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La inteligencia artificial, ¿amenaza para la vida de los medios?

Por: Aram Aharonian

Quizá el discurso promocional, que buscaba vender a la inteligencia artificial como respuesta a buena parte de los problemas de la humanidad, no logró aún imponerse en todos los ámbitos, pero comenzó a causar inquietud y alarma entre las empresas de información y comunicación del Norte. 

Un reporte presentado en la reunión anual de la Asociación de Noticias On Line, indica que las empresas periodísticas -que en las últimas décadas tuvieron que luchar por lectores que se desplazaron a los dispositivos móviles y en línea- pronto tendrán que adaptarse a la inteligencia artificial, la realidad aumentada y encontrar formas de conectarse más allá de los teléfonos inteligentes o pantallas móviles.

«Desde ciertos sectores del periodismo a las herramientas del Big Data o inteligencia artificial se las suele ver como amenazas. Pero creo que tiene que existir una integración y crear alternativas para que nadie se quede afuera y exista una convivencia de profesionales», resaltó Marisa Beltrán, investigadora argentina.

Los medios comerciales tradicionales, hoy en crisis, están incorporando la inteligencia artificial a las rutinas de diversos departamentos: mercadeo, publicidad, redacción, infografía, con lo que la industria de la comunicación. Sus directivos han pensado que si los gigantes tecnológicos han apostado por esta tendencia con convicción y fuertes inversiones, también ellos deberían intentarlo.

Sin lugar a dudas, la expansión de la llamada “inteligencia artificial” (IA) significará transformaciones significativas en la economía, el trabajo, la convivencia social. ¿Hablamos de futuro? Porque ya se lo usa para optimizar inversiones particulares en la bolsa o para ordenar el –casi siempre- caótico tráfico, en tiempo real.

La IA implica básicamente la capacidad informática de absorber una enorme cantidad de datos para procesarlos –mediante algoritmos– con el fin de tomar decisiones en función de una meta específica, con una rapidez y en volúmenes que superan ampliamente la capacidad humana. Hoy las únicas entidades con capacidad de realizar la inversión y manejar las cantidades de datos requeridas para optimizar los sistemas, son grandes corporaciones transnacionales, principalmente estadounidenses, aunque también chinas y, en menor medida, de otros países.

La interfaz de voz será uno de los mayores desafíos para los medios, dice el estudio realizado por Amy Webb, de la facultad de Administración de Empresas de la Universidad de Nueva York y fundadora del Instituto Future Today, que considera que la mitad de las interacciones de los usuarios con sus computadoras en 2023 será a través de sus voces.

“Una vez que estemos hablando de noticias con nuestras máquinas, ¿A qué se parecerá el modelo de negocios del periodismo?», se pregunta el informe. Webb denunció, asimismo, que las empresas periodísticas ni el periodismo en sí mismo, están participando activamente en la construcción del ecosistema de inteligencia artificial, y ésta supone hoy una amenaza existencial al futuro de las empresas periodísticas.

Uno de los grandes problemas que afrontan las empresas periodísticas es que las nuevas tecnologías que tendrán un impacto sobre el futuro de las noticias escapan a su control, y están en manos de muy pocas compañías tecnológicas como Google, Amazon, Tencent, Baidu, IBM, Facebook, Apple y Microsoft, según Webb.

Las empresas de noticias están cediendo este futuro ecosistema a corporaciones externas: por ende, perderán la capacidad de proveer cualquier cosa que no sea contenidos. Las empresas noticiosas –cada una por su lado- son consumidores, no desarrolladores significativos.

Los riesgos de este modelo concentrador de las tecnologías digitales van mucho más allá de lo que ahora conocemos como Internet. En diversos sectores de la economía y la gestión político-social, se están produciendo cambios internos facilitados por la agregación y el análisis de datos (lo que se conoce como big data). Son solo las grandes entidades (empresas transnacionales, gobiernos poderosos) que tienen la capacidad de almacenar y procesar tal cantidad de datos y de transformarlos en algoritmos, que son la base de la inteligencia artificial.

Nuestros datos se han convertido en el principal insumo de la nueva economía digital, dado que Internet se ha convertido en el sistema nervioso central de la economía global, así como del conocimiento, la información, la política y la vida sociocultural de la humanidad, lo que significará, de no producirse cambios en la gobernanza de la red de redes, en nuevas dependencias de nuestros países, señala al experta Sally Burch.

Hoy el control emerge de la conjunción de medio, transporte y contenido. Los que controlan los sistemas de difusión, cada vez más inalámbricos, satelitales, eligen, producen y disponen cuáles serán los contenidos. El Big Data permite a la información interpretarse a sí misma y adelantarse a nuestras intenciones, y preocupa lo fácil que está siendo convertir la democracia en una dictadura de la información, haciendo de cada ciudadano una burbuja distinta. 

Los expertos esperan que una cantidad crítica de tecnologías emergentes aparezca el año próximo, encontrando usos avanzados más allá de los ensayos iniciales. El estudio identifica 75 tendencias tecnológicas que podrán tener un impacto sobre el periodismo en los próximos años, incluidos los drones, los dispositivos para llevar puestos sobre nuestro cuerpo, el video de 360 grados, la realidad virtual o el chequeo de datos en tiempo real.

