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Cine y Educación: Imaginando Una Nueva Educación, Creando Una Nueva Sociedad

Colombia / Autor: Paulo Freire / Fuente: Youtube

La educación necesita una mayor comprensión y reflexión acerca de lo pensado y hecho por el ser humano; razón por la cual, si se quiere aprender y no memorizar, es decir innovar para transformar, el cine brinda herramientas a todas las disciplinas permitiendo generar procesos de aprendizaje donde el estudiante reconoce, interpreta y transforma. Solo desde la imaginación se puede crear una sociedad que tenga como premisa de la convivencia el amor y el respeto. El cine es una máquina de sueños, que nos permite crear, imaginar y aprender.

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Brasil: Las claves del éxito de Unicamp, la mejor universidad latinoamericana

Brasil / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Grandes Medios

Times Higher Education, revista británica, publicó su nuevo ranking de las mejores universidades. Para el área de América Latina, Unicamp se llevó el primer puesto. Destacó por sus más de 1.000 patentes, su porcentaje de impuestos y su conexión con la industria.

El listado publicado es liderado por Unicamp y está conformado por más de 80 centros. El centro de estudios está situado en Brasil, específicamente en Sao Paulo. Es público y gratuito. Unicamp, Universidad Estatal de Campinas, superó a otra prestigiosa institución de la localidad: la Universidad de Sao Paulo.

Marcelo Knoble es actualmente el rector. También es físico de profesión. Nació en Argentina, pero llegó a Brasil cuando aún era un niño. El diario BBC Mundo entrevistó a Knoble y a Phil Baty, el editor a cargo de la creación del ranking publicado por Timer Higher Education. En ella dejaron plasmado las claves que llevaron a Unicamp al éxito.

Emprendimientos y patentes

Entre los criterios tomados en consideración por Times Higher Education, está el intercambio recurrente entre la universidad y la industria. Mientras la universidad transfiere conocimientos a la industria, la industria lo retribuye al aportar fondos para la universidad.

La idea de la creación de esta institución surgió hace 20 años. De acuerdo con Knoble, el planteamiento era crear una agencia de innovación. La propuesta convirtió a la institución en pionera tanto en Brasil como en América Latina.

Entre las instituciones residentes en Brasil, Unicamp ocupa el tercer puesto de las que mayor número de patentes posee. Solo es superada por Petrobras y Whirlpool.

En la actualidad, la universidad posee más de 1.000 patentes.

Para ello, trabajan directamente con start ups y emprendimientos. Por lo general, de la mano de antiguos alumnos y profesores. La universidad se encarga de crear el ambiente adecuado para que las compañías emergentes consigan triunfar.

A estas empresas las llaman coloquialmente “las hijas de la Unicamp”. Ahora mismo, 430 de esas empresas se encuentran activas y han generado más de 22.000 empleos directo. Cuentan, además, con una facturación anual que ronda los 1.000 millones de dólares.

Unicamp fomenta la creación de empresas y tiene más de 1.000 patentes.

Estos antiguos profesores y alumnos reciben entrenamiento y un espacio en donde trabajar. Esto es conocido como incubación de empresas. Y Unicamp ofrece todas las condiciones para conseguirlo.

Las empresas pasan luego a formar parte de un grupo que lleva por nombre Unicamp Ventures. Se trata de una agrupación conformada por empresas que incubaron en Unicamp, tuvieron éxito y que ahora invierten dinero para ayudar a nuevas empresas emergentes.

Menos preocupaciones por fondos

Sao Paulo es el estado más rico de Brasil. Muchas instituciones universitarias que tienen allí su sede sacan ventaja de ese hecho. Unicamp es una de ellas.

Unicamp, USP y Unesp tienen autonomía financiera y de gestión desde el año 1989. Según Knoble, esta es una condición fundamental. Gracias a ello, llegaron a un acuerdo con el gobierno del estado para que otorgue un porcentaje fijo cada mes. Esto como consecuencia del impuesto de circulación de mercaderías, que no es otra cosa que el IVA que es cobrado en otras regiones de Brasil.

Gracias a ello, la institución cuenta con una cantidad mínima para dedicar a planeamiento. La ventaja es que las negociaciones con el gobierno quedan en el pasado. Las autoridades no tienen que ir de forma mensual o anual a discutir sobre cuánto les será otorgado por impuesto de circulación de mercaderías.

El porcentaje establecido es de 2,1958% de los impuestos del estado de Sao Paulo.

Eso equivale a 1.000 millones de dólares aproximados de forma anual.

Otro beneficio de gran importancia es que en el estado de Sao Paulo existe FAPESP, una fundación de apoyo a la investigación.

La fundación también se beneficia del IVA del estado de Sao Paulo y recibe un 1%.

Así, Unicamp puede garantizar que tendrá dinero para promover investigaciones que cuenten con una alta calidad.

La universidad tiene cerca de 35.000 estudiantes.

Por otro lado, tienen acceso también a un porcentaje de ingresos de proyectos. Proviene de fundaciones, empresas y otras organizaciones. A través de ese porcentaje reciben un aproximado de 300 millones de dólares anuales.

La universidad también recibe regalías divididas con inventores cuando una patente corresponde a un producto licenciado. Es difícil establecer la cantidad de ingreso que esto genera, pues aún se encuentra en crecimiento. Pero se estima que genera entre 200.000 y 300.000 dólares anuales.

