Page 8 of 14
1 6 7 8 9 10 14

Falla estrategia de la Normal Veracruzana, pierde batalla ante defensores de la Reforma

México / 3 de junio de 2018 / Autor: Equipo de Investigaciones Especiales / Fuente: Insurgencia Magisterial

La Reforma a las Escuelas Normales se anunció y empezó a implementarse desde el 2013. No inicia hace algunos días cuando se anuncia el fin de la Licenciatura en Educación Especial y la implementación de una nueva propuesta curricular para diversas licenciaturas. ¿Por qué se tardó tanto la Normal en reaccionar? ¿Por qué sus directivos y representantes ante diversas instancias que diseñaban la Reforma no alzaron la voz? ¿Por qué se opta por una estrategia mediática para detener esta Reforma? ¿Por qué la Benemérita no alzo la voz cuando se modificó el mecanismo de ingreso al servicio educativo de los Normalistas?

No es objeto de este artículo buscar las respuestas, solo compartiremos una frase de un amigo normalista que ante esta crisis y la débil respuesta de la Veracruzana afirma: “El problema es que hay Escuela Normal, pero ya no hay Normalismo”.

Falla estrategia de la Normal Veracruzana 

La Reforma educativa es una guerra. Del diagnóstico sobre el estado en el que se encuentran los enfrentamientos, los territorios ocupados, los daños, las alianzas, las vías de abastecimiento, el armamento, el número de efectivos, etc.,  depende el tipo de estrategia que se va a utilizar. En ese sentido, por los resultados, todo parece indicar que la Normal Veracruzana realizó un mal diagnóstico y por tanto diseñó una estrategia que no está incidiendo en las decisiones de la autoridad federal.

La Normal opta por una estrategia mediática, en un momento en que la Reforma ya no se está disputando en las percepciones, sino en la modificación puntual de dispositivos (como la curricular). Ese error, está neutralizando toda posibilidad de incidencia de su estrategia y somete a la Normal Veracruzana a un desgaste nacional que habrá de terminar minando su todavía existente reputación.

La estrategia de la Normal Veracruzana es neutralizada y superada por defensores de la Reforma 

Ante la errática estrategia de la Veracruzana, el Gobierno federal empezó la difusión de una serie de vídeos donde estudiantes normalistas, docentes y directivos defienden la reforma, las modificaciones curriculares y lo “democrático” que ha sido el rediseño curricular. Todo ello, ha ido desmontando el argumento central de la Normal Veracruzana, cuyos impactos ya se muestran de manera palpable. Ante estas evidencias, la Normal no modifica su estrategia, al contrario la refuerza publicando un vídeo, con muy mala producción, donde una voz lee el “posicionamiento”, no hay ninguna novedad en el mensaje. Si esto no fuera suficiente, llaman a una Conferencia de Prensa, donde si ser adivinos, seguramente se reiterará lo dicho en el “posicionamiento”. Algo que llama la atención es que la citada Conferencia de Prensa, será en Xalapa y no en la Ciudad de México, algo no funciona en esta estrategia.

Más personas defienden la Reforma curricular de las Normales 

A las 19:00 horas del día de hoy, en la Plataforma internacional Change.org existían dos peticiones encontradas:

  1. A favor del rediseño curricular desde las comunidades normalistas.

  2. Por un normalismo incluyente.

La primera a favor de la Propuesta de la SEP y la segunda pidiendo un aplazamiento en la aplicación de la citada Reforma argumentando diversas situaciones.

A pesar de que la Normal Veracruzana y su Junta académica han iniciado un activismo institucional, las posturas respecto de las dos peticiones no les favorecen.

A favor del Rediseño curricular de la SEP han votado 1,559 personas, mientras que por la propuesta de la Normal Veracruzana lo han hecho 1,513 personas.

Los datos indican que el gobierno federal, sin usar gran cantidad de recursos ha neutralizado esta rebelión institucional.

Escenarios 

Es complicado tomar una postura de oposición cuando no existe una tradición en ello, lo cual se observa por el repertorio en las estrategias de lucha de la Normal Veracruzana.

Una posibilidad para equilibrar las fuerzas con la SEP, pasa por una demostración de fuerza que implique un posible escenario de polarización nacional. Lograr esto implica que en la próximas horas se presente un Frente estatal integrado por todas las Normales del estado de Veracruz, acompañados por el Director de Educación Normal, así como del Subsecretario responsable de esta materia. Posteriormente se haría un llamado nacional a otros estados a unirse a esta petición y convocar a una Conferencia de prensa en la Ciudad de México. El problema con esta línea de acción es que la petición es pequeña en relación con los recursos que implica movilizar. Sólo se pide “aplazar”, no hay una bandera de lucha que coloque en el centro, la revisión de la misma Reforma. ¿Valdrá la pena el riesgo?

