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Una nueva técnica permite descubrir la edad del cerebro de una persona

Por: Tendencia 21

Cuanto mayor es la diferencia entre la edad cerebral y la edad corporal, mayor es el riesgo de padecer enfermedades

Una nueva técnica, que combina imágenes de resonancia magnética y la inteligencia artificial, es capaz de descubrir la edad del cerebro de una persona basándose en el volumen del tejido cerebral. Cuanto mayor es la diferencia entre la edad cerebral y la edad corporal, mayor es el riesgo de padecer enfermedades mentales y físicas, así como de morir prematuramente.

nvestigadores británicos han ideado un sistema para predecir la edad cerebral de una persona a partir de imágenes de resonancia magnética de su cerebro, según informa el Imperial College de Londres en un comunicado.

El método podría ayudar a detectar las personas con mayor riesgo de salud y de muerte prematura, señalan los investigadores. Sus resultados se han publicado en la revista Molecular Psychiatry.

Los científicos han combinado las exploraciones de resonancia magnética del cerebro con algoritmos de inteligencia artificial, lo que les ha permitido entrenar a los ordenadores para determinar la edad cerebral de una persona basándose en el volumen del tejido cerebral.

La técnica fue empleada en una población de adultos mayores en Escocia y descubrió que cuanto mayor es la diferencia entre la edad cerebral de una persona y su edad física, mayor es el riesgo de padecer enfermedades mentales y físicas, así como de morir antes de tiempo.

Aunque la técnica todavía no puede ser utilizada en la investigación clínica, los investigadores confían en que en el futuro pueda ser empleada para, a partir de conocer la edad cerebral de una persona, detectar el riesgo de deterioro cognitivo y de morir antes de los 80 años.

Desde hace tiempo, los científicos buscan biomarcadores (sustancias usadas como indicadores de un estado biológico) que sean fiables y capaces de medir la edad de una persona, por ejemplo a partir de muestras de sangre o de pelo.

Nuevo enfoque

Lo que han hecho los investigadores británicos es añadir un nuevo enfoque, basado en imágenes de resonancia magnética del cerebro combinadas con técnicas de inteligencia artificial, concretamente el aprendizaje automático, para facilitar un mejor conocimiento de las personas mayores.

James Cole, autor principal de la investigación,  explica que “nuestro enfoque utiliza la discrepancia entre la edad cronológica y lo que llamamos la del cerebro, como un marcador de atrofia relacionada con la edad en el cerebro. Si se aprecia que el cerebro es más viejo que la edad real, eso refleja que algo negativo puede estar sucediendo. »

El nuevo método se basa en una técnica desarrollada por primera vez en 2010 que mide el volumen del cerebro. Además, utiliza la inteligencia artificial para estimar la pérdida global de la materia gris y blanca, una característica del proceso de envejecimiento en el cerebro.

Cole y su equipo adoptó esta técnica básica y analizó datos públicos de exploraciones a través de imágenes de resonancia magnética de más de 2.000 cerebros de personas sanas, obteniendo con ellos mapas normalizados que predijeron con exactitud la edad de las personas.

A continuación, aplicó esta técnica a los escáneres de 669 personas nacidas en 1936 que se habían sometido a escáneres de RM a la edad de 73 años. El análisis reveló que aquellas personas con una edad cerebral mayor que su edad cronológica obtuvieron resultados peores en las medidas físicas estándar para el envejecimiento saludable, incluyendo la fuerza de agarre, la capacidad pulmonar y la velocidad de marcha.

También descubrió que las personas que tenían los cerebros más envejecidos murieron antes de los 80 años, mostrando una diferencia de 8 años entre la edad cronológica y cerebral en el caso de los varones fallecidos. En el caso de las mujeres fallecidas, la diferencia de edad entre el cerebro y su cuerpo era de dos años.

Índice de masa cerebral

La técnica podría utilizarse para informar a los profesionales de la salud si un paciente tiene una edad cerebral sana o está por encima o por debajo de una línea, similar al índice de masa corporal (IMC) que se utiliza hoy.Sin embargo, los investigadores reconocen que, si bien la técnica tiene un gran potencial, todavía hay un margen de error relativamente grande, por lo que están incorporando diferentes tipos de imágenes para mejorar la precisión. También hay que anotar la dificultad de lo costoso que resulta el sistema de imagen de resonancia magnética.

La idea, para los autores no es descabellada. Señalan que de la misma forma que se habla de pulmones envejecidos, respecto a la edad de una persona, por el hecho de ser fumador, también puede hablarse de cerebros más viejos que el resto del cuerpo.

Y de la misma forma que una persona puede en la actualidad acceder a una página de internet y después de responder a un cuestionario sobre el ejercicio físico que practica y la dieta que consume, obtener su edad cardiaca, lo mismo podría hacerse con la edad del cerebro, si bien usando otra metodología.

La edad es un factor de riesgo importante para las enfermedades neurodegenerativas más comunes, incluyendo el deterioro cognitivo leve, la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad cerebrovascular, la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Lou Gehrig.

Si bien muchas investigaciones se han centrado en las enfermedades del envejecimiento, existen pocos estudios informativos sobre la biología molecular del cerebro envejecido. Esta investigación arroja nueva luz sobre este vacío y puede ser de gran ayuda en gerontología.

