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Matrimonio infantil: 231 mil niñas viven bajo esta problemática en el país

Por: Fernanda Sandez. 

la nena la cambiaron por una moto. Una motocicleta, sí. Pero a veces es por un bolsón de mercadería o por algo de dinero. O ni siquiera eso, y la nena termina en una casa que no es la suya y conviviendo con un extraño (y a menudo mayor) por nada. Porque sí. Porque la madre o el padre o los abuelos o alguien de la familia se lo ordena. Porque siempre es mejor tener una boca menos alrededor de la mesa a la hora de comer. A veces, la explicación para esa mudanza pasa por algo tan básico como la comida, el techo, la idea de que ahí, con él, la pasará –si no mejor- al menos un poco menos peor de lo que la está pasando en su propia casa. Sin golpes. Sin violencia. Sin hambre. Sin. En una vida en donde nada abunda, una privación menos puede ser decisiva.

A.M., una nena que había sido criada por su abuelo, su madre un día regresó a buscarla, se la llevó con ella y –según contó luego la menor a las autoridades de Chaco- la cambió a un hombre por una moto de baja cilindrada. El hombre –de 59 años y vecino del paraje Santa Cruz, en Formosa- dejó la moto y se llevó a la niña, de 13 años. Pero esto que en la mayoría de los casos sucede en la más perfecta de las oscuridades salió a la luz cuando la nena llegó (ya embarazada de ocho meses) al hospital, contó lo que le estaba pasando desde hacía un año y los médicos denunciaron el hecho en la comisaría de Juan José Castelli. Intervino entonces la Unidad de Protección Integral (UPI) del lugar, ordenando la prohibición de acercamiento tanto a la madre como al abusador. Sin embargo, como señaló la abogada de la UPI, María Alejandra Moure Delicia, “Los embarazos de niñas y adolescentes forman parte de una realidad que enfrentamos día a día, es común ver esto en los parajes. Está naturalizado”. Tanto es así que en los últimos meses de 2018 y solamente en Chaco se sucedieron cuatro episodios similares, y estos casos parecen multiplicarse a medida que nos alejamos de las ciudades. Como si las leyes se disolvieran a medida que pasan los kilómetros. Como si, monte adentro, los derechos de estas niñas se licuaran hasta desaparecer a manos de la costumbre o las tradiciones. Como si, monte adentro, Argentina comenzara a parecerse al Asia Meridional (donde ocurre casi la mitad de los casamientos infantiles del mundo, 45%) o al África Subsahariana, adonde ocurre otro 39%. Pero no: esto es América Latina, adonde ocurre “apenas” otro 23% de las uniones anteriores a los 18 años de edad, que es lo que internacionalmente se define como matrimonio infantil.

¿Cuántos casos de este tipo ocurren en Argentina, un país que gusta imaginarse como “de vanguardia” en materia legislativa? Según se desprende de Color de rosa (un informe sobre el tema, elaborado por la Fundación para el Estudio y la Investigación de la Mujer (FEIM), hay al menos 341 mil menores conviviendo o ya casadosEn más de la mitad de estos casos, se trata de niñas. “En el caso de las mujeres, 230.188 están unidas o casadas, lo que representa el 68 por ciento del total y duplica al número de los varones. Respecto a los cónyuges o convivientes, en la media de los casos de niñas y adolescentes mujeres están unidas a cónyuges o convivientes hombres de más de 15-20 años”. Dicho de otro modo, un fenómeno que muchos creen propio de culturas remotas sucede “acá nomás”. Cerca, muy cerca, aunque con una marcada incidencia en las provincias del norte, ahí adonde el machismo planta bandera desde hace centurias. Ahí donde un caso como el de M. es apenas uno entre cientos que rara vez salen a la luz porque la cohabitación de una niña con un adulto es, como todos repiten, casi “parte del paisaje”. Con todo, este fenómeno no es privativo de una determinada provincia ya que, como también revela el informe, los casos de nenas y adolescentes conviviendo (recordemos que para la ley argentina todo menor de 18 años es niño o niña) se dan en todas las provincias. Pero no en todas, claro, con la misma frecuencia. Así, “las provincias donde se concentra mayor porcentaje de adolescentes de 14 a 19 años, de ambos sexos, conviviendo en pareja son: Buenos Aires (38.5 %), Santa Fe (8.7%) y Córdoba (6.1%) con los más altos porcentajes. Siguen Misiones (4.9%), Chaco (4.5%), Salta (3.8%), Mendoza (3.7%), Entre Ríos (3.6%), Tucumán (3.5%) y Corrientes (3.3 %)”. Desde Chaco, el abogado Rolando Nuñez, titular del Centro Mandela, una ONG que trabaja sobre con realidades sociales muy duras, precisa que “construir una noción integral de este tema porque las uniones formales entre adultos y menores violan el orden legal y porque las parejas entre un adulto y una niña no son un tema que siga el sistema sanitario público. Por ende, no figuran en los anuarios de salud pública ni de Chaco ni de ninguna otra provincia, por lo que se carece de información completa sobre este universo. Sin embargo, este tema sucede y la zona roja en el caso de Chaco está dada por El Impenetrable, que ocupa 35% de la superficie de la provincia. Allí habitan familias criollas pobres y familias indígenas en extrema pobreza. En esa población es en donde se produce el mayor numero de embarazos no deseados en niñas menores de 15 años. Hablamos de niñas de la etnia Toba o Wichi con novios o concubinos de hasta 22 o 24 años”, alerta.

Adiós A las muñecas

Alrededor del mundo, en tanto, unas 650 millones de mujeres se casaron siendo niñas, según datos de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), y cada año alrededor del mundo 12 millones de niñas vuelven a pasar por esa situación. Cada 24 horas, 47.700 menores de edad en todo el planeta inician su vida como casadas o convivientes. Las estadísticas indican que son cinco cada hora. Casi una cada diez minutos, sin que ninguna de esas pequeñas tragedias haga demasiado ruido. Porque las niñas se casan, sí, pero ¿a qué costo? ¿Qué implica para una nena verse involucrada en una situación de convivencia que no buscó ni eligió? Según detalla UNICEF, “el matrimonio infantil, o el matrimonio que se contrae antes de cumplir 18 años, constituye una violación de los derechos humanos. Pese a las leyes que lo prohíben, esta dañina práctica sigue estando muy extendida. El matrimonio infantil lleva consigo toda una vida de sufrimiento. Las niñas que se casan antes de cumplir 18 años tienen menos posibilidades de seguir yendo a la escuela y más posibilidades de ser víctimas de violencia en el hogar”. Para las nenas involucradas en una convivencia cuando deberían estar con otros y otras de su misma edad, ésta situación tiene un impacto concreto en su escolaridad, ya que al verse forzadas a atender una casa y a un esposo es sólo cuestión de tiempo que se alejen de las aulas. De hecho, las estadísticas demuestran que –a mayor tiempo de escolaridad- menores chances de casamiento prematuro. De alguna manera, la educación “inmuniza” a las niñas contra el matrimonio infantil, demorando también la maternidad, la cantidad de hijos y el tiempo transcurrido entre partos.