Todos estos beneficios fueron considerados por los miembros de Times Higher Education. De acuerdo con ellos, es de gran importancia que los gobiernos comprendan que financiar universidades y promover educación superior de alta calidad es una inversión. Y que siempre es recuperada gracias a los trabajadores que pagan más impuestos y que tienen un impacto positivo en el desarrollo económico del país.

Profesores altamente calificados

Muchos estudiantes dejan de apostar por las universidades públicas porque consideran que no tienen los mecanismos necesarios para evaluar a los profesores y a su desempeño. Por tanto, no pueden garantizar excelencia a los estudiantes.

Para Unicamp, la excelencia es más bien parte de la identidad que se han creado como institución.

El mecanismo de ingreso exige que quienes quieran ser profesores participen en un concurso público. Allí hay una gran competitividad y se exige un nivel mínimo que los consolidará como trabajadores públicos en la universidad.

“La educación universitaria en América Latina todavía se realiza en general con un estilo anticuado, de charlas dictadas desde un podio”, señaló Phil Baty.

Cuando se abren los concursos, se presentan en promedio 30 o 40 personas. Todas conocen que se exige un estándar de calidad mínimo, y están dispuestas a cumplirlos. Por lo general, los candidatos cuentan con postdoctorados cursados en el exterior.

Esta situación también se presenta en los estudiantes que quieren cursar algún programa de Unicamp.

De acuerdo con Knobel, cada año ofrecen 3.300 plazas y reciben alrededor de 75.000 candidaturas. Esto significa que solo 5% de los aplicantes consiguen ingresar. De allí, que el nivel de los estudiantes sea tan alto.

El rector también expresó que existe un obstáculo que aún deben superar las universidades latinoamericanas.

Todas ellas necesitan aumentar la calidad en la gobernanza de la universidad.

El problema deriva del sistema de gestión, que es aún muy anticuado. Hace falta una gestión más profesional. Knobel propone informatizar procesos internos, crear contratos más transparentes, y mejorar los ritmos de trabajo.

Promover publicaciones en inglés

Time Higher Education presta gran atención a la cantidad de publicaciones realizadas por la institución, y qué tan frecuentemente son citadas a nivel internacional.

De hecho, en un panorama global este es un indicador de éxito para las instituciones. En China se promueve en los profesores la publicación de textos en inglés. Universidades de Francia también han notado la importancia de dictar maestrías en inglés.

Muchos profesores de América Latina, Rusia, Portugal y España llegaron en momentos de dictaduras o crisis políticas y económicas en sus propios países.

Las revistas internacionales suelen publicar los trabajos en inglés. Por eso, América Latina en su totalidad enfrenta una gran barrera cuando hablamos del idioma.

Unicamp intenta combatir la barrera al implementar un centro de enseñanzas de lenguas. Allí, sus estudiantes pueden estudiar inglés y también tienen la oportunidad de aprender otros idiomas.

Sus programas de pregrado son dictados en portugués, el idioma oficial de Brasil. Pero se trata de un centro de estudios que reúne estudiantes de diferentes regiones latinoamericanas. Tienen estudiantes que provienen de Colombia, Perú, Argentina y Chile. La ventaja es que el portugués y el español son idiomas relativamente similares.

Los postgrados, por el contrario, sí cuentan con algunas lecciones dictadas en inglés. Pero lo hacen de forma que quienes no manejen el inglés puedan cursar los programas también.

Influencia internacional

Según Baty, un campus internacional se convierte en un campus saludable.

Durante la creación del ranking, hicieron gran énfasis en que los miembros del listado tuvieran contacto con instituciones en el exterior. También estudiaron el porcentaje de alumnos y profesores extranjeros que poseen.

“Un campus internacional es un campus saludable”, señaló Baty a BBC Mundo.

Unicamp cuenta con programas de intercambio, en los que estudiantes pasan una temporada en otro país. Los profesores también salen de Brasil para asistir a congresos o hacen postdoctorados en el extranjero. El instituto recibe a estudiantes que provienen de distintos países del mundo.

Las actividades programadas para motivar la conexión internacional buscan la diversidad cultural y la diversidad en ideas y perspectivas.  Así, la universidad tiene acceso a ideas y pensamientos más frescos e innovadores que son otorgados por las personas, sus pensamientos y sus formas de ver el mundo.

Las acciones van de la mano de la filosofía planteada por Unicamp. Alrededor del 5% de los profesores y alumnos son extranjeros. La cifra sigue estando muy por debajo de las universidades de Estados Unidos y de Europa. Algunas de ellas cuentan con 20 o 30% de estudiantes y profesores extranjeros.

Unicamp cuenta con una política de puertas abiertas, que permite la entrada de extranjeros a sus aulas cuando sus países atraviesan ciertas crisis, como dictaduras. Parte de los profesores extranjeros en el instituto llegaron de esa forma.

El mismo Knobel vivió una situación similar. Su padre llegó a la universidad de Campinas en 1976, cuando se dio un golpe militar en Argentina. Knobel tenía solo ocho años.

De hecho, muchos de los profesores extranjeros que forman parte de Unicamp llegaron de Argentina en ese tiempo. También hay uruguayos, chilenos y profesores rusos que llegaron cuando su país atravesaba una fuerte crisis.

Los profesores extranjeros más recientes llegaron de Portugal y de España, debido a la fuerte crisis que esos países atravesaban.

Además de eso, la universidad creó un programa que invita a profesores extranjeros a realizar postdoctorados y abrió concursos públicos para hacer posibles que se quedaran.

Innovación en la enseñanza

Time Higher Education explicó que los planes de estudio en América Latina aún son muy antiguados. Mientras que otras universidades del mundo continúan promoviendo el aprendizaje innovador.