Referencia

Brain age predicts mortality. Molecular Psychiatry advance online publication 25 April 2017; doi: 10.1038/mp.2017.62

Fuente: http://www.tendencias21.net/Una-nueva-tecnica-permite-descubrir-la-edad-del-cerebro-de-una-persona_a43925.html
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Entrevista a Sergio Guadarrama: «La inteligencia artificial está en su prehistoria»

30 Abril 2017/Fuente: diariodemallorca/Autor:Violeta Molina Gallardo

Google se da «con un canto en los dientes» si hace máquinas menos tontas, dice Sergio Guadarrama, ingeniero de la firma californiana

La inteligencia artificial empieza a demostrar su vasto potencial, pero el escenario en el que las máquinas superen al ser humano es lejano, ya que la tecnología está en una fase aún primitiva, es falible y su funcionamiento resulta un misterio incluso para los propios creadores.

«A veces nos damos con un canto en los dientes para poder hacer a las máquinas un poco menos tontas. Porque Alpha Go -la máquina de Google que ganó al campeón mundial de go- es muy buena jugando al go, pero si juegas a la brisca le das una paliza. ¿Cómo puede ser tan lista para una cosa y tan tonta para otra?, explica a Efe el ingeniero de aprendizaje profundo de Google, Sergio Guadarrama.

El experto destaca que la inteligencia artificial ya ofrece «mejoras sustanciales» de procesos, productos y servicios de áreas tan diversas como el arte, la medicina, la justicia o el medio ambiente, pero insiste en que sólo ha dado «pasos iniciales» y necesita evolución. ¿Significa eso que la inteligencia artificial está en su prehistoria? «Probablemente sí. (…) Es muy incipiente», sostiene.

Guadarrama trabaja en aprendizaje profundo («deep learning»), una rama de inteligencia artificial en el que la máquina aprende a partir de ejemplos (un caso: detecta cuándo en una imagen aparece un perro, tras analizar millones de fotos de perros) y elabora por sí sola patrones cada vez más complejos.

Es el ámbito más prometedor -aunque durante años sus investigadores estuvieron «marginados»- y sus resultados están presentes en nuestra vida (los servicios de traducción, correo electrónico o reconocimiento de voz lo utilizan), pero su estadio de investigación es tan primitivo que los creadores, pese a lograr resultados efectivos, desconocen cómo las máquinas llegan a ellos.

«A veces tiene un comportamiento que nos sorprende. Pero eso también pasó con la aviación, aprendimos a volar antes de entender todas las leyes de la aerodinámica», concede.

Preguntado por la posibilidad de que esos sistemas autónomos puedan llegar a tomar decisiones que afecten al ser humano, Guadarrama es más que escéptico: «Si eso pasa, básicamente le das al botón y la apagas, desenfuchas y ya está», bromea.

Pero después matiza: «Google está siempre preocupada, en cierto sentido, de que las técnicas y algoritmos que desarrolla mejoren la vida de la gente, siempre tiene salvaguardas para corregir sus errores». Guadarrama no quiere ni oír hablar de una superinteligencia artificial superior al hombre.

«En algunos aspectos las máquinas ya nos superan. No es tanto superarnos o no, en sumas y multiplicaciones hace ya años que nos superaron. La pregunta es: ‘¿tú quieres hacer más sumas que una máquina?’ La respuesta probablemente es no, tú lo que quieres es que ella te ayude a solucionar problemas».

El concepto de inteligencia artificial se acuñó hace décadas y ha vivido diversos parones, pero ha experimentado un «boom» en los últimos cinco años gracias a tres factores: la potencia de computación, la ingente cantidad de datos disponibles y los nuevos algoritmos.

«De repente hubo un descubrimiento: ‘oye, esto parece que funciona y se puede aplicar a productos’. Se empiezan a aplicar estas técnicas a problemas antiguos y se obtienen resultados muchísimo mejores que antes», manifiesta el ingeniero.

Google ha dejado atrás su enfoque móvil por una apuesta absolutamente dirigida por la inteligencia artificial: «Pero no sólo Google, todas las compañías, Facebook, Microsoft, Amazon, están dando un giro porque se están viendo las aplicaciones y el impacto que tiene en el día a día».

Según el ingeniero, la tecnológica estadounidense la utiliza ya en todos sus servicios y con ella ha logrado, por ejemplo, reducir en un 99,9 % el «spam» en Gmail, mejorar en un 25 % el reconocimiento del habla y revolucionar la traducción. La gente no es consciente, pero recurre a la inteligencia artificial a diario.

Dentro de Google, el ingeniero trabaja en el desarrollo de Tensorflow, un repositorio de «deep learning» de código abierto que cualquiera puede utilizar.

Una científica australiana lo emplea para hacer un censo de las amenazadas vaquitas marinas y un ingeniero japonés para catalogar los pepinos de la granja de sus padres, pero también se está usando en la detección de la diabetes mediante el análisis de fondo de retina o en la creación de música en directo. «El límite de su uso es la imaginación», presume Guadarrama.

Fuente de la entrevista: http://www.diariodemallorca.es/sociedad/2017/04/06/inteligencia-artificial-prehistoria/1204642.html

Fuente de la imagen: http://fotos00.diariodemallorca.es/mmp/2017/04/06/328×206/google-ai.jpg

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Facebook abre su Academia de Inteligencia Artificial

09 Abril 2017/Fuente y Autor: cronicaglobal

La academia está dirigida a los propios investigadores de Facebook pero también abrirá sus puertas a estudiantes

Larry Zitnick, responsable del área de investigación de inteligencia artificial en Facebook ha anunciado, a través del blog de esta división, la inauguración de la Academia Facebook AI (siglas en inglés de inteligencia artificial) con el objetivo de poder profundizar en una tecnología en la que, a su juicio, el talento y la experiencia es escasa. Desde Facebook defienden que la innovación se basa en la educación. De esta forma, el educar a sus ingenieros en las últimas tecnologías les permitirá desplegar un amplio conjunto de expertos para el aprendizaje profundo en todas las partes de la compañía. Hasta la fecha, más de 40 equipos y más del 25% de sus ingenieros están utilizando esta tecnología para alimentar los productos y servicios que diseñan.