Como contracara, son las nenas y adolescentes no escolarizadas las que corren mayores riesgos de terminar en una de estas relaciones en las que ellas no han consentido nada. Y, cuando finalmente terminan “emparejadas” y conviviendo, los riesgos para su salud integral también se multiplican. En primer lugar, porque se ven forzadas a una iniciación sexual en las que ellas tampoco pueden decidir nada, exponiéndose así tanto al contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS) como a embarazos no deseados. Y, cuando estos llegan, precisa UNICEF, enfrentan riesgos de vida bien concretos. “Las niñas y adolescentes tienen más probabilidades de morir a causa de complicaciones durante el embarazo y el parto que las mujeres de entre 20 y 30 años, y es más probable que sus hijos nazcan muertos o mueran en su primer mes de vida”. Después de todo, cabe recordar, el cuerpo de una niña gestante “dona” al feto que crece en ella gran parte de los nutrientes que el organismo aún necesita para sí mismo, porque es todavía un cuerpo en crecimiento. Si a esto se le agrega que en su mayoría las niñas que contraen matrimonio o inician una convivencia a temprana edad pertenecen a los sectores más pobres y con algún indicador de Necesidades Básicas insatisfechas (NBI), el matrimonio infantil contribuye enormemente a la perpetuación del círculo de la pobreza. “La pobreza es uno de los principales determinantes del matrimonio o convivencia infantil. A su vez, el matrimonio infantil es un determinante de la persistencia de estas niñas y sus hijos en la pobreza”, se lee en el informe sobre el matrimonio infantil en argentina.

El costo de la invisibilidad

Una vecina ve a una mujer conviviendo con un hombre y con su pequeña hija. En cuestión de días, la mujer desaparece y la nena queda sola con el adulto. La vecina ve un par de situaciones sospechosas. “No parecían padre e hija, parecía marido y mujer”, le contará luego a los medios. Hace la denuncia. Así, en febrero de 2019, la nena llega a los titulares de algunos medios locales y por la más terrible de las razones: con sólo doce años, está embarazada de mellizos. El hombre, un tarefero (cosechador de yerba mate) de 28 años, desaparece y es buscado por la policía. Pero para esa nena (violada y embarazada de más de seis meses en el momento en el que se escriben estas líneas) gran parte de su futuro ya ha sido decidido por otros. Sucedió en el dorado, Misiones, pero la locación es en definitiva lo de menos porque historias como éstas se repiten en todo el país. Aún cuando nadie (ni la sociedad, ni el estado) quieran registrar el problema y actuar en consecuencia. De hecho, una de las herramientas más eficaces para la detección temprana de situaciones de este tipo es la implementación efectiva de la ley 26.150 de Educación Sexual Integral o ESI. En efecto, la aplicación de esta ley promueve la generación de espacios de intercambios y charlas sobre distintos aspectos de la sexualidad humana. En ese contexto, cientos de chicos (nenas y nenes) se animaron a contar a sus docentes lo que sucedía en sus casas y con sus cuerpos en manos de adultos abusadores. Pero a lo largo de trece años luego de su sanción (la ley data de 2006) distintos grupos religiosos y establecimientos escolares vinculados a ellos se han resistido a implementar la normativa. Un solo dato: en el Operativo Aprender de 2018 se detectó que 8 de cada 10 alumnos aseguraban no haber tenido clases de ESI, algo que también reclamaron a las autoridades. Y no por casualidad, ya que como también precisa el informe Color de Rosa, “la falta de Educación Sexual Integral en los ciclos escolares deja a niñas, niños y adolescentes sin información para poder decidir si tener o no relaciones sexuales, y para saber y elegir cómo ejercer su feminidad y masculinidad así como otras identidades sexuales en forma libre, informada y sin ningún tipo de violencia o coerción”. Porque de eso se trata, en definitiva: de que niños y niñas puedan seguir disfrutando de su niñez y adolescencia protegidos y en libertad, sin precipitar ninguna etapa. Y, sobre todo, sin verse involucrados antes de tiempo en situaciones que afectarán sus vidas para siempre.

Fuente de la reseña: 

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La ONU advierte de que 150 millones de niñas se casarán antes de tiempo para 2030 si no se toman medidas

Redacción: Europa Press

Naciones Unidas ha advertido este jueves de que si no se toman medidas para elevar la edad mínima para casarse, hasta 150 millones de niñas se casarán antes de cumplir la mayoría de edad para 2030.

Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en los últimos diez año se han logrado evitar 25 millones de matrimonios infantiles. Sin embargo más de 650 millones de niñas y mujeres que viven en el mundo se casaron antes de los 18 años y la ONU cree que otros 12 millones más lo harán en 2019.

El Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) ha señalado que una de las razones del matrimonio infantil es el embarazo adolescente. Nueve de cada diez partos de adolescentes en países en desarrollo son de niñas casadas.

Además, la pobreza también es otro factor de riesgo, ya que las familias recurren al matrimonio infantil. «Los padres tienden a pensar que las niñas no tienen futuro si no se casan», afirma Hayat Outemma al UNFPA.
Sin embargo, las niñas no son las únicas afectadas por el matrimonio infantil. En menor medida, los varones también pueden casarse siendo niños. El UNFPA afirma que un 3,8 por ciento de los niños en el mundo se casa antes de cumplir la mayoría de edad.

La ONU ha recalcado que América Latina y el Caribe es la única región del mundo en la que la cifra de matrimonios infantiles no ha disminuido en los últimos diez años.

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“Así hemos logrado evitar 314 bodas infantiles en India”

Asia/India/24 Diciembre 2018/Fuente: El país

Una línea telefónica ayuda a niños y niñas a escapar de un matrimonio temprano en Anantapur, explica Doreen Reddy, directora del Sector Mujeres de la Fundación Vicente Ferrer

Doreen Reddy (Madanapalle, India, 1950) recuerda muy bien cuando de pequeña su madre la vestía con ropa bonita, pero la obligaba a permanecer sentada en la puerta de casa. En ese momento, la actual directora del Sector Mujeres de la Fundación Vicente Ferrer no entendía por qué no podía salir sola, sin la protección de su hermano, ni para ir a comprar algo a la tienda de la esquina. Sin embargo, después de más de 40 años de trabajo al lado de “las más pobres entre las pobres”, Reddy admite que estas pequeñas limitaciones no son nada frente a los abusos que padecen día tras día la mayoría de las mujeres indias.

