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Jovani quiere ser doctor, a pesar de la covid-19

Reseñas/13 Agosto 2020/elpais.com

Un sistema educativo limitado ya condicionaba la formación de millones de menores de edad etíopes antes de la pandemia. Ahora, el cierre forzado de las escuelas ha privado a muchos de ellos de su derecho a la educación. Contar la historia de este niño es contar un país entero

El pasado 16 de marzo, cuando aumentaron a cinco los casos positivos de covid-19 en el país, el gobierno etíope suspendió las clases. Durante este tiempo el Ministerio de Educación ha lanzado iniciativas para que la formación de los niños no se detuviera durante el cierre de las escuelas, pero no ha conseguido llegar a todos los hogares y muchos alumnos han quedado desatendidos. La pandemia se ha convertido en un bache más en su formación, que ya estaba comprometida por un sistema educativo limitado.

Es probable que Jovani quiera seguir colaborando en la campaña contra la covid-19 en Dessie, su ciudad natal, que está en la región de Amhara, en el centro norte de Etiopía. Este niño de siete años y ojeras marcadas quiere ser doctor, aunque ahora quizá no acabe de entender por qué debe quedarse en casa, pues los mayores no han dejado de trabajar pese a la amenaza del virus. En cambio, millones de menores como él llevan semanas sin ir a la escuela y deben permanecer en sus casas para evitar contagios.

Pese a las limitaciones del sistema educativo, la madre de Jovani sabe que cualquier opción de futuro de sus hijos —tiene dos— pasa por que vayan a la escuela. Ella mantiene a su familia lavando ropa a mano y cocinando injera, una masa fina que es la base de la alimentación etíope. Desde que enviudó es la única persona que, de forma regular, lleva dinero a casa, una habitación única de paredes enyesadas y techo de hojalata en la que también viven los abuelos.

Para la Administración Pública, Jovani es un niño en situación de vulnerabilidad. Por eso le seleccionó para que se beneficiara del programa de apadrinamientos de la ONG IPI Cooperació, mediante el cual la familia recibe una ayuda mensual de 600 birr (17 euros) y se compromete a que el pequeño no deje de estudiar.

El sistema educativo etíope

306 chicas y chicos van a la escuela primaria Sefere Selam de Dessie. Su director, Tilehun Azahij —cabeza rapada, camisa por dentro del pantalón, afable—, apunta que uno de los déficits de la educación etíope es que “el proceso de aprendizaje no tiene parte práctica, solo es teórico”. A Azahij le gustaría que su colegio tuviera un aula de informática y un laboratorio para que el alumnado experimentara, pero debe resignarse a clases con paredes gastadas y pupitres astillados.

La escuela primaria Millenium se encuentra en Kobo, una población al norte de la región de Amhara donde los niños y niñas se han acostumbrado a la presencia de los militares que controlan las disputas territoriales de la zona. El director, Milla Jadea —bigote recortado, deportivas, reflexivo—, explica que otra de las carencias de la educación del país es que “los libros de texto no se adaptan a la edad de los alumnos”. Jadea cuenta que los profesores no tienen tiempo de impartir el temario y que el alumnado pasa de curso sin recibir todas las lecciones.

Etiopía es uno de los países africanos que más se ha implicado en la formación de sus menores desde el cambio de siglo. En 2015 el gobierno destinó un 4,7% del gasto público al ámbito educativo, una cifra que sitúa al país en el puesto número 78 del ranking mundial y en el 15 del de África subsahariana. Estos esfuerzos han contribuido a que prácticamente todos los niños y niñas vayan a la escuela hasta los 14 años, pero no han sido suficientes para asegurarles una formación de calidad. Un 48% de etíopes son analfabetos y la edad media de la población es de 20 años.

El alumnado de la escuela primaria Sefere Selam termina la jornada escolar tras cantar el himno nacional, en Dessie (región de Amhara).
El alumnado de la escuela primaria Sefere Selam termina la jornada escolar tras cantar el himno nacional, en Dessie (región de Amhara). A.C.

La educación pública en el país del cuerno de África es gratuita. Los menores empiezan la primaria —obligatoria— a los siete años, por delante les esperan ocho cursos en los que aprenden amhárico —el idioma oficial del país—, la lengua de su respectiva región, inglés, matemáticas y ciencias naturales y sociales. La primera etapa de la secundaria ocupa dos años académicos, noveno y décimo, pero ya no es obligatoria, por eso muchas chicas y chicos dejan la escuela para contribuir a la economía familiar: solo siguen estudiando un 35%. Antes de acceder a la universidad o a otros estudios superiores, los alumnos supervivientes cursan undécimo y duodécimo, que equivalen al bachillerato. Solo el alumnado que ha seguido estudiando a partir de noveno aprende a utilizar ordenadores.

La determinación de Aweke

Cuando Aweke saluda a alguien le ofrece su muñeca porque sus dedos terminan en los nudillos. A los 10 años se contagió de lepra y tuvo que dejar la escuela. Desde entonces camina ayudado de un bastón de madera que maneja con gran agilidad. Cuando se sintió con fuerzas suficientes, volvió a las aulas y continuó su formación. Pese a las aparentes limitaciones, Aweke hace todo por sí mismo. Ahora tiene 24 años y cursa duodécimo en la escuela preparatoria de Weldiya. Quiere ser abogado.

Sin el apoyo de su hermano pequeño Kiros, Aweke no podría estudiar. Kiros, que tiene 22 años, empezó a trabajar para que él pudiese seguir en la escuela. Los hermanos perdieron a sus padres hace tiempo y si ambos estudiaban no podían mantenerse, pese a que Aweke también recibe la ayuda mensual de IPI Cooperació. De hecho, viven “con lo justo” en una pequeña casa de Weldiya, una población al norte de Dessie caracterizada por el tráfico de camiones que transportan mercancías cargadas en el puerto de Yibuti. En su autorickshaw —triciclo motorizado usado como taxi—, Kiros no puede mantener la distancia de seguridad con los clientes, pero estos meses no ha dejado de trabajar. No puede, aunque se exponga al virus.

La suspensión de las clases ha llegado en un momento importante para Aweke, el año en que debe hacer la selectividad, que se ha pospuesto sine die. Durante estas semanas no ha dejado de estudiar, por su cuenta, con una determinación que solo puede equipararse a su fuerza de voluntad. No sabe cuándo hará el examen de acceso a la universidad, pero sabe que necesita una nota alta para entrar en Derecho. Además, siente que se lo debe a Kiros. Por eso no ha escatimado esfuerzos: “He estado leyendo los libros de texto y fragmentos de la constitución”. También ha aprovechado los días de confinamiento para escribir un poema, pero prefiere no compartirlo.

La covid-19 agrava las desigualdades

El cierre forzado de escuelas ha comprometido la educación de millones de chicas y chicos durante las últimas semanas. Los mayores han podido estudiar por su cuenta, pero los pequeños, que necesitan la guía de un profesor, no han podido. Con el objetivo de que la formación de estos menores no se paralice por completo, el Ministerio de Educación etíope ha habilitado un canal de televisión y un dial de radio para impartir clase, una medida cuestionada por no poder calcular su alcance y, sobre todo, por aumentar las desigualdades entre los menores que tienen receptores en casa y los que no, que llevan semanas privados de su educación.

El sistema educativo etíope se caracteriza por no ofrecer a todo el alumnado las mismas prestaciones. El director de la escuela primaria Negus Michael de Dessie, Faten —barba descuidada, camisa tejana, cordial—, indica que “hay zonas del país muy pobres, donde ni siquiera hay comida, los niños que viven ahí no tienen las mismas oportunidades”. Más de un 80% de la población etíope vive en áreas rurales. La administración no llega a las más apartadas, que son las más empobrecidas del país. Faten explica que la única forma de mejorar su situación es aumentar el gasto público en educación.

