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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 17 de febrero de 2019: hora tras hora (24×24)

17 de febrero de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 17 de febrero de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

 

00:00:00 – Los profesores de Zimbabue suspenden la huelga indefinida

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300964

 

01:00:00 – La “trampa” de la excelencia educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300881

02:00:00 – Niños haitianos cruzan hacia la frontera de República Dominicana para estudiar (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300967

03:00:00 – La transformación educativa en Bolivia

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301151

 

04:00:00 – Cuba lanzará una versión digital de su reconocido método de alfabetización

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301155

 

05:00:00 – Educación neoliberal: Jurjo Torres en conferencia (Vídeo)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/300878

 

06:00:00 – Libro: La integración de las tecnologías digitales en las escuelas de América Latina y el Caribe: una mirada multidimensional (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301332

 

07:00:00 – Bienvenida la abrogación de la reforma educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301206

 

08:00:00 – Podcast: Radio OVE – Tercer Aniversario del Portal Otras Voces en Educación (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301430

 

09:00:00 – Colombia: 42° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Evaluación Educativa IV)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301196

 

10:00:00 – Libro: Universidad y sociedad en América Latina: un esquema de interpretación (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301439

 

11:00:00 – Aprende a crear mapas geográficos interactivos para tus clases

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301305

 

12:00:00 – Los salarios de los maestros argentinos, entre los más bajos del mundo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301203

 

13:00:00 – Profe Ramón : “El mayor tesoro que tiene nuestra educación son los docentes”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301200

 

14:00:00 – Claves: Educación de Calidad ¿Objetivo del milenio o negocio del siglo? | Claves (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301326

 

15:00:00 – Los profesores son la clave

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301312

 

16:00:00 – Libro: Una pedagogía alternativa en defensa de la escuela pública (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301443

 

17:00:00 – El día que Piaget y Vigotsky se perdieron en las escuelas mexicanas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301319

 

18:00:00 – Ecuador: Manual reflexiona sobre cómo educar para la inclusión

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301446

 

19:00:00 – Corazón y razón en la educación actual

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301193

 

20:00:00 – Podcast: Radio OVE – Reporte Educativo – Enero 2019 (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301434

 

21:00:00 – Educación no formal: lo que debemos saber sobre esta variante educativa

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301298

 

22:00:00 – Uruguay: Qué se está haciendo en Primaria y Secundaria para revertir déficit de docentes

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301449

 

23:00:00 – Nota PISA #15 Honduras: ¿Es posible mejorar el sistema educativo del país? (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/301210

 

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

 

ove/mahv

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¿Que hacer cuando me enfado en clase? Carteles didácticos

Los niños también se enojan, se estresan, se irritan o se sienten dolidos. Decirles “no te enojes” “no llores” “no grites” no los ayuda a resolver lo que les pasa.  De hecho enojarse, sentir tristeza, reaccionar frente a las circunstancias está bien hasta cierto punto.
Nuestra responsabilidad como adultos es ayudarlos a gestionar sus emociones.
Y para esto es fundamental que ellos sean conscientes de lo que están sintiendo,que puedan identificar lo que les pasa.
Y entonces sí, después de esto, podemos darles herramientas para resolver.
En este caso, algunas sugerencias para tratar con el enojo. Estoy enojado..¿qué puedo hacer?
Geniales los materiales que ha preparado una de nuestras nuevas colaboradoras, se trata de Analia Capurro creadora de un fantástico blog  http://dehistoriasyaventuras.blogspot.com/

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José María Toro: “Lo importante no es el recurso ni la tecnología, sino la mano que la maneja y el corazón que la sostiene”

Conferencista central de Proeducar de este año, centrado en la inteligencia emocional.

José María Toro es un maestro y escritor español que ha centrado su obra en la necesidad de cultivar y desarrollar las emociones. Suele recurrir a metáforas y juegos de palabras para explicar que en la educación los niños deberían ser acompañados para entrar en “su corazón”, pero para ello los docentes también deben recorrer ese camino. Para ello, Toro ha formado a centenares de docentes por medio de cursos y de varios libros publicados. El maestro habló con la diaria en su estadía en Uruguay, ya que será el conferencista principal de Proeducar, un encuentro que todos los años organiza la Asociación Uruguaya de Educación Católica y que se desarrolla entre hoy y mañana en el colegio Clara Jackson de Heber.

En una de tus conferencias anteriores señalás que “la gran carencia de las escuelas es la conciencia del cuerpo”. ¿A qué te referís?

Me refería a que la presencia del cuerpo en la escuela sobre todo se centra en la educación física, la parte deportiva y de gimnasia, y mucho menos en la expresión corporal, dramática o el teatro. Planteo que no se trata solamente de hacer cosas con el cuerpo, sino de la conciencia que el niño pueda tener del uso que hace de su cuerpo. Ni siquiera los maestros tienen esa conciencia del cuerpo; en España entras en un aula, por ejemplo de tercer grado, y hay niños pequeños y otros mucho más altos. Sin embargo, el mobiliario es exactamente el mismo para todos. Los niños a los que el mobiliario les queda pequeño estarán en una posición en la que habrán perdido la verticalidad de la columna, por lo que les estaremos jorobando la vida. O bien, que suele ser lo habitual en España, a los niños a quienes les queda grande y no pueden tomar tierra quedan con los pies en el aire, y si se suma un movimiento compulsivo de las piernas, su mente está disparada. Por algo decimos que una persona tiene los pies en la tierra cuando está en la realidad. Si queremos que el niño esté en la realidad de la explicación del maestro, tiene que estar con los pies en la tierra. Cuando hemos hecho nuestro algún concepto o actitud no decimos que eso está “mentalizado”; ese es el primer paso, el siguiente es que eso se haga realidad en mí. El verbo que usamos es “incorporar”. Supongamos que queremos educar para la paz, que no es sólo un concepto ideológico, sino un estado tisular, de la mirada. Cuando el grado de tensión del ojo llega a un nivel de peligro, el cerebro en su sabiduría manda una orden para que no haya un derrame ocular y esa tensión del ojo se canalice. Entonces, la tensión va al puño y el niño golpea al compañero; de esa forma descarga la tensión. Si trabajamos la mirada blanda, que yo llamo “del corazón”, nunca va a haber puñetazo, porque no hay tensión en la mirada. Uno no hace daño a quien mira con buenos ojos. La conciencia del cuerpo es qué conciencia tiene el niño de la paz que él es. Esa paz está en su forma de mirar, de respirar, de moverse. Hay que darle cuerpo a la paz.