Falta de acceso a la educación, trabajo infantil, matrimonios tempranos, trata, malos tratos físicos y psicológicos… A Reddy le faltan dedos de la mano para enumerar las vulneraciones sistemáticas de los derechos de las mujeres y niñas en su país natal.

Cuando le ofrecieron la primera vez trabajar en la Fundación, Reddy contestó con un no rotundo. Nacida en una familia católica, estudió Secretariado y Gestión en Bangalore. Con poco más de 20 años, viajó a Anantapur, en el sur del país, sede de las actividades de la organización dirigida por Vicente Ferrer, para cuidar a su tía, que se había roto una pierna. Lo que tenía que haber sido una estancia de unos días acabó cambiando el rumbo de vida.

“Mis tíos vivían en la Fundación y sentían una profunda admiración hacia Ferrer. Me insistieron tanto que finalmente acepté”, explica entre risas desde la sede de la organización en Barcelona. “Si no hubiera dicho sí, mi vida habría sido muy distinta. Supongo que habría sido un ama de casa”.

Empezó en 1975 como secretaria de Vicente Ferrer y poco a poco se fue acercando a las cuestiones de género. Se implicó en las actividades del Sector Mujeres desde su creación en 1982 hasta convertirse en su directora durante los últimos 23 años. Un cargo que está a punto de dejar para dedicarse a otras tareas de asesoramiento y evaluación.

“La independencia económica de las mujeres y el acceso a la educación de las niñas son los pilares de nuestra acción”, señala. “Mi trabajo puede ser duro a veces, pero hace que me sienta muy satisfecha cuando puedo ayudar a los demás. Nunca pensé en dejarlo”.

“Cada tres minutos una mujer en India sufre algún tipo de acoso por parte de un hombre. Nosotras tenemos la responsabilidad de levantar la voz y denunciar los abusos”, dice con voz firme.

Criar a una niña es como regar el jardín del vecino, reza un proverbio hindú. Sucumben a la discriminación ya antes de nacer, víctimas de abortos selectivos. Las familias priorizan la nutrición y el cuidado de los niños varones. Ellas no heredan la tierra. Para casarlas, los padres tienen que pagar una dote que en muchos casos endeuda los hogares de por vida. La Fundación Vicente Ferrer ha puesto en marcha varios programas para ofrecer a las niñas, por ejemplo, becas, bicicletas —para desplazarse de manera más rápida hacia la escuela y evitar las agresiones—, apoyo escolar, centros educativos con programas específicos para alumnos con discapacidad, servicios nutricionales y de salud, sistemas de microcréditos para el emprendimiento y formación profesional.

“Siempre me pregunto por qué los hombres quieren tanto a su madre, pero luego no quieren tener hijas”, se pregunta Reddy. “Entiendo que en parte es por la pobreza. Las bodas son muy caras y la dote —que formalmente fue abolida en 1961— les puede arruinar”. Entre 2017 y 2018, más de 27.000 personas participaron en los talleres contra la discriminación y la violencia de género organizados por la Fundación.

15,5 millones de niñas esposas

Una de las principales iniciativas de la Fundación, explica Reddy, es un servicio telefónico de ayuda contra los matrimonios infantiles, una lacra que afecta a 15,5 millones de niñas indias obligadas a casarse antes de los 18 años, según Unicef. “Son los mismos niños y niñas que llaman a un número gratuito para evitarlo”, cuenta. “Desde que se puso en marcha el proyecto, en colaboración con el Gobierno y otras ONG, hemos logrado detener la celebración de 314 bodas en Anantapur”. Solo en el último año, los matrimonios evitados fueron más de 100.

A pesar de estar prohibido por ley, el matrimonio infantil aún es muy frecuente en India, sobre todo en las regiones centrales y occidentales del subcontinente, en particular en las zonas rurales (48%). Las chicas, sobre todo las más pobres, son las más afectadas. Aunque a escala nacional esta práctica se ha reducido del 54% en 1992 al 27% en 2016, el ritmo de cambio sigue siendo lento. Entre las causas, según Unicef, está pensar que las chicas valgan menos que los varones, además de un acceso limitado a la educación y la vulnerabilidad económica. Una chica que ha asistido a clase durante 10 años, sostiene el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, tiene una probabilidad seis veces más baja de casarse antes de los 18.

La Fundación también trabaja para rescatar a víctimas de trata, menores abandonados por sus familias o implicados en trabajo infantil. Se estima que en India hay 10 millones de niños que trabajan, el 0,7% de la infancia entre 5 y 14 años. Más de la mitad de ellos no recibe remuneración, según datos de la plataforma Understanding Children’s Work.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/12/16/planeta_futuro/1544955803_140915.html

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África: La violencia sexual en las escuelas amenaza a casi 250 millones de niñas y adolescentes cada año

Redacción: Europa Press/12-12-2018

ONU Mujeres llama a aprovechar el ámbito educativo para «formar actitudes, creencias y prácticas» en favor de la igualdad

La violencia machista tiene múltiples rostros y escenarios y, entre los más preocupantes, está la que tiene por cara a un profesor y por contexto una escuela. Naciones Unidas estima que 246 millones de niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia por razones de género dentro o en las inmediaciones de un centro educativo cada año.

La igualdad entre hombres y mujeres y el desarrollo de una educación de calidad figuran entre los Objetivos de Desarollo Sostenible (ODS) establecidos para 2030 y, con intención de aunar ambas metas, ONU Mujeres y el Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuentan con una guía dedicada expresamente a la violencia en las aulas, los patios o el camino a clase.

Los expertos estiman que una de cada tres mujeres sufrirá violencia en algún momento de su vida, pero cuando se trata de la escuela, los abusos no solo amenazan la salud física y emocional de las víctimas, sino que también lastran su desarrollo cognitivo y educativo a medio y largo plazo, perjudicando por tanto la capacidad de las niñas de romper el «círculo».

Dina Deligiorgis, experta de ONU Mujeres para la erradicación de la violencia, advierte en declaraciones a Europa Press de que las estadísticas demuestran que la violencia contra niños y mujeres no reflejan solo «actos aleatorios» cometidos por unas pocas personas, sino que evidencian un patrón que se cuela en familias, lugares de trabajo o centros educativos.

