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¿QUÉ ES FILOSOFÍA?

Sobre su importancia y sus retos

Por: Abdiel Rodríguez Reyes

Profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá

¿Qué es Filosofía?

Tratar de responder a la pregunta ¿Qué es Filosofía? desborda cualquier intento. Si bien es necesario partir de su significado etimológico de amor a la sabiduría, este no es suficiente. Se requiere mayor trabajo conceptual para comprenderla. Es así necesario recurrir por lo menos a Platón en La República (Alianza, 1994), allí en su libro VII conocido como la alegoría de la caverna, hace una reflexión interesante, la cual nos ayudaría a hacernos una idea de lo que es Filosofía. Allí, nos narró cómo vivimos en una caverna, donde estamos encerrados y acostumbrados a solo ver “objetos fabricados” (VII-515c) y no la realidad. Cuando salimos de ella chocamos con la luz del sol hasta hacernos ver centellas. De tajo no podríamos contemplar “las cosas de arriba” (VII-516a), nos tocaría acostumbrarnos poco a poco a ver la realidad en toda su complejidad. Ese es el trabajo de la Filosofía y en consecuencia “lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero una vez percibida, hay que colegir que ella es la causa de todo lo recto y lo bello” (VII-517 c).

Sobre su importancia

Cuando nos preguntamos sobre la importancia de la Filosofía, nos percatamos que, hacerse esa pregunta es un recurso retórico. Cuando lanzamos la pregunta ya sabemos la respuesta por lo menos etimológica, la usamos como excusa para ahondar en la cuestión: la Filosofía sí es importante, ahora la pregunta es ¿para qué? y, la respuesta es fácil enunciarla: para pensar. Eso nos lleva a explicitar esa actividad. Oscar de la Borbolla escribió un libro titulado La rebeldía de pensar (FCE,2020), aquí reflexiona al respecto; nos dice, pensar:

“es descubrir en cada camino una multitud de sentidos y en cada sentido una multitud de caminos. Para quien piensa hay muchas metas y muchas maneras de alcanzarla y por ello, el que piensa relativiza, duda, y el que no piensa se vuelve dogmático. Pensar no es tranquilizador: provoca duda, incertidumbre y a veces, inclusive zozobra” (p.14)

Si no piensas, estás en una zona de confort unidimensional como diría Herbert Marcuse y en lugar de la zozobra, la conformidad es la norma. Esa es la cuestión con respecto al pensar, hay suficientes razones para dudar de todo, del orden vigente, del régimen alimentario o de cualquier otro tema de vital importancia para el desarrollo de nuestras vidas en el planeta. Entonces, esta incertidumbre ante la hecatombe nos invita pensar en la multitud de caminos que albergan la esperanza de un mundo mejor.

No hay duda de que hemos pensado, no dudamos de la existencia de filósofos y filósofas y filosofías. ¿Cuáles son los aportes de estas al impulso de la humanidad en su conjunto? Creo que, la Filosofía como el trabajo de pensar siempre tiene como objetivos mínimos indagar, dudar, organizar. Solo pensemos un poco en el trabajo de Aristóteles (por ejemplo, cuando analiza varias constituciones o clasifica las plantas); pensemos un poco en los núcleos problemáticos, en los mitos, en las narrativas de nuestros pueblos aurorales, las cuales nos ayudan a comprender la riqueza del mundo; pensemos en un trabajo como La Enciclopedia. O, más reciente aún, en las discusiones en el Instituto del Futuro de la Humanidad de la Universidad de Oxford, dirigido por Nick Bostron (véase el sugerente enlace fhi.ox.ac.uk), sobre la inteligencia artificial, el mejoramiento de la humanidad o el “riesgo existencial”. En conclusión, el aporte de la Filosofía reside en indagar, dudar y el organizar el conocimiento.

La Filosofía nunca ha estado de moda, es decir, no es mediática, no lo fue; si es fiel a su papel en la sociedad, sería más bien incomoda. A Sócrates lo mataron, a Enrique Dussel le hicieron un atentado de bomba y a pesar de los chistes de Slavoj Zizek, la Filosofía no busca conciliar con el orden vigente, sino mover los cimientos de lo políticamente correcto y, en ese sentido, irrita; quizá por eso no sea mediáticamente relevante, pero en el fondo nadie con sano juicio dudaría de su pertinencia. De hecho, hemos contado con filósofos notables como Ricardo Arias Calderón o Ricaurte Soler, quienes desde las antípodas ideológicas tenían una incidencia en el debate nacional en la segunda mitad del siglo XX, el primero llegó hasta la vicepresidencia de la República y el segundo tiene su sitial como uno de los principales teóricos de la nacionalidad.