Fuente del Artículo:

Falla estrategia de la Normal Veracruzana, pierde batalla ante defensores de la Reforma.

Comparte este contenido:

Artículo 24: ¿La puntilla de las Normales?

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

De acuerdo a la Convocatoria del Estado de México sobre el Concurso de Oposición para el Ingreso a la Educación Básica, ciclo Escolar 2017-2018, quien desee contender por una plaza docente de Matemáticas en Educación Secundaria, deberá contar con título en la carrera normalista de Educación Secundaria con Especialidad en Matemáticas o bien en alguna carrera universitaria como Robótica, Mecatrónica o Estadística Industrial, por mencionar algunas.  Entonces, aquel joven que busque prepararse para enseñar la asignatura en este nivel educativo tendrá dos vías: una carrera normalista o una carrera universitaria. ¿Cuál le convendrá más? En términos de preparación pedagógica, no hay duda que la primera; en términos de oportunidades de trabajo, la segunda es la opción más favorecedora.  Dicho coloquialmente, al estudiar la carrera de Robótica un joven estaría “matando dos pájaros de un tiro”, pues además de tener la posibilidad de ejercer en industrias, empresas o centros de investigación, podrá, aunque no sea su especialidad, desempeñarse como docente del nivel educativo mencionado.

El artículo 24 de la Ley General de Servicio Profesional Docente (LGSPD) establece que el perfil de ingreso para los profesores de Educación Básica “corresponderá al académico con formación docente pedagógica o áreas afines que correspondan a los niveles educativos, privilegiando el perfil pedagógico docente de los candidatos; también se considerarán perfiles correspondiente a las disciplinas especializadas de la enseñanza”. Así pues, aunque es entendible que un joven que desea prepararse para profesor, en vez de elegir una carrera normalista, elija una universitaria, alguien interesado en la calidad del servicio educativo probablemente se haría preguntas como las siguientes: ¿En qué momento un estudiante de la licenciatura de Robótica o Mecatrónica tiene acercamientos con la didáctica de las Matemáticas? ¿Qué le enseñan sus maestros sobre teorías del aprendizaje? ¿Cuándo se le explica la relevancia de la evaluación formativa? ¿Cuándo se le habla sobre las características físicas y cognitivas de los niños y los adolescentes? ¿Cuándo tiene la posibilidad de practicar en un grupo escolar?

Si bien la presencia de profesionistas con poca o nula formación pedagógica no es un fenómeno desconocido en las escuelas mexicanas, la situación anterior ha sido aceptada por la LGSPD, promulgada en septiembre de 2013. Aunque el abandono oficial a las Escuelas Normales, el desprestigio público de la figura del docente y la represión a estudiantes normalistas (rurales sobre todo) son factores de peso, a partir de la LGSPD la matrícula normalista se ha desplomado de manera alarmante. Recientemente, un estudio de Medrano, Ángeles y Morales (2017) ha revelado que para el ciclo escolar 2015-2016 se presentó el número más bajo de alumnos normalistas en casi medio siglo (44 años); tan solo en los primeros cuatro ciclos escolares del sexenio del presidente Peña Nieto, la matrícula normalista ha tenido una disminución de casi 20%, situación que no obedece a la contracción de la población infantil y juvenil esperada para los próximos años, pero sí a los factores que se mencionaron anteriormente, entre los que destaca la apertura de las plazas docentes a licenciados no normalistas.

Lo establecido en el artículo 24 de la LGSPD no sólo trae consecuencias negativas para las Escuelas Normales, sino también para la Educación Básica y el magisterio como gremio. Si lo que se desea es incrementar la calidad del servicio que se ofrece en las escuelas de Educación Básica, no parece adecuado abrir las puertas a profesionistas que únicamente tienen una preparación “afín”, y no especializada, para estar a cargo de un grupo escolar. En cuanto a las afectaciones al gremio, la entrada de profesores que no comparten un origen, que carecen de una identidad profesional docente, que ven a la docencia como una opción secundaria a su proyecto laboral,  sin duda será un terreno propicio para embestidas que pretendan acelerar la de por sí creciente desprofesionalización del magisterio, algo que, en cambio, sería más difícil con un cuerpo magisterial conformado por integrantes que valoran su profesión y la ven como un proyecto de vida: ¿defenderá igual la dignidad de la profesión docente quien encontró esta ocupación como una alternativa que quien desde joven sintió la vocación por estar en las aulas?

