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Ciencia en la aldea: los niños que ayudaron a descubrir un monasterio medieval. Austria

Redacción: the Conversation

“¡Profe! ¡Aquí hay algo! ¿Será el «anillo de la paz”? ¿Será la tumba de algún monje?“. Los alumnos de primaria del colegio público de Belmonte de Miranda (en el concejo de Balmonte) se emocionan con los primeros descubrimientos en la excavación arqueológica del monasterio de su pueblo.

La ansiada joya de la que hablan es el «anillo del abad”. Cuenta la historia que todos los abades tenían un anillo que los identificaba como rectores de un monasterio. Los alumnos se entusiasman con la posibilidad de encontrarlo. ¡Aunque ellos hacen su propia interpretación y lo llaman el “anillo de la paz”!

¿Qué es un abad?

Cuando empezaron a investigar la historia de su pueblo no sabían qué era un abad, ni dónde había estado el antiguo monasterio. Al final del curso y de la excavación arqueológica conocían la importancia del desaparecido monasterio de Santa María. Sabían cómo funcionaba y el poder que tenían los monjes en la Edad Media. ¡Incluso eran capaces de dar una conferencia sobre el tema!

Durante el curso 2018-2019, el grupo de investigación LLABOR de la Universidad de Oviedo y el Colegio Público de Balmonte de Miranda pusimos en marcha el proyecto ConCiencia Histórica. Nuestro objetivo era convertir el patrimonio cultural rural en el eje del proceso educativo. Y al alumnado en protagonista del aprendizaje investigando la historia de su propio municipio.

A menudo los recursos patrimoniales del territorio y los saberes de los habitantes locales pasan desapercibidos. La riqueza paisajística, especialmente en las zonas de montaña, eclipsa un patrimonio cultural extraordinario, poco valorado y casi olvidado debido a la despoblación del medio rural.

La increíble experiencia del curso pasado nos ha animado a continuar durante el curso 2019-2020. Y mantenemos la ilusión de prolongar su vida en el futuro, abordando otros temas de estudio, siempre relacionados con el patrimonio rural.

Taller de arqueología forense. Los niños aprenden a identificar los distintos huesos del cuerpo humano e identifican las marcas que dejan en ellos distintas enfermedades. Grupo de Investigación Llabor (Universidad de Oviedo).Author provided

La historia de los paisajes y el paisanaje

El punto de partida de este proyecto son las excavaciones arqueológicas que el grupo de investigación ha realizado en la aldea de Vigaña (Balmonte).

En los últimos diez años hemos descubierto un poblado neolítico, un castro de la edad del Hierro y un cementerio medieval. Los habitantes de la aldea nos han acompañado en este viaje, aportando un conocimiento que nos ha ayudado a plantear la investigación.

Y se han asombrado ante los hallazgos. Para ellos era increíble descubrir que su hórreo se levantaba sobre un cementerio medieval. O que las leyendas sobre el castro escondían los restos de un poblado antiguo.

El esfuerzo por incorporar el conocimiento local, todo aquello que los habitantes conocen de su paisaje, ha contribuido al éxito de la investigación. Nadie conoce el territorio como aquellos que lo han trabajado durante miles de años.

Excavación en la zona del Convento, lugar en el que se localizaba antiguamente el monasterio de Santa María de Lapedo. Grupo de Investigación Llabor (Universidad de Oviedo).Author provided

Arqueología en el aula

El interés del grupo de científicos por compartir sus investigaciones conectó con las propuestas educativas del colegio público. Y así nació ConCiencia Histórica: la arqueología, el conocimiento local y el método científico se convirtieron en el eje de los trabajos en el aula.

“ConCiencia Histórica – Arqueología y comunidad en la sociedad rural”, por Grupo de investigación Llabor (Universidad de Oviedo).

El objetivo es dar protagonismo y responsabilidad al alumnado en la escuela y en el municipio. Con trabajos científicos reales favorecemos el desarrollo de habilidades y la fijación de conocimiento.

La excavación arqueológica del antiguo monasterio del pueblo se convirtió en la principal actividad didáctica. Y se conectó con las materias y temas que los maestros han de impartir cada trimestre.

Dos arqueólogos profesionales en colaboración con profesores y alumnos de la universidad dirigen los trabajos. Los niños y niñas, desde los 3 a los 11 años, participan en todas las labores propias de una investigación: buscan la información histórica, preparan la excavación arqueológica, estudian los materiales encontrados y registran los datos obtenidos utilizando las nuevas tecnologías.

Como apoyo se hacen varios talleres a lo largo del curso. Algunos tienen la intención de enseñar los pasos del método científico. Por ejemplo, estudiamos lo que nos dicen los huesos sobre la vida de una persona. Y analizamos los restos de animales para saber algo más sobre la ganadería antigua.

También nos atrevemos con talleres de arqueología experimental: aprendemos a hacer cerámica y hacemos el horno para cocerla.

La construcción de una cabaña con materiales tradicionales es una de las aventuras más divertida. Pisar barro mezclado con paja para poner en las paredes resulta fascinante para el alumnado. !Y es una gran experiencia para comprender los problemas cotidianos de las sociedades en la historia!

Trabajos de construcción de una cabaña neolítica. Técnica tradicional con madera de avellano y barro pisado con paja. Grupo de investigación Llabor (Universidad de Oviedo).Author provided

Los vecinos también son protagonistas

Una de las apuestas más emocionantes es revitalizar el conocimiento local. Hacemos pan en un horno antiguo del pueblo y aprovechamos la ocasión para festejar el momento con música tradicional. Los cantares de Concha o Auristela nos transportan a otros tiempos, cuando reunirse en torno al fuego era la única actividad posible durante las noches de invierno.

Además, implicamos a la comunidad sanitaria para hablarnos de comida saludable mientras hacemos pan de forma tradicional.

Toda la comunidad se implica en el proceso de aprendizaje y colabora activamente con el alumnado. Así logramos un continuo trasvase de saberes.