Según esa pertinencia, cuál es su lugar en la sociedad, en España se esta dando un debate, quieren eliminar a la Filosofía de la Educación Secundaria Obligatoria. Ciertamente no conozco cuál sea la cantidad de horas necesaria para la Filosofía en el sistema educativo, lo curioso es el criterio para asignar mayor importancia a algunas asignaturas de las ciencias nomotéticas y tecnológicas, mientras a las ciencias ideográficas y en particular a la Filosofía restarle. Si comparamos los programas de estudio, veremos la reducción, en la actualidad se dictan dos horas semanales de Filosofía; en la década del ochenta se dictaban cuatro; pero la cantidad de bachilleratos que fueron apareciendo en los últimos años, arrinconaron aún más a la Filosofía. La mayoría están enfocados en lo industrial, comercial y turístico en menor medida, lo cual es entendible, lo preocupante es la desproporción, eso nos invita a preguntarnos qué tipo de sujetos queremos.

Sobre sus retos

Ahora la pregunta es ¿Qué hacer?, en Panamá tenemos mucho por bregar con respecto a la gestión de la Filosofía; el filósofo español Gustavo Bueno dijo que la Filosofía rebasaba cualquier gremio y está en toda la razón; sin embargo, es necesario organizarse para no perecer en la formalidad de la educación; la Filosofía como tal no, pero si su enseñanza estaría en peligro de disminuirse, aunque es impensable una educación sin Filosofía, no dudamos de la impericia de nuestros funcionarios para eliminarla. La profesora de la Universidad de Chicago, Martha C. Nussbaum, nos habló sobre la necesidad de las humanidades para las democracias en su obra Sin fines de lucro (katz, 2010). Lo que está en juego en la formalidad de la educación es la reducción de la Filosofía, por diversos medios, ya sea por la orientación técnica y crematística de la educación en su conjunto, ya sea por la disminución de horas en los programas, ya sea por el carácter de obligatoriedad de esta en el sistema, ya sea por el cambio de nomenclatura o cualquier otra forma en que explícitamente la Filosofía en un sentido profesional mengüe en los planes y programas en el sistema educativo panameño.

Ahora bien, urge en ese tenor, crear una Asociación Panameña de Filosofía, como la hay en nuestros países vecinos, como en Costa Rica está la Asociación Costarricense de Filosofía (ACOFI) o en Colombia la Sociedad Filosófica Colombiana (SFC), los cuales son espacios externos a las universidades con mayor dinamismo. Con igual pertinencia necesitamos un supervisor nacional de Filosofía en el Ministerio de Educación para la militancia de los espacios formales de la Filosofía en el sistema educativo, como también sea el enlace con los y las profesoras de todos los colegios para su educación continua; estos espacios aunados con la Universidad tendrían que retomar los esfuerzos de un Congreso Nacional donde se discutan tanto los problemas domésticos de la asignatura en los espacios formales como también las grandes problemáticas que la realidad nos supone, allí donde reside la importancia de la Filosofía y sus retos.

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Ricardo Moreno Castillo: “La educación ha fracasado por empeñarse en negar sus límites”

Ricardo Moreno Castillo: Filósofo, matemático y profesor

“Un buen profesor de hoy se parece mucho a uno de hace 300 años”

Profesor durante más de tres décadas, Ricardo Moreno Castillo es licenciado en Matemáticas, doctor en Filosofía y autor de una veintena de libros, entre los que se cuentan: Sobre la buena y la mala educación, Panfleto antipedagógico o Los griegos y nosotros. De cómo el desprecio por la Antigüedad destruye la educación. El próximo 25 de septiembre desembarcará en el V Foro de Educación de FARO para desarrollar la ponencia ‘Los límites de la educación’, aunque advierte: “Normalmente, me mandan callar, me dicen: ‘este señor anticuado que no se ha enterado de las novedades…”.