Se trata de un fenómeno global especialmente preocupante en contextos de vulnerabilidad, donde las víctimas no solo sufren los abusos sino el estigma que conlleva, como le ocurrió a Angela, una joven keniana que a sus 20 años cuenta su caso a Human Rights Watch (HRW), dentro de una investigación sobre la discriminación que sufren las adolescentes embarazadas en África.

Para ella, todo empezó cuando estaba en octavo curso y necesitaba dinero para presentarse al examen final. Su padre había abandonado a la familia para casarse con otra mujer y su madre no tenía dinero. «Conocí a un hombre que trabajaba como profesor a tiempo parcial y le conté mis problemas. Me dijo que me daría el dinero. Comencé a tener relaciones sexuales con él y así es como me quedé embarazada», explica.

Por aquel entonces tenía 16 años y, tras su embarazo, se convirtió en la «burla» de su entorno y sufrió el rechazo de sus compañeros. Reconoce que «casi» tiene que dejar las clases, pero el director del centro la alentó a seguir y su madre luchó para que pudiese completar una formación que la ha llevado incluso a cursar estudios superiores.

En su informe, HRW insta a todos los gobiernos de África a garantizar la investigación y procesamiento de los casos de acoso y abuso que cometen profesores, conductores de autobús o trabajadores de centros y que amenazan la educación de la mitad de la población.

Un informe similar del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre la violencia sexual en Tanzania advertía en 2011 de que uno de cada cuatro incidentes ocurren en el camino de ida o vuelta a la escuela, mientras que al menos el 15 por ciento de las chicas encuestadas reconocía que había sufrido algún acto de violencia dentro del complejo del centro educativo.

DEBATE GLOBAL

El debate está abierto también en Malasia, donde un reciente informe de la Comisión Anticorrupción (MACC) evidenció la existencia de casos de abusos sexuales en la escuela, en concreto de profesores a alumnas a cambio de promesas sobre subidas de notas. El Gobierno ha prometido tomar medidas al respecto.

La representante de UNICEF en Malasia, Marianne Clark-Hattingh, ha advertido en un comunicado de que «los profesores deben ser modelos de conducta y fomentar el aprendizaje y el desarrollo de los niños, no el abuso». «Ningún niño debería tener miedo de ir a clase», ha remachado.

Clark-Hattingh ha emplazado a Naciones Unidas, las ONG y las empresas a trabajar con el Gobierno malasio para que las menores comprendan los desafíos y se protejan ante posibles amenazas, si bien los defensores de los Derechos Humanos admiten que la solución pasa por un enfoque transversal que implique a todo tipo de actores.

«La violencia es una expresión de poder y control. Es una expresión del poder y el control de los hombres sobre las mujeres y las niñas», lamenta Deligiorgis, que denuncia «desequilibrios sociales y estructurales» que aún mantienen «privilegios» para una cierta parte de la población. «Si entendemos la violencia de esta forma, podemos comprender lo que es necesario para prevenirla», ha añadido.

GARANTIZAR LAS MISMAS CONDICIONES PARA LAS NIÑAS

En el ámbito educativo, la experta de ONU Mujeres considera necesario romper con las estructuras tradicionales para garantizar que las niñas puedan llegar en las mismas condiciones que sus compañeros varones al menos hasta el final de la educación secundaria.

«Esto también pasa por aprovechar los marcos educativos para formar actitudes, creencias y prácticas de los jóvenes», de tal forma que los profesores y otros miembros del personal sean los primeros en potenciar «nociones de igualdad, el respeto por la diversidad, la masculinidad positiva y la no violencia», remacha Deligiorgis.

Existen ejemplos de que la situación se puede al menos contener, sino erradicar. La agencia de cooperación estadounidense (USAID) lanzó entre 2003 y 2008 un proyecto pionero en Malaui y Ghana para mejorar la sensibilización del personal docente y de los estudiantes en relación a la violencia sexual, en un intento por potenciar la prevención.

En el caso de Ghana, por ejemplo, la proporción de profesores que aceptaban que las niñas podían ser víctimas de acoso en la escuela pasó del 30 al 80 por ciento. Ellos al menos ya saben lo que Deligiorgis quiere ahora dejar claro: «Las niñas están más expuestas y sufren mayores niveles de violencia sexual en el entorno educativo y todo simplemente porque son niñas».

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-violencia-sexual-escuelas-amenaza-casi-250-millones-ninas-adolescentes-cada-ano-20181208082234.html

 

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Nigeria, país con mayor número de matrimonios infantiles en África

África/Nigeria/22 Noviembre 2018/Fuente: Prensa Latina

Nigeria se ubica a la cabeza de los países de África con la más alta tasa de matrimonios infantiles, reveló hoy Bhanu Pathak, Jefe de la Oficina de Campo de la Unicef en esta nación.
Al menos el 44 por ciento de las nigerianas se casan antes de cumplir 18 años y el 18,5 antes de los 15, actualmente hay cerca de 23 millones de féminas que contrajeron matrimonio en la infancia, dijo el funcionario en declaraciones públicas.

Esta es la causa de la deserción escolar, el embarazo en la adolescencia, que además provoca la alta mortalidad materna y la desnutrición, entre otros problemas, recalcó.

Debemos luchar para que se protejan los derechos de los infantes a vivir vidas sanas, seguras y felices, es hora de que los niños vuelvan a estar en la agenda de los gobiernos, hay que invertir en educación, asegurarnos de que reciben la alimentación adecuada para evitar que mueran por desnutrición o enfermedad, puntualizó.

A propósito de las jornadas de celebraciones por el Día Internacional de la Infancia, Pathak, instó a los gobiernos a acelerar la implementación de la Ley de Derechos del Niño, la cual aseguró es una inversión en el futuro.

Explicó que durante los próximos cuatro años, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) pretende incrementar la matrícula de los infantes en las escuelas de Nigeria, fortalecer la igualdad de género, mejorar la calidad del aprendizaje, aumentar la inmunización y apoyar a las mujeres a tomar decisiones empoderadas, incluido el embarazo.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=230626&SEO=nigeria-pais-con-mayor-numero-de-matrimonios-infantiles-en-africa
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Pakistán: las niñas se ven privadas de la educación

Pakistán / 18 de noviembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: HRW

Los obstáculos incluyen la falta de inversión, tasas altas y discriminación

El gobierno de Pakistán no está brindando educación a una gran proporción de las niñas del país, dijo Human Rights Watch en un informe publicado hoy.