Y el resultado final es un servicio a la comunidad. Los alumnos han diseñado una ruta turística por Balmonte en colaboración con el Ayuntamiento: “Las chalgas de los escolinos”. En este paseo por la villa se pueden ver señalizados los restos del antiguo monasterio reutilizados en las actuales casas de la localidad.

Los talleres favorecen la transferencia de conocimiento en el medio rural. El objetivo es despertar vocaciones científicas convirtiendo al alumnado en el protagonista de las distintas fases de la labor investigadora.

Taller de pan tradicional. Los alumnos hacen la masa para hacer su propio pan. Grupo de Investigación Llabor (Universidad de Oviedo).Author provided

Revalorizar el papel de las humanidades

Pretendemos sacar la investigación de las aulas universitarias y llevarla al campo. Urge equilibrar las oportunidades de las niñas y niños rurales con los que se forman en la ciudad. Y es necesario que la universidad conecte con la sociedad rural.

Los investigadores no podemos limitarnos a dar conferencias o charlas divulgativas. Debemos trabajar activamente con la gente. Así, favorecemos que se identifiquen con nuestra investigación, que en realidad es la suya, ya que estudiamos su historia.

También revalorizamos el papel de las humanidades como ciencias que generan saber científico. Las actividades realizadas por el alumnado dan valor al conocimiento del pasado para comprender el presente. Y son una herramienta adecuada para plantear opciones de futuro.

La cultura científica no es solo desarrollo tecnológico. Las humanidades, y concretamente la historia, son un pilar básico que permite comprendernos como sociedad y plantear soluciones innovadoras para el futuro.

Nuestros objetivos: investigar para conocer. Y convertir el conocimiento histórico en una herramienta que permita activar un futuro con un medio rural vivo.

Fuente: https://theconversation.com/ciencia-en-la-aldea-los-ninos-que-ayudaron-a-descubrir-un-monasterio-medieval-130965

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Tres series gratuitas para aprender historia mundial

Por: Sofía García-Bullé

Los contenidos digitales han abierto nuevas posibilidades para registrar y divulgar la historia en formatos ágiles, interesantes y entretenidos.

La enseñanza de la historia es una disciplina con muchas áreas de oportunidad. En países como México, por ejemplo, existen problemas tanto con la preparación de los docentes para impartir la materia, como en los recursos y materiales didácticos disponibles para dar la clase. En Estados Unidos, hay regiones en las que aún se lucha por programas académicos que reflejen la realidad histórica americana por completo.

Para aquellos maestros que encuentren un reto difícil en recopilar material certero y entretenido para sus alumnos en las clases de historia, les compartimos tres programas educativos para fortalecer su selección de contenidos. Todos los programas incluidos en la lista pueden accederse gratuitamente vía YouTube.

1. Historia a profundidad: IT’S HISTORY!

Producido por Mediakraft Networks, este canal de YouTube surgió en 2014 y se especializa en narrar episodios específicos de la historia mundial a detalle. El show es producido en Munich por un equipo de expertos en historia, es narrado y escrito por el historiador Indiana Neidell.

Neidell combina su trayectoria como actor de voz, músico y personalidad de redes para relatar episodios históricos como la Guerra Fría, la Revolución Industrial y la Revolución Cultural China en una forma clara, concisa y amigable, apta tanto para expertos que quieren saber más sobre historia mundial como para principiantes que se inician en la materia.

La compañía de producción también tiene disponibles canales hermanos que abordan específicamente la Primera y Segunda Guerra Mundial. La mayoría de los capítulos de estas series cuentan con 36 opciones de idiomas en los subtítulos, incluyendo inglés, español, francés, alemán, árabe, chino y coreano, entre otros.

2. No son caricaturas, son créditos extra: Extra Credits

La idea del canal Extra Credits surgió en 2008 cuando el co-creador Daniel Floyd elaboró dos presentaciones de video para sus clases de Historia del Arte y Teoría de los Medios en el Colegio de Arte y Diseño de Savanna (Savannah College of Art and Design). En julio del 2010 comenzaron a transmitir el show Extra Credits por YouTube, cubriendo temas sobre producción de videojuegos y cultura popular. En el 2013 incluyeron el tema de historia mundial por capítulos bajo el título Extra History.

Siete años después, Extra History tiene hoy una de las bibliotecas de contenido histórico más amplias y variadas en YouTube y Twitch, cubriendo desde piezas de personajes como Simón Bolívar, Mary Seacoal y Yi Sun Sin, hasta eventos históricos complejos cuyo entendimiento requiere tocar temas de Economía y Sociología, tales como el episodio de la Compañía del Mar del Sur en el siglo XVIII.

La mayoría de los capítulos tiene de 7 a 15 opciones de idiomas para subtítulos, casi siempre ofreciendo español latinoamericano, peninsular o genérico.

3. Una opción latina: Bully Magnets

Producido por Andrés Alba, Antonio Romero, Enrique López y Luis Felipe Ángeles, Bully Magnets abrió su canal de YouTube en el 2010 con la intención de divulgar contenido histórico en un formato breve, amigable y característicamente divertido, dirigiéndose especialmente al público joven.

Su contenido es variado y abarca desde temas de interés académico como la conquista de México y el descubrimiento de América, hasta la vida de un Papa que odiaba a los gatos o un día en la jornada laboral de un verdugo en tiempos de la Revolución Francesa. El canal tiene una de las bibliotecas con contenido histórico más amplias de habla hispana, y varios de sus videos cuentan con subtítulos en español y en inglés.

Las fuentes y materiales estandarizados siempre serán la primera solución para enseñar historia en las escuelas, pero como auxiliar a estas fuentes primarias, contenidos digitales como estos son de gran ayuda para mantener el interés de los alumnos en el salón de clases.

