Arancar una hoja del cuaderno de notificaciones, ocultar el boletín u omitir las anotaciones negativas de la libreta de clases son prácticas que van quedando en el pasado. En plena cuenta regresiva hacia la segunda década del siglo XXI, cada vez más colegios argentinos digitalizan sus procedimientos escolares y administrativos a través de plataformas. Entre ellas, Colegium plantea una nueva forma de relación entre las instituciones educativas y los padres y madres.
Se trata de una plataforma de gestión escolar que propone distintas maneras de acercar la tecnología a la educación. La empresa nació hace 18 años y sus más de 40 plataformas y apps ya fueron elegidas por dos millones de usuarios en 2000 colegios. Como parte de sus acciones, Colegium lanzó la campaña “Yo Cuido Mi Huella Digital”, un aporte para facilitar la generación de espacios de seguridad y confianza en el mundo digital que habitan los niños y las niñas.
No es fácil ser niño o niña en pleno siglo XXI. A pesar de todas las comodidades y acceso a recursos poderosos y sofisticados que tienen, ellos viven en muchos casos incertidumbres que no experimentaron en su momento las generaciones que hoy son adultas.
Es evidente para ellos que les toca vivir un mundo en cambio, donde la inteligencia artificial amenaza sus opciones laborales y que deberán hacerse cargo de las crisis ecológicas que ya es factible prever.
Celebrar la infancia es una oportunidad para recuperar los espacios de comunicación y cercanía con las niñas y niños, para acompañar y mediar la construcción de la imagen de presente y futuro que requieren definir las generaciones más pequeñas.
La intensa vida digital que los niños están experimentando desde temprana edad, a través de los videojuegos, canales de vídeo y redes sociales es un recurso que entrega elementos para incrementar las oportunidades de acompañamiento. También puede llegar a ser una amenaza,especialmente cuando se utiliza como sustito de las interacciones personales.
En este sentido, es fundamental no perder de vista a qué contenidos y experiencias digitales tienen acceso. Este liderazgo debe ser claro, consistente y cercano. Los menores deben entender el control parental como una expresión de cuidado y afecto.
La incipiente vida digital debe ser compartida con los adultos como oportunidades de integración y comunicación. Esto es tan simple como jugar juntos en la tablet o mirar y comentar en conjunto los canales de vídeo. Si nos preocupa el potencial aislamiento que pueden generar las pantallas en los menores de edad, la solución es no dejarlos solos.
Para los niños en edad escolar, los recursos digitales pasan a ser elementos esenciales del trabajo académico. Si bien existen plataformas que ayudan a organizar estos recursos, el rol de los profesores y adultos sigue siendo esencial al momento de educar en la selección adecuada de los contenidos, las fuentes y el desarrollo de la capacidad crítica y analítica.
A pesar de las brechas culturales que el mundo digital está generando entre distintas generaciones, los niños de hoy necesitan, como en todas las épocas, de adultos que los acompañen en su crecimiento y desarrollo. Desde Colegium se propone una forma innovadora de establecer esa relación y de estar al tanto de todo lo que sucede en las instituciones educativas.
Fuente de la reseña: https://www.iproup.com/innovacion/1155-innovacion-tecnologica-productos-innovadores-negocios-innovadores-Como-Colegium-quiere-transformar-la-educacion-con-tecnologia
Chile / 25 de noviembre de 2018 / Autor: Josefina Santa Cruz / Fuente: Elige Educar
Columna escrita por Josefina Santa Cruz y publicada en Cooperativa. Docente de educación general básica que actualmente es la decana de la Facultad de Educación de la Universidad del Desarrollo.
El estudio “Los robots realmente nos robarán nuestros trabajos”, elaborado a partir del análisis del mercado laboral de 27 países de la OCDE, señala que la proporción de empleos con alto riesgo potencial de automatización se estima que serán hasta un 34% a mediados de 2030.