Caltech, el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena, es uno de los ejemplos más notables. Desde el inicio de clases, los estudiantes deben unirse a un proyecto de investigación y trabajar junto a eminencias entre los profesores, algunos de ellos han incluso ganado premios Nobel. Allí, forman parte activa del proceso de investigación y comprenden con la práctica cómo pueden enfrentar los obstáculos de forma creativa.

“Uno de los mejores ejemplos en mi opinión es Caltech, el Instituto de Tecnología de California, donde los estudiantes se unen apenas ingresan a un laboratorio de investigación y trabajan con profesores, incluso premios Nobel, en la resolución de problemas”.

La Universidad Politécnica de Hong Kong también adopta técnicas novedosas. Sus estudiantes deben hacer trabajos de voluntario como parte de su programa de estudio. Y tiene que ser un trabajo que tenga relevancia para su curso.

Así, los estudiantes contribuyen a la sociedad mientras tienen contacto con el mundo real a través de su trabajo.

El sistema de Unicamp puede ser tildado de paradójico.

Mantienen un programa tradicional, pero exigen que sus estudiantes trabajen en proyectos de investigación y publiquen sus resultados.

También cuentan con el Espacio de apoyo a la enseñanza y el aprendizaje. Allí, se discuten nuevos métodos de enseñanza y problemas que surgen en las aulas.

El mundo está en constante cambio y el perfil de los estudiantes también. Por eso es importante que los métodos de enseñanza se evalúen con frecuencia para garantizar su evolución.

Fuente de la Noticia:

https://www.grandesmedios.com/claves-exito-unicamp/

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¿Podría aplicar España el innovador modelo educativo digital de Finlandia?

España / 3 de septiembre de 2017 / Autor: Lucio A. Muñóz / Fuente: El Economista

Los dos partidos que han gobernado España durante 30 años que llevamos de pseudodemocracia han sido incapaces de ponerse de acuerdo a la hora de diseñar un modelo educativo, que sea sostenible y que pueda desarrollarse a largo plazo.

En los últimos tiempos sí hemos visto como la partitocracia española lograba acercar posturas en materia educativa. Todo ello en el marco del Pacto de Estado por la Educación, negociado en la Subcomisión del Congreso de los Diputados.

Sin embargo, y de forma contradictoria, este acercamiento entre los partidos políticos no puede ser más nefasto para los estudiantes españoles, ya que el Consejo de Ministros aprobó el pasado dos de junio un Real Decreto que permite superar la ESO con dos suspensos y una notar menor al 5. Un atentado contra la meritocracia en la educación que afectará de manera negativa a la competitividad futura de España y de sus empresas.

Ciudadanos incultos

De igual forma, también es relevante indicar que el contenido del Real Decreto referenciado con anterioridad viene definido por dos hechos fundamentales.

El primero de ellos no es otro que el tradicional y permanente objetivo de la izquierda española, consistente en intentar manipular a los ciudadanos a través de la incultura, la tergiversación de la historia, la desinformación, la pérdida de valores, como por ejemplo el esfuerzo, etc. Son los partidos de izquierda los que han apostado por esta reducción del nivel de exigencia en la educación.

Y el segundo es la cobardía del PP actual. Puesto que este partido, dejándose avasallar de nuevo por los partidos de izquierda, en esta ocasión en el ámbito educativo, ha cedido a las pretensiones de estos.

El problema de fondo no es otro que la politización y el sectarismo ideológico que sufre la educación en nuestro país. Esta politización de la que hace gala nuestro modelo educativo se refleja también a nivel autonómico. Máxime, teniendo en cuenta que los objetivos de determinadas autonomías se centran en poner trabas a la educación en castellano, en modificar la historia en los libros de texto para adaptarla a las mentiras independentistas, etc.

El modelo Phenomenon learning finlandés

Mientras España involuciona en el contexto educativo, Finlandia, uno de los países de referencia en esta materia, intenta evolucionar todavía más, apostando por la digitalización.

De hecho, Finlandia ha rediseñado su modelo de educación, al objeto de adaptar el mismo a las nuevas necesidades digitales y tecnológicas que demandan las empresas, las administraciones públicas y, en definitiva, la sociedad.

La consecuencia de todo ello es el nuevo sistema educativo, denominado «Phenomenon learning», que se ha implantado en este país nórdico.

Formación en habilidades digitales

Se trata de un arquetipo centrado en el aprendizaje de habilidades digitales, tecnológicas, de investigación, de comunicación, de comprensión cultural, etc.

Para conseguir que los estudiantes se formen en tales competencias, los maestros han sido debida y previamente formados en las mismas.

En este sentido, las impresoras 3D, las pizarras inteligentes e interactivas, los laptops, etc., son las herramientas de aprendizaje básicas.

Todo ello, desarrollado en un entorno educativo cuyas señas de identidad son el espíritu colaborativo, el pensamiento crítico, la lucha contra el ciberbullying o acoso en Internet, etc.

La principal meta que persigue el modelo Phenomenon learning se fundamenta en que los estudiantes aprendan a pensar, a comprender, a escuchar, a cuestionar, etc., con la ayuda de la tecnología y de forma libre e independiente.

Todavía no hay pruebas que demuestren el buen funcionamiento de este modelo educativo, por mediación del cual, Finlandia está intentando adaptar la educación a la era digital.

Pero, considerando los antecedentes relacionados con la excelencia educativa de este país, no sería muy arriesgado apostar por el éxito del Phenomenon learning.

