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Reseña: El desafío de aprender… el desafío de enseñar. Relatos para una educación más justa.

Por: Carlos A. Reyes

Lo que somos y hacemos como sujetos escolares, son formas de identificación de la enseñanza y aprendizaje en acción; nada es y nada se hace, sin la interlocución de quien profesa y aquel que apropia. Richards Torres, en su obra El desafío de aprender… el desafío de enseñar. Relatos para una educación más justa, plantea un incómodo pero necesario debate para los sistemas educativos contemporáneos, especialmente, para la región latina y caribeña. Una obra que aventura a conocer las fronteras y márgenes de la educación como derecho humano, de su accesibilidad y su desarrollo.

La educación desde su sentido escolar en América Latina y el Caribe, ha sido una disputa que ha generado encuentros entre el derecho y el privilegio, entre la responsabilidad y la obligación, entre la oportunidad y la negativa, entre la edificación y la ruptura y, entre el deber ser y lo que es. Una educación en supervivencia, ha sido la forma de nombrar la lectura que Richards Torres, nos propone, como un ejercicio de avistamiento en este mar de incertidumbres educativas. El abordaje de contenido plasma tres escenarios: el primero, aquel que sitúa la escuela como una entidad de desertores y excluidos, el segundo, aquel que (re)define los desafíos de la enseñanza y el aprendizaje y, un tercero, la valoración de las prácticas educativas en la política innovadora.

El análisis propuesto por la autora, señala que los desafíos más importantes que los sistemas educativos de la región latina y caribeña, no pasa por propuestas de innovación, que sitúan a las necesidades o emergencias educativas, en términos de contenido, sino en términos del capital escolar, específicamente, aquellas propuestas que dialoguen las condiciones del estudiante frente al escenario escolar: de su accesibilidad, su permanencia y culminación. Richards Torres, disemina el caso Chileno para responder sus múltiples interrogantes a partir de un revisionismo de documentos específicos de la política pública en materia educativa Chilena.

Salidas prematuras de las escuelas ¿desertores o excluidos?

La educación chilena, dirá Richards Torres, es un entramado de tensión política, económica y social. En este sentido, la autora se propone poner a revisión ese entramado causal de la educación Chilena a partir del análisis locales de la educación Chilena, particularmente, documentos en materia de la política educativa desarrollada en el siglo XXI. Esta primera parte, contempla cinco ensayos que manifiestan el desempeño profesional en torno a la temática de fracaso, abandono y reinserción escolar. Cada uno de los ensayos, constituye una mirada inacaba de análisis compartido, por quienes forman parte de este escenario tan rudimentario.

El primer ensayo, -titulado- “La Vivencia del Proceso de Fracaso Escolar”, es, una construcción a partir de diversos documentos de equipos de trabajo acerca de los asistentes a la escuela y la manifestación del fracaso escolar, asumiendo el fracaso escolar como una entidad de expresión por la repitencia, retiro y deserción. Este ensayo, tiene como punto de partida, la generación y recuperación de experiencias de los sujetos implicados en este complejo escenario educacional. No obstante, Richards Torres, no solo da lectura a tan enmarañado tema, también, propone directrices de intervención para contrarrestar el efecto que el fracaso escolar pueda representar para la sociedad, para el sistema educativo, para el sujeto.

Un segundo ensayo, -titulado-, “Saberes Pedagógicos Aprendidos desde los Proyectos de Reinserción Educativa”, aborda un cumulo de experiencias de Proyectos de Reinserción Educativa del Ministerio de Educación, en el trienio del 2007 al 2009. La recuperación de estas experiencias, permite plantear algunas perspectivas por parte de los educadores en función de las trayectorias escolares del estudiante. En este ensayo, Richards Torres profundiza sobre l concepto del abandono, descrito como un hecho doloroso y poco visible para la escuela. Desde este sentir, el estudiante pasa a ser un número para la escuela, un excluido de la periferia escolar y un olvidado para el Estado. Una dura y cruel realidad que los sistemas -no solo el Chileno-, acontecen día a día.

Un tercer ensayo, -titulado-, “Grandes Encuentros… Breves Recuerdos”, es un posicionamiento reflexivo sobre historias de estudiantes que formaban parte de los Proyectos de Reinserción Educativa desarrollados por el MINEDUC. El rescate de estas historias, puntualiza en la vida de los estudiantes participantes; la lectura de cada historia, -añade Richards Torres-, permite conocer facetas de las vidas de niños, niñas y adolescentes que han abandonado la escuela o han sido excluidos de esta, desde la visión de los profesionales protagonistas de los proyectos de reinserción educativa. A este nutrido tema, se suma la visualización de diversos factores que han incidido en decisiones de abandono como también de incorporación y permanencia en los mencionados proyectos.

Un cuarto ensayo –titulado, “La historia no se ha escrito sola: la hemos escrito entre todos”, es un ejercicio documental generado a partir del análisis de la información contenida en entrevistas realizadas a profesionales que trabajaron en reinserción educativa durante el período 2005/2009, pertenecientes a instituciones asignatarias del Fondo de Reinserción Educativa. El interés de Richards Torres, enfatiza cuatro interrogantes: a) ¿Quiénes son los niños, niñas y jóvenes que, habiendo abandonado la escuela, participaron en los proyectos de reinserción educativa?; b) Características del trabajo educativo realizado en los proyectos de reinserción; c) Pobreza y exclusión ¿cuánto inciden en las posibilidades de reinserción educativa?; d) Aportes para políticas públicas en el abordaje de la exclusión de la escuela.

Este ensayo, particularmente constituye una mirada crítica a la labor del educador que funge como salvaguardista del derecho de la educación, especificando su objetivo de recuperar socialmente, a los sujetos en condiciones de cursar la escolaridad. No obstante, la autora expone que el papel que juega este educador, es sumamente especial, por la complejidad que el escenario le representa; alinear esta labor a los objetivos educacionales, es otra forma de vivir la educación, pues la recuperación de un estudiante, tiene implicaciones que el Estado pocas veces asume como responsabilidad.

El quinto u último ensayo -titulado-, “Aportes para el currículo de las Escuelas de Reingreso/Escuelas de Segunda Oportunidad”, representa la discusión del equipo de Inclusión y Diversidad de la División de Educación General del MINEDUC. Esta propuesta se organiza siguiendo las indicaciones de las Recomendaciones para una Política Nacional de Desarrollo Curricular. El contenido que la autora recupera en este ensayo, es rico y nutrido para el desarrollo de propuestas de un curriculum orientado a las escuelas de reingreso, -asegurando, añade la autora-, en la pertinencia, vigencia y rigor; y recomendaciones vinculadas al fortalecimiento de las capacidades de desarrollo curricular de educadores y de comunidades educativas, y sobre evaluación curricular.