¿Cómo es la conexión del cuerpo con las emociones?

Podemos caer en el error de pensar que el cuerpo es la parte física, el soma griego, lo somático. Yo lo considero un cuerpo de cuerpos, como las muñequitas rusas. Nosotros vemos la última parte, que es la física; de todos los cuerpos que tiene la persona es el cuerpo más denso, el tangible. Pero tenemos un cuerpo mental que, por supuesto, tiene su parte somática en la estructura cerebral. Tenemos un mundo de pensamientos que es más etéreo, un mundo emocional, un cuerpo energético, y luego ‒entre paréntesis, porque dependerá de las concepciones o creencias de cada persona‒ un cuerpo espiritual. De todos esos cuerpos, el que es más manejable es el físico, porque es tangible. Mi propuesta de trabajo es muy metafísica, porque si trabajo con el alma del niño, con el ánimo ‒ánima es igual a alma‒, no puedo hacer una cirugía y buscar en algún recoveco. Pero sí puedo trabajar la cara, que es el espejo del alma, del estado interno. Si puedo distender la cara de una persona, eso distiende su mundo emocional interno. El cuerpo humano es una unidad, y lo importante es que estén todos los elementos, pero para una educación integral tienen que estar integrados en forma armónica. Cuando sumas lo integral más lo integrado te aparece la palabra “íntegro”, que tiene hasta un componente ético y moral. Es decir, ya es un ser completo. Las emociones forman parte de la estructura del ser humano y, por lo tanto, tienen que ser parte de la tarea educativa.

¿Cómo debe abordarse lo emocional en el sistema educativo?

La palabra “emoción” es una energía que se pone en movimiento. Buena parte de la literatura sobre emociones dice que son una reacción bioquímica del cerebro ante un estímulo. Es un mecanismo que hemos generado para sobrevivir. Desde el punto de vista pedagógico me interesa trabajar las emociones esenciales, que son una energía que se pone en movimiento de forma que el niño mueve algo de su esencia y de su identidad, que necesita desarrollarse. El árbol está en la semilla; esa es la identidad esencial de un árbol, pero tiene que desarrollarse. El niño como un ser de paz está ahí, en su ADN humano, pero está como semilla. Que eso pueda desarrollarse va a depender de su entorno familiar y cultural. Me interesa que los maestros acompañen a los niños en una experiencia vivencial de interioridad en la que puedan conectar, sentir, vivir y expresar esas emociones.

¿Eso tiene que ver con la noción que has manejado del “niño como sabio”?

Sí. También podríamos hablar de una sabiduría de las edades, que es un concepto del pedagogo español Carlos González. Es decir, cada edad tiene su propia sabiduría, y las distintas edades tienen que tener su relación. Si como adulto no sé cómo afrontar un tema puedo recurrir a la sabiduría del niño, que es quien te da la respuesta inmediata, intuitiva y directa. O la sabiduría del adolescente, que transgrede las normas y va más allá de lo que está permitido. Cada edad tiene su propia sabiduría, y lo importante es que vayamos creciendo en una armonización y podamos hacer un uso, según necesitemos, de lo específico de cada sabiduría. No basta la información; la informática nos da datos, pero esos datos inconexos no sirven para nada. Hay que organizarlos en un cuerpo de conocimiento, pero la escuela de conocimiento tiene que dar un salto más: no basta que yo lo sepa, sino que lo saboree. Esa es la escuela de la sabiduría. En los pueblos primitivos el sabio era el que sabía por el sabor las plantas que eran curativas. La sabiduría siempre es curativa, terapéutica, sanadora, porque el conocimiento tiene que iluminar mis decisiones de vida. ¿De qué me sirve que un niño sepa cómo funciona el aparato respiratorio si no sé que alargando la respiración puedo soltar una pena de una rabia, o que si habilito la pausa en la respiración se elimina toda posibilidad de ansiedad?

¿Cómo analizás la educación en un contexto tan mediado por la tecnología, en el que muchas veces se fetichiza?

Ese fetiche aparece cuando el maestro cae en un error al que llamo “la absolutización de la añadidura”. Y encima, si la tecnología es tan potente y seductora, caemos un poco presos del recurso. En la conferencia que daré mañana [por hoy] en Proeducar, una de las ideas que voy a plantear a los docentes es que el recurso por excelencia son ellos. A un mal maestro la tecnología no lo hace buen maestro, sí puede mejorar al que ya es un bueno. La tecnología se refiere a cómo transmitimos una información, un conocimiento, a cómo desarrollamos un proceso de enseñanza y aprendizaje. En la urgencia cotidiana al maestro le comen los cómos: lo que quiere es saber cómo hacer para resolver una situación que tiene delante en el momento. Ese “cómo” es para un “qué”. Ahora mismo el “qué” y el “cómo” presiden el cotidiano escolar. Sucede que el “qué” forma parte de algo más amplio, que es un “por qué” y un “para qué”. Cuando tú tienes claro el “por qué” y el “para qué”, el “cómo” te va a salir. Además, con internet hoy un maestro tiene a su disposición, a golpe de ratón, miles de actividades, fichas, propuestas del tema que quiera. El tema es cómo uso ese material. Lo importante no es el recurso ni la tecnología, sino la mano que la maneja y el corazón que la sostiene, y una medicina en las manos inadecuadas se convierte en veneno, y un veneno en las manos adecuadas se convierte en medicina. Al final, va a depender del nivel de conciencia del maestro, de cómo es como persona, de cómo es su preparación humana y profesional.

¿Cómo surge la idea de los centros «tan»?

