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Educación suma apoyos para prevenir la Violencia Juvenil.

Las jornadas de trabajo para recabar aportaciones al nuevo Plan Integral de Prevención llegan a Lanzarote y Fuerteventura tras pasar por El Hierro, La Palma y La Gomera.

Por: La Opinión.

La Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias continúa el miércoles 13 en Lanzarote y el jueves 14, en Fuerteventura, su recorrido, isla por isla, para recabar el máximo de aportaciones al nuevo Plan de Atención contra la Violencia Infanto-Juvenil. Después de varias jornadas formativas y de encuentros de responsables insulares y municipales para compartir las buenas prácticas de convivencia que realizan en sus respectivos ámbitos para los colectivos más jóvenes, los responsables de la redacción del Plan han iniciado un recorrido por todas las islas, para recopilar propuestas de todos los colectivos e instituciones posibles.

El director general de Ordenación, Innovación y Promoción Educativa, Jonathan Fumero, y el coordinador del Plan, Miguel Díaz, han visitado ya El Hierro, La Palma y La Gomera, con el fin de informar a toda la comunidad educativa, los cabildos y ayuntamientos, los cuerpos y fuerzas de seguridad en cada isla, las instancias judiciales, sindicatos y, en definitiva, a toda la sociedad de cada una de ellas del método colaborativo que está empleando el Gobierno para la redacción de este Plan.

«En una materia tan sensible como la violencia en la Infancia, no hemos querido trabajar de forma centralizada, con solo algunas sugerencias durante el periodo de alegaciones de la norma»-explica Fumero en las jornadas de trabajo. «Lo que pretendemos es hacerlo al revés. Que toda la sociedad aporte propuestas en positivo, que sirvan para mejorar la convivencia y luego ya será misión nuestra articularlas todas en torno a un Plan que sea efectivo y que toda Canarias considere suyo».

A este respecto, Miguel Díaz destacó que, aunque lo coordine el área de Educación, «la experiencia nos ha demostrado que no se puede acabar con la violencia o con las conductas que afectan a la convivencia de niños, niñas y jóvenes actuando sólo dentro de los colegios e institutos».

Con este fin, la presentación del Plan Integral de Prevención de la Violencia Infanto-Juvenil se acompaña de pautas para generar redes insulares de participación a través de la localización de nodos insulares, es decir, de las personas, servicios o recursos que puedan actuar en cada isla como facilitadores y catalizadores del proceso.

Para lograrlo, la sesión de trabajo incluye presentaciones de las diferentes actuaciones que se desarrollan para prevenir la violencia infanto-juvenil en los distintos ámbitos de socialización y áreas de intervención, como punto de partida del debate.

A partir de estas presentaciones y los planteamientos de los representantes de la Consejería, se invita a las personas asistentes a reflexionar sobre las variables implicadas en las diferentes formas y contextos de la violencia infanto-juvenil, a visualizar y a articular las medidas preventivas que favorezcan la convivencia en positivo.

Dentro de la metodología general diseñada para la elaboración del borrador del Plan se plantea a las personas participantes tres cuestiones a las que pueden responder en las semanas siguientes y hacérselas llegar al equipo redactor.

¿Qué veo y me preocupa?, ¿qué estamos haciendo para afrontar y prevenir la violencia infanto-juvenil? y ¿qué queremos hacer? son las tres preguntas que se plantean en todos los encuentros y «a las que esperamos que respondan con los pies en la tierra, planteando respuestas que sea posible materializar y de aplicación lo más inmediata posible»-explica Miguel Díaz.

Por su parte, el director general, destaca «las enormes ganas» que ha encontrado el equipo redactor del Plan en las jornadas ya celebradas. «La sociedad está cada vez más concienciada de que con la violencia infanto-juvenil no pueden mirar hacia otro lado y pensar que lo tiene que arreglar el colegio, o la familia o la policía o los servicios sociales municipales». «Al final, lo que necesitamos son ciudadanos y ciudadanas corresponsables, que planteen propuestas en positivo a los problemas de los más jóvenes» -concluyó Fumero.

Como paradigma para la elaboración del Plan, se ha adoptado el «modelo ecológico» que propone el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de 2002, en el que se categorizan diferentes tipos de violencia donde las niñas y niños o jóvenes pueden verse involucrados de tres maneras diferentes: como sujetos de la acción, como sufridores de ella y, en la mayoría de los casos, como observadores en sus contextos sociales.

Según este modelo, la violencia puede ser autoinfligida; interpersonal; intrafamiliar; comunitaria en el ámbito escolar; comunitaria en espacios de ocio y tiempo libre; y violencia de género. Una vez identificado el objeto de estudio y análisis, se ha diseñado un plan de trabajo que se aleja del modelo tradicional de prevención de la violencia infanto-juvenil.

Este modelo ha ido evolucionando, de manera que se ha pasado de uno disciplinario a otro que ha dado en denominarse modelo de ´convivencia positiva´. Se caracteriza por entender el conflicto como una oportunidad de aprendizaje y de adquisición y desarrollo de las competencias, desde un enfoque que contempla la gestión proactiva de la convivencia, lo que significa que anticipa y previene problemas y, si no se han podido prevenir, se actúa precozmente, buscando alternativas y perseverando en los intentos de encontrar soluciones apropiadas.

Esta forma de gestión anticipada y preventiva de posibles episodios violentos sólo puede abordarse desde la implicación activa y la corresponsabilidad de toda la ciudadanía, es decir, con una ciudadanía activa en este aspecto.