Esta primera parte, es, para la autora, el desenmascaramiento del fracaso escolar que permea el sistema educativo chileno, así, como sus alternativas que han surgido como un efecto que parece ser eterno; mientras el Estado -advierte Richards Torres-, no garantice una política social de desarrollo, con las directrices justas y libres de prejuicios, las generaciones escolares serán presa del fracaso escolar.

El desafío de enseñar, el desafío de aprender: relatos de prácticas profesionales

La tesis principal de Richards Torres, se halla en la segunda parte de su obra. Esta segunda parte, la autora aborda dos conceptos de suma relevancia para la educación, especialmente, porque son dos conceptos que aluden a las dos formas de identificación del quehacer educativo: la enseñanza y e aprendizaje. Tanto la enseñanza como el aprendizaje, constituyen dos conceptos entendidos como uno mismo, sin embargo, la mirada disciplinar que la autora le da a la enseñanza y al aprendizaje, permite la diferenciación y la comparación entre uno y otro proceso.

La revisión exhaustiva de la enseñanza y aprendizaje, planteada en esta parte, se aborda desde la construcción pedagógica y didáctica de un estudiante en ciernes, un estudiante que al mismo tiempo de aprender, enseña. Generar encuentros entre la enseñanza y el aprendizaje, es una asociación que solo puede desarrollarse desde la formación inicial del profesorado. Y es el profesorado, en formación inicial, quien puede establecer las pautas de la (re)laboración pedagógica y didáctica.

La recuperación de experiencias formativas de estos estudiantes, a partir de sus prácticas profesionales, es para Richards Torres, un acercamiento a la configuración profesional que estos perfiles tendrán en un futuro. Acercarse a ellos y darles el acompañamiento, nos habla de un proceso que tiene entre sus particularidades, desafíos propios, que hacen de su aprendizaje, el punto de partida para su futura enseñanza. En este caso, su aprendizaje versa en un ensayo de aprender, que se perfecciona a partir de la misma enseñanza.

Pero, ¿qué desafíos tiene la enseñanza y el aprendizaje? Hablar de desafíos para la enseñanza, nos habla de desafíos que atañen a las actuales generaciones escolares, generaciones que abren nuevas rutas de entender el mundo social. Por el contrario, los desafíos para el aprendizaje, implica también en las formas en que esas generaciones se adentran a ese mundo social, de su apropiación. Hacer una lectura de estos desafíos, señala Richards Torres, sitúa al educador, al formador de formadores, en un debate que deberá aceptar la diversidad como mecanismo de integración.

Aquellos formadores de formadores, dice Richards Torres, deben pensar que la formación del profesorado, es una formación de permanente actualización; enseñarles a (re)aprender lo aprendido, y aprender lo enseñado de una u otra forma, son desafíos específicos para quienes se dedican a esta labor humana. En este caso, la enseñanza y el aprendizaje encuentran puntos de encuentro donde uno es mientras el otro existe y viceversa.

Una evaluación diferente de iniciativas pedagógicas innovadoras

Los aportes de Richards y Torres en la parte uno y dos de su obra, termina con la articulación de la evaluación de iniciativas pedagógicas innovadoras. Para la autora, pensar en los desafíos de enseñanza y aprendizaje, conlleva a pensar también en la valoración de estos procesos. Sin embargo, esa evaluación diferente, conlleva establecer una estructura de pensamiento donde tanto el enseñante como el aprendiz, reconozcan la evaluación com medio de realización y no como fin. Desde una perspectiva crítica, las propuestas que se proponen, versan en dominios de desarrollo tendencial, pero con la contextualización de ejercicios de necesidad local.

Finalmente, la educación desde su sentido escolar, es, un desafío permanente para sus artificies: el que profesa la enseñanza y el divulgador del aprendizaje. En este sentido, tanto la persona que enseña como la que aprende, se convierte en los dos sujetos más importantes de la educación escolar, pues es y por ellos, donde residen los grandes objetivos que cada sistema educativo se propone. Sin embargo, son también los observados de las buenas o malas prácticas que definen el escenario de la educación, una educación que siempre está en una búsqueda de la igualdad, la libertad y la justicia.

Ficha técnica.

Autor(a): Cecilia Richards Torres.

Año: 2017.

Título: El desafío de aprender… el desafío de enseñar. Relatos para una educación más justa.

País: México.

Editorial: CREFAL.

Enlace de acceso: https://eldesafiodeaprender.cl/libro.pdf

Fuente: El autor escribe para OVE

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Evaluar para saber dónde estamos parados

Por: Miguel Andrés Brenner

En Argentina, hoy, se reitera el espíritu del capitalismo neoliberal pedagógico, dentro de un entramado electoralista, que llega a la exageración de tornar medidas pedagógico didácticas en materia de decisión judicial, debido a la puja entre dos frentes partidarios: uno denominado neoliberal/conservador, mientras que el otro denominado populista.

Pero, vayamos directamente a nuestro tema.

Ciertamente, Paulo Freire no vivió en nuestra época, con nuestras problemáticas. Sin embargo, su pedagogía es tan potente, que siempre algo tiene que decirnos para nuestros avatares, y ese algo trasvasa al mismo con un sentido trascendente, con un sentido que convoca a la esperanza.

Las evaluaciones que se diseñan a partir de las políticas neoliberales capitalistas, nos sugieren dos relatos simples, en se tanto niegan a mostrar nuestra humanidad tan vivida y proclamada por Paulo Freire, vibrante de carne y nervios, nervios y corazón, cuyo espíritu de vida es inabordable desde parámetros reductores a medición.

RELATO 1

Mi nombre es Martín. Estoy en una escuela donde se enseña a manejar, soy alumno y debo aprender. Salgo con mi automóvil desde un punto de inicio hasta otro de llegada. Mi automóvil se encuentra desvencijado, chapas oxidadas casi despedazadas, motor que apenas funciona, asientos que no permiten una mínima comodidad para un conductor. El camino es muy tortuoso, con muchos baches, se encuentra en tal estado que difícilmente alguien con un auto nuevo podría llegar a destino. El combustible que se me asigna, apenas da para algunos poquitos kilómetros. Mi estado es de mucho stress, tengo todo el cuerpo dolorido, me encuentro sin suficiente alimento para manejar en una ruta, estoy sumamente cansado. El camino tiene variadas bifurcaciones, no hay señal alguna, con lo que se hace difícil llegar a un destino cierto.”

A pesar de todo ello, la directora de la escuela me quiere evaluar ‘para saber dónde estamos parados’. Mi maestra Fernanda le dice a la directora que soy muy buen alumno, aunque no me encuentro en las mejores condiciones para ser evaluado. La directora, que no tiene título docente y nunca dio clases en el sistema educativo, se llama Soledad Antuña.[1] Ella insiste en que como maestra no quiero hacerme cargo de mi mala enseñanza, que hay que saber dónde estamos parados para hacer las modificaciones que se consideren pertinentes. Y lo llama al periodista Jorge Lata [2] para que difunda ante todos que me niego, que soy terco, y que por mi culpa la educación anda mal.”