Un aula de la escuela primaria Sefere Selam queda vacía tras una jornada escolar, en Dessie (región de Amhara). Todas las clases están así desde que la pandemia obligara a suspender la actividad académica el pasado 16 de marzo.
Un aula de la escuela primaria Sefere Selam queda vacía tras una jornada escolar, en Dessie (región de Amhara). Todas las clases están así desde que la pandemia obligara a suspender la actividad académica el pasado 16 de marzo. ÁLVARO CARRETÓN

Yesuf Mohammed —barba recortada, americana, trato caluroso— dirige el centro de educación primaria Silk Amba de Dessie y, como su homólogo de la escuela Negus Michael, advierte de la existencia de desigualdades: “Se han construido muchos colegios en los últimos años, pero las instalaciones suelen ser precarias, sobre todo en las zonas rurales”. Mohammed también apunta a los profesores cuando habla de prestaciones dispares porque “no todos son profesionales”. Además, en algunas escuelas el profesorado debe encargarse de muchos alumnos. La media nacional en la educación primaria es de 43 escolares por profesor.

Un estuche de color naranja

En febrero, los voluntarios de IPI Cooperació se desplazaron a Etiopía para controlar el funcionamiento del programa de apadrinamientos y entrevistarse con los niños y niñas, a los que llevaron material escolar. Jovani recibió con alegría e ilusión su nuevo estuche de color naranja y lo abrió para ver los lápices y bolígrafos que al menos tenían que durarle un año. De camino a casa, dos niños mayores le pararon y le pidieron que les enseñara el estuche, que entonces se convirtió en el estuche robado de color naranja.

Etiopía tiene 109 millones de habitantes y es el segundo país más poblado de África, solo superado por Nigeria. Un 23% de etíopes vive por debajo del umbral de pobreza y, en la región de Amhara, tres de cada 10 personas son pobres. Ni los lápices ni los bolígrafos se tienen en cuenta en el cálculo que fija la línea de pobreza de una región.

Ellas y el sentido del deber

Las desigualdades no solo afectan a los menores que viven en áreas empobrecidas y rurales, también a las niñas. El sistema educativo promueve la igualdad en las aulas y no discrimina por género, pero la tradición patriarcal del país impide que tengan las mismas oportunidades que los niños. Por eso se está fomentando una educación equitativa que contribuya a superar los estigmas del patriarcado.

La clase política también se ha implicado en el impulso de una sociedad igualitaria: en 2018, Sahlework Zewde se convirtió en la primera presidenta etíope y, ese mismo año, Abiy Ahmed, primer ministro del país, garantizó la paridad en su gobierno al repartir el mismo número de carteras entre hombres y mujeres. Sin embargo, pese a los esfuerzos desde los ámbitos educativo y político, el mensaje feminista aún no ha calado en todas las capas de la sociedad.

Hasta los 14 años, chicas y chicos ocupan las aulas a partes iguales. La diferencia aparece en la secundaria, cuando ellas son las primeras en abandonar la escuela. “El número de niñas cae porque se casan o se van a trabajar a otras regiones para ganar dinero y enviarlo a sus familias”, explica Azahij, que apunta que las chicas tienen un sentido del deber más desarrollado que los chicos, que solo se preocupan de comer y jugar.

Tres alumnas de la escuela primaria Tigil Fire durante el recreo, en Dessie (región de Amhara).
Tres alumnas de la escuela primaria Tigil Fire durante el recreo, en Dessie (región de Amhara). A. C.

Estas desigualdades se multiplican en los entornos vulnerables, como las zonas rurales, donde también hay casos de absentismo femenino en la primaria. Un 40% de las mujeres etíopes de entre 20 y 24 años se casa antes de los 18 y un 14% antes de los 15. Es en las áreas rurales donde estos casamientos tienen más incidencia y donde, además, hay más casos de mutilación genital femenina. Cuando las chicas se casan, dejan atrás su vida, incluida la escuela, para atender las necesidades de sus nuevas familias. Antes de la ceremonia nupcial, el novio paga una dote en cabezas de ganado —o su equivalente en dinero— a los padres de su prometida, que tendrán una boca menos que alimentar.

Rediet abre camino

El pasado 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Universidad de Weldiya distinguió a Rediet por su excelencia académica. Esta joven de 20 años y pelo trenzado estudia Administración del Territorio e Inspección y es una de las pocas alumnas universitarias del país. Solo una de cada 20 mujeres va a la universidad o cursa otros estudios superiores en Etiopía. Aunque la matriculación masculina tampoco es destacable, representa el doble que la femenina.

Rediet se considera afortunada por haber tenido el apoyo de su familia, que pudo permitirse que estudiara, y lamenta que su padre muriera antes de verla en la universidad, ya que fue quien le instó a hacer Administración del Territorio e Inspección: “Creía que era lo mejor para mí”. Pese a tener casa en Weldiya, cuando empezó la carrera se instaló en el campus, quería exprimir la experiencia universitaria al máximo. “Comparto habitación con cuatro chicas más y mi taquilla es pequeña, pero me gusta estar aquí”, dice la joven de sonrisa amplia y mente inquieta.

La universidad hace un préstamo a los estudiantes, que mientras se forman no pagan ni por estudiar ni por alojarse en el campus, pero, cuando se gradúan, el centro académico les cobra por sus años de estudio en mensualidades adaptadas a sus salarios. Si no consiguen trabajo —el paro juvenil es del 25%— y no pagan, no obtienen el título. Algunos, los que quieren irse al extranjero o hacer una especialización, se ven obligados a abonar toda la cantidad de golpe, pues el certificado temporal que les dan para buscar empleo tiene una validez administrativa limitada.

A Rediet le preocupa no encontrar trabajo y no poder pagar los 22.000 birr (600 euros) que cuesta su carrera, aunque ahora está más agobiada por estar perdiendo un semestre de estudio. Desde hace semanas no tiene ninguna noticia de la universidad, que cerró pocos días después que las escuelas. Rediet añora las clases, pero también despertarse con las primeras luces del día y pasear por el campus mientras escucha el pipiar de los pájaros. Es su peregrinación personal, en la que busca el sentido a sus días y se convence de que Dios tiene un buen plan para ella. “Tengo que trabajar duro para descubrir lo que Él espera de mí”, se repite.

Futuro en juego

Según Unicef, muchos de los menores de la región de Amhara que van a la escuela no consiguen aprender a leer ni a escribir y un 14% suspende el examen final que hacen en octavo, al acabar la primaria. El entorno familiar de los niños y niñas tiene incidencia en esta cifra, pero la responsabilidad pesa sobre un sistema educativo que limita su formación y dificulta su progreso.

Ahora, la covid-19 también está coartando la educación de los más de 22 millones de menores etíopes matriculados en escuelas primarias y secundarias, sobre todo la de los niños y niñas que no pueden estudiar a distancia. En un comunicado de prensa, el director de Unicef en África Oriental, Mohamed Fall, advierte que “tras el cierre prolongado de escuelas, (…) se hace más complicado que los menores vulnerables vuelvan a las aulas”.

Un grupo de menores se protege de la lluvia bajo un toldo poco antes de empezar la jornada escolar, en una población situada entre Dessie y Weldiya (región de Amhara).
Un grupo de menores se protege de la lluvia bajo un toldo poco antes de empezar la jornada escolar, en una población situada entre Dessie y Weldiya (región de Amhara). A. C.

Las Naciones Unidas ponen la educación en el centro de toda transformación social y económica. En la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, la organización intergubernamental señala que “además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo”.

Sueños encomendados

Probablemente, a Jovani todavía no se le habían secado las lágrimas cuando llegó a casa, desolado e impotente tras el robo. Nunca habría imaginado que su abuelo le esperase con otro estuche de color naranja. Desde la furgoneta de importación asiática en la que volvían al hotel, los voluntarios de IPI Cooperació habían visto cómo le robaban y habían parado en su casa para dejarle otro.