Los desarrolladores señalan que algunas de estas nuevas tecnologías –la capacidad de interpretar datos visuales, desarrollar algoritmos para escribir o interpretar noticias, así como recolectar y analizar crecientes volúmenes de datos– permitirán a los periodistas hacer informes más ricos y profundos, checar los hechos y editar más fácilmente. Pero el control lo tendrán las grandes corporacions desarrolladoras de la inteligencia artificial, claro.

Mientras tanto, estas transnacionales se apresuran a derrumbar cualquier barrera que pueda aún existir para asegurar su dominio global sobre los mercados y los datos. Deberán convencer primero al presidente estadounidense Donald Trump, que desechó el Tratado Transpacífico y congeló el TISA (Acuerdo sobre el Comercio de Servicios), donde se imponían sus criterios monopolistas.

Ahora intentan abrir negociaciones sobre “comercio electrónico” en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Y seguir imponiendo sus condicionaes en tratados bilaterales o multilaterales, como el entre la Unión Europea y el Mercosur.

En lo que nos toca, por el tamaño de las inversiones que requiere, es poco pensable que cualquier país latinoamericano por sí solo pueda encontrar una salida adecuada, que solo sería posible a través de la Unión de Naciones Sudamericanas, por ejemplo. Y por eso trabajan también para desarticularla y anular cualquier capacidad de desarrollar niveles de respuesta, o de poder para negociación frente a las potencias y las grandes corporaciones en materia de Inteligencia Artificial.

¿Integración?

Una mayor productividad y eficiencia en la producción de contenidos fue la premisa que impulsó la integración entre las empresas periodísticas del primer mundo y los sistemas de inteligencia artificial. Posiblemente, los próximos modelos de periodismo provengan del mundo de la informática, con un cruce entre los medios tradicionales y empresas ligadas al Machine Learning y Big Data, en alianzas estratégicas para sobrevivir primero y generar rentabilidad,lugo, que es, en definitiva, la meta de las corporaciones mediáticas.

Productividad y eficiencia fue la condición que generó, con cierto recelo, los primeros pasos en el tratamiento de noticias generadas por máquinas con aprendizaje automatizado, el uso de la Big Data para simplificar la elaboración de textos sobre temas o coberturas específicas, además de trabajos de investigación promovidos por editores digitales de medios estadounidenses de comunicación de referencia internacional como The Washington Post The Wall Street Journal Forbes CNN , que han apostado a esta tecnología.

Luego, se sumarían prácticas relacionadas con la utilización de enormes bases de datos para identificar vínculos que no son tan evidentes para los periodistas, la recomendación de noticias a la carta a través del uso de algoritmos, la implementación de chatbots que hacen hincapié en la personalización de la información y la fluidez de la conversación entre los programas de software (robots) y los usuarios (humanos).

Las plataformas

Las plataformas existen, y casi toda están en poder de grandes megacorporaciones privadas. Pero se necesitan profesionales capaces de procesar esa gran data y crear algoritmos para resolver y dar solución a la necesidad que está en la creatividad de la mente humana. Estas serán las herramientas –ya no del futuro, sino del presente- para poder participar en la batalla comunicacional e informativa. La caja de herramientas que usábamos, ya no sirve.

Hay quienes son optimistas sobre las aplicaciones posibles: Sobre el periodismo de investigación y verificación de información creo que van juntas, en ese sentido el Big Data aplicado a la detección de anomalías financieras será una gran protagonista para quienes se dediquen a investigar sobre los circuitos financieros y económicos del dinero, que es la sangre del sistema, señala Eduardo Riveros, columnista de The Huffington Post .

Veamos los movimientos en las empresas tecnológicas: Por ejemplo, Alphabet, el conglomerado de negocios en el que está integrado Google, ha comprado una docena de compañías dedicadas a la inteligencia artificial en sólo cinco años. Lo mismo hizo Apple, mientras Facebook, Intel y Twitter continúan con la absorción de startups. Google controla desde Kaggle, una referencia en el análisis predictivo, hasta Moodstock, especializada en la búsqueda visual, pasando por Api.ai, instrumento de procesamiento de lenguaje natural para robots.

Con Zurich Eye y Masquerade Technologies, dos servicios de realidad aumentada, la Facebook aspira a mejorar la comprensión sobre la situación de los objetos a través de las cámaras de los teléfonos móviles y superpone imágenes u otros activos virtuales sobre las caras de las personas enfocadas con los celulares (copiando o inspirándose en algunas de las características de Snapchat).

En Estados Unidos y Europa, empresas como Salesforce, Boomtrain o Keywee ayudan a los ciberdiarios y portales informativos a gestionar la denominada “publicidad programática”, basada en subastas continuas en las que las marcas pujan sobre la marcha por el espacio disponible para anuncios en las webs, y a calcular los beneficios que obtienen de sus acciones de mercadeo y promoción, resalta un informe del diario español La Vanguardia.

