TEDxRíodelaPlata-TEDxChange – Juan Carlos Tedesco – Educación para una sociedad más justa

Argentina / 27 de marzo de 2019 / Autor: TEDx Talks / Fuente: Youtube

Publicado el 5 nov. 2010
Juan Carlos Tedesco es Director Ejecutivo de la Unidad de Planeamiento Estratégico y Evaluación de la Educación Argentina, dependiente de Presidencia de la Nación. Ex Ministro de Educación de la Nación.

Fuente: https://youtu.be/WDhLvL5N4HU
ove/mahv
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Juan Carlos Tedesco en la memoria

Por: Alejandro Tiana. El Diario de la Educación. 16/06/2017

No solo le echaremos de menos como persona, también como analista y crítico de los fenómenos educativos. Pero mantendremos su memoria y aprovecharemos su inspiración.

Me permitirá el lector que adopte un tono personal para escribir estas páginas. No se trata de uno más de tantos textos que he escrito, sino que está cargado de emociones y sentimientos. Mis más sinceras disculpas por comenzar así, pero no puedo hacerlo de otro modo.

Hace días recibí el mensaje de que Juan Carlos afrontaba sus últimos días de vida. Aunque venía siguiendo su enfermedad desde hace tiempo y sabía de su lucha constante para seguir adelante, no dejó de impactarme. Suponía de hecho el final de una relación muy cercana mantenida durante veinticinco años. A riesgo de no conseguir hablar con él, le llamé por teléfono y mantuvimos una breve conversación, sabiendo que sería la última ¡de tantas! En ella me pidió que mantuviésemos la memoria común, algo que siempre le había preocupado. Así que estas líneas son un deber de justicia hacia él y su memoria. Y quiero escribirlas para este medio, en el que colaboró y al que ambos apoyamos decididamente.

Quizás el hecho de escribir mientras cruzo una vez más el Atlántico me ayuda a ver su figura en perspectiva. Y no cabe duda de que ha tenido grandes dimensiones. No me refiero solo a su talla humana, a su agudeza y brillantez, a su socarronería, a su pasión por el fútbol y el tango, a su profundo sentido de la amistad, rasgos que le adornaron y que bien conocen quienes tuvieron la fortuna de tratarle. Me refiero también a su talla académica, intelectual y política.

En mi opinión, no cabe duda de que Juan Carlos Tedesco ha sido un referente ineludible de la educación iberoamericana en las últimas décadas. Su tarea ha tenido varias vertientes que han estado estrechamente entrelazadas.

Desde que en 1986 se hizo cargo de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC) de UNESCO en Santiago de Chile, tras su paso por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de la ONU, una buena parte de su vida profesional giró en torno a esa organización. En 1992 pasó a ocupar la dirección de la Oficina Internacional de Educación (BIE) en Ginebra y en 1998 la dirección regional del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) en Buenos Aires, cargo que dejó en 2005. Fueron en total casi veinte años en puestos de dirección, aunque siempre mantuvo su estrecha colaboración con la UNESCO. De hecho, puede decirse que fue una de las personas que más y mejor representó la visión de la educación de dicho organismo. Esa vinculación le puso en contacto con numerosos países de todos los continentes, amplió su visión, le hizo tomar conciencia de la diversidad de realidades educativas y le conectó con otras organizaciones educativas internacionales, como la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con la que mantuvo fuertes lazos. Y esa implicación le hizo un referente iberoamericano e internacional de primer orden.

La experiencia internacional adquirida, el estudio constante y el análisis riguroso de los fenómenos educativos le permitieron llevar a cabo una tarea intelectual y académica muy destacada. Fueron muchas sus publicaciones, a partir de la pionera Educación y sociedad en Argentina, 1880-1945 (1972) y siguiendo por otras muchas dedicadas al estudio de la educación en Argentina, en América Latina y en el mundo. Entre todas ellas quiero destacar tres que me parecen especialmente relevantes y que además ponen de relieve sus preocupaciones más permanentes. Se trata de El nuevo pacto educativo (1995), obra amplísimamente citada y utilizada, Educar en la sociedad del conocimiento (2000) y Educación y justicia social en América Latina (2012). Entre sus temas preferidos se situaron siempre la comprensión de la educación como un fenómeno enraizado en la dinámica social, la respuesta educativa a las nuevas necesidades sociales que se plantean y la necesidad de la equidad como elemento imprescindible de justicia social. En todos estos ámbitos, sus aportaciones fueron muy relevantes y han inspirado a muchos estudiosos e investigadores.