Para lograr alcanzar al máximo de personas y difundir esta necesidad de colaboración en torno a la mejora de la convivencia en positivo en nuestra comunidad, el equipo redactor del Plan tomó como referencia las metodologías del Pacto Social y Político por la Educación, y del proyecto denominado Municipios e Islas Educadores, impulsados por el Consejo Escolar de Canarias y con los que se pretende potenciar la participación efectiva de los ciudadanos, instituciones, municipios e islas en el ámbito educativo de todo el Archipiélago, con la colaboración de la Consejería de Educación y Universidades y de la Federación Canaria de Municipios.

Fuente: http://www.laopinion.es/sociedad/2017/12/07/educacion-suma-apoyos-prevenir-violencia/832289.html

Imagen: http://fotos02.laopinion.es/2017/12/07/328×206/soledad-monzon.jpg

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España: El impacto de la realidad virtual en la nueva educación

España / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: El Periódico

La Unesco calcula que en 2025, la demanda de educación, únicamente universitaria, se va a incrementar en unos 80 millones de personas. Los expertos señalan que la única solución viable para cubrir estas necesidades pasa por asociarla a la educación digital. Ante esta previsión se están implementando y buscando soluciones basadas en las posibilidades que ofrece la tecnología y que, según fuentes de Telefónica Educación Digital, la división especializada en soluciones de e-learning de Telefónica, permiten desarrollar programas de transformación tecno-pedagógicas y avanzar hacia nuevas modalidades de capacitación. Destacar que Telefónica Educación Digital tiene más de cuatro millones de alumnos en todas sus plataformas, como Miríadax o Scolartic, y es una de las sociedades que apuestan por proporcionar nuevas herramientas de formación corporativa, educación digital para jóvenes y docentes, y educación digital en el formato de cursos a distancia.

Nuevas herramientas

Los avances tecnológicos de los últimos años han modificado el trabajo, los hábitos de consumo y de ocio, la manera de comunicarnos e informarnos y también están impactando, cada vez más, en los modelos de aprendizaje. De la impresión 3D hasta los juegos digitales pasando por los cursos on line (MOOOCs), las aplicaciones como Skype y las capacidades del big data –que permiten hacer un seguimiento de todo tipo de aspectos educativos– se ha llegado a la implementación de la realidad virtual (VR) que favorece estudiar con un menor esfuerzo, al basarse en la creación de experiencias.

Aunque ligada inicialmente a los videojuegos, la VR está siendo utilizada hoy con otros fines, entre ellos, la educación. Varias escuelas de Europa y Estados Unidos la utilizan para enseñar asignaturas como Biología y Arquitectura. Otro ejemplo es el espacio Tendencias habilitado en la página Telefónica Educación Digital donde se cuelgan experiencias, novedades y protagonistas de la innovación educativa, el talento y las nuevas necesidades formativas para la transformación digital.

Potencialidad

En noviembre de 2015 los colegios Saint John de Boston (Estados Unidos) y Wooranna Park de Melbourne (Australia) celebraron el I Intercambio Cultural de Minecraft a iniciativa de iED, una plataforma de educación inmersiva integrada por instituciones como la Universidad de Harvard, el MIT, la NASA, Intel, la ONU o la Smithsonian Institution, entre otras. Los alumnos de cada centro reprodujeron en el popular juego los lugares y monumentos más destacados de su ciudad. El día del encuentro cada alumno eligió a un colega del otro lado del océano para acompañarle en una visita turística virtual.

La idea de esta experiencia era poner de manifiesto que la VR  permite no solo juegos de niños sino experiencias educativas totales, por ejemplo, pasear por las pirámides durante su construcción acercarse a los capataces, a los trabajadores e incluso al mismo faraón y preguntarles, de viva voz, lo que se desee saber.

Todo es posible puesto que la VR ya es asequible gracias contenidos y gafas como las Cardboard de Google o las Oculus Rift impulsadas por el propio Mark Zuckenberg, presidente de Facebook.  Su progresiva e imparable entrada en las aulas asegura la revolución de la educación.

Proceso educativo

La RV necesita el soporte de técnicos que la desarrollen y faciliten, a creativos que imaginen experiencias motivadoras, y pedagogos que potencien su carácter educativo.

La pedagoga Alicia Cañellas y el técnico audiovisual Jordi Martos han fundado All VR Education. Cañellas considera que la realidad virtual será disruptiva en la educación ya que ‘Facilita a los alumnos las habilidades asociadas a tareas como explorar, comunicar, analizar, interpretar y resolver problemas’. Además, la conexión emocional que ofrece una experiencia inmersiva vivida en primera persona, aumenta la motivación y aporta un mayor impacto en los procesos de aprendizaje.

Estela González, que forma parte de la cooperativa Eduxarxa, y es especialista en innovación educativa destaca la capacidad de la VR para romper las barreras del aula. ‘Es una varita mágica con la que puedes convertir el aula en un laboratorio, en un fondo marino o transportarla a cualquier tiempo histórico’.

Cara a futuro, el reto es crear contenidos de realidad virtual que sean aliados del proceso educativo, Cañellas pide para ello la implicación del profesorado, centros e instituciones educativas. ‘Una actitud 100% abierta para un nuevo marco en que el sistema educativo adopte la práctica experiencial y aproveche las nuevas oportunidades tecnológicas al servicio de la enseñanza y el aprendizaje’.