Fuente del Artículo:

http://www.eleconomista.es/firmas/noticias/8574391/08/17/Podria-aplicar-Espana-el-innovador-modelo-educativo-digital-de-Finlandia.html

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La inteligencia emocional beneficia a los niños dentro y fuera del aula

Por: Estefania Grijota

Los programas de educación socioemocional en los colegios reducen el consumo de drogas y los diagnósticos de trastornos de salud mental, según un reciente estudio

Los programas en los colegios destinados a la educación de las emociones enseñan las habilidades que los niños necesitan para tener éxito y prosperar en la vida, según han publicado este año, investigadores de la Universidad de Columbia Británica. El estudio asegura que los centros educativos que incluyen en sus programas asignaturas relacionadas con el aprendizaje social y emocional para los jóvenes, no solo les hace mejorar su salud mental, sus habilidades sociales y los resultados académicos, sino que les sigue beneficiando años después.

Para el estudio, se analizaron los resultados de diferentes programas relacionados con la inteligencia emocional en el que involucraron a más de 97.000 estudiantes de educación primaria y secundaria en Estados Unidos, Europa y Reino Unido (niños de edades comprendidas entre los 5 y 13 años), cuyos efectos fueron evaluados medio año después de terminar los programas. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el aprendizaje socioemocional continuó a largo plazo proporcionando efectos positivos a estos jóvenes, tanto en la época estudiantil como en sus vidas fuera del entorno educativo.

En concreto, los resultados reflejaron que el consumo de drogas y los problemas de conducta fueron un 6% por ciento más bajo en los estudiantes que participaron en los programas, las tasas de arresto fueron un 19% también más bajas y los diagnósticos de trastornos de salud mental en un 13,5% más bajos. Además, los participantes se graduaron en la Universidad en una tasa de un 1% más que la de los alumnos que no lo hicieron.

Según Eva Oberle, autora principal del estudio y profesora asistente recién nombrada por la Asociación de Aprendizaje Temprano Humano (HELP) en la Escuela de la Población y la Salud Pública de la Universidad de Columbia Británica (UBC),»estos programas tienen un efecto positivo inmediato, pero este estudio ha pretendido evaluar si las habilidades obtenidas por los estudiantes se mantienen en el tiempo, haciendo de los programas de aprendizaje socioemocional una inversión valiosa que mejora los recursos educativos de las escuelas, especialmente durante los años de la escuela intermedia y la adolescencia temprana, que es cuando los jóvenes se alejan más de sus familias y comienzan sus relaciones en grupos.», comentó Oberle. «Los niños pasan la mitad del día en el aula cada año, así que lo que ocurre en las escuelas resulta muy influyente para el desarrollo infantil».

Apuestas educativas innovadoras en España

El aprendizaje socioemocional enseña a los niños a reconocer y comprender sus emociones, sentir empatía, tomar decisiones y construir y mantener relaciones. Algunos colegios españoles han incorporado ya en sus programas de estudio asignaturas de aprendizaje socioemocional, como la Escuela Ideo en Madrid, un centro educativo que trabaja por competencias, desarrolla las inteligencias múltiples y tiene implantados programas de educación emocional y personalizada para que, tal y como indican en su web del centro, “los alumnos consigan la motivación necesaria que les impulse hacia su formación integral en el futuro”. Su metodología de enseñanza para alumnos de primaria incluye, aparte de diferentes recursos didácticos, competencias en recursos humanos con contenidos desarrollados por su profesorado.

El Colegio Ramón y Cajal de Madrid posee, por su parte, un modelo propio de aprendizaje basado en el desarrollo de las destrezas y valores como la cooperación, la inteligencia emocional y la superación, valores que consideran imprescindibles para que los alumnos tengas éxito a nivel profesional y personal. Se trata de un centro educativo privado que imparte todos los niveles de enseñanza hasta la Universidad cuyo modelo de aprendizaje incluye signaturas relacionadas con el equilibrio emocional (gestión personal y social, resolución de conflictos), enseñanza adaptada (a diferentes estilos de aprendizaje), enseñanza en valores (normas, refuerzo positivo, respeto), inteligencias múltiples o aprendizaje educativo (la curiosidad como punto de partida) entre otras.

El Colegio Montserrat en Barcelona es otro de los centros que incluye programas relacionados con la inteligencia emocional. Imparte enseñanza desde la Educación Infantil hasta Bachillerato y, según se definen en su página web “somos una escuela comprometida con la educación integral, tanto del corazón como de la inteligencia de niños y jóvenes, favoreciendo a nuestros alumnos el logro de la excelencia humana, física, intelectual, espiritual y social”. La educación que imparten se deriva de las últimas investigaciones en neurociencia, psicología y sociología.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/08/24/mamas_papas/1503564128_336530.html

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«No estamos dando una educación motivadora a nuestros alumnos»

España / 27 de agosto de 2017 / Autor: M. R. Martínez / Fuente: La Verdad 

José Hernández. Profesor de Lengua y voluntario en el ‘colegio milagro’

Su compromiso por mejorar la enseñanza llevó un buen día a José Hernández Martínez, profesor de Lengua y Literatura en el instituto de Puerto de Mazarrón, a recorrer 600 kilómetros para colaborar como voluntario en el colegio Joaquim Ruyra de Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Este centro docente es conocido como el ‘colegio milagro’ porque sus alumnos, el 92% de ellos extranjeros, destacan en el ‘ranking’ de competencias básicas. Allí descubrió otra forma de educar, lejos de las clases magistrales, con actividades de 20 minutos y en las que los padres echan una mano. Ahora trata de aplicar en el aula algo de todo lo que descubrió.