La disminución de la matrícula normalista, además de generarse por el hecho de que un universitario tenga pase a los exámenes de ingreso al servicio profesional docente, posiblemente se intensificará en un futuro, pues, tal como se establece en el documento Aprendizajes clave para la formación integral. Plan y programas de estudio para la educación básica, las universidades “deberán construir la oferta académica [docente] de la que ahora carecen” (SEP, 2017, p. 42). Ante esto, un eventual enfrentamiento entre universidades y escuelas normales sería totalmente disparejo: en cuanto a tamaño, por ejemplo, mientras las primeras concentran a más del 90% del estudiantado superior, las segundas apenas alcanzan un escaso 3%; aunado a lo anterior, se agregan las diferencias en presupuesto, infraestructura, personal y cuerpos académicos, entre otras, a favor de las universidades.   Así pues, dadas las condiciones actuales y la proyección a futuro, no es descabellada la posibilidad de que las universidades tomen la batuta de la formación docente, llevando a las Normales a un plano secundario, si no es que a su extinción.

Mientras la Ley General del Servicio Profesional Docente permita el ingreso al servicio de profesionistas con perfiles semiespecializados o ajenos a la labor docente, no se podrá esperar una recuperación de la matrícula normalista. Si lo que la Reforma Educativa buscaba era precisamente incrementar la calidad de la educación, entonces es incomprensible que se consienta que los nuevos maestros puedan contar únicamente una formación “afín” a la labor educativa, y no exigir, en cambio, una preparación especializada para esta tarea. Así pues, se quiere una educación de calidad, pero contradictoriamente se da pie a que los nuevos docentes sean egresados de escuelas que no privilegian la preparación pedagógica. Es comprensible que los jóvenes, al momento de elegir una carrera, dada la difícil situación económica por la que atraviesa el país, privilegien los aspectos económicos  y de versatilidad laboral, en detrimento, en este caso, de la especialización en la labor docente.

En suma, el artículo 24 de la ley en cuestión representará quizá la concreción de un proceso de debilitamiento sistemático que apunta hacia la extinción de las Escuelas Normales.  Restó valor a la formación normalista, afectando así no sólo la matrícula, sino la relevancia social de estas instituciones. Transmitió la idea de que la labor docente es tan sencilla que hasta un profesionista con escasas o nulas nociones pedagógicas puede desempeñarla. En tauromaquia, la puntilla es un pequeño puñal que se que se emplea para quitar la vida de los toros derrotados y moribundos, que previamente han sido torturados físicamente, pero se aferran a la vida. Se emplea cuando la estocada propinada por el torero, si bien generó un daño severo, no fue suficiente para matar al toro, por lo que se hace necesario el uso de esta arma para lesionar órganos nerviosos relacionados con la respiración y el latido cardiaco de la bestia.  ¿Algo similar pudiera representar, a mediano plazo, el artículo 24 de la LGSPD?

 

REFERENCIAS

DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN. Ley General del Servicio Profesional Docente. México: autor, 2013.

MEDRANO, V., ÁNGELES, E. y MORALES, M. La educación normal en México. Elementos para su análisis. México: INEE, 2017.

SEP. Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación obligatoria. México: autor, 2017.

Comparte este contenido:

Escuelas Normales Vintage

Por: Alberto Sebastián Barragán

Justo como regresar a los discos de acetato, en un movimiento retro, la Secretaría de Educación Pública emitió el Acuerdo número 05/02/18, por el que se expiden las normas para el ingreso, promoción y otorgamiento de estímulos del personal académico en las escuelas normales. Dicho documento suena casi igual al reglamento de 1982.

Hay que recordar varios elementos de coyuntura. En 1978 se promulgó la Ley para la Coordinación de la Educación Superior, y su artículo 14 ya prescribía un Consejo Nacional Consultivo de Educación Normal. Sin embargo, dicha ley no impulsó grandes transformaciones para el sistema normalista. Desde hace cuarenta años las Normales aparecían mencionadas en el sector de educación superior, pero desde que se inscribieron fueron letra muerta. En ese mismo año, la Universidad Pedagógica Nacional hacía su aparición para formar profesionales de la educación y ponía al normalismo en entredicho.

Para 1982 Fernando Solana fue otra vez secretario de educación, ahora en el sexenio de Miguel de la Madrid, e impulsó la revolución educativa de ese gobierno, y publicó el “Reglamento interior de trabajo del personal académico del subsistema de educación normal de la Secretaría de Educación Pública”. Para esos momentos, el sistema universitario se encontraba en expansión, y se procuraba impulsar al sistema normalista, a partir de ejes de la educación superior, y se publicó ese reglamento para el personal académico de las escuelas normales.

Esto representó una buena intención, pero el sistema normalista tenía que transitar del nivel técnico al profesional. Y a partir de 1984, se reformaron los planes de estudio para que los profesores de educación básica egresaran con nivel de licenciatura. Hasta entonces se puede percibir cierta coordinación en las acciones de la política de formación docente. Pero, para esa etapa, el reglamento mantenía estándares que no se correspondían la temporalidad del sistema normalista, como por ejemplo, los requisitos de maestría y doctorado.