Creación de contenidos

Baptiste Grève, creador de Unimersiv, una plataforma de experiencias virtuales donde ya se puede disfrutar de un paseo por el interior del cuerpo humano o retroceder a la época de los druidas en Stonehenge, señala lo positivo de esta tecnología dado que el cerebro humano retiene el 10% de lo que lee, el 20% de lo que oye y el 90% de lo que experimenta.

Michael Bodekaer emprendedor y creador de Labster afirma que la VR supondrá un salto cuántico. ‘Los libros y pizarras electrónicos son el mismo formato de siempre usando Internet para llegar a más estudiantes: no son innovación. La realidad virtual sí’. Desde la perspectiva de los desarrolladores de hadware ‘Puedes crear experiencias físicamente imposibles en el mundo real, envolver a la gente con tus escenarios’, explica el diseñador de Google Alex Faaborg, uno de los creadores de Cardboard, el dispositivo de realidad virtual más económico con el que la empresa del buscador quiere hacer esta tecnología accesible para todos. Los contenidos VR se publican en la app Google Expeditions bajo el clarificador lema Bring your lessons to live (Da vida a tus lecciones).

Estamos, por tanto, en los albores de una revolución educativa, un salto cuántico en palabras de Bodekaer, que reside no tanto en la tecnología sino en la decisión de millones de profesores de impulsarla dentro de sus aulas.

Fuente de la Noticia:

http://www.elperiodico.com/es/formacion/20171204/el-impacto-de-la-realidad-virtual-en-la-nueva-educacion-6461200

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7 juegos educativos para regalar esta Navidad

España / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Mar Giner / Fuente: Educación 3.0

La oferta de juegos educativos sigue creciendo sin parar año tras año. Una cuestión lógica si tenemos en cuenta su potencial pedagógico tanto en el aula como en casa. Si no sabes qué regalar estas Navidades, aprovecha estas 7 recomendaciones.

 

Broks: despierta la mente

Este juego de construcción desarrollado por Playbroks que sigue los principios STEM: su objetivo es plantear retos a los pequeños para estimular su imaginación, fomentar el pensamiento, así como que aprendan a través de la prueba y el error. Este juego está pensado para que los más pequeños construyan, toquen y aprendan conceptos físicos, matemáticos o de ingeniería de forma sencilla y divertida.

 

Emoticapsules: 6 cápsulas de emociones

Formado por 6 cápsulas que representan las emociones básicas, permite guardar dibujos y objetos relacionados con cada una de ellas. Creado por Miniland para niños de entre 2 a 6 años, está pensado para favorecer la identificación de las emociones y sentimientos y desarrollar las habilidades para su gestión.

 

 

Perplexus Original: un laberinto de pasatiempos

Su objetivo es ir recorriendo el laberinto con una pequeña bola de acero sorteando obstáculos y retos sin que ésta se salga. ¿Quién será el primero en poner cuidadosamente en el centro la pequeña bola de metal? Para jugar a Parplexus Original hay que ser paciente y tener mucho tacto, lo que permite a los niños de entre 6 y 8 años desarrollar todas sus capacidades de atención y comprensión.

 

 

Emotions Detective: gestiona las emociones con diversión

Un juego de detectives para niños de entre 3 y 6 años que les permite dialogar sobre conflictos cotidianos. Desarrollado por Miniland, este juego potencia la expresión y la gestión de sentimientos y favorece la empatía interpretando cómo se sienten los personajes. Un regalo para que los niños a gestionen sus emociones a la vez que se divierten.

 

 

Yo aprendo a leer: forma palabras y aprende

Un clásico de Diset con el que los niños de entre 5 y 8 años aprenderán a leer, a formar palabras y a deletrear. Se trata de un refuerzo escolar ideal para niños a partir de 5 años que en esta edición trae nuevo contenido, nuevas ilustraciones y nuevo diseño. Un juego educativo para el aprendizaje de la lectura y la escritura con el que ñps niños aprenderán pasándolo en grande.

 

 

Rompecabezas Magnético: juego multifuncional

Un clásico para los niños de más de 3 años que permite a los niños mejorar sus habilidades de percepción de cosas nuevas a través de dibujos magnéticos. Además, trabajarán con la diferenciación del color, una gran ayuda durante la etapa de crecimiento.

 

 

Diversity Hotel: crea ciudadanos responsables

Formar a los niños para que lleguen a ser ciudadanos responsables es esencial. Diversity Hotel fomenta el respeto hacia la diversidad y favorece la igualdad y la integración social de los niños de entre 3 a 6 años. A través de preguntas y respuestas el pequeño irá conociendo diferentes culturas lo que le permitirá familiarizarse con valores relacionados con el respeto y el reconocimiento al otro.