¿Qué fue lo que más le llamó la atención de su experiencia en el ‘colegio milagro’ de Hospitalet?

-La gestión del centro y su compromiso con el proyecto educativo. Hace unos años, esa comunidad educativa emprendió una búsqueda del sistema pedagógico que mejor se adaptase a la nueva realidad social que trajo la crisis. Ese proceso desembocó en la aplicación de lo que conocemos como comunidades de aprendizaje, y su desarrollo se gestiona como proyecto de centro, por encima de intereses profesionales o personales. Esa es la clave: el proyecto.

¿Extrajo alguna conclusión aplicable a sus clases en el instituto donde trabaja?

-El propósito del viaje era la incorporación de nuevos modelos pedagógicos a un proyecto de dirección en el que estábamos trabajando. Las cosas, lamentablemente, no salieron como deseábamos, y de momento solo pudimos aplicar parcialmente algunas estrategias en el ámbito del aula, como el establecimiento de un tiempo concreto de 20 minutos por actividad, el trabajo en pequeños grupos en los que prevalece la autonomía de los alumnos o los apoyos en el aula. Los resultados, no siendo aún representativos, son esperanzadores, no solo por la mejora académica, sino por la acogida entusiasta en los alumnos ante el simple horizonte del cambio. Es más fácil trabajar con alumnos felices.

¿Qué falla en el sistema educativo de la Región para que presente un abandono escolar del 25%?

-Es evidente que no estamos ofreciendo una educación motivadora ni de interés a nuestros estudiantes. Los procesos pedagógicos mantienen estructuras que rigen a los escolares desde hace décadas, como la disposición curricular, la organización de espacios y tiempos, la selección de contenidos y materiales… y, sin embargo, la sociedad se transforma a una velocidad de vértigo. Es como si en los hospitales operásemos con las técnicas de hace 50 años.

¿Y cómo implicar más a los padres?

-Precisamente ese es uno de los éxitos de las comunidades de aprendizaje: el compromiso de todos los sectores educativos. Los padres y abuelos pueden trabajar como voluntarios en las aulas, lo que no solo mejora la ratio de las clases, sino que desarrolla la implicación de la familia en la escuela e incluso proporciona reconocimiento social y autoestima a quienes deciden ejercer como voluntarios. La escuela no puede solo aspirar a educar a los hijos, sino que debe convertirse en una institución de referencia para la comunidad.

¿Están suficientemente motivados los docentes?

-Es muy fácil, imagino, amparar la desmotivación en el contexto actual de escasez de recursos. Y supongo que es incluso hasta legítimo. Sin embargo, intento combatir esa desafección cada día, aunque en ocasiones no sea fácil. La educación es la más poderosa herramienta de transformación, y el mundo necesita cambios con urgencia. Nuestra labor es demasiado importante para detenernos en nosotros mismos.

¿Estamos formando a nuestros escolares para que sepan desenvolverse en un mundo cada vez más competitivo y tecnológico?

-Internet ha modificado nuestra sociedad del conocimiento. Hay que insistir, por tanto, en una educación menos conceptual, y priorizar más que nunca los procedimientos. Nuestra labor debe centrarse en proporcionar estrategias de garantías a dicho acceso, y en suministrar un verdadero espíritu crítico ante ese universo virtual no siempre veraz.

Por su experiencia, ¿qué echa más de menos en la formación de los alumnos?

-Puede parecer absurdo, pero lo que más echo de menos es a los propios alumnos. Existe una desconexión absoluta entre el alumno y el profesor que podría sintetizarse en una frase que suelo emplear en clase: vosotros hacéis como que aprendéis y yo hago como que enseño. Es inaplazable focalizar el proceso de enseñanza en el propio alumno, y hacerlo protagonista. Muchas veces no es más difícil que preguntarle qué quieres hacer o cómo quieres hacerlo.

Fuente de la Entrevista:

http://www.laverdad.es/murcia/dando-educacion-motivadora-20170826003232-ntvo.html

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Crear Juntos: Entrevista con Daniel Wilson

23 de agosto de 2017 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Una entrevista con el director del Proyecto 0 de la Universidad de Harvard, la casa de Howard Gardner, el padre de las inteligencias múltiples. 

El Proyecto 0 de la Universidad de Harvard ha venido estudiando desde 1967 los vínculos entre el arte y la educación, la naturaleza de la inteligencia, la comprensión, el pensamiento, la creatividad y la ética. Ha sido la casa de Howard Gardner, el padre de las inteligencias múltiples. Daniel Wilson es su actual director y su especialidad es el aprendizaje colaborativo. Conversamos con él durante su reciente visita a Bogotá, invitado por la Universidad de la Sabana.

¿Por qué últimamente ha cobrado tanta importancia la colaboración?

La colaboración ha sido importante siempre. Es un rasgo propio de los seres humanos. Hemos evolucionado porque hemos sido capaces de asociarnos para co-crear soluciones. Hay muchos ejemplos, los sistemas de calendario, los sistemas de riego, entre muchas otras invenciones, tuvieron lugar porque seres humanos se reunieron para co-crear. Así que la idea de la colaboración es central en el modo en que hemos evolucionado. Hoy, al estar conectados globalmente, las oportunidades de colaborar se han multiplicado. Tengo un hijo de ocho años. A él le gusta mucho hacer aviones de papel. Cuando yo era niño, hacía mis aviones de papel tomando ideas de los demás niños de la escuela o de algún libro que encontraba en la biblioteca. Mi hijo hace lo mismo, pero además ve videos en internet, o se pone una cita en línea con un amigo que tiene en Suiza y hacen juntos los aviones. De manera que la tecnología que tenemos disponible nos ofrece cada vez más oportunidades de colaborar.

