforma online gratuita de aprendizaje y sin publicidad (sin ánimo de lucro), más de 72 millones de personas de todo el mundo han seguido alguna de sus 7.000 lecciones en vídeo, unas 100 horas de contenidos que abarcan desde la aritmética básica a la Revolución Francesa. Son distintivos de su modelo pedagógico los llamados mapas de contenidos, un software que encuentra conexiones entre los temas y genera ejercicios de forma automática.

“Es más fácil entender una idea si la puedes relacionar con otra que ya conoces”, explica Khan sentado en uno de los sillones del Hotel de la Reconquista, en Oviedo, tratando de acortar al máximo las respuestas, ya que tiene que atender muchas entrevistas. Pone un ejemplo; la genética se estudia en Biología y el cálculo de probabilidades en Matemáticas, cuando las dos están estrechamente relacionadas. “Son divisiones que limitan la comprensión y dan una imagen errónea de cómo funciona el universo”, dice en alusión a su libro La escuela del mundo, una revolución educativa (Ariel), donde hace una crítica feroz del sistema educativo.

En su opinión, esa forma de enseñar marca la diferencia entre memorizar una fórmula para un examen —lo que sucede hoy en la escuela— o interiorizar la información y ser capaz de aplicarla una década más tarde.

“La escuela tradicional no responde al funcionamiento del cerebro, las redes neuronales funcionan con la asociación de ideas, no con temas estancos”, recalca. Mientras enseñaba matemáticas a su prima Nadia en 2004, dedujo que esta se había perdido la clase en la que se explicó la conversión a unidades. Desde ahí, la niña no levantó cabeza en la asignatura. “Ese es otro de los problemas del aula actual, la mentalidad de que hay que seguir con el temario, respetar el calendario. La repetición es básica para el aprendizaje y en un aula normal no se retrocede hasta que todos los alumnos comprenden; algunos se quedan por el camino”. Porque cada uno, afirma, tiene un ritmo de aprendizaje distinto. “Y si no aprenden a su ritmo, acumulan vacíos”. Le ocurrió a su prima hasta que él comenzó a impartirle lecciones por teléfono y a volver una y otra vez sobre los conceptos que se le resistían y le impedían continuar aprendiendo conceptos matemáticos. Visto el éxito, otros familiares le pidieron ayuda. El teléfono ya no era útil así que empezó a hacer vídeos que colgaba en Internet y que son el germen de esta escuela mundial donde la pizarra con los ejercicios no se borra, está siempre en la nube disponible para el alumno.

Donaciones millonarias

“A veces cuando tienes una gran idea, el universo conspira para hacerla posible”, cuenta el matemático. En su caso, sucedió así. En 2009 decidió dejar su puesto como analítico financiero en Silicon Valley para dedicarse por completo a su proyecto educativo, al que destinó todos sus ahorros. Tiempo después, el éxito y la viralidad de sus clips, en los que se escucha su voz pero su imagen no aparece por una cuestión de “austeridad” —“no tenía una cámara profesional para grabarme ni presupuesto para comprar una”— empezaron a llegarle donaciones millonarias de los grandes de la tecnología. Los 1,5 millones de la Fundación Bill y Melinda Gates o dos millones de Google, a los que se sumarían otras cantidades de magnates como el mexicano Carlos Slim. En 2012, Khan era una de las 100 personas más influyentes del mundo según la revista Time.

Su diagnóstico es que la humanidad está viviendo un punto de inflexión que solo se produce cada 1.000 años, circunstancia que debe propiciar el surgimiento de nuevos modelos educativos sobre una base científica: los “mejores teóricos” de la educación han concluido que la capacidad de atención de los estudiantes oscila entre los 10 y los 18 minutos. Las clases continúan siendo de más de 50 minutos. “¿Por qué esos hallazgos no se han aplicado? El sistema tiende a no hacer caso a hechos biológicos indudables”, remarca en su libro.

¿A qué época se remonta el actual sistema educativo que tanto se resiste al cambio? Khan no duda en su respuesta. El origen de los estándares actuales, “que potencian un aprendizaje pasivo basado en la escucha”, se instauraron en la Prusia del siglo XVIII, con el propósito de formar “ciudadanos leales y dóciles” que aprendieran a someterse a la autoridad de los profesores, los progenitores, la Iglesia y el rey. “Se perseguía acortar el pensamiento independiente, pero ahora vivimos una revolución sin precedentes de la información y esa fórmula ya no vale: el pensamiento analítico es necesario para sobrevivir”.

Para Khan otro de los grandes problemas es que las familias buscan la mejor educación para sus hijos y, en muchas ocasiones, se olvidan del interés y el bienestar de los niños del bloque de enfrente. “Ser egoísta es inherente a la naturaleza humana, pero no es aceptable que solo el 1% de la población entienda lo que está pasando y tenga las herramientas para sobrevivir. Si no perseguimos la educación del vecino, el sistema democrático no funcionará y estaremos permitiendo que surjan los extremos”, concluye.

Fuente e imagen: https://elpais.com/sociedad/2019/10/15/actualidad/1571167287_185798.html

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“La escuela tradicional es castradora, mata expectativas”

Por: Ana Torres Menárguez.

 

Eduard Vallory es el fundador de Escola Nova 21, una red de 480 colegios públicos y concertados de Cataluña unidos para modernizar la enseñanza

Para Eduard Vallory (Barcelona, 1971) el principal problema de las escuelas tradicionales es su lógica del silencio. Aulas en las que los alumnos asimilan los contenidos como verdades definitivas. «Ya lo dijo Hume, las verdades son provisionales, si no la ciencia no avanzaría», explica Vallory. En un entorno de verdades definitivas, o sabes o no sabes. Ese sistema conduce al estudiante a avergonzarse de la ignorancia y eso bloquea el aprendizaje.

Cuando le hablan de abandono escolar prematuro, Vallory lo entiende a la perfección. Durante años pensó que era incapaz. Repitió tres veces Bachillerato y estuvo a punto de dejar los estudios. Vivía un doble mundo: uno en el que su autoestima se hundía y otro en el que se sentía capaz de cualquier cosa. Los scouts le salvaron. Entró en la universidad con 22 años, sin conocimientos de inglés, y se graduó en Filosofía y Periodismo. Más tarde pasó por la Universidad de Chicago, por Cambridge y por la Universidad de Nueva York, todo ello gracias a diferentes becas y préstamos. Ahora es el director del Centro para la UNESCO de Cataluña.

Vallory, que participó hace unas semanas en el debate Aprendizaje: aula y neurociencia organizado por el think tank Aspen Institute y la Fundación La Caixa, ha conseguido algo insólito: unir a la escuela pública y a la concertada para que innoven juntas. Es el fundador de Escola Nova 21, una red de 480 colegios de Cataluña que se han unido para transformar el sistema educativo y darle la vuelta a las aulas tradicionales.

Pregunta. ¿Qué es lo primero que eliminaría del modelo de enseñanza actual?

Respuesta. No podemos perpetuar un sistema educativo que le dice a un niño de 12 años tú no vas a servir para nada. Es algo que sucede en muchos centros y que va en contra del mensaje que lanza la sociedad: independientemente de la situación que tengas en casa, ven a la escuela y sacaremos lo mejor de ti. La educación es obligatoria por un motivo y no podemos poner una etiqueta a un alumno de «no quiere aprender porque no le da la gana». Todos los niños tienen derecho a que les digan tú puedes hacer cosas fascinantes en tu vida. Si partimos de la base de que la escuela es selectiva, seguiremos dando por válido que hay estudiantes que estorban y les apartaremos para que no molesten.