Ocurre que Soledad pretende que los logros a obtener en el sistema educativo sean los mismos para todos, que tengan una calidad similar a la de cualquier objeto que en un mercado internacional tiene parámetros de calidad “medibles”. Con el mismo parámetro se mide a un alumno de la Villa 31 que a un alumno de un country de 5 estrellas de los Altos de San Isidro. No vale explicarle que lo que hay que modificar, en principio, es el punto de partida y no el punto de llegada. Cualquier alumno tiene la posibilidad de ser excelente, si se preocupa al respecto, pero tiene que vivir y convivir en una comunidad, en una comunidad que lo críe y le ayude a crecer, que lo alimente con nutrientes sanos, que viva en un clima acogible desde el punto de vista medio ambiental, también desde el punto de vista emocional, que el entretenimiento con el que se encuentra en los multimedia digitales le ayude a entrever críticamente la realidad y a relacionarse con los otros, solidarizándose con ellos si fuere necesario, que aprenda lo que el trabajo significa a través de vivir desde sus padres un trabajo decente y creativo, etc. Estos aspectos Soledad no los tiene en cuenta. Consecuencia, si se hace la medición/evaluación se apunta, en última instancia, a desacreditar del alumno Martín y de su maestra Fernanda. Esto significa, ni más ni menos, la mercantilización de la pedagogía.

El maestro es un profesional de la educación. Conoce lo que es una prueba diagnóstica, y sabe lo que puede hacer si se aplica la misma a los alumnos, sabe también lo que, lamentablemente, no puede hacer y que, al respecto, necesitaría de una ayuda de los de arriba, que jamás viene. Las soluciones prácticas no provienen desde los organismos centrales, solo provienen desde los de “abajo”, que se manchan los pies con barro y las manos con tizas.

¿Qué nos diría Paulo Freire en tal sentido? La evaluación es un proceso dialógico. O sea, no debo “evaluar-sobre-otros”, debo “evaluar-con-otros”. Evaluar con otros significa que me mimetizo con el sentir-pensar de mis alumnos y los ayudo a trascender su situación particular en tanto ellos también se mimetizan conmigo, me comprenden y me ayudan a crecer. No hay que evaluar desde-arriba, con criterios establecidos universalmente. Hay que evaluar en tanto nos evaluemos mutuamente, en tanto encontremos problemas de la vida que sean comunes al mismo mundo en el que vivimos, en tanto nos angustiemos porque vivimos lo mismo, aunque en cierto modo desde diferentes perspectivas. Y, desde esa inquietud, modificándonos unos a otros, mutuamente, potenciemos hasta lo imposible un camino que aún es difícil prever, pues el suelo común desde el que partimos es como la tierra fértil que nos anima hacia lares pensados como los impensados. Pensar críticamente es, dialogando con diferentes alternativas, casi como jugando con una pelota de la que no se sabe con precisión cuál será su derrotero, “empujar” con un ánimo compartido. Así, al final del camino, un final deseado pero nunca arribado, Martín y Soledad, Jorge y la maestra, sean más humanos en la esperanza de un situarse potenciando la vida, vida en comunidad.

RELATO 2 [3]

Juancito vive en un hábitat sucio, hacinado; la escuela le ofrece un mínimo espacio limpio donde cada uno ocupa un espacio propio. Vive dentro de relaciones donde papá y mamá pueden ser ni papá ni mamá, familia desquiciada; la escuela le ofrece un maestro, un maestro, que puede tener conflictos, pero es maestro y con otros maestros que son maestros. Vive en un lugar donde la estética es la falta de estética; la escuela le ofrece la posibilidad de dibujar, de colorear. Vive en un lugar sin sorpresa, pues la pobreza y miseria no le da otra posibilidad; la escuela le ofrece la posibilidad de decir, hablar, hacer cosas muy buenas y que no han sido previstas, que excede a las normas y estándares, pues algo de creatividad siempre es posible. Vive en un lugar donde papá, o quien hace de él, lo maneja y descarga en él sus frustraciones; la escuela le ofrece alguien que, bien o mal, se preocupa de él. Vive con un papá al que solamente le importa su hijo en la medida en que no está en casa (no se pregunta tanto si aprende, sino «¿qué hago con mi hijo si no hay clases?»); en la escuela puede lograr un poquito aprender lo que en casa se le puede negar. Vive en un lugar donde las necesidades son de urgencia, no pueden esperar, y si no se cumplen, no come lo suficiente; en la escuela se le intenta enseñar a esperar cuando tiene dificultades, esperar para lograr los objetivos, aunque no fueren demasiados. … y muchos, pero muchos más ejemplos podrían darse. Pero Fernanda, su maestra, es evaluada, y se le pregunta acerca del Proyecto Educativo Institucional como también acera del tsunami de normativas existentes, y no responde lo que se espera que responda ella y todos los maestros, de la misma manera, como la Coca Cola es la misma en Tailandia, Grecia, Estados Unidos de América y Argentina, es la misma en Los Altos de San Isidro y en la Villa de las Cavas: entonces, Fernanda, su maestra, es evaluada y aplazada, no sirve. Sin embargo, no se miden los resultados en el deterioro del tejido social como efecto de la hiper especulación financiera durante la última dictadura cívico militar, de la década del noventa y sus incidencias en los primeros años del tercer milenio, tampoco se miden las consecuencias de la especulación financiera que se gesta actualmente, no se miden a los pocos responsables que produjeron tamaño magnicidio, responsables que luego dictaminan desde sus propios intereses cuáles deben ser las políticas públicas. No se miden las implicancias en el deterioro del tejido social, en la destrucción de las expectativas de las jóvenes generaciones y en el deterioro del universo simbólico cultural siendo que el aula de la escuela pública es caja de resonancia de las mencionadas problemáticas. Pareciera que se «borraron de un plumazo» a los victimarios, y Fernanda es una víctima, pero se la muestra como victimaria. Se borró la historia del conquistador. Tampoco se miden los aires esperanzadores propios de Fernanda, su maestra y de su escuela.”

Regresemos a Paulo Freire, parafraseándolo a partir de su texto “Pedagogía de la esperanza”: porque sin sueños no hay esperanza, sin esperanza no hay educación.

Notas:

[1] Apellido similar al de la Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, de corte neoliberal capitalista.

[2] Apellido similar al de un periodista con fuerte influjo en los medios de comunicación del poder hegemónico.

[3] Separata del texto de Brenner, Miguel Andrés (2016). “De la evaluación a los alumnos a la evaluación de los docentes o de la muerte de la pedagogía.”