Su interés por las cuestiones de la política educativa, su contacto con autoridades educativas de muy diversos países y su reconocida sensibilidad hacia la función social que desempeña la educación, puestos de manifiesto en su trabajo y en sus obras, le sirvieron de acicate para no desdeñar las oportunidades que se le ofrecieron de trasladar sus ideas a la práctica e incluso de asumir algunos papeles políticos. Así, entre 2005 y 2007 fue viceministro de Educación con su gran amigo Daniel Filmus y entre 2007 y 2009 fue ministro de Educación de la República Argentina. Tuve ocasión de verle frecuentemente en esos años y supe de sus logros en la elaboración de una nueva ley educativa y, sobre todo, de la satisfacción que obtuvo al lograr un compromiso legal de crecimiento sustancial de la inversión en educación. Aunque tuvo algunos sinsabores, sé que lo dio por buenos a cambio de llevar a la práctica los planteamientos acerca de la educación que siempre venía sosteniendo.

La verdad es que le echaremos de menos. No solo a él como persona, aunque siempre ocupará un lugar destacado en nuestra memoria, sino como analista y crítico de los fenómenos educativos. Echaremos en falta sus textos y sus columnas, siempre inspiradoras, sus sugerentes intervenciones en coloquios y jornadas, sus análisis rigurosos de las tendencias educativas. Pero es justo que así sea.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/30/juan-carlos-tedesco-en-la-memoria/

Fotografía: El Diario de la Educación

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Juan Carlos Tedesco en la memoria

Alejandro Tiana Ferrer

No solo le echaremos de menos como persona, también como analista y crítico de los fenómenos educativos. Pero mantendremos su memoria y aprovecharemos su inspiración.

Me permitirá el lector que adopte un tono personal para escribir estas páginas. No se trata de uno más de tantos textos que he escrito, sino que está cargado de emociones y sentimientos. Mis más sinceras disculpas por comenzar así, pero no puedo hacerlo de otro modo.

Hace días recibí el mensaje de que Juan Carlos afrontaba sus últimos días de vida. Aunque venía siguiendo su enfermedad desde hace tiempo y sabía de su lucha constante para seguir adelante, no dejó de impactarme. Suponía de hecho el final de una relación muy cercana mantenida durante veinticinco años. A riesgo de no conseguir hablar con él, le llamé por teléfono y mantuvimos una breve conversación, sabiendo que sería la última ¡de tantas! En ella me pidió que mantuviésemos la memoria común, algo que siempre le había preocupado. Así que estas líneas son un deber de justicia hacia él y su memoria. Y quiero escribirlas para este medio, en el que colaboró y al que ambos apoyamos decididamente.

Quizás el hecho de escribir mientras cruzo una vez más el Atlántico me ayuda a ver su figura en perspectiva. Y no cabe duda de que ha tenido grandes dimensiones. No me refiero solo a su talla humana, a su agudeza y brillantez, a su socarronería, a su pasión por el fútbol y el tango, a su profundo sentido de la amistad, rasgos que le adornaron y que bien conocen quienes tuvieron la fortuna de tratarle. Me refiero también a su talla académica, intelectual y política.

En mi opinión, no cabe duda de que Juan Carlos Tedesco ha sido un referente ineludible de la educación iberoamericana en las últimas décadas. Su tarea ha tenido varias vertientes que han estado estrechamente entrelazadas.

Desde que en 1986 se hizo cargo de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC) de UNESCO en Santiago de Chile, tras su paso por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), de la ONU, una buena parte de su vida profesional giró en torno a esa organización. En 1992 pasó a ocupar la dirección de la Oficina Internacional de Educación (BIE) en Ginebra y en 1998 la dirección regional del Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación (IIPE) en Buenos Aires, cargo que dejó en 2005. Fueron en total casi veinte años en puestos de dirección, aunque siempre mantuvo su estrecha colaboración con la UNESCO. De hecho, puede decirse que fue una de las personas que más y mejor representó la visión de la educación de dicho organismo. Esa vinculación le puso en contacto con numerosos países de todos los continentes, amplió su visión, le hizo tomar conciencia de la diversidad de realidades educativas y le conectó con otras organizaciones educativas internacionales, como la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), con la que mantuvo fuertes lazos. Y esa implicación le hizo un referente iberoamericano e internacional de primer orden.