Yo estaba haciendo un curso con maestros en Córdoba, España. Yo planteo acompañar a los niños en una experiencia de eso maravilloso que hay dentro, pero no puedo acompañarlos en un lugar que desconozco. Uso la imagen de que un maestro es como un guía turístico, pero va a llevar a los niños a un lugar maravilloso y exótico que es su corazón, como una imagen para hablar de lo mejor que está dentro de cada ser humano. Si yo soy un guía turístico de París, no puedo llevarla si no sé dónde está. Si soy una persona que visita constantemente París y la conozco al detalle, podré llevar a mis turistas a los rincones que nadie los lleva. Lo que interesa es que el maestro tenga una riquísima vida interior de conocimiento de sí mismo, de sus propias emociones, de su carácter y personalidad, y sobre todo de reconocimiento de su propia identidad. La personalidad es un modo de expresar la identidad, que no la agota. Los cursos son para hacer esos viajes y que luego ellos puedan hacerlos con los niños. Trabajamos mucho con ropa cómoda, en el piso, visto de afuera pueden parecer ejercicios de relajación, pero es mucho más porque no se trata solo de calmar la superficie sino de liberar lo profundo que está ahí. Al terminar un ejercicio, una maestra se me acercó y me preguntó si lo que hacemos es relajación, meditación o qué. Le pregunto por qué quería saber y me dice: «No sé, es que yo me encuentro tan…tan…tan». Me vino esta palabra porque en todos los centros escolares de España hay unas aulas TIC [tecnologías de información y comunicación], que suena a tic nervioso. Con esto planteo que en los centros, sobre todo los públicos, cuyos niños tienen derecho a que los adultos le muestren que hay un espacio dentro de ellos que pueden habitar, conquistar y conectar conscientemente. Y cuando entren a ese espacio van a conectar con lo mejor de ellos mismos. Hay un remanso impresionante de paz, de creatividad, de ternura y energía. La propuesta es que, así como hay salones llenos de computadoras para que los niños aprendan a navegar por internet, tiene que haber aulas sin mesas ni sillas, pero acogedoras, con colchonetas, almohadones, para que los niños sepan que cuando entran allí van a navegar hacia su mundo interior.

¿Cuál es el rol del descanso en instituciones educativas que lo tienen muy cronometrado, como en Uruguay, donde se le dice “recreo”?

“Recreo” viene de “recrearse”, “volver a crearse”. Porque se supone que en la hora anterior el niño ha ido perdiendo lo que es. No tendría sentido, porque el recreo es como un espacio entre otros tiempos de actividad, Vivimos en una vida fragmentada, todo está en cajones estancos. En mis clases tenía claro que en cualquier momento los niños podían detenerse para descansar, porque la escuela es para el ser humano. El niño es un ser humano, no un hacer humano. El ser es hacer y no hacer. En el no hacer, que es el descanso, el niño se integra a la tarea fundamental que es el “dejo de hacer para hacerme a mí”. Esto no lo vivimos en nuestra cultura, por eso hablo del secuestro del descanso; cuando no trabajamos, cambiamos de actividad, vamos de viaje y hacemos turismo, hacemos mil cosas, vemos películas, pero no descansamos. Por eso le llamo “descanser”: descansar para ser, que es cuando uno descansa en el ser. Sólo descansamos dentro, volvemos al espacio interior. Un descanso, que es mucho más que reponer fuerzas para seguir trabajando, es una recomposición de la presencia del adulto o del niño. Cuando llega de la escuela, a los padres no se les ocurre preguntarle al niño si ha descansado bien en el colegio, siempre le pregunta qué ha hecho. La escuela es un espacio en el que el niño tendría que aprender pero también vivir el descanso desde esta dimensión.

¿Los centros educativos religiosos tienen más acumulado en el trabajo de lo interior?

Sí, pero depende de cómo el centro religioso lo trabaje. La interioridad dependerá de cómo el educador la viva. Hace poco tiempo estaba dando un curso en España y había otro grupo con una educadora con niños y me quedé horrorizado de los conceptos que vertía: «Cuidado porque el demonio…», en lugar de acercar al niño a lo más noble de sí mismo. No le hables del demonio, en todo caso háblale del dios que hay en él y que conecte con él. Es verdad que algunos colegios religiosos se asocian más a la dimensión más espiritual o interna. Yo reivindico eso, sin connotaciones religiosas específicas, para los alumnos de la escuela pública.

¿Qué rol debería jugar la formación docente, que en general no incluyen estos temas en sus aulas?

Uno de los grandes dramas que vive un maestro cuando pisa la escuela por primera vez es que prácticamente no le sirve nada de lo que le dijeron. Habría que hacer varias reconsideraciones. Primero, tenemos que aclarar cuáles son las características que se necesitan para el oficio. En la formación inicial quienes forman a los futuros maestros son profesores o catedráticos de las disciplinas. La mayoría de ellos nunca ha enseñado a niños. Didáctica de la lectoescritura a mí me la dio un profesor de filología francesa que nunca en la vida había enseñado a leer a ningún niño. No aprendí en la escuela de magisterio cómo enseñarle a leer a un niño, me explicaron los métodos de lectoescritura, pero que me digan cómo se conduce un coche no quiere decir que sepa conducir, hasta que no tome el volante. Una de las cosas importantes sería habilitar que maestros con larga experiencia y reconocido prestigio en el ámbito de la educación tuvieran contacto con los futuros maestros. Cuando voy a las escuelas y facultades de magisterio los alumnos me dicen que eso que yo digo no se lo dicen ahí. Es necesario llevar esa vibración del maestro, esa parte vocacional, pasional, que difícilmente la transmita un técnico o un experto de una disciplina. Otro tema es el de los contenidos a abordar. Por ejemplo, el uso de la voz. El maestro es un profesional de la voz, pero no tiene esa conciencia. Va al médico cuando ya perdió las cuerdas vocales, pero tiene que aprender a hablar, el uso que hace de la palabra, cómo lee un cuento para hacer vibrar al alumno. Y no hay nada de eso en magisterio. El maestro tiene que ser un líder de un grupo de alumnos, tiene que aprender las funciones de liderazgo, tiene que ser un experto en dinámicas grupales, saber canalizar lo que se mueve en un grupo. Tiene que desarrollar capacidades expresivas, comunicativas. No tiene que ser un clown y ponerse una nariz roja, pero sí tiene que tener sentido del humor y saber captar el interés de los alumnos, despertar las ganas por el aprendizaje. Otra parte importante es que se debería vivir un proceso de sanación personal. Un psicólogo tiene que hacer su propio proceso terapéutico antes de abordar un paciente. Sin que el maestro tenga que ser un terapeuta; pero sí toda labor pedagógica es terapéutica. Todo lo que el maestro pueda limpiar de su historia personal, pulir de sus rasgos de personalidad, eso es lo que vamos a ganar luego, porque será una persona mucho más equilibrada, más estable, más segura, y será un regalo para los niños.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/2/jose-maria-toro-lo-importante-no-es-el-recurso-ni-la-tecnologia-sino-la-mano-que-la-maneja-y-el-corazon-que-la-sostiene/
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Sin educación emocional, no sirve saber resolver ecuaciones

Por: Ana Torres Menárguez.