El pla de estudios ha sido diseñado por el propio Zitnick y los temas que se tratan abarcan conceptos básicos de aprendizaje profundos, redes neuronales convolucionales y recurrentes, así como temas relacionados, tales como el aprendizaje por refuerzo. Todo ello combinado con conferencias académicas y laboratorios donde los ingenieros construyen sus propios modelos de aprendizaje profundos. La academia también está abierta a estudiantes que buscan una mayor experiencia práctica en profundidad. Para lograr esto, han creado el programa de inmersión AI que proporciona a los ingenieros la oportunidad de unirse a Facebook AI Investigación durante uno o dos años. Durante este tiempo, trabajarán en proyectos de investigación con los principales expertos del mundo en diferentes áreas, incluyendo el aprendizaje profundo, la visión artificial, el procesamiento del lenguaje natural, el habla y el razonamiento.

La Academia de IA actualmente sólo está disponible para los ingenieros de Facebook, pero continuará evaluando oportunidades para compartir conocimientos con la comunidad académica en general.

Fuente de la noticia: http://cronicaglobal.elespanol.com/ecoonomia/tendencias-ecoonomia/facebook-abre-su-academia-de-inteligencia-artificial_70631_102.html

Fuente de la imagen: http://cronicaglobal.elespanol.com/ecoonomia/uploads/s1/39/86/27/screenshot-research.fb.com%202017-03-30%2017-08-41_9_720x381.jpeg

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Así pretenden Google, Apple y el resto de gigantes educar a la inteligencia artificial

22 de marzo de 2017 / Fuente: http://www.eldiario.es

Por: Marta Sofía Ruiz

Google, Amazon, Microsoft, Facebook, IBM, Apple y representantes del ámbito académico y la sociedad civil se han unido en Partnership for AI, una alianza para impulsar la inteligencia artificial y evitar que las máquinas acaben heredando lo peor de los humanos o perpetuando las desigualdades. ¿Serán capaces de ponerse de acuerdo en unas directrices verdaderamente útiles?

Aunque el desarrollo de la inteligencia artificial abre todo un mundo de posibilidades en áreas como la economía, la medicina o la ingeniería, permitir que los algoritmos aprendan y tomen decisiones por sí mismos también entraña riesgos. Ciberataques más sofisticados, algoritmos que realizan elecciones injustas o, en el caso más extremo, máquinas que se rebelan contra sus creadores son algunos de los riesgos más temibles.

Por ello, las mayores empresas y los más relevantes investigadores del sector se han unido en Partnership for AI,  una gran alianza que pretende establecer las bases éticas y definir las buenas prácticas que evitarán que se hagan realidad las predicciones más funestas. Su misión es conducir el avance imparable de la inteligencia artificial por la senda adecuada y con el bien común como primer objetivo.

Todos los grandes nombres están presentes: Google, Amazon, Microsoft, Facebook, IBM y, aunque su incorporación oficial al proyecto ha sido más tardía, también Apple. OpenAI, la iniciativa sin ánimo de lucro que impulsa Elon Musk, también forma parte. Así, los gigantes que llevan años invirtiendo en inteligencia artificial y convirtiéndola en la base de sus productos se sentarán a hablar de los límites, los riesgos y los conflictos éticos de aquello en lo que están trabajando.

“Esta es la primera vez en la que los seis grandes actores de la industria, los que están empujando los límites de la inteligencia artificial, se juntan para definir las buenas prácticas”, explica a  HojaDeRouter.com el investigador Subbarao Kambhampati, presidente de la  Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial (AAAI) y miembro de la junta de Partnership for AI.

Este catedrático comparte asiento en el máximo organismo de la institución con representantes de las grandes empresas y con un número equivalente de representantes del ámbito académico, las sociedades científicas y las organizaciones de derechos civiles. Seis asientos para los gigantes y seis para ellos.

La inteligencia artificial cambiará tanto la ciberseguridad como el cibercrimen.
La inteligencia artificial cambiará tanto la ciberseguridad como el cibercrimen

Jason Furman, que acaba de incorporarse al  Instituto Peterson tras ocho años como asesor económico del presidente Obama, también forma parte de la junta que dirige la alianza. Cree que la inteligencia artificial podría ser  uno de los avances más importantes para la economía y la sociedad en las últimas décadas, y por ello considera “clave contribuir a definir las mejores prácticas y políticas para asegurarse de que la inteligencia artificial trabaja al servicio del bien”.

UNA PREOCUPACIÓN COMÚN

“Hay mucho trabajo por hacer para descubrir cómo abordar asuntos como la ecuanimidad y la privacidad en los sistemas de inteligencia artificial”, señala Deirdre Mulligan, profesora de la Universidad de Berkeley y directora del Centro Berkeley de Derecho y Tecnología. También miembro de la junta de Partnership for AI, la experta recuerda que, “como cualquier tecnología, la inteligencia artificial podría ser usada incorrectamente por individuos u organizaciones con malas intenciones”.