¿Qué es y qué no es colaboración?

Hay un problema en el modo como comprendemos la colaboración y es que a veces pareciera que solo fuera comunicación. Podríamos intercambiar información, pero eso no es colaborar. La colaboración es una experiencia que conduce a la co-creación. Y es una experiencia que produce una ansiedad muy profunda. Yo soy músico, me reúno con unos amigos para tocar jazz. Podríamos sentarnos a ejecutar una partitura. Eso no es colaboración, sino seguir una serie de instrucciones. Tenemos que comunicarnos, pero eso no es colaborar. La colaboración ocurre cuando algo nuevo surge, incluso si es algo inesperado. En esos momentos, como músico, tienes que escuchar de una manera diferente y tienes que tomar riesgos, porque estás frente a otras personas y tienes que permitir que eso nuevo que se está creando surja con la colaboración de los demás. Así que en música, particularmente en el jazz, esto pasa mucho. El teatro, la comedia, también son formas creativas de escuchar para poder construir, co-crear. Hoy, estas habilidades son necesarias en muchas profesiones porque los retos que enfrentan les demandan crear de manera colectiva. El medio ambiente, la producción de alimentos o la convivencia plantean retos que solo pueden tener soluciones que surjan de la colaboración entre seres humanos.

Usted ha asesorado a organizaciones muy grandes como Cisco, Novartis, incluso a la CIA. ¿Puede hablarse de colaboración en estas grandes organizaciones?

Es una buena pregunta, porque si lo importante de la colaboración es el surgimiento de algo nuevo, ¿cómo podría tener lugar a gran escala? Es complicado. Tomemos por ejemplo una situación de emergencia: hay una inundación en un pueblo. No se sabe exactamente lo que debe hacerse, pero se sabe que hay que involucrar a personas con diferentes conocimientos y experiencias. De manera que en un caso como estos, la colaboración va a ocurrir en “parcelas”. Va a haber ingenieros, médicos, policías, bomberos y puede que en algún punto se junten y creen algo nuevo en conjunto. Pero esto no implica que todo el sistema esté colaborando a gran escala. Sí hay coordinación y comunicación a gran escala. Pero la colaboración va a ocurrir en “parcelas”. El reto del sistema consiste en encontrar la manera en que la colaboración que ocurre en parcelas retroalimente esa coordinación y comunicación a gran escala. Y es curioso… Una de las mejores maneras de comprender cómo pasa esto son las salas de emergencia de los hospitales. Las salas de emergencia tienen que atender permanentemente casos que son impredecibles, en los que hay que diagnosticar muy rápido el problema y poner en practica soluciones. El hospital está coordinando pero todos los días se están creando nuevas ideas y prácticas en las salas de emergencia. De manera que hay que entender de qué forma estas innovaciones pueden retroalimentar a todo el sistema. Esa es la respuesta larga. La respuesta corta es la siguiente: los sistemas grandes no colaboran, sino que crean las oportunidades para que pueda haber colaboración dentro de las parcelas.

¿Y en la escuela?

Si la colaboración es la co-creación de algo nuevo, la pregunta es, cuándo y cómo puede tener lugar en las escuelas. Y hay que decir que las escuelas no fueron diseñadas para colaborar desde un comienzo. Las escuelas han sido creadas históricamente para la coordinación y la comunicación. La coordinación es lo que se necesita para que el sistema funcione bien en conjunto, y la comunicación es la habilidad para que la información circule dentro del sistema. Los colegios hacen eso muy bien. Pero la colaboración plantea el reto de juntar un grupo de personas y lograr que surjan cosas que antes no existían. Los colegios no están diseñados para eso. Están diseñados para que esto no ocurra. Pero en las escuelas está ocurriendo cada vez más. ¿Y cómo se ve esto? Se trata de estudiantes que trabajan juntos para resolver problemas, pero además de maestros que trabajan juntos para encontrar respuestas a soluciones que no tienen, comprometiéndose a crear ideas realizables. Puede ser el diseño de un nuevo currículo, nuevos experimentos con los estudiantes, pero lo importante es que surja algo nuevo. Como maestros, pensamos que sabemos muchas cosas y que nuestro trabajo es decirles esas cosas a los estudiantes. Esto no es colaborar. En un enfoque colaborativo, el maestro reconoce que no lo sabe todo ni tiene todas las respuestas y que necesita a sus estudiantes, a la comunidad, a los otros maestros, para co-construir algo nuevo.

¿Qué puede decir acerca del conflicto en el aprendizaje colaborativo?