Rafael Guerrero es uno de los pocos profesores de la Universidad Complutense de Madrid que enseña a sus alumnos de Magisterio técnicas de educación emocional. Lo hace de forma voluntaria porque el programa académico de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia– no incluye ninguna asignatura con ese nombre. “Muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la regulación de las emociones y eso no se enseña en la escuela”, explica Guerrero.

Se trata de enseñar a los futuros maestros a entender y regular sus propias emociones para que sean capaces de dirigir a los niños y adolescentes en esa misma tarea. “Mis alumnos me cuentan que nadie les ha enseñado a regularse emocionalmente y que desde pequeños cuando se enfrentaban a un problema se encerraban en su habitación a llorar, era su forma de calmarse”, cuenta el docente. Inseguridad, baja autoestima y comportamientos compulsivos son algunas de las consecuencias de la falta de herramientas para gestionar las emociones. “Cuando llegan a la vida adulta, tienen dificultades para adaptarse al entorno, tanto laboral como de relaciones personales. Tenemos que empezar a formar a profesores con la capacidad de entrenar a los niños en el dominio de sus pensamientos”.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de quienes acuñaron el término a principios de los noventa, los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. La inteligencia emocional se traduce en competencias prácticas como la destreza para saber qué pasa en el propio cuerpo y qué sentimos, el control emocional y el talento de motivarse, además de la empatía y las habilidades sociales.

Tras revisar los programas académicos de los grados en Magisterio, Pedagogía, Psicología y Psicopedagogía de las univerisdades públicas españolas en 2016, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) de la Universidad de Barcelona (UB) concluyó que en España solo hay una universidad pública que ofrece desde 2012 la asignatura Educación Emocional en el grado de Magisterio, la Universidad de La Laguna, en Tenerife. “Cuando pensamos en el sistema educativo, por tradición creemos que lo importante es la transmisión de conocimientos de profesor a alumno, a eso se dedica el 90% del tiempo. ¿Qué pasa con el equilibrio emocional? ¿Quién habla de eso en la escuela?”, señala Rafael Bisquerra, director del Posgrado en Educación Emocional de la UB e investigador del GROP.

Los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-, según los resultados de varios estudios publicados por el GROP. “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades que las materias académicas ordinarias no cubren. El desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado”, apunta Bisquerra.

LA LAGUNA, LA PRIMERA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL

La Universidad de La Laguna, en Tenerife, es pionera en la creación de una asignatura específica de Educación Emocional en el grado de Magisterio. Hoy es la única universidad pública española que contempla esa materia como obligatoria en su plan de estudios. En 1992 introdujeron por primera vez en la entonces diplomatura de Magisterio una asignatura a la que llamaron educación socioafectiva.

«Si analizas tu vida, son las experiencias cargadas de emociones las que han marcado los puntos de inflexión, los momentos decisivos. ¿Cómo no vamos a luchar para conseguir que se forme a los niños desde el colegio en el manejo de sus emociones?», cuenta Antonio Rodríguez, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de La Laguna e impulsor de la asignatura.

Mayor rendimiento académico y mejor convivencia con su entorno son las ventajas fundamentales para los niños, según los estudios liderados por Rodríguez. «Es esencial aprender a gestionar el miedo o la ira. Primero hay que formar a los docentes para que estos puedan ser un modelo a seguir para los niños en el aula», indica Rodríguez.

Los elevados índices de fracaso escolar -el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo sin haber finalizado la Secundaria, según datos de Eurostat-, las dificultades de aprendizaje o el estrés ante los exámenes provocan estados emocionales negativos, como la apatía o la depresión, y todo ello está relacionado, según Bisquerra, con deficiencias en el equilibrio emocional. “Focalizar las clases en las capacidades lingüísticas y lógicas exclusivamente se puede considerar una estafa del sistema educativo”, critica el docente, que ha publicado más de 15 libros sobre la materia.

Bisquerra es uno de los precursores en España de la aplicación de la educación emocional al ámbito académico. Cuando empezó a investigar en 1993, aún no existía ese término, que a finales de los noventa usó como título en una de sus publicaciones. Lo que está fallando, según el experto, para que los diferentes niveles educativos no contemplen esos contenidos es la falta de sensibilización, tanto por parte de la administración pública como del profesorado. “La regulación de las emociones consigue que los estímulos que nos rodean nos influyan lo mínimo posible. Nuestro comportamiento depende, en gran medida, de cómo nos sentimos, y ni los profesores ni las autoridades se lo toman en serio”.

En su opinión, el cambio tiene que arrancar con la formación del profesorado, con la transformación del grado de Magisterio. “En la UB no hemos convencido al número de profesores necesario como para modificar el plan de estudios. Lamentablemente, los procesos de cambio educativo son muy lentos”, añade Bisquerra, que en 2005 publicó La educación emocional en la formación del profesorado, donde propone un modelo de asignatura para los profesores de educación Infantil, Primaria y Secundaria con teoría y actividades prácticas.

PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

Las habilidades en inteligencia emocional son un factor importante en la prevención de trastornos psicológicos, concluye el artículo Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2012, y elaborado por un grupo de investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco.

«Muchos de los desórdenes psicológicos suelen aparecer durante la adolescencia -como los cambios bruscos de carácter, el abuso de sustancias o los trastornos en la alimentación-. Una de las causas de esos problemas mentales es la incapacidad de gestionar los estados emocionales», señala el estudio, para el que se formó a 479 adolescentes españoles de 13 años en un programa de educación emocional durante dos años.