La manipulación intencionada del ‘chatbot’ de Microsoft por parte de usuarios que querían amplificar su perspectiva racista y misógina es un ejemplo de ello”, detalla Mulligan. Sin embargo, el peligro no está solo en una posible manipulación intencionada: la inteligencia artificial también puede absorber los prejuicios de la sociedad y de sus creadores y acabar conduciendo a resultados injustos o indeseados. “ La búsqueda de imágenes de Google etiquetó a personas negras como gorilas”, recuerda la experta. «En ese caso, las etiquetas no fueron el resultado de una actitud racista, sino la suma de una base de datos de entrenamiento incompleta y de las limitaciones de los algoritmos de reconocimiento facial causadas por esos conjuntos de datos limitados».

Finalmente, tal y como explica esta profesora, la inteligencia artificial también puede incorporar prejuicios como resultado de cálculos complejos, que no obstante pueden ser sutiles y difíciles de identificar y de entender. Cuando las máquinas aprenden por sí mismas, sus creadores no siempre saben cómo ni por qué ha llegado a una determinada conclusión. Y eso puede terminar causando problemas, en ocasiones graves.

La alianza trabajará para que el público comprenda las ventajas de la inteligencia artificial.
La alianza trabajará para que el público comprenda las ventajas de la inteligencia artificial

Eric Sears, miembro de la  Fundación MacArthur y de la junta de Partnership for AI, también  ha hecho referencia a esos peligros, señalándolos como desafíos para la organización. “Entre los retos se incluye […] detectar y mitigar los sesgos de la máquina que puedan tener un impacto desproporcionado en grupos históricamente desfavorecidos» o « asegurarse de que los sistemas de inteligencia artificial se entienden y se puede vigilar que actúan de forma responsable”.

Por otra parte, la alianza trabajará para informar al público, desmentir algunos mitos y contrarrestar ciertos temores —las nuevas tecnologías siempre asustan y preocupan a una parte de la sociedad—. Asimismo, promoverán nuevos estudios sobre la materia y tratarán de difundir los ya existentes.

Pero al igual que saben cuáles son, al menos sobre el papel, sus objetivos, también tienen claro a qué cosas no se van a dedicar. La agrupación no busca funcionar como un ‘lobby’ que presione a los legisladores cuando vayan a aprobar medidas vinculadas con la inteligencia artificial. Tampoco creen que dicha normativa sea primordial. “No veo la necesidad de una legislación específica», opina el exasesor de Obama.

UNA ÉTICA DE CUMPLIMIENTO VOLUNTARIO

Mayoritariamente estadounidense, esta alianza por la inteligencia artificial está dando sus primeros pasos. Todavía «en su fase ‘startup'», según describe Sears, la agrupación comenzó su recorrido en septiembre de 2016 y desde entonces lleva trabajando para establecer la actual composición de la junta.

Por el momento solo han tenido una reunión —el 3 de febrero— y aún están definiendo su método de trabajo. Aún así, hay varias cosas que tienen claras. En primer lugar, que su labor principal consistirá en definir una serie de directrices éticas consensuadas. Por desgracia, serán de cumplimiento voluntario. La pertenencia a la organización no obliga a las empresas a seguir las pautas que se acuerden. Los miembros tampoco tendrán a su disposición, al menos de momento, mecanismos para hacer que los demás respeten lo pactado.

Se enfrentan además al reto de ser críticos con sus propias prácticas y al de actualizar constantemente sus recomendaciones.

IBM Watson es uno de los ejemplos que emplean inteligencia artificial.
IBM, Google o Facebook han centrado muchos de sus productos en la inteligencia artificial

A pesar de las limitaciones de esta joven alianza, la unión aporta algo claramente positivo. Al fundarla, industria, académicos y organizaciones del sector, sin dejar fuera a ningún actor clave, pronuncian un mensaje alto y claro: la inteligencia artificial, aunque llamada a revolucionar la sociedad y la economía, ha de tratarse con cuidado. Dejar decisiones que afectan a cada vez más facetas de nuestras vidas en manos de un algoritmo requiere de un trabajo previo cuidadoso y exhaustivo.

El objetivo final es que los rasgos menos positivos de sus creadores humanos no se encuentren en la inteligencia artificial, para conseguir que sea imparcial, lógica y ecuánime y asegurarse de que nadie pueda usarla con malas intenciones ni ella misma se acabe corrompiendo.

Los nombres de todos los gigantes de la tecnología figuran ya en la lista de miembros de la asociación. Ahora solo queda ver si son capaces de guiarse por los sanos principios que ellos mismos lleguen a acordar en el seno de esta organización. Del cariz que tomen sus avances depende en gran medida el futuro de la inteligencia artificial.

Fuente artículo: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/software/partnership_for_ai-google-apple-microsoft-IBM-Facebook-Amazon_0_612438914.html

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Inteligencia artificial, ¿adiós al empleo?

Por: Silvia Ribeiro
En un artículo anterior, planteo la contradicción entre la postura pública de Trump de recuperar empleos apoyando a empresas automotrices y otras a regresar o quedarse en Estados Unidos. Pero las exenciones fiscales y otras medidas que prometió para incentivarlas, serán usadas por esas empresas para mayor automatización, lo cual redundará en menos empleos. Según estadísticas oficiales, ese ha sido justamente el factor principal de pérdida de empleos. (La Jornada, 18/2/17).
Una serie de artículos del New York Times sobre la nueva clase trabajadora en Estados Unidos da cuenta del proceso: en 1900, las fábricas y campos de cultivo empleaban 60 por ciento de la fuerza de trabajo. En 1950, los dos sectores juntos sólo empleaban 36 por ciento. A 2014, menos de 10 por ciento. El sector servicios ha ido aumentando porcentualmente y a 2005, ocupaba 56 por ciento de los trabajadores. El mayor crecimiento es en el de cuidados de ancianos y niños, de los cuales se ocupan mayoritariamente inmigrantes, al igual que muchos otros empleos que por ser rutinarios, mal pagos o tener bajo estatus social, no quieren hacer los estadunidenses (NYT, The Jobs American Do, 23/2/17). Aquí influyen varios factores, entre ellos la automatización, pero también la globalización neoliberal y la deslocalización de producción hacia países con salarios miserables.