A pocos les preocupa los contenidos –la información, por ejemplo-, están mucho más interesados por la publicidad y la rentabilidad por la utilización de la base de datos del medio, inmersos en la lógica mercantilista de la empresa periodística como negocio.

The New York Times se vale del aprendizaje automático (machine learning) para buscar patrones en los datos de financiación de sus campañas. La aplicación de la inteligencia artificial ya ha llegado hasta la producción y la gestión de contenidos. Los Angeles Times construyó el llamado “Bot Quake” para enviar, sin intervención humana, actualizaciones en el momento en el que se detecta un terremoto en la ciudad y sus alrededores.

Y en América Latina no hemos comprendido aún que hay que apoderarse de estas herramientas, de su tecnología y manejo, saber utilizarlas, para poder participar en las batallas culturales actuales y las que se vienen. Es preciso comprender la naturaleza de los cambios producidos y los que vendrán con las aplicaciones de los algoritmos de la inteligencia artificial, para poder seguir en combate.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232714

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Estados Unidos: Juez imparcial: la inteligencia artificial dicta cuál es el mejor método de enseñanza

Estados Unidos / 15 de octubre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Sputnik News

Una investigación llevada a cabo por la empresa estadounidense de consultoría McKinsey & Company analizó datos del Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes a través de tecnologías de aprendizaje automático —una forma de inteligencia artificial— para entender cuál práctica de enseñanza es la más provechosa.

El estudio analizó los dos principales métodos de instrucción para entender el impacto relativo de cada una de estas prácticas.

La primera de ellas trata de la ‘instrucción guiada’, en la cual el maestro explica y demuestra ideas, considera preguntas y conduce discusiones entre los estudiantes.

La segunda es la ‘enseñanza basada en la investigación’, en la que se asigna a los estudiantes un papel más prominente en su propio aprendizaje, como por ejemplo el de desarrollar sus propias hipótesis y realizar experimentos.

Al analizar los resultados del Informe PISA, se descubrió que en las cinco regiones observadas —Asia-Pacífico; Europa; América Latina; Oriente Medio y África del Norte; y América del Norte— los puntajes eran generalmente más altos cuando los maestros tomaban la iniciativa, y más bajos con el aprendizaje basado en la investigación.

A primera vista, parece que la enseñanza basada en la investigación es un total fracaso, sin embargo, al profundizar el análisis de los datos, se descubrió que la solución ideal es, en realidad, cuando las dos prácticas son utilizadas conjuntamente.

Además, la investigación descubrió que es sólo cuando los estudiantes dominan suficiente contenido —normalmente obtenido a través de clases dirigidas por el profesor— es que pueden beneficiarse plenamente del aprendizaje basado en la investigación.

Fuente de la Noticia:

https://mundo.sputniknews.com/tecnologia/201710091072996235-estudio-educacion-tecnologias/

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Inteligencia natural y artificial

 Luis A. Montero Cabrera

El pensamiento humano está esencialmente relacionado con el procesamiento de información en la infraestructura de un dispositivo biológico de cómputo: nuestro cerebro. Al igual que cualquier otro ser vivo y con diferentes escalas de complejidad, nuestros sentidos gestionan constantemente información que se intercambia con el universo que nos rodea: imágenes a través de los ojos, aromas por el olfato, ruidos desde el oído, expresiones informativas a través del código de los lenguajes, y muchas más. De alguna manera las células cerebrales y sus interconexiones se las ingenian para lo mismo almacenar que recuperar esos datos, con mayor o menor nivel de copias de seguridad y de capacidades de búsqueda y recuperación. Así conformamos nuestro tan humano pensamiento, conjuntamente con lo que le adicionamos que nos causa placer y también rechazo, ya sea fisiológico o asociado con la elaboración de la propia información adquirida y almacenada. Estos suelen ser los llamados “sentimientos”. La información que proviene del exterior de nuestro ser se convierte en conocimiento al incorporarse a nuestra conciencia,según se suele considerar.

El goce de la poesía más hermosa, del paisaje más impresionante y del placer más intenso, lo que nos caracteriza como especie y enorgullece nuestras individualidades, siempre tiene una base material que podemos llamar biofísicoquímica. Conocer como funcionamos y usar las capacidades que vamos inventando nos permite ser cada vez más plenos al utilizar nuevas potencialidades y fuentes de enriquecimiento espiritual. Ya ha ocurrido muchas veces en la historia: cuando aprendimos a escribir, a imprimir y a hacer libros nos revolucionamos compartiendo saberes y placeres intelectuales que antes no estaban a nuestro alcance. Con la pintura, la fotografía, el cine, el radio, la televisión multiplicamos la capacidad cultural audiovisual. Cuando creamos la Internet podemos lograr que la sabiduría sea universal, ubicua.