Fuente: https://rebelion.org/evaluar-para-saber-donde-estamos-parados/

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República Dominicana: Convocan a concurso de oposición docente

América Central/República Dominicana/25-06-2021/Autor(a) y Fuente: acento.com.do/

La convocatoria abarca los niveles de inicial, primaria y secundaria en todas sus modalidades, además a psicólogos educativos y orientadores y a directores de centros educativos, que entrarán al sistema preuniversitario para el próximo año escolar 2021-2022.

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Ministerio de Educación dejó abierta desde este lunes hasta el 20 de julio la convocatoria al concurso de oposición docente 2021-2022 dirigida a profesionales de la educación, para la selección del «personal requerido» que cubrirá las vacantes en los centros educativos públicos del país.

La convocatoria abarca los niveles de inicial, primaria y secundaria en todas sus modalidades, además a psicólogos educativos y orientadores y a directores de centros educativos, que entrarán al sistema preuniversitario para el próximo año escolar 2021-2022, según sus calificaciones hasta completar las plazas disponibles.

El anuncio fue dado a conocer por la comisión del concurso en rueda de prensa acompañada por el ministro de Educación, Roberto Fulcar, destacó su oficina en un comunicado.

«El concurso de oposición docente es la regla y ha debido ser la regla siempre, de acuerdo a lo que establece la Ley General de Educación 66-97, a lo que manda el estatuto del docente y el Pacto por la Educación», afirmó el funcionario.

La información aseguró que presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores, Xiomara Guante, valoró el anuncio.

«Saludar este importante momento, ha sido una demanda reiterativa. Hoy estamos retornando a la institucionalidad, a la forma de ley, a la normativa que es el ingreso y el ascenso en la carrera docente. El concurso es lo que nos garantiza que entre lo mejor al sistema educativo nacional», precisó Guante.

Para cumplir las medidas de bioseguridad requeridas por las autoridades de Salud Pública a fin de evitar el contagio del Covid 19, el concurso se realizará de manera simultánea en las 18 regionales, iniciando con el nivel primario, siguiendo con el inicial, y luego con el secundario y los directores de centros educativos.

A los concursantes se les aplicará una evaluación que consta de una prueba de habilidades cognitivas generales y otra de conocimientos disciplinares y pedagógicos. Los concursantes que como promedio de esas dos pruebas alcancen una puntuación igual o mayor a 70 puntos, pasarán a la siguiente etapa, que es la entrevista por competencia, que tendrá un valor de 30 puntos.

De los que resulten aprobados en el concurso, se irán escogiendo los de más altas calificaciones hasta completar la cantidad de plazas disponibles.EFE

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/actualidad/convocan-a-concurso-de-oposicion-docente-8957107.html
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Ajuste al calendario escolar 2021-2022. ¿Y el Sindicato de Maestros?

Por: Abelardo Carro Nava

El SNTE legalmente tiene la representación del magisterio, no así al magisterio. ¿Acaso no lo sabe la maestra?…

Con la llegada de la profesora Delfina Gómez a la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a través de su dirigente, el profesor Alfonso Cepeda, vio la posibilidad de lograr un acercamiento con la responsable de la política educativa mexicana; algo que no pudo hacer con el ex titular de esta dependencia, Esteban Moctezuma. Y desde luego, la profesora se ha dejado seducir por aquella vieja, romántica y falaz idea que priva en el ámbito político: el SNTE son los maestros; y no es cierto. Este Sindicato legalmente tiene la representación del magisterio, no así al magisterio. ¿Acaso no lo sabe la maestra? En fin.

En las últimas semanas hemos sido testigos de ese acercamiento que refiero; se ha visto muy cómoda a la titular de la SEP y, por supuesto, al Secretario General del SNTE, en diversos eventos, por ejemplo: en la negociación salarial de este año y de la que se obtuvo un “incremento” paupérrimo y el tan difundido bono extraordinario de 720 pesos, o en el encuentro en el que acordaron una serie de medidas para un regreso seguro a las escuelas.

Acciones que, sin duda, pudieran considerarse como una muestra de la “consideración” que, tanto la SEP como el SNTE, tienen para con estos trabajadores de la educación quienes, durante la pandemia, han redoblado esfuerzos para continuar con el proceso formativo de los millones de estudiantes que cursan sus estudios en alguno de los niveles educativos, pero, desafortunadamente, no fue así. Se trató de “encaminar”, sin ningún contratiempo y en alianza, el calendario escolar del próximo ciclo escolar. Era obvio, la profesora necesitaba del apoyo de esa representación sindical para que el magisterio no se inconformara ante la serie de decisiones tomadas y plasmadas en éste.

Como era de esperarse, el sentir de la base trabajadora sobre este asunto se dio a conocer a través de diversos medios de comunicación con un par de demandas: ajuste al calendario escolar y dignidad al trabajo docente (El Universal, 2021).

Y es que, a raíz de que se difundió el contenido del Proyecto publicado en la página oficial de la Comisión Nacional Regulatoria sobre calendario escolar 2021-2022 (Profelandia.com, 2021), las redes sociales se inundaron de diversas expresiones de rechazo puesto que, como tal, dicha propuesta de calendario planteaba: que el próximo ciclo escolar para educación preescolar, primaria, secundaria iniciara el 30 de agosto de 2021 y concluyera el 28 de julio de 2022, mientras que para la educación normal y demás para la formación de maestros de educación básica, que comenzara el 30 de agosto de 2021 y terminara el 19 de julio de 2022.

Además de ello, esta propuesta también contemplaba, que los docentes de educación básica tuvieran un taller intensivo del 17 al 20 de agosto de 2021 y la sesión intensiva del Consejo Técnico Escolar del 23 al 27 de agosto. Aunado a un periodo de identificación del abandono escolar y evaluación diagnóstica comprendida del 30 de agosto al 10 de septiembre, y un periodo de recuperación de aprendizajes del 13 de septiembre al 23 de noviembre, así como también, 8 sesiones de Consejo Técnico a lo largo del ciclo escolar.

Una vez que la SEP tuvo conocimiento de estas reacciones – quiero pensar que así fue –, ni tarde ni perezosa a través de su cuenta de Twitter difundió lo siguiente: “Respecto a los señalamientos del día de hoy, referentes al calendario escolar 2021-2022, es nuestra responsabilidad aclarar que: el documento publicado en la Comisión Nacional de la Mejora Regulatoria, no ha entrado en vigor; se garantizan 20 días de descanso al personal docente y administrativo al término del presente ciclo escolar; es responsabilidad de las autoridades educativas locales garantizar el cumplimiento del próximo calendario lectivo 2021-2022; la próxima semana se dará a conocer, de manera oficial, el calendario escolar 2021-2022, que contempla 200 días de clases”. Además de ello, en este mismo tuit, sugirió revisar el comunicado de la SEP No. 127 que, palabras más palabras menos, aborda lo mismo, pero con otras palabras y detalles sin que haya dado a conocer, de manera puntual y precisa, la o las razones por las que se extendería el ciclo escolar 2021-2022. Probablemente ésta o éstas aluden a “las condiciones impuestas por la pandemia de Covid-19” pero el texto no es explícito en este sentido.

