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Chile: Es gratis. Una iniciativa en escuelas pone de cabeza los estereotipos de género

América del Sur/Chile/

Mientras acaba de ganar un premio Lola Mora por su podcast, Mujeres Que No Fueron Tapa (MQNFT) celebra el segundo año de su Festival de Hackeo de Estereotipos en Escuelas.

El "Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas" dura hasta el 30 de noviembre, con actividades pedagógicas gratuitas para que los docentes lleven a las aulas. Foto: MQNFT.

El «Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas» dura hasta el 30 de noviembre, con actividades pedagógicas gratuitas para que los docentes lleven a las aulas. Foto: MQNFT.

La “artivista” que te muestra una realidad que no ves

«Nos convocaban y nos pedían materiales y guías desde escuelas y espacios de educación. Cuando charlábamos e intercambiábamos con docentes, nos encontrábamos que muchas veces les estudiantes tenían, en teoría, una idea sobre estos temas, pero lo que no registraban era, y es, cómo todas estas construcciones culturales operan en sus propias vidas. Por eso, llevar estas conversaciones a sus biografías, a sus consumos, es lo que nosotras creemos que realmente puede hackear esa construcción», dice la fundadora de MQNFT a Entremujeres Clarín.

La inscripción al "Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas" se encuentra abierta para escuelas, docentes y alumnos de América Latina y países de habla hispana que quieran participar. Foto: MQNFT.

La inscripción al «Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas» se encuentra abierta para escuelas, docentes y alumnos de América Latina y países de habla hispana que quieran participar. Foto: MQNFT.

«Los estereotipos de género y estándares de belleza son indispensables y esenciales para reproducir este orden social. Por eso, es indispensable hacerlos visibles y hacer visible eso como causa del malestar y la vergüenza que sentimos por estos mensajes que recibimos todo el tiempo que nos están diciendo que como somos no está bien. Creemos que en estas actividades se crea un espacio sensible donde, además de desarrollar el pensamiento crítico, es posible aliviar el malestar que la cultura nos genera, sobre todo, al darnos cuenta de que no somos nosotres quienes estamos mal, no es nuestro cuerpo, ni nuestro deseo: es el modelo que se nos impone. Ese modelo, esos estereotipos de género que reproducen la desigualdad y construyen inseguridad y vergüenza, tienen profunda incidencia en el bullying, la bulimia, la anorexia​, la depresión infantil y adolescente», desarrolla Lala, también oradora TEDx.

La abogada y artivista Lala Pasquinelli fundó en 2015 esta iniciativa, que es cada vez más robusta y potente y que este año celebra su segundo año de deconstrucción de estereotipos en colegios, con su "Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas". Foto: MQNFT.

La abogada y artivista Lala Pasquinelli fundó en 2015 esta iniciativa, que es cada vez más robusta y potente y que este año celebra su segundo año de deconstrucción de estereotipos en colegios, con su «Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas». Foto: MQNFT.

En la edición 2018 se inscribieron 500 escuelas secundarias de todo el país, Ecuador y Colombia y más de 16 mil estudiantes atravesaron la experiencia de hackeo; la mayoría de las escuelas volvió a sumarse este año. En esta edición y por la repercusión en otros ámbitos educativos, añadieron propuestas para otros niveles, por lo que se dirigen no solo a secundarios, sino también a escuelas primarias, institutos de formación y espacios de educación popular, y esperan alcanzar mil instituciones.

"Creemos que en estas actividades se crea un espacio sensible donde, además de desarrollar el pensamiento crítico, es posible aliviar el malestar que la cultura nos genera, sobre todo, al darnos cuenta de que no somos nosotres quienes estamos mal, no es nuestro cuerpo, ni nuestro deseo: es el modelo que se nos impone", dice Lala.  Foto: MQNFT.

«Creemos que en estas actividades se crea un espacio sensible donde, además de desarrollar el pensamiento crítico, es posible aliviar el malestar que la cultura nos genera, sobre todo, al darnos cuenta de que no somos nosotres quienes estamos mal, no es nuestro cuerpo, ni nuestro deseo: es el modelo que se nos impone», dice Lala. Foto: MQNFT.

Este año incorporaron alianzas con otras organizaciones, como Fundación PH15 y Wikimedia Argentina. También se sumó Chicas en Tecnología, quienes aportaron la actividad de «hackeo de influencers que, además de analizar en esa clave de estereotipos y estándares de belleza los consumos de redes, interpelan sobre lo que les generan estos consumos: ¿Cómo se sienten viendo lo que ven?» Editorial Chirimbote, por su parte, aportó el «hackeo de canciones, donde trabajan llevando el análisis sobre estereotipos que hacen en la primera parte de la actividad, a las canciones y artistas que consumen, proponiéndoles que las transformen».

El "Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas" dura hasta el 30 de noviembre, con actividades pedagógicas gratuitas para que los docentes lleven a las aulas. Foto: MQNFT.

El «Festival de Hackeo de Revistas en las Escuelas» dura hasta el 30 de noviembre, con actividades pedagógicas gratuitas para que los docentes lleven a las aulas. Foto: MQNFT.

Geena Davis: "Thelma y Louise iba a cambiar todo, pero nada de eso pasó"
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«Hoy circula es mucha información y, dependiendo del contexto, es probable que los y las alumnas sepan algo de estereotipos de género, pero eso no implica que puedan entender cómo esto incide e influye en sus biografías, en su incomodidad y en la violencia que sufren en sus cuerpos, y que también reproducen. Porque, en definitiva, el bullying, la bulimia, la anorexia, o la depresión infantil y adolescente tienen muchas veces un anclaje fuerte en estos modelos de cuerpos y subjetividades que son híper homogéneos y cerrados», dice Lala.