La aplicación pública de ese reglamento se convirtió en discrecional, hasta el grado de volverlo prácticamente inoperante. Se convirtió en un archivo histórico, mientras las contrataciones se fueron determinando en función del presupuesto disponible, o de la voluntad de las autoridades en turno, o del tipo de sostenimiento de las escuelas normales. El sistema normalista de formación docente ha estado supeditado a sus reformas curriculares, y no se ha modificado su entidad jurídica, en aspectos de normatividad o autogobierno.

En 1996 se impulsó un Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académicos de las Escuelas Normales (PTFAEN), en 2002 se desarrolló el Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas (PROMIN), en 2005 se reestructuró la SEP y se creó la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), y en 2012 apareció otra reforma curricular. Pero entre tantas acciones de fortalecimiento, no se había tocado el papel de los académicos.

Ya para este sexenio peñista, con su respectiva reforma educativa, se prometió desde un inicio un Plan Integral de Diagnóstico y Fortalecimiento de las Escuelas Normales, que tarda mucho en prepararse y salir a la luz. Se avecina otra reforma curricular, pero ahora sí se contempla el reglamento de ingreso y promoción del personal académico de escuelas normales. Pero en términos generales, es el mismo que en 1982.

Tras una somera actualización de categorías y requisitos, se mantienen los profesores de carrera, profesores de asignatura y profesores de apoyo para actividades académicas, clasificados otra vez según las horas de contrato, y se mantienen las categorías de Asociado (A, B y C) y Titular (A, B, y C). Nuevamente se concentra en la Ciudad de México, y se promoverá la aplicación de este reglamento en el interior del país.

Con un discurso de meritocracia, en las nuevas reglas vale más la antigüedad que el perfil profesional. Otra vez se respetan los planteamientos del artículo 123 constitucional. En comparación con los maestros de educación básica, no hay evaluación para la permanencia, como muchos esperaban.

El documento tiene otras inconsistencias. Por personal académico, se refiere al conjunto de profesionales “que imparte educación normal y demás para la formación de maestros de educación básica, realizan actividades de docencia, investigación, tutoría, seguimiento de egresados, actividades de apoyo a la docencia, preservación y difusión de la cultura, así como aquellas personas que llevan a cabo, sistemática y específicamente, actividades de naturaleza técnica”. Por ejemplo, se prescriben las funciones para cada categoría, pero en forma indeterminada. La carga de actividades es directamente proporcional al número de horas, y no de acuerdo al perfil profesional. No se especifica la carga horaria para cada actividad, y no se empalma claramente con el Programa de Desarrollo Profesional Docente (Prodep), el cual implica una descarga laboral.

En el documento no se hace mención de los foros de consulta realizados con profesores de escuelas normales en 2014, en donde se presentaron varias propuestas en materia de evaluación docente para profesores de educación normal, puestos directivos y áreas de investigación. Tampoco se retoman las directrices emitidas por el INEE, para el personal docente de escuelas normales. Lo nuevo es la Comisión Técnica Nacional, como instancia de asesoría, con autoridades educativas federales y estatales, donde se abren dos espacios para la organización sindical; con lo que se comparte nuevamente la rectoría de la educación.

Se tardaron tanto tiempo en publicar este documento, y sólo reeditaron el anterior. No resultará extraño ver el efecto retro de los mismos vicios. No será raro que esa ley ochentera regrese a ser letra muerta. Y por si fuera poco, con esto, la reforma educativa agudiza más el detrimento de la formación docente.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/escuelas-normales-vintage/

Comparte este contenido:

México: Indígenas, los menos beneficiados del sistema educativo: INEE

América del norte/México/19 Marzo 2018/Autor: Erick Juárez Pineda/Fuente: Educación futura

La población indígena es el sector poblacional menos beneficiado por el sistema educativo de México, destacó la consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle, quien consideró que aún queda mucho por hacer, pues los avances han sido pocos, lentos y llenos de dificultades.

Al ofrecer la conferencia La Formación de Docentes para la Diversidad, en la escuela Normal “Valle del Mezquital”, informó que a esta población se le ofrece una educación caracterizada por la falta de relevancia y pertinencia, por la pobreza de la demanda y por el no reconocimiento de su derecho a una enseñanza intercultural y bilingüe.

En el Foro Nacional de Egresados de Escuelas Normales, dijo que en México es un gran pendiente la educación para la diversidad y la interculturalidad, la cual permite que las relaciones entre los miembros de las diferentes culturas se den en un plano de igualdad, de respeto y que resulten mutuamente enriquecedoras.

Schmelkes del Valle señaló la necesidad de formar a los docentes que trabajan con niños indígenas en la atención educativa a la diversidad cultural, que ésta sea concebida como recurso, derecho y como riqueza pedagógica.

Ante autoridades de escuelas Normales de varios estados del país y egresados de las licenciaturas de Preescolar y Primaria Intercultural, indicó que atender a la diversidad significa que todo alumno se sienta a gusto en la escuela, reconozca que aprende cosas útiles, en un clima escolar que le dé certeza de que allí es acogido, no discriminado ni segregado. Los maestros deben aprender a construir un clima de aula y escuela, en ese sentido, y a regular la convivencia, precisó.