P. ¿Cómo consiguió sentar a la pública y la concertada a trabajar juntas en una misma dirección?

R. El año y medio que pasé en la Universidad de Nueva York  como profesor visitante me sirvió para hacer un parón en mi carrera y reflexionar. Visité escuelas de todo tipo: flexibles, creativas, más disciplinarias… A mi vuelta a Cataluña, empecé a pasar días enteros en colegios, solo haciendo preguntas y observando su modo de funcionar. En un año y medio visité unas 50. Me di cuenta de que a diferencia de lo que sucedió en Cataluña en la década de los 60 y los 70 con lo que se llamó Escola Nova, un movimiento cooperativo de escuelas innovadoras que bebían de la Institución Libre de Enseñanza, ahora no tenían esa fuerza. Así que les expliqué que aisladas no sobrevivirían y que para revolucionar el sistema había que hacerlo juntos. Teníamos que acabar con el mensaje de que hay escuelas buenas y malas.

P. Durante su visita a esos centros, en el caso de los públicos, se encontraría con profesores resistentes al cambio. No todos están dispuestos a cambiar de metodología.

R. Para garantizar proyectos educativos estables las escuelas tienen que ser autónomas, tener un proyecto educativo propio y un claustro que lo haga posible, y eso está contemplado en las leyes autonómicas de educación. El problema es el sistema funcionarial que tenemos, por el que todos los profesores son intercambiables. Han superado una oposición y se espera de ellos que expliquen exactamente lo mismo en todos los centros. Si tienes un centro innovador al que llegan 12 docentes nuevos cada curso, eso te destroza. Tienes que formarlos y algunos se oponen. Es el mito de Sísifo; permanentemente estamos subiendo la piedra y vuelve a caer. La sociedad tiene que saber que esto no es casualidad, es culpa de la incompetencia del diseño del sistema.

 No puedes tratar a los niños como si fuesen productos equivalentes de una fábrica: no todos aprenden igual

P. La propagación de cambio, ¿depende más de la voluntad de la Administración o de los propios docentes? 

R. El proyecto Escola Nova 21 empezó con 25 escuelas -de ellas 18 públicas- que consideramos modélicas. Allí los profesores daban formación a otros compañeros por iniciativa propia, era un movimiento autodidacta. Al final, son profesionales que se rebelan contra la escuela despersonalizada. La clave es que juntas desarrollen procesos de cambio y expliquen al resto de escuelas que si quieren cambiar pueden. Pero no solo depende de la voluntad de los profesores, sino de que la Administración no les ponga problemas. Si entendemos las escuelas como un entorno de verdades definitivas, es vergonzoso que tengan que cambiar, pero si damos valor al proceso de cambio, las escuelas que se plantean nuevas fórmulas tendrán buena reputación.

P. ¿Conoce algún ejemplo reciente en el que la Administración haya bloqueado el cambio?

R. El colegio público El Martinet, en Ripollet (Barcelona), es un ejemplo de innovación. Hace unos años les comunicaron que por los metros cuadrados de su patio, estaban obligados a instalar una pista de baloncesto. Ellos contestaron que tenían un polideportivo junto al centro y que no la necesitaban. Querían poner en marcha un proyecto de patio experimental, con menos uso de la pelota, y aún así les instalaron la pista. Se rebelaron y la cubrieron de tierra para llevar a cabo un diseño propio, y, de nuevo, les obligaron a retirarla. Es la antítesis de la autonomía de centro y del uso eficiente de los recursos. El mobiliario o el patio no son un capricho, sino una respuesta a una necesidad educativa. Al colegio concertado Montserrat le obligaron a comprar pupitres para poder hacer exámenes separados.

La Secundaria tiene que revolucionarse con el método socrático y científico, mucho más atrevido y potente

P. ¿Qué elementos de la escuela convencional no vamos a encontrar en los colegios de Escola Nova 21?

R. Tú no vales, tú eres un terremoto, siempre ensucias… son etiquetas que condenan. Las expectativas son determinantes. No es casualidad que hay un porcentaje tan bajo de niñas en el ámbito científico-tecnológico, a partir de los 10 años les dicen que ellas no sirven para eso. Tampoco es casualidad que si estás entre el 20% de los alumnos con un perfil socio económico más bajo, tengas seis veces más probabilidades de repetir curso que alguien con las mismas competencias pero más recursos en casa. La escuela es castradora, mata las expectativas. Otro rasgo es el docente aislado, se necesita el trabajo cooperativo de los maestros. Y por último la posición pasiva de los alumnos, tienen que construir conocimiento.

P. Estas escuelas, ¿siguen la filosofía de dejar que cada niño actúe según su instinto o abogan por poner límites a su conducta?

R. Depende de las edades. Si cuando tienen cuatro años el profesor quiere imponer el silencio, se va a encontrar con que solo puede hacerlo a través de la obediencia, que es la antítesis de la autorregulación. Lo primero es entender los procesos de desarrollo de los niños. Hay casos que pueden necesitar atenciones particulares. Un alumno que no habla, tiene que aprender a expresarse; uno que tiene un liderazgo muy fuerte, a modularlo en función del contexto. El problema es cuando se generaliza y se piensa: cuanto antes empiecen a obedecer, mejor. Pensar que todos los niños son iguales es un error. En el modelo industrial, no hay sitio para excepciones; todos aprenden lo mismo al mismo tiempo. No puedes tratar a los niños como si fuesen productos equivalentes de una fábrica.

P. Los colegios que innovan y las facultades de Educación no están avanzando al mismo ritmo. ¿Están trabajando en la modernización de los programas con la Universidad?

R. Necesitamos escuelas estrella, de referencia. Si todo el mundo es igual, no tienes ningún incentivo para cambiar. En países como Finlandia, las escuelas con un mayor enfoque en innovación son las que están formando a los futuros maestros; en esos centros es donde está la evidencia del avance. En España, las prácticas se hacen en colegios que no son ejemplares y que reproducen las dinámicas de hace 30 años. Para pasar del enfoque tradicional memorístico al competencial, hace falta inspiración. La Universitat de Vic y la UOC han puesto en marcha un programa experimental para profesores en activo en el que se trabaja sin asignaturas, por proyectos. Utiliza como referencia los colegios de la red Escola Nova 21. El máster en formación del profesorado de la Pompeu Fabray la UOC también se está modificando con el objetivo de formar docentes que sean agentes del cambio.

P. ¿Cree que otras comunidades pueden poner en marcha un proyecto similar con las públicas y las concertadas? ¿Cuánta financiación requiere?

R. No es una cuestión de dinero, sino de voluntad. Detrás de Escola Nova 21 hay una alianza entre el centro UNESCO de Cataluña, la Fundación Jaume Bofill, la UOC, la Fundación La Caixa -que aporta 300.000 euros al año- y la Diputación de Barcelona -que aporta 100.000-. De las 480 escuelas, el 65% son públicas y el 35% concertadas. Ningún partido político se ha manifestado en contra y nos contactaron desde numerosos ayuntamientos para intergrarse en la red. La idea es que este proyecto pase a ser política pública y por eso el Consorcio de Educación de Barcelona (integrado por la Generalitat y el Ayuntamiento) ha creado la Red de Escuelas por el Cambio.

P. La educación Secundaria está muy enfocada a aprobar la Selectividad. ¿Qué cambios se pueden asumir con esa limitación?

R. En los institutos se sigue una lógica academicista de que todos los alumnos irán a la Universidad, y ese método de enseñanza tiene un impacto gigante en el abandono escolar prematuro -del 19% entre jóvenes de entre 18 y 24 años- y en las repeticiones de curso. La Secundaria tiene que empezar a revolucionarse con el método socrático y científico, mucho más atrevido y potente. Hay adolescentes con un potencial brutal que estamos desaprovechando. Hay que apostar por el trabajo cooperativo y no tener a los alumnos repitiendo conceptos como si estuviéramos en la época preinternet.

Fuente de la entrevista: https://elpais.com/economia/2018/03/15/actualidad/1521133990_416051.html?rel=mas

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Proyecto Eutopía: «La escuela, como está, no va más. Decidimos transformarla»

Argentina / 7 de abril de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Infobae

Lucian Alonso dirige el programa que busca convertir el aula en un espacio de construcción del saber. Es una alianza entre la Vicaría Episcopal de Educación, la Fundación Telefónica y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), que cuestiona la enseñanza actual y apunta a preparar a los chicos, desde hoy, para la sociedad que van encontrar dentro de quince años.