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7 juegos educativos para regalar esta Navidad

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Educación y filosofía: dos caras de la misma moneda en el corazón de nuestra civilización

España / 10 de diciembre de 2017 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: Paideia. Educación y Filosofía

La mayoría de los grandes autores tanto de la tradición específicamente filosófica (por ejemplo Sócrates, Platón, etc.) como de la pedagógica (Paulo Freire) o incluso quienes se sitúan expresamente en ambas (John Dewey) muestran el inextricable vínculo entre lo que, además de ser consideradas disciplinas o materias, yo denomino a menudo “dimensiones” de nuestra civilización: la educación (y la pedagogía o la didáctica), la filosofía y la política. Las tres dimensiones han de presuponer, cada una en particular, la existencia de lo que abren las dos restantes. Este aparente embrollo puede demostrarse con apenas tomar a uno cualquiera de los grandes autores mencionados y estudiarlo a fondo, comprendiendo su alcance. Ellos demuestran en su producción o actividad intelectual la honda relación de los vértices de este triángulo. Aunque también, como se ha hecho en ocasiones, adoptamos la tesis tanto expresada en la historia de las ideas y que hemos captado en el voluminoso libro Paideia de Jaeger, de que en el origen griego de lo que somos, emergen y se “inventan” estas dimensiones, como campos donde se piensa y “produce” mundo, consciente y “creativamente”, con un lenguaje que trata de emanciparse de la emotiva amalgama del mito, alma mater de Occidente.

Es esto lo que vine a esbozar en mi comunicación presentada al reciente Congreso Internacional de Teoría de la Educación (CITE 2017) celebrado en Murcia. Algo que hay que recordar y explicar. En realidad ya lo he ido ampliando en algún escrito en prensa que espera su pronta publicación. El desarrollo de la tesis, en gran parte extraída, como digo, del gran libro de Jaeger es el siguiente:

En el mundo de campesinos y de una élite distinguida de aristócratas, en el siglo VIII a VII a. C. en Grecia, la explicación de la realidad se entendía como dar realce a la realidad y, en términos más humanos y concretos, a la propia sociedad y al modo de vida de aquella época homérica. Se trataba de señalar de un modo apofántico, mostrando antes que explicando, que lo que hay “es obvio”, de sentido común, su valor intrínseco. Es decir, que el mito, modo de conocimiento en estas culturas, muestra y persuade mediante seductoras imágenes antes que demostrar (aunque ya se den en él largas cadenas causales que secularizadas constituirán el pensamiento jonio, según Jaeger). Una mezcla, pues, de lo que hoy son la razón y el arte, lo racional y lo estético; en gran medida, una forma de razón, acaso, pero todavía inconsciente, anónima, colectiva. Un vibrante nervio que aún hoy opera soterrado en la civilización, aunque ahora no matizaremos sobre este asunto.

Este “pre-logos” (ya preñado de logos, anticipándolo) se presentaba como una actividad que teñía de gloria y dolor al mundo, como algo conmovedor y excelso, al modo de un súper-mundo ideal que justificaba el que hay a nuestro alrededor acoplándose al mismo y que por tanto salvaba este alrededor por la fuerza de un encanto (igual que el fatal atractivo de las sirenas). Y justamente era ese “encanto” implantado en el mundo el que impedía otra noción de lo educativo que no fuera la transmisión sobrecogedora de dicho universo mitológico tal cual, en su grandeza, por acción de una potente osmosis seductora, que, sin embargo, también impedía la distancia necesaria para pensar en el sentido actual. Estamos ante esa forma mítica de  adscripción a lo que hay desde el corazón, la muda admiración por lo que uno es y ante lo que es en su irradiante sobreabundancia, en su valor no explicado. Una admiración mucho más propia de lo artístico, de la sensibilidad y la genialidad artística, que muestra y ensalza precisamente dicha sobreabundancia, que de la razón en un sentido analítico y objetivo.

La tradición, entremezclada con sus mitos, lo era todo en aquel mundo homérico y acaso siga siéndolo todo, en el cuasi infinito juego de interpretaciones, relatos o cosmovisiones que nos constituyen y atrapan en la cárcel de oro de una civilización y sus cambiantes culturas. Quiero decir que en asuntos como la búsqueda de un sentido global y un proyecto colectivo cultural-existencial todavía se pueden detectar numerosos elementos propios del mito, cuando se intenta justificar lo que en gran medida resulta injustificable e inexplicable, como son las formas de vida, las naciones, los estamentos sociales, lo heroico, lo valioso en definitiva. Cuando aquel mundo homérico se miró a sí mismo, se topó con la potente pregnancia del mito en su corazón.

Esto se quebró a partir del siglo VII a. C. y sobre todo el VI a. C. Esos siglos fundan nuestro espacio civilizatorio, que se ubica, como decía Jaspers, entre dos enormes inmensidades ignotas, la del hombre de antes (el amplísimo tiempo de la Prehistoria, de unos casi trescientos mil años, según la reciente datación del Homo Sapiens) y el de después de nuestra civilización o la eternidad hueca que nos sucederá. Este hombre ancestral del que no hay apenas rastros vivió acaso inmerso en su propio magma, en fértil caldo de vivas emociones, sensaciones, intensidades y comuniones que son lo propio del existir humano, en un todo sin fisuras. La cristalización de este magma es lo que llamamos cultura. Ésta, en ese tiempo ignoto, se adhería al naciente en un proceso mudo, constante, que la naturalizaba. Así, el ser humano es animal que lo es en el modo de un tener cultura, pero esta era, en definitiva, en aquel tiempo como una segunda naturaleza que replicaba los rasgos de la primera. Lo que estamos diciendo es que en esta untuosa amalgama no podía haber, ni hubo, educación. Porque tampoco hubo  la distancia y brecha que son precisas para que la palabra capte su mundo en la distancia salvadora del concepto, del logos, como razón desnuda. El proceso por lo menos formal de la educación, su entificación en un saber académico, curricular, institucional, no existía, y menos aún, por supuesto, la pedagogía o la didáctica. Había, seguramente, transmisión chamánica y el aprendizaje de ciertas técnicas, pero lo crucial es que se daban sin la mediación racional que hoy se da explícita e implícitamente en los procesos propiamente educativos, sobre todo, por supuesto, en la enseñanza institucionalizada.