La inteligencia emocional ayuda en dos campos fundamentales. En el intrapersonal, donde permite reducir la intensidad y la frecuencia de los estados de ánimo negativos causados por acontecimientos adversos del día día; protege del estrés y puede ayudar a mantener un estado de ánimo positivo y así prevenir la ansiedad o la depresión. En un segundo plano, el estudio señala que los adolescentes con altas capacidades para percibir y gestionar sus emociones y las de otros, presentan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias y de apoyo.

Los objetivos de la educación emocional, según las guías de Bisquerra, son adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de las de los demás, prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas -que pueden derivar en problemas de ansiedad y depresión-, y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas y de automotivarse. En el año 2002 la UB lanzó su primer posgrado en Educación Emocional, que hoy también ofrecen otras universidades públicas como la de Málaga, Cantabria o la UNED, entre otras.

Una de las experiencias piloto en formación del profesorado en educación emocional la lideró en España la Diputación de Guipúzcoa que, entre 2006 y 2010, formó a más de 1.500 docentes de colegios e institutos públicos de la provincia. Bisquerra fue uno de los encargados de coordinar los cursos, así como de elaborar 14 manuales que están disponibles para cualquier docente con decenas de actividades para aplicar en el aula. La Universidad del País Vascose encargó de evaluar los resultados. “La comprensión y regulación de las emociones por parte de los profesores redujo los niveles de ansiedad y de burnout (en español, síndrome del trabajador quemado)”, indica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco. En los alumnos, se redujo la conflictividad en el aula.

En un estudio paralelo liderado por Aritzeta, en el que se formó a un grupo de 200 universitarios en técnicas de inteligencia emocional, se demostró que tras dos años de instrucción los alumnos que habían recibido la enseñanza mejoraban sus resultados en los exámenes una media de 1,5 puntos respecto al resto de estudiantes. “Aprendieron a manejar el estrés y los niveles de ansiedad se redujeron un 18%”, asegura el docente.

Enseñar a los docentes a mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno es el objetivo principal de Rafael Guerrero, profesor de la Complutense con el que arrancaba esta historia. «Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional», señala. Enseñar a los jóvenes a afrontar problemas desde el principio y a desarrollar tolerancia a la frustración. Acabar con la frase «eso son tonterías, ponte a hacer la tarea» es la máxima que Guerrero quiere para sus alumnos y futuros maestros.

Fuente del artículo:  https://elpais.com/economia/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690.html

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Anna Carpena: “La regulación de las emociones influye en el rendimiento de los estudios”

Por Educación 3.0

Maestra especializada en el desarrollo de la inteligencia emocional y asesora en contenidos de educación emocional, Anna Carpena nos desvela en la siguiente entrevista las claves para desarrollar una adecuada educación emocional y cómo el profesorado puede ayudar a que los estudiantes gestionen sus emociones y descubran sus sentimientos. También nos explica las consecuencias que puede tener en el alumnado si esta gestión no se lleva a la práctica.

¿Cómo desarrollar una adecuada educación emocional?
Anna CarpenaPara desarrollar las competencias emocionales en los niños es necesario que la persona que educa esté educada. La educación emocional implica vivencias de interioridad para encontrarse consigo mismo, para conectar con las propias emociones y comprender la información que nos proporcionan, a la vez que también se conecta con el pensamiento y con los estados corporales que acompañan las emociones (éstas se manifiestan a través del cuerpo). Haber vivido experiencias de introspección es la base para orientar a semejantes. Aprender a gestionar lo que hallamos en nuestro interior es el siguiente paso, y todo ello nos prepara para el desarrollo de la inteligencia social.

La comprensión y gestión de uno mismo favorecerá el encuentro armónico con el otro, con los múltiples ‘otros’. Podríamos resumir el proceso de la siguiente manera: “Porque yo me conozco y me siento estoy en disposición de conocerte y de sentirte. Porque yo puedo regular lo que pienso y siento puedo acercarme a ti creando relaciones positivas”.

¿Cuáles son los pilares que la fundamentan?
Desde la psicología, hoy se reconoce la presencia permanente de las emociones en todo ser humano y la neurociencia nos aporta importante información sobre la posibilidad de tener acceso a la gestión del sentir. Por medio de investigaciones se ha comprobado que la regulación de las emociones influye directamente en el rendimiento de los estudios y en el trabajo, y ello favorece una sociabilidad éticamente comprometida.

La mirada humanista es el tercer pilar, necesario para mantener actitudes éticas. Ser competente en la autogestión de los estados emocionales y competentes en el conocimiento de las otras personas no debería nunca facilitar acciones de injusticia o de manipulación.

Según su experiencia, ¿cómo puede el profesorado ayudar a que los estudiantes gestionen sus emociones y descubran sus sentimientos?
La conexión y toma de conciencia de las emociones constituye la habilidad emocional fundamental

Los requisitos indispensables son; un marco adecuado, sistematización de objetivos y contenidos y una práctica real organizada a partir de actividades programadas (a la vez que una permanente práctica educativa en la vida escolar). Sin embargo el proceso que se ponga en marcha no tendrá sentido si queda cerrado en un aprendizaje de técnicas sin ir acompañadas de una reflexión y orientación que contribuyan a un compromiso con el bienestar colectivo y no solo el bienestar y plenitud individual.

La conexión y toma de conciencia de las emociones constituye la habilidad emocional fundamental. Para que sea posible integrar emoción y conciencia hay que orientar al alumnado en la adquisición de la habilidad de sentir de manera consciente y en la capacitación para ponerle nombre. Con la práctica, se puede desarrollar una habilidad automática que identifique constantemente qué se está sintiendo y tener automatizadas acciones de autogestión, o control interno, permitiendo autoajustar el comportamiento.

El clima emocional favorecerá, o no, el desarrollo de la educación emocional. Un clima adecuado es aquel en el que todos los alumnos saben y sienten que importan, donde cada uno es reconocido y escuchado y existen fuertes vínculos afectivos entre todos los miembros del grupo. En este marco el profesorado ofrece modelos sólidos de inteligencia emocional y tiene autoridad moral.

¿Y en el caso de las familias?
La familia que acepta las emociones de sus hijos, les ayudan a hablar de ellas y les ofrecen apoyo afectivo está poniendo las bases para su competencia emocional. Para ello han de interesarse realmente por cómo se sienten, sin juzgar, ni negar, ni prohibir ningún sentimiento. Niños y niñas necesitan que se les reconozca y valide su sentir. Solo con la aceptación se contribuye a la gestión emocional.