"Los estereotipos de género y estándares de belleza son indispensables y esenciales para reproducir este orden social. Por eso, es indispensable hacerlos visibles", dice Lala Pasquinelli. Foto: MQNFT.

«Los estereotipos de género y estándares de belleza son indispensables y esenciales para reproducir este orden social. Por eso, es indispensable hacerlos visibles», dice Lala Pasquinelli. Foto: MQNFT.

Hacia un uniforme sin género en las escuelas

«Por ejemplo, en el caso de las niñas y adolescentes que crecen mirando un solo modelo de cuerpo y subjetividad de mujer que es el que da la visibilidad y funciona como llave para el acceso a todo lo que se supone que es el ‘éxito’ en la vida de las mujeres -según este modelo-, es decir, la maternidad y el amor heterosexual. Al mismo tiempo, empezó a pasar algo de esto también con el modelo de cuerpo de los varones jóvenes -no a nivel de la desnudez que se les exige a las mujeres, pero sí en el sentido de la homogeneidad-«.

"Los estereotipos de género y estándares de belleza son indispensables y esenciales para reproducir este orden social. Por eso, es indispensable hacerlos visibles", dice Lala Pasquinelli. Foto: MQNFT.

«Los estereotipos de género y estándares de belleza son indispensables y esenciales para reproducir este orden social. Por eso, es indispensable hacerlos visibles», dice Lala Pasquinelli. Foto: MQNFT.

¿Qué dicen los chicos? Algunos comentarios: «Fue reflexivo; no estoy acostumbrada a tomarme el tiempo para pensar que es lo que me hace feliz y ser yo misma y es importante saberlo, ya que te deja en claro donde tenés que poner tus energías y a qué debés darle mayor prioridad». «Participar del hackeo te hace dar cuenta de muchas cosas que están normalizadas y que solo las hacemos para encajar en la sociedad cuando realmente no está bien y no nos termina beneficiando». «Me ayudó a comprender cómo los estereotipos afectan a las personas, a conocer mejor a mis compañeros y su forma de ver las cosas».

Noticias: https://www.clarin.com/entremujeres/genero/poner-cabeza-estereotipos-genero-gratis_0_ZRgDA_GZ.html

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10 cortometrajes sobre igualdad y no discriminación

Por: Educación 3.0. 

¿Habéis tenido la oportunidad de trabajar en el aula la igualdad y no discriminación? Si es así, ¿qué recursos habéis utilizado? En EDUCACIÓN 3.0 apostamos una vez más por el formato del cortometraje, proponiéndoos la siguiente selección de cortometrajes sobre  igualdad. Si conocéis otros, ¡no dudéis en compartirlos! 

Cortometrajes sobre igualdad y no discriminación para el aula y casa

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Este vídeo forma parte de una campaña que quiere desterrar el mensaje negativo que se esconde tras la expresión ‘hacer las cosas como una niña’. Para ello plantea a sus participantes una serie de situaciones que deben desarrollar y, a continuación, preguntan a un grupo de niñas y mujeres su percepción acerca de cuando oyen estás palabras.

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A pesar de no ser un cortometraje, hemos creído interesante incluir este vídeo. Su protagonista es la pequeña Daisy, quien muestra cómo son los mensajes que aparecen en unas camisetas según sean para chicas o chicos. En el caso de ellas, textos como ‘Hey’, ‘Hermosa’ o ‘Me siento fabulosa’ son habituales. Para ellos, lo modelos que muestra incluyen mensajes como ‘Las aventuras en el desierto te esperan’ o ‘Héroe’. Daisy reflexiona sobre esta situación y lo que le parece.

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Este cortometraje de animación 3D e imagen real busca concienciar sobre los estereotipos de género en los cuentos y reivindicar el poder de la imaginación para derribarlos. Está protagonizado por una niña que imagina un cuento de princesas donde las chicas pueden ser pilotos, las carrozas son coches deportivos y los bailes en palacio son en realidad emocionantes carreras. Se ha inspirado en la historia real de Michèle Mouton, piloto de Audi y la primera mujer en ganar una carrera del Campeonato Mundial de Rally en 1981.

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Se trata del vídeo oficial del proyecto de coeducación ‘La peluca de Luca’ y su deseo de romper y eliminar los prejuicios y estereotipos vinculados al género masculino y femenino para favorecer la igualdad y no discriminación.

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“No nos hagas de menos y no piensen que por que somos niñas no vamos a jugar bien”. Esta frase es un extracto de uno de los diálogos incluidos en esta propuesta animada de valor educativo. Reflexiona acerca de la igualdad y la no discriminación en el deporte entre los niños.

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6Zero

Rodado con la técnica del stop-motion, se trata de un cortometraje que habla de la discriminación y la capacidad de superación que tienen las personas. En el universo que se refleja en esta cinta, cada persona al nacer tiene un número que le acompañará de por bien y en función de éste su destino (por decirlo de alguna manera) queda establecido. Por eso, la que nace con el número 0 sabe que acabará siendo marginada por el resto. Pero la vida siempre te puede sorprender…

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Estamos acostumbrados al conocido cuento infantil de los Hermanos Grimm, ¿pero que os parecería darle una vuelta?Entonces, no os podéis perder esta propuesta que ha sido adaptada a las diferencias de género. Su contenido, por otro lado, os vendrá bien si estáis pensando en tratar temas de diversidad.