Si andamos por un sendero y tropezamos con una piedra en medio del camino inmediatamente conocemos o aprendemos que existe este obstáculo. Al volver a andar ese sendero y en ausencia de otra información debemos recordar que la piedra existe, porque tenemos el dato almacenado y recuperable en nuestra memoria, y evitaríamos tropezar de nuevo con ella. Esto se ha denominado como una respuesta “lógica”. Es una acción que se subordina a un hecho conocido. Sin embargo, se dice con razón que somos los humanos los únicos que podemos tropezar con ella de nuevo. Es porque somos inteligentes. Resulta que casi siempre disponemos de más información que podemos relacionar con la existencia de la piedra. Por ejemplo, podemos confiar en que los encargados del mantenimiento del sendero la hayan removido antes de nosotros repetir la experiencia. Como nuestra lógica es más compleja, que es como poder correlacionar más informaciones, es posible que de nuevo tropecemos, si es que no ha ocurrido la esperada limpieza. De cualquier forma, siempre transitaríamos con más cuidado.

Se dice que la inteligencia consiste en la capacidad de percibir información y retenerla en forma de conocimientos para aplicarlos en comportamientos adaptativos a un contexto dado. Esto comprende todo lo que de ello se deriva, incluyendo a nuestros tan distintivos sentimientos.

Un sistema que puede responder de acuerdo con informaciones previas aprendidas o almacenadas de alguna forma se dice que es “inteligente”. Era exclusiva de sistemas nerviosos evolucionados desde que apareció la vida sobre la tierra hasta no hace tanto tiempo. Sin embargo, el desarrollo de nuestro propio saber la ha convertido en una pieza maestra para el funcionamiento de sistemas artificiales como las computadoras y los teléfonos móviles actuales. Se realiza a través de simples circuitos electrónicos que permiten la trasmisión o no de corriente en dependencia de alguna información previamente almacenada y disponible. Con solo uno de estos circuitos el sistema electrónico evitaría tropezar con la piedra del camino que aprendió que existía. Es una lógica elemental, idéntica a la de un humano inexperto. Pero la electrónica actual también puede poner a funcionar simultáneamente millones de ellos, tantos o más que como lo hace nuestro cerebro. Por lo tanto, si esos circuitos lógicos artificiales disponen de más información (como la de que alguien debió removerla para limpiar el camino) pueden operar tan “inteligentemente” como nosotros y tropezar de nuevo, deduciendo que alguien debió removerla antes.

La llamada inteligencia artificial es todo un campo de las ciencias de la computación desde hace decenios. Se ha hecho buena ciencia y mucho ha avanzado la eficiencia de los sistemas de cómputo artificiales desde que se consolidó como campo de investigación.

Por otra parte, la eclosión de la ciencia, sobre todo después de la segunda guerra mundial, ha desarrollado instrumentos que permiten acumular infinidad de datos acerca de todo el universo que nos rodea, incluyendo nuestras sociedades humanas. A esas grandes acumulaciones de información se las conoce como “big data” (grandes informaciones). Están literalmente estallando por lo cuantioso en la biología, la astronomía, y también en las ciencias sociales, como la economía y la comunicación. La inteligencia artificial es hoy indispensable para hacer utilizable la big data, los torrentes de informaciones que se generan. Es preciso hacer una verdadera minería para identificar aquellas que nos interesan y se pueden correlacionar para sacar conclusiones de utilidad.

Esto está transformando nuestra vida, a veces sin darnos cuenta. Hoy existen ciudades que poseen un servicio de taxis sin conductor. Y que tienen menos accidentes que los carros conducidos por humanos. Muchos procesos de fabricación y hasta de operar una simple llamada telefónica se hacen con robots que no tienen que tener apariencia humana. Nuestra anatomía viva fue seleccionada naturalmente para existir y desarrollarnos como especie en un determinado ambiente, pero un robot no tiene que ser igual.Si su misión en una fábrica es, por ejemplo, la de controlar la precisión y disciplina de los operarios este “supervisor” se diseña, construye y se le programa su inteligencia solo para ello. Seguramente que no tendrá brazos, ni piernas, porque no le hacen falta. Basta con un sistema de cámaras que abarque todo lo que le interese en la fábrica.

Un país como el nuestro, donde la mano de obra es cada vez más escasa y envejecida, está obligado a desarrollar dispositivos, programas, equipos, con inteligencia artificial. La capacidad humana la tenemos con graduaciones masivas anuales de ingenieros y científicos de computación, y matemáticos y muchos otros especialistas. Esa es una inversión de miles de millones de pesos que ya se ha hecho a los largo de décadas de Revolución y que no podemos desperdiciar. La cultura de gestión y el uso de medios informáticos en la vida cotidiana sí que debemos adquirirla, y esta es una de las temáticas que debería estar presente en cualquier acción de educación de decisores, de líderes. Recordemos que deseamos una sociedad socialista, exclusivamente en bien del ser humano.

Fuente del articulo: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/08/31/inteligencia-natural-y-artificial/#.WeAvpmjWzIU

Fuente de la imagen: http://media.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2017/08/inteligencia-artificial-y-natural-580×326.jp

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Inteligencia artificial: ¿la nueva dependencia?

Por: Sally Burch/Ecoportal/29-09-2017

Entre los cambios en curso en el mundo, uno que pronto será de los más ubicuos es la expansión de la llamada “inteligencia artificial” (IA) en un sinfín de áreas, que significará transformaciones significativas en la economía, el trabajo, el convivir social y muchos otros ámbitos. La IA implica básicamente la capacidad informática de absorber una enorme cantidad de datos para procesarlos –mediante algoritmos– con el fin de tomar decisiones en función de una meta específica, con una rapidez y en volúmenes que superan ampliamente la capacidad humana.

