Page 46 of 48
1 44 45 46 47 48

EE.UU: Stephen Hawking says most of our history is «the history of stupidity»

América del Norte/EE.UU./28 de octubre de 2016/Por: Fiona MacDonald

Resumen: En una conferencia en la Universidad de Cambridge esta semana, Stephen Hawking realizo una afirmación sobre la creación de la inteligencia artificial será «sea el mejor, o lo peor, nunca le pase a la humanidad». Dijo que a pesar de todo el tiempo que pasamos mirando hacia atrás en los errores del pasado, parece que cometer los mismos errores una y otra vez. «Por lo que es un cambio positivo que las personas están estudiando en cambio el futuro de la inteligencia», explicó. Cabe destacar, que no es la primera vez que Hawking se ha preocupado por la inteligencia artificial,incluso ha afirmado en otros espacios que la inteligencia artíficial pudiera representar el fin de la raza humana, por ello, insiste en que se debe utilizar el desarrollo de la revolución telcnológica para fines para benévolos. 

And we’re about to make another big mistake.

In a lecture at the University of Cambridge this week, Stephen Hawking made the cold claim that the creation of artificial intelligence will be «either the best, or the worst thing, ever to happen to humanity».

The talk was celebrating the opening of the new Leverhulme Centre of the Future of Intelligence, where some of the best minds in science will try to answer questions about the future of robots and artificial intelligence – something Hawking says we need to do a lot more of.

“We spend a great deal of time studying history,» Hawking told the lecture, «which, let’s face it, is mostly the history of stupidity.»

But despite all our time spent looking back at past errors, we seem to make the same mistakes over and over again.

«So it’s a welcome change that people are studying instead the future of intelligence,» he explained.

It’s not the first time Hawking has been worried about artificial intelligence.

Last year, he joined Elon Musk and hundreds of other experts in writing an open letter asking the governments to ban autonomous weapons that might one day be able to turn against humans.

He’s also previously sais that «the development of full artificial intelligence could spell the end of the human race».

In Wednesday’s lecture, he admitted he was still worried about «powerful autonomous weapons» and «new ways for the few to oppress the many», which come with artificial intelligence.

But he said if we can think about and address these issues now, the technology also has the potential to do good.

«We cannot predict what we might achieve when our own minds are amplified by AI,» he said.

«Perhaps with the tools of this new technological revolution, we will be able to undo some of the damage done to the natural world by the last one – industrialisation. And surely we will aim to finally eradicate disease and poverty.»

The Leverhulme Centre of the Future of Intelligence at the University of Cambridge, where Hawking is also a professor, has received more than USS $12 million (£10 million) in grants to run research projects that will enhance the future potential of artificial intelligence, while carefully addressing the risks.

The centre was inspired partly by the university’s Centre for Existential Risk, which already offers courses in subjects such as «Terminator Studies», in order to examine future potential problems for humanity.

While that centre focusses on a range of threats – such as climate change and war – the new Leverhulme Centre will look specifically at the issues that could arise from machines that think and learn like humans.

«Machine intelligence will be one of the defining themes of our century, and the challenges of ensuring that we make good use of its opportunities are ones we all face together,»said director of the Leverhulme Centre, Huw Price.

«At present, however, we have barely begun to consider its ramifications, good or bad.»

With Google already developing artificial intelligence that can learn from its own memory; Elon Musk worrying about humans become the dumb «house pets» of AI in the future; and computer systems already rivalling four-year-olds in IQ test, it’s definitely something worth thinking about sooner rather than later.

As Hawking says, it might end up being «crucial to the future of our civilisation and our species».

Tomado de: http://www.sciencealert.com/stephen-hawking-says-most-of-our-history-is-the-history-of-stupidity

Comparte este contenido:

Equipo de universitarios diseña el primer robot explorador de Marte hecho en México

América del Norte/México/04 de octubre de 2016/Fuente: Xinhua

Un equipo de 10 estudiantes universitarios desarrolló el primer prototipo de robot explorador de Marte que se diseña en México, investigación que le ha valido reconocimientos de la NASA y ahora de la Federación Internacional de Astronáutica (IAF). Conformado por nueve estudiantes de ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el grupo diseñó los componentes electrónicos y mecánicos para que el robot tipo Rover sea capaz de buscar, recolectar y guardar muestras en la superficie del planeta rojo.

«Es un diseño completamente mexicano, de estudiantes de la UNAM», dijo a Xinhua Bryan Pérez, uno de los miembros del equipo. «Estamos convencidos de que en México existen el conocimiento, las ganas y el poder de innovar en materia aeroespacial, que aquí apenas comienza», agregó el estudiante de ingeniería mecatrónica.

El robot está equipado con dos cámaras de visión estereoscópica para que reconozca el terreno y detecte las rocas objetivo; una tercera cámara, en la parte baja, se encarga de monitorear la muestra mientras es recolectada por el equipo mecánico.

Para esa tarea, una pinza desciende sobre rieles desde la parte alta del prototipo, captura la roca y regresa a su posición original para depositarla en un contenedor, todo de forma autónoma y sin que un humano controle la operación.

«Nos ha tocado picar piedra, ir a tocar puertas para dar a conocer este tipo de proyectos, porque son prácticamente desconocidos en el país», señaló el universitario de 24 años de edad.

Los estudiantes de ingeniería en las ramas de la mecatrónica, computación, mecánica, industrial y matemáticas lleva dos años trabajando en equipo y es el segundo prototipo de robot explorador que desarrollan.

Pérez explicó que han llevado sus prototipos a las ediciones 2015 y 2016 de «Sample Return Robot Challenge», competencia que la NASA organiza entre universidades y compañías para que desarrollen Rovers capaces de buscar muestras, recolectarlas y guardarlas en Marte.