La familia que acepta las emociones de sus hijos, les ayudan a hablar de ellas y les ofrecen apoyo afectivo está poniendo las bases para su competencia emocional

Mamás y papás han de tomar conciencia de que son modelos emocionales y que los hijos reciben directamente el tono emocional que se vive en casa. Por ejemplo, si los padres son optimistas o pesimistas, o si muestran agresividad en su trato con amenazas y gritos, los niños tendrán el mismo estilo emocional como base de su actuación. Dado que muchos adultos todavía no han conseguido personalmente la capacidad de autorregularse, sería conveniente plantearse poner en marcha este aprendizaje. Las escuelas de padres pueden ser un buen espacio para este propósito.

Echa en falta una mayor presencia de los programas de educación emocional en las escuelas, o quizás ahora se es más consciente de su importancia?
En los últimos años hay un interés generalizado por la inteligencia emocional, sin embargo el desarrollo de este potencial humano, en su totalidad y de manera sistemática, se está asumiendo muy lentamente en el sistema educativo. En algunos sectores, con el temor de contribuir a crear debilidades, todavía se opina que la educación de esta vertiente humana es una forma “blanda” de educar aunque la realidad ha demostrado que este trabajo, riguroso y sistematizado, conducido por profesorado emocionalmente inteligente, aumenta las fortalezas personales, emocionales, cognitivas y ejecutivas.

¿Qué peligros corremos si no logramos que los estudiantes aprendan a gestionar sus emociones?
No trabajar la competencia emocional significa no desarrollar aquellas capacidades que contribuyen a que las emociones vayan a favor y no en contra de uno mismo, lo que tiene repercusiones no solo a corto plazo, en el ámbito escolar, sino que repercute en la edad adulta. A la vez, no tener capacidad de autogestión compromete la capacidad de tener y sostener relaciones satisfactorias. La educación emocional puede prevenir, entre otras, situaciones de adición, ansiedad, depresión, agresividad, bullying y conductas de riesgo.

Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?
– Emoción: estado orgánico que conduce a la acción como respuesta a estímulos ambientales o internos. Su función es la supervivencia.

– Empatía: capacidad para comprender a otra persona y sentir sus sentimientos. Conduce a la compasión y a la conducta prosocial.

– Escuela: debería ser un espacio para realizarse satisfactoriamente como persona.

– Inteligencia: facultad de percibir y comprender el medio y las habilidades de interacción e intervención en él de manera adaptativa y constructiva. Implica múltiples factores, uno de ellos es el autoconocimiento y la capacidad de autogestión.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/anna-carpena-regulacion-emociones/74707.html

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Educación emocional: ¿una asignatura escolar pendiente?

Por: Infobae.com.

Matemáticas, lengua, idiomas. Pocos dudan de la necesidad de aprender cada una de las materias que el sistema educativo propone, pero ¿qué pasa con las emociones? ¿Se puede enseñar a manejarlas en las escuelas? ¿Y en casa?

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso el desarrollo de las «Habilidades para la vida» (life skills) en 1986 y luego, en 1993, elaboró un nuevo documento centrado en la Educación (Life Skills Education in School), en el cual define dichas habilidades como «capacidades para adoptar un comportamiento adaptativo y positivo que permita a los individuos abordar con eficacia las exigencias y desafíos de la vida cotidiana».

Es que los beneficios de implementar estas habilidades son significativos. En España, por ejemplo, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) demostró que los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-.

Así y todo, sólo una universidad pública española ofrece, desde 2012, la asignatura Educación Emocional en el grado de Magisterio (la Universidad de La Laguna, en Tenerife).

La necesidad de enseñar el manejo de las emociones es primordial en el actual contexto de cambio de paradigma. «Hoy el acceso a la información no es un problema», expresa Matías Liberati de la ONG Resaca Solidaria, donde se dedican a la inclusión de niños, niñas y adolescentes a través de la enseñanza de estas herramientas.

Y agrega: «Los chicos acceden a la información que necesitan desde su celular o computadora; aplicar la educación emocional es lo que nos permitirá un cambio genuino para la persona, ya que identificando los estados de ánimo de alumnos y docentes se detectan situaciones personales que afectan directa o indirectamente el acceso al conocimiento».

Beneficios sin fronteras
La presencia de la educación emocional en los procesos de enseñanza y de aprendizaje comienza a ser considerada en diferentes latitudes. Actualmente, más de 20 países la aplican en sus colegios; entre ellos Dinamarca, México, Nueva Zelanda y Suiza. En tanto, en nuestro país, la provincia de San Juan plantó bandera y sancionó la Ley Nº 1327-H, donde la incluyeron «como práctica necesaria para el desarrollo integral de los educandos».

Los beneficios de ofrecerles estas herramientas a los niños y niñas desde edades tempranas son múltiples. El licenciado en psicología Lucas Malaisi, presidente de Fundación Educación Emocional, los explica: «La Educación Emocional es una estrategia de promoción de la salud que busca mejorar la calidad de vida de las personas mediante la dinamización de habilidades emocionales y hábitos salutógenos. Se trata de educar desde y para la salud, buscando esparcirla y fortalecerla, cuyas técnicas son de baja complejidad y, por tanto, de fácil y económica implementación. Además, por si fuera poco, al instalarhábitos salutógenos se obtienen resultados sustentables, es decir que perduran en el tiempo. Se trata de tecnologías psicológicas de vanguardia al servicio de la educación y el bien común», explica.

¿Y en casa?

Mientras aguardamos a que esta práctica se expanda y pueda ser adoptada en cada uno de los establecimientos escolares, aplicarla en el hogar es de igual o mayor importancia. ¿Podemos impartir a nuestros hijos la educación emocional? ¡La respuesta es sí!

El psicólogo Alejandro Schujman, especializado en familias y adolescencia, explica que para hacerlo es necesario legitimar las emociones: «Todos tenemos celos, enojos y tristeza. No hay emociones buenas y malas».