A sus 71 años, se queja de lo políticamente correcto por “hipócrita”, critica a los que él mismo bautiza como neopedagogos – “parecen curas frustrados”– e insiste en la importancia de estudiar a los clásicos. Preguntado por la educación en España, responde: “Es un absoluto fracaso”, pero ¿por qué?
–Porque ha querido abarcar a todo el mundo y lo que ha conseguido es que los que quieren estudiar no pueden por culpa de los que no quieren, y los que no quieren y que serían mucho más felices aprendiendo un oficio, pues tampoco pueden. O sea: todo el mundo está descontento. Todo el mundo.

– ¿Cuál sería para usted la solución?

– A partir de los 12 años, un niño que no quiere estudiar es ingobernable. Parece una edad temprana, pero el que no quiera estudiar ya no va a estudiar. Es mejor aceptar ese hecho y darle una salida a través de la FP y hacer un Bachillerato más largo para los que sí quieren estudiar. No pueden empeñarse en tener una educación unificada hasta los 16: obligatoria sí, pero no unificada, porque al final muchísimas personas están en la escuela sin ganas, terminan aprobando y llega un título a los 16 años que no garantiza ni que sepan leer un texto correctamente.

– ¿El límite de la educación?

– Claro, precisamente ese. Los límites de la sanidad son aquellos que no quieren curarse, los que no hacen caso a los médicos; y ese límite hay que aceptarlo, no es ningún fracaso, es así.

Es como la paloma que cuenta Kant en su parábola, va volando y está incómoda por la resistencia del aire y piensa que sin aire volaría mucho mejor, pero no: si no hubiese aire, no volaría. El aire que dificulta y el aire que posibilita es el mismo. Toda posibilidad humana tiene un límite, pero el límite y la posibilidad es la misma cosa. Como se ha ignorado el límite, pues se ha quitado la posibilidad y el resultado es una enseñanza desastrosa.

–Esto tiene un niño que saberlo: no se aprende nada sin esfuerzo. Esto no quiere decir que haya que aprender a latigazos ni mucho menos, pero sí con una rutina y un esfuerzo, y si no están dispuestos a ello, no hay sistema por bueno que sea que le pueda enseñar.

–¿Cómo puede potenciarse en el colegio?

–Pues lo primero: diciéndolo muy clarito el primer día, y que los padres lo tengan muy presente: hay unas horas del día en los que la casa tiene que estar en silencio y la televisión apagada y exigir al niño que haga las tareas porque, además, yo estoy convencido de que una enseñanza básica común hasta los 12 años, en la que se inculcase el trabajo y el esfuerzo, al final conseguiría que la mayoría optasen por el bachillerato, pero no hay que engañar al niño: – “Lo importante es estar motivado” – “No, no, lo importante es estudiar; si lo haces motivado, mejor para ti”. La motivación, los sentimientos, la amistad… están muy bien, pero eso es cosa de la vida privada y hoy hay muchos pedagogos que tienen la manía de meterse en la vida privada de los alumnos. A veces, hay profesores que parecen curas frustrados.

– Cuando comparte estas críticas con los pedagogos, ¿qué le dicen?

–Bueno, pues hay quien dice que expreso muy bien “lo que todos pensamos” y otros me dicen que soy el rey Herodes, un reaccionario. Ahora menos porque, afortunadamente, cada vez existen más libros dando la señal de alarma sobre el sistema educativo. En general, he recibido más ataques que razonamientos, lo cual no quita que en las distancias cortas podamos ser cordiales y reírnos.

–¿Es posible cultivar la inteligencia en el colegio?

–Claro, pero para eso no podemos desprestigiar la capacidad de memorizar como se está haciendo hoy en día: que se la considera lo opuesto a la inteligencia, porque la inteligencia sólo actúa sobre los datos de la memoria, cosa que ya dijo Kant hace mucho tiempo.

–¿Un consejo para un profesor?

–Pues mira, yo le diría: un profesor tiene muchas satisfacciones, pero hay algo que no va a ser y es mejor que lo asuma: no va a ser original porque un buen profesor de hoy se parece mucho a un profesor de hace 300 años.

Un buen profesor tiene que hablar alto y claro y animar a preguntar las dudas, esto es así ahora y lo era también hace 300 años.

“La historia nos da una visión profunda del mundo”

–¿El valor de la lectura?