El informe de 111 páginas “‘Shall I Feed My Daughter, or Educate Her?’: Barriers to Girls’ Education in Pakistan” (“‘¿Debería alimentar a mi hija o educarla?’: Barreras a la educación de las niñas en Pakistán”) concluye que muchas niñas simplemente no tienen acceso a la educación, debido a distintas razones como la escasez de escuelas públicas, especialmente para niñas. Casi 22,5 millones de niños de Pakistán, un país con una población de poco más de 200 millones de habitantes, no asisten a la escuela, la mayoría niñas. El 32 por ciento de las niñas en edad escolar primaria no están escolarizadas en Pakistán, en comparación con el 21 por ciento de los niños. En noveno grado, sólo el 13 por ciento de las niñas todavía asisten a la escuela.

“El hecho de que el gobierno de Pakistán no esté proporcionando educación a los menores está teniendo un impacto devastador en millones de niñas”, dijo Liesl Gerntholtz, directora de derechos de la mujer de Human Rights Watch. “Muchas de las niñas a las que entrevistamos están desesperadas por estudiar, sin embargo están creciendo sin la educación que les ayudaría a tener opciones para su futuro”.

Human Rights Watch entrevistó a 209 personas para el informe, la mayoría de ellas niñas que nunca asistieron a la escuela o que no pudieron completar su educación, y a sus familias, en las cuatro provincias de Pakistán: Beluchistán, Khyber Pakhtunkhwa, Punjab y Sindh. Human Rights Watch también entrevistó a padres, educadores, expertos y activistas, y visitó varias escuelas.

Entre los factores que impiden que las niñas vayan a la escuela, Human Rights Watch descubrió los siguientes: la falta de inversión del gobierno en las escuelas, la escasez de escuelas, los precios prohibitivos de las matrículas y los costos relacionados, el castigo corporal y el hecho de que no obligar a implementar la educación obligatoria. Human Rights Watch también detectó problemas de calidad tanto en las escuelas públicas como privadas de bajo costo, así como una falta de regulación gubernamental de las escuelas privadas y altos niveles de corrupción.

Además de estos factores dentro del sistema educativo, las niñas también se ven excluidas de la educación debido a factores externos que incluyen el trabajo infantil, la discriminación de género, el matrimonio infantil, el acoso sexual, la inseguridad y los ataques contra la educación.

El gobierno de Pakistán ha invertido consistentemente mucho menos en educación de lo que recomiendan los estándares internacionales. En 2017, Pakistán estaba dedicando menos del 2,8 por ciento de su Producto Interno Bruto en educación, muy por debajo del cuatro a seis por ciento recomendado, lo que deja al sistema educativo del gobierno con una financiación muy limitada. Las escuelas públicas son tan escasas que incluso en las principales ciudades de Pakistán, muchos niños no pueden llegar a una escuela a pie de manera segura en un tiempo razonable. La situación es mucho peor en las zonas rurales. Y hay muchas más escuelas para niños que para niñas.

Aisha, una madre de unos 30 años, vive con su esposo y sus seis hijos en un área de Peshawar donde la escuela pública para niños más cercana, que ofrece desde guardería hasta décimo grado, está a menos de cinco minutos a pie. La escuela pública para niñas más cercana está a 30 minutos caminando y sólo llega hasta quinto grado. La hija de Aisha dejó de ir a la escuela a los nueve años debido a la preocupación de sus padres por su seguridad a la hora de caminar a la escuela.

“Incluso los padres que no tienen educación propia entienden que el futuro de sus hijas depende de que vayan a la escuela, pero el gobierno está abandonando a estas familias”, señaló Gerntholtz. “El futuro de Pakistán depende de la educación de sus menores, incluidas las niñas”.

Existe un “cuello de botella ascendente” a medida que los niños, especialmente las niñas, se hacen mayores. Las escuelas secundarias son más escasas que las escuelas primarias, y las universidades tienen incluso menos capacidad, especialmente para estudiantes femeninas. Muchas niñas que completan el nivel superior en una escuela no tienen acceso a una escuela donde podrían pasar al siguiente nivel. A falta de un sistema adecuado de escuelas públicas, ha habido un crecimiento masivo en el número de escuelas privadas, muchas de ellas de bajo costo. Pero las familias pobres a menudo no pueden pagar las tasas de matrícula y el fracaso casi total del gobierno para regular y supervisar estas escuelas significa que muchas son de baja calidad.

El manifiesto del partido político del nuevo primer ministro Imran Khan promete importantes reformas al sistema educativo, incluso para la educación de las niñas. “Daremos prioridad al establecimiento y la mejora de las escuelas para niñas y proporcionaremos una ayuda económica a las niñas y mujeres para que continúen su educación”, dice el manifiesto. Además, se compromete a “implementar la agenda educativa más ambiciosa de la historia de Pakistán, que abarca la reforma de la educación primaria, secundaria, terciaria, profesional y especial”.

“El gobierno reconoce que la reforma educativa es desesperadamente necesaria y promete convertirla en una prioridad, especialmente para las niñas, lo cual es un paso positivo”, dijo Gerntholtz. “Esperamos que nuestros hallazgos ayuden al gobierno a diagnosticar los problemas e identificar soluciones para darles a todas las niñas paquistaníes un futuro brillante”.

Estudiantes de la escuela secundaria estatal Behar Colony para niñas durante sus ejercicios matinales. La escuela está ubicada en el barrio de Lyari, en Karachi, Pakistán.

 © Insiya Syed para Human Rights Watch, Septiembre 2018

Selección de testimonios de personas entrevistadas

Falta de inversión y escasez de escuelas públicas

“Les podría llevar si hubiese una escuela pública”
—Akifah, 28 años, madre de tres hijos de 10, 8 y 7 años. La familia se mudó desde una aldea cerca de Multan a Karachi hacía tres años, en busca de trabajo. No tuvieran otra opción que asentarse en un área donde sólo había escuelas privadas que la familia no podía permitirse y no había escuelas públicas al alcance.

“Mis padres dijeron ‘si te interesa lo suficiente puedes ir caminando’. Quien quisiese ir, iba. A mí me parecía demasiado lejos. El camino era solitario y aislado y ha habido casos de dos o tres secuestros en esa áreas (…) Pero entonces me di cuenta de que necesitaba estudiar así que convencí a mis padres y me hice amigos para poder ir juntos caminando a la escuela”.
—Asifa, 20 años, en Punjab, no fue a la escuela hasta los 9 o 10 años porque tenía que caminar 45 minutos desde su casa. La escuela sólo iba hasta octavo grado así que después de terminar se fue a vivir con su hermana en la ciudad donde podía cursar noveno y décimo grado.