“Conflicto” es una palabra muy complicada. No hay ninguna teoría del aprendizaje en la que la palabra conflicto no aparezca. Al parecer, la manera como nuestra especie aprende involucra el conflicto. Pero el conflicto también tiene que ver con aspectos sociorrelacionales, por lo que vienen a la mente palabras como violencia, agresión, identidades… De manera que en educación hay dos maneras de entender esta palabra. En lo que tiene que ver con el conflicto, que es necesario para que haya aprendizaje, como educadores debemos aprender a vivir conflictos saludables. Cuando trabajo con maestros, una buena parte de mi trabajo consiste en producir situaciones en las que mis estudiantes se sienten incómodos. Porque si vas a diseñar experiencias de aprendizaje para otras personas, vas a diseñar experiencias en las que otros van a experimentar conflictos y se van a sentir incómodos. La única manera como podemos llegar a hacer bien esto como educadores consiste en adquirir una comprensión emocional muy compleja de lo que se siente al estar en conflicto. Y es difícil, por eso en Proyecto Cero trabajamos mucho en oportunidades para cultivar esta clase de habilidades en los maestros. En cuanto a los conflictos sociorrelacionales, este es un asunto muy serio. En Estados Unidos tenemos muchos conflictos raciales, de clase, religiosos… Así que, ¿qué hacemos para generar colaboración en estos niveles? Una de las grandes ideas viene de la teoría de la negociación. Si queremos desactivar la agresión o el conflicto entre grupos o personas, tenemos que encontrar una meta común. Algo que mantenga al grupo unido y esta es la clave. Cuando trabajamos en comunidades que están polarizadas, debemos preguntarnos: ¿qué es lo que puede mantener a este grupo unido? ¿Qué es lo que puede hacer que estas personas se unan y colaboren? Puede ser una causa, una creencia, un proyecto… pueden ser muchas cosas. Es lo que en la teoría de la negociación se llama superordinate goal.

Para finalizar, ¿a qué se dedican en Proyecto Cero en la actualidad?

Estamos cumpliendo nuestro aniversario número 50. Es sorprendente, porque el proyecto solo se financia con becas y de esta manera ha permanecido por todo este tiempo. Como centro de investigación hay varias líneas en las que esperamos avanzar bastante en estos próximos años. En creatividad, colaboración, evaluación. Estas áreas llevan activas muchos años. Hay áreas relativamente nuevas como juventud y política. Queremos comprender, por ejemplo, cómo se reúnen los jóvenes por medio de plataformas digitales y logran cambios sociales, proyectos emergentes en educación para la ciudadanía, ¿qué significa la ciudadanía en los años que vienen?, además tenemos investigaciones acerca del trabajo ético en la economía actual. De manera que continuamos con líneas en las que siempre hemos venido trabajando, pero el gran desarrollo que ha tenido la tecnología nos está planteando nuevas preguntas para investigar.

Lea el contenido original en este enlace.

Fuente entrevista: https://compartirpalabramaestra.org/alianza-editorial-magisterio-fundacion-compartir-columnas/crear-juntos-entrevista-con-daniel-wilson

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El difícil camino de la innovación educativa

Por: Pablo García de Vicuña

Un estudio demuestra de forma contundente la primacía de la innovación en el sector público, tanto en centros de Primaria, como de Secundaria o mixtos.

“Las críticas principales que se hacen a la escuela actual son: uno, el enciclopedismo del programa y planes de estudios al que se ha de someter toda actividad didáctica a pesar de la superficialidad de los aprendizajes; dos, el didactismo donde prevalece la instrucción académica por encima de la educación y desarrollo integral de los niños según su edad; tres, la preeminencia de la lección verbal del profesor en detrimento de las actividades, los juegos y el contacto con la naturaleza y el entorno social; y cuatro, el enfoque centrado en el profesor “magister dixit” como fuente de instrucción, disciplina y autoridad”.

No creo confundirme mucho si afirmo que el párrafo anterior sería suscrito por el cien por cien de cuantas personas se mueven en el entorno actual de nuestra escuela; quizás, si nos ponemos un tanto puristas, encontremos alguien que no sintonice con la última de las razones ofrecidas –probablemente por considerar hoy en día al profesorado con menos autoridad, cada vez, sufrir las acometidas de indisciplina cotidianas en el aula y/o dudar de ser fuente de “algo”-. Incluso podemos encontrar quien se aleje de la tercera crítica, entendiendo que el avance de las TICs y de las redes sociales imposibilita el sentido unidireccional del aprendizaje tradicional.

Este movimiento internacional gozó de una cierta expansión durante la primera mitad del siglo pasado, para ir paulatinamente cediendo protagonismo a otras corrientes pedagógicas que se impondrían después. A pesar de todo y con las variaciones propias geográficas y temporales, se ha mantenido, e incluso ha recuperado protagonismo en los últimos decenios, en opinión de  autores, como Xavier Martínez-Celorrio, quien le dedica un amplio apartado en su interesante artículo “Innovación y reestructuración educativa en España: las Escuelas del Nuevo Siglo”. (A ese artículo me referiré en varias ocasiones porque ofrece información interesante).

Hoy en día da la impresión de que quien se dedica a esto de la enseñanza y no se asocia con términos como innovación y educación es un/a troglodita educativo que subsiste sin enterarse de nada, un paria social, desahuciado de la modernidad que recela de las novedades como de la peste. En los centros escolares son personas identificadas como inmovilistas, reticentes al cambio, que hacen de su trabajo personal una torre de marfil inexpugnable para cualquier tipo de transformación escolar.

Se es, en muchas ocasiones, injusto con estas personas al colocarnos frente a ellas, al otro lado, como si fuésemos en realidad garantes de un proceso de innovación mantenido e irreversible en el que la escuela española (y la vasca, aunque sus dirigentes crean situarse en vanguardia educativa, pero presenten un currículo obligatorio de casi 900 páginas) está comprometida hasta los tuétanos. Y la realidad escapa de esta ficción en la que en muchas ocasiones, las propias administraciones educativas nos hacen caer.