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Gracias a este cortometraje escrito y dirigido por Diego García, además de trabajar con los estudiantes el valor de educar en la igualdad, lo podéis aprovechar para abordar otros temas de interés como el respeto y la tolerancia. La fotografía de esta propuesta, que también trata la violencia de género, resulta exquisita.

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9Swing of Change

Ambientado en la ciudad de Nueva York de los años 30, el protagonista de este largometraje es un barbero llamado Harry que no acepta a las personas de raza negra. Pero un día todo cambia y esa actitud racista derivará hacia el respeto e igualdad de las personas con independencia de su color de piel.

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El Príncipe Ceniciento es un libro que fue escrito por Babette Cole y posteriormente fue adaptado al formato audiovisual a través de esta pieza. Propone una versión diferente y divertida de la Cenicienta: lo hace con mucho humor, elimina estereotipos y deja entrever como las labores del hogar es cosa tanto de hombres como de mujeres.

Fuente del documento: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/cortometrajes-abordar-igualdad-no-discriminacion/61739.html

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El Reino Unido prohíbe los estereotipos de género en la publicidad

Europa/Reino Unido/20 Junio 2019/Fuente: Nytimes

Hombres que no saben cambiar pañales, mujeres que hacen labores domésticas mientras los hombres están cómodamente sentados en el sofá, mujeres que no saben estacionarse: escenas como estas, que se basan en estereotipos de género, están prohibidas de ahora en adelante en la publicidad británica. La entidad reguladora de la publicidad en el Reino Unido anunció los cambios en diciembre, pero a las empresas se les otorgó un periodo de ajuste de seis meses antes de que entraran en vigor.

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La Autoridad de los Estándares para la Publicidad del Reino Unido dijo en una declaración que también prohibiría anuncios que relacionen características físicas con el éxito romántico o social; que asignen características de personalidad estereotípicas a los niños y las niñas, como la valentía para los niños y la ternura para las niñas; que sugieran que las nuevas madres deben anteponer su aspecto o la limpieza del hogar a su salud emocional, y que se burlen de los hombres por ser malos en labores estereotípicamente “femeninas”, como aspirar, lavar la ropa o cuidar a los hijos.

Los lineamientos se desarrollaron después de que un informe del regulador encontró que la retórica y las imágenes que estereotipan géneros “puede provocar desigualdad de género en los aspectos tanto públicos como privados de la vida de las personas”. El informe surgió al poco tiempo de que hubo algunos anuncios británicos que perpetuaron suposiciones negativas sobre las mujeres, como uno de Protein World, una bebida para bajar de peso, en el que al lado de una modelo que vestía un bikini estaba la pregunta: “¿Tu cuerpo está listo para la playa?”. Los afiches inspiraron una petición en Change.org con más de setenta mil firmas para exigir que se retiraran los carteles.

La Autoridad de los Estándares para la Publicidad tiene fama de prohibir imágenes que le parecen ofensivas: en 2016, el grupo regulatorio tomó medidas enérgicas contra Gucci por emplear a una modelo que se veía “excesivamente delgada” en una campaña publicitaria y, en 2017, prohibió un comercial de Rimmel en el que salía la modelo Cara Delevingne por estar tan retocado que podía ser engañoso para el televidente. (El regulador insistió en que las pestañas de Delevingne eran descomunalmente voluminosas en el video). Más recientemente, el regulador criticó un anuncio de un concesionario de Porsche por cosificación: en la publicidad, las piernas y el torso de una mujer se asoman por debajo del carro y se lee el eslogan “Servicio atractivo”.

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Con los nuevos lineamientos, el Reino Unido se une a países como Bélgica, Francia, Finlandia, Grecia, Noruega, Sudáfrica e India que tienen leyes o códigos con diversos grados y edades que impiden la discriminación de género en la publicidad. Por ejemplo, Noruega ha tenido una ley que prohíbe el sexismo en anuncios desde 1978. Una ley española de 2004 en contra de la violencia de género prohíbe que los anuncios publicitarios muestren imágenes degradantes del cuerpo femenino, y los códigos austriacos consideran que las caracterizaciones que reducen a las personas a su sexualidad son discriminatorias. En Estados Unidos, solo el grupo que supervisa los anuncios dirigidos a niños ofrece lineamientos sobre los estereotipos en la publicidad.

Las compañías están haciendo frente al problema del sexismo en la publicidad también por su cuenta. En 2017, el gigante de los productos de consumo Unilever se asoció con ONU Mujeres y una serie de empresas importantes, como Google, Johnson & Johnson y Mars, para crear Unstereotype Alliance, que busca educar a las personas sobre cómo la publicidad perpetúa los prejuicios.

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El Instituto Geena Davis sobre Género en los Medios trabajó con Google para analizar más de dos mil comerciales en lengua inglesa: descubrió que entre 2006 y 2016 el número de personajes femeninos en la publicidad en video fue prácticamente el mismo. El tiempo en pantalla de los hombres fue cuatro veces mayor al de las mujeres y los hombres hablaron siete veces más que las mujeres. Mientras que los anuncios donde solo aparecían hombres sumaban un cuarto del total, aquellos en los que solo había mujeres fueron solo un cinco por ciento del total.

Un informe de Lloyds Banking Group en 2016 reveló datos similares, pues halló que solo un tercio de las personas que se veían en los anuncios eran mujeres. Rara vez ocupaban puestos de poder y, cuando lo hacían, el “papel solía estar vinculado a la seducción, la belleza o la maternidad”

Fuente: https://www.nytimes.com/es/2019/06/19/estereotipos-de-genero-publicidad/

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La educación sexual también tiene que enseñar qué es el amor

Por:  saposyprincesas.elmundo.es.