Dio a conocer que el propósito de la atención a la diversidad es hacer realidad el derecho a una educación de calidad para todos, en la cual un aspecto fundamental es la relevancia de los aprendizajes. A pesar de ello, comentó que los indígenas mexicanos reportan un especial rezago educativo y una desatención de sus requerimientos especiales.

Luego de señalar que los docentes que atienden alumnos indígenas han sido formados con muchas deficiencias en el dominio de su materia, en las didácticas específicas y en el conocimiento pedagógico general, la consejera del INEE consideró fundamental que en todas las regiones de México sean accesibles los programas de formación continua e inicial sobre interculturalidad y lenguas indígenas.

Finalmente, recordó que el INEE emitió las Directrices para la Atención Educativa a Niñas, Niños y Adolescentes Indígenas, las que constituyen una ruta trazada por este Instituto para contribuir a cumplir con el derecho que tiene esta población a recibir una educación de calidad con equidad.

El director de la Escuela Normal “Valle del Mezquital”, Rubén Curiel, informó que el Foro permitirá fortalecer las competencias profesionales de la licenciatura en Educación Primaria, Primaria Intercultural Bilingüe, Preescolar y Preescolar Intercultural Bilingüe.

“Las Escuelas Normales están comprometidas con México, con nuestra raza, nuestras etnias y en el cumplimiento de la formación del maestro con calidad académica. La educación requiere de profesores y profesoras que respondan de manera cabal y con pertinencia a las exigencias de los grupos sociales, a las del momento, y a las de nuestra sociedad”, concluyó.

En el Foro participaron escuelas Normales de Querétaro, Hidalgo, Chihuahua, Puebla, Tlaxcala y Ciudad de México.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/indigenas-los-menos-beneficiados-del-sistema-educativo-inee/

Comparte este contenido:

La educación y la docencia El aprendizaje se da en todos los sentidos

México / 11 de marzo de 2018 / Autor: Óscar Muñoz / Fuente: La Jornada Maya

Si bien el enfoque educativo generalizado en la actualidad incluye la pretensión de impulsar el desarrollo integral del individuo, de tal modo que repercuta en el desarrollo de la sociedad a la que pertenece, las escuelas del país adolecen de la posibilidad de lograrlo. Esta imposibilidad radica principalmente en la debilidad formativa que reciben los docentes en su preparación. Las escuelas normales que preparan permanentemente a los futuros maestros de educación básica en este país presentan ciertas dificultades en la formación docente. Primeramente, el enfoque del desarrollo integral del individuo está sólo en el papel, es decir, en los planes de estudio y los programas, pero parece no estar en la práctica, en el planteamiento ejecutorio, en las estrategias y las técnicas.

Para comenzar, el enfoque del desarrollo integral exige un sistema de transversalidad de las asignaturas de las escuelas normales, en el que prevalezca siempre la tendencia ejecutoria, la aplicación y la práctica. No es posible que un programa de educación normal carezca de la mayor dimensión práctica posible. Tampoco es adecuado que se vean favorecidas las capacidades intelectuales sin promover la adquisición de sentimientos y valores en los futuros docentes, quienes serán los principales agentes que busquen desarrollar e incrementar sentimientos y valores en la población escolar.

Por ello es imprescindible que el aprendizaje se le vea como un proceso de construcción del conocimiento en individuos que elabora saberes y desarrolla habilidades y destrezas bajo la orientación del docente, para adquirir ese desarrollo integral que se pretende, siempre bajo un esquema de interacción humana. Si se toma en cuenta que este tipo de formación educativa debe producirse en el contexto de la interacción social, el aprendizaje no se da sólo con los conocimientos y las habilidades, sino también con los sentimientos y los valores, los cuales son expresados en la conducta humana.

En cuanto a la enseñanza, ésta debe ser considerada como un proceso de orientación del aprendizaje, en el que docente debe promover las mejores condiciones para aprender y crear situaciones de aprendizaje, para que el escolar pueda adquirir los conocimientos y desarrolle las habilidades para crear los motivos que le permitan participar en una forma responsable y creativa. Este enfoque de la enseñanza permitirá ver al docente como un guía del aprendizaje de los alumnos que los conduzca hacia el conocimiento sin imponerlo, aunque con la experiencia necesaria y la confianza suficiente ante los escolares, esta última a través de las relaciones afectivas fundadas en la comprensión y el respeto.

Por lo anterior, se necesita de docentes que no sólo sepan las materias incluidas en los programas de educación básica, sino que también conozcan los contenidos y las metodologías de la psicología de la educación, la pedagogía y las didácticas, la investigación educativa, la planeación y la programación que los capacite para enfrentar el necesario diseño del proceso enseñanza-aprendizaje que favorezca el desarrollo integral de sus alumnos.