–Importantísima. El mundo de ficción crea en nosotros un mundo interior que nos permite observar la realidad… digamos que con más serenidad.

–¿Nos recomienda un libro? –

Hay muchos, pero El infinito en un junco, de Irene Vallejo, me gusta mucho, es muy bonito y está muy bien escrito. Aconsejaría leerlo porque nos explica muy bien el porqué de la importancia del latín y del griego, y afortunadamente está teniendo mucho éxito, lo cual quiere decir que hay mucha gente que se está dando cuenta del vacío que existe.

– Usted también ha escrito un libro reivindicando la antigüedad: ‘Los griegos y nosotros. De cómo el desprecio por la Antigüedad destruye la educación’, ¿por qué lo cree así?

–La actualidad que vivimos es el producto de toda la historia que vino antes. No podemos conocer a nuestra sociedad si no conocemos el pasado y hoy está completamente olvidada. Somos hijos de los romanos y nietos de los griegos y de los judíos. Como no saben historia, los niños de ahora tienen una visión completamente plana del mundo, no hay esa dimensión en profundidad que da la historia.

– En la música, en la fotografía, en la naturaleza…, ¿las matemáticas están en todas partes?

– Hombre, aquí soy parte interesada, pero sí, lo están: en el arte del Renacimiento, porque el estudio de la perspectiva no se entiende sin las matemáticas; en las catedrales, porque el motivo por el que tienen tan buena resonancia musical se debe a la forma elíptica de sus bóvedas… Están en todo y, además, cuando un filósofo empieza a pensar sobre lo que es el saber, es muy importante que tenga una formación científica y esta también se basa en las matemáticas, además de que son fundamentales para la gimnasia mental. Deberían de estudiarse en todos los bachilleratos, al igual que el latín.

Fuente: https://www.farodevigo.es/faroeduca/foro-de-educacion/2021/09/12/educacion-fracasado-empenarse-negar-limites-57189270.html

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Entrevistas a Laura Nuño de la Rosa: La biología es la gran disciplina legitimadora del orden social existente

Por Alfredo Caro Maldonado

Laura Nuño de la Rosa es filósofa de la biología que investiga sobre la historia y la filosofía de la biología del desarrollo y evolutiva en la Universidad Complutense de Madrid.

En la primera entrevista conversamos sobre la filosofía de la ciencia, y en particular la de la biología, sobre en qué situación está hoy la teoría de la evolución y la supervivencia del más apto

Además nos hace comentarios a esta entrevista a Agustín Fuentes: «Darwin y Galileo intentaban introducir nuevo conocimiento en el mundo y eso es un acto político».

Nos habla sobre psicología evolutiva.

Aquí en audio y en vídeo:

En la segunda entrevista hablamos de su artículo: «La construcción social de la pandemia: el realismo extendido como superación crítica del cientificismo y el negacionismo».

La pueden escuchar en Telegram pinchando aquí , o en Youtube:

Fuente: https://rebelion.org/la-biologia-es-la-gran-disciplina-legitimadora-del-orden-social-existente/

 

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Hacia una comunidad de vida ante el suicidio colectivo

Recientemente Katya Colmenares en el Seminario Permanente de la Asociación de Filosofía y Liberación y también en la Conferencia Internacional Pensando el Mundo desde la Vida, nos invitó a pensar “desde la vida”, lo cual supondría un cambio de paradigma. En ese sentido, ir más allá del fetichismo capitalista. Es decir, del orden vigente conducente al “suicidio colectivo” (como diría Franz Hinkelammert).

Somos testigos de cómo hemos convertido a la naturaleza en una mera mercancía y seguimos haciéndolo con minas a cielo abierto, afectando directamente nuestro medio y, también, cómo las relaciones sociales capitalistas son destructivas de la convivencialidad y sensibilidad ante el Otro. Ya no se trata de una crisis del capitalismo, estamos ante una crisis civilizatoria (como diría Renan Vega Cantor) en curso. De tal forma que, una reforma al sistema capitalista no es la solución, más bien sería parte del problema. Son esas relaciones y su modo de producción causantes del deterioro de la Madre Tierra y de la vida en ella.

Así como la sociedad experimentó el progreso, produjo abismales desigualdades y condiciones ecológicas pírricas para la existencia de la vida en general y de la especie humana en particular. La locomotora del capitalismo continua su acelerado rumbo al suicidio colectivo, urge como diría Walter Benjamin, un freno de emergencia.