Dicho de otro modo, la educación como elección progresivamente consciente, libre, analítica, del propio modo de ser, en la perspectiva de una libertad fundamental, ontológica, era una posibilidad del hombre, pero solo eso. Una posibilidad que para actualizarse requería de lo que llegó en los albores de la civilización y, concretamente, en la Grecia de los inicios de la filosofía. Sólo entonces, mediando el pensamiento, pudo mostrarse, se verbalizara o no, nuestra educabilidad (en términos de la actual pedagogía y teoría de la educación) que es una manera de nombrar el carácter abierto e inacabado de nuestra esencia, o mejor dicho, que nuestra esencia es no tener esencia y ser constitutivamente históricos. Somos antes historicidad que naturaleza. Pero, como digo, solo pudimos comprenderlo y actuar en consecuencia tras el amanecer griego sobre todo o con los albores de la civilización con escritura algo antes, en Oriente Medio, Egipto y quizás ciertas regiones de India, China y tal vez, al parecer, África, algunas ya casi tan olvidadas y perdidas como el inmenso páramo de la Prehistoria anterior.

Hay que puntualizar que aunque nos empeñamos en que pensar y el pensamiento deben definir, bajo el paraguas de la identidad, las cosas no fueron ni son así. El mundo es infinitamente más rico, matizado y rizomático que el corto espacio y tiempo de un momento histórico, una “nación” o incluso una época. En el esfuerzo griego por captar esta cuasi inabarcable diversidad filosóficamente se fundaron varios caminos y ya en ellos se entrevieron las miserias del pensamiento de la identidad o la metafísica del ente y sus fundamentos, que algunos de sus más originales exponentes perfilaron. Como muchas otras civilizaciones, quizás intuyeron los peligros que esto inauguraba (baste todavía hoy explorar desde la antropología etnológica lo que distintas lenguas y pueblos, en sus auto-explicaciones culturales o cosmovisiones, han forjado, en cuanto a modos más próximos a lo diferencial en el ser que a lo idéntico, en el abordaje pre-conceptual o imaginativo de la realidad que llevan a cabo).

La propia realidad cultural, en su sustrato vital, es antes tensiones y vínculos, que aglomeración de “pequeñas identidades”. Lo que resulta en una dinámica continuidad entre espacios y tiempos diversos, civilizaciones que eran en la medida que se perfilaban otras y que devenían en otra cosa, en una explosión de posibilidades culturales (nunca ha habido, realmente, pueblos aislados, señalan los antropólogos y leíamos este verano en el gran filósofo Jaspers, como escribimos en el presente blog). De hecho, una civilización se da básicamente en la grieta que la tensión del propio hombre, la tensión que es ya, en el mundo, el propio hombre, abre en el manso ritmo de la vida mineral, vegetal o incluso animal que están también en él. El hombre está en un suelo, al modo de las piedras y las plantas; se mueve en ese suelo al modo de los animales; y desborda y supera dicho suelo, como sólo él puede hacer, al modo de la cultura, como hacedor de su propio modo de ser, como lo que consiste en trascenderse.

Así que nuestro sustrato cultural es antes escape y extensión que cimento, como contrariamente suele imaginarse. Abona su propia fuga, o sea, es alimento para la aventura. Resulta un oxímoron por tanto (y aquí solo puedo apuntar a este tema que no puedo desarrollar en estas breves líneas) hablar de “identidad” nacional, porque eso o no existe o si existe a la fuerza nos sitúa por debajo de aquello que podemos ser, privándonos del carácter trascendente del ser humano. Por eso los discursos que apelan a “identidades nacionales o culturales” constituyen no ya mitologías, sino todavía menos, un mero sustrato inorgánico donde nos anclamos para, si persistimos en dicho anclaje, acabar muriendo tornándonos no ya simples animales, sino plantas o minerales.

Pues bien, en el “nutriente” que hemos escogido, sin los debidos matices y revisiones de otras civilizaciones, en el “centro” que todavía late en nosotros, en la maravillosa civilización griega, se tornó consciente lo inconsciente, por emplear la analogía con el psicoanálisis. Es decir, sus fuerzas, comenzaron a operar como tensiones creadas, sobre todo, en el giro sobre sí, en el pliegue interrogativo sobre uno mismo.

Se abordó la totalidad de la naranja por medio de su piel desgajada como clave. Esto quiere decir que tanto el lenguaje como la realidad a la que hacían referencia estas incipientes operaciones del intelecto cultural eran “mundos” resecos, una suerte de esqueletos o estructuras lógicas que pretendían sustituir a la realidad, para matematizarla o tornarla conceptos o ideas. Desde estas lógicas y estructuras “ajenas”, en un pensamiento que se esfuerza por erradicar sus imágenes, se podía disponer del mundo con calma. Es un proceso en el que yo no puedo precisar mucho, por mi carencia del necesario conocimiento filológico de la lengua griega. Solo puedo hasta cierto punto apoyarme en argumentos de quienes sí la han conocido bien, como fue Jaeger, señalando su progresiva “filosofización”, en el cuerpo filosófico, en el esquema, que fue emanando de los poderosos vocablos e imágenes impresionantes, terribles, sobrecogedoras, del mito.