Horas antes, en la habitación única de paredes enyesadas y techo de hojalata donde ahora Jovani volvía a tener algo con lo que escribir, la abuela había convertido el sueño de ser doctor de su nieto en una cuestión de fe: “Cuando acabe la primaria solo Dios sabe qué pasará”.

TRES MESES DESPUÉS

A. C.

Las escuelas han seguido cerradas y los menores vulnerables privados de su educación desde entonces. Todos los alumnos, excepto los de octavo y duodécimo, pasarán de curso sin examinarse.

A finales de mayo, la universidad de Rediet habilitó un portal web para que el alumnado tuviera acceso a materiales de estudio como guías docentes. Paralelamente, el director de su facultad creó un grupo de Telegram para resolver las dudas de los estudiantes. Se espera que se examinen a finales de verano, justo antes de empezar el nuevo curso. Rediet reconoce que estudiar así, sin la explicación de un profesor, es complicado.

A principios de junio, los profesores de Aweke empezaron a enviarle trabajos a través de la aplicación de PDF. Se hizo un esfuerzo para que el alumnado que tiene que hacer la selectividad, que sigue sin fecha, tuviera más recursos para estudiar. Además, Aweke y sus compañeros de clase usan un grupo de Telegram en el que cooperan para llegar lo mejor preparados al examen.

Estas iniciativas educativas, como el resto de las que requieren acceso a la red, estuvieron paralizadas del 30 de junio al 23 de julio; el gobierno etíope cortó el acceso a internet en todo el país para apaciguar las protestas por el asesinato de Haachaaluu Hundeessaa, un músico y activista de etnia oromo. “Ahora cualquier estudiante está desesperado”, explica Aweke, que, como el resto de sus compañeros, dejó de recibir trabajos de sus profesores durante el apagado. Él, acostumbrado a salir adelante ante situaciones adversas, confiesa que, pese a todo, es optimista.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/08/06/planeta_futuro/1596711692_903575.html

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Las disciplina al servicio de la liberación del oprimido

Por: Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo y Yanelis Vispo Rodríguez

 

Introducción

¿Por qué alguien querría dedicar su vida a enseñar a los demás? ¿Por qué las personas se empeñan en transmitir y crear conocimiento, cuando el saber es provisional? (TALIS 2013. Estudio internacional de la enseñanza y el aprendizaje, 2014) Con estas preguntas comienza el informe Talis. Decir que el conocimiento es provisional es negar su esencia dialéctica exagerando una de sus dimensiones por encima de la otra. Decir que todo cambia es solo una mitad de la verdad cuya otra mitad sería asegurar que todo permanece. Cambio y permanencia son las dos vertientes entre las que se debate dialécticamente el mundo objetivo y subjetivo en el que vivimos. Es cierto que los saberes cambian, pero igualmente es cierto que también permanecen. Como sino explicar la coincidencia tan fenomenal entre el poema de Tito Lucrecio Caro y muchos saberes que hoy se consideran nuevos. Desde Giordano Bruno hasta hoy, sí que ha llovido mucho y gran parte de sus aseveraciones mantienen una vitalidad asombrosa.

A tenor con estas ideas impuestas por un tipo de escuela que no cuestiona ni se compromete con el cambio social se han hegemonizados conceptos como disciplina, aprendizaje, calidad o excelencia educativa. Todos estos en el entendido de que la escuela es neutra, sabe y se preocupa por el futuro de nuestros hijos.

Una de las primeras actitudes que la escuela imprime en sus discípulos es la disciplina, entendida como la obediencia a ciertas reglas, muchas veces absurdas, que han trascendido los tiempos y las generaciones. El conservadurismo ha devenido el paradigma educativo más importante de los últimos 500 años.

Si uno pudiese ver una escuela del período escolástico se pasmaría de reconocer muchísimas identidades con la escuela actual. Tal vez uno de los denominadores comunes que ha cambiado la forma para mantener su férreo contenido es la disciplina. No se aplican los mismos castigos, ni se lacera abiertamente al estudiantado, se han creado nuevos métodos y formas menos drásticas y corporales pero la esencia de lo que significaba disciplina sigue siendo la misma que perdura hoy en día.

En el presente ensayo haremos una aproximación a algunas definiciones de disciplina con el propósito de entender algo de su evolución en el tiempo.

Palabras claves: Disciplina, Disciplina escolar, Pensamiento crítico, Pedagogía liberadora, escuela.

Introduction

Why would someone want to dedicate their life to teaching others? Why do people

They insist on transmitting and creating knowledge, when knowledge is provisional? (TALIS 2013. International Study of Teaching and Learning, 2014) The Talis report begins with these questions. To say that knowledge is provisional is to deny its dialectical essence by exaggerating one of its dimensions above the other. To say that everything changes is only one half of the truth whose other half would be to ensure that everything remains. Change and permanence are the two aspects between which the objective and subjective world in which we live is dialectically debated. It is true that knowledge changes, but it is also true that it also remains. As if not to explain the phenomenal coincidence between Tito Lucrecio Caro’s poem and many pieces of knowledge that today are considered new. From Giordano Bruno to today it has rained a lot and a large part of his statements maintain an amazing vitality.

In accordance with these ideas imposed by a type of school that does not question or commit to social change, concepts such as discipline, learning, quality or educational excellence have been hegemonized. All of these with the understanding that the school is neutral, knows and cares about the future of our children.

One of the first attitudes that the school impresses on its disciples is discipline, understood as obedience to certain rules, often absurd, that have transcended times and generations. Conservatism has become the most important educational paradigm of the last 500 years.

If one could see a school from the scholastic period one would be amazed to recognize many identities with the current school. Perhaps one of the common denominators that has changed the way to keep its iron content is discipline. The same punishments are not applied, nor is it openly laced to the student body, new methods and less drastic and corporal forms have been created, but the essence of what discipline meant remains the same that lasts today.

In this essay we will approach some definitions of discipline in order to understand some of its evolution over time.

Key words: Discipline, School discipline, Critical thinking, Liberating pedagogy, school.

Desarrollo

El término disciplina no ha sido privativo de la escuela o de las artes militares, al estar unido a la cultura humana por muchos siglos se ha posicionado en muchas áreas de la cultura. A lo largo de la historia este concepto se ha debatido entre dos extremos más o menos reconocibles: la disciplina como imposición para encausar al alma humana tendiente a los desvíos o vista como un acto en el que la bondad y la perseverancia logran educar en el hombre ciertos hábitos favorables a su desarrollo óptimo. En cualquier caso, tanto a los maestros tradicionalistas como a los reformistas y a los militares les ha gustado contar con alumnos indisciplinados.

A la falta de disciplina se le denomina indisciplina. La palabra disciplina con el prefijo in que significa negación señala que la persona está falta de algo, carente de algo: disciplina. Sin embargo, creemos que hay mucho que debatir entorno a un concepto que consideramos central en el proceso pedagógico porque como ningún otro expresa la filosofía que como sustrato invisible determina muchas de las cosas que terminan sucediendo en el aula de clases.

Lo primero sería decir que una forma directa y simple de aproximarse al tema sería expresar que disciplina significa seguir ciertas normas establecidas e indisciplina implica violarlas. De manera que para una escuela sobre exigente las causas de indisciplinas serían muchísimas. Según se deja entender por el sentido común la disciplina resulta importantísima para lograr algo en la vida y, hablando de ser humano cualquier cosa puede disciplinarse. En este sentido el concepto de disciplina a todo lo largo del pasado siglo ha tenido una marcada tendencia conductista.

El hombre nace indefinido y va tallándose una personalidad en el proceso sociohistórico y sicológico de internalizar la cultura. En el sistema de relaciones socio culturales en que el hombre vive se forman los procesos posinápticos que diseñan para cada uno un cerebro que es hijo de su época y de sus ansias personales.