La experiencia internacional adquirida, el estudio constante y el análisis riguroso de los fenómenos educativos le permitieron llevar a cabo una tarea intelectual y académica muy destacada. Fueron muchas sus publicaciones, a partir de la pionera Educación y sociedad en Argentina, 1880-1945 (1972) y siguiendo por otras muchas dedicadas al estudio de la educación en Argentina, en América Latina y en el mundo. Entre todas ellas quiero destacar tres que me parecen especialmente relevantes y que además ponen de relieve sus preocupaciones más permanentes. Se trata de El nuevo pacto educativo (1995), obra amplísimamente citada y utilizada, Educar en la sociedad del conocimiento (2000) y Educación y justicia social en América Latina (2012). Entre sus temas preferidos se situaron siempre la comprensión de la educación como un fenómeno enraizado en la dinámica social, la respuesta educativa a las nuevas necesidades sociales que se plantean y la necesidad de la equidad como elemento imprescindible de justicia social. En todos estos ámbitos, sus aportaciones fueron muy relevantes y han inspirado a muchos estudiosos e investigadores.

Su interés por las cuestiones de la política educativa, su contacto con autoridades educativas de muy diversos países y su reconocida sensibilidad hacia la función social que desempeña la educación, puestos de manifiesto en su trabajo y en sus obras, le sirvieron de acicate para no desdeñar las oportunidades que se le ofrecieron de trasladar sus ideas a la práctica e incluso de asumir algunos papeles políticos. Así, entre 2005 y 2007 fue viceministro de Educación con su gran amigo Daniel Filmus y entre 2007 y 2009 fue ministro de Educación de la República Argentina. Tuve ocasión de verle frecuentemente en esos años y supe de sus logros en la elaboración de una nueva ley educativa y, sobre todo, de la satisfacción que obtuvo al lograr un compromiso legal de crecimiento sustancial de la inversión en educación. Aunque tuvo algunos sinsabores, sé que lo dio por buenos a cambio de llevar a la práctica los planteamientos acerca de la educación que siempre venía sosteniendo.

La verdad es que le echaremos de menos. No solo a él como persona, aunque siempre ocupará un lugar destacado en nuestra memoria, sino como analista y crítico de los fenómenos educativos. Echaremos en falta sus textos y sus columnas, siempre inspiradoras, sus sugerentes intervenciones en coloquios y jornadas, sus análisis rigurosos de las tendencias educativas. Pero es justo que así sea.

Fuente del articulo: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/30/juan-carlos-tedesco-en-la-memoria/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2016/11/Juan-Carlos-Tedesco-2.jpg

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Juan Carlos Tedesco: in memoriam

Por: Xavier Bonal

Nos acaba de dejar uno de los más grandes. Juan Carlos Tedesco, maestro, pedagogo, historiador, filósofo, intelectual extraordinariamente comprometido con la transformación y la defensa de la educación pública y seguidor del Racing de Avellaneda ha muerto en Buenos Aires después de una larga enfermedad.

Tedesco fue profesor de historia de la educación en diversas universidades argentinas. Su carrera profesional se desenvolverá fundamentalmente en el ámbito de la política educativa internacional.

Fue especialista en la UNESCO durante muchos años, en donde asumirá puestos como el de director de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC), como director posteriormente de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, en Ginebra, y como responsable del Instituto Internacional de Planificación Educativa en la oficina regional de Buenos Aires.

Entre 2007 y 2009 fue ministro de Educación en Argentina, bajo el mandato de Néstor Kirchner y posteriormente de Cristina Fernández Kirchner. En los siguientes años volverá a la docencia haciendo cursos de masters y postgrados en diversas instituciones internacionales, y especialmente en la Universidad Nacional General San Martín.