Luciana Alonso líder del proyecto Eutopía sostiene con convicción seis puntos que no va más en la escuela:

1. «La clase tradicional, basada en la idea de reproducción del conocimiento. Tenemos que lograr que el alumno se haga preguntas poderosas, que lo movilicen».
2. «Creer que los alumnos aprenden porque los docentes hablamos. Nuestras propuestas de enseñanza deben ser desafiantes, despertar curiosidad y ansias de búsqueda».
3. «La centralidad en el profesor. ¡El centro es el alumno, tiene que poder implicarse!».
4. «Que el aula sea un espacio aburrido y los chicos padezcan. ¡La educación tiene que ser emocionalmente convocante!».
5. «Que pueda faltar, porque ‘total no me pierdo nada’. Lo que pasa en clase tiene que ser tan fuerte que el ausente sienta que se lo perdió».
6. «Que sólo importen los resultados. Y no digo no mirarlos, porque hablan de la eficiencia de la escuela, pero nuestros alumnos son mucho más que una nota. La escuela debe ayudar a los jóvenes a desarrollar sus talentos y descubrir sus proyectos de vida, entre otras cosas».

Alonso estudió Psicopedagogía en la Universidad del Salvador e hizo un Master en Educación y Tecnología en la UNED (Madrid). Ahora se encuentra al frente de un equipo que ya trabaja en dieciséis escuelas de distintos barrios de la Capital Federal.

Alonso estudió Psicopedagogía en la Universidad del Salvador e hizo un Master en Educación y Tecnología en la UNED (Madrid). Ahora se encuentra al frente de un equipo que ya trabaja en dieciséis escuelas de distintos barrios de la Capital Federal.

Se le iluminan los ojos cuando habla del aula, porque no la ve como un ámbito limitado, sino como un espacio de aprendizaje colaborativo. Luciana Alonso estudió Psicopedagogía en la Universidad del Salvador e hizo un Master en Educación y Tecnología en la UNED (Madrid), pero lo más importante que le dejó su formación académica es intentar despejar un interrogante que la desvela: «Los chicos que hoy empiezan sala de dos y van a terminar su educación básica en 2035, ¿con qué sociedad se van a encontrar?». Ella misma esboza la respuesta:

«Los sociólogos predicen que van a trabajar en profesiones que aún no conocemos. No podemos pedirles que repitan modelos. Sería una estafa. Tenemos que promover la capacidad de adaptación a esos cambios». De eso, contará, se trata Eutopía, el programa que dirige y busca revolucionar la educación en la Argentina. Un proyecto ambicioso cuyo nombre, de raíz griega, significa «un buen lugar». Y hacia ese sueño va.

«Es una alianza institucional entre la Vicaría Episcopal de Educación, la Fundación Telefónica y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). Lo que hagamos hoy será la escuela de mañana. Empezamos a transformarla ahora para que tenga impacto social», explica Alonso. Éste es el tercer año de Eutopía. De acuerdo al cronograma previsto para este modelo, los dispositivos diseñados por directivos, docentes, alumnos y padres durante los últimos dos años, ya están llegando a los chicos.
Todo comenzó en 2017, cuando se invitó a las escuelas de la Ciudad que quisieran participar del proyecto. Hubo capacitaciones para directivos y docentes, con especialistas en pedagogía de nuestro país y el mundo. Para esta primera etapa se seleccionaron 16 escuelas, procurando que toda la Ciudad de Buenos Aires estuviera representada (figuran desde la María Madre del Pueblo, que funciona en la Villa 1-11-14, hasta el colegio San Tarsicio, de Palermo) y que hubiera diversidad de proyectos educativos (con instituciones que sólo tienen nivel medio y otras que reciben alumnos desde sala de dos hasta quinto año). «La comunidad escolar se sintió muy implicada», cuenta Alonso.

«Hay algo innegable, y es que estamos respondiendo a una necesidad. Todos nos damos cuenta de que la escuela, así como está, no va más. Y nosotros, en vez de quejarnos, preferimos transformarla», remarca.

La primera etapa fue con los directivos, que convocaron a los docentes y más tarde a los alumnos. «Lo que hicimos fue compartir con ellos un sueño. Tuvimos jornadas de mejora educativa –seis a lo largo del año–, en las que hablamos de hackear la escuela. Trabajamos en diversas líneas: empatizar, idear, definir, prototipar y testear. Pensamos con ellos cómo íbamos a construir esta Eutopía. ¿Qué llevó a los docentes a comprometerse? El hecho de que tenga sentido su tarea», explica Alonso.

«Salimos de la zona de confort y ya no hay retorno. Esto que estamos haciendo es tan necesario como desafiante. No podemos quedarnos de brazos cruzados, sin accionar. ¡Tenemos que hacer algo! Enseñarles desde un lugar de testimonio que hay cosas que podemos cambiar para transformar el mundo», se emociona.

“Los modelos de Eutopía implican construir conocimiento, confrontar. La búsqueda de la verdad y la justicia social son dos valores clave”

“Los modelos de Eutopía implican construir conocimiento, confrontar. La búsqueda de la verdad y la justicia social son dos valores clave”

Aurora Lucero, psicóloga y asesora pedagógica del colegio San José, de Villa del Parque, coincide con ella: «Es urgente la transformación, especialmente en educación media, por los cambios que se dan en el mundo. La escuela se convirtió en un dispositivo para socializar y acreditar. Con Eutopía le devolvemos la capacidad de ser un espacio de creación de conocimiento».

Ambas son conscientes de que el camino no es fácil: en el transcurso de los últimos dos años se enfrentaron con cuestionamientos por parte de padres, docentes y alumnos.

«Cuando estamos en la zona de confort –a pesar de las incomodidades que encontremos allí–, tendemos a resistirnos a lo nuevo. Incluso los alumnos: siempre vieron el conocimiento como algo que les era dado, que aprendían y luego reproducían. Los modelos de Eutopía implican construir conocimiento, confrontar. La búsqueda de la verdad y la justicia social son dos valores clave. Respetar al otro, abrirse a la diversidad, valorar las diferencias, son aspectos fundamentales. Tenemos que hacer un espacio que dé lugar a dudas, a educar gente crítica, sin renunciar al conocimiento. Debemos encarar las cosas desde la ciencia, escuchar qué dicen los diversos actores sociales y tener argumentos que permitan dar cuenta de por qué pensamos esto. No hagamos opinología barata: promovamos el pensamiento crítico», sostiene.
Santiago Cabrera, rector del colegio San José, entiende que el valor de Eutopía reside en que en lugar de imponer un modelo, los protaognistas deben analizar su entorno, imaginar mejores escenarios y trabajar para construirlos.

«A diferencia de otros proyectos, que bajan modificaciones desde el Ministerio, éste da herramientas a las escuelas para ver qué cambio necesitan», dice, al tiempo que explica que en su establecimiento se está llevando a cabo un modelo en el que los alumnos de los dos cuartos años (uno con orientación en Economía y el otro en Ciencias Sociales) interactúan en dos materias de cada especialidad, y comenta que los docentes de las mismas ya están armando proyectos fuera del dispositivo.

«Entre los profesores hay un clima como de cierta primavera, la sensación de que todo se puede hacer. Tenemos otros siete proyectos en marcha y una apertura a entrecruzar asignaturas», se entusiasma.
Quien concluye es Alonso: «Educamos para lo incierto. No debemos temer las preguntas de los alumnos; muchas veces, las respuestas están en construcción. Tenemos que darles herramientas para que puedan reinventarse tantas veces como sea necesario«.