(…) no existe nada natural en un movimiento, una postura, un gesto, un desplazamiento, una mirada o una sensación. Ni la biología ni la fisiología determinan los comportamientos corporales. Son las lógicas sociales, culturales y familiares, en el marco de singulares tramas institucionales, las que modelan el cuerpo, lo atraviesan y definen un repertorio particular de actividades perceptivas, expresiones de sentimientos y emociones, ritos de interacción corporal (…) (Scharagrodsky, 2007, pág. 2)

El homo cultural es resultado del sistema de relaciones en las que vive y crece. Cuando una actividad siempre relacionada a sentimientos se repite una y otra vez se va formando el carácter. De esa manera el ejercicio sistemático siempre ha acompañado a los hombres a lo largo del proceso de su hominización ya sea filo u ontogenética. Ese ejercicio diario que permite al homo sapiens dominar una actividad hasta su más alta perfección también se le ha denominado disciplina. De modo que: “Se puede disciplinar cualquier conducta humana e incluso el carácter para moldearlo a los fines perseguidos. (…) Otro lugar donde se impone disciplina es en los colegios (se imponen horarios, actitudes como permanecer sentados, no hablar en clase, etcétera)” (DeConceptos.com, 2020)

No se puede separar la historia de la disciplina de la propia historia de la educación. En la educación occidental la disciplina constituyó un elemento esencial de toda la organización de proceso docente desde sus mismos inicios. Los primeros conventos fueron organizados bajo la lógica de una férrea disciplina cuya violación podría conllevar a severos castigos, incluso la expulsión.

Todas estas técnicas disciplinarias fueron eficazmente introducidas y desarrolladas en el ámbito escolar desde fines del siglo XIX y hasta por lo menos mediados del siglo XX. Era habitual y recurrente formarse por orden de estatura, alinearse, adelantar el pie izquierdo, marchar al aula conservando las distancias, sin echar el cuerpo demasiado atrás o demasiado adelante, o ir al recreo formados y ordenados en hileras. Todas estas acciones estuvieron siempre dominadas por la mirada atenta del docente. El grado de disciplinamiento, homogeneización y rutinización formó parte constitutiva de una matriz normalista. (Scharagrodsky, 2007, pág. 6)

A diferencia de este tipo de institución educativa rígida y digamos, dictatorial en origen de la escuela en este hemisferio siguió otra lógica. En el período de esplendor o Tolteca las escuelas de este territorio organizadas por los Maestros Toltecas se constituían bajo el lema “Educar un rostro propio y un corazón verdadero” ya que las disciplina era vista como autoconocimiento y autocontrol. (Marín G. , 2010)

Ambas posturas están sustentadas en concepciones filosóficas y humanas diferentes. En los orígenes de las escuelas euroasiáticas estaba un dios vigilante y castigador exigiendo ciertos comportamientos y proscribiendo otros. Es los orígenes nuestros no había dioses castigadores, nuestra visión de la vida era totalmente diferente.

En la lógica instrumental que ha heredado la escuela de los sistemas de dominación se estudia para alcanzar un status y alimentar el ego. La felicidad, la fraternidad y la sensibilidad ante lo bello, lo bueno y lo cierto se han encadenado al frío utilitarismo y la ganancia.

Algunos autores reconocen a la escuela como un espacio en que se aliena:

“…nuestra sugestión estribaba en devolverle sus razones y poderes, esos que la escuela se lo había quitado para cumplir su función de preparar para la vida, que hemos llamado preparar para la muerte. De ahí que nuestra obra, era destruir, mediante un análisis de todas las realidades de su relación, ese mundo artificial que le creaba la escuela, luchar contra esa mala sugestión…” (Sosa, 1950, pág. 1950)

Abordar el tema de la disciplina es entrar en el centro mismos de los sistemas diseñados para la dominación y sometimiento generalizado de la población.  “La pandemia y la educación han traído diferentes debates en todo el mundo. Traer al pensador Italiano Antonio Gramsci, tan reconocido, leído e interpretado con diferentes “usos” en los ámbitos educativos y políticos, nos permite repensar la escuela, el Estado, la docencia, al calor de sus ideas y su vida militante.” (Pescarmona, 2020)

La escuela que comúnmente se asume como un centro de estudios podría verse como una institución de disciplinamiento de la mente y el cuerpo humano. Si juntamos esto con el hecho innegable de que no se dedica a descubrir los despojos a los que hemos estado sometido por años ni a denunciar las actuales injusticias del mundo entonces tendremos un peligroso coctel de disciplinamiento e ignorancia histórica. Esto es, disciplinar para el no comprender el momento histórico alejando con ello la posibilidad de unidad y lucha emancipadora.

La escuela que disciplina en la dirección de anular las oposiciones y resistencias es una escuela favorable al sistema que funcionaria como un Aparato Ideológico Del Estado Capitalista. Esta idea althuseriana deberá ser retomada porque denuncia una de las funciones de la escuela que es solidaria con la creación de hegemonía. (ALTHUSSER, 1969) Es por ello que:

Antonio Gramsci se preocupó del tema educativo entre otras cosas porque consideraba que existía una crisis de profundo tinte cultural, provocada por una crisis estructural y política de la sociedad de su tiempo. La misma atravesaba todas las capas sociales y signaba profundamente a la educación en general tiñéndola de un fuerte sesgo clasista y burgués. Ante esto le opone una concepción filosófica de la praxis que resultaba de la unión entre conceptualización y acción que procuraba, no solo comprender la realidad, sino y por sobre todo transformarla. (Albornoz, 2020)

No resulta difícil entender que esta crisis de “profundo tinte cultural” se ha profundizado durante todo el siglo XX y lo que va del XXI encadenándose a la crisis medioambiental, civilizatoria y epistémica abarcando la totalidad de la sociedad. Uno de los muchos denominadores comunes que podemos encontrar entre todos estos momentos históricos es el concepto de “disciplina escolar” que lejos de cambiar se afianza. Es notable como los educadores estamos dispuestos a pasar del conductismo al constructivismo o al cognitivismo cuestionando las instrumentaciones en función de elevar ciertos resultados de los procesos de escolarización, pero, al mismo tiempo, no cedemos el férreo control que emerge de una comprensión de la “Disciplina escolar” como buen comportamiento. Y es que una cosa es discutir sobre el método y otra ceder el poder porque, en definitiva, la disciplina apuntala el poder dominador de la institución y el estado sobre la masa estudiantil hoy mañana obreros. Debemos, en definitiva, comprender que:

El mensaje central de Gramsci es que la organización de la cultura es «orgánica» para el poder dominante. Los intelectuales no pueden definirse como tales por el trabajo que hacen, sino por el papel que desempeñan en la sociedad; esta función es siempre, de modo más o menos consciente, la de «liderar» técnica y políticamente un grupo, bien el grupo dominante o bien otro grupo que tienda a asumir una posición dominante. (Monasta, 1996, pág. 4)

La disciplina es una de las expresiones más honestas de la filosofía de la educación. Siempre que se produce un cambio real de paradigma educativo se sacuden los cimientos de cómo se concebía la disciplina anteriormente y se pasa a nuevos criterios que humanizan la escuela. Así pasó, por ejemplo, con “El Emilio” y con la propuesta de Makárenko. Ser disciplinado, en los términos que acá lo estamos analizando, ofrece grandes ventajas para el que está dispuesto a postergar su criterio y silenciar sus ansias. Ha ocurrido con frecuencia que la sociedad capitalista y más aún la neoliberal responsabiliza a la familia y al individuo de comportamientos que tienen raíces profundas en las desigualdades sociales y la exclusión. (Foucault, 1988)