Tuve la suerte de conocerlo personalmente en el año 2003, cuando, gracias a la Fundació Jaume Bofill, lo invitaron para abrir el lde conferencias y debates que posteriormente se convertirían en el libro Política educativa e igualdad de oportunidades.

Escuchar a Tedesco reflexionar sobre la educación del futuro y de la igualdad de oportunidades educativas resulta magnético. Su tono pausado y afable convierte en más seductores todavía sus ideas contundentes sobre política educativa y sobre la transformación de la escuela pública. En sus palabras, charlas o escritos reunía la brillantez de un excelente comunicador, el rigor del análisis científico y un inmenso compromiso político con la equidad y la justicia social. Esta conjunción hace de Tedesco, sin duda, uno de los referentes contemporáneos más importante para interpretar la dimensión social y política de la educación y, sobre todo para entender hacia dónde va el mundo de la educación y hacia dónde debería ir.

La producción escrita de Tedesco no es inmensa comparada con la de otros autores, pero en sus textos no hay un solo párrafo que sobre. Cuenta con diversos análisis sobre los sistemas educativos de América Latina y sobre las necesarias reformas educativas para mejorar la eficacia y la equidad. Pero es en sus textos de reflexión teórica donde Tedesco es más fascinante.

Sus ideas sobre Los pilares de la educación del futuro recuperan las bases del Informe Delors para dar un sentido y una dirección política a los conceptos de aprender a aprender y de aprender a vivir juntos. Las transformaciones del capitalismo, nos dirá Tedesco, nos obligan a repensar el papel de la escuela en la sociedad actual, y a tener claro que las funciones sociales de la escuela han de ir antes de las prácticas pedagógicas. En tiempos de efervescencia y de debate sobre la educación del mañana y de tanta excitación innovadora como la que vivimos hoy, releer a Tedesco puede ayudar a tomar perspectiva y a establecer las claras prioridades sociales que han de tener la escuela y la educación.

A Tedesco debemos también una línea de reflexión radical sobre las relaciones entre educación y pobreza. La preponderancia de las funciones sociales de la escuela se ponen de manifiesto en sus trabajos, con Néstor López, sobre el concepto de educabilidad. En Las condiciones de educabilidad de los niños y adolescentes en América Latina insiste en la importancia de los mínimos necesarios para que los niños y niñas puedan aprovechar su experiencia escolar. Ante discursos hegemónicos sobre las virtudes transformadoras de la educación, Tedesco nos alerta sobre la importancia de los efectos de la pobreza sobre la educación, y de su contundencia hasta, en las situaciones más extremas, hacer casi inútiles los efectos positivos de la educación para acabar con la pobreza. La frase “por debajo de la línea de subsistencia los cambios institucionales o pedagógicos tienen un impacto muy poco significativo en los resultados de los alumnos” es toda una declaración de intenciones de cómo la política educativa debe ser indisociable de la política social y de las limitaciones de las reformas institucionales para cambiar la escuela.

Tuve la suerte, con otros compañeros y compañeras, de poner en práctica estos principios en una investigación sobre pobreza y educación en Brasil, publicada bajo el título Ser pobre en la escuela y que contó con el privilegio de un prólogo del mismo Juan Carlos Tedesco y de su participación en la presentación del libro. La investigación pone de relieve que las ideas de Tedesco no sólo son inspiradoras sino extremadamente útiles para el análisis empírico.

Las nuevas tecnologías nos facilitan que hoy podamos contar con grabaciones de conferencias que Tedesco realizó a lo largo de los últimos años. Para aquellos que no tuvieran la suerte de escucharlo en directo, vale la pena ver una de sus últimas conferencias sobre Educación y justicia social en América Latina. Sus reflexiones son una vez más una invitación a pensar cómo debe ser el futuro de la educación en las sociedades complejas. Harían bien los responsables de política educativa de aprovechar el legado de unas de las mentes más lúcidas para saber identificar cuáles son los retos reales de la educación del futuro y cuál es el mejor camino para alcanzarlos. De hacerlo seguro que nos esperaría una educación mejor y más justa.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/09/juan-carlos-tedesco-memoriamg/

Fuente imagen: http://www.unsam.edu.ar/investigacion/fotos/Juan-Carlos-Tedesco.jp

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