Dijo que en las dos participaciones el equipo de la UNAM obtuvo premios tecnológicos por parte de los jueces de la NASA, porque el proyecto cumplió con los requisitos y es completamente funcional.

«Estamos al nivel de cualquier otro país porque las grandes universidades de Estados Unidos ocupan la misma tecnología y la misma metodología. La única diferencia es que ellos cuentan con más recursos para realizar sus proyectos», manifestó.

Tardaron nueve meses en desarrollar el segundo prototipo, que tuvo un costo de unos 180.000 pesos (9.285 dólares) que reunieron con recursos otorgados por tres instancias de la UNAM y el patrocinio de una empresa de tecnología, más dinero aportado entre los 10 integrantes.

«Este robot cuenta con tecnología como inteligencia artificial, visión artificial, mapeo de terreno y selección de rutas óptimas», detalló el estudiante.

El equipo de universitarios llevó su prototipo al 67 Congreso Internacional de Astronáutica (IAC, por sus siglas en inglés), realizado esta semana en Guadalajara, estado occidental mexicano de Jalisco, para exhibirlo junto a los espacios ocupados por las gigantes firmas de la industria espacial.

Un astronauta que escuchó el funcionamiento del robot les expresó que su trabajo era «genial» e «innovador» por el proceso empleado, y estudiantes de distintas universidades manifestaron que era una buena iniciativa.

Además, el prototipo ganó como mejor proyecto en equipo de entre varios trabajos juveniles inscritos en el congreso, lo que permitió a los mexicanos recibir un trofeo durante la premiación a lo mejor de la ciencia espacial durante la ceremonia de clausura, la noche de la víspera.

Los universitarios buscan ahora que la NASA u otra agencia espacial utilice alguno de los componentes que diseñaron para que sea incluido en los Rover que se alisten para misiones futuras al planeta rojo. «México es potencia en materia de manufactura aeroespacial, pero sería mucho mejor tener los desarrollos, los diseños, aquí en México y eso es lo que estamos buscando, impulsar a las personas a que se involucren y a que se sumen a este tipo de proyectos», concluyó Pérez.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2016-10/02/c_135728560.htm

Imagen:www.eluniversal.com.mx/sites/default/files/styles/f03-651×400/public/ujUNAM3654_Drupal%20Main%20Image.var_1464922756.jpg?itok=9sDCJsj4

Comparte este contenido:

Cuando dejas de aprender, dejas de vivir

Por: Javier Martínez Aldanondo

¿Te has preguntado alguna vez hasta qué edad quieres vivir? OK, no nos pongamos tan dramáticos. Una pregunta menos comprometida. ¿Sabes qué te hace ilusión? Eso sí que lo debieses tener claro. Tal vez apoyar a tus hijos en su desarrollo, re encantar tu vida de pareja, progresar en tu profesión, disfrutar un hobby, volcarte en el servicio a otros, profundizar en tus creencias y cultivar tu lado espiritual… Sea cual sea el desafío que te hayas propuesto o tengas previsto plantearte, necesitarás aprender para alcanzarlo. Pero si no hay nada que te haga ilusión, si consideras que ya no merece la pena aprender nada más, entonces es que, independientemente de tu edad, estás muerto en vida.

¿Por qué es importante aprender? Empecemos por lo más obvio: No puedes hacer nada si antes no lo aprendes. Y no aprendes nada que no quieras aprender y que por tanto, te interese. Por eso es tan trascendental explicitar tus intereses de forma consciente. Aprender es un medio para lograr un fin. Cuando conozco mis objetivos (lo que me interesa), entonces aprender se convierte en una herramienta que me ayuda a acercarme o a conseguirlos. Y es entonces cuando estoy motivado para aprender.

Por otra parte, hay casos en los que no aprender, conduce irremisiblemente a perder la vida. El martes 17 de febrero de 2009 (verano en el cono sur), Emma Velasco de dos años de edad, hija menor del Ministro de Hacienda y de una conocida presentadora de televisión, cayó en la piscina de una casa de veraneo y comenzó a ahogarse. Minutos después, su Nana, Juana Reyes, percatándose de la situación, saltó a la piscina para rescatarla y trató de reanimarla aplicándole primeros auxilios. Tras unos momentos de gran confusión, la pequeña fue trasladada a un hospital donde ingresó en estado grave por asfixia por inmersión. La noticia acaparó la atención de todos los medios de comunicación y conmocionó al país entero. Emma pasó varios días en la UCI debatiéndose entre la vida y la muerte mientras sus angustiados padres recibían innumerables muestras de apoyo. Al cabo de unos días de gran tensión, Emma se recuperó y salvó la vida. ¿Porque Juana pudo salvar la vida de la pequeña Emma?

Obviamente, tenía un conocimiento crítico (sabía nadar) que había aprendido antes, pero tenía otro conocimiento igualmente crítico que jugó un papel crucial en este caso: Sabía primeros auxilios, lo que hizo posible que Emma no quedase con ninguna secuela neurológica. ¿Y por qué se moría Emma? Porque le faltaba ese conocimiento crítico, no sabía nadar. ¿Cuál es la mejor solución para evitar ese tipo de tragedia? ¿Colocar una valla alrededor de la piscina? ¿Asegurarse de que siempre haya un adulto presente? ¿Instalar una alarma que avise de la caída de cualquier objeto al agua? No, la mejor respuesta siempre tiene que ver con aprender. En este caso, si Emma hubiese sabido nadar, el problema nunca se hubiese presentado.