Por su parte, el centro de investigación Oxford Martin Programme de la Universidad de Oxford proyecta que el 47% de los empleos en Estados Unidos están en riesgo de caer en la obsolescencia. Y por último, la consultora McKinsey considera que este porcentaje es aún mayor y que llegará al 60%. ¿Seremos reemplazados los profesores por la inteligencia artificial?
El avance de la ciencia y la tecnología ha penetrado la sala de clases y es inútil pretender lo contrario. No vale la pena obstinarse por cerrarle las puertas porque sería una batalla perdida. Por el contrario, los docentes tenemos la responsabilidad de usar todas las herramientas que tenemos a nuestro alcance para facilitar el aprendizaje de nuestros estudiantes y para ello, el uso de la tecnología ciertamente puede ser ventajoso.
Algunos de los procesos se pueden potenciar si son automatizados. Así, por ejemplo, los profesores pueden ayudar a sus estudiantes a adquirir velocidad y precisión en la resolución de operaciones aritméticas o a comprender reglas ortográficas y gramaticales mediante el uso de aplicaciones y videojuegos creados con dichos objetivos. También el uso de tecnología puede servir para transmitir contenidos, como una película que muestre cómo vivían los griegos o una grabación de cómo se desarrolla una mariposa.
Asimismo, aquellos procesos que pueden ser sistematizados en pasos a seguir podrían quizás ser enseñados por un computador.
No resulta difícil imaginar aplicaciones y softwares que ilustren a sus usuarios ciertos conocimientos. Sin embargo, no todo lo que se aprende de un docente puede aprenderse de un computador.
El robot podrá mostrar cómo dibujar un rostro humano pero no sabrá entusiasmar al potencial artista que hay en un estudiante.
Sabrá mostrarle cómo crear agua potable, pero no podrá compartir su testimonio de aquella vez en las vacaciones en que se vio en la necesidad de hacer agua potable.
Tal vez le enseñará a resolver un sistema de ecuaciones, pero no será capaz de comprender la frustración del estudiante que no llega al resultado. Y quizás el estudiante aprenderá a tocar Für Elise perfectamente en piano, pero el robot nunca le podrá transmitir la pasión por la música que siente el alma humana.
Para que un computador enseñe, alguien debe programarlo y ello implica saber de antemano qué es lo que se quiere transmitir y cómo hacerlo. La realidad de los buenos profesores, en cambio, involucra saber adaptarse y ser flexibles frente a cambios inesperados.
Eso implica cambiar y adaptar la planificación constantemente para acomodarse a los estudiantes y su contexto; pensar un nuevo ejemplo si el primero no aclaró el concepto; acortar la clase cuando ocurra algún evento; usar la pizarra en vez del proyector si se corta la electricidad; cambiar la actividad cuando faltan los materiales o alargar una tarea cuando está siendo muy exitosa.
Las ciencias están todavía lejos de la posibilidad de crear un robot que logre imitar la flexibilidad de un profesional y su capacidad de evaluar y discernir qué es lo mejor en cada momento. Más importante aún, nunca podrá sentir como siente una persona.
Podrá simular sentir cariño hacia sus estudiantes y actuar como si sintiera empatía, pero cualquiera sabría que esa no es verdadera compasión. Asimismo, estamos lejos de crear un computador capaz de captar aquello que no se dice, de leer entre líneas y vislumbrar el corazón de los estudiantes.
La labor de los docentes es, ante todo, la de formadores de personas. No cabe duda que los que mejor saben educar son aquellos que han sentido, aprendido y vivido como sus estudiantes: los profesores de carne y hueso.