¿Tú como maestro usas contenidos digitales auxiliares en el aula para reforzar el aprendizaje de la historia? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/historia-video-gratis

Imagen: USA-Reiseblogger en Pixabay

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Libro(PDF): «La democracia subversiva»

Reseña: CLACSO

Hoy, la situación dinámica de Bolivia constituye un espejo posible del futuro de Latinoamerica. Por eso el tratamiento de la crisis político-social boliviana, crisis de caracter sistémico, constituye parte de la preocupación solidaria de la región, en la medida en que vuelve a plantear los límites de la democracia como institucionalidad capaz de regular progresivamente la vida nacional. Pero ¿que peculiaridades del proceso histórico son las que amenazan esa precaria institucionalidad democratica, cuya consolidación y profundización -si bien fragmentada por múltiples escisiones ideológico-partidarias- sigue alentando la voluntad de los sectores mayoritarios populares? Quizás esa realidad sólo puede recuperarse a través de una elaboración ensayistica que combine con agudeza hermenéutica la perspectiva estrictamente política con la perspectiva histórica. El autor de este trabajo puede intentar esa tarea con una identidad academica y política destacada, donde la reflexión sobre el destino del pueblo y la nación bolivianos tiene como fuente constante la pasión de servir primordialmente a ese destino. Abogado boliviano, especializado en temas de historia y teoría políticas. Actualmente desempeña un cargo parlamentario electivo. Cuenta con una beca de investigación del Social Science Research Council para trabajar sobre Historia del movimiento obrero boliviano con un enfoque comparativo.

Autores (as): Ramiro Velasco Romero. 

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 1985

País (es): Argentina

Idioma: Español.

ISBN: 950-9231-10-1

Descarga:La democracia subversiva

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=369&pageNum_rs_libros=131&totalRows_rs_libros=1363

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Libro(PDF): «El sindicalismo latinoamericano en los ochenta»

Reseña: CLACSO

Este libro reúne las ponencias presentadas al seminario: El Sindicalismo Latinoamericano en los 80, realizado en Santiago de Chile entre el 20 y 23 de mayo de 1985 por la Comisión de Movimientos Laborales de CLACSO. Esta publicación debe ser considerada, por tanto, como una suerte de Actas del Seminario, ya que incluye todos los trabajos allí expuestos, conservando sus distintos niveles de profundidad, elaboración y sistematización. Los debates del Seminario estuvieron marcados por el reconocimiento de la tensión entre dos problemáticas fundamentales que parecen atravesar hoy día al sindicalismo: el enfrentamiento de la crisis económica, expresada especialmente en los efectos de largo plazo que supone el endeudamiento externo, y los desafíos de redemocratización o consolidación democrática de los sistemas políticos, según se trate de procesos que se vinculan a las experiencias autoritarias-militares, o a sociedades en las cuales la democracia se ha obtenido e intenta mantenerse.

Autores (as): 

Francisco Zapata. Carlos Zubillaga. Samuel Valenzuela. Emilio Morgado Valenzuela. Gilda Farrel. Liliana De Riz. Marcelo Cavarozzi. Jorge Feldman. María Herminia Tavares. Laís Abramo. Guillermo Campero. René Cortázar. Rosa Albina Garavito E.. Martín Gargiulo. Héctor Lucena. René Antonio Mayorga. Roberto Laserna. Roque Aparecido da Silva. Marcia de Paula Leite. Helia Henríquez. Iván Valenzuela. Oscar Mac-Clure H.. Bjorn Feuer. María Elena Cruz D.. Arturo Sáez Chatterton. Jorge Parodi. Kenneth M. Coleman. HIlda Kogan. Alberto L. Bialakowsky. Cristina Micieli. [Autores y Autoras de Capítulo]

Editorial/Editor: CLACSO.

Año de publicación: 1986

País (es): Chile

Idioma: Español

ISBN: –

Descarga: El sindicalismo latinoamericano en los ochenta

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=605&pageNum_rs_libros=130&totalRows_rs_libros=1362&orden=

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Opinión: El reto de la historiografía en la era digital

Por: Sofía García-Bullé

Construir una perspectiva histórica en un mundo en el que predomina el registro digital es un gran desafío.

La primera experiencia que algunos tuvimos en las clases de historiografía, el proceso por el cual se realiza la recopilación y divulgación de la historia, fue leer y analizar relatos de primera mano de personas que tuvieron una participación importante en el proceso de forjar el mundo que tenemos ahora.

Para los que asistieron a clases de historia antes de la era digital, textos impresos como “Cartas de Relación” de Hernán Cortés, o los escritos varios de Walter Raleigh, fueron fuentes básicas para aproximarse a entender la influencia europea sobre el continente americano durante la era del colonialismo. Estudiar esa época es fácil en términos de selección de fuentes, el porcentaje de la población que sabía leer y escribir era mínimo, el trabajo de escribas y la imprenta eran caros; se trataba de un recurso accesible solo a las clases pudientes o personas que pudieran procurar mecenas. Es por eso que las obras escritas en esa época, y que nos acompañan hasta hoy, son pocas en comparación, por ejemplo, con los inicios del siglo XX, en el que la proporción de la gente con la habilidad de escribir era mucho mayor, la imprenta se había vuelto un recurso más generalizado y ya existía la prensa como un poder comunicativo de gran influencia.

Saltamos unos 100 años en el futuro y la situación es muy diferente, la producción y lectura de contenidos está completamente democratizado, el acceso a la educación básica es un derecho, y cualquiera que tenga una conexión a Internet y la habilidad de leer y escribir puede plasmar sus contenidos en espacios públicos como redes sociales, sitios web, blogs, videos, podcasts y más. De tener tal vez unas 100 a 200 obras de registro histórico en épocas coloniales, a unas miles a cientos de miles entre el periodo post-revolución industrial e inicios del siglo XX. Hoy tenemos tantas personas registrando instancias del transcurrir histórico al mismo tiempo que se podrían llenar galaxias con ese contenido.

¿Cómo sortear entre tanta información? ¿Cómo jerarquizar, decidir lo que es importante como registro y lo que no? ¿Cómo preservar esta información, ponerla en contexto y divulgarla? ¿Cómo cambia el significado y relevancia del registro histórico ahora que que hay millones de personas escribiendo la historia diario, en 140 caracteres o menos, por ejemplo?