Dicho lo anterior, de esta propuesta llama la atención cuatro aspectos que son dignos de análisis: el taller intensivo de capacitación docente, la sesión intensiva del Consejo Técnico Escolar, el periodo de identificación del abandono escolar y evaluación diagnóstica y el periodo extraordinario de recuperación.

Sobre el primero habría que preguntarse, ¿sobre qué se capacitaría a los docentes si, como se sabe, la oferta que brinda la SEP no se ha ajustado a las demandas y necesidades reales del magisterio? Peor aún, ¿quién o qué instancia brindará esos cursos?, ¿cuál es la responsabilidad de los estados en estos asuntos?

Sobre el segundo, ¿de nueva cuenta se trabajará sobre los Programas Escolares de Mejora Continua de las Escuelas (PEMC)?, ¿no cuenta la SEP con un plan estratégico para que las instituciones educativas decidan qué aspectos, temas o problemas pueden abordar en ese Consejo Técnico?, ¿de qué manera se retroalimentará a los colectivos docentes y directivos sobre los resultados que obtuvieron en los PEMC del ciclo que está por terminar? En fin, ¿no se conoce otra estrategia? Si se conoce, ¿cuál es esa estrategia?

Del tercero, ¿qué pasó con los lineamientos federales para el establecimiento de un sistema de seguimiento y apoyo para estudiantes de educación preescolar, primaria y secundaria cuyo objetivo consistía en procurar su permanencia y continuidad académica tal y como lo mandataba el Acuerdo 12/06/20?, ¿elaboró esos lineamientos y los publicó la SEP? Si fue así, ¿en dónde se encuentran?, ¿qué acciones emprendieron las autoridades locales con base en dichos lineamientos?, ¿qué pasó con los reportes de incidencias que les fueron solicitados a los profesores durante todo el ciclo escolar 2020-2021?, ¿quién tiene esa información y para qué se ha empleado? Peor aún, si se cuenta con toda esta información, ¿qué ha hecho la SEP sobre el abandono escolar y para la evaluación diagnóstica?

Del cuarto punto, sobre el periodo extraordinario de recuperación surgen varias dudas, ¿recuperar qué, para qué y por qué?, ¿acaso la SEP piensa que lo sucedido en todo este periodo de tiempo fue un asunto perdido?, ¿acaso no han leído los estudios que ha venido publicando la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación?, ¿acaso desconoce que los profesores y profesoras, conjuntamente con alumnos y padres de familia, han puesto en marcha diversas acciones para continuar con su proceso formativo? No niego que en todo este camino hayan existido desavenencias en diferentes contextos y con diferentes actores, pero ¿asegurar que todo está perdido?, ¿por qué no reconoce la SEP el gravísimo error que cometió al trasladar la escuela a la casa cuando sabemos (y muchos lo expresamos desde que inicio el confinamiento) que los procesos educativos requieren del tratamiento de un especialista como lo es el maestro y no de un aparato televisivo?, ¿por qué no se dosificaron contenidos y se brindó la oportunidad de aprender con los recursos y materiales propios de los contextos?, ¿por qué la imperiosa necesidad de agotar el currículo? Una pregunta más, si la SEP considera que debe desarrollarse un periodo extraordinario de recuperación, ¿qué información tiene para plantearlo?

Bien se dice que el león cree que todos son de su condición, y no es cierto. El que la SEP y el SNTE no hayan hecho lo corresponde desde que inició la pandemia, no significa que las maestras, maestros, padres de familia y alumnos hayan detenido ese proceso formativo. Repito, con seguridad habremos de señalar algunos casos en los que no sucedió de esta manera, principalmente, por la responsabilidad o irresponsabilidad de ciertos actores, pero, como también se dice, generalizar no es del todo bueno; esa es harina de otro costal que espero abordar en siguientes artículos.

Referencias:

Redacción El Universal. (2021). Piden ajuste al calendario escolar 2021-2022. El Universal. Recuperado de: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/piden-sep-ajuste-al-calendario-escolar-2021-2022?fbclid=IwAR0dV7l294PjmGw9iXx2_BlDUFLIZwi5yw6hal5dZphJwMeppX2p_Byyr-s

Redacción Profelandia.com. (2021). Calendario escolar 2021-2022 (propuesta). Profelandia.com. Recuperado de: https://profelandia.com/calendario-escolar-2021-2022-propuesta/?fbclid=IwAR2ypJh_7kEliUCQlienAIridoc7_zViX4wyCg6PHmoxDd6DT2vj8ZQqaLk

SEP. (2021). Boletín No. 127. Garantiza Sep tres periodos vacacionales para el ciclo escolar 2021-2022. SEP. Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-sep-no-127-garantiza-sep-tres-periodos-vacacionales-para-el-ciclo-escolar-2021-2022?state=published

Fuente: https://profelandia.com/ajuste-al-calendario-escolar-2021-2022-y-el-sindicato-de-maestros/

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El Salvador: Educación examinará a estudiantes del sector público, desde tercer grado hasta bachillerato

América Central/El Salvador/30-05-2021/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

La evaluación será a fines de junio y cubrirá las cuatro asignaturas básicas, pero también incluye la parte emocional; esto en el marco de los esfuerzos hechos en 2020.

Alumnos cumplen las medidas de bioseguridad en un instituto público en San Salvador, el 06 de abril de 2021. / Foto EDH Archivo estudiantes del Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI) regresan a clases después de un año sin estar dentro de las aulas. Ellos se mostraron muy emocionados de volver a compartir tiempo con sus amigos y compañeros. El director del instituto, Óscar Melara, señaló que aquí hay una población de 1,050 estudiantes de los cuales solo 180 regresado a sus clases presenciales. Los que volvieron fueron los bachilleres que necesitan hacer prácticas en laboratorios y talleres del instituto. Habrá un turno por la mañana y otro por la tarde con la misma cantidad de estudiantes. Foto EDH/ Yessica Hompanera

El Ministerio de Educación (MIINED) tiene previsto examinar a los estudiantes de centros públicos que cursan desde tercer grado hasta segundo año de bachillerato, para hacer un diagnóstico de los conocimientos que adquirieron en el proceso de continuidad educativa 2020, impulsado en el marco de la pandemia.

La prueba, según explicaron algunos directores, se desarrollará la última semana de junio, aunque inicialmente la cartera había previsto aplicarla entre el 24 de mayo y el 8 de junio, según un documento oficial al que se tuvo acceso.

En esta se examinará las cuatro asignaturas básicas: Lenguaje y Literatura; Estudios Sociales; Ciencias Naturales y Matemáticas. También ira acompañado de un cuestionario socioemocional.