De la misma manera las ideas de los enciclopedistas estaban en el camino de buscar la libertad de todas las ataduras. Educar un hombre capaz de hacerse dueño y consciente de sus actos y de los efectos que estos tendrían en el grupo humano al que pertenece era una de sus mayores aspiraciones que quedó, sepultada bajo capas asfálticas de la disciplina impuesta por el capitalismo a toda la sociedad. Una disciplina que, además, estaba fundada y aspiraba a la mayor eficiencia posible. En un evento desarrollado en Córdoba: “Conferencias de la Universidad Nacional de Córdoba, XIV Reunión Nacional y III Encuentro Internacional De La Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento”; se podía leer en una de sus memorias:

Investigaciones longitudinales indican que cerca del 90% de los adolescentes manifiesta en algún momento de su vida conductas antinormativas, aunque solamente una proporción que oscila entre el 6% y el 9% se convertirá en individuos agresores o violentos persistentes. Existen comportamientos infanto-juveniles que, sin ser delictivos, predicen de manera sólida la delincuencia futura. La importancia de estudiar los factores de riesgo de la delincuencia reside en que ellos deben ser los blancos de cualquier intervención preventiva. (Arbach, 2013)

Uno de los “territorios” culturales en los que se producen los más sistemáticos y mayores desencuentros generacionales entre el pasado que no desea irse y el futuro que se apura y que quiere llegar es precisamente en las normas. Las normas pertenecen a las épocas, son sus columnas vertebrales, los sistemas de establecimiento del control social. Si no se cambian las normas según las urgencias en la búsqueda de la libertad en correspondencia con los tiempos históricos se establecen estados de control que con el paso de los años generan ansiedades y son fuentes de conflictos familiares y escolares. Debemos comprender que las normas tienen sus padres, “en última instancia”, en el sistema de relaciones económicas. Las normas del capitalismo, fundado en 1492, solo se vieron cuestionadas por el socialismo y por el neoliberalismo.  El socialismo, en algunos casos, no pudo zafarse de la lógica predatoria del poder que heredaba y terminó ahorcado en sus propios tentáculos. El neoliberalismo, por su parte, afianzó aún más el individualismo para aniquilar el espíritu colectivo que torpedeaba sus ansias privatizadoras. La escuela, en definitiva, que debería liberar al hombre, nunca ha sido libre para poder hacerlo.

Una de las formas más sutiles de disciplinamiento escolar es encadenar las mentes a una lógica lineal y determinista que teme a lo indeterminado, a lo estocástico y al desorden. La escuela traicionó al humanismo que aspiraba a:

(…) lograr un cambio cultural profundo, que superará el concepto cultural del mero dominio de saberes enciclopedistas. El adjetivo precedente denotaba lo intrascendente que él consideraba esos “saberes”. Esto era así porque a sus poseedores los erigía en autómatas, reproductores acríticos del seudoconocimiento, en definitiva, seres sin poder de discernimiento, más cercano a lo autómata y mecánico que a lo humano. (Albornoz, 2020)

Más que institución encargada de alimentar el espíritu creativo, critico y fundador la escuela vigilaba, premiaba y castigaba a todo el que se atrevía a traspasar sus puertas.  Hoy en las escuelas públicas oaxaqueñas quedan sórdidos testigos de esta lógica del control y la manipulación: los murales del honor.  En estos murales se anotan los nombres de aquellos infelices que logran alcanzar los estándares establecidos por el capitalismo racionalista e insensible. Se reconoce al que obtiene mejores calificaciones y nunca al que comparte su merienda con los más desfavorecidos. Se reconoce el resultado de la mente siempre listo a recibir aplausos y no las donaciones del alma que anda a escondida por los espacios lúgubres de esa escuela sin luz. Y lo más terrible es reconocer que ni los educadores más avezados descubren la terrible lógica hegemónica que subyace en tales rutinas. En definitiva:

(…) existen ciertas herramientas utilizadas para lograrla cuando ese orden se rompe. Estas son las medidas disciplinarias o sanciones que varían según los ámbitos en que se aplican. En los colegios pueden consistir en llamados de atención, citación a los padres, firma del libro de disciplina, amonestaciones suspensión, cambio de turno o de establecimiento. (DeConceptos.com, 2020)

Entonces la institución educativa es un territorio en disputa ética más que racional. En ella se establecen normas racionales que dictan a los estudiantes qué es relevante para la escuela, en qué deben concentrarse y en que no deben ocupar ni perder su tiempo. Todo ello muestra la fundamental función ideológica y política que cumplen los centros escolares. Debe considerarse que:

La educación es un campo en el que la teoría y la práctica, la cultura y la política se confunden inevitablemente, y donde la investigación y el descubrimiento intelectual se combina con la acción social y política. Sin embargo, no es infrecuente que se produzca una distinción, si no una oposición, entre esos dos aspectos de la educación, y el uso ideológico de la cultura y la ciencia a menudo provoca la «neutralización» de los efectos educativos y políticos del desarrollo cultural y la «justificación» del poder político por teorías domesticadas que, en consecuencia, pueden definirse como «ideologías». (Monasta, 1996, pág. 1)

La disciplina no deberá ser entendida más que como la disposición del carácter para buscar la libertad y la dignidad humana en toda circunstancia y contra todo riesgo. Buscaremos aproximarnos al concepto de disciplina de Antonio Gramsci para argumentar con ello la necesidad de hacer un cambio radical en la lógica de la escuela pública que comúnmente defendemos.

Gramsci consideraba que los hombres al crear las mercancías y vivir sus vidas no solo se creaban a sí mismos sino a la sociedad toda. Para él, la historia se determinaba en las acciones humanas. No consideraba que fuese el destino ni la maduración de las relaciones de producción las que determinaran las transformaciones en la superestructura social sino los hombres con sus prácticas cotidianas.  Es por ello que su concepto de cultura y de disciplina están directamente relacionados con la acción práctica transformadora.

Para Gramsci “La cultura (…) Es organización, disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior consciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes” (Gramsci, 2020). Este autor no separa la cultura de la organización y la disciplina. Todo ello porque sus definiciones parten de la cabal comprensión del momento histórico que vive y de su lugar en el sistema de clases sociales. Si usted es hijo de familia pudiente puede darse el lujo de confundir la cultura con la pedantesca acumulación de saberes universitarios que avalen un título con el que flotar por encima de las penurias de su tiempo.  Pero si usted es un obrero, o un desocupado, o hijo de tales deberá comprender que su primera misión en la historia es organizarse y luchar contra las injusticias y los privilegios que el sistema capitalista protege para una minoría de la sociedad.

No es posible liberarse si no se establecen criterios muy claros de lo que sería la disciplina para un oprimido. La disciplina que como hemos visto se asume como obediencia a ciertas reglas está muy lejos de ser una necesidad para la masa de desposeídos. De hecho, a ellos se les educa para el respeto a las leyes burguesas y a las reglas establecidas por el sistema y la clase que los oprime.

Es por esto que disciplina para los ninguneados de la historia es romper con la inercia de aborregamientos bajo leyes que no son neutras. Disciplina es entonces, según Gramsci:

Primero conciencia histórica, pero ello se logra con estudio, debates y sacrificios porque los hábitos que nos han formado van en dirección totalmente contraria. Es por ello que para poder acceder a las disciplinas necesitamos la organización porque uno solo, aislado de la masa nunca lo logrará.

La disciplina es entonces la manera en la que el grupo se organiza y exige, para que cada miembro trabaje en colectivo e individualmente para alcanzar las metas emancipadoras. Estas metas penetran toda la realidad social práctica y teórica. Habrá momentos de reflexión, debate, estudio y análisis y momentos de hacer, de transformar y entre ambos una muy compleja relación dialéctica que las condiciones de cada momento irán desdibujando.