Sin embargo, en la actualidad el sistema educativo enfrenta la problemática que representa la relación entre el nuevo modelo educativo y la formación de los docentes. Habrá que considerar que el nuevo modelo incluye diversos componentes fundamentales. Uno de ellos, el filosófico, implica la formación integral del individuo con la capacidad de promover el desarrollo de la sociedad; además, considera al ser humano como un ente que muestra interés por aprender (aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser).

El componente psicopedagógico destaca una práctica educativa centrada en el aprendizaje y ya no más en la enseñanza. En este plano, el escolar construye su aprendizaje a través de la interactividad con la información y la interacción con su maestro. De esta forma, el alumno tendrá la oportunidad de mantener una actitud reflexiva, crítica y creativa; pero tal vez estas consecuencias no estén consideradas entre quienes son responsables de la gestión educativa.

oscarmunozglez@gmail.com

Fuente del Artículo:

https://www.lajornadamaya.mx/2018-02-27/La-educacion-y-la-docencia

Comparte este contenido:

Las normales, un debate… ¿incómodo?

Por: Abelardo Carro Nava

Y a pesar de que existan algunas voces que afirman que el normalismo mexicano no ha estado, por décadas, en el abandono u olvido, los datos que la semana pasada, Verónica Medrano, dio a conocer a través del estudio que realizó con relación a la educación normal en el país, en principio, confirman, lo que en reiteradas ocasiones he argumentado al respecto: ese abandono u olvido al que fueron sometidas por diferentes gobiernos, en diferentes sexenios, las escuelas normales.

Y menciono que en principio porque precisamente este estudio, arrojó numerosos datos que evidencian la heterogeneidad que priva en el Subsistema normalista. Ya en reiteradas ocasiones me he referido a ello en este y otros espacios pero, no está demás, recomendar a usted que lee estas líneas, leer el documento que refiero, así como también, los diferentes posicionamientos que existen sobre el tema en diferentes espacios y textos.

Tengo claro que, en términos de investigación, más allá de la post verdad a la que continuamente Pedro Flores Crespo alude para referirse a quienes disientan de algunos hechos o datos duros; ésta, la investigación, nos permite obtener hallazgos cuyo fundamento científico estás más que comprobado. Sin embargo, este y otros temas, son susceptibles de ser interpretados por la misma inercia con la que se generan tales hallazgos. Obviamente que al hacer uso de un enfoque cuantitativo se dejan de lado, algunos otros elementos propios del o los objetos de estudio que también son parte de un fenómeno, en este caso, referido al normalismo mexicano.

No obstante, insisto, la investigación realizada por la Dra. Medrano y colaboradores, pone en el centro del debate, algunos asuntos que son parte de ese normalismo olvidado pero que, también insisto, pueden ser investigados con el empleo de otra metodología que permita cruzar la información para una mejor toma de decisiones.

En este sentido es que llamó mi atención – y así lo posteé en Facebook – el momento en que se dieron a conocer los resultados de la indagación pero, también, el que el propio Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE) haya impulsado tales acciones. Esto, por tres cuestiones que desde mi punto de vista no debemos dejar de lado: 1) hace algunos meses, el INEE emitió las directrices para mejorar la formación inicial de docentes de educación básica, documento que generó diversas reacciones siendo la más sobresaliente, el rechazo por la Normal Enrique C. Rébsamen y otras, cuyos argumentos versaron sobre la posibilidad de poner en marcha las sugerencias que en ese documento se dieron a conocer para favorecer la formación en las escuelas normales; 2) ante una inminente reforma a los planes y programas de estudio que la DGESPE ha venido trabajando de unos meses a la fecha, con la idea de armonizar dichos planes con el modelo educativo que entrará en vigor en 2018, resultó interesante los datos que se ofrecieron en cuanto a la disparidad y/o desvinculación que existía entre las normales y la educación básica (preescolar, primaria y secundaria); asunto del que he hablado en demasía en diversos foros y que, al parecer, necesitaba de un “empujoncito” por un agente externo para que se emprendiera esta acción en las instituciones formadoras de docentes; 3) la implementación de un reglamento de ingreso, promoción y estímulo (RIPE) para el personal docente que labora en las escuelas normales, mismo que sustituye al todavía vigente y que se conoce como RIPPA (reglamento de ingreso, promoción y permanencia); un asunto reglamentario pero cuyo propósito se relaciona con un esquema similar (o muy parecido) de ingreso, promoción y estímulo al personal adscrito a la educación básica, salvo por algunas diferencias en cuanto a las comisiones dictaminadoras pero, en concordancia, con el perfil que se requiere en dicha educación básica.

Insisto, asuntos nada menores que, en términos de política educativa, encuentran sentido si observamos el contexto bajo el cual, se dieron a conocer estos datos.