Por supuesto el mito nunca desapareció. De hecho, el prestigio de la filosofía entre los griegos, la seductora presencia de la retórica en su cultura (palabra tornada “útil” por su belleza y capacidad persuasiva), el amor por la belleza y la poesía, fueron fantasmas del mito que aún hoy nos acompañan. Están presentes siempre que se requiera de un plus de irradiante magnetismo en los conceptos y teorías, en el mismo halo y admiración que podamos sentir ante la ciencia, en su evidente fuerza estética. Porque nos movemos a fuerza de mito. Los mitos proporcionan un horizonte que añadimos los seres humanos a nuestra existencia, como si tuviéramos la innata necesidad de proyectar o de poner frente a nosotros algo. Es lo que explica que el hombre tienda a crear religiones, pero también arte y, por supuesto, ciencia, lo que le hace dinámico, moviente, aventurero. Su innata voluntad de trascendencia que parece contradecir la otra cara de los mitos como pegamento social, como lo que da cohesión e impermeabilidad a un pueblo. De nuevo, carezco aquí de conocimientos, pero sería interesante discernir ambos elementos, en su aparente contradicción, conservador y trascendente, en distintas mitologías.

Esta cultura griega que de manera insólita pretendió escapar de sus mitos, se giró sobre sí misma, para “mirarse”. Postuló una suerte de distancia entre el pensamiento y quien piensa, que sin adquirir todavía en muchos casos el tinte de dos polos bien diferenciados, como en la Modernidad, trata de alzarse sobre lo propio, sobre lo que uno es, de generar una separación para mirar mejor, sin escindirse todavía como haría siglos después la filosofía cartesiana. El efecto de este movimiento que, propiamente, ya es “pensamiento”, fue, si seguimos el relato de Jaeger, la cosificación, la objetivación de tres dimensiones ónticas que otrora permanecían en profunda ligazón. Estas dimensiones, que ahora obran lúcidamente, es decir, conscientes de su propio obrar y de sus fines, son las que señalábamos al principio: logos/razón/pensamiento o filosofía, por un lado, educación/pedagogía/didáctica, por otro, y política, finalmente. Esto ocurre cuando pensar resulta, en los albores de la filosofía, una tarea que aspira a despojarse de los viejos caldos y hervores del conocimiento chamánico, que se presupone “fría”, palabra que tiende a ir enfriándose, aun cuando en los hombres que la producen no desaparecen las más viejas razones del corazón, o formas más intuitivas, a-lógicas o emocionales de conocimiento. El hombre se despoja de lo que le da miedo, de lo que parece superarle, de las poderosísimas inercias del mito, y solo en alguna medida lo logra, o funda esta ilusión de haberse emancipado de sus mitos.

Pero primero, esta desnaturalización del pensamiento había creado una nueva dimensión existencial y ontológica: la historia. El hombre “crea” la historia y se sabe, desde esa recién nacida capacidad de mirarse postulándose en un punto externo a sí mismo, temporal, cambiante hasta lo más íntimo de sí, como ser ligado al tiempo. Descubre su historicidad. Vimos este pasado verano que así lo señalaba Jaspers. Emerge como animal racional a la vez que histórico. Pero la historia significa mucho más. Su presencia, la historicidad una vez es asumida cuando van “aclarándose” los mitos, opera una desnaturalización de los pregnantes procesos por los que los niños iban encarnando los valores “eternos” de su cultura, su apasionado heroísmo, sus lances, su épica.

Por esta necesidad de tenerse que creer y naturalizar “a la fuerza” unos contenidos culturales alejados, ajenos y humillados en su historicidad, desnaturalizados en su incorporación a los hombres y mujeres, tornados históricos, relativos, la pulsión de re-naturalizarlos que pende sobre nosotros creó en el mundo otra esfera existencial: la educación. Pensar fue la condición para que pudiera darse la educaciónUna dimensión otrora natural, también es ahora histórica, es decir, tornada un “algo” aparte y ya relativo, no eterno, y en esa historización, emerge, nace. El proceso automático, inconsciente, natural, se ha convertido en esfuerzo, planificación, vinculación consciente con los contenidos y el conocimiento guardado por la propia cultura.

Nace el hombre educable que es el que ha “fabricado” su libertad al tomar distancia del (su) mundo cultural, adquiriendo conciencia de su relatividad. Ahora se sabe necesitado de valores y mitos y de que, en su indigencia, ha de absorberlos. La paideia es el producto de esta cosificación de la cultura, que al desnaturalizarse, obliga a un proceso racional educativo para su re-naturalización o encarnación en el sujeto. La educación se torna “racional” y manifiesta una cualidad deliberadamente formativa. Nos hemos de dar forma “racionalmente”, a posta.

Todo lo que antes se daba de un modo no consciente, implícito, automático o inercial, ahora debe pasar el tamiz del logos, debe pronunciarse ese proceso, debe mirarse, y por ello pensar crea la necesidad de ser educados. Se presupone, en el caso griego, un orden que nos ordena, que debe ordenarnos, y educarse consiste en ordenarse según dicho orden cósmico. Dewey va a desarrollar certeramente esta relación por la que este modo de existir como persona libre, o sea, educable, equivale al modo en que se piensa distanciada y libremente el mundo. Educar es ir incorporando este orden y la aspiración al mismo en el niño, un orden que desde el pragmatismo del norteamericano, lo es porque funciona, porque ayuda a mejorar la existencia en todas sus dimensiones, no solo las materiales, porque mejora la vida en definitiva. 