Fuente de la Reseña:

https://www.infobae.com/gente/personajes/2019/03/24/proyecto-eutopia-la-escuela-como-esta-no-va-mas-decidimos-transformarla/

ove/mahv

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No lo llames innovación educativa, llámalo secta

España / 25 de marzo de 2018 / Autor: Jordi Martí / Fuente: Xarxatic

Cuesta no preocuparse al ver la deriva de muchos movimientos “innovadores” y, su necesidad absoluta de reafirmarse, actuando de forma cada vez más sectaria. No es solo ver como sus únicos argumentos se convierten en contraponer una escuela que no existe, que ellos denominan escuela tradicional, a su visión mágica sobre educación que es imposible de sostener al mínimo análisis serio. Es la necesidad absoluta de contar, al igual que todas las organizaciones fascistas, sectas religiosas de esas que tanto abundan en Estados Unidos que conocemos por las películas o por hechos tan tristes como los de Waco, con adeptos que no cuestionen en ningún momento su modelo ni a sus gurús. ¿Estoy exagerando? Pues va a ser que después de ver como hace un tiempo algunos pretendían decir quién era el que usaba bien el ABP(aprendizaje basado en proyectos) y ahora, con la maravillosa encuesta para demostrar la pureza de ser un docente flipped, creo que para cualquier con dos dedos de frente la cosa debería quedar clara. No son movimientos innovadores, son sectas.

Fuente: Fotolia CC

Estoy convencido de que si alguno de los pertenecientes a alguno de esos efluvios innovadores pudiera, acabaría con todos aquellos que nos cuestionamos sus modelos absolutistas. Me da la sensación que si tuvieran en sus manos la gestión de determinados centros educativos echarían a todos aquellos docentes que no comulguen con su visión “innovadora”. No es que me dé la sensación, es que conozco casos de centros gestionados por algunos de esos tipos que, o bien se han desprendido de la carga que suponía tener a personajes cuyo único interés era seguir su biblia particular, o bien ha habido un abandono masivo incentivado de docentes que quieren mantener la escuela como un lugar de praxis heterogéneas, se alejan del pensamiento único o, simplemente, quieren que sus alumnos aprendan. Y el modelo de innovación sectaria que tanto está floreciendo actualmente lo único que pretende es convertir la educación en algo monolítico, que siga sus reglas y sin posibilidad de crítica. ¿A alguien le suena lo anterior? Racismo, fascismo, homofobia y ahora marcar a fuego a quienes no innovan como debieran. No creo que esté siendo duro. Es algo que va mucho más allá de cuatro tipos que quieren sacarse una pasta y otros que creen que han tenido visiones divinas encontrando el Arca educativa.

Al final resulta que las sectas educativas, de cuya reproducción aún no hay estudios, están empezando a salir del encapsulado mediático que les dotaban los medios para empezar a introducirse en el aula. Ahora aún están bajo control porque muchos de ellos solo aspiran a que les den algún cursillo para seguir difundiendo sus palabras, otros a sacarse unos eurillos con un libro del “método” o, finalmente, alguno que tiene como único objetivo que le hagan genuflexiones cada vez que lo vean. Por eso están desapareciendo sus debates en abierto. Saben que están actuando como una secta. Saben bien que su discurso se desmonta a la mínima. Saben bien que, por suerte, aún hay gente que les puede plantar cara. A veces es necesario denunciar determinadas cosas y, en este caso, yo denuncio desde aquí que mucha de la “innovación” educativa que nos venden es otra cosa.

Por cierto, que nadie confunda pasión por defender unas ideas (algo lógico y razonable) que tener comportamientos sectarios. La diferencia está clara pero, lo que sucede en el mundo educativo va más allá de la pasión por defender unas siglas o metodologías. Es otra cosa, mucho más seria, si uno se pone a analizarlo fríamente.

 

Fuente del Artículo:

http://www.xarxatic.com/no-lo-llames-innovacion-educativa-llamalo-secta/

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Guillem Ferrer: «El sistema educativo está colapsado y hay que dejar que vaya muriendo»

España / 8 de octubre de 2017 / Autor: Lola Sampedro / Fuente: El  

Guillem Ferrer lleva desde 1998 intentando cambiar el mundo poco a poco, como se llama el movimiento activista que él mismo fundó ese año, Poc a Poc. Despacio pero sin pausa, dedica sus días a trabajar para mejorar la educación, la base de todo para él. Los días 14 y 15 de octubre, su fundación Educació per la Vida, celebrará la 13ª edición del encuentro Terra, ànima y societat, en Pollença, un espacio donde aprender y compartir esa nueva forma de aprender, esa nueva educación a la que algunos llaman holística.

P. ¿Cómo ha cambiado en estos años el sector educativo?
R. Hay mucha diferencia. Podemos decir que en Mallorca se está viviendo una revolución; no sólo lo digo yo, sino gente que viene de todo el mundo. Los profesores se han implicacdo. En las escuelas hay una revolucón, en las familias aún no, ahí es más lento, pero los padres que llevan a sus hijos a las escuelas holísticas sí se implican. El Govern también, sobre todo en estos últimos años, pero muy lentamente.

P. ¿Ve una apuesta del Govern por este tipo de educación?
R. No totalmente, no como yo creo que debería ser. El sistema educativo está colapsado y sólo hay que dejar que poco a poco vaya muriendo, no hay que ponerle más energía. Ahora ya sabemos que una mejor educación es posible. Sabemos leer, escribir y aritmética, pero no sabemos quiénes somos.

P. ¿Los que fuimos a escuelas tradicionales somos un desastre?
R. Por lo general, esta educación espiritual y ecológica no es tan habitual en la escuela tradicional. No hablo de la religión, sino de la espiritualidad. Eso se ha obviado, igual que la educación ecológica. Por eso tenemos este desastre ecológico, porque la gente que está en el poder no tiene en cuenta la ecología, no la entiende. Enviar a tu hijo a una de estas escuelas ayuda mucho. Yo impulsé la escuela Sa Llavor en mi pueblo, en Mancor, y nos hemos dado cuenta de que los propios niños están cambiando a los padres.

P. ¿Es difícil ser coherente con ese estilo de vida las 24 horas del día todos los días del año?
R. Ahora mismo es difícil, porque no nos han educado así. La educación tiene que empezar desde el mismo momento en que el niño está en el vientre materno.

P. ¿Los padres que recibimos educación tradicional estamos preparados para criar a niños desde la educación holística?
R.  No. Hay que recuperar el espíritu, cada uno tiene que buscarse y la meditación es el camino. Cuando entras en el silencio empiezas a entender algo, hay una voz que te dice que no puedes escuchar estudiando matemáticas o geometría o viendo una película. Necesitas el silencio. Y la meditación ayuda en ese camino, para descubrir qué pasa en tu mundo interior.

P.  La mayoría de esas escuelas son privadas, hay que pagar mucho dinero para llevar a tus hijos a una. ¿Existe el riesgo de que se conviertan en colegios elitistas?
R. Todas estas escuelas quieren ser públicas, pero no pueden. Tienen que ser independientes porque no les dejarían hacer la educación holística. En Mallorca hay una pública en Sóller, Ses Marjades.

P. ¿Qué cambios tienen que darse en la escuela pública?
R.  Lo más importante es la formación de profesores y la creación de escuelas experimentales públicas. Dicho así, escuelas experimentales, parece que estemos usando a esos niños como conejillos de indias. En sentido positivo. Ya sabemos desde hacemos muchos años que este tipo de educación sale bien. Nosotros vamos atrasados, pero en otros países como Finlandia o Bután hace muchos años que implantaron la educación holística. También tenemos el ejemplo de Finlandia.

P. Allí los profesores cobran más y gozan de mucho prestigio.
R. Claro, pero no se trata de que tengan que cobrar más. Tenemos que valorarlos más, creer en ellos. Hay que entender que no podemos dejar que la educación recaiga por completo en los maestros. Es un error, la clave es la familia y se tiene que acompañar de los maestros y de los «grandes maestros», los animales, los ríos, los árboles… La naturaleza es el gran libro del que tenemos que aprender, no en un aula cerrada. Por eso en Sa Llavor cada día van al huerto y allí aprenden geometría, geografía, matemáticas, relaciones, astronomía… Y cada día van al bosque y en los 12 años nunca se ha caído un niño de un árbol. Las escuelas llenas de cemento, en las que quitaron los árboles para que no se cayeran los niños, son inhumanas. Eso tiene que cambiar.