Por ejemplo, ya se lo utiliza para optimizar las inversiones particulares en la bolsa de valores, o para ordenar mejor el tráfico vehicular al identificar, en tiempo real, las rutas más descongestionadas.

El discurso promocional busca vender la IA como respuesta a la mayoría de problemas; y sin duda, muchas aplicaciones pueden ser bastante provechosas, a nivel personal o social. No obstante, como toda tecnología, la forma cómo se desarrolla responde a intereses concretos; y actualmente casi las únicas entidades con capacidad de realizar la inversión y manejar las cantidades de datos requeridas para optimizar los sistemas, son grandes empresas transnacionales: principalmente estadounidenses, aunque también chinas y, en menor medida, de algunos otros países.

La hegemonía que han logrado estas empresas se debe, por un lado, a la posición clave que ocupan al controlar las plataformas que conectan los diferentes actores, hecho que se presta a la conformación de monopolios. Y esto a su vez les permite acumular más datos, insumo principal de esta nueva economía digital. Entonces, y sobre todo cuando se trata de transferir servicios públicos o funciones críticas a sistemas de IA manejados por estas empresas, surge una contradicción entre la meta de máxima ganancia de la empresa y las exigencias del interés público.

Uno de los riesgos más evidentes es una eventual falla o hackeo en un sistema vital (como la red eléctrica) o de alto peligro (como los vehículos de automanejo). Posibilidad que aumenta si la empresa responsable trata de aumentar su ganancia al reducir el gasto en seguridad.

Pero surgen serias implicaciones y desafíos en muchos otros aspectos, particularmente respecto a los derechos humanos o las zonas grises en lo jurídico; como también en materia de soberanía.

En los países desarrollados (en particular Europa), está abierto el debate sobre las implicaciones de lainteligencia artificial y se ha comenzado a elaborar marcos de principios y derechos, que contemplan cuestiones como:

– Los robots y sistemas de IA programados para tomar ciertas decisiones tienen a veces algoritmos complejos que resulta imposible saber exactamente cómo y por qué tomaron tal decisión y no otra. Entonces, ¿quién es responsable por las consecuencias de estas decisiones?

– ¿A quién(es) pertenecen los datos que los sistemas informáticos recaban de los sensores (por ejemplo, de una ciudad) o de los usuarios (con o sin su consentimiento o conocimiento)? ¿Qué implicaciones tendría en cuanto a quién(es) se benefician de los rendimientos económicos que producen?

– ¿Cómo evitar que los sistemas inteligentes profundicen las exclusiones y discriminaciones (intencionalmente o no)? De hecho ya existen muchos casos donde se evidencia que los prejuicios sociales se reflejan en los mismos algoritmos.

Posiblemente uno de los problemas más agudos sería el impacto sobre el empleo debido a la robotización o la automatización de la producción de bienes o servicios. Hay pronósticos de que el empleo en muchos sectores va a desaparecer, y que los nuevos empleos serían insuficientes para absorber a todas las personas desplazadas; entre los sectores más vulnerables se menciona a los choferes profesionales o el personal de venta de supermercados y almacenes. Por ello, hay cada vez más apoyo, en los países desarrollados, incluso entre el sector empresarial, a la idea de que será necesario establecer un ingreso básico universal para la población que queda sin empleo remunerado, que sería subvencionado mediante políticas de transferencia de ingreso de las empresas ultra-rentables del sector de la IA.

Toda vez, otros analistas consideran que se exagera el peligro de pérdida de empleos al menos en el corto plazo, (tal vez por motivos políticos: un trabajador con miedo de perder su empleo será más dócil), ya que si fuera cierto que los robots están remplazando masivamente a trabajadores, se estaría produciendo un fuerte crecimiento en productividad, lo que, al menos en el caso de EE.UU., no se registra.[1] El crecimiento promedio es de apenas 1.2% anual en la última década y solo 0.6% en el último quinquenio.

Pero no cabe duda que hay una transferencia de riqueza hacia las empresas que concentran poder en el sector IA (a veces conocido como GAFA –Google, Apple, Facebook, Amazon–, o GAFA-A, incluyendo a la empresa china Alibaba); enriquecimiento basado en la acumulación y procesamiento de datos,

El impacto en el Sur

En América Latina, hasta ahora, hay poco debate sobre estos temas. Sin embargo, podemos estimar que los impactos serán importantes y a relativamente corto plazo. Por un lado, los cambios en el Norte tendrán sin duda secuelas en el Sur. Por ejemplo, a medida que avance la robotización y automatización, ciertas líneas de producción que fueron desplazadas a países del Sur para beneficiarse de la mano de obra barata, regresarían al Norte. De hecho ya está ocurriendo: en India, por ejemplo, se han reducido fuertemente los empleos en el sector de tecnologías de la información, en particular los centros de llamadas. Por otro lado, la contratación en el Sur de sistemas de IA de proveedores del Norte, por ejemplo para mejorar los servicios públicos, significará nuevas formas de extracción de riqueza y datos y por ende nuevas formas de dependencia, mayores brechas entre Norte y Sur, etc. Sería importante realizar estudios que midan las repercusiones reales en nuestros países y para estimar el impacto potencial.