Paulo Freire vinculará también educación y pensamiento, pero de un modo mucho más pormenorizado, con nuevos matices que el pensador norteamericano, que hoy deberíamos recuperar en la pedagogía. Pero en realidad, esta conexión entre pensar/conocer y educar-se (ponerse en disposición de pensar/conocer, realizar y actualizar al ser pensante en una especie de inversión del cogito cartesiano por el que la existencia es lo primero y desde lo que se llega a lo que llamamos conocer o pensar), es algo implícito muchos filósofos, el hecho de que pensar ya nos modula y forma en su actividad, dispone las condiciones (existenciales y metódicas, ambas) para educarse o incluso forja un carácter equilibrado y racional. Pensar será una forma de ser (la de toda una civilización), una forma de ser que hay que conseguir a conciencia y que en el caso de Freire vendrá dada primero por la pura existencia de los hombres, por su vida, y en su momento epistemológico, por la puesta en común mediante el diálogo de los puntos de vista hasta adquirir un lenguaje común (científico) capaz de explicar (conciencia crítica, concientización) la propia forma de vida.

Es decir, Freire, entre otros, nos enseña que hay una conexión entre pensar y modificar la propia existencia, que necesariamente ha de darse dialógicamente, porque si permanecemos en el sujeto individual no podemos superar las estrechas fronteras de un pseudopensamiento subjetivista. Pensar es hacer mundo, conocer el mundo (“leerlo” primero y verbalizar, tornar consciente lo cultural; tomar distancia dialógicamente con la ayuda del “otro” que nos aporta su lenguaje; y explicarlo desde la esforzadamente lograda “objetividad” de la ciencia ahora ya vivenciada). Frente a esto, el pensamiento desconectado de su mundo crea la ilusión de una falsa objetividad ante cuyas inercias el sujeto no se muestra consciente. Aunque al sujeto las “verdades” le parezcan inmutables (en una fatal vuelta de lo histórico a lo natural pero sin la mediación del pensamiento o la educación en un sentido liberador que forme al hombre de un modo lúcido y cabal), eso no pasa de ser una mera ilusión, porque en realidad lo que sufre es la ceguera por la que no puede ver las realidades subyacentes u ocultas bajo la máscara de una falsa objetividad. La pedagogía de Freire es, de hecho, el arduo esfuerzo que al educarse hacen los hombres por “conquistar” el/su mundo y vincularse a la realidad conscientemente, por ser dueños y hacedores de su conocimiento, por ir pensando lo que se va haciendo; el sujeto y su mundo en consciente interrelación. O, dicho de otro modo que nos evoca la base también existencialista y fenomenológica de Freire, al educarse/pensar la conciencia ilumina su dirección, hace visibles los intereses que la movilizan, por qué “mira” y “comprende” de tal manera el mundo.

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https://educayfilosofa.blogspot.mx/2017/12/normal-0-21-false-false-false-es-x-none.html

Fuente de la Imagen:

https://sites.google.com/site/profangelecheverria/filosofia-de-la-educacion-1

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Libro: Los EDUkits de la Escuela de Educación Disruptiva

España / 10 de diciembre de 2017  / Autor: Clara Megías / Fuente: Fundación Telefónica

Un EDUkit es un conjunto de materiales didácticos que sorprende y extraña, despertando así el interés y la motivación en los alumnos. Para guiar e inspirar a los docentes en el comienzo de la autoedición de sus propios EDUkits, Fundación Telefónica ha editado esta guía.

El cuaderno se encuentra dividido en dos partes. La primera de ellas se dedica a explicar el concepto innovador de “EDUkit” y desarrolla cómo concebir uno, y la segunda desgrana uno a uno, a modo de ejemplos prácticos, los nueve EDUKits que se emplearon en la Escuela de Educación Disruptiva, un espacio de reflexión sobre innovación educativa organizado por Fundación Telefónica y docentes de la Universidad Complutense de Madrid.

Link para la descarga:

https://publiadmin.fundaciontelefonica.com/index.php/publicaciones/add_descargas?tipo_fichero=pdf&idioma_fichero=es_es&title=Los+EDUkits+de+la+Escuela+de+Educaci%C3%B3n+Disruptiva&code=573&lang=es&file=EDUkits.pdf&_ga=2.110538949.1972619494.1512623896-2066301662.1508297871

Fuente de la Reseña:

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Educación destina 23,3 millones a la mejora del sistema escolar de las Islas.

El Consejo de Ministros acuerda el reparto de fondos regional para libros de texto, asociaciones de padres y prevención del abandono, entre otros.

Por: Laopinion.es

Canarias recibirá unos 23 millones de euros más para diversos programas educativos, según el reparto aprobado ayer en el Consejo de Ministros. En concreto, a las Islas le corresponden 23.387.600,55 euros de los más de 392 que se distribuirán entre todas las comunidades.

El Archipiélago dispondrá de estas partidas ministeriales para acciones encaminadas a mejorar la el sistema educativo, entre las que destaca la partida para libros de texto que ene l caso de las Islas asciende a 3.413.747. Otros 129.983 euros irán para Acciones de Calidad de Formación Profesional, 982.067 al Programa Proeducar (para la reducción del abandono temprano de la educación y la formación) ,y 11.558 para las Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ampas)

Asimismo, en materia puramente académica, Canarias contará con otros 10,3 millones de euros a Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y 8,5 millones a Formación Profesional Básica, según el reparto acordado con las propias comunidades en la Comisión General de Educación celebrada el pasado 27 de noviembre. A ello se sumarían los fondos del Ministerio de Educación en concepto de becas y ayudas al estudio a alumnos canarios, por un importe de 72.463.895,97 durante el curso pasado.