P. ¿Con ese discurso no cree que demoniza a las escuelas tradicionales?
R. No. No quiero que suene a que me quejo, yo no me quejo de nada. Esa educación es la que tenemos y la respetamos, pero ya sabemos que hay una mejor, hay que caminar en ese sentido, no ir en contra de lo que hay.

P. Habla de que en Mallorca se está viviendo una revolución. ¿Por qué surge?
R. Porque los profesores se han implicado, ahora falta que se impliquen las familias y el Govern. Es un proceso lento, pero las semillas que se están sembrando son muy poderosas, están basadas en algo profundo. Hemos entendido que necesitamos el autoconocimiento, que no es suficiente con la aritmética o la escritura.

P. ¿Esa semilla se siembra igual sea cual sea el color político del Govern balear?
R. En la nueva educación no hay colores, no hay separación; unimos. Pasamos del competir al compartir. Tú no eres mi enemigo, eres mi amigo porque somos una gran familia.

P. ¿Cuál es el papel de la religión en la educación holística?
R. Creo que hay una confusión entre la religión y la espiritualidad. La espiritualidad es conocerte, saber
quién eres. Una vez te conoces, puedes necesitar o no la religión, eso es opcional, complementario. Esa es una de las grandes diferencias entre la educación actual y la nueva: la actual enseña conocimiento y la holística te conecta con la sabiduría.

P. ¿Cree que se corre el peligro de que muchos padres escépticos recelen porque ven en el discurso de esa nueva educación una pátina new age?
R. Debes tener fe, si no la tienes, no entiendes nada. La fe es lo innombrable en acción. Los que venimos de la educación tradicional asociamos estudiar con hincar los codos, con el éxito académico. Nos cuesta entender que existe otra manera de aprender. ¿Cómo se supera ese miedo, cómo podemos dejar de recelar? Tienes que tener fe.

P. ¿Esos niños entrarán con normalidad en la universidad una vez hayan terminado la escuela holística?
R. Es de sentido común. Esos niños aprenden que primero somos y luego hacemos. Cuando te conoces, tienes confianza en ti mismo y no tienes miedo a nada. En la escuela holística pasa eso. Una vez terminas, vas a buscar trabajo y tienes confianza en ti mismo, no te preocupas. Una de las claves es hacer la transición del miedo a la confianza. Estos niños sabrán relacionarse.

P. ¿Qué les diría a los que aseguran que esos niños salen raritos?
R. Eso son formaciones mentales equivocadas. Cada vez que me encuentro a una persona sabia y le pregunto por qué no somos felices, por qué el mundo no funciona, todos coinciden en que es un problema de relaciones. No sabemos relacionarnos con nosotros mismos, porque no sabemos quiénes somos. Tampoco sabemos hacerlo con los demás, por eso tenemos problemas en casa, en el trabajo y en la sociedad. Ni con el medio que nos sustenta. Contaminamos. Si tú comprendes esa relación, entiendes que la vida es sagrada y dejas de contaminar, de hacer daño.

P. ¿Dónde entra la disciplina en esta nueva educación?
R. A través de la sabiduría, de la espiritualidad. Es una disciplina con armonía.

P. ¿Cómo se aprende a hacer una ecuación de tercer grado con espiritualidad?
R. En la educación holística aprendes a leer, a escribir y también a resolver ecuaciones. Y aprendes algo más que no adquieres en la tradicional. No elimina nada sino que añade.

P. ¿Cree que estamos criando una generación blandiblú, como muchos afirman?
R. Me hablas del pasado, de una educación que no funciona. Ahora está emergiendo un campo con biodiversidad en medio de un desierto; un oasis en una sociedad acostumbrada a educar a los niños para que tengan éxito, dinero y riqueza. En esta educación ya sabemos que la verdadera riqueza es saber quién eres, los bosques, los mares y las montañas. Nada tiene que ver con acumular dinero. El dinero es un medio, nunca un fin.

P. Pero necesitamos mucho dinero para poder enviar a nuestros hijos a esos colegios privados
holísticos.
R. Te voy a poner un ejemplo. Yo era una persona con un buen sueldo, pero dejé mi trabajo, cambié de vida. Te puedo decir que hoy soy muchísimo más feliz. Ahora vivo con un mínimo de dinero. El dinero importa, pero no es lo más importante. Algunas familias montan la escuela en casa; otras llevan a sus hijos a una pública y los educan de forma holística en el hogar. Esa es la clave, hay que educar en casa, la escuela es un complemento. Justificamos lo de ganar dinero para hacer cosas que igual no son necesarias. Consumir es destruir, estamos dando un mal ejemplo a nuestros hijos. En Sa Llavor hay algunos padres que no pagan, hacen trueque, por ejemplo. Sin dinero, la imaginación es más poderosa.

P. ¿Cuál es el papel de los padres en esas escuelas?
R. En la nueva educación se va más lejos que en los otros colegios. Son comunidades educativas. Se unen a las familia, a los profesores, a los niños y al pueblo. Para mí, ese es el futuro.

P. ¿Hay que trasladar ese tipo de educación a la universidad?
R. Sin duda. En el momento en que esté infantil, primaria y secundaria, tendrá que estar en la universidad, si no, no querrán ir.

P. ¿Qué papel juegan las nuevas tecnologías en la nueva educación?
R. Yo no tengo móvil y estoy vivo. Tampoco veo la televisión y estoy bien. Hay que educar en su uso, en equilibrio y armonía.

P. Antes de dedicarse al activismo desde el movimiento Poc a Poc, trabajaba como jefe de diseño en Camper. ¿Cuál fue su formación?
R. ¡Yo soy un caso muy curioso, no he tenido educación, he tenido inspiración. A los 11 años le dije a mi padre que no quería estudiar más. No he ido a la universidad ni terminé el Bachillerato. Mi educación es una educación del saber, de la calle, de conectar con personas, un camino hacia el interior. Yo nunca he tenido que desaprender. Nunca me entró nada en el tiempo que fui al colegio, por eso yo estoy limpio y he podido volar.

P. ¿Tiene hijos?
R. No, pero mi pareja tiene tres. Yo no he tenido por diversas circunstancias, pero eso no es importante. Además, con la superpoblación mundial que sufrimos, no está claro que es mejor si tenerlos o no tenerlos. Yo no tengo, pero pongo toda mi energía en la educación y además gratis, porque estoy en una época de servicio, sin expectativas, sin esperar nada a cambio. Lo hago desde el amor y la libertad. El gran cambio vendrá del corazón, no de la mente.

P. ¿Hay una parte evangelizadora en su trabajo?
R. No, yo no soy un predicador. Esa es una percepción equivocada. Mi labor es espiritual, sale de mi verdadero ser, de mi interior. Yo hablo desde la humildad, no tengo nada que vender.

Fuente de la Entrevista:

http://www.elmundo.es/baleares/2017/10/01/59d0c33ae5fdea37738b461b.html

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Entrevista a César Bona:«Hay que desterrar la lucha entre escuela tradicional e innovación»

14 septiembre 2017/Fuente: Diario de Ibiza

César Bona pronuncia esta tarde a la conferencia ‘Escuchar para Educar’ en Ibiza, un acto dirigido a la comunidad educativa cuyas invitaciones se agotaron en sólo cinco horas.

Maestro, finalista en 2014 del Global Teacher Prize.César Bona reivindica el trabajo que desarrollan muchos maestros en sus escuelas, que invitan a los niños «a reflexionar, a participar en la clase y en la sociedad». Anima a «poner el foco» en estas experiencias próximas y hace hincapié en la necesidad de «estar todos juntos», sin divisiones, pues, apunta, así «es como se avanza» en Educación.