Ante ese escenario poco optimista cuando vemos la espiritualidad capitalista desenvolverse plenamente, el pensamiento de Colmenares es una bocanada de esperanza. Como tarea nos dice: urge pensarse como “comunidad de vida”; esa es de las tareas políticas más sublimes, pensar y actuar como un gran nosotros. La pandemia nos desnudó aún más la necesidad de hacerlo. La posibilidad de pensar en estos términos supone las condiciones y utopías para hacerlo sin claudicar ante el suicidio colectivo.

Abdiel Rodríguez Reyes, Profesor de Filosofía en la Universidad de Panamá 

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La importancia de la educación consciente a través de la Filosofía

Por: Educación 3.0

Transformar la educación pasiva de los conocimientos hacia una educación consciente es el hilo conductor de este artículo escrito por Alejandro Moreno Lax, autor de ‘Filosofía viva. Una iniciación a la vida filosófica’.

En los modelos educativos hay un temario sistemáticamente ausente, el que se refiere al conocimiento de sí mismo. En la actualidad disponemos de tantos ‘conocimientos’ que en las escuelas se producen muchas discusiones en torno a cuáles han de ser los prioritarios y cuáles no: cuántas horas para Matemáticas, cuántas para Lengua… Lo que tienen en común estos debates es que no se cuestionan la forma de entender el conocimiento, pues tienden a asumirlo como algo ya demostrado, registrado, clasificado, objetivado y descubierto por ‘otros’. Es decir, los estudiantes son receptores más o menos vacíos que reciben con cierta pasividad un contenido exterior que han de memorizar y ‘aprender’. Poco importa lo que piensen al respecto y la utilidad que le encuentren a dicho saber; y todavía importa menos, más allá de lo anecdótico, si ellos traen algún saber que vaya más allá de lo establecido por el programa de estudios.

De alguna manera, lo que en su día fue un revolucionario modelo emancipador que ha enseñado a millones de personas a leer, escribir, contar… bebe de este imaginario cultural basado en la división entre quienes saben y los que no saben, entre quienes ‘poseen’ un conocimiento ‘científico’ y los que no. Lo curioso de todo esto es que no hay nada menos científico que esta visión educativa que entiende a los alumnos como entidades pasivas, una visión dentro de la cual apenas hay lugar para espíritus científicos, para seres inquietos capaces de investigar por sí mismos y desarrollar sus capacidades.

Conócete a ti mismo

Pero aquí no acaba el asunto. En el modelo educativo actual, los alumnos no sólo son (de forma implícita) asumidos como pasivos, como receptores de contenidos construidos por otros; no solo carecen de espacio para desarrollar sus capacidades; sino que, además, carecen de espacio para conocerse a sí mismos. Aquí está lo fundamental.

educación consciente

Esto quiere decir que no es relevante en su desarrollo educativo contactar con los límites impuestos por la personalidad; dilucidar los supuestos y creencias asumidos automáticamente de otras personas y que les lleva a vivir una vida que no ha sido elegida por ellos; reconocer los personajes egóticos con los que se identifican y enmascaran su ser; en definitiva, un espacio donde pueden reconocer su ser, donde puedan contactar con la ‘experiencia de ser’.

“No hay nada menos científico que esta visión educativa que entiende a los alumnos como entidades pasivas, una visión dentro de la cual apenas hay lugar para espíritus científicos”

Por eso lleva razón el educador Carlos González Pérez, protagonista del documental ‘Entre maestros’ cuando reivindica la necesidad de una segunda alfabetización, una nueva alfabetización que no se refiere a la era digital, sino a la ‘era de la consciencia’, al despertar de las visiones duales de la realidad y al inicio de un modo de entender la educación consciente basado en procesos de transformación y desarrollo de la consciencia, y no tanto en la adquisición de contenidos construidos por otros.

Un nuevo enfoque filosófico

En el ensayo que acabo de publicar, ‘Filosofía vivaUna iniciación a la vida filosófica’, exploro algunas de las cuestiones básicas para el autoconocimiento desde un enfoque filosófico experiencial, como son la experiencia de la insatisfacción, el vacío, el miedo a la soledad, el descubrimiento de la presencia, el reconocimiento de las heridas del ser, el contacto con el dolor, el significado sobre el propósito de vivir, la importancia del silencio…

Considero que todas estas cuestiones no solo son importantes para todo adulto que experimenta una crisis personal o se acerca a la vejez, sino que han de ser cuestiones centrales que han de acompañar todo proceso educador; todo proceso en el que educar ayude a sacar al estudiante su propia sabiduría personal, su propia comprensión sobre quién es.