En un artículo de opinión publicado hace poco en el New York Times[2], Kai-Fu Lee, (quien encabeza una empresa china de capital de riesgo y preside su Instituto de Inteligencia Artificial), presenta las perspectivas en términos bastante crudos: para el futuro previsible, si bien la IA está muy lejos de poder competir con la inteligencia humana, él reconoce que tiene la capacidad de reconfigurar el sentido del trabajo y de la creación de riqueza, lo que desencadenará la eliminación a amplia escala de empleos, conllevando a desigualdades económicas sin precedentes. Por ello, considera inevitable introducir políticas de transferencia de ingreso de las empresas de IA con alta rentabilidad hacia los sectores sin empleo, lo que será factible –dice– en países como EEUU o China, que tienen el potencial de dominar el sector. Pero, siendo la IA una industria donde la fortaleza engendra mayor fortaleza, la mayoría de países quedarán fuera de esa posibilidad, por lo que “enfrentan dos problemas infranqueables. Primero, la mayoría del dinero que produzca la inteligencia artificial irá a Estados Unidos y China”. Y segundo, tener poblaciones en crecimiento se convertirá en una desventaja, por la escasez de empleos.

Entonces, pregunta qué opciones quedarán para la mayoría de países que no podrán cobrar impuestos a empresas de IA ultra-rentables: “Solo puedo predecir una: a menos que deseen hundir en la pobreza a su gente, se verán obligados a negociar con el país que les proporcione la mayor cantidad de software deinteligencia artificial —China o Estados Unidos— para que en esencia sea dependiente económico de ese país y acepte los subsidios de asistencia social a cambio de que las empresas de inteligencia artificial de la nación ‘madre’ sigan obteniendo ganancias de los usuarios del país dependiente.” El autor estima que las empresas estadounidenses dominarán en los países desarrollados y en algunos en desarrollo, y las empresas chinas en la mayoría de países en desarrollo, arreglo económico que “transformarían las alianzas geopolíticas”.

Sin duda, es un pronóstico influenciado por la perspectiva geopolítica china, pero lo destacamos aquí porque es poco frecuente que el sector empresarial quiera reconocer esta realidad. Se puede pensar que habría otras salidas; no obstante, con la actual inercia en la mayoría de países del Sur frente a esta realidad, aún poco entendida, un escenario parecido al que prevé Kai-Fu Lee parece bastante probable. El Sur permanecería en su rol de proveedor de alimentos y materias primas y se ahondaría su dependencia del Norte.

No hay mucho tiempo para reaccionar, como lo destacó, en su reciente visita a Ecuador, el ex ministro de finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, quien advirtió que el modelo económico actual de ese país suramericano apenas podrá durar unos cinco años más y luego –si no hay un recambio tecnológico–, quedará fuera de la cadena de creación de valor. “El cambio tecnológico se está moviendo rápidamente contra los productores primarios: los países de ingreso bajo o medio que dependen del comercio físico”. A la vez que alabó la sofisticación de la política financiera ecuatoriana frente a la dolarización y la deuda externa y para la redistribución de la renta, consideró que el reto actual es encontrar una sofisticación similar en el sector tecnológico, emulando, por ejemplo, a Estonia o Islandia, con una política de soberanía tecnológica, para que se vuelva un ejemplo para la región y para el proceso de integración regional.

Mientras tanto, las transnacionales del sector se apresuran a derrumbar cualquier barrera que pueda subsistir para su dominio global sobre los mercados y los datos. Avanzaron su agenda, con muy poca resistencia, en los capítulos sobre comercio electrónico de los acuerdos comerciales TPP (Tratado Transpacífico – ya difunto) y TISA (Acuerdo sobre el Comercio de Servicios – por ahora congelado); entonces la apuesta ahora es abrir negociaciones sobre “comercio electrónico” en la Organización Mundial del Comercio (OMC)[3].

Sin duda, el reto de la nueva economía digital apela a una voluntad política clara y contundente, pero también a buscar alianzas. Por el tamaño de las inversiones que requiere, es poco pensable que cualquier país latinoamericano por sí solo pueda encontrar una salida adecuada; pero un bloque de países –comoUNASUR– tendría mayor capacidad de desarrollar niveles de respuesta, por lo menos para afirmar soberanía regional en algunas áreas críticas. Le permitiría asimismo acumular más poder de negociación frente a las potencias en IA y sus empresas, como en las instancias globales donde se definen políticas de gobernanza.

*periodista británica-ecuatoriana, directora ejecutiva de ALAI.