De la mano del colegio Sa Real, la escuela de tiempo libre s’Espurna y la Asociación es Molí, César Bona llena esta tarde el auditorio de Can Ventosa –las invitaciones para asistir están agotadas– con su conferencia ‘Escuchar para Educar’. Bona valora el trabajo que cada día realizan los maestros y maestras en las aulas y anima a darlo a conocer, pues reivindica la necesidad de dar mensajes positivos sobre Educación.

¿Escuchar es la clave en Educación?

No sé si es la clave, pero sí el camino hacia la comunicación, hacia la convivencia. Para mí hay dos verbos que son muy importantes: escuchar y compartir, y los dos son de ida y vuelta. Yo tengo cosas para compartir y tú escuchas, y tú tienes cosas muy interesantes para compartir como adulta, niño o niña, y los demás te vamos a escuchar.

Antes se pensaba que eran los niños quienes debían escuchar al maestro, que era la autoridad. ¿Ahora toca hacerlo al revés?

No al revés. Es importante que seamos conscientes de que todo el mundo tiene cosas que aportar y que todos podemos aprender de todos. Hace ya años y años Sócrates decía: ‘Habla para que yo te conozca’, y qué menos que conocer a los chavales, a los chicos y chicas con los que estarás tanto tiempo.

Es algo que también deben tener en cuenta los padres…

Es que es un verbo importantísimo. También en el trabajo te tienen que escuchar y tú tienes que escuchar a tus compañeros. Eso implica respeto, respeto a las opiniones de los demás. Todo va unido. Y como todos somos diferentes –aunque seamos iguales ante la ley, en los derechos, en los deberes– ésa es la riqueza que tenemos que valorar y eso hace que todos podamos aportar y aprender de los demás.

¿Cómo ha cambiado el trabajo del maestro en los últimos 10 ó 15 años?

Siempre que hablamos de cambios en los últimos 10 ó 15 años viene a la mente la tecnología, que es una herramienta ahora mismo importantísima y no puede estar fuera de las aulas porque forma parte de la vida; si queremos educar para la vida, la tecnología debe estar.

Aparte de esto…

En España yo diría que en los últimos tres o cuatro se está dando un giro a la educación. Cada día en los medios de comunicación sale una noticia positiva: Esto se está haciendo en este centro; estas personas, estos docentes y familias están trabajando juntas para conseguir una educación mejor, y eso es positivo. Faltan muchas cosas por mejorar pero estamos en el camino. La gente debe tener claro que todo evoluciona –comunicaciones, tecnología, Medicina– y la Educación debe estar en la vanguardia. Debemos plantearnos qué tipo de personas queremos en nuestra sociedad y si queremos una sociedad mejor, tenemos que estar en la escuela dándoles las herramientas necesarias.

¿A qué modelo de educación debemos encaminarnos?

No puedo hablar de un modelo, pero creo que hay premisas básicas a tener en cuenta. Todos (niños, niñas, adolescentes, adultos) queremos sentirnos queridos, escuchados y útiles y en ese sentido yo creo que es importante que las escuelas sean lugares donde se escuche la opinión de los niños y donde se les invite a mirar hacia la sociedad. El compromiso social es importantísimo; el compromiso con la naturaleza, también, y creo que todavía no se le da la importancia que tiene. Educar, sobre todo, en el respeto a uno mismo, a los demás, en las diferencias. Yo creo que va por ahí.

Y para ello, ¿qué hay que desterrar de nuestras aulas?

Primero, la lucha que alguien levantó sobre escuela tradicional e innovación. En Educación tenemos que estar todos juntos; juntos es como se avanza. Continuamente hacemos divisiones: escuela tradicional e innovación, jornada partida o continua, bilingüismo o trilingüismo… Eso sale de la mente de los adultos; los niños lo que necesitan y quieren es aprender. En este sentido, hay cosas que funcionaban hace 40 años y que funcionan ahora igual de bien. Ir hacia delante no significa arrasar con todo lo que hemos tenido en el pasado.

Sino ver qué sigue siendo útil.

Por supuesto. Y sobre todo, desde el punto de vista de la sociedad, es necesario valorar lo que tenemos cerca. Después de haber viajado mucho por España me doy cuenta de que eso nos falta; admiramos lo que tenemos lejos y normalmente no valoramos lo suficiente las experiencias que se están llevando a cabo al lado de donde vivimos.

¿Quiere decir que nos fijamos demasiado en otros países como Finlandia, por ejemplo?

Obviamente tenemos que mejorar cosas y se puede poner el foco en mirar hacia afuera para intentar traer algo interesante. Pero también hay que hacer una tarea de reflexión y preguntarnos qué funciona aquí y qué podemos hacer para mejorar lo que tenemos.

Un estudio realizado recientemente en Balears señala que los ciudadanos suspenden la educación en las islas. Uno de los elementos más criticados es la masificación en las aulas. ¿Hay demasiados alumnos en las aulas para poder trabajar?

Hay muchos factores, depende de muchos factores. Obviamente, cuando hablamos de que es necesario invertir en Educación no se debe pensar sólo en que se invierta en una pizarra digital, se trata de tener en cuenta los recursos humanos. Hay muchos, muchísimos docentes que están sin trabajar y que sería necesario que estuvieran en las aulas. Reivindicamos que se apueste por la educación. Quizás necesitamos a alguien que sea valiente y diga: ‘Si queremos una sociedad mejor, tenemos que empezar en la escuela y vamos a hacer todo lo necesario para que sea así’.

¿Qué opina de las aulas prefabricadas, cuya instalación sigue aumentando, al menos aquí?

De forma puntual pueden ayudar. Pero estaría bien que repartieran esas aulas prefabricadas entre las oficinas de las personas de las administraciones. Debemos probar todos cómo funciona la Educación, y no hay nada mejor que vivir como viven los niños y niñas.

El diseño del aula, del espacio en la escuela, está cambiando en para favorecer el modelo de educación que antes comentaba.

Se hace en muchos centros en España, y en Balears yo creo que la gente está apostando bastante por ello, por esos modelos comunicativos, pues de hecho, es necesario. Cualquier cosa que pretendas para la sociedad debes empezarla en la escuela; si quieres diálogo, hay que empezar a estimular el diálogo en las clases. También aulas, escuelas, que tengan en cuenta el medio ambiente, que lo incorporen en su día a día para que los niños no aprendan lo que es un árbol en un papel cuando podrían tocarlo y sentirlo.

¿Todos estos cambios siguen dependiendo de cada maestro, de cada equipo?

No se puede generalizar, pero yo creo que deberíamos apostar por el trabajo en equipo fundamentalmente. Y porque las administraciones nos permitieran viajar de escuela en escuela, una vez al año, por ejemplo, para compartir, porque es así como nos damos cuenta de las prácticas que se hacen en otros lugares. Es conveniente que tomemos perspectiva de lo que hacemos nosotros, pero también mirarnos desde fuera y lo que hacen otras personas buscando la mejora, que debe estar basada en el bienestar de los niños y niñas.

Otro de los principales problemas que detecta la ciudadanía es el fracaso y el abandono escolar. ¿Tienen los maestros alguna responsabilidad en ello?

Yo no puedo decir que los maestros tengan responsabilidad en el fracaso escolar. ¿Por qué? Porque he visto miles de maestros que están deseando formarse, que llega un fin de semana, lo pagan de su bolsillo y van de aquí para allá; miles y miles de maestros con muchísima ilusión que están deseando recibir formación y aplicarla en las aulas. He vivido durante años el intentar comunicarme con mis compañeros y que no sea posible porque tenemos que estar rellenando papeles. ¿Cómo es posible que de Infantil a Primaria no lo pongan fácil para que siga siendo fluido? ¿O que de Primaria a Secundaria parezcan dos mundos distintos? ¿O que se sigan manteniendo horarios tan estrictos? Hay muchas cosas que hay que mejorar y, obviamente, no podemos decir que el fracaso depende de los maestros.

¿Cómo hay que hacer frente al fracaso escolar?