En un comunicado, el Ministerio de Educación señaló que estas cifras suponen «la recuperación de los Programas de Cooperación Territorial en Educación, cuyo importe se había minorado durante el periodo de recesión económica, así como el mayor importe de distribución territorial a las comunidades autónomas en los últimos años».

Los 70,9 millones de euros aprobados hoy se suman a los 321,4 millones de euros que el Consejo de Ministros aprobó el pasado día 10 para la implantación de los nuevos ciclos de FP Básica y de opciones de enseñanzas académicas y aplicadas en la ESO. El Ministerio concluye que el total de crédito aportado a las comunidades en 2017 es de 392,3 millones de euros, 25 más que en 2016.

Fuente: http://www.laopinion.es/sociedad/2017/12/02/educacion-destina-23-millones-mejora/830959.html

Imagen: http://fotos02.laopinion.es/2017/12/02/328×206/educacion-destina-1.jpg

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La excelencia educativa como prioridad.

Por: Myriam Z. Albéniz .

Por suerte tengo edad suficiente para poder establecer una comparativa entre mi época escolar -en la década de los setenta- y la de mis hijos -el más pequeño, terminando el ciclo de ESO-. Con apenas cinco años acudí al colegio por primera vez y a lo largo de trece cursos fui destinataria de un modelo educativo que, además de incidir en la importancia del conocimiento, aspiraba como objetivo principal a inculcarnos una serie de valores imprescindibles para la formación de la persona, como el esfuerzo, la responsabilidad y el respeto. No se puede negar que, en ocasiones, el sistema hacía aguas -la perfección no existe- pero, en términos generales, quienes formamos parte de aquellas generaciones anteriores a la Logse no deberíamos quejarnos demasiado a este respecto.

Recuerdo con claridad que nuestros temarios eran más extensos que los actuales. Nos obligaban a leer libros al completo, en vez de la selección de textos de hoy en día, ideada con la absurda pretensión de no agotar a los alumnos con tan, al parecer, ardua tarea. No existía este actual afán por el localismo, y la cultura general que adquiríamos era justamente eso, general, e incomparablemente más amplia que la actual. Ahora, testigo de primera mano de la evolución académica de los chavales, me llena de perplejidad comprobar cómo las cabezas pensantes de los sucesivos Ministerios de Educación del último cuarto de siglo se siguen empeñando en inventar la pólvora cuando, salvo casos excepcionales, la lógica debería imponerse: si estudias, apruebas y si no estudias, suspendes.

En mi época no se progresaba adecuadamente ni se necesitaba mejorar. Los profesores se limitaban a valorar del 1 al 10, con lo que facilitaban tanto a alumnos como a padres la comprensión del mensaje recibido. De este modo, se ponían de manifiesto las mejores capacidades o las mayores habilidades de cada alumno para enfrentarse a determinadas materias y, con datos objetivos, era posible decidirse por un futuro científico, humanístico, laboral o de otra índole. De más está decir que las malas notas no eran motivo suficiente para acudir a la consulta de un psicoterapeuta infantil. La temida bronca casera se revelaba como la más eficaz de las terapias. Los adultos apenas frecuentaban los colegios y no existía la costumbre de las reuniones de principio de curso, ni de las entregas de notas en mano, ni de las horas de tutoría obligatoria. En compensación, los maestros se alzaban como referentes cuya autoridad nadie discutía.

Sin embargo, a día de hoy, el de los docentes es uno de los colectivos profesionales con un incremento superior de bajas por enfermedad laboral y un considerable número de sus integrantes ha perdido la ilusión por el desempeño de una profesión eminentemente vocacional, sintiéndose inermes a la hora de enfrentarse, por un lado, al aumento de faltas de respeto de niños y adolescentes y, por otro, a reclamaciones paternas a menudo extemporáneas y carentes de fundamento. Es muy decepcionante comprobar cómo los cerebros de estas políticas educativas de nuevo cuño han decidido que las jóvenes generaciones se igualen por lo bajo, de tal manera que quienes se esfuerzan, poseen talento y ganas de aprender se ven sin apenas alicientes cuando comprueban que sus compañeros de pupitre, gracias a los progresistas criterios de calificación de los centros escolares (actitud del alumno, observación en el aula, exposiciones orales y escritas, pruebas de evaluación continua?), obtienen unos réditos muy similares a los suyos con una mínima dedicación al estudio. En España, aspirar a la excelencia se contempla, en el mejor de los casos, como una utopía y, en el peor, como la pretensión de cuatro pedantes pasados de moda. Personalmente, no puedo entender que el alarmante puesto que en este ámbito ocupa nuestro país en relación al resto de los estados europeos no conlleve de una vez por todas a la urgente firma de un Pacto de Estado por la Educación serio, riguroso y libre de manipulaciones políticas. Porque quienes están llamados a sucedernos no merecen menos.

Fuente: http://www.laopinion.es/opinion/2017/12/01/excelencia-educativa-prioridad/830561.html

Imagen: https://compartirpalabramaestra.org/sites/default/files/field/image/santander-comprometido-con-la-ruta-de-la-excelencia-educativa.jpg

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