¿Existe la alternativa de no aprender? Por supuesto, a eso le llamamos administrar la rutina y durante siglos, educamos a las personas para especializarse en ello. Hoy no parece una decisión muy inteligente. En primer lugar, las personas se aburren con las tareas repetitivas. Antes, era posible encontrar empleados que hacían el mismo trabajo durante décadas. Hoy, la mayoría de los jóvenes no se resignan a ese destino, tienen altas expectativa para su vida y son menos tolerantes con el aburrimiento. Lo que quizá no han aprendido todavía es que ya no pueden esperar que alguien les ofrezca un empleo como ocurría en el pasado. Y si se lo ofrecen, tampoco pueden esperar que sea para 30 años. En segundo lugar, cuando escoges no aprender, eliges una vida de menor esfuerzo, carente de compromiso y, aparentemente, libre de problemas. Es una opción lícita, mucha gente h a escogido vivir así.

Pero mientras tú hibernas, el resto del mundo continúa avanzando y lo que sabes, tarde o temprano caduca porque todo lo demás cambia: Cambia el gobierno, cambian las leyes, los mercados, la tecnología, la competencia, las necesidades de los clientes, el clima, el precio del petróleo… y no aprender te condena a la tumba. El tiempo es el máximo innovador. Si dejas de nadar, los demás te adelantan por la derecha y la izquierda y además, terminas por hundirte. Cuando no aprendes, no puedes cambiar y si no cambias, mueres. Las propias células de tu cuerpo cambian continuamente para que tú puedas crecer. Por tanto, aunque sea tan solo para mantener lo que haces, necesitas seguir aprendiendo. Finalmente, las maquinas son mucho más eficientes que nosotros en gestionar la rutina. No podemos competir con ellas en capacidad de almacenamiento, en velocidad o precisión. Para un empleador, contar con robots tiene múltiples ventajas: no comen ni duermen, no piden sueldo ni aumentos continuos, no aspiran a ser jefes ni se pelean con sus compañeros, no se ponen enfermos ni piden permisos de maternidad, tampoco vacaciones o pensión ni siquiera tienen sindicato… La discusión sobre el impacto de la inteligencia artificial en el mundo del trabajo es apasionante y la conclusión es que si no aprendemos cosas que las máquinas no pueden hacer, estaremos en serio peligro. Si dejas de aprender porque ya crees saberlo todo, porque careces de intereses o por que no te quedan energías, todo se vuelve rutina y te conviertes en un zombi.

Ahora bien, no podemos desconocer que aprender lleva consigo aparejadas algunas contraprestaciones complejas:

  • Exige esfuerzo: Los seres humanos estamos diseñados para economizar energía. La famosa “resistencia al cambio” no es más que la reacción natural del organismo en su intento de mantener el estado de comodidad que proporciona la rutina. Aprender requiere abandonar la “zona de confort” mientras reaprovechar lo que ya sabes (gestionar el conocimiento) es mucho más seguro.
  • Es un proceso personal (que no es lo mismo que individual) e intransferible: Aprendes tú y nadie puede hacerlo por ti igual que nadie puede comer o dormir por ti.
  • Requiere proactividad. Aprender depende de ti y no de agentes externos como de tus padres, tu profesor, tu jefe o tu empresa. La iniciativa, la responsabilidad y desde luego el beneficio de aprender son tuyos e indelegables.
  • Aprender exige recordar y también olvidar lo que no es útil. La mayoría de errores ocurren no porque no sepamos qué hacer sino porque olvidamos. ¿Podrías aprobar hoy un examen de matemáticas o física de último año del colegio? Sé que no serías capaz aunque todos pudimos, de otra forma no hubiésemos finalizado la educación media. Pero no solo nuestro cerebro olvida lo que sabía, también nuestro cuerpo lo hace. Acabo de volver al gimnasio por primera vez en un año y el hecho de que me duela hasta el pelo, demuestra que mis músculos olvidaron todo lo que sabían no hace tanto tiempo.

Sin embargo, aprender también entrega recompensas de incalculable valor:

  • Aprender es adictivo. Cada vez que aprendes algo que te interesa, se produce una emoción indescriptible, consecuencia del descubrimiento de lo nuevo (el efecto eureka). Dicha emoción te conduce irremediablemente a querer saber más. Al igual que ocurre con el entretenimiento, el acto de descubrir es apasionante y por eso las películas, las series o los libros tratan de involucrarte con tramas y escenarios basados en la sorpresa. Es en ese instante cuando aprender deja de suponer un esfuerzo al que no le veo sentido para convertirse en un proceso placentero que me ayuda a conseguir lo que estoy buscando.
  • Aprender te proyecta hacia el futuro, hacia lo que no sabes todavía. Mientras el conocimiento te relaciona con el pasado (lo que ya sabes), aprender te mueve hacia adelante, es el mecanismo para lograr aquello que te cautiva. Por eso, aprender es un proceso íntimamente guiado por tus intereses (y no los de terceros). Y por eso, no puedes aprender aquello que no te importa (tan solo disimulas haciendo que aprendes, justo lo que pasa en el colegio). Dado que aprender es la única forma de conectarse con lo que vendrá, para innovar hay que ser experto en aprendizaje. Lo más importante de la educación no es lo que te enseña sino que sea capaz de crearte el hábito de aprender, se asegure de enseñarte cómo aprender todo lo que necesitarás en la vida.
  • No hay nada más importante que aprender. Está científicamente comprobado que si no comes, te mueres y si no duermes, te mueres. Pero si no aprendes, también te mueres ya sea por una seta venenosa, saltarte un semáforo en rojo o caerte en una piscina.