El sistema educativo es el que falla. Ni son los niños ni se puede decir que son los maestros. Una de las claves es que seguimos pidiéndoles unas respuestas que previamente les hemos dado. Entonces se olvida el proceso, que es investigar, compartir, experimentar. Por eso es necesario invitarlos a participar en la sociedad, en la escuela. Creo que es una de las claves.

Y eso ya se está haciendo…

Hay lugares donde ya están haciendo cosas maravillosas, donde se les está invitando a reflexionar, a participar en la clase y en la sociedad? Estoy viendo mucha gente que está haciendo cosas muy interesantes que están empezando a salir a la luz y que en otros casos son anónimas, pero que necesitamos que la sociedad las valore. Porque todo evoluciona, y hay una expresión que tenemos que borrar para que nadie la asocie a la Educación, la resistencia al cambio. Hay mucha gente, miles de personas, que no tienen esa resistencia al cambio.

¿Cómo son algunos de estos proyectos que comenta?

El compromiso social y el compromiso con la naturaleza son clave. Se trata de usar el conocimiento para mejorar el mundo donde vives. Eso hay gente que lo está haciendo y creo que es hacia ahí hacia donde debe ir la educación. Ya hay coles en los que se invita a los niños a reflexionar, pues de hecho reflexionando es la única manera como crecemos como personas; se les invita a tener ese pensamiento crítico, a intentar mejorar el lugar donde viven. A los niños les interesa aprender y esa curiosidad que tienen innata es lo que tenemos que seguir estimulando, esa creatividad, esa imaginación.

Fuente: http://www.diariodeibiza.es/pitiuses-balears/2017/09/13/hay-desterrar-lucha-escuela-tradicional/939804.html
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Diferentes visiones desde la educación para transformar socialmente

12 de julio de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Iliana Carriazo Julio

La escuela tradicional quedó atrás, se debe ajustar la forma de enseñar, con la atención centrada en el educando.

“Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él».

Kant, Emmanuel

La educación de hoy tiene una gran necesidad y compromiso, y es la de propiciar desde las escuelas procesos de transformación social. Es así como desde las alternativas educativas y pedagógicas se busca desarrollar competencias y generar una formación integral que apunte a que los ciudadanos hagan cambios sociales como respuesta a las nuevas demandas que se están dando por la globalización. Para abordar este nuevo reto, es imperioso conocer la visión que tienen distintos pedagogos reconocidos a nivel nacional e internacional, que aportan propuestas y estrategias enmarcadas en replantear las concepciones que se tienen de la educación. Es por ello,  que se trae a colación la perspectiva de cinco grandes pedagogos, así:

Giovanni Ianfrancesco (2003) plantea que los fundamentos educativos, los lineamientos curriculares, los roles que desempeñan cada uno de los actores educativos y los estándares de calidad, se conciban con una visión de cambio,  que él llama escuela transformadora. Su propuesta enfatiza en actualizar los fundamentos educativos, hacer un reajuste de los estándares de calidad y de los roles de los actores educativos, donde el educando sea un sujeto constructor de aprendizajes significativos y el educador actúe como mediador, facilitador del aprendizaje y promotor del desarrollo humano. Para el logro de estos propósitos, la escuela transformadora debe estar inspirada en lo filosófico – antropológico, psicológico – cognitivo, sociológico, epistemológico, científico – tecnológico y pedagógico.

Esta educación transformadora, se basa en organizar el Proyecto educativo institucional (PEI), los espacios, escenarios, programas, procesos, proyectos y  un modelo pedagógico holístico que desarrolle en el educando,  las dimensiones: antropológica, axiológica, ético – moral, formativa,  bio – psico – social, espiritual, cognitiva, estética,  científica, epistemológica, metodológica, tecnológica,  sociológica, interactiva y ecológica.

En coherencia con lo anterior, se espera formar al ser, desde el saber, para el saber hacer, donde la persona esté preparada para  dar respuestas novedosas a las condiciones que se presenten en el día a día; que sean agentes de cambio, promotores de progreso y es allí donde el papel del docente es fundamental, porque es él quien se debe comprometer a ser un líder transformacional, que participa activamente en el ajuste del PEI,  para responder a las necesidades de innovación educativa y pedagógica  y esté abierto a desarrollar sus dimensiones:

  • Investigativa: para describir, delimitar, definir, plantear, formular y caracterizar los problemas a los cuales deben darse solución con la formación integral de los educandos.
  • Pedagógica: para inspirar la acción educativa al interior de la institución y crear el estilo educativo particular a través del cual se formarán integralmente los educandos.
  • Didáctica: investigando sobre las mejores formas de realizar el trabajo en el aula en las distintas áreas del conocimiento, en las diferentes disciplinas y asignaturas.
  • Curricular: Contextualizando los programas, definiendo los enfoques, formulando los objetivos formativos y académicos, caracterizando los perfiles y estructurando el plan de estudios.
  • Administrativa: velando por el cumplimiento del direccionamiento estratégico en la institución, participando activamente en él.
  • Evaluativa: aplicando de forma clara los criterios, procesos, formas, instrumentos y formatos para recoger, procesa, analizar y divulgar la información.

Es desde toda esta conceptualización, que el autor afirma que se necesitan escuelas transformadoras, con un modelo pedagógico holístico, la cual tiene una misión “formar al ser humano, en la madurez de sus procesos, para que construya el conocimiento y transforme su realidad socio – cultural, resolviendo problemas desde la innovación educativa” (Ianfrancesco, 2003)

Por otro lado, Teodoro Pérez Pérez manifiesta que para vivenciar los procesos de transformación social, se requiere de un compromiso personal y profundo de la Institución y del docente. Se inspira en las frases  de Paulo Freire “La Educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo».  ” y de John Ruskin (1819-1900) “Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía” . 

Afirma la crucial importancia del ambiente escolar en la formación del cambio social y de una cultura de paz. Es desde el  clima escolar que se propicia la calidad en la educación, la cual impacta a los agentes involucrados en el acto educativo: en los educandos,  al incrementarse la motivación por aprender y la autoconfianza, mejorando sustancialmente la convivencia escolar; en los docentes, al innovar y ser diseñadores de ambientes de aprendizaje, que consoliden su liderazgo y respeto ante los educandos, propiciando una cultura democrática y una obtención de mayores desarrollos profesionales y personales.

Es así que  la educación de la calidad,  es vista como aquella que cumple a cabalidad los fines de la educación: aprender a ser (cuando se desarrollan criterios y son autónomos), aprender a vivir juntos, aprender a conocer (desarrollar capacidades para encontrar conocimiento), aprender a hacer y aprender a emprender y transformar y es desde la escuela se construye cultura ciudadana y cultura de paz. En este sentido, la educación debe  cumplir un papel clave en la transformación cultural, que haga posible una convivencia pacífica y armónica, centrado en la confianza social. No hay que desconocer que somos seres sociales y por ende cambiamos con la interacción, lo importante es que este proceso se dé a través de una comunicación efectiva.

Para que el ambiente escolar inspire una construcción de paz, se debe trabajar por el desarrollo humano y social, donde las personas tengan la capacidad de atender las diferencias a través del dialogo, lo sustenta Johan Galtung, al decir que la paz debe ser entendida como la relación social centrada en el ejercicio de los derechos humanos. Aprender a convivir pacíficamente es todo un reto, y generar una conciencia de cultura de paz, depende de cada persona, como lo dice  la Unesco, (1945), “Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz”, por eso es imprescindible que se cambien las prácticas educativas que permitan la construcción de climas escolares y de aula incluyentes, acogedores, respetuosas y participativas y la sugerencia es que el docente se pregunte ¿estoy siendo capacitador o formador?.

Si se desea  obtener resultados diferentes, hay que cambiar prácticas, no se puede seguir haciendo lo mismo, para ello el docente debe estar actualizado (saber disciplinar), hacer una autoevaluación en cuanto al saber pedagógico y didáctico (me observo en mis prácticas de aula), ser respetuoso  e incluyente (reconozco la pluralidad), promover la convivencia armónica (genero acuerdos), gestionar las propias emociones para actuar con empatía y autorregularse para cumplir con las reglas y compromisos.