En la mente de todos los padres aparece una pregunta recurrente, ¿cuándo debo hablar de sexo con mis hijos? Desde la infancia aparecen las primeras dudas sobre las diferencias anatómicas y cómo funcionan cada unos de los aparatos reproductores. Otra cuestión frecuente es, “¿de dónde vienen los niños?” Y la respuesta nos pone en un compromiso porque no sabemos cómo responder a los pequeños a esta curiosidad tan natural. Quizás, el hecho de que sea un tema tabú es uno de los problemas por los que no sabemos cómo abordarlo y los niños crecen desinformados y buscando su educación sexual fuera del entorno familiar, por ejemplo a través de Internet o la pornografía.

Y aquí está uno de los problemas claves, quizás estas referencias (poco realistas por su contenido) son las únicas que ellos tienen y desarrollan de una manera incorrecta. A través de estos métodos, quizás aprendan la parte más mecánica, pero ¿qué hay de la parte ética y emocional que envuelve esta parte de la vida de todo ser humano? Cada vez más voces se alzan a favor de una educación sexual que también enseñe a amar y a respetar, sin importar el género o la orientación de cada uno.

Además, ante la creciente aparición de violencia de género durante la pubertad y la juventud, es fundamental enseñarles en qué consiste una pareja sana basada en valores. De hecho, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Columbia titulado ‘La Iniciativa de Salud Sexual para Fomentar la Transformación’ apoya la importancia de orientar a los estudiantes para que construyan relaciones sentimentales basadas en el bienestar y alejadas de los estereotipos de género. Según este informe, esto podría minimizar los casos de acoso y agresión entre los más jóvenes.

Los adultos tienen una papel fundamental en la educación sexual de los jóvenes

Educación sexual: menos clases prácticas y más conversaciones profundas

En España, la educación sexual en la escuela es escasa, y en los casos en los que hay algún taller, se centra sobre todo en la prevención de ETS y el empleo de anticonceptivos. Y aunque esta labor es completamente necesaria a la hora de informar a los más jóvenes para que practiquen sexo seguro, no es lo único que se debe abordar. Y es que las nuevas generaciones está adelantando la edad media a la hora de mantener la primera relación.

Según el último estudio de la Sociedad Española de Contracepción (SEC), “la edad de inicio osciló entre los 19,4 años en el caso de las mujeres que actualmente tienen de 45 a 49 años, y los 16,37 de las mujeres que tienen entre 15 y 19”. Esto significa un salto de 3 años y una gran diferencia en el desarrollo físico y emocional de las chicas. Ante esta situación, es fundamental mantener una charla para que comprendan de manera más profunda cómo funciona su sexualidad y cómo ejercerla con total libertad, desde el respeto y la igualdad.

Informes como el que ha publicado Making Caring Common, un proyecto de la Universidad de Harvard, advierten sobre el papel que tienen los adultos, ya sean padres, docentes, psicólogos u orientadores en la educación sexual. El texto titulado ‘La charla’ habla de cómo los adultos debemos prevenir la misoginia y el acoso, ya que son unos de los principales problemas a los que se enfrentan los jóvenes, además de evitar situaciones de violencia o degradación.

Enseñar a amar es parte de la educación sexual de los jóvenes

Hay que hablar sobre el amor

Los adolescentes deben entender que hay una diferencia entre la atracción física y el amor. Los adultos deben aprovechar su sabiduría y compartirla con sus hijos mediante un lenguaje apropiado. Además, deben abordar temas como la diferencia entre el encaprichamiento, el amor y las relaciones obsesivas y tóxicas.

Enseñarles a distinguir las relaciones saludables de las que no lo son

Una buena manera de hacerlo es repasar ejemplos tanto en la vida real como en los medios de comunicación y series de ficción. Hablar con ellos sobre cómo creen que son esas relaciones y qué valores debería tener una pareja que se respeta y se ama.

¿Qué es el respeto?

Emplear frases como “hay que tratar a tu pareja con respeto” no es suficiente. Muchos adolescentes no entienden en qué consiste y realmente no saben diferenciarlo. Por eso, la educación sexual debe ir más allá y ser un tema de conversación constante entre adultos y jóvenes. Es responsabilidad de los más mayores identificar y transmitir qué situaciones no son adecuadas. Por ejemplo, controlar a través del teléfono móvil o insultar y degradar por motivos de sexo son algunas conductas que se deben contrarrestar.

Ser una parte activa

A la hora de evitar malas conductas es fundamental que los adultos se involucren y llamen la atención ante comportamientos desagradables. Para los jóvenes, el silencio puede ser entendido como permiso y aprobación de esos gestos. Entablar diálogos con los adolescentes, y entre los padres y la escuela es fundamental para ayudarles a desarrollar su sexualidad de la manera adecuada.

Fuente de la reseña: https://saposyprincesas.elmundo.es/bienestar/psicologia-infantil/educacion-sexual-relaciones-adolescentes/

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La universidad constata que ella también segrega por clase social y género

Por: Victor Saura

Sólo el 10% de universitarios proviene de una familia con un bajo capital educativo. Prácticamente el 60% pueden estudiar porque los padres lo pagan todo o casi. Y las mujeres son el 62% del alumnado, pero en determinadas carreras no llegan ni al 20%. Estas son algunos de los datos del estudio Vía Universitaria, que hoy ha presentado la Red Vives.