¿Y qué sucede con las organizaciones si no aprenden? La historia está llena de casos de empresas que dejaron de aprender y por tanto dejaron de vivir. Quien no recuerda lo que ha ocurrido con Blackberry o Nokia o con empresas que tuvieron miedo de aprender como Kodak, la primera en descubrir la fotografía digital. Es interesante observar a las instituciones más antiguas de la historia y comprobar que mientras el Ejército lleva tiempo realizando cambios profundos (resultado de su voluntad de aprender), la Iglesia Católica se sigue resistiendo a pesar de los esfuerzos del nuevo Papa, nombrado aparentemente para encabezar la transformación. La semana pasada, durante un taller de trabajo colaborativo para los altos potenciales de una multinacional estadounidense, surgió la queja típica: “Tenemos algunos expertos que saben mucho pero no quieren compartir lo que saben con nadie más“. Si no quieres contribuir al aprendizaje de tus pares, pronto dejarás de ser importante para tu empresa. Cómo bien ilustró Ruben Blades “¿De qué sirve saber algo si usted no comparte lo que sabe?” Es igual que el que no quiere pasar la pelota a sus compañeros de equipo. Lo que termina ocurriendo es que tus compañeros tampoco querrán compartir su conocimiento contigo con lo que se estancará tu proceso de aprendizaje y quedarás excluido. La otra cara de la moneda la representan ejemplos como el de Google que reconoce que necesita aprender porque cometeerrores. O un comité; del PNUD que acaba de convocar una licitación solicitando el diseño de una estrategia que le asegure un método de aprendizaje permanente. Incluso los países aprenden como Guatemala que está adoptando buenas prácticas internacionales en turismo.

Según Jack London “La vida no es cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien una mala mano”. Y para eso hay que aprender. El verdadero proceso de aprendizaje comienza siempre a partir de lo que te interesa, te ilusiona, te hace feliz. Y eso está íntimamente ligado a priorizar tus intereses y buscar tu propio camino. Aprender no tiene nada que ver con el tedioso ejercicio de estudiar, hacer cursos o sacar buenas notas sino con seguir tus intereses sin miedo, ser curioso, hacerte preguntas y dejarte llevar. Aprender es un ejercicio de libertad donde aprendo sobre lo que yo quiero, sin límites. Y desde luego, aprender puede y debe ser entretenido lo que no significa que todo juego sea sinónimo de aprendizaje.
El aprendizaje es la principal característica del ser humano. Somos el ser vivo que más ha perfeccionado ese proceso. Durante largo tiempo, aprender para el hombre fue sinónimo de supervivencia. Tuvo que aprender a luchar con enemigos mucho más fuertes (hasta llegar incluso a domesticarlos) y crear conocimiento para lidiar con enfermedades y catástrofes naturales que lo diezmaron. La tecnología es la mejor muestra de la capacidad de aprendizaje del ser humano a lo largo de la historia. Si nosotros disfrutamos de una vida apacible es porque las generaciones anteriores aprendieron lo necesario para asegurarnos el bienestar. Una civilización más avanzada que las demás (lo mismo que una empresa líder), basa su predomino en su capacidad de aprender.

No es cuestión de fuerza o de tamaño. Una de las principales cualidades de una persona no es ya su capacidad de aprender sino sus ganas. Lean al favorito al oro olímpico en Rio 2016 en la prueba de natación de 1.500 cuando dice “Me gusta trabajar y cansarme”. Si una persona no quiere aprender, se convierte en una rémora. Cuando las empresas se refieren a la dificultad de acometer procesos de gestión del cambio, justamente reconocen que sus empleados están acostumbrados a hacer las cosas de una manera (la que siempre han hecho y les ha funcionado) y no sienten deseos de progresar. No quieren cambiar porque están cómodos, les falta apetito.

Empiezas a morir cuando dejas de aprender porque todo proceso de mejora obliga a invertir tiempo y recursos. En realidad, no puedes no aprender nada porque de otra forma dejas de existir. Si quieres vivir, aprende. ¿Por qué estás dispuesto a luchar? ¿Por qué cosas merece la pena vivir? ¿Qué vas a aprender en los próximos 12 meses? “Vive cada día como si fuera el ultimo, aprende como si fueras a vivir para siempre” (Gandhi)

PD: Me acabo de encontrar con un amigo que me comentaba que ha bajado 12 kilos en los 3 últimos meses. No le dio tiempo a contarme cómo lo hizo pero claramente, aprendió cosas que a mí me interesa aprender.

Fuente: http://www.grandespymes.com.ar/2016/08/16/cuando-dejas-de-aprender-dejas-de-vivir/

Imagen tomada de: http://www.alfredcertain.com/wp-content/uploads/2014/09/nunca-dejes-de-aprender.png

Comparte este contenido:

El paraíso de los robots: por qué Japón es la capital del imperio de las máquinas

Por: Marta Sofía Ruiz

Fuertemente implantados en su sociedad y con visos de que su importancia siga creciendo, los robots son una parte fundamental del país nipón, que confía en ellos para solucionar los problemas de falta de mano de obra y personal de servicios.

Influido por su desarrollo histórico y por factores sociales y culturales, Japón se ha convertido en una suerte de imperio de los robots gracias, en gran parte, al apoyo institucional y a la potencia de su industria automovilística. Como si de una pócima mágica se tratara, distintos ingredientes han hecho del país nipón un refugio de autómatas llamados a solventar los problemas poblacionales y a convertirse en parte imprescindible de la sociedad.

La afición de esta isla por la robótica, cuya expresión más visible pasa por creaciones como  el famoso robot Asimo o por los humanoides que cada vez se parecen más a sus diseñadores, no es algo nuevo, sino que lleva años fraguándose, desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Tras grandes avances en el periodo previo al conflicto y después del amplio desarrollo militar que se produjo durante la contienda, el Gobierno quiso reorientar todos esos esfuerzos e impulsó la industria de la maquinaria, redirigiéndola hacia el ámbito civil.

“El Gobierno comenzó a promover la industria de forma muy activa en la década de los 50, ofreciendo préstamos con intereses muy bajos y exenciones fiscales”, relata a  HojaDeRouter.Com  Tetsuji Okazaki, profesor de historia económica de Japón en la Universidad de Tokio.