Notas
[1] Ver Dean Baker, “The Data Defying Job-Killing Robot Myth”, aquí
[2] Kai-Fu Lee, “La verdadera amenaza de la inteligencia artificial”, New York Times, 27 de junio 2017. aquí
[3] Ver Sally Burch, “La agenda del comercio electrónico en la OMC”, aquí
Artículo publicado en la Revista América Latina en Movimiento: Ante escenarios desafiantes 03/07/2017, ver aquí
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Open School, una escuela con formación personalizada gracias a la inteligencia artificial

Open School es una iniciativa de la Escuela de Negocios IEBS que va adaptando los objetivos de aprendizaje según el alumno.

IEBS ha lanzado una iniciativa con el nombre de Open School, que define como “la primera escuela abierta nativa digital que ofrece al alumno formación personalizada y una experiencia única adaptada a la medida de sus necesidades, gracias a la aplicación de la inteligencia artificial y la personalización masiva”.

Y es que esta plataforma educativa va adaptando los objetivos de aprendizaje de sus alumnos según ritmo y nivel.

Los algoritmos de Open School van comparando los resultados obtenidos por cada persona con los patrones que existen. A partir de ahí, recomienda itinerarios que permiten adquirir los conocimientos que se necesitan. Esto significa que los materiales de las clases se amoldan de forma automática al estudiante.

El alumno puede modificar programas preconfigurados a su gusto o dejar que el sistema le ofrezca alternativas. Open School permite recibir respuestas automática.

El objetivo final es luchar contra el abandono, potenciando el aprendizaje adquirido.

Open School cuenta con hasta 80 módulos mensuales para configurar itinerarios en Negocios Digitales, Marketing, Finanzas y Recursos Humanos. Sus responsables quieren llegar los 200 en los próximos meses.

Al colaborar con la Universidad Rey Juan Carlos, sus alumnos obtendrán una titulación de dicha institución.

Fuente del articulo: http://www.silicon.es/open-school-2354734

Fuente de la imagen: http://www.silicon.es/wp-content/uploads/2017/09/open-school

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6 alucinantes predicciones de Ray Kurzweil, el futurista de Google

Ray Kurzweil

Futurólogo más importante del mundo, auto de varios best sellers como «La era de las máquinas espirituales» y «La Singularidad está cerca». Es tan influyente que Google lo contrató para dirigir sus esfuerzos en inteligencia artificial.

 

Kurzweil es conocido por hacer predicciones, las cuales son acertadas hasta en un 86% de las veces. Para llegar a sus predicciones, Kurzweil se basa en una teoría fiable.

«Mi tesis central, lo que yo llamo ‘la ley de los rendimientos acelerados’ se basa en que las mediciones fundamentales de la tecnología de la información siguen trayectorias predecibles y exponenciales, desmintiendo la creencia convencional de que ‘no se puede predecir el futuro’”, escribió Kurzweil en un ensayo en 2010.

Para Kurzweil, averiguar si una empresa va a ganar en el mercado o si alguna vez habrá paz en Oriente Medio es impredecible, pero las crecientes capacidades de la tecnología son ‘muy predecibles’, lo que le permite proyectarse hacia el futuro.

Estas son algunas de sus visiones más prometedoras, o aterradoras dependiendo de la persona, que vendrán en la siguiente década y más allá:

1. Seremos capaces de imprimir en 3-D básicamente todo.

Conforme la impresión 3-D se haga a gran escala y de código abierto, las tecnologías de la información estarán más en el mundo que nos rodea. Kurzweil dice que para la década de 2020, podremos ser capaces de «vivir extremadamente bien e imprimir todo lo que necesitamos.»

En la actualidad ya se pueden imprimir casas 3-D, cajas torácicas, miembros protáticos y puentes. Pronto se podrá imprimir casi todo.

 

2. Por la década de 2030, «nanobots» conectarán nuestro cerebro con la nube.

Estos nanobots, nos darán “una inmersión total de realidad virtual desde dentro de nuestro sistema nervioso». En otras palabras, nuestros cerebros estarán conectados a la nube.

“Al igual que hoy podemos ampliar de forma inalámbrica el poder de nuestros smartphones 10.000 veces en la nube», dice Kurzweil “vamos a ser capaces de ampliar nuestra neocorteza en la nube.»

Así que vamos a ser capaces de vivir, básicamente, en un mundo virtual. Al estilo Matrix.

3. Esos nanobots también darán lugar a una ‘extensión radical de la vida.’

A principios de este mes, Kurzweil dijo que los nanobots podrían «terminar el trabajo» del sistema inmunológico natural del ser humano. Seremos capaces de derrotar a cualquier enfermedad, incluso el cáncer.

Esto conduce a lo que los futurólogos llaman ‘extensión radical de la vida’. Kurzweil, como otros futuristas, considera que la muerte es una enfermedad que puede ser curada y los nanobots son una de las formas de curarla.

4. Nos va a golpear la Singularidad.

La fecha más importante para Kurzweil es 2.045. Ese es el año, dice, en que se dará lo que los futuristas llaman la Singularidad, el momento en que la tasa de evolución biológica de crecimiento será superada por la inteligencia artificial.

En su libro ‘La singularidad está cerca «, Kurzweil dice que la Singularidad es:

«… Un período futuro durante el cual el ritmo del cambio tecnológico será tan rápido y su impacto tan profundo, que la vida humana se transformará irreversiblemente. Aunque ni utópica ni distópica, esta época va a transformar los conceptos en los que nos apoyamos para dar sentido a nuestras vidas, de nuestros modelos de negocio para el ciclo de la vida humana, incluyendo la muerte”.