Nadie negará el excelente rendimiento en términos de marketing en el que tan bien se mueve siempre la red privada-concertada, un elemento en el que la pública siempre se ha incorporado tarde, a regañadientes y con resultados finales bastante mejorables.

Por desgracia, aquí y al sur del Ebro continúa prevaleciendo el modelo de escuela tradicional. Y así hay que aceptarlo. Quien pretenda expresar otra cosa, está alejado de la realidad. La inmensa mayoría de los centros están considerados partícipes de esa enseñanza tradicional a la que tantas pegas ponemos. El ya citado Martínez-Celorrio establece un decálogo de características que deben definir a las escuelas innovadoras. (Y, por tanto, que deberían cumplir cuantos centros  se consideren  avanzadilla en innovación).  A saber:

1. Ejemplifican procesos de reestructuración escolar genuina (transformación de espacios y tiempos escolares). 2. Priorizan la centralidad del alumno y su derecho al aprendizaje. 3. Han superado las restricciones del currículo oficial y de los libros de texto. 4. Practican la evaluación formativa con retroalimentación hacia el alumnado, en contraste con la rutina del examen y la evaluación sumativa y clasificatoria tradicional. 5. Apuesta por pedagogías invisibles con nuevos diseños de salas y espacios para el trabajo en equipo. 6. Permiten y promueven la diversidad de edades en las aulas. 7. Son proyectos legitimados por la participación activa e implicación horizontal de la dirección, el profesorado, las familias y el alumnado. 8. Un nuevo trato al alumnado para la disolución de los problemas de convivencia y desmotivación al generar una escuela cálida con clima afectivo y emocional positivo. 9. Un profesorado reflexivo e implicado en una cultura profesional colaborativa no fingida, con un enfoque interdisciplinar que supere las aisladas identidades de asignatura que suelen balcanizar los centros. Y10. Una escuela abierta donde se consiga difuminar la división clásica del aprendizaje formal, no formal e informal.

Es decir, el listón de la escuela innovadora continúa estando aún muy alto para la mayoría de los centros escolares, si es que deben cumplir la totalidad de los preceptos antes mencionados. Diez retos al alcance de muy pocos todavía, lo que debería favorecer una cierta relajación en el trato que dispensamos a quienes criticamos por considerar vacunados contra cualquier síntoma de cambio transformador.

No se trata, sin embargo de desanimar a nadie que se esfuerce en caminar hacia la meta del cambio educativo, porque ser es posible, como lo demuestra el profesor Martínez-Celorrio. En su artículo presenta una relación –que él mismo advierte incompleta y sujeta a nuevas incorporaciones- de más de un centenar de centros educativos que llevan años trabajando en esta clave, con el mérito añadido de conseguir navegar entre aguas procelosas –la sucesión interminable de leyes educativas españolas que cercenan cualquier atisbo de innovación pedagógica- continuamente minadas de icebergs descontrolados –las 17 administraciones educativas- que deben sortear en su decidida navegación.  En los 114 centros innovadores señalados  se encuentran representadas la mayoría de comunidades autónomas españolas, con la excepción de Asturias, Navarra, La Rioja y Castilla-León, que se quedan, según esta clasificación, sin centros de referencia avanzada. De los señalados, las referencias comparativas son escasas, pero todas ellas se encuadran en un tratamiento novedoso de alguno de estos tres modelos: aprendizaje basado en proyectos, encuadrarse dentro de la red de centros Escola Nova 21 catalana o de Ashoka (red de escuelas change-makers).

Redes educativas

Y finalizo con otra de las informaciones que aparece en el artículo citado y que sorprende por su novedad: la mayoría de las escuelas señaladas en este estudio pertenecen a la red pública. Sin ánimo de polemizar, en esta ocasión, sobre las ventajas y desventajas de ambas redes educativas en España, no deja de ser paradójico que el estudio demuestre de forma contundente la primacía de la innovación en el sector público, tanto en centros de Primaria, como de Secundaria o mixtos. En opinión del propio investigador citado puede deberse a que los centros privados son más reacios a formar parte de esta realidad innovadora. A tal afirmación, añadiría  que, siempre y cuando que no vislumbren una apuesta decidida de la administración educativa por esa línea. De producirse tal situación, se colocarán con toda probabilidad como abanderados del cambio y a la vanguardia, por tanto, de esa financiación extraordinaria con la que la Consejería correspondiente premia la transformación.

Sea como fuere, nadie negará el excelente rendimiento en términos de marketing en el que tan bien se mueve siempre la red privada-concertada, un elemento en el que la pública siempre se ha incorporado tarde, a regañadientes y con resultados finales bastante mejorables.

A modo de conclusión, estas “islas de innovación”, en palabras de Xavier Martínez-Celorrio, que son los centros decididamente convencidos del nuevo planteamiento enseñanza-aprendizaje, aún tendrán que bregar mucho por su cuenta, apoyándose en la creación de redes colaborativas que conecten sus buenas prácticas, a la vez que aprenden y mejoran iniciativas ajenas –beneficiándose, por tanto, de  la probablemente principal ventaja actual de las redes sociales y de este mundo globalizado que habitamos-.

Y es que cntinuar como sabemos –verbigracia, con malos resultados académicos, problemas de convivencia, invisibilidad y fatiga del profesorado y rutinas repetitivas- no ofrece un panorama educativo demasiado alentador. Si las administraciones, el mundo de la política, no ve en el término innovación educativa nada más allá que un concepto retórico, de rentabilidad electoral, estamos obligados/as a demostrarles su error.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/vientodelnorte/Educacion-innovacion_educativa-TIC_6_639096095.html

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