Con los años, y especialmente a partir de la década de los 70, el sector automovilístico se convirtió en estandarte de la industria de la maquinaria y en uno de los principales impulsores de la robótica. “Los fabricantes de automóviles han contribuido al crecimiento de los robots industriales con el objetivo de poder mejorar su propia productividad ”, explica Yuji Hosoda, secretario general de la Sociedad de Robótica de Japón.

La industria automovilística ha impulsado el campo de la robótica

La industria automovilística ha impulsado el campo de la robótica

Kazuhito Yokoi, director del Instituto de Investigación de Sistemas Inteligentes en el Instituto Nacional del Avance de la Ciencia y la Tecnología de Japón, va más allá y afirma que si la industria japonesa de la robótica es tan potente se debe a estas compañías: “En Japón tenemos muchas empresas de automóviles como Toyota, Mitsubishi, Nissan o Suzuki que se han introducido en la industria de los robots”, defiende. “La industria de la robótica es potente porque la de los automóviles es potente”, remarca el experto.

Desde el comienzo de los años 90, muchas otras compañías y ‘startups’ se han lanzado al mercado de la robótica con el objetivo de seguir innovando. “Empresas como Panasonic, Sharp o Sony, que también son muy fuertes, han entrado en el mercado y han aportado grandes avances”, afirma Yokoi.

Además, en muchos casos, la universidad ha jugado un papel fundamental en la configuración del panorama de la robótica, ya que ha nutrido a las empresas de jóvenes investigadores e ingenieros, ha sido el origen de numerosos avances y el embrión de ‘spin offs’ y ‘startups’ que han nacido en el ámbito de la enseñanza y han dado el salto a los negocios. “La industria se sustenta en redes muy fuertes que enlazan al Gobierno, las empresas y las universidades. Por estas redes es por lo que Japón es un buen país para el negocio de la robótica”, explica el experto.

Una necesidad vital

Con una población muy envejecida y unas tasas de natalidad muy bajas, Japón confía en su industria robótica para encontrar la solución al problema de la falta de mano de obra. Sus políticas sobre inmigración, muy restrictivas – solo un 2% de la población es extranjera–, únicamente agravan un problema que el país nipón palia con  315 robots industriales por cada 10.000 empleados, que cargan con una parte del trabajo del territorio. Solo por detrás de Corea del Sur en número de autómatas por trabajador, todos los expertos coinciden en lo mismo: estas entidades mecánicas son la solución a la falta de mano de obra que acecha a la sociedad nipona e irán cobrando cada vez más protagonismo en tareas no solo industriales, sino de cuidado de mayores y atención al cliente.

“Japón se enfrenta a un problema muy serio conforme su población envejece. Cada vez hay menos nacimientos, menos mano de obra y además hay una gran brecha generacional y una mayor necesidad de atender a los mayores. Esa brecha debe llenarse con robots”, explica el profesor Okazaki.

Muchos diseñadores robóticos crecieron influenciados por series como Astroboy

Muchos diseñadores robóticos crecieron influenciados por series como Astroboy

Esta convivencia entre humanos y robots, que parecen destinados a formar parte aún más inherente de la sociedad nipona, solo podría tener una implantación tan amplia y positiva en una sociedad como la japonesa y en el contexto de su religión y su cultura.

“Casi todos los japoneses están familiarizados con Karakuri, que fue un antiguo autómata del periodo Edo [parte de la historia de Japón que se extiende desde el 24 de marzo de 1603 hasta el 3 de mayo de 1868 y que delimita el gobierno del Shogunato Tokugawa]”, explica el secretario general de la Sociedad de Robótica.

“Además, los japoneses no se han visto influenciados por el ‘complejo de Frankenstein’ como los cristianos, porque no han sido monoteístas”, añade. Al hablar de este concepto, el experto emplea la expresión con la que Isaac Asimov describió el miedo de los hombres a que las máquinas se rebelaran contra sus creadores, como el legendario monstruo de la novela de Mary W. Shelley. Sin embargo, este temor, argumento repetido en distintas narraciones occidentales, no está presente en la isla en la que, además, una parte de la población, sintoísta, cree que incluso los objetos inanimados –incluidos aquellos construidos por el hombre– pueden tener una esencia espiritual.

El sueño infantil de la robótica

No se trata solo de que el imperio del Sol Naciente no tenga miedo de los robots, sino que el amor por estos seres mecánicos está fuertemente implantado en su cultura popular. Algunos de los más renombrados inventores de robots, como Tomotaka Takahashi, han mencionado el impacto que los cómics y la serie de Astroboy tuvieron durante su infancia. El profesor Okazaki relata que también fue uno de los millones de niños japoneses que creció contemplando las aventuras de este androide.

Pepper ha sido el primer robot humanoide en trabajar en un banco

Pepper ha sido el primer robot humanoide en trabajar en un banco

“Yo nací en 1958, y en ese momento Astroboy era muy popular y todos estábamos muy entusiasmados con esa animación. La industria de la robótica se ha nutrido de talento humano y creo que esos mismos niños que se entusiasmaron con las series de animación se convirtieron en investigadores e ingenieros en el campo de la robótica, que, por cierto, es una de las carreras más populares en la universidad”, explica el profesor de Historia Económica. “Quizá ese talento está asociado con las influencias culturales recibidas”.

Yuji Hosoda está de acuerdo. Además, en esos gustos y en la ausencia de rechazo hacia las máquinas se cimenta, en su opinión, la gran cantidad de robots humanoides que se desarrollan en el país nipón. “Puede que los robots humanoides tengan la forma de los sueños de muchos investigadores e ingenieros robóticos japoneses”, manifiesta.

Durante los últimos años, el Gobierno, a través del Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI por sus siglas en inglés) ha liderado la apuesta por la robótica, y los robots de servicios son el próximo paso. “En este cuarto de siglo, los robots de servicios han sido incubados como el próximo producto de mercado en distintos programas nacionales del METI”, explica Hosoda.