Estudiantes del Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI) regresaron a clases después de un año en abril 2021. El director del instituto, Óscar Melara, señaló que aquí hay una población de 1,050 estudiantes de los cuales solo 180 regresado a sus clases presenciales. Los que volvieron fueron los bachilleres que necesitan hacer prácticas en laboratorios y talleres del instituto.
Foto EDH/ Yessica Hompanera

Sin embargo, de cara a la prueba los centros educativos tienen que registrarse en su sitio web oficial.

En un documento emitido por el MINED se precisa que los estudiantes harán la prueba en a través de una plataforma como ocurrió con Avanzo, pero también da la opción de que las instituciones educativas descarguen los cuadernillos con preguntas por asignaturas y las impriman para darlas a los estudiantes.

El profesor Óscar Martínez, director del Complejo Educativo Anselma Sánchez de Mancía, de El Congo, Santa Ana, explicó que los centros tuvieron hasta esta semana que pasó para definirse si los estudiantes rendirían la prueba en forma física.

“Si uno decidía hacerlo en forma física cada profesor iba a calificar al niño por asignatura, pero si se hacía en forma digital pues el Ministerio es el que califica todo y a uno solo le van a dar los resultados. Sin embargo, la mayoría ha optado por hacerlo de forma digital”, comentó.

Martínez sostiene que en el caso de su institución, como los estudiantes harán una prueba por día, por ejemplo a segundo año (de bachillerato) le va a tocar dos días, al primer año otros dos días y así hasta llegar a tercer grado, entonces en su escuela los profesores han definido prestarle computadora a los alumnos que no tienen esta tecnología.

“Nosotros tenemos alumnos en cada grado que tienen problemas de conectividad, porque no tienen un teléfono, mucho menos una computadora. A esos estudiantes ya los identificamos, nosotros les vamos a prestar la computadora y les vamos a poner internet de parte del Complejo Educativo, para que estos niños tengan la oportunidad de realizar esta prueba”, indica.

Estudiantes del INTI en abril de 2021, cuando reiniciaron las clases presenciales. / Foto EDH Yessica Hompanera

El educador, quien también es dirigente de la gremial SEDESA, sostiene que como la realidad es distinta y en algunos sitios del país no hay energía eléctrica, tampoco conectividad, en ese caso habrá escuelas que tendrán que inclinarse por trabajar con los cuadernillos que descarguen o les provea Educación.

Los docentes tienen que dar a conocer a sus alumnos que harán la prueba digital su usuario y contraseña para ingresar a la plataforma, una vez que ingresen dispondrán de una hora para resolver cada cuadernillo.

Una herramienta para mejorar

Los directores de escuela ven con buenos ojos que el MINED lleve adelante esta evaluación.

Daniel Rodríguez, director del Centro Escolar Cantón El Cedro, de Panchimalco, sostiene que esto permitirá identificar si los estudiantes han alcanzado las competencias a partir de las metodologías que les indicaron usar en tiempos de cuarentena.

“Creo que es bastante atinado que hagan un diagnóstico de qué resultados se han obtenido en este tiempo”, señala Rodríguez.

Sin embargo, el profesor Martínez advierte que los resultados de la prueba, al igual que ha ocurrido con las estandarizadas, siempre evidenciarán las inequidades que afectan a un sector de la población estudiantil que vive en extrema pobreza.

“Siempre debe haber la evaluación para conocer las limitantes que se han tenido, las fortalezas, para ir haciendo los ajustes necesarios, recreando las políticas educativas pertinentes, que respondan a una realidad específica”, agregó.

Paz Zetino Gutiérrez, subdirector del Complejo Educativo Walter Soundy, de Santa Tecla, coincide con sus colegas en el sentido de que esta herramienta le permitirá a Educación hacer correcciones en aspectos en donde no se han dado aciertos.

San Salvador, Comunidad Lupita, 30 de noviembre 2020
La prueba AVANZO es el remplazo de la prueba PAES que se realiza cada año. En 2020 tocó hacerlo de forma digital debido a la pandemia del covid-19.
Foto EDH/ Francisco Rubio

“La prueba, tengo entendido, la parte emocional la van a explorar de cuarto grado en adelante hasta segundo año de bachillerato. La parte académica sí va a ser para todos los estudiantes de las cuatro materias fundamentales”, comenta.

Por su parte, el doctor Óscar Picardo Joao, especialista educativo e investigador, hace notar que esta prueba diagnóstica estandarizada es similar a las que en el pasado se aplicaban a los niños de tercero, sexto y noveno grado de Educación Básica bajo el nombre de Paesitas.

“(Estas pruebas) Permiten conocer aprendizajes, vacíos y otros problemas que se puedan haber dado en el desarrollo del cumplimiento del currículum. Es bueno hacerlo, es necesario hacerlo y complementa a la prueba esta Avanzo, así que es una buena noticia creo para el sistema educativo”, cita.

De acuerdo con lo expuesto por Picardo Joao, en efecto estas pruebas permiten hacer ajustes, adecuaciones curriculares, diseñar programas complementarios, acelerar contenidos de aprendizaje, dependiendo de los hallazgos que se den.

Picardo Joao expuso que normalmente estas pruebas se planifican en cierres de ciclo para tener la foto completa. Es decir antes de finalizar el año o muy cerca del fin de año, así se logra captar lo impartido.

Hasta el momento se desconoce si los alumnos del sector privado también desarrollarán la evaluación, según Javier Hernández Amaya, presidente de la Asociación de Colegios Privados (ACPES).

“Hasta ahorita manejamos que no (la aplicarán a los alumnos del sector), pues a colegios privados el Mineducyt no nos ha indicado algo sobre el tema”, indica Hernández Amaya.

Detalle del examen socioemocional

¿En qué consiste el cuestionario socioemocional que aplicará Educación a los alumnos?

El próximo mes de junio el Ministerio de Educación (MINED) evaluará la situación psicológica y emocional de los escolares, esto se dará de forma paralela a una prueba de conocimientos adquiridos en el 2020.

El MINED desarrollará esta evaluación de manera conjunta con Funpres y será aplicada en línea.

Se trata de un cuestionario que los estudiantes tendrán que llenar y a través del cual buscan revisar su situación en varios aspectos y de acuerdo a su nivel escolar, entre ellos están la depresión y ansiedad, la autorregulación, autoconciencia, la toma de decisiones responsables y cómo se proyectan hacia el futuro.

Cada alumno tendrá 25 minutos para resolver la prueba socioemocional. El cuestionario que tendrán que llenar los alumnos de cuarto a noveno grado tiene aproximadamente 48 preguntas, para los de noveno grado a bachillerato contendrá 48.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/ministerio-de-educacion-derecho-a-la-preescolar-estudiantes-sector-publico-el-salvador/842029/2021/
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PISA, como equipo

Por: David Calderón

La participación de México en PISA se libró de morir por inanición y por incuria, gracias a la vigilancia de la sociedad civil y a la insistencia de los medios de comunicación…

El Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) tendrá su siguiente edición en 2022; participarán 87 países –37 miembros de la OCDE y otros 50 más– para tener un referente en los aprendizajes que pueden desplegar y aplicar los alumnos de 15 años cumplidos, en pensamiento científico, comprensión lectora y habilidades matemáticas.