Zhu Long, cofundador y presidente de Yitu, una de las principales empresas de inteligencia artificial de China, aseguró, en una entrevista reciente, que su país llevará la batuta en las innovaciones digitales que abrirán una nueva era, la de una revolución tecnológica que provocará cambios socioeconómicos más profundos que los de la industrial. Zhu, que desarrolla sistemas de reconocimiento facial y algoritmos para diagnósticos médicos, asegura que muchas de las cosas que ahora consideramos imprescindibles para el desempeño de nuestras vidas y de nuestra formación dejarán de serlo, y advierte de que no es ciencia ficción, sino algo que sucederá en los próximos 10 o 20 años. Además, está convencido de que esta nueva etapa tecnológica va a estar liderada por su país: China. Sustenta esta predicción con tres argumentos. “Primero, porque tanto la población china como el Gobierno son mucho más receptivos a las nuevas tecnologías que el resto. Eso ha permitido que en el mercado abunden las oportunidades empresariales y que la inversión en I+D se haya disparado. Segundo, porque hay mucha gente que, como yo, se ha formado en centros de élite de todo el mundo y regresa a China para poner en práctica lo aprendido e ir más allá. Y tercero, porque nadie puede igualar el peso demográfico del país. Los 1.400 millones de habitantes crean economías de escala y retos que son un aliciente para desarrollar tecnologías como la inteligencia artificial, que en China tiene más aplicaciones prácticas que en otros países”.
Y las estadísticas le dan la razón. El año pasado, el gigante asiático destinó 1,79 billones de yuanes a investigación, un crecimiento del 14% con respecto a 2016 y un 70,9% más si se compara con la cifra de 2012. Y la segunda potencia mundial todavía tiene margen para el crecimiento porque su inversión en I+D es de solo el 2,1% del PIB, solo a 7 décimas detrás de Estados Unidos y 1,2 puntos por debajo de Alemania. China es el país con más estudiantes fuera de sus fronteras, pues el año pasado 608.400 chinos viajaron al extranjero para formarse. Un 11,74% más que en 2016. El número de estudiantes chinos que regresaron a su país también creció a un ritmo parecido (11,19%) y alcanzó los 480.900. De esos, 227.400 volvieron con un máster o un título superior.
Desde hace cuatro décadas que China decidió abrirse al mundo, más de 5,1 millones de chinos han estudiado en el extranjero. 3,1 millones (un 83,73%) han vuelto a China. El año pasado ocho millones de chinos se graduaron en las universidades del país, una cifra que duplica la de Estados Unidos y multiplica casi por 10 la de China en 1997. Los buenos resultados de Shanghái en el informe PISA también reflejan la gran inversión realizada en el sector educativo. Según previsiones de The Economist Intelligence Unit, China liderará el mundo en número de graduados en estudios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Asia/India/08 Noviembre 2018/Fuente: Prensa Latina
La Conferencia Transformando la Educación para la Humanidad (TECH 2018) mostrará próximamente en la ciudad india de Visakhapatnam el rol de los juegos y el aprendizaje digital en la creación de sociedades pacíficas y sostenibles.
El profesor Anantha K. Duraiappah, director del Instituto Mahatma Gandhi de Educación para la Paz y el Desarrollo Sostenible de la Unesco, dijo en conferencia de prensa en esta capital que la anterior cita, en 2017, reunió a las mejores mentes del mundo de la educación y la tecnología para poner de relieve las pedagogías digitales que fomentan la paz y el desarrollo sostenible.
De acuerdo con Duraiappah, el Instituto Mahatma Gandhi de Educación para la Paz y el Desarrollo Sostenible de la Unesco organiza el evento, que sesionará del 15 al 17 de noviembre, en la referida urbe portuaria en conjunto con las autoridades del estado indio de Andhra Pradesh.
La cita tiene la pretensión de integrar el concepto de paz, ciudadanía global y desarrollo sostenible en las pedagogías digitales de los libros de texto digitales.
TECH, 2018 contará con oradores de los campos del aprendizaje digital, inteligencia artificial, juegos para el aprendizaje y más.
Duraiappah declaró que el encuentro apunta a dibujar un plan para aprovechar las posibilidades pedagógicas abiertas por las tecnologías digitales, con el objetivo de catalizar un cambio en la educación.
Afirmó que será el primer evento internacional que reunirá a expertos y profesionales en el campo de la tecnología de la educación y la educación para la paz, el desarrollo sostenible y la ciudadanía global.
La lista de asistentes se compone de ministros de educación, políticos, especialistas en tecnología de la educación, educadores y maestros, diseñadores de planes de estudio, investigadores, estudiantes, diseñadores de juegos, expositores de tecnología y otros.
España / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Paula Clemente / Fuente: El Mundo
El debate sobre la entrada de los dispositivos tecnológicos en el aula está más vivo que nunca, tanto, que ya se discuten ramificaciones del mismo: ¿Inteligencia Artificial en la gestión de contenidos? ¿Tienen sentido los métodos clásicos de enseñanza? ¿Cuáles son las claves para sobrevivir?
Francia. Diciembre del año pasado. Se anuncia la prohibición del teléfono móvil en el colegio. Incluso en el recreo. 2018. Empieza el nuevo curso. La prohibición se hace efectiva. Y el debate, consecuentemente, estalla. ¿Es lógico apartar a los adolescentes de la que hoy es su mano derecha? ¿No estábamos hablando de introducir tecnología en el aula como nueva fuente de aprendizaje?
Una investigación llevada a cabo por encargo de Norton by Symantec revela que casi la mitad (49%) de los padres españoles considera que la tecnología y los dispositivos móviles pueden ayudar a reforzar las capacidades de aprendizaje y resolución de problemas de sus hijos, pero que el 53% piensa que el tiempo frente a la pantalla del móvil afecta la calidad del sueño de sus hijos.
Si se mira hacia Europa, el planteamiento es parecido: gran parte de los padres creen que las tecnologías llevadas al aula fomentan la creatividad y la felicidad de los niños y, al mismo tiempo, se manifiestan preocupados por el impacto perjudicial de los dispositivos sobre sus niveles de energía, sus habilidades sociales y su salud mental.
«Vamos a poner sentido común: el dispositivo móvil se ha convertido en la pantalla que concentra todas las demás pantallas», expone el fundador y Director General de Outliers School (escuela de ideación ágil para resolver retos de cultura digital), Hugo Pardo. «Hace diez años que decimos que tenemos que incorporar las TIC al aula y hemos acabado pasando de un extremo a otro».
Según el mismo, existe un punto intermedio que tiene que ver con que el móvil es a veces una herramienta súper apropiada para resolver algunas didácticas y, a la vez, completamente inapropiado para trabajar con otras, porque puede ser distractiva. «Si entendemos que todo espacio es un aula, que cualquier espacio es un espacio de aprendizaje, entonces el móvil también ayuda», prosigue. «También es una cuestión de empatía: entender que el nivel de atención se ha reducido, y que si el nivel de atención baja, es el momento de pasar a otro tipo de dinámicas».
Hugo Pardo es uno de los ponentes en Edutec 2018, un encuentro celebrado en Lleida esta semana y dirigido a profesores cuyo ámbito de interés es la tecnología educativa o investigadores que saquen partido de las tecnologías digitales en educación. Un evento que quiere, precisamente, poner luz sobre todas estas nuevas dinámicas en las que, inevitablemente, la tecnología es factor clave.
«Es importante ver la tecnología como un elemento que favorece la inclusión y que facilita que la educación llegue a cuanta más gente mejor: la tecnología de la que hablamos no es una herramienta con una mirada elitista o hecha solo para algunos, sino que esté inmersa en un contexto social«, señala el responsable de la organización del evento, Xavier Carrera. «La tecnología permite, además, que haya espacios abiertos a coste reducido o incluso cero en cuanto a oferta formativa».
Si permanece el debate en el campo de la educación infantil y juvenil, todo eso se traduce en mucha más flexibilidad a la hora de encontrar momentos para el aprendizaje y un importantísimo avance en la personalización de la educación: «estamos empezando a ver que estos sistemas de plataformas de Inteligencia Artificial pueden ser capaces de avanzar en este sentido, no estamos en el momento óptimo, ni aun hemos llegado, pero es una línea emergente que hay que vigilar y ver cómo se desarrolla en los próximos años», añade Carrera.
El futuro, coincide Rafael Villalón, se deriva cada vez más hacia la búsqueda de la formación personalizada. Este es el CEO de la start up de desarrollo de metodologías y creación de contenido, Didáctica Digital. Empresa hoy significada por la herramienta digital Supertics para apoyar la comprensión lectora y el aprendizaje de matemáticas.