Enseñarla bajo este nuevo contexto también es un reto. Antes de la era digital había métodos y recursos muy ligados a las fuentes originales de la historia para comunicarla en un salón de clases, hoy los maestros pueden utilizar desde análisis de canciones modernas que se volvieron virales, hasta el impacto de la semiótica de los memes. Gracias a esta flexibilidad de fuentes, el registro, divulgación y enseñanza de la historia ha dejado de ser un proceso unilateral para convertirse en un diálogo interactivo, para entender este proceso necesitamos hablar de dos de las herramienta más importantes de la historiografía: El registro y el análisis.

La distancia entre el registro y el análisis

En cuanto a oportunidades de registrar la historia estamos mejor que nunca gracias a todas las plataformas de publicación digital que tenemos en la actualidad pero, ¿qué hay de la distancia entre el registro, la lectura y el análisis que constituyen la forma de la perspectiva histórica?

Si hablamos, por ejemplo, de “Historia General de las cosas de la Nueva España” de Bernardino de Sahagún o “De Londres a Ladysmith via Pretoria” de Winston Churchill; estos son trabajos que tras su registro han recibido lecturas y análisis de expertos en historiografía, sociología, antropología, e incluso hasta crítica literaria. El tiempo en el que un evento histórico o experiencia personal era registrado, divulgado y analizado, representaba un periodo mucho mayor e instrumental en la formación de una perspectiva histórica. La noción de que la historia como tal no se hace en el momento sino tras el juicio posterior de las generaciones venideras ha sido una piedra angular en nuestro entendimiento de la historia como concepto y disciplina de estudio.

Hoy en día, esa distancia ya no existe, figuras tan importantes como congresistas o presidentes ya no esperan años para hacer un compendio de sus decisiones políticas y hablar de la relevancia histórica de las mismas, o cómo afectan o benefician a la sociedad a la que sirven. En cambio, nos cuentan todos los días si participaron en un rally a favor de los derecho reproductivos, si van a autorizar un “tarifazo” o si se comieron un taco bowl a la hora de la comida. Esta información se encuentra en espacios públicos digitales donde la gente puede opinar al momento si están de acuerdo o no con una agenda política pro-derechos reproductivos, si un aumento sorpresivo en el costo de transporte público les parece bien, si está bueno el taco bowl o si el hecho de comerlo sirve para minimizar el peso de decisiones políticas racistas. Pero, ¿es esto historia? ¿O es un compendio de experiencias personales y percepciones en tiempo real? ¿Cuál es la diferencia entre una y otra? ¿Es un criterio válido para discernir entre lo que es relevante como hecho histórico o lo que no?

La relación entre experiencia personal y suceso histórico

La Historia es la disciplina que hace uso de diversas fuentes y métodos académicos para recopilar y divulgar un conjunto de eventos colectivos que han tenido influencia en la formación del mundo que vivimos ahora. La historiografía es el proceso por el cual se realiza esta recopilación y divulgación. Pero la situación se complica cuando la historia y la historiografía coexisten en la misma dimensión espacio-temporal.

Si regresamos otra vez a tiempos coloniales, es fácil hablar sobre la significancia histórica de la experiencia personal de Hernán Cortés al pisar por primera vez suelo del Imperio Azteca, ningún otro enviado de potencias europeas lo había hecho antes. Esta fue la primera instancia del trágico contacto entre las dos civilizaciones y formaba parte de la intención colonizadora de un reino entero. Cada palabra que él escribiera sobre este acontecimiento invariablemente iba a ser parte de un documento histórico importante. La experiencia personal de Cortés es parte integral del momento histórico de la invasión y conquista de Tenochtitlán.

Más de 500 años después, un hombre comparte su opinión sobre la generación Millennial y la generación Z, a través de un video en TikTok. El contenido de la misma no es nada sobresaliente. Su perspectiva es tan similar a la compartida por muchos de sus congéneres, que el New York Times ni siquiera se molesta en averiguar su nombre cuando publican una nota al respecto del fenómeno que provocó. “Los Millennials y la generación Z tienen el síndrome de Peter Pan, no quieren crecer nunca”, dice el hombre, quien sostiene que la visión y los esfuerzos de la generaciones posteriores a él no comprenden los pasos para un cambio de sistema sustentable. Esta perspectiva individual, pero este tipo de discursos personales también pueden ser parte de un evento histórico, si se viralizan.

Hoy la historia ya no se trata solo de ser el primero en hacer algo o en descubrirlo, o de ser una figura pública importante con poder de decisión sobre cómo transcurre el presente. Se trata también de formar parte de ese momento aleatorio que se convierte en contenido viral y lo conecta con cuestiones sociales, políticas y económicas que definen nuestro presente. También se trata de generar un término breve, conciso y atrayente como el OK Boomer, frase popularizada por la reacción de las generaciones más jóvenes ante el video. La respuesta intergeneracional masiva que se dio en las redes, representa la experiencia personal y perspectiva de millones de miembros de la generación Z y Millennial, pero también representa un momento histórico en el que un comentario individual moviliza una reacción global y visibiliza cuestiones de alto interés colectivo, como los peligros de la negación del cambio climático, la crisis financiera a nivel mundial, o el enorme desbalance económico y de justicia social entre las distintas clases socioeconómicas, además de otras problemáticas.

La frase y su significancia se han colado en espacios que marcan un interés histórico a través de la toma de decisiones políticas, tales como el parlamento de Nueva Zelanda, en el que la legisladora Chloe Swarbrick, de 25 años, usó el término “OK Boomer” para responder a otro miembro del parlamento de mayor edad, quien intentó interrumpir su discurso sobre la urgencia de enfrentar la realidad ambiental en la que vivimos. Esta democratización de las narrativas que hilan la historia tiene un efecto sobre las nuevas generaciones que han combinado un alto uso de recursos digitales con una creciente conciencia social. Lo que ha resultado en una construcción de la historia a través de muchas voces, no solo a través de una.

La labor del historiador en un presente histórico democratizado

En este punto del transcurrir histórico es imposible hablar de Historia sin los espacios digitales, que ya no solo sirven para registrar sucesos sino que también prestan plataforma e impulso a los mismos. Habíamos mencionado anteriormente que ya no existe una distancia en cuestión de tiempos entre el registro, lectura y análisis de sucesos de importancia histórica. Este nuevo panorama obliga a moderadores sociales de contenidos e historiadores, a desarrollar un sentido crítico como nunca antes había sido necesario para seleccionar, discernir y saltar tanto contexto como significancia a toda la información que hila nuestro presente histórico.