Especialmente en los últimos años, Shinzō Abe, el primer ministro japonés, ha estado apostando por la innovación social a través de los robots. “Este nuevo movimiento recibe el nombre de la Iniciativa de la Revolución Robótica [Robot Revolution Initiative]”, concreta Hosoda.

El hotel en el que solo te atienden androides; el robot Pepper, que trabaja como conserje en uno de los bancos más grandes de Japón, o el desarrollo de  robots mascotas robots que se encarguen de cuidar a los ancianos son solo algunos ejemplos de la apuesta del país por una nueva generación de autómatas.

Aibo, jugando al igo, es una mascota robótica.

Aibo, jugando al igo, es una mascota robótica.

El secretario general de la Sociedad Robótica de Japón también apunta a que otros robots, como aquellos especializados en dar respuesta práctica ante un desastre, han acelerado su desarrollo desde el accidente nuclear de Fukushima. “Y, por supuesto, los robots industriales también continúan avanzando, en busca de una mayor efectividad y de una producción de mayor calidad”, añade.

Sin embargo, y a pesar de ser el rey de la robótica, Japón tiene grandes competidores en una de las áreas que más desarrollo están teniendo en la última década: la inteligencia artificial. En este campo, empresas europeas y estadounidenses se posicionan como rivales muy fuertes que buscan convertirse en referentes de esta tecnología. De hecho, Kazuhito Yokoi cree que los robots de comunicación que emplean inteligencia artificial están teniendo un desarrollo muy competente fuera del país nipón, muy avanzado en la parte mecánica.

Por su parte, Yuji Hosoda apunta a otro territorio como posible competidor dispuesto a quitarles el título de imperio de las máquinas: “ China está creciendo y convirtiéndose en uno de los mayores usuarios de robots en el mundo”.

Por el momento, y con un futuro que solo contempla la posibilidad de más robots, el país nipón será el refugio de máquinas y creaciones humanoides que, de forma progresiva, se convertirán en parte más y más imprescindible de una sociedad que, además de acogerlos con los brazos abiertos, los necesita para sobrevivir

Fuente: http://www.eldiario.es/hojaderouter/tecnologia/Japon-maquinas-robots-humanoides-automatas-inteligencia_artificial_0_546995435.html

Comparte este contenido:

¿Cómo la inteligencia artificial puede ayudar a las universidades?

16 de agosto de 2016/Fuente: universia

La Inteligencia Artificial puede incidir en el trabajo de las universidades y sus métodos educativos.

La automatización lograda gracias al avance de la robótica y la Inteligencia Artificial ha cambiado diversos aspectos del mundo laboral. Numerosas profesiones hasta el momento realizadas por personal capacitado en la materia dejan de necesitar al hombre, para sustituirlo por máquinas o programas informáticos. La educación pronto se verá alcanzada por este avance, para el que debe prepararse con firmeza.

Las posturas contrarias al avance de la tecnología no tienen sitio en la educación, pues esta es por naturaleza renovación constante. Todo elemento externo al proceso educativo que pueda colaborar con el mismo merece cierta consideración, y en algunos casos inclusión. La Inteligencia Artificial no es la excepción a esta norma, pues al parecer promete beneficiar de diversas formas a la educación superior.

Considerando esta realidad de automatización inevitable, que cada vez quitará más empleos a los egresados universitarios nos preguntamos ¿Cómo podría la Inteligencia Artificial ser beneficiosa para las universidades?

En primer lugar, hay que destacar que el pasaje por la universidad podría tomarse como el punto de partida necesario para preparar a los graduados para convivir en un mundo automatizado. ¿Cómo encontrar empleo? ¿Cómo hacer que una empresa prefiera contratar a una persona que puede enfermarse o presentar determinadas complicaciones personales que lo lleven a ausentarse del lugar de trabajo en lugar de elegir a una máquina perfectamente diseñada para no fallar? ¿Cómo convivir en el día a día con la Inteligencia Artificial? ¿Cómo aprovechar las ventajas de la IA para el beneficio de la empresa? Todas estas cuestiones deben ser planteadas y correctamente aclaradas por la universidad.

Como centros de investigación, las universidades pueden transformarse en el sitio ideal para conocer aún más sobre la Inteligencia Artificial. Es esta la segunda ventaja que se podría obtener de una asociación que busque la colaboración desde un lugar de cooperación en lugar de plantear un combate directo en el que el más fuerte resulte vencedor y el más débil quede destrozado y sin norte.

Por último, es importante reconocer que el abandono del sistema educativo también verse favorecido por la IA. Para disminuir este fenómeno, es importante detectar en tiempo y forma las causas que llevan a los adolescentes a la deserción, meta que las universidades no logran hasta el momento.

Tomando como punto de partida un análisis sincero de la realidad del mundo educativo y laboral actual, la colaboración entre universidades e Inteligencia Artificial de cara a una mejora de determinados indicadores parece inminente.

Fuente: http://noticias.universia.es/ciencia-tecnologia/noticia/2016/08/12/1142670/como-inteligencia-artificial-puede-ayudar-universidades.html

Imagen: http://noticias.universia.es/net/images/ciencia-tecnologia/i/in/int/inteligencia-artificial-1466096758390.jpg

Comparte este contenido:

Los enemigos de la innovación

Por: Nuño Dominguez

En los últimos 600 años las sociedades humanas se han opuesto a la llegada del café, la imprenta, la agricultura mecanizada, los frigoríficos, la música grabada o los transgénicos con tácticas muy parecidas

“No hay ninguna idea inteligente que pueda ganar aceptación general sin mezclarla antes con un poco de estupidez”. La frase es de Fernando Pessoa y toca un problema que las sociedades humanas afrontan desde que comenzaron a existir: la oposición a nuevas tecnologías que pueden cambiar el mundo.