Un año antes del gran operativo nacional es importante ejecutar la ‘prueba de campo’: un proceso de piloteo que permite identificar y resolver aspectos que garanticen las condiciones de confiabilidad. Se revisan costos y tiempos en la logística; que lleguen en tiempo y forma las computadoras que se usan (la evaluación se resuelve en pantalla); que los tiempos de respuesta de los cuestionarios estén bien calculados… incluso sirve para revisar que la redacción de los ejercicios sea adecuada para las y los jóvenes diversos que en 2022 serán los evaluados.

Se encendió la alarma en días pasados cuando se hizo público el retraso y la falta de comunicación de las autoridades educativas mexicanas sobre el avance en el pilotaje. En los titulares quedó plasmado “se suspende”, “se cancela”. Con más sensatez, la misma OCDE afirmó que no había ninguna comunicación que indicara la supuesta salida, pero invitaba a reconocer el valor de la prueba para México.

En paralelo, un colectivo de organizaciones de sociedad civil, encabezado por los representantes en el Sistema Nacional de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, emitió un posicionamiento ponderando el valor de PISA como uno de los elementos que permite confirmar avances en el mandato del artículo tercero constitucional, al respecto de propiciar el máximo logro de aprendizaje, y emplazó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y a la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) a confirmar “…que México estará listo a participar en el operativo de PISA en 2022 y que hay un compromiso de plena transparencia para el fondeo, ejecución y difusión social de los resultados”.

Cuestionado en su conferencia matutina, el 3 de mayo el presidente afirmó que no tenía porqué no continuar… “si me van a preguntar: ‘¿va a continuar México permitiendo que se hagan pruebas para que mejore la calidad de la enseñanza?’, digo: Sí”. El vocero de la administración, Jesús Ramírez, afirmó en un tuit: “La Prueba PISA continuará en México. El retraso en la aplicación de las pruebas de estudiantes se debió a la pandemia…”. En el curso del día, la SEP y la MEJOREDU reiteraron la afirmación de que PISA va.

La participación de México en PISA se libró de morir por inanición y por incuria, gracias a la vigilancia de la sociedad civil y a la insistencia de los medios de comunicación. En todo este episodio se evidenció la falta de coordinación entre SEP y Mejoredu, así como la malquerencia ideológica y la falta de compromiso de esta última para hacer un trabajo sistemático con las evaluaciones internacionales, lo que ya cobró la retirada injustificada, unilateral y opaca de nuestro país de ERCE, la evaluación latinoamericana coordinada por UNESCO.

Pero, ¿hay dinero para esto? ¿Es costoso? Las respuestas son: no es muy costoso; y sí hay dinero. Al Presupuesto de Egresos de la Federación le recortaron en muchos rubros, pero en la bolsa E003, etiquetada “Evaluaciones de la calidad de la educación” hay 110 millones de pesos, casi tres veces lo que cuesta PISA, y eso sin tocar los 313 millones asignados a Mejoredu.

Quedó claro también que la acción de la sociedad civil es crucial para que los instrumentos de diagnóstico puedan servir para ajustar las intervenciones pedagógicas, que los resultados se vinculen al contexto y se ponga foco en lo que permite superar la inequidad y la exclusión. Que identifiquemos dónde estamos no es “más presión” –como refiere, en el colmo del adultocentrismo y la justificación, la Mejoredu– sino que, tras la pandemia, marca la responsabilidad para atender con urgencia las lagunas y desajustes que implicó el recurrir a la limitada educación a distancia. Bien señaló la secretaria Gómez que PISA favorece la reflexión y ajuste que pueden hacer las y los maestros como educadores para apoyar mejor a sus estudiantes.

La transparencia y rendición de cuentas, la posibilidad de reorganizar el currículum, la gestión y los métodos no se sacan del aire; se apoyan en la evidencia. PISA no debe ser ni la única ni la principal pieza para saber qué nos pasó en el oscuro túnel de 14 meses y contando de escuelas cerradas. Pero prescindir de su diagnóstico sería irresponsable. Más: son profundamente conservadoras la opacidad y falta de datos, pues favorecen que permanezcan la injusticia y la desigualdad.

Más por la deriva de los hechos que por plena voluntad de los involucrados, PISA 2022 se hará; ahora vale la pena que todos le sumemos, desde el presidente hasta Mejoredu, la prensa y la sociedad civil, la SEP y los docentes. Acá vamos a estar todos; mejor esforzarse en que PISA resulte trabajo de equipo.

Fuente: https://profelandia.com/pisa-como-equipo/

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Ingreso al servicio docente: un shock de realidad.

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

Cuando el profesor ingresa al servicio profesional, existe la posibilidad de que experimente un “shock de realidad”: un episodio de prolongación indeterminada en el que debe lograr la “asimilación de una realidad compleja que se impone incesante sobre el maestro principiante, día tras día [y] debe dominarse continuamente, especialmente en el primer periodo de enseñanza real” (Veenman, 1984, p. 144). Este momento sacude los cimientos de la formación inicial debido a una realidad difícil de descifrar. Al respecto, Tenti (2005) señala que es frecuente que “el recién graduado sea rico en capital cultural formal y esté más actualizado en las ciencias de la educación; pero es sabido que este conocimiento no alcanza para resolver los problemas cotidianos del oficio” (p. 283).

Aunado a lo anterior, desde algunas perspectivas se advierte que la formación inicial tiene un alejamiento de la práctica en condiciones reales: “los programas de formación docente en América Latina y el Caribe, […] se enfatiza poco en la formación a través de prácticas pedagógicas y que los futuros docentes dedican poco tiempo al trabajo y a la investigación en las escuelas bajo la dirección de maestros de maestros” (Calvo, 2019, p. 13). En el caso mexicano, el recién liquidado plan de estudios 2012 para profesores de educación primaria en las Escuelas Normales establecía periodos graduales de acercamiento a las escuelas, que alternaban observación, ayudantía y práctica de los futuros maestros, en periodos que iban de los 10 días durante el primer semestre hasta 16 semanas durante el octavo. Aún con este valioso componente de la formación docente normalista (vale la pena debatir si es suficiente), el sumergimiento en la realidad laboral implica un esfuerzo considerable.