La pérdida de trabajos en el sector agrícola se debe a la industrialización en el sector, donde la maquinización tiene décadas, pero ahora se agrega un proceso de automatización mucho más amplio. No se trata solamente de grandes tractores y sistemas de riesgo, alto uso de agrotóxicos y semillas transgénicas –todos factores que eliminaron empleos. También de integración de nuevas formas de robótica, almacenaje digital y minería de enormes volúmenes de datos, inteligencia artificial, genómica y nuevas biotecnologías (como CRISPR-Cas9), todo lo cual converge en una nueva agricultura de precisión, cuya meta subyacente es un campo sin agricultores, sustituidos por unos pocos operadores informáticos. La tendencia es similar en todos los países o regiones con agricultura industrial a gran escala.

Las fusiones que vemos en el sector agrícola (Monsanto-Bayer/ Syngenta-ChemChina / DuPont-Dow) se explican en parte por estas nuevas convergencias tecnológicas. Varias han invertido en bancos de datos digitales agrícolas –suelos, clima, genómica de fauna, flora y microorganismos– y tienen contratos de colaboración con firmas de maquinaria que manejan robótica, información satelital, etcétera. (Ver informe de ETC www.etcgroup.org/es/content/todo-se-reduce-controlar-el-big-data)

Pensar en líneas de montaje automotriz con obreros va quedando obsoleto (la mayor parte del trabajo en esa industria lo hacen robots) y el campo agroindustrial futuro parece estar dominado por drones y sensores que junto al manejo de datos digitales genómicos y físico-químicos, administrarán agrotóxicos o agua a través de maquinaria no tripulada.

En muchos otros sectores las cosas están cambiando rápidamente con el uso de robots e inteligencia artificial y su convergencia con bio y nanotecnología y redes de comunicación. En una revisión del Grupo ETC del año 2016, citamos algunos ejemplos que dan una imagen de ese futuro artificial (http://tinyurl.com/gr4utyc)

Amazon y otras empresas están desarrollando sistemas totalmente automatizados desde la atención al cliente a la colecta de pedidos en almacenes y su envío. Ya hacen distribución con vehículos no tripulados. En 2016, Amazon inauguró además Prime Air un sistema de drones de distribución aéreos, que en 13 minutos entregó el pedido de un agricultor en su finca, incluidas palomitas de maíz. También abrió Amazon Go, supermercado donde el cliente es identificado por su teléfono celular, toma su compra y sale caminando sin contacto con nadie. La tienda reconoce los productos que lleva, los carga a su tarjeta y envía el recibo a su celular.

Varias compañías de distribución y transporte, como Uber, están experimentando con autos no tripulados. Los riesgos de que la inteligencia artificial en la vía pública provoque accidentes son altos. Uber admitió que sus autos no habían frenado en luces rojas y que no reconocen el carril de bicicletas. Los autos-drones de Tesla, la compañía de Elon Musk –miembro del equipo de asesores de Trump–, ya provocaron una muerte, cuando un auto-dron no distinguió la caja blanca de un camión al horizonte y se estrelló matando a la persona que estaba en él.

La automatización inteligente se usa ampliamente para logaritmos que especulan en bolsas de valores, que ya han provocado al menos dos colapsos de bolsa. La agencia de noticias Ap está usando sistemas de inteligencia artificial para redactar –sin periodistas– notas de prensa de negocios, por ejemplo valores de acciones y cambios. Existen varias marcas de muñecas que dialogan con los niños y que además los graban y recogen datos de sus casas y los envían al fabricante. Microsoft creó un bot de Twitter para adolescentes que se convirtió en un monstruo superactivo de mensajes racistas, violentos y sexistas.

Los usos de inteligencia artificial, Internet de las cosas, convergencia tecnológica, conllevan muchos más aspectos polémicos de los pocos que aquí nombro, que urge entender y debatir. Un punto en el que todos coinciden, es que disminuyen los empleos, aunque crean otros, en número muy menor. Para esos no hay suficiente personal formado. De todos modos, no parecen ser para los que perdieron el empleo en décadas pasadas, muchos de los cuáles votaron por Trump. Éste, pese a la carta pública de las grandes empresas de inteligencia artificial por el tema migratorio, las mantiene cerca y las ve como parte de su proyecto.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/03/04/opinion/019a1eco

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Singapur: ¿Qué está haciendo el país más caro del mundo para convertirse en el más inteligente?

Asia/Singapur/11 Febrero 2017/Fuente: Semana

Es el país más próspero de Asia y del mundo, allí reina la eficiencia energética y es símbolo de la modernidad. Su ubicación fue clave para su gran desarrollo económico en las últimas décadas.

Cuando nació, era una pequeña isla con pocos recursos naturales recién independizada del dominio británico. Pero, con el paso de las décadas, acabó transformándose y reinventándose hasta convertirse en un milagro económico y en un modelo global de éxito y de innovación.

Hoy Singapur es la ciudad-estado más próspera de Asia y del mundo, reina de la eficiencia energética y símbolo de modernidad. Es una mezcla de capitalismo privado e intervencionismo estatal. Una nación líder en educación, sanidad y competitividad económica.