Se trata de una herramienta que evalúa si un niño está preparado física e intelectualmente para empezar a aprender el proceso lector, que propone ejercicios para realizar el aprendizaje, que mediante Inteligencia Artificial adapta el contenido que le muestra al niño al ritmo que la máquina percibe que tiene y que comparte con el docente toda la estadística que genera el alumno con su actividad. Sobre todo, para que él conforme así toda la serie de dinámicas que propondrá en clase.
«No todo es tecnología, la tecnología apoya la tarea de los docentes, que reciben información individualizada para luego realizar sus actividades en el aula», señala Rafael Villalón. «Muchas personas dicen que se tienen que eliminar los libros en papel, y yo no lo creo: son un recurso más y cada recurso tiene su momento».
Misma perspectiva que secunda Babble, una plataforma para aprender idiomas, cuyo sistema de aprendizaje combina métodos de educación que se han probado efectivos con la tecnologías más puntera en el sector y que lleva ya más de diez años en el mercado. «Nadie aprende un idioma solo con un libro o una App, la gente usa la App, escucha podcasts, lee libros… por eso creemos que la clave es integrarlo todo para que las experiencias combinen bien unas con otras«, plantea el cofundador y CTO de la compañía, Thomas Holl. «Lo bueno es que por primera vez tenemos datos para ver cómo y a qué ritmo está aprendiendo la gente y adaptar el currículum a cómo lo está haciendo».
La clave de futuro, coincide Holl, es combinar la tecnología con la interacción humana, por eso tienen claro que la Inteligencia Artificial debe introducirse gradualmente y siempre apoyada por un laborioso trabajo de investigación, sobre todo en una herramienta online pensada para usarse en casa.
Lingokids, otra plataforma de aprendizaje de inglés, en este caso para niños, y que acaba de recibir premio a la start up con mayor impacto social en educación en los enlightED Awards 2018, otorgados por Fundación Telefónica, IE University y South Summit, parte del mismo objetivo.
«Hay padres que llevan a los hijos a academias de idiomas, pero eso no quita que muchas veces estén en casa y le pongan un rato nuestros contenidos en el móvil; tampoco queremos que el niño se enganche al móvil, pero si está 15 o 30 minutos al día, mejor que sea con contenido didáctico», reflexiona el cofundador y CEO de la empresa, Cristóbal Viedma.
«El tema es encontrar el equilibro», apoya la investigadora principal del grupo de investigación consolidado de la EMA, Begoña Gros. «De hecho, aunque se hable mucho de la digitalización de las escuelas, esto es un poco falso en el sentido de que no hay escuelas en las que un niño esté todo el día en frente de la pantalla«,
Y se ha demostrado que con poco, ya se puede disponer de información de seguimiento que se ha tornado imprescindible para el profesor. Siempre y cuando (y ahí otro gran debate) la tecnología permanezca subyugada al humano. Porque la Inteligencia Artificial en este campo también ha sido colocada en pleno centro de discusión: ¿qué ocurre si, dejando en manos de robots inteligentes el contenido, la atribución de notas y la decisiones importantes respecto a su avance, se perpetúan sesgos?
«La idea no es automatizar nuestra imparcialidad, nosotros queremos usarla para entender patrones, y ver qué puede hacer exitoso a un alumno para introducir esa información en el sistema», responde la máxima responsable de ventas en Salesforce.org, Allyson Fryhoff. «Puede facilitar a los humanos su trabajo: si un tutor tiene 100 alumnos, es muy difícil estar al 100% para ellos, y ahí es donde Einstein [la propuesta tecnológica en este campo de Salesforce] puede ayudar».
Salesforce.org ha organizado, también esta semana, el evento Horizons 2018 con la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona como partner y anfitriona, para reflexionar en torno a la transformación educativa.