Desde el café a la agricultura mecanizada, pasando por la electricidad, los refrigeradores o la música grabada, la historia está llena de ejemplos de cómo las sociedades humanas se han resistido a adoptar innovaciones sin las que hoy no podríamos entender el mundo.

Los transgénicos son comida Frankenstein como el teléfono fue invento del demonio

“Es una reacción que está en nuestro ADN, en la forma en la que está organizada nuestra mente”, explica a Materia Calestous Juma, experto en innovación y cooperación internacional de la Universidad de Harvard (EE UU). Juma fue jefe de la Convención de Diversidad Biológica de Naciones Unidas y como tal vivió de primera mano debates internacionales sobre nuevas tecnologías como los transgénicos. Ahora ha reunido su trabajo de investigación de años en el libro Innovación y sus enemigos (Innovation and its Enemies, Oxford University Press), un recorrido por casi 600 años de historia analizando algunos de los casos de oposición a nuevas ideas y tecnologías que tenían el potencial de transformar el mundo.

En 1866, durante la Exposición Universal de París, Luis Napoleón III lanzó un reto a los científicos: encontrar una fuente de proteínas alternativa a la mantequilla que fuera más barata. En su cabeza estaba la necesidad de alimentar a una población cada vez más empobrecida y a un ejército famélico y amenazado por la voluntad expansionista de otras potencias europeas. El premio lo ganó Hippolyte Mège-Mouriés, inventor de la margarina.

Mientras Europa adoptó el nuevo producto, en EE UU provocó el nacimiento del lobby de la industria láctea, que emprendió una guerra abierta contra el alimento. Los productores lograron que el lácteo se prohibiera en varios estados y esas leyes fueron sostenidas hasta por el Tribunal Supremo. Para conseguir frenar el consumo del nuevo producto, mucho más asequible que la mantequilla, la industria se sirvió de estudios científicos inventados y campañas de odio diciendo que la margarina era “antiamericana” porque contenía un producto importado, el aceite de coco. La industria estigmatizó a los hogares que la consumían porque estaban usando un producto barato, lo que cuestionaba la capacidad del padre de familia de proveer para los suyos.

El café, los tractores, los refrigeradores o la imprenta también fueron objeto de campañas de desprestigio

Los productores de margarina reaccionaron sustituyendo el aceite de coco por el derivado de plantas más “americanas” como el algodón y la soja y establecieron alianzas con los productores nacionales de estas cosechas. La demanda de margarina creció hasta que su consumo rebasó a la mantequilla en los años 50 del siglo XX, después de que se derogaran las leyes aprobadas contra ella a mediados del siglo anterior.

Este “es uno de los mejores ejemplos de cómo la industria afectada, usando instrumentos legales, puede dañar o eliminar nuevas tecnologías”, escribe Juma.

El café, los tractores en la agricultura, los refrigeradores o la imprenta en el mundo musulmán también fueron objeto de campañas de desprestigio. El primero sufrió durante siglos la prohibición impuesta por autoridades religiosas musulmanas, que cerraron por ley las cafeterías. Lo hicieron no tanto por la infusión en sí como porque se consumía en lugares de esparcimiento donde se hablaba y compartían ideas, el sitio perfecto para que surgiesen voces disidentes con el poder establecido. Las cafeterías se prohibieron en la Meca, Isfahán, Cairo y Constantinopla durante 200 años.

«Dependemos de las nuevas tecnologías ante los desafíos globales», dice Juma

Cuando el café saltó del Imperio Otomano a Europa, el efecto fue el mismo y los reyes de algunos países decretaron el cierre de cafeterías y «clubes del café» que comenzaban a aparecer en las universidades. Antes de que Italia fuese la patria del expreso, el país se resistió al nuevo producto por miedo a que dañase al sector del vino. Pero el papa Clemente VIII hizo una inteligente defensa de la infusión en 1600: “Esta bebida de Satán es tan deliciosa… que sería una pena que sólo los infieles puedan usarla. Engañaremos a Satán bautizándola y haciéndola una bebida genuinamente cristiana”, escribió.

Juma traza paralelismos entre las tácticas y argumentos usados en el pasado y los que dominan polémicas actuales como la de los transgénicos, el rechazo a las vacunas o la inteligencia artificial. A los transgénicos se les llama “Comidas Frankenstein”. Al café se le tildó de “alcohol juvenil” en India, y en Inglaterra, Francia y Alemania alertaban de que producía esterilidad. Las comidas refrigeradas eran “alimentos embalsamados”, el teléfono, “instrumento del demonio” y la margarina “mantequilla de toro”.

La supuesta novedad disruptiva de algunos productos es muchas veces la causa para su rechazo. En el caso de los organismos modificados genéticamente, se trata de variantes vegetales que han sido modificadas genéticamente para producir toxinas Bt, que eliminan a las plagas más habituales del maíz y otros vegetales. A pesar de que el medio de usar el Bt de esta forma es nuevo, el concepto en sí es muy antiguo, tan tradicional casi como la agricultura, pues ya en el antiguo Egipto se usaban toxinas Bt para evitar las plagas en la agricultura, escribe Juma.

La huelga contra los vinilos

En 1942, el sindicato de músicos más importante de EE UU prohibió a sus miembros hacer discos y llamó a todos sus miembros a una huelga contra la industria discográfica. Pensaban que la grabación de canciones acabaría con la música en directo. Los responsables del sindicato llegaron a exigir como compensación que las radios contratasen a músicos y que solo estos estuvieran capacitados para darle la vuelta a los vinilos. En parte tenían razón al predecir la pérdida de muchos empleos, escribe Juma, pero la llegada de los discos transformó la industria hasta convertirla en un sistema donde los artistas pueden alcanzar un poder y riqueza impensables.