Su gobierno ha invertido fuertemente en mejorar el empleo, acabar con la corrupción y crear una identidad basada en el multiculturalismo. Ahora es el país que más rápido produce millonarios en el mundo y uno de los que más talento global atraen.

La «perla de Asia» es la ciudad más cara del mundo, según el último índice de la Unidad de Inteligencia de la revista británica The Economist. Es una nación cosmopolita, aunque más del 10% de su población no se puede permitir vivir en ella.

Su próximo objetivo: convertirse en el primer país inteligente del mundo. Y ya está trabajando en ello.

El futuro
«La gente visitará Singapur y dirá: «He visto el futuro y funciona». Estas fueron las palabras que el ministro de Asuntos Exteriores de Singapur, Vivian Balakrishnan, usó hace unos meses para anunciar su plan de convertir a la ciudad-estado en el primer país inteligente del mundo.

El programa del gobierno de Singapur comenzó hace dos años y es muy ambicioso. De hecho, el lema del gobierno dice así: «Ya hay muchas ciudades inteligentes, pero solo una nación inteligente». Y es que en Singapur todo gira en torno a la tecnología.

Sus residentes ya cuentan con red de fibra óptica que se extiende a lo largo y ancho de la isla, proporcionándoles internet de alta velocidad, y ya hay tres teléfonos móviles por cada dos ciudadanos.

Pero las autoridades del país quieren ir más allá y convertirlo en «un laboratorio viviente»; una especie de sala de pruebas de soluciones inteligentes para cuestiones urbanas que transformen, aún más, esta tierra de la innovación.

«Hay mucha angustia política por la desigualdad y el estancamiento de la clase media en las economías desarrolladas», le contó recientemente Balakrishnan a la revista especializada Engadget, «Esto se ha visto acompañado de argumentos fuertes, populistas y, en última instancia, inútiles sobre ideologías y políticas del pasado. En Singapur, sabemos que la nueva tecnología triunfa sobre la política, como siempre», agregó el ministro.

Y lo está poniendo en práctica de muy diversas maneras. Estas son algunas de ellas.

Vigilancia absoluta
El gobierno ha creado una red de sensores para monitorear la polución y el tráfico.
Pero además, algunos edificios en Singapur ya cuentan con sensores en viviendasde ancianos y acelerómetros con «botón de pánico» incorporado para que, si les ocurre algo, la familia o las autoridades sanitarias puedan ser avisadas rápidamente.

El país está desplegado un gran número de sensores y cámaras en todo su territorio para que el gobierno pueda controlarlo todo. Todavía no ha revelado el coste total de esta iniciativa.

Mapas 3D de consumo energético
El gobierno también ha creado un impresionante mapa en tres dimensiones para ver los detalles más pequeños en todo el país, especialmente en lo que respecta a la eficiencia energética.

«Si haces clic en un edificio te dice el consumo y generación de energía, por ejemplo. Y si haces clic en el panel solar obtienes más información», le contó a la BBC Terence Tan, de la plataforma gubernamental Virtual Singapore.

El programa también permite gestionar el manejo de residuos «simulando cómo se organiza la basura en el edificio y cómo se recolecta» con unas líneas verdes y rojas.

Hospitales robotizados
En el Hospital General Changi de Singapur hay médicos humanos y robots. Cuatro robots HOSPI -desarrollados por Panasonic- comenzaron a formar parte de la plantilla del centro en 2015. Se encargan de transportar medicinas y equipos, y de ayudar a los médicos.

Son tan altos como una persona y son capaces de interactuar con humanos y de incluso «sonreír» a través de su pantalla.

Pero en el hospital también hay otro tipo de robots, los AGV que transportan mercancías más grandes. Y, por supuesto, varios robots cirujanos, además de sistemas inteligentes para la geolocalización de pacientes y el análisis de datos.

Granjas y jardines verticales
Ubicada en el distrito 23 de Singapur, Tree House es una urbanización residencial con bloques de 24 pisos. Se trata del jardín vertical más grande del mundo.

Pero, además, sus espectaculares Gardens by the Bay (jardines de la bahía) son una muestra de sostenibilidad, arquitectura innovadora y última tecnología en un ambicioso proyecto con excelentes resultados.

Los «superárboles» regulan temperatura absorbiendo y dispersando calor, recolectan agua de lluvia y ofrecen una vista panorámica de la ciudad. Por otra parte, las granjas verticales permiten cultivar hacia lo alto ahorrando energía.

Taxis autónomos
La ciudad-estado también cuenta con taxis inteligentes que funcionan sin conductor que se manejan solos en la ciudad.

Singapur se convirtió en la primera ciudad del mundo en introducir el uso de este tipo de vehículos. Fueron creados por una startup, nuTonomy, una empresa que nació en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), EE.UU.

Emilio Frazzoli, un profesor del MIT de ingeniería aeronáutica -cofundador y director de tecnología de nuTonomy- calculó que, en teoría, unos 300.000 taxis sin conductor podrían hacer el trabajo de los 780.000 taxis tradicionales que operan actualmente en Singapur, reduciendo los tiempos de espera en 15 minutos.

«Eso supone una reducción del 60% en el número de vehículos que operan en Singapur», dijo Frazzoli.

«Al principio, les pedimos que nos dejarán probar los autos allí. Ahora ellos nos piden a nosotros que vayamos a probarlos», explicó Frazzoli en el blog del MIT. Ahora viajan a lo largo unos 6 kilómetros del distrito tecnológico de la ciudad.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/cual-es-el-pais-mas-inteligente-del-mundo/514947

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Educación y cuarta revolución industrial

Por: Xavier Martínez Celorrio

Estamos ante un dilema de una magnitud muy similar a la que planteó Theodor W. Adorno con ‘La educación después de Auschwitz’ (1966), con la que abría un debate moral de enorme trascendencia.