“La Internet nos está empujando, en buenas y malas maneras, a darnos cuenta de que la versión oficial de los eventos no siempre debería ser avalada y aceptada sin cuestionamientos,” dijo Jenna Wortham, colaboradora del New York Times en 2016. La periodista cultural presentó un punto importante acerca de cómo se construye y revisa la perspectiva histórica con las herramientas que tenemos actualmente. Los historiadores ahora pueden actualizar el registro mucho más rápido tomando en cuenta fuentes más diversas que ofrezcan una visión más completa de los momentos históricos.

Las omisiones y datos incompletos en los registros históricos son una ocurrencia común. Antes de la era digital podrían pasar años antes de que estos fueran detectados y corregidos, hoy pueden ser días, algunas veces hasta horas. Este proceso puede darse gracias a una aproximación a la disciplina de la Historia que toma en cuenta tanto hechos históricos como el crisol de experiencias humanas dentro de ese momento histórico, son ambas cosas las que construyen una perspectiva histórica completa.

La labor del historiador en la era digital es entender la diferencia conceptual y simbiosis entre estos dos elementos, de forma que pueda navegarlos y realizar un registro coherente y certero que parta de los testimonios que conforman un momento histórico, pero que pueda unificarlos en un solo contenido, a través del cual podamos entender las realidades cronológicas que ya son parte del pasado y prestan contexto a nuestro presente.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/historiografia-era-digital

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

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Entrevista a Henry Giroux. Autor y conferenciante.

Por: Víctor Saura

«Los maestros son una amenaza porque enseñan a hacer preguntas»

Los maestros son una amenaza para el Estado neoliberal porque enseñan a pensar. El poder financiero intenta controlar la escuela y la universidad con múltiples estrategias. Y a medida que aumentan las especialidades lo hace el analfabetismo en la comprensión del mundo. El neoliberalismo, la inequidad y la corrupción están ganando la partida, dice Henry Giroux, pero todavía queda alguna esperanza.

Henry Giroux (1943) es considerado como uno de los pensadores más influyentes del mundo en el ámbito de la educación. En su web hay una foto donde se le puede ver de joven con Paulo Freire, de quien fue amigo, colaborador y traductor, y es ahora uno de los grandes albaceas de su legado, como máximo exponente de lo que se conoce como pedagogía crítica. Autor o coautor de más de 60 libros, Giroux pasó por varias universidades de EE.UU. hasta que en 2004 recaló en la Universidad de McMaster, en Canadá, el país de sus padres. Esta semana ha estado en Barcelona, ​​para abrir la 1ª Conferencia Internacional de Investigación en Educación, una iniciativa promovida desde la Red Española de Institutos de Investigación en Educación y que ha organizado el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Barcelona ( IRE-UB). Conversamos con Giroux justo después del acto inaugural en el Paraninfo de la UB.

Al final de la conferencia se ha referido al profesorado como una amenaza. ¿Una amenaza para quién?

Los maestros son a menudo una amenaza para el Estado, porque tienen el potencial de educar a la gente joven para que sepa hacer preguntas impertinentes. Para las sociedades autoritarias, la alfabetización es un peligro. Y los maestros son un peligro también para las sociedades que creen que la mejor manera de ser un buen patriota es no hacer preguntas. Cuando educas a los estudiantes para hacer preguntas te estás arriesgando, especialmente en aquellas sociedades que hacen todo lo que pueden para transformar la educación en una especie de entrenamiento.

Cuando habla de sociedades autoritarias, ¿en qué tipo de sociedades está pensando?

Los hay de muchos tipos, pero creo que hoy en día lo que vemos son dos cosas. La primera es el colapso de las democracias liberales, por haber pasado a ser sociedades gobernadas por el neoliberalismo. Las políticas de austeridad, autoridad e inequidad masiva, de la riqueza y del poder, de la descapitalización de los bienes públicos, todas estas fuerzas empujan a la sociedad a ser mucho más represiva, más preocupada en el control de la población que en la resolución de problemas. Y, en segundo lugar, estamos viendo el surgimiento de sociedades que básicamente cambian seguridad por libertad. Os daremos seguridad pero no podrá haber libertad. Hablo de la aparición de lo que llamamos democracias en Hungría, Turquía, India, Polonia… En estos países vemos el surgimiento de movimientos sociales de derechas que usan un lenguaje de pureza racial porque básicamente son neonazis disfrazados. Y, cómo no decirlo, en Estados Unidos tenemos un presidente que odia la educación. De hecho, llegó a decir que quería a los ignorantes (uneducated).

¿Esto dijo?

Sí, esto es una cita textual. Y eso se traduce en políticas que vacían de fondos públicos aquellas instituciones que podrían hacer llegar la educación a toda esta gente. A este tipo de cosas me refiero cuando digo que los maestros pueden ser un peligro.

Usted subraya la importancia del lenguaje para entender el mundo, pero ¿no cree que es un abuso del lenguaje hablar de fascismo? Por ejemplo, en el caso de Trump, que está pasando por un impeachment y en caso de que lo supere deberá pasar por unas urnas para ser reelegido, ¿no le parece una exageración?

No creo que sea una exageración, creo que el fascismo llega de muchas maneras. La gente que habla de exageración tiende a pensar que el único fascismo que ha existido fue el de los años 30 y 40 en Europa y de los años 70 en Latinoamérica, y que no se transmuta en otras formas en diferentes sociedades. El fascismo no ha muerto nunca, sino que se esconde entre las sombras. Si crees que el fascismo está muerto en realidad te pasan dos cosas: que te conviertes en su cómplice, y que no puedes aprender de la Historia, has dejado de tener una relación crítica con la Historia. Y eso sí es un peligro.

La gente que vota Trump creció con los sistemas educativos del pasado, mientras que parece que usted nos esté diciendo que en el pasado el mundo era mucho mejor.