“La universidad en España ha avanzado mucho en los últimos 50 años en términos de masificación, y no es tan elitista como otros países de nuestro entorno como Alemania o Francia, pero aún está lejos de la equidad”. Esta es, según Antonio Ariño, catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia, una de las principales conclusiones del segundo estudio Vía Universitaria, realizado por la Red Vives (que reúne las 22 universidades, públicas y privadas, del ámbito lingüístico catalán) , sobre una muestra de más de 41.000 encuestas realizadas a estudiantes de grado y máster de estas universidades. Las otras dos grandes conclusiones son que la diversidad del alumnado va en aumento y que, a pesar de la revolución digital, la innovación es prácticamente testimonial, ya que sólo el 5% de los estudiantes afirman que sus profesores utilizan metodologías innovadoras.

¿Y por qué está lejos de la equidad? El estudio concluye que la proporción de niveles formativos de la sociedad no se traslada a la universidad. Mientras que en la sociedad el 40% de la población tendría un capital educativo bajo, en la universidad este porcentaje a penas supera el 10%. A la hora de definir las clases sociales (y dividirlas en alta, media y baja), el estudio tiene en cuenta sobre todo el nivel formativo de los padres y su tipo de empleo, más que la renta familiar, que no se pregunta a los encuestados. Esta inequidad se acentúa en las ingenierías y carreras científicas, donde el porcentaje de alumnos con progenitores de nivel formativo bajo es inferior que en las ramas de ciencias sociales y humanidades.

“No es que en la universidad no haya igualdad, porque en este caso estaríamos diciendo que no corrige las desigualdades sociales, sino que ni siquiera hay equidad; queda mucho camino para llegar a la equidad y no digamos ya a la igualdad”, explica Ariño, uno de los codirectores del estudio, junto con Miquel Martínez (Educación UB), Ramon Llopis (Sociología UV), y Ernest Pons (Estadística UB), y con la dirección técnica de Anna Prades, jefe de proyectos de AQU Catalunya (Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña).

Costes y beneficios: el efecto Mateo

El estudio también constata que el coste de la universidad (concepto que incluye la matrícula, pero también la manutención: alquiler, comida, transporte, etc) se financia gracias al dinero de los padres y madres. En el caso de los estudiantes de grado, el 58% del volumen de la financiación sale de las familias, el 18% de becas y el 20% de ingresos procedentes del trabajo (sea durante el curso o las vacaciones). El resto, testimonial, son préstamos, la pareja y otros. En el caso de los estudiantes de máster, los porcentajes varían, pero todavía la familia es la fuente principal de financiación. En cuanto al lugar donde viven los estudiantes, el 62% lo hace en casa de sus padres, un porcentaje que sitúa a España (si la muestra de la Red Vives se puede extrapolar al conjunto del Estado) al lado de países como Italia (69%), Georgia (65%), Albania y Croacia (51% ambos), muy lejos de la media europea (36%) y aún más de países como Finlandia (4%), Dinamarca (8%) o Noruega ( 9%).

La movilidad internacional sería otra fuente de inequidad. A pesar de que la totalidad de los alumnos encuestados pertenecen a estudios enmarcados en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), lo que no ocurría con el primer Vía Universitaria, sólo un 8% declara haber hecho movilidad internacional (básicamente, el programa Erasmus), si bien un 37% afirma que piensa hacerlo. Pero el estudio también constata que, dentro de este 8%, la clase social alta está sobrerrepresentada, porque, nuevamente, su financiación se basa principalmente en los progenitores. “Si a la universidad ya sólo llega una cierta élite, en el caso de la movilidad ya es una selección de la selección -dice Ariño-, y así es como determinadas personas van acumulando beneficios y las oportunidades llegan sobre todo a los que ya tienen mejores condiciones, consolidando así el efecto Mateo”, expresión inspirada en una frase del Evangelio de Mateo y muy usada por los sociólogos para definir aquellos procesos que hacen que los ricos sean más ricos y los pobres, más pobres.

El acceso a la universidad también permite hablar de efecto Mateo. En relación al primer estudio, ha aumentado el porcentaje de alumnos que accede a la universidad a través de las PAU (del 67,4% en 2015 el 82,4% en 2018), y han caído los que lo hacen desde un ciclo formativo de grado superior o mediante el acceso a los mayores de 25 años, lo que lleva a los investigadores a afirmar que “se va en la dirección contraria al objetivo”, ya que el sistema no es lo suficientemente flexible para atraer la interés de estudiantes de más edad o clase social baja.

La ‘síndrome de la impostora’

En los estudios de salud las mujeres representan alrededor del 70% del alumnado. E los de educación e intervención social rozan el 80%. En el conjunto de la población universitaria las mujeres representan el 62% del total. En cambio, en las ingenierías, la mayor parte de los alumnos son hombres y, en algunos casos, como el de las TIC, sólo el 16,8% son mujeres. De ahí que el estudio Vía Universitaria concluya que “las carreras reproducen las tareas del ámbito doméstico marcadas por el género”. “Las mujeres se orientan hacia las áreas de salud y de cuidado, mientras que los hombres lo hacen hacia aquellos estudios que tienen que ver con el espacio exterior de poder y de toma de decisiones”, dice el estudio, según el que “los ámbitos de conocimiento más masculinizados tienen más oportunidades laborales, reconocimiento y prestigio social”.

Esto, sostienen los directores del Vía Universitaria, refuerza lo que se conoce como el síndrome de la impostora. “La mujer que se matricula en una titulación masculinizada se infravalora porque entiende que está en un lugar que no le corresponde, la materia le gusta pero sabe que socialmente está valorado como un ámbito masculino, por lo que se siente como una intrusa o una impostora”, aclara Ariño.