La cuarta revolución industrial ya está aquí entre nosotros aunque no la percibamos. Avanza imparable en centros de investigación y desarrollo tecnológico bajo una fuerte competitividad por conquistar nuevas fronteras y límites sin tener en cuenta sus costes sociales y humanos. Diversos informes, algunos cuestionados como siempre, nos dicen que el 57% de los empleos de los países de la OCDE están en riesgo o son vulnerables ante la robotización y el desarrollo de la inteligencia artificial. Otro informe corporativo del banco Merril Lynch (los bancos siempre tienen torres Mordor que hacen de observatorios del porvenir), alerta que el 45% de los puestos de trabajo de fabricación en el sector industrial serán robotizados en los próximos 20 años, afectando a las fábricas asiáticas pero también a las europeas.

Se estima que en cuatro años, los taxis de Japón serán robots y una parte importante de la logística se realizará con drones y camiones dirigidos sin conductor, prescindiendo gradualmente de miles de empleos humanos. Los recepcionistas de hotel o las cajeras de supermercado son ejemplos de los millones de empleos sustituibles por robots. Buena parte de los obreros de fabricación de la industria, de la venta en comercios, de las rutinas administrativas e, incluso, de ciertas rutinas expertas como la de analistas financieros, abogados y periodistas serán fácilmente prescindibles ante el avance de la robótica y la inteligencia artificial.

La inteligencia artificial crecerá un 36% ligada al Internet de las cosas (IoT) y a la denominada Industria 4.0 (realidad virtual, impresión 3D…). Su aplicación será rápida y transversal, tanto en el hogar, en los servicios, en el transporte, en la sanidad, en las finanzas, en el ocio y en la industria militar y de seguridad. Estados Unidos, Japón, China, Corea del Sur y la India se perfilan como los nuevos centros de poder y de liderazgo de la cuarta revolución industrial, deduciéndose un nuevo tablero mundial de hegemonía económica no exento de dura rivalidad.

Robotización y nuevo contrato social

A diferencia de las otras revoluciones económicas que ha vivido la humanidad, la cuarta revolución industrial es previsible y calculable. Nos anticipamos a lo que nos espera a través de informes, foros y reflexividad llegando a amplias capas de la opinión pública, algo inexistente en los siglos XVIII, XIX y casi todo el siglo XX. Podernos anticipar y conocer las pros y contras siendo un ejemplo más de la sociedad del riesgo definida por Ulrich Beck que, al menos, genera reflexividad crítica y por tanto, repolitización de las agendas para negociar condiciones y consecuencias.

Sin embargo, los expertos ya nos anticipan que, a diferencia del resto de grandes cambios tecnológicos, esta vez, el reparto de los beneficios de la nueva revolución industrial no será generalizados ni compartidos, agravándose las brechas de desigualdad socio-económica y de consumo que pueden amenazar el funcionamiento mismo del sistema capitalista que entraría en colapso. Por tanto, no estamos ante un cambio tecnológico menor o una simple innovación incremental que evoluciona y avanza en línea ascendente, tal y como vemos en el gráfico.

Nos enfrentamos a un nuevo modelo de desarrollo económico, inducido no sólo por la robótica, la IoT y la inteligencia artificial, sino por el crucial aumento de la innovación que expandirá nuevas posibilidades y aplicaciones en forma geométrica y muy acelerada en todos los ámbitos. La consecuencia previsible es un aumento inédito de la complejidad social y nuevas contradicciones en el modelo de relaciones productivas que, tarde o más pronto, implicarán una redefinición en profundidad del viejo contrato social construido en tiempos de la modernidad industrial.

Gráfico 1. Evolución de ciclos de desarrollo y grados de impacto

Fuente:Majesco (2016) Future Trends: A Seismic Shift Underway

La robotización de la industria y los servicios aumentará la productividad un 30% a cosa de reducir los costes laborales entre un 18% y un 33%, según ciertas estimaciones. Ahí está la clave de la cuestión. La historia del capitalismo es la historia de su plusvalía y su tasa de ganancia a costa del trabajo humano. Ahora estamos ante el umbral de una nueva época donde el trabajo humano se va a hacer masivamente prescindible como si se recortara una buena tajada del pastel y desapareciera para siempre. La pregunta es bajo qué condiciones y límites.

Si el futuro del trabajo es una robotización destructora de empleo humano, sin pagar impuestos, sin capacidad de protesta y devaluadora de los salarios de los que queden trabajando, la cuestión es cómo regular en clave de bienestar y equidad esta nueva revolución industrial. Se perfila una inédita alianza interclasista de las víctimas de la robotización donde las clases medias y obreras pueden emerger como nueva mayoría social determinante ¿Podemos decidir que ya toca repartir el tiempo de trabajo, adelantar la edad de jubilación, redistribuir las enormes plusvalías de la robotización y garantizar la co-gestión en las empresas? La robotización ya forma parte de la lucha de clases y de ahí las nuevas propuestas de hacer que los robots tributen y paguen impuestos.