“El Estado nunca se ha tomado en serio la educación; nunca se le ha adjudicado recursos adecuados en ningún estado. El problema son las prioridades del gobierno: la educación no es una prioridad y no le dedican el presupuesto necesario”.
—Director de una organización no gubernamental dedicada a los derechos de las mujeres, en Punjab.

“[T]odas las madres quieren que sus hijos reciban una educación, pero no hay un sistema público que proporcione los servicios”.
—Directora de una organización comunitaria, en Karachi.

Discriminación de género en la provisión gubernamental de escuelas

“Si hay 10 escuelas para niños, sólo hay 5 para niñas”.
—Un experto en educación de Pakhtunkhwa.

Pobreza y costo de la educación

“El gobierno no ayuda a los pobres. No podemos educar a nuestros hijos, no tenemos ni para comer nosotros mismos”.
—Rukhsana, 30 años, madre de tres niños sin escolarizar cuyo marido apenas puede trabajar debido a una enfermedad. La familia no puede pagar la matrícula escolar y demás costos relacionados, en Karachi.

“La escuela puede ser gratuita pero siempre hay necesidad de dinero para alguna cosa u otra. Copias, libretas, cada día hay un gasto nuevo. Sólo una mochila escolar ya cuesta 500 rupias [US$4,76]…. Cada día, cada día hay algo.
—Zarifah, una madre de cinco hijos sin escolarizar, en Beluchistán.

“Quería que mis hijas recibiesen una educación pero no pude ofrecérsela porque somos pobres. El salario de mi marido es de 12.000 rupias [US$114] al mes. A final de mes, siempre nos quedamos sin [dinero] y nos preguntamos qué hacer – ya no queda nada. Quiero una escuela para niñas de familias pobres.

—Halima, 38 años, en Karachi, madre de cinco hijas de 13 a 19 años. Ninguna ha estudiado durante más de uno o dos años. Su marido trabaja en una fábrica de chicles.

Cuestiones de calidad y corrupción

“Muchas veces el maestro llegaba tarde o ni siquiera se presentaba. Nos quedábamos allí sentados y luego nos íbamos a casa”.
—Hakimah, 17 años, en Karachi, describe su escuela primaria.

“Desde hace cinco años, todo el mundo tiene que pagar [para obtener un puesto docente en una escuela pública]. Vale la pena aunque sea sólo por el salario: es una inversión. Esto tiene un impacto sobre la calidad de la enseñanza: no hay enseñanza”.
—Director de una organización comunitaria, en Karachi.

“[Los inspectores] venían una o dos veces al año, sin avisar. Se quedaban más o menos media hora. Quieren te y que los entretengas. Tienes que complacerlos o dirán que tu escuela no es buena. Una vez hice esperar al inspector y se enfadó y se marcho y dijo: “Redactaré un informe negativo”. Mi colega fue a su casa y le dio 25.000 rupias [US$239] y nos dio un informe favorable”.

—Directora de una escuela privada describe la supervisión gubernamental de la escuela en Punjab.

Fuente de la Noticia:

https://www.hrw.org/es/news/2018/11/12/pakistan-las-ninas-se-ven-privadas-de-la-educacion

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Estados Unidos: Maternidad y violación de Derechos Humanos

Por: Nueva Revolución

El embarazo y parto son acontecimientos que la mayoría de las personas piensan natural,  seguro y muy feliz. Pero es evidente que dependiendo del punto del mundo en el que hayas nacido, se convierte en un proceso vital con muchos riesgos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 830 mujeres y niñas mueren de complicaciones durante el embarazo y parto cada díay es la segunda causa principal de muerte entre las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo.

1.2 millones de niñas y adolescentes mueren cada año. Y aunque en los lugares más pobres del mundo, el ratio de muertes aumenta, no es menos cierto que en países tan supuestamente desarrollados como Estados Unidos, el índice de mortalidad maternal se eleva de manera alarmante en comparación a otros países, de 700 a 900 mujeres mueren al año de complicaciones de embarazo o parto. Tres veces más que en cualquier otro país “desarrollado”. De hecho Estados Unidos ostenta las tasas más altas de mortalidad maternal de países ricos. Y es uno de los pocos donde las muertes maternas han aumentado en lugar de disminuir, y las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades de morir a causa de complicaciones del embarazo o parto que las mujeres blancas. Y lo más desgarrador es que la mayoría de las muertes maternas se pueden prevenir. Entre otros motivos, a consecuencia de los recortes (nueva ley) del gobierno Trump que ha dejado sin cobertura a al menos 2,5 millones de pacientes en algunas de las comunidades más marginadas. Además de recortes al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), una agencia de las Naciones Unidas que combate las muertes maternas en entornos asolados por la pobreza y los conflictos, por ejemplo, Siria, Irak y Sudán del Sur, etc.

Resulta verdaderamente alarmante que mientras distintos gobiernos de los EEUU prohiben el aborto e incluso penalizan a las mujeres con cárcel o con tener que pagar un seguro extra para la práctica del aborto en caso de violación, permitan el negocio de la “gestación subrogada” y los matrimonios infantiles. (En 26 Estados de EEUU las niñas no tienen edad mínima para casarse, Texas es uno de los estados que no tiene límite de edad a la baja para casarlas). Niñas de hasta 12 años se les concede licencia de matrimonio en Texas, Illinois, Alaska, Louisiana, South Carolina y Tennessee. Tres niñas de 10 años en Tennessee fueron las más jóvenes de 207.468 menores que se casaron en EEUU entre 2000 y 2015. Casi el 90% de los niños que se casaron y lo hicieron con adultos (desde los 18 a los 60a) fueron niñas. (Para más datos pueden leer la investigación de Frontline). Todo ello mientras que la floreciente industria de los vientres de alquiler va copando más y más estados y que muchas mujeres pierden sus beneficios de planificación familiar y ven imitadas su cobertura de anticonceptivos y otras atenciones.

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“Las mujeres que no pueden decidir sobre su embarazo son esclavas, porque el Estado reclama la propiedad de sus cuerpos y el derecho a decidir sobre el uso que deben hacerse de ellos” Margaret Atwood

No podemos olvidar que el aborto inseguro es otro de los factores que contribuyen a las muertes maternas por culpa de leyes restrictivas. La Organización Mundial de la Salud estima que al menos 22.000 mujeres mueren cada año por complicaciones relacionadas con el aborto. Muchas de estas mujeres ya son madres, dejando a sus hijos huérfanos. Que 214 millones de mujeres y niñas no tengan acceso a anticonceptivos y salud sexual, evitaría 53 millones de embarazos no deseados al año.