En la distribución horaria de una semana lectiva normal, las mujeres asisten más horas a clase, dedican más tiempo al estudio y también más tiempo a las tareas del hogar y el cuidado de otros. Por el contrario, los hombres ganan en tiempo dedicado a trabajo remunerado y, en especial, en tiempo dedicado a aficiones y vida social.

Mejora de expectativas, inmovilismo metodológico

Otra de las pocas comparaciones que establece el estudio en relación al primero que se hizo (muchos de los parámetros se consideran no comparables) se refiere a las expectativas de los estudiantes universitarios. Así, en relación al primer Vía Universitaria (2014-2016), los estudiantes de ahora son más optimistas con respecto al futuro y a lo que les aporta la universidad en este futuro. Un 54% cree que los estudios les serán útiles para encontrar un trabajo bien remunerado (en 2016 eran el 40%), y 7 de cada 10 opinan que los estudios les serán útiles para contribuir a la mejora de la sociedad y encontrar un trabajo relacionado con estos estudios. Un 60% dice sentirse integrado en la vida universitaria, pero sólo el 20% ha participado en algún órgano de gestión.

En cuanto a la pedagogía, el estudio constata que, al menos hasta ahora, los cambios del Plan Bolonia no han tenido el efecto esperado en cuanto a innovaciones pedagógicas (Ludificación, Flipped classroom, MOOC, etc). Estas continúan ocupando un porcentaje residual, de sólo el 5%, en relación a las metodologías tradicionales (clase magistral y evaluación final con examen escrito), que representan el 60%, y las metodologías activas (laboratorios, talleres, trabajos en grupo, prácticas , etc.), que suponen el 35% restante. El estudio también señala que, en el caso de las metodologías tradicionales el porcentaje de estudiantes que declaran que su objetivo principal es aprobar con el mínimo esfuerzo posible es bastante superior a los que lo hacen ante una asignatura impartida a través de una metodología innovadora.

Sin embargo, este inmovilismo no puede atribuirse exclusivamente a un presunto fracaso de Bolonia, advierten los investigadores, ya que hay otros poderosos factores a tener en cuenta, como los efectos del decreto Wert de 2012 o la precariedad laboral de buena parte del profesorado universitario.

“No es sólo miedo al cambio, sino que las condiciones del sistema no favorecen el trabajo transversal y en equipo que requieren las nuevas metodologías”, advierte Miguel Martínez.

Al final del estudio se presentan una serie de propuestas para corregir las dinámicas negativas detectadas, entre las que impulsar políticas de acceso a estudiantes de origen social bajo, familias extranjeras o de más edad; flexibilización de casi todo: régimen de permanencia, ritmos de progreso, métodos de evaluación, currículo, calendario académico; impulso de becas y tasas universitarias que se ajusten mucho mejor al nivel socioeconómico de los estudiantes (con becas-salario que pudieran cubrir no sólo la matrícula sino también una parte considerable de la manutención); o la visibilización de modelos masculinos y femeninos que rompan los estereotipos de género y la introducción de la perspectiva de género y revisión de contenidos en esta clave en todas las áreas de conocimiento.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/05/17/la-universidad-constata-que-ella-tambien-segrega-por-clase-social-y-genero/

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Islandia: La escuela infantil de niñas fuertes y niños cuidadores

Europa/Islandia/11 Abril 2019/Fuente: El país

Una red de colegios de Islandia empodera a los pequeños con habilidades sin estereotipos de género

Las niñas están sentadas en el suelo, junto a la pared. Una de ellas corre hacia la profesora, salta a una silla y de ahí se cuelga de una viga, como un monito. “¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez!”, gritan. La cría, radiante, se deja bajar, entre aplausos. Salvo una, que se acurruca en el rincón, todas las chiquitinas suben. Algunas como flechas, otras tímidas o no muy convencidas. Pero, en medio de la aclamación, bajan transfiguradas por su hazaña.

La escena ilustra el modelo educativo del jardín de infancia Laufásborg, en el centro de Reikiavik. Niñas de cuatro años eufóricas, animándose entre ellas, hacen gala de su resistencia física sin ningún niño a la vista. Margrét Pála Ólafsdóttir, convencida feminista y creadora de esta y otras 16 escuelas infantiles y de primaria en Islandia, dirá después frente a un té: “Ellas son más rápidas y capaces aprendiendo, pero no creen en sí mismas, en que sean fuertes y puedan alzar sus voces. Nosotros las empoderamos”.

El sistema Hjalli incluye un currículo de género en el que la mayoría del día niños y niñas están separados y que trabaja en enfrentar las debilidades de cada sexo, compensándolas. “A los chicos les enseñamos a comunicarse, a que hablen sobre sus sentimientos y a que se hagan cargo los unos de los otros”. Los niños de Hjalli se lavan los pies o se peinan entre si. Cuando abandonen la escuela serán feministas en el país más igualitario del mundo, coronado por el Foro Económico Mundial durante nueve años.

También se entrena la colaboración frente a la competencia y las habilidades sociales. “Mi frase favorita es que uno más uno no es igual a dos”, ha dicho la fundadora. Quizá por ello, aquí no existe el acoso escolar. “Ni chicos ni chicas son bullies”, dice la fundadora, “una investigación en Reikiavik con niños de nueve años encontró bullying en todas las escuelas salvo en la nuestra”.