Yo no intento absolver el pasado, lo que digo es que estamos enterrando los frutos del pasado, es muy diferente. Trump no es una causa, es un síntoma. Es el síntoma de una sociedad neoliberal en Estados Unidos que tiene un largo recorrido en esclavitud, un largo recorrido en racismo y un largo recorrido en inequidades masivas en la distribución de la riqueza y el poder. En el pasado el neoliberalismo se ocultaba en la sombra, en medio de un lenguaje que reclamaba justicia e igualdad, pero esto ya no le hace falta. El presidente de EEUU ya no reclama la justicia, sino que reivindica la desregulación y la ignorancia. Él es un ignorante.

¿Era tan pesimista hace unos años, cuando Estados Unidos tenía el primer presidente negro de su historia?

Que Obama fuera negro no me hacía sentir optimista, yo era pesimista porque él era un neoliberal. Lo que no supe anticipar es que gente como Obama o Clinton crearon, junto con los extremistas republicanos, las condiciones óptimas para la irrupción de una persona como Trump. Me sorprendió que Trump fuera capaz de usar el lenguaje del populismo teniendo en cuenta lo que representa. Quiero decir, el hombre es un billonario, y en cambio puede hablar de atacar el capitalismo global, y llega al poder y recorta de forma masiva los impuestos a los ricos. Y desregula todas las leyes que ponen límites a lo que pueden hacer las grandes corporaciones. Lo que me impresionó fue hasta qué punto había caído el sistema educativo, y cómo de poderosas eran determinadas formas de educación fuera de las escuelas. En EEUU el aula educativa más popular es Fox News. Rupert Murdoch. ¿Sabe de qué le hablo?

Aquí tenemos otras cosas, pero la conocemos.

Es la emisora ​​con más audiencia. Y el 95% de las emisoras de radio en Estados Unidos son de derechas, propiedad de corporaciones muy poderosas. Los medios de derechas van locos por publicar historias que son totalmente demenciales, teorías de la conspiración y cosas así. Y esto hace que los medios del mainstream parece que sean de izquierdas. De repente, parece que el New York Times sea un oasis donde encontrar verdades, y eso que hablamos de un medio que apoyó la guerra de Irak y que siempre ha estado en la órbita del poder financiero. Los medios alternativos están cogiendo mucha importancia en los últimos 2000 años, y ahora, con Trump, son más importantes que nunca.

Pero, entonces, ¿usted no ve mucha diferencia entre Trump y Obama?

Sí que la veo. Trump es peor. Lo que se debe entender de alguien como Obama, o incluso Hillary Clinton, es que, a pesar de estar sometidos a Goldman Sachs y los intereses financieros, creen en un mínimo Estado del Bienestar. Un mínimo. Creen que no puedes tirar todos los leones, mientras que Trump dice «tire todos los leones». Esta es la diferencia. Los niños pobres con Trump no tienen comida gratis debido a los recortes en el Estado del Bienestar, con él los ataques sobre los bienes públicos son abrumadores. Yo habría votado Hillary Clinton, no porque apoye sus políticas, sino que cualquier persona habría sido mejor que Trump. Lo siento, pero Trump es un fascista, un supremacista y nacionalista blanco. Clinton habría sido el mal menor. Por lo menos, con ella millones de personas que están cayendo en la pobreza habrían tenido un seguro médico. Pero, al mismo tiempo, no creo que ésta sea la única respuesta, no renuncio a una reestructuración radical a cambio de una reforma. La reforma es un tema temporal. Una reestructuración radical es una estrategia a largo plazo. No es lo mismo.

Usted defiende que el gran capital intenta controlar la escuela y la educación superior, una idea que aquí comparte un sector de la comunidad educativa. ¿Me puede decir a través de qué instrumentos se hace esta operación?

Hay muchos. Primero, la privatización. Hay intentos de privatizar la educación pública. En segundo lugar, vacían de recursos la educación pública, y como lo hacen dicen: «¿Ves cómo no funciona?, la única solución es privatizarla». En tercer lugar, imponen grandes restricciones a lo que es el aprendizaje hasta convertir a los maestros en técnicos, con esquemas contables que son enormemente represivos, por decirlo suavemente. En cuarto lugar, crean escuelas charter, y con ello se desvía dinero público a organizaciones privadas. En quinto lugar, se refieren a estas escuelas como «escuelas gubernamentales», con lo que ello implica, ya que cualquier cosa relacionada con el gobierno básicamente se considera malvada. O sea que tienen un montón de métodos para hacerlo. Y aún pueden ir más lejos.

¿Cómo?

Hay que mirar al tema de las clases sociales, que es realmente la categoría que falta en torno a la educación. No es sólo que la gente tenga menos acceso, es que los estudiantes pobres, negros y blancos, están sufriendo en estas escuelas que los hacen formar parte de lo que se conoce como the school-to-prison pipeline (el oleoducto de la escuela a la prisión). Las escuelas se han militarizado. Hay más policía, más medidas de seguridad y se podría ir aún más lejos con la excusa de la violencia que hemos visto en las escuelas en los últimos diez años, desde Colombine. En las escuelas se ha dejado de lado el aprendizaje crítico porque lo importante son las medidas de seguridad. Hay un boom del sector de la seguridad, las escuelas están generando un negocio de millones de dólares para las empresas que fabrican detectores de metales e instalan circuitos internos de televisión. Mientras los directores invierten miles de dólares en cámaras recortan los salarios de los maestros y atacan a los sindicatos de docentes. Todo ello, en el nombre de la seguridad. Por eso las escuelas terminan siendo moldeadas a imagen de las cárceles. Es lo que yo llamo el castigo de la prisión (prison punishment creep), estamos haciendo la mudanza de la prisión en la escuela.

¿Y en la educación superior?