Kurzweil dice que en 2045, la potencia de cálculo de la inteligencia artificial será de mil millones de veces la de la inteligencia humana. Y nuestra especie nunca será la misma.

5. Después de la Singularidad, seremos capaces de «subir» nuestra mente a las computadoras.

Kurzweil y otros futuristas creen que una de las principales consecuencias de la Singularidad será que podremos subir nuestra mente a una computadora. De acuerdo con este argumento, podremos transferir nuestra conciencia de seres basados en el cerebro a seres basados en el ​​ordenador.

Incluso Stephen Hawking cree que esto es posible.

‘Creo que el cerebro es como un programa en la mente, que es como una computadora, así que es teóricamente posible copiar el cerebro en un equipo y así proporcionar una forma de vida después de la muerte», dijo el físico. “Sin embargo, esto está mucho más allá de nuestras capacidades actuales».

Para el 2045 quizás ya tengamos esas capacidades.

6. Y tendremos «cuerpos virtuales» para aumentar nuestros cuerpos físicos.

Si nuestra mente puede ser subida a alguna computadora y la realidad virtual es totalmente envolvente, entonces no cabe duda que nuestros cuerpos van a ser virtual, también.

“Los cuerpos virtuales serán tan detallados y convincentes como cuerpos reales», dice Kurzweil. “Nosotros necesitamos un cuerpo, nuestra inteligencia está dirigida hacia un cuerpo, pero no tiene por qué ser un cuerpo frágil, biológico que esté sujeto a todo tipo de fallos”.

Así que seremos capaces de cambiar nuestro cuerpo virtual, tal y como lo hacemos actualmente con los videojuegos.

Fuente: https://www.sophimania.pe/tecnologia/redes-sociales/6-alucinantes-predicciones-de-ray-kurzweil-el-futurista-de-google/

imagen: https://lh3.googleusercontent.com/aDkWnFIP6XoSNAOMePlXwDrQXMvfEsd2CbqH16Cumh3obgptnA-viaxK9QTr1SADtUq2bA=s85

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Jim Yong Kim: «Inteligencia Artificial reemplazará más del 50% de los trabajos»

20 Agosto 2017/Fuente: eltiempo/Autor: REDACCIÓN TECNÓSFERA con AFP

El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, dijo este viernes en Buenos Aires que la inteligencia artificial hará perder más de la mitad de los trabajos que existen en los países emergentes, pero se generarán nuevos empleos con otras capacidades.

«La inteligencia artificial va a eliminar entre el 50 y el 65 por ciento de todos los trabajos existentes en los países en vías de desarrollo, incluyendo la Argentina», afirmó Jim Yong Kim, al participar del debate ‘Invirtiendo en los empleos del futuro’ en el ministerio de Ciencia y Tecnología en Buenos Aires, (Argentina).

Las declaraciones de Yong Kim vislumbran el panorama desafiante que tienen las naciones para mitigar el impacto de la transformación y la automatización de las industrias. Expertos aseguran que los retos no son exclusivamente de las instituciones de gobierno, sino también de quienes tienen en sus manos la formación de los nuevos talentos que se insertarán al mercado laboral.

El director del Banco Mundial aclaró que se generarán nuevos empleos con diferentes capacidades, por lo que en el futuro: «La carrera para ser competitivos va a estar relacionada con la innovación», dijo.

Según Patricia Ordóñez, especialista en tecnologías de la información aplicadas a la educación,  el desarrollo de la tecnología influye sustancialmente en la forma en que suceden los procesos de formación. Esto se debe a que «la evolución del mundo actual exige que la manera en que se enseñe se ajuste a lo que precisa el mercado laboral o profesional».

«Para nuevas tecnologías y nuevas necesidades se requieren carreras innovadoras, procesos de formación actualizados, personas capacitadas para programar y usar las herramientas en distintas ramas del saber. Todo lo anterior se constituye en un reto que debe ser solucionado desde las aulas», asegura la experta.

La situación plantea fuertes cambios puesto que la automatización llegará a otros niveles con ayuda de la inteligencia artificial. Labores repetitivas y de esfuerzo físico serán reemplazadas por ejemplo con carros que se conducen solos y transportan cargas de un punto a otro.

Yong Kim expresó que: «Esta dinámica vibrante va a generar nuevos trabajos porque nuestra tarea no es tratar de preservar los empleos antiguos, sino crear nuevos que van a necesitar nuevas capacidades«.

¿Cree usted que la inteligencia artificial reemplazará su trabajo actual en un corto plazo? ¿Considera que está preparado para una labor que aún no existe? Comparta sus opiniones con nosotros en los comentarios. 

Fuente de la noticia: http://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/director-del-banco-mundial-afirma-que-inteligencia-artificial-reemplazara-trabajadores-121376

Fuente de la imagen:

 http://images.etn.eltiempo.digital/files/article_main/uploads/2017/08/06/5987aff276ad5.jpeg

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