Un grupo de niños decide con su maestra las actividades que realizarán después.
Un grupo de niños decide con su maestra las actividades que realizarán después. HJALLI

Hólmfrídur Vilhjálmsdóttir sube las escaleras que conducen al primer piso y señala un gran grabado con todos los pájaros de Islandia colgado a pocos palmos del suelo. “Todo está hecho a la medida de los niños”, dice. Ha sido maestra durante cinco años. “Primero supliqué que admitieran a mi hijo, que no quería ir a su guardería. El niño cambió como de la noche al día. Luego me quedé a trabajar”. En un cartel se ve el horario. Cuando los críos llegan, desayunan y deciden lo que van a hacer. Se ejercita la toma de decisiones y la democracia a lo largo del día. Y también la diversión.

Siempre hay un puñado de críos con pinta de pasárselo en grande al abrir cualquier puerta del caserón de dos plantas. Unos niños surfean a grito pelado en unas colchonetas amarillas en equilibrio inestable sobre piezas más pequeñas; las niñas, menos ruidosas, dan volteretas sin descanso.

Thomas y Christian guardan silencio. Vencen la cabeza frente a un tablero de ajedrez. Irán al campeonato de Europa, en Rumania. El año pasado dos niñas acudieron a la competición mundial. Un maestro ajedrecista les entrena desde los tres años: “Es muy bueno para la toma de decisiones y la autoestima”. En un rincón, una profesora en cuclillas enseña inglés a base de gesticular con los chicos. Abajo, los que apenas cumplen dos años, la cara manchada de tierra, entierran las manos en el jardín.

Una maestra hace sonar una campanilla. Los niños abandonan cajones de madera, aparcan dibujos y se bajan de las colchonetas. “No hay juguetes convencionales sino piezas polivalentes que pueden usarse de muchas maneras, para estimular su imaginación y creatividad”, dice la exmaestra. En Hjalli tampoco hay libros. Todo se fabrica, incluidas prendas con máquinas de coser adaptadas, para recalcar que no hay que comprarlo todo.

Los pequeños, en uniforme rojo o azul, colocan el material y, a saltos, se ponen en fila. Como es habitual en las escuelas e institutos islandeses, van en calcetines. “¿Ves? No hace falta decirles nada. Ya saben lo que tienen que hacer”, avisa con una sonrisa la guía. En la moqueta, hay cuadraditos con números. Es donde se sientan los niños con los maestros. “Nuestros tres pilares son rutina, orden y respeto”, entona. “Las palabras son muy importantes. Miramos a los ojos de los niños y les decimos, ‘querida amiga’, ‘querido amigo’, y les enseñamos a comunicarse así. En cuanto a nosotros, has de venir aquí y dejar todas tus preocupaciones fuera, mostrarte feliz”.

¿SEPARADOS? PARA SER AMIGOS Y FEMINISTAS

Educar separados a niños y niñas no muestra ventajas, según una extensa revisión de 2014 que analizó 184 estudios con más de un millón y medio de escolares en 21 países. Pero las guarderías Hjalli se distinguen por su currículo de género. Sus exalumnos mostraron una visión superior en igualdad en una investigación de la Universidad de Reikiavik encargada por la fundadora, Margrét Pála. Y también mejores resultados en islandés, matemáticas, inglés y danés en el instituto, según la organización. Mostraban mayor capacidad manual y los varones más confianza en sus habilidades. “Nuestras chicas suelen hacer grupos de amigos mixtos, en otros centros solo tienen amigas”, asegura la fundadora. Y tienen más fe en sí mismas: “Se me acercó una periodista joven que iba a entrevistar a la primera ministra, ante el asombro de sus amigos. ‘Lo he conseguido gracias a usted’, me dijo”.

Pála había sido maestra en un sistema en que las niñas, más aventajadas, obtenían menos atención que los niños “porque ellos iban por detrás”, dice. Tomó el mando de una guardería y se decidió a probarlo todo, incluida la segregación por sexos. Al principio, su modelo fue muy controvertido, pero 30 años después, ha obtenido la mayor distinción del país por su innovación educativa. El 8% de los niños islandeses de entre 18 meses y nueve años (alrededor de 1.000) acuden a alguno de los centros, la mayoría concertados con los ayuntamientos.

Niños y niñas se juntan en una sala con grandes ventanales donde han surgido otros mundos. Una cría camina por una especie de puente que ha construido con grandes cajones de madera. Un niño y una niña están en su casa, hecha con dos sillas.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/sociedad/imagenes/2019/03/29/actualidad/1553875053_920901_1553875687_noticia_normal.jpg

 Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/03/29/actualidad/1553875053_920901.html

 

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Universidades para mujeres, una tendencia creciente en Estados Unidos

America del Sur/ Colombia/ 25.03.2019/ Fuente: www.semana.com.

Desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales y el auge del movimiento #MeToo, se dispararon las matrículas en instituciones de educación superior para mujeres.

Las universidades solo para mujeres están de moda en Estados Unidos. El número de nuevas matriculadas en estas instituciones ha crecido continuamente en los últimos dos años, después de décadas de venir en caída constante.

Como reportó Times Higher Education el año pasado, las universidades para mujeres, especialmente las de mayor reconocimiento, esperaban un aumento récord en la cantidad de aplicaciones recibidas; principalmente, en las ‘siete hermanas’, la versión femenina de la Ivy League; es decir, las universidades de élite para mujeres.

Algunas de ellas, como Bryn Mawr College, en Pensilvania, o Smith College, en Massachusetts, recibieron un aumento del 8%. Cifras atípicas para lo que están teniendo el resto de instituciones de educación superior de Artes Liberales, indica el Times Higher.