Desde la perspectiva de Julián de Zubiría, se hace necesario que para conquistar la paz, haya una educación pública robusta.  Para iniciar este proceso, como docentes, antes de hacer los ajustes a los fundamentos educativos y lineamientos curriculares, debemos dar respuesta a los siguientes interrogantes:

  1. ¿A qué deben ir los niños a la escuela?
  2. ¿Cambian los estudiantes sus estructuras profundas para pensar, sentir o actuar después de su tránsito por la escuela?
  3. ¿Qué entiende y qué no entiende un estudiante cuando está sentado en un salón de clases?
  4. ¿Por qué son tan bajos los niveles de interés de los estudiantes a medida que asciende en el sistema educativo?
  5. ¿Quién resuelve actualmente mejor los problemas, los que van a la escuela o los que no?

Con estos cuestionamientos y el análisis reflexivo que se dé, hay algo inmodificable y es la necesidad de un cambio de paradigma en la educación. No hay que olvidar que el papel esencial en la actualidad de los procesos formativos es desarrollar competencias de carácter integral y esto  se puede dar  trabajando las competencias transversales.

Hoy existe una gran oportunidad  en Colombia y es la de  consolidar la educación pública, la democracia y la paz. Una propuesta para ello es:

  1. Fortalecer las universidades regionales crear nuevas, con  rigurosos procesos de selección de docentes. Así se lograrán nuevos polos de desarrollo regional y se garantiza  que los jóvenes formados en ellas retornen a sus lugares de origen para impulsar y liderar procesos de desarrollo regional.
  2. Que exista  el apoyo a las universidades públicas y privadas de forma equilibrada.  Esto se puede dar trasladando a los nuevos “pilos” a las universidades públicas,  garantizando así un impulso a la educación superior mediante el giro del valor real de las matrículas por parte del Estado.

La otra oportunidad es la de fomentar las manifestaciones de afecto, que tanto se han perdido, además se debe promover el perdón y la reconciliación, ya está bueno de tanta guerra y conflicto, se debe aprovechar la visita del Papa para que seamos parte de la construcción de una cultura de paz, de transformación social y para ello se hace una invitación, que el 30 de  agosto de 2017, realicemos actividades extracurriculares  desde las diferentes instituciones educativas, que trabajen estos aspectos, es un inicio y sigamos desarrollándolas, porque es a partir de la educación que lograremos grandes cambios.

Para comprender la educación de calidad más allá del rendimiento escolar, Abraham Magendzo, es un pedagogo que plantea una  propuesta enfocada en generar controversia en el aula, para desarrollar procesos de transformación. Se sustenta en Aguerrondo (2005), quien afirma que la educación de calidad debe tener una postura integral y crítica, que desafortunadamente tiene hoy una gran falencia y es la de relacionar el  termino calidad, exclusivamente con rendimiento.

Es de anotar que la calidad no es exclusiva del rendimiento, esto ha llevado a una gran carencia y es que actualmente somos incapaces de formar ciudadanos que se comporten adecuadamente, porque tienen un rol pasivo y de escucha y lo que se requiere, de acuerdo a Magendzo, es que se den los espacios en que los estudiantes adquieran protagonismo. A través de los temas controversiales, se pretenden formar ciudadanos que sean capaces de intercambiar dialógicamente argumentos opuestos fundados en diferente interpretación de hechos y situaciones.

Con la anterior estrategia y teniendo en cuenta el entorno controversial en que se vive hoy, se deben acostumbrar a aceptar y asumir que la vida social es en sí misma controversial y, por lo tanto, tienen que aprender a asumir los valores y riesgos que esto implica. Esto conlleva a  un cambio de visión de la educación tradicional, en el que el papel del docente es controlador y solo estimula la repetición, a una postura,  donde se desarrollen habilidades de razonamiento, que capacitan para justificar opiniones y acciones, hacer deducciones, usar lenguaje apropiado para explicar sus puntos de vista, y tomar decisiones. Así mismo las habilidades para investigar, donde se hacen preguntas relevantes, planificación del qué hacer y cómo investigar, buscar soluciones y generar conclusiones; también las habilidades de pensamiento creativo, que amplían ideas, sugieren posibles hipótesis, para usar la imaginación y la búsqueda de resultados alternativos;  y por último las habilidades de evaluación que capacitan a los educandos para evaluar lo que leen, oyen y hacen, para aprender a juzgar el valor de su propio trabajo o ideas y el de los otros. (Oxfam, 2006). Es así que desde los temas controversiales, se enriquece la calidad  educativa, debido a que se crean oportunidades para los educandos, al construir una comprensión más amplia y profunda de sí mismos y de los demás; de su mundo.

Otra postura sobre la educación es la que presenta Francisco Cajiao, con la reinvención de la escuela. Hace una breve introducción desde la paleontología, haciendo la pregunta de ¿Por qué los Dinosaurios no sobrevivieron?, y la respuesta es porque el mundo cambió y los dinosaurios no.  Esto da pie para replantear la educación y los procesos de práctica educativa, no debemos ser dinosaurios.

Existe una premisa y es que hoy no sabemos bien comunicarnos con nuestros estudiantes,  nos encontramos en dos dimensiones  distintas, muchas veces existe la idea que ellos no están aprendiendo, pero esto es  errado, ellos si aprenden la pregunta es ¿Qué es lo que aprenden?.  La propuesta de  Cajiao ante esta disyuntiva es que la escuela debería servir para aprender, actuar, pensar y expresar, uno no va a la escuela a memorizar cosas.

Es de anotar que aprender no es lo mismo que enseñar, el aprendizaje es el resultado de una relación con el mundo, por eso es que debe quedar claro que los niños aprenden, pero no necesariamente lo que queremos enseñar. El aprendizaje es mucho más que información, se aprende lo que es útil, siempre se aprende lo que se necesita para sobrevivir y el docente no tiene la capacidad de saber cuál es el conocimiento que el estudiante tiene, por eso es indispensable que se reconstruya la identidad, y esto se logra cuando estamos en capacidad de dar  sentido a la vida.

En ese orden de ideas, el pensar es mucho más que aprender, implica encontrarnos con nosotros mismos y saber quiénes somos y que queremos; el expresar, es la posibilidad de compartir significados con el otro, es la base que permite hacer comunidad; y el actuar, es la acción o el camino para aprender. Se fundamenta en Celestin Freinet, desde la escuela moderna quien comprendió que el trabajo era el camino para la mejor educación, transformar la realidad y darle sentido. Desde esta perspectiva la educación colombiana debe estar enfocada en fortalecer la identidad y esto se logra  con desarrollando el pensamiento lingüístico, matemático, científico e histórico.

Se concluye entonces desde cada una de estas visiones, que debemos ser agentes de cambio social, renovando la espiritualidad, la fe y el amor, para lograr una cultura de paz.  La escuela tradicional quedó atrás, se debe ajustar la forma de enseñar, con la atención centrada en el educando. Se requiere hoy de una formación holística e integral, porque es desde la educación que se puede lograr transformar socialmente.

Referencia

Cajiao, F. (2017). La educación, la formación y la pedagogía hoy. Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

de Zubiría, J. (2017). ¿A qué deberían ir los niños a la escuela? Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

Iafrancesco V.,G. (2003). Nuevos fundamentos para la transformación curricular. A propósito de los estándares. Serie Escuela Transformadora, Libro 4, Editorial Magisterio, Bogotá, Colombia.

Magendzo, A. (2017). Comprendiendo la educación de calidad más allá del rendimiento escolar: Incursionando en una visión integral y crítica que considera a la formación ciudadadana. Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

Pérez Pérez, T. (2017). El ambiente escolar y la construcción de cultura de paz. Conferencia, Encuentro pedagógico internacional Secretaría de Educación Distrital, Barranquilla.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/diferentes-visiones-desde-la-educacion-para-transformar-socialmente

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