Además hemos de hablar de otro aspecto muy preocupante. Es incomprensible que cada vez sean más las mujeres sometidas a intervenciones y cesáreas innecesarias, poniendo en riesgo la salud de bebés y madres mientras la OMS exige que no se use la misma a menos que existan riesgos reales, mientras que en otros países ni siquiera tienen acceso a ella en caso de poner en peligro la vida de la madre o de sus hijos, por falta de medios.

Hoy por hoy las mujeres vulnerables y las madres pobres que viven en áreas rurales y en barrios marginales en todo el África subsahariana todavía no pueden someterse a una cirugía que les salve la vida. Según la Organización Mundial de la Salud, no tienen acceso al parto por cesárea. El 99% de las muertes maternas ocurren en países con ingresos bajos y medios. De hecho, una mujer en el África subsahariana tiene 175 veces más probabilidades de morir durante el parto que una mujer en un país desarrollado que invierte en políticas de salud. No hablemos ya de países en conflicto, el gobierno de Sudán en 2006 puso la tasa de mortalidad materna de Kordofan del Suren 503 por cada 100.000 nacidos vivos.

En la reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2018, en Nueva York, los objetivos de “Desarrollo Sostenible” relacionados con la salud materna y neonatal ocuparon un lugar destacado en la agenda: garantizar que todas las mujeres en todo el mundo tengan acceso a cesáreas si son necesarias. Y como objetivo global, reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100.000 nacidos vivos. Una tasa elevadísima teniendo en cuenta la media de países desarrollados.

La situación en América Latina no es mucho mejor, el embarazo infantil en México es el resultado de una violencia estructural, la mayoría con un denominador común, los matrimonios infantiles, la violencia machista, las costumbres, la penalización del aborto, la falta de atención sanitaria y ahora los vientres de alquilerEl 70% de los embarazosen niñas, los padres son adultos. Patrones de violencia bien definibles que provocan no solo el aumento de las muertes maternas y neonatales, sino también de consecuencias graves en el estado de salud y nutrición del recién nacido así como en la salud futura de la madre. La violencia en el embarazo de mujeres indígenas.

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Tenemos que hacer hincapié en que el embarazo es la primera causa de muerte en adolescentes en países de América latina por complicaciones en la gestación y parto y que matan al año a 70.000 mujeres y niñas. Expertos de la Organización de las Naciones Unidas ( abogan por la práctica de abortos seguros para todas las mujeres y niñas que los necesiten, no solo para las que tienen recursos. No podemos olvidar el reciente debate en Argentina que puso en pie a las feministas del país. Las cifras hablan por si solas. En 2016 murieron 245 mujeres embarazadas, 43 muertes por “embarazo terminado en aborto” (la DEIS no distingue entre provocados y espontáneos o naturales) Desde la democracia han muerto 3030 mujeres por abortos inseguros. En Argentina se realizan entre 370.000 y 520.000 abortos legales y no legales por año.

En La India muere una mujer cada 5 mn por embarazo “La maternidad subrogada necesita ser vista en el contexto del genocidio femenino” Rita Banerji

También podemos referirnos a países que además de falta de atención sufren el proceso de eliminación de mujeres y niñas por su sexo. (feminicidio en La India). En La India muere una mujer cada 5 minutos por embarazo. 173 mujeres cada 100.000 partos. (Recordemos el objetivo global de reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos).

La India es un claro ejemplo, y no ha hecho más que crecer, del feminicidio de 50 millones de mujeres “desaparecidas” en 2002 a 68 millones en 2017, lo que supone un 20% de población femenina. Además representa un tercio de las novias infantiles del mundo. Esto unido a la explotación reproductiva, los vientres de alquiler, hacen de este país un lugar de los más peligrosos para las niñas y las mujeres. Las clínicas de fertilidad son una mina. Y La India se ha convertido y sigue siendo un destino de bajo coste para la compra-venta de bebés. Por otro lado, el tráfico de miles de mujeres, a menudo adolescentes, como “novias” a lugares de La India donde la proporción de sexos de las niñas ha descendido tanto que los hombres no pueden encontrar mujeres para casarse, es de hecho una puerta a la práctica de “maternidad subrogada”. Esencialmente el tráfico de niñas a menudo adolescentes para sexo y procreación. Niñas y mujeres que son compradas a sus padres o secuestradas, y luego vendidas a una familia donde el esposo, sus hermanos e incluso el padre ‘comparten’ a la mujer. Si las mujeres se resisten, son golpeadas y a veces asesinadas. Una vez que tiene hijos, es vendida a otra familia de hombres para su “uso” sexual y reproductivo. Y lo curioso es que este sistema de violación colectiva y violencia sexual y reproductiva contra las mujeres es perfectamente legal, según nos decía Rita Banerji. La policía no arresta a nadie porque están “casados”. (Del artículo “Vientres de alquiler, la nuevademanda social” dónde se entrevista a Rita Banerji, fundadora de 50 Million Missing.)

Vientres de alquiler: “La realidad de un negocio misógino y explotador, que mueve alrededor de 400 millones de dólares anuales a través de más de 3000 clínicas y despoja de todo derecho a las mujeres y tiene una conexión directa con el feminicidio.” Rita Banerji

Referente a la salud sexual en dicho país, de las 26,8 millones de personas que viven con una discapacidad en La India, 11.8 millones son mujeres y niñas y tienen cuatro veces más probabilidades que otras mujeres de sufrir violencia sexual. En India, la práctica de histerectomías enérgicas para mujeres y niñas con discapacidad se hizo pública por primera vez en 1994, en zonas como Pune, es el mismo estado el que toma de decisión de someter a mujeres entre 18 y 40 años de edad a la práctica de estas cirugías irreversibles, con el consentimiento de los tutores.

No podemos olvidar tampoco las más de 300.000 mujeres que fueron esterilizadas (vídeo) por el programa de control de la natalidad forzado en Perú, en la década de los 90, durante el mandato del presidente Alberto Fujimori.

Parece que la radicalidad de las medidas de la nueva tanda de políticos de derechas siempre acaba afectando los derechos de los más vulnerables. Y en este tema, a las mujeres. Solo hay que hacer mención al discurso de Casado o Rivera, las políticas restrictivas  de Andrzej Duda, Columbia, Italia, Estados Unidos o al ideario político del ultraderechista Bolsonaro, y su programa de planificación familiar. Por no mencionar el reciente y polémico fallo de una jueza argentina, país donde ni siquiera la mujer puede recurrir al aborto en libertad. ¿Cómo reconocer y proteger los derechos de las madres, si ni siquiera se les otorga el status de madre al parir? El fallo declara inconstitucional el artículo del Código Civil que estable que es madre quien pare. Un derecho por el que las feministas llevan luchando siglos, el derecho de filiación.