«Piensa en padres con hijos de cinco, diez o 15 años: estos quieren interacciones con la escuela del mismo modo que las tienen con Amazon», prosigue la misma. «Hoy todos estamos muy ocupados, padres y estudiantes, y la tecnología está ahí para dejar que esta interacción ocurra de forma sencilla«. De hecho, en su portfolio de soluciones tecnológicas para el entorno de la educación, confluyen tanto herramientas relacionadas con el contenido y el progreso formativo tipo Einstein, como soluciones para hacer mucho más ágil la gestión documental referente a admisiones escolares, pagos y relaciones entre padres y docentes.
En base a toda su experiencia, Allyson Fryhoff plantea tres retos: introducir la tecnología en el aula de forma beneficiosa para todos, usar la tecnología para que gente con menos recursos no se quede fuera del radar de la educación y fomentar la formación en pequeñas piezas para facilitar que la gente pueda aprender nuevas profesiones de forma fácil.
Y es que, de hecho, el otro gran tema (si se traslada el foco a la formación adulta) es el amplio abanico que abren las nuevas tecnologías. Un informe de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) comparte que, desde el año 2000, la formación por Internet ha crecido un 900% a nivel mundial.
«Hoy existe la necesidad de formarse a lo largo de toda la vida, y en un mundo tan competitivo, dicha formación constante ha sido durante años un privilegio que no todos se han podido permitir, pero las tecnologías están democratizando el acceso a la formación». Quien reflexiona, en este caso, es Llibert Argerich, el Vicepresidente de Marketing de Udemy: un Marketplace global de enseñanza online donde más de 24 millones de estudiantes aprenden de unos 80.000 cursos impartidos por instructores expertos.
«Uno de los puntos por el que más nos preguntan es por si la educación online ha venido a sustituir a los sistemas de educación tradicional, y no es así: la formación online es un complemento que busca facilitar que una persona pueda formarse en lo que desee a lo largo de toda su vida«, argumenta Argerich. «La educación tradicional y las nuevas metodologías de enseñanza deben ir de la mano para adaptarse a la velocidad de los cambios del mercado laboral y de la sociedad y conseguir así la máxima efectividad».
La clave, coinciden todos, es que se forme a los docentes para que entiendan el potencial (y riesgos) de la tecnología. Que comprendan que es una herramienta más que no pueden obviar, siempre y cuando sepan sacarle el máximo partido sin que se convierta en una fuente de distracción más en el aula. Y que abrir semejante cuestión, desemboca en otras, como que quizás ciertas dinámicas han quedado obsoletas.
«Evidentemente, cuantas más interfaces tengas compitiendo por su atención, mayor esfuerzo deberás hacer para lograr el interés del otro: si eres una interfaz monopólica, hagas lo que hagas vas a tener la atención de la audiencia, que es un poco lo que les pasaba a los profesores de antes», concluye Hugo Pardo. «Si el profesor hoy juega a ser el más inteligente del aula, siempre va a tener el mismo problema: hoy hay un profesor que lo es más, que es el teléfono móvil, así que lo que debe lograr es que el aula sea un espacio de interacción y de creación de equipos y redes».
México / 21 de octubre de 2018 / Autor: Ricardo Dorantes / Fuente: Alto Nivel
Microsoft cree que es claro el rol que jugarán las escuelas y el sistema educativo mexicano para el futuro del país: el cambio tecnológico en los empleos.
En 2030, la generación que hoy inicia la educación básica estará pisando las aulas universitarias. Y Microsoft ya trata de visualizar ese salón de clases.
Será tan impresionante como suena, de acuerdo con Anthony Salcito, vicepresidente global de Educación para Microsoft.
Sí, habrá Inteligencia Artificial, uso de Big Data, computadoras en cada pupitre, softwares diseñados especialmente para generar una mayor comprensión y entendimiento de los temas con la vida práctica. Sin embargo, la tecnología no es el objetivo, sino un medio.
Así lo dice Salcito, un hombre que se aleja de la imagen geek de los oráculos de la era digital: peinado perfecto, traje negro a la medida y la seguridad que debe tener el que sabe que su trabajo es diseñar el entorno del futuro para millones de personas.