Allí pasan otras cosas. Por ejemplo, ves que se están contratando más burócratas para administrar que profesores para enseñar, en especial en Estados Unidos. El sistema de gobernanza se está modelando según la cultura de los negocios, no según la cultura de la democracia. Cada vez vemos emerger una burocracia más interminable y sin sentido, por lo menos a la educación superior de Estados Unidos y del Reino Unido, donde los profesores ya no tienen tiempo para escribir, y donde cada vez tienen más contratos temporales. Como he dicho en la charla, el 70% del profesorado universitario de EEUU tiene un contrato temporal. Los sistemas de gobernanza son reaccionarios, el profesorado cada vez pinta menos, y el dinero cada vez está menos en las disciplinas de humanidades y más en las relacionadas con el negocio y el capital. Por lo tanto, la universidad está siendo reimaginada como una agente de las corporaciones. En el pasado un ethos democrático guiaba estas universidades, con todos sus problemas, al menos, había un ethos donde había un bien público, pero ahora este lenguaje está tan muerto como el mito de la virgen María.

Giroux, durante la parte de coloquio de la conferencia inaugural

Ha mencionado también, como un aspecto negativo, que el profesor universitario es cada vez más un especialista. ¿A qué se refiere?

Nos están haciendo personas menos cosmopolitas, menos atentas a todo este abanico de realidades que necesitamos aprender para ser capaces de adquirir un lenguaje para la comprensión de la sociedad.

O sea ¿que tenemos más graduados universitarios que nunca pero están poco capacitados para entender la realidad?

Tienen un conocimiento menos exhaustivo sobre el mundo en el que viven. Están atrapados en su especialidad. Y las especialidades en algunos aspectos pueden ser estranguladoras, porque no equipan a los estudiantes para entender el contexto en el que operan estas especialidades. ¿Qué significa ser un doctor y no tener ética? ¿Qué quiere decir que seas un ingeniero armamentístico y no tengas ninguna conciencia sobre el dolor que causan las armas que fabricas? ¿De qué sirve ser un especialista en tantas profesiones y no tener que pensar más sobre desigualdades, pobreza o sobre los desastres ecológicos que están teniendo lugar para acabar con el planeta en 10 años? Todo esto es una forma de analfabetismo. Seguro que es gente muy lista en su disciplina, pero es estúpida en cuanto a entender el mundo en términos globales, mientras se crean las condiciones para que ellos prosperen en su especialidad. ¿De qué te sirve haber sido formado como cirujano ocular si vives en Florida y en diez años ya no lo podrás hacer porque el océano la engullirá?

¿Será esto lo que explica por qué personas con estudios superiores pueden acabar votando Trump?

Esto sería una explicación. Pero creo que hay otra, y es que Trump impulsa unas políticas que benefician a los intereses egoístas de esta gente, como el hecho de pagar menos impuestos. Cuando te defines como un contribuyente y no como un ciudadano, como resultado de la especialización en la que te encuentras, y rechazas considerarte ciudadano, es aquí donde acabas yendo. Te acabas definiendo sólo por tus intereses y dejas de ser un ciudadano para convertirte en un enemigo de la democracia.

¿No cree que en el mundo occidental hay mucha gente que protesta y que, por tanto, se considera muy crítica con el sistema, pero que al mismo tiempo no tiene la más mínima conciencia de que vive en la parte del mundo privilegiada?

La crítica puede servir para la mejora de la humanidad o para tus intereses particulares; claro que se puede ser crítico con algunas cosas y al mismo tiempo muy reaccionario. Porque no eres o no quieres ser consciente de que tus privilegios están basados ​​en la explotación de otra gente. Esto ocurre cuando no puedes entender hasta qué punto está mal repartida la riqueza en este mundo. ¡Hay tres personas que poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial! Este tipo de problemas atraviesan las fronteras nacionales. Aquí hay tres temas: primero, que la gente tiende a pensar en ella misma ante todo; en segundo lugar, que no se da cuenta que el Estado ya no les protegerá más, porque los virus no entienden de fronteras, como tampoco lo haría una guerra nuclear; y en tercer lugar, su crítica contribuye al problema porque lleva a la gente a creer en una justicia propia, basada en una especie de pureza política que en realidad es sólo reaccionaria.

Estaría bien acabar la entrevista con algún signo de esperanza…

Yo tengo mucha esperanza en la gente joven, a raíz de lo que veo que está pasando en Hong Kong o en Chile. También en Ecuador, o en Brasil, o en Estados Unidos o quizás aquí mismo. Estamos al final de un siglo de explotación y contradicciones que la gente no puede soportar más. Mucha gente ya no piensa en mejorar el mundo, sino en sobrevivir. Estamos en la lógica de la supervivencia, y esto empuja a la gente hacia un lenguaje que es muy diferente del que tenía hace años. Creo que los jóvenes, en todo el mundo, empiezan a darse cuenta de que les están robando la democracia. Cada vez hay más gente manifestándose en el mundo contra un sistema económico que es absolutamente explotador, y que está ligado a la corrupción, a las diversas formas de represión policial y gente que pasa hambre porque simplemente no está siendo pagada adecuadamente. Este sistema que pone en peligro el Estado del Bienestar y promueve el auge del Estado del Castigo. Ver toda esta lucha me da esperanza.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/08/los-maestros-son-una-amenaza-porque-ensenan-a-hacer-preguntas/

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Opinión: La importancia del conocimiento histórico para evitar tragedias humanas

Por: Sofía García-Bullé

29 de diciembre de 1845, Estados Unidos anexa a su territorio a la República de Texas. Este evento causa un conflicto de magnitud internacional con México, que ni siquiera había reconocido la independencia de Texas, considerándolo aún un estado mexicano renegado.

Esta cadena de sucesos provocó la erupción de la guerra entre México y Estados Unidos de 1846 a 1848; año en que, tras la derrota militar, México se vio obligado a ceder todo el territorio al norte del río Bravo. Estas tierras comprendían lo que hoy son los estados de Arizona, California (A través de la venta de La Mesilla), Nevada, Utah, Nuevo México, algunas partes de Colorado, Wyoming, Kansas, Oklahoma y, por supuesto, Texas.

Estos sucesos pertenecen a un pasado lejano, valioso tal vez para los historiadores y maestros de historia, o quizás relevante en otros niveles más conectados con nuestra realidad actual. Patrick Crusius salió de su casa el sábado 3 de agosto con la intención de matar a todos los mexicanos que le fuera posible antes de que las autoridades lo detuvieran. El saldo del ataque ascendió a 22 muertos y 24 heridos.