La disciplina entonces conduce a la formación de hábitos que gravitan en la liberación de la mente y del cuerpo. La disciplina tal y como Gramsci la concibe autoriza al hombre a salirse de las condiciones históricas y actuar directamente sobre ellas para permitir al colectivo hacer la historia conscientemente.

Cuando a un maestro no le gusta leer y lo dice a los cuatro vientos como quien está haciendo una declaración de pecadillos solamente está evidenciando su falta de disciplina y consciencia histórica. Los hábitos no son neutros como no lo es nada en la sociedad dividida en clases. Unos hábitos sirven a la enajenación y otros a la liberación. Unos hábitos alimentan la aparente libertad del albedrío y otros contribuyen   a la organización de la masa oprimida frente al capital.

Por otro lado, debemos dejar claro que el simple hábito de estudio y lectura es muy útil, pero insuficiente si no se pone al servicio de la colectividad y la emancipación de los oprimidos. Es por ello que la cultura para Antonio no es el puro saber sino el saber al servicio de la organización y la formación del carácter revolucionario.

En este punto queremos ser mucho más específicos: el hombre es siempre un ser de hábitos y estos hábitos son la base sobre la que se establece el carácter. Los padres y maestros deberemos considerar con mucho detenimiento que las novedosas TIC´s portan nuevos gustos y nuevos hábitos que podrían estar contribuyendo a la enajenación de nuestros hijos y discentes más que a su emancipación. No es que la tecnología en sí sea nociva, sino que, está encadenada a la logia del entretenimiento del capitalismo de casino. Y, como se ha de suponer, un niño entretenido está muy lejos de ser una persona en la ruta de su liberación.

A modo de conclusiones

La disciplina para los oprimidos que están en proceso de emancipación debe ser entendida de manera muy diferente a como se nos ha educado en la escuela hegemónica tradicional. Obedecer para que sea manifestación de libertad debe estar determinada por la consciencia histórica, por el reconocimiento de mis condiciones de explotado y la asunción del deber de liberarme liberando y de liberar liberándome.

Los educadores organizados en función de la liberación deben comprender que asistir a un congreso, no es una medida de la liberación que se alcanza, porque en un momento no es posible avanzar hacia la organización, la conciencia y la formación de hábitos. Más que en espacios especialmente diseñados para lucir teorías debemos atender la formación permanente de los educadores. Crear grupos de estudio y de transformación revolucionaria de las escuelas, establecer relaciones culturales emancipadoras con las familias y el pueblo en general, serán fundamentales para avanzar en la constitución de hábitos que tributen al saber descolonizado y la organización transformadora de la sociedad.

Trabajos citados

Albornoz, M. (03 de 07 de 2020). Reflexiones educativas de Gramsci. Obtenido de Mayéutica Educactiva: https://mayeuticaeducativa.idoneos.com/gramsci_y_la_educacion/

ALTHUSSER, L. (1969). Ideología y aparatos ideológicos de Estado, Freud y Lacan. Buenos Aires: Nueva Visión.

Arbach, K. (2013). EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA ANTINORMATIVA DURANTE LA ADOLESCENCIA. Córdova. Recuperado el 10 de 07 de 2020, de http://conferencias.unc.edu.ar/index.php/AACC/aacc/paper/viewPaper/869

DeConceptos.com. (05 de 07 de 2020). Concepto de disciplina. Obtenido de DeConceptos.com: https://deconceptos.com/general/disciplina

Flores R, M. (6 de agosto de 2011). Los monasterios como fuente protectora y propulsora del desarrollo. Revista Historias del Orbis Terrarum. Recuperado el 07 de 07 de 2020, de https://historiasdelorbisterrarum.wordpress.com/2011/08/06/los-monasterios-como-fuente-protectora-y-propulsora-del-desarrollo/

Foucault, M. (julio – septiembre de 1988). El sujeto y el poder. Revista mexicana de sociaología, 50(3), 3-20.

Gramsci, A. (02 de 08 de 2020). Socialismo y cultura. Obtenido de Revolta Global: http://www.anticapitalistas.org/IMG/pdf/Gramsci-SocialismoYCultura.pdf

Marín, G. (. (2009). PEDAGOGÍA TOLTECA. Filosofía de la educación en el México antiguo. Oaxaca de Juárez, Oaxaca: www.toltecayotl.org.

Marín, G. (2010). Historia verdadera el México profundo. (G. Marín, Ed.) Oaxaca, México. Recuperado el 30 de 06 de 2020, de http://www.toltecayotl.org/libros/Hist.%20verdadera%20del%20Mex.%20profun%20-%20Guillermo%20Marin.pdf

Monasta, A. (1996). ANTONIO GRAMSCI. Perspectivas: revista trimestral de educación comparada, 633-649.

Pescarmona, V. y. (10 de 05 de 2020). Antonio Gramsci y una educación desde una perspectiva revolucionaria. La izquierda diario, pág. sp.

Rahula, W. (2000). ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL BUDISMO. Recuperado el 10 de 07 de 2020, de http://files.silenciomental.webnode.com/200000217-d523dd61d9/Libros%20web%20fundamentos%20del%20budismo.pdf

Scharagrodsky, P. (2007). El cuerpo en la escuela. (pág. 17). Buenos Aires: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Recuperado el 10 de 07 de 2020, de www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

Sosa, J. (1950). La expresión creadora del niño. . Bs. Aires: Ed. Poseidón.

(2014). TALIS 2013. Estudio internacional de la enseñanza y el aprendizaje. Madrid, España: SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA . Recuperado el 05 de 07 de 2020, de http://www.oecd.org/education/school/Spain-talis-publicaciones-sep2014_es.pdf

 

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Conferencia de Francesco Tonucci: «La Escuela no puede Seguir Igual»

Por: Otras Voces en Educación 
Francesco Tonucci también conocido por el seudónimo «Frato», es un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano. Es autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en el ecosistema urbano y de artículos en revistas italianas y extranjeras.
Les recordamos que pueden conseguir toda la información de nuestros seminarios de formación en pensamientos critico, en las redes sociales de las organizaciones que hacen posible este espacio como lo son la CEIPH de Argentina, CINPECER de México y Otras Voces en Educación de Venezuela.
Recuerden seguirnos, compartir y suscribirse para llegar a mas personas y poder seguir construyendo este espacio de reflexión y debate, que es tan necesario para la defensa de nuestra educación publica como derecho humano fundamental para todas y todos.

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Resulta indispensable volver a la escuela

Por: Gustavo Zorzoli.

 

l informe «Frecuencia y fines del vínculo pedagógico en cuarentena», elaborado recientemente por el Observatorio Argentinos por la Educación a partir del cuestionario que recabó información sobre las características de la escuela con relación a la jornada escolar y el vínculo pedagógico en el contexto del Covid-19 contiene las respuestas dadas por familias que tienen conexión a internet, aunque sea mínima o intermitente. Los resultados muestran que solo cerca de una de cada dos escuelas mantiene contacto diario con los alumnos durante la cuarentena, mientras que alrededor del 90% lo hace no más de una vez por semana. Además, solo el 8% de las escuelas se comunica con las familias y esto, cada dos semanas. Por otro lado, desde el punto de vista didáctico quedó expuesto que más del 80% de las actividades propuestas por los docentes son asincrónicas, es decir, consisten en descargar y enviar tareas, ver videos o consultar contenidos en la web; y que apenas un 17% de las escuelas hacen uso de herramientas de comunicación que permiten dar clases sincrónicas por videoconferencia.