Y suma que para poder hacerlo, es necesario educar con el ejemplo: «Los chicos no escuchan todo el tiempo los discursos largos y aburridos que podamos darles, pero no dejan de mirarnos; entonces, la mejor manera de educar las emociones es que un padre o madre o cualquier adulto pueda gestionar de manera saludable las suyas. No digo que no hay que enojarse o entristecerse; por el contrario, tiene que ver con poder transitar cada una de las emociones y aceptarlas», detalla Schujman.

¿Más fácil? Por ejemplo, si ante un reto un hijo o hija le dice a su padre que no lo quiere más, el psicólogo aconseja no reprimir ese sentimiento ni taparlo con la culpa, con frases conocidas del estilo: «¿cómo me decis esto?'» o «¡yo, que doy la vida por vos!».

¿Te suenan? Bueno, la idea es aceptar que en ese momento el niño está atravesado por el enojo y aceptar su sufrimiento porque también es sano enseñarle a sufrir y no, en el afán de querer que sea feliz, eliminar la tristeza o algún otro sentimiento parecido.

Por último, Schujman asegura que el primer paso para que todos podamos educar emocionalmente, sin importar si somos maestras, tías, padres, madres o abuelos, es tener la convicción y ganas de enseñarles a los más pequeños desde los sentimientos. ¿El paso siguiente? Tan sencillo como buscar información, bibliografía, consultar con especialistas y poner atención a estos temas.

Fuente de la reseña: https://www.infobae.com/tendencias/masmariana/2018/12/06/educacion-emocional-una-asignatura-escolar-pendiente/

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Leontxo García: «Los niños que juegan al ajedrez obtienen mejores rendimientos en matemáticas y en comprensión de textos»

Argetina – España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Infobae

El periodista más prestigioso de habla hispana especializado en la disciplina analizó en Infobae los beneficios que la práctica genera en el desarrollo mental durante los años de escolaridad

Inteligencia emocional, pensamiento flexible, espíritu crítico, conceptos como lateralidad, psicomotricidad y concentración son algunos de los parámetros con los que, según diversos expertos, los niños podrían enriquecerse en la escuela gracias a la materia del ajedrez. Ese deporte tan complejo y con cientos de millones de variables tiene la capacidad de entretener a los más pequeños y al mismo tiempo alimentar su educación en campos como la matemática y la lengua.

El español Leontxo García fue jugador semi profesional y a lo largo de los últimos 35 años se convirtió en el periodista especializado en ajedrez más prestigioso de habla hispana. Cubrió para el diario El País uno de los grandes duelos de las leyendas Garry Kasparov y Anatoli Karpov en 1985 y todavía mantiene una columna diaria en el periódico ibérico.

Entre su rol como comunicador de los grandes eventos de ese deporte, García también se desarrolla, desde hace 15 años, como impulsor del ajedrez en el sistema educativo, tanto para escuelas primarias como secundarias. En los últimos días, el español arribó a la Argentina para participar de una iniciativa promovida por el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, en un intento de acercamiento de este juego a la educación.

El evento se realizó en el Centro Cultural Fontanarrosa de Rosario, adonde acudieron unos 150 alumnos pertenecientes al Plan Escolar de Ajedrez de la provincia de Santa Fe.

El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, promovió la charla de Leontxo García en el Centro Cultural Fontanarrosa, en Rosario

El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, promovió la charla de Leontxo García en el Centro Cultural Fontanarrosa, en Rosario

A su vez, el prestigioso periodista brindó una entrevista a Infobae en la que analizó los detalles el enriquecimiento académico que puede aportar el milenario deporte a los alumnos en una escuela.

—Si tuviese que darle a un padre razones de por qué un niño debería aprender a jugar al ajedrez…

—El ajedrez es una escuela de vida. Gran parte de lo que uno aprende en el tablero de ajedrez es transferible a la vida real, salvo que caigas en la obsesión, que es el pequeño riesgo que existe, pero que solo se produce en un porcentaje realmente muy pequeño. O sea, esa imagen de que los ajedrecistas están locos está tan extendida como falsa es. Si tomamos, por ejemplo, la lista de los 100 mejores jugadores del mundo y adoptamos una definición de loco muy flexible, yo creo que apenas encontraríamos tres o cuatro de ellos que podrían calificarse como personas muy fuera de lo común, digamos, extravagantes, por decirlo así. Por tanto, el ajedrez es una gran escuela de vida que desarrolla muchísimas habilidades, virtudes, valores, desde los niños de dos años hasta las personas de 102, porque también es un gran gimnasio mental para retrasar el envejecimiento cerebral, por ejemplo.

—¿Cuál es una edad recomendable para aprender ajedrez? ¿Y para poder jugarlo de una manera competitiva?

—Como herramienta educativa, se puede emplear desde los dos años. Ahora bien, como para jugar al ajedrez hace falta haber desarrollado la inteligencia abstracta, eso no ocurre salvo en los niños superdotados, hasta los cinco o seis años. A esa edad se pueden enseñar los movimientos de las piezas. Si usted quiere que su hijo o su hija sea uno de los mejores jugadores del mundo, tendrá que empezar a trabajar deportivamente antes de los 10 años porque el ajedrez, junto con la música y las matemáticas, es la disciplina que produce más niños prodigio. De alguna forma, la precocidad en el ajedrez es natural, y por tanto, insisto, si lo que quiere es convertir a esos niños en algunos de los mejores jugadores del mundo, hay que empezar antes de los diez años. Pero, y este pero va con mayúsculas, si usted simplemente quiere disfrutar del ajedrez o utilizarlo como herramienta educativa, social o incluso terapéutica en algunas aplicaciones, para eso vale absolutamente cualquier edad, cualquier nivel de inteligencia, cualquier tipo de persona.

Desde 2003, Leontxo García intenta acercar el ajedrez al sistema educativo

Desde 2003, Leontxo García intenta acercar el ajedrez al sistema educativo

—¿Qué valores adquieren, toman y aprenden los niños que tienen al ajedrez como materia en la escuela?