Su crimen, perseguido por los fiscales de estado como un acto de terrorismo doméstico, fue motivado por una creencia equivocada de que los inmigrantes hispanos invadían territorio estadounidense y que su deber como ciudadano era defender a su país de este ataque. Tal vez si su manifiesto publicado se hubiera basado más en conocimiento histórico y menos en la misma línea de pensamiento que motiva los tweets de su presidente, Crusius habría entendido que la presencia histórica de los mexicanos en Texas tenía que ver exactamente con lo opuesto de una invasión mexicana.

La lucha por una perspectiva histórica completa

De acuerdo con el Washington Post, las clases de historia son obligatorias en los niveles básicos de las escuelas tejanas. Desde cuarto de primaria hasta primero de secundaria los estudiantes aprenden la historia de su estado, desde su independencia con respecto a México, pasando por su anexión a Estados Unidos, hasta la cesión mexicana al terminar la Guerra de Intervención Estadounidense.

Si esto es algo que se asume que todos los niños tejanos saben, ¿qué se pierde en el camino a convertirse en adultos? ¿Las instancias educativas que comunican estos hechos históricos incluyen también un entrenamiento para ejercer el pensamiento crítico y comprender el complicado camino que hizo a Texas el estado bicultural que es hoy? ¿O hace falta la continuación de una intención histórico-educativa en niveles superiores como preparatoria o universidad?

Si este es el caso, el mensaje que han enviado varias universidades del sur de Estados Unidos ha sido desalentador. El estado de Arizona, ordenó a Tucson prohibir las clases de estudios mexicoamericanos en el 2012, decreto que fue anulado apenas en el 2017 en la Corte del Distrito, por considerar que favorecía una agenda educacional y política racista.

El caso de Texas es complicado. A pesar de contar con educación histórica en los niveles básicos, la de niveles superiores, que es donde se forma el pensamiento crítico para entender cómo la historia entra en juego para formar la sociedad en la que se vive, no contaba con un estatus oficial ni estándares generales para la materia de estudios mexicoamericanos.

Esto dejaba a los profesores que impartían estos programas electivos en una situación de abandono académico, en la que tenían que buscar contenidos por su cuenta, careciendo de una guía para programar contenidos y actividades para la clase.

Tan solo el año pasado, después de un arduo debate, la Junta Estatal de Educación en Texas votó para crear un currículum estandarizado para la clase de estudios mexicoamericanos, pero por orden de la Junta la asignatura debía cambiar su nombre de “Estudios México-Americanos” a “Estudios Étnicos: Una visión general de los americanos de ascendencia mexicana”.

La propuesta y posteriormente mandato del cambio de título pudiera parecer inocua, pero es en realidad un vehículo de sesgo educacional. Cuando hablamos de estudios mexicoamericanos está implícita la intención de comunicar el delicado balance y simbiosis de los momentos históricos que comparten México y Estados Unidos, además de cómo estos se reflejan en la actualidad que viven ambos países.

Si en cambio hablamos de una “visión general de los americanos de ascendencia mexicana”, colocamos el elemento mexicano como una cosa del pasado, lo borramos del presente, lo convertimos en un accesorio de la americanidad, que sería en este caso la perspectiva central. El aspecto mexicano en la dimensión bicultural de Texas se convierte en un miembro vestigial de la identidad texana, no el elemento presente y vivo que es.

Maestros y activistas de la comunidad latina y mexicoamericana en Texas pelearon la decisión, y en septiembre de 2018 lograron la instauración de una nomenclatura más certera para los objetivos educacionales de la materia que quedó como «Estudios étnicos: estudios mexicoamericanos”.

Esto representó solo un paso más de una intención constante de proveer a los tejanos de un acercamiento real sobre su herencia histórica e identidad bicultural, que no puede describirse como menos que una necesidad patente. Silenciar a la mitad de una cultura a través del control de cómo educamos su historia tiene consecuencias, más trágicas y reales de lo que anticipamos.

El peso de silenciar la biculturalidad en la educación histórica tejana

Sin una perspectiva sensible acerca de la dimensión bicultural de Texas es difícil procesar una realidad presente como la que tememos. Estamos viviendo la crisis mundial de migración más grande de la historia moderna. Tan sólo en El Paso, el número de familias migrantes que cruzaron el territorio aumento 2100 % el año fiscal pasado. La mayoría de estas familias vienen de Centroamérica, de las cuales 15,000 fueron arrestadas en este periodo.

Esto, aunado al discurso y políticas infamatorias del presidente Donald Trump y su equipo de comunicación, ha generado una narrativa en la que se claman víctimas de una invasión extranjera y dirigen relaciones internacionales hostiles con México para forzarlo a parar la ola de migración hacia Estados Unidos.

Texas no es ajeno a esta situación, es de hecho uno de los estados en los que más ha aumentado el cruce de migrantes en los últimos años. Pero tomar en cuenta solo este presente para juzgar toda la realidad social e identidad cultural tejana, ignorando que lo que hizo a Texas lo que es hoy fue la migración de norteamericanos hacia territorio mexicano, y además encuadrar las tendencias migratorias actuales como una invasión, que es básicamente un acto de guerra, no denota solamente falta de memoria histórica, sino de humanidad, cosas que idealmente se aprenden en una clase de historia.

El silencio educativo con respecto a la historia completa de un estado o país borra partes importantes de la identidad del mismo y habilita a personas como Crusius a racionalizar una crisis migratoria como una invasión.

Bajo este contexto, el conocimiento histórico no es solo una cuestión optativa, es un derecho inalienable del alumno y una obligación apremiante de las instituciones educativas norteamericanas; uno que debe aplicarse rápido, preferentemente antes de que el mandatario estadounidense escriba otro tuit sobre lo que piensa de la migración y de los mexicanos.

Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/el-paso-texas

Imagen: https://www.abc.es/historia/abci-como-mexico-perdio-texas-porque-ejercito-estaba-echando-siesta-deshonra-dificil-olvidar-201703230353_noticia.html

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