Para 2030 la agenda exige que los países deben reducir su tasa de mortalidad maternal a dos tercios de la de 2020. Reducir la tasa a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos. Y que ningún país tenga ratios de mortalidad por encima de 140 muertes por cada 100.000 nacimientos. Las razones de que los embarazos se conviertan en un proceso vital con muchos riesgos tiene distintos orígenes, la mayoría relacionados con la pobreza, la falta de recursos, los recortes en programas de salud de las mujeres, leyes misóginas, la imposibilidad de acceder a aborto, o hacerlo a través del aborto inseguro, el matrimonio infantil y leyes que permiten que se exploten a niñas y mujeres a través de prácticas como la maternidad “subrogada”. Recordemos la tasa de mortalidad materna cada 100.000 partos de algunos países, teniendo en cuenta que Estados Unidos, Ucrania, India, Rusia, Georgia, Camboya, Nepal o Kenia con tasas tan altas de mortalidad, permiten el negocio de los vientres de alquiler:

  • África Subsahariana (547)
  • Brasil (44)
  • Camboya (161)
  • Canadá (7,3)
  • China (17,7)
  • EEUU (26) mujeres negras (43.5)
  • Etiopía (353)
  • Europa (7,2)
  • España (5)
  • Georgia (36)
  • India(173)
  • Irán (20,8)
  • Kenia (510)
  • Líbano (15,3)
  • Nepal (258)
  • Puerto Rico (15,1)
  • Rusia (25)
  • Sudán (311)
  • Turquía (15,8)
  • Ucrania (24)

Tasa de cada país en Indexmundi.

El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha priorizado la cobertura universal de salud especialmente para mujeres, pobres y vulnerables. Dada la antigua posición de Tedros como Ministro de Asuntos Exteriores y de Salud de Etiopía, no es sorprendente que su país se haya convertido en un líder en la lucha por la salud reproductiva, materna y neonatal. El gobierno etíope por ejemplo, ha desarrollado un plan nacional pionero para cirugía segura que se está implementando en todo el país. Más de tres millones de nacimientos al año tienen lugar en Etiopía, la mayoría en áreas rurales. El proyecto de El Ministerio de Salud de Etiopía está incluso preparando a personal no especializado, ante la falta de cirujanos especializados para atender ciertos procedimientos de emergencia como partos por cesárea, aliviando la carga de la cantidad limitada de cirujanos que trabajan principalmente en ciudades, salvando muchas vidas.

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Organizaciones No Gubernamentales para el desarrollo (ONGD) como Alegría Sin Fronteras, que trabajan en el terreno en hospitales son un claro ejemplo de la gran labor que llevan a cabo por la salud de las mujeres y sus hijos. En Alegría Sin Fronteras tienen como objetivo último el empoderamiento de las poblaciones con las que trabajan, desarrollando distintos proyectos.

import_14742389_1Las causas de la falta de atención médica durante el parto y el embarazo y sus consecuencias van íntimamente ligadas a la elevada mortalidad materna y perinatal. Cómo nos explica Iñaki Alegría, Director del Hospital de Gambo, existe el factor retraso en la decisión de acudir al centro debido a la pobreza, al desconocimiento o a la falta de ayuda para hacerse cargo de sus otros hijos. Retraso en alcanzar el centro sanitario, por ausencia de centro, por ausencia de carreteras, transporte… y retraso en ser atendido, por falta de equipamiento, recursos, etc… No olvidemos que en las zonas rurales de Etiopía los partos tienen lugar habitualmente en viviendas insalubres, sin agua corriente ni saneamiento, asistidos por la propia familia o por matronas tradicionales, por lo que la morbilidad y mortalidad materna y neonatal de dichas zonas son elevadas.

Gambo es una de dichas zonas rurales. Y la labor de esta ONGD, Alegría Sin Fronteras, es innegablemente importante y decisiva y se centra en distintos proyectos. El Hospital de Gambo ya cuenta con un departamento de maternidad y con consultas externas dedicadas al seguimiento del embarazo. Además, existe la posibilidad de que mujeres con embarazos de riesgo que viven en zonas alejadas se alojen cerca del hospital hasta dar a luz. El Proyecto Jan-Tan:  ofrece seguimiento escolar, sanitario y nutricional a las niñas y los niños en situación de riesgo que habitan en la provincia de Dioulacolon, Senegal. El Proyecto Tanante: en Senegal, ofrece atención médica a la población de Madina Souane y forma a profesionales para poder ofrecer atención durante todo el año. El Proyecto CMAM: da respuesta a la crisis alimentaría de Etiopía, de las 8 zonas rurales situadas entorno la población de Meki, producida por la sequía en la que vive el país actualmente. Y mejora las condiciones de vida de los poblados mediante el empoderamiento de profesionales de la medicina locales. El Proyecto Grants4Ethiopia: provee educación, nutrición y sanidad. Facilita el acceso a la educacion a niños y niñas que viven en situaciones de extrema pobreza o en entornos familiares difíciles en Etiopía. El Proyecto Alegría Con Gambo: En Etiopía, que mejora el estado de salud de los niños y niñas menores de 5 años de la región rural de Gambo y sus alrededores a través del refuerzo y formación de la red de asistencia sanitaria primaria liderada por mujeres. Y el Proyecto Materno-Infantil: En Gambo, Etiopía. Cuyo objetivo es disminuir la morbilidad materna y perinatal y mejorar la salud materno-infantil en la región rural de Gambo.

En su felicitación al Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus como Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Women Deliver, afirma que su nombramiento llega en un momento en que el mundo necesita un defensor feroz y proactivo para la igualdad de género y la salud, los derechos y el bienestar de las niñas y las mujeres más que nunca. Tedros Adhanom incide en algo muy importante, y es que se debe incluir a las mujeres como socios clave y responsables de la toma de decisiones, que las mujeres tienen que ser tomadas en cuenta a la hora de legislar en salud y progreso.

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“Necesitamos convertirnos en una sociedad que rechace la opresión de las mujeres”, dijo Sahlework Zewde, nueva Presidenta de Etiopía ante Parlamento poco después de jurar el cargo.

“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”

Fuente: https://nuevarevolucion.es/maternidad-y-violacion-de-derechos-humanos/

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