Ciertamente, y coincido con Verónica Medrano, hay cuestiones que se dejaron de hacer a partir de 1984, fecha en la que las normales adquirieron el rango de Licenciatura pero, como ella misma lo explicó y afirmó, otras no se tomaron en cuenta por la temporalidad de su estudio. Bien podría entonces, realizarse un segundo estudio que develara algunos de los misterios que, desde hace varias décadas, se han suscitado en el subsistema, y en el que los gobiernos, secretarías de estado y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), han tenido su parte y jugado un papel nada decoroso ni favorable para la mejora sustantiva de la formación inicial de docentes.

Hace días, David Calderón, Director de Mexicanos Primero, en alguna de sus columnas, proponía que es momento de voltear a ver lo bueno de los maestros de las escuelas (de todos los niveles) y de las propias escuelas, y coincido; no obstante, hacerlo sin mirar la historia, tradiciones, culturas y demás elementos, tal vez ideológicos, que permean dichas prácticas, es por demás incorrecto. Me explico.

Desde hace algunos meses, la Escuela Normal Veracruzana, Enrique C. Rébsamen, ha planteado una serie de propuestas con la intención de fortalecer sus procesos académicos, de investigación y de difusión, pero muy poca respuesta ha tenido al respecto, ya sea de la autoridad estatal o federal, si usted quiere, pero la respuesta ha sido mínima. Algunas de las razones por las que plantean esas propuestas, radican en los diversos problemas académicos y laborales que han enfrentado de tiempo atrás, dado el desvío de recursos que cometió un exgobernador veracruzano o bien, porque ante ciertos requerimientos que establecen algunas instancias como PRODEP (programa de mejoramiento del profesorado) no pueden cumplirse dadas las dinámicas institucionales y estatales, que no encuentran cabida en instituciones de educación superior.

Espero que este estudio que fue dado a conocer a los medios de comunicación y al gremio educativo, propicie la reflexión en cada una de las escuela normales o afines a la formación docente. Coincido con Flores Crespo, y me siento optimista porque más allá de los datos que fueron expuestos, las normales se vuelven hacer visibles (y no por los trágicos sucesos de Ayotzinapa que conocemos); pero también coincido con Ángel Díaz Barriga, cuando afirma que es momento de llamar al centro del debate, a esos investigadores, académicos, profesores y demás agentes educativos y no educativos, que son “incómodos” para el centro. Vaya, un punto de vista diferente y con sustento siempre será bienvenido, antes que la toma de decisiones resulte ser lo que usualmente se acostumbra: central y vertical, sin ninguna posibilidad de debate porque para ellos no admite debate.

El momento es propicio para ello o… ¿me equivoco?

Fuente del Artículo:

Las normales, un debate… ¿incómodo?

Comparte este contenido:

Reformar las normales, por qué y para qué

Por: Abelardo Carro Nava

Recuerdo muy bien que hace más de una década, Justa Ezpeleta, visitó la escuela normal en la que me encontraba laborando. ¿El motivo? Realizar una investigación sobre los resultados que hasta ese momento había arrojado el PROMIN (Programa de Mejoramiento Institucional de las Escuelas Normales Públicas) en las escuelas normales del país. Estudio que permitió en ese entonces – así se dijo –, contar con los elementos necesarios para el análisis, discusión y toma de decisiones por parte de los encargados de diseñar las políticas educativas de las instituciones formadoras de docentes de México.

Al respecto, muy pocos llegamos a conocer los resultados de dicha investigación y, si los conocimos, fue porque con el paso de los años a esa misma investigadora, tuve la fortuna de encontrarla en alguno de los congresos educativos que se organizan en alguna de las entidades federativas y charlamos sobre ello. En fin.

El motivo por el que hago referencia a esta breve reseña o anécdota, tiene que ver con la reforma a la educación normal que se aproxima. Como bien sabemos, la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), tiene tal encomienda. ¿El propósito? “Armonizar” el plan de estudios de las licenciaturas de educación preescolar, primaria y secundaria, con el modelo educativo que ha propuesto la Secretaría de Educación Pública (SEP) y que entrará en vigor en agosto de año. “Armonización” que, conforme a los documentos y las constantes reuniones que se han tenido en distintas entidades federativas del país entre autoridades de la DGESPE y algunos docentes normalistas, no acabo de comprender de todo. ¿Armonizar qué, por qué y para qué? Es más, ¿qué se entiende por “amonizar”?, ¿cuál es la episteme de la palabra?