—Bueno, la lista de valores que desarrolla el ajedrez es tan enorme, que haría esta respuesta interminable. Así que voy a seleccionar la edad que creo que va a ser más llamativa para nuestros espectadores, que es la de los niños de 2 a 5 años. Utilizando una herramienta tan sencilla como un tablero gigante en el suelo y una música agradable que tiene una letra que, por ejemplo, enseña a mover los peones, hacemos que los niños sean las piezas. Usted es un niño de 3 años y yo le digo que como usted es muy valiente es un peón que solamente camina hacia adelante, nunca va hacia atrás. Entonces, le digo que esta es su columna y que tiene que esperar para poder jugar a que juegue primero su compañero. Fíjese de qué manera tan sencilla le estoy transmitiendo valores importantísimos a esa edad: lateralidad, psicomotricidad, memoria, concentración, atención, respeto por las normas, respeto por el compañero, diagonal, horizontal, vertical, control del primer impulso, algo importantísimo, no sólo para los niños sino también para los adultos en el siglo XXI. Con qué facilidad le damos al botón del celular o a cualquier otro dispositivo, y a veces cometemos errores por darle demasiado rápido.

En fin, hay una serie muy larga de valores que se transmiten a través del ajedrez a los niños de 2 a 5 años. Imagínese usted si vamos elevando la edad. Por ejemplo, en secundaria estaríamos hablando de tomar decisiones de forma razonada, pensamiento crítico, pensamiento flexible, importantísimo en un mundo como el que nos espera, dentro de solo diez años, donde buena parte de nuestros niños actuales, quizás más de la mitad, van a ejercer profesiones que hoy no existen. Y por tanto, eso requiere un pensamiento muy flexible y el ajedrez te obliga a tener flexibilidad de pensamiento porque en una partida, la posición, la evaluación de una posición puede cambiar mucho con una sola jugada de cualquiera de los dos. Y si uno está acostumbrado a que su cerebro funciona así porque juega al ajedrez con frecuencia, eso es transferible a la vida real.

Leontxo García es periodista especializado en ajedrez desde hace más de 30 años

Leontxo García es periodista especializado en ajedrez desde hace más de 30 años

—¿Cuánto le sumaron y cuánto le restaron al ajedrez histórico, al romántico, al tradicional el uso de las computadoras y la inteligencia artificial?

—La informática en general ha revolucionado por completo el ajedrez. El actual es muy distinto al que yo conocía, al que yo jugaba como jugador profesional. Para cosas buenas y malas. Es decir, ahora hay un peligro de que haya trampas con ayuda de computadoras. Yo puedo estar jugando una partida aquí mismo y tengo un auricular invisible metido en el oído, que incluso puede ser un auricular que pase sin ser detectado en los controles. Entonces, yo estoy conectado con un amigo mío, que es usted, y usted puede estar en su casa muy lejos de aquí, pero está siguiendo mi partida de ese torneo en directo por internet, con la ayuda de una máquina que calcula millones de jugadas por segundo, y me está soplando la mejor jugada en mi posición. Entonces, por eso hay detector de metales, hay inhibidores de ondas, por ejemplo, hay cantidad de medidas para prevenir las trampas en los torneos. Esa es la parte mala del progreso.

Pero claro, la parte buena es que cuando yo jugaba, si me invitaban a un torneo en Buenos Aires, y por ejemplo era un torneo de diez jugadores, para obtener información de mis nueve rivales, tenía que empezar a moverme meses antes por correspondencia, yo qué sé cómo, para conseguir partidas de esos jugadores en sus países, por algún contacto que yo tuviera, una revista. Ahora, escribo el nombre de cualquier jugador en mi base de datos, que tiene 6.600.000 partidas, perfectamente clasificadas, jugadas desde el siglo XV hasta ayer, y en muy pocos segundos tengo todas las partidas que ha jugado ese rival en toda su carrera. Y bueno, el ajedrez es el único deporte que se puede practicar por internet, o que se puede enseñar por internet con enorme eficacia. Todo eso es la parte positiva de la aplicación de la informática al ajedrez.

—¿Qué diferencias habría entre un niño que se formó en una escuela primaria o secundaria con clases de ajedrez respecto a un colegio en el que no pudo tener esa oportunidad?

—Según los estudios científicos que conocemos en diversos países, por ejemplo, estoy acordándome de España, Alemania, Reino Unido y Dinamarca, entre otros, los niños con quienes se ha utilizado el ajedrez como herramienta educativa desarrollan más su inteligencia en múltiples parámetros, incluida la inteligencia emocional, que es importantísima en el siglo XXI, y obtienen mejores rendimientos académicos en general y sobre todo en matemáticas y en comprensión lectora, que en muchos países de Latinoamérica son precisamente los dos ámbitos donde nuestros niños fallan más de acuerdo con el famoso Informe Pisa. El ajedrez incide exactamente ahí, pero además, como hemos comentado, desarrollan muchos otros valores.

Un último informe presentado en agosto por el Observatorio Argentino por la Educación titulado «Radiografía de los aprendizajes de Matemática en Argentina» reveló que el 69% de los alumnos argentinos tiene problemas para resolver operaciones sencillas y, en el plano internacional, los estudiantes locales ocupan los últimos puestos. A su vez, en las pruebas PISA 2012, las últimas en las que el país participó con una muestra válida, Argentina quedó en el puesto 59 entre 65 sistemas educativos que participaron

—Alguien que vive del ajedrez de un modo profesional, ¿cuántas horas y cuántos años necesita mantener a este ritmo de estudio para estar entre los cien mejores del mundo?

—Alguien que está entre los cien primeros del mundo tiene el tablero en su cabeza como una especie de idioma materno 24 horas al día. Por supuesto, a partir de ahí ya varían los métodos. Hay algunos que llevan un entrenamiento sistemático de ocho, diez o 12 horas diarias, dividiéndolo entre las aperturas, es decir, la primera fase del juego, la estrategia, la táctica, la técnica, de las posiciones finales con pocas piezas, la preparación psicológica, la preparación física, todo eso es importante. Y luego hay otros, como el actual campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen, que huyen de cualquier planteamiento sistemático pero están 24 horas al día con el ajedrez conectado y pueden estar caminando por la calle y están pensando en el análisis de una posición que no resolvió ayer y de pronto está caminando por la calle y se le ocurre una jugada genial. Claro, pero es un genio y es el campeón del mundo.

Fuente de la Entrevista:

https://www.infobae.com/sociedad/2018/12/04/leontxo-garcia-los-ninos-que-juegan-al-ajedrez-obtienen-mejores-rendimientos-en-matematicas-y-en-comprension-de-textos/

ove/mahv
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