Respecto de la respuesta de las escuelas públicas y privadas en relación con la situación planteada por la cuarentena vigente, el jueves pasado el Gobierno presentó los resultados preliminares de la «Evaluación Nacional del Proceso de Continuidad Pedagógica»-una serie de encuestas a directivos y familias-, que contó con el apoyo de Unicef. El relevamiento mostró con claridad la inmensa brecha que existe entre ellas en lo referido a la intensidad del vínculo entre estudiantes y docentes. En el caso de las instituciones públicas, la disponibilidad de internet de calidad, que alcanza solo a la mitad de las familias, dificulta la comunicación efectiva entre docentes y alumnos; otra situación a considerar es que el 53% no tiene una computadora personal para uso educativo. Por ejemplo, mientras las clases sincrónicas por videoconferencia se desarrollaron en el 73% de las escuelas privadas, esta herramienta solo alcanzó el 17% en las escuelas públicas. Asimismo, apenas seis de cada diez estudiantes reconoce haber aprendido nuevos contenidos durante la cuarentena y solo uno de cada tres, que participó de una continuidad pedagógica de alta intensidad. Es más, casi el 60% de los estudiantes afirma que la cantidad de las tareas ha sido excesiva.

Mientras las clases sincrónicas por videoconferencia se desarrollaron en el 73% de las escuelas privadas, esta herramienta solo alcanzó el 17% en las escuelas públicas

Las diferencias entre una enseñanza presencial diaria y otra, de índole virtual o a distancia -que en el 75% de los casos se ha implementado un poco más de una vez por semana con los alumnos- son causas fundamentales de los magros resultados. Con este estado de situación no es difícil asegurar que el cuatrimestre pasado se ha perdido desde el punto de vista académico, más allá de la dedicación de los docentes -que han trabajado incansablemente- y el esfuerzo de estudiantes y sus familias. Lo cierto es que será imposible recuperar el tiempo escolar no cursado y se tendrán que planificar los ciclos 2021 y 2022, con el fin de que nuestros estudiantes se apropien de los conceptos esenciales que deberían haber adquirido en el actual ciclo; sobre todo, si el regreso a la escuela se sigue postergando. Un dato muy desolador es que entre los directivos encuestados se espera que un 10% de los 4 millones de estudiantes no regresen a la escuela.

Es imprescindible atender al hecho de que mantener a los estudiantes fuera de la escuela no solo los priva de un derecho fundamental que es el de aprender, sino que pone en riesgo su salud; ya que han disminuido la actividad física y su posibilidad de recreación y juego, alterado su descanso (no duermen bien, por caso), presentan problemas nutricionales y hasta depresión y/o ansiedad. Es más, los chicos pueden sufrir estados de aislamiento social, que a su edad son difíciles de procesar. Adicionalmente, y a medida que el desempleo y el estrés en las familias aumentan, los casos de violencia doméstica pueden incrementarse tanto como la deserción escolar crecer exponencialmente -particularmente, entre los adolescentes. En este marco, el desaprendizaje -un concepto que estamos incorporando- se profundiza, ya que muy probablemente un alto porcentaje de quienes regresen a la escuela estarán en peores condiciones de cómo lo estaban en noviembre del año pasado; no menos importantes serán las secuelas a mediano plazo que se generarán por la falta de formación y contención en el ámbito escolar.

El desaprendizaje se profundiza, ya que muy probablemente un alto porcentaje de quienes regresen a la escuela estarán en peores condiciones de cómo lo estaban en noviembre del año pasado

Es por eso que resulta indispensable volver a la escuela y para ello no es posible esperar que el virus desaparezca, puesto que ya hemos visto en otras regiones del mundo que los rebrotes son posibles. Tampoco podemos aguardar la llegada de una o más vacunas -de las cuales no sabremos su grado de seguridad ni su eficacia, ya que no estarán disponibles por bastante tiempo para los niños y adolescentes, pues su producción seguramente apenas alcanzará para cubrir las necesidades del personal de salud, de los mayores adultos y de las otras personas de riesgo.

En este contexto, deberíamos hacer los mayores esfuerzos en dos direcciones. Primero, regresar a la escuela, en principio, con los niños más pequeños, que son por lejos los menos afectados por el virus, observando en las instituciones los parámetros de cuidados consabidos: distanciamiento social, uso de mascarillas, lavado de manos, limpieza de pupitres, bancos y material didáctico, limpieza y desinfección de lugares comunes, grupos reducidos con alternancia, incremento de las clases al aire libre, aulas ventiladas de forma permanente, control de temperatura, horarios de entrada y salida escalonados, y esquemas de horarios reducidos. En segundo lugar, proveer a los docentes y a los estudiantes de sectores vulnerables de internet para achicar la brecha digital y revertir la falta de conexión sincrónica. Ambas iniciativas tienden a que maestros y alumnos vuelvan a encontrarse cara a cara para que sea posible el acto educativo.

Porque tiene que quedar claro: enviar tareas no es enseñar y resolver tareas tampoco es aprender.

Fuente del artículo: https://www.lanacion.com.ar/opinion/resulta-indispensable-volver-escuela-nid2410802

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Resonancias de El Chavo del 8 en la niñez, educación y sociedad latinoamericana

Reseña:

Daniel Friedrich. Erica Colmenares. [Editores]

Nicolás Arata. Daniel Friedrich. Victoria Parra. Ana Paula Marques de Carvalho. Rita de Cássia Prazeres Frangella. Carlos Aguasaco. Limarys Caraballo. Erica Colmenares. Ernesto Treviño Ronzón. José Carbajal Romero. Dulce María Cabrera. [Autores de Capítulo]


ISBN 978-987-722-620-1
CLACSO. Teachers College. Columbia University.
Buenos Aires.
Julio de 2020

*Disponible sólo en versión digital: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20200716045739/el-chavo.pdf

Resonancias de El Chavo del 8 indaga en las imágenes sobre escolarización y niñez, latinoamericanidad y afectividad, medios de comunicación y clase, que emergen de las experiencias de visionado de la serie creada por el popular comediante Roberto Gómez Bolaño. Al explorar las conexiones entre los estudios de cultura visual y de curriculum transcultural, los ensayos que integran este volumen navegan en un espacio poético transnacional de convivencia con la cultura pop, de la que surgen nuevas vías de interpretación y formas de acercamiento al estudio de uno de los fenómenos globales producidos por la televisión latinoamericana. En efecto, no existen demasiadas instancias en las que un producto cultural se haya expandido a lo largo de toda Latinoamérica y más allá (El Chavo del 8 llegó a transmitirse en continentes tan alejados como Asia y África), dejando una huella que perduró durante décadas y entre generaciones. Este libro invita a una reflexión desde una perspectiva internacional y en clave rizomática en torno a las lecturas e interpretaciones de El Chavo del 8.
Fuente: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2214&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1408&orden=01
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Ana María Farré da voz a 22 mujeres líderes en educación para reflexionar sobre cómo educar tras la pandemia

Noticia/20minutos.es

  • La pandemia ha acelerado la necesidad de repensar un modelo educativo que profundice en la innovación.
  • La experta Ana María Farré recoge las fórmulas de 22 educadoras en ‘Mujeres líderes en la educación del siglo XXI’.

La mujer ha sido y es «la gran educadora». Con ese hilo conductor, Ana María Farré, experta y apasionada de la educación y del liderazgo compartido, ha dado voz a 22 mujeres acreditadas en innovación educativa. Son visionarias, inspiradoras de un cambio de modelo que la Covid-19 acelera. La primera de ellas, Alejandra Vallejo-Nágera, introduce una forma lúdica del aprendizaje: «Educar es abrirse al juego cuyo premio es poder vivir una mejor vida».

Al frente de la orientación pedagógica de Fundación Coas, Ana Pérez Saitua subraya que formar a las nuevas generaciones exige «estar a la altura de sus necesidades». Requiere un cambio en mayúsculas, sin que signifique «banalizar el conocimiento y desechar la cultura del esfuerzo».

Se necesita un «liderazgo transformacional», dice Montserrat del Pozo, referente en el mundo de la educación. El liderazgo es un ‘arte’ que «se aprende y se entrena» en un contexto de «dinamismo de cambio». «Educamos para un mañana desconocido«, hay que «volar mientras se construye el avión». El docente es un sherpa.