Las nuevas condiciones fuerzan la definición de un nuevo contrato social, de nuevas formas de propiedad y de co-gestión en las empresas y una nueva fiscalidad equitativa que se responsabilice tanto de la huella ecológica sobre el medio ambiente como de la nueva huella robótica sobre la estructura social y laboral. Las utopías de una jornada semanal de 25 horas, con industrias y sectores que paguen impuestos por los robots que utilizan y con una renta básica de ciudadanía, ya no son ideas descabelladas. Son exigencias para un nuevo sindicalismo ciudadano e interclasista, capaz de proponer alternativas post-capitalistas que sean redistributivas y humanizantes ante un futuro que no podemos consentir que acabe siendo post-humano. De ahí, la necesidad de consensuar qué tipo de regulaciones públicas podemos decidir en común ante los nuevos riesgos y excesos que se avecinan. De ahí, que la educación pública esté concernida a pronunciarse y a transformarse, sí o sí, esta vez.

Yo, robot.

Educarse para vivir, decidir y dominar un nuevo entorno tecnológico

En el terreno de la educación nos enfrentamos a un hito o un punto grave de inflexión. La educación es el arma más poderosa para crear conciencia y reflexividad que, luego puede orientarse a fines transformadores o a fines reproductores del orden social y económico. En educación, creo que estamos ante un dilema, aún por abordar con valentía, de una magnitud muy similar al que planteó Theodor W. Adorno con “La educación después de Auschwitz” (1966) abriendo un debate moral de enorme trascendencia.

Teniendo en cuenta que los efectos de la educación son siempre a largo plazo (20 o 30 años) y eso choca con el presentismo y coyunturalismo que nos inunda y nos limita, podemos plantearnos algunos interrogantes profundos. ¿Cómo educar en la escuela cuando no haya trabajo humano para todos y se deba competir con robots como nuestros sustitutos potenciales? ¿Qué sentido tendrá educar para generar plusvalía o para asegurar la productividad cuando impere la robótica y la inteligencia artificial en todas partes, cuando las propias máquinas piensen, hagan su propio mantenimiento y se fabriquen a sí mismas? ¿Para qué nos servirá mantener un sistema escolar fordista pensado para disciplinar la mano de obra y dividirla entre la rama manual y la rama intelectual? ¿Qué sentido tendrá en el año 2050 mantener vigente el actual trívium y quadrivium que nos divide entre las ciencias y las letras por asignaturas? ¿Cómo se enfocará el curriculum en una economía post-humana y con grandes brechas de desigualdad? ¿Cómo asumirá la escuela las necesidades de socialización para una sociedad tan anómica y fragmentada?

Son preguntas angustiantes pero peor es no hacérselas y que otros decidan el futuro por nosotros. Todo ello nos conduce, de nuevo, a un dilema complejo sobre nuestra identidad. ¿Qué somos? ¿Qué queremos ser? ¿Podemos decidir cómo vivir, regular y poner bajo dominio moral los previsibles excesos de la robótica? ¿Tenemos un marco democrático donde la decisión pública se imponga a los mercados y a las grandes corporaciones? ¿Estamos resignados y apocados o nos sentimos empoderados para ejercer nuestra ciudadanía con nuevas exigencias para marcos de futuro a decidir? ¿Nuestro futuro está abierto o ya lo damos por perdido?

Son preguntas que, más pronto que tarde, la comunidad educativa y el conjunto de la sociedad deberán plantearse con valentía. Por eso conviene primero, perfilar qué nuevo contrato social es necesario y qué tipo de ciudadanía hay que formar y socializar para ponerlo en marcha y hacerlo realidad. En esas coordenadas, el gran objetivo de la nueva educación pública deberá ser elevar la inteligencia colectiva y el pro-común colaborativo e interdisciplinar en un nuevo contexto de socialización más igualitario y universal. La amenaza post-humana y anómica que implica el futuro robotizado ha de hacernos recuperar el sentido de semejanza con nuestros iguales (las personas) y el sentido moral de la equidad y la igualdad como un beneficio mutuo. Mi bienestar no es tal si no hay equidad y la igualdad siempre será más fuerte como arma preventiva contra ese futuro post-humano que nos amenaza. En el fondo, la epopeya mediática por excelencia de nuestros tiempos (la serie de televisión Juego de Tronos) acierta de lleno por plantear en la ficción, lo que será nuestro dilema de futuro. O una nueva alianza por la igualdad entre diferentes o un futuro post-humano donde gobiernen caminantes blancos o robots con auto-conciencia de su supremacía.

La nueva educación pública ha de diseñarse para asegurar la primacía de un futuro humano de dignidad con personas libres y críticas formadas para cooperar y decidir cómo diseñar la tecnología y la economía respetando las necesidades humanas. Este objetivo implica universalizar la igualdad, el sentido crítico, el trabajo en equipo, el pro-común, la creatividad, la argumentación, y la empatía emocional con la alteridad. Son virtudes y objetivos que están a años luz del actual sistema escolar zombie que, agotado y condenado, sigue vigente con su curriculum y su formato homogéneo para una sociedad industrial que ha dejado de existir.

El futuro robotizado y la economía digital apelan la necesidad de una educación que sea emancipatoria y crítica, asegurando el derecho a aprender con equidad para que todos desarrollen su pleno potencial y todas sus inquietudes. Supone un cambio cultural disruptivo y radical que algunas escuelas ya están empezando a concretar a contracorriente del actual sistema escolar. Son pequeñas hormigas con ejemplos pequeños que están construyendo una gran esperanza. Las fuerzas del mercado o las empresas tecnológicas no pueden dictar cómo ha de ser la educación del futuro sino el profesorado y las comunidades críticas y transformadoras que ya están cambiando la escuela desde abajo. ¿Qué educación pública queremos decidir?

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/06/educacion-y-cuarta-revolucion-industrial/

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