Ciertamente, en reiteradas ocasiones y en diversos espacios y foros, he hecho, como ahora lo hago, hincapié en que debe existir una vinculación muy estrecha entre lo que ocurre en educación básica con lo que acontece en las escuelas normales. Su vínculo, es algo que bien podría denominar indisoluble, si consideramos que el campo de actuación de los futuros maestros, egresados de las normales, son las escuelas de ese nivel educativo. No obstante desde mi perspectiva, la propuesta curricular que se viene elaborando, adolece de varias cuestiones que podría enmarcar en estos puntos, como generadores a su vez, de algunas propuestas:

  1. a) Una investigación/estudio que permita valorar la pertinencia del plan de estudios vigente (puesto en marcha desde el 2011 en escuelas piloto y a partir del 2012 en todo el país) y su correspondencia con lo que implica la implementación del modelo educativo en educación básica; habría que considerar entonces, las investigaciones y estudios que vienen realizando algunos colegas al interior de las normales, pero también, lo que agentes externos, como Graciela Cordero, realiza al respecto. ¿Por qué acelerar el paso y no considerar los diversos hallazgos que la misma investigación ofrece?, ¿cuál es la prisa de “armonizar” un plan de estudios con un modelo educativo que aún ni entra en funciones y ya se pretende formular una propuesta que se alinee a dicho esquema?, ¿por qué no considerar la participación de investigadores y académicos reconocidos por sus aportaciones en el medio educativo como el mismo Ángel Díaz Barriga?
  2. b) Un diseño curricular que considere el objetivo fundamental de las normales: la formación de docentes. Esto, desde la pedagogía y lo que la misma didáctica ofrece, en el entendido de que éstas son las que le brindan la posibilidad al estudiante, de apropiarse de los elementos, tanto teóricos como prácticos, indispensables para su ejercicio docente. ¿Cómo se espera que el estudiante normalista enseñe inglés en las escuelas sin los conocimientos mínimos y necesarios sobre esta lengua, su semántica, su fonética pero, sobre todo, sin apropiarse de su didáctica? Del debate profundo que puede darse en cuanto a la adquisición y desarrollo de este idioma mejor ni hablamos, éste es un tema que bien podría revisarse y debatirse ampliamente.
  3. c) Una concepción clara y expedita de lo que implica la investigación y, específicamente, la investigación educativa. Si usted observa la malla curricular que fue dada a conocer en noviembre del año pasado, ésta (la investigación) ha desaparecido de dicho esquema curricular. Se dice (o en esas reuniones se dice), que la investigación está implícita e inmersa en los cursos de práctica docente pero, ¿no acaso de esa misma práctica se desprenden infinidad objetos de estudio que pueden y deben ser tratados con todo el conocimiento de causa que implica hacer investigación? Revise usted las mallas curriculares de algunas universidades, en buena parte de ellas se considera a la investigación, la metodología de la investigación y los enfoques que de ésta se desprenden, como elementos fundamentales en la formación de los estudiantes.
  4. d) Una estrecha vinculación entre las escuelas normales y las escuelas de nivel básico, partiendo desde su nivel central hasta las entidades federativas. Obviamente, con la implementación de un mecanismo de colaboración y de reciprocidad en cuanto a la formación de los estudiantes normalistas. Para nadie es desconocido que en muchos estados, el distanciamiento que existe entre estas instancias es un hecho. ¿Y qué pasa con las prácticas profesionales de los alumnos?, ¿cuál es el papel que debe asumir el docente de educación básica?, ¿cuál es el rol del asesor, profesor normalista, en la formación de su estudiante en el momento de que éste realiza su práctica? Ciertamente hay documentos que refieren a esas cuestiones, para ser específicos, en el plan de estudios 1997 y 1999 para las licenciaturas en educación preescolar y primaria, así se establecía pero, del dicho al hecho, hay mucho trecho. Y de nueva cuenta emerge la investigación como un elemento de vital importancia para conocer sobre éste y otros aspectos.
  5. d) Capacitación, actualización y profesionalización de los formadores de formadores. Aspectos que no ocurrieron en la implementación del plan de estudios en el 2012. Se dijo en ese entonces, que las autoridades locales serían las encargadas de tal encomienda pero, lamentablemente, en muy pocos estados se logró este propósito. ¿Cómo se espera que el docente comprenda lo que desde el nivel central se construye para que sea desarrollado por el profesor normalista? Cierto, éstos son profesionales de la educación, no obstante, no debe olvidarse que, desde el plano hermenéutico, el sujeto interpreta conforme a sus propios referentes (conceptuales, procedimentales y actitudinales).

En suma, considero que la educación normal debe ser revisada porque las demandas sociales e institucionales así lo exigen. Sin embargo, habría que pensar y repensar para que se considera necesario esa revisión, ¿para alinearla a un modelo educativo que todavía ni se echa a andar o para formar normalistas que respondan a esas exigencias sociales que la misma sociedad – valga la redundancia – nos plantea de manera continua y contundente.

Fuente del Artículo:

Reformar las normales, por qué y para qué

Comparte este contenido:
Page 8 of 14
1 6 7 8 9 10 14