Pasión, compromiso y sabiduría guían el funcionamiento de la Fundación Trilema que preside Carmen Pellicer. «No es ‘¿qué tenemos que enseñar?’, sino ‘¿qué necesitan aprender?». Destaca «seis aspectos básicos de la vida escolar: currículum, las metodologías, la evaluación, la organización, la personalización y el liderazgo».

Para Ana Juliá, presidenta de la Asociación Montessori Española, «educar es capacitar al alumno para autoconstruirse a través de los aprendizajes y prepararlo para afrontar retos honestos consigo mismo y su entorno«. «Solo desde la implantación rigurosa de los métodos, analizando datos y planteando mejoras, tendremos los pilares de los nuevos estilos educativos».

Ser mujer y madre de familia marca la vocación docente de Arancha Cendoya. Cree, por experiencia, que «las mujeres tienen más desarrolladas capacidades esenciales para esta área, como la asistencia, acogida, intuición, sensibilidad y escucha activa». El docente debe ser «facilitador de situaciones de aprendizaje», el mejor influencer.

Que una escuela «es algo más que la suma de sus profesores», un proyecto y no un castillo fortificado, lo tiene claro Mar Martín, directora del Colegio Compañía de María en Zaragoza y experta en aprendizaje por proyectos. Apuesta por «aprender, desaprender y reaprender«, lanzar nuevos currículums, nuevas estrategias de enseñanza y nuevas estructuras.

Rosa Casafont aporta a la innovación educativa su pasión por la neurociencia. «La educación», concluye, «es la savia que nutre al ser humano, cuyo cerebro cambia con cada experiencia». Y ese proceso continuo debe estar bien nutrido. «Tenemos una cierta determinación genética, pero las influencias del entorno en nuestro desarrollo, sumadas a las que ejercemos con nuestra actitud, nuestra forma de pensar, sentir y comportarnos, son determinantes».

Alicia Bastos dirige el Método Johansen, que estimula el oído para promover cambios neuronales que se traducirán en madurez emocional y atención social e intelectual. La educación se ‘revolucionará’ a través de «la buena conciencia del profesor». Nunca «volcando sus frustraciones sobre los estudiantes», sino viéndolos como «seres humanos de grandes capacidades, que un día volarán más lejos de lo que nunca imaginamos».

«Estamos educando para un mundo que no podemos imaginar», afirma Nuria Sánchez Povedano, experta en neurociencia. «El mundo volátil e incierto es complejo y ambiguo», requiere «una profunda transformación de nuestro modelo de escuela que permita desarrollar y entrenar las competencias que requiere el nuevo siglo XXI». El objetivo es «caminar hacia una escuela inteligente para desarrollar las inteligencias múltiples» del alumnado.

La joven arquitecta Miriam Reyes convierte la inclusión en su proyecto de vida: «Me gustaría vivir en una sociedad creativa, resolutiva, que valore la diversidad, que cuide nuestro planeta y que saque lo mejor de cada uno de nosotros«. Ha creado Aprendices Visuales para facilitar el aprendizaje de niños diagnosticados con autismo y ayuda a colegios a «transformarse en escuelas inclusivas».

Luz Rello, investigadora y emprendedora social con dislexia, fundadora de Change Dyslexia, lanza un mensaje positivo: «Destacar en otras áreas, como en creatividad o pensamiento visual», pero esa información no llega a las familias. Busca «un algoritmo capaz de detectar tus fortalezas cognitivas para poder dar buenas noticias a los niños con dificultades específicas de aprendizaje».

María Jesús Frigols, especialista en educación bilingüe y plurilingüismo, propone centrarse en «las necesidades de los jóvenes y dotarles de las herramientas para desenvolverse en un futuro que se convierte en presente cada vez más deprisa». De aquí a 2030, los robots podrían reemplazar a 800 millones de puestos de trabajo. «Necesitaremos múltiples destrezas integradas», concluye.

Responder al entorno cambiante pasa, señala Tania Santiago, por enseñar «a los alumnos a pensar y a no rendirse», y a ayudarles «a desarrollar el pensamiento crítico y creativo de una forma mucho más efectiva». Ante el acelerón tecnológico, es esencial enseñar a gestionar la información de una forma efectiva.

La pintora y docente Susana García Mangas subraya que nos «movemos en un mundo visual», caracterizado más específicamente por la existencia de «emociones instantáneas, avalancha de estímulos y, al mismo tiempo, pensamiento superficial». En ese contexto se antoja necesario el hecho de «pensar y ver modos de llegar a ese mundo interior tan rico y poderoso donde la persona se encuentra a sí misma».

Garbiñe Larralde, experta en pensamiento visual, destaca que «la velocidad de nuestro mundo apenas ha tenido incidencia en un sistema educativo rígido». Sueña con «un profesorado diseñador de aprendizajes, guía, coach…» y con la educación como «espacio generador, laboratorio de experiencias compartidas que fomenten el diálogo para formar la mirada crítica».

«Los cambios no vienen solos, hay que impulsarlos y liderarlos», dice Charo Fernández, ingeniera experta en tecnologías de la información y comunicación. «Las nuevas tecnologías han dejado de ser nuevas y están inmersas en todo lo que nos rodea y somos». «Son un medio y no un fin. La formación online debe reflejar la propuesta educativa que queremos para nuestras aulas«, con el foco en «la personalización, el acompañamiento, la reflexión, el aprendizaje entre iguales y creación de redes docentes».

«Aprender y desaprender será una forma de vivir en una sociedad tecnificada«, dice Rocío Lara, experta en robótica. Frente a quienes creen que con la educación no se debe experimentar, cree que «el modo de acceder a la información y al conocimiento es un experimento constante».

«El mundo es un aula de aprendizaje real y virtual», anticipa «, que puso en marcha un proceso de innovación educativa, haciendo de la escuela San Gabriel el primer Flipped School de nuestro país. El ‘aula invertida’ potencia la anticipación de lo que se va a trabajar en clase, ganando así tiempo de calidad entre el alumno y el profesor. El alumno es el centro del aprendizaje.

Ante el abuso de convivencia en entornos cerrados resultado del confinamiento por la pandemia, Heike Freire defiende la importancia de «acompañar el desarrollo humano con el contacto con la naturaleza», y afirma: «Necesitamos los espacios abiertos y naturales desde todos los puntos de vista: la salud, el desarrollo físico y sensorial o la madurez del sistema nervioso».

Para la arquitecta danesa Rosan Bosch, «diseñar un mundo mejor empieza en la escuela». No podemos olvidar el para qué de esa innovación. Roser Batlle, fundadora de la Red Española de Aprendizaje-Servicio, da la clave: «El verdadero éxito de la educación consiste en formar personas buenas, capaces de transformar el mundo y no solo mejorar su currículum». Para ello, lanza una súplica a la sociedad: «Que no se divorcie la sabiduría de la generosidad».

Fuente: https://www.20minutos.es/noticia/4338493/0/ana-maria-farre-libro-mujeres-lideres-en-la-educacion-del-siglo-xxi/?autoref=true

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Invitación e inscripción a la conferencia de Francesco Tonucci: La Escuela no puede seguir igual

Por: Otras Voces en Educación

El próximo 29 de Julio, el Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE) realizará el seminario virtual: “La Escuela no puede seguir igual” con el pedagogo italiano Francesco Tonucci.
La conferencia se trasmitirá por el canal de YouTube 👇🏼
https://www.youtube.com/c/OtrasVocesEnEducación y por el facebook de la CEIPHistorica
Franceso Tonucci también conocido por el seudónimo «Frato», es un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano. Es autor de numerosos libros sobre el papel de los niños en el ecosistema urbano y de artículos en revistas italianas y extranjeras.
Link de inscripción para su conferencia 👇🏼🤓😁
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