El fenómeno #MeToo

No hay datos claros de por qué está sucediendo esto. Pero varios líderes de estas instituciones de educación superior lo han atribuido a los cambios sociales y políticos que despertaron la corriente de defensa de los derechos de las mujeres de #MeToo.

Por ejemplo, cuando Mount Holyoke College, que vio un aumento del 5% en las postulaciones el año pasado, encuestó a las estudiantes y les preguntó por qué decidieron matricularse, el 54% dijo haberse sentido “considerablemente” influenciada por los movimientos sociales.

Según parece, la alta conciencia por la cantidad de casos de abuso y violencia de género está provocando que menos mujeres sientan rechazo por estudiar en una institución sin hombres.

En opinión de Audrey Smith, vicepresidente de admisiones de Smith College, “ahora más personas aplican porque les gusta que sea una universidad para mujeres, y no porque les gusta la institución como tal”, reporta el New York Times.

Muchas estudiantes de estas instituciones dicen sentirse más tranquilas y libres de expresarse sin la presencia masculina en el tiempo de estudio.

“Desarrollar nuestras vidas intelectuales y emocionales en un lugar donde no te etiquetan por ser mujer te ayuda a crecer. Podemos desarrollarnos como individuos. De principio a fin, la experiencia en Wellesley College es empoderadora”, dijo Sara Fishleder, quien estudió en esta institución en 2012, en un foro online.

La dinámicas de las clases son refrescantes. Nunca peleas con estereotipos de género o sientes que estás relegada por ser mujer. Me doy cuenta que me siento más cómoda admitiendo que se me dificulta un problema matemático. Ya no me preocupa que me tilden como la ‘niña boba que le queda grande la Física’. No hay tratos especiales porque eres mujer”, publicó en 2016 Julia Monaco, otra estudiante de esta universidad.

“Amo atender a una universidad de mujeres. No tengo que preocuparme por las relaciones sentimentales ni por el seximo en el campus. Solo me enfoco en mi estudio y me divierto mucho con mis amigas”, dijo Anisha Tyagi, estudiante de Smith en el mismo foro en 2015.

Por otro lado, la participación de personas transgénero también ha crecido en estas instituciones, conforme muchas relajan sus reglas para permitir personas que no son mujeres biológicas pero se identifican como tales.

En 2014, el Mills College de California y luego el Mount Holyoke de Massachusetts se volvieron las primeras universidades de mujeres en adoptar una política de ingreso que recibe públicamente a personas no heterosexuales.

Lo cual no quiere decir que dicha transformación esté siendo armónica. Muchas de las ‘siete hermanas’ aún no aceptan a una persona que no haya nacido biológicamente mujer.

Ahora, no todo el mundo atribuye el crecimiento al ambiente político. Mary Schmidt Campbell, presidente de Spelman College, enfocado en formar mujeres negras, dijo al New York Times que, “honestamente, creo que nuestra matrícula ha crecido porque la universidad ha hecho un buen trabajo contando su historia. Todo en el campus está diseñado para contribuir al éxito de mujeres negras que se matriculan”.

¿Por qué existen?
Hasta el siglo XIX, la mayoría de universidades en el mundo le negaron el ingreso a las mujeres, por lo que en Estados Unidos se crearon muchas instituciones con el fin de educar a las pocas que se atrevían a buscar un título en educación superior.

Empezaron como academias de mujeres, pero en 1890 la Academia Salem empezó a ofrecer diplomas de educación superior, convirtiéndose en la primera universidad femenina en el país.

La formación para mujeres de comienzos del siglo XX seguía siendo bastante primitiva, claro está. Básicamente, podían optar por tres opciones: una educación republicana, que las preparaba para ser amas de hogar. Aprendían religión, canto, danza, literatura, entre otras cosas. Una educación académica, que las preparaba para trabajos comunitarios y de orden social.

O podían estudiar seminarios, que las formaba para maestras (Solo las mujeres solteras podían ser profesoras. Se les pagaba la mitad que a un hombre, pues solo tenían que mantenerse ellas mismas. Hay incluso registros de varias que se casaron en secreto para poder seguir enseñando).

En 1927, las más progresistas decidieron ofrecer una formación académica más avanzada, como la que recibían los hombres. Así nacieron las ‘siete hermanas’, compuestas por el Barnard College, Bryn Mawr College, Mount Holyoke College, Radcliffe College, Smith College, Wellesley College y el Vassar College.

Por ahí pasaron varias mujeres reconocidas, como Hillary Clinton (Wellesley), Meryl Streep (Vassar), la escritora Alice Walker (Spelman College) o la poetisa Emily Dickinson (Mount Holyoke), por mencionar algunas.

Naturalmente, conforme las universidades más reconocidas comenzaron a admitir mujeres en grandes cantidades, las matrículas de estas instituciones empezaron a decrecer en número. En 1960, llegaron a existir 200 universidades para mujeres en todo el territorio estadounidense. Hoy, solo quedan 38 de ellas.

Pero lo que parecía una modalidad en desuso, está volviendo a retomar vida. No es seguro cuánto durará, pero una cosa es clara: eso es un llamado de atención para que todas las universidades le pongan más cuidado a los conflictos de género que han surgido en todo el mundo últimamente, para que las estudiantes universitarias ya no sientan la necesidad de estudiar en un espacio aparte.

Fuente de la noticia: https://www.semana.com/educacion/articulo/crece-en-estados-unidos-la-matricula-en-universidades-para-mujeres/604575

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