“Lo primero en lo que se debe pensar es en un cambio de cultura, pues hay mucha negatividad en torno a esta conversación. La transformación de aulas y escuelas es muy mal vista por ciertos sindicatos y algunos grupos de profesores”, lanzó el directivo durante la más reciente edición de Bett Latin America, el encuentro que reúne a los visionarios de la educación en diferentes ámbitos.
México es, precisamente, una de esas economías en donde el sindicato educativo juega más como un actor político que defiende en ocasiones una burocracia oxidada, así como un elefante blanco que enriquece a sus líderes, más que como un ente especializado en el desarrollo de la educación y los profesores en el país.
“El periodo de transición en México busca cancelar la agresiva reforma educativa de la administración que sale. Una de las cosas que tenemos que hacer es estar seguros de continuar hacia adelante, de priorizar y construir los cambios que debemos hacer en las escuelas y en los salones de clases”, dice Salcito, en entrevista exclusiva con Alto Nivel.
Uno de los primeros mensajes del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, fue asegurar que se cancelará la Reforma Educativa impulsada durante el sexenio que termina.
Reuters.
AMLO y el paquete de reformas.
La idea del nuevo Gobierno es, hasta el momento, una nueva Reforma que considere la opinión de maestros y enfocada a la equidad en la educación.
Hoy más que nunca, añadió Salcito, es claro el rol que jugarán las escuelas y el sistema educativo mexicano para el futuro del país, no sólo porque los trabajos demandan una conexión de las habilidades que se encuentran en la educación, sino porque los empleos cambiarán radicalmente con la influencia tecnológica y los jóvenes que ingresen al mercado laboral deberán contar con la confianza y habilidades para marcar diferencia a nivel local y global.
En el país ya se han puesto en práctica algunas iniciativas relacionadas con la interacción tecnológica en el salón de clases, como Educator Exchange, las cuales tienen como principal objetivo llevar la experiencia de las nuevas herramientas al campo de la funcionalidad.
Sin embargo, esto es solo el principio del camino. Salcito hace énfasis en uno de los errores más comunes en la planeación de los sistemas educativos.
“Muchos países, no solo México, consideran los cambios en el sistema educativo a un plazo de 5 o 6 años, es decir, un periodo de elección. Así es como perdemos el panorama importante: las transformaciones educativas se deben pensar a 20, 30 o 40 años”, advierte.
Otra de las razones del fracaso de la actualización educativa, y que contribuye más al rezago que a dar pasos hacia el frente, es el mal entendimiento que hay en torno a la tecnología.
“Se cree que la manera en la que se llega al cambio es la adquisición de las cosas –de los equipos tecnológicos–, pero el cambio se debe dar de adentro hacia afuera: hay que preguntarnos primero qué tan abierta es la mentalidad para adoptar nuevas tecnologías, enfoques y conexiones”, señala el experto.
De ahí que, para Salcito, las bases de la transformación educativa abordan por factores esenciales en donde la tecnología ni siquiera tiene un lugar.
“Lo primero es tener claro el propósito de lo que hacemos y para quién lo hacemos. Luego, un objetivo claro para lo que los alumnos están aprendiendo. Finalmente, hay que reconocer el valor del cambio de paradigmas, enfocarnos en la cultura y en la mentalidad, antes que en la infraestructura y la tecnología”, explica.
La tecnología, por otro lado, sí jugará un papel importante, pues no sólo servirá para llevar la educación a distancia –suplir falencias como la infraestructura educativa que persiste en zonas como Michoacán o Guerrero–, sino también para que los estudiantes puedan generar una conexión personal con aquello con lo que están aprendiendo.
Durante su presentación, Salcito expone el caso de unos jóvenes del Caribe mexicano, quienes diseñaron, a partir de un software de Minecraft, una estructura para albergar y preservar el coral en Cozumel.
Al final, se aprecia a los estudiantes colocando su diseño en el océano.
El objetivo es tan sencillo, y tan complejo, como querer impactar en el mundo que habitan. La tecnología es el medio. La mentalidad y la cultura, al final, el gran reto y la losa más pesada para que esto sea una realidad general.
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