“En un mundo donde la tecnología está transformando a pasos agigantados y a un ritmo vertiginoso todos los ámbitos sociales, debemos recuperar el primero de todos los saberes, el conocimiento de sí mismo”

Asumir este nuevo paradigma educativo implica no tanto crear una asignatura específica para ello, ni implica solamente modificar los contenidos y metodologías correspondientes a la asignatura de Filosofía, sino más bien implica que el profesorado se involucre en un proceso de educación consciente en el autoconocimiento que le ayude tanto a cuestionar los aspectos superficiales de la personalidad (incluyendo su rol de docente), como a transformar la visión de su propósito educativo así como proporcionar a los estudiantes de una serie herramientas transformadoras de su propio ser que, sin duda alguna, agradecerán.

En un mundo donde la tecnología está transformando a pasos agigantados y a un ritmo vertiginoso todos los ámbitos sociales, debemos recuperar el primero de todos los saberes, el conocimiento de sí mismo, el saber que nos prepara para vivir.

Filosofía viva
  • Autor: Alejandro Moreno Lax
  • Editorial: Desclée De Brouwer

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/educacion-consciente/

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Libro (PDF): Metodología de los bordes : psicoanálisis y lógicas no clásicas

Reseña: CLACSO

El conjunto de trabajos que se presenta a continuación busca cumplir con diversos propósitos, pero tiene en común una línea de investigación que trata de encontrar y mostrar los vínculos entre algunas ciencias y el psicoanálisis. Aunque predomina el uso de nociones provenientes de la lógica clásica y de las lógicas no clásicas, el interés que nos mueve es exponer y discutir los correspondientes conceptos teniendo presente la idea de que es posible un psicoanálisis con lógica.

 

Autor(es):            Beller Taboada, Walter
Editorial/Editor:  Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, DCSH/UAM-X
País de Edición:            Mexico
ISBN            978-607-28-1808-8
Descarga:                     Libro (PDF): Metodología de los bordes : psicoanálisis y lógicas no clásicas

Fuente:                         http://biblioteca.clacso.edu.ar/

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Una mirada filosófica de la ciencia

Por: Leonardo Díaz

 

La investigación científica conlleva unas implicaciones éticas cuyo examen es una de las tareas más importantes del quehacer filosófico.

En mi artículo de la semana pasada titulado “Las tensiones de Darwin” (Acento, 27-5-2021), comento la postura del antropólogo de la Universidad de Princeton, Agustín Fuentes, sobre la importancia de contextualizar social e históricamente las teorías científicas.

En el referido caso, se trata de proporcionar una mirada humanística para el estudio de las ciencias, lo que debería incluir también una lectura filosófica de la misma.

En un artículo testimonial, el biólogo Rasha Shraim (“How Philosohy is making me a better scientist”, Nature, 23 de abril, 2021) escribe sobre las virtudes que el entrenamiento filosófico le ha proporcionado a su comprensión de la práctica científica.

Shraim no solo alude al hecho de que el estudio sistemático de la filosofía constituye un estimulo para la creatividad y la actitud crítica en la investigación, sino también, a que la actividad filosófica nos proporciona un metaanálisis sobre los enfoques y presupuestos mismos desde los cuales se realizan la ciencia, muchas veces imperceptibles para el científico sin educación filosófica.

Dicha tarea no es un mero ejercicio académico. La colonización científico tecnológica cada más extendida y estructural del “Mundo de la Vida” nos impone la necesidad de una reflexión dialógica que supere las estrecheces de las miradas cientificista e instrumentalista sobre los procesos cognoscitivos.

En este sentido, una comunidad democrática requiere que sus comunidades epistémicas (científicos, filósofos, intelectuales) sostengan una discusión viva junto a una ciudadanía educada y crítica para que las aplicaciones del conocimiento científico-tecnológico puedan contribuir al proyecto de una vida buena.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/una-mirada-filosofica-de-la-ciencia-8950542.html

 

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