Entender qué hace el docente y cómo lo hace es mucho más complejo de lo que se pensaría. Al respecto, Emilio Tenti (2013) asevera que “el virtuosismo práctico tiende a predominar sobre el saber codificado” (p. 124), es decir, muchas de las decisiones no se basan “en aplicar tal o cual método o procedimientos formalizados, tal como aparecen en los libros de pedagogía o didáctica” (p. 125). Es a través de la experiencia que el docente descifra la realidad y le encuentra sentido, o incluso niega, la formación teórica que posee. ¿Cuánto durará este periodo de apropiación del virtuosismo práctico? ¿Se corre el riesgo de sucumbir?

Se vislumbra entonces la necesidad de generar procesos orientados de acercamiento a la realidad, que permitan al maestro novato ir adquiriendo paulatinamente los saberes que sólo la práctica le proveerá y que impidan, mediante el respaldo de un colega, derrumbarse ante una realidad aún demasiado desafiante: “sistemas de mentorazgo, que destacan a docentes calificados y de reconocida trayectoria para el acompañamiento de maestros y profesores noveles en sus primeros desempeños laborales” (Terigi, 2021, p. 94).

En México, en la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, se contempla la tutoría como una estrategia de profesionalización, dirigida a los docentes noveles en sus dos primeros años de servicio y proporcionada por otros profesores con al menos tres años de experiencia. Esta función es concebida como un reconocimiento a la labor del maestro-tutor, generando una promoción horizontal temporal. La selección de los tutores se basa en un proceso donde, por medio de evidencias documentales, los aspirantes deben comprobar aspectos como formación académica y continua, trayectoria profesional y movilidad académica, entre otros.

Una primera revisión de los requisitos y elementos a valorar, hacen pensar que el proceso de selección de mentores podría perfeccionarse para garantizar la atracción de “docentes calificados y de reconocida trayectoria” (Terigi, 2021, p. 94). Sin dejar de pensar en las implicaciones operativas que conllevaría, quizá la inclusión de otros instrumentos de valoración, como la entrevista, podrían contribuir a lo anterior. Marcelo (2008) insiste en la necesidad de la formación de mentores, especialmente en “aspectos como el análisis de la enseñanza, comunicación con los principiantes, retroacción constructiva, desarrollo de estrategias de mentorazgo, roles y responsabilidades de mentores, evaluación de la enseñanza, etc.” (p. 34). La afinación del proceso de selección podría redundar en asegurar que el tutor “sea un docente legitimado por sus buenas prácticas de enseñanza y que haya cumplido cierta trayectoria profesional (seis a diez años de experiencia)” (Beca y Boerr, 2021, p. 115).

Es digno de destacar que en México exista un programa de tutoría a docentes noveles, pues, al revisar las políticas de inserción a la docencia en diversos países europeos, en muchos de ellos (Alemania, Bélgica, Finlandia, Irlanda, etc.) este apoyo no es ofrecido, mientras que, a diferencia de México, en que el proceso dura dos años, en la mayoría de estos países la duración no sobrepasa el año (Marcelo, 2008, p. 37).  Programas de este tipo evitan que la inserción a la docencia se rija por la lógica del “aterriza como puedas” (Marcelo, 2008, p. 19).

De acuerdo a lo establecido por la Secretaría de Educación Pública (SEP, 2021), la tutoría, aunque se adapta a las necesidades de los tutorados, aborda contenidos como la incorporación a la comunidad escolar, el currículo, el diseño de estrategias didácticas y la evaluación de los aprendizajes, entre otros. Temas como éstos, si bien revisados en la formación inicial, sin duda adquieren un rostro diferente al trasladarse a la realidad.  Para el desarrollo de las actividades de tutoría se consideran las modalidades en línea y presencial; en esta última, se contemplan ejercicios como la observación del trabajo en el aula y el acompañamiento en la revisión de materiales o planeaciones conjuntas.

Para el fortalecimiento del programa de tutorías convendría establecer vínculos entre la formación inicial y la formación continua (a la cual corresponde esta experiencia). El programa de inserción no debería sustituir ni mucho menos despreciar la formación inicial, ni dejar que pierda su influencia, al contrario, debería aprovecharla. En ese sentido resulta interesante lo que se hace en Inglaterra:  las instituciones formadoras de maestros emiten, por cada egresado, un documento en el que destacan las áreas de mayor fortaleza del nuevo maestro, así como las cuatro que requerirían mejorar en el primer año de enseñanza (Marcelo, 2008, p. 57). Involucrar, con acciones como la referida, a las Escuelas Normales y a otras instituciones formadoras de docentes sin duda haría menos espinosa la transición al servicio docente.

Desde luego que sería deseable que la tutoría se extendiera a otros procesos, tales como la promoción a puestos directivos o de supervisión y que incluso se instaurara en la cultura escolar, a través de los Consejos Técnicos Escolares. Podría fortalecerse, como ya se ha dicho, si se vincula con instituciones de educación superior especializadas en la formación docente (sin que esto implique el alejamiento del escenario real de enseñanza) o incluso si se da continuidad al proceso formativo inicial del docente. Sin duda un profesor inmerso cotidianamente en la práctica es una figura adecuada para la tutoría, pero debe asegurarse su formación para esta tarea, así como la precisión de los procesos de selección.  La tutoría a maestros debutantes, proceso que abre los muros del aula, propicia el diálogo entre colegas y genera aprendizaje entre pares, es motivo de regocijo ante una tradición que hace de la docencia un ejercicio mayormente silencioso y en solitario.

 *Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS

Beca, C. y Boer, I. (2021). El proceso de inserción a la docencia. En C. Vélez y D. Vaillant (coord.), Aprendizaje y desarrollo profesional docente (89-98). OEI-Santillana.

Calvo, G. (2019). Políticas del sector docente en los sistemas educativos de América Latina. Buenos Aires: UNESCO.

Marcelo, C. (2008). “Políticas de inserción a la docencia”: de eslabón perdido a puente para el desarrollo profesional docente. En C. Marcelo (coord..), El profesorado principiante. Inserción a la docencia. Octaedro.

SEP. (2021). Disposiciones para normar las funciones de tutoría y el proceso de selección del personal docente y técnico docente que se desempeñará como tutor en la educación básica. México: autor.

Tenti, E. (2005). La condición docente: análisis comparado de la Argentina, Brasil, Perú y Uruguay. Buenos Aires: Siglo XXI.

Tenti, E. (2013). Riqueza del oficio docente y miseria de su evaluación. En M. Poggi (coord.), Políticas docentes. Formación, trabajo y desarrollo profesional. UNESCO.

Terigi, F. (2021). Carrera docente y políticas de desarrollo profesional. En C. Vélez y D. Vaillant (coord.), Aprendizaje y desarrollo profesional docente (89-98). OEI-Santillana.

Veenman, S. Perceived problemas of beginning teachers: Review of Educational Research Summer, LIV (2), pp. 143-178. Disponible en: http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.834.9292&rep=rep1&type=pdf

Fuente e Imagen: http://proferogelio.blogspot.com/2021/04/ingreso-al-servicio-docente-un-shock-de.html

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