Juma resalta que nuestras sociedades no han mejorado mucho desde hace seis siglos a la hora de gestionar la llegada de tecnologías transformadoras y esto supone un riesgo, pues cada vez más dependemos de ellas para afrontar problemas globales como la escasez de alimentos y la pobreza en un planeta superpoblado, el desarrollo de energía limpia e inagotable, o la búsqueda de nuevos remedios contra las enfermedades de la vejez .

La conclusión del autor es que “las sociedades no se oponen a las ideas porque sean nuevas, sino porque perciben pérdida”, ya sea de trabajos, ingresos o el desmantelamiento de un modo de vida concreto. Los mismos dilemas que ocasionó el café hace siglos están hoy presentes con la agricultura transgénica y, en un futuro, lo estarán en otros campos. Los más acuciantes, dice Juma, son la inteligencia artificial, la edición genómica y la impresión en 3D.

Tomado de: http://elpais.com/elpais/2016/07/22/ciencia/1469179145_789347.html

Comparte este contenido:

Necesario repensar el conocimiento para responder a los jóvenes

México/05 de julio de 2016/ Fuente: terra

Los nuevos temas del conocimiento humano, como lo es la inteligencia artificial de la manera que es entendida en la actualidad, están interesando a los jóvenes estudiantes, lo que implica un reto para la academia.

Así se expresó David Flores, representante de la Universidad del Caribe I, durante la rueda de prensa ofrecida para anunciar la XV Conferencia ALife, sobre inteligencia artificial, que será inaugurada esta noche y finalizará el 8 de julio próximo.

Flores, del Departamento de Ingeniería Telemática de la universidad, una de las patrocinadoras del encuentro, junto con la UNAM, el Conacyt y el ITAM, entre otras instituciones, habló de los retos que implica este gusto para la docencia.

Dijo que ello significa repensar la educación, reeducar a los académicos para responder a las nuevas necesidades, e indicó que ello significa que se debe pensar en una enseñanza desde los primeros grados escolares para preparar al estudiante hacia estos nuevos campos del conocimiento.

Al respecto, Tom Froese, responsable del programa científico del encuentro que reúne a los más destacados expertos del mundo en el tema de la inteligencia artificial, hizo notar que al respecto la crisis educativa se presenta en todo el mundo.

Froese y Carlos Gershenson, otro de los organizadores del congreso de la Sociedad Internacional de Vida Artificial, que por primera vez se lleva a cabo en un país latinoamericano, hicieron ver la importancia de este aspecto del conocimiento y su aplicación en la vida diaria.

Comentaron que además de lo que tiene que ver los avances tecnológicos con aspectos como el implante de un corazón artificial o cosas así, este campo del conocimiento tiene aplicaciones como por ejemplo el control y mejora del tráfico vehicular.

En este caso, precisaron, se estudian y aplican conocimientos resultantes del estudio del comportamiento del desplazamiento de las hormigas. Pero hay otros aspectos de la naturaleza, como el vuelo de las parvadas de aves, que pueden auxiliar en la solución de problemas sociales.

Detallaron que esos estudios se llevan a procesos mecánico-matemáticos para reproducirlos y luego se reproducen en laboratorio para encontrar formas concretas de aplicación en la vida diaria del hombre.

Recordaron en ese sentido que la inteligencia artificial estudia el comportamiento natural, lo descifra para encontrar soluciones a problemáticas del hombre, pero la diferencia de la técnica simple es que ese mismo conocimiento es utilizado para entender a la naturaleza, es decir va de regreso a su fuente.

Froese destacó que este interés humano por crear seres que le ayuden en su papel en la Tierra es tan antiguo como la historia del hombre, y mencionó la parte del «Popol Vuh», que dice que los mayas intentaron crear un cocodrilo mecánico para que los ayudara en sus tareas.

Y este ejemplo, añadió, se urde encontrar en otras civilizaciones de todos los tiempos.

Bajo el tema de «Vida artificial y sociedad», del 4 al 8 de julio se llevará a cabo por primera vez en un país latinoamericano, México, en específico Cancún, Quintana Roo, la Conferencia ALife, el encuentro más importante en el tema a nivel mundial.

A la cita, que llega a su edición 15 y que incluirá por primera vez el tema del impacto de la ciencia, la tecnología y la creación de vida artificial en la sociedad, y con ello la parte ética, han sido invitados los especialistas más destacados del orbe.

Patrocinado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), entre otras instituciones, el congreso reunirá a expertos como Randal Beer, de la Universidad de Indiana, y Ezequiel de Di Paolo, de la Fundación Vasca para la Ciencia.

Lo mismo que a Francisco C. Santos, de la Universidad de Lisboa; Alexandra Peen, de la Universidad de Surrey; Linda Smith, de la Universidad de Indiana; Antonio Lazcano, de la UNAM; y Mark Bickhard, de la Universidad de Lehigh, todos los cuales impartirán conferencias magistrales.

En esta edición la conferencia desarrollará una vertiente artística, como en las anteriores, en la cual el invitado de honor es Ken Rinaldo, quien se ha caracterizado por sus instalaciones interactivas en las que diluye la frontera entre lo orgánico e inorgánico y para esta ocasión se le encargó una obra ex profeso.

La conferencia será inaugurada oficialmente esta noche y las actividades en pleno, conferencias, cursos, talleres y ejecuciones artísticas, iniciarán la mañana del martes.

Fuente: https://entretenimiento.terra.com/necesario-repensar-el-conocimiento-para-responder-a-los-jovenes%2c7c27e5c9f1bbc6e357b822b14aeafb0902999jxw.html

Imagen: http://www.uniradioserver.com/media/news_thumbs/201607/20160704142707_97.jpg

Comparte este contenido:
Page 46 